Podemos: relato, representación nacional y estrategias de divulgación política

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Descripción

Hijos de la Transición. Podemos: relato, representación nacional y estrategias de divulgación política 1 .

Conferencia Internacional “1815-2015: 200 años de cambios y transformaciones en Europa y América Latina”

XVI Jornadas Iberoamericanas de Pécs (Universidad de Pécs, 4 a 8 de mayo de 2015)

José Carlos Rueda Laffond Universidad Complutense de Madrid

                                                                                                                Trabajo resultado del proyecto de investigación CSO2013-41594-P, Mineco, Programa Estatal de Fomento de la Investigación Científica y Técnica de Excelencia. Las siguientes páginas recogen la introducción a la ponencia presentada a las XVI Jornadas Iberoamericanas de Pécs. El texto completo será publicado en las actas de este encuentro, en Iberoamericana Quinqueecclesiensis, Pécs, Centro Iberoamericano de la Universidad. 1

 

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Este trabajo se aproxima al ámbito del discurso público y a las estrategias de socialización del partido político español Podemos entre 2014 y los primeros meses de 2015. Podemos describió un ciclo inédito en la vida política española de las últimas décadas. Inicialmente configurado para competir como “candidatura por la recuperación de la soberanía popular” con vistas a las elecciones europeas del 25 de mayo, en aquellos comicios obtuvo un notable respaldo, de alrededor de un 8% de votos (algo más de 1,2 millones de sufragios). Y, ya tras el verano, evidenció un espectacular crecimiento tanto en intención directa como en estimación de voto, hasta el punto de que varias encuestas consideraron que Podemos sería la opción política con más respaldo en unas hipotéticas elecciones generales. En este sentido, el periódico El País abrió su portada del 2 de noviembre de 2014 con el titular “Podemos supera al PP y al PSOE impulsado por la ira ciudadana”, al presentar los resultados de una encuesta de la empresa Metroscopia que otorgaba una estimación de voto del 27%. Poco después, era la portada de El Mundo del 24 de noviembre la que se encabezaba con el titular “Podemos primera fuerza”, esta vez glosando una encuesta de Sigma Dos que registraba una proyección del 28,3%. En las siguientes páginas se abordará el discurso de Podemos desde un triple objeto de estudio complementario. En primer término, se analizará el uso de los medios de comunicación como eje vertebral de este proyecto político. A continuación se recapitulará sobre dos de las dimensiones temáticas nucleares presentes en su relato político: la

 

lectura crítica acerca de la Transición democrática española, y su retórica e imaginario simbólico sobre lo nacionalespañol. I. “Artefacto identificado”

com unicativo

no

Víctor Sampedro definió a Podemos a finales de 2014 como un “artefacto comunicativo no identificado” 2 . Con ello hacía referencia a dos fenómenos singulares: a la notable relevancia otorgada por esta formación a su presencia en los medios; y, sobre todo, a cómo había logrado su peculiar visibilidad en la esfera pública, fruto de una estrategia conformada tras una larga reflexión y actividad de su equipo promotor, particularmente de Pablo Iglesias. De hecho, la identidad política de Podemos se entremezcló con su identidad mediática a la hora de establecer una imagen de marca ante las elecciones europeas del 25 de mayo de 2014: en aquella ocasión, las papeletas electorales de Podemos combinaron el logotipo del partido con el rostro de Iglesias, con el fin de reforzar su reconocimiento explícito entre los votantes. Los impulsores de Podemos apostaron por lograr una creciente presencia en los medios de comunicación –muy particularmente, en televisión– desde tres años antes de la creación del partido. El arranque de aquella iniciativa tuvo lugar en 2009, al ponerse en marcha desde el grupo Promotora de Pensamiento Crítico una serie de debates con público en la Facultad de

                                                                                                               

Víctor SAMPEDRO: “El mayor riesgo de Podemos es que funcione de arriba abajo”, La Marea, 31-XII-2014.

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Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, ajustados a un diseño muy alejado de los estándares académicos. Allí, frente a la rutina de la conferencia magistral, se ensayó un eficaz formato de tono irónico que pretendía repetir el ritmo ágil del programa de debate 59 segundos de Televisión Española, en este caso rebautizado como 99 segundos: one step beyond. Entre los temas abordados se reflexionó sobre el agotamiento de las legitimidades derivadas de la Transición y los componentes de renovación generacional crítica3. El éxito de esta iniciativa abrió las puertas de la televisión. Desde noviembre de 2010 el formato ensayado en la universidad se trastocó en el programa de debate político amateur La Tuerka, que emitió la cadena comunitaria de barrio Tele K hasta septiembre de 2012, en unas condiciones de voluntarismo y notoria escasez de medios o pericia técnica. Desde aquel momento el espacio emigró a una televisión local madrileña de mayor alcance (Canal 33), lo cual facilitó ampliar su eco y la nómina de intervinientes, entre los que figuraron representantes de segunda fila del PP o el PSOE. La apuesta por la especialización se impulsó gracias a la realización de trabajos de campaña para IU coincidiendo con las elecciones legislativas de 2011; y desde inicios de 2012 a través de una productora audiovisual encabezada por el propio

                                                                                                                Puede verse una grabación casera de este debate en: https://www.youtube.com/watch?v=IR3uCkL1_c

Pablo Iglesias (Con Mano Izquierda, CMI). A partir de 2012 se produjo el salto progresivo hacia la diversificación de contenidos y las audiencias de gran alcance. En septiembre arrancó en el canal Hispan TV una nueva tertulia (Fort Apache) presentada por Iglesias 4 . El espacio ha sido producido por la empresa de prestación de servicios y creación de contenidos audiovisuales 360º Global Media, productora a su vez de varios documentales de tono político crítico o alternativo dedicados a la nueva izquierda abertzale o al 15M 5 . Y ya en 2013 comenzaron las intervenciones periódicas de Iglesias como tertuliano en debates de las cadenas generalistas Cuatro o Intereconomía, en este caso a raíz de las jornadas de protesta del 25 de abril frente al Congreso de los Diputados6. A finales de aquel año, en vísperas de la creación de Podemos, La Tuerka se trasladó al canal de Internet Público TV, disgregándose en varios programas independientes de entrevistas, comentarios de actualidad y humor. Tras las elecciones de mayo de 2014 la visibilidad se amplificó mediante una presencia combinada en pantallas

                                                                                                               

El making off de Fort Apache, en: https://www.youtube.com/watch?v=sY3Yd9 rnmm4

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El promo sobre los contenidos documentales de esta empresa en: http://www.360globalmedia.es/documental es/documental-1/

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La intervención en el espacio El gato al agua, del canal Intereconomía, en: https://www.youtube.com/watch?v=5dKke GybvFw

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múltiples, que incluyó un intenso trabajo en redes sociales o la participación de distintos portavoces en programas de debate político o entrevistas emitidas por las cuatro grandes cadenas televisivas privadas españolas: Antena 3, La Sexta, Telecinco y Cuatro. El objetivo no era otro que maximizar la difusión del proyecto político, así como lograr una versatilidad y acomodación transmedia de sus narrativas mediante su reaprovechamiento, por ejemplo a través de la migración de programas o fragmentos televisivos a YouTube; o amplificando posicionamientos a través de reacciones en Twitter, Facebook o en el foro digital del partido Plaza Podemos como respuestas a algunas intervenciones televisivas. Esta trayectoria ilustra la decisión por trascender los límites restrictivos de la contra-información clásica, con frecuencia recluida en medios minoritarios que han actuado como catacumbas militantes o guetos de escaso consumo y proyección pública. Muy al contrario, el balance de la trayectoria indicada evidencia una retroalimentación entre condicionantes televisivos y el diseño progresivo de lo que cabe denominar como el estilo Podemos, articulado a través de una combinación entre ciertas claves formales, influencias teóricas y pautas de contenido. El concepto estilo alude, por tanto, a una serie de rasgos distintivos relativos a los modos de presencia pública y al empleo de recursos de proximidad con el espectador (didactismo, reflexividad, simplificación argumental…).

 

La estrategia mediática de Podemos ha asumido también visibles influencias teóricas procedentes del campo de los Estudios Culturales y el análisis crítico del discurso. En particular, en lo referido a la interpretación de las relaciones entre medios generalistas y poder, funciones hegemónicas y capacidad para propiciar lecturas de la realidad, para sustanciar consensos o generar respuestas desde la recepción televisiva. Según el modelo clásico sobre codificación y descodificación formulado por Stuart Hall, la presencia inicial de Iglesias y su equipo en televisión entre 2010 y 2012 evidenció la existencia de una “voz minoritaria” en el marco del ecosistema mediático español, caracterizada por discutir desde una posición testimonial las claves dominantes de la legitimidad política 7 . Para trascender ese rol periférico resultaba necesario combinar el reforzamiento de la visibilidad pública a través de los medios generalistas, junto a un trabajo eficaz para encuadrar los rechazos sociales a la corrupción, el desgaste de la clase política o la erosión del bienestar a causa de la crisis. Se trataba, pues, de aprovechar la táctica “como arte del débil” teorizada por Michel De Certeau 8 . De obtener un espacio de

                                                                                                                Cfr. con Stuart HALL: “Codificación y descodificación en el discurso televisivo”, CIC (Cuadernos de Información y Comunicación, 9 (2004), pp. 210-236 (el texto original es de 1973).

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Michel DE CERTEAU: La invención de lo cotidiano, 1. Artes de hacer, México, Universidad Iberoamericana, 1996, pp. 4045 (el texto original es de 1990).

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resonancia pública cada vez mayor, aportando rentabilidad a las cadenas de televisión comerciales (grandes audiencias), para lograr así que lo alternativo pudiese acabar trastocándose en lectura preferencial entre los espectadores. En definitiva, en normalizar culturalmente lo que, en un principio, era un relato contranarrativo, minoritario y de resistencia, emplazado en un extremo lateral del etiquetaje político. Esa fue la apuesta entre 2013 y 2014. II. Hijos de la Transición La originalidad histórica de esta estrategia es evidente. Incluso muestra un proceso inverso de proyección en la esfera pública al habitual en la vida política española, donde primero es el partido, y después las conexiones y atención mediáticas. En este caso ha de hablarse de una dinámica de articulación de inicialmente partió del plano discursivo –con claras influencias del diagnóstico gramsciano– para derivar, en última instancia, en la vertebración partidaria. En este sentido, el antecedente más inmediato de esta operatoria se encontraría en el proceso de estructuración de Unión de Centro Democrático, constituida como coalición en mayo de 1977 en torno (y gracias) a Adolfo Suárez, cuyo liderazgo carismático televisivo se vino labrando desde su acceso a la presidencia del Gobierno, prácticamente un año antes. La estrategia mediática de Podemos se ha caracterizado también por determinadas pautas de contenido. En especial, por el deseo de conectar con un imaginario compartido: el de la indignación y el rechazo a las medidas de austeridad implementadas desde

 

2009. Pero este discurso sobre lo coyuntural se insertó, además, en las coordenadas de un relato explicativo y empático de gran alcance, fundamentado en la crítica sistémica, la deslegitimación de los dos grandes sujetos políticos (PP y PSOE), y en la estimación de que se abría una “ventana de oportunidad” que permitía romper con el “régimen” y propiciar un nuevo proceso constituyente. Apenas dos semanas después de la presentación pública de Podemos, Pablo Iglesias subrayó en una charla pública los objetivos instrumentales de la formación. El objetivo era “salir a ganar” en “un terreno (mediático) hostil”, por medio de una estrategia muy alejada de las rutinas características de la izquierda, basadas en el énfasis sobre ciertas señas de identidad tradicionales, como el obrerismo, el sindicalismo o el republicanismo9. En aquel acto Iglesias reflexionó sobre las enseñanzas objetivas que cabía derivar de las protestas vividas desde el 15 de mayo de 2011 (el 15M) y durante el ciclo de movilizaciones anti-austeridad de 20122013. Éstas pondrían de manifiesto el divorcio entre las dinámicas de protesta social y sus posibilidades de encauzamiento y traducción política efectiva, fundamentalmente desde Izquierda Unidad (IU). Ya en 2011, al valorar la concentración masiva celebrada en la Puerta del Sol de Madrid, Íñigo Errejón destacó su naturaleza de nuevo “sujeto contra-

                                                                                                                El debate, celebrado en Madrid el 5 de febrero de 2014, en: https://www.youtube.com/watch?v=YizwRySZnI

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hegemónico” que rehuía la capitalización de formaciones clásicas, agrupaba intereses dispersos bajo la égida de la repulsa a la política profesionalizada, y evidenciaba un claro protagonismo generacional junto a la capacidad para movilizar estratos sociales desafectos con perfiles 10 heterogéneos . Podemos se autodefinió desde enero de 2014 como una opción política de aspiraciones transversales enraizada con las demandas esgrimidas por el 15M, entendiendo este episodio como punto de referencia colectivo y matriz de un nuevo tiempo histórico. Su lectura crítica sobre la Transición democrática permite, a su vez, situar este discurso en los parámetros de un debate de memoria anterior. Desde una perspectiva muy simplificada puede apuntarse que, a lo largo de la primera década del siglo XXI, la política oficial de memoria pivotó en torno a una serie de objetivos de reparación y rehabilitación, cuya mejor expresión fue la Ley de 2007. Las discusiones sobre “memoria histórica” se centraron ante el problema de cómo gestionar adecuadamente el recuerdo y los efectos de la represión franquista durante la Guerra Civil y la dictadura. En tales coordenadas las reflexiones sobre la Transición ocuparon una posición aparentemente periférica. No obstante, la instrumentalización conservadora de la memoria sobre la reforma política –en términos de momento legitimador, modelo e instancia creadora de valores colectivos

                                                                                                               

Íñigo ERREJÓN: “El 15M como discurso contrahegemónico”, Encrucijadas, 2 (2011): 120-145. 10

 

de plena vigencia– tomó forma a mediados de los años noventa, reflejándose en la noción alegórica de “segunda Transición”, y reforzándose progresivamente en el relato público del PP en años posteriores. El ciclo político inaugurado con las elecciones legislativas de noviembre de 2011 acabó dibujando una situación contradictoria. La legislación sobre memoria impulsada en el período de gobierno socialista se mantuvo formalmente en vigor, si bien se paralizó su aplicación efectiva al bloquearse las subvenciones oficiales a las asociaciones de memoria, o al forzarse un impase de espera respecto al estatus de ciertos espacios simbólicos, como el Valle de los Caídos. Desde finales de 2011 las polémicas de memoria parecieron desaparecer de las agendas política y mediática. Pero, paradójicamente, ha sido en los últimos años cuando ha arreciado la polarización de posturas respecto al pasado, hasta desembocar en un escenario de clara fractura del consenso constitucional. De hecho, a la altura de 2014 tan sólo el PP defendía el pleno vigor del texto constitucional, mientras que otras fuerzas –como Unión, Progreso y Democracia (UPyD) o Ciudadanos (C´s)– abogaban por su revisión más o menos epidérmica, el PSOE por una reforma en clave federal e IU demandaba su superación a través de un nuevo ciclo constituyente. El discurso de Podemos se emplazaría en esta última perspectiva, conformando el referente más sólido de discusión simbólica sobre el régimen de 1978 y su legado histórico, pero también de recuperación y actualización del viejo vocabulario

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antifranquista (ruptura democrática), o del procedente de experiencias de cambio político radical latinoamericano (como las semánticas de unidad popular o proceso constituyente). III. Podem os y el nacionalism o banal Coincidiendo el tiempo con la guerra de desintegración de Yugoslavia, Michel Billig publicó la primera edición de su ensayo Banal Nationalism 11 . Frente a los excesos del nacionalismo caliente –xenófobo, reivindicativo excluyente o violento–, aquel trabajo llamaba la atención acerca de ese otro nacionalismo de las “naciones establecidas”: aquel que parece no existir, que está ligado a los encuadres y relatos diarios de los medios o a las percepciones naturalizadas presentes en el vocabulario político, y que es capaz de impregnar la vida cotidiana y de dotar de intensos puntos de referencia a las identidades sociales. La obra de Billig resultó relevante en la literatura sobre ideología, medios y socialización política por dos factores sustanciales. Por un lado, porque aparecía en un momento en que los debates sobre globalidad –sucesores, a su vez, de las polémicas sobre imperialismo cultural– parecían haber neutralizado el peso de las escalas locales identitarias. Y por otra parte, porque reivindicaba la presencia del discurso inclusivo del Estado-Nación, o su capacidad de reproducción y alcance legitimador a gran escala, en una era que parecía dominada por la

eclosión de formas de organización política o económica posnacional. Billig otorgó un peso notable a las estrategias de sentido común a la hora de explicar la eficacia de los discursos del nacionalismo banal. Distintos promotores de Podemos han hecho hincapié en la denuncia de un españolismo banal, de tono conservador y centralista, asociable sociológicamente con los residuos del franquismo e instrumentalizado a efectos políticos como imaginario por parte del PP. Esta óptica es afín a otros puntos de vista presentes en la literatura crítica actual12. No obstante, esta posición se ha visto acompañada en el discurso de Podemos por un claro interés por reapropiarse y reorientar el sentido de esos mismos referentes patrióticos. Este es un extremo sin duda polémico, al ser claramente disonante con la semántica y el mundo de valores clásico de la izquierda española. Para entender esa actitud debe subrayarse su implicación con la estrategia populista desarrollada por la formación a lo largo de 2014 y los primeros meses de 2015. Y, en particular, con el objetivo estratégico de que la “idea de nación no (…) juegue en nuestra contra” enunciada por Íñigo Errejón a mediados de 2013, seis meses antes de la creación de Podemos, entendiéndola como factor discursivo aglutinante de “lo popular”, en sustitución al déficit que presentarían otras invocaciones

                                                                                                               

                                                                                                               

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Michael BILLIG: Nacionalismo banal, Madrid, Capitán Swing, 2014 (el texto original es de 1995).

 

El ejemplo más reciente sería el ensayo de Carlos TAIBO: Sobre el nacionalismo español, Madrid, La Catarata, 2014.

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inclusivas, como 13 republicana .

la

identidad

no es una bandera, no es un edificio. Mi patria es la gente de mi país”15.

La exaltación emocional españolista ha estado muy presente en diversas intervenciones de Pablo Iglesias con repercusión en los medios generalistas. Este leitmotiv vertebró su intervención en Madrid, en la clausura de la “Marcha por el cambio” celebrada el 31 de enero de 2015, donde ensalzó una explícita reivindicación de El Quijote y el 2 de Mayo, o donde destacó el valor simbólico de la Puerta del Sol como espacio de fiesta popular y afirmación política durante las concentraciones del 15M o el 14 de Abril, si bien entonces sin mencionar el término “república”14.

La apuesta patriótica debe relacionarse, además, con la escala natural de diseño, vertebración y proyección política de Podemos. El partido se articuló como organización nacional, e hizo de la nación el espacio simbólico donde situar su diagnóstico de presente y sus metas de futuro, al resaltar como objetivo central la victoria en las elecciones legislativas previstas para finales de 2015.

En otros casos la alusión españolista se ha formulado en clave de sustanciación de una noción de patria, entendida como comunidad de ciudadanos con “derechos arrebatados”, frente al PP. Esta dimensión fue recalcada en su conferencia en el Círculo de Astoria en Nueva York a mediados de febrero de 2015, a través de una equivalencia de sentido entre las nociones de “corruptos” y “traidores a la patria”. O en su réplica al debate sobre el estado de la Nación, donde confrontó ciertos “símbolos significantes –muertos, edificios oficiales e incluso marcas–” a categoría de patria. “España es sus gentes”, apostilló entonces, “Mi patria

                                                                                                                “La idea de nación no debería jugar siempre en nuestra contra”, Diagonal, 4 de junio de 2013. 13

Enric JULIANA: “Patria (según Pablo Iglesias)”, La Vanguardia, 4 de febrero de 2015. 14

 

Y ha de correlacionarse también con una cierta polisemia en el discurso público del partido Podemos respecto al nacionalismo periférico y, particularmente, al soberanismo. La formación defendió en 2014 la demanda del “derecho a decidir” como reivindicación jurídico-legal, si bien inserta en un marco más vasto de ruptura democrática y proceso constituyente a nivel estatal que debería desembocar en un encaje de tipo federal. Esta postura se alinearía con las tesis defendidas desde el movimiento Procés Constituent a Catalunya, organizado en abril de 2013, y que ha formado parte de los colectivos impulsores de la plataforma municipalista Guanyem-Barcelona en Comú.

                                                                                                                José Ignacio TORREBLANCA: “Podemos arrebata el nacionalismo al PP”, El País, 2 de febrero de 2013; Pablo PARDO: “El líder de Podemos, en Estados Unidos”, El Mundo, 18 de febrero de 2015. La réplica al debate sobre el estado de la Nación, en: https://www.youtube.com/watch?v=_coIdjH -Ikc

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Pero junto a esos condicionantes específicamente locales, el proyecto de Podemos ha sido contemporáneo a otras interpretaciones sobre lo transnacional. Pablo Iglesias rechazó en una entrevista concedida en el otoño de 2014 que su figura pudiese tildarse de “leninista posmoderno”, considerando tal definición como una contradicción entre posiciones de duda sobre la realidad y un proyecto revolucionario holístico16. No obstante, el término posmoderno constituye un objeto de reflexión presente en las reflexiones sobre la nueva izquierda radical posterior a 1991. David Priestland ha detectado –a partir de un producto televisivo ucraniano reciente que adaptaba un clásico de la literatura soviética y que fue emitido en China– una hibridación “típicamente posmoderna” vinculable con los cambios culturales derivados del colapso del socialismo real, la “revolución neoliberal” y la 17 globalización . El politólogo Antonio Negri ha reflexionado, por su parte, sobre la dialéctica trazada entre crisis de la modernidad, eclosión de un sistema de poder posnacional de rango “imperial” y “reconocimiento de lo posmoderno como nuevo mundo (cognitivo y político) de resistencia”18.

                                                                                                               

Arsenio ESCOLAR: “Pablo Iglesias: Aspiramos a la mayoría absoluta para que el PP y el PSOE no se atrincheren juntos”, 20 Minutos, 4-XI-2014. 16

David PRIESTLAND: Bandera roja: Historia política y cultural del comunismo, Barcelona, Crítica, 2010, pp. 542-547. 17

Antonio NEGRI: La fábrica de porcelana. Una nueva gramática de la política, Barcelona, Paidós, 2008, p. 116. 18

 

Esta última óptica ha sido desarrollada en extenso en la trilogía de Negri junto a Michael Hardt dedicada al capitalismo globalizado, las multitudes transnacionales cruzadas por identidades híbridas y las expectativas de un proceso constituyente de rango universal19. También a caballo entre lo local y lo global se emplazan muchas de las reflexiones de Slavoj Žižek, interesadas por la “utopía neoliberal”, el sentido transnacional de las protestas del 15M, las revueltas griegas, el movimiento Occupy Wall Street o las Primaveras Árabes, o sobre la pertinencia de la “hipótesis comunista” como ideal emancipador igualitario20. Y a todo ello, finalmente, cabe añadir el ejemplo de las invocaciones patrióticas o de memoria colectiva –nacional emancipadora o indigenista– presentes en las experiencias de los regímenes rupturistas latinoamericanos. En estas coordenadas asimétricas sobre lo nacional-local y lo transnacional cabe situar el interés de Podemos por articular un nuevo discurso nacionalpopular de izquierdas mediante la reapropiación emotiva de lo español. Ahí se ubica también su peculiar euroescepticismo –fundado en el rechazo al Pacto de Estabilidad y las políticas de austeridad de la Unión

                                                                                                                                                      Michel HARDT y Antonio NEGRI: Imperio, Madrid, Debate, 2000; Multitud: Guerra y Democracia en la era del imperio, Madrid, Debate, 2004; Commonwealth: El proyecto de una revolución en común, Madrid, Akal, 2011.

19

Slavoj ŽIŽEK: Primero como tragedia, después como farsa, Madrid, Akal, 2011, pp. 7-11 y 116-145.

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Europea–, junto erigir una nueva de gravedad se eje atlántico y centroeuropeo Mediterránea.

 

a la apelación por Europa cuyos puntos trasladarían desde el el núcleo financiero a la Europa

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