POCOS ESPEJITOS DE COLORES. LA MATERIALIDAD DE LAS RELACIONES INTERÉTNICAS EN FLORIDABLANCA (SAN JULIÁN, SIGLO XVIII)

Share Embed


Descripción

Pocos espejitos de colores. La materialidad de las relaciones interétnicas en Floridablanca

POCOS ESPEJITOS DE COLORES. LA MATERIALIDAD DE LAS RELACIONES INTERÉTNICAS EN FLORIDABLANCA (SAN JULIÁN, SIGLO XVIII) Silvana Buscaglia* y María Victoria Nuviala*

INTRODUCCIÓN Desde el siglo XVI en adelante, la Bahía de San Julián fue testigo del contacto entre europeos e indígenas, primero en el marco de breves exploraciones de reconocimiento hasta un primer intento formal de poblamiento a fines del siglo XVIII, como parte del plan de colonización de la costa patagónica por la Corona española1. Dentro de los lineamientos del proyecto de poblamiento, en el caso específico de la colonia de Floridablanca, no parece haberse contemplado formalmente la dominación, la explotación y/o evangelización de los grupos locales, aunque sí se planificó el contacto con los mismos. La información histórica disponible nos habla de convivencia pacífica y trato cotidiano -en períodos variables durante los cuatro años de vida del poblado- entre los españoles y los indígenas. Con la instalación de Floridablanca se habría creado un escenario particular para la configuración de las relaciones interétnicas en la Bahía de San Julián. Las relaciones entre poblaciones europeas y americanas no pueden ser discutidas fuera del marco de la conformación de la sociedad moderna. Este proceso ha sido caracterizado por algunos autores como el surgimiento, expansión y consolidación del sistema capitalista a escala global desde el siglo XV hasta la actualidad, estableciendo en su desarrollo un nuevo orden social y nuevas prácticas sociales (Johnson 1996). La riqueza de una perspectiva de esta naturaleza radica en analizar este proceso global atendiendo a las particularidades de cada contexto y la multiplicidad de trayectorias que siguió la sociedad moderna en distintos momentos y lugares (ver por ejemplo Funari et al. 1999¸ Senatore y Zarankin 2002; entre otros). Ello implica prestar especial a atención a la variabilidad de las relaciones de contacto y colonización en función de la heterogeneidad de agentes involucrados. En este proceso global, si bien la dominación fue un componente crucial a las interacciones coloniales, su forma y grado varió en función de los contextos particulares (Rostchild 2003). El énfasis sobre la particularidad de los escenarios del contacto y el colonialismo es resultado de una reacción a aquellas tendencias que tienden a sobresimplificar el colonialismo europeo en un modelo único y homogéneo. Desatendiendo con ello a la importancia de la variabilidad de las prácticas tanto de los actores indígenas como europeos y los cambios producidos en ambas sociedades, no sólo la indígena, como consecuencia del encuentro. Por esta razón nos interesa prestar especial atención a la agencia de los actores indígenas (Wilson y Rogers 1993). Esta mirada implica un rechazo a los modelos unidireccionales como la aculturación y la teoría de los sistemas mundiales para dar cuenta las relaciones interétnicas (ver críticas a estas perspectivas en Lightfoot 1995; Silliman 2005; Stein 2005, entre otros). Sobre la base de esta propuesta teórica, en este trabajo nos proponemos abordar las relaciones interétnicas en el escenario creado con la instalación de Floridablanca. Nuestra perspectiva integra el análisis de las fuentes históricas y la cultura material. Particularmente nos interesa explorar por un lado la imagen que los discursos crean acerca de dichas relaciones y, por otro, la materialidad de las mismas como resultado de las prácticas de los diversos actores sociales involucrados en el encuentro. Partimos del supuesto de que las relaciones interétnicas se estructuran diferencialmente en función de las distintas identidades y el grado de poder de los grupos e individuos involucrados. Es decir, estas relaciones no sólo se restringen a las identidades étnicas sino que están implicadas otras esferas relacionadas por ejemplo con el estatus, el género, la ocupación, entre otras. Al mismo tiempo, la cultura material participa en la interacción social y en la expresión de la identidad en el marco de las prácticas de los actores sociales. De esta manera el mundo material no sólo refleja y es producto de las relaciones sociales, sino que además contribuye a crearlas y estructurarlas (Bourdieu 1977; Giddens 1995).

* Departamento de Investigaciones Prehistóricas y Arqueológicas-IMHICIHU-CONICET 1 Pigafetta [1519-1522] 1957; Drake 1854; Lozano 1972; Barne [1752] 1972, entre otros.

813

S. Buscaglia, V. Nuviala

LA REPRESENTACIÓN DEL ENCUENTRO EN EL DISCURSO ESPAÑOL El objetivo de esta sección se orienta analizar la forma en que se construyeron las relaciones interétnicas en el discurso generado por los españoles. Para esto nos focalizaremos en la manera en que se representa el encuentro en el contexto de Floridablanca, en quiénes elaboran los discursos, qué actores sociales participan en los mismos y finalmente, el rol que la cultura material jugó en la construcción de las relaciones entre la población española y local desde el plano de las narrativas. Si partimos de la idea del discurso como práctica (Foucault 1984), podemos entender que en los documentos la realidad social es a la vez representada y construida, posicionando a los sujetos de diversas maneras (Foucault 1966 en Tilley 1990). Por esta razón, los documentos pueden ser entendidos en términos de discursos sobre un determinado orden social (Senatore 2003). Así, entendemos que las fuentes en sí mismas constituyen un discurso elaborado por determinados actores sociales acerca de la forma en que los mismos percibieron y construyeron la realidad del encuentro. Este proceso habría estado atravesado por la negociación del poder y la puesta en juego de las identidades de los diversos grupos e individuos involucrados en el mismo. La representación del contacto como inmediato y pacífico predomina en la mayor parte de los relatos, desde el momento de la llegada de la expedición destinada a fundar Floridablanca en noviembre de 1780 hasta tiempo después del abandono de la colonia como se ejemplifica en la siguiente carta fechada en 1788: “Los robustos Indios que habitan los parajes de la costa patagónica más a propósito, nunca han desmentido la sinceridad de su afecto hacia nosotros, porque las primeras embarcaciones que arribaron en estos últimos tiempos tuvieron una acogida admirable; después cuando por cuenta de la Real Hacienda formó establecimiento Don Antonio Viedma para abandonarlo, como se le previno, tuvo necesidad de engañarlos y embarcarse con su gente de noche temeroso de que le estorbaran la salida, que les era muy sensible...” (Revista de la Biblioteca Nacional 1939). La convivencia y el trato cotidiano en un mismo escenario fueron aspectos fundamentales en la configuración de las relaciones interétnicas entre españoles e indígenas. Algunos de los documentos analizados describen la elección del grupo local de instalar su campamento junto al poblado de Floridablanca, aunque manteniendo cierto grado de movilidad y períodos de distanciamiento variable respecto a la colonia. Al respecto, es interesante mencionar la tendencia de los tehuelches de San Julián de frecuentar e instalarse junto a los otros dos enclaves patagónicos2 que fueron creados por la Corona Española a fines del siglo XVIII, antes de la fundación de Floridablanca y luego de su abandono. Es importante destacar aquí, que fue variable la forma en que se estructuraron las relaciones interétnicas entre un mismo grupo indígena y cada uno de los asentamientos que formaron parte del proyecto de poblamiento de Patagonia. A diferencia del caso de Floridablanca, la relación de los tehuelches de San Julián con los otros dos poblados no fue pacífica3 (Sanguinetti de Bórmida et al. 2005). La fijación o no de límites precisos en el uso del espacio inmediato al emplazamiento del poblado, constituye uno de los aspectos que nos interesa indagar desde el plano discursivo y material. A partir del análisis de la documentación histórica pudimos observar que al inicio de los trabajos de edificación es posible que haya existido una superposición, simplemente porque los límites del poblado no estarían aún tan claramente definidos. Más tarde, cuando éste se concluye, se menciona en las fuentes en reiteradas ocasiones que todas a aquellas veces en que la toldería se instaló junto al poblado, siempre lo hizo en cercanías al fuerte4. Esto nos hace pensar en una localización relativamente fija y fuera del área del poblado del campamento indígena, ya que no existen hasta el momento referencias sobre tehuelches compartiendo espacios de habitación con los colonos o a la inversa, aunque sí alusiones a visitas exclusivamente del Cacique a las habitaciones del Superintendente5. Los documentos analizados, en tanto discursos generados desde el poder, tan sólo hacen mención a aquellos actores que son representados como los principales mediadores en el proceso de contacto y las identidades que se pusieron en juego para que el mismo fuera posible. Varios autores (Meskell 2001; Jones 1997 y 1999; Rothschild 2003; entre otros) han planteado que en el proceso de construcción de las relaciones sociales entran en juego las distintas identidades sociales que poseen los individuos, entendidas éstas como dinámicas

Estos fueron el Fuerte Nuestra Señora del Carmen –Pcia. de Río Negro- y el Fuerte San José –Pcia. de Chubut. AGN, Sala IX, 16-3-2 “Carta del Comisario Superintendente Don Francisco Viedma al Virrey Juan José Vértiz, Fuerte Nuestra Señora del Carmen, 4 de junio de 1779”; Sala IX, 16-4-4 “Carta de Don José Ignacio de la Quintana al Virrey Marqués de Loreto, Fuerte Nuestra Señora del Carmen, 31 de marzo de 1787, “Carta de Pedro Burniño a José Ignacio de la Quintana, Fuerte de la Candelaria en Puerto San José, 7 de agosto de 1787”; Sala IX, 16-4-5 “Carta de Pedro Burniño al Capitán del Regimiento de Infantería de Buenos Aires y Gobernador de Río Negro, Tomás Gil, Fuerte del Carmen, 11 de junio de 1788”. 4 AGN, Sala IX, 16-3-7 “Carta del Comisario Superintendente Don Antonio Viedma al Virrey Juan José Vértiz, Floridablanca, 10 de mayo de 1781”: 5 AGN, Sala IX, 16-3-7 “Carta del Superintendente Don Antonio Viedma al Virrey Juan José Vértiz. San Julián, 10 de mayo de 1781”. 2 3

814

Pocos espejitos de colores. La materialidad de las relaciones interétnicas en Floridablanca

y contextualmente específicas. En nuestro caso, observamos que la identidad de los indígenas se representa a partir de la construcción de la categoría social (Jenkins 1996) de “Indios”. De acuerdo a Bonfil Batalla (1992), este término, en tanto categoría supraétnica, niega las identidades preexistentes y las diferencias de los distintos grupos humanos, que se autodenominan de distintas formas pero nunca como “indios”. De esta manera, la categorización social se convierte en un medio para objetivar las relaciones sociales y el control sobre las mismas (Bianchi Villelli 2002). Si bien la autoadscripción étnica está negada en las narrativas elaboradas por el poder colonial, el discurso oficial parece mostrar que las relaciones entre los individuos de ambos grupos se habrían articulado en función de un reconocimiento de identidades asociadas a su posición en la escala social. El reconocimiento mutuo para entablar el contacto está dado por la identificación de los individuos que detentan el poder en ambas sociedades, el Cacique Julián entre los tehuelches y el Superintendente Don Antonio Viedma entre los españoles, quienes son los actores principales en el discurso oficial generado en torno al contacto. De esta manera, la diferencia cultural es superada mediante la elección de una estrategia de reconocimiento en la equivalencia de rangos y género entre los interlocutores principales de ambos grupos, donde el juego dinámico de identidades es lo que permite entablar las negociaciones en un escenario marcado por la diversidad sociocultural

La importancia de los bienes y servicios en la configuración de las relaciones entre españoles y tehuelches El análisis de las cartas6 y los registros de contaduría7 elaborados por los funcionarios de la colonia permitió observar una tendencia hacia una relación desigual entre los bienes y servicios suministrados por una y otra parte. En los documentos sólo se consignan aquellos bienes que fueron suministrados por el poder oficial.8 Del lado de los españoles, la estrategia implementada respecto a las poblaciones locales consistió en un abastecimiento regular –mensual- y estandarizado de cierta clase de alimentos y bebidas -pan, bizcocho, harina, menestra, grasa, frascos de aguardiente y vino, entre otras cosas- y bienes –sobre todo tabaco, abalorios, prendas y textiles. Los alimentos eran los mismos que se distribuían entre la población española en forma de raciones, aunque a los indígenas se les entregaba una menor diversidad de productos. Asimismo, en algunos de los documentos analizados se observa la entrega bienes especiales que no formaban parte de los bastimentos ordinarios del almacén, como por ejemplo ollas de hierro, aperos de montar que eran altamente valorados entre los tehuelches, y entregados en circunstancias especiales.9 Los bienes suministrados por los españoles pudieron haber seguido distintas trayectorias dentro del grupo tehuelche y probablemente fueron manipulados para reforzar o reformular posiciones de poder dentro de este grupo. Al respecto, resulta interesante mencionar que bienes considerados como ordinarios entre los españoles –abalorios, ollas de hierro, prendas de vestir como ponchos de determinados colores, entre otrospodían pasar a convertirse en marcadores simbólicos de estatus social entre los indígenas. De esta manera los artefactos pueden ser considerados como símbolos, donde la arbitrariedad de la relación entre el significado y el significante, implica el carácter totalmente histórico y contingente del primero, abriendo ello el juego para su manipulación y movilización del sentido (Baudrillard 2002; LeCron Foster 1994). En relación a esto, resulta útil extender el planteo de Miller a la discusión sobre el rol de la cultura material en el proceso de contacto. Dicho autor, criticando aquellos modelos que postulan una expansión homogénea de la sociedad moderna, señala que los artefactos producidos en el marco de una economía de mercado pueden ser resignificados en los contextos particulares de uso (Miller 1994), lo cual es aplicable tanto a las poblaciones criollas como indígenas. Este proceso de resignificación de la cultura material debe ser entendido en base a la definición de la identidad en sus múltiples dimensiones que da sentido a las prácticas de los individuos que se apropian de tales ítems materiales (Jones 1997). El análisis de la frecuencia y ritmos de entrega de bienes y alimentos muestra picos de mayor abundancia que son coincidentes con los períodos de tiempo en que los tehuelches se encuentran asentados en las inmediaciones de poblado, cuando llega algún grupo indígena amigo, en momentos previos a la partida de los indígenas rumbo a viajes de larga duración o como retribución a algún favor especial, modalidad que predominó AGN, Sala IX, 16-3-4 al 16-3-12; 16-2-9 y 16-4-1. AGN, Sala XIII, 30-10-5. Una de las pocas excepciones a esta práctica la constituye la entrega de un sombrero de propiedad personal de un marino al Cacique Julián, aunque el Superintendente Don Antonio Viedma ordenó que a dicho marino se le devolviese el valor de dicho sombrero. Aún en estas contadas excepciones vemos cómo el poder oficial interviene en la circulación de la cultura material entre indígenas y españoles (AGN, Sala IX, 16-3-6 “Carta del Contador F. E. Gavarri al Superintendente A. de Viedma, San Julián, 1 de septiembre de 1781). 9 En el diario de Viedma ([1783] 1972) la entrega de esta clase de bienes está relacionada con la llegada de grupos de “indios amigos” de los tehuelches de San Julián o con la búsqueda efectuada por el Cacique y sus hombres de unos desertores de la colonia. 6 7 8

815

S. Buscaglia, V. Nuviala

entre los tehuelches respecto a los españoles –i.e. suministro de información10, exploración del territorio11, búsqueda de desertores12, engorde de mulas13, búsqueda de ganado cimarrón14, entre otras cosas. En contados casos observamos el registro de retribuciones materiales por parte de los indígenas. Estas consistieron fundamentalmente en el suministro de carne guanaco como devolución a algún favor especial hecho por los españoles o cuando la colonia pasó por períodos de desabastecimiento (Viedma [1783] 1972: 934). Otro ejemplo puntual es el trueque de caballos por bienes, donde los términos del intercambio estuvieron claramente especificados por ambas partes tal como se expone a continuación: “...Con estos Indios podré proporcionar me vendan 20 o 30 yeguas, cada una por una olla de hierro de 6 en rancho, un bocado de freno, un poncho azul y un mazo de abalorios de color leche de los gruesos, si a VS le parece tendrán menos costos que viniendo embarcadas, se servirá mandar se me remitan estos efectos”.15 Dada la especificidad del pedido, este ejemplo muestra claramente la posibilidad que los españoles hayan contemplado la selectividad de los grupos locales en relación a determinados objetos europeos. Esto es importante, ya que permite trascender aquella visión de los indígenas como meros receptores pasivos y destacar así su agencia en el proceso de contacto. Por el momento desconocemos si otras clases de alimentos y bienes, además de recursos locales, fueron proporcionados por los tehuelches. Es posible que cierta clase de objetos o recursos no tuvieran una significación especial dentro de las esferas oficiales de intercambio o bien circularan en esferas paralelas al mismo, práctica que pudo haber sido silenciada en el discurso oficial sobre el contacto y haber involucrado otros grupos sociales fuera del de los funcionarios. De alguna manera, a pesar del buen trato entre españoles e indígenas, es posible, que al menos en el plano del discurso oficial, se haya buscado mantener la distancia social entre ambos grupos a través de la ausencia de referencias a la incorporación tanto de prácticas como de la cultura material local. En el plano discursivo, esto podría interpretarse en términos de reafirmar la identidad y demarcar una posición de poder frente al grupo local y sobre todo ante las autoridades del Virreinato, principales receptores de los oficios. En síntesis, el análisis de las fuentes históricas nos ha permitido establecer desde el plano discursivo que los principales protagonistas del encuentro fueron los individuos de mayor jerarquía en ambos grupos, y que la cultura material de origen europeo jugó un rol muy importante en la estructuración de las relaciones entre tehuelches y españoles (Sanguinetti de Bórmida et al. 2005) Sin embargo, es llamativa la ausencia de referencias a la participación de otros actores sociales -de un grupo como del otro- y la incorporación tanto de prácticas como de la cultura material indígena en el plano de las prácticas de la población española. Pensamos que los documentos, en tanto discursos, y sobre todo discursos de poder, nos están ofreciendo una imagen recortada de las relaciones entre ambos grupos, es por esto que buscamos a partir del estudio de la cultura material evaluar dicha imagen y establecer la realidad del contacto en el plano de las prácticas de los diversos actores involucrados.

LA MATERIALIDAD DE LAS RELACIONES INTERÉTNICAS EN FLORIDABLANCA Con el objeto de empezar a entender el rol que la cultura material jugó en la construcción de estas relaciones, presentamos los primeros resultados del estudio de diversos contextos arqueológicos. Dichos contextos son representativos de los distintos grupos sociales que habitaron dentro y fuera del poblado (Sanguinetti de Bórmida et al. 2005, Senatore 2003). Es por esto que el análisis de la distribución espacial y composición de la cultura material constituye una primera aproximación para empezar a entender como se estructuraron las relaciones sociales en la práctica y en un escenario socialmente diverso. Los contextos elegidos incluyen los espacios dentro del poblado y sectores aledaños al mismo con concentraciones de materiales indígenas y españoles del siglo XVIII asociados. Destacamos que en este trabajo integramos el análisis de los artefactos líticos a otras líneas de evidencia que vienen siendo objeto de trabajos previos. El análisis de los conjuntos líticos y su problematización en términos de las relaciones interétnicas constituye una nueva línea de investigación en el marco del proyecto, presentando aquí un primer abordaje a la misma. Por ejemplo cuando la expedición colonizadora arribó por primera vez a la Bahía de San Julián, el Superintendente agasajó con alimentos y bienes al grupo de Cacique Julián, quienes por su parte indicaron la localización de las fuentes de agua dulce, esenciales para la instalación de la colonia (Viedma [1783] 1972: 879-880). 11 A finales de 1781 Viedma parte junto algunos de sus hombres y el Cacique Julián y su gente en una expedición a la desembocadura del Río Santa Cruz en busca de maderas (Viedma [1783] 1972: 922-933). 12 AGN, Sala IX, 16-3-9 “Carta del Superintendente Don Antonio Viedma al Virrey Juan José Vértiz. San Julián, 13 de enero de 1782”. 13 Viedma [1783] 1972: 908. 14 Viedma [1783] 1972: 910. 15 AGN, Sala IX, 16-3-10 “Carta del Comisario Superintendente Don Antonio Viedma al Intendente del Ejército y Real Hacienda Don Manuel Ignacio Fernández, Nuevo Establecimiento de la Bahía de San Julián, 10 de mayo de 1782”. 10

816

Pocos espejitos de colores. La materialidad de las relaciones interétnicas en Floridablanca

LOS ESCENARIOS

El espacio del poblado Los contextos de excavación incluyen dos espacios distintos de habitación interpretados como unidades domésticas y el sector Noreste del Fuerte donde funcionaron espacios de habitación para la tropa –lado este- y de las familias labradoras en un principio –lado norte. Cabe destacar que estos contextos difieren entre sí en lo que respecta a su historia de formación, en especial a su integridad y resolución. Estos aspectos debieron ser considerados especialmente a la hora de generar preguntas sobre los mismos y de relacionarlos (Figura 1). Hasta el momento en todas las áreas excavadas, por debajo del contrapiso, se registró un nivel completamente estéril, denominado nivel III, sin arrojar evidencia de ocupaciones tanto indígenas como europeas previas. Asimismo, tampoco se han registrado materiales de origen europeo posteriores a la ocupación de Floridablanca, que pudieran dar cuenta de una reocupación del sitio. El primer contexto corresponde a una de las nueve casas –22 m2 excavados- construidas durante los años 1781 y 1782 por la Corona, destinadas al alojamiento de las familias de labradores. Esta unidad doméstica se subdivide en dos recintos en los cuales se observó evidencia de acondicionamiento interno –i.e. vértebras de ballena como mobiliario, bolsas de rafia conteniendo semillas de cereales. La presencia de un potente depósito de tejas, producto del derrumbe del techo, actuó como sello para los depósitos inferiores, otorgando a éstos un alto grado de resolución e integridad (Senatore et.al. 2001) El segundo contexto se trata también de una unidad doméstica –30 m2 excavados- y corresponde a una de las edificaciones que fueron levantadas por cuenta propia de los pobladores y pertenecientes a los mismos, es decir que no formó parte del proyecto oficial. La estructura se compone de un recinto cerrado con una sola abertura. Asociada a la misma, se identificó un recinto externo que habría funcionado como anexo. A diferencia de las viviendas oficiales, esta estructura fue techada mediante un quinchado. En el interior se registró un fogón, estructuras de adobe y una entrada de baldosas. (Bianchi Villelli et al. 2005). En el área del fuerte se trabajaron dos contextos diferentes: el sector interno y el foso perimetral -48 m2 excavados. El fuerte fue inicialmente el lugar donde se alojó toda la población -labradores, funcionarios, maestranza, presidiarios y tropa -, quedando estos últimos cuatro cuando los labradores dispusieron de espacios de habitación fuera del mismo. Dadas sus dimensiones -2500 m2-, sus características construcFigura 1. Plano arqueológico de la “Nueva Colonia y Fuerte de Floridablanca. Se señalan en gris los tivas y su historia de formación, constituye un área sectores dentro del poblado analizados para el compleja en términos de la estructuración del espacio presente trabajo. Los círculos (A, B, C, D y E) y la resolución del registro arqueológico. corresponden a las concentraciones en superficie En el sector interno del fuerte, la integración de con materiales indígenas y españoles asociados. la distribución en planta de los depósitos asociados a derrumbes de paredes, compactación y preparación diferencial del piso y contrapiso con materiales arqueológicos incorporados, nos permitió delimitar áreas del uso del espacio. El foso que rodea perimetralmente al fuerte, en los sectores en que fue excavado, pudo ser identificado como un área importante de descarte, con actividades de mantenimiento evidenciadas en la estratigrafía (Buscaglia et al. 2005) Figura 2. Frecuencias absolutas artefactos registrados en las transectas realizadas en el sector Oeste- Noroeste.

817

S. Buscaglia, V. Nuviala

El espacio fuera del poblado Con el objeto de evaluar las características y el comportamiento de la cultura material en el espacio, en sucesivos trabajos de campo se realizaron prospecciones sistemáticas en las inmediaciones del poblado. Dichos trabajos consistieron en transectas, recolecciones de superficie y sondeos. Las transectas fueron 20, de 1 km de largo, divididas en tres segmentos -A-B-C- de 330 m. Las frecuencias más altas de materiales se registraron en el segmento A -primeros 300 m- que corresponde al sector oeste-noroeste del poblado (Figura 2). Las concentraciones de superficie registradas fueron 5 (ver Figura 1) en las cuales se plantearon cuadrantes de 20 x 20 m para la recolección de materiales en superficie. Los sondeos que se realizaron en las mismas, fueron de 0,5 x 0,5 m y no evidenciaron materiales arqueológicos en estratigrafía. Así, en función de los resultados obtenidos a partir de las primeras prospecciones decidimos focalizarnos en el Sector Oeste-Noroeste donde se registraron las mayores frecuencias. Las concentraciones se caracterizaron en todos los casos por la presencia de materiales líticos en asociación exclusivamente con materiales españoles del siglo XVIII.

LA CULTURA MATERIAL DE LOS ESCENARIOS El estudio de la cultura material es abordado en función de la discusión de la imagen del contacto generada desde el discurso oficial. Las preguntas que orientan el análisis están relacionadas con los escenarios, los bienes que estaban circulando o no entre españoles e indígenas, la dirección de los mismos y finalmente los actores involucrados en la construcción material de las relaciones interétnicas. Destacamos que se enfatizará el análisis de las distintas categorías de bienes en función de su presencia por fuera de las esferas de uso y circulación habituales, es decir en los nuevos escenarios sociales en que se insertan a partir de la construcción de las relaciones interétnicas. Las categorías de bienes seleccionadas para el análisis comprenden artefactos e instrumentos líticos –de origen local como europeo-, vajilla doméstica –cerámica española-, botellas de vidrio y artefactos de metal de manufactura europea. Consideramos que la cultura material no sólo debe ser pensada en términos del rol funcional que cumple al interior de un grupo social, sino también en función de su participación en la construcción de las relaciones sociales. En este sentido, las elecciones tecnológicas pueden ser pensadas también como estrategias relacionadas con aspectos tales como la identidad social y la negociación de la diferencia (Lemonnier 1993). De acuerdo a Pfaffenberger (1988) la creación y circulación de una nueva tecnología implica no sólo crear y utilizar nuevos artefactos o técnicas, sino la construcción de un nuevo mundo de relaciones sociales, económicas y políticas.

Dentro y fuera del poblado: comparabilidad de los contextos A diferencia de los materiales históricos cuya cronología y proveniencia es acotada y conocida, los conjuntos líticos presentan la dificultad de adscribirlos temporalmente. Por esta razón, consideramos necesario evaluar sus características en los contextos de excavación y superficie con el objeto de establecer la comparabilidad entre ambos y caracterizar de manera general la tecnología lítica en Floridablanca. Las variables utilizadas para ello fueron el tipo de materias primas, estadios de reducción, porcentajes de corteza y diseños. En cuanto al tipo de materias primas, observamos que las de mayor representación: sílice, calcedonia y obsidiana, se encuentran tanto al interior del poblado como en sus inmediaciones. Sin embargo, se han registrado diferencias en cuanto a la composición de ambos conjuntos. En primer lugar, se observa una mayor diversidad de materias primas en los conjuntos de superficie –zonas aledañas al poblado- y en segundo lugar, diferencias en cuanto a las frecuencias relativas

818

Figura 3. Frecuencias absolutas de materias primas registradas en los contextos de excavación -dentro del poblado- y superficie –fuera del poblado.

Pocos espejitos de colores. La materialidad de las relaciones interétnicas en Floridablanca

Figura 4. Porcentaje de corteza de los instrumentos y artefactos registrados en los contextos de excavación y superficie.

Figura 5. Frecuencias relativas de instrumentos y artefactos en contextos de excavación y superficie.

Tabla 1. Variación métrica de los raspadores provenientes de los contextos de excavación y superficie. Largo mm

Ancho mm

Espesor mm

MEDIA

25,72

23,06

6,22

DESVIO ESTANDAR

5,93

4,12

1,69

COEF VARIACION

0,23

0,17

0,27

de las materias primas más representadas. De esta forma, vemos que los sílices se encuentran en iguales proporciones en ambos conjuntos, mientras que las calcedonias predominan en los conjuntos provenientes de excavación –interior del poblado- y las obsidianas en los conjuntos registrados en superficie (Figura 3). Con respecto los estadios de reducción, se observó un alto porcentaje de artefactos e instrumentos con bajos o nulos porcentajes de corteza (Figura 4). Asimismo, el alto porcentaje de instrumentos terminados en relación con los artefactos en ambos contextos, sumado a otros elementos tales como, la alta frecuencia de lascas de reactivación registradas en el contexto del foso, estarían indicando que sólo se estarían llevando acabo los últimos estadios de reducción (Figura 5). Por último, realizamos un análisis preliminar sobre diversos aspectos relacionados con los diseños de los instrumentos y las técnicas de manufactura de los mismos. En primer lugar se exploró la composición de los conjuntos de superficie y excavación, a partir de los grupos tipológicos (Aschero 1975) presentes. Esto nos permitió observar que si bien, existe una mayor diversidad de grupos tipológicos en los conjuntos provenientes de contextos de superficie, las proporciones de instrumentos de filo largo –raederas, cuchillos- frente a raspadores se mantiene constante en ambos conjuntos. Asimismo, dentro del grupo tipológico de mayor representación en ambos contextos, es decir los raspadores, se observaron similitudes en sus diseños. Estas fueron evaluadas a partir de la exploración del comportamiento de medidas básicas tales como: ancho, espesor y largo. A partir de este análisis, pudimos advertir una baja variación en cuanto al ancho (Tabla 1). Esta estandarización en las medidas junto con la preferencia en las formas bases seleccionadas tales como hojas –de arista simple y doble-, lascas de arista y lascas angulares, en ambos conjuntos nos permite pensar en una manufactura orientada al reemplazo modular (Nelson 1991) (Figura 6). El análisis comparativo de los conjuntos registrados en excavación –los cuales poseen una cronología acotada y conocida - y superficie, ha permitido determinar similitudes entre los mismos. Estas similitudes se relacionan con la composición de los conjuntos, la distribución acotada a las cercanías del poblado16 y la asociación exclusivamente con materiales españoles del siglo XVIII. Asimismo, el análisis de indicadores tales como: presencia de pátinas y líquenes en materiales líticos y cerámicos; meteorización diferencial de ambas

Cómo ya mencionamos las concentraciones se registraron en las inmediaciones del poblado, hacia el sector Oeste- Noroeste del mismo. Nada similar fue registrado en prospecciones realizadas hacia el Sur y el Este, incluso en estas direcciones la presencia de hallazgos arqueológicos fue muy baja o nula. Por otro lado, aún dentro de espacios abiertos dentro del poblado, como la plaza, no se registraron concentraciones adscribibles a una posterior ocupación indígena del mismo. 16

819

S. Buscaglia, V. Nuviala

Figura 6. En la fotografía se puede observar la modularidad en los diseños de los raspadores recuperados en los contextos de excavación y superficie.

caras en materiales cerámicos y vítreos; baja o nula incidencia de agentes potenciales para la formación de concentraciones de origen natural (i.e. aguas de escorrentía, cursos fluviales) sería indicativa de la estabilidad de los contextos y una asociación de origen antrópico17. Ésta información en su conjunto nos permite pensar en una asignación de estos conjuntos y distribuciones a momentos tardíos, siendo probable su vinculación con la ocupación de Floridablanca.

La cultura material al interior del poblado: la tecnología lítica Ahora bien, en cuanto a la presencia de materiales líticos al interior del poblado observamos que los mismos se encuentran desigualmente representados en los distintos sectores investigados del mismo: la vivienda de los labradores, la vivienda construida al margen del proyecto de edificación oficial – estructura no proyectada- y el fuerte. Las dos primeras se caracterizan por una muy baja frecuencia de materiales líticos, en contraste al fuerte (Figura 7). En las viviendas de los labradores se determinó que los materiales líticos son de origen intrusivo, ya que fueron registrados cerca de la superficie. En este sentido, no fue posible establecer su presencia efectiva dentro este ámbito doméstico. La vivienda no proyectada presentó un registro diferente al resto de los sectores. En asociación con materiales españoles vinculados a actividades domésticas dentro de la estructura y sobre el piso de frecuentación, se registró un molino, un percutor, un raspador y una cuenta de piedra, todos ellos identificados como de manufactura local. A nivel general su presencia en un ámbito doméstico da cuenta de la posible circulación de cultura material indígena entre los pobladores y su incorporación a las prácticas de la vida cotidiana. Así, se rompe con el silencio de las fuentes sobre este aspecto, a la vez que se amplia el espectro de actores sociales y escenarios involucrados en el contacto.

Figura 7. Frecuencias absolutas de instrumentos y artefactos líticos provenientes de los contextos excavados al interior del poblado.

Figura 8. Fotografía de los chisperos recuperados en el Fuerte de Floridablanca.

En estudios previos (Senatore et al. 2000) se estableció que la erosión eólica, el pisoteo de ganado -ovino y equino- y la acción de roedores serían los principales agentes de formación del registro arqueológico en Floridablanca. durante los siglos XVII y XVIII, relevan diferencias en cuanto a las materias primas seleccionadas, las técnicas de manufactura (i.e. sobre hojas, lascas) que permiten asignarlas a un contexto geográfico y temporal de manufactura determinado. 17

820

Pocos espejitos de colores. La materialidad de las relaciones interétnicas en Floridablanca

En el fuerte se registró la mayor frecuencia y diversidad de materiales líticos en relación al resto de los sectores excavados. La mayor abundancia se observó en el lado Este del foso. Tanto este sector como el interior del fuerte se caracterizan por las mayores frecuencias relativas de instrumentos –sobre todo raspadores- y artefactos –vinculados a los últimos estadios de talla como por ejemplo la reactivación de filos. Cabe destacar que dentro de los conjuntos líticos se han identificado instrumentos de manufactura europea, entre los cuales se registran gunflints y gunspalls, conocidos como chisperos (Figura 8), empleados en las armas de fuego entre los siglos XVII y XIX (Honerkamp y Harris 2005, Kenmotsu 1990, Woodall et al.1997)18. La presencia de este tipo de materiales en el espacio del fuerte estaría indicando que tanto la tecnología cómo así también prácticas locales se encontraban más extendidas e integradas en la vida del poblado, a diferencia de la imagen que nos ofrecen los discursos. Por otro lado, la mayor abundancia de cultura material de origen indígena –más allá de su forma de ingreso o quienes la elaboraron- en el área del fuerte en relación al resto del poblado nos permite pensar que este fue un escenario importante en la construcción de las relaciones interétnicas. En ello podrían haber jugado su carácter público, socialmente diverso y asiento del poder del poblado. Por otro lado, su componente militar –el mayor dentro de los grupos que lo habitaron- y masculino pudo haber sido un elemento importante en el contacto, dada la experiencia de la tropa en el trato con indígenas.

La cultura material en los espacios aledaños al poblado: la cerámica, el vidrio y el metal Como ya mencionamos, estos contextos se caracterizaron por la asociación de materiales líticos y españoles adscribibles a la ocupación de Floridablanca. En este apartado nos centraremos en el análisis de la cerámica, el vidrio y el metal provenientes de las cinco concentraciones registradas en el sector oeste-noroeste próximo al poblado. El objetivo es establecer qué bienes de origen europeo estaban circulando entre el grupo local y a partir de ello, los actores que participaron. Dentro de la cerámica podemos hacer una distinción entre aquella traída por los pobladores y aquella suministrada por la Corona. La primera corresponde a la vajilla de uso doméstico, fundamentalmente mayólica y la segunda a los contenedores –cuya función estaba relacionada con el transporte y almacenamiento comercial de productos sólidos como líquidos (Marschoff 2004). Estos dos grupos se encuentran presentes tanto en los contextos al interior del poblado como fuera del mismo, con la diferencia que en estos últimos se registran en menor frecuencia y diversidad (Figura 9). La identificación de cerámica española en espacios que probablemente fueron ocupados por los indígenas nos presenta interrogantes acerca del rol funcional y su significado en un nuevo escenario social, aunque en este trabajo no nos extenderemos sobre este problema, debido a la complejidad del mismo. La presencia de vajilla doméstica nos lleva a preguntarnos sobre los actores sociales involucrados, en tanto que estos bienes constituían artículos de posesión personal o familiar entre los pobladores de la colonia. En cuanto a los contenedores, si bien su distribución era controlada por los funcionarios de la colonia, su presencia fuera del poblado no puede ser atribuida únicamente a estos actores, en tanto los pobladores eran beneficiarios de los mismos. Con respecto a los objetos de metal, su ausencia en los contextos de superficie –en contraste con lo que ocurre al interior del poblado- no necesariamente implica que esta clase de bienes y objetos no hayan formado parte de la cultura material indígena. Teniendo en cuenta el valor que los tehuelches les adjudicaban a esta clase de objetos en momentos históricos (Martinic 1995; Martinic y Prieto 1988; Viedma [1783] 1972) su ausencia en los contextos de superficie podría deberse más a cuestiones relacionadas con una baja tasa de descarte debido a su utilidad y valoración, que a factores de preservación diferencial, puesto que al interior del poblado –tanto en excavación como en Figura 9. Frecuencias absolutas de cerámica española superficie- se registraron objetos de metal buen estado en los contextos de excavación y de superficie. de conservación. Los mismos han sido identificados morfológicamente a partir de información bibliográfica y fuentes etnohistóricas, que presentan descripciones detalladas e imágenes sobre los mismos (Honerkamp y Harris 2005, Kenmotsu 1991, Woodall et al.1997). Asimismo, su presencia en Floridablanca fue advertida en fuentes documentales, en particular en una carta de Simón de la Puente a Francisco de Paula Sanz (Buenos Aires, 20-3-1784) donde se menciona la presencia de “256 piedras de fusil y 700 idem de pistola” dentro del rubro de municiones entre los bienes restantes al momento del abandono (AGN, Sala IX, 16-4-1). El conjunto de esta información nos permitió abrir interrogantes sobre la procedencia temporal y geográfica de estos bienes, en tanto diversos estudios sobre la manufactura de los mismos, 18

821

S. Buscaglia, V. Nuviala

Figura 10. Raspador manufacturado sobre la base de una botella de vidrio del siglo XVIII (a. cara ventral, b. cara dorsal y c. filo).

En el caso del vidrio observamos que en las concentraciones de superficie, éste se restringe fundamentalmente a fragmentos de botellas -identificadas como contenedores de bebidas alcohólicas- y cuentas –sobre todo de color turquesa. Los tipos registrados corresponden a los mismos recuperados en los contextos del poblado, aunque las cuentas de vidrio sólo se registraron en el fuerte. La presencia de esta clase de bienes, aunque en muy baja frecuencia, en las concentraciones de superficie no entra en contradicción con la información suministrada por las fuentes, ya que los mismos forman parte de las entregas realizadas por el poder oficial a los indígenas. De todas maneras no se descarta que esta clase de bienes –sobre todo las botellas-, hayan circulado por otras esferas. Un aspecto que llamó la atención fue la baja frecuencia –tan solo dos raspadores- de instrumentos manufacturados sobre vidrio (Figura 10). Sin bien para contextos tardíos (Jackson 1991 y 1999, Martinic 1995, Martinic y Prieto 1985-1986, Silliman 2001) podría esperarse el aprovechamiento de esta materia prima, este no parece haber sido el caso de Floridablanca. Una serie de causas podría estar dando cuenta de esta situación tales como la falta de disponibilidad de esta materia prima, preferencia de materias primas líticas de grano fino -i.e. sílice, calcedonia- debido a su mayor vida útil (Silliman 2001), restricciones sociales al acceso a la misma, entre otras. Sin embargo, si consideramos la abundancia de este tipo de restos en el contexto del poblado y el suministro de bebidas alcohólicas a los indígenas mencionada en los documentos, la primera causa no parece ser la opción más probable para dar cuenta de la baja frecuencia de instrumentos manufacturados sobre vidrio. Desde otro punto de vista, y sin entrar en contradicción con lo anterior, el mantenimiento de ciertas pautas culturales, puede estar vinculado a prácticas ligadas a las identidades individuales y grupales.

CONSIDERACIONES FINALES La imagen del contacto que surge a partir del análisis de las narrativas históricas sobre las relaciones entre indígenas y españoles en Floridablanca, muestra sólo a los hombres de mayor jerarquía en ambos grupos como principales protagonistas en la dinámica interétnica. Asimismo, la cultura material de origen europeo es la que juega un rol fundamental en la construcción de éstas relaciones. Sin embargo, es llamativo el silencio respecto a la intervención del resto de los actores sociales –de ambos grupos- y la incorporación tanto de prácticas como de cultura material indígena en la vida cotidiana del poblado español. Frente a esta imagen recortada del contacto construida desde el discurso oficial, el estudio de la cultura material nos ha permitido establecer la circulación de una mayor diversidad de bienes, la ampliación del espectro de actores sociales y de los escenarios involucrados en el marco de las relaciones interétnicas. Esta conclusión es apoyada por la presencia de vajilla doméstica en las concentraciones de superficie. La misma, en tanto propiedad personal de los pobladores, permite pensar en su participación en el trato con los indígenas y en esferas no formales para circulación de los bienes. Sin embargo, de los dos contextos domésticos del poblado, por el momento sólo la vivienda no proyectada ha mostrado evidencias que podrían dar cuenta del contacto. Por otro lado, la mayor abundancia y diversidad de artefactos e instrumentos líticos indígenas en el espacio del fuerte, señala a éste como un lugar destacado en la dinámica de las relaciones interétnicas. Su carácter público y la población mayormente masculina, soltera y de carácter militar alojada en este sector, con experiencia quizás en el trato con poblaciones locales, puede haber sido un factor que hizo del fuerte un escenario socialmente más dinámico en el ámbito del poblado. Las diferencias registradas al interior de la colonia podrían interpretarse a partir de una estructuración

822

Pocos espejitos de colores. La materialidad de las relaciones interétnicas en Floridablanca

diferencial de las relaciones interétnicas entre la población española y la población indígena en función de la heterogeneidad de ambos grupos. Por otro lado, amplía la imagen que se construye en el discurso de los funcionarios, donde se silencia la participación de esta diversidad de actores sociales y escenarios. Esta perspectiva basada en la premisa de heterogeneidad de los grupos involucrados, complejiza la comprensión sobre la circulación, incorporación o rechazo de los bienes involucrados en función de factores que pueden relacionarse con grados de distancia y proximidad social de ambos grupos en la construcción de las relaciones interétnicas y la negociación en el plano de la vida cotidiana de las identidades sociales, no sólo en relación con la etnicidad, sino también al estatus, género, la ocupación, entre otras cosas. Finalmente, entendemos que la expansión colonial implicó un cambio en las relaciones no sólo entre individuos sino también en las relaciones establecidas entre las personas y las cosas (Amuseen 1988; Senatore y Zarankin 2002). En este proceso, la cultura material actuó como un importante motor en la transformación de las prácticas, las relaciones, las identidades y la vida cotidiana de los diversos actores involucrados, tanto indígenas como europeos. Tales cambios afectaron las formas en que se estructuraron sus sociedades y fueron específicos a cada contexto. Si bien aún resta la incorporación de una mayor diversidad de contextos a tener en cuenta, esta primera aproximación nos permitió complejizar desde una perspectiva narrativa y material la construcción de las relaciones interétnicas en Floridablanca.

AGRADECIMIENTOS Agradecemos especialmente a la Municipalidad de Puerto San Julián por el apoyo brindado en las sucesivas campañas realizadas en Floridablanca. Especialmente a la Dra. Nora Franco, Lic. Karen Borrazzo, Lic. Ramiro Barberena y Lic. Judith Charlin por sus valiosos comentarios en relación al anáilsis de la tecnología lítica procedente de Floridablanca. Y finalmente a los Licenciados Marcelo Cardillo y Marcia Bianchi Villelli por haber aportado valiosas sugerencias para la elaboración del presente trabajo.

BIBLIOGRAFÍA Amuseen, S. 1988 An ordered society: gender and class in early modern England. Columbia University Press, New York. Aschero, C. 1975 Ensayo para una clasificación morfológica de artefactos líticos. Informe presentado en CONICET, Buenos Aires, Argentina. Ms. Barne, J. 1972 Viaje que hizo el San Martín desde Buenos Aires al puerto de San Julián, el año de 1752 y del de un indio paraguayo, que desde dicho puerto vino por tierra hasta Buenos Aires”. En Colección Pedro De Angelis, Tomo IV, pp. 66-101. Ed. Plus Ultra, Buenos Aires. Baudrillard, J. 2002 Crítica de la economía política del signo. Siglo XXI, México. Bianchi Villelli, M. 2002 Organizar la diferencia. Elecciones de consumo en Floridablanca. Tesis de Licenciatura en Ciencias Antropológicas, con orientación en arqueología. FFyL-UBA. Ms. Bianchi Villelli, M., X. Senatore y S. Buscaglia 2005 Identificación de nuevas estructuras en la colonia de Floridablanca. Aproximaciones históricas, arqueológicas y geofísicas. En Actas del VI Congreso Argentino de Americanistas. Sociedad Argentina de Americanistas. Universidad del Salvador, pp. 411-434. Ed. Dunken. Buenos Aires. Bonfil Batalla, G. 1992 Identidad y pluralismo cultural en América Latina. Fondo Editorial del CEHASS, Buenos Aires. Bourdieu, P. 1977 Outline of a Theory of Practice, Cambridge University Press, Cambridge. Buscaglia, S. M.X. Senatore, M. Bianchi Villelli, P. Palombo, y C. Milanes 2005 El Fuerte de la Colonia de Floridablanca: primera integración de la evidencia histórica, arqueológica y geofísica”. En Actas del V Congreso de Americanistas, pp. 429-446. Universidad del Salvador, Ed. Dunken, Buenos Aires. Drake, F. 1854 The world encompassed by Sir Francis Drake, London, Hakluyt Soc. Foucault, M. 1984 La arqueología del saber, Siglo XXI editores, México D.F. Funari, P., S. Jones y M. Hall (editores.) 1999 Back from the Edge, Archaeology into History, Routledge, Londres. Giddens, A. 1995 La Constitución de la Sociedad. Bases para la Teoría de la Estructuración. Amorrortu editores, Buenos Aires. Honerkamp, N. y N. Harris 2005 Unfired Brandon gunflints from the Presidio Santa María de Galve, Florida. Historical Archaeology 39 (4): 95-111. Jackson Squella, D. 1991 Raspadores de vidrio en Dinamarquero: Reflejo de una encrucijada cultural. En Anales del instituto de la Patagonia, vol. 20, pp. 57-67. Punta Arenas, Chile. 1999 Raspadores de vidrio en un asentamiento Aónikenk en el Valle del Zurdo, zona central de Magallanes. En Anales del instituto de la Patagonia, vol. 27, pp. 175-181. Punta Arenas, Chile. Jenkins, R. 1996 Social Identity. Routledge, Londres. Johnson, M. 1996 An Archaeology of Capitalism, Oxford, Blackwell. Jones, S. 1997 The Archaeology of Ethnicity. Routledge, London. 1999 Historical categories and the praxis of identity: the interpretation of ethnicity in historical archaeology. En Historical Archaeology from the Edge, editado por P. Funari, S. Jones y M. Hall, pp. 229-232. Routledge, London.

823

S. Buscaglia, V. Nuviala Kenmotsu, N. 1990 Gunlfints: A study. Historical Archaeology 24 (2): 92-124. LeCron Foster, M. 1994 Symbolism: the foundation of culture. En Companion Encyclopedia of Anthropology, editado. por T. Ingold, pp. 366-395. Routledge, Londres. Lemonnier, P. 1993 Introducction. Technological choices: transformation in material cultures since the Neolithic, editado por P. Lemonnier, pp. 1-35. Routledge, London. Lightfoot, K. G. 1995 Culture contact studies: Redefining the relationship between Prehistoric and Historical Archaeology. American Antiquity 60 (2): 199-217. Lozano, P. [1745] 1972 Diario de un viaje a la costa de la Mar Magallánica en 1745 desde Buenos Aires hasta el Estrecho de Magallanes formado sobre las observaciones de los Padres Cardiel y Quiroga por el Padre Pedro Lozano”. En Colección Pedro De Angelis, Tomo III, pp. 587-633. Ed. Plus Ultra, Buenos Aires. Martinic, M. 1995 Los Aónikenk. Historia y Cultura. Ediciones de la Universidad de Magallanes, Punta Arenas, Chile. Martinic, M. y A. Prieto 1985-1986 Dinamarquero, encrucijada de rutas indígenas. Anales del Instituto de la Patagonia, vol. 16, pp. 53-83, Universidad de Magallanes, Punta Arenas, Chile. Martinic, M. y A. Prieto 1988 Artesanía Aónikenk sobre metal a la luz de los hallazgos arqueológicos. Anales del Instituto de la Patagonia, vol. 18, pp. 99-106, Universidad de Magallanes, Punta Arenas, Chile. Marschoff, M. 2004 Gato por Liebre. Prácticas Alimenticias en Floridablanca. Tesis de licenciatura en Cs. Antropológicas, orientación arqueología. FFyL-UBA. Ms. Meskell, L. 2001 Archaeologies of identity. En Archaeological Theory Today editado por I. Hodder, pp. 187-213. Polity Press, Cambridge. Miller, D. 1994 Artefacts and the meaning of things. En Companion Encyclopedia of Anthropology, editado por T. Ingold, pp. 396-419. Routledge, London. Nelson, M. 1991 The study of technological organization. Archeological Method and Theory vol. 3, editado por M. B. Schiffer, pp. 57-100. University of Arizona Press, Tucson. Pfaffenberger, B. 1988 Fetishised objects and humanized nature: towards an anthropology of technology. Man (N.S.) 23, pp. 236-252 Pigafetta, A. (1519-1522] 1957 Relación del primer viaje alrededor del mundo. En América en los Grandes Viajes, pp. 15-71, Ed. Aguilar, Madrid. Rothschild, N. A. 2003 Colonial Encounters in a Native American Landscape. The Spanish and Dutch in North America. Smithsonian Books. Washington and London. Sanguinetti de Bórmida, A. C., M. X. Senatore y S. Buscaglia 2005 Patagonia en los confines de la sociedad moderna. Fronteras materiales en Floridablanca (siglo XVIII). En “La Frontera: realidades y representaciones”, pp. 69-84. Ed. Dunken, Buenos Aires. Senatore, M.X. 2003 El Poblamiento de la Costa Patagónica en el Siglo XVIII. La Colonia de San Julián. Tesis Doctoral, Departamento de Historia Moderna, Contemporánea y de América, Universidad de Valladolid. Ms. Senatore, M. X. y A. Zarankin 2002 Leituras da sociedade moderna. Cultura material, discursos y prácticas. En Arqueologia da Sociedade Moderna na América do Sul, editado por A. Zarankin y M X. Senatore, pp. 5-18. Ediciones del Tridente, Buenos Aires. Senatore M.X., M. Bianchi Villelli, S. Buscaglia y M. Marschoff 2001 Hacia la definición del plano arqueológico de Floridablanca. Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología XXVI, pp. 323-344. Senatore, M.X., M. Cardillo, M. Bianchi Villelli y S. Buscaglia 2000 Arqueología en Floridablanca. Primeros resultados. En Actas del III° Congreso Argentino de Americanistas, pp. 201-226. Sociedad Argentina de Americanistas, Universidad del Salvador, Ed. Dunken, Buenos Aires. Silliman, S. W. 2001 Agency, practical politics and the archaeology of cultural contact. Journal of Social Archaeology 1 (2): 190-209. 2005 Culture contact or colonialism? Challenges in the archaeology of native North America. American Antiquity 70 (1): 55-74. Stein, G. J. 2005 Introduction: The comparative archaeology of colonial encounters. En The Archaeology of Colonial Encounters: Comparative Perspectives, editado por G. J. Stein, pp: 1-29. School of American Research Press, Santa Fe. Tilley, C. 1990 Michael Foucault: Towards an archaeology of archaeology. En Reading Material Culture, editado por C. Tilley, pp. 281-347. Blackwell, Oxford. Viedma, A. [1783] 1972 Diario de Viedma. En Colección Pedro De Angelis, Tomo VIII, volumen B, pp. 845-936. Ed. Plus Ultra, Buenos Aires. Wilson, S.M. y J.D. Rogers 1993 Chapter 1: Historical dymanics in the contact era. En Ethnohistory and Archaeology: Approach to Postcontact Change in the Americas., editado por J. D. Rogers y S. M. Wilson, pp. 3-15. Plenum Press, New York. Woodall, J.N., S. T. Trage y R. W. Kirchen 1997 Gunflint production in the Monti Lesini, Italy. Historical Archaeology 31(4): 15-27.

Fuentes Documentales Archivo General de la Nación (AGN) Sala IX, Sección Gobierno, División Colonia, Legajos 16-3-2, 16-3-4, 16-3-5, 16-3-7, 163-8, 16-3-9, 16-3-10, 16-3-11, 16-3-12, 16-2-9, 16-4-1, 16-4-4, 16-4-5. Sala XIII, Sección Gobierno, División Colonia, Legajo 30-10-5. Revista de la Biblioteca Nacional 1939 Propuesta de ... a Francisco de Paula Sanz. Buenos Aires, 29 de julio de 1788. Tomo II, nº 8, pp. 661-662. Imprenta de la Biblioteca de la Nación, Buenos Aires.

824

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.