Pobreza y exclusión social en Cantabria

July 27, 2017 | Autor: Manuel Pérez Yruela | Categoría: Poverty Studies
Share Embed


Descripción

COLECCIÓN POLITEYA. ESTUDIOS DE POLÍTICA Y SOCIEDAD

ÚLTIMOS TÍTULOS PUBLICADOS

La pobreza y la exclusión social son problemas antiguos y persistentes, ya que están ligados a las desigualdades que caracterizan prácticamente a todas las sociedades conocidas. En este libro se aborda el desarrollo de un modelo de análisis para describir, analizar y cuantificar con rigor estos problemas y conocer cuál es su estado actual en la sociedad cántabra. El modelo distingue entre pobreza absoluta y relativa y argumenta a favor de medir esta última por referencia a la renta mediana cántabra. Se ofrecen así estimaciones sobre el número de hogares y personas bajo este umbral de pobreza para Cantabria, Santander y sus municipios. La exclusión se define como la acumulación de problemas en un hogar que, junto con la pobreza económica, agravan la situación de quienes la viven y hacen más difícil salir de ella. Sobre este aspecto también se hacen estimaciones cuantitativas. Además, se estudia de forma cualitativa mediante historias de vida realizadas a hombres y a mujeres que viven en situación de pobreza y exclusión. Ello ha permitido determinar el tipo de trayectorias y procesos de exclusión que se producen en Cantabria, que aportan información relevante sobre las causas de estos procesos y el pronóstico que puede hacerse sobre ellos. Esta obra supone un enfoque renovado de los estudios de pobreza y exclusión social y una aportación de interés práctico para el diseño y aplicación de la política social.

Colección Politeya

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

03. Rafael Llano, La sociología comprensiva como teoría de la cultura. Un análisis de las categorías fundamentales del pensamiento de Max Weber (1992). 04. Luis Moreno (comp.), Intercambio social y desarrollo del bienestar (1993). Social exchange and welfare development (ed. ingl.) (1993). 05. Ramón Mendoza Berjano, María Reyes Sagrera Pérez y Joan Manuel Batista Foguet, Conductas de los escolares españoles relacionadas con la salud (1986-1990) (1994). 06. José Luis Curbelo, Francisco Alburquerque, Carlos A. de Mattos y Juan Ramón Cuadrado (ed.), Territorios en transformación (Análisis y propuestas) (1994). 07. Sebastià Sarasa y Luis Moreno (comps.), El estado del bienestar en la Europa del sur (1995). 08. Luis Moreno, Escocia, nación y razón (Dos milenios de política y sociedad) (1995). 09. Daniel Borrillo (ed.), Genes en el estrado. Límites jurídicos e implicaciones sociales del desarrollo de la genética humana (1996). 10. Luis Moreno (comp.), Unión Europea y estado del bienestar (1997). 11. Thierry Desrues y Eduardo Moyano (coords.), Cambio, gobernabilidad y crisis en el Magreb. Una reflexión desde las dos orillas (1997). 12. Alain-G.Gagnon, Quebec y el federalismo canadiense (1998). 13. Clemente J. Navarro Yáñez, El sesgo participativo. Innovación democrática en municipios del sur de Europa (1960-1995) (1999). 14. Manuel Pérez Yruela, José M.ª Sumpsi, Isabel Bardají y M.ª del Mar Giménez Guerrero, La nueva concepción del desarrollo rural: estudio de casos (2000). 15. Rafael Serrano del Rosal, Transformación y cambio del sindicalismo español contemporáneo (2000). 16. Ángel Paniagua Mazorra (ed.), Naturaleza, agricultura y política agroambiental en España (2000). 17. Luis Moreno (ed.), Pobreza y exclusión: La “Malla de seguridad” en España (2001). 18. Manuel Pérez Yruela, Hilario Sáez Méndez y Manuel Trujillo Carmona, Pobreza y exclusión social en Andalucía (2002). 19. Eduardo González Calleja, La violencia en la política. Perspectivas teóricas sobre el empleo deliberado de la fuerza en los conflictos de poder (2002). 20. Manuel Pérez Yruela, Gregorio Rodríguez Cabrero y Manuel Trujillo Carmona, Pobreza y exclusión social en el principado de Asturias (2004). 21. Ángeles Escrivá y Natalia Ribas (coords.), Migración y Desarrollo (2004). 22. Manuel Pérez Yruela y Sebastian Rinken, La integración de los inmigrantes en la sociedad andaluza (2005). 23. Vicente Rodríguez Rodríguez, M.ª Ángeles Casado Díaz y Andreas Huber, La migración de europeos retirados en España (2005). 24. Gregorio Rodríguez Cabrero, Ana Arriba, Vicente Marbán y Olga Salido, Actores sociales y reformas del bienestar (2005). 25. Manuel Fernández Esquinas y Jorge Ruiz Ruiz, Los jóvenes y la creación de empresas (2006). 26. M.ª Trinidad García Leiva, Políticas públicas y televisión digital. El caso de la TDT en España y el Reino Unido (2008).

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

ISBN: 978-84-00-08691-6

27 CSIC

Dirigida por: Luis Moreno

CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS

Ilustración de la cubierta: Comillas (Cantabria), exterior de casa

COLECCIÓN: POLITEYA Estudios de Política y Sociedad

27

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA Investigador Principal Manuel Pérez Yruela Coordinación M.ª Isabel García Rodríguez Coordinador Estadístico Manuel Trujillo

CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS INSTITUTO DE ESTUDIOS SOCIALES AVANZADOS

GOBIERNO DE CANTABRIA

CONSEJERÍA DE SANIDAD Y SERVICIOS SOCIALES

Madrid, 2008

Reservados todos los derechos por la legislación en materia de Propiedad Intelectual. Ni la totalidad ni parte de este libro, incluido el diseño de la cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transmitirse en manera alguna por ningún medio ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, informático, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo por escrito de la editorial. Las noticias, asertos y opiniones contenidos en esta obra son de la exclusiva responsabilidad del autor o autores. La editorial, por su parte, sólo se hace responsable del interés científico de sus publicaciones. Esta publicación es resultado del proyecto de investigación titulado “Pobreza y exclusión social en Cantabria”, realizado mediante convenio de colaboración suscrito entre la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales del Gobierno de Cantabria y el Instituto de Estudios Sociales Avanzados del CSIC. Equipo de Trabajo: Investigador principal: Manuel Pérez Yruela Coordinación de investigación: M.ª Isabel García Rodríguez Análisis estadísticos: Manuel Trujillo Carmona, Oscar Molina Molina, Elena Espinosa de los Monteros Pérez Documentación y trabajo de campo en entrevistas cualitativas: José María Pérez Hernández, Jorge Ruiz Ruiz, Gema Romera Gutiérrez, Belén Gutierrez Rumayor, María Revuelta Menéndez, Luís Margüelles Arques, Isabel Campo Angulo Proceso de datos: Rafaela Sotomayor Lozano Trabajo de campo y codificación: Carmen Gutiérrez Aranda y M.ª del Carmen Abril Vega Coordinación de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales de Cantabria: Fernando Nodar Martín Catálogo general de publicaciones oficiales http://www.060.es

MINISTERIO DE CIENCIA E INNOVACIÓN

 CSIC  Manuel Pérez Yruela, Mª Isabel García Rodríguez y Manuel Trujillo Carmona NIPO: 472-08-016-1 ISBN: 978-84-00-08691-6 Depósito Legal: M-47453-2008 Impreso en España. Córdoba, 2008. Printed in Spain Imprime: Estilo Estugraf, Madrid. Maquetación: Luna Castilla Herencia y María del Carmen Rodríguez Sacristán IESA-CSIC Campo Santo de los Mártires,7. 14004 CÓRDOBA Pedidos al Departamento de Publicaciones del CSIC Vitruvio, 8. 28006 Madrid Tel. 91 562 96 33 - Fax: 91 562 96 34

ÍNDICE PRESENTACIÓN Y AGRADECIMIENTOS ............................................................... PARTE I POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL. ANÁLISIS CUANTITATIVO Y TIPOLOGÍA DE HOGARES CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN .....................................................................17-31 1.1. Objetivos ..............................................................................................18-18 1.2. Algunos antecedentes en los estudios sobre pobreza y exclusión social en España ..................................................................................18-24 1.3. El modelo de análisis ...........................................................................25-31 1.3.1. Análisis de la pobreza .................................................................25-27 1.3.2. Análisis de la exclusión social .....................................................27-28 1.3.3. Análisis conjunto de la pobreza y exclusión social .......................29-30 1.3.4. Sobre el plan de trabajo y las fuentes utilizadas ..........................30-31 CAPÍTULO 2. ANÁLISIS CUANTITATIVO Y DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LA POBREZA Y LA EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA .......................33-69 2.1. La pobreza en Cantabria ......................................................................33-34 2.1.1. Pobreza absoluta y pobreza relativa ............................................34-35 2.1.2. Umbral de referencia para medir la pobreza ................................35-36 2.1.3. Cuantificación de la pobreza .......................................................36-38 2.1.4. La pobreza en Cantabria y en España .........................................38-43 2.1.5. Cifras de pobreza en Cantabria ...................................................44-47 2.2. La exclusión social en Cantabria ..........................................................47-59 2.3. Análisis conjunto de la pobreza y la exclusión social en Cantabria........59-60 2.4. Distribución geográfica de la pobreza y la exclusión social en Cantabria ....60-69 2.4.1. Fuentes utilizadas para el análisis ..............................................61-61 2.4.2. Distribución geográfica de la pobreza y la exclusión según el modelo construido sobre el censo ............................................62-69 CAPÍTULO 3. CARACTERÍSTICAS DE LOS HOGARES POBRES Y EXCLUIDOS EN CANTABRIA ..................................................................71-112 3.1. 3.2. 3.3. 3.4. 3.5. 3.6. 3.7. 3.8.

Características generales ......................................................................71-78 Características laborales ......................................................................78-84 Situación económica ............................................................................85-89 Nivel de estudios alcanzado por los hogares .........................................90-93 La salud ...............................................................................................94-97 Características de las viviendas………………………………... .................98-105 Relaciones con el sistema de protección social………… .....................105-110 Opiniones y actitudes .......................................................................111-112

PARTE II CARACTERÍSTICAS DE LOS PROCESOS DE EXCLUSIÓN SOCIAL. ANÁLISIS DE LAS HISTORIAS DE VIDA

CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN .................................................................115-116 CAPÍTULO 2. CONTEXTO DE LA INVESTIGACIÓN Y CONCEPTO DE EXCLUSIÓN COMO MARCO DE ANÁLISIS .........................................117-125 CAPÍTULO 3. LA EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA ............................127-161 3.1. 3.2. 3.3. 3.4. 3.5. 3.6. 3.7. 3.8.

Situación social de la pobreza y la exclusión en Cantabria................129-133 Distribución territorial de los problemas relacionados con la exclusión ...133-135 Trama de los procesos de exclusión ..................................................135-138 Evolución de la exclusión. Mayor complejidad y cambios cualitativos....138-140 Tipología de los procesos de exclusión social en Cantabria ...............141-153 Atención desde las instituciones públicas .........................................153-155 El papel de las entidades voluntarias en la atención a la pobreza .....156-158 Conclusiones ...................................................................................158-161

CAPÍTULO 4. ANÁLISIS DE LAS TRAYECTORIAS VITALES .......................163-179 4.1. El uso del método biográfico en el estudio de la exclusión social .......163-165 4.2. Trayectorias de exclusión .................................................................165-179 4.2.1. Tipos de trayectorias ...............................................................165-167 4.2.2. Factores que inciden en las trayectorias ..................................168-179 CAPÍTULO 5. EL PAPEL DE LOS SERVICIOS SOCIALES EN LAS TRAYECTORIAS DE EXCLUSIÓN .............................................................181-183 SÍNTESIS ................................................................................................185-187 BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................189-192 ANEXOS ANEXO 1. EL ORIGEN DE LOS DATOS. ANÁLISIS DE DATOS PROCEDENTES DE FUENTES SECUNDARIAS ........................................195-198 1.1. 1.2. 1.3. 1.4.

Encuesta de EDIS ............................................................................195-196 Encuesta continua de presupuestos familiares (ECPF) .....................196-197 Panel de Hogares de la Unión Europea (PHOGUE) ............................197-197 Encuesta de condiciones de vida del Instituto Nacional de Estadística, 2004 (ECV) ...............................................................197-198 1.5. Encuesta de condiciones de vida de la población en Cantabria del Institituto de Estudios Sociales Avanzados, 2005 .............................198-198

ANEXO 2. CONSTRUCCIÓN DE LA CLASIFICACIÓN DE POBREZA .........199-204 2.1. 2.2. 2.3. 2.4. 2.5.

Medición de la pobreza a través de ingresos o gastos del hogar .........200-201 Unidad a la que se refiere el Estudio ................................................201-201 Periodo de referencia para computar los ingresos .............................201-202 Umbral de pobreza relativa empleado ...............................................202-202 Escala de equivalencia .....................................................................203-204

ANEXO 3. CONSTRUCCIÓN DE LA TIPOLOGÍA DE EXCLUSIÓN .............205-233 3.1. Construcción de los indicadores de cada dimensión ..........................206-233 3.1.1. Dimensión de trabajo ..............................................................206-208 3.1.2. Dimensión de educación .........................................................208-211 3.1.3. Dimensión de vivienda ............................................................211-214 3.1.4. Dimensión de salud ................................................................214-216 3.1.5. Dimensión de integración .......................................................217-219 3.1.6. Dimensión posición social .......................................................220-226 3.2. Construcción de la clasificación de exclusión ...................................226-233 3.2.1. Resumen de las dimensiones ..................................................226-227 3.2.2. Análisis de conglomerados ......................................................228-233 ANEXO 4. CONSTRUCCIÓN DEL MODELO DE EXCLUSIÓN SOBRE EL CENSO DE POBLACIÓN .....................................................................235-239 ANEXO 5. DESCRIPCIÓN DE LAS TÉCNICAS UTILIZADAS EN LOS ANÁLISIS ESTADÍSTICOS ........................................................................241-249 5.1. 5.2. 5.3. 5.4.

Análisis de Componentes Principales................................................241-242 Análisis de componentes principales categórico ................................242-244 Análisis de conglomerados en dos fases ............................................244-244 Procedimiento de imputación ...........................................................245-249 5.4.1. Introducción ...........................................................................245-245 5.4.2. Valores válidos y valores perdidos ...........................................245-246 5.4.3. Tipos de patrones de valores perdidos .....................................246-247 5.4.4. Variables que se deben incluir en la imputación ......................247-247 5.4.5. Algoritmo de ecuaciones encadenadas o secuenciales..............247-248 5.4.6. IVEWRE..................................................................................248-249 5.4.7. Proceso seguido para la imputación de la encuesta .................249-249

ANEXO 6. PORCENTAJE Y NÚMERO DE HOGARES CÁNTABROS EXCLUIDOS POR MUNICIPIO ..................................................................251-251 ANEXO 7. DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LA POBREZA Y LA EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA. MAPAS .................................253-261

PRESENTACIÓN y AGRADECIMIENTOS

En este libro se presentan los resultados del estudio sobre Pobreza y Exclusión Social en Cantabria, realizado por encargo de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales del Gobierno de Cantabria. El estudio se ha realizado por el Instituto de Estudios Sociales Avanzados, con sede en Andalucía (IESA), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), bajo la dirección de Manuel Pérez Yruela, Profesor de Investigación del CSIC y director del IESA. El libro consta de dos partes diferenciadas. La primera parte se titula “Pobreza y exclusión social. Análisis cuantitativo y tipología de hogares”. En los capítulos que componen esta primera parte se recogen todos los aspectos conceptuales utilizados en la investigación y análisis cuantitativo, a saber, el modelo de análisis, la cuantificación de la pobreza y exclusión social en Cantabria y la construcción de un modelo que permite analizar la distribución geográfica de la pobreza y exclusión en el territorio, así como la descripción de las características de los hogares cántabros. La segunda parte se titula “Características de los procesos de exclusión. Análisis de las historias de vida”. El objetivo fundamental de esta parte es comprender los procesos que viven los ciudadanos que, bien partiendo de una situación social normalizada sin riesgos de exclusión, o bien partiendo ya de una situación de vulnerabilidad, finalmente se encuentran al margen de determinadas dimensiones del bienestar social o han acumulado una cantidad significativa de problemas, de modo que encuentran una dificultad notable para formar parte, como ciudadanos, de la sociedad a la que pertenecen. Los responsables de esta investigación quieren agradecer a la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales del Gobierno de Cantabria, en la persona de la Sra. Consejera Rosario Quintana Pantaleón, la confianza que depositó en este equipo de trabajo para llevar a cabo este estudio. En particular queremos agradecer a D. Julio Soto, Director General de Políticas Sociales, y a D. Fernando Nodar la ayuda y el apoyo que nos han prestado en todo momento. Finalmente, queremos reconocer al Ministerio de Educación y Ciencia español, PLAN NACIONAL DE I+D+I (SEJ-2005-06099), el apoyo a este proyecto y, muy especialmente, el trabajo de todas las personas que han colaborado en la realización del estudio, en particular a M. José Vioque Vioque, por sus aportaciones siempre constructivas y su buen hacer. Córdoba, octubre de 2008

PARTE I POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL. ANÁLISIS CUANTITATIVO Y TIPOLOGÍA DE HOGARES

CAPÍTULO 1 INTRODUCCIÓN El estudio sobre pobreza y exclusión social en Cantabria, cuyos resultados se presentan en este texto, se enmarca en la dilatada tradición de los realizados en España sobre las causas, el carácter y la extensión de las situaciones de pobreza, así como de los medios más eficaces para erradicarla. El equipo de trabajo tiene ya experiencia acumulada en el diseño y la realización de este tipo de investigación social1, en la que pretende conjugar siempre, como compromisos de partida de la investigación, el rigor conceptual y metodológico con la finalidad práctica propios de la investigación social aplicada. Es decir, la aplicabilidad de los resultados debe contribuir, aunque sea modestamente, a la erradicación de las situaciones sociales de pobreza y desfavorecimiento. Aquí se presentan de manera sintética los objetivos, el marco de análisis empleado, la metodología y las fuentes utilizadas para este estudio, desarrollados con más detalle en los Anexos y también en los estudios anteriores sobre pobreza y exclusión ya publicados en la colección Politeya del CSIC.

1 M. Pérez Yruela, H. Sáez Méndez y M. Trujillo Carmona, 2002 y M. Pérez Yruela, G. Rodríguez Cabrero y M. Trujillo Carmona, 2004.

18

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

1.1. Objetivos Como se ha dicho, esta investigación nace con la vocación de ser aplicada, por lo tanto sus principales objetivos tienen que ver fundamentalmente con la medición y cuantificación de la pobreza y la exclusión social. Por ello, se han perseguido los siguientes objetivos: a) Tipificar, caracterizar y cuantificar los hogares pobres y excluidos. Se trata de conocer las distintas formas bajo las que se presentan la pobreza y la exclusión, esto es, los distintos tipos que pueden identificarse, los rasgos más importantes que caracterizan a cada tipo y el número de personas y hogares que los componen. En la mayoría de los Planes contra la pobreza y la exclusión se suele aludir a una lista heterogénea de grupos y situaciones específicas de pobreza, cuya definición rara vez se hace de forma sistemática. Una sistematización y cuantificación de estos grupos y situaciones es importante para orientar la política social de manera eficaz, ya que tratamos una problemática social heterogénea en la que todos los casos no pueden abordarse con los mismos criterios, ni se necesitan los mismos recursos para atenderlos. b) Poner de manifiesto la distribución geográfica de los hogares pobres y excluidos. La distribución geográfica de la pobreza y la exclusión es importante desde la perspectiva de la investigación social aplicada porque define la forma e intensidad con que estas situaciones se producen en el territorio. Este análisis territorial de la pobreza es necesario para decidir en qué medida son responsables de su atención las instituciones y administraciones en función de sus competencias sobre las distintas partes del territorio y su proximidad a los problemas y, para prever la distribución territorial de los recursos necesarios. Además, la distribución territorial de la pobreza y la exclusión permite conocer en qué medida estos problemas tienen carácter estructural, ya que su acumulación en ciertas partes denota problemas de diversa índole que afectan de manera prolongada a esas zonas o problemas de marginación cuando se trata de guetos urbanos en los que se concentran ambos problemas. 1.2. Algunos antecedentes en los estudios sobre pobreza y exclusión social en España Los estudios sobre pobreza gozan ya de larga tradición en España y las referencias bibliográficas sobre ello se remontan, cuando menos, al Renacimiento (M. Jiménez de Salas, 1958; D. Casado, 1984; E. Maza Zorrilla, 1987). Sin llegar tan lejos en el tiempo, en la tradición más cercana de la última mitad del siglo XX hasta ahora, se observan una variedad de enfoques dentro de los que queremos situar y contextualizar el que se adopta en este trabajo.

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

19

En primer lugar, encontramos un enfoque de carácter sociohistórico, que ha estudiado la pobreza en el contexto del proceso de desarrollo socioeconómico y de las desigualdades de la estructura social de la sociedad española en general. Dentro de este enfoque general que ha estudiado la pobreza en el contexto del desarrollo socioeconómico, no puede dejar de citarse el Plan CCB (Plan de Promoción Social, Asistencia Social y Beneficencia de la Iglesia en España) publicado en 1965. Como es bien sabido, fue un vasto programa de investigación empírica, utilizando técnicas cuantitativas y cualitativas, que trató de evaluar las características y necesidades sociales a escala nacional y por zonas; su marco de análisis era el incipiente proceso de desarrollo español y los problemas sociales que empezaban a aparecer por causa de ese proceso (migraciones interiores, problemas de vivienda en las ciudades, aparición de barriadas marginales...). Se hizo con la ayuda de la Comisaría del Plan de Desarrollo, que incorporó los resultados al texto de su Ponencia sobre Factores Humanos y Sociales. El objetivo del estudio era hacer un diagnóstico de necesidades que pudiera ser utilizado para estimar los recursos necesarios para cubrirlas y organizar con mayor eficacia y racionalidad el proceso de atención social por parte de la Iglesia. Para analizar la diversidad territorial de las necesidades se delimitaron 360 zonas sociales homogéneas, además de los núcleos de población más importantes, y para analizar las necesidades sociales propiamente dichas se hicieron seis análisis sectoriales a escala nacional sobre: alimentación, sanidad, instrucción, vivienda, trabajo y rentas personales y comunicación social (D. Casado, 1999). En este sentido, la investigación que aquí se presenta encuentra un antecedente en la del Plan CCB en lo que se refiere al compromiso con la aplicabilidad de los resultados. Con los conocidos “Informes FOESSA”, el primero de los cuales se publicó en 1966, se inicia un segundo enfoque en los estudios sobre la pobreza, que coincide con la aparición de dos de las obras que primero introducen en España de manera específica y sistemática la Sociología de la pobreza (D. Casado, 1971 y 1976), y que durará hasta mediados de los ochenta. El enfoque iniciado con aquellos informes se caracteriza por el énfasis que pone en varios aspectos que hasta ese momento se venían tratando de manera menos sistemática y rigurosa. En primer lugar, se insiste en la precisión conceptual de qué es la pobreza y cuáles son los distintos tipos de pobreza que pueden encontrarse. En segundo lugar, se relaciona el concepto de pobreza con otros como los de clase social, desigualdad social y estratificación social y, especialmente, con el de marginación social, antecedente del concepto de exclusión que utilizamos en esta investigación. En tercer lugar, se introduce la idea de la multidimensionalidad de la pobreza frente a la unidimensionalidad basada sólo en la falta de recursos económicos. Así por ejemplo, se habla de pobreza con relación a la vivienda, a la salud, a la educación o al trabajo. En cuarto lugar, existe una acentuada preocupación por definir indicadores que midan adecuadamente los conceptos desarrollados en torno al más general

20

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

de pobreza. Finalmente, a la hora de analizar todos los aspectos anteriores está presente la dimensión espacial, esto es, su distribución geográfica. Tomando como ejemplo el Informe FOESSA de 1970, se observa que dedica sendos capítulos a los temas de desigualdad social, pobreza y marginación social. La desigualdad se trata desde la perspectiva económica y la estratificación ocupacional, para intentar establecer la estructura de la sociedad española con relación al eje clase alta-clase baja. La desigualdad se relaciona en el Informe, de manera explícita, con la pobreza cuando establece un límite de ingresos por debajo de los cuales se está en situación de pobreza. Se expresa ya aquí un concepto de pobreza vinculado a la variable renta, que va ser profusamente utilizado en años posteriores, que, sin embargo, ni se utiliza ni se hace referencia a él en el capítulo dedicado a la pobreza en el Informe. Esto se debe a que en este Informe la pobreza se define y entiende finalmente como una forma especial de marginación, como especifican los autores en el capítulo correspondiente y no tanto como una cuestión de desigualdad en la distribución de la renta. En efecto, en la pobreza distinguen entre pobreza general y específica. La pobreza específica se caracteriza por las carencias particulares que pueden afectar a los hogares, tales como vivienda, educación o trabajo, entre otras. La pobreza general se identifica como una forma de marginación, que afecta a los hogares y a las personas que carecen de todo o casi todo lo que define a las distintas formas de pobreza específica. En otras palabras, la pobreza general es el resultado de la superposición de pobrezas específicas. Este es un enfoque que se retomará en el estudio que aquí presentamos, según se describe más abajo en este mismo capítulo. En cuanto a la marginación, se entiende como aislamiento (desajustes, aspectos individuales) y no-participación (aspectos sociales). En el Informe se clasifican cuatro formas de marginación: enfermedad, violencia, aislamiento y autoexclusión. En la enfermedad incluyen aspectos como enfermedades en general, discapacidades físicas y psíquicas y adicciones. En la violencia incluyen aquellos grupos que se aíslan como los “gangs”, los guerrilleros u otros similares. En el aislamiento incluyen situaciones como el aislamiento cultural (analfabetismo, extranjeros...), el aislamiento institucional (reclusos, hospicios, asilos...) y el aislamiento social (pobres, minorías étnicas, mujeres prostituidas...). En la autoexclusión incluyen situaciones como la pertenencia a órdenes de clausura, formar parte de los grupos ocupacionales marginales o grupos con dificultades de integración como divorciados y separados. Esta clasificación refleja un primer intento de vincular marginación con pobreza, aunque no se le dé una solución acertada a la cuestión. También supone un intento de avanzar en la construcción de una tipología que recoja las diferentes situaciones que se dan en relación a la pobreza y la marginación. A la luz de los avances que se han producido en el análisis de la pobreza y la exclusión estas propuestas pueden perfeccionarse mucho, pero hay que reconocerles el valor de anticipar elementos del debate sobre el cual seguimos volviendo.

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

21

En el mismo sentido, la aportación de Demetrio Casado en su Introducción a la Sociología de la Pobreza ya citada (D. Casado, 1971), significa un esfuerzo pionero en España por sistematizar y discutir la definición de pobreza, sus tipos, sus relaciones con la estructura social y las causas que la producen. En su análisis está implícita la distinción entre pobreza absoluta (carencia de recursos para satisfacer necesidades básicas) y pobreza relativa (disponer de una renta más baja que la media u otra referencia de comparación como la mediana), que pocos años más tarde se asentará en los estudios sobre pobreza. También distingue entre diversos grados de gravedad de la pobreza (necesidad, pobreza y miseria) y hace un análisis muy sugerente sobre los distintos usos de la palabra pobre. Finalmente, como en el caso del Informe FOESSA, aporta una tipología de la pobreza, haciendo mención de su distribución geográfica. Además, la obra de Casado incluye también algo que años más tarde se convertiría en una práctica usual en los estudios sobre pobreza: el análisis de resultados de encuestas realizadas a hogares pobres, para conocer las condiciones de vida, los problemas y las ayudas que existen entre esa población. Estas encuestas se hicieron para el propio Informe FOESSA y específicamente para el trabajo al que nos estamos refiriendo. Una de las encuestas que analiza Casado en su libro tiene el interés de ser una encuesta a población general acerca de la opinión e imágenes tenidas de la pobreza y sus causas, de las que posteriormente apenas se han realizado en España. Las encuestas a hogares pobres que realiza EDIS en la actualidad por encargo de Cáritas, pueden considerarse herederas de esta tradición iniciada en ese periodo. Un tercer enfoque que también se ha cultivado en España, aunque en menor medida que los anteriores, es el estudio de la pobreza como un problema que se explica de forma exclusiva por la propia naturaleza del capitalismo. Muchos de los estudios sobre los problemas del desarrollo español y los efectos sociales que ha producido, entre ellos la pobreza, que se han citado antes, están relacionados más o menos directamente con esta perspectiva. La pobreza rural, los problemas sociales asociados a las migraciones interiores y exteriores, la nueva pobreza urbana producto del proceso de industrialización y de urbanización, el chabolismo y otros problemas sociales, se han estudiado en casi todos esos casos en el contexto del desarrollo del capitalismo en España. Estos estudios se han preocupado más del análisis de la llamada Cuestión Social y su importancia, que del estudio específico de la dinámica de la pobreza y los procesos sociales que subyacen a ella. Además, pueden citarse algunos trabajos recientes que han tratado este tema específicamente para el caso de las sociedades contemporáneas (J.M. Tortosa, 1993). El cuarto enfoque se inicia a finales de los ochenta y llega hasta la actualidad. Este enfoque se desarrolla en un contexto del que merece la pena destacar, al menos, dos aspectos, que han influido en los rasgos que lo caracterizan:

22

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

El primero se refiere a la mejora de las condiciones de vida de la población española y la consolidación —aunque con deficiencias— del Estado de bienestar que, a partir del comienzo de la restauración democrática, se expande de manera notable y completa la universalización de servicios públicos como la Sanidad y la Educación, e impulsa otros como las pensiones, las prestaciones por desempleo o los servicios sociales (G. Rodríguez Cabrero, 1994). España se incorpora progresivamente al grupo de los países desarrollados y el estudio de la pobreza se empieza a orientar de forma más parecida a como se hace en estos países de nuestro entorno, que como se venía haciendo tradicionalmente aquí. Resueltos en medida apreciable los problemas del subdesarrollo español y, por tanto, los efectos que ello tenía sobre las condiciones de vida y la pobreza, la atención se vuelve más sobre problemas de promoción de la igualdad y de reconocimiento y garantía de derechos sociales. Lo que empieza a preocupar ahora principalmente son las políticas y estrategias destinadas a atender a las familias y personas en situaciones de pobreza y exclusión para ayudarlas a salir de esa situación, así como la capacidad presupuestaria para cubrir los casos realmente existentes. Además, estos problemas no son ya endémicos de la sociedad española y afectan, por tanto, a una parte mucho menor de la población, a la que se puede atender razonablemente con los recursos disponibles. En suma, se ha pasado de una preocupación orientada hacia la descripción, análisis y denuncia de la pobreza como problema social lacerante y bastante extendido en la sociedad española, cuya solución había de basarse inevitablemente en el mayor desarrollo social y económico de España, a una preocupación por la política social que hay que diseñar y aplicar para resolver este tipo de problema que, en una sociedad desarrollada, afecta ya a una parte más reducida de la población. El segundo aspecto se refiere a la incorporación a España de los términos en que se desarrolla en Europa el debate sobre la pobreza y al uso dentro de ello, del concepto de exclusión, que hasta estos años no se utilizaba, o se utilizaba poco en España, ya que en su lugar se usaba el de marginación, como se ha visto antes. Recientemente, M. Laparra ha hecho una revisión bastante exhaustiva de la forma en que ha tenido lugar esta incorporación (M. Laparra, 1999). Asimismo, la manera en que el Informe FOESSA de 1994 trata el tema de la pobreza y la exclusión refleja también la incorporación de términos y conceptos a que nos estamos refiriendo (M. Juárez y V. Renes, 1994). En este periodo se acaba consolidando una concepción multidimensional del concepto de pobreza, que incluye tanto el capital físico (los recursos económicos) como el capital humano (la formación, la cultura) y el capital social/relacional (las relaciones sociales, la pertenencia a redes, las relaciones con las instituciones). No obstante, a efectos operativos, se acaba aceptando medir la pobreza a través de la variable renta, adoptando el criterio internacional de considerar bajo el umbral de la pobreza a quienes tienen ingresos inferiores a la mitad de los ingresos medios (G. Martín Reyes, A. García Lizana y A. Fernández Morales, 1996). Actualmente, el criterio estadístico de utilizar el

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

23

60% del ingreso mediano como umbral de pobreza también se consolida, junto con la idea de que la pobreza se presenta con distintos niveles de intensidad y se intenta, por ello, establecer varios grados dentro del concepto (pobreza leve, grave y severa). Al mismo tiempo se incorporan también al debate español otras ideas que tratan de aprehender el concepto de pobreza en toda su complejidad como, por ejemplo: las nuevas formas de pobreza originadas por los cambios en la economía, el aumento del desempleo y la inmigración; la pobreza desde la perspectiva de género; la pobreza en función de los nuevos modelos de familias; o la pobreza en función del tipo de hábitat. Estas ideas se suman a la preocupación ya consolidada desde enfoques anteriores, como se ha comentado, por distinguir distintos tipos de pobreza. Los tipos de pobreza se van convirtiendo en parte central del análisis y, cada vez se afina más a la hora de identificarlos. En cuanto a la recepción del concepto de exclusión, su uso se ha extendido mucho en los últimos años, pese a que están lejos de resolverse las ambigüedades e imprecisiones que todavía lo acompañan. Igual que no está del todo claro en qué medida este concepto añade algo nuevo al de pobreza, cuando se considera éste como un concepto multidimensional y no sólo una cuestión de distribución de la renta. Ni en qué medida añade algo nuevo al concepto de marginación, que es el que se ha utilizado tradicionalmente en España para referirse a aquellas situaciones en las que los individuos o las familias quedan fuera del sistema normal de relaciones a través de las que se forma parte de la sociedad, sin limitaciones. El sugerente título a estos efectos de un trabajo de P. Abrahamson, Exclusión social en Europa: ¿vino viejo en odres nuevos? (P. Abrahamson, 1997) refleja bien estas dudas sobre el grado de innovación conceptual que implica el uso del concepto de exclusión. Pese a lo anterior, el concepto de exclusión no es una mera cuestión de nominalismo. Las nuevas condiciones socioeconómicas que caracterizan el contexto de la globalización y los cambios tecnológicos recientes, hacen necesario aprehender con más rigor y profundidad ciertas dimensiones de las situaciones sociales que, tradicionalmente, se acotan en conceptos más clásicos como la pobreza, la indigencia, la marginación o la menesterosidad. Las revisiones que se pueden ver del concepto reflejan bien su contenido real (M. Laparra, 2001; J.F. Tezanos, 1999). Casi todas las aproximaciones que se han hecho al concepto parten de observaciones generales que lo relacionan con aislamiento, falta de acceso a las condiciones necesarias para llevar una vida digna o acumulación de problemas que impiden a las personas su plena participación en la vida de la comunidad. También se enfatiza en la mayoría de los casos la idea de que la exclusión es el resultado de un proceso que acaba colocando en situación de exclusión a las personas que afecta, pero también que es cambiante y permite observar las trayectorias de las personas en función de su entrada y salida de las situaciones de exclusión. Así por ejemplo, se habla de la exclusión como resultado de la expulsión prolongada del mercado de trabajo o la incapacidad también prolongada para acceder a él

24

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

por distintas causas (falta de formación, minusvalías...). O también se habla de la exclusión como el resultado de cambios en los procesos de trabajo, en la organización del trabajo o en los cambios tecnológicos que afectan a ambos. Se trata de cambios de naturaleza tal que hacen que algunos grupos de personas queden al margen de ellos. Es el caso de lo que hoy día se denomina exclusión tecnológica (brecha digital), que refleja el aislamiento en que está una parte de la ciudadanía respecto al uso de las nuevas tecnologías de la información, que le impide participar plenamente y beneficiarse de las oportunidades que ofrecen estas tecnologías. Como puede verse, la exclusión es un concepto de tal complejidad y amplitud que operar con él es difícil y, por lo general, sólo es posible hacerlo restringiendo y simplificando su campo de aplicación. Por ello, los intentos de medir la exclusión han sido hasta ahora dispersos y poco sistemáticos, y no parece que estemos cerca de alcanzar consenso en la comunidad científica sobre ello (C. García Serrano, M. Malo y G. Rodríguez Cabrero, 2001). El enfoque al que nos estamos refiriendo también se ha caracterizado por otros aspectos. Uno de ellos es que se ha recuperado el interés por comprender la pobreza de manera más cercana a la experiencia de quienes la sufren. Para ello, se ha vuelto a utilizar el enfoque cualitativo, el estudio de casos y las historias de vida, como ya se comenzó a hacer dentro del primer enfoque al que nos referimos más arriba. Este interés por la comprensión de la pobreza desde la perspectiva de los pobres es coherente con la idea de que la comprensión de la pobreza no puede reducirse sólo a la mera medición de la renta de las personas. Como se ha dicho reiteradamente hasta ahora, se trata de un concepto más complejo y multidimensional, al que sólo podremos acercarnos utilizando la perspectiva comprensiva, que complemente las mediciones cuantitativas. Se han producido varios trabajos recientemente que han utilizado sobre todo la perspectiva cualitativa (A. Serrano y A. Arriba, 1998). Otro aspecto es que los estudios sobre pobreza y exclusión, además de haber aumentado apreciablemente en los últimos años, han diversificado los enfoques, no tanto siguiendo la dicotomía cuantitativo/cualitativo como por los temas abordados, que se han ido concretando en función de la multidimensionalidad que se reconoce a los conceptos de pobreza y exclusión. Se trata de trabajos que abordan cuestiones específicas como las rentas, el empleo, las rentas mínimas de inserción u otros similares, como puede verse en algunas publicaciones recientes (L. Moreno, 2001). Tras este breve recorrido por los enfoques con que se ha estudiado la pobreza y la exclusión en España, queda justificada la apreciación de que se trata de una tradición larga e intensa, en la que prácticamente se encuentran presentes todos los elementos para poder fijar un modelo de análisis que reúna los requisitos de aplicabilidad y de contenido empírico necesarios a los objetivos de este trabajo. En el apartado que sigue se concretan los términos de ese modelo.

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

25

1.3. El modelo de análisis El diseño que se presenta a continuación toma en consideración el fenómeno de la pobreza por una parte y el de la exclusión social por otra, analizadas de manera independiente. Sin duda los resultados obtenidos son muy interesantes, aunque pueden serlo aún más si se supera este análisis parcial y se realiza un análisis conjunto de ambos fenómenos, que permita conocer cuántos son los hogares que se encuentran en situación de pobreza y exclusión y cuáles son sus características. Estas son las fases del modelo de análisis: 1.3.1. Análisis de la pobreza Con relación a la pobreza, el modelo asume el concepto de “pobreza relativa” en lugar del de “pobreza absoluta”, sin renunciar a establecer, como se verá más adelante, la relación que puede haber entre ambos. En el debate público sobre la pobreza es frecuente confundir ambos conceptos, aunque esto suceda menos en el debate académico, lo cual influye en el mayor o menor reconocimiento por la sociedad del problema social de la pobreza. La “pobreza relativa” es un efecto de la desigualdad en la distribución de los recursos, considerándose pobres a quienes reciben comparativamente menos recursos que otros en el seno de una determinada sociedad de pertenencia, de acuerdo con un criterio de comparación, con el que se suele definir el umbral de pobreza. Aunque se han utilizado definiciones muy diversas, en los últimos años se ha impuesto en el marco de la Unión Europea como umbral de pobreza el 60% de la renta mediana disponible, ponderada con la escala de equivalencia de OCDE modificada. De esta manera, se considera por debajo del umbral de pobreza a quien tiene ingresos inferiores a esa cantidad. La “pobreza absoluta” define una situación muy distinta, en la que una persona carece de los recursos necesarios para satisfacer un conjunto de necesidades básicas en materia de alimentación, vivienda, educación, atención sanitaria, participación sociopolítica y otros aspectos. El problema para la determinación de esta forma de pobreza es la definición de lo que debe entenderse por necesidades básicas, tema que está recibiendo recientemente una atención destacada en la investigación sobre condiciones de vida y desigualdad, como puede verse en algunas de las revisiones que se han hecho sobre este tema (M. Pérez Yruela, F. Aguiar y R. Serrano, 2000). La “pobreza absoluta” es un concepto que se emplea con más frecuencia para medir la pobreza en los países con nivel de desarrollo bajo y muy bajo, en los que predomina como problema social la privación de los ciudadanos de esos recursos mínimos. La “pobreza relativa” se emplea más en el caso de los países con mayor nivel de desarrollo, donde los problemas son de desigualdad en la distribución de los recursos más que de privación para satisfacer necesidades básicas que suelen estar satisfechas en la mayor parte de los casos, aunque exista también una minoría de situaciones en las que pueda hablarse de carencias básicas.

26

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

La confusión entre ambos conceptos genera a menudo un debate estéril sobre cuántos son los pobres, ya que se pueden confundir las cifras absolutas de pobreza relativa con el número de pobres absolutos. Como se ha dicho, la pobreza relativa refleja por lo general desigualdades en la distribución de recursos y no situaciones carenciales básicas en el sentido antes dicho. Por ello, conviene insistir en esta distinción y en las implicaciones que tiene para la comprensión del problema de la pobreza. La medición de la pobreza relativa en cuanto a distribución de la renta, pese a ser un tema sobre el que ya existe bastante experiencia, sigue teniendo interés desde el punto de vista teórico y técnico. En el Apartado 2.1, y especialmente en el Anexo 2, pueden verse los aspectos técnicos sobre los que todavía se debate a la hora de medir la pobreza relativa, así como las decisiones que se han tomado sobre cada uno de ellos en este estudio. No obstante, queremos anticipar aquí dos de ellos. El primero hace referencia a la determinación del umbral de pobreza y el segundo a la consideración de los distintos grados o niveles de gravedad que tiene la pobreza medida en función de la renta. Respecto al umbral de pobreza, la pregunta que hay que hacerse es la de cuál es el umbral más apropiado. Si se utiliza, por ejemplo, la renta mediana de todos los países de la Unión Europea (UE), la proporción de población cántabra cuya renta sea inferior al 60% de esa renta mediana será bastante alta, dada la distancia que aún existe entre la renta cántabra, la española y de la UE. Si se utiliza la renta mediana española, la cifra de personas que en Cantabria tendrían renta inferior al 60% de la renta mediana española sería más baja que la anterior. Esta cifra seguiría siendo distinta si se emplea la renta mediana cántabra, la renta mediana de una provincia e incluso de una comarca. En el capítulo segundo se aportan cifras comparativas de la población que tiene renta por debajo de la mitad de la renta mediana de algunas de las opciones que se acaban de señalar. La pregunta sigue siendo cuál de ellas es la más apropiada para estimar la pobreza relativa. La respuesta no es sencilla. Si lo que se quiere es conocer la distancia que en materia de renta separa a los cántabros de sus conciudadanos de la UE, lo mejor es utilizar como referencia la renta mediana de la UE, aunque eso tenga poco valor práctico a la hora de definir la política social para la erradicación de la pobreza que puede aplicar el gobierno de Cantabria dentro de sus competencias. Algo similar podría decirse de la utilización de la renta mediana española. En ambos casos puede ser útil utilizar el umbral correspondiente para conocer la diferencia entre el desarrollo medio de Cantabria y el de España o la UE. Sin embargo, creemos que para conocer la pobreza relativa en Cantabria lo que tiene más valor práctico es utilizar la renta mediana cántabra como referencia para el umbral de pobreza. Ello por dos razones: por ser el entorno socioeconómico en el que desarrollan su vida y satisfacen sus necesidades quienes viven en Cantabria; por ser el ámbito en el que el gobierno autónomo tiene responsabilidades y puede ejercer sus

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

27

competencias a efectos de diseño y aplicación de la política social dirigida a combatir ese problema. Este ha sido el criterio adoptado en la investigación, que creemos se corresponde mejor que otros, con un concepto social de la pobreza definido intersubjetivamente en el seno de la comunidad en la que se reconoce esa situación y se quiere erradicar. Respecto a los distintos grados de pobreza, en este estudio se ha asumido, como no podía ser de otra manera, la idea de que la pobreza relativa, al medirse sobre un continuo que mide la desigualdad, no es igualmente grave en todos los tramos en que puede dividirse ese continuo. En otras palabras, que no sólo hay que distinguir entre pobreza absoluta y pobreza relativa. También hay que tener en cuenta que dentro de la pobreza relativa no todas las situaciones son iguales. Por ello, como en algunos de los estudios citados antes, se ha adoptado la diferenciación entre pobreza leve o precariedad (rentas entre el 50% y el 60% de la renta mediana cántabra), pobreza grave (rentas entre el 35 % y el 50% de la renta mediana cántabra) y pobreza severa (rentas inferiores al 35% de la renta mediana cántabra). Precisamente es en la situación de pobreza severa donde se pueden encontrar casos de pobreza relativa que puedan asimilarse, siquiera sea parcialmente, al caso de pobreza absoluta. Decimos parcialmente porque, con independencia de que se utilicen o no, incluso en estos casos está garantizado el acceso a los servicios públicos de educación, salud y prestaciones sociales. El haber adoptado en nuestro modelo de análisis los dos criterios anteriores para medir la pobreza relativa, además de otros criterios más técnicos que se detallan en el Apartado 2.1 y en el Anexo 2 como, por ejemplo, el de las escalas de equivalencia en los hogares, ha servido para introducir mayor precisión y realismo al cuantificar el problema de la pobreza relativa. Ello debe redundar también en una mayor precisión y realismo a la hora de estimar los recursos necesarios para resolver esos problemas. En suma, en cuanto a la pobreza entendida como desigualdad en la distribución de la renta se puede construir un eje en el que puede situarse el umbral del 60% de la renta mediana cántabra y partir de él y hacia abajo las otras situaciones de precariedad y pobreza severa. Con la información disponible sobre la renta mediana de Cantabria y la renta de los hogares se puede situar la pobreza relativa a lo largo de ese eje. 1.3.2. Análisis de la exclusión social En nuestro modelo de análisis se hace un especial esfuerzo por hacer operativo el concepto de “exclusión”, con la intención de superar dos retos que debemos afrontar si queremos ir más allá de las modas terminológicas. Por un lado, es necesario superar la actual ambigüedad del concepto. El concepto de exclusión no tiene que ser ambiguo, sino complejo. Por otro lado, frente a una concepción de la exclusión que, cuando apareció, imponía unas condiciones de ruptura con los últimos lazos sociales, restringiendo su aplicación

28

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

al colectivo de los más desfavorecidos, es más realista concebirla como algo que puede afectar a un amplio colectivo de personas, todas las cuales presentan exclusión respecto a algo. En otras palabras, que se puede hablar de “exclusiones”. El concepto de “exclusión social” se ha utilizado en esta investigación para recoger el carácter multidimensional de la pobreza, complementando este concepto tradicional con otro de contenido más amplio que el meramente económico. Complementándolo también con una visión más dinámica de las situaciones, al tener en cuenta otros rasgos que agravan el aislamiento de quienes viven en ellas. En otras palabras, el hecho de ser pobres no suele ser sólo cuestión de tener una renta comparativamente baja, sino que también suele llevar aparejada la existencia de problemas adicionales de salud, formación, vivienda u otros que agravan la situación de quienes los tienen y hacen más difícil salir de ellas. En suma, situaciones de desfavorecimiento que obstaculizan una participación plena de los ciudadanos en la vida de la comunidad. No nos hemos quedado, pues, con la noción restrictiva de exclusión que reserva el concepto sólo para aquellos casos en los que se han roto todos los lazos sociales. En nuestro modelo de análisis hemos optado por la posición de reconocer que la exclusión está presente en algún grado cuando existen problemas que obstaculizan y tienden a alejar a los sujetos de la plena participación. Con la información disponible en la Encuesta de Condiciones de Vida de la Población en Cantabria, 2005 hemos podido estudiar la situación de los hogares cántabros, para conocer cuáles son las circunstancias en que puede darse el desfavorecimiento y en qué cantidad les afecta. Para ello hemos definido seis dimensiones: educación, trabajo, vivienda, salud, integración mediante relaciones sociales y posición social. Así, hemos podido hacer operativo el concepto de exclusión social que la define, mediante técnicas cuantitativas, como acumulación de desventajas, midiendo su intensidad por la situación relativa del hogar con respecto a estas dimensiones en conjunto, y diferenciándolas, además, por cuáles les afectan más fuertemente. Ello ha permitido también distinguir situaciones de distinto grado de gravedad desde el punto de vista de la exclusión. Así, no es lo mismo un hogar en el que sólo hay un problema de desempleo, por ejemplo, que un hogar en el que a este problema se suma otro de salud del sustentador principal. Por ello, hemos distinguido, respecto a la exclusión, entre hogares en situación de vulnerabilidad y hogares en situación de exclusión, de forma que los vulnerables sólo presentan problemas en algunas de las dimensiones consideradas, mientras que los excluidos los presentan en todas o casi todas. De esta forma, igual que en el caso de la pobreza relativa, se puede construir un eje de la exclusión en el que se podrían situar los hogares en función de la acumulación de problemas que tuvieran. En el gráfico 1 se puede ver la representación de los ejes de pobreza y exclusión como se han descrito antes.

29

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

1.3.3. Análisis conjunto de la pobreza y exclusión social Este estudio es, como se ha reiterado, un estudio sobre pobreza y exclusión. Esto es, un estudio que utiliza la renta como criterio tradicional de medición de la pobreza relativa en términos económicos y las condiciones de vida para medir la exclusión, mediante un indicador sintético que permite clasificar a los hogares de acuerdo a su intensidad y tipo, con el objetivo de poder definir desde ambos puntos de vista a los hogares más desfavorecidos: aquellos que son a la vez pobres y excluidos. Por tanto, el último paso en nuestro modelo de análisis ha sido, según lo dicho hasta ahora, el intento de unir los conceptos de pobreza y de exclusión antes definidos en una sola perspectiva para describir la realidad social. En este sentido, el esfuerzo final del trabajo ha sido cruzar las tipologías separadas de pobreza y de exclusión en una sola. De acuerdo con lo expuesto al hablar de pobreza, los hogares desfavorecidos se clasifican en un eje de desigualdad definido sobre la base de la renta, pero para no excedernos en la complejidad del modelo hemos contemplado sólo como categorías para esta tipología los hogares pobres y los no-pobres, es decir, con rentas por debajo o por encima del 60% de la renta mediana cántabra. Con respecto al eje de exclusión, se clasifican los hogares de acuerdo con la acumulación de desventajas medidas en función de privaciones respecto a una serie de bienes que, en las diferentes dimensiones especificadas anteriormente, son considerados básicos para el conjunto de la población. En primer lugar distinguimos los que no están en esa situación de desventaja, los incluidos, y dentro de los que sí lo están definimos dos grados distintos de gravedad, dando lugar a vulnerables y excluidos. Cuadro 1. Modelo de partida Excluidos

Vulnerables

Incluidos No pobres

No pobres y excluidos

No pobres y vulnerables

No pobres e incluidos

Eje de inclusión / exclusión Pobres leves

Pobres y excluidos

Pobres y vulnerables

Pobres e incluidos

Pobres Pobres graves

Eje de pobreza

30

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

El cruce de la pobreza y exclusión da lugar a los seis tipos de situaciones conjuntas que pueden verse en el ya citado cuadro 1: dentro de los que no son pobres existirían incluidos, pero también vulnerables y excluidos, y dentro de los pobres tendríamos también estas tres circunstancias. Evidentemente, el caso de extrema gravedad es el de los hogares pobres y excluidos, donde se unen toda clase de problemas con falta de ingresos. La identificación de estos tipos de hogares permite valorar el nivel de pobreza y exclusión y la magnitud del problema, así como definir grupos homogéneos de hogares que comparten problemas análogos. Todo ello puede ayudar a decidir sobre las prestaciones y las prioridades de protección de la política social. Así se contribuye a la dimensión aplicada de la investigación. Por último, se ha tratado de hacer operativo el aspecto estructural del binomio pobreza y exclusión mediante su definición con relación a las condiciones de vida del conjunto de la población. A partir del modelo elaborado para discriminar entre población no pobre, vulnerable y excluida, se ha tratado de analizar de la forma más adecuada la distribución territorial de la pobreza y la exclusión así como su acumulación en barrios desfavorecidos. Ambos aspectos son un punto de partida para comprender las razones estructurales que afectan a la pobreza y la exclusión, como puede verse en el Capítulo segundo, en el que se desarrolla el proceso que se ha seguido para estimar la distribución territorial de la pobreza y la exclusión. 1.3.4. Sobre el plan de trabajo y las fuentes utilizadas De acuerdo con el modelo de análisis expuesto, la investigación se ha desarrollado con las siguientes fases: • Estudio de las fuentes de datos secundarios sobre pobreza disponibles actualmente que ofrecen datos referidos a Cantabria. A través de ellas se ha realizado una primera aproximación a la pobreza y la comparación de la situación existente en Cantabria en el resto de España. • Realización de la Encuesta sobre Condiciones de Vida y Pobreza de la Población en Cantabria (E-0501, IESA-2005). • Cuantificación de la pobreza relativa en Cantabria a partir de la Encuesta sobre Condiciones de Vida (IESA-2005). • Construcción de la tipología de hogares pobres y excluidos tomando como base el análisis de dicha encuesta. • Caracterización de hogares pobres y excluidos mediante una explotación específica de los datos de la Encuesta sobre Condiciones de Vida (IESA-2005) basada en las tipologías establecidas anteriormente. • Distribución geográfica de la pobreza y la exclusión social en Cantabria. Diversas fuentes estadísticas contienen datos sobre pobreza y condiciones de vida. Entre ellas podemos destacar, como fuentes más actuales, la

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

31

Encuesta Continua de Presupuestos Familiares (ECPF), el Panel de Hogares de la Unión Europea (PHOGUE) y la Encuesta de Condiciones de Vida del INE-2004. Todas ellas se han utilizado como una primera aproximación a la pobreza y para comparar la situación cántabra con la del resto del país. La realización de una encuesta específica nos ha permitido tener el instrumento más adecuado para el estudio conjunto de la pobreza y la exclusión, relacionando la situación económica con las condiciones de vida del hogar. En el siguiente Capítulo se exponen detalladamente los resultados relativos a la pobreza y la exclusión social en Cantabria y en el tercero se ofrece una tipificación de dichos hogares según sus características sociodemográficas. En los Anexos se especifica el origen de los datos utilizados en esta investigación (Anexo 1). Asimismo, se explican con detalle los procesos estadísticos que se han seguido para la construcción de las tipologías de pobreza y exclusión que se ofrecen (Anexos 2 y 3). Finalmente, se explica el procedimiento para la construcción del modelo de exclusión construido a partir de los datos del Censo de Población de 2001.

CAPÍTULO 2 ANÁLISIS CUANTITATIVO Y DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LA POBREZA Y LA EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA El objetivo de este capítulo es mostrar la situación de la pobreza y la exclusión social en Cantabria. Para hacerlo con la mayor claridad expositiva posible, el contenido se ha estructurado en cuatro subapartados. En el primero, se realiza una cuantificación de hogares e individuos pobres y una comparación entre la situación de la Comunidad Autónoma y el contexto español. En el segundo, se observan los tipos de hogar que se encuentran en situación de exclusión social y en el tercero se analizan, de manera conjunta, las situaciones de pobreza y exclusión con el objetivo de cuantificar la cantidad de hogares cántabros que sufren más dificultades. Ellos son los usuarios potenciales de las políticas públicas cuya meta es la erradicación de la exclusión y el logro de la inclusión social. En el cuarto, se ofrece la distribución geográfica de los hogares en situación de exclusión en la Comunidad Autónoma, según diferentes niveles territoriales y utilizando como fuente de datos el Censo de Población de 2001. 2.1. La pobreza en Cantabria En este subapartado se hace referencia a las dos perspectivas teóricas que analizan la pobreza, enunciadas brevemente en la introducción. Asimismo, se exponen y justifican las decisiones metodológicas adoptadas para proceder

34

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

a su medición, entre las cuales se encuentra la elección del 60% del ingreso mediano cántabro como umbral de pobreza. Asimismo se ofrece la cuantificación de la pobreza según diferentes umbrales. 2.1.1. Pobreza absoluta y pobreza relativa Para medir la pobreza objetiva existen dos enfoques entre los que hay que optar, uno es el absoluto y otro el relativo. Los resultados de la medición serán diferentes dependiendo del modo de medir y pueden ser muy diferentes12, pues en realidad cada uno de estos enfoques implica una forma distinta de entender la pobreza. En la tradición de la pobreza absoluta, ésta se concibe como privación, mientras que en la tradición de la pobreza relativa, se concibe como desigualdad. De acuerdo con el enfoque tradicionalmente seguido en Europa, el criterio que se ha adoptado en este estudio ha sido considerar a la pobreza como una situación relativa. De este modo, la cuantificación del número de hogares pobres se establecerá con relación a la proporción de población que está por debajo de un determinado umbral de pobreza, calculado a partir de la distribución de la renta. No obstante, cabe hacer algunas reflexiones sobre la propia relatividad de este criterio, que deben tenerse en cuenta a la hora de interpretar los resultados de la investigación. En primer lugar, debe reiterarse que la consideración de la pobreza como relativa es una de las perspectivas que existen actualmente para analizarla. Dicha perspectiva sostiene que una parte de los hogares de una sociedad determinada son los más perjudicados por la desigualdad y no por la privación, por tanto, los pobres son aquellos que no alcanzan los ingresos medianos de su entorno, de ahí que el número absoluto de pobres estimados a partir de datos de pobreza relativa no deba confundirse con las cifras de pobreza absoluta (el número o porcentaje de personas que están por debajo de los ingresos necesarios para cubrir unas necesidades que se consideran básicas). De hecho, es posible que por las mismas razones, y al mismo tiempo, la pobreza absoluta disminuya y la pobreza relativa aumente. Es más, los periodos de intenso crecimiento económico, que significan una mejora general de las condiciones materiales de la población, suelen implicar también un crecimiento de la desigualdad23.

Así, por ejemplo, según las cifras aportadas por el banco de datos LIS (Luxembourg Income Study) para 1991 (Smeeding, 1997) para 16 países desarrollados, España se situaría en el puesto 16º según una medida de pobreza absoluta (para una ganancia de entre 10,8$/día y 14,4$/día), mientras que estaría en el 10º puesto utilizando una medición relativa (umbral del 50% sobre la mediana de ingresos). 2 Desde una perspectiva neoliberal, esto se suele interpretar como la evidencia de que la 1

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

35

A menudo, estas diferencias entre pobreza absoluta y relativa tienden a ser olvidadas en los debates públicos sobre las cifras de la pobreza. Para la mayoría de la opinión pública, incluso para algunos sectores aparentemente bien informados, la pobreza sigue siendo un concepto que se identifica con la privación en general y, en el caso de España, particularmente con la sufrida en los años de la posguerra civil. De ahí que el debate sobre hasta qué punto la pobreza relativa puede ser considerada un buen indicador de los niveles de pobreza absoluta, sea una cuestión que transciende el debate técnico sobre la medida de su extensión. En concreto, teniendo en cuenta las variables disponibles en la Encuesta del IESA sobre Condiciones de Vida (2005), se ha considerado como variable de referencia para medir la pobreza de los hogares, los ingresos mensuales totales del hogar declarados por los encuestados, e imputados en el caso que no se haya obtenido respuesta. Esta variable no tiene en cuenta que hay distintos tipos de hogares que tienen necesidades diferentes, por lo que es necesario utilizar una escala de equivalencia. En nuestro caso se ha utilizado la escala OCDE modificada, que es la más adecuada para este caso y que, además, es la que se utiliza en la mayor parte de los estudios oficiales. Esta escala asigna una unidad (llamada unidad de consumo) al primer miembro del hogar, 0,5 a cada una de las demás personas del hogar con 14 años o más y, 0,3 a los menores de 14 años que formen parte del hogar. Finalmente, el umbral de pobreza relativa utilizado es el 60% del ingreso mediano, que es también el más utilizado y el recomendado por EUROSTAT. Con este umbral se consideran hogares pobres a aquellos cuyos ingresos equivalentes no lleguen al 60% de los ingresos medianos de Cantabria. 2.1.2. Umbral de referencia para medir la pobreza Una vez establecida la medición relativa de la pobreza, es decir, con referencia al grado de riqueza general del entorno, es necesario decidir cuál es ese entorno. La mayor parte de los estudios realizados hasta ahora para cuantificar la pobreza relativa en Cantabria han tomado como referencia el ámbito español. Este criterio se explica, fundamentalmente, por el hecho de

desigualdad produce riqueza. Desde una perspectiva progresista, por el contrario, se entiende que para que el crecimiento de la riqueza sea sostenible es necesario redistribuir y ampliar las medidas de protección para garantizar la cohesión social. En todo caso, parece que el modelo de bienestar europeo todavía se basa en un amplio consenso social de que lo inaceptable es que en un periodo de incremento de la riqueza también se incremente la pobreza absoluta. Buena parte de los nuevos discursos sobre la sociedad del bienestar, que han supuesto la recuperación de las opciones socialdemócratas tras la etapa neoliberal, se basan en diferentes formas de gestionar este consenso.

36

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

que uno de los objetivos principales de esos estudios consiste en establecer comparaciones entre diferentes regiones y provincias españolas. En esta investigación, los análisis sobre pobreza y exclusión se han realizado tomando como criterio de referencia geográfica el ámbito regional. Esta decisión es coherente con el objetivo fundamental de la investigación, a saber, conocer cuáles son las condiciones de vida de la población en Cantabria y la situación de la pobreza y la exclusión en el territorio. La finalidad no es, por tanto, realizar una comparación con una comunidad externa, sino conocer la situación de Cantabria para dimensionar las políticas sociales y mejorar, si fuese necesario, la adecuación entre recursos disponibles y necesidades de los ciudadanos y ciudadanas, utilizando como soporte empírico un instrumento científico y estadísticamente riguroso. Sin embargo, este estudio también aporta una comparación con otros contextos, por lo tanto, en ocasiones se hará referencia a datos de pobreza calculados respecto al umbral de pobreza en el ámbito español. 2.1.3. Cuantificación de la pobreza A partir de los datos de la Encuesta del IESA de Condiciones de Vida (2005), se ha calculado un indicador de pobreza que permite conocer su incidencia en el territorio de la Comunidad, respondiendo de este modo a uno de los objetivos iniciales de la investigación. Dicho indicador se ha calculado respondiendo a los criterios metodológicos expuestos anteriormente. Con el umbral del 60% del ingreso mediano se conocerá el porcentaje de población que se clasifica como no-pobre y como pobre. Y, dado que la pobreza se manifiesta en diferentes grados, también resulta interesante conocer cuántos son los hogares y las personas que viven situaciones de pobreza en cada uno de estos grados. Para clasificarlos, se utilizan otros umbrales, a saber: a) El 70% del ingreso mediano determinará el número de hogares que, dadas sus circunstancias económicas, se encuentran en riesgo de sufrir pobreza relativa. b) El intervalo que comprende los ingresos entre el 50% y el 60% de la mediana, es el segundo umbral de pobreza y da cuenta de las situaciones de pobreza leve. c) El tercer umbral es el que se sitúa por debajo del anterior y hasta el 40% de la mediana. Los hogares que se clasifican en este rango se encuentran viviendo en situación de pobreza grave. d) El cuarto umbral es el que permite cuantificar a los hogares que viven en la pobreza severa, que son los que tienen un nivel de ingresos inferior al 40% del ingreso mediano. En la tabla siguiente se ofrece una clasificación de los hogares en función de los tramos de ingresos y los diferentes umbrales de pobreza, utilizando sus ingresos equivalentes.

37

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Tabla 1. Clasificación de hogares cántabros según nivel de ingresos Hogares Niveles de ingresos

Porcentaje

Número

Por encima del ingreso mediano

49,0

90,224

Entre la mediana y el 70% de la mediana

28,7

52,331

9,1

16,569

Entre el 50% y el 60% de la mediana (pobreza leve)

6,0

11,012

Entre el 40% y el 50% de la mediana (pobreza grave)

3,7

6,804

Por debajo del 40% de la mediana (pobreza severa)

3,1

5,716

Situación de Pobreza

Entre el 60% y el 70% de la mediana (en riesgo de pobreza)

Total

100,0

182,656

Fuente: Encuesta del IESA de Condiciones de Vida en Cantabria-2005. E-0501. Total de hogares según el Censo 2001.

Como se puede ver en la tabla 1, más de las tres cuartas partes de los hogares cántabros vive una situación de bienestar económico, pues sus ingresos se sitúan por encima del umbral de pobreza. Asimismo, hay un número de hogares, que no alcanza el 10%, que se encuentra viviendo en situación de riesgo económico, debido probablemente a la inestabilidad de los ingresos del hogar. Por otra parte, la proporción de hogares pobres (en diferentes grados) sobre el total es el 12,8%. De ellos, el 6% se encuentra en situación de pobreza leve. La pobreza grave y la severa tienen una incidencia menor en Cantabria, afectan al 3,7 y al 3,1% de hogares respectivamente. Es decir, afectarían a 12.520 hogares, según el Censo de 2001. Una vez conocida la situación de los hogares respecto a los ingresos, es interesante conocer también cuántos son los individuos afectados por la pobreza en sus diferentes grados. En la tabla 2 se observa esta situación. Los resultados son similares a los que ofrece la clasificación de hogares. Prácticamente el 80% de la población cántabra vive en hogares cuyos ingresos son superiores al 60% del ingreso mediano cántabro. En cambio, el porcentaje de individuos que vive en hogares pobres es el 12,2%, lo que significa que 65.646 personas experimentan dificultades económicas en alguna medida.

38

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Tabla 2. Clasificación de individuos cántabros según nivel de ingresos del hogar

Niveles de ingresos

Individuos Porcentaje

Número

52,0

278,106

Entre la mediana y el 70% de la mediana

27,9

149,444

Entre el 70% y el 60% de la mediana (en riesgo de pobreza)

7,8

41,935

Entre el 50% y el 60% de la mediana (pobreza leve)

5,2

27,998

Entre el 40% y el 50% de la mediana (pobreza grave)

3,6

19,241

Por debajo del 40% de la mediana (pobreza severa)

3,4

18,407

100,0

535,131

Situación de obreza

Por encima del ingreso mediano

Total

Fuente: Encuesta del IESA de Condiciones de Vida en Cantabria-2005. E-0501. Total de individuos según el Censo 2001.

2.1.4. La pobreza en Cantabria y en España Para conocer la magnitud o la incidencia real de una situación en un territorio, siempre es interesante comparar el estado de dicha situación en otros contextos, en la medida de lo posible. En este caso, se va a comparar la incidencia que tiene la pobreza en Cantabria con su incidencia en el conjunto de España, tanto en su intensidad como en sus características. La Encuesta del IESA de Condiciones de Vida-2005 ofrece unos datos que no permiten la comparación a nivel nacional, ni temporal ni metodológicamente, por esto no puede ser utilizada en este asunto. En cambio, las encuestas realizadas por el Instituto Nacional de Estadística tienen muestras a nivel de Comunidad Autónoma que permitirán realizar esta comparación, a pesar de su pequeño tamaño. Las fuentes para realizar los análisis serán, por lo tanto, las siguientes: a) El Panel de Hogares de la Unión Europea (PHOGUE) en su edición para el año 2000. b) La Encuesta de Condiciones de vida del INE (primera oleada) para 2004.

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

39

La referencia temporal que se ha utilizado para analizar la variable de ingresos es el periodo anual, es decir, se van a comparar teniendo en cuenta los ingresos anuales de los hogares en Cantabria y en España. Esta decisión se ha tomado porque la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística sólo recoge los ingresos para el periodo anual. El dato con referencia mensual no está disponible en ambas fuentes. El principal inconveniente que se plantea a la hora de comparar ambos niveles (autonómico y nacional) es la elección del ámbito de referencia. En este caso se ha elegido el ámbito mayor (el nacional), aunque ello suponga un incremento de la desigualdad, porque a las diferencias que existen entre hogares ahora se añaden las diferencias territoriales. Para poder leer las diferencias que se plantean entre España y las Comunidades Autónomas se utilizarán dos definiciones de hogares pobres: • Llamaremos pobres respecto al umbral nacional a los hogares situados por debajo del 60% de la mediana de ingresos de España. • Llamaremos pobres respecto al umbral autonómico a los hogares situados por debajo del 60% de la mediana de ingresos de su propia Comunidad Autónoma. Para calcular el porcentaje de hogares pobres caben dos posibilidades. La primera es calcularlo con relación al umbral nacional y, la segunda, es calcularlo en relación al umbral de la Comunidad Autónoma. Según se calcule con uno u otro criterio, los resultados experimentarán alguna variación. Lo que suele suceder es lo siguiente: si se calcula el porcentaje de hogares pobres que hay en una Comunidad Autónoma con referencia al umbral de pobreza de dicha Comunidad y siendo este último superior al umbral de pobreza español, el porcentaje de hogares pobres que resulta es más elevado que si se hubiese calculado este dato con referencia al ingreso mediano español. En cambio, si se realizan estos mismos cálculos, pero el umbral de la Comunidad Autónoma es inferior al umbral español, el porcentaje de hogares pobres que resulta es menor. La tabla 3 contiene los resultados que permiten comparar la incidencia de la pobreza en los hogares cántabros y españoles, calculados con referencia al umbral español y a los umbrales autonómicos, utilizando para ello las fuentes disponibles. En referencia al contexto nacional, en términos generales, se puede decir que el porcentaje de hogares pobres se ha incrementado en España en los últimos años. No obstante, hay que tomar esta afirmación con cautela porque, a pesar de que las dos fuentes utilizadas son parecidas, las diferencias metodológicas que existen entre ambas pueden haber influido en este resultado. Con respecto a Cantabria, en el año 2000 había un porcentaje de hogares pobres del 13%, si se utiliza como referencia para su clasificación el umbral

40

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

nacional y, un 12,7% si la referencia considerada es el umbral autonómico. En 2004, el porcentaje de hogares que se clasifican como pobres en relación al umbral autonómico es superior que el de estos mismos en relación al umbral nacional. Estas variaciones se han producido porque en el año 2000 el ingreso mediano cántabro era muy similar al español mientras que en 2004 era muy superior. Observando los resultados respecto al umbral de pobreza nacional, se ve que Cantabria ha mejorado su situación. En 2000 tenía una situación intermedia con relación a otras Comunidades Autónomas (no estaba entre las que tenían más pobres ni entre las que tenían menos). Sin embargo, en 2004 Cantabria forma parte del conjunto de Comunidades Autónomas que presentan las cifras de pobreza más bajas, situándose en cuarto lugar con el 13,7% de hogares pobres.

Tabla 3. Porcentaje de hogares pobres en España y por Comunidades Autónomas según el umbral de pobreza nacional y autonómico (%) Hogares pobres en relación al UMBRAL NACIONAL

Hogares pobres en relación al UMBRAL AUTONÓMICO

PHOGUE 2000

ECV 2004

PHOGUE 2000

ECV 2004

Andalucía Aragón Asturias Baleares Canarias

26,9 10,8 12,8 10,8 22,3

31,0 13,8 14,7 17,4 23,4

13,9 15,5 13,4 15,3 17,8

17,8 17,0 17,2 19,3 20,0

Cantabria Castilla-La Mancha Castilla-León Cataluña Comunidad Valenciana Extremadura Galicia La Rioja Madrid Murcia Navarra País Vasco España

13,0 26,5 17,3 9,2 18,4 36,8 17,6 14,0 9,7 23,1 11,0 10,8 17,2

13,7 30,0 26,2 13,0 19,5 36,6 21,7 20,7 9,7 26,0 15,9 11,7 20,0

12,7 12,4 14,6 17,7 16,4 9,3 16,0 20,2 20,7 14,1 19,2 16,6 16,0

16,6 16,7 18,5 17,8 19,3 15,4 15,9 18,5 16,1 19,3 21,1 17,4 17,7

Fuente: PHOGUE, 2000 y ECV, 2004. Instituto Nacional de Estadística.

41

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

En cuanto al umbral de pobreza autonómico, Cantabria también se encuentra entre las Comunidades que tienen menores porcentajes de hogares pobres, aunque haya pasado de ser la tercera en 2000, con un 12,7% de dichos hogares, a ser la cuarta, con el 16%. En todo caso, Cantabria se encuentra entre las cinco Comunidades Autónomas con los niveles de pobreza más bajos, con independencia del umbral que se utilice para su cálculo. Esta primera comparación ha permitido conocer la proporción de hogares pobres que hay en Cantabria utilizando dos criterios de cálculo diferentes y, a pesar de ello, los resultados ofrecen la misma tendencia. Además de la

Tabla 4. Porcentaje de personas que viven en hogares pobres en España y por Comunidad Autónoma, según el umbral de pobreza nacional y los umbrales autonómicos, en 2004 (%) Población en hogares pobres según UMBRAL NACIONAL

Población en hogares pobres según UMBRALES AUTONÓMICOS

Andalucía

28,0

17,0

Aragón

11,0

14,0

Asturias

11,8

13,8

Baleares

13,1

14,7

Canarias

21,0

18,0

Cantabria

10,4

12,8

Castilla-La Mancha

27,4

16,5

Castilla-León

22,7

16,3

Cataluña

11,0

15,7

Comunidad Valenciana

18,0

17,7

Extremadura

34,3

16,3

Galicia

19,6

15,1

La Rioja

16,3

14,8

Madrid

7,4

12,8

Murcia

23,4

18,0

Navarra

12,2

16,9

País Vasco España

9,5

14,7

17,7

15,8

Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida, 2004. Instituto Nacional de Estadística.

42

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

comparación entre hogares, también es útil para futuras planificaciones e intervenciones de políticas sociales conocer cuál es la proporción de población que se ve afectada por dichas situaciones en diferentes contextos territoriales, utilizando también para el cálculo el umbral nacional y el autonómico. Para realizar esta cuantificación se utilizará como fuente de datos la Encuesta de Condiciones de Vida de 2004, del Instituto Nacional de Estadística. En esta comparación, Cantabria también se sitúa entre las Comunidades Autónomas que tiene los niveles de pobreza más bajos, es decir, entre las que tienen menos población viviendo en hogares pobres, con independencia del umbral que se utilice para realizar el cálculo. A continuación se van a analizar algunas variables sociodemográficas con el objeto de identificar aquellas que son cuantitativamente más relevantes y más útiles para caracterizar a su población, como son: edad, sexo, relación con la actividad económica y nivel de estudios, aunque siempre habrá que observar los resultados con cautela debido al pequeño tamaño que tiene la muestra. Comenzando por la edad, el grupo de mayores de 60 años es el que tiene un porcentaje más alto de personas viviendo en hogares pobres, con independencia del umbral que se utilice para el cálculo. En estas edades, los ingresos que se perciben suelen ser inferiores a los de la población activa ocupada, porque provienen en muchos casos de pensiones de viudedad y de pensiones no contributivas, cuyas cuantías suelen ser inferiores al ingreso mediano. Por el contrario, el grupo de edades comprendidas entre 30 y 44 años es el que tiene menos población viviendo en hogares pobres: un 9%. Tabla 5. Porcentaje de personas viviendo en hogares pobres, según tramos de edad y diferentes umbrales de pobreza (%)

Tramos de Edad

España (umbral nacional)

España (umbrales autonómicos)

Cantabria (umbral autonómico)

Personas menos de 16 años

21,8

19,8

14,3

Personas 16 a 29 años

13,4

12,3

10,3

Personas de 30 a 44 años

15,3

13,5

9,0

Personas de 45 a 59 años

13,4

12,1

12,7

Personas con 60 años o más

24,9

21,8

17,6

Total

17,7

15,8

12,8

Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida, 2004. Instituto Nacional de Estadística.

43

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Tabla 6. Porcentaje de personas viviendo en hogares pobres, según sexo (%) España Umbral nacional

España Umbrales autonómicos

Cantabria Umbral autonómico

Hombre

16,9

15,2

11,4

Mujer

18,5

16,4

14,1

Total

17,7

15,8

12,8

Sexo

Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida, 2004. Instituto Nacional de Estadística.

Tabla 7. Porcentaje de personas viviendo en hogares pobres en relación con la actividad económica España Umbral nacional Ocupados

España Umbrales autonómicos

Cantabria Umbral autonómico

9,3

8,7

8,1

Parados

26,8

22,2

11,9

Jubilados

21,5

19,2

15,6

Otros

23,6

21,0

17,2

Total

17,7

15,8

12,8

Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida, 2004. Instituto Nacional de Estadística.

Tabla 8. Porcentaje de personas viviendo en hogares pobres, según nivel de estudios % Personas en Hogares Pobres

Nivel de estudios

España Umbral nacional % fila

España Umbrales autonómicos % fila

Cantabria Umbral autonómico % fila

Educación primaria

27,8

24,5

24,5

Educación secundaria de 1.ª etapa

19,8

17,4

17,4

Educación secundaria de 2.ª etapa

14,5

Formación que precisa título de 2.ª etapa Educación superior

13,8

13,8

9,6

-

-

7,4

9,9

9,9

NC

16,4

7,7

7,7

Total

17,7

15,8

12,8

Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida, 2004. Instituto Nacional de Estadística.

44

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

2.1.5. Cifras de pobreza en Cantabria Saber cómo ha evolucionado la pobreza en Cantabria es una información muy relevante para realizar un análisis dinámico de la situación y conocer objetivamente el impacto que las políticas sociales tienen sobre la población. Es decir, si éstas, junto con los cambios que se hayan producido en otros ámbitos, como por ejemplo en el mercado de trabajo o en relación a la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, han sido útiles para reducir los niveles de pobreza o si por el contrario éstos continúan estables. Sin embargo, para conocer la evolución de los niveles de pobreza es imprescindible contar con datos que provengan de fuentes que permitan realizar comparaciones entre sí estadísticamente significativas. Hasta el momento, las fuentes de las que se dispone no permiten una comparación de este tipo, en todo caso permiten comparaciones parciales siempre con alguna limitación, por lo que no es posible aportar datos precisos. Los datos de los que se dispone proceden de la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF, correspondientes a los años 1990 y 1991) y de la Encuesta Continua de Presupuestos Familiares (ECPF, correspondientes a los años comprendidos entre 1998 y 2002). Estos datos son los únicos que tienen cierta perspectiva temporal. Sin embargo, ya se ha reseñado el pequeño tamaño muestral que corresponde a Cantabria y los problemas que se encuentran en la medición de los ingresos. Por otra parte y como puede verse en el gráfico 1, los datos que muestran las ECPF son erráticos, tanto si la variable que se toma para clasificar a los hogares es el ingreso como si la que se toma es el gasto. Esto se debe seguramente al pequeño tamaño muestral que hace que estas estimaciones no sean muy relevantes. Dado que los datos de la ECPF no son de muy buena calidad para el objetivo que se propone la investigación, se tomó como fuente alternativa el Panel de Hogares de la Unión Europea (PHOGUE), para observar la pobreza de manera aproximada. En este caso, el dato que se ofrece a nivel de Comunidad Autónoma para Cantabria hace referencia al año 2000. También en este caso el tamaño muestral es bastante reducido. Para el resto de los años podemos tener idea aproximada de cuál puede haber sido la evolución de la pobreza, tomando como referencia la unidad NUT 1 (Asturias, Galicia y Cantabria)34 en conjunto. En concreto se tomarán los ingresos anuales para poder comparar con la Encuesta de Condiciones de Vida de 2004.

3 Siguiendo las orientaciones de EUROESTAT, en la muestra, NUT 1 se refiere a la agrupación de Comunidades Autónomas.

45

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Como vemos en el gráfico 2, estos datos sí muestran una estabilidad mucho mayor, pero esta se rompió por completo al ser sustituido el PHOGUE por la Encuesta de Condiciones de Vida. Si reunimos todas las cifras de pobreza calculadas hasta ahora y añadimos los resultados de la Encuesta del IESA de Condiciones de Vida en Cantabria-2005 (tabla 9), se puede constatar la dificultad que existe actualmente para obtener una conclusión sobre la evolución de la pobreza. Ello se debe, por un lado, a la falta de comparabilidad entre las fuentes y por otro, al pequeño tamaño muestral que tienen para Cantabria todas las fuentes del INE. También se observan diferencias apreciables en los resultados del propio PHOGUE según se utilicen ingresos anuales y mensuales. De hecho, se produce la paradoja de que en la encuesta de 2000 (única que ofrece datos para Cantabria), si se consideran los ingresos mensuales, la cifra de hogares

Gráfico 1. Evolución del porcentaje de hogares pobres en Cantabria % de hogares pobres 20 18 16

Porcentaje

14 12 10 8 6 4 2 0

1991

1998

1999

2000

2001

2002

Ingresos

12,6

9,0

12,9

18,0

15,5

11,4

Gastos

13,4

12,3

11,8

14,7

18,1

13,5

Año

Fuente: ECPF 98-02 y EPF 90/91.

46

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Gráfico 2. Evolución del porcentaje de hogares pobres en NUT 1 y Cantabria

20

% de hogares pobres en NUT 1 y Cantabria

18 16 14 12 10 8 6 4 2 0

1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 12.7

Cantabria NUT 1

16.8 16.3 17.6 17.3 13.6 15.9 15.3 18.6

16.6 17.8

Fuente: ECPF 98-02 y EPF 90/91.

pobres que resulta es más alta en Cantabria que en toda la NUT 1 (que como vimos agrupa a Galicia, Asturias y Cantabria). Sin embargo, si se consideran los anuales el resultado es el contrario. Ello se debe a que el ingreso mediano mensual es mayor en Cantabria que en la NUT 1, mientras que sucede al contrario con el anual. En definitiva, para tener una medición consistente y estable de la evolución de la pobreza, habrá que esperar a nuevas oleadas de la Encuesta de Condiciones de Vida que al estar diseñada como panel, tendrá cierta estabilidad a pesar del pequeño tamaño de su muestra. En la tabla 9 se presentan algunos datos sobre la evolución de la pobreza en Cantabria, según las diferentes fuentes que se han venido comentando y para diferentes años.

47

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Tabla 9. Resumen de las cifras de pobreza en Cantabria según distintas fuentes

Año

ECPF/EPF

PHOGUE mensual (NUT 1)

PHOGUE mensual (Cantabria)

ECV-2005 IESA

PHOGUE anual ECV (NUT 1)

PHOGUE anual ECV (Cantabria)

1994

-

14,2

-

-

16,8

-

1995

-

13,1

-

-

16,3

-

1996

-

14,4

-

-

17,6

-

1997

-

12,2

-

-

17,3

-

1998

9,0

12,2

-

-

13,6

-

1999

12,9

14,2

-

-

15,9

-

2000

18,0

12,5

14,5

-

15,0

12,9

2001

15,5

12,8

-

-

18,6

-

2002

11,4

-

-

-

-

-

2004

-

-

-

-

14,5

16,6

2005

-

-

-

12,8

-

-

Fuente: Elaboración propia utilizando las fuentes que figuran en la cabecera de las columnas.

2.2. La exclusión social en Cantabria En este epígrafe se van a caracterizar y a cuantificar los hogares cántabros teniendo en cuenta un concepto que trasciende al de pobreza económica. Se trata del concepto de exclusión social que, como se ha mencionado, tiene la capacidad de definir las situaciones que suponen una acumulación de problemas en diferentes dimensiones y, por ello, limitaciones de distinta naturaleza para acceder a los recursos y para disfrutar del estatus de ciudadanía. De acuerdo con el concepto de exclusión manejado en esta investigación, esta se genera de forma multidimensional, siendo una acumulación de diferentes situaciones de desfavorecimiento lo que finalmente produce exclusión. El objetivo será, por tanto, determinar cuántos hogares sufren acumulación de problemas y desventajas y cuáles son sus características. Posteriormente, se analizará la distribución geográfica de estos hogares en el territorio cántabro según diferentes niveles. Para proponer una caracterización de los hogares excluidos, se ha partido de un conjunto de indicadores de desfavorecimiento que pueden afectar a

48

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Tabla 10. Dimensiones y número de indicadores Dimensión

N.º de indicadores

N.º de preguntas

Trabajo

6

6

Educación

2

2

Vivienda

5

12

Salud

7

7

Integración (relaciones sociales)

2

6

Posición social

7

27

Fuente: Encuesta del IESA de Condiciones de Vida de la Población en Cantabria-2005. E-0501.

los hogares en distinta medida y, posteriormente, se han agrupado en las dimensiones que pueden verse en la tabla 10. La lista completa de indicadores45, así como su distribución, se puede consultar en el Anexo 2. Los indicadores de cada dimensión se han resumido mediante un Análisis de Componentes Principales Categórico, resultando una variable de resumen para cada dimensión, salvo en la de posición social, para la que se han obtenido dos. Los indicadores de resumen de las dimensiones se han vuelto a agrupar, esta vez utilizando un Análisis Factorial de Componentes Principales. De este análisis han resultado solamente dos dimensiones de exclusión. Finalmente, se ha construido una tipología de hogares que resume las principales situaciones de exclusión que se producen en Cantabria. Para ello se ha realizado un Análisis de Conglomerados, utilizando las dos dimensiones de exclusión que resultaron del análisis factorial de componentes principales56. En la tabla 11 se muestran las categorías que componen la tipología de exclusión y la proporción de hogares que contiene cada una. Como se ve, algo más de la mitad de los hogares de Cantabria se han clasificado como incluidos. Los hogares con recursos bajos, los dependientes y los hogares con problemas de diferentes tipos se encuentran en proporción parecida y

4 Algunos indicadores se han construido utilizando varias preguntas del cuestionario de la Encuesta del IESA de Condiciones de Vida, 2005. 5 En el Anexo se puede consultar de forma detallada el proceso estadístico seguido para la construcción de la tipología.

49

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Tabla 11. Porcentaje de hogares en cada categoría de la tipología de exclusión Categoría

Porcentaje

Hogares Incluidos

51,1

Hogares con Recursos Bajos

15,6

Hogares Dependientes

12,6

Hogares no Consolidados

14,6

Hogares Excluidos

6,1

TOTAL

100

Fuente: Encuesta del IESA de Condiciones de Vida en Cantabria-2005. E-0501.

sólo el 6% se han clasificado como excluidos. A la luz de estos resultados se puede decir que la mayoría de los hogares cántabros no sufre problemas relacionados con la pobreza y la exclusión social, que afecta al 6% de los mismos. A continuación se justifica la elección de los nombres que se han asignado a las categorías y se analiza la situación de cada una, considerando su distribución en una variable de cada una de las dimensiones originales. Finalmente, para completar la identificación de sus características, se tomará en cuenta la edad media de la persona de referencia del hogar y el número de personas que lo forman. 1) Hogares incluidos (51,1%) Éstos son los que presentan una situación más positiva en todos los aspectos analizados, diferenciándose claramente de los demás. En cuanto al trabajo, la mayor parte no tiene miembros en paro. La persona principal ha alcanzado estudios de nivel alto (universitarios o secundarios). Las viviendas están en buen o muy buen estado de conservación. La salud de los miembros del hogar también es positiva, puesto que no hay personas que tengan mala salud física. Los niveles de integración social son positivos, ya que tienen relaciones frecuentes con familiares. Prácticamente ningún hogar ha tenido que reducir los gastos básicos como estrategia de control de gasto. La edad de la persona principal es inferior a la del conjunto de los hogares y el número de personas que componen el hogar es similar al global. Las personas de referencia en estos hogares son principalmente masculinas.

50

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

2) Hogares con recursos bajos (15,6%) Son hogares compuestos mayoritariamente por personas inactivas, en los que apenas hay situaciones de desempleo si alguno de los miembros está en activo. El nivel de estudios mayoritario alcanzado por la persona principal del hogar es el de estudios primarios completos o el de estudios primarios sin completar. En cuanto al estado de la vivienda, es bueno. La mayor parte de los hogares no tiene personas con problemas de salud y pocos han tenido que reducir sus gastos básicos. La edad de la persona principal es muy alta, lo que explica que predominen los hogares de personas jubiladas (inactivas). El número medio de personas en la vivienda es poco más de 2 y en una parte importante de estos hogares, las personas de referencia son mujeres. Todo ello indica que este grupo está formado mayoritariamente por parejas o personas solas que están jubiladas. Pese a que no tienen unas condiciones de vida óptimas, tampoco presentan aún problemas graves. Sin embargo, cualquier problema, de salud por ejemplo, puede conducir a un agravamiento de su situación. 3) Hogares dependientes (12,6%) Estos hogares tienen un perfil parecido al anterior, pero con algunos problemas adicionales, a saber: el porcentaje de hogares con miembros activos es menor y el de personas principales con estudios primarios sin completar es mayor. También hay un porcentaje más elevado de hogares donde el estado de conservación de la vivienda es regular o malo e igualmente en lo que respecta a miembros del hogar con mala salud. En cuanto a las relaciones sociales, la mayor parte de estos hogares no se relaciona nunca con familiares que vivan en otra vivienda. Una buena parte de ellos ha tenido que reducir sus gastos básicos. La edad media de la persona de referencia es mayor que en los hogares con bajos recursos, mientras que el número medio de personas en el hogar es menor. Por último, predominan las personas de referencia femeninas. Todo ello indica que éstos son hogares con recursos bajos cuyos miembros han envejecido. El envejecimiento ha supuesto un empeoramiento de su situación, en relación con la salud, a la vivienda, etcétera. Además, gran parte de los hogares son unipersonales. La conjunción de estos factores hace pensar que estas personas necesitan algún tipo de ayuda externa y por ello se les ha llamado dependientes. 4) Hogares excluidos (6,1%) Este grupo presenta las peores características en casi todas las variables analizadas. La mayor parte de ellos tiene algún miembro en paro. La persona principal sólo tiene estudios primarios o es analfabeta. La mayor parte de sus viviendas están en estado regular, malo o muy malo. En la mayoría de

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

51

estos hogares hay personas con mala salud. Casi nunca se relacionan con familiares. Mayoritariamente han tenido que reducir sus gastos básicos como medida de control del gasto. A diferencia de los dos grupos anteriores, la edad de la persona de referencia es similar a la del conjunto de los hogares y el número medio de personas en el hogar es más alto. El porcentaje de mujeres que son la persona de referencia del hogar también es similar al global. En resumen, los hogares de este grupo muestran rasgos de sufrir acumulación de problemas, situación que al principio se definió como exclusión. 5) Hogares no consolidados (14,6%) Este grupo tiene una mala situación en algunas de las variables consideradas, aunque en otras es normal. En cuanto al nivel educativo de las personas de referencia, es algo superior a la media. Asimismo, el estado de conservación de la vivienda es mayoritariamente bueno. No tienen muchas personas con mala salud y tienen relaciones bastante frecuentes con familiares. Sin embargo, incluye un alto número de hogares con personas en paro y una buena parte ha tenido que reducir sus gastos básicos. La edad de la persona de referencia es baja y entre ellos predomina la figura masculina. Además, el número de personas que componen el hogar es el mayor de todos los grupos. Por ello, se deduce que el principal problema de estos hogares es el laboral. Esta situación de inestabilidad puede provocar que las condiciones de vida de estos hogares se resientan gravemente. Están formados mayoritariamente por familias con personas jóvenes con una situación laboral inestable. Las tablas que se presentan a continuación (12 a 15) caracterizan la tipología de hogares descrita en relación con las variables más relevantes en el análisis de la exclusión social. En términos generales, los valores que más se destacan respecto al total, son casi siempre los correspondientes a Hogares Incluidos y Hogares Excluidos; ambos grupos representan los dos polos de la tipología de exclusión, en cuanto a mayor o menor acumulación de circunstancias desfavorables, situándose entre ellos las otras tres categorías de hogares. Así, los Hogares Incluidos muestran niveles de empleo y educación notablemente más altos que cualquiera de los otros grupos, mientras que los Excluidos están entre los más bajos en educación y empleo. La proporción de hogares con personas en paro en esta categoría y en la de Hogares no consolidados es muy alta respecto al total, pudiendo inferirse que el paro de Cantabria se concentra en esos dos tipos de hogares, pues su presencia no es significativa en las otras categorías. Se observa, asimismo, que los niveles de educación más bajos en la persona principal (Analfabetos y Primarios sin completar) también se concentran en las categorías de Excluidos, Con Recursos Bajos y Dependientes (estos

52

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

dos últimos encabezados por personas jubiladas). El nivel de educación alcanzado cabe relacionarlo con el anterior de empleo, en la medida que una baja cualificación académica reduce también la condición de “empleable” de los individuos y los hace más vulnerables ante los avatares económicos y los cambios tecnológicos del mundo empresarial. El estado de las viviendas constituye otro indicador de las situaciones de pobreza y exclusión. Puede observarse en la tabla 14 que los tipos de hogares desfavorecidos tienen sus viviendas en peor estado con mayor frecuencia que los otros hogares. Lo que es consecuencia de estados de necesidad y pobreza económica se convierte también en causa de exclusión al no poder mejorar sus condiciones de vida e, incluso, las empeora. Esto sucede, por ejemplo, en el caso de personas con problemas de movilidad que, cuando no pueden modificar o adaptar las condiciones de la vivienda para desplazarse, entran en un proceso de mayor aislamiento social. Los problemas de salud son más frecuentes en los Hogares Dependientes (tabla 15), donde la avanzada edad de sus componentes explica en cierta medida el deterioro físico, pero en el caso de los Excluidos podría interpretarse que la mala salud es más bien un elemento causal de la exclusión, en tanto que bloquea el acceso al trabajo, a unas rentas que proporcionarán mayor bienestar y, por tanto, reduce las probabilidades de inclusión social.

Tabla 12. Porcentaje de hogares con personas en paro (activos no ocupados) en cada categoría de la tipología de exclusión (%) Grupos de exclusión

Personas en paro Ninguno

Hogares Incluidos

Hogares con Hogares Recursos Hogares Hogares no Bajos Dependientes Excluidos Consolidados

Total

82,2

33,4

19,0

28,1

51,9

58,9

Alguno

4,5

0,7

0,9

32,1

30,0

8,8

Todos

0,5

0,8

3,5

21,9

11,8

3,9

12,8

65,1

76,6

17,9

6,3

28,4

100

100

100

100

100

100

Sin activos Total

Fuente: Encuesta del IESA de Condiciones de Vida en Cantabria-2005, E-0501.

53

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Tabla 13. Nivel educativo máximo alcanzado por las personas principales de los hogares en cada categoría de la tipología de exclusión (%) Grupos de exclusión

Estudios Analfabetos

Hogares Incluidos -

Hogares con Hogares Recursos Hogares Hogares no Bajos Dependientes Excluidos Consolidados

Total

0,5

1,4

2,3

0,4

0,5

Primarios sin completar

13,4

60,8

83,7

54,2

24,9

33,7

Primarios compl., ESO, EGB

22,1

33,0

13,3

33,5

32,9

25,0

Secundarios

33,8

4,9

1,4

9,1

32,3

23,5

Universitarios

30,7

0,8

0,2

0,9

9,5

17,3

100

100

100

100

100

100

Total

Fuente: Encuesta del IESA de Condiciones de Vida en Cantabria-2005. E-0501.

Tabla 14. Proporción de hogares en cada categoría de la tipología de exclusión según el estado de conservación de su vivienda (%). Grupos de exclusión Conservación de la vivienda

Hogares Incluidos

Hogares Hogares con Hogares no Recursos Hogares Bajos Dependientes Excluidos Consolidados

Total

Muy bueno

20,5

8,5

3,1

2,7

5,3

13,2

Bueno

73,8

85,2

74,2

37,1

64,9

72,1

Regular

4,9

4,8

18,1

37,5

21,4

10,9

Malo

0,6

1,5

4,3

16,4

8,0

3,2

-

-

0,3

6,3

0,4

0,5

NC

0,2

-

-

-

-

0,1

Total

100

100

100

100

100

100

Muy malo

Fuente: Encuesta del IESA de Condiciones de Vida en Cantabria-2005. E-0501.

54

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Tabla 15. Proporción de hogares en cada categoría de la tipología de exclusión, según el número de personas que tienen mala salud física (%) Grupos de exclusión Personas con mala salud

Hogares Incluidos

Hogares con Hogares Hogares Recursos Hogares no Bajos Dependientes Excluidos Consolidados

Total

97,2

91,0

68,0

74,8

90,2

90,2

Alguna

2,7

5,8

18,1

20,8

9,0

7,2

Todas

0,1

3,1

13,9

4,4

0,8

2,7

100

100

100

Ninguna

Total

100

100

100

Fuente: Encuesta del IESA de Condiciones de Vida en Cantabria-2005. E-0501.

En la tabla 16 vemos cómo el grupo de Hogares Incluidos mantiene contactos sociales más frecuentes que el resto de los grupos; en cambio los Hogares Dependientes y los Excluidos se destacan por la ausencia de esos contactos sociales en la mitad o más de los casos, lo que evidencia el deterioro de su vínculo social incluso en las relaciones con sus más próximos y el aislamiento consecuente. Es un hecho reconocido entre los analistas de la exclusión social que cultivar la oportunidad de relacionarse con parientes, amigos y conocidos, además de contribuir al bienestar y salud individual, fortalece los vínculos sociales y proporciona una red de apoyos frente a contingencias; por lo que cuando esto no se produce, las condiciones de desfavorecimiento se ahondan y consolidan, dificultando una reversión del proceso de exclusión. En la tabla 17 se observa que la mayoría del total de hogares (82%) no ha tenido que reducir sus gastos básicos; sin embargo, esto sí se ha producido en la mayoría de los Hogares Excluidos y en un tercio de los No Consolidados y de los Dependientes, lo que significa desenvolverse cotidianamente con estrecheces económicas. Es muy frecuente en los hogares donde escasean las rentas por trabajo, es decir, donde hay mayor presencia de parados o de inactivos, como son los Excluidos, Dependientes y Hogares con Recursos Bajos. La consecuencia es que si se reducen los gastos básicos, desaparecen totalmente, por ejemplo, las posibilidades de realizar inversiones en mejorar las circunstancias personales de empleabilidad y de bienestar (formación, cuidados de salud, vivienda...) por lo que, nuevamente, se detecta la complejidad del fenómeno de la exclusión y el entrelazamiento de diversos factores

55

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Tabla 16. Proporción de hogares en cada categoría de la tipología de exclusión según la frecuencia de los contactos que tienen con personas que no viven en la misma casa (%) Grupos de exclusión Frecuencia de los contactos

Hogares Incluidos

Hogares con Recursos Hogares Hogares Hogares no Bajos Dependientes Excluidos Consolidados Total

Diariamente

14,7

13,4

13,1

7,6

11,0

13,3

Semanalmente

43,6

27,9

17,3

22,8

29,7

34,6

Mensualmente

24,5

18,6

9,9

15,6

24,3

21,2

Anualmente

8,4

10,5

8,5

6,2

12,5

9,2

Nunca

8,7

29,6

51,2

47,7

22,5

21,7

Total

100

100

100

100

100

100

Fuente: Encuesta del IESA de Condiciones de Vida en Cantabria-2005. E-0501.

Tabla 17. Proporción de hogares en cada categoría de la tipología de exclusión, según si han tenido que reducir los gastos básicos (%) Grupos de exclusión Reducción gastos básicos

Hogares Incluidos

Hogares con Recursos Bajos

Hogares no Hogares Hogares Dependientes Excluidos Consolidados

Total

93,1

86,9

68,6

34,2

69,7

-



6,7

13,0

31,2

64,2

30,0

-

Ns

0,1

-

0,2

-

0,3

0,1

Nc

0,1

0,1

-

1,5

-

0,2

Total

100

100

No

100

100

100

Fuente: Encuesta del IESA de Condiciones de Vida en Cantabria-2005. E-0501,

100

56

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

que, siendo en un principio la consecuencia, devienen más tarde en causa al alimentar los estados de exclusión y pobreza. En los datos de la tabla 18 se observa cómo la juventud de la persona principal del hogar es una variable asociada a los hogares más favorecidos, que son los Incluidos. Sin embargo, no debe inferirse que sea la única determinante porque, como viene reiterándose en estas páginas, hay otras variables (empleo, educación, salud...) que también intervienen combinadamente para determinar las situaciones de pobreza y exclusión social; así puede verse que en el grupo de los Hogares No Consolidados, la edad media de las personas principales es similar a la de Hogares Incluidos, pero su situación de desfavorecimiento viene determinada por la precariedad del empleo, la vivienda y la estabilidad en su posición social76. El número medio de personas en cada tipo de hogar (tabla 19) debe considerarse en dos sentidos. Por un lado, da idea de la mayor o menor proporción de individuos a los que pueden afectar las situaciones de más desfavorecimiento (caso de Excluidos, Dependientes y No Consolidados). Por otro lado, también debe observarse en términos de integración social y de redes de apoyo familiar; así en el caso de los Dependientes, la circunstancia de un menor número de miembros en el hogar, revela también menor proximidad física a otros familiares o incluso inexistencia de los mismos, lo que reduce considerablemente el número y la calidad de apoyos externos para superar el desfavorecimiento. Tabla 18. Edad media de la persona de referencia en cada categoría de la tipología de exclusión Grupos de exclusión

Edad

Hogares Incluidos

48,33

Hogares con Recursos Bajos

67,73

Hogares Dependientes

72,28

Hogares no Consolidados

48,52

Hogares Excluidos

53,88

Total

54,72

Fuente: Encuesta del IESA de Condiciones de Vida en Cantabria-2005, E-0501.

6

Ver detalles en Anexo 3, “Análisis de Conglomerados”.

57

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Tabla 19. Número medio de personas en el hogar en cada categoría de la tipología de exclusión Grupos de exclusión

Nº de personas en el hogar

Hogares Incluidos

3,1

Hogares con Recursos Bajos

2,2

Hogares Dependientes

1,9

Hogares Excluidos

3,5

Hogares no Consolidados

3,7

Total

2,9

Fuente: Encuesta del IESA de Condiciones de Vida en Cantabria-2005, E-0501.

La presencia del varón como persona de referencia en el hogar es mayoritaria en el total y más aún en las categorías de Hogares Incluidos y No Consolidados. Sin embargo, en los Hogares con Recursos Bajos aumenta la presencia de mujeres como persona de referencia, llegando a ser más de la mitad en los Hogares Dependientes. Tratándose de hogares, estos dos últimos, compuestos mayoritariamente por personas de edad más avanzada, y siendo más alta la esperanza de vida de las mujeres en nuestro país, esto explica esa mayor proporción como persona de referencia. En la tabla 21 se observa que la mayoría de los hogares se concentran en las poblaciones de mayor tamaño, lo que corresponde a las dinámicas de asentamiento demográfico en entornos urbanos que se han consolidado en el último siglo. No obstante, puede también detectarse que los diferentes tipos de hogares no se distribuyen por igual en todos los tamaños de población. Por ejemplo, tanto los Hogares Incluidos como los No Consolidados y los Excluidos, tienen una proporción similar asentada en las poblaciones grandes, lo que revela el fenómeno tantas veces analizado de que la ciudad puede ser un lugar de oportunidades para progresar en el bienestar, pero también para profundizar en la exclusión y la pobreza. También es observable que, los otros dos tipos de hogares, con situaciones menos extremas, tienen una distribución similar y que, si dejamos aparte la gran ciudad, aumentan su presencia cuanto menor es el tamaño de población. De tal manera que, en términos de asentamiento demográfico invierten la pauta de las otras tres categorías: los Excluidos, No Consolidados e Incluidos.

58

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Tabla 20. Sexo de la persona de referencia en cada categoría de la tipología de exclusión (%) Grupos de exclusión

Varón

Mujer

Total

Hogares Incluidos

83,1

16,9

100

Hogares con Recursos Bajos

61,7

38,3

100

Hogares Dependientes

48,9

51,1

100

Hogares Excluidos

74,1

25,9

100

Hogares no Consolidados

80,7

19,3

100

Total

74,6

25,4

100

Fuente: Encuesta del IESA de Condiciones de Vida en Cantabria-2005. E-0501,

Tabla 21. Porcentaje de hogares en cada tamaño de hábitat según el grupo de exclusión (%) Tamaño de hábitat Menos de 1.000H

Entre 1.001 y 5.000H

Entre 5.001 y 20.000H

Hogares Incluidos

16,3

16,0

18,7

14,1

34,9

100

Hogares con Recursos Bajos

31,7

14,6

17,5

10,7

25,5

100

Hogares Dependientes

36,2

13,5

14,0

13,9

22,4

100

Hogares no Consolidados

17,4

15,8

13,8

13,8

39,2

100

Hogares Excluidos

18,5

17,6

14,4

8,3

41,2

100

Grupos de exclusión

Entre Más 20.001 y de 100.000H 100.000H Total

Fuente: Encuesta del IESA de Condiciones de Vida en Cantabria-2005. E-0501,

59

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Si se cruza la tipología de exclusión por el tamaño de hábitat, se ve que el grupo de Hogares Excluidos y también el grupo de Hogares no Consolidados, son más numerosos en las zonas urbanas. El grupo de hogares dependientes y también el de recursos bajos se concentran más en los núcleos más pequeños.

2.3. Análisis conjunto de la pobreza y la exclusión social en Cantabria La relación entre los grupos de exclusión y los ingresos es estrecha. Hay tres niveles. En el primero, están los hogares que tienen los mayores ingresos, que son los Incluidos. En el segundo, se encuentran los hogares de Recursos Bajos y los No Consolidados. En el tercero, se sitúan los grupos con menores ingresos, que son los Hogares Excluidos y los Dependientes. Una vez se ha puesto de manifiesto la relación entre pobreza y exclusión, se cruzarán las dos clasificaciones con las que se ha venido trabajando para construir una clasificación conjunta de pobreza y exclusión. Para realizar esta clasificación conjunta se agruparán los Hogares de Recursos Bajos, Dependientes y No Consolidados en un solo grupo, al que llamaremos “vulnerables”. En cuanto a los ingresos, se distinguirá únicamente entre no pobres y pobres. En definitiva, se ha determinado que el conjunto de hogares que tienen peores condiciones, a saber, los Pobres y Excluidos, representan tan sólo un 2,2% de los hogares cántabros.

Tabla 22. Ingreso medio del hogar en cada grupo de exclusión Grupos de exclusión

Ingresos medios del hogar ( )

Hogares Incluidos

961,92

Hogares de Recursos Bajos

642,53

Hogares Dependientes

532,87

Hogares no Consolidados

676,20

Hogares Excluidos

519,53

Fuente: Encuesta del IESA de Condiciones de Vida en Cantabria-2005. E-0501.

60

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Tabla 23. Clasificación de pobreza y exclusión78(%) Hogares

No pobres

Pobres

Total

Incluidos

48,3

2,8

51,1

Vulnerables

34,9

7,9

42,8

3,9

2,2

6,1

87,1

12,9

100,0

Excluidos Total

Fuente: Encuesta del IESA de Condiciones de Vida en Cantabria-2005. E-0501.

2.4. Distribución geográfica de la pobreza y la exclusión social en Cantabria El propósito de este apartado es analizar la distribución territorial de la pobreza y la exclusión en Cantabria. El interés de este análisis es múltiple: En primer lugar, la distribución territorial es una forma de aproximación a algunos de los aspectos “estructurales” del fenómeno de la pobreza y la exclusión, tales como las diferencias entre tamaño y tipo de hábitat que, a su vez, pueden considerarse indicadores del grado y tipo de desarrollo. En segundo lugar, permite estimar el grado de concentración del fenómeno. Esto es importante pues la concentración de hogares pobres y excluidos en barrios desfavorecidos debe considerarse, en sí mismo, como factor adicional de exclusión que requiere actuaciones y políticas específicas. Finalmente, existen determinadas áreas geográficas en las cuales un hogar tiene un riesgo más alto de ser pobre y excluido que un hogar de similares características que se encuentre en otras áreas distintas. Por ello, la implantación de políticas territoriales de erradicación de la pobreza y la exclusión se ha mostrado una herramienta muy efectiva (M. Ravallion y Q. Woodon, 1997). El entorno tiene influencia sobre las condiciones de vida de los individuos en sentido positivo o negativo. Puede corresponderse con el pueblo, si se trata de un entorno de pequeño tamaño, o con el barrio, si se trata de

Esta clasificación resume la clasificación de hogares en relación con el umbral de pobreza y según grupos de exclusión. Las categorías según el umbral de pobreza son: Hogares no Pobres y Hogares Pobres. Las categorías que resultan según los grupos de exclusión son: Hogares Incluidos (Incluidos), Hogares Vulnerables (incluye Hogares de Recursos Bajos, Dependientes y no Consolidados) y Hogares Excluidos (Excluidos). 7

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

61

una gran ciudad. Por tanto, el objetivo del siguiente análisis es delimitar con la máxima precisión las zonas en las que los problemas de pobreza y exclusión inciden con especial gravedad, es decir, tratará de identificar los pueblos y barrios donde existe una mayor concentración de hogares pobres y excluidos.

2.4.1. Fuentes utilizadas para el análisis La única fuente disponible actualmente que contiene información sobre condiciones de vida desagregadas a nivel geográfico inferior al provincial es el Censo de Población, 2001. Por tanto, será esta la fuente que utilizaremos para analizar la distribución geográfica de la pobreza y la exclusión. A pesar de ello, el Censo tiene la limitación de no facilitar datos sobre renta que son necesarios para reproducir la tipología basada en la Encuesta del IESA de Condiciones de Vida-2005. Ante esta situación, cabe la posibilidad de construir algún indicador sintético de bienestar con las variables disponibles, como hacen Stifel, D. y Sahn, D. (1999) para diversos países de África mediante Análisis Factorial, o Filmer, D. y Pritchet, L. (1998) para India mediante Análisis de Componentes Principales. Sin embargo, dado que ya disponemos de una clasificación en una encuesta, una opción mejor para acercarse a ella, como demuestran Hentschel, J. et al. (1998) es construir un modelo en la encuesta donde tenemos construida dicha clasificación que la relacione con las variables del censo que podemos utilizar. Esta metodología se aplicó ya en Pérez Yruela, Sáez Méndez y Trujillo Carmona (2001) y en Pérez Yruela, Rodríguez Cabrero y Trujillo Carmona (2003). Este tipo de modelos para estimar la distribución de la pobreza en áreas pequeñas es bastante común. Por ejemplo, Minot, N. (2000) construye uno para Vietnam, sin usar datos individuales de hogares, sino sólo con los datos agregados, lo cual plantea graves dificultades. Hentschel, J. et al. (1998) lo hace para Ecuador, con datos individuales de hogares. Ambos utilizan un Análisis de Regresión Logística para determinar el modelo. La diferencia entre los modelos con datos agregados y los modelos con datos individuales es que, si se dispone de los datos agregados, no es posible saber realmente cómo se relacionan las variables indicadoras de exclusión dentro del territorio estimado. Se puede obtener el mismo valor si todos los hogares participan de algún indicador de desfavorecimiento o si unos pocos hogares acumulan todos los valores negativos de las variables. En el primer caso, no habría hogares excluidos, mientras que en el segundo sí. En nuestro caso, los datos del modelo relativos al nivel de sección y núcleo de población, han sido facilitados por el Instituto Nacional de Estadística.

62

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

2.4.2. Distribución geográfica de la pobreza y la exclusión según el modelo construido sobre el Censo de población y vivienda de 2001 Como se ha expuesto anteriormente, con las variables que aparecen en el Censo de Población se identificarán los hogares que pertenecen al grupo “pobres y excluidos” definido anteriormente. La técnica utilizada para realizar este modelo ha sido la regresión logística. En él se han utilizado como variables explicativas indicadores obtenidos de las variables comunes entre el Censo de Población (2001) y la Encuesta del IESA de Condiciones de Vida-2005. Dado que en la clasificación de individuos no se utiliza directamente la pobreza en términos monetarios, llamaremos a los hogares clasificados de esta forma como “Excluidos”. En el Anexo 4, se pueden encontrar más detalles sobre el modelo. En este apartado se analizan, en primer lugar, algunas pautas generales de la distribución geográfica de la pobreza y la exclusión utilizando los resultados originales de la Encuesta del IESA de Condiciones de Vida-2005. En un momento posterior, se ofrecen con más detalle los datos sobre los núcleos de población en Cantabria más afectados por estos fenómenos. En este último caso, los datos proceden de las estimaciones realizadas tomando como base el Censo de Población de 2001. Concretamente en el municipio de Santander, se analizará en qué barrios se concentran. Distribución de la pobreza y la exclusión por tamaño del núcleo de población La primera clasificación que se ha realizado tiene como base la Encuesta del IESA de Condiciones de Vida-2005 que tiene como objeto poner en relación el tipo de exclusión que sufren los hogares cántabros con el tamaño del núcleo de población en el que residen. En la tabla 24 se observa que el tramo que tiene menos hogares incluidos, con una diferencia importante respecto a los demás, es el de menos de 1.000 habitantes. Destacan por tener muchos hogares con recursos bajos y Dependientes. El tramo comprendido entre 1.000 y 5.000 habitantes y el municipio de Santander son los que presentan mayor porcentaje de hogares excluidos. El tramo más de 5.000 habitantes es el que presenta una proporción mayor de Hogares Incluidos y una proporción menor de Excluidos. Combinando esta tipología con la clasificación de pobreza que se construyó anteriormente, se obtiene otra que se expone a continuación y que se relaciona también con el tamaño de hábitat, para conocer su distribución territorial (tabla 25). El tramo con menos población, en el que se concentra la menor proporción de Hogares Incluidos, tiene según esta clasificación una proporción de Hogares No Pobres y Vulnerables superior al resto y también es el tramo con

63

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

mayor proporción de Hogares Pobres y Vulnerables. El municipio de Santander es el que tiene una proporción mayor de Hogares Pobres y Excluidos. En los núcleos mayores de 5.000 habitantes se puede ver que los hogares mayoritariamente no son pobres.

Tabla 24. Distribución de los grupos de exclusión por tamaño de núcleo de población (%) Grupos de exclusión Tamaño de población (habitantes)

Hogares con Hogares Recursos Incluidos Bajos

Hogares Hogares no Hogares Dependientes Consolidados Excluidos

Total

Menos de 1.000

39,4

23,1

20,5

11,7

5,3

100

Entre 1.000 y 5.000

52,6

14,3

11,0

15,0

7,1

100

Mayores de 5.000

56,3

14,9

10,9

13,3

4,6

100

Municipio de Santander

53,4

12,4

10,0

17,0

7,2

100

Fuente: Encuesta del IESA de Condiciones de Vida en Cantabria-2005. E-0501.

Tabla 25. Distribución de los grupos de pobreza y exclusión por tamaño de núcleo (%) Grupos de pobreza y exclusión Tamaño de población (habitantes)

No No No Pobres e Pobres y Pobres y Pobres e Pobres y Pobres y Incluidos Vulnerables Excluidos Incluidos Vulnerables Excluidos Total

Menos de 1.000

37,1

44,1

3,4

2,3

11,2

1,9

100

Entre 1.000 y 5.000

50,5

32,9

5,9

2,1

7,4

1,2

100

Mayores de 5.000

52,4

33,1

3,2

3,8

6,0

1,5

100

Municipio de Santander

50,8

31,7

4,0

2,6

7,7

3,2

100

Fuente: Encuesta del IESA de Condiciones de Vida en Cantabria-2005. E-0501.

64

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Como se ve en la tabla 26, según la Encuesta del IESA de Condiciones de Vida-2005, la mayor proporción de Hogares Pobres y Excluidos se encuentra en el municipio de Santander. En segundo lugar, la mayor proporción de estos hogares se concentra en los núcleos menores de 1.000 habitantes. Estos últimos son también los núcleos que reúnen a más hogares pobres y no excluidos. Por tanto, son los que tienen una proporción menor de hogares no pobres. Los núcleos de población que tienen un tamaño intermedio son los que tienen menor proporción de Hogares Pobres y Excluidos y mayor proporción de No Pobres. Resumiendo los resultados de los análisis basados en la Encuesta del IESA de Condiciones de Vida-2005: • Los núcleos de población pequeños son los que tienen una proporción mayor de Hogares Dependientes, de Recursos Bajos y Pobres. • El municipio de Santander tiene un porcentaje mayor de Hogares Excluidos que el resto de los tramos. También tiene un porcentaje mayor de Hogares no Consolidados, por lo que la exclusión podría estar asociada a los problemas de estabilidad laboral y de vivienda. • Los núcleos de los restantes tramos de población son los que tienen menores porcentajes de hogares en situación de pobreza, aunque los que tienen un tamaño comprendido entre 1.000 y 5.000 habitantes presentan un porcentaje de Hogares Excluidos mayor, exceptuando Santander.

Tabla 26. Distribución de los grandes grupos de pobreza y exclusión por tamaño de núcleo de población (%) Grandes grupos de pobreza y exclusión Hogares No Pobres

Hogares Pobres y no Excluidos

Hogares Pobres y Excluidos

Total

Menos de 1.000

84,6

13,5

1,9

100

Entre 1.000 y 5.000

89,3

9,5

1,2

100

Mayores de 5.000

88,7

9,8

1,5

100

Municipio de Santander

86,5

10,3

3,2

100

Tamaño de población (habitantes)

Fuente: Encuesta del IESA de Condiciones de Vida en Cantabria-2005. E-0501.

65

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Antes de comentar los resultados de la tabla 27 es preciso recordar un aspecto de la clasificación. Aunque los hogares de esta clasificación se denominan “No Excluidos” o “Excluidos”, en realidad ésta se ha construido a partir de la clasificación de “Hogares Pobres y Excluidos” o “el Resto”, porque no se utilizan directamente variables de ingresos para su construcción. Por tanto la comparación entre la tabla 26 y la tabla 27 es correcta. Los datos obtenidos al aplicar el modelo al Censo 2001 también ofrecen como resultado que el tramo con mayor porcentaje de Hogares Excluidos es el que corresponde al municipio de Santander, seguido de los núcleos de población más pequeños, aunque en este caso, los resultados ofrecen un porcentaje mayor que en el anterior. Estos resultados sugieren la existencia de dos tipos de hogares excluidos bien definidos, a saber, los urbanos y los rurales. Las causas de la exclusión en cada ámbito pueden ser distintas. En el ámbito urbano estarían más presentes los problemas laborales y de vivienda, mientras que en el rural las causas tendrían que ver más con la dependencia y con la falta de recursos. Ambos tipos de exclusión son menos frecuentes en los núcleos intermedios.

Tabla 27. Distribución de los Hogares Excluidos por tamaño de núcleo de población (Modelo de exclusión sobre el Censo 2001) (%) Tamaño de población

No Excluidos

Excluidos

Total

Menos de 1.000 habitantes

97,3

2,7

100

Entre 1.000 y 5.000 habitantes

98,8

1,2

100

Mayores de 5.000 habitantes

98,6

1,4

100

Municipio de Santander

97,2

2,8

100

Fuente: Elaboración propia a partir del Censo de Población y Vivienda, 2001.

Distribución de la pobreza y la exclusión por comarcas Para hacer el estudio por comarcas se ha utilizado una clasificación que divide a Cantabria en 9 comarcas, que son las siguientes: Asón y Agüera; Bahía de Santander; Campoo; Costa occidental; Costa oriental; Liébana; Pas; Pisueña, Miera y Saja; Nansa y Besaya.

66

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

A este nivel ya sólo se pueden utilizar los datos del modelo con base en el Censo, por lo que sólo se va a distinguir entre Hogares Excluidos y Resto. En la tabla 28 destaca la comarca de Pas, Pisueña y Miera por ser la que tiene más hogares excluidos. Tras ella, la comarca de Asón y Agüera, también de características rurales; les sigue, entre las que presentan valores más altos, la Bahía de Santander, la comarca urbana de la capital. Para analizar con más profundidad la raíz de los problemas en cada comarca se estudiarán otros indicadores. Los resultados pueden verse en los mapas: En el mapa 1 se puede ver el porcentaje de hogares que tiene alguna persona en paro. Vemos que son las comarcas de la costa, junto con SajaNansa-Besaya, las que tienen este indicador con un valor más alto. En el mapa 2 se ve el porcentaje de hogares cuyo máximo nivel de estudios alcanzado es estudios primarios. En este caso las que tienen un porcentaje mayor son las comarcas de Pas, Pisueña y Miera, Asón y Agüera y Liébana. En el mapa 3 figura el porcentaje de hogares que experimentan situaciones de hacinamiento. Las comarcas de Pas, Pisueña y Miera, Liébana y Saja, Nansa y Besaya, junto con la Bahía de Santander, son las que lo tienen más alto.

Tabla 28. Distribución de los Hogares Excluidos por comarca (Modelo de exclusión sobre el Censo 2001) (%) Comarca

Excluidos

Pas, Pisueña y Miera

5,3

Asón y Agüera

2,7

Bahía de Santander

2,5

Campoo

1,8

Liébana

1,7

Costa oriental

1,6

Costa occidental

1,4

Saja, Nansa y Besaya

1,4

Fuente: Elaboración propia a partir del Censo de Población y Vivienda, 2001.

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

67

En el mapa 4 se representan los edificios en mal estado. En esta situación destaca Liébana. En el mapa 5, donde se representan las viviendas sin aseo, las que destacan son Pas, Pisueña y Miera, y Asón y Agüera con los niveles más altos. Resumiendo los resultados de los análisis basados en el Censo de Población, hemos de resaltar que: • La Comarca de Pas, Pisueña y Miera es la que tiene un porcentaje mayor de Hogares Excluidos. Presenta bajos niveles educativos y problemas de todo tipo en las viviendas. • La Comarca de Asón y Agüera es la siguiente con mayor porcentaje de este tipo de hogares. Presenta bajos niveles educativos y viviendas sin aseo. • La Bahía de Santander, pese a su capitalidad, también tiene un porcentaje relativamente alto de Hogares Excluidos. En este caso, sus problemas están relacionados con el paro y el hacinamiento. Distribución de la pobreza y la exclusión por municipios Bajando a un nivel territorial inferior, se ve que los municipios con mayor concentración de Excluidos son cinco, pertenecientes al Valle del Pas, con más del 10%, destacando por su valor extremo Vega de Pas, con más del 50% (ver mapa 6 y Anexo 1). En este caso, el concepto de exclusión debe ser tomado con cautela, puesto que puede no ser válido para analizar formas de vida muy particulares. A estos municipios rurales, siguen otros como Santoña con una proporción de hogares excluidos cercana al 4%. Distribución de la pobreza y la exclusión por núcleo de población o diseminado Para conocer con exactitud la distribución geográfica de la pobreza y la exclusión social en Cantabria es muy conveniente llegar al nivel de análisis de núcleo de población, ya que frecuentemente los municipios están formados por muchos núcleos de población y diseminados, que pueden tener características muy distintas. Analizaremos únicamente los núcleos de población y diseminados cuyo número estimado de hogares excluidos sea mayor de 10 hogares. La cabecera municipal con más porcentaje de excluidos es San Pedro del Romeral, mientras que la cabecera del municipio de Vega de Pas, que concentraba el mayor porcentaje de excluidos, sólo tiene un 4%. Los municipios que mayor porcentaje de hogares excluidos tienen son los diseminados o pequeños núcleos. El núcleo con mayor porcentaje de excluidos es Valdicio, en Soba. Como se ha dicho anteriormente, el concepto de exclusión social debe ser utilizado con cautela al remitirnos a estos datos.

68

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Tabla 29. Número y porcentaje de Hogares Excluidos en núcleos o diseminados con más de 10 hogares y más del 5% de hogares excluidos Núcleo o Diseminado

Número

Porcentaje (%)

Valdicio (Soba)

29

85

Diseminado en Pandillo (Vega de Pas)

54

79

Diseminado en La Gurueba (Vega de Pas)

26

77

Diseminado en Yera (Vega de Pas)

33

59

Diseminado en Viaña (Vega de Pas)

13

57

Diseminado en Alar (San Pedro del Romeral)

20

56

Candolias (Vega de Pas)

18

55

Diseminado en Morilla (San Roque de Riomiera)

13

46

Bárcena (Santiurde de Toranzo)

13

31

Diseminado en Llerana (Saro)

13

31

San Pedro del Romeral

13

17

Otañes (Castro-Urdiales)

15

13

Santullán (Castro-Urdiales)

13

9

La Cavada (Riotuerto)

20

7

Obregón (Villaescusa)

13

6

Mataporquera (Valdolea)

23

5

Fuente: Elaboración propia a partir del Censo de Población y Vivienda, 2001.

Distribución de la pobreza y la exclusión por barrios y secciones en el municipio de Santander En las zonas urbanas, el entorno social en el que se desarrolla la vida cotidiana es el barrio. Con una probabilidad alta, este influirá en alguna medida sobre la situación social de hogares e individuos. Por ello, es importante determinar aquellas zonas que, por su concentración de problemas sociales, pueden convertirse en límites de la inclusión. Se ha estudiado la ubicación de todas las secciones censales con más del 5% de hogares excluidos. Las secciones contiguas física y geográficamente se han considerado como una zona única. Asimismo, se ha considerado zona

69

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

de concentración de exclusión aquella que contiene alguna sección censal con más del 10%. En Cantabria, sólo en Santander se han encontrado zonas de este tipo, por lo que se han representado en un mapa (mapa 8) y se les ha dado un nombre (con la información disponible).

Tabla 30. Zonas de concentración de exclusión en el municipio de Santander Número de hogares excluidos

% más alto en una sección

Cueto

56

16,2

Barrio Pesquero

38

13,4

159

12,3

Ladera norte de General Dávila

63

12,2

Pedro Velarde

75

11,3

Cabildo de Arriba

33

10,2

Cazoña

81

10,0

Zona

Río de la Pila y Prado de San Roque

Fuente: Elaboración propia a partir del Censo de Población y Vivienda, 2001.

CAPÍTULO 3 CARACTERÍSTICAS DE LOS HOGARES POBRES Y EXCLUIDOS EN CANTABRIA A continuación se presenta un análisis más exhaustivo de las características de los hogares pobres y excluidos comenzando por sus características generales. Los sucesivos apartados irán tomando en consideración las características (variables) de los hogares que se han venido utilizando a lo largo de esta investigación para construir las tipologías ya mencionadas de pobreza y exclusión.

3.1. Características generales Características sociodemográficas de las personas principales de los hogares Vamos a comenzar la caracterización sociodemográfica analizando el sexo de los cabeza de familia en los hogares cántabros. La proporción de mujeres cabeza de familia es mayor en hogares pobres que en hogares no pobres. Para el total de los hogares, las mujeres son cabeza de familia en un 25,4% de los hogares, siendo este procentaje ligeramente inferiores en los hogares no pobres (24%) y superior en los casos de pobreza leve (36,9%) y pobreza grave (33,9%).

72

MANUEL PÉREZ YRUELA, Mª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Gráfico 1. Proporción de mujeres cabeza de famillia según nivel de pobreza

En cuanto a la edad media de los cabeza de familia, en el 12,5% del total de los hogares tienen una edad media de menos de 35 años, en el 55,7% entre 35 y 64 años y en el 31,8% más de 65 años. Estas cifras varían según el nivel de pobreza, siendo superiores los porcentajes de hogares en los que el cabeza de familia tiene 65 años o más en hogares pobres (57,7% en el caso de pobreza leve y 40,1% en los hogares con un nivel de pobreza grave). También podemos afirmar que la edad media del cabeza de familia es superior en los hogares pobres que en los no pobres. La edad media del cabeza de familia en el total de los hogares cántabros es 55 años, siendo en los hogares con un nivel de pobreza leve donde la edad media es mayor (65 años). Atendiendo al grado de exclusión, hay diferencias apreciables respecto a la edad media del cabeza de familia según la situación en la que se encuentren los hogares, destacando la elevada edad media del cabeza de familia en los hogares dependientes (73 años) y en los hogares con recursos bajos (68 años). Otra variable a tener en cuenta es el estado civil del cabeza de familia. Los casados predominan mayoritariamente en los hogares cántabros (63,2%), aunque este porcentaje es inferior en hogares con un nivel de pobreza leve (58,1%) y en hogares con un nivel de pobreza grave (56,5%). Por otro lado, los viudos son cabeza de familia con más frecuencia en los casos de pobreza leve (24% frente al 14,5% del conjunto), mientras que lo separados suelen serlo en los hogares en situación de pobreza grave (10,2% frente al 4,8% del conjunto).

73

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Gráfico 2. Cabezas de familia menores de 35 años y mayores de 64 años según nivel de pobreza

Gráfico 3. Edad media del cabeza de familia según nivel de pobreza

70

65

60

55 No pobres

50

Pobres leves

Pobres graves

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

74

Gráfico 4. Estado civil del cabeza de familia según nivel de pobreza 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% Total Casado/a

No pobres Pareja de hecho

Soltero/a

Pobres leves Viudo/a

Pobres graves

Separado/a, divorciado/a

También hay que destacar la fuerte alteración de la composición por estado civil que se produce en los hogares dependientes, donde se observa una reducción apreciable de los casados (40,4%) y un elevado porcentaje de viudos (41,9%). Características familiares Una de las principales características familiares es el tamaño del hogar. Los hogares formados por 3 ó 4 miembros son los más comunes (43,6%), aunque este porcentaje es muy inferior en los casos de pobreza leve (26%), donde destacan los hogares formados por dos miembros (34,8% frente al 23,1% del total de hogares) y por un miembro (26,9% frente al 19,7% del conjunto). También hay que destacar la elevada concentración de hogares formados por 5 ó 6 miembros en los casos de pobreza grave (18,2% frente al 12,5% del total de hogares). Atendiendo al grado de exclusión, hay que señalar el mayor tamaño medio de los hogares excluidos y los hogares no consolidados (3,5 y 3,7 miembros respectivamente), mientras que los hogares dependientes tienen un tamaño medio de 1,9 miembros. La mayoría de los hogares dependientes y de los hogares con recursos bajos están formados por un solo miembro (45,9% y 36,9% respectivamente). Las familias de tamaño medio (3 ó 4 miembros) predominan en los hogares incluidos (55%) y en los hogares no consolidados (51,5%). Por último, en los hogares excluidos es donde hay una mayor concentración de hogares con un elevado número de miembros (23,9% con 5 ó 6 miembros y 6,6% con 7 o más miembros).

75

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Gráfico 5. Número de miembros del hogar según nivel de pobreza

Pobres graves

Pobres leves

No pobres

Total

0%

5%

10%

15%

20%

25%

30%

Un miembro

Dos miembros

Cinco-seis miembros

Siete y más miembros

35%

40%

45%

50%

Tres-cuatro miembros

Gráfico 6. Número de miembros de la familia

60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% Un miembro

Incluidos

Dos miembros

De recursos bajos

Tres-cuatro miembros Dependientes

Cinco-seis miembros Excluidos

Siete y más miembros

No consolidados

76

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Otro aspecto a tener en cuenta es el número de núcleos familiares que conviven en la misma vivienda u hogar. Los hogares formados por dos o más núcleos familiares son más frecuentes en los casos de pobreza grave (14,5% frente al 10,4% del total de los hogares). En cuanto a la exclusión, son los hogares excluidos y los hogares no consolidados los que presentan unos porcentajes más elevados de hogares formados por dos o más núcleos familiares (23,1% y 17,7% respectivamente). Hogares en situaciones de especial necesidad En este apartado se van a considerar los hogares en los que están presentes situaciones consideradas de especial necesidad, como las familias numerosas, las monoparentales y las de ancianos solos. En el 1,8% de los hogares cántabros se da la situación de familia numerosa, siendo este porcentaje mayor en los hogares con un nivel de pobreza grave (3%) e inferior en los casos de pobreza leve (0,4%). Hay que señalar que las familias numerosas también se concentran entre los excluidos, suponiendo un 6,7% de los hogares en esta situación. Algo muy similar ocurre con las familias monoparentales, estando presente esta situación en un porcentaje muy bajo de los hogares cántabros (1,8%), y en un porcentaje superior en los hogares con un nivel de pobreza grave (3,5%). Esta situación también ocurre con mayor frecuencia en los hogares excluidos (4,8%) y en los hogares no consolidados (4,4%) (Gráfico 8). Los hogares formados sólo por ancianos son un 19,6% del conjunto de los hogares cántabros, tendiendo a concentrarse en la pobreza leve (35,7%). Con

Gráfico 7. Familias numerosas según nivel de pobreza (%)

3,5% 3,0% 2,5% 2,0% 1,5% 1,0% 0,5% 0,0% Total

No pobres

Pobres leves

Pobres graves

77

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

respecto al grado de exclusión, esta situación es muy frecuente en hogares dependientes (62,6%) y en hogares de recursos bajos (49,1%). En cuanto a la nacionalidad de las familias, sólo hay que señalar el porcentaje ligeramente superior de familias de países de la UE en los casos de pobreza leve (1,3% frente al 0,5% del total de hogares), y el porcentaje ligeramente superior de familias de países extracomunitarios en los casos de pobreza grave (2,9% frente al 2,4% del conjunto).

Gráfico 8. Familias monoparentales según nivel de pobreza

4,0% 3,5% 3,0% 2,5% 2,0% 1,5% 1,0% 0,5% 0,0% Total

No pobres

Pobres leves

Pobres graves

Gráfico 9. Hogares de ancianos solos según nivel de pobreza

40% 35% 30% 25% 20% 15% 10% 5% 0% Total

No pobres

Pobres leves

Pobres graves

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

78

Gráfico 10. Hogares inmigrantes según nivel de pobreza

4% 3% 2% 1% 0% Total

No pobres

Países de la Unión Europea

Pobres leves

Países extracomunitarios

Pobres graves Varias nacionalidades

3.2. Características laborales Relación con la actividad económica del cabeza de familia El porcentaje de cabezas de familia ocupados es notablemente inferior en hogares pobres que en el resto de los hogares. En el 52,2% de los hogares cántabros el cabeza de familia está trabajando, circunstancia que sólo ocurre en el 22,2% de los hogares con un nivel de pobreza leve y en el 23,2% de los casos de pobreza grave. También hay que destacar el elevado porcentaje de cabezas de familia parados de este último grupo (15,5% frente al 4,2% del conjunto) y la mayor concentración de cabezas de familia jubilados y pensionistas que presentan los hogares en situación de pobreza (66% en los casos de pobreza leve y 46,9% en los casos de pobreza grave). En cuanto al eje de exclusión, hay que destacar los bajos porcentajes de cabezas de familia ocupados que se dan en hogares dependientes (sólo un 7,3%, siendo en un 84,2% jubilados y pensionistas) y en hogares con recursos bajos (18,4%). Los mayores niveles de personas principales en paro ocurren en hogares excluidos y hogares no consolidados, con porcentajes del 14,5% y 14% respectivamente (Gráfico 12). Con respecto a los tipos conjuntos de pobreza y exclusión, son los hogares en situación de pobreza y vulnerabilidad y los pobres excluidos los que presentan unos porcentajes más bajos de cabezas de familia trabajando, con un 14,3% y un 22,9% respectivamente. Estos mismos hogares ostentan el mayor porcentaje de cabezas de familia en paro (21,8%), mientras que en la mayoría de los pobres y vulnerables el cabeza de familia es jubilado o pensionista (64,8%) (Gráfico 13).

79

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Gráfico 11. Relación con la actividad económica del cabeza de familia según nivel de pobreza

80% 60% 40% 20% 0% Total

No pobres

Ocupados Pensionistas y jubilados Otros (inactivos, estudiantes...etc)

Pobres leves

Pobres graves

Parados Labores del hogar

Gráfico 12. Relación con la actividad económica del cabeza de familia según distintas situaciones

100% 80% 60% 40% 20% 0% Total

Incluidos

De recursos bajos

Dependientes

Excluidos

Ocupados

Parados

Pensionistas y jubilados

Labores del hogar

Otros (inactivos, estudiantes...etc)

No consolidados

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

80

Gráfico 13. Relación con la actividad económica del cabeza de familia según situaciones de pobreza y exclusión

100% 90% 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% Total

No pobres e incluidos

No pobres y vulnerables

No pobres y excluidos

Pobres e incluidos

Pobres y vulnerables

Ocupados

Parados

Pensionistas y jubilados

Labores del hogar

Pobres y excluidos

Otros (inactivos, estudiantes...etc)

Relación con la actividad económica del cónyuge En cuanto a la relación con la actividad económica de los cónyuges, lo más destacable es la diferencia en los porcentajes de cónyuges ocupados. En el 38,1% de los hogares no pobres el cónyuge del cabeza de familia está trabajando, porcentaje que desciende en el caso de pobreza grave (22,4%), y que tan sólo se da en el 12,3% de los hogares con un nivel de pobreza leve. Analizando las distintas situaciones de exclusión, hay que señalar los bajos niveles de ocupación de los cónyuges en hogares excluidos (15,2%), en hogares de bajos recursos (9,9%) y en hogares dependientes (5,3%). Por último cabe indicar que los hogares de recursos bajos y los hogares dependientes también son los que mayores porcentajes de cónyuges jubilados y pensionistas tienen, mientras que la situación de cónyuges en paro ocurre con más frecuencia en hogares excluidos (27,2%) y hogares no consolidados (18,6%).

81

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Gráfico 14. Relación con la actividad económica del cónyuge según distintas situaciones 60%

40%

20%

0% Total

Incluidos

De recursos bajos

Ocupados Pensionistas y jubilados Otros (inactivos, estudiantes...etc)

Dependientes

Excluidos

No consolidados

Parados Labores del hogar

Miembros del hogar trabajando Otro aspecto a tener en cuenta es la distribución de los hogares según el número de personas del hogar que se encuentran trabajando. Una vez más se comprueba que la inactividad y el desempleo son problemas graves en los hogares pobres. Tan sólo en el 3,9% del total de los hogares cántabros ninguna persona del hogar está trabajando, porcentaje que asciende al 21,6% en los casos de pobreza grave. Por el contrario, en el 33,8% del total de los hogares hay dos o más personas trabajando, circunstancia que ocurre en el 17,3% de los hogares en situación de pobreza grave y en el 9,4% de los casos de pobreza leve. En ambos casos de pobreza existen elevados porcentajes de hogares en los que no hay miembros activos. En cuanto a los hogares excluidos, en el 21,9% de éstos no hay ningún miembro trabajando, aunque también hay que indicar que tan sólo en el 17,9% de estos hogares se da la situación de no haber miembros activos, hecho que ocurre en el 28,4% del total de los hogares en mayor medida en los hogares dependientes con un 76,6% de los casos y en el 65,1% de los hogares con recursos bajos.

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

82

Gráfico 15. Miembros del hogar trabajando según nivel de pobreza

70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% Total

No pobres Ninguno

1 miembro

Pobres leves 2 o más miembros

Pobres graves No procede

Gráfico 16. Miembros del hogar trabajando según distintas situaciones

No consolidados Excluidos Dependientes De recursos bajos Incluidos Total 0%

20% Ninguno

40% 1 miembro

60% 2 o más miembros

80% No procede

100%

83

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Miembros del hogar en paro Como se ha comentado, el paro y la inactividad son situaciones que se dan con más frecuencia en los hogares pobres. En el 58,9% de los hogares cántabros ningún miembro activo del hogar está en paro, porcentaje que es notablemente inferior en los hogares con un nivel de pobreza leve y en los casos de pobreza grave (27% y 32,2% respectivamente). También hay que destacar la preocupante situación de paro de todos los miembros activos que se da en los casos de pobreza grave (21,6%) y el elevado porcentaje de hogares sin miembros activos en los casos de pobreza leve (58,3%). Todo esto queda reflejado en las tasas de paro sobre activos del hogar, siendo en los hogares pobres en los que se dan tasas de paro más elevadas y en los que la situación de inactividad de todos sus miembros es más frecuente. Gráfico 17. Miembros del hogar en paro (sobre activos) según nivel de pobreza

Pobres graves Pobres leves No pobres Total 0%

10%

20%

30% Ninguno

40% Alguno

50%

60%

Todos

70%

80%

90%

100%

No procede

Atendiendo al grado de exclusión, el problema del paro se acentúa más en los hogares excluidos y en los hogares no consolidados, mientras que en la mayoría de los hogares de recursos bajos y de los hogares dependientes, como ya se ha indicado, no hay miembros activos, ya que son hogares formados por personas mayores que suelen estar jubilados.

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

84

Gráfico 18. Miembros del hogar en paro (sobre activos) según distintas situaciones

No consolidados Excluidos Dependientes De recursos bajos Incluidos Total 0%

10%

20%

30% Ninguno

40%

50%

Alguno

60%

Todos

70%

80%

90%

No procede

Gráfico 19. Tasas de paro sobre activos del hogar según nivel de pobreza

80% 60% 40% 20% 0% Total No hay activos

No pobres Hasta el 24%

Pobres leves Del 25 al 49%

Del 50 al 74%

Pobres graves Del 75 al 100%

100%

85

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

3.3. Situación económica Ingresos de los hogares Los criterios que se han tomado para establecer los distintos niveles de pobreza son el 50% de la mediana de los ingresos mensuales por persona equivalente para los casos de pobreza grave (333,33 euros por persona como máximo), entre el 50% y el 60% de la mediana de los ingresos por persona equivalente para los hogares con un nivel de pobreza leve (entre 333,33 y 400 euros por persona) y el resto se han considerado hogares no pobres (a partir de 400 euros por persona). La media de los ingresos por persona equivalente para el total de los hogares cántabros es de 789,47 euros. En los hogares no pobres (87,1% del total de hogares) la media de los ingresos por persona asciende a 859,79 euros. Los hogares con un nivel de pobreza leve (6% del total de hogares) sólo cuentan con 380 euros mensuales de media por persona, siendo esta cifra de 255,83 euros en los casos de pobreza grave (6,9% del total de los hogares). Gráfico 20. Ingresos medios mensuales por persona equivalente según nivel de pobreza

1.000 € 800 €

789,47 €

859,79 €

600 €

380,00 €

400 €

255,83 €

200 € 0€ Total

No pobres

Pobres leves

Pobres graves

Por tipos conjuntos de pobreza y exclusión, los hogares pobres y excluidos son los que tienen unos ingresos medios más bajos (277,21€ ), seguidos de los otros dos grupos pobres con unos ingresos medios en torno a los 320 euros. Con respecto a los grupos no pobres, también son los hogares excluidos los que tienen un nivel más bajo de ingresos (653,86€ ), mientras que los hogares no pobres e incluidos tienen unos ingresos medios cercanos a los mil euros por persona y mes.

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

86

Gráfico 21. Ingresos medios mensuales por persona equivalente según distintas situaciones de exclusión y pobreza

1.200 € 1.000 € 800 €

999,14 € 789,47 €

689,77 €

653,86 €

600 € 400 €

320,95 €

321,49 €

277,21 €

Pobres e incluidos

Pobres y vulnerables

Pobres y excluidos

200 € 0€ Total

No pobres e incluidos

No pobres y vulnerables

No pobres y excluidos

Gasto de los hogares El 1,4% del total de los hogares cántabros tiene un nivel de gasto inferior a 300 euros al mes, mientras que en los casos de pobreza grave este porcentaje asciende al 11,6%. La mayoría de los hogares con un nivel de pobreza leve o grave tiene un nivel de gasto entre 301 y 600 euros al mes (49,5% y 43% respectivamente), no superándose en ambos casos el 4% de hogares que gastan más de 1.200 euros al mes. Gráfico 22. Gasto mensual por hogar según nivel de pobreza (%)

100% 80% 60% 40% 20% 0% Total

No pobres

Pobres leves

Menos de 300

Entre 301 y 600

Más de 1200

NS/NC

Pobres graves

Entre 601 y 1200

87

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Atendiendo al eje de exclusión, los hogares dependientes son los que menos gasto realizan mensualmente, pues cerca de la mitad de estos (48,3%) tiene un gasto entre 301 y 600 euros. Los hogares con recursos bajos y los hogares excluidos tienen una distribución similar con respecto al gasto: aproximadamente el 30% de los hogares gastan entre 301 y 600 euros y uno de cada tres tiene un gasto entre 601 y 1.200 en ambos casos. Gráfico 23. Gasto mensual por hogar según distintas situaciones 100% 80% 60% 40% 20% 0% Total

Incluidos

Menos de 300 Más de 1200

De recursos bajos

Dependientes

Entre 301 y 600 NS/NC

Excluidos

No consolidados

Entre 601 y 1200

Por tipos conjuntos de pobreza y exclusión, los hogares pobres y vulnerables y los hogares pobres y excluidos son los que menos gasto mensual realizan, aproximadamente el 10% de estos hogares no superan los 300 euros de gasto al mes, y en torno la mitad realiza un gasto entre 301 y 600 euros. En ambos casos no superan el 2% los hogares con un nivel de gasto superior a 1.200 euros. Gráfico 24. Gasto mensual por hogar según distintas situaciones de pobreza y exclusión 100% 80% 60% 40% 20% 0% Total

No pobres e No pobres y No pobres y incluidos vulnerables excluidos

Menos de 300

Entre 301 y 600

Más de 1200

NS/NC

Pobres e incluidos

Pobres y vulnerables

Pobres y excluidos

Entre 601 y 1200

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

88

Valoración de la situación económica de los hogares El 43,8% de los hogares con un nivel de pobreza grave declaran no llegar a fin de mes con los ingresos mensuales que perciben, hecho que ocurre en el 13,1% del total de los hogares cántabros. También es elevado el porcentaje de hogares con un nivel de pobreza leve que declara no llegar a fin de mes (28,1%), aunque la mayoría de ellos se gastan todos los ingresos que perciben durante el mes (58,1%). En ambos casos de pobreza son muy pocos los hogares que dedican parte de los ingresos al ahorro (12,7% en los casos de pobreza leve y 15,9 en los casos de pobreza grave). El 17,7% de los hogares cántabros afirma haber reducido gastos básicos (vestido, alimentación…) en el último año, cifra que asciende al 33,1% en los casos de pobreza leve y al 40,4% en los casos de pobreza grave. Gráfico 25. Situación económica del hogar según nivel de pobreza 100% 80% 60% 40% 20% 0% Total

No pobres

No se llega a fin de mes Se ahorra una parte

Pobres leves

Pobres graves

Se gasta todo en el mes NS/NC

Gráfico 26. Hogares que declaran haber reducido gastos básicos (vestido, alimentación...) en el último año según nivel de pobreza 50% 40% 30% 20% 10% 0% Total

No pobres

Pobres leves

Pobres graves

89

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

En cuanto a las distintas situaciones de exclusión, hay que destacar que el 64,2% de los hogares excluidos declaran haber reducido gastos básicos en el último año. Esta circunstancia también es muy frecuente en los hogares dependientes (31,2%) y en los hogares no consolidados (30%). Con respecto a las diferentes situaciones de pobreza y exclusión, el porcentaje de hogares que afirman haber reducido gastos aumenta cuando aumentan los niveles de pobreza y exclusión. Así pues, el 70% de los hogares pobres y excluidos declaran haber reducido gastos, hecho que sólo ocurre en el 6,1% de los hogares no pobres e incluidos. Gráfico 27. Hogares que declaran haber reducido gastos básicos (vestido, alimentación...) en el último año según distintas situaciones

70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% Total

Incluidos

De recursos bajos

Dependientes

Excluidos

No consolidados

Gráfico 28. Hogares que declaran haber reducido gastos básicos (vestido, alimentación...) en el último año según distintas situaciones de pobreza y exclusión 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% Total

No pobres e incluidos

No pobres y vulnerables

No pobres y excluidos

Pobres e incluidos

Pobres y vulnerables

Pobres y excluidos

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

90

3.4. Nivel de estudios alcanzado por los hogares En el conjunto de la población cántabra hay un 37,1% de hogares en los que el nivel de educación del cabeza de familia es inferior a estudios primarios; un 26,3% de hogares cuyos cabeza de familia han alcanzado estudios primarios completos; un 22% de hogares en los que tienen estudios de FP o Bachiller; y un 13,7% con estudios universitarios. Estas cifras son muy distintas en los hogares que se encuentran en situación de pobreza, pues en ambos casos (pobreza leve y severa) aproximadamente la mitad de los hogares cuentan con cabezas de familia sin estudios o con estudios primarios sin terminar, siendo muy pocos aquellos en los que el cabeza de familia tiene estudios universitarios, hecho que confirma la relación entre nivel de estudios y pobreza. Analizando el nivel de estudios del cabeza de familia según distintas situaciones de exclusión, hay que destacar los elevados porcentajes de hogares en los que el cabeza de familia no tiene estudios o tiene estudios primarios incompletos en los grupos de excluidos (59,6%), dependientes (84,8%) y con recursos bajos (62,8%). En estos tres grupos apenas existen hogares (menos del 1%) en los que el cabeza de familia posee estudios universitarios (Gráfico 30).

Gráfico 29. Nivel de estudios del cabeza de familia según nivel de pobreza (%)

100% 80% 60% 40% 20% 0% Total

No pobres

Pobres leves

Pobres graves

Analfabeto

Sólo leer y escribir

Primarios incompletos

Primarios completos

FP-Bachiller

Estudios universitarios

NS/NC/NP

91

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Por tipos conjuntos de pobreza y exclusión, son los hogares pobres y excluidos el cabeza de familia tiene un nivel de estudios más bajo, pues en el 63,1% de estos hogares carece de estudios o tiene estudios primarios incompletos. El grupo de los hogares pobres y vulnerables presenta unas cifras muy parecidas, por lo que podemos afirmar que el nivel de estudios del cabeza de familia además de estar relacionado con el nivel de pobreza, también lo está con el grado de exclusión (Gráfico 31). Gráfico 30. Nivel de estudios del cabeza de familia según distintas situaciones 100% 80% 60% 40% 20% 0% Total

Incluidos

Analfabeto Primarios completos NS/NC/NP

De recursos bajos

Dependientes

Excluidos

Sólo leer y escribir FP-Bachiller

No consolidados

Primarios incompletos Estudios universitarios

Gráfico 31. Nivel de estudios del cabeza de familia según distintas situaciones de pobreza y exclusión social 100% 80% 60% 40% 20% 0% Total

No pobres e incluidos

No pobres y vulnerables

No pobres y excluidos

Pobres e incluidos

Pobres y vulnerables

Pobres y excluidos

Analfabeto

Sólo leer y escribir

Primarios incompletos

Primarios completos

FP-Bachiller

Estudios universitarios

NS/NC/NP

92

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Vamos a considerar ahora a todos los adultos del hogar. En el 28,5% de los hogares cántabros la preparación media de los adultos es alta o muy alta, porcentaje que es muy inferior en los casos de pobreza grave (15,4%) y en los hogares con un nivel de pobreza leve (12%). Destaca también el considerable porcentaje de hogares pobres en los que la preparación media de sus adultos es muy baja, hecho que ocurre en la mitad pobres leves y en uno de cada tres hogares pobres graves. Entre los tipos de exclusión, los hogares dependientes son los que tienen un nivel educativo más bajo, con un 81,7% de hogares cuya preparación media muy baja. Este porcentaje también es muy elevado en el caso de hogares con recursos bajos (70,1%), mientras que los excluidos se caracterizan por una preparación media baja (60,3%). Por tipos conjuntos de pobreza y exclusión encontramos unas tendencias similares, con niveles muy bajos de preparación media en los hogares pobres y vulnerables (78,5% con una preparación baja o muy baja) y en los casos de pobreza y exclusión (84% con una preparación baja o muy baja) (gráfico 32). El nivel educativo máximo alcanzado en el conjunto de los hogares cántabros se distribuye entre el 17,3% de los hogares que tienen miembros con estudios universitarios, el 23,5% que tiene estudios de Bachillerato, FP, etc., el 25% con estudios primarios completos, el 33,7% con estudios primarios incompletos y el 0,5% sin estudios. Esta distribución varía notablemente según el nivel de pobreza de los hogares y el grado de exclusión. Así pues, aproximadamente en la mitad de los hogares pobres el nivel educativo máximo de sus miembros es estudios primarios incompletos, en el 30,4% es estudios primarios completos y en ambos casos es muy bajo el porcentaje de hogares Gráfico 32. Hogares según la preparación media de sus miembros adultos según nivel de pobreza 100% 80% 60% 40% 20% 0% Total

Muy alta

No pobres

Alta

Normal

Pobres leves

Baja

Pobres graves

Muy baja

93

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

en los que el nivel máximo alcanzado por sus miembros es estudios universitarios (5% en los casos de pobreza leve y 7,6% en los hogares con un nivel de pobreza grave). Por tipos conjuntos de pobreza y exclusión los hogares pobres y vulnerables y los hogares pobres y excluidos son los que tienen más miembros con los niveles de educación más bajos, siendo en torno al 60% los hogares (en ambas situaciones) aquellos en los que el nivel educativo máximo es sin estudios o estudios primarios incompletos. Gráfico 33. Máxima preparación en el hogar según nivel de pobreza 100% 80% 60% 40% 20% 0% Total

No pobres

Analfabetos Primarios compl., ESO, EGB Bachillerato, BUP, COU, FP II Universitarios de g. superior y 3º ciclo

Pobres leves

Pobres graves

Estud. Primarios sin completar FP I, ciclos formativos medios Universitarios de grado medio

Gráfico 34. Máxima preparación en el hogar según distintas situaciones de pobreza y exclusión 100% 80% 60% 40% 20% 0% Total

No pobres

Analfabetos Primarios compl., ESO, EGB Bachillerato, BUP, COU, FP II Universitarios de g. superior y 3º ciclo

Pobres leves

Pobres graves

Estud. Primarios sin completar FP I, ciclos formativos medios Universitarios de grado medio

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

94

3.5. La salud Estado de salud En el 90,2% de los hogares cántabros no hay personas enfermas, en el 7,2% hay algún miembro enfermo y en el 2,7% todos sus miembros están enfermos. El porcentaje de hogares en los que no hay miembros enfermos es inferior en hogares con un nivel de pobreza leve (80,4%) y en los casos de pobreza grave (82,3%), duplicándose en ambos casos los hogares en los que alguno de sus miembros está enfermo (12,8% y 13,4% respectivamente). En cuanto a las distintas situaciones de exclusión, hay que destacar el elevado porcentaje de hogares dependientes en los que alguno de sus miembros está enfermo (18,1%) o todos sus miembros están enfermos (13,9%). También es preocupante el elevado porcentaje de hogares excluidos en los que alguno de sus miembros está enfermo (20,8%) (gráfico 35). Analizando las distintas situaciones de pobreza y exclusión, hay que indicar que en uno de cada cuatro hogares pobres y excluidos hay algún miembro enfermo, y son los hogares pobres y vulnerables en los que con mayor frecuencia todos sus miembros están enfermos (8,3%) (gráfico 36).

Gráfico 35. Personas en el hogar con mal estado de salud según distintas situaciones

100% 80% 60% 40% 20% 0% Total

Incluidos

De recursos bajos

Ninguna

Dependientes

Algunas

Excluidos

Todas

No consolidados

95

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Gráfico 36. Personas en el hogar con mal estado de salud según distintas situaciones de pobreza y exclusión 100% 80% 60% 40% 20% 0% Total

No pobres e No pobres y No pobres y incluidos vulnerables excluidos

Ninguna

Algunas

Pobres e incluidos

Pobres y vulnerables

Pobres y excluidos

Todas

Personas con Discapacitados El 19,8% de los hogares cántabros tiene miembros discapacitados o enfermos crónicos. Este porcentaje aumenta según el nivel de pobreza, siendo el 29,4% de los hogares en situación de pobreza leve y el 35,9% de los casos de pobreza grave. Visto desde la perspectiva del eje de la exclusión, como era de esperar, las situaciones de discapacidad y enfermedad crónica son más frecuentes en los hogares de excluidos y dependientes (39% y 46,5% respectivamente).

Gráfico 37. Hogares con personas discapacitadas o enfermos crónicos 0,20%

19,80%

80%



No

NS/NC

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

96

Gráfico 38. Hogares con personas discapacitadas o enfermos crónicos según distintas situaciones de pobreza y exclusión 50% 40% 30% 20% 10% 0% Total

No pobres e No pobres y No pobres y incluidos vulnerables excluidos

Pobres e incluidos

Pobres y vulnerables

Pobres y excluidos

En cuanto a las distintas situaciones de pobreza y exclusión, el porcentaje de hogares con discapacitados o enfermos crónicos aumenta a medida que aumentan los niveles de pobreza y exclusión, desde el 10,5% de los hogares no pobres e incluidos hasta el 42,9% de los casos en los que se conjugan pobreza y exclusión. Adicciones El 0,4% de los hogares cántabros tiene algún miembro que con problemas con el alcohol, el 0,2% los tiene con las drogas y el 0,1% con el juego. En el 1,6% de los hogares. Atendiendo al grado de exclusión, son los hogares excluidos en los que con mayor frecuencia se tienen problemas de adicciones, suponiendo el 4,7% de estos hogares en los que algún miembro tiene problemas con el alcohol, el 1,9% tiene problemas con las drogas y el 0,3% tiene problemas con el juego (gráfico 40). Por tipos conjuntos de pobreza y exclusión, son los hogares en una situación de pobreza y exclusión simultánea en los que con mayor frecuencia se dan problemas de adicciones, afectando el alcoholismo al 5,6% de estos hogares, los problemas con las drogas al 3,6% y los problemas con el juego al 0,7% (gráfico 41).

97

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Gráfico 39. Hogares con problemas de adicciones según nivel de pobreza y tipo de adicción 2,00% 1,50% 1,00% 0,50% 0,00% Total

No pobres

Alguno tiene problemas con el alcohol

Pobres leves

Pobres graves

Alguno tiene problemas con las drogas

Alguno tiene problemas con el juego

Gráfico 40. Hogares con problemas de adicciones según distintas situaciones y tipo de adicción 5% 4% 3% 2% 1% 0% Total

Dependientes

Alguno tiene problemas con el alcohol

Excluidos

No consolidados

Alguno tiene problemas con las drogas

Alguno tiene problemas con el juego

Gráfico 41. Hogares con problemas de adicciones según distintas situaciones de pobreza y exclusión y tipo de adicción 6% 5% 4% 3% 2% 1% 0% Total

No pobres y vulnerables

No pobres y excluidos

Alguno tiene problemas con el alcohol Alguno tiene problemas con el juego

Pobres y vulnerables

Pobres y excluidos

Alguno tiene problemas con las drogas

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

98

3.6. Características de las viviendas Régimen de tenencia de la vivienda El 63,3% de los hogares cántabros tiene la vivienda en propiedad y pagada, el 21,1% la tienen en propiedad y la están pagando, el 11,2% tienen la vivienda alquilada y el 3,7% la tiene cedida. Es mayor el porcentaje de hogares pobres que tienen la vivienda en propiedad y pagada, suponiendo el 78,4% de los casos de pobreza leve y el 67,4% de los hogares en situación de pobreza grave. Esto se debe a que en Cantabria la mayoría de hogares pobres reside en zonas rurales donde la vivienda es más accesible. En cuanto al eje de exclusión, destaca el bajo porcentaje de hogares excluidos que tiene la vivienda en propiedad y pagada (40%), siendo esta cifra muy similar a los que la tienen en alquiler (37,5%). La mayoría de los hogares de recursos bajos y de los hogares dependientes tienen la vivienda en propiedad y pagada (83,5% y 82,6% respectivamente), mientras que los hogares incluidos son los que en mayor porcentaje se encuentran pagando su vivienda (29,6%). Por tipos conjuntos de pobreza y exclusión, los hogares pobres e incluidos y los hogares pobres y vulnerables tienen en su mayoría la vivienda en propiedad y pagada (80,4% y 78% respectivamente). Los hogares excluidos (pobres y no pobres) ostentan las cifras más elevadas de vivienda en alquiler y las cifras más bajas de vivienda en propiedad y pagada. Por último, los hogares no pobres e incluidos son los que en mayor porcentaje se encuentran pagando su vivienda (30,7%). Gráfico 42. Hogares según régimen de tenencia de la vivienda, en función del nivel de pobreza 100% 80% 60% 40% 20% 0% Total

No pobres

En propiedad, ya pagada En alquiler Otras formas

Pobres leves

Pobres graves

En propiedad, pagándola Cedida NC

99

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Gráfico 43. Hogares en función del régimen de tenencia de la vivienda, según distintas situaciones

100% 80% 60% 40% 20% 0% Total

Incluidos

De recursos bajos

En propiedad, ya pagada En alquiler Otras formas

Dependientes

Excluidos

No consolidados

En propiedad, pagándola Cedida NC

Gráfico 44. Hogares en función del régimen de tenencia de la vivienda, según distintas situaciones de pobreza y exclusión

100% 80% 60% 40% 20% 0% Total

No pobres e No pobres y No pobres y incluidos vulnerables excluidos

En propiedad, ya pagada En alquiler Otras formas

Pobres e incluidos

Pobres y vulnerables

En propiedad, pagándola Cedida NC

Pobres y excluidos

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

100

Gasto en vivienda El 65,1% de los hogares cántabros que tiene gastos en vivienda paga entre 201 y 500 euros al mes, el 13,8% paga más de 500 euros, el 13,7% entre 101 y 200 euros, el 3,4% entre 51 y 100 euros y el 4,1% gasta como máximo 50 euros mensuales en vivienda. Estos porcentajes varían según el nivel de pobreza, siendo los hogares en situación de pobreza leve los que menos gastan en vivienda. El 12,7% tienen un gasto en vivienda no superior a 50 euros, el 11,1% entre 51 y 100 euros, el 34,6 entre 101 y 200 euros y el 41,6% entre 201 y 500 euros. Por tipos de exclusión, son los hogares dependientes los que menos gasto en vivienda realizan, destacando el alto porcentaje que gasta menos de 50 euros mensuales en vivienda (17,4%). Analizando conjuntamente pobreza y exclusión son los hogares pobres y vulnerables y los pobres y excluidos los que menos gastan en vivienda. Estado de la vivienda El 13,2% de los hogares cántabros tiene una vivienda en muy buen estado, el 72,1% la tiene en buen estado, el 10,9% la tiene regular, el 3,2% la tiene en mal estado y el 0,5% en muy mal estado. El porcentaje de hogares con

Gráfico 45. Hogares por gasto mensual en alquiler o compra de la vivienda (sobre los que tienen gastos en vivienda y responden), según nivel de pobreza

100% 80% 60% 40% 20% 0% Total

No pobres

Pobres leves

Hasta 50 eur.

De 51 a 100 eur.

De 201 a 500 eur

Más de 500 eur.

Pobres graves

De 101 a 200 eur.

101

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

vivienda en buen estado se reduce con la pobreza, especialmente en los casos de pobreza grave (66,2%) y aumentan de forma considerable los hogares que tienen una vivienda en mal estado (5,2% de los casos de pobreza leve y 6,5% de los casos de pobreza grave). En cuanto al eje de exclusión, hay que destacar el elevado porcentaje de hogares excluidos que tienen una vivienda en mal estado (16,4%) y en muy mal estado (6,3%). También es importante la cifra de hogares no consolidados que tienen su vivienda en mal estado (8%).

Gráfico 46. Hogares según estado de la vivienda y nivel de pobreza 10% 8% 6% 4% 2% 0% Total

No pobres

Pobres leves

Malo

Pobres graves

Muy malo

Gráfico 47. Hogares según estado de la vivienda y distintas situaciones 20%

15%

10%

5%

0% Total

Incluidos

De recursos Dependientes bajos

Malo

Muy malo

Excluidos

No consolidados

102

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Por tipos conjuntos de pobreza y exclusión, son los grupos de excluidos (pobres y no pobres) los que tienen la vivienda en peor estado. El 21,5% de los hogares no pobres y excluidos tienen la vivienda en mal estado o muy mal estado, cifra que asciende al 24,9% del grupo de hogares pobres y excluidos.

Gráfico 48. Hogares según estado de la vivienda y distintas situaciones de pobreza y exclusión 20% 15% 10% 5% 0% Total

No pobres e incluidos

No pobres y vulnerables Malo

No pobres y excluidos

Pobres y vulnerables

Pobres y excluidos

Muy malo

Equipamiento del hogar El 0,8% de los hogares cántabros no tiene agua caliente en la vivienda, el 19,2% no tiene teléfono fijo, el 22% no tiene móvil, el 1,6% no tiene lavadora, el 54,3% no tiene ordenador y el 27,2% no tiene coche. Como cabe esperar, la falta de estos equipamientos es más frecuente en los hogares pobres. En el 3,4% de los hogares en situación de pobreza grave falta agua caliente, el 22,9% de estos hogares no tiene teléfono fijo y el 3,6% no tiene lavadora (Gráfico 49). Por tipos de exclusión son los hogares excluidos los que con mayor frecuencia carecen de estos equipamientos, faltando agua caliente en el 6,4% de estos hogares, no tienen teléfono fijo el 46,3% y el 4,9% no tienen lavadora. En cuanto a los tipos conjuntos de pobreza y exclusión, hay una tendencia a la ausencia de equipamiento conforme se agudizan los problemas de pobreza y exclusión. Así pues, en el 11,5% de los hogares pobres y excluidos falta agua caliente, el 52,7% carecen de teléfono fijo y el 7% de lavadora.

103

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Gráfico 49. Hogares según falta de equipamiento en la vivienda, y nivel de pobreza 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% Total

No pobres

No tienen agua caliente No tienen lavadora

Pobres leves

No tienen teléfono fijo No tienen PC

Pobres graves

No tienen teléfono móvil No tienen coche

Hacinamiento El 1,3% de los hogares cántabros presenta hacinamiento en relación al número de habitaciones, mientras que el 1% tiene hacinamiento por superficie. Estos porcentajes no difieren mucho cuando se trata de hogares pobres, aunque se observan unas cifras levemente superiores en los casos de pobreza leve. Por tipos de exclusión, son hogares excluidos en los que se da con más frecuencia este problema, teniendo el 8,4% hacinamiento por habitaciones y el 6,6% hacinamiento por superficie. Gráfico 50. Hacinamiento en la vivienda, según distintas situaciones 10% 8% 6% 4% 2% 0% Total

Incluidos

De recursos bajos

Hacinamiento por habitaciones

Dependientes

Excluidos

No consolidados

Hacinamiento por superficie

104

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Analizando de forma conjunta pobreza y exclusión, son los dos grupos de hogares excluidos (pobres y no pobres) los que tienen con mayor frecuencia problemas de hacinamiento de ambos tipos. Tipo de hábitat El 22,3% de los hogares cántabros residen en hábitat rural. El resto se agrupan para el análisis en tres grupos: un primer grupo, barrios residenciales y antiguos, lo forman los barrios residenciales alto, medio y antiguos en buen estado, donde se ubica un 40,8% de hogares. Otro grupo, los barrios obreros y antiguos deteriorados, lo forman los barrios obreros en buen estado, en mal estado y antiguos deteriorados, que suponen el 36,3% de los hogares. Por último, los suburbios, en los que se ubican un 0,6% de los hogares. La distribución de los hogares pobres, sobre todo en los casos de pobreza grave, varía con respecto a la del total de los hogares, situándose en un mayor porcentaje en zonas rurales (28,9% de los hogares con un nivel de pobreza grave) y en el grupo formado por barrios obreros y barrios antiguos deteriorados (43,7% de los casos de pobreza grave) (Gráfico 52). En cuanto a los tipos de exclusión, hay que destacar que los hogares con recursos bajos y los hogares dependientes son los que en mayor porcentaje se sitúan en zonas rurales (32,3% y 35,5% respectivamente). Los hogares excluidos por su parte, suelen estar ubicados en barrios obreros y antiguos (57,1%), siendo también el grupo que presenta un mayor porcentaje de hogares situados en suburbios (2,8%).

Gráfico 51. Hogares según tipo de hábitat

Zona residencial de nivel medio 22,8%

Zona residencial de clase alta 3,8%

Viviendas diseminadas o zona rural 22,3%

Suburbio, zona marginal 0,6% Barrio obrero deteriorado 2,9%

Barrio antiguo en buenas condiciones 14,2% Barrio obrero en buenas condiciones 28,1%

Barrio antiguo deteriorado 5,3%

105

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Gráfico 52. Hogares según tipo de hábitat y nivel de pobreza 100% 80% 60% 40% 20% 0% Total

No pobres

Viviendas diseminadas o zona rural Barrio obrero deteriorado Barrio obrero en buenas condiciones Zona residencial de nivel medio

Pobres leves

Pobres graves

Suburbio, zona marginal Barrio antiguo deteriorado Barrio antiguo en buenas condiciones Zona residencial de clase alta

Por tipos de pobreza y exclusión son los hogares vulnerables (pobres y no pobres) los que se ubican con mayor frecuencia en zonas rurales (en torno al 30%), y en los núcleos urbanos, el porcentaje de hogares situados en barrios obreros y antiguos aumenta a medida que se acentúan la pobreza y la exclusión. 3.7. Relaciones con el sistema de protección social Sistema sanitario La cobertura de la Seguridad Social da una idea de la posibilidad de acceso a un sistema que se define como universal. El 88,9% de hogares cántabros están cubiertos únicamente por la Seguridad Social, cifra que aumenta levemente a medida que aumenta el nivel de pobreza desde el 88,3% de los hogares no pobres al 93% de los casos de pobreza grave. Esto sucede porque los hogares que no están en situación de pobreza están cubiertos en mayor medida que los hogares pobres por otros seguros públicos (mutualidades), privados o ambos. En cuanto a hogares no cubiertos por ningún tipo de seguro, el porcentaje es inapreciable en todos los grupos (Gráfico 53). Desde la perspectiva de la exclusión son los hogares excluidos y los hogares de recursos bajos los que en mayor porcentaje están cubiertos únicamente por la Seguridad Social debido a lo que se ha comentado anteriormente.

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

106

Gráfico 53. Hogares según tipo de hábitat y nivel de pobreza 10% 8% 6% 4% 2% 0% Total

No pobres

Pobres leves

Pobres graves

Público de mutualidades

Seguro Privado

Público y privado a la vez

No tienen seguro

Analizando los datos por tipos de pobreza y exclusión, el porcentaje de hogares cubiertos únicamente por la Seguridad Social aumenta a medida que se evidencian la pobreza y la exclusión. Prestaciones sociales El 45,3% de los hogares cántabros no percibe ninguna prestación social, el 40,3% perciben una prestación y el 14,5% perciben dos o más prestaciones. Los hogares pobres perciben prestaciones en mayor porcentaje, sobre todo los hogares con un nivel de pobreza leve, de los cuales el 62% percibe una prestación y el 17,9% dos o más. Visto desde el eje de la exclusión, los hogares dependientes perciben prestaciones en mayor proporción, pues el 66,3% de estos hogares perciben una prestación y el 28,2% dos o más. También son elevados los porcentajes de hogares de bajos recursos que perciben prestaciones, el 59,2% de estos hogares perciben una prestación y el 24,1% perciben dos o más. Por tipos conjuntos de pobreza y exclusión, son los hogares pobres y vulnerables los que en mayor medida perciben prestaciones (el 84,3% percibe alguna prestación). En el lado opuesto, como era de esperar, están los hogares no pobres e incluidos, de los cuales el 63,4% no percibe ninguna prestación (Gráfico 54). Con relación al tipo de prestación, la más frecuente para el conjunto de hogares cántabros es la prestación por jubilación o prejubilación, percibiéndola el 33,1% de los hogares. Le siguen las prestaciones de viudedad (16,1%), las de incapacidad (5,8%) y las prestaciones por desempleo (3,7%).

107

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Las prestaciones más importantes son, por tanto, las pensiones ligadas al ciclo vital, a la enfermedad o los accidentes (Gráfico 55). Analizando el tipo de prestación percibida por los hogares pobres, también es la prestación por jubilación la que se percibe con más frecuencia (43,6%), seguida de la de viudedad (21,2%), la de incapacidad (9,9%) y la de desempleo (7,1%). Como se puede apreciar, las prestaciones más frecuentes son las mismas para el caso de hogares pobres que para el total de hogares, aunque son percibidas en un porcentaje mayor por los primeros. Gráfico 54. Hogares según número de prestaciones sociales que perciben, y nivel de pobreza

80% 60% 40% 20% 0% Total Ninguna

No pobres

Pobres leves

Pobres graves

Una prestación

Dos o más prestaciones

Gráfico 55. Hogares según tipo de prestación social que perciben

35% 30% 25% 20% 15% 10% 5% 0% Jubilación

Viudedad

Incapacidad

Enfermedad

Desempleo

Maternidad

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

108

En cuanto al nivel de pobreza, los hogares con un nivel leve son los que en mayor medida reciben prestaciones por jubilación (49,5%) y por viudedad (26,2%), mientras los hogares en situación grave son los que mayoritariamente perciben prestaciones por incapacidad (11,5%) y por desempleo (8,6%). Por tanto, hay una clara relación entre tipo de prestación que se percibe y la intensidad de la pobreza, reduciéndose las prestaciones ligadas al ciclo vital y aumentando las que procuran reducir la desigualdad a medida que se acentúa la pobreza. En relación a las distintas situaciones de exclusión, los hogares dependientes tienen la mayor proporción de prestaciones por jubilación y por viudedad (59,4% y 38,8% respectivamente), los excluidos presentan el mayor nivel de prestaciones por incapacidad (12,7%) y los hogares no consolidados son quienes perciben el mayor porcentaje de prestaciones por desempleo (9,9%). Gráfico 56. Hogares pobres según tipo de prestación social que perciben 50% 40% 30% 20% 10% 0% Jubilación

Viudedad

Incapacidad

Enfermedad

Desempleo

Maternidad

Gráfico 57. Hogares según tipo de prestación social que perciben, y nivel de pobreza 60%

40%

20%

0% Total Jubilación

No pobres Viudedad

Incapacidad

Pobres leves Enfermedad

Pobres graves

Desempleo

Maternidad

109

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

Gráfico 58. Hogares según tipo de prestación social que perciben, y distintas situaciones de pobreza y exclusión 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% Total

Jubilación

No pobres e No pobres y No pobres y incluidos vulnerables excluidos

Viudedad

Incapacidad

Pobres e incluidos

Enfermedad

Pobres y vulnerables

Desempleo

Pobres y excluidos

Maternidad

Por tipos conjuntos de pobreza y exclusión, los hogares vulnerables (pobres y no pobres) son los que presentan mayor porcentaje de prestaciones por jubilación y viudedad, mientras que los hogares pobres y excluidos son los que perciben más prestaciones por incapacidad (22%) y por desempleo (10,4%). Utilización de los servicios sociales El 3,9% de los hogares cántabros ha pedido ayuda a los servicios sociales y sólo un 0,9% a Cáritas y otras ONG. Estos porcentajes aumentan a medida que se acrecienta el nivel de pobreza, suponiendo el 11% de los casos de pobreza grave los que han recurrido a los servicios sociales y el 4,6% a Cáritas y otras ONG en busca de atención. Según tipos de exclusión se puede destacar que el grupo de hogares excluidos es el que más ayudas solicita a los servicios sociales (15,9%) y a Cáritas y otras ONG (6,9%). Por tipos conjuntos de pobreza y exclusión es el grupo de los pobres y excluidos el que pide ayuda a los servicios sociales con más frecuencia (19,8%). Respecto a la eficacia de la atención que recibieron, un 24% de los hogares declara no haber resuelto nada sus problemas cuando acudieron a estos servicios, un 34,8% los resolvieron en parte y un 34,1% afirma que les ayudaron bastante. Los casos de pobreza leve son los que en mayor porcentaje afirman haber resuelto bastante sus problemas (43,9%) y los hogares en situación de pobreza grave son los más críticos respecto a la atención recibida, pues un 29,9% afirma no haber resuelto nada sus problemas.

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

110

Gráfico 59. Hogares que acuden a centros de ayuda según nivel de pobreza 12% 10% 8% 6% 4% 2% 0% Total

No pobres

Pobres leves

Piden ayuda a los servicios sociales

Pobres graves

Piden ayuda a Cáritas y otras ONGs

Gráfico 60. Utilidad de la atención recibida, según nivel de pobreza 50% 40% 30% 20% 10% 0% Total

No pobres Bastante

Pobres leves En parte

Pobres graves

Nada

En cuanto al eje de exclusión, sólo un 22% de los hogares incluidos declara haber resuelto bastante sus problemas, siendo este porcentaje del 45,5% de los casos no consolidados y del 43,6% de los hogares con recursos bajos. Por tipos conjuntos de pobreza y exclusión, son los vulnerables los que en mayor medida afirman haber resuelto sus problemas, el 41,7% de los hogares no pobres y vulnerables y el 38,5% de los casos pobres y vulnerables dice que han resuelto bastante sus problemas.

111

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA

3.8. Opiniones y actitudes Valoración de la situación familiar La mayoría de los hogares (61,6%) autocalifican su situación como modesta, valoración que es la más frecuente en todos los niveles de pobreza. Sin embargo, las valoraciones extremas si que difieren en estos niveles, aumentando los porcentajes de hogares que se consideran pobres y muy pobres a medida que aumenta la pobreza. Curiosamente, existe un elevado porcentaje de hogares con un nivel de pobreza grave que afirman que su situación es acomodada (4,3%). Por tipos de exclusión, los hogares excluidos son los que peor se consideran a si mismos, pues el 27,6% se percibe como pobre y el 3,7% como muy pobre. Según tipos de pobreza y exclusión, el porcentaje de hogares que valora su situación como pobre o muy pobre aumenta a medida que se acentúan la pobreza y la exclusión (el 43,4% de los hogares pobres y excluidos se considera pobre o muy pobre) (gráfico 62). En comparación con los últimos años, el 50,2% de los hogares cántabros opina que han aumentado las desigualdades sociales, el 17,7% cree que siguen igual y el 14,8% opina que han disminuido. Por niveles de pobreza, son los hogares en situación leve los más pesimistas, pues el 56,7% de estos casos opina que han aumentado las desigualdades en los últimos años. Por tipos de exclusión, los excluidos son los hogares que hacen una valoración más negativa, afirmando el 63,6% que las desigualdades han aumentado. Por tipos conjuntos de pobreza y exclusión, el grupo de los no pobres y excluidos es el más pesimista, ya que el 66,7% de estos hogares creen que las desigualdades han aumentado. Gráfico 61. Hogares según percepción subjetiva del nivel de pobreza, y tipo de pobreza 80% 60% 40% 20% 0% Total Muy pobre

No pobres

Pobres leves

Pobre

Confortable

Modesta

Pobres graves Acomodada

112

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Gráfico 62. Percepción de la desigualdad social, según tipo de hogar 100% 80% 60% 40% 20% 0% Total

Incluidos

Han aumentado

De recursos bajos

Siguen igual

Dependientes

Excluidos

Han disminuido

No consolidados

NS/NC

PARTE II CARACTERÍSTICAS DE LOS PROCESOS DE EXCLUSIÓN SOCIAL. ANÁLISIS DE LAS HISTORIAS DE VIDA

CAPÍTULO 1 INTRODUCCIÓN Esta segunda parte recoge el análisis cualitativo de las condiciones de vida de la población en Cantabria. Este enfoque tiene como objetivo comprender las situaciones, relaciones y estrategias vitales de los ciudadanos que se encuentran en estas circunstancias. Por ello, se han incluido las opiniones y experiencias de los implicados, tanto de quienes gestionan las políticas y recursos de bienestar social, como de quienes viven cotidianamente la pobreza y la exclusión social. La investigación, por tanto, tiene unos horizontes amplios y una perspectiva global. Sus objetivos fundamentales han sido dos: 1.º- El primero ha sido construir una tipología teórica de individuos en situación de pobreza y exclusión social. Con esta finalidad se han se recogido y analizado los discursos de informantes cualificados pertenecientes a diferentes ámbitos relacionados con la política y la intervención social. El resultado del análisis de estos discursos ha sido una tipología compuesta por perfiles de personas pobres y excluidas. En cada perfil subyace una dimensión principal que determina o coadyuva a las situaciones de vulnerabilidad y exclusión social. Esta tipología es la herramienta analítica de la exclusión.

116

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

2.º- El segundo objetivo ha sido reconstruir las trayectorias vitales que han conducido a los individuos desde una situación de partida dada, hacia situaciones de vulnerabilidad social de exclusión o viceversa. Este análisis permite observar la naturaleza de situaciones complejas en las que se conjugan caracteres personales, pobreza económica y una acumulación de problemas, entre otros factores. Asimismo, nos ofrece la posibilidad de ser espectadores de procesos de exclusión y de las relaciones que los individuos en estas condiciones establecen con el entramado institucional y con las diferentes esferas sociales a las que pertenecen. En consecuencia, esta segunda parte que a continuación se presenta consta asimismo de dos fases. En la primera se ha realizado el análisis de la pobreza y la exclusión social en Cantabria, a saber, cuál es su situación en la actualidad y cuáles son sus tipos más frecuentes, su distribución territorial y las dimensiones que generan exclusión. En la segunda fase se han analizado las trayectorias de exclusión en cada una de las dimensiones determinadas que se fundamentan en los estudios de caso realizados a través de relatos biográficos.



CAPÍTULO 2 CONTEXTO DE LA INVESTIGACIÓN Y CONCEPTO DE LA EXCLUSIÓN COMO MARCO DE ANÁLISIS El ámbito geográfico y sociopolítico de la pobreza y exclusión que se aborda en esta investigación forma parte de las llamadas sociedades capitalistas avanzadas, en las se han venido experimentando cambios muy notables en las últimas décadas, pero en las que se siguen produciendo y reproduciendo situaciones de exclusión social. En los estados de bienestar propios de estas sociedades se han generado contextos nuevos y también nuevas situaciones a las que los individuos están teniendo que adaptarse de manera progresiva. Los cambios en la productividad, en las relaciones con los mercados de trabajo y con las nuevas tecnologías son algunos ejemplos que se enmarcan en un proceso social, aún más complejo, denominado globalización. Motivada por este proceso se ha iniciado una reestructuración de los estados de bienestar en el ámbito europeo. Esta se encuentra en diferentes grados de desarrollo porque está encontrando algunas resistencias al cambio. La primera, está relacionada con las inercias de las instituciones que lo gestionan y, la segunda, tiene que ver con el desacuerdo de los beneficiarios de las políticas sociales y de bienestar, acostumbrados a ellas. En España también se está produciendo este proceso, pero antes de considerarlo nos parece oportuno hacer alguna referencia a los regímenes de bienestar europeos.

118

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Siguiendo la tesis que sostiene la existencia de cuatro regímenes de bienestar en Europa, España se incluye dentro del modelo mediterráneo. Este posee unas características singulares entre las que figura el papel predominante que tiene la familia en la prestación de servicios de bienestar. El hecho de responder a uno u otro modelo tiene mucho interés para la investigación sobre la pobreza y la exclusión, ya que el modelo de bienestar incide directamente sobre las condiciones de vida de la población. Los individuos y hogares vulnerables o excluidos se ven afectados particularmente, pues la protección social y las estrategias de prevención e intervención difieren según el modelo. Hablar de un régimen de bienestar supone que existe una dimensión que permite comparar diferentes países atendiendo a las relaciones que se establecen entre Estado y economía, rasgos legales y organizativos y formas de provisión del bienestar (Esping-Andersen, 1993). Como decíamos, España viene a formar parte del modelo mediterráneo como resultado de varios procesos: la maduración de un sistema de Seguridad Social con profundas raíces históricas, la relativa socialdemocratización que pone en marcha la transición política y el doble impacto que supone en el mercado de trabajo la incorporación a la Unión Europea y la inserción de España en una economía globalizada (Adelantado, 2000). El estado de bienestar en España está sostenido por los vínculos que establecen los individuos con el mercado de trabajo. Esta situación dificulta el proceso de atención a la pobreza y a la exclusión, pues al vincular el derecho a la percepción de subsidios y prestaciones con la participación en el mercado de trabajo, buena parte de los individuos que no son capaces de incorporarse al empleo quedan al margen de los recursos de protección social. Desde el punto de vista de los derechos sociales este hecho es muy relevante. En consecuencia, algunos grupos que han quedado desvinculados REGÍMENES DE BIENESTAR RÉGIMEN

PROTECCIÓN

Mediterráneo

Mixto (prestaciones contributivas y asistenciales) Universalización limitada

Nórdico

Universalista

Continental

Categorial

Liberal

Residual

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

119

del mercado de trabajo o que han establecido con él una relación en condiciones de precariedad no cuentan con la misma probabilidad de disfrutar de las políticas de protección social. La reestructuración del estado de bienestar que se está produciendo a la luz del proceso de globalización ha tenido algunos efectos no esperados y ha favorecido cambios sociales de diferente magnitud e incidencia sobre la pobreza y la exclusión. Por enunciar algunos, se pueden mencionar de nuevo los cambios en las relaciones económicas y en el mercado de trabajo, la incorporación creciente de mujeres al empleo extradoméstico —aunque esta se produzca en condiciones de desigualdad respecto a los hombres—, la gestación de nuevas formas de familia y de relaciones familiares, cambios en la estructura demográfica y la incidencia creciente de los flujos migratorios en las sociedades de acogida. Los cambios en la estructura productiva y en el mercado de trabajo han provocado la expulsión de trabajadores que no se adaptan a la situación económica actual. Se han generando parados que no encuentran vías para una nueva incorporación laboral y que, probablemente, acabarán formando parte del grupo de los “nuevos pobres”, en particular los que en su juventud se situaban en la franja de la vulnerabilidad. Asimismo, se produce una precarización de las condiciones laborales en algunos sectores y la aparición de los “pobres trabajadores” o trabajadores con salarios muy bajos. Por otro lado, la familia nuclear que ha sido el tipo dominante durante el siglo XX está experimentando un proceso de transformación influido por el cambio político producido en las últimas décadas y por la creciente incorporación de las mujeres al mercado de trabajo. Este proceso está transformando las relaciones en el seno del ámbito familiar establecidas tradicionalmente por la diferenciación de roles de género (estas relaciones todavía son habituales) sustentados sobre la base de relaciones patriarcales y sobre la división sexual del trabajo. Estos cambios están dejando paso a formas de convivencia muy diversas, a unos índices de monomarentalidad y monoparentalidad crecientes y a nuevas lógicas de relación entre el empleo y la familia. A estos hay que añadir otros cambios experimentados por la estructura demográfica de la población. En este sentido parece relevante señalar que el aumento de la esperanza de vida ha dado lugar a unas tasas de envejecimiento elevadas. Es previsible, además, que en el futuro esta situación provoque un incremento de las situaciones de dependencia asociadas al proceso de envejecimiento, que habrán de ser atendidas por políticas sociales de nuevo alcance. Asimismo, la incidencia creciente de los flujos migratorios supone un incremento de la población inmigrante. Esta población generalmente se ubica en los puestos más precarios de la estructura productiva por lo que obtiene peores condiciones laborales, ingresos menores y más inestables. Esta situación, junto con la carencia inicial de una red de relaciones fa-

120

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

miliares o comunitarias y las dificultades que encuentran para acceder a los recursos públicos y a la vivienda, genera un grupo en situación de desigualdad y vulnerabilidad. En este contexto ¿cómo se comportan los instrumentos del estado de bienestar? Los cambios mencionados ejercen presión sobre un estado de bienestar que no está firmemente asentado y que tiene poca capacidad para universalizar sus prestaciones y servicios. Los sistemas de protección social de carácter contributivo se han mostrado insuficientes para dar respuesta a las diferentes situaciones de desempleo, entre otras. Por otra parte, la población que no está vinculada al mercado de trabajo, en particular personas bajo el umbral de la pobreza —cuyas tasas no se han reducido de manera significativa a pesar de las políticas sociales implementadas—, presiona sobre los sistemas de protección asistencial que no ofrecen una garantía de respuesta completamente eficaz. Las crecientes demandas formuladas en las estructuras de bienestar no han estado acompañadas de un crecimiento paralelo de los recursos para darles respuesta. Tampoco se ha producido un incremento significativo del gasto social, con independencia del contexto económico de referencia, a lo que ha contribuido la aplicación de fórmulas neoliberales que sostienen la competitividad económica y la descomunitarización del estado de bienestar. Es decir, asumen la tesis de que los individuos pueden competir entre ellos por el empleo en el mercado de trabajo asumiendo explícita o implícitamente unas condiciones de entrada al mismo que, en la práctica, no se dan, o al menos, no en todos los casos. Se pueden identificar dos tendencias de transformación del régimen de protección social del estado de bienestar: la primera se refiere al proceso de universalización creciente de algunas prestaciones y servicios como puede ocurrir en algunas Comunidades Autónomas con el sistema de garantía de ingresos mínimos o con la Ley de Dependencia (que ha generado nuevos derechos sociales). Este proceso coexiste con una privatización selectiva de productos para el aseguramiento del nivel de vida futuro como, por ejemplo, los fondos de pensiones privados, que vienen a satisfacer las expectativas de las clases medias y altas. La segunda tendencia supone un proceso de asistencialización creciente aunque compatible con un reforzamiento de la lógica contributiva (Adelantado, 2000). Estas transformaciones han tenido una incidencia más acentuada sobre los mecanismos de aquellos estados de bienestar que se han configurado en torno al modelo mediterráneo.



 El modelo mediterráneo o latino de estado de bienestar está caracterizado por un régimen de bienestar pobre y de baja institucionalización, en el que la sociedad civil y, sobre todo, la familia juegan un papel esencial como proveedores de bienestar. Los puntos

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

121

De acuerdo con las dos tendencias mencionadas, en el proceso de transformación del régimen de bienestar español en los últimos años se ha producido una reasignación de los roles en la provisión de bienestar por parte de los diferentes agentes que participan en ella (Estado, mercado, familia y tercer sector). Ello ha supuesto a grandes rasgos una fuerte mercantilización de las relaciones sociales, con la consiguiente pérdida de capacidad reguladora y de provisión de bienestar por parte del Estado y una sobrecarga familiar que ha acentuado las desigualdades por género y edad. Se puede hablar así de un déficit de inclusividad del estado de bienestar que incide directamente, como un factor más, en la extensión y gravedad de las situaciones de pobreza y exclusión. Las políticas sociales afrontan esta situación adaptando progresivamente sus planteamientos y estrategias a los nuevos contextos. Sin embargo, las dificultades son crecientes puesto que se plantean problemas nuevos en un contexto globalizado. Es decir, los problemas están motivados por situaciones que trascienden lo local, mientras que la capacidad de intervención de los gobiernos y la naturaleza de las políticas sociales mantienen un carácter y unos medios eminentemente locales. Precisamente con el objetivo de analizar problemas de naturaleza más compleja, el concepto de exclusión social comienza a utilizarse en el debate ideológico y político de los años sesenta en Francia. Pero no es hasta finales de los años 80 cuando comienza a extenderse su uso, determinado en buena medida por el influjo de los programas contra la pobreza desarrollados en el contexto de la Unión Europea. El uso de este concepto se ha generalizado tanto en ámbitos académicos como políticos para caracterizar y dar respuesta a las nuevas formas de desigualdad social y a la crisis del estado del bienestar. Así, en los primeros años no hay una conceptuación precisa de la exclusión y se utiliza el término fundamentalmente para remarcar la gravedad del pro-

esenciales que definirían este modelo, según Adelantado y Gomà (Adelantado, 2000), son: la centralidad del sistema de Seguridad Social contributivo y de reparto, con intensidades de protección altas centradas en grupos reducidos de trabajadores, coexistiendo con amplias capas excluidas; modelos universales de salud y educación financiados por la vía impositiva; modelos de relaciones laborales con altas tasas de cobertura por negociación colectiva pero con densidades sindicales muy bajas; pervivencia de mecanismos clientelares en la distribución pública del bienestar; alto impacto de las políticas sociales y de cohesión de la UE; y convergencia de los dos procesos de transformación, construcción y reestructuración, de los estados de bienestar. En el caso español habría que añadir una fuerte descentralización de las prestaciones sociales, sobre todo las de carácter asistencial, con un fuerte protagonismo de las entidades autonómicas y locales.  La acción mercantil supone la existencia de individuos cuyo objetivo es obtener la mayor ganancia posible. El mercado, por lo tanto, jerarquiza las relaciones sociales según la capacidad para comprar o vender mercancías o servicios, produciendo una mercantilización de las relaciones sociales.

122

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

blema de la desigualdad y defender así la necesidad de mantener y adaptar el modelo de estado de bienestar europeo (Arriba, 2002). El concepto de exclusión social incluye o engloba la situación de pobreza, es decir, la carencia de medios materiales por debajo de un mínimo que se considera aceptable. Pero va más allá, haciendo referencia a la imposibilidad o dificultad intensa que tienen los individuos para acceder a los mecanismos de desarrollo personal e inserción sociocomunitaria y a los sistemas preestablecidos de protección social (Burgué, Goma y Subirats, 2002). Castel (1990) señala tres espacios sociales: un espacio de integración, seguridad o estabilidad que se corresponde con la situación típica ideal de la población con trabajo y protección social asegurada y sólida relación familiar y vecinal. En ella las desigualdades sociales no suponen una amenaza para la estabilidad social. Otro espacio de vulnerabilidad, precariedad o inestabilidad, que supone una situación caracterizada por la fragilidad, la inseguridad de las relaciones laborales precarias y la inadecuación de los soportes familiares y sociales. Por último, un espacio de exclusión o marginación que se caracteriza por la retirada del mundo laboral, el aislamiento social y la ausencia o insuficiencia de otros mecanismos de protección social. Según esta concepción los individuos basculan de unas zonas a otras en un proceso en el que tiene un peso importante la relación con el mercado laboral. Las rupturas son compensadas por redes protectoras como la familia y la solidaridad comunitaria o pública. Cuando todos estos mecanismos fallan, las personas y familias se precipitan hacia situaciones de fuerte irreversibilidad. Por otro lado, el concepto de exclusión social pone el énfasis en los procesos por los que se llega a carecer de acceso a los recursos más esenciales. En este sentido, se entiende por exclusión el conjunto de procesos estructurales, pautas ideológicas y culturales, tendencias sociales y mecanismos que producen el empobrecimiento personal y colectivo. Desde este punto de vista se pone el énfasis en el funcionamiento relacional de los factores que producen la pobreza y ésta no se entiende como un proceso que tiene su origen en el comportamiento del individuo, sino más bien en procesos sociales más amplios como pueden ser las oportunidades que ofrece el medio social o las relaciones interpersonales (Laparra, Gaviria y Aguilar, 1996). El concepto de exclusión ha sido operativizado en otras investigaciones, por ejemplo en el estudio sobre Pobreza y Exclusión Social en Andalucía del IESA, 2002, con el doble objetivo de analizar la exclusión como un fenómeno complejo considerándola como algo que puede afectar a un amplio colectivo

 Generalmente se asume como criterio para determinar las situaciones de pobreza el llamado umbral de pobreza relativa que vendría a considerar como pobreza a aquellas rentas inferiores al 60% del ingreso mediano.

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

123

de personas (no sólo a un grupo afectado por la ruptura total con el vínculo social) todas las cuales presentan exclusión respecto a alguna dimensión. El concepto de exclusión utilizado recoge el carácter multidimensional de la pobreza complementando este concepto tradicional con otro de contenido más amplio que el meramente económico. En otras palabras, el hecho de ser pobres no hace referencia únicamente al nivel de ingresos, sino que la pobreza relativa lleva aparejados otros problemas que agravan la situación inicial. Cuando se produce una acumulación de varios problemas diferentes se pueden producir situaciones de exclusión en diferentes dimensiones (P. Yruela, H. Sáez y C. Trujillo, 2002). En todas estas aproximaciones o definiciones de la exclusión social, esta aparece como una forma especialmente intensa de pobreza acompañada de la ruptura de algún vínculo social o de varios, que se configura como una situación prolongada en el tiempo que no puede ser afrontada sin ayuda por la persona que la sufre. Pero el concepto de exclusión social no sólo supone una distinción de las situaciones de pobreza en función de su intensidad o gravedad. Supone, además, la consideración de otras características que presentan también las nuevas formas de pobreza. Son las siguientes: a) La exclusión de una o más dimensiones de la vida social, aunque no de todas necesariamente. b) El carácter múltiple de los factores que producen estas situaciones y la multidimensionalidad de sus consecuencias. c) Su configuración (y consideración) como un proceso personal y social más que como una situación coyuntural. d) La importancia de pertenecer a redes familiares y comunitarias permite evitar o retrasar la acumulación de problemas. e) La necesidad de ofrecer soluciones políticas que intervengan sobre las causas de la exclusión y no solamente sobre sus consecuencias. Como se ha dicho, la exclusión no es sólo una situación grave de carencia material. Supone además una pérdida o deterioro importante de la relación entre las personas y algún aspecto de su vida social, impidiendo así su participación social plena y el ejercicio de los derechos de ciudadanía. Este deterioro de la condición social dificulta el acceso a recursos sociales mercantilizados, fundamentalmente por la escasez de ingresos, y también obstaculiza el acceso a recursos no mercantilizados debido a la carencia de información o al deterioro o ausencia de habilidades sociales suficientes. Pero sobre todo, es importante subrayar que las situaciones de exclusión conllevan de algún modo un alejamiento del medio social, de manera que quienes se encuentran

124

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

en ella carecen de mecanismos normalizados para superarla. En definitiva, la exclusión social es un problema social de suma importancia. No se trata de un problema que afecte a unos grupos determinados como resultado de una situación de injusticia social, hecho que por sí solo ya sería suficientemente importante, sino que afecta a la configuración y cohesión de la sociedad en su conjunto. El carácter dinámico de la exclusión y su manifestación como proceso supone centrar la atención en los antecedentes de la misma como único modo eficaz para revertirla. Pero también conlleva atender a las situaciones de vulnerabilidad que pudieran transformarse en exclusión. Desde esta perspectiva, la vulnerabilidad se considera como una situación de riesgo más o menos elevado de derivar a una situación de exclusión. Al carácter dinámico ya mencionado habría que sumar el carácter estructural de la exclusión, elemento importante a la hora de fundamentar u orientar las intervenciones sociales, cuyo horizonte explícito en las directrices de la política social europea es eliminar los obstáculos que provocan situaciones de exclusión social. En definitiva, se asume la importancia de la escasez de ingresos como uno de los factores fundamentales de las situaciones de exclusión. Pero éstas se caracterizan, asimismo, por la conjunción de factores de distinta índole que interaccionan entre sí, generando una acumulación de problemas en diferentes dimensiones relacionadas con el bienestar. Supone también la existencia de carencias en múltiples facetas de la vida de las personas, ya sea en la afectiva, psicológica, sanitaria, educativa, etcétera. Se trata de situaciones cuya solución no consiste únicamente en la satisfacción de necesidades económicas, ya sea bajo la forma de inserción laboral o de prestaciones, sino que requiere también otra serie de apoyos o medidas adicionales. En este sentido el concepto de exclusión hace referencia a la creciente complejidad de las situaciones de pobreza y marginación en las sociedades occidentales desarrolladas. La política social debe adquirir, pues, otra dimensión, asumiendo la pretensión de que las intervenciones sociales tengan un carácter globalizador. Los individuos deben ser considerados plenamente y se ha de considerar la complejidad de su situación interviniendo simultáneamente sobre todos los problemas que les afectan, porque el hecho de tener dificultades en una dimensión dificulta el acceso a los recursos de otra y así sucesivamente hasta impedir el ejercicio de los derechos de ciudadanía (generar un déficit de ciudadanía). En este sentido, la red familiar y el capital social son bienes que proporcionan integración social al tiempo que actúan como red de protección en caso de descenso hacia la vulnerabilidad o exclusión sociales (Moreno, 2002). De aquí la importancia del entorno comunitario y del trabajo social que se desarrolla por parte de los equipos locales para la recuperación de situaciones de pobreza y vulnerabilidad e incluso de exclusión. Por ejemplo, en los procesos de inserción de transeúntes una de las medidas que parece ser más efectiva

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

125

en su recuperación es disponer de anclajes sólidos en una red social del barrio en el que serán ubicados. Esta red se va tejiendo entre profesionales, transeúnte y barrio de destino, previamente a la salida del transeúnte de la institución en la que se encuentra y a su ubicación definitiva en el barrio. En resumen, el concepto de exclusión presenta una potencialidad analítica que abre muchas posibilidades a la comprensión de las características y las causas de la pobreza en nuestras sociedades, proporcionando orientación para implementar medidas y políticas públicas. No obstante, también se han señalado algunas limitaciones que provienen, más que de su potencialidad teórica, del modo en que se ha orientado la práctica en actuaciones y programas concretos. Así, el concepto de exclusión ha contribuido a fundamentar la inserción social de los individuos y familias excluidos en el marco de los programas de ingresos mínimos. Un aspecto criticado de esta intervención es la centralidad que ha adquirido el trabajo como contraprestación para acceder a ayudas económicas, por su carácter de disciplinamiento y control social. Por otro lado, se parte de la premisa de que las personas vulnerables o excluidas son inactivas y pasivas desconsiderando las actividades laborales no formalizadas en mercados secundarios, poco rentables económicamente pero no aisladas de los procesos sociales (Arriba, 2002). Las críticas a las intervenciones sociales con un marcado carácter individual es que no generan cambio social, en el sentido de que no se plantean cambios estructurales, por ejemplo, en el mercado de trabajo, en las relaciones de género o en los sistemas de garantía de ingresos mínimos. Asumen más bien que es el individuo el responsable del éxito o fracaso de su trayectoria hacia la inclusión. No evitando, por tanto, el mantenimiento y la reproducción de las causas de la exclusión. Más allá de las críticas y limitaciones que el concepto de exclusión pueda originar por su aplicación en programas e intervenciones concretas, lo cierto es que proporciona un marco analítico potente para comprender las situaciones de pobreza y los procesos por los que las personas resbalan por los huecos de la última red de protección (Moreno, 2000). Este es el uso que proponemos y que hemos aplicado tanto en las entrevistas a informantes cualificados como en los análisis de los relatos de vida, reconstruidos con los discursos de personas en situaciones de pobreza, de exclusión o vulnerabilidad en Cantabria.

CAPÍTULO 3 LA EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA El presente apartado está basado en el análisis de las diez entrevistas en profundidad realizadas a una muestra de informantes cualificados de los ámbitos en los que se atienden los problemas derivados de las situaciones de pobreza y exclusión en Cantabria. El objetivo de esta fase de la investigación es conocer desde un punto de vista cualitativo la situación de los problemas de pobreza y exclusión en Cantabria, su evolución, su tratamiento, las dimensiones más significativas y los grupos sociales más representativos, es decir, más afectados. Se pretende también construir una tipología aproximada de perfiles afectados por situaciones de exclusión tomando como referencia empírica los discursos de los informantes cualificados. De este modo se podrá establecer un marco de referencia para realizar un análisis posterior de las dinámicas de la pobreza y las trayectorias de exclusión social, obtenidas de relatos biográficos de los sujetos que responden a los perfiles de exclusión. ÁMBITO DE LAS ENTREVISTAS A LOS INFORMANTES CUALIFICADOS Red de Servicios Sociales Técnicos y responsables locales y regionales Entidades voluntarias

E3, E6, E8, E9 E1, E4, E5 E2, E7, E10

128

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

La muestra de informantes1, cuyos discursos se analizan en las páginas siguientes, es exhaustiva en los asuntos que interesan a la investigación. Por un lado, se ha procurado que estuvieran representados todos los servicios públicos y privados que intervienen en la atención a las personas pobres y excluidas: unidades básicas de acción social, servicios públicos regionales y locales, asociaciones y entidades del llamado “tercer sector”. Por otro lado, la elección de las personas entrevistadas se ha realizado obedeciendo a criterios territoriales, persiguiendo la complementariedad de los discursos con el objetivo de ofrecer una imagen de conjunto de la realidad de la pobreza y la exclusión en Cantabria. Siguiendo este criterio se han realizado entrevistas en diferentes zonas, que comprenden la capital, las zonas urbanas de la Bahía de Santander, la costa oriental, Torrelavega, Reinosa y el medio rural del interior de la región. A pesar del tamaño de la muestra, se ha alcanzado un punto de saturación2en la información recogida, por lo que se puede concluir que el diseño muestral ha sido el adecuado a los objetivos de la investigación. Las entrevistas son semiestructuradas. La relación que se establece en el proceso de comunicación es abierta, por tanto la persona entrevistada puede expresar sus opiniones según sus criterios y utilizando su propio lenguaje. Sin embargo, el contenido de la entrevista responde a un guión estructurado, por lo que al entrevistado se le formulan preguntas sobre cuestiones determinadas previamente. Este guión para las entrevistas se estructuró en torno a los siguientes ejes: a) Factores que generan exclusión, incidencia social y territorial de las situaciones de pobreza y exclusión social y evolución de estas situaciones en Cantabria. b) Principales grupos y colectivos sociales afectados por situaciones de pobreza y exclusión: importancia y evolución. c) Valoración de las políticas públicas y del papel de las organizaciones voluntarias en la atención de los problemas de exclusión social y pobreza. Los resultados que ahora se presentan siguen este esquema: en primer lugar, se analiza la perspectiva que tienen los informantes sobre la situación

1 El muestreo en la investigación cualitativa no persigue la representatividad y la generalización estadística, sino la validez interna. Por tanto, las técnicas de muestreo que se utilizan son intencionales y persiguen el estudio en profundidad de muestras pequeñas de individuos en su contexto. 2 El punto de saturación de la muestra se produce cuando la realización de nuevas entrevistas no aporta información diferente a la que ya se ha obtenido.

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

129

social de la pobreza y la exclusión social en Cantabria en sus distintos grados, su distribución territorial, los factores que enmarcan estas situaciones y procesos, así como la evolución que han experimentado en los últimos diez años. En segundo lugar, se construye una tipología de estos problemas sociales a partir de dos categorías estructurales: las dimensiones o variables más significativas y el grado en que se manifiestan. Es decir, que si, por una parte, todas las situaciones y procesos de exclusión social no tienen las mismas intensidades, por otra, estos problemas están determinados por una dimensión predominante que contribuye decisivamente a su gravedad o levedad. Ya se trate del género, del trabajo, de la salud, de la educación, de la vivienda o de otros condicionamientos sociales. En tercer lugar, se examinan los discursos de las personas entrevistadas en cuanto a la valoración de las políticas sociales públicas y de las acciones que llevan a cabo las entidades de iniciativa social. Por último, se obtiene una visión global de las perspectivas de futuro de las personas informantes, así como las principales conclusiones que pueden extraerse de los resultados del análisis de las entrevistas. El texto está ilustrado con algunas tablas y fragmentos literales de los discursos (verbatim) cuya pretensión es sintetizar algunos aspectos de la información o bien abundar con ejemplos en los argumentos que se desarrollan en el informe. 3.1. Situación social de la pobreza y la exclusión en Cantabria ¿Qué entienden los informantes cualificados por pobreza? ¿Cuál es su incidencia y qué formas adopta en la región? La mayoría de los informantes distingue entre pobreza absoluta y relativa, por ello en unos casos, se prefieren a ella como carencia de recursos materiales suficientes para satisfacer las necesidades vitales, y en otros, como la distancia del nivel de vida medio percibido en su comunidad. Para los usuarios de los servicios sociales las prestaciones y ayudas son insuficientes para satisfacer los gastos indispensables de vivienda y consumo y, quienes no consiguen los recursos suficientes para cubrir estas necesidades, van “acumulando” pobreza. Desde esta perspectiva de carencia de recursos, las personas entrevistadas consideran que la incidencia de la pobreza absoluta es mínima, pues en Cantabria existen apoyos que garantizan a cualquier persona la satisfacción de sus necesidades más elementales. En caso de existir dificultades, la red familiar o la “economía sumergida” proveen de los recursos indispensables para salir adelante complementándose en muchas ocasiones con las prestaciones económicas que ofrece el sistema de protección social o la “caridad”. En una primera aproximación a los fenómenos de pobreza y exclusión en Cantabria, los informantes distinguen dos espacios sociales de exclusión claramente delimitados. Uno de ellos está conformado por situaciones

130

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

de marginación, muy consolidadas pero que cuantitativamente es poco relevante. El otro espacio es mucho más amplio y se caracterizaría por situaciones de riesgo y precariedad que afectan a numerosos colectivos y personas. Existe, por una parte, una pobreza extrema y más llamativa en la que se ubicarían algunos grupos cuantitativamente poco importantes como los gitanos chabolistas, los transeúntes y una pobreza de reciente cristalización en la que se integran los inmigrantes irregulares. Estos colectivos serían propiamente los excluidos de la sociedad cántabra, los que “han perdido mucho en el camino”, con dificultades añadidas para su integración y que estarían atrapados en una especie de círculo de la pobreza. La exclusión laboral constituye su principal obstáculo y, a él, se añaden niveles educativos bajos y otras carencias sociales que impiden la subsistencia de manera autónoma, por lo que estos individuos precisan la ayuda y la asistencia continuada de los servicios públicos y privados. En este sentido, los informantes opinan que la integración ha de ser considerada fundamentalmente como inserción laboral. Además de la pobreza más grave y evidente, que en opinión de los informantes está en retroceso, se observan riesgos preocupantes de exclusión y precariedad en otros colectivos. Estos son los que se encuentran en el límite, por ejemplo, los parados de larga duración y las mujeres solas con responsabilidades familiares no compartidas. Estos ciudadanos encuentran dificultades para acceder al mercado de trabajo aunque cuentan con más apoyos y opciones que los mencionados anteriormente. La noción de límite es utilizada por los entrevistados para distinguir un amplio espacio de vulnerabilidad social, cada vez más repleto, más dinámico y, a la vez, menos tipificable porque está formado por muchos casos aislados que se ubican transitoria y repentinamente muy cerca del borde de la exclusión social. I. «Es el espacio de la vulnerabilidad lo que se está agrandando, un espacio intermedio entre la exclusión y la inclusión. Fácilmente en el espacio de la vulnerabilidad rozas la exclusión, y a poco que flaquees o empieces a flaquear, ya estás inmerso en la exclusión». (E2) Para la mayoría de los informantes se da una contradicción entre una sensación general de bienestar predominante y los problemas de integración laboral y social que afectan a muchas personas. Por este motivo, las situaciones de precariedad suelen estar socialmente encubiertas y es difícil conocer su alcance. Pero lo que parece claro es que se está perdiendo la capacidad económica de los hogares y que para muchos de ellos llegar a fin de mes resulta muy difícil. Hay personas que pueden descender puntualmente a la vulnerabilidad cuando se pierde un empleo más o menos estable o cuando

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

131

se produce una ruptura familiar, pero no entran dentro de los típicos casos sociales de pobreza y exclusión, que ya habrían rebasado ese límite. De un modo creciente los riesgos asociados a la exclusión social van acompañados por un deterioro de los vínculos sociales, relacionales y afectivos. Alguna de estas situaciones es definida como una forma de nueva pobreza, en la que se incluirían algunos prejubilados y trabajadores excedentes de la industria cántabra. Los problemas de estas personas tienen una naturaleza más compleja. No es un proceso relacionado siempre con la falta de recursos económicos, sino que las dificultades están más apegadas al ser social, por decirlo de alguna manera. Estos viejos trabajadores no tienen expectativas laborales de ningún tipo y comienzan a requerir el apoyo de la red de servicios sociales. II. «El acercamiento a los servicios sociales de la gente que tiene el hábito de utilizar los servicios sociales desde un principio, porque no le queda más remedio, o sea, porque subsiste, no es lo mismo que una persona que ha tenido un nivel económico medio, porque la verdad es que los trabajadores de las industrias han tenido un nivel de vida bueno. Cuando les ha afectao la reconversión industrial o cuando han pedido la cuenta por las circunstancias que sean y las expectativas laborales, porque se han tenido que quedar a vivir aquí, no han sido las que ellos pretendían, o los negocios se han venido abajo, o todas estas historias... esta gente está empezando a llegar ahora [a los servicios sociales]». (E8) Una parte importante de los problemas de exclusión social y de pobreza en Cantabria están relacionados con el difícil acceso al trabajo remunerado y el coste creciente de la vivienda. La mayoría de los informantes coincide en apuntar a la escasez de empleos como eje estructural de los espacios sociales de la exclusión y la vulnerabilidad. Fenómenos como la temporalidad y la precariedad del trabajo afectan cada vez a más personas, sobre todo si no poseen cualificación, lo que ocurre particularmente con las mujeres que buscan incorporarse al trabajo remunerado. También hay muchos individuos que tienen que desempeñar trabajos diferentes a los que deberían desempeñar de acuerdo con su carrera formativa. Un problema añadido es el aumento de la movilidad geográfica laboral, sobre todo para quienes residen fuera del área de la Bahía de Santander y Torrelavega, que es donde se concentran la mayoría de los empleos de la región. Alguna de las personas entrevistadas cree que no compensa económicamente desplazarse a diario lejos del lugar de residencia habitual porque los sueldos no son muy altos. En las zonas más interiores de Cantabria las ofertas de trabajo se restringen principalmente al sector de la construcción y a los servicios de atención a las personas dependientes. Fuera del núcleo central y más densamente poblado de Cantabria se perciben algunos condicionantes

132

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

territoriales en la exclusión, aunque sin ser los únicos determinantes de las situaciones de necesidad. Así, en las zonas periféricas del litoral la escasez de puestos de trabajo y la movilidad laboral imprimen algunas notas particulares a las necesidades sociales, mientras que en el medio rural del interior de La Montaña, los problemas están muy relacionados con la despoblación, el envejecimiento y el abandono del medio por falta de oportunidades. La economía informal ofrece oportunidades de vida a muchas de las personas en situaciones de dificultad social. Los informantes destacan que este espacio laboral está siendo ocupado por las personas inmigrantes, desplazando de él a mujeres de la región que venían obteniendo recursos económicos en esta clase de empleos (servicios domésticos, de limpieza, etc.). III. «’Hija, chica... Antes, mira, antes necesitabas trabajar y como nadie quería limpiar escaleras, pues chica, hasta para eso tenías trabajo... ahora no lo hay’. Y, eso, el nivel de vida, también eso, está empobreciendo. Claro, eso parece que no, pero está bajando el poder adquisitivo». (E9) Desde otro punto de vista la oferta de empleos no es tan escasa en Cantabria. Lo que ocurre es que se ha producido un incremento general del nivel de vida que ha tenido como consecuencia el hecho de que las personas que buscan un trabajo puedan elegir en cierto modo, porque tienen cubiertas sus necesidades básicas y rechazan aquellos trabajos que no les satisfacen o que no cumplen con sus expectativas. IV. «La sensación, un poco por resumirlo, era que antes valía cualquier cosa con tal de que te paguen a final de mes, aunque tampoco era eso, pero que tú puedes tener un ingreso asegurado para tus necesidades. Ahora un poco parece que quien elige es el demandante de empleo, mira con lupa todas las condiciones, todos los horarios, si el salario es el que le parece correcto, si le pagan el desplazamiento, si hay pagas extras, si las vacaciones están bien consideradas, etcétera. Es decir, esto indica que a lo mejor la necesidad no es tanta, o a lo mejor se puede esperar para acceder a un empleo, porque hay alguna otra fuente… que también puede ser, es decir algún otro tipo de economía sumergida, a lo mejor, o porque están cobrando algún tipo de prestación, o porque la circunstancia familiar no es que todos están en paro, sino sólo esa persona a lo mejor y puede seguir adelante y cubrir sus pequeñas necesidades». (E10) Sería conveniente insistir en la idea que apuntan los informantes en cuanto a que, en Cantabria, hay otros dispositivos de integración social, además del

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

133

empleo. La protección social y las redes familiares amortiguan los efectos de los procesos de vulnerabilidad y desactivan su potencial conflictivo. Aunque las personas entrevistadas coinciden en estimar que la incidencia cuantitativa de las situaciones de pobreza y exclusión social en la región es poco significativa, distinguen determinados sectores de la población a los que cabría atribuir una acumulación importante de problemas. Son los inmigrantes, las mujeres solas con cargas familiares no compartidas, las personas de etnia gitana, las personas mayores con ingresos insuficientes —especialmente en la costa—, los desempleados de larga duración y las personas sin hogar o transeúntes. Como iremos viendo a lo largo de este informe, estos colectivos contribuyen a prefigurar una tipología de los procesos de exclusión social en Cantabria. 3.2. Distribución territorial de los problemas relacionados con la exclusión Dentro de la región no existe una zona que destaque especialmente por concentrar problemas de exclusión social, excepto los municipios que poseen asentamientos chabolistas o de infravivienda. Todos los informantes coinciden en señalar que los problemas de satisfacción de necesidades se concentran en las zonas más densamente pobladas de la región: la capital, los municipios en torno a la Bahía y Torrelavega. Por contraste con las ciudades grandes y la costa, las zonas rurales del interior tendrían menos pobreza aunque se dejen notar los efectos del aislamiento, la soledad y el envejecimiento. En la ciudad de Santander se destacan zonas marginales aunque no muy deterioradas, en el centro urbano y en algunos barrios periféricos. Asimismo se encuentran asentamientos gitanos que están siendo objeto de intervención municipal para realojar o mejorar las condiciones de vida de esta población. Con estos grupos coexisten inmigrantes que se alojan en viviendas alquiladas del casco antiguo. La imagen de “escaparate” que ofrece Santander a sus visitantes tiene su contrapunto en la existencia de puntos de reunión y de ambientes en los que es frecuente encontrar a grupos de gente con necesidades, casas abandonadas, okupadas, prostitución, drogadicción y problemas de orden público. En Torrelavega, los problemas tienen una incidencia especial en los barrios de tradición obrera, aunque en ningún caso puede hablarse de guetos. Las zonas urbanas y más populosas de la Bahía de Santander acogen inmigrantes que buscan viviendas en alquiler más baratas. Las situaciones de exclusión destacan por su intensidad, en tres áreas diferenciadas: en el asentamiento gitano, en un barrio de viviendas sociales donde predominan las familias extensas y con rentas bajas, cuyos problemas van en aumento y, 3) nuevas zonas residenciales con alquileres más baratos que en la capital donde se detecta la presencia significativa de “familias monoparentales” desplazadas desde Santander.

134

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

En la costa oriental los problemas de exclusión se encuentran dispersos y afectan tanto a las nuevas zonas residenciales como a los núcleos urbanos tradicionales. La proximidad al País Vasco y la alta movilidad de muchos residentes explica que en esta zona haya un mayor nivel de vida que en el resto de Cantabria y, por tanto, un grado de vulnerabilidad más elevado entre colectivos y personas que no tienen asegurada la obtención de ingresos estables. También aquí la existencia de un asentamiento gitano constituye la pobreza más visible. Además, las personas inmigrantes ocupan las viviendas que están en peores condiciones. Existen asimismo barrios marineros donde viven personas mayores con ingresos bajos, aunque, en este último, caso el grado de pobreza es leve. El área rural de la costa se caracteriza por la proliferación de urbanizaciones. Aun así en las juntas vecinales se mantiene la tradición y la red social. La población veterana tiene menos gastos que la de las villas marineras y sus necesidades no son acuciantes, ni prioritarias. En muchos casos, al revalorizarse los terrenos para la construcción de chalets su nivel de vida ha incrementado. Finalmente, en cuanto al medio rural del interior de Cantabria, cabe distinguir la zona más baja y próxima al litoral donde se dan situaciones similares a las ya mencionadas, de las comarcas interiores y de alta montaña. En estas áreas montañosas del interior los problemas más característicos no tienen que ver con la carencia de recursos económicos (aunque también se dan casos, evidentemente), sino, más bien, con problemas relacionados con el aislamiento social y geográfico y con el abandono del medio en busca de oportunidades, con el consiguiente envejecimiento de la población que permanece allí y la falta de recursos sociales. En palabras de nuestros informantes, son “zonas complicadas”, pero no pobres, ya que es una forma de vida tradicional y los habitantes de la montaña manifiestan tener menos necesidades que los del medio urbano. V. «La mayoría de las causas de exclusión social en nuestra zona de trabajo es derivada de la edad... y de salud, pero no tanto de los recursos económicos, porque son pensiones de agraria iguales aquí que en todos los laos, y las necesidades aquí son mucho menores que más abajo, porque todos viven de la huerta, de la vaca que da un poco de leche y no sé qué y no sé cuánto... y van tirando». (E3) El creciente uso turístico y vacacional de estos territorios no evita que las personas jóvenes tengan que abandonar el medio, no por deseo, sino más bien por necesidad, ya que los servicios y las oportunidades se concentran en el litoral. También se percibe en estas zonas una relativa desigualdad de género. Las mujeres son más pobres porque se dedican al trabajo doméstico y mantienen pocas relaciones con el exterior.

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

135

Puede decirse, como conclusión, que la territorialidad no es el factor determinante de la pobreza en Cantabria. Hay, sin duda, notables desequilibrios entre las zonas interiores de la montaña y la costa; entre el área central densamente poblada y las zonas con menos habitantes, pero estas desigualdades territoriales no son consideradas por los informantes cualificados lo suficientemente significativas como para que generen bolsas de pobreza localizadas. 3.3. Trama de los procesos de exclusión social Ya se ha visto anteriormente que las dificultades de acceso al trabajo remunerado constituyen el punto de partida de los procesos de exclusión en muchos de los grupos (mujeres, jóvenes, parados de larga duración, inmigrantes, etc.). No obstante, las personas entrevistadas señalan, además, otros factores que, casi siempre de forma combinada, inciden en las situaciones de vulnerabilidad y pobreza y coadyudan a las trayectorias de exclusión que antes mencionábamos. No se puede dejar de reconocer el carácter multidimensional que adquieren estos procesos. En palabras de alguno de los informantes, la “acumulación” de problemas hace más difícil la integración social y refuerza los estados crónicos de carencia y malestar. La trama de los procesos de exclusión social, a juicio de las personas entrevistadas, se entreteje con los siguientes factores: 1.º- Los factores estructurales no son ajenos al desencadenamiento de estos procesos. El modelo económico cántabro se apoya en exceso sobre el sector de los servicios y particularmente en el turismo, que es una actividad estacional que sólo genera empleos temporales. El tejido industrial se ha debilitado tras las sucesivas reconversiones y adaptaciones de este sector a las exigencias de la economía global y no se crean nuevas empresas. Por otro lado, la crisis de la ganadería ha afectado de forma extraordinaria a las pequeñas explotaciones familiares, sin que se hayan previsto alternativas en el medio rural para recolocar a los excedentes de esta actividad. También Cantabria está por detrás de muchas Comunidades Autónomas en cuanto a su red de infraestructuras viarias. 2.º- Desde el ámbito político regional se echa en falta una planificación de las medidas para combatir la exclusión social. De hecho, hasta no hace demasiados años las actuaciones políticas contra la pobreza eran semejantes a las actividades graciables y caritativas “las hermanitas de la caridad” sin que nadie supiera “qué hacer y en qué dirección iban las cosas”. Para alguno de los informantes, aún no está perfilado el marco para la inclusión en Cantabria y la motivación política para

136

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

tomar medidas sigue siendo débil. El interés político y la participación en el diseño de las políticas sociales hasta ahora han sido incipientes, sobre todo en sectores prioritarios para la comunidad autónoma como el empleo y la vivienda. Los recursos y programas de inserción son particularmente insuficientes en las comarcas más alejadas de la capital. 3.º- La desigualdad de género y la importancia de la feminización de la pobreza son reconocidas por la mayoría de las personas informantes que han sido entrevistadas. Lo decisivo en este caso es el creciente número de familias monoparentales que existen en Cantabria y las dificultades para incorporarse al empleo que tienen ante sí estas mujeres. Los entrevistados y entrevistadas destacan la falta de medidas eficaces para que las mujeres con hijos e hijas a su cargo puedan conciliar la vida familiar con el desempeño de la jornada laboral, considerando que desde esta perspectiva este es el sector de población con más necesidades en Cantabria. 4.º- Las nuevas formas de pobreza y de vulnerabilidad social tienen que ver, en parte, con el debilitamiento de la familia como agente socializador y como garante de protección social. Por un lado, los hogares monomarentales aumentan. Por otro, las mujeres que pertenecen a familias nucleares se han incorporado al mercado de trabajo. Esta situación debería haber propiciado un reparto equilibrado de las tareas en el hogar, entre las cuales se incluye la atención a los hijos. Sin embargo, esta situación no se ha producido. Por tanto, las tareas que antes desempeñaban las madres, ahora se han mercantilizado o están en manos de los hijos adolescentes, hecho que genera incertidumbre y algunos riesgos sociales. Los cambios en el universo de la familia se producen también en los ámbitos rurales. En estos, la socialización de los hijos dentro del ámbito familiar ha perdido importancia y se valora más la educación formal como vía de acceso al mundo laboral ya que la explotación campesina ganadera no es ahora tan rentable como antes para mantener la identidad entre unidad social y unidad económica. 5.º- El acceso a la vivienda también es una dimensión preocupante para los entrevistados/as. A pesar de los planes de realojamiento que están en marcha desde hace algún tiempo, la persistencia de poblados chabolistas sigue llamando la atención, así como un nutrido número de infraviviendas en la zona interior de la alta montaña, habitadas tradicionalmente por familias ganaderas, y consideradas por los informantes como una manifestación cultural del modo de vida montañés. Fuera del área central de Cantabria, en las zonas urbanas periféricas, la vivienda tiene unos precios especialmente elevados, que son inase-

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

137

quibles para personas con bajos ingresos o para las que se encuentran en situaciones de precariedad social. 6.º- Las carencias formativas son otro de los factores que se reconocen como un obstáculo para la inserción laboral y social. La baja cualificación del grupo de los parados mayores limita decisivamente sus posibilidades de empleo. Asimismo, entre los jóvenes que abandonan los estudios sin obtener ninguna titulación se detectan más dificultades para acceder al trabajo. Las mujeres que tras una ruptura familiar quieren incorporarse al mercado de trabajo, se encuentran con que no tienen credenciales educativas y formativas suficientes que las capaciten para desempeñar actividades remuneradas que exijan algún grado de cualificación. 7.º- Otro aspecto importante se relaciona con los problemas de salud, que se conciben, a la vez, como causa y consecuencia de situaciones de vulnerabilidad y exclusión. Se asocia el envejecimiento con la pérdida de salud en el medio rural. Este factor tiene más importancia que los recursos económicos, pues, en los pueblos de la montaña, las necesidades económicas son menores. Pero también se atribuye a la insatisfacción de necesidades y a factores como la pérdida del empleo o la falta de dinero, un papel en el notable deterioro de la salud mental. Desde este ámbito se percibe la complejidad de muchos de los ingredientes de la exclusión y la vulnerabilidad. Es la pérdida sobrevenida de la salud en algunos casos, lo que desata los procesos de empobrecimiento, la que dispara las señales de alarma cuando alguna enfermedad o accidente provoca una disminución en los ingresos. VI. «La falta de dinero, de trabajo, o de personas que económicamente han vivido bien y de repente, lo que te hemos dicho, de repente te quedas... te vuelves pobre, o sea, es que de repente te vuelves pobre y es muy difícil de asimilar. Claro, has estao con un nivel de vida, con una situación en la que nunca te has preocupao, y de repente te das cuenta de que tienes que ponerte a hacer números y crea una ansiedad. Están creando muchos problemas. Eso sí que es verdad». (E9) 8.º- Desde el punto de vista social, los discursos de los informantes destacan diferentes aspectos relacionados con los ritmos actuales de vida y los riesgos que estos entrañan. Los soportes relacionales de los ciudadanos, los lazos sociales y de vecindad se están fragilizando y ello tiene como consecuencia un debilitamiento del apoyo social que caracterizaba a determinados espacios comunitarios como el barrio,

138

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

el lugar de trabajo, el pueblo, etc. La crisis de estos ámbitos de sociabilidad se percibe como un símbolo de pobreza y como una crisis de ciudadanía. La sociedad de consumo también contribuye a la generación de problemas de exclusión, pues crea necesidades y exigencias de gasto que hacen que mucha gente tenga dificultades para llegar a fin de mes. Algunos informantes destacan el mayor sentimiento de pobreza que expresan muchas personas incluso los extranjeros que vienen a trabajar a nuestro país y que adoptan nuestros hábitos de consumo. Las personas que poseen un bajo nivel cultural y educativo son más permeables al gasto excesivo en artículos de consumo. Entre las familias que frecuentan los servicios sociales está muy extendida una “forma de vida muy consumista”, que podría estar provocada por la cultura de la pobreza. Todos los factores que se han apuntado contribuyen, según los discursos de los informantes, a enmarcar los procesos de vulnerabilidad y exclusión en Cantabria. 3.4. Evolución de la exclusión. Mayor complejidad y cambios en su naturaleza En los últimos diez años los problemas de exclusión social y pobreza en Cantabria han seguido dinámicas de cambio que han incrementado su complejidad. En conjunto estas dificultades no se han agravado, pues el desarrollo reciente de prestaciones sociales ha permitido mantener unas condiciones de vida de una relativa calidad a personas en situación de necesidad. Sin embargo, en los últimos años los espacios de la exclusión sí han experimentado ciertos cambios, en el sentido de que los individuos y colectivos que tienen algún problema relacionado con la pobreza ahora acumulan más problemas, sin ser estrictamente económicos. Asimismo, las situaciones de vulnerabilidad se han incrementado debido a la inestabilidad en el empleo y al mayor coste que supone para las economías domésticas acceder a la vivienda. Los ecos de la reconversión industrial de los años 80 aún no se han difuminado del todo. Siguen cerrándose empresas y las oportunidades laborales escasean en algunas zonas de la región, afectando a colectivos concretos como las mujeres solas con responsabilidades familiares no compartidas y a los parados de larga duración. La pobreza más intensa, a pesar de estar limitada a grupos sociales recurrentemente pobres o procedentes del círculo de la pobreza como los gitanos chabolistas y los sin techo se agudiza actualmente entre el colectivo de inmigrantes, cuyo número aunque poco significativo cuantitativamente en Cantabria (si lo comparamos con otras regiones españolas), se ha incrementado de forma notable en los últimos cinco años. En estos últimos años, los problemas relacionados con la exclusión social grave en Cantabria han sido contenidos y actualmente no hay más personas

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

139

que sufran la severidad de la exclusión. No se han agravado las situaciones de pobreza y puede que hayan ido a menos. El desempleo provocado por la reconversión de la industria y la adaptación del modelo productivo cántabro ha ido encauzándose con medidas de inserción o jubilación. Las prestaciones sociales y los recursos públicos han contribuido al sostenimiento de muchas personas que se hallaban en situación de pobreza (pensiones no contributivas, ingreso mínimo de inserción…). Se ha ampliado, en definitiva, la cobertura de necesidades básicas en cierto modo, lo que ha evitado que las situaciones de pobreza empeoren. Sin embargo, el desarrollo de los servicios sociales y el aumento de prestaciones han provocado que emerjan otros problemas. Los informantes se dan cuenta, por una parte, de que hay personas ancladas permanentemente en la pobreza y, por tanto, muy dependientes de los programas sociales. En este sentido, opinan que no ha habido un arranque que haga posible una inclusión social efectiva porque están “sobreprotegidos” por las prestaciones e instalados en una situación “cómoda” de la que resulta difícil salir. Por otra parte, afirman que las situaciones de pobreza y vulnerabilidad se han hecho más cotidianas y han adquirido mayor visibilidad social, en cierto modo, nos hemos acostumbrado a vivir con ella. Además, quienes no pueden satisfacer sus necesidades se conforman con su situación y también se habitúan a vivir con menos recursos o encuentran alguna alternativa aunque sea en condiciones precarias. VII. «Cuando estás viviendo cómodamente, el resto de tus alrededores lo ves, que no se ve un barrio determinadamente pobre, sino que el único referente de pobreza es el asentamiento que tenemos como tal, te llevas una sorpresa cuando llegas a servicios sociales y te das cuenta que hay mucha gente que vive de lo que tú le das, le aportas del banco de alimentos, de lo que de las ayudas tramites para el alquiler de vivienda, una ayuda mientras buscas un empleo…». (E1) Pero si, efectivamente, las acciones emprendidas desde la red de protección social cántabra han logrado delimitar las situaciones de exclusión social, lo que no han podido evitar es una mayor complejidad de lo que alguno de los informantes llama casos sociales, ni un aumento de los riesgos que afectan a las condiciones de vida de las clases medias integradas y a sectores específicos de estas como son los jóvenes, las mujeres con hijos que viven solas y los inmigrantes. Es a lo que alguno/a de nuestros entrevistados/as se refiere cuando habla de nuevos rostros de la pobreza. En primer lugar, cuando los informantes hablan de la manera en que han evolucionado las situaciones y procesos de exclusión y pobreza destacan los cambios cualitativos que han tenido lugar. Aunque sea patente una cierta mejora del bienestar, esta es sólo una apariencia pues siguen manteniéndose grupos de ciudadanos vulnerables y en riesgo de exclusión o excluidos, que necesitan ayuda.

140

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

VIII. «Entonces, sí que ha evolucionao en este sentido la situación. Hay… sí una situación de a lo mejor de escaparate, por decirlo así entre comillas, de que hay una cierta mejora del bienestar, de que ha mejorao el nivel de vida en todo el país y en Cantabria como en todo el país, pero eso no impide que en cuanto escudriñamos un poco, arañamos el fondo, veamos esas bolsas de problemas, digamos, ¿no? Pueden ser de pobreza, de exclusión, de conductas que se consideran asociales, etcétera». (E10) Pero lo que más ha cambiado son los componentes de estos problemas. Ya no se limitan a la simple carencia de recursos, sino que en su configuración desempeñan un papel determinante distintas dimensiones que, combinadas, sitúan a las personas en diferentes niveles de vulnerabilidad, pobreza o exclusión. Es lo que significa el concepto de “acumulación” empleado por alguno de los informantes. En la práctica del trabajo social diario se comprueba que los casos son más difíciles de resolver, son más complicados cada día porque están entrelazados con otras situaciones. En este aumento de la complejidad entran en juego todos los factores que hemos mencionado en el apartado anterior. En segundo lugar, es necesario apuntar que los informantes perciben un aumento de la vulnerabilidad entre amplios sectores que han gozado de unas condiciones de integración social normalizada, por ejemplo, las mujeres separadas o los desempleados mayores que tuvieron durante buena parte de su vida un trabajo estable, son casos paradigmáticos. Los entrevistados reconocen que se dan más situaciones precarias sobre un fondo que ofrece aún ciertas garantías de integración. No obstante, este parece cada vez más inseguro porque se nota cierta tendencia a reducir el empleo debido al cierre de algunas empresas o la falta de alternativas viables al declive industrial de Cantabria. En tercer y último lugar, habría que señalar un reciente incremento de la pobreza intensa que afecta a las personas inmigrantes, sobre todo a aquellas que no tienen regularizada su situación de residencia en España. La presencia de extranjeros cada vez es más importante en albergues y otros centros donde se dispensan ayudas de primera necesidad. Un ejemplo claro de esta variación en los rostros de la pobreza es el cambio visible que se ha producido en la composición de los comensales de la «cocina económica» de Santander. Hace veinte años, de cada diez personas que acudían a recibir alimentos a esta institución sólo una era inmigrante. En la actualidad, son ocho inmigrantes por cada diez comensales. A la luz de los datos que ha ofrecido este primer análisis de los discursos producidos por los informantes cualificados, en el siguiente apartado se propone y examina una tipología de pobreza y exclusión social que existe en Cantabria.

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

141

3.5. Tipología de los procesos de exclusión social en Cantabria La tipología que se presenta a continuación se organiza en torno a dos ejes estructurales: la dimensión predominante y el grado de exclusión distinguido por los informantes cualificados. En cuanto a la dimensión que se ha destacado para construir cada uno de los tipos, habría que matizar que no es ni mucho menos la única. Muchos de los perfiles sociales se componen de otros factores que inciden de manera decisiva en los procesos de exclusión; sin embargo, se ha optado por tomar como base aquella que puede ser la desencadenante de los procesos de vulnerabilidad y exclusión o la que tiene más capacidad para generar y agravar dichas situaciones. Por lo que se refiere al grado de exclusión, siguiendo las manifestaciones de los informantes, se han distinguido tres niveles ordenados de menor a mayor gravedad: a) Un espacio amplio y creciente de vulnerabilidad y riesgo formado por un conjunto heterogéneo de casos y tipos al que se podría adjudicar un grado leve de precariedad social. b) Un espacio de menor dimensión que el anterior que se está ampliando al que los informantes han caracterizado como en el límite de la exclusión social. Está formado por tipos sociales y grupos más definidos porque son usuarios desde hace tiempo de recursos sociales de carácter público y privado. c) Un espacio residual y poco importante en términos cuantitativos que agrupa situaciones más o menos extremas de pobreza y exclusión social. Está muy acotado y actualmente su composición se está haciendo más heterogénea debido a la incorporación de personas inmigrantes. En el cuadro de la página siguiente se presenta el esquema del análisis del espacio de la vulnerabilidad, a saber, dimensión destacada en cada tipo, perfiles que la componen y su tendencia actual. El espacio social de la vulnerabilidad y la precariedad es el más dinámico y el que más se está ampliando en estos últimos años. Está formado por una constelación de personas, más que de grupos concretos y definidos, cuya situación social está sometida a crecientes riesgos. No es un ámbito consolidado y las personas incluidas en él pueden moverse tanto hacia posiciones en el límite de la exclusión, como hacia la integración social plena. La tipología está compuesta por los siguientes perfiles: Mujeres mayores de 50 años conviviendo con sus padres (situaciones monofiliales) Desempeñan el papel de cuidadoras dentro de su familia de origen. Por lo general estas mujeres no han desarrollado un proyecto vital independiente y

142

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

A. EL ESPACIO DE VULNERABILIDAD Y LOS RIESGOS DE EXCLUSIÓN DIMENSIÓN DESTACADA

TIPO

TENDENCIA

Mujer mayor de 50 años conviviendo con sus padres

Aumenta

Mujeres víctimas de violencia de género

Aumenta

Salud

Personas con discapacidad

Estable

Trabajo

Jóvenes con dificultades para acceder al empleo

Aumenta

Educación

Adolescentes en riesgo

Aumenta

Ingresos

Personas vulnerables, de clase media

Aumenta

Problemas Sociales

Trabajadores prejubilados

Aumenta

Personas mayores solas y/o con bajos ingresos

Aumenta

Otras

Familias que sufren precariedad económica crónica

Estable

Género

autónomo. Debido a la edad y al proceso de socialización en valores de género del que han sido objeto, estas mujeres no han adquirido la cualificación ni la formación que les hubiese permitido incorporarse al mercado de trabajo. Tampoco los valores y actitudes que se requieren para tomar dicha decisión. En fin, no han tenido posibilidad de participar como actores en el proceso de cambio social producido en las últimas décadas, ni de asumir los cambios que este ha generado en la situación social de las mujeres. Al no haber estado vinculadas al empleo no son beneficiarias de la acción protectora del estado de bienestar, excepto en lo que se refiere a las ayudas asistenciales no contributivas, que como es sabido, tienen una cuantía bastante exigua. Por ello cuando fallecen sus padres “se quedan sin nada”. Son mujeres que tienen experiencia en subsistir con recursos mínimos o muy escasos y generalmente no piden ayuda a los servicios sociales. Las situaciones monofiliales feminizadas son más frecuentes en ámbitos rurales. Mujeres víctimas de violencia de género La violencia sobre las mujeres es una consecuencia de la desigualdad de género, de la desigualdad entre hombres y mujeres para acceder a los recursos. Esta situación es común a todas las sociedades aunque en cada una se manifieste con intensidades diferentes. Entre sus consecuencias más graves se encuentra la violencia de género, que puede considerarse la máxima expresión de las relaciones de dominación de los hombres sobre las mujeres. Por lo general, se ejerce en el ámbito privado y hasta hace relativamente po-

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

143

cos años, era considerada como un asunto privado, del hogar. Las políticas públicas de género, las campañas de sensibilización dirigidas a la población y a las mujeres víctimas de este tipo de violencia en particular, han logrado hacer visible una realidad social muy preocupante. La violencia de género puede actuar como factor determinante o coadyuvante a situaciones de pobreza y exclusión, dependiendo del momento vital de las mujeres y los hijos/as afectados. En unos casos, la violencia genera la separación del cónyuge y la pobreza económica, mientras que en otros casos se produce como consecuencia de la exclusión y se manifiesta junto a otras conductas destructivas. Las usuarias de servicios sociales víctimas de violencia de género, mayoritariamente son mujeres vinculadas a situaciones de vulnerabilidad. En sus trayectorias se pone de manifiesto que han ocultado esta situación durante años. Estadísticas ofrecidas por el Instituto de la Mujer cuantifican en 5 años el período de tiempo medio que una mujer tarda en denunciar a su pareja o en reaccionar ante una situación de maltrato continuado. Los riesgos que afrontan estas mujeres son de sobra conocidos. Sin embargo, nos gustaría comentar que las situaciones de vulnerabilidad económica se producen cuando abandonan el hogar conyugal e inician una vida independiente. Los problemas para acceder al mercado de trabajo y las responsabilidades familiares3suponen frecuentemente serios inconvenientes para su integración social. Personas con discapacidad Los problemas fundamentales para estas personas y sus familias son la dependencia y los problemas económicos. En el primer caso, la provisión de cuidados ha sido un asunto resuelto en el ámbito familiar pues, en los casos analizados, los cuidados se han prestado por las madres con los propios recursos del hogar. Esta situación genera una discapacidad de segundo orden en la persona cuidadora ya que la atención a la dependencia la priva de sus propias oportunidades laborales y sociales. Estas situaciones se producen tanto en el ámbito urbano como en el rural, si bien, en este último el papel de la familia es aún más importante. Cuando las personas con discapacidad son los hijos, el riesgo de exclusión se incrementa con el envejecimiento o fallecimiento de las madres. Los hogares que se vinculan con la vulnerabilidad económica, incluso con la pobreza, son aquellos en los que tanto la persona cuidadora como la discapacitada perciben pensiones no contributivas. Por ejemplo, los hogares de madres viudas con hijo/a con discapacidad que perciben pensiones no contributivas.



3

Suelen ser mujeres sin empleo y con hijos menores a su cargo.

144

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Por otra parte, las dificultades que tienen las personas con discapacidad para acceder al mercado de trabajo generan pobreza económica y social. Las asociaciones especializadas en discapacidad proporcionan otro tipo de atención muy útil, pero en lo que se refiere a creación de empleo, su actividad es ocasional. Todas las personas con discapacidad no se ven afectadas por las mismas situaciones. Quizá la más preocupante sea la situación de las personas con discapacidad que no alcanzan un grado mínimo en la valoración administrativa de su situación. La actividad administrativa que tiene como fin la valoración del porcentaje de discapacidad supone un etiquetaje de la persona valorada. La etiqueta facilita el acceso a recursos específicos de enorme importancia, como pueden ser las pensiones no contributivas y otras ayudas. Su cuantía económica puede considerarse más o menos generosa pero, al menos, quienes las perciben pueden hacer frente a algunas de sus necesidades. Por ejemplo, las personas con una discapacidad psíquica leve (que no alcanzan el grado mínimo en la valoración) se encuentran al margen de la acción protectora del estado de bienestar. En realidad carecen de las oportunidades que disfrutan las personas estándar y además sufren las limitaciones derivadas de la discapacidad sin contar con recursos sociales, por ejemplo, la posibilidad de acceder a empleos con reserva de plaza. Jóvenes con dificultades para acceder al empleo La edad media en la que se suele alcanzar una cierta estabilidad laboral se está elevando. Hay jóvenes que superan los 30 años y aún no han encontrado un empleo que les permita independizarse del núcleo familiar. Ante la falta de expectativas algunos jóvenes salen de Cantabria para buscar trabajo. Otros se conforman con cualquier empleo aunque no esté relacionado con su formación. Muchos jóvenes siguen dependiendo de su familia porque los ingresos que obtienen de su trabajo no son suficientes para emprender una vida independiente. Entre los jóvenes de clases sociales bajas, aunque los hay con alta formación o con una formación adecuada para acceder al mercado de trabajo, es frecuente que se produzcan dificultades para poner en valor la formación recibida. IX. «Una persona joven que depende de su familia y no tiene trabajo, es una persona que tiene ingresos cero. Se considera pobre porque no tiene capacidad propia ni autonomía para incluirse un poco en la sociedad; tener su propia dinámica de consumo, de trabajo, de servicio de todo lo que tenga y poder disfrutar de su tiempo libre, de su tiempo de ocio. Entonces vemos que hay una tendencia grande a que los jóvenes estén inmersos en este terreno de vulnerabilidad que les lleva prácticamente a estar excluidos». (E2)

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

145

Adolescentes en situación riesgo Los problemas llevan implícito un importante ingrediente cultural y un estilo de vida que supone ciertos riesgos sociales. Las manifestaciones del riesgo se hacen evidentes en los centros educativos con la formación de “pandilleos” por parte de jóvenes de origen extranjero y con los problemas de orden público ocasionados por los jóvenes durante los fines de semana en los lugares de ocio. También hay muchos jóvenes recién entrados en la adolescencia que muestran su rechazo a los estudios obligatorios que complementan con un alto nivel de consumo y respuestas violentas. Los informantes tratan de explicar estos comportamientos responsabilizando a la cultura del consumo, a los medios de comunicación y a la pasividad de las familias en la educación de sus hijos. Las agencias de socialización no están dando respuesta a las inquietudes de los jóvenes y en no pocos casos estas conductas tienen que ver con situaciones de desarraigo y ruptura familiar que provocan en los jóvenes una sensación de desconocimiento. X. «Muchos de ellos son gente que durante el resto de la semana realizan una actividad normal, algunos estudian, otros trabajan y parece que no destacan por ningún lao. Sin embargo, el fin de semana parece que se vuelven locos. Hay una especie de doble personalidad… Y entonces, bueno, yo no sé si se puede considerar ya a ese nivel de colectivos en riesgo, pero sí que hay un problema ahí que está patente los fines de semana». (E10) Personas vulnerables de clase media Es muy difícil delimitar el alcance de la vulnerabilidad que afecta a la “gente del pueblo de toda la vida”, a gente que no se sentía pobre y que ahora siente necesidades. Son situaciones de precariedad (penurias) que no suelen llegar a los servicios sociales, que se viven y sufren en la intimidad de los hogares. Estas personas hacen una vida aparentemente normal pero pueden estar sin empleo, obteniendo ingresos irregulares procedentes de la economía informal o viviendo de la pensión de los abuelos. Es decir, que las estrecheces económicas se soportan gracias a la protección social de las redes familiares y se viven de forma muy individualizada, lo que tiene que ver con la crisis de espacios comunitarios mencionada por los informantes. Un ejemplo específico de estos problemas, un caso paradigmático, sería el de una persona mayor de cuarenta años que pierde su empleo estable y con él la oportunidad de obtener ingresos regulares, entrando así en una dinámica de endeudamiento y probablemente de desafiliación social.

146

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

XI. «Hay algunos que están en el espacio de más vulnerabilidad, es decir, que lo van a tener más fácil para caer en la cuneta… y otros que habrá que empujar… o sea, que lo van a tener más difícil, pero son susceptibles también de entrar rápidamente en esos espacios de vulnerabilidad». (E2) Trabajadores prejubilados Quienes han sido retirados prematuramente de la vida laboral activa se enfrentan a una pérdida de roles que en algunos casos se asume con dificultades. En otros casos el paso a la inactividad laboral no supone un conflicto personal ni social, tan sólo la transición hacia otro modo de vida. Los que no asumen la inactividad generalmente desarrollan comportamientos poco adaptativos a pesar de disponer de ingresos económicos suficientes. Estos comportamientos, junto con la creencia interiorizada de que carecen de alternativas para ocupar su tiempo de ocio, los conduce al aislamiento. Otros prejubilados se orientan hacia la participación en asociaciones del tercer sector sustituyendo lo que antes era el espacio laboral por el espacio participativo formalizado. Los prejubilados de la industria, trabajadores excedentes de las fábricas cerradas o reconvertidas, sufren el empobrecimiento de sus relaciones sociales y de su calidad de vida. Al pasar de los fondos de promoción de empleo a una pensión de jubilación, sus ingresos disminuyen. Han sido trabajadores especializados en la fábrica pero no tienen cualificación para ocupar otro empleo. Su deterioro psicológico tiene repercusiones sociales y familiares que pueden provocar aislamiento social y relacional ocasionando incluso rupturas matrimoniales por falta de adaptación. Las mujeres de estos prejubilados buscan trabajo fuera de casa como una alternativa enriquecedora a las situaciones de tensión doméstica más que por necesidad económica. XII. «Esta gente es una tipología de pobreza no económica. Fundamentalmente, es un empobrecimiento en relaciones sociales, en relaciones familiares, en relaciones de pareja, en su calidad de vida. Es una calidad de vida mermada. Y la gente, o está muy triste o está agresiva». (E8) Personas mayores solas y/o con bajos ingresos Hay cierta ambigüedad en los discursos de los informantes al ubicar a este sector de la población dentro del terreno de la vulnerabilidad. Todos coinciden en que los problemas están aumentando por una evidente cuestión demográfica y que el principal riesgo de exclusión de estas personas está en la soledad con que deben afrontar la última etapa de su vida. En la zona costera, debido al elevado nivel de vida del entorno, la situación de las per-

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

147

sonas mayores es considerada grave, pues “pasan auténticas necesidades ocasionadas por sus carencias económicas”. En las zonas rurales interiores la soledad y el aislamiento son componentes habituales de la vulnerabilidad de las personas mayores, a lo que se suma un menor desarrollo de los servicios de atención específicos. En las zonas urbanas disponen de mayores recursos aunque sus pensiones sean bajas. Entre los informantes, se considera que muchos mayores viven con un mínimo económico precario. Familias en situación de precariedad crónica Aunque la dimensión predominante de este tipo podría considerarse desde el terreno cultural y educativo, lo cierto es que estas familias suelen acumular problemas que pueden desplazarlas hasta el espacio que limita con la exclusión. Son familias extensas, de tamaño creciente, puesto que los hijos tienen descendencia y no se emancipan. Una característica que las definiría adecuadamente es que “no saben administrarse”. Los miembros activos de estos hogares cambian frecuentemente de trabajo. En las temporadas entre trabajo y trabajo cobran la prestación por desempleo. Existe además una especie de afinidad electiva entre este tipo de familias, por su proximidad social. Se emparentan entre sí constituyendo una red o círculo de precariedad. En el litoral, se destaca el alto grado de dependencia de estas familias respecto de los servicios sociales. Sus problemas se retroalimentan formando un círculo de pobreza que podría comenzar por la carencia de recursos y formación, de entrada prematura al mundo laboral, de aislamiento social y de consumo superfluo. Estos rasgos se transmiten entre generaciones. Estos expedientes siempre están activos en los servicios sociales, no se cierran porque son cíclicos. En este cuadro se muestra el esquema del análisis del espacio que limita con la exclusión. B. EN EL LÍMITE DE LA EXCLUSIÓN SOCIAL DIMENSIÓN DESTACADA

Género

Salud

TIPO

TENDENCIA

Madres solteras jóvenes

Estable

Mujeres ancianas solas y con bajos ingresos

Estable

Mujeres separadas con cargas familiares

Aumenta

Personas toxicómanas

Disminuye

Inmigrantes en situación legal regularizada

Aumenta

Parados de larga duración

Aumenta

Personas de etnia gitana

Estable

Trabajo Integración



148

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Este es el espacio de la precariedad extrema, de la subsistencia mantenida por prestaciones sociales públicas o el apoyo de redes asociativas y sociofamiliares. Los procesos de exclusión en este espacio están más acentuados y son más complejos. Los grupos o colectivos están más definidos y las posibilidades de ascenso a posiciones de integración son menores, debido, en muchos casos, a la acumulación de problemas en diferentes dimensiones. La tipología está compuesta por los siguientes perfiles: Madres jóvenes con responsabilidades familiares Generalmente carecen del apoyo económico del padre de sus hijos e hijas, aunque suelen percibir ayuda o alojamiento por parte de la familia de origen. Estas mujeres suelen tener un bajo nivel educativo y escasa formación, por lo que encuentran bastantes dificultades para acceder al mercado de trabajo. Las prestaciones públicas demandadas a los servicios sociales y el apoyo familiar impiden el descenso a la exclusión, que se ha configurado como un peligro real debido a la acumulación de problemas en todas las dimensiones. Por lo general, las que llegan a esta situación proceden de clases desfavorecidas y en sus familias de origen también se han generado (e incluso persisten) problemas de precariedad y exclusión. Mujeres ancianas solas y con bajos ingresos Este perfil de exclusión se encuentra fundamentalmente en las zonas urbanas y costeras. En estos casos suele tratarse de mujeres viudas con pensiones bajas. Aunque cuentan con protección social sus ingresos son insuficientes para satisfacer las necesidades básicas. En palabras de los informantes, van acumulando pobreza y “viven con la sopita de ajo”. Mujeres separadas con responsabilidades familiares El incremento de este colectivo ha sido muy importante en los últimos años. Estas mujeres suelen estar en torno a los 40 años de edad y la separación o el divorcio provoca en sus vidas un descenso repentino al espacio de la vulnerabilidad social: han tenido un nivel de vida normal, de familia de clase media, y de repente se encuentran sin nada tras su ruptura conyugal, en particular si los maridos no se hacen cargo de las pensiones compensatorias de las mujeres y de las alimenticias de los hijos e hijas. Tienen dificultades para hacer frente a los gastos de la vivienda. Los informantes reconocen que desde las instituciones no se les ofrece la ayuda suficiente. Algunas no pueden acceder ni siquiera al programa de rentas mínimas porque no reúnen todos los requisitos exigidos.

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

149

Estas mujeres no suelen tener ninguna o escasa cualificación profesional, lo que dificulta un eventual acceso al empleo. Lo más frecuente es que trabajen en el servicio doméstico o en empleos en la economía sumergida. Fuera del centro de la región existe poca oferta formativa para ellas, a lo que se añade la dificultad para conciliar la vida laboral y la atención a sus hijos. En la costa, por ejemplo, no tienen mucho donde elegir. Apenas hay recursos para que sus hijos sean atendidos mientras ellas trabajan. Cuando los hijos son adolescentes les plantean muchos problemas: XIII. «…pues que van a limpiar a un sitio, que se buscan la vida que vienen aquí, un poco de aquí, un poco de allí. Y esas mujeres, por ejemplo, a ver, cómo les vamos a exigir que hagan un control sobre los hijos, que estén pendientes de ellos, que a ver ese niño que necesita más comunicación, que no sé cuanto… no tienen tiempo ni para ellas mismas». (E9) Sus riesgos de exclusión son mayores si han sufrido malos tratos si tienen problemas psicológicos. Personas con problemas de dependencias (drogodependencias) El problema de las drogodependencias ha disminuido notablemente desde los años 80, aunque existe el riesgo de un rebrote entre los jóvenes debido a las drogas sintéticas. En esa época, la zona costera fue especialmente castigada y aunque de manera residual, los viejos “yonquis” siguen siendo visibles. Desde hace tiempo hay programas de atención y asociaciones que trabajan con este sector de población. Fuera de las áreas urbanas y costeras las toxicomanías son muy puntuales y las personas están protegidas por su red familiar, pero el grado de deterioro personal y social es notable. Inmigrantes en situación legal regularizada En Cantabria, cuantitativamente, no suponen un problema demográfico aunque en los últimos años su número ha aumentado bastante, destacando tal vez la costa oriental por su proximidad al País Vasco y por la gran movilidad de trabajo y residencia que hay en esa zona. La mayoría de estas personas está en situación de exclusión social, son más pobres de lo que se ve externamente. Empiezan a acudir a los servicios sociales demandando satisfacción de necesidades, sobre todo las que proceden de Ecuador y Colombia. Para alguno de los informantes está extendida una imagen de desprecio hacia las personas inmigrantes por parte de la población autóctona. En relación con este grupo, los informantes destacan las dimensiones de vivienda y trabajo como las de mayor riesgo. Suelen tener dificultades para

150

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

encontrar una vivienda ya que los propietarios son reacios a alquilárselas. Habitan por lo general casas antiguas o en mal estado y presentan un grado relativamente elevado de hacinamiento respecto a la población autóctona. El trabajo supone para estas personas una lucha por la supervivencia diaria pues tienen que salvar muchas dificultades para encontrar un empleo. Realizan trabajos eventuales en la hostelería, la construcción, la ganadería, el servicio doméstico, el cuidado de personas y la venta ambulante. Es decir, que aceptan cualquier empleo. Como los emigrantes españoles en Alemania durante los años 60, desempeñan los trabajos más duros, cobrando menos y exigiendo menos, a pesar de que muchos de estos inmigrantes poseen un alto nivel de formación reglada. Parados de larga duración Aumenta la importancia relativa de este colectivo dentro del conjunto de los problemas de exclusión social. Son hombres mayores de 45 años que no tienen la edad suficiente para jubilarse y su retorno al mundo laboral es difícil. Poseen además una escasa cualificación profesional. Muchos de ellos han perdido su empleo estable en empresas y talleres que han cerrado —como los trabajadores prejubilados y excedentes de la industria reseñados en el Apartado A—, pero estos parados están más desprotegidos. Muchas familias lo están pasando realmente mal pues no pueden hacer frente a los gastos cotidianos de la vivienda o de los estudios de los hijos. Las mujeres se ven obligadas a trabajar en una casa, de asistentas para obtener ingresos. A la incertidumbre del desempleo se unen otros problemas como el alcoholismo, el deterioro de la salud o las separaciones conyugales. Los informantes coinciden en señalar que las ayudas sociales que se prestan a estos parados son insuficientes para hacer atender a sus necesidades. Personas de etnia gitana Este perfil incluye sólo a quienes han abandonado la chabola y habitan viviendas protegidas. El grupo está más integrado que el que sigue viviendo en asentamientos de infraviviendas y se percibe una distancia social considerable entre ambos grupos que se manifiesta, incluso, en la práctica de cultos religiosos separados. El realojamiento de estos gitanos en pisos de protección oficial ha posibilitado una mayor eficacia de las actuaciones en el ámbito del absentismo escolar o el desarrollo de habilidades sociales de las mujeres gitanas. Pero apenas se ha logrado que varíen sus costumbres y hábitos de vida, al menos en el área central de Cantabria, donde los problemas de integración persisten y no se aprecian soluciones —“después de quinientos años continuamos igual”—. En lugares como Reinosa han alcanzado mayores cotas de integración, al abandonar las casetas donde vivían, aunque ello conlleva la pérdida de muchos de los valores de su cultura y los vecinos les dicen que “os estáis apayando”.

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

151

Es el colectivo que más frecuenta los servicios sociales y el que demanda más prestaciones económicas. Compatibilizan las ayudas públicas con el trabajo informal en la venta ambulante. Entre otras razones porque las prestaciones sociales dan para mínimos, según algunos entrevistados. Recientemente parece haber surgido cierta rivalidad con los inmigrantes en la competencia por estas prestaciones sociales. XIV. «Son muy racistas, son racistas con nosotros, con los que no somos gitanos, son racistas con los otros payos de fuera, y, bueno, en parte también es comprensible, son quienes pueden venir a quitarles sus prestaciones y sus ayudas sociales. (…) Los que tenemos un trabajo y una vida… llamada normalizada pues no los vemos como competidores, pero ellos sí». (E5) C. EL ESPACIO DE LA POBREZA Y LA EXCLUSIÓN SOCIAL DIMENSIÓN DESTACADA

TIPO

TENDENCIA

Género

Mujeres inmigrantes en la prostitución

Aumenta

Trabajo

Inmigrantes irregulares buscando empleo

Aumenta

Gitanos chabolistas

Disminuye

Personas sin hogar, transeúntes

Disminuye

Ex presidiarios

Estable

Vivienda Integración

Las personas que comparten esta zona de exclusión social se distribuyen claramente en dos categorías: las que tradicionalmente han sido pobres y excluidas, cuya importancia cuantitativa disminuye y los nuevos excluidos, personas inmigrantes que llegan a nuestro país sin perspectivas claras de futuro y que terminan por ocupar los espacios de pobreza y exclusión. La tipología de este espacio de exclusión está compuesta por los siguientes perfiles: Mujeres inmigrantes prostituidas En su mayor parte son jóvenes que proceden de América Latina. A pesar de constituir un censo oculto, cada vez son más visibles en determinadas zonas de Santander. Su situación suele ser de explotación en muchos casos. Las mujeres que responden a este perfil desempeñan su actividad dentro de grupos organizados, y cuando logran abandonarlos, se encuentran en situación de desamparo. Si son madres sus circunstancias se complican siendo su único recurso los servicios sociales.

152

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Personas inmigrantes en situación irregular En los últimos cinco años su número se ha incrementado de forma notable, sobre todo en Torrelavega y Santander. Son hombres jóvenes menores de 35 años y algunos poseen estudios superiores. Las expectativas con las que vienen se ven frustradas muy pronto, debido a las características del mercado de trabajo y a su situación irregular. El tejido asociativo les apoya de manera activa, tanto en lo que se refiere a la intendencia que necesitan en los primeros momentos de llegada (supervivencia), como en el proceso de regularización administrativa de su situación de residencia. Es frecuente que aunque se logre la regularización de la residencia no se encuentre un empleo o al menos un empleo no precario. En algunos casos han estado sometidos a tanta tensión que han sufrido procesos depresivos. En algún caso, se ha producido el descenso a la exclusión convirtiéndose en personas sin hogar. XV. «[El inmigrante] tiene una imagen de que estos países de Europa son muy desarrollados y hay muchas posibilidades, y entonces vienen buscando… y, oye, esto no es jauja, aquí también hay gente que le está costando mucho salir adelante». (E2) XVI. «La gente que viene a trabajar son muy buenos trabajadores y muy honrados. Hombre, habrá de todo, como en la viña del Señor; pero la gente que viene aquí es gente buena, y con ganas de trabajar y muy bien preparados, muy cualificados… hay muchísimos con estudios superiores. (…) ¡Muy preparados, pero muy preparados! Lo que pasa es que no tienen papeles». (E7) Últimamente se aprecia la existencia de un grupo de gitanos rumanos muy parecidos a los gitanos españoles, que llegan a la capital en determinadas fechas y se dedican a la mendicidad. Son personas itinerantes que forman parte de alguna red organizada fuera de Cantabria. Gitanos chabolistas Los asentamientos son ya muy antiguos. Su número se ha ido reduciendo progresivamente por la acción de los planes de realojamiento llevados a cabo en los municipios donde se asientan los poblados. En algunas zonas de la costa “visualmente”, y en términos generales, es el núcleo más pobre. En la periferia de Santander hay un poblado de gitanos procedentes de Portugal, pero las viviendas están en mejores condiciones y el grupo también.

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

153

Personas transeúntes, sin hogar El perfil de este tipo de exclusión ha ido cambiando recientemente con la incorporación de inmigrantes y de personas más jóvenes. El grupo español se va reduciendo, debido a que los más mayores deciden poner fin a su nomadismo y se asientan en una residencia fija. A pesar de su elevado estado de deterioro, gracias al apoyo de los servicios sociales consiguen normalizar su vida. Ex presidiarios Lo más destacado son los problemas de integración social que padecen. Son atendidos desde el ámbito de las asociaciones de iniciativa social. Esta tipología confirma lo ya expuesto en los primeros apartados. El espacio de la vulnerabilidad social es el más amplio y el más complejo. En él se reproducen los procesos de precarización social, debidos en buena medida a la débil integración que proporciona el empleo. Estos niveles de precariedad trascienden las fronteras de las clases sociales y reúnen, en la mayoría de los casos, más de una dimensión problemática. Uno de los informantes lo ha expresado con claridad: “lo que sí se detecta es que hay bastantes personas que no forman parte sólo de uno de estos núcleos de exclusión, sino que reúnen varias de las condiciones”. Que se haya destacado una sola dimensión determinante obedece a criterios taxonómicos. Habrá de tenerse en cuenta, pues, que la pobreza en su sentido clásico está en retroceso, pero que se están formando nuevas “bolsas de problemas” que, aunque contenidas actualmente por los niveles de protección social y apoyo sociofamiliar existentes en Cantabria, podrían derivar en un futuro hacia nuevas configuraciones de los espacios de exclusión social. 3.6. Atención desde las instituciones públicas Los informantes destacan que durante los últimos años se ha incrementado el interés político por los problemas de la exclusión social. Aunque se percibe una mejora en la atención a las necesidades, el desarrollo de las políticas sociales se considera aún insuficiente, sobre todo en lo que al seguimiento de los programas y la coordinación de los distintos servicios se refiere. El desarrollo de la red de servicios sociales en Cantabria (UBAS) constituye sin duda un avance positivo pero se crítica la escasez de los recursos disponibles, sobre todo en las comarcas más alejadas de Santander. Las prestaciones económicas son insuficientes para lograr la inclusión de individuos y colectivos. Desde la evocación del pasado reciente se reconoce que el tratamiento de la exclusión se hacía desde una perspectiva benéfica y tenía poco peso en la agenda política. Había “buenas intenciones pero malas actuaciones”, resume uno de los entrevistados. La intervención social era un tema de segundo orden en el que trabajaban pocos equipos, con escasos recursos.

154

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

La motivación política para actuar en el terreno de los problemas de exclusión social y pobreza se está fortaleciendo aunque aún no se vean resultados claros de modo inmediato. Se han desarrollado muchos servicios e iniciativas y se está consolidando un sistema de protección social en Cantabria. Una parte de los informantes cree que no se hace “un seguimiento” de los programas y que existe descoordinación entre los distintos servicios de la Administración y entre esta y las asociaciones voluntarias. Los avances hacia un sistema universalista de servicios sociales se ven frenados por la falta de contenido de los equipos de la red de servicios sociales y por carecer de una perspectiva más global e integradora en la planificación del trabajo social, que trata cada uno de los casos que llegan a los centros desde una perspectiva individual. XVII. «Sí ha habido esfuerzos en política social, lo que pasa es que falta llenar los equipos de contenido. No podemos estar trabajando… ¡hombre!... no podemos, tenemos que estar trabajando a demanda; pero no solamente a demanda individualizada, hay que tener una visión de colectivos». (E8) Por otra parte, la perspectiva grupalista de los servicios sociales es incompleta porque no llega a determinados sectores sociales, en particular a situaciones de nueva pobreza. En palabras de una informante: “la persona más necesitada que pueda haber en nuestro pueblo seguramente que nunca vendrá a hablar con nosotros”. Una buena parte de los informantes considera que las ayudas económicas tienen demasiada centralidad en las actuaciones profesionales de los servicios sociales y a su vez consideran que las prestaciones son muy escasas y apenas alcanzan para satisfacer las necesidades básicas. Las trabajadoras sociales creen que su trabajo se encuentra limitado a la gestión de las ayudas económicas, sin tener en cuenta proyectos de intervención más profesionalizados y rigurosos. Esta orientación a las “ayuditas” (como las llaman algunos informantes) no ha cambiado nada en los últimos quince años. Reconocen que con esta práctica se estigmatiza y culpabiliza al usuario de los servicios sociales haciendo de él un objeto de la caridad más que un sujeto activo de una intervención social rigurosa y basada en un sistema de servicios sociales. XIX. «Es que no estamos hablando de caridad, estamos hablando de un sistema de servicios sociales, como un sistema de salud, como un sistema de educación. Si estamos invirtiendo en cultura y en educación para tener una sociedad más culta y más competitiva, debemos invertir en servicios sociales por las mismas causas; para tener una población con mejor calidad de vida, con mejor formación, con mejor acceso al empleo, con mayor nivel de bienestar, ¡con mayor nivel de bienestar!». (E8)

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

155

El programa de rentas mínimas (IMI) no ha sido sometido a ninguna reforma o mejora desde que se estableció el Plan Cántabro de Ingresos Mínimos de Inserción, en 1996, de modo que las cuantías económicas que garantiza son insuficientes y de corta duración, por lo que se hace difícil que la integración de los hogares perceptores llegue a ser una situación consolidada. XX. «¿La Administración llega al ciudadano? Pues claro que sí. Hombre, viene aquí un señor, ‘es que no tengo trabajo, no tengo nada’, y le digo yo: ‘Bueno, pues no se preocupe que le vamos a tramitar un IMI’… ¿Hemos llegao al ciudadano? Sí. Pero no con la calidad que se merece». (E9) Desde la perspectiva territorial, las zonas más apartadas del interior rural están menos atendidas. Como se destaca con claridades el discurso de un informante: XIX. «No existe ninguna política específicamente rural, política social, porque nosotras cada vez que necesitamos un recurso vamos a los recursos que tiene la administración autonómica en Santander; pero los normalizados, los que utiliza todo el mundo; el IMI es igual pa tol mundo, las residencias es igual pa tol mundo, todas las políticas; nosotras no estamos disfrutando de ninguna política rural específica». (E3) Nos encontramos con una atención a los sectores más necesitados que los informantes califican de insuficiente porque no garantizan los ingresos, no son lo suficientemente efectivos para promover y lograr la integración social y no evitan que se cronifiquen los problemas de exclusión. Son necesarias medidas que aumenten la eficacia de las políticas de inclusión social, superando los obstáculos actuales. ALGUNAS PROPUESTAS DE LOS INFORMANTES CUALIFICADOS Establecer un “Plan Integral” con el compromiso de todas las instituciones, públicas y privadas y la coordinación de todas las políticas sociales Desarrollar planes de integración e inserción laboral mediante itinerarios individuales Reforzar todas las políticas sociales pero muy especialmente las de empleo Establecer medidas específicas compensatorias para el medio rural, como por ejemplo, concertar plazas para las personas mayores con las residencias de iniciativa privada en las zonas interiores de Cantabria Fomentar la autonomía y la responsabilidad individual para evitar que la gente se “instaure” en la ayuda pública Diseñar programas selectivos para determinados sectores en riesgo o excluidos como pueden ser las mujeres con responsabilidades familiares, los parados de larga duración o la etnia gitana Fortalecer la profesionalización de los Servicios Sociales como recurso indispensable de las políticas sociales y no sólo como mero gestor de prestaciones económicas

156

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

3.7. El papel de las entidades voluntarias en la atención de la pobreza Al valorar la forma en que se atienden las necesidades sociales por parte de las organizaciones voluntarias, los informantes son imprecisos. Destacan los aspectos positivos de estas como pueden ser la proximidad a las situaciones de pobreza y el conocimiento que tienen de los problemas. Pero también reconocen algunos elementos negativos, como la acción caritativa, la privatización encubierta o la competencia con la Administración en la prestación de algunos servicios. Se considera necesaria su complementariedad con el sistema público de Servicios Sociales, aunque las relaciones entre el tejido asociativo y las instituciones públicas no son todo lo buenas que se desean. Dos son los problemas más destacados por los entrevistados en cuanto a las asociaciones que trabajan para el logro de la inclusión social en Cantabria: la poca participación de la sociedad en ellas y la fragmentación y escasa coordinación entre toda la red de entidades voluntarias. Volviendo a los aspectos positivos, se destaca la importancia de su trabajo en los ámbitos de la exclusión porque estas organizaciones están en contacto directo con los problemas. Son como los pepitos grillo de la sociedad, la conciencia. Sobre todo se reconoce la labor de las asociaciones más consolidadas, que en muchas ocasiones van por delante de la propia Administración. También se apunta su proximidad local como garantía de su dedicación a resolver los problemas: están en el entorno nuestro y no se pueden permitir el lujo de fallar. Las valoraciones negativas no se dirigen hacia las entidades voluntarias en su conjunto, sino que se subraya que son algunas de las organizaciones del amplio espectro de la iniciativa social. Lo que más critica alguno de los informantes es el concepto de caridad con el que trabajan ciertas organizaciones frente al concepto de derecho que rige el funcionamiento de los Servicios Sociales públicos. Hay algunas asociaciones que no quieren quedarse sin beneficiarios porque si fuera así no podrían seguir realizando su tarea benéfica (aunque para otras su meta final es resolver los problemas de la exclusión y desaparecer). Desde otra perspectiva se critica que se reclamen subvenciones para servicios de los que provee el sector público, lo que puede implicar una privatización latente de la protección social. El universo de las ONG se hace más complejo y determinadas organizaciones adoptan métodos de gestión empresarial. Algunos dirigentes de estas entidades llegan a alcanzar notoriedad pública y un cierto protagonismo porque su presencia en los medios de comunicación es tan habitual como la de los líderes políticos regionales. Las relaciones entre la Administración y las entidades voluntarias no son todo lo buenas que cabría desear y muchos informantes creen que deberían mejorar. En primer lugar, se reconoce que la política influye en el trato que dan las instituciones públicas a determinadas organizaciones

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

157

ya que se favorece más a aquellas que están en sintonía con el partido gobernante en la región. En segundo lugar, a pesar de que las políticas de las administraciones públicas no llegan a atender todos los ámbitos relacionados con la exclusión, no existe un cauce de comunicación adecuado para actuar coordinadamente en la lucha contra la exclusión. XX. «Porque, eh, yo creo que ahí sí que tienen una deuda las administraciones, que es el reconocer que en todo este tiempo, hasta que han empezado ellos a tomar cartas en el asunto, ya digo que en buena parte presionados por la opinión pública, de alguna forma esa función que correspondería a las administraciones públicas, la han estao desempeñando las entidades». (E10) XXI. «Realmente qué trabajo estamos desempeñando. Y ese trabajo, claro, nosotros aspiramos a que lo haga la Administración, estamos cubriendo espacios que no están cubiertos, y estamos invitando a que se cubran espacios que ahora mismo no están cubiertos. Y claro, si no hay un análisis de la realidad, de cómo está ahora mismo la realidad, no pueden cubrir espacios sin ton ni son». (E2) En tercer lugar, la colaboración entre los dos ámbitos se reduce a la concesión de subvenciones. La Administración colabora con los proyectos que hay pero no crea proyectos propios. El reparto de estas ayudas económicas provoca recelo entre las distintas entidades voluntarias y competencia entre ellas por obtener estas subvenciones, que por otra parte son insuficientes porque sólo alcanzan para satisfacer necesidades primarias. Ante los problemas más graves, algunas entidades tienen un “sentimiento de impotencia” porque la gente que logra mejorar su situación es “una gota de agua en el mar”. Por lo que se refiere a la participación social en Cantabria, se reconoce que el tejido asociativo es débil. El voluntariado se considera más una preocupación personal que social, pues eso de invertir tiempo para el prójimo (…) no. La solidaridad vecinal es cada vez menor y hay quien echa de menos un trabajo de desarrollo comunitario en los barrios. El espacio de intervención de la iniciativa social está muy fragmentado, existe escasa coordinación entre las asociaciones y se echan en falta espacios de encuentro, necesarios para impulsar una cultura de la solidaridad. Aunque se reconoce que últimamente se ha avanzado en la coordinación entre algunas de estas organizaciones, sigue habiendo desconfianza y recelo entre ellas ya que no todas persiguen los mismos objetivos.

158

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

XXII. «Desconfiábamos unas de otras. … Si estamos en minusvalía no nos metamos en exclusión social de mujeres, porque a lo mejor estamos invadiendo otro campo y se nos va a echar encima no sé quién… Es decir, es un poco andar con demasiada precaución y demasiado cálculo cuando al final de lo que se trata es de beneficiar al mayor número posible de personas excluidas». (E10) La eficacia de los proyectos se ve mermada por el solapamiento de actuaciones, la duplicación que conlleva la puesta en marcha de actuaciones independientes y descoordinadas y el sobredimensionamiento de muchas asociaciones. Hay ONG que dependen excesivamente de las subvenciones públicas y otras que no tienen presencia en la calle. 3.8. Conclusiones En general, los informantes cualificados tienen unas perspectivas de futuro moderadamente optimistas. Confían en que haya una mayor preocupación política por los problemas de exclusión social ya que se está produciendo un avance en el desarrollo de los derechos de ciudadanía y la sociedad está más concienciada respecto a ella. Sin embargo temen que las opciones laborales sigan siendo limitadas para algunos colectivos de los que se encuentran en situación más vulnerable. El empleo y la vivienda son dos de los factores esenciales para el logro de la inclusión social y para prevenir el descenso en la trayectoria hacia la exclusión. XXIV. «Y en la sociedad, tal y como está hoy día organizada y parece que va a seguir así bastante tiempo, si no tienes un empleo estás ya excluido automáticamente. Es decir, si no tienes una forma de ganarte el sustento, eh…, perteneces ya a un colectivo que… está marginao de la sociedad; ya no tienes una cuenta corriente, no puedes pedir un crédito, no puedes acceder a una vivienda ni a un automóvil, ni puedes casi ganarte la supervivencia diaria». (E10) XXIII. «… Y claro, si no eres funcionario, si no trabajáis los dos en casa, con un mínimo de sueldo y te has metido en un piso… Esos son los futuros pobres que vamos a tener. Más que pobreza, dificultad, que se puede traducir al día de hoy en pobreza». (E1) En la zona interior de la montaña se vislumbran menores oportunidades en el futuro. La población tiende a concentrarse en el litoral y las áreas más alejadas de la costa se irán despoblando. Las opciones laborales en el medio

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

159

rural seguirán siendo escasas ya que no existen muchas alternativas económicas y las posibilidades de que se desarrollen las actividades turísticas en el interior actualmente no están muy claras. XXV. «Va a pasar eso, se despuebla de la gente de allí, pero luego vendrán los turistas en verano, y en invierno el pueblo será fantasma». (E3) Los sectores de población que más preocupan a los entrevistados (personas de edad avanzada, inmigrantes, mujeres, etnia gitana y desempleados mayores) tienen serias dificultades para mejorar su situación. Para las personas mayores las expectativas son pesimistas y será mayor problema que el de la inmigración, porque las situaciones de soledad van en aumento y los recursos para atenderlas resultarán insuficientes. En cuanto a la inmigración, la sociedad cántabra deberá aceptar como un hecho la diversidad cultural. La integración de las personas extranjeras habrá de basarse sobre el respecto a las culturas y a otras formas de pensar aunque la solución a los problemas no puede venir sólo de las instituciones cántabras ya que se trata de un problema global. Las diferencias de género no van a desaparecer. Bastantes hogares monoparentales se constituirán en hogares en riesgo de exclusión o precarios si no se refuerza su protección social. La etnia gitana como colectivo necesita impulso desde dentro para integrarse ya que los esfuerzos realizados hasta el momento no han logrado su objetivo. Los parados de larga duración y edades avanzadas van a tener pocas opciones de incorporarse nuevamente al mercado laboral, por tanto será imprescindible seguir manteniendo, como mínimo, la cobertura de sus necesidades básicas. Las personas entrevistadas se muestran preocupadas por algunas tendencias sociales que se están poniendo de manifiesto. Por ejemplo, el aumento del individualismo y el consumismo, los riesgos sociales que éstas comportan. Por una parte, la escasez de empleos en la región provoca una mayor competencia. El propio trabajo en sí absorbe mucho tiempo a la gente e impone un ritmo de vida estresante que incide negativamente sobre las esferas afectiva y social de los individuos. XXVI. «[…] No estamos pensando en la sociedad que estamos construyendo. Por eso creo que de seguir este esquema, pues podemos caer en la rutina, simplemente, del individualismo; o sea, de competir más y más y darnos más golpes pa llegar primero». (E2) Por otra parte, la sociedad de consumo está creando simultáneamente nuevas necesidades y una mayor frustración entre quienes no pueden satisfacerlas.

160

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

XXVII. «No hay valores y nosotros podemos poner todo de nuestra parte, pero no somos milagreros, ni la administración, ni los profesionales, ni nadie. Porque al final, yo puedo decirle a alguien, le puedo orientar lo mejor del mundo, (…) pero si al que está sentado ahí no le has cubierto las expectativas con las que venía por la puerta, te considerará, primero, que tú no estás a la altura de estar en esa mesa. Y lo segundo, él saldrá pensando que habrá fracasado en su empeño que era venir aquí y conseguir algo» (E9) En este proceso los informantes consideran que los problemas, las trayectorias de exclusión social y la pobreza serán cada vez más complejos y dinámicos. Estarán compuestos por múltiples factores desencadenantes y afectarán a un sector más amplio de la población. XXVIII. «Cuando alguien se cae de la lista, a lo mejor se cae pero por el precipicio, ¿entiendes?, se cae hasta muy al fondo, porque… un poco todo va en cadena, y da la sensación de que eso… si no estás realizando ahora mismo, pues eso, una labor remunerada y estás bien pagado y tienes un sueldo no eres nadie en esta sociedad. Que es un peligro que hay que tener en cuenta. […] Entonces, sí que hay bolsas de pobreza, hay bolsas de exclusión y no tienden a disminuir precisamente. Eso me parece a mí personalmente». (E10) Conclusiones generales • La incidencia de la pobreza y la exclusión social en Cantabria es mínima, pero los informantes cualificados coinciden en señalar un espacio de vulnerabilidad y riesgos sociales de exclusión donde se ubicarían personas y grupos muy heterogéneos de mujeres, jóvenes, mayores, parados, inmigrantes y etnia gitana. • Se da una estrecha relación entre el empleo y la configuración del espacio social de la vulnerabilidad y el riesgo, identificándose la inclusión social con la inserción laboral. No obstante, existen otras fuentes de integración en Cantabria que contribuyen a paliar y contener las situaciones de pobreza: las prestaciones sociales, las redes familiares y las actividades en la economía sumergida. • Los problemas relacionados con la exclusión social se hallan concentrados en los núcleos más poblados de la comunidad autónoma: Bahía de Santander y Torrelavega. La incidencia de la pobreza en el medio rural y en las zonas interiores de la montaña es menor que en el medio urbano y en las áreas costeras.

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

161

• Los factores que dibujan la trama de los procesos de vulnerabilidad y exclusión social son diversos y actúan conjuntamente para dificultar la integración social de las personas en riesgo. Dimensiones como el trabajo, el género, la vivienda, la educación, la salud o los soportes relacionales inciden con distinto ritmo e intensidad en las situaciones de exclusión, interaccionando con el modelo de desarrollo económico, la estructura social y las limitaciones de las políticas sociales. • La evolución de las situaciones de pobreza en Cantabria en los últimos diez años se caracteriza no tanto por su incremento cuantitativo, como por una mayor complejidad de los procesos que las constituyen. El desarrollo reciente de prestaciones públicas y de la red de servicios sociales ha contribuido decisivamente a evitar el empeoramiento de los problemas de quienes estaban inmersos en la pobreza más tradicional. Sin embargo, lo que la malla de protección social cántabra no ha podido contener es el incremento de la vulnerabilidad y la precariedad y un rebrote de la pobreza intensa debido a la llegada de inmigrantes. • La tipología de los procesos de exclusión social construida a través de los discursos de personas entrevistadas en calidad de informantes cualificados confirma la importancia que tiene el espacio de la vulnerabilidad y la precariedad. La mayoría de los perfiles y grupos mencionados estaría dentro de un amplio espacio de precariedad social constituido a partir de la heterogeneidad de los riesgos. El espacio de la pobreza intensa quedaría limitado a grupos que tradicionalmente se han situado en la marginación y a ellos se une un contingente de extranjeros en busca de empleo. • El impulso político que ha recibido la atención social pública en estos últimos años ha sido muy importante pero es apreciado por los entrevistados como insuficiente. Sus limitaciones más evidentes serían la baja intensidad protectora de las ayudas económicas y la falta de planificación y coordinación de todas las políticas sociales regionales, incluyendo medidas más selectivas para los colectivos con mayores riesgos de exclusión. Las entidades voluntarias y ONG han desempeñado un papel muy importante en la atención de las necesidades sociales, pero su intervención se halla descoordinada y fragmentada. No existe, por otra parte, el nivel deseable de colaboración y complementariedad entre las instituciones públicas y las asociaciones.



CAPÍTULO 4 ANÁLISIS DE LAS TRAYECTORIAS VITALES En este apartado se justifica el uso del método biográfico como la técnica más adecuada para la investigación de las trayectorias de exclusión y, posteriormente, se analizan dichas trayectorias. 4.1. El uso del método biográfico en el estudio de la exclusión social Los relatos biográficos1elaborados en el marco de la investigación proporcionan el material necesario para reconstruir las trayectorias vitales de ciudadanos que se encuentran en situaciones de exclusión o de vulnerabilidad. También permiten el análisis de los procesos por los que las personas derivan hacia situaciones de exclusión y la incidencia de los factores que las causan o agravan, así como las interacciones o influencias recíprocas que se producen entre ellos.



1

A partir de ahora nos referiremos a historia de vida o relato biográfico indistintamente.

164

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Los relatos permiten la conexión de la biografía personal de los individuos con acontecimientos históricos, con los elementos de la estructura social y con el marco institucional del que forman parte. De este modo, proporcionan información sobre el efecto que ha tenido el cambio social producido en las últimas décadas sobre las condiciones de vida de los ciudadanos, sobre sus relaciones con el entorno y el modo en que las han experimentado. Los relatos también permiten identificar las estrategias que han adoptado los entrevistados frente a nuevas situaciones y ofrecen la posibilidad de valorar procesos que se hayan producido en el ámbito familiar. El método biográfico se manifiesta particularmente interesante para estudiar la exclusión porque proporciona las claves interpretativas de su incidencia y de su desarrollo al hacer posible la observación del protagonista. Pero quizás el aspecto más interesante sea que la biografía permite observar la plasmación de las estructuras sociales en el ámbito privado. Todas las instituciones del ámbito publico se giran hacia el privado manifestándose en muchas ocasiones como un conflicto (Beck, 1998). Por ejemplo, los conflictos que se producen en el ámbito privado en relación con el reparto de tareas domésticas y de las tareas reproductivas no son más que el reflejo de la organización social patriarcal y de la división sexual del trabajo que han generado un conflicto social entre el hogar y el mercado de trabajo y un conflicto de roles en los individuos. Una última cuestión de la que nos informan los relatos biográficos es del papel que juega el entorno familiar, por un lado, y los servicios sociales, por otro, como mecanismos de inclusión. Tratándose de personas que se encuentran en situaciones de exclusión en la mayoría de los casos, los relatos vitales están referidos a procesos en los que los servicios sociales no han logrado evitar el proceso o se han mostrado insuficientes. El análisis permite la identificación de déficit en la gestión y en los recursos, si existiese. También permite conocer la relación entre las buenas prácticas desarrolladas por instituciones públicas y privadas y los resultados de la intervención. No obstante, el relato biográfico presenta una limitación que hay que tener presente en el análisis, a saber, que la información que proporciona se produce bajo la influencia de dos filtros: el del recuerdo y el de la subjetividad, por tanto no es completamente objetiva. Estamos hablando de relatos retrospectivos en los que los entrevistados seleccionan algunos hechos o acontecimientos de su biografía para ofrecer al entrevistador una versión socialmente aceptable de su situación (deseabilidad social). En este sentido, no es fácil determinar el grado de fiabilidad de la información aportada por los entrevistados y es probable que los relatos contengan lagunas y sesgos, porque el individuo eleva las elaboraciones subjetivas al grado de categoría objetiva. Vive sus creencias como certezas, como hechos objetivos aunque no lo sean y finalmente actúan de acuerdo con ellas, con independencia de su veracidad. Para incrementar la validez y la fiabilidad del relato existen tres procedi-

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

165

mientos de control. El primero es proporcionar al entrevistador la formación específica y la habilidad para detectar contradicciones, huecos o declaraciones poco fiables y para pedir explicaciones adicionales en aquellos aspectos más oscuros o dudosos del relato. Asimismo, para incrementar el control de calidad de los datos se pueden plantear en varias ocasiones aquellos aspectos que puedan ser interpretables o imprecisos, incoherentes y sobre los que se tenga una menor certidumbre. El segundo es la reiteración de esas cuestiones en los contactos posteriores a la primera entrevista y ponerla en relación con la información contextual. La tercera es contrastar la información obtenida del propio sujeto con la suministrada por personas cercanas a su entorno a través de entrevistas cruzadas si fuese posible. 4.2. Trayectorias de exclusión Este apartado tiene como objetivo analizar los relatos autobiográficos producidos por personas que responden a los perfiles de vulnerabilidad y exclusión construidos a partir de los discursos de los informantes cualificados. El análisis permite elaborar una serie de conclusiones sobre la pobreza y la exclusión en Cantabria, aunque debemos ser cautelosos en cuanto a su generalización puesto que la información procede del uso de técnicas cualitativas. A continuación se ofrecen los resultados de un análisis transversal de los relatos biográficos articulados en torno a tres ejes: tipos de trayectorias de exclusión, los factores que inciden en las mismas y papel que los servicios sociales desempeñan en este proceso. 4.2.1 Tipos de trayectorias Entre los casos estudiados que responden a los perfiles teóricos, se observa que existe una diferencia en las trayectorias típicas en función de su extensión temporal. Son trayectorias largas y cortas. Veamos cómo se concretan. 1.º- Las trayectorias largas son aquellas en las que los problemas aparecieron al menos cinco años antes del momento en el que se realizó la entrevista. No todas las trayectorias largas tienen una dirección idéntica. Entre ellas hay diferencias determinadas de nuevo por su menor o mayor extensión y por su evolución a lo largo del tiempo. Las diferencias más significativas entre ellas son los problemas que las determinan, su cronificación y las estrategias personales adoptadas para remontarlas. Cuando las trayectorias superan los cinco años de duración comienzan a consolidarse y las estrategias de salida se

166

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

abandonan como resultado de la desmotivación y la frustración de los individuos. Las trayectorias largas son heterogéneas. Entre ellas de trayectorias heredadas, es decir, aquellas en las que la situación deriva directamente de características o problemáticas de la familia de origen y trayectorias personales, en las que el factor fundamental hay que buscarlo en acontecimientos o circunstancias de la propia biografía de la persona. La mayoría de los casos estudiados de trayectorias largas corresponden al primer tipo, trayectorias heredadas que provienen del círculo de la pobreza: generalmente hay una causa familiar más o menos fundamental que determina la trayectoria posterior de los miembros del hogar. La influencia de los factores familiares en el contexto de la exclusión es tan importante que en muchas trayectorias, no determinadas directamente por factores relacionados con la familia de origen, el papel que esta adopta en el momento de producirse influye decisivamente sobre la evolución de la trayectoria. Se han distinguido diferentes tipos:

Trayectorias descendentes que se caracterizan por un progresivo deterioro de las condiciones de vida y un agravamiento paulatino de los problemas sociales, familiares y/o personales.



Trayectorias con altibajos. Son trayectorias que muestran periodos de recuperación seguidos de recaídas motivadas por acontecimientos adversos y diferentes.



Trayectorias ascendentes o de recuperación. Son trayectorias en las que se parte de una situación de exclusión o de vulnerabilidad relativamente grave de la que se logra salir paulatinamente, aunque no se logra permanecer en la zona de inclusión.



Trayectorias en “U”. Son aquellas en las que tras una caída en la exclusión prolongada y severa, se produce una recuperación apreciable que permite el ascenso y la permanencia en una zona de vulnerabilidad moderada (se trata de una fase descendente seguida de otra ascendente).

2.º- Las trayectorias cortas son las que tienen una duración menor de cinco años y entre ellas también se pueden identificar dos tipos. Las primeras se caracterizan por la juventud de las personas que las recorren, que suelen tener problemas de origen reciente. Las segundas están recorridas por personas con más edad y están originadas por problemas sobrevenidos con diferentes niveles de gravedad incidiendo sobre una situación de plena integración social (pérdida repentina de

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

167

empleo estable, prejubilación inesperada, accidentes laborales, etc.) y ha determinado un primer descenso a la zona de vulnerabilidad y en menor medida a la de exclusión. Estas trayectorias cortas son características de los nuevos tipos de pobreza2. En los casos estudiados, el trayecto recorrido ha supuesto un paso desde la integración a la vulnerabilidad, pero no ha derivado hacia la zona de exclusión, al menos todavía. Las trayectorias cortas suelen ser más reversibles porque los problemas no están completamente consolidados y aún quedan estrategias por explorar. Las trayectorias cortas son, en este sentido, más reversibles, lo que no significa lógicamente que todas las trayectorias largas sean necesariamente irreversibles A continuación se muestra un esquema que recoge los tipos de trayectorias que se han definido. TIPOS DE TRAYECTORIAS Según la extensión

Según la evolución

Trayectorias cortas

Trayectorias descendentes

Problemas sobrevenidos

Trayectorias con altibajos

Problemas que afectan a personas jóvenes

Trayectorias ascendentes Trayectorias en U

Trayectorias largas Problemas prolongados en el tiempo Problemas heredados (generalmente provienen del círculo de la pobreza) Problemas de carácter personal Fuente: transcripciones de los relatos autobiográficos. Estudio de IESA sobre Pobreza y exclusión social en Cantabria, 2005.

2 Pobreza generada por las transformaciones políticas, sociales y económicas en el contexto social actual. Afecta a diferentes colectivos que no tienen relación con el mercado de trabajo o sus relaciones son frágiles. Algunas tesis apuntan a la nueva pobreza como un estadio de una evolución más que como a un tipo concreto. La idea es que los “nuevos pobres” lo son de manera transitoria; generalmente se recuperan del primer descenso y ascienden nuevamente a la inclusión. Los que no lo consiguen en un espacio de tiempo breve descienden y pasan a formar parte del círculo de la pobreza.

168

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

4.2.2 Factores que inciden en las trayectorias En una aproximación global a los relatos biográficos se han diferenciado dos tipos de trayectorias, atendiendo a los factores de origen y a la incidencia que han tenido sobre las mismas. a) El primer tipo incluye casos unifactoriales. En sentido estricto estos casos no existen porque, como ya se ha dicho en diferentes momentos, un único factor no genera una trayectoria de exclusión por sí solo. Sin embargo, hay trayectorias en cuyo origen se ha identificado un factor con más peso específico que los demás, que es especialmente relevante y que se interrelaciona con otros factores concomitantes que tienen una importancia secundaria. Aun con esta formulación amplia, los casos unifactoriales son los menos frecuentes entre las trayectorias analizadas. b) El segundo tipo incluye casos multifactoriales. En el origen de las trayectorias confluyen varios factores interrelacionados. Estas son las más frecuentes. En los casos analizados hay factores de diversa índole que se retroalimentan sin que uno de ellos pueda ser identificado por sí solo como el problema principal o causal. Otros estudios sobre exclusión también concluyen que los mismos problemas se manifiestan en diferentes ámbitos y en relación con otros, aunque con distinta intensidad. Por ejemplo, la discapacidad puede abordarse como un problema sociosanitario, como un problema de naturaleza relacional o bien como un factor de exclusión laboral. Todos ellos afectan a personas con discapacidad aunque no siempre lo hagan en el mismo grado. En definitiva, los problemas relacionados con la exclusión social son a la vez causa y efecto de las desigualdades sociales y operan en varias esferas de la actividad social como son: la esfera laboral-mercantil, la esfera o dimensión privada o familiar, la relacional (acciones supraindividuales que canalizan intereses a través de participación formal e informal), la institucional (el papel de los Servicios Sociales), cultural y sociosanitaria. La acumulación de problemas más o menos graves en ellas propicia su cristalización como espacios de exclusión. En todas ellas, la pobreza económica, el género y la etnia operan como elementos coadyuvantes. a) Factores que se manifiestan en la dimensión laboral-mercantil En esta dimensión nos vamos a referir a las actividades que se desarrollan en el espacio productivo y que se consideran empleo, con independencia de su grado de formalización. De ahí que el trabajo doméstico no remunerado se aborde posteriormente en otra dimensión.

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

169

La importancia del empleo y del ámbito en el que se desarrolla no reside únicamente en su condición de proveedor de ingresos para afrontar necesidades. El trabajo es también un valor relacional y fuente de sociabilidad, en tanto que actúa como mecanismo de regulación de las relaciones sociales. En el análisis de los procesos de exclusión manifestados en este ámbito es preciso distinguir dos espacios diferentes que se manifiestan con claridad en los relatos biográficos: 1º.- El primero es un espacio en el que la vulnerabilidad y la exclusión social están generadas, más bien sostenidas en el tiempo, por las condiciones de empleabilidad de los individuos, es decir, por la probabilidad objetiva que tienen de integrarse en el mercado de trabajo con sus activos actuales, que pueden ser de tipo formativo, relativos a su capacitación profesional, a la disposición de habilidades sociales u otras. La condición de empleabilidad no se mantiene constante a lo largo de toda la vida laboral, de hecho existe una relación inversa entre edad y empleabilidad, a saber, cuanto mayor se es menor es la probabilidad de encontrar trabajo con los activos de los que se dispone. «Si no es por los trabajos que he hecho en la discoteca, de camarero, temporal, dos meses, sales, entras; si no es en trabajos por obras sociales, para el beneficio del común, para los ayuntamientos y cosas así pa personas como yo (…) a ciertas edades es muy complicao. Ya no es que sepas, que tengas igual cuarenta másteres, seas ingeniero industrial, seas, eh, un superdotao. Si tienes cuarenta y tantos años, no» (Nacho). Junto con las condiciones objetivas, la vivencia continuada del desempleo (en el caso de los desempleados de larga duración) y las dificultades permanentes para encontrar otro (en el caso de los desempleados de manera sobrevenida3que aún buscan empleo) tienen una influencia tremendamente negativa sobre las expectativas y la autoestima del individuo. Generalmente se producen situaciones de desorientación personal y profesional que se retroalimentan con la situación inicial. «Pues mi estado de salud era bueno hasta esto que me dio una pequeña depresión y estos líos, y estoy en ese tratamiento pero vamos pienso que es algo (…) pasajero hasta que encuentre trabajo» (Jorge).



3

Sobrevenidos: pérdida repentina de empleo estable no esperada.

170

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

2º.- El segundo espacio es el que está determinado por la precariedad económica y por las malas condiciones de trabajo. En este caso las crisis del empleo y la desregulación de los mercados de trabajo han generado perfiles que tienen escasas probabilidades de encontrar empleo. Las dificultades existen tanto en la búsqueda del primer empleo (los principales afectados son jóvenes sin cualificación adecuada) como en la búsqueda de otro, en caso de estar en paro. Asimismo, en los estudios de caso se han detectado otras situaciones que son intermedias entre el desempleo y el empleo de calidad que pueden originar situaciones de exclusión o cuanto menos de vulnerabilidad continuada. Nos estamos refiriendo a los subempleos, empleos que ofrecen malas condiciones de trabajo, bajos salarios410, inseguridad, etcétera. «[…] Pues me dedico un poco al… Al mercadillo. Es un poco más mi fuerte, aunque además de mercadillo, pues me dedico a otras cosas. A veces hago… Restos de chatarra compramos por ahí, en fin, que hay diversos negocios en nuestra vida cotidiana, porque el mercado no es una cosa muy fija tampoco y no hay un beneficio muy… Muy constante» (Alberto). También en la órbita del mercado, aparecen otros casos que pueden ser fuente de exclusión y vulnerabilidad como es el caso particular de los prejubilados. En principio, su situación no tiene por qué conducir a la franja de vulnerabilidad; sin embargo, el cambio de escenario social y el desajuste de roles que provoca el fin de la actividad laboral provocan de hecho situaciones de pobreza económica, adicciones y desestructuraciones familiares tardías. En Cantabria existen varios perfiles de prejubilados: desde los integrados participativos que tienen un discurso elaborado e institucionalizado de su situación hasta los prejubilados que la ocultan. En cuanto a estos últimos, en lo que se refiere a su situación económica, se sitúan por encima del umbral de la pobreza en términos generales. Los problemas que afrontan están causados más bien por la pérdida de su rol social y por su escasa capacidad de adaptación a su situación. Por ello sufren procesos de desestructuración familiar tardía e inicio en adicciones (que se viven en el ámbito privado) que acarrean aislamiento social.

4 La subsalarización supone la insuficiencia de los ingresos y la incertidumbre sobre la continuidad de su percepción.

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

171

«… Pero yo mismo me he dado cuenta que me he vuelto más estricto…, con las cosas. A mí me dice mi mujer algo: no sé qué… (Con tono de enfado) si no habéis trabajado en vuestra vida… Pues igual que tú, ¿cómo estás tú ahora? Claro, te lo echa en cara. Tú en todos los bares, ¿qué haces? Son situaciones…, no son situaciones agradables, o sea…» (Fernando). Para finalizar, podemos decir que son muchas las circunstancias relacionadas con el espacio mercantil que inciden en el complejo mapa de la vulnerabilidad y la exclusión y que todas ellas suelen estar interrelacionadas. Las que se manifiestan con más intensidad en los estudios de caso son: a) Ausencia de actividad laboral remunerada. b) Empleabilidad insuficiente. c) Relaciones frágiles con el mercado de trabajo. d) Desarrollo del empleo en condiciones de precariedad e inestabilidad. b) Factores que se manifiestan en la dimensión privada, familiar El ámbito familiar es el entorno en el que se desarrolla una forma de trabajo que es el resultado de la acumulación de varios procesos históricos como son el patriarcado y la división sexual del trabajo. Ambos procesos han asignado a las mujeres el espacio privado para el desarrollo de tareas relacionadas con la reproducción y el cuidado, mientras que al hombre se lo ha relacionado directamente con el ámbito mercantil y extradoméstico basándose en unas capacidades hipotéticamente superiores a las de las mujeres para desarrollar dichas tareas. Tanto las tareas mercantiles como las de cuidado son actividades económicas. Sin embargo, la reducción del trabajo al empleo ha condicionado este carácter y ha generado desigualdades entre ambas esferas en lo que se refiere a tipos de trabajo y acceso a los recursos (control de los ingresos). Partiendo de esta situación, en los estudios de caso el entorno familiar se perfila como un espacio generador de exclusión. Estos problemas se manifiestan muy intensamente en las trayectorias largas y en las trayectorias heredadas. En estos casos la situación individual suele ser la prolongación de una problemática previa manifestada en la familia de origen. Es el caso, por ejemplo, de las personas que han crecido en un entorno de importantes carencias materiales y/o afectivas (chabolismo, mendicidad, familias itinerantes de etnia gitana). Los casos en los que se ha producido maltrato en la infancia son un ejemplo extremo de la influencia negativa del entorno familiar.

172

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

«En el cole intentaba trabajar, pero me agobiaban tanto, sobre todo ya te digo mi madre que no me apetecía ni volver a casa. […] Me parece que no me lo merecía, porque yo era una chica muy joven entonces, tenía 14 años, y no era para pegarme esas palizas que me pegaba, lo que pasa que en ese momento pues te parece que... como que te lo mereces» (Lidia). Los problemas educativos son, asimismo, un elemento que se gesta y reproduce en el ámbito familiar. De este modo, la falta de atención a las necesidades educativas y formativas de niños de etnias con problemas de integración o de niños con necesidades educativas especiales (algunas personas con discapacidad) es uno de los factores que dificulta un aprendizaje de calidad y una posterior integración en el mercado de trabajo. Por otra parte, la influencia que tiene la familia en la función cognitiva es determinante. En las trayectorias heredadas la familia actúa como un agente socializador exclusógeno porque modula las realidades individuales al transmitir a sus miembros valores y actitudes propias del círculo de la pobreza. La ausencia de familia es otro caso en el que se pone de manifiesto la importancia que tienen las redes de apoyo. La carencia de relaciones significativas agrava las situaciones de vulnerabilidad cuando se combina con situaciones de dependencia por edad o por salud. En estos casos la intervención de los servicios sociales, a través de la prestación básica que regula las ayudas a domicilio, suele tener resultados positivos en lo que se refiere a atención a la dependencia. El vínculo social tejido por las relaciones vecinales o de amistad es un ingrediente que mejora las condiciones de vida de los ciudadanos. «Tengo una chica que viene todos los días de asistencia social, porque al darme la trombosis […] Un momento de vida, de poder hablar con alguien» (Diana).

c) Factores que se manifiestan en la esfera relacional Las relaciones familiares y las comunitarias son uno de los pilares de la inclusión social, junto al empleo y a las instituciones. La importancia de la familia se evidencia en la responsabilidad que ha asumido (en particular las personas femeninas del hogar) en la provisión de servicios y recursos de bienestar. En cuanto a las relaciones comunitarias (relaciones con amigos, vecinos, etcétera), también persiguen objetivos y procuran mantener sus intereses, aunque la clave para que éstas se sostengan es la reciprocidad de actuaciones y no tanto el logro de los intereses del grupo. La importancia de estas relaciones es tanta, que algunos autores sostienen que un espacio comunitario sólida-

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

173

mente articulado genera cohesión social e impide rupturas sociales incluso en ausencia de políticas públicas. En los casos analizados el papel de las relaciones sociales, tanto familiares como comunitarias, han mostrado un doble aspecto: uno que tiene efectos excluyentes y otro con un potencial inclusivo importante que ha mostrado su capacidad para mantener a los afectados en los límites de la vulnerabilidad evitando el descenso a la exclusión. «Cuando he tenido problemas han sido ellos los que me han ayudado. Y mis hermanas. Somos una familia muy unida. (…) El colegio de la niña lo paga mi hermana y con la casa me ayudan mis padres» (Ana). Estas relaciones ofrecen sociabilidad, lo que significa identidad y el reconocimiento de los demás. Cuando se está privado de estas relaciones, las situaciones de exclusión que puedan producirse en otras dimensiones, por ejemplo en la de empleo, se agravan. La sensación de aislamiento y la ausencia de redes pueden convertirse en un obstáculo objetivo para acceder a recursos y a espacios de integración. Esto les puede ocurrir, por ejemplo, a las personas ancianas que viven solas, a personas discapacitadas o a las madres solas con responsabilidades familiares no compartidas que no cuenten con apoyo externo. Personas que pertenecen a una minoría étnica (gitanos), inmigrantes o personas con toxicomanías, también han visto agravada o acelerada su trayectoria dentro de la vulnerabilidad o desde esta hacia la exclusión por la deficiente calidad de sus relaciones con el contexto social. En los relatos, estas relaciones aparecen mediatizadas por creencias estereotipadas y por actitudes discriminatorias que provocan rechazo social hacia el individuo por formar parte de grupo o de una cultura determinadas. Estas actitudes se refuerzan y se retroalimentan con la situación de partida cuando se parte de la vulnerabilidad. «Prefiero estar aquí, no siempre, porque hay cosas que te llaman, claro... hay un círculo que no tenemos aquí, los amigos, la familia…» (María) d) Factores relacionados con la situación sociosanitaria Con “factores sociosanitarios” nos queremos referir a las situaciones mixtas que se sitúan entre el espacio social y el sanitario. Son aquellas que afectan al estado de salud y a su relación con las condiciones de vida y de trabajo, siendo particularmente graves los casos en los que es difícil el acceso a los recursos.

174

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

En el análisis de los casos el peso de los factores sociosanitarios incide en dos grados diferentes en función de la trayectoria analizada: 1º.- En un caso se comportan como factores desencadenantes de las situaciones de vulnerabilidad o exclusión. Posteriormente aparecerán otros problemas asociados a ellos cuando la situación esté plenamente definida. Los grupos más afectados son los de personas que sufren adicciones, personas dependientes o personas con problemas crónicos de salud. En este grupo podría incluirse otro caso específico: se trata de personas que aun teniendo un problema de discapacidad con importancia suficiente para impedirle una integración social plena, no alcanzan la situación mínima para ser valorados como discapacitados. La valoración por sí sola les permitiría el acceso a recursos sociales específicos; sin embargo, en estas circunstancias, ven limitada la posibilidad de ejercer sus derechos de ciudadanía. 2º.- En otro caso, actúan como factores que agravan o empeoran situaciones relacionadas de vulnerabilidad y exclusión en las que no son causa, sino uno de sus efectos y contribuyen a su agravamiento. La existencia de estos problemas se asocia con dificultades para la inclusión en el mercado de trabajo y con una alta probabilidad de ser expulsado del mismo, dependiendo de la situación de partida que tenga el individuo. Las consecuencias también son diferentes, pero pueden generar dependencia económica e incluso personal. «... Es diferente un minusválido que por desgracia nace minusválido desde su niñez a ese minusválido que a los 35 años le ha venido una minusvalía […] El minusválido que acaba de accidentarse ha tenido la oportunidad de trabajar […] ha podido cotizar y entonces recibe una gran pensión mejor que aquel minusválido que no ha podido cotizar […] No le han dado la oportunidad de nada, no le dan oportunidades en ningún sitio» (Antonio). Un ejemplo paradigmático en esta dimensión es el de las adicciones. En estas situaciones se aprecia una conjunción de hechos concatenados. Cuando el origen está en la adicción, el comienzo de la trayectoria se puede situar en el eje de la salud. En su progresión se ven afectados otros como pueden ser el empleo, las relaciones sociales, el entorno familiar o la situación legal, hasta descender a la exclusión. Naturalmente, la intervención social en estos casos es muy compleja porque requiere de muchos recursos simultánea y coordinadamente.

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

175

«Pero entiendo perfectamente, porque el alcohol hace… no ser él mismo, eres otra persona. […] Y mi madre se daba cuenta, ¿no?, pero el que no me daba cuenta era yo. […] Hasta que se cansaron y dijeron: contigo es imposible. […] Mi hermana pasa de mí, pues yo lo tengo que aceptar, no hay más. La vida es así… la vida, así me la busqué yo» (Pepe).

e) Factores relacionados con la vivienda En los casos analizados su incidencia sobre las situaciones de exclusión es directa. El hecho de no disponer de vivienda o disponer de una vivienda cuyo estado de conservación y habitabilidad sea deficiente supone, además de lo que esta situación representa por sí sola, una dificultad añadida en el acceso a otros recursos de bienestar, incluso a los servicios sociales en ocasiones. Situaciones como rechazo social, dificultades para acceder y mantener un empleo, problemas de salud asociados o la imposibilidad de beneficiarse de programas comunitarios, son algunos de los perjuicios ocasionados o agravados por los problemas de vivienda. Al igual que otros elementos relacionados con la exclusión social, la vivienda puede actuar a la vez como un elemento generador y/o como resultado de una trayectoria de vulnerabilidad, que nuevamente dificulta el acceso a los recursos, cerrando así el círculo de la exclusión. De hecho, las intervenciones que tienen como objetivo la inclusión o la integración de los individuos y las familias suelen exigir o facilitar (en función de la casuística) el acceso a una vivienda con las condiciones de habitabilidad estándar como inicio del proceso. Los programas de realojo tienen como objetivo, entre otros, facilitar una vivienda digna a familias que carecen de ella o están alojados en infraviviendas y, así, erradicar prácticas y hábitos propios de la cultura de la pobreza, en el caso de poblaciones chabolistas y de transeúntes. En los relatos biográficos se han analizado las situaciones de personas realojadas que provenían de una situación de exclusión en la dimensión de vivienda y de un grado de vulnerabilidad elevado en las otras. La conclusión fundamental es que, si bien en ocasiones es costoso consolidar la situación que ofrece el realojo (conflicto personal, alejamiento familiar e inadaptación al medio) cuando se logra, es posible iniciar el ascenso hacia la inclusión. Las posibilidades de realojo que ofrecen los programas son dos. La primera consiste en ubicar familias en viviendas de realojados de manera individual. En cuanto a la provisión de vivienda, la política puede considerarse exitosa pues mejora considerablemente las condiciones de vida de la población. Sin embargo, el efecto no querido de esta opción es la ruptura de lazos comunitarios, pautas culturales y hábitos de vida que se produce en los realojados,

176

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

provocando con ello una ruptura de los vínculos con su entorno social y, en consecuencia, asilamiento y privación de redes de apoyo social. «Somos muchísimos, y antes más porque era ya te digo, en el barrio, que eran casucas viejas como chabolas, y vivían todos apegaos. (…) Nos están sacando a vivienda. (…) pues donde te salga piso o la casa o lo que sea. (…)Yo porque he tenido suerte que me ha salido. En el piso que estaba antes tenía que coger el autobús para venir a ver a mi madre» (Carolina). La segunda supone abordar las situaciones de realojo en su dimensión colectiva. Al igual que en la opción individual, se puede considerar que la política obtiene éxitos objetivos; sin embargo, entre sus efectos se encuentran también algunos no queridos. El riesgo de que se reproduzcan actitudes que dificultan la integración social se incrementa. Asimismo se produce el rechazo de las comunidades en las que se produce el realojo. En unos casos las dificultades se derivan efectivamente de las diferencias originadas por la convivencia, mientras que en otros estas dificultades están mediatizadas por estereotipos sociales de diversa índole. «Cuando el pueblo portugués empezó a cambiar, entonces, al poco tiempo vinieron otras familias que no son portugueses; entonces, ya, había alguien que se podía meter con las personas y empezaron el pueblo a pedir firmas para tirarnos este mismo poblado» (Joaquín). La infravivienda y la carencia de vivienda no son las únicas situaciones que determinan la vulnerabilidad o la exclusión en esta dimensión. De hecho, cada vez es más frecuente en los entornos urbanos una situación que afecta fundamentalmente a personas dependientes, ya sean ancianos o personas con discapacidad, que es la inadecuación de la vivienda y del entorno de la misma a las personas que la habitan. Las barreras arquitectónicas y las necesidades especiales que puedan tener estas personas fortalecen su situación de dependencia y aislamiento, dificultando el acceso a los recursos y generando un déficit de ciudadanía elevado. No en vano, se considera a estas personas como “prisioneros en sus viviendas”. «No quiero una residencia, yo lo que quiero… Tener los mismos derechos que cualquier ser humano: una vivienda de protección y empezar a moverme por la calle como cualquier otra persona. […] una vivienda que tenga las cualidades perfectas pues para vivir una persona minusválida» (Marcos).

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

177

f ) El género como factor transversal El género puede considerarse como una variable transversal a las situaciones de exclusión. En los estudios de caso aparece muy vinculado al entorno doméstico y a la vulnerabilidad de la posición que las mujeres ocupan en el mercado de trabajo. Estos dos factores se retroalimentan de modo que la dedicación al ámbito reproductivo asentado en la ética del cuidado (Kymlicka, 1995) y en la división sexual del trabajo, impide que las mujeres puedan invertir en cualificación profesional, por lo que sus posibilidades de acceder a empleos de calidad y de desarrollarlos satisfactoriamente y su incorporación plena al ámbito público disminuyen. Cuando las mujeres logran incorporarse al mercado de trabajo, afrontan las dificultades de compatibilizar empleo con cuidado y organización familiar, hechos que pueden provocar la vuelta al entorno familiar y desembocar en situaciones de pobreza individual. «Cuando acabé la escuela taller no tenía derecho a paro, no tenía derecho a ayuda familiar, estábamos todos en el paro aquí en casa, ninguno trabajábamos» (Manuela). En lo que se refiere a la exclusión, la secuencia más frecuente suele ser la siguiente: partida de una situación de vulnerabilidad o exclusión laboral en la juventud previa al matrimonio (o a la convivencia) y a los hijos. Fracaso matrimonial y necesidad de retornar o ingresar en el mercado de trabajo, aunque en condiciones muy precarias. En este momento la intervención de los servicios sociales y el apoyo de la red familiar se hacen imprescindibles para evitar el descenso a la zona de exclusión. Otros casos analizados han puesto de manifiesto situaciones que son una consecuencia de la posición histórica de las mujeres como sujeto y de sus países de procedencia, como es el caso de las mujeres inmigrantes y de las mujeres inmigrantes prostituidas. Ambos casos comparten la circunstancia de proceder de sociedades precarizadas y el objetivo de integrarse en el mercado de trabajo cántabro. Pero las diferencias entre ambos también son considerables: 1º.- En el primer caso, el hecho de contar con apoyo familiar (económicamente vulnerable) y con conocimiento y recursos de las instituciones de bienestar cántabras, ha propiciado una trayectoria ascendente hacia la inclusión desde la vulnerabilidad. 2º.- En el otro caso, el ejercicio de la prostitución y el aislamiento han provocado un estancamiento de la trayectoria en la frontera de la vulnerabilidad con la exclusión.

178

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

La dependencia de personas del entorno familiar es un problema que genera vulnerabilidad y exclusión, no sólo en la persona dependiente, sino también en la persona cuidadora, que suele ser mujer y que se convierte, sin serlo, en una persona discapacitada de segundo orden (Serrano, Navarro y García, 2004) por la imposibilidad de ejercer sus derechos de ciudadanía. En el caso de las personas dependientes, el género interactúa con la discapacidad produciendo una doble discriminación en las mujeres, por género y por discapacidad. Esta situación se genera por la protección (control) excesiva del entorno familiar y por la creencia (generada por la interiorización de roles patriarcales de género) en que la discapacitada no puede desarrollar sus tareas en el ámbito productivo y tampoco en el reproductivo, por lo cual queda privada de todo tipo de rol social y familiar, deja de ser sujeto activo. Las situaciones monofiales son también una consecuencia de la división sexual del trabajo y en consecuencia su protagonista es femenina. Se trata de mujeres que han llegado a la madurez con la tarea de cuidar a sus familiares mayores. No se han incorporado al trabajo en su juventud y no han formado su propia unidad familiar, sin embargo, se han especializado en las tareas de cuidado personal. Al fallecer los mayores de los que depende tanto económica como afectivamente (la soledad suele producirse en entornos urbanos), el horizonte suele pasar por la institucionalización o por la dependencia de los servicios sociales. «… Lo hemos hecho mi madre y yo todo, allí no ha entrado nadie, para nada...había que hacerle todo, bañarle, levantarle, vestirle... (…) y después que ha muerto mi padre cómo se ha notao, ¡cómo se ha notao!. Se ha notao en el sentido monetario, en lo otro, pues sí, le echamos en falta, eh. Ahora, los últimos 5 años, han sido... dios mío qué enfermedades, ¡qué enfermedades!, las personas que están cuidando esos enfermos» (Raquel). Lo que subyace a todas estas situaciones, el elemento vertebrador de todas ellas, es la desigualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, que se agudiza y a la vez produce situaciones de vulnerabilidad y exclusión social. Esta desigualdad está sostenida por factores de tipo social como la desigual posición de partida entre unos y otras y sostenida por la interiorización de los valores de género, que orienta a las mujeres a la aceptación y la reproducción de dichos roles.

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

179

FACTORES QUE INCIDEN EN LAS TRAYECTORIAS DE VULNERABILIDAD Y EXCLUSIÓN FACTOR

Familiar

Cultural

Laboral

Social

Incidencia negativa • Problemas heredados: escasez de recursos en la familia de origen • Relaciones familiares conflictivas • Desatención o atención inadecuada a problemas específicos por parte de la familia • Sobreprotección como causante de incapacidad aprendida para afrontar los problemas • Cultura de la pobreza: escasa valoración de los estudios; cultura patriarcal, etc. • Incomprensiones culturales • Ausencia de recursos económicos y autonomía personal • Ausencia de desarrollo personal • Formación y actitud de búsqueda como factores que determinan las posibilidades de inserción laboral • Discriminación por razones sociales

• Problemas de salud con consecuencias sociales y laborales (adicciones, discapacidades...) • Desigualdades en el acceso a los recurSociosanitario sos sanitarios • Otros problemas de salud derivados del deterioro anímico provocado por los problemas y dificultades • Vivienda como recurso personal y familiar básico: carencia de vivienda o malas condiciones de la misma como factor de exclusión, dificultad de acceso De vivienda a recursos públicos, inestabilidad personal y social, etc. • Discriminaciones sociales por razones de vivienda: chabolismo e infravivienda • En algunos contextos, la condición de mujer es agravante más que causante de situaciones de pobreza o exclusión. • Papel social subordinado asignado por De género la organización “patriarcal” de la sociedad • Interiorización del rol de cuidadora de personas dependientes: limitación de posibilidades laborales, autonomía personal, etc.

Incidencia positiva • Apoyo material • Ayudas que permiten superar situaciones graves • Apoyo afectivo

• Recursos culturales para afrontar y superar situaciones dificultosas • Desarrollo personal y social • Autonomía económica • Apoyos vecinales y comunitarios

• Buen estado o mejora del estado de salud como factor que facilita la inserción social

• Acceso a la vivienda y mejora de las condiciones de la vivienda como factor que permite afrontar otros problemas personales

• Medidas de discriminación positiva de las administraciones públicas • Redes de apoyo de mujeres, asociaciones, etc.



CAPÍTULO 5 EL PAPEL DE LOS SERVICIOS SOCIALES EN LAS TRAYECTORIAS DE EXCLUSIÓN La actuación institucional de los servicios sociales se orienta en varias direcciones a través de intervenciones de naturaleza diferente y con distintos objetivos. Según los relatos biográficos pueden dividirse en dos: a) Intervenciones que suponen atención asistencial. Su objetivo es atender las situaciones de necesidad a través de la provisión de recursos de subsistencia que mejoren las condiciones de vida de personas y grupos con dificultades de integración social o de supervivencia. Es el tipo de actuación que predomina en aquellos casos que se consideran “casicrónicos”, los que tienen muy pocas posibilidades de transformar su situación por sí solos o a través del mercado. b) Intervenciones comunitarias. Su objetivo es prevenir las causas de la pobreza y la exclusión procurando la dotación de servicios y recursos a las zonas, grupos e individuos. Persiguen la promoción del desarrollo social y proporcionar a los individuos y hogares recursos económicos mínimos para poder desarrollar una vida digna e incrementar sus niveles de integración y autonomía personal.

182

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Estas actuaciones con frecuencia están presentes de manera simultánea en los casos estudiados porque el papel de los servicios sociales es muy activo en cuanto a su objetivo de lograr que sea el ascenso a la inclusión el final de la trayectoria o al menos, que no se produzca el descenso a la exclusión. Cada caso tiene su propia especificidad de modo que los servicios sociales diversifican sus intervenciones, no pueden ofrecer a todos los usuarios los mismos recursos ni las mismas estrategias. En este sentido, se pueden diferenciar en las trayectorias vitales dos procedimientos de actuación y de recursos que se invierten por parte de los servicios sociales y que concuerdan con los dos perfiles que suelen ser atendidos con relación a la vulnerabilidad y la exclusión. a) En el primero, se considera (ya sea individuo o familia) que la trayectoria hacia la exclusión se puede remontar y en consecuencia se ponen en marcha los recursos y servicios disponibles para ello (ayudas económicas, programas, acompañamiento social, etcétera). b) En el segundo, se encuentran los casos que ya están en situación de exclusión y cuyo ascenso es muy poco probable, como puede ser el caso de las personas transeúntes. En este caso se procura atenderles a través de los recursos asistenciales con la finalidad de producir una mejora relativa en sus condiciones de vida. En general, en los casos que hemos llamado de trayectoria larga, la relación de personas y familias con los servicios sociales es muy prolongada en el tiempo, han recibido atención continuada. No obstante, hay casos en los que aun procediendo de una situación de pobreza o exclusión prolongada, la atención social que reciben los afectados es relativamente reciente. Estos casos suelen ser graves y sus probabilidades de ascender a la zona de inclusión son reducidas. En general, las personas mantienen una buena relación con los servicios sociales porque sus bases se encuentran en la confianza y el agradecimiento personal. «Sí, ahí me metieron, los Servicios Sociales. Ese es… mi segunda familia, como mi familia aquí, vamos. Se portaron conmigo de cine, y se siguen portando todavía, vamos. Yo, les tengo que agradecer… y la gente de Reinosa es muy buena» (Pepe). También aparece el discurso de la queja que se construye sobre la percepción de la escasa atención que se presta a su caso particular y sobre la demanda de mayores recursos para ser destinados a individuos en estas situaciones. Pueden producirse relaciones incómodas que generalmente se

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

183

derivan de la falta de conocimiento de la función de los servicios sociales y de la incapacidad de contextualizar su propia situación social e institucional. En ocasiones el rechazo a los servicios sociales procede de la conciencia del estigma que supone su uso, pero este discurso es muy minoritario. «A veces, mira, te digo la verdad, a mí me da igual que se lo digas, pienso que vas allí y dicen: “aquí viene un muerto de hambre”. Me da esa impresión. Te ven de otra forma» (Nacho).

SÍNTESIS

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

187

El objetivo de esta parte cualitativa de la investigación ha sido analizar los casos de pobreza y exclusión que se producen más frecuentemente en Cantabria. Para ello y mediante el análisis de los relatos biográficos, se ha abordado cada caso con objeto de comprender la naturaleza de la exclusión, los factores que la determinan, la interrelación entre ellos y el papel que los servicios sociales juegan en dicha situación. No vamos a repetir aquí cuáles son los factores sociales o económicos que generan exclusión y las esferas en las que estos operan para no correr el riesgo de ser reiterativos. Sin embargo, sí nos gustaría incidir nuevamente en la complejidad que encierran todas las trayectorias, cortas y largas; la complejidad del contexto en el que se producen y las consecuencias devastadoras que provoca, tanto en los sujetos y familias vulnerables y excluidos, como en su sociedad de referencia. Asimismo, es interesante recordar que la respuesta política y administrativa que deben dar las instituciones a las situaciones de exclusión no puede ser individual, ni local, ni parcial, sino más bien integradora y con vocación globalizadora. En este sentido, la intervención social ha de implicar a todas las instancias del bienestar asumiendo cambios en las políticas, incremento de los recursos públicos y un incremento en la cobertura de los servicios. Finalmente, nos gustaría provocar una mirada a la exclusión social desde otra perspectiva. La posibilidad de desempeñar un papel activo en la sociedad de la que se forma parte, de participar con derechos y con obligaciones es un hecho en la zona de inclusión. Los excluidos, con mucha frecuencia, no tienen la posibilidad de participar políticamente y tampoco la capacidad para modificar su entorno social. Personas dependientes, transeúntes, inmigrantes en situación irregular y mujeres prostituidas, entre otros, tienen escasas posibilidades de participar de forma plena política y socialmente. En este sentido, la exclusión se manifiesta como una privación, un déficit de derechos de ciudadanía. Esta privación es más intensa cuanto peores son las condiciones de los ciudadanos, a saber: cuanto peor es la situación laboral, profesional, formativa o social, menos capacidad tienen para acceder a los recursos y por tanto se reducen sus posibilidades de participación política (Rosenstone y Hansen, 1993).



BIBLIOGRAFÍA

POBREZA Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA

191

ADELANTADO, J. (ed.) (2000), Cambios en el Estado del Bienestar, Barcelona, Icaria. ARRIBA, A. (2001), El concepto de exclusión en política social, Madrid, Trabajo Social Hoy. BECK, U. (1998), La sociedad del riesgo, Barcelona, Paidós. BERNUZ, M. J. y R. SUSÍN (2003), Ciudadanía. Dinámicas de pertenencia y exclusión, Logroño, Universidad de la Rioja. Servicio de Publicaciones. BRUGUÉ, Q., R. GOMÀ y J. SUBIRATS (2002), “De la pobreza a la exclusión social”, Revista Internacional de Sociología, nº 33. CASTEL, R. (1997), La metamorfosis de la cuestión social: una crónica del salariado. Buenos Aires, Paidós. EDIS-Cáritas (2000), Las condiciones de vida de la población pobre desde la perspectiva territorial, Madrid, Fundación Foessa y Cáritas Española. GOMÀ, R. y J. SUBIRATS (1998), Políticas Públicas En España, Barcelona, Ariel. GONZÁLEZ, M.ªJ. y B. SAN MIGUEL (2002), “El método biográfico en el estudio de las desigualdades sociales”, Revista Internacional de Sociología, nº 33. KARSZ, S. (comp.) (2004), La exclusión: bordeando sus fronteras, Barcelona, Gedisa. KYMLICKA, W. (1995), Filosofía política contemporánea. Introducción, Barcelona, Ariel. LAPARRA, M., M. GAVIRIA y M. AGUILAR (1996), “Peculiaridades de la exclusión en España”, en VV. AA., Pobreza, necesidad y discriminación, Madrid, Fundación Argentaria. MONTAGUT, T. (2000), Política social. Una introducción, Barcelona, Ariel. MORENO, L. (2000), Ciudadanos precarios. “La última red de protección social”, Barcelona, Ariel. MORENO, L. (ed.) (2002), Pobreza y exclusión: la malla de seguridad en España, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Colección Politeya.

192

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

PÉREZ YRUELA, M., H. SÁEZ y M. TRUJILLO (2002), Pobreza y exclusión social en Andalucía, Córdoba, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Colección Politeya. PÉREZ YRUELA, M., G. RODRÍGUEZ CABRERO y M. TRUJILLO (2004), Pobreza y exclusión social en el Principado de Asturias, Córdoba, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Colección Politeya. RODRÍGUEZ CABRERO, G. y D. SOTELSEK SALEM (eds.) (2002), Apuntes sobre bienestar social, Alcalá de Henares (Madrid), Universidad. Servicio de Publicaciones. ROSENSTONE, S. y J. HANSEN (1993), Mobilization, Participation and Democracy in América, New York, Macmillan. SARASA, S. y L. MORENO (1995), El estado de bienestar en la Europa del sur, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Colección Politeya. SERRANO DEL ROSAL, R., L. NAVARRO ARDOY, I. GARCÍA RODRÍGUEZ (2004), Situación social y laboral de las personas con discapacidad en los municipios que comprenden las comarcas de Islantilla, Bajo Guadalquivir y Vega Media de Sevilla, Sevilla, Consejería para la Igualdad y el Bienestar Social, Junta de Andalucía.

ANEXOS









En lo que sigue, se presentan los anexos metodológicos donde se exponen con detalle tanto las decisiones metodológicas que han guiado el diseño y el posterior desarrollo de esta investigación, como los análisis estadísticos utilizados para obtener los resultados que se han ido comentando a lo largo del texto.

ANEXO 1 EL ORIGEN DE LOS DATOS ANÁLISIS DE DATOS PROCEDENTES DE FUENTES SECUNDARIAS Las encuestas que pueden servir como fuentes de datos para analizar la pobreza y la exclusión social a nivel de Comunidad Autónoma son escasas. A continuación se hace un breve repaso de ellas, aunque no todas se hayan utilizado en la investigación. Son las siguientes: 1.1. Encuesta de EDIS Esta encuesta fue realizada por EDIS bajo el encargo de Cáritas con fecha de referencia para el estudio de 1996, Las Condiciones de vida de la Población Pobre de la Fundación FOESSA. Es probable que sea el estudio más completo que existe sobre población pobre para toda España. Sin embargo, no incluye algunos aspectos que serían necesarios para realizar un análisis exhaustivo de las situaciones de exclusión, en lo que se refiere principalmente a la situación laboral y a las condiciones de salud. Por otra parte, esta encuesta

196

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

no permite la comparación con otras fuentes, puesto que está compuesta exclusivamente por hogares pobres (que en aquel momento no podían superar el 50% del ingreso equivalente nacional) y el tamaño muestral para Cantabria es de 1.352 hogares. Incorpora algunas preguntas sobre ingresos y sobre condiciones de vida, pero, dada la lejanía temporal de los datos y el hecho de que no sea comparable con otras fuentes, han influido negativamente sobre la decisión de incluirla como fuente de esta investigación. 1.2. Encuesta continua de presupuestos familiares (ECPF) Esta encuesta se realiza trimestralmente a 8.000 familias españolas. Cada hogar permanece en la muestra durante dos años, ya que un octavo de los hogares se cambia cada trimestre. Todos los hogares no proporcionan toda la información durante todos los trimestres que están en la muestra, sino que hay informaciones específicas como, por ejemplo, qué tipos de gasto tiene el hogar, que sólo se recogen una o dos veces al año. La ventaja que ofrece esta encuesta es que permite disponer de datos anuales; por lo tanto, sus datos eran los más recientes de los que estaban disponibles al inicio del trabajo de campo (datos correspondientes al año 2002).

No obstante, tiene tres limitaciones importantes: a) El tamaño de las muestras para Cantabria es reducido (alrededor de 250 hogares). b) La encuesta está diseñada principalmente para analizar el perfil del gasto de los hogares españoles, por lo que su uso es muy adecuado si el objetivo es analizar la pobreza desde esta perspectiva (del gasto). Sin embargo, no muestra el mismo interés por la recogida de los datos relativos a los ingresos del hogar, así que su uso para analizar la pobreza desde la perspectiva de los ingresos (la que se ha adoptado en esta investigación) tiene una utilidad limitada. c) Asimismo, el número de variables de condiciones de vida que recoge es muy reducido, por lo que plantea dificultades para estudiar y analizar la exclusión social.

En estas circunstancias, esta encuesta se ha utilizado como apoyo o referente para aproximarnos a la evolución de la pobreza, aunque siempre se ha tenido en cuenta que los datos no serán completamente significativos, debido a lo reducido del tamaño muestral.

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

197

Los ficheros que se han utilizado son los anuales. En ellos se reúne la información que ofrecen las familias que han participado en la encuesta durante un año. Estos ficheros contienen todas las variables de las que se ha obtenido información para las familias en un año. 1.3. Panel de Hogares de la Unión Europea (PHOGUE) Esta encuesta es de tipo panel fijo, y se ha desarrollado de forma armonizada en distintos países de la Unión Europea desde 1994 hasta 2001. En esta encuesta se entrevista a todos los miembros del hogar. Su principal ventaja es que se recoge información sobre todos los miembros del hogar, tanto en lo que se refiere a ingresos, como a otras cuestiones de tipo objetivo y subjetivo. Asimismo, contiene numerosas preguntas sobre condiciones de vida del hogar, por lo que ofrece información útil para la investigación. Su principal inconveniente es que la muestra por autonomías es muy escasa. De hecho, es imposible identificar cada autonomía porque se encuentran agrupadas en NUT-1. NUT-1 es una unidad estadística europea que agrupa la información relativa a Cantabria, Asturias y Galicia. Para resolver este problema, en 2000 se diseñó una muestra ampliada que permitiera obtener resultados a nivel de Comunidad Autónoma. En ese año la muestra para Cantabria fue de 554 hogares. Actualmente, La Encuesta de Condiciones de Vida, que se ha realizado por primera vez en 2004 por parte del Instituto Nacional de Estadística, ha venido a reemplazar al PHOGUE. El uso que se ha hecho del PHOGUE en esta investigación ha sido doble: en primer lugar, se ha utilizado para obtener una referencia de la evolución de la pobreza en el entorno de Cantabria desde 1994 hasta 2001. En segundo lugar, se ha utilizado como punto de partida para la estimación del ingreso mediano y el porcentaje de hogares pobres, utilizando la estimación del año 2000, puesto que aún no estaban disponibles los resultados de la Encuesta de Condiciones de Vida (INE). 1.4. Encuesta de condiciones de vida del Instituto Nacional de Estadística, 2004 (ECV) Como decíamos, esta encuesta viene a sustituir al Panel de Hogares de la Unión Europea. La encuesta conserva algunas características del Panel, pero naturalmente introduce algunos cambios. Las similitudes de ambas encuestas son las siguientes: a) En ambos casos se trata de encuestas armonizadas con el resto de países de la Unión Europea, aunque la de Condiciones de Vida lo está en un grado menor que el PHOGUE.

198

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

b) La ECV también incluye una medición bastante detallada de los ingresos y numerosas preguntas sobre las condiciones de vida de la familia y de cada uno de sus miembros (se realiza un cuestionario a cada miembro de la familia).

En cuanto a las diferencias también son varias: a) La muestra es más amplia, lo que permite desagregar los datos al nivel de Comunidad Autónoma, pero a pesar de ello, la muestra sigue siendo escasa (en el caso de Cantabria el tamaño muestral es de 471 hogares). b) Otra diferencia es que ya no se trata de un panel fijo, sino de un panel rotante, en el que un cuarto de la muestra se renueva cada año, produciéndose por tanto una renovación total de la muestra cada cuatro años. c) En cuanto a la medición de los ingresos, mientras que en el PHOGUE se preguntaba tanto por los ingresos anuales como por los mensuales, en la de Condiciones de Vida sólo se pregunta por los anuales, haciéndose difícil la comparación con la Encuesta de Condiciones de Vida del IESA-2005.

1.5. Encuesta de condiciones de vida de la población en Cantabria del Instituto de Estudios Sociales Avanzados, 2005 Aunque las características de esta encuesta se explican detalladamente en los Anexos siguientes, comentaremos algunas de las características relativas al diseño muestral: a) En primer lugar, el tamaño de la muestra es suficiente para ofrecer resultados estadísticamente significativos tanto a nivel de Cantabria, como de hogares pobres y no pobres. b) Asimismo, incluye variables relativas a los ingresos de todos los miembros del hogar con un periodo de referencia mensual. c) Incluye las preguntas relativas a las condiciones de vida de la población, que han permitido medir y cuantificar las situaciones de exclusión.









ANEXO 2 CONSTRUCCIÓN DE LA CLASIFICACIÓN DE POBREZA El procedimiento de cálculo de la pobreza relativa supone tomar una serie de decisiones metodológicas que son complejas, tanto por la carencia de fuentes estadísticas adecuadas, como por la falta de consenso sobre cómo efectuar estas mediciones. La primera decisión metodológica que se adoptó en esta investigación fue considerar la pobreza relativa. Para hacer operativo el concepto de pobreza, se ha utilizado la variable renta. Esta decisión por sí sola no basta para realizar una medición válida y estadísticamente significativa de la pobreza, por lo tanto se han tenido que tomar también otras relativas al proceso de medición. A continuación se presentan las opciones metodológicas disponibles, y posteriormente se explican las decisiones adoptadas con más detalle: a) La primera supone decidir entre las dos perspectivas desde las cuales es posible medir la pobreza, a saber, considerando los ingresos o los gastos del hogar.

En numerosos estudios se utilizan los ingresos antes o después de pagar impuestos, o los gastos del hogar excluyendo los gastos en vivienda. Los datos que proporciona la Encuesta del IESA de Condiciones de Vida, 2005 impiden estas consideraciones, sobre las que, por otra parte, tampoco existe consenso. 

200

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

b) La segunda supone decidir la unidad de referencia del estudio, es decir, si la unidad de análisis va a ser hogares o individuos. c) La tercera es también una decisión importante, puesto que se refiere al periodo de generación de los gastos o los ingresos, por ejemplo, ingreso anual o mensual. Es relevante porque se han observado diferencias importantes según se tome como referencia un periodo u otro. d) La cuarta decisión metodológica se refiere a la determinación de los umbrales de pobreza relativa, que actuarán como criterio de comparación entre hogares. Generalmente, para su determinación se utilizan fracciones de la renta, ya sea la renta media o la renta mediana. e) La última decisión tiene que ver con la estructura del hogar, que sin duda afecta a la medición de los ingresos disponibles. En este caso existen tres alternativas: la primera, supone medir los ingresos disponibles en términos de ingresos per cápita; la segunda, supone medir los ingresos totales del hogar; y la tercera, supone medir los ingresos disponibles ajustándolos con una escala de equivalencia que permita tener en cuenta la estructura del hogar y las economías de escala. Estas son las opciones metodológicas de las que se disponían en el planteamiento inicial de la investigación. A continuación se exponen con detalle las decisiones que se adoptaron respecto a ellas para diseñar la metodología definitiva de la Encuesta de Condiciones de Vida y Pobreza en Cantabria, 2005 del IESA. 2.1. Medición de la pobreza a través de ingresos o gastos del hogar En las diversas fuentes que tratan de medir los recursos monetarios de las familias intervienen habitualmente los conceptos de ingresos de la unidad familiar y gasto familiar. En los diversos estudios realizados hasta ahora, se ha usado tanto uno como otro. Por ejemplo, en Ruiz-Castillo (1987), y Rodríguez Cabrero (1994), se utilizan los gastos, mientras que en ECB (1998), se utilizan los ingresos. Tanto el uso de un criterio como el uso del otro supone ventajas e inconvenientes para la investigación. a) Las ventajas de medir desde la perspectiva de los ingresos es doble. En primer lugar, es la manera natural de medir los recursos que posee la familia. En segundo lugar, evita las distorsiones que se producen al medir desde la perspectiva del gasto en relación con los comportamientos de las familias que son austeras en sus gastos, bien por motivaciones culturales o porque su finalidad sea acumular patrimonio mediante el ahorro.

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

201

b) El inconveniente de medir desde la perspectiva del ingreso es que el grado de ocultación de los ingresos es mayor que el de los gastos (Rodríguez Cabrero, 1994). La perspectiva que se adopta en esta investigación es la medición de la pobreza a través de los ingresos que, por otra parte, es la que recomienda EUROSTAT. 2.2. Unidad a la que se refiere el Estudio Para cuantificar la extensión de la pobreza relativa es necesario establecer cuál va a ser la unidad que se está considerando: hogares o individuos. En principio, las fuentes disponibles determinan que la unidad que se debe utilizar es el hogar. Esta decisión parece la más razonable, puesto que el hogar es la unidad común a partir de la cual se generan ingresos y gastos. Por tanto, en esta investigación se ha considerado el hogar como unidad básica de análisis. Éste será clasificado como pobre o no pobre y serán sus ingresos los utilizados en los análisis estadísticos. En consecuencia, la población pobre se ha definido como la población que vive en hogares pobres y se ha calculado mediante el procedimiento de ponderar cada hogar por el número de personas que viven en él. 2.3. Periodo de referencia para computar los ingresos La decisión del periodo de generación de los ingresos es importante, dado que se constituye en una fuente de variabilidad en los resultados. Por lo general, si se considera un periodo de generación de ingresos mayor disminuye la desigualdad económica y también los porcentajes de pobreza. Esta variación se debe a que en los hogares se puede producir una falta de ingresos coyuntural, que no tenga gran trascendencia sobre su bienestar. Esta circunstancia no tiene demasiada incidencia en la medición de los ingresos si se consideran anualmente. Ahora bien, si el periodo que se considera es menor, por ejemplo, ingresos mensuales, esta circunstancia se verá reflejada como si fuese una característica económica del hogar.

 Aunque un reparto desigual de la renta o del gasto dentro del hogar puede hacer que existan personas muy pobres en hogares ricos.

202

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

En nuestro caso, se ha optado por preguntar solamente por los ingresos mensuales. Esta decisión se ha tomado porque responder sobre los ingresos anuales exige un ejercicio mayor de reflexión y memoria para los entrevistados. Además, complicaría la respuesta, dado que es una sola persona la que responde por los ingresos de todos los miembros del hogar. Los efectos de esta decisión se pueden ilustrar con datos del PHOGUE 2000, ya que en esta encuesta se pregunta por ambos períodos. Tabla 31. Porcentajes de pobres según el umbral del 60% de los ingresos medianos equivalentes de Cantabria, con ingresos de distinto periodo

Cantabria

Ingresos mensuales

Ingresos anuales

14,5%

2,9%

Fuente: PHOGUE 2000.

2.4. Umbral de pobreza relativa empleado Tradicionalmente la cuantificación de la pobreza relativa se ha hecho calculando la proporción de hogares o personas cuyos ingresos (o gastos) quedan por debajo de un porcentaje de la media o mediana de ingresos (o gastos). La forma de establecer este “umbral de la pobreza” es, naturalmente, muy importante. También consideramos que tiene mucho interés el análisis de la distribución de la renta, particularmente en sus tramos bajos, además de realizar una clasificación taxativa de hogares pobres y no pobres. El umbral por debajo del cual una familia debe ser considerada pobre también es objeto permanente de controversia. El más ampliamente utilizado hasta hace no mucho era el del 50% de la media, que fue establecido en el I Programa de Pobreza de la Unión Europea. Sin embargo, desde hace algún tiempo se decidió utilizar umbrales referidos a la mediana, ya que esta se ve menos afectada por datos extraños y por oscilaciones muestrales. El utilizado habitualmente por EUROSTAT es el 60% de la mediana, que se suele aproximar bastante al 50% de la media. En cualquier caso, este umbral es criticado porque parece discutible que todos los hogares que quedan por debajo de ese umbral puedan ser reconocidos socialmente como pobres. Entre los umbrales revisados, además del 60%, se utilizará también el 40% y el 50%, para los tramos inferiores. Asimismo, utilizaremos el 70% del ingreso mediano como umbral por debajo del cual se sitúa la población en riesgo de pobreza.

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

203

2.5. Escalas de equivalencia Para medir los ingresos de los hogares parece necesario considerar su estructura. Es evidente que dos personas tienen más necesidades que una y que dos personas solas tienen mayores gastos que una familia de dos. De igual modo, la edad de los miembros que componen el hogar también afecta a las necesidades, por lo que parece oportuno considerar esta variable a la hora de utilizar la renta en el estudio de la pobreza. Las opciones metodológicas que existen sobre la consideración de la estructura del hogar son bastantes. Hay estudios (por ejemplo, ECB, 1996), en los que no se realiza ninguna corrección, es decir, se toman los ingresos totales del hogar. En otros, por el contrario, se divide por el total de miembros del hogar (Ruiz-Castillo, 1987). Finalmente, en otros se tienen en cuenta diversas economías de escala, es decir, formas de calcular la relación entre las necesidades de una familia de un cierto número de miembros con ese mismo número de familias unipersonales. El problema que plantea esta decisión no es baladí, ya que según se tome uno u otro criterio la población y composición de las familias pobres serán radicalmente diferentes. Como ya demostró Ruiz-Castillo, los resultados que se obtienen al tomar una escala de equivalencia u otra son muy distintos. Así pues, lo más adecuado parece ser utilizar una escala de equivalencia que permita tener en cuenta el tamaño de la familia y las economías de escala. Actualmente, no existe un acuerdo sobre qué escala de equivalencia es la más adecuada. La OCDE introdujo una escala que suma los siguientes valores: 1 por el primer adulto en el hogar, 0,7 por cada uno de los siguientes adultos, y 0,5 por cada niño (menor de 14 años). Sin embargo, tras numerosas críticas que consideraban que esta escala tomaba en cuenta muy poco el ahorro de las familias grandes, se ha adoptado la llamada OCDE modificada (tabla 32), Tabla 32. Tamaños equivalentes según composiciones familiares Familia de

Tamaño equivalente

1 adulto solo

1

1 adulto y 1 niño

1,3

2 adultos solos

1,5

2 adultos y 1 niño

1,8

1 adulto y 2 niños

1,6

2 adultos y 2 niños

2,1

2 adultos y 3 niños

2,4

2 adultos y 4 niños

2,7

Fuente: Escala OCDE modificada.

204

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

que añade 1 por el primer adulto, 0,5 por cada adulto adicional y 0,3 por cada niño, resultando por tanto menos progresiva. En consecuencia, los ingresos en esta investigación se han medido por persona equivalente, de modo que siempre nos referiremos así a ellos, salvo que se diga lo contrario. Recapitulación Finalmente, se presenta como resumen el conjunto de decisiones metodológicas adoptadas: 1.º- Se mide la pobreza relativa tomando como referencia la distribución de la renta en Cantabria. 2.º- La pobreza se mide a través de los ingresos del hogar. 3.º- Los hogares son la unidad de referencia del estudio. 4.º- El periodo de generación de los ingresos que se estima es el mensual. 5.º- El umbral de pobreza relativa empleado es el 60% de los ingresos medianos cántabros. 6.º- Los ingresos se ajustarán según la escala de equivalencia de la OCDE modificada.

ANEXO 3 CONSTRUCCIÓN DE LA TIPOLOGÍA DE EXCLUSIÓN De acuerdo con el concepto de exclusión que se está manejando en la investigación, esta se genera de forma multidimensional, siendo la acumulación de situaciones de desfavorecimiento la que lleva a este estado. Por ello, la forma de estudiar la exclusión en Cantabria ha sido analizar un conjunto de indicadores de desfavorecimiento, agrupados en dimensiones. Posteriormente, se ha analizado cómo se relacionan estos indicadores, buscando dimensiones que resuman la mayor información posible sobre la exclusión. Finalmente, se han formado unos conglomerados de hogares que se pueden considerar como los más representativos de las distintas situaciones de exclusión, combinando las dimensiones que antes se han formado. En esta parte del Anexo se detalla el proceso de construcción de los indicadores y de la tipología de exclusión. Las dimensiones consideradas han sido las siguientes:

-

Trabajo Educación Vivienda Salud Integración Posición social

206

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

3.1. Construcción de los indicadores de cada dimensión Para construir los indicadores que resumen cada una de las dimensiones encontradas, se ha seguido siempre el mismo proceso. El objetivo del mismo es resumir la información de todos los indicadores presentes en cada dimensión en sólo uno o dos indicadores, pero conservando la máxima información que aportan los indicadores originales. El problema fundamental que se plantea aquí es la necesidad de situar los indicadores obtenidos en un mapa de exclusión que se supone que existe. Hay un conjunto de técnicas que realizan esta tarea y son las conocidas como Escalamiento Óptimo. En este momento vamos a utilizar concretamente el Análisis de Componentes Principales no Categórico, tal como está implementado en el paquete estadístico SPSS, versión 13. Un estudio más detallado de esta técnica se puede encontrar en Gifi, 1990. 3.1.1. Dimensión de trabajo En esta dimensión se han incluido seis indicadores, que resumen fundamentalmente en qué medida afecta a la familia la posible situación de desempleo. En esta dimensión las familias sin miembros activos no son evaluadas y por tanto reciben la puntuación 0. En las tablas 34 y 35 presentamos los resultados de este análisis. La única dimensión con un autovalor1superior a 1 es la primera, por lo que Tabla 33. Indicadores de la dimensión de trabajo Indicador IT-1

Parados o con empleo precario

Todos (4,8%)

Alguno (10,4%)

IT-2

Parados

Todos (3,9%)

Alguno (8,8%)

IT-3

Parados sin cobertura

Todos (4,4%)

Alguno (11,2%)

IT-4

Parados de larga duración

Todos (1,9%)

Alguno (4,8%)

IT-5

Parados frecuentes

Todos (2,3%)

Alguno (4,0%)

IT-6

Parados que nunca han trabajado

Todos (0,6%)

Alguno (3,1%)

1 Es la medida de la varianza explicada por cada dimensión. Los autovalores mayores indican dimensiones de mayor importancia en la solución general. Generalmente, el valor más pequeño que puede tener un autovalor para permanecer en la solución es 1.

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

207

será la única que conservemos. Como se ve en la tabla 35, el indicador que más pesa en la construcción de la dimensión es el IT-2, mientras que el IT-5 es el que aparece peor representado. La dimensión resultante puede interpretarse como el grado en que este problema afecta al hogar. En el histograma (gráfico 65) se puede ver la distribución de los hogares en esta dimensión. Hay un 32,8% de hogares que no son evaluados (se les asigna el valor 0), porque no tienen activos. Entre el resto, se ha considerado que no tienen problemas los hogares con valores positivos (estarían por encima de la media), que son más de la mitad. Entre el resto, un 7,2% se han considerado hogares con problemas graves (porque están por debajo de dos veces la desviación típica) y un 5,8% son los que tienen problemas leves (están por encima de dos veces la desviación típica).

Tabla 34. Autovalores de las dos primeras dimensiones Autovalor

Varianza explicada

1

3,733

62,2%

2

0,880

14,7%

Tabla 35. Cargas en los componentes de la primera dimensión Indicador

Carga

IT-2 Parados

0,951

IT-3 Parados sin cobertura

0,934

IT-1 Parados o con empleo precario

0,901

IT-4 Parados de larga duración

0,800

IT-6 Parados que nunca han trabajado

0,541

IT-5 Parados frecuentes

0,460

208

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Gráfico 65. Indicador sintético de la dimensión de trabajo

50%

40%

Sin problemas: 54% No evaluados: 32.8% Problemas leves: 5.8% Problemas graves: 7.2%

30%

20%

10%

-3.00

-2.00

-1.00

0.00

Indicador de trabajo

3.1.2. Dimensión de educación Esta dimensión se ha medido únicamente con dos indicadores basados en el nivel educativo de los miembros de la familia. Uno de ellos es el nivel educativo familiar2. En este se ha relativizado el nivel de formación alcanzado con la edad de cada persona y se ha creado un indicador que valora si las personas del hogar poseen una educación superior o inferior a la media de las personas de su edad en Cantabria. El otro indicador mide cuál es el nivel de formación alcanzado por las personas principales del hogar. También en este caso una sola dimensión tiene autovalor superior a uno (tabla 38). Como suele ocurrir cuando se introducen sólo dos indicadores, ambos tienen unas cargas similares (tabla 39).

2 La construcción del indicador IE-1, que es el “nivel educativo del hogar”, se explica al final de este Anexo.

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

209

Tabla 36. Indicador del nivel educativo familiar Nivel educativo Muy alto

Porcentaje de hogares 3,7%

Bastante alto

10,0%

Alto

14,7%

Normal (en la media)

14,8%

Bajo

26,4%

Muy bajo

30,4%

Total

100,0%

Tabla 37. Máximo nivel educativo de las personas principales Nivel educativo Analfabetos

Porcentaje de hogares 0,4%

Estudios Primarios sin completar

33,4%

Primarios compl., ESO, EGB

24,7%

FP I, ciclos formativos medios Bachillerato, BUP, COU, ciclos super., FP II

5,7% 17,6%

Universitarios de grado medio

9,7%

Universitarios de grado superior y tercer ciclo

7,5%

Total

100%

Tabla 38. Autovalores de las dos primeras dimensiones Autovalor

Varianza explicada

1

1.674

83,7%

2

0,334

16,3%

210

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Tabla 39. Cargas en los componentes de la primera dimensión

Indicador

Carga

IE-1 Nivel educativo familiar

0,918

IE-3 Máximo nivel educativo de las personas principales

-0,912

Gráfico 66. Indicador sintético de la dimensión de educación

30%

Sin problemas: 48.1% Problemas leves: 20.5% Problemas graves: 31.4%

20%

10%

0% -1.00

0.00

1.00

Indicador de educación Con esta dimensión se puede interpretar cuál es el nivel educativo general del hogar, pero con énfasis en las personas principales y en relación con la sociedad cántabra, así se podrá saber qué lugar ocupa el hogar respecto a la media de la Comunidad Autónoma. En el gráfico 66 se puede ver que casi el 50% de los hogares tiene una educación aproximadamente igual o superior al nivel general de Cantabria, por lo que se puede asumir que no tiene problemas. Un 20% de los hogares tiene una educación inferior al nivel general (no llegan a la media, pasan

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

211

de la desviación típica), lo cual podría suponer un problema leve para ellos. Cerca del 30% de los hogares tiene un nivel educativo por debajo de ese valor (una vez la desviación típica), que podría suponer un problema grave. 3.1.3. Dimensión de vivienda Esta es una de las dimensiones para la que se cuenta con un mayor número de indicadores, tanto en la Encuesta de Condiciones de Vida de IESA-2005, como en otras fuentes de datos como el Censo de Población. Las condiciones deficientes en la vivienda son a la vez causa y consecuencia de situaciones de exclusión. En esta dimensión se han reunido indicadores que afectan a tres tipos de problemas: el tamaño reducido de la vivienda, el estado deficiente de la misma y la falta de algunos equipamientos básicos. Los indicadores sobre las dimensiones de la vivienda se han relativizado teniendo en cuenta la composición del hogar, tomando la misma escala de equivalencia que se usa para relativizar los ingresos, a saber, la escala OCDE modificada. Esta decisión se justifica porque consideramos que dos personas no necesitan el doble de espacio que una persona, sino que conforme aumenta el tamaño del hogar, la necesidad de espacio añadido es menor. La falta de equipamientos básicos afecta a muy pocos hogares en Cantabria, si bien este es un claro indicador de exclusión en los hogares afectados. Por ello se ha optado por resumir todos los indicadores de equipamiento en uno solo, con dos grados: la falta de tenencia de lavadora, el elemento más indispensable y del que menos hogares carecen, y la falta de tenencia de otros equipamientos básicos. Con las deficiencias en la vivienda se ha hecho algo parecido. El mal estado de las instalaciones de agua potable o electricidad es un problema que afecta a muy pocas viviendas. Sin embargo, los problemas de humedades, goteras o defectos en la construcción están mucho más generalizados. Estos indicadores se han resumido en uno solo, donde un grado representa los problemas relacionados con la construcción de la vivienda, y el otro grado las instalaciones en mal estado. En este caso las dimensiones que superan el autovalor 1 son dos (tabla 41), por lo que ambas serían candidatas a ser conservadas. Sin embargo, como se ve en la tabla 42, la segunda dimensión no es adecuada como forma de medir la exclusión, porque valora los distintos factores de exclusión con signos distintos. Esto significa que no se puede concluir que quien tenga un valor más alto en esa dimensión tenga mayores o menores problemas. En consecuencia, esta dimensión debe ser desestimada para el análisis. En la primera dimensión todos los indicadores tienen una carga parecida, salvo el de falta de equipamientos básicos que puntúa algo menos, probablemente porque hay pocos hogares en los que falta alguno. En esta dimensión, si el hogar tiene un valor bajo, se puede interpretar como que tendrá problemas en la vivienda.

212

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Tabla 40. Indicadores de vivienda Indicador IV-1

Habitaciones en el hogar Hacinamiento – menos por unidad de consumo de 1 (1,3%)

Ajustadas – Entre 1 y 2 (20,6%)

IV-2

Superficie del hogar por unidad de consumo

Hacinamiento – menos de 20 m2 (1,0%)

Estrechez – entre 20 y 30 m2 (8,2%)

IV-3

Falta de equipamientos básicos

Sólo lavadora (1,3%)

Al menos uno distinto de la lavadora (1,8%)

IV-3-1

Agua caliente

Falta (0,8%)

IV-3-2

Instalación eléctrica

Falta (0,6%)

IV-3-3

Retrete en la vivienda

Falta (0,4%)

IV-3-4

Ducha/bañera

Falta (0,6%)

IV-3-5

Cocina

Falta (0,6%)

IV-3-6

Lavadora

Falta (1,6%)

IV-4

Estado de la vivienda

Regular (10,9%)

Malo o muy malo (3,7%)

IV-5

Deficiencias en la vivienda

Sólo humedades etc. (18,8%)

Instalación eléctrica o de agua en mal estado (4,4%)

IV-5-1

Humedad, goteras, defectos constructivos

Sí (21,8%)

IV-5-2

Instalación eléctrica en mal estado

Sí (2,7%)

IV-5-3

Instalación de agua en mal estado

Sí (2,6%)

Tabla 41. Autovalores de las dos primeras dimensiones Autovalor

Varianza explicada (%)

1

1,718

34,4

2

1,423

28,5

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

213

Tabla 42. Cargas en los componentes de las dos primeras dimensiones Carga 1.ª dimensión

Carga 2.ª dimensión

IV-2 Superficie por unidad de consumo

0,630

0,598

IV-4 Estado de la vivienda

0,630

-0,453

IV-1 Habitaciones por unidad de consumo

0,625

0,638

IV-5 Deficiencias en la vivienda

0,605

-0,523

IV-3 Falta de equipamientos básicos

0,409

-0,424

Indicador

Gráfico 67. Indicador sintético de la dimensión de vivienda

30%

Muy buen estado: 39% Buen estado: 37% Problemas leves: 19% Problemas graves: 5%

20%

10%

0% -6.00

-4.00

-2.00

Indicador de vivienda

0.00

214

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Se puede considerar que un 37% de los hogares cántabros disfruta de una vivienda cuyo estado de conservación general es bueno, dado que se sitúan alrededor de la media. Un 39% no tendrían apenas ningún problema y sus viviendas estarían en muy buen estado, puesto que superan bastante a la media. Sin embargo, hay un 5% de hogares que tienen problemas graves en su vivienda porque se sitúan dos veces por debajo de la desviación típica. Finalmente, hay un 19% que tienen problemas de vivienda, pero sin llegar a ese nivel. En el gráfico 67 puede verse esta situación. 3.1.4. Dimensión de salud Los problemas de salud son una de las causas más importantes y a la vez más diferenciadas de exclusión, ya que puede influir negativamente sobre hogares que no están afectados de manera especial por otro tipo de problemas. El hecho de que un hogar sea vulnerable a otros problemas es un factor que coadyuva a que los problemas de salud no se puedan solucionar. Por ejemplo, habitar en una vivienda con malas condiciones y tener problemas físicos de salud al mismo tiempo hace que las posibilidades de desenvolverse en el hogar sean más reducidas. Igualmente, tener problemas de salud o discapacidad, pero carecer de recursos suficientes para pagar una ayuda externa si se necesita, genera falta de asistencia y provoca situaciones de exclusión. En definitiva, aunque la salud es un problema independiente que puede afectar a cualquier hogar, las consecuencias que tiene para los hogares no son independientes del resto de sus circunstancias. Por ello, es necesario analizar la salud conjuntamente con el resto de dimensiones. En la Encuesta de IESA-2005, hay varios tipos de indicadores relativos a la salud. Los primeros, que constituyen la mayor parte de las preguntas relacionadas con salud, se han formulado refiriéndose a cualquier persona del hogar. Es decir, la información que recogen los indicadores es si en el hogar hay algún miembro con un determinado problema de salud. En cambio, los indicadores sobre días de mala salud se refieren a la persona entrevistada, por lo que sus resultados en principio no tendrían que ser válidos para el hogar. No obstante, se ha preferido conservarlos como una información añadida a los demás indicadores. Los resultados del análisis indican que las dimensiones susceptibles de ser conservadas son dos, porque ambas tienen el autovalor mayor que uno. Sin embargo, la segunda dimensión no tiene una interpretación en términos de mayor y menor acumulación de problemas, por lo que también deberá ser desestimada para un análisis posterior. Como se puede ver en el gráfico 68, en un 59% de los hogares no se presenta ningún problema de salud. El 27% sí presenta algunos, al igual que la media de los hogares cántabros. Un 8,4% tiene problemas graves de salud, pues se alejan bastante de la media, y un 5,6% tiene problemas de

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

215

salud muy graves, puesto que tiene unas puntuaciones cerca de dos veces la desviación típica. En estos hogares, si la mala situación de salud coincide con otras circunstancias desfavorables, es probable que puedan producirse situaciones de exclusión.

Tabla 43. Indicadores de salud Indicador IS-1

Discapacidad o enfermedad crónica

Alguien (19,8%)

IS-2

Necesidad de tranquilizantes

Alguien (8,8%)

IS-3

Enfermos con necesidad de internamiento

Alguien (0,6%)

IS-4

Personas con necesidad de ayuda

Alguien (4,7%)

IS-5

Días de mala salud física

Más de 20 (12,8%)

Menos de 20 (9,2%)

IS-6

Días de mala salud psíquica

Más de 20 (4,5%)

Menos de 20 (5,8%)

IS-7

Personas con mal estado de salud

Todas (2,7%)

Algunas (7,2%)

IS-8

Personas con alcoholismo

IS-9

Personas con drogodependencias

IS-10

Personas con ludopatía

Tabla 44. Autovalores de las dos primeras dimensiones Autovalor

Varianza explicada

1

2,424

24,2%

2

1,299

13,0%

216

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Tabla 45. Cargas en los componentes de las dos primeras dimensiones Carga 1.ª dimensión

Carga 2.ª dimensión

IS-7 Personas con mal estado de salud

0,722

-0,170

IS-1 Discapacidad o enfermedad crónica

0,671

-0,247

IS-5 Días de mala salud física

0,593

-0,108

IS-4 Necesidad de ayuda

0,561

-0,301

IS-6 Días de mala salud psíquica

0,539

0,164

IS-2 Necesidad de tranquilizantes

0,534

0,193

IS-3 Enfermos con necesidad de internamiento

0,363

0,163

IS-8 Alcoholismo

0,214

0,575

IS-9 Drogodependencia

0,164

0,678

IS-10 Ludopatía

0,076

0,476

Indicador

Gráfico 68. Indicador sintético de la dimensión de salud

50%

40%

Sin problemas: 59% Algunos problemas: 27% Problemas graves: 8.4% Problemas muy graves: 5.6%

30%

20%

10%

-8.00

-6.00

-4.00

-2.00

Indicador de salud

0.00

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

217

3.1.5. Dimensión de integración Según algunas teorías, esta conexión es un factor que previene contra situaciones de exclusión. De hecho, las relaciones sociales significativas pueden ser un activo para una integración social plena. En esta dimensión se quiere medir el grado de conexión que tienen los individuos con la sociedad, a través de dos indicadores: el primero reúne los lazos formales, mediante la pregunta de si está asociado, y el segundo, reúne los informales, mediante las preguntas sobre la frecuencia con que se establecen contactos con conocidos. La variable de contactos con conocidos a su vez está compuesta por una batería de cinco cuestiones. Como están muy relacionadas entre sí, se han resumido estas cuestiones en un solo indicador mediante el mismo procedimiento. Como se ve en la tabla 47, en este caso sólo la primera dimensión tiene un autovalor superior a 1, por lo que esa será la que se aceptará para el análisis. En esta dimensión es la pregunta sobre familiares que no viven en casa la que mayor carga tiene, ya que debe ser la más representativa del conjunto de preguntas. En cambio, las relaciones con vecinos son poco representativas de este conjunto y por ello su carga es menor. Esta dimensión resume la frecuencia de contactos con conocidos.

Tabla 46. Preguntas sobre contactos con conocidos Pregunta35

Diario Semanal Mensual Anual Nunca

Con familiares que viven en casa

38,9%

18,7%

8,3%

2,3%

18,4% 86,6%

Con familiares que no viven en casa 13,1%

34,0%

20,8%

9,1%

21,3% 98,3%

Con vecinos

13,4%

11,2%

5,4%

2,5%

65,5% 98,0%

9,2%

11,6%

9,7%

4,2%

31,6% 66,3%

17,9%

37,7%

16,7%

4,3%

21,9% 98,5%

Con compañeros de trabajo Con amigos no vecinos

Total



3 Pregunta E8. ¿Con qué frecuencia suele Ud. quedar (para pasar el tiempo, hablar, ir al cine…) con las siguientes personas: familiares que viven en la misma casa, familiares que no viven en la misma casa, vecinos, compañeros de trabajo, amigos que no sean vecinos? Encuesta del IESA de Condiciones de Vida, 2005.

218

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Una vez resumidas estas preguntas en una sola variable, realizamos un nuevo ACP con esta variable y con la pregunta de integración en asociaciones. El resultado del análisis ofrece dos dimensiones, de las cuales, una, tiene un autovalor menor que uno. Se considera, por tanto, sólo la primera dimensión. Como ya hemos comentado, cuando son sólo dos las variables que se introducen, las cargas en la dimensión son de similar magnitud. En el gráfico 69 se puede ver el histograma de esta variable de resumen. Un 21% de los hogares tiene una posición de normalidad (tienen una puntuación cercana al 0). El 40% disfruta de una integración social muy alta (están por encima del 0 —de ellos un 14% con puntuación por encima de la desviación típica—). El 18% tiene una integración social baja (por debajo de la media, pero sin llegar a la desviación típica). Un 20% tendría una integración muy baja (por debajo de uno). Tabla 47. Autovalores de las dos primeras dimensiones Autovalor

Varianza explicada

1

2,373

47,5%

2

0,916

18,3%

Tabla 48. Cargas en los componentes de la primera dimensión Indicador

Carga 1.ª dimensión

Familiares que no viven en la misma casa

0,785

Familiares que viven en la misma casa

0,781

Amigos que no sean vecinos

0,699

Compañeros de trabajo

0,664

Vecinos

0,466

Tabla 49. Integración en asociaciones Pregunta Nº de asociaciones a las que pertenece

Ninguna

Una

Más de una

38,9%

18,7%

8,3%

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

219

Tabla 50. Autovalores de las dos primeras dimensiones Autovalor

Varianza explicada

1

1,107

55,4%

2

0,893

44,6%

Tabla 51. Cargas en los componentes de la primera dimensión Indicador

Carga 1.ª dimensión

Integración en asociaciones

-0,744

Contactos con conocidos

0,744

Gráfico 69. Indicador sintético de la dimensión de integración 30%

20%

Muy alta: 13.8% Alta: 27.5% Normal: 21.1% Baja: 17.8% Muy baja: 19.9%

10%

0% -1.00

0.00

1.00

Indicador de integración

2.00

220

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

3.1.6. Dimensión posición social En este apartado se incluyen aquellas preguntas que dan información sobre las carencias y sobre el patrimonio que el hogar tiene o ha tenido. Unas preguntas proporcionan información sobre dos cuestiones: sobre la vulnerabilidad que tiene o ha tenido el hogar y sobre sus posibles defensas frente a problemas. Dado que el número de preguntas es muy alto, las preguntas sobre posesiones no básicas, las medidas de control de gasto que se han tenido que tomar ante problemas económicos y las actividades que puede permitirse el hogar, se han agrupado previamente en indicadores sintéticos. En la variable de posesiones no básicas se han incluido aquellos bienes que, sin ser necesarios, son habituales entre los hogares de más alto nivel, no suelen serlo en los que tienen una posición social menor y, en raras ocasiones, los hogares excluidos disponen de ellos. Los más generalizados son el garaje y el PC y los menos frecuentes son la piscina o zonas verdes y la segunda vivienda. Al resumirlos, de nuevo nos aparecen dos dimensiones con autovalor mayor que uno, pero, de nuevo también, solo una de ellas resume todos los indicadores en una misma dirección y, por tanto, será la única que se seleccione para el análisis. Tabla 52. Preguntas sobre posesiones no básicas Pregunta46



No

Total

Piscina y/o zonas verdes

18,2%

81,5%

99,7%

Cochera

44,2%

55,5%

99,7%

Lavavajillas

34,1%

65,7%

99,8%

TV de pago

25,7%

74,0%

99,7%

PC

45,1%

54,3%

99,4%

Segunda vivienda

14,1%

85,0%

99,1%

Tabla 53. Autovalores de las dos primeras dimensiones Autovalor

Varianza explicada

1

1,7

28,6%

2

1,1

19,0%

4 Pregunta A7. ¿Podría decirme si disponen o no en su vivienda de cada uno de los siguientes equipamientos o servicios? Encuesta de Condiciones de Vida, IESA, 2005.

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

221

Tabla 54. Cargas en los componentes de las dos primeras dimensiones Indicador

Carga 1.ª dimensión

Carga 2.ª dimensión

Lavavajillas

0,681

-0,122

Posee PC

0,661

-0,342

Cochera

0,551

0,502

Piscina y/o zonas verdes

0,438

0,574

TV de pago

0,438

-0,632

Posee 2.ª vivienda

0,354

0,164

Tabla 55. Preguntas sobre si ha tenido que tomar medidas de control de gasto ante problemas económicos Pregunta57

No



Dejar de pagar recibos

97,1%

2,6%

Dejar de pagar el alquiler

97,7%

1,3%

Reducir gastos básicos

82,0%

17,7%

Reducir gastos de ocio

71,9%

27,8%

No comprar carne o pescado

95,8%

3,8%

Cambiar de colegio a los niños

96,5%

0,2%

No comprar ropa o zapatos

85,9%

13,6%

Pedir ayuda económica a familiares

93,2%

6,5%

Pedir ayuda económica a instituciones

97,5%

2,2%

Consumir ahorros

65,1%

33,6%

Pasar frío

97,2%

2,2%

No sustituir mueble roto

88,4%

10,7%

No comprar medicinas

98,8%

0,5%

5 Pregunta D5. Dígame, por favor, si en los últimos doce meses en su familia se ha dado alguna de las siguientes situaciones por problemas económicos,

222

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

En el caso de las preguntas sobre las medidas de control de gasto que han tenido que tomar ante problemas económicos, se dispone de información directa sobre situaciones de entrada en la exclusión referidas al pasado, siendo por tanto muy relevantes. Las medidas de control son muy diversas, lo que implica también que son muy diferentes las estrategias emprendidas por los hogares y el número de los que las han adoptado (tabla 55). En este caso, en parte por la gran cantidad de cuestiones, las dimensiones con autovalor mayor que 1 son tres, pero una vez más sólo una de ellas sirve como resumen de todas las preguntas, por lo que será la que se conserve. Tabla 56. Autovalores de las tres primeras dimensiones Autovalor

Varianza explicada

1

3,791

29,2%

2

1,374

10,6%

3

1,138

8,8%

Tabla 57. Cargas en los componentes de las tres primeras dimensiones Carga 1.ª dimensión

Carga 2.ª dimensión

Carga 3.ª dimensión

No poder comprar ropa o zapatos nuevos

0,764

-0,187

-0,037

Reducir los gastos básicos

0,731

-0,216

-0,225

Reducir gastos de ocio y tiempo libre

0,705

-0,327

-0,285

No poder sustituir un mueble roto

0,612

-0,080

0,216

No poder comprar carne o pescado semanalmente

0,611

-0,006

0,305

Pedir ayuda económica a familiares

0,541

-0,008

-0,033

Pasar frío por no tener medios para calentarse

0,500

0,035

0,533

Dejar de pagar recibos de luz, agua o teléfono

0,477

0,570

-0,189

Consumir los propios ahorros

0,466

-0,385

-0,268

Pedir ayuda económica a instituciones públicas

0,401

0,191

-0,007

Dejar de pagar el alquiler

0,372

0,679

-0,272

No poder comprar medicinas

0,313

0,208

0,597

Cambiar de colegio a los hijos

0,206

0,405

-0,202

Indicador

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

223

La última batería de preguntas incluida en esta dimensión se refiere a las actividades que puede permitirse el hogar. Las preguntas se refieren a la capacidad económica del hogar para realizar diversas actividades que requieren gastos de diferentes cuantías. Para evitar el sesgo que pueden introducir las preferencias del hogar por una actividad u otra, la pregunta se refiere a si han tenido la posibilidad de realizarla si hubiesen querido, con independencia de que la hayan hecho efectivamente. La inclusión de esta batería como indicador de exclusión no significa que el hogar que no realice estas actividades se encuentre excluido. Pero sí se puede considerar que los hogares que se lo pueden permitir probablemente no lo estén. Tabla 58. Preguntas sobre actividades que puede permitirse el hogar Pregunta68

No



Ir de vacaciones al menos una semana al año

50,7%

48,0%

Salir cada quince días a cenar fuera de casa

51,3%

47,6%

Hacer regalos a familiares

24,3%

75,1%

Comprar libros y discos

30,1%

69,0%

Tabla 59. Autovalores de las dos primeras dimensiones Autovalor

Varianza explicada

1

2,593

64,8%

2

0,688

17,2%

Tabla 60. Cargas en los componentes de la primera dimensión Indicador

Carga 1.ª dimensión

Poder comprar libros y discos de vez en cuando

0,833

Salir cada quince días a cenar fuera de casa con amigos

0,811

Hacer regalos a sus familiares por cumpleaños o fiestas

0,808

Ir de vacaciones al menos una semana al año aproximadamente

0,767

6 Pregunta D7. Dígame, por favor, si ha tenido dinero suficiente para hacer las siguientes cosas durante el año pasado, aunque UD no lo haya hecho por motivos distintos a los económicos.

224

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

En este caso, solo la primera dimensión tiene autovalor superior a uno y será la que se estime para el análisis. Junto con estos tres indicadores de resumen, se han incluido otros cuatro. Dos de ellos, la posesión de teléfono y de vehículo, quizás se podrían haber incluido como posesiones no básicas. Sin embargo, se ha preferido incluirlos de forma independiente, porque es discutible que en la sociedad actual estos artículos no sean realmente básicos. El tercero es la pregunta sobre estabilidad en los ingresos. Ésta es una información valiosa sobre un aspecto de la exclusión, aunque sea subjetiva. El cuarto que se ha incluido es la condición socioeconómica —computada de forma semejante a como lo hace el INE— como indicador más objetivo de posición social. La posesión de vehículo, de teléfono y la condición socioeconómica se han introducido como nominales múltiples, por lo que los resultados que se pueden mostrar son algo diferentes. El resultado del análisis ofrece, de nuevo, dos autovalores mayores que uno. Pero, al haber variables nominales múltiples, el porcentaje de varianza no puede ser calculado. Además, no es posible generar la tabla de cargas en los componentes para todas estas variables. Por ello, es preferible mostrar la correlación de las dos primeras dimensiones con las variables introducidas, transformadas (en el caso de las nominales múltiples, se ha indicado el significado de las más relevantes). Tabla 61. Indicadores de posición social Pregunta

Algunas categorías

Posesiones no básicas

Sin posesiones (34,5%)

Pocas posesiones (11,9%)

Teléfonos

Sin teléfono (2,6%)

Solo fijo o solo móvil (36%)

Vehículos

Ninguno (25,3%)

Solo motocicleta (1,2%)

Apuros económicos

Muchos (5,1%)

Bastantes (7,4%)

Capacidad de gastos de ocio Muy poca (29,3%)

Poca (17,8%)

Estabilidad en los ingresos

Nada estables (2,4%)

Poco estables (7,7%)

Condición socioeconómica

Trabajadores manuales (6,1%)

Tabla 62. Autovalores de las dos primeras dimensiones Autovalor 1

2,701

2

1,339

A

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

225

Tabla 63. Correlaciones de las variables transformadas con las dos primeras dimensiones Correlación con la 1.ª dimensión

Correlación con la 2.ª dimensión

Capacidad de gastos de ocio

0,747

-0,047

Posesiones no básicas

0,728

0,197

Vehículos dimensión 1 (ninguno-automóvil)

0,713

0,422

Teléfono fijo o móvil dimensión 1 (ninguno-ambos)

0,706

0,488

Vehículos dimensión 2 (ninguno-motocicleta)

0,614

0,495

Apuros económicos

0,573

-0,403

Teléfono fijo o móvil dimensión 2 (sólo fijo-sólo móvil)

0,503

0,686

Condición socioeconómica dimensión 1 (obrera – alta)

0,432

-0,120

Estabilidad en los ingresos

-0,280

0,606

Indicador

Gráfico 70. Indicadores de posición social A AAAAAA AA A A A A A AA AA A A A A AAAA AAA A A AAA AA A AA A AA A A A A AA AA AA AAAAAAAAAA AAAA A A AAA A AA AAA AAA A AAAAA AA A AA AAAAAAAAAA AA A AAAAAAAA A A AAA A A A AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA A AAAAAAAAAA AAAAAAAA A AAAAAAAAAAAAAAA AAAA A A A A A AA AAAAAAA A A A A A A A A A A A A A A A A A A A AAA AA AAAAA AAAA AAA A AA AA AAAAA AA A AAAAAAAAAA A A AAAA A AAAAAAAA AAAAA A A AA A AA AAAAAAA AAA AAAAA A A A A AAAAA AA AA AAA A AAA A A A A AAA AAAAAAAAA A AA A A AA AA A AA AAA A AAA A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A AA AAA AAA AAAAA AA AAAA AA AAAAAAA A AA AAAA AAAAAAAAA AAAAAAAAAAA AA AAAA A AA A AAA AAA AA AA AAAAAA A AAAAA A AA AAAAA AA AAA AAAAA AA A AAAAAAAAA AAAAAAAAA AAAAAAAAA AAAAAA A A A A AAAAA AAAAA A A AAAAAAAAAAA A AAA AAAAA AAAAAAAAAAA AA AA AA AA AA A AA A AAA AAAAAA AA AA AAAA AAA AAA AAAAAAAAAAAAAAAAAA AA A A AAAAA AAAAAA AAAAAAAAAAAAA A A A A A A A A A A A A A AA A A A A A A A A A AAAA AAAA AAAAAAA AAA AAA AA AAAA A AA AAAA AAAAAAAAAAA A AAAA AAAAAAAAAAAAAAAAAA AAAAA AAAAAA AAA A AA A A A A A A A A A A A A A A A A A A A AAAAAAAAAAAAAAAA AAAAA AAAAAA A A AA A A AA AAAA A AA A AA AAA AAAAAA AA A A AA AAAAAAAAAA AAAA AAAAAA AAAA A AAA A AA AAAAA AAAAAAAAA AA A AAAA AAAAAAAAA AAA AA AAAAAAAAA AA A AAAA AAAAA A A A AAAAAAA A A AAA AAA A AAAAAAA A A A A AAAAAAAAAA AAA AAAAAAAAAAAAAAAA A AAAAAAAAAAAA AAAAA AA AA AAA A AA A A A A A A AAA AA AAAAAAAAAA AAA AA AAA AAAA A A A A AAA AAA AAA AA A A AAAAAAAAAAAAAAAAAAAA AA AA AA AAA AA A A AA AA AA A AA A AA AA A AA AAA AAAA AA A A A AAAAAAA AAAAAAAA AAAAA AAAA AA AAAAAAAA A A AA AAA A AAAAAAAA A AA A A A A AA AA A A A AAA AA A A A A A A A A AA AA AA A A A A A A A A AAAA AA AA AA AAAAAAAAAAAAA AAAA AA A A A A AA A AAAA A A AA A A AAA A A A A AAAAA A A AA A A A A A AAAA A A AA A A A A A A A A A A A A A A

Indicador de posición social 2

A

2.00

0.00

-2.00 A

-4.00

-3.00

-2.00

-1.00

0.00

1.00

Indicador de posición social 1

A A A A A

Posición social regular pero estable (19.5%) Posición social mala e inestable (5.1%) Posición social buena (51.2%) Posición social regular e inestable (16.9%) Posición social mala pero estable (7.4%)

226

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Tras el análisis de los componentes principales, se considera interesante conservar dos factores, ya que uno solo no puede retener la información que proporcionan preguntas tan diversas. El primer factor es el de posición social, y en él participan principalmente las componentes de posesiones no básicas, teléfonos, vehículos y capacidad de gastos de ocio, aunque intervienen también la de apuros económicos y la de condición socioeconómica (estos indicadores están presentes en la tabla 31). El segundo factor se relaciona, más bien, con la estabilidad de dicha posición. En él participan, sobre todo, la pregunta de estabilidad en los ingresos, la pregunta sobre apuros económicos y la de condición socioeconómica. 3.2. Construcción de la clasificación de exclusión 3.2.1. Resumen de las dimensiones Ya se han analizado distintos aspectos de la exclusión por separado. Sin embargo, la naturaleza multidimensional de la exclusión exige tanto el análisis individual de dichas dimensiones, como el análisis conjunto de las mismas, de modo que las relaciones entre ellas permitan conocer cómo se llega a una situación de exclusión social. Un requisito para realizar este análisis es que las dimensiones puedan ser consideradas de forma numérica. Pues bien, las dimensiones que se han obtenido anteriormente ya se pueden considerar de este modo. Por tanto, ha sido posible utilizarlas para realizar un análisis de componentes principales. El resultado del análisis ofrece tres dimensiones, dos de ellas con autovalor superior a 1, por lo que serán retenidas. Como podemos ver en la tabla 65, la primera dimensión tiene componentes de todas las variables introducidas en el análisis, siendo el segundo indicador de posición social (“indicador de posición social 2”) el que menos influencia tiene. Por ello, es legítimo decir que esta dimensión resume la situación del hogar en cuanto a la exclusión en los términos más generales posibles. En la segunda dimensión, en cambio, hay unas componentes negativas y otras positivas. La variable que más influencia tiene es el segundo indicador de posición social, que como ya se vio refleja la estabilidad de la situación del hogar. Junto a esta, también tienen una influencia importante los indicadores de vivienda y trabajo. Esta dimensión indica un tipo de exclusión ligado a la inestabilidad, relacionada probablemente con las dificultades que tienen los jóvenes para encontrar empleo y vivienda. Leyendo la tabla 66 se confirman estos datos: la correlación de la primera dimensión con la edad del entrevistado es negativa, lo que significa que los hogares en que el entrevistado es de mayor edad tienen peores condiciones de vida. En cambio, la correlación de la segunda dimensión con la edad es positiva, por lo que esta dimensión está asociada a problemas que, mayoritariamente, tienen los jóvenes.

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

227

Tabla 64. Autovalores de las tres primeras dimensiones Autovalor

Varianza explicada

1

1,971

28,2%

2

1,332

19,0%

3

0,944

13,5%

Tabla 65. Cargas factoriales del análisis con dos dimensiones Dimensión 1

Dimensión 2

Indicador de posición social 1

0,794

-0,182

Indicador de educación

0,745

-0,273

Indicador de integración

0,559

-0,170

Indicador de salud

0,464

-0,026

Indicador de vivienda

0,365

0,654

Indicador de trabajo

0,337

0,402

Indicador de posición social 2

0,104

0,777

Indicadores

Método de extracción: análisis de componentes principales

Tabla 66. Correlaciones de las dos dimensiones de exclusión con la edad del entrevistado Edad del entrevistado Dimensión 1.ª

-0,35

Dimensión 2.ª

0,45

A

228

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

3.2.2. Análisis de conglomerados Una vez resumidas las variables en dos dimensiones de exclusión, el objetivo es identificar los hogares que se encuentran en peor situación. Para ello realizamos un análisis de conglomerados en dos fases. En este tipo de análisis, el procedimiento selecciona de forma automática cuál es el número de conglomerados óptimo, según una serie de criterios basados en la razón de las medidas de distancia (en este caso, la distancia utilizada ha sido la verosimilitud), es decir, la distancia media de cada punto a su centroide de cluster con los diversos números de conglomerados. En el gráfico 71 podemos ver la distribución de los hogares de la muestra, clasificados según el conglomerado obtenido y según sus valores en las dos dimensiones de exclusión. Así podemos ver que en este análisis no ha aparecido ningún conglomerado al que podamos calificar de excluidos, ya que los tres grupos tienen un porcentaje considerable de hogares. Lo que sí ha aparecido es un grupo al que podemos llamar de incluidos (conglomerado 1), ya que es el que presenta con claridad el mayor valor en la primera dimensión.

Gráfico 71. Resultados del primer análisis de conglomerados

Dimensión 2

2.00000

0.00000

A

-2.00000

-4.00000

A AAAAA AA AA A A A AAAAAAA AAAAAAAAA A AAAAAAAAAAAAAAAAAA A AA AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA AA A AAA AAAAA AA AAAAAA AAAAAA A AA A AAA A A A A A A AAA AAA A A A A AAA AAA AAAAAA AAA AAA A A A AA AA AAAA AAAAA AAAAAAAAAAA AA AAA AA AAA A A AAA AAAA AA AA AAAA AA AA AA AAAA AAA A A A AAA AAAA AAAAAAAAA AAAAAA AAA A AAA AAAA AAAAAA AA AAAAAA AAAAA AA AA AA AA AA AAAAAAAA A AA A AA AA AAA A A A A A A A A A A A A AAAA A A A A A A AAAAAAAA A A A A A A A AAAA AA AAA AAAAAA AAAA AAA AA A A AA A A A A A A A A A A A AAAAA A AA A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A AAAA AAA AAA AA AAAAAAAAA AAAAAAAAAAAAAAA AAA AA AAA AAAA AAAAAAA AAAA AAAAAAAA AAAAA AA A AA A A A A A A A A A A A AA A A AA AAAAAA AAAAAAAAAAAAAAA A AAAAAA A AA AAAAAAAAAAAA AAAAAA AAAAA A AA AAAAAA A AAAAAAAAA A AAAAAA AAAA A AAAAAAAAA AA AAA AA AAAAA AAAAAAA AAA AAA AA AAA AAAA AAA AAAA AAA AA AAAA A AA AAAA A A A AAA AAA AAAAAA AA AA AAA AAA AA AAAAA AA AAAAAAA AAA A AA AAAAAAA A AAA AA AAAA AAAA AAAAA AAAAAAAAAA AA AAA AAA AAAAA AAA AA AAAA AA AAAA AA AA AAA AA AAA AA AA AAAAA AA A AAAAA AA AA A AAA AA AA AA A AA AA AAA AAA AA AAA AAAA A AA A A A A A AAAAAAAAA AAAA A A A A A A A A A A A AAAAA A A AA AAAA A A A A A A A AAAAAA AAAA AA AAAA A A A AA AAAAA A AAAA AAAAA AA AA AAAAA AA AA AAA AA A AAAAAAA AAAAAAA AA AAA A AAA AAA A AAAAAAA AAA AA AA A A A A A A A A A A A AAA AAA AA A A A A A A A A A A AA AAAAAA A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A AAA A A A AAA AAA A AAAAAAAAAAAAAA AAAA AA AA AAAA AA AA AA AAAAA AAAA AA AAAA AAAAAA AAAA AA AAAAA AAA AAAAAAAA AAAAAA A AAAAAAA A AAA AA A AA AA AA AAAAA AA AA AAAAAAAAAA A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A AAAA AA A A A AA AA AAAAAAAAAAAAAAAAAAAA AAAAAAAAAA AAAAA AAAAAAAA AAA AAAAAAA AA A AA AAAAAAAAA AA AAAAA AAAAAAAAAAA AAAAA AA AA AA AA AA AAAA AA AA A A AAA A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A AA A A AA AAAAA AAAAA AAAAAA AAAAAAAA AAAAA A AAA AAA AAA AAAA A AA A AAAAA AA AAAAA AAAAAA A AA AAAAA AA A A AAAA A AAA AAAAAA A A A A A A A A A A AA A AAAAA AAA A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A AAA AAAAAA AAAAAAAAAA AAAAAAAAAAAAAAAA AAAAAAAAAAAAAAAA AA AA AAA AAAAA A AAAAAAAAAAA AA A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A AA AAAAAAAAAAAA AAAAAAAAAAAAAAA AAAAAAAAAAAA AAAAAAAAAAA AA A AAAAAA A A AAAAAAAAAAAAAA AAAAAAAAA A AAAA AAAA AAA A AA AAA A AAA AAAA AAAAAAAA AAAAAAAA AAA AAAAAAAAAAAAAA A A AAAAAAAA AAAAAA AAAAAAAA AAAAAA AAAA AAAAAAAAAAA AAA AAAAAAAAA AAA AAAA AAAAAAAAAAAAAAAA AA AA A A AAAAAA AAAAAA AAAAA AA AAAAA AAAAA A AAA AAAAAAA AAAA AAA AAAA A A AAA AAAA AAAAA A AA AAAA AA AAA AAAAAAAAAAAA A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A AAAAA AAAAA AA AAA AAAAA AA A AAAAAAA A A AA A A AAAA AA A AAAAAA A AAA AA A A AA AAAAAAAA AAAAA A AAAA A AA AA AAAAAAAAAA AAA AA AAAAAAAA AAAAAA AAAA AAAA A A A A A A A A A A A AA AA AA AAAAA A AAAAAA A AA A A A AA A AAAAA AA A AA AA AA AAA AA AAA A A A AA A AAAA A A A A AAAAAAAAAAAAA A A A AA AAAA AAAAA AAAA A A AA A AA A A A A AA AA A A A A A A AA AA A A AA AAAA AA A A AA AA A AA A A A A AA AAA A AA A A A A A A A A A A

-4.00000

A A

-2.00000

0.00000

Dimensión 1

2.00000

Conglomerados A

1 (51.1%)

A

2 (26.3%) 3 (22.5%)

A

A

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

229

Como este grupo ya está identificado, realizaremos un nuevo intento realizando un nuevo análisis de conglomerados en dos fases, donde ya no incluiremos a este conglomerado, sólo a los otros dos. Como se ve en el gráfico 72, en este caso sí aparece un grupo que en ambas dimensiones está peor situado que los demás, con un número reducido de hogares: es el grupo 3, al que podemos calificar como grupo de hogares excluidos. Para analizar qué tipo de hogares incluye cada uno de los otros grupos, volveremos a los indicadores iniciales y se calculará el valor medio de cada indicador en cada grupo. Recordamos que en general el valor positivo en una dimensión significa la ausencia de problemas en la misma. Volveremos a incluir, como referencia, al grupo de los incluidos que se había identificado antes y se había excluido del segundo análisis de cluster. Aparte del grupo de hogares incluidos, como se ve, han resultado otros cuatro, que son los siguientes: Hogares de recursos bajos: Estos hogares tienen unos problemas similares a los que tienen los hogares dependientes, pero sin problemas de

Gráfico 72. Resultados del segundo análisis de conglomerados

Dimensión 2

2.00000

0.00000

A

-2.00000

-4.00000

A A A AAA AA AAAA AA AA AAAAA AAAAAAAAA A A AAAA AAAAAAAAAAAA AA AAAAAAAA AAAAAA AAAAA AAA A AAAAAA AAA A A AAAAAAAAA AAAA AA AAAA A AA AAA A A A A AA AAAAAA A A AA A A A AA AAA AAAAA AAAAAA AA A AAAAAA AAAAAA A AA A A A A A A AA A A AA A AAA A A A A A A A A AAAAAAAAA AAAAAA AAAAAA AA AA AAA AA A AAAAAAAA AA AA AA A AAA AA AAA AAA AAAA A AA A AAAA AAAAAAAAAA AAAA AAA AAAA AAAA AA AAA AAAAAAAAAA AA AA AAA AA AA AAA A A A A A AAAA A A A A A A A A A A A A A A A AAA AAA AAA AA AAAA AAAAAAA AAAA AAAAA AA AA AAAAAA A A A A A A A A A A A A AAAAAAAAAA A A A A A A A A A A A A A AAAA AAAAAAAAAAA AAAAA AA A AA AA AA AAAAAA AAAAA A A A A A A A AAAAAAA A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A A AAAAAA AAAA A AAAAAAAAA AA AAA AAAAA AAA AAA AAAA AAAAAAAAAA AAAAAAAAA AA AAA AAAAA AAA AA AA AAA AA AA AAA A A A AAAAAAAA AAAAA A AA A AA AAAA AA AAAAAAAAAAAAAAA AAAAA AA A A AA AAA AAAAAAAAAAA AAA AAAAAA AAAAAA AA A AAA A A A AAAAAA A AAAAAAAAA A A A A A A A A A AAAA AAAAA AAAAAAAAAAAA AAAAA AA AAA A A AA AAAA AAAAA AA AAAAAAAAAAAAAA AAAAAA AAAAAA AAAAA A AAAAAA AAAAAAAAA AAA AAAA AAAA A AAAAAAA A AAAAAAA AA AAAAAA AAA AAA AA AA A A AAAAAAA A A AAAA AAAAA A A A AAAAAAAAAAAAAA A AAA A A A AAAA AAAAAAAAAAAAAAAAA AAA AAA AAAAAA AAA AA AAA AAAAA AAA AAAAAAAAAAAAA AAAAA AAA AAAAAAA AAAAAA AAAAAA A A A AAAA A A A A A AAAAAAAAAAAAAAAAAAAA AAAAAA AA AAAAAAA A AAA A A A AA AAAAAAA A A A A A A A AAAAAAA AAAAAAA AAAA AA A AAAA AA A A A A A A AAAA A AAA A AA AAAAA A AAAAAAAAAA A AA AAAAAAA A AAAA A A AAAAA A A A A A A A A AA AAAA AAAAAA AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA A AA AAAA A AAA A A A AA A A A A A A A A A A A A A A A A A AAAA AAAA A A A A A AAAAAAA AAAAAA AAAAAAAA A A A A A A AA AAA A A A A AAAA A AAAAAA AAAA A A A A A A AAA A A A A AA AA A AA A A A A A A A A AAAA A AA A A A A A AA A A AA A A AA A AA AA A A A A A A A A A

-4.00000

Conglomerados A A A A

A A

-2.00000

0.00000

Dimensión 1

2.00000

1 (15.6%) 2 (12.6%) 3 (6.1%) 4 (14.6%)

230

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Tabla 67. Valores medios de los indicadores en cada grupo 1 4 De Con recursos 2 3 problemas 5 bajos Dependientes Excluidos laborales Incluidos Indicador de trabajo

0,13

0,00

-1,13

-0,64

0,28

Indicador de vivienda

0,51

0,10

-1,86

-0,82

0,26

Indicador de educación

-0,74

-0,94

-0,68

-0,06

0,56

Indicador de salud

0,07

-0,93

-0,81

-0,01

0,31

Indicador de integración

-0,33

-0,77

-0,65

-0,03

0,38

Indicador de posición social 1

-0,54

-1,38

-1,17

-0,11

0,67

Indicador de posición social 2

0,75

0,74

-1,60

-0,83

0,01

Dimensión 1

-0,42

-1,29

-1,76

-0,40

0,76

Dimensión 2

1,00

0,98

-1,84

-1,07

-0,02

Porcentaje (%)

15,6

12,6

6,1

14,6

51,1

salud ni integración. Por lo tanto, sus problemas principales son tener bajos recursos económicos. Hogares dependientes: destacan por un valor muy bajo en educación, en salud, en integración y en posición social. En cambio, no tienen problemas de trabajo, vivienda o estabilidad. Se pueden identificar con las personas mayores (ver tabla 68) o con otros problemas de salud que padecen (discapacidad), por ello tienen todos los problemas expuestos. Hogares no consolidados: estos hogares no tienen problemas de salud ni integración, pero sí tienen graves problemas de trabajo, vivienda y estabilidad. Este grupo se nutre principalmente de hogares jóvenes (ver tabla 68), que si siguen el proceso normal se afianzarán en un trabajo y una vivienda, pero aún son vulnerables a cualquier circunstancia adversa. Hogares excluidos: son los que tienen un valor muy bajo en todos los indicadores.

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

231

Tabla 68. Edad media de la persona de referencia en cada grupo Edad Hogares incluidos

48,33

Hogares de recursos bajos

67,73

Hogares dependientes

72,28

Hogares excluidos

53,88

Hogares no consolidados

48,52

Si se cruza esta clasificación con el hábitat, se ve que el grupo de hogares excluidos y también el grupo de hogares no consolidados es más abundante en las zonas urbanas. En cambio, los grupos de hogares dependientes y de recursos bajos están más concentrados en los núcleos más pequeños. Tabla 69. Porcentaje de hogares en cada hábitat según el grupo de exclusión Hábitat Menos de 1.000 H.

Entre 1.001 y 5.000 H.

Entre 5.001 y 20.000 H.

Entre 20.001 y 100.000 H.

Más de 100.000 H.

Hogares incluidos

16,3%

16,0%

18,7%

14,1%

34,9%

Hogares de recursos bajos

31,6%

14,6%

17,5%

10,7%

25,5%

Hogares dependientes

36,2%

13,5%

14,0%

13,9%

22,4%

Hogares excluidos

18,5%

17,6%

14,4%

8,3%

41,2%

Hogares no consolidados

17,4%

15,8%

13,8%

13,8%

39,2%

Construcción del “indicador del nivel educativo del hogar” (IE-1) La educación tiene una importancia decisiva en las relaciones que una persona establece con el resto de su sociedad. Pero la educación de una persona no es una circunstancia aislada del resto de su entorno. El nivel alcanzado por un individuo estará determinado, en buena medida, por el nivel educativo que hayan alcanzado sus progenitores, y éste, a su vez, incidirá sobre el nivel educativo que lleguen a obtener sus hijos.

232

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Disponer de un indicador educativo a nivel de hogar es interesante, porque es un factor que mide la posición del hogar en la sociedad en diferentes momentos del tiempo: el pasado, el presente y el futuro. Si unos padres con un nivel educativo inferior al habitual en su generación consiguen dar a sus hijos una formación superior a la media de la suya, probablemente habrán progresado en su posición con respecto a la sociedad. También es probable que cuando sean mayores tengan algunas ventajas, porque el nivel educativo de sus hijos será para ellos una garantía de inclusión. La medición del nivel educativo de una persona se realiza comúnmente según el nivel de estudios finalizado. En algunas ocasiones, se realiza tomando como referencia el número de años en los que ha recibido educación. Sin embargo, cuando se quiere resumir el nivel educativo de un hogar, este indicador no es suficiente porque los niveles educativos de personas de distintas edades no son comparables. La ventaja o desventaja que tiene un determinado grado de educación para una persona es relativa a la sociedad en que habita, porque la utilidad que proporciona un determinado grado de educación a un joven para desenvolverse en la sociedad no es la misma que proporcionó a su padre. Por ello, para detectar cuándo el nivel educativo se convierte en un factor positivo o negativo para las personas en relación a la inclusión social, este debe ser relativizado con respecto al nivel educativo medio de la sociedad. Una vez relativizado, se puede calcular el nivel educativo medio del hogar, como el promedio de los niveles educativos de sus miembros. Para el cálculo sólo se ha tenido en cuenta a las personas del hogar que por su edad ya deberían haber acabado el periodo obligatorio, es decir, los que tienen más de 16 años. El proceso de cálculo del indicador es el siguiente: se calcula cuál es el nivel educativo medio de las personas de cada edad. Ese nivel educativo se toma como referencia, asignándose una puntuación negativa a las personas con un nivel educativo inferior y positivo a las personas con un nivel educativo superior, siendo esta puntuación de una unidad si se sitúa en el escalón inmediato, o de dos unidades si se sitúa a más distancia. El cálculo concreto del indicador aparece en la siguiente tabla: Tabla 70. Puntuaciones para el cálculo del indicador de nivel educativo del hogar Sin Primer Analfabetos estudios grado

ESO, EGB Bachiller Bachiller Formación Licenciados y elemental Profesional Diplomatura Doctorados

17 a 23 años

-2

-2

-1

0

0

0

0

24 a 40 años

-2

-2

-2

-1

0

1

2

41 a 60 años

-2

-2

-1

0

1

2

2

Más de 60 años

-2

-1

0

1

2

2

2

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

233

Para calcular el indicador del nivel educativo del hogar, simplemente se realiza el promedio de los niveles educativos de sus miembros con más de 16 años. El indicador resultante “nivel educativo del hogar” (IE-1) se ha recodificado según la siguiente clasificación: Tabla 71. Indicador de nivel educativo del hogar (IE-1) Mayor o igual que 2 Mayor o igual que 1 y menor que 2 Mayor que 0 y menor que 1 0 (en la media) Menor que 0 y mayor que 1 Menor que 1

Muy alto Bastante alto Alto Normal Bajo Muy bajo

ANEXO 4 CONSTRUCCIÓN DEL MODELO DE EXCLUSIÓN SOBRE EL CENSO DE POBLACIÓN El propósito que tiene construir este modelo es explicar lo mejor posible la pertenencia de los hogares al grupo de pobres y excluidos que se ha definido anteriormente, utilizando las variables presentes en el Censo de Población y Viviendas de 2001. Dado que la variable dependiente es dicotómica (1 = pertenencia al grupo de pobres y excluidos, 0 = no pertenencia), uno de los tipos de análisis posibles es la regresión logística. Para realizar el análisis se han incluido todos los indicadores comunes al Censo y a la ECV, IESA-2005, que pudieran explicar la pertenencia al grupo, sin hacer ningún tipo de selección. El modelo no será perfecto, porque no hay indicadores de renta, ni de salud, ni de integración y los de posición social son muy limitados. Los indicadores incluidos en el modelo, en principio, son los siguientes:

236

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Tabla 72. Indicadores de Trabajo Indicador

Descripción

XT-1

Parados

Existen personas que están en paro

XT-2

Parados que nunca han trabajado

Existen personas en paro que nunca han trabajado

XT-3

Ocupados con respecto a la población de 16 años o más

Número de personas

XT-5

Activos

Número de activos sobre el total de miembros (ninguno, alguno o todos)

XT-7

Sustentadores

Número de ocupados o jubilados sobre el total de miembros (ninguno, alguno o todos)

Tabla 73. Indicadores de Educación

XE-1

Indicador

Descripción

Nivel de educación relativo19

Se da un punto a la persona que tiene un nivel educativo un tramo superior a la media de su grupo de edad, dos a la que dista dos tramos, etc. Negativos a los que tienen un tramo inferior En el caso de menores de 16 años que estén estudiando, se les da un punto negativo si los estudios en curso son de un nivel más bajo que los correspondientes a su edad

XE-2

Máxima educación entre las personas principales

Nivel educativo mayor entre las personas principales

XE-3

Existen jóvenes analfabetos

Existen menores de 30 años con nivel de estudios: analfabeto

XE-4

Existen jóvenes sin estudios

Existen menores de 30 años con nivel de estudios: sin estudios

1 Consultar la construcción del Indicador IE-1 en el Anexo 3: construcción de la tipología de exclusión.

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

237

Tabla 74. Vivienda Indicador

Descripción

XV-1

Habitaciones por unidad de consumo

Habitaciones en el hogar por unidad de consumo

XV-2

Superficie por unidad de consumo

Superficie del hogar por unidad de consumo

XV-3

Falta de equipamientos básicos

Falta de servicio o aseo

XV-4

Estado de la vivienda

Estado de la vivienda

XV-5

Superficie de la vivienda

Superficie de la vivienda

XV-6

Régimen de tenencia de la vivienda

Régimen de tenencia de la vivienda

Tabla 75. Posición social Indicador

Descripción

XR-1

Posesiones no básicas

Posesión de segunda vivienda

XR-2

Automóviles

Posesión de automóviles (uno, más de uno)

XR-3

Condición socioeconómica

Condición socioeconómica con la clasificación del Censo

Tabla 76. Barrio Indicador

Construcción

XB-1

Problemas por delincuencia

Delincuencia

XB-2

Problemas por contaminación

Contaminación

XB-3

Problemas por ruido

Ruidos exteriores

XB-4

Problemas por suciedad

Poca limpieza en sus calles

Tabla 77. Estructura del hogar XH-1

Familia numerosa

Al menos 4 menores de 16 años.

XH-2

Tamaño del hogar

N.º de personas en el hogar

238



MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

La regresión logística estima una función de la forma:

 p   = c + α 1 x1 + ... + α n x n , log 1− p  siendo p la probabilidad de pertenecer al grupo de excluidos, c una constante, xi las variables independientes y αi los coeficientes del modelo. Una vez obtenida la función, se puede clasificar a cada hogar en excluido o no excluido según su p (probabilidad de pertenencia al grupo de excluidos) estimada. Para no recargar el modelo, e introducir más variables de las necesarias, se ha utilizado un método de introducción por pasos, de forma que solo se introduce una nueva variable si ésta mejora el ajuste del modelo de forma significativa. Una vez estimados los coeficientes podemos calcular el valor de p estimada para cada registro. En nuestro caso esa función es:

punt= I1*1.989+I2*1.043+I3_1*1.031+I3_2*1.607+i4*(-1.645)++I5_1* (-1.767)+I5_2*(-.994)+ I6*2.3301+I7_1*1.203+I7_2*2.291+I8*.912-5.130,

siendo punt=

 p   log 1− p 

De aquí se calcula la probabilidad de estar en el grupo de excluidos y vulnerables, con la función: Prob = exp(punt)/(1+exp(punt)). Es necesario especificar un valor de p límite para clasificar cada registro en uno u otro grupo. El valor más habitual es 0,5 pero, cuando como es este caso, hay un grupo mucho mayor que otro, es también muy frecuente que el valor 0,5 dé resultados muy distorsionados. Así sucede, ya que con 0,5 clasificaríamos muy pocos excluidos. En nuestro caso, tras varias pruebas, el valor límite que resulta más adecuado es 0,1. La tabla de clasificación (tabla 78) ofrece los resultados de la clasificación con límite igual a 0,1. En cuanto a las variables que han quedado incluidas en el modelo, vemos que hay variables relacionadas con el trabajo, la educación y la vivienda, por lo que están representadas tres de las dimensiones que incluíamos en los indicadores de exclusión. La función de exclusión es aplicada a cada registro (hogar) del Censo de Población y se clasifica qué hogares están por debajo del punto de corte. Estos hogares son clasificados como excluidos.

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

239

Tabla 78. Tabla de clasificación del análisis

OBSERVADO

PREDICHO No excluidos (0)

Excluidos (1)

% de acierto

2802

147

96,1

30

66

70,4

No excluidos (0) Excluidos (1) Total

95,5

Tabla 79. Tabla de coeficientes del análisis Variable

Explicación

I1: Alguna persona en paro I2: Ningún ocupado

I3_1: Pocos sustentadores

I3_2: Ningún sustentador I4: Nivel de estudios de las personas de referencia superior a primarios I5_1: Superficie por unidad de consumo alta

I5_2: Superficie por unidad de consumo media I6: Falta de servicio o aseo dentro de la vivienda I7_1: Estado del edificio deficiente I7_2: Estado del edificio malo o ruinoso I8: Vivienda no en propiedad Constante

Ningún ocupado (todos parados o inactivos) 0< Número de jubilados, pensionistas u ocupados < (Número de miembros del hogar)/2 (Nº de jubilados, pensionistas u ocupados mayor que cero, pero menor de la mitad del total de miembros del hogar) Número de jubilados, pensionistas u ocupados =0 (ninguno) La persona de referencia o su cónyuge tienen estudios de segundo o tercer grado Superficie útil de la vivienda dividida por unidad de consumo (OCDE modificada) mayor o igual que 40 Superficie útil de la vivienda dividida por unidad de consumo (OCDE modificada) menor que 40 pero mayor o igual que 30 Falta de servicio o aseo dentro de la vivienda El estado del edificio es catalogado como deficiente El estado del edificio es catalogado como malo o como ruinoso Régimen de tenencia de la vivienda en alquiler, cedida u otra forma

Sig.

Exp (B)

1,99

0,00

7,31

1,04

0,00

2,84

1,03

0,01

2,80

1,61

0,00

4,99

-1,64

0,00

0,19

-1,77

0,00

0,17

-0,99

0,01

0,37

B

2,33

0,00 10,29

1,20

0,00

3,33

2,29

0,00

9,89

0,91

0,00

2,49

-5,13

0,00

0,01









ANEXO 5 DESCRIPCIÓN DE LAS TÉCNICAS UTILIZADAS en LOS ANÁLISIS ESTADÍSTICOS 5.1. Análisis de Componentes Principales El Análisis de Componentes Principales (ACP) es una técnica estadística propuesta a principios del siglo pasado por Karl Pearson, como parte del análisis factorial. Sin embargo, la complejidad de los cálculos retrasaron su desarrollo hasta la aparición de los computadores y su utilización en la segunda mitad del siglo XX. Podría decirse que el objetivo principal que persigue el ACP es la representación de las medidas numéricas de varias variables en un espacio de pocas dimensiones, para facilitar su uso, y eliminar la posible colinealidad entre las variables originales. Dicha representación debe ser tal que al desechar el resto de las dimensiones la pérdida de información sea mínima. Un símil podría ilustrar la idea: imaginemos una gran lámina rectangular (objeto de tres dimensiones) de, por ejemplo, 3 m de larga, 2 m de ancha y 4 cm de espesor. Para efectos prácticos, dicha lámina puede ser considerada como un objeto plano (de dos dimensiones) de 3 m de largo por 2 m de ancho. Al realizar esta reducción de dimensionalidad se pierde cierta cantidad de información ya que, por ejemplo, puntos opuestos situados en las dos caras de la lámina aparecerán

242

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

confundidos en uno solo. Se pierden las distancias perpendiculares a las caras. Sin embargo, la pérdida de información se ve ampliamente compensada con la simplificación realizada, ya que muchas relaciones, como la vecindad entre puntos, son más evidentes cuando estos se dibujan sobre un plano que cuando se hace mediante una figura tridimensional que, necesariamente, debe ser dibujada en perspectiva. Para realizar el Análisis de Componentes Principales se suele preferir que las variables estén estandarizadas —es decir, que tengan igual media y varianza—, ya que si tuvieran distinta varianza, la variable con mayor varianza podría tener más peso en los resultados. Si consideramos las variables iniciales como un espacio vectorial, de dimensión el número de variables, el ACP consiste en un cambio de base, de forma que en la nueva base del espacio vectorial, el primer vector coincide con la dirección de máxima dispersión, el segundo con la siguiente —con la condición de ortogonalidad, claro está—, y sucesivamente. Si partimos de la matriz de correlaciones de las variables, este objetivo se consigue mediante la diagonalización de la matriz, de forma que el primer autovalor en la diagonal se corresponderá con la primera dimensión, etcétera. Estos autovalores sirven como medida de importancia de la dimensión, ya que su suma es la suma de las varianzas originales y, por tanto, si dividimos el autovalor por la suma de los autovalores obtenemos el porcentaje de varianza explicada. Los vectores propios de la diagonalización son las direcciones de las dimensiones. De esta forma, la varianza total se descompone en un número finito de partes disjuntas de varianza, correspondientes a cada autovalor, cada vez menores. Lo esperado es que tomando un número pequeño de partes tengamos un alto porcentaje de varianza explicada. Las correlaciones entre las variables originales y los factores se conocen comúnmente como “cargas factoriales”, y nos dan una idea de cuál es la relación entre unos y otros. 5.2. Análisis de componentes principales categórico El propósito de esta técnica es el mismo que el del análisis de componentes principales clásico (PCA), es decir, transformar un conjunto de variables en otro, de forma que reteniendo sólo un número reducido de variables finales (dimensiones) se pierda sólo una parte pequeña de la información que contenía el conjunto original de variables. La diferencia fundamental entre el PCA y el Análisis de Componentes Principales Categórico (CATPCA) es el tipo de variables que utiliza. El PCA necesita variables medidas en una escala métrica, mientras que el CATPCA utiliza cualquier tipo de variables. Dado que nuestras variables van a tener un nivel de medida ordinal o nominal, es necesario utilizar CATPCA.

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

243

Salvo que una variable sea completamente dependiente de las otras es imposible retener toda la información que contiene un conjunto de variables en un conjunto más pequeño, así pues, es necesario que exista una pérdida de información. Esta pérdida es medida por una función llamada función de pérdida. El CATPCA transforma las variables originales de forma que esta función de pérdida sea mínima, correspondiendo a cada categoría de la variable original un valor llamado cuantificación. Además, cada una de las variables transformadas (componentes) interviene en cada una de las dimensiones con un coeficiente. Las restricciones sobre las cuantificaciones vienen determinadas por el tipo de variables que se transformen: las variables nominales no tienen restricciones para transformarse; las transformaciones de las variables ordinales deben conservar el orden de las categorías, pero no necesariamente la distancia, y las transformaciones de las variables numéricas deben conservar tanto el orden como la distancia. Los valores de las cuantificaciones y las cargas son los óptimos para que la función de pérdida sea mínima en el sentido de mínimos cuadrados, y se encuentran mediante un algoritmo llamado mínimos cuadrados alternados (ALS) (Gifi, 1990). A continuación se detallará la interpretación de los principales resultados de este tipo de análisis. Autovalores Como hemos señalado anteriormente, el objetivo del CATPCA es resumir la información que existe en un conjunto de variables con un número menor de variables, que llamamos dimensiones. Restringiremos la explicación al caso de que existan solo variables ordinales, ya que es el más sencillo, y el que más aparece en nuestro estudio —los indicadores de tipo nominal con solo dos valores se pueden tratar igualmente como nominales—. En este caso, el número de dimensiones máximo que se pueden calcular es igual al número de variables originales. Si retenemos todas estas dimensiones, nuestra pérdida de información será cero. En cambio, si solo retenemos parte de estas dimensiones, se producirá una pérdida de información. La parte de información que se mantiene con cada una de las dimensiones viene dada por el valor del autovalor, de forma que si el autovalor de un eje es 1, la cantidad de información que contiene es equivalente al de una variable original, si es 2 correspondería a dos variables originales, etc. La proporción de información retenida por un conjunto de dimensiones sobre el total de información existente en las variables originales vendrá dada por la suma de los autovalores de las dimensiones, dividido por el número de variables originales. No existe un criterio único para señalar cuántas dimensiones se deben conservar. Uno de los más utilizados es retener los autovalores superiores

244

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

a 1, ya que se supone que explican al menos una variable original. Pero también hay que tener en cuenta que la interpretación de las dimensiones extraídas sea adecuada al uso que le vayamos a dar. Nosotros utilizaremos ambos criterios para decidir qué dimensiones conservamos. Cargas de las componentes por cada variable Cada una de las variables transformadas es multiplicada por un coeficiente para calcular las dimensiones. Este coeficiente se halla de forma que se minimice la función de pérdida. Sin embargo, su interpretación no es tan clara como la de los coeficientes de regresión, ya que se refiere a la variable transformada, no a la original. En lugar de utilizar estos coeficientes, para saber la importancia de las variables originales en el cálculo de las dimensiones podemos utilizar las correlaciones de las variables transformadas, llamadas cargas de las componentes. 5.3. Análisis de conglomerados en dos fases El Análisis de Conglomerados pretende encontrar agrupaciones homogéneas de casos, de forma que estos sean lo más homogéneos posible dentro de ellos y lo más heterogéneos posible entre ellos. Es decir, las distancias entre los pertenecientes a cada grupo deben ser mínimas. Existen diversos algoritmos para realizar el análisis de cluster y se pueden emplear diversas distancias. En nuestro caso hemos empleado el método de Análisis de Conglomerados en dos fases, tal y como aparece en SPSS 12, ya que este método facilita una elección automática del número de conglomerados más adecuado. La distancia empleada es la euclídea. Para el empleo de esta distancia las variables deben ser cuantitativas y estar en la misma escala. Dado que las variables introducidas provienen del escalamiento óptimo, ambas condiciones están aseguradas. En este caso se ha utilizado el Análisis de conglomerados en dos fases, tal y como aparece en la versión 12 de SPSS. Este algoritmo primero realiza un paso de pre-agrupamiento reconociendo el conjunto de datos al completo y guardando las regiones densas —es decir, los individuos más parecidos entre sí— de individuos en estadísticos de resumen. Entonces se realiza un algoritmo de conglomerados jerárquico, buscando cómo se agrupan mejor estas regiones densas. Para determinar el número más apropiado de conglomerados, se usa un método en dos fases, donde el estimador inicial del número óptimo de conglomerados es encontrado usando el criterio BIC (Criterio de Información Bayesiano), y después es refinado encontrando el mayor salto en distancia entre los dos conglomerados más cercanos sucesivamente.

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

245

5.4. Procedimiento de imputación 5.4.1. Introducción La presencia de entrevistados que no responden a todas las cuestiones que se plantean en una encuesta es habitual, especialmente en el caso de las encuestas de tipo social o económico. La actitud más generalizada ante este problema es ignorarlo, no teniendo en cuenta estas respuestas cuando se analiza la encuesta, mediante el método conocido como listwise, es decir, eliminación de los datos que faltan. Esta práctica puede llevar a serias desviaciones cuando se calculan estadísticos sobre las variables afectadas. Si al efectuar análisis multivariantes se eliminan todos los registros con valores perdidos en alguna variable, puede ocurrir que se pierda una parte muy importante de la muestra, con el consiguiente riesgo de que las conclusiones encontradas sean erróneas. Aunque los métodos de imputación se han desarrollado hace tiempo, su utilización se ha visto lastrada porque hasta hace muy poco no se han implementado de forma que puedan ser usadas por personas no especialistas en imputación. Por tanto, a la falta de información de los científicos sociales sobre la necesidad de la imputación se unía la dificultad de utilización de unos algoritmos que necesitan grandes recursos computacionales. Tradicionalmente se han utilizado varios métodos de imputación (sobre todo por su sencillez), como la sustitución del valor perdido por la media, o los distintos tipos de hot deck. Salvo que la probabilidad de que el valor perdido sea completamente aleatoria, estos métodos no evitan el sesgo de las estimaciones. Otros métodos se basan en encontrar modelos que liguen las variables con valores perdidos con otras variables y sustituir los valores perdidos por los predichos por el modelo. Si las variables con que tratamos de construir el modelo no tienen a su vez valores perdidos, la construcción por ejemplo de un modelo de regresión es sencilla. Pero si las variables que intervienen en el modelo también tienen valores perdidos la cosa se complica. En este caso los distintos métodos de imputación se basan en la idea de construir iterativamente diversos modelos para ir rellenando los valores perdidos. 5.4.2. Valores válidos y valores perdidos En primer lugar, es necesario distinguir cuándo existe un valor perdido y cuándo no. En general un valor es perdido cuando suponemos que este existe en la realidad, pero no lo conocemos en la encuesta. Por ejemplo, en el caso de los ingresos de una familia, estos deben existir (aunque sean nulos) incluso si el entrevistado no nos ha sabido responder o no ha querido hacerlo. En cambio, es posible que una respuesta del tipo “no sabe” sea válida, por ejemplo, si se le pregunta a una persona por su opinión acerca de un asunto

246

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

que desconoce totalmente. Esta opinión no la conocemos porque no existe. Por tanto, imputar un valor no tiene sentido. Sin embargo, en algunos casos, puede interesar realizar una imputación de un valor que sí es válido. Por ejemplo, en el caso de las encuestas sobre la opción de voto, cuando un entrevistado responde que no sabe a quién va a votar, puede ser que sea así. Aquí la imputación en realidad no se realiza sobre la variable de a quién piensa votar, sino a una hipotética variable de a quién va a votar en la realidad, que suponemos relacionada con nuestra pregunta, y que finalmente sí debe tener algún valor que no puede ser “no sabe”. 5.4.3. Tipos de patrones de valores perdidos El primer tipo de datos perdidos se llama “Perdidos de Forma Completamente Aleatoria”, en inglés “Missing Completely at Random” (MCAR). Es el caso de un entrevistado que decide si responde a una pregunta con una moneda: el dato es perdido o no de forma totalmente aleatoria y no depende de ninguna variable observada o no. Este caso es muy poco común en las encuestas sociales. En Rubin (1987) aparece una prueba para comprobar si una matriz de datos pertenece a este tipo. El segundo tipo se llama “Perdidos de Forma Aleatoria”, en inglés “Missing at Random” (MAR). En este caso la probabilidad de que el valor de una celda sea perdido debe depender de una serie de variables observadas, y ser independiente de cualquier otra variable. Sería el caso de que se determinara, por ejemplo, que los votantes de un partido sistemáticamente ocultan el voto, y los demás no lo hacen. En la práctica, los datos reales no se ajustan realmente a este esquema, ya que la dependencia entre la ocultación del dato y las otras variables no es exacta, sino solo parcial. Por tanto, dependiendo de lo bueno que sea el ajuste, se podrá asumir con mayor o menor propiedad que los datos pertenecen a este tipo. Finalmente, tenemos los datos perdidos “Perdidos de Forma no Aleatoria” (NMAR). En este caso, la probabilidad de que el valor de una celda sea perdido depende de variables que no han sido observadas.

Los tres tipos de datos llevan a tres soluciones distintas:

En el caso de datos MCAR, no corremos el riesgo de sesgo en los resultados si utilizamos los válidos, ya que al estar perdidos los datos de forma aleatoria, la muestra parcial de datos válidos sigue siendo representativa, aunque perdemos eficiencia al ser el conjunto de datos válidos más pequeño que el total, especialmente en análisis multivariantes donde se acumulan los registros con valores perdidos de varias variables. En el caso de datos NMAR, no tenemos ninguna forma de averiguar el valor real de los datos, y por tanto no podemos evitar la existencia del sesgo en la muestra.

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

247

El caso de datos MAR es el que se aborda mediante la imputación, buscando la forma de encontrar el modelo con el cual imputar los datos y reflejar los efectos de la imputación en la incertidumbre del modelo. 5.4.4. Variables que se deben incluir en la imputación ¿Qué variables debemos incluir para la imputación? Para que la realización de un análisis sea correcto, se deben incluir en la imputación todas las variables que intervengan en el modelo, de lo contrario su correlación podría aparecer sesgada y resultar más baja que la real. Según Oudshoorn y otros (1999), además se deben incluir en una imputación para que sirvan como predictoras las variables que estén relacionadas con las que se quiere imputar (por ejemplo en términos de correlación o varianza explicada) y las variables que estén relacionadas con el modelo de respuesta. De estas variables es conveniente eliminar aquéllas con un alto número de valores perdidos, especialmente si tienen pocos datos válidos en los casos con valores completos de las variables que se quieren imputar. 5.4.5. Algoritmo de ecuaciones encadenadas o secuenciales Sean X = (X1, X2,…, CSC) un conjunto de k variables aleatorias, donde cada variable puede estar parcialmente observada SJ = (SJ Obs., X jmis), con j = 1,…,k. Sea t cada una de las iteraciones. Asumiendo que los datos son MAR, se puede repetir la siguiente secuencia de iteraciones del muestreo de Gibbs:

t +1

Para X1: imputar X 1

t

de P(X1 |

t

X 2t , X 3 ,..., X k )

t t X 2t +1 de P(X | X 1t +1 , X 3 ,..., X k ) 2 t +1 t +1 X t +1 Xt X 2 Para Xk: imputar de P(Xk | X 1 , 3 ,..., k −1 )

Para X2: imputar

Es decir, se imputa mediante el modelo que se use, condicionando cada vez en los valores obtenidos más recientemente de todas las demás variables. Las propiedades de este esquema de iteración muestran que si P(X) es normal multivariable, entonces los modelos de regresión lineal producen una muestra aleatoria de la distribución deseada. Schafer (1997) generaliza estos resultados a otras distribuciones, aunque este algoritmo difiere del de Schafer en que los modelos condicionales pueden ser definidos directamente, sin necesidad de elegir un modelo multivariable para todas las variables. Es asumido que una distribución multivariable existe, y que se pueden generar muestras de ella muestreando iterativamente de las distribuciones

248

MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

condicionales. De esta forma, el modelo multivariable se divide en una serie de problemas univariable. 5.4.6. IVEWARE Este software es una aplicación desarrollada por la Universidad de Michigan para realizar imputaciones y estimaciones de la varianza. Los usuarios que lo necesiten pueden acceder a dicho programa a través de http//www.isr.umich.edu/src/smp/ive.

Contiene cuatro módulos: 1.º- IMPUTE: realiza imputaciones a la falta de respuesta parcial mediante regresiones secuenciales múltiples (similar al método de ecuaciones encadenadas). 2.º- DESCRIBE: estima medias, proporciones, diferencias entre grupos, contrastes y combinaciones lineales de medias y proporciones. Realiza también estimaciones de error en diseños muestrales complejos. 3.º- REGRESS: realiza regresiones lineales, logísticas, de Poisson y politómicas. 4.º- SASMOD: analiza datos teniendo en cuenta diseños muestrales complejos.

Iveware funciona bajo el programa SAS, lo cual puede ser su principal ventaja o inconveniente, según se esté habituado a este programa o no. La velocidad es uno de los inconvenientes del programa. Cada imputación necesita de varias horas para ser procesada, dependiendo, en gran medida, del número de iteraciones que solicitemos y del número de variables incluidas en la imputación. Impute permite el uso de cualquier tipo de variables, pues según como se defina la variable se aplicará un tipo distinto de modelo. Los modelos que se usan son: lineal, logístico, de Poisson, logit generalizado, y mixto logístico-lineal. Tipo de variables que se incorporan y forma de incorporarlas. Limitaciones Las variables que se incorporan a la imputación pueden ser de distinto tipo: continuas, binarias, mixtas, categóricas o de tipo cómputo, así como especificar distintas restricciones a las variables e imponer límites para los valores imputados. Diseminación de datos imputados El programa nos ofrece un nuevo archivo de datos con los valores imputados, por lo que se hace necesario unir estos datos a los del archivo original para poder realizar las comparaciones oportunas.

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

249

Imputación múltiple Para generar m imputaciones se puede aplicar el mismo procedimiento con diferentes semillas de números aleatorios, o tomando un conjunto imputado cada k-ésimo conjunto imputado. Se pueden especificar las iteraciones de las que se quiere extraer los ficheros. Documentación En la página dedicada al SMP de la Universidad de Michigan se puede encontrar la documentación. El programa está bien documentado, con un manual y ejemplos de uso. También es interesante el documento de trabajo de Ragunathan y otros (2001), que aborda el método desde un punto de vista más técnico y con ejemplos de uso. 5.4.7. Proceso seguido para la imputación de la encuesta Nos hemos centrado en imputar la variable ingresos familiares. Esta variable tiene 2.786 registros con valor válido y 290 perdidos. La variable ingresos está acotada inferiormente (el valor mínimo es cero) y presenta una fuerte asimetría. Por tanto, no es muy adecuada para ser modelizada como una variable normal. La solución adoptada ha sido utilizar el logaritmo neperiano de la variable más 1, que es más habitual y sí presenta una distribución aproximadamente simétrica. Tras realizar la imputación, basta con deshacer el cambio. Esta variable y el resto de variables utilizadas en los análisis han sido las introducidas en IVEWARE para realizar la imputación.

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL

251

ANEXO 6. PORCENTAJE Y NÚMERO DE HOGARES CÁNTABROS EXCLUIDOS, POR MUNICIPIO Hogares Excluidos

Municipio

% Alfoz de Lloredo Ampuero Anievas Arenas de Iguña Argoños Arnuero Arredondo Astillero (El) Bárcena de Cicero Bárcena de Pie de Concha Bareyo Cabezón de la Sal Cabezón de Liébana Cabuérniga Camaleño Camargo Campoo de Yuso Cartes Castañeda Castro-Urdiales Cieza Cillorigo de Liébana Colindres Comillas Corrales de Buelna (Los) Corvera de Toranzo Campoo de Enmedio Entrambasaguas Escalante Guriezo Hazas de Cesto Hermandad de Campoo de Suso Herrerías Lamasón Laredo Liendo Liérganes Limpias Luena Marina de Cudeyo Mazcuerras Medio Cudeyo Meruelo Miengo Miera Molledo Noja Penagos Peñarrubia Pesaguero Pesquera

0,7 2,0 5,9 0,4 0,8 0,5 0,0 1,5 2,1 0,9 0,0 0,8 1,1 0,8 2,2 1,3 1,1 1,0 2,7 1,4 2,1 2,7 1,0 1,9 1,4 2,6 2,0 0,8 0,0 2,3 0,8 0,7 7,2 0,0 1,3 0,9 1,8 1,1 2,7 1,5 0,0 1,6 0,0 1,4 5,1 3,4 0,4 0,9 0,0 1,8 0,0

Municipio

Número 6 25 8 3 3 3 0 73 18 3 0 19 3 3 8 103 3 13 13 118 5 10 23 15 50 20 26 6 0 15 3 5 18 0 53 3 13 5 8 24 0 31 0 18 8 23 3 5 0 3 0

Piélagos Polaciones Polanco Potes Puente Viesgo Ramales de la Victoria Rasines Reinosa Reocín Ribamontán al Mar Ribamontán al Monte Rionansa Riotuerto Rozas de Valdearroyo (Las) Ruente Ruesga Ruiloba San Felices de Buelna San Miguel de Aguayo San Pedro del Romeral San Roque de Riomiera Santa Cruz de Bezana Santa María de Cayón Santander Santillana del Mar Santiurde de Reinosa Santiurde de Toranzo Santoña San Vicente de la Barquera Saro Selaya Soba Solórzano Suances Tojos (Los) Torrelavega Tresviso Tudanca Udías Valdáliga Valdeolea Valdeprado del Río Valderredible Val de San Vicente Vega de Liébana Vega de Pas Villacarriedo Villaescusa Villafufre Villaverde de Trucíos Voto

Hogares Excluidos % 0,7 0,0 0,7 1,0 2,8 0,4 2,3 1,9 1,6 0,8 2,5 4,3 5,0 0,0 0,0 1,4 0,0 2,2 5,5 39,5 22,2 0,3 0,6 2,8 1,5 0,0 5,7 4,0 1,9 11,1 2,2 12,4 1,0 1,5 0,0 1,5 0,0 3,0 0,0 1,5 4,4 1,8 0,6 4,0 3,3 56,3 5,6 3,2 0,8 0,0 1,2

Número 28 0 8 5 20 3 8 73 34 10 15 20 23 0 0 5 0 16 3 94 35 9 13 1743 18 0 30 150 29 18 13 71 3 33 0 279 0 3 0 13 25 3 3 35 10 205 30 33 3 0 8









ANEXO 7 DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LA POBREZA Y LA EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANTABRIA MAPAS A continuación se ofrecen los mapas de pobreza y exclusión teniendo en cuenta diferentes niveles territoriales respecto a los cuales se ha calculado la distribución geográfica de la pobreza y la exclusión en la Comunidad Autónoma. Como se ha comentado anteriormente, la fuente utilizada para calcular dichos datos es el Censo de Población y Vivienda, 2001 facilitado por el Instituto Nacional de Estadística.

Fuente: Modelo de exclusión sobre el Censo de Población y Vivienda, 2001.

Mapa 1. Porcentajes de hogares con alguna persona en paro por comarcas

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL 255

Fuente: Modelo de exclusión sobre el Censo de Población y Vivienda, 2001.

Mapa 2. Porcentajes de hogares con máximo nivel de estudios de 2º. grado por comarcas 256 MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Fuente: Modelo de exclusión sobre el Censo de Población y Vivienda, 2001.

Mapa 3. Porcentajes de hogares con hacinamiento por comarcas

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL 257

Fuente: Modelo de exclusión sobre el Censo de Población y Vivienda, 2001.

Mapa 4. Porcentajes de hogares en edificios en mal estado o ruinosos por comarcas 258 MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Fuente: Modelo de exclusión sobre el Censo de Población y Vivienda, 2001.

Mapa 5. Porcentaje de hogares sin servicio o aseo dentro de la vivienda por comarcas

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL 259

Fuente: Modelo de exclusión sobre el Censo de Población y Vivienda, 2001.

Mapa 6. Porcentaje de excluidos por municipios 260 MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Fuente: Modelo de exclusión sobre el Censo de Población y Vivienda, 2001.

Mapa 7. Hogares excluidos por núcleos o diseminados

Y EXCLUSIÓN EN CANTABRIA POBREZA SOCIAL 261

Fuente: Modelo de exclusión sobre el Censo de Población y Vivienda, 2001.

Mapa 8. Secciones censales de Santander según su porcentaje de hogares excluidos 262 MANUEL PÉREZ YRUELA, M.ª ISABEL GARCÍA RODRÍGUEZ Y MANUEL TRUJILLO CARMONA

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.