POBLACIÓN DE CALLE EN EL CENTRO DE MEDELLÍN – NOTAS PARA UNA POLÍTICA PÚBLICA

POBLACIÓN DE CALLE EN EL CENTRO DE MEDELLÍN – NOTAS PARA UNA POLÍTICA PÚBLICA La población en situación de calle en Medellín expresa un problema de la región metropolitana: el aumento simultaneo de drogadicción y microtráfico. Problema que confluye en, y afecta principalmente, al centro de la ciudad - Comuna 10 - y sus residentes, requiriendo políticas de ciudad, coherentes y sostenibles. Por: Omar Urán A.1 La Comuna 10 de Medellín, La Candelaria, coincide en gran parte de su territorio con el centro histórico y funcional del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, concentrando en su espacio gran parte de las problemáticas de la región. La población en situación de calle es precisamente un fenómeno social en el que la mayoría de las personas que lo integran provienen de fuera de Medellín, pero que observan en el centro de la ciudad las condiciones más propicias para su satisfacer sus necesidades individuales y llevar a cabo su forma de vida, descargando en la Comuna 10 y sus pobladores históricos la mayoría de los costos sociales, económicos y ambientales que su reproducción implica. Los censos realizados son contundentes al indicar como Medellín es un lugar receptor de población en situación de calle al señalar que 2 de cada 3 personas en situación de calle provienen de localidades ubicadas afuera del área metropolitana. Población en situación de calle por municipio de nacimiento.

La Comuna 10 - La Candelaria - está habitada por 85.323 personas, de las cuales 10.668 son niñas y niños y 24.999 son adultos mayores. A su vez, el centro de la ciudad de Medellín es un lugar de tránsito y encuentro para cerca de 1.500.000 personas, lo que corresponde a un 40% de la población del Valle de Aburrá. (Medellín Cómo Vamos Fuente: Municipio de Medellín oct. 2009 - CEO, encuesta de población en situación de calle. 3:2014). Según la encuesta de población en situación de calle de 2009 (Municipio de Medellín – CEO), casi 7 de cada 10 personas en situación de calle en Medellín, han elegido la Comuna de La Candelaria para sus actividades cotidianas. Los datos con respecto al lugar de dormida de la población en situación de calle son dicientes al respecto: 4 de cada 5 duermen en la Comuna 10. Comuna de permanencia del habitante de la Calle

Fuente: Municipio de Medellín 2014. Caracterización demográfica del habitante de calle. Centro de Estudios de Opinión – U de A. 1

Barrio de Medellín donde duerme el habitante de la calle

Fuente: Municipio de Medellín oct. 2009. Encuesta de población en situación de calle. Centro de Estudios de Opinión – U de A.

Omar Urán A. (Profesor Universidad de Antioquia. Sociólogo, Mg & PhD en Investigación y Planeación Urbana y Regional). Documento elaborado por encargo del Consejo Comunal de la Comuna 10 para la vigencia del Presupuesto Participativo de Medellín 2014. Página 1 de 4

Como se puede observar, de los barrios de la ciudad, es en los barrios del centro histórico de la Comuna 10 donde se concentra el hábitat de la población de calle en Medellín: de los primeros 18 barrios 14 están en esta comuna. En últimas, es la Comuna 10, a costa de la calidad de vida de sus habitantes, la que termina cargando con los costos sociales, económicos y ambientales de una problemática metropolitana, cuestión esta que se puede remediar en gran parte si se adoptan políticas coherentes y sostenibles a mediano y largo plazo. El último censo realizado por el Municipio de Medellín, a través del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Universidad de Antioquia en 2014, muestra una pequeña disminución del 3,8 en el número total de la población de calle (3.250) con respecto al total arrojado en el año de 2009 (3.381), manteniéndose el comportamiento general en todas las variables del estudio. Por otro lado, concejales que vienen haciendo un seguimiento a esta problemática, controvierten este resultado y afirman que la cifra total de población en calle ha venido aumentando. Los habitantes en situación de calle se constituyen en “una población de niños, jóvenes, adultos, ancianos y familias (….), que sin distinción de edad, sexo, raza, estado civil, condición social, mental u oficio, viven allí permanentemente o por periodos prolongados y establecen con su entorno una estrecha relación de pertenencia y de identidad; haciendo de la vida de la calle una opción temporal o permanente en el contexto de una racionalidad y de una dinámica sociocultural que es propia y particular” (Ruiz, Hernández y Bolaños, 1998, p. 21).

Una problema que amerita consensos y políticas estructurales

La población en situación de calle es un fenómeno causado por múltiples factores y a su vez es el motor que impulsa o agrava otras situaciones problemáticas de la comuna 10. Este fenómeno se observa de algún modo facilitado por la descoordinación administrativa-institucional del municipio, el débil control y la ausencia de responsabilización política; lo cual a su vez refleja la falta de una visión y un acuerdo compartido de ciudad al respecto. Para construir este acuerdo y tener de verdad una política pública respectiva, la participación ciudadana y la construcción conjunta con las instituciones comunales (JAL, JACs, Consejo Comunal) es indispensable.

La drogadicción representa una de las mayores causas por la cual se habita en la calle 2 de cada 3 habitantes en situación de calle llevan cinco o más años en condición de drogodependencia, de donde la mayoría de tiempo y esfuerzo se concentra en la procura de recursos con los cuales comprar su dosis de droga, principalmente bazuco y cocaína de baja calidad. Gran parte de esta población en situación de calle ha sido cliente y usuaria habitual de las llamadas ollas o cuevas de vicio, actuando muchas de las veces como agentes o

empleados de los traficantes, con los cuales construyen una relación simbiótica o de mutua dependencia. La Secretaria de Inclusión social informa que entre 2013 y 2014, mediante programas municipales se tiene un total de 140 personas resocializadas, que cumplen con el indicador de 6 meses sin retornar a la calle, lo que equivale a un 4,3% frente al gran total Página 2 de 4

de 3.250 habitantes de calle para 2014. Por otro lado, el Municipio de Medellín, a través de su Secretaría de Gobierno, ha venido interviniendo y cerrando las ollas de vicio, sin embargo, esto no reduce la drogadicción ni el microtráfico, puesto que con la población de calle drogodependiente viaja y permanece el “jibaro” o traficante expendedor Según las cifras y lo observado en la Comuna 10, a pesar de los esfuerzos en resocialización y combate

al menudeo y expendios de droga, la población en situación de calle sigue siendo un fenómeno social alarmante. Consideramos, cualquier política duradera sobre la población de, y en situación de calle en Medellín, implica la construcción y toma de decisiones sobre la drogadicción y el tráfico ilegal de sustancias adictivas, cuestión esta que es muy difícil de resolver o tratar sólo con medidas de choque o corte plazo y que amerita políticas espaciales y de salud sostenibles en el mediano y largo plazo.

Fuente: Municipio de Medellín 2014. Caracterización demográfica del habitante de calle. Centro de Estudios de Opinión – U de A.

La población en situación de calle, por su situación de drogodependencia y “rebusque” atenta continuamente contra los equipamientos y el espacio público. Uno de los más serios problemas que con relación a la población en calle que afecta a los residentes y comerciantes de la Comuna 10 es el deterioro del espacio público que estos causan en su acción de procurarse algún dinero, bien sea con lo poco reciclable que obtienen de las basuras, o con la venta que hacen de piezas metálicas que obtienen de destruir y robar partes se los sistemas de acueducto, alcantarillado, electricidad y aseo de la ciudad. Casi todas las aceras del centro se han vuelto peligrosas para caminar, en tanto gran parte de las tapas de los contadores de acueductos han sido robadas. Foto: Carlos Múnera Igual, a pesar del esfuerzo de empresas varias para cumplir con la recogida de basuras y barrido de las calles, lo cierto es que muchos de los habitantes en calle rompen y riegan las bolsas con basura en procura de algo de comida o reciclable, generando molestias y perjuicios, tanto a transeúntes como residentes. Asuntos estos que a la larga han motivado el desplazamiento de muchos de los residentes y propietarios tradicionales de la Comuna 10 a otros lugares, hecho propicia la desvalorización del suelo en la Comuna y el deterioro de las propiedades, propiciando con ello el surgimiento de inquilinatos baratos, reforzando a su vez las condiciones materiales que facilitan el habitar en la calle. En este sentido, el control al crecimiento de la drogadicción y a la población en situación de calle es asunto vital para la permanencia del Centro de Medellín como un lugar de residencia y de referencia histórica y cultural.

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La necesidad de ir más allá de la represión y el asistencialismo El municipio se ha concentrado fundamentalmente en una acción represiva contra los expendedores de drogas y una acción de asistencia social y terapéutica voluntaria a la población de y en situación de calle. Sin embargo, los datos sobre permanencia de la población en situación de calle, tanto en la calle como consumidores de sustancias adictivas pone una alerta seria sobre mantener a mediano y largo plazo este enfoque centrado en estas dos estrategias. Una política más eficaz con respecto a este problema nos plantea que para poder ser más eficiente en el control de las acciones desestructurantes y destructivas de las y los habitantes en situación de calle sobre el espacio público y residencial de la Comuna 10 y el Centro Histórico de la ciudad se requiere que, a la par del control represivo sobre dónde esta población puede o no localizarse, se implemente una política de salud pública más fuerte y contundente que saque a esta población de las redes criminales del microtráfico y sea el propio Estado el que asuma la drogadicción no como un crimen sino como una enfermedad que afecta fuertemente la seguridad y la convivencia social. Escalas de actuación con respecto a la problemática de la población en situación de calle.

La población en situación de calle requiere una política pública que articule las diferentes dimensiones sociales y espaciales que conforman este fenómeno: (i) registro, apoyo clínico y seguimiento individual; (ii) construcción y fortalecimiento de tejidos solidarios familiares y de redes de amigos; (iii): involucramiento de la Comuna 10 en la búsqueda de alternativas sociales y espaciales para disminuir el impacto socio-espacial y económico negativo en la vida cotidiana de residentes y comerciantes; y (iv) construcción de una visión social compartida sobre la problemática del habitante en situación de calle como base de una política pública legítima y sostenible.

Realismo, creatividad y compromiso con la ciudad se hacen necesarios Es necesario generar soluciones clínicas y espaciales para que la población en situación de calle no esté deambulando como paria, ni para que los habitantes y comerciantes de la Comuna 10 terminen sobrellevando los costos de un problema de ciudad. Se requiere que los habitantes de calle tengan un lugar fijo y digno donde estar, donde la sociedad los acoja y ayude a tratar o sobrellevar su adicciónenfermedad, ayudándolos a liberarse de la mano del mercado mafioso del microtráfico, que además de enfermos-adictos los transforma en delincuentes o infractores por necesidad, y de paso en terror para la ciudadanía. Garantizadas las condiciones mínimas de protección y tratamiento el Estado puede ser más riguroso y exigente en cuanto a la ocupación indebida que del espacio público hace esta población. Pero para que ello ocurra, una acción decidida de la Alcaldía y el Concejo Municipal de Medellín es algo fundamental, en cuanto a incidir ante la nación por normas que le faciliten a la administración municipal el tratamiento clínico de está situación y no la ponga en riesgo jurídico ante el tema de la administración médica de sustancias consideradas ilegales, como pasó recientemente con el caso de Bogotá. Un frente jurídico, médico, ciudadano y político se hace necesario.

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