Pla de Nadal. El palacio de Teudinir

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Descripción

PLA DE NADAL (Riba-roja del Túria)

EL PALACIO DE TEVDINIR Albert Ribera (coodinador) Rafael Barroso, Isabel Escrivà, Empar Juan, Josep M. Macias, Jorge Morín, Josep M. Puche, Miquel Rosselló, Isabel Sánchez

PLA DE NADAL (RIBA-ROJA DEL TÚRIA)

EL PALACIO DE TEVDINIR

Coordinación ALBERT RIBERA I LACOMBA Textos: RAFAEL BARROSO, EMPAR JUAN, JOSEP M. MACIAS, JORGE MORÍN, JOSEP M. PUCHE, ALBERT RIBERA, MIQUEL ROSSELLÓ, ISABEL SANCHEZ, Infografía: ARQUITECTURA VIRTUAL, JOSÉ JULIO MARÍN, ALFREDO SANTONJA Documentación infográfica: ISABEL ESCRIVÀ, ALBERT RIBERA, MIQUEL ROSSELLÓ Fotos: EMPAR JUAN, MUSEO DE PREHISTORIA DE LA DIPUTACIÓN DE VALENCIA, SECCIÓN DE INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA MUNICIPAL (SIAM), AUTORES. Colaboración: MUSEO DE PREHISTORIA DE LA DIPUTACIÓN DE VALENCIA; SECCIÓN DE INVESTIGACIÓN ARQUEOLÒGICA MUNICIPAL (AJUNTAMENT DE VALÈNCIA); INSTITUT CATALÀ D’ARQUEOLOGIA CLÀSSICA, TARRAGONA; AUDITORES DE MEDIO AMBIENTE (AUDEMA), MADRID, CLAVE - FERROS VILAMARXANT, VILAMARXANT (VALENCIA).

ISBN: 978-84-606-5703-3 Depósito legal: V-370-2015 Imprime: GRÁFICAS PAPALLONA, SDAD. COOP. V. www.graficaspapallona.com

Índice

Prólogo ........................................................................................................................................

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Introducción ................................................................................................................................

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Su descubrimiento y las excavaciones ......................................................................................

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El levantamiento escáner-láser ..................................................................................................

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La decoración escultórica ..........................................................................................................

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Estudio y propuesta de reconstrucción ....................................................................................

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Teodomiro de Riba-roja del Túria (y de Oriola) ......................................................................

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Bibliografía ..................................................................................................................................

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Reconstrucción de una ventana exterior del palacio de Pla de Nadal.

Prólogo Esta publicación se realiza con motivo de la celebración de las JORNADAS SOBRE EL PLA DE NADAL Y OTROS ESPACIOS VISIGODOS que tienen lugar en Ribarroja del Turia. Y es para mí una gran satisfacción acoger tan importante evento en nuestra ciudad porque el Pla de Nadal está ubicado en nuestro término. La consideración, según algunos expertos, de que el Pla de Nadal es único en la Península Ibérica nos anima, todavía más, a cuidar y difundir esta joya del periodo visigodo. Ilustres arqueólogos se han interesado por el yacimiento y han realizado estudios pormenorizados de los restos conservados, de cuya selección se ha montado un espacio museístico en el magnífico y emblemático Castillo, recientemente restaurado. Gracias a quienes han valorado este yacimiento y han estudiado su historia. Gracias a los que se han interesado y dedicado sus conocimientos en publicitarlo. Gracias a los que han organizado estas JORNADAS y a quienes participan en ellas. Ribarroja del Turia se siente orgullosa de recibir en su casa al mundo visigodo y de sentirse partícipe de ser parte importante de la historia de está época. Ribarroja, desde hoy, no sólo es del Turia, también la podemos llamar Ribarroja visigoda del Pla de Nadal.

FRANCISCO TARAZONA ZARAGOZÁ Alcalde

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Reconstrucción de un arco de la planta superior del palacio de Pla de Nadal.

Interior de la planta baja del palacio de Pla de Nadal. Arquitectura Virtual.

Introducción ALBERT RIBERA

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n el conjunto de la arqueología valenciana, uno de los periodos menos representado y conocido es el visigodo y el de su inmediata continuidad histórica, lo que se viene en llamar la etapa paleoandalusí. La fase visigoda, en sentido estricto, iría del 472 al 711 (713 en tierras valencianas) y la paleoandalusí se situaría entre 711 y la instauración del Califato de Córdoba en el 911. Dentro de esta panorámica general, en los últimos años se ha avanzado bastante en el conocimiento de los siglos VI y VII y también algo en el IX, pero el siglo VIII, aparentemente, sigue siendo uno de los grandes agujeros negros de la arqueología valenciana. Los grandes avances en la investigación del mundo visigodo valenciano han tenido lugar tanto en alguna de sus ciudades principales, principalmente en Valencia, como en diversos yacimientos rurales (Bétera, Calp, Cullera, Llíria,…), pero en todos esos casos siempre se trata de lugares ya existentes en la época romana y que pervivieron en las fases posteriores a la caída del Imperio Romano. Con la excepción de los cementerios rurales, los únicos yacimientos nuevos de época visigoda que se conocen en el territorio valenciano se encuentran en el mismo municipio y a pocos km. el uno del otro, en Riba-roja del Túria, que también se podría llamar, con toda justicia, “Riba-roja dels visigots”. Ambos yacimientos son extraordinarios, tanto en el ámbito valenciano como en el territorio de lo que fue el antiguo reino visigodo de Toledo, desde Cádiz al Ródano. Uno, el recinto fortificado de València la Vella, es uno de los raros casos de asentamiento militar visigodo que se conoce. De él aún se

Vista aérea de la excavación. Museu de Prehistòria de València.

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Plano del edificio.

sabe muy poco, pero no hay ninguna duda sobre su potencialidad para la investigación futura y, además, por su especial situación panorámica sobre el Túria, presenta aún menos dudas sobre su futuro como parque arqueológico y paisajístico accesible a todo el mundo. Pero en València la Vella, aunque se conoce desde el siglo XIV, para bien o para mal, está todo por hacer. Por el contrario, el otro yacimiento visigodo, el Pla de Nadal, presenta una situación bien distinta. Descubierto hace 45 años, ha sido excavado, restaurado y acondicionado para visitas. Fue declarado Bien de Interés Cultural el 25 de enero de 1991, lo que significa que es un importante monumento. Tiene su lugar en el Museo de Prehistoria de la Diputación de Valencia y, a partir de ahora, también dispone de su merecido espacio en una sala del magnífico Castell de Riba-roja. Pero sobre Pla de Nadal no se puede, ni mucho menos, suponer que ya está todo hecho, aunque lo que quedaría sería la culminación de un largo proceso de investigación arqueológica que empezó cuando Empar Juan se hizo cargo de la por entonces imprevisible pero considerable tarea de excavar

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un túmulo ignoto del que surgían piezas arquitectónicas de gran interés y muy poco o nada registradas en el territorio valenciano. Se trataba, en pocas palabras, de enfrentarse a algo tan desconocido como atrayente pero, en todo caso, era un desafío importante, sobre todo teniendo en cuenta las condiciones de la arqueología en esa década de los 80, en la que, normalmente, se tenían que acometer los trabajos de excavación con más entusiasmo que otra cosa. Y así se hizo. Si no fuera por el tesón y la perseverancia de Empar y su equipo , siempre contando con la ayuda y apoyo del Servicio de Investigación Prehistórica (SIP) de la Diputación de Valencia, no se hubiera podido realizar la excavación de este singular edificio. A mayor abundamiento, hay que recalcar lo complicado que es realizar cualquier investigación arqueológica cuando no se trabaja en una institución, como fue el caso. Por todo lo expuesto, reconocer públicamente el ímprobo trabajo realizado en Pla de Nadal durante una década por Empar y su equipo es un acto de mera justicia. Sin su esfuerzo no hubiera sido posible, primero la recuperación del edificio y, luego, que los datos recogidos estén a disposición de los investigadores. También hay que reconocer y agradecer su trabajo de investigación y sus publicaciones sobre el yacimiento, que, desde las primeras

campañas sirvieron para dar a conocer el complejo palatino de Pla de Nadal a la comunidad científica nacional e internacional. Ahora, pues, lo que quedaría por hacer es preparar un catálogo de todas sus piezas y un estudio completo de este singular edificio, tarea ímproba que requerirá de la colaboración de varios especialistas. Este trabajo ya se ha iniciado con la formación de un equipo de investigadores procedentes de varios lugares e instituciones (Institut Català d’Arqueologia Clàssica de Tarragona, Auditores de Medio Ambiente de Madrid, Institut Ausonius de la Universidad de Burdeos, Sección de Investigación Arqueológica Municipal de Valencia) que, de momento, disponen de su entusiasmo como capital principal del proyecto, además de la inmensa colaboración y complicidad del Ajuntament de Riba-roja del Túria, que demuestra una vez más su sensibilidad y su compromiso con su rico patrimonio que, recordemos, para el periodo visigodo es único en su género. También es de toda justicia agradecer la colaboración y apoyo del Museo de Prehistoria de la Diputación de Valencia, en especial de su directora Helena Bonet y de Ángel Sánchez, encargado de sus archivos. También agradecemos a la Delegación de Cultura del Ajuntament de Valencia su implicación en este proyecto. Por último, pero no menos importante, te11

nemos que recordar a Domingo Fletcher que, como director del SIP, consiguió salvar el yacimiento y también a Pere de Palol y Enric Llobregat, los grandes maestros de la arqueología del período visigodo, que, ya al poco de su descubrimiento, visitaron y siempre se interesaron por el yacimiento de Pla de Nadal, al que consideraron clave para conocer esta aún muy desconocida etapa de nuestra historia.

El edificio restaurado.

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Su descubrimiento y las excavaciones EMPAR JUAN, ALBERT RIBERA

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l edificio conocido como Pla de Nadal está en la parte baja de una ladera en la zona dels Carasols, en el término municipal de Riba-roja del Túria, a unos 20 kilómetros al noroeste de Valencia. Como su entorno es bastante llano, estaría sobre una ligera elevación con respecto al terreno circundante. Aunque se conocían algunos hallazgos aislados anteriores, el yacimiento sólo fue identificado como tal en 1970 por el SIP de la Diputación de Valencia, tras la aparición de algunas piezas escultóricas de decoración arquitectónica, que se encontraron tras unos desmontes que socavaron el terreno para plantar naranjos, que destruyeron la mayor parte del edificio. Esto obligó a que, cuando el inmueble ya había sido parcialmente destruido, se protegiera lo que quedaba de él, que se supone sería bastante menos de la mitad. Su aspecto, antes de la excavación, era el de un pequeño túmulo. A pesar de lo espectacular de los primeros hallazgos, las excavaciones arqueológicas sólo empezaron en 1981, y se desarrollaron con el apoyo y supervisión del SIP, hasta 1989, dirigidas por la arqueóloga valenciana Empar Juan, con la colaboración eventual del arquitecto Ignacio Pastor. A 300 metros al sur, se conocía la existencia de

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Noticia de la aparición del yacimiento en 1970. Museu de Prehistòria de València.

otro yacimiento similar, en el que apenas se había hecho algún sondeo pero que determinó la existencia de otro edificio del que se encontró una esquina. A pesar de eso, en 1989, las obras públicas de la construcción de una nueva carretera supusieron la destrucción total y descontrolada de ese otro edificio, del que sólo se recuperaron algunos elementos de su decoración arquitectónica, muy semejantes a los de Pla de Nadal, por lo que se ha supuesto que sería otra construcción coetánea y que ambas formarían parte de un mismo conjunto edilicio más amplio. Se le ha denominado Pla de Nadal II. El proceso de excavación se alargó varios años, debido al escaso presupuesto disponible y a la ingente tarea que supuso exhumar un gran edificio colapsado, ya que el trabajo principalmente consistió en el desescombro, documentación y selección de los ha-

La excavación. Museu de Prehistòria de València.

El yacimiento antes de la excavación. Museu de Prehistòria de València.

Proceso de excavación. Archivo: Museu de Prehistòria de València.

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llazgos de piezas arquitectónicas, pues bien pronto se puso de manifiesto que todos los restos correspondían a un mismo periodo y a un solo edificio, que se había desplomado tras un gran incendio, como demostraron los restos de vigas y otras maderas carbonizadas y las señales que el fuego dejó en los muros. Debido a la rápida y reciente destrucción de la mayor parte del edificio, sólo fue posible excavar lo que se había conservado, más o menos un cuarto de la superficie total, que correspondería a su lado meridional, que era la fachada principal y que sería, lógicamente, la más importante de todo el conjunto. Enseguida se vio que el complejo edilicio estaba formado por una planta baja, de aspecto más austero y funcional, y un piso superior, totalmente desplomado, del que procedía una enorme cantidad de piezas arquitectónicas, por lo que fácilmente se dedujo que en esta planta superior estaría la planta noble, residencial y representativa del edificio. Tras las tres primeras campañas de excavación se planteó simultanear los trabajos de excavación con los de consolidación de las estructuras y reposición de elementos constructivos originales. Lamentablemente no pudo ser y se procedió a completar la excavación del edificio con la intención de acometer inmediatamente después las obras de consolidación y restauración parcial del mismo. Restauración que se fue dilatando en el tiempo y que para cuando se pudo realizar, el grado de deterioro de las estructuras era muy superior al del momento de su descubrimiento. 16

Muros del edificio de Pla de Nadal II. Museu de Prehistòria de València.

Finalmente los trabajos de consolidación terminaron en 1999 con algunas intervenciones posteriores. Las excavaciones también evidenciaron que el inmueble fue saqueado antes de su incendio y destrucción, ya que los hallazgos muebles fueron muy escasos y de poca entidad, sólo algunos objetos de metal, que en su mayoría estarían fijados a las paredes, y muy pocas vasijas de cerámica. Estas escasas cerámicas, encontradas en el nivel de abandono, han sido muy útiles para establecer la destrucción del edificio a partir de un momento muy tardío del siglo VII o, seguramente, ya en el siglo VIII avanzado. Hay una pequeña botella, que no ha conservado las asas, que se parece a las típicas de época visigoda plena muy abundantes en la Meseta. Una olla sin asas y decoración incisa parece una evolución local de las ollas sin asas que se usaban en Valencia y su territorio entre de mediados del siglo VI y mediados del VII. Una olla con asas se asemeja a otras del yacimiento visigodo y emiral del Tolmo de Minateda (Hellín, Albacete) del siglo VII avanzado. También hay un galbo de ánfora globular de fondo cóncavo-convexo, típica en Valencia a partir de finales del siglo VI. Pero los elementos más destacados de este impresionante yacimiento son los propios de un gran, homogéneo y rico edificio, ya que las excavaciones demostraron que, a pesar de haber sido incendiado, se había conservado en muy buen estado y con los restos del primer piso desplomados y rotos pero que aún estaban en su sitio. Por una parte, destacan los

Proceso de excavación, con los efectos del derrumbe. Museu de Prehistòria de València.

El edificio al finalizar la excavación y antes de la restauración. Museu de Prehistòria de València.

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muros aún en pie, que tienen un espesor de casi un metro y que en algunas partes han llegado a mantener hasta una altura de 2,35 metros, lo que ha permitido identificar varias ventanas. Estas paredes no tenían cimiento, ya que se apoyaban directamente sobre el duro suelo natural, lo que, unido a su potencia, le daría bastante solidez a la estructura. En su obra constructiva abunda la sillería, en la que no faltan grandes piedras romanas reutilizadas, aunque la mayor parte de los muros son de mampostería de piedras calcáreas más blandas, en las que también se labraron las dovelas, las decoraciones y las piezas específicas de este edificio. La mayor parte del paramento, o todo, estaría enlucido, como se conserva en algunas partes y se evidenció durante el proceso de excavación. En la exhumación del derrumbe se puso de manifiesto el abundante uso de la madera, que sería el principal sostén del primer piso, e incluso estaría por debajo de los alféizares de las ventanas. El pavimento de esa planta superior sería de una especie de opus signinum (mezcla de mortero y cerámica triturada) en combinación con losetas cerámicas extendidas sobre un mortero pobre en cal y con cantos de río, a modo de un rudus romano. La abundante existencia de tejas planas (tegulae) y curvas (imbrices) indicaría que las cubiertas serían a varias aguas. Lo que destacaría más de este yacimiento, es la gran cantidad de elementos sueltos de la decoración arquitectónica que se han recuperado, más de 800. Su 18

Cerámica encontrada. Dibujo: Isabel García Villanueva.

variedad también es remarcable, con capiteles grandes, algunos hechos ex profeso y otros reutilizados de la época romana, y otros más pequeños, procedentes de ventanas y pequeños arcos. Hay una gran cantidad de frisos decorados, con, al menos, tres o cuatro motivos distintos: trifolia (y pentafolia), veneras y roleos, que estarían tanto en arcos como en tramos horizontales. También se conocen fustes de columnillas, dovelas, gárgolas, cruces patadas y diversas piezas decorativas del exterior. Por desgracia, antes, durante y después de las excavaciones, debido a la acción de algunos desaprensivos, el edificio sufrió el saqueo de piezas arquitectónicas, algunas de las cuales fueron a parar a particulares y a chalets cercanos y lejanos. También se ha perpetrado algún que otro acto vandálico, incluso cuando ya se había restaurado y levantado el vallado, hechos que, afortunadamente, ya no han vuelto a producirse. Durante las primeras campañas, cuando apenas se conocía la planta del edificio, aún no se sabía qué clase de yacimiento era y surgieron diferentes propuestas de interpretación para esta singular construcción (iglesia, monasterio,….), hasta que los excavadores identificaron muy acertadamente el yacimiento con una gran villa áulica, un palacio, del final de la época visigoda y con claros influjos en el mundo bizantino coetáneo. Dada la cercanía, cuatro km., con el recinto fortificado de época visigoda, un castrum, de València la

Objetos metálicos.

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Ladrillos del pavimento y tejas curvas.

Vella, también en el término municipal de Riba-roja del Túria, en un principio se supuso que estarían relacionados, pero los estudios posteriores de ambos yacimientos hacen pensar que no llegaron a coincidir en el tiempo. Algún investigador ha llegado a sugerir que este gran edificio no sólo se construiría en un momento posterior, ya en el periodo de los emires árabes, sino que, además, sería el reflejo de un imaginario y general auge constructivo de los primeros tiempos de la dominación musulmana al amparo de las iniciativas e influencias de los omeyas. Algo curioso, cuando menos, ya que el edificio sigue unos claros cánones dentro del arte y la arquitectura visigoda de tradición romano-bizantina y en sus detalles decorativos y epigráficos está claro 20

Las paredes aún con el enlucido. Museu de Prehistòria de València.

que sus propietarios eran cristianos y usaban el latín y no se pueden relacionar con el Islam ni con el árabe. En fechas más recientes, a partir de la conjunción de los datos de los historiadores medievales y de los argumentos y documentos arqueológicos y epigráficos, el yacimiento se ha vinculado a la figura del dux Teodomiro, un bien conocido magnate del periodo final del reino visigodo, asociado al entorno de los reyes Égica y Witiza y que gobernó en la zona sudeste peninsular, donde luchó y luego pactó con los árabes. Así lo reflejaría un monograma cruciforme desarrollado en un tondo (Tebdemir), que coincide además con el nombre de otro grafito grabado en el reverso de una venera.

Las ventanas al finalizar la excavación y antes de la restauración. Museu de Prehistòria de València.

Una ventana al finalizar la excavación y antes de la restauración. Aparecieron los restos metálicos de la puerta de la ventana. Museu de Prehistòria de València.

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El levantamiento escáner-láser JOSEP M. MACIAS SOLÉ Y JOSEP M. PUCHE FONTANILLES

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n el curso del proyecto del Ministerio de Economía y Competitividad HAR2012-36963C05-03, se ha procedido a la documentación tridimensional del yacimiento del Pla de Nadal mediante un escáner láser C5 de Leica. Se trata de un escáner de tiempo de vuelo y bóveda de captura completa que incorpora de forma íntegra imágenes fotográficas. En este caso estaba equipado con una cámara Canon EOS 60D provista de un objetivo 8 mm. Uno de los principales objetivos de este proyecto de I+D+I es la actualización de la documentación gráfica de los principales edificios tardo romanos y visigodos del antiguo conventus Tarraconensis. De este modo, entre los años 2013 y 2015 se efectuó la documentación de espacios significativos de las ciudades de Tarragona, Valencia, Barcelona, Terrassa, Guissona, además de los yacimientos rurales de Sant Julià de Ramis y el Pla de Nadal. Con ello se pretende disponer de un corpus gráfico que incida en el desarrollo de estudios ligados a la Arqueología de la Arquitectura y de la Construcción. Esta intervención ha permitido documentar y analizar el Pla de Nadal en su realidad arquitectónica y desde una perspectiva tridimensional. Todo

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edificio representa un volumen integrado por estructuras murarias y espacios intermedios y con esta actuación se superan o actualizan las limitaciones presentes en la documentación gráfica y/o topográfica del conjunto, constreñidas a representaciones bidimensionales (plantas, secciones y alzados) o propuestas axonométricas. Esto ha sido una constante en lo referente a la representación gráfica, no solo técnica sino incluso artística. La generación de las diferentes teorías generatrices de perspectivas y proyecciones son intentos de superar esta dificultad y de representar, con mayor o menor precisión, la realidad tridimensional sobre una superficie bidimensional. Pero no dejan de ser subterfugios, o recursos visuales plenamente aceptados. Evidentemente, el Pla de Nadal no constituye un caso único. El desarrollo metodológico y científico está propiciando la aplicación de estos medios en nuevos y antiguos edificios y yacimientos. De este modo, el análisis arqueológico puede superar las simplificaciones bidimensionales y

Trabajo de campo.

Planta general del Pla de Nadal indicando posicionamiento del escáner.

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percibir, al mismo tiempo que documentar, el espacio organizado y estructurado. Así, la aparición y generalización de los SCMD (Sistemas de Captura Masiva de Datos) a inicios del presente siglo representa el punto de inflexión en la evolución de los sistemas de documentación y representación del Patrimonio Arquitectónico. Estos sistemas, también conocidos como Sistemas de Ingeniería Inversa, son capaces de generar auténticos clones de la realidad. Crean modelos tridimensionales digitales que permiten visualizar recreaciones de la realidad en 360º y, obviamente, analizarlos en toda su totalidad geométrica. Superados los momentos iniciales en que el volumen y la complejidad de la documentación digital generada ralentizaban la capacidad de gestión y aplicación de estos modelos, a nivel informático y evidentemente arqueológico, la fotogrametría digital y el escáner láser constituyen hoy herramientas plenamente implementadas. En el primer caso, se consiguen los modelos tridimensionales a partir de la superposición y georreferenciación de fotografías digitales, mientras que en el segundo, éstos se consiguen mediante el barrido de las superficies a partir de un rayo láser que, interactuando entre el aparato emisor y la respuesta tras rebotar en el objeto analizado, establece su posición espacial. En el momento de plantear la documentación del Pla de Nadal, se dio prioridad a la documentación global, considerando la totalidad del volumen 24

edificado conservado, donde el elevado índice de la restauración arquitectónica de sus paramentos no justificaba inicialmente una documentación fotogramétrica. Además, tratándose de una estructura situada al aire libre aislada en el campo, se optó por el uso del escáner láser debido a la capacidad de ejecutar velozmente un levantamiento topográfico. En caso de optar por la fotogrametría digital, la falta de control de la luminosidad y la existencia de zonas sobreexpuestas a la luz solar, coexistiendo con otras en zonas de sombra o penumbra, hubieran requerido una actuación más compleja en la captura y procesado de imágenes, como suele ocurrir en los edificios de medio urbano. En total, se realizaron 24 estacionamientos que cubrieron la totalidad del espacio ocupado por el edificio, eliminando los ángulos muertos y las zonas oscuras. Se trabajó a una resolución media (1 punto por cm. a los 10 m.) estacionándose en puntos con distancias, respecto los paramentos más próximos, siempre inferiores a los 3 metros. Esto, junto a la redundancia creada por la superposición de zonas escaneadas desde diferentes estacionamientos, ha generado un documento con una resolución media de 1 punto cada 0,006 m. Cada uno de ellos, además de su posicionamiento en X, Y, Z, incorpora el color real en

Imagen tridimensional aleatoria de la nube de puntos resultantes.

Vista desde el Oeste.

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RGB, su valor de reflectancia y el vector de incidencia. Todos estos datos asociados a cada punto singular, amplían la información obtenida del modelo más allá de la puramente geométrica, lo que implica un amplio abanico de posibilidades extras de estudio y análisis. En total se han capturado 1241479.975 puntos, sin contar con los obtenidos accidentalmente y situados fuera de nuestra área de interés. La gestión de los estacionamientos, su registro y depuración en los casos necesarios, se ha realizado con el programa Cyclone, de Leica, un software de tratamiento de nubes de puntos que ha posibilitado la obtención de un modelo único, depurado y libre de ruido, con un encaje medio de 0,002 m. de los diferentes estacionamientos. Este modelo único de nubes de puntos se ha procesado, posteriormente, con 3D reshaper con el que se ha mallado, permitiendo,

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entre otras cosas, la realización de plantas, secciones y alzados. Tras esta actuación somos conscientes que el desarrollo progresivo de estas técnicas permitirá avanzar en la reproducción digital de la realidad arquitectónica del yacimiento, conformada por muros originales reconstruidos a una altura homogénea. El hecho de disponer de un modelo en 3d abre diversas posibilidades de explotación de este documento gráfico, tanto en el aspecto científico como, sobre todo, en el de divulgación. Además, el modelo 3d es una herramienta inmejorable que facilita los estudios de las estructuras, posibilitando entender mejor los procesos constructivos como las posibles lesiones o modificaciones que hayan tenido a lo largo de su vida. Sin olvidar su utilización en dispositivos móviles o en entornos web, lo que lo convierte en una potente herramienta divulgativa.

La decoración escultórica I.M. SÁNCHEZ RAMOS, J. MORÍN DE PABLOS y R. BARROSO CABRERA

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a decoración escultórica de Pla de Nadal constituye el conjunto más importante, tanto por el número de fragmentos como por la calidad de su talla, de la Hispania visigoda y uno de los más significativos de todo el Occidente. Estas piezas se caracterizan por una gran diversidad funcional y tipológica, y por una iconografía muy específica. Resultan también muy interesantes desde el punto de vista de las técnicas de trabajo de los talleres escultóricos áulicos, además de por las circunstancias de su hallazgo, ya que, al contrario de lo que suele suceder, estas piezas escultóricas, en su mayoría correspondientes a los elementos decorativos del piso superior, se encontraron desplomadas in situ, formando parte de los niveles de destrucción del edificio. Un pequeño lote de piezas corresponde a la decoración de otro edificio situado en las inmediaciones que, por desgracia, resultó totalmente destruido por la construcción de una infraestructura viaria. No obstante esta desdichada circunstancia, los pocos restos escultóricos de este segundo edificio presentan una tipología e iconografía con bastantes similitudes técnicas y estéticas con el edificio civil excavado, aunque en este segundo caso, tal vez corresponderían a un lugar de carácter religioso.

Capitel compuesto de estilo bizantinizante. Museu de Prehistòria de València.

Capitel compuesto romano reutilizado de Pla de Nadal II. Museu de Prehistòria de València.

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Pla de Nadal es un yacimiento que destaca de manera notable por el gran número de elementos escultóricos de su decoración arquitectónica. La gran mayoría de las piezas recuperadas proceden de la sala principal, que sería el aula de representación del palacio, en el primer piso del edificio. En total, el catálogo asciende a casi 800 piezas, muchas de ellas prácticamente completas. Este magnífico conjunto puede dividirse en dos grupos. Por un lado, estarían las piedras romanas reutilizadas, que son las menos, pero suelen ser de buena calidad y de gran tamaño y tendrían una función arquitectónica y estructural. Por otro lado, se encuentran las numerosas piezas escultóricas que se trabajaron in situ por varias manos o talleres y que se realizaron a propósito para el desarrollo del programa iconográfico de estos edificios. De estas últimas, unas 400, más de la mitad, son elementos ornamentales y decorativos, que estarían ubicados en la estancia principal del piso superior del edificio de Pla de Nadal I, aunque alguno de los frisos podría pertenecer a la fachada, al igual que sucede con las ventanas. También son muy numerosos los elementos sustentantes: capiteles, columnas, basas, dovelas, aunque sin funcionalidad arquitectónica, pues en todos ellos prevalecía principalmente la función decorativa, siendo además una constante la repetición de los temas de veneras y las trifolias en las piezas que formaban los arcos interiores. Hay que señalar, asimismo, la existencia de algunas pie28

Pieza de un edificio romano reutilizada en Pla de Nadal.

Merlón.

zas singulares, como las cruces caladas y las rosetas del interior y los merlones que decorarían los remates del edificio, tal como era habitual en la arquitectura de influjo oriental y como posteriormente desarrolló el arte islámico peninsular. Su decoración escultórica también tiene claros paralelos orientales, sobre todo por la presencia de dinteles y vanos decorados. Los restos escultóricos procedentes de Pla de Nadal II son muy escasos, y en su mayoría son frisos con una temática semejante a la de Pla de Nadal I. También se recuperó una losa horizontal con un agujero cuadrado en el centro y decorada por sus cuatro laterales, que tal vez pudiera formar parte de una especie de mesa o altar. Este tipo de decoración a base de frisos era habitual en el interior de las iglesias del período visigodo, como San Juan de Baños o San Pedro de la Nave, donde estas bandas decorativas actuaban para romper la monotonía de los muros. El edificio disponía también de una decoración estucada que complementaba la decoración escultórica. Es un fenómeno habitual en el mundo tardoantiguo peninsular que no obedece a importaciones orientales, tal como hasta hace poco se pensaba. El problema para su estudio ha sido la escasa y difícil conservación de este tipo de ornamentaciones. Ese el caso, por ejemplo, del mausoleo-iglesia de Santa María de Melque (Toledo), que conserva parte de la decoración estucada que cubría las bó-

Roseta tetrapétala calada con soporte.

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Cruz patada calada.

Cruz patada calada.

vedas y que sólo se conserva en el arranque de las pechinas. El espacio de representación del palacio de Pla de Nadal también contaba con decoración estucada, que se ha conservado muy deteriorada. Dicha decoración desarrolla una iconografía similar a la de la escultura. Asimismo, es muy probable que el edificio estuviera decorado con pinturas, pero, al igual que sucede con los estucos, éstas presentan dificultades de conservación. Sin embargo, conocemos la existencia de pinturas en este mismo período, como las del grupo episcopal de Egara (Tarrasa), y es impensable que los estucos de Pla de Nadal estuvieran sin rematar. Uno de los aspectos más interesantes del conjunto escultórico de Pla de Nadal es que permite reconstruir el proceso de trabajo de los talleres. Se puede afirmar que allí no trabajó únicamente un taller, sino varios de forma sincrónica, ya que las calidades entre los elementos decorativos son muy diferentes y hay que desechar la existencia de diferentes fases de construcción. Esta circunstancia parece debida a la imperiosa necesidad de concluir los trabajos con cierta celeridad.

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Frisos con roleos. El mismo diseño con calidades distintas.

Friso de la iglesia de San Juan de Baños. Palencia.

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Para el trabajo escultórico se emplearon piedras locales, generalmente calizas de diferentes tipologías y calcarenitas, que se extrajeron de las canteras próximas al yacimiento. Se trata, en cualquier caso, de piedras fáciles para el trabajo de talla, ya que estas piezas no estaban destinadas a tener una función arquitectónica sino sólo ornamental. Una vez que las preformas de los bloques se extraían de la cantera, se trazaba la forma de la decoración con una especie de tinte rojo, o aguada de sanguina, cuyo trazo todavía es perceptible en algunas piezas. Posteriormente, este trazo inicial se repasaba con un punzón o con el compás y se acometía la talla directamente con el cincel, sin la utilización de aparatos de medida. Este procedimiento explica la diferencia en la calidad de las tallas, dada la existencia de distintos canteros con calidades finales de trabajo muy diferentes. Parece claro, no obstante, que existía una cierta especialización del trabajo y a los maestros les correspondería acabar las piezas de mayor calidad y las que se realizaban en las piedras más duras. Según se trabajaba en la decoración, se iban realizando las piezas. Así, resulta frecuente la reutilización de piezas que se habían pensado para una función y que terminaron reaprovechándose en otra distinta a la que originalmente estaban destinadas. Una vez colocadas las piezas de escultura, los estucadores y los pintores finalizarían la decoración de las estancias. Por último, quedaría el mobiliario que complementaría la 32

Pequeño fuste recubierto de estuco. Museu de Prehistoria de València.

 Dovelas con veneras y trifolias.



Dovelas con trifolias.

Columnilla de ventana.

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Venera.

Pieza de desecho, con el inicio de la talla de una venera.

Veneras de Toledo del Callejón de San Ginés.

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arquitectura, del que no queda resto alguno. Sin embargo, parece claro que algunas piezas escultóricas habría que interpretarlas como complemento a la decoración mueble, aunque sea difícil precisar su función. El estudio de las piezas revela que los artesanos que construyeron y decoraron Pla de Nadal se inspiraron en modelos artísticos toledanos, que a su vez estaban basados en el arte bizantino oriental, pero tanto la decoración escultórica como la estucada presentan una riqueza y barroquismo decorativo que la dotan de un carácter propio.

Pieza horizontal decorada por las 4 caras y con un hueco cuadrado en el centro. ¿Mesa?. Pla de Nadal II.

Pieza de desecho, que ha conservado restos de la preparación para la talla y pintura.

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Estudio y propuesta de reconstrucción ISABEL ESCRIVÀ, JORGE MORÍN, ALBERT RIBERA, MIQUEL ROSSELLÓ e ISABEL SÁNCHEZ

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l yacimiento de Pla de Nadal es un conjunto palatino excepcional que se construyó en el territorio de Valentia y que se debe entender en íntima relación con la ciudad. Responde al modelo de las villae con galería y torres angulares en los flancos, abiertas a un espacio central abierto y con un piso superior. El aula central de la fachada meridional, la que se ha conservado, tiene 17 m. de longitud por 5,30 m. de anchura, supuestamente con cuatro accesos centrados, uno por cada lado, los principales de los cuales (norte/sur) abrirían a sendos pórticos, el septentrional desaparecido, y los secundarios (este/oeste) dan a atrios o vestíbulos cuadrangulares, accesibles a través de tres arcos adovelados de herradura montados sobre impostas muy bajas, que también dan a pórticos, flanqueados por aposentos o torres avanzadas. En el piso de la planta baja, de tierra batida sobre el sólido terreno natural, se han encontrado evidencias de su uso como almacén de grano y vino. Al mismo tiempo, también se adaptaría como un lugar de acopio de los ali-

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mentos que se recogían para atender a las obligaciones fiscales. El piso de la planta alta, donde se situaría la pars dominicata, estaba pavimentado con signinum probablemente enmarcado con baldosas bizcochadas, de 22 x 22 x 5 cm. De este aposento superior provendrían la mayoría, si no todas, de las piezas escultóricas recuperadas. Las cubiertas eran de tejas planas y curvas a distintas aguas, con un elaborado sistema de evacuación pluvial mediante gárgolas. Al nordeste quedan los restos de un espacio estrecho, alargado y exento de difícil interpretación. El edificio presenta una estructura compacta que, junto a las torres angulares, le dan un inequívoco aire de palacio-fortaleza, que es lo que sería de aspecto, aunque la presencia de numerosos accesos y la tipología de las torres no se ajustarían con una verdadera función defensiva. Tendría, pues, un cierto aire de fortaleza pero únicamente a nivel formal, no funcional. Esta situación encajaría con los inicios del periodo islámico, ya que desde el poder central no per-

Reconstrucción de la planta y alzado del palacio de Pla de Nadal. Isabel Escrivà.

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mitirían que los recién sometidos se fortificaran. El esquema arquitectónico presenta elementos de continuidad con la tradición de la villa clásica, caso de los pórticos y patio central, pero también aporta elementos nuevos, como el desarrollo de la planta residencial en el piso superior, característico de algunas villae africanas tardías y típico de las residencias medievales. Aunque sólo se ha salvado parte de su planta, la tipología de ésta y la riqueza decorativa de los elementos escultóricos y arquitectónicos del edificio (unas 800 piezas labradas), apuntan a una estructura de carácter oficial de tipo áulico y residencial, relacionada con algún importante personaje de la élite civil o eclesiástica, probablemente el famoso Teodomiro de Orihuela, posibilidad bien sustentada por un grafito en una venera con el epígrafe “Tevdinir” y un medallón con monograma cruciforme con el nombre “Tebdemir”, similar a los medallones de la iglesia de Quintanilla de las Viñas. Los elementos decorativos de los frisos cortados a bisel, principalmente flores de lis enlazadas, roleos de viñas con uvas, trifolios y palmeras, y veneras, forman un programa iconográfico muy elaborado y complejo, susceptible de variadas interpretaciones simbólicas, no únicamente de carácter religioso, aunque éste esté muy presente. Así, las veneras, habitualmente símbolo de regeneración del bautismo en ambientes cristianos, también pueden actuar, según su posición en el edi38

Santa María del Naranco, Oviedo, en origen palacio de los reyes Asturianos.

Reconstrucción del Palacio-Panteón de los Hitos. (Toledo).

Palacio bizantino de Qasr ibn Wardan. Siria.

ficio, como una reducción escultórica de las formas aveneradas que caracterizan los espacios simbólicamente más importantes (ábsides, exedras) de la arquitectura de representación o de poder. La decoración asociada al edificio está formada en su gran mayoría por frisos avenerados y trifolias, y se adscribe sin duda alguna a ambientes áulicos de época visigoda. De hecho, son una constante en la decoración de los edificios del Toledo visigodo, como evidencian las veneras reutilizadas por Abd al Rahman III en la Puerta de Alcántara, piezas que deben proceder del antiguo pretorio visigodo situado en la zona alta de la ciudad, y otras piezas procedentes de palacios ligados a las elites regias,

como las de San Bartolomé. Los mismos motivos se encuentran también en conjuntos palatinos situados en el territorio de la capital visigoda, como el palacio-panteón de Los Hitos. El piso superior del edificio se encontraba profusamente decorado mediante el uso de la escultura y de los estucos que aún conservaban restos de la policromía. El edificio de Pla de Nadal I y del desaparecido y cercano Pla de Nadal II formarían partes distintas de un mismo conjunto residencial bastante más amplio, como sucede en otros lugares similares. Hay que resaltar los estrechos paralelos que Pla de Nadal tiene con algunos palacios de la arquitectura civil de la dinastía justinianea del 39

Oriente bizantino, en concreto con el complejo de Qars ibn Wardan (Siria), donde un palacio semejante al de Pla de Nadal I, que fue la residencia de un dux (alto rango militar que gobernaba una provincia) bizantino, estaba acompañado por otros dos edificios cercanos y exentos, que se han interpretado como una iglesia y un cuartel. Esta disposición no es extraña en el mundo visigodo, ligada a los ambientes regios, y también la encontramos en el territorio de la sedes regia toledana, concretamente en los Yébenes, con el conjunto de prestigio formado por San Pedro de la Mata, la ecclesia y Los Hitos, el palatium. El reflejo del mismo esquema arquitectónico, con un conjunto áulico formado por palacio e iglesia, se volvió a reproducir en la corte asturiana, como hoy se puede visitar aún en los alrededores de Oviedo, en la zona del Naranco, con el palatium de Santa María y la iglesia de San Miguel de Lillo. En la decoración del conjunto trabajarían talleres escultóricos ligados a la desaparecida corte de Toledo. Sería un fenómeno similar al que se produciría pocos siglos después, tras la caída del califato de Córdoba, donde los diferentes talleres áulicos ligados al califa continuaron su labor en las nuevas taifas, incluso para los reinos cristianos, como es el caso de los talleres de marfiles. Este fenómeno era habitual 40

en aquella época, como lo demuestra la práctica política seguida poco tiempo después en el reino de Asturias. Aquí, en torno a la antigua villa de Ovetao, los reyes asturianos se vieron en la necesidad de desarrollar una urbs regia que claramente imitaba la antigua sede regia de Toledo, que estaba dotada también con un conjunto palatino en el monte Naranco. Dada esta común inspiración en modelos áulicos toledanos, no es extraño, pues, que se puedan observar grandes similitudes entre el concepto arquitectónico y ornamental de Pla de Nadal y el conjunto llamado ramirense, del rey Ramiro de la monarquía asturiana. Los epígonos de esta arquitectura residencial aún se pueden observan en múltiples palacios de Constantinopla de los siglos X al XII, que mantienen su articulación a partir de un cuerpo central rectangular con dos alturas y presencia de pórticos laterales de aspecto torreado, donde el aula de representación es iluminada a través de las numerosas ventanas decoradas con celosías a modo de cruces caladas, al igual que ocurre en Pla de Nadal. Este fenómeno de la per- vivencia de la arquitectura residencial tardoantigua en la Edad Media se produce igualmente en España y se puede apreciar bien en ciudades como Toledo. El conjunto palatino fue destruido algunas décadas después de su construcción, ya en el siglo VIII. Como propuso Rafael Azuar, su final

se debería relacionar con una razzia efectuada sobre Valencia por el ejército del emir Abd al-Rahman I en el año 778-79, para aplacar una revuelta en esta zona. Antes de su destrucción, el edificio sería saqueado concienzudamente, ya que apenas se localizaron materiales muebles en su interior. Al ser la residencia del gobernante del territorio, fue un obvio objetivo militar y económico en este conflicto.

Reconstrucción del palacio de Pla de Nadal. Arquitectura Virtual.

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Teodomiro de Riba-roja del Túria (y de Oriola) ALBERT RIBERA y MIQUEL ROSSELLÓ

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l momento histórico de la construcción de este palacio-fortaleza ha de centrarse en el entorno del colapso del reino visigodo de Toledo en 711. Es decir, que o se levantaría algunos años antes como residencia y centro de poder del dux provincial visigodo de un territorio que abarcaría desde Valencia a Almería, o ya se construiría después, pero con la misma función. Ahora, para un “reyezuelo” vasallo del califa Omeya de Damasco, que dependía directamente del emir de Córdoba, para el que recogería los impuestos de ese mismo territorio, del que tal vez los invasores musulmanes hubieran desgajado algunas ciudades, como Saetabis (Xàtiva) y Dianium (Denia). Los detalles de estas rentas a enviar al califa, en monedas y en especie, los conocemos bien, ya que están bien detallados por las fuentes históricas árabes que mencionan el contenido del pacto, que es una preciosa fuente de información sobre la actividad económica del momento, ya que, junto a la imposición monetaria en oro, detalla los productos y cantidades que se debían tributar en especie a los nuevos detentadores del poder, en concreto trigo, cebada, vinagre, miel y aceite Las fuentes literarias informan que en torno al

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Tondo con anagrama en el que se lee TEBDEMIRTEBDEMIR. Museu de Prehistòria de València.

año 713 Teodomiro, el antiguo dux del territorio de Valentia, tras ser derrotado en campo abierto, resistió en Oriola y suscribió un pacto con los invasores árabes, que le convirtieron en el administrador de una amplia zona, en la que incluían los territorios de las ciudades de B.l.nt.la/Valentia, Iyyuh/Eio, Ils/Ilici, Buq.sr.h/Begastri/, Auryula/Oriola, Mula, Lurqa/Lorca, Laqant/Lucentum. Es decir, que abarcaba la zona litoral de la antigua provincia Carthaginense. Sin embargo, parece que Teodomiro buscó

ir más allá en sus pretensiones políticas e intentó fundar un nuevo reino en estos territorios, al estilo de lo que el duque Casius había levantado en el valle medio del Ebro, algo que no fue raro en estos primeros e inestables momentos del periodo islámico en la Península Ibérica. Esa intencionalidad política de creación de un nuevo reino puede rastrearse también en la decisión adoptada por Teodomiro de nombrar a su primogénito con el significativo nombre de Atanagildo, lo que denota el claro designio del dux de crear una dinastía y vincularla al linaje de los reyes Atanagildo y Leovigildo, que fueron los que habían levantado el reino de Toledo. Es en este preciso contexto político de inicios del siglo VIII, especialmente inestable, donde habría que encajar la construcción del conjunto palatino de Pla de Nadal, siguiendo patrones artísticos ya fijados en precedentes construcciones áulicas de los reyes y nobleza visigodos. El espacio urbano asociado a este conjunto era la misma ciudad de Valencia, que contaba ya desde la sexta y séptima centuria con un desarrollo excepcional de la arquitectura religiosa y civil. De esta forma, al igual que muchos magnates visigodos, el dux Teodomiro erigió su residencia en el campo, si bien próxima a una importante urbs como era Valencia, con mucho, la ciudad más importante de su territorio, y, por tanto, al amparo de la protección que le brindaban sus murallas. El refinamiento, riqueza y simbolismo iconográfico de una residencia de este tipo se ajusta bien

Grafito inciso sobre una venera con el nombre de Teudinir. Museu de Prehistòria de València.

con la época y con lo que se sabe de la vida y la personalidad de Teodomiro, súbdito del rey Égica y su hijo Witiza. Un cronista lo definió como: “Fuit enim scripturarum amator, eloquentia mirificus, in praeliis expeditus”, que retrata el triple carácter de la formación de los laicos visigodos, religioso, literario y militar. La fecha de construcción de su singular residencia, pues, habría de fijarse a partir de finales del siglo VII, y, más concretamente, a partir de Égica, sí, como parecería lógico, él fue 43

el dominus de la villa áulica y es el mismo personaje referido en la Chronica Muzarabica o Continuato Hispana de 754: “Theudimer... sub Egicam et Uuittizam”, que rechazó un desembarco bizantino en las costas levantinas. Es decir, que se sabe que mandaba tropas en lo que sería el territorio valenciano y murciano, lo que inevitablemente supone que fuera el dux de esta zona. Este conflicto bélico, previo sólo unos pocos años a la invasión musulmana, coincide también, y no creemos que casualmente, con un corto periodo de acuñación de moneda en las cecas de Saguntum y Valentia durante los reinados de Égica y Witiza. Sabido es, que la emisión de moneda en este periodo, fuera de los grandes centros de continua actividad, como Toledo, Mérida, Zaragoza o Sevilla, tenía directa relación con la presencia de tropas y con acontecimientos militares concretos. Este Teodomiro sería el mismo que, unos años antes, formaba parte de la guardia real y al que tenía intención de matar la conjura urdida por el obispo Sisberto de Toledo para destronar a Égica. Posteriormente sería recompensado con un cargo militar de alto rango en el Sudeste, en el que permanecería hasta la llegada de los musulmanes muy pocos años después. Para los interesados en el tema, recomendamos la magistral semblanza que hizo Enric Llobregat sobre este insigne personaje. 44

Visita guiada a Pla de Nadal.

Teodomiro representaría el creciente auge de la nobleza respecto al poder real, en unos momentos donde las fuentes históricas reflejan el fracaso de la centralización y de un estado visigodo fuerte, donde los duces provinciales concentrarán en sus manos el poder civil y militar. Esa incipiente aristocracia proto-feudal utilizaría un modelo de residencia con áreas abiertas porticadas, ambientes de representación y copiosa utilización de la escultura decorativa. La arquitectura y la escultura decorativa de esta residencia rural no tienen nada a envidiar a la del centro episcopal de Valentia. Pla de Nadal es la plasmación edilicia, en la zona rural, de la vinculación de las estructuras de poder con la ciudad. Una prueba más de la estrechada relación entre la ciudad y su territorio. La numerosa y variada decoración arqui-

tectónica de este espacio residencial se sitúa por sí misma en un ambiente cristiano y la escasa, pero contundente, muestra epigráfica, ya en monogramas pétreos como en grafitos, es exclusivamente latina. Consideramos, pues, extremadamente irreales y muy forzadas, además de totalmente ajenas a la realidad histórica y arqueológica de la zona, las propuestas de suponer que este gran edificio decorado con motivos cristianos, se construyera por y para las autoridades omeyas que, por el contrario, serían los autores de su total destrucción a lo largo de la segunda mitad del siglo VIII. Asimismo, consideramos como un exceso

de ejercicio de hipercrítica el suponer que las diversas menciones históricas y epigráficas a Teodomiro/ Theudimer/ Teudinir en un muy estrecho lapso de tiempo y por la misma zona correspondieran a personajes distintos que, así, curiosamente, transitarían a la vez por el mismo territorio. Aquí se daría, pues, la extraordinaria y feliz circunstancia de conocer el nombre del promotor y usuario del edificio, que, además, se podría identificar con un personaje histórico que fue un importante dirigente de este territorio en los albores del reino visigodo y los inicios de la llegada de los árabes.

Vista de la parte alta de Orihuela, lugar de la antigua Oriola del Pacto de Teodomiro. Museo Arqueológico Provincial de Alicante. MARQ.

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