Serie: Historia
MARÍA DE,L MAR LARRAZA (Ed.)
HISTORIA DE ISRAEL Y DEL PUEBLO JUDÍO: GUERRAYPAZ EN LATIERRAPROMETIDA
ffiKffitr4ffi& EDICIONES UNIVERSIDAD DE NAVARRA, S.A. PAMPLONA
Índice
Primera edición: Mayo 2010
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2010. María del Mar Larraza (Ed.) Ediciones Universidad de Navarra, S.A. (EUNSA) Plaza de los Sauces. I y 2.31010 Baranjin (Nararra). Espana Tèléfono: r34 q48 25 68 50 - Fa-x: +i4 948 )i 68 54 e-mail:
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ISBN: 978,84-3 13-2699-9 Depósito legal: NA 1..503-2010
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Introducción
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EL PUEBLO JUDÍO EN PERSPECTIVA HISTÓRICA
Del asentamiento de Israel en Canaan historia y relato bíblico
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caída de Jerusalén: 35
Francisco Varo
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Biblia y Arqueología
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Juan Anto ni o Fernrindez- Tresgterres
Un pueblo sin Estado. Dos mil afios de historia entre la Tierra de Israel y la Diíspora .................
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Iosé Ramón Ayaso
Los judíos ante la modernidad: de Ia ilusión de Ia emancipación a la creación del Estado de Israel 7\{úamientl:
Nov,rTen
Plaza
idoi, 5 b$o. 31192 Mutilva Baja (Navarra)
Imprime: GRAITCAS ALz-+tp, S.L. pol. Comarca 2.Esparzade Galar (Navarra)
Printed in Spain - Impreso en Espaia
I53
Alu/lro Íerrara La tierra mís disputada: Israel y el conflicto de Palestina Alfonso lglesias
189
Pío XII y los hebreos en la Segunda Guerra Mundial. Una contribución a la reflexión Marteo Luigi Napolitano Universidad de Molise (Italia) (Tiaducción de Mikel Berraondò)
El debate sobre la relación entre Pío XIi y los hebreos deslrrollado durante los últimos cuarenta aios, sea por la intensiclerl con la qlle se ha manifestado, sea por las investigaciones a que h;r .lado lugar, nos crea unos interrogantes que no pueden ser eltrrli.los y, sobre todo, nos trae a colación los temas mós dispares, c1rr,. ('rì esta sede sería imposible tratar completamente. ;Fue verdaderamente Pío XII indiferente a la suerre de los h..' lrreos durante la Segunda Guerra Mundial? ;Estuvo verdaclcr., rììente guiado por la indiferencia en los enfrentamientos? lPes:rn,r, tcrdaderamente en la actitud de la Santa Sede el anti-judaísnro v , l prejuicio? Debemos indicar, en primer lugar, que incluso en las crítitrrs {lue los mis serios investigadores hacen a Pío XII, las pregtrrrt.rt rìunca son realizadas en estos térn'rinos. En segundo lugar, :r pr'r.u ,lel hecho de que hoy en día los documentos permitan rcL()ns r rrcciones mucho mís exactas del pasado, sólo los polemistas tr., ' n itos reclaman la antigua herencia de la Iglesia -el tradicional ,r r rscrnitismo católico- para demostrar su actitud durante la gucrr... En su prolijo volumen sobre La distruzione degli ebrei d'|,.rrn, i,,r, Raúl Hilberg, que no puede ser conrado entre los uapolosis ',.,,, de Pío XII, cita una serie de decretos, acciones y procr.rir r
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pasados que ciertamientos adoptados por la Iglesia en tiempos de discriminación mente no deberían tomarse como un modelo un lado' se.refieanti-hebraica en el siglo )C( Estas medidas' Por con la,llaren a períodos histór1cos relacionados principalmente
-^ la
poder temporal de d^'n rpublica sub Deo, o con el ejercicio del por otro lado' el prolglesia, finalmente desaparecido en 1870;
pio"Hilb.rg sugiere qttt i"' '"aop,"a", !n,r.".1 Concilio de Elvira (306 d'C') y el fin del pomedidas an^ti-hebraicas eclesiisticas
a.rì.-poral
de estude los papas (1870) son sólo mero objeto explic",t hi'tó'it"mente las raíces del anti-judaísmo
dio, es iecir, no pue.atóli.o y r.r, d.plo,ables efectos' Pero tal discriminación con lo que Hitler fuc de ser comparada ni en una mínima Parte capaz de hacer. Según escribe Hilberg:
h,yO'u'fo rÌe los precedentes fueron algwnos .que "':':!";a( del pasado' mucnas lecciones las tudas no canazi ieredó. En 1933 el tietnpo' se mdntenían uiua.s en las cuales habían sitlo oscurecitlas por Éstos
algunas lecciorn's el recuerdo. El oluido había golpàclo particularmente disturbios 7 los po ort/en"aban cle cuidarse de los -por ejemplo, las que h''o' renido que descubrir uiejas uerd'adu' dr Sl
;";*;, 'br*o,
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sar e innouar; por esto, la burocracia alemana, en doce aíios, se manchó
de un crimen infinitamente mós grande del que la lglesia Católica había podido perpetrar en doce sig/os'.
Queriendo ofrecer las primeras ideas para la reflexión y el debate sobre el tema en cuestión, hacemos nuestra la lección de Hilberg, que podemos sintetizar del modo siguiente: 1) Gran parte del antisemitismo católico del pasado ha desaparecido con el dempo; 2) Aquello era practicado en la doctrina y en los principios de la Iglesia Católica, pero se concentraba (con indeseables desviaciones, por cierto) en la conversión o expulsión de judíos; 3) Et el fondo estas prócticas, aunque pueden ser vistas como Ia antesala a la destrucción de los judíos, no son suficientes por sí solas, puesto que dichas medidas tenían límites y obsticulos infranqueables, y si lo deseado era dar un usalto cuantitativo, (en términos de los verdugos, por supuesro), se requeriría la eliminación Íìsica (lo que Hitler hizo); 4) En tan sólo doce ,rtlos, Hitler fue capaz de hacer a los judíos lo que la Iglesia Católica nunca había podido hacer en mil doscientos aios.
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mucbos de los nueu"' ,rbloryor el hecho rle que' por el contrario' los que preclecesores no ht descubrimientos se siturtrÚn en un terreno
l.
bíanintentacloexplorar.Losprecetlentesadministratiuoscreadosporl,t 'Igluia la lí1tea cle la r'li: Estaclo estaban fo'zo'amente incompletos; 1t el se itttt precedentes' siglos los en cusión, tal 1t como habia sido trazada v conuersiórt de anti-hebreas rrampía a'mitatl tle camino; Las poLíticas
En la historia de la Iglesia Católica del siglo XX hay un prei eclente importante en la lucha contra el antisemitismo, si bien rar.ì vez es mencionado. Se trata del decreto de condena del Sanro t )fìcio de 25 de maÍzo de 1928, muy anterior a la puesta en mar, lra de las posteriores leyes raciales en Alemania e Italia. F.n e\ De, tch.tm De Consociatione Vwlgo Amici [srael Abolenda,lalglesia Ca-
expu'lsiónnopodíanllegarmàslejos.Estableciéndoseaquelloso.bjetit,tl'
su e*pulsión] sr atibuían al misttr" de la burocrarzz fpontifìci'r tiempo límites ins;uperables pard la aición y alemana en el sigl" y d. lo, reyes del catolicismo' en su época' corìì(] XXI gl, la supresión de aquellos obstticulos lproponiéndose cr y no su conversión,o úldmo programa l" sup'esiún del hebreo' potencia.l a aque.lla ''tt' p.tlrioni pírho pr,-iti' alcanzar el màxirno 'puro de las pro/tibiuott" ,1, ia ,|,,t'u"ión' Por tanto' la eliminación
l.onversión de los
hJb"o' y
aclt'1' de aquellas medidas que la Iglesia había [es decir, Ia ausencia impntrt a a/emanes pasado] con'luji n /os adminisffatlores
Antisemitismo, doctrina y diplomacia vaticana
r,llica se expresaba en estos términos: t...1 Q"a caritate permota Apostolica Sedes eumdem populum contra iniustas uexationes protexit, et quemadmodum omnes inuidias ac
1. Hrr-srtc, 1995, pp. l0-12.
,".1o .,-t el
321
320
simuhates inter populus reprobat'
,r,ìrw
populu-'oli* d D)o
ita uel maxime damnat odium adodiwm nempe illud' quod uulgo
'b't'*'
dntisemitismi nomtne nunc signifcari solet
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condenaba esLa Sede Apostólica, a nivel oficial e indiscutible' Dios'' ,.el odio contra el pueblo una vez elegido por
pecialmente antisemitismo' Si del .rr-r odio que ahora era conocido como
f..,o p,rà-ente
as-
doctrinal pasamos al diplomótico' yendo hacia
muy intereen el tiempo descubrimos comportamientos "d.l"rli"tal y como reflejan los testimonios de varios diplomd'ticos' santes, julio' por ejemplo' el emAsí escribía en l" ,egunda mitad de bajador americano en ltalia: El órgano rle
.lulio
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it, lgSSl
2 VaticanoLOsservatore Romano ha publicado fel t'tnas obseruaciones del Papa l'rch,trs
"etL'Flas'*'-l:.*" cua/es lt'r
Católica' Directores deL mouimiento por la Juuentud
decldrarJoqtleelusorleldpa'lahraCatólicosigntJìcdbaLlniuersalyno (es nec( ni sepdrdtisttt' Thmbién dijrt que
ni racial, ni nacionalìlta repugwtnte sario decir que hay dlgo partiutlirwrcnte et'a
seporatismo
7 nacionalismo
en este espíritu
lt
exageraclo>''
católicos que vivían etr cl Es revelaclor que el aPoyo inicial de los en contra dc MLrs extranjero, .rp..iztl-",ttà de los norteamericanos' la Santa Sede tení'r clisminuya seguidamente de la actitud que
solini,
Contraelracismonazi,cosaquelaltaliafascistaestabaapulltotlt. no tardarou t'lr in-ritar. [,os católicos estaclounidenses' en Prìrticulal paraguas' considerantlt' siruar a tocl.as las clictaduras bajo un mismo el si Hitler y Stalin en un mismo plano' ['o denuestra a Mussolini,
La palabra papal, la cuestión racial, nuestras relaciones politicas con Berlín, la ausencia de reacciones ita/ianas a /as persecuciones nazis de católicos en A/emania 1 Austria, han sido elementos disoluentes de las ya existentes simpatías a nuestro fauor, )r determindntes de una actitud cada uez mds aguda de tlisidencia hacia los regímenes dictatoria/es sin discriminación entre ltalia, Alemania y Rusia que estuuieron A iluestro fduor poco tiempo atrtlsa.
Importante para definir la actitud general del Vaticano en relación con el racismo y en parricular con el antisemitismo, es un memoríndum de 5 de noviembre de 1938, de una conversación entre el Secretario de Estado americano \il/elles y el embajador italiano en \lashington; Welles considera, inequívocamenre, que el Vaticano había declarado públicamenre que los seres humanos no deben ser discriminados (a causa de sus creencias religiosas y de su origen racialrt. La actitud de la Santa Sede en relación con las leyes raciales italianas es también testimoniada por una advertencia que posreriormente el embajador italiano en el Vaticano dirigió en un despacho a su gobierno: Como ya he dicho,
notd
es
protestrt en cultnto
posib/e que el Papa haga enuiar al VE. una
publicado e/ esquema del decreto-/ey para la defensa cle la raza. Es igualmente probable que, a pesdr de los pasos que di bacia el Cardenal Seuetario de Estado, el Pontífce formule una Prztestlt oral durante la recepción que concede diariamente. Por tanto de
sea
euitaré, de momento, cualquier conuersación sobre e/ temd6.
en \Tashiugtou: guiente relato clel representante de Italia
Anno XX' vol' XX' 2 rl'"1 Acttt Aposntlicae '\edis' Oorrtntentrtriutu Officiale' (Jfìci., conro clice cl texto liìtrrì,' Sarìi., a, pp. r0:r_r0i.'Eri",i..r.,n.1"l lg2B, 'úrn. cle 1928 y publicaclo el clí:r '' ' f*-' ;;r.;;J. p.i,: I'in XI cn la aucliencia clel 22 dc marzo j. tr L.Àb"j".lul. americano cn ltalia Phillips.rl Sccrctario de Estaclo:ìnìe[r(irrì(' 'l Urit..l Statcs, 1938, vol. Il: hr lìt rrt'l' 24 de julio cle 1g3g, lor.igi n"r.,.l,,n ,of tlrc AJut't' yt' \x+' Oornm,onucd/t1,, Europe, NLnr L'rst'
).
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322
,1. El encargado de negocios en rùTashington Closmelli al Ministro de Relaciones | \rcriores Ciano, el 20 de octuble de 1938, DL)I, Seric Ocava, vol. X, doc. 298. 5. Mernoríndum de conversación clel Secretario de Estado,5 de noviembre de ')J8, FRUS, 1938, vol. Il, cit., p. 598. 6. El Embajador ante la Santa Sede Pignatti Morano di Custoza al Ministro de Re,, i()nes Exteriores Ciano, el 12 de noviembre de 1938, DDl, Serie C)ctava, vol. X, cir., ,1,,, . :190.
323
mal recompensado por todo lo que ba hecho por lta/ia y le ha manifestado su turbación, al margen de la uida (sic), de no haber cumplido
se encuentra en La confirmación de esta protesta del Vaticano por las oficinas de la Sanun documento especialment; preparado ta Sede:
completamente su propio deber por habersc dejado lleuar t/elfuerre afecto por su patria italiana. E/ Ponttfce habría amenazado con hacer, antes. de morir, algo por lo cual ltalia sería recordada por mucho tiempo.
pasado 10 rÌe Tras la publicación del Demeto-Ley aprobado^el lee-' el Cardenal Seretario nouiembre por el Consejo de Minisnos -se Padre' ha dirigido de Estado, ejecutand'o la' ó'd''n" d'el Santo protestaT ' senor Embàjador de ltalia unrt nota de
con el Papa: en una nota personal, tras una conversación Miennas tanlo' agradec(mls /1 Dios
respond.a
a
7 al Padrc Tacchi ,Venturi
Bffirini [u' 'l Santo.Padr1 apem la rcspuesm,de[ Relt' Y d'b' p'n'o' bien-lo que hace: tJebe saber que szn
iipir, q", Muí,ohni muchos los italianos
d"'ont"to'
Concord.ato' El Santo Pad're no
del con Mussolini' Es un punto débil
se
ningun modo'' Prestaruí dz
del embaNo deben, sin embargo, maravillarnos las palabras
diciembre evajador italiano en el Vaticairo, que hacia la mitad de ésta había tenido sobre el luaba la cuestión racial y lo' tfttto' que Papa y sobre la Iglesia Católica: la raza, y especialmentt Nuestra dctitud en t0rn0 a la cuestión de en el Sacro Colegirt los hebreos, ha tenido una fuerte repercusión
hacia
ma1'o'ía poco benéuolo para el Fascismo' qu, drb, consid'erarse 'u e.l *0",*",{:,í,tL1 'Po'ru, qu, en el ambiente carclenalicio se di.ce que
"
trldesupolíticacondescendientehacialtaliaTsediscutelac1nctllacrq|l
El Cardenal Pizzardo es uno que él quiso cvnna el Parecer de muc,hos' per" reproches .al.P1pa'. tle aqiellos Purpu,odo' que ba hecho fuertes Thmbién a él el Pontffice l' también ha obtenticlo algo de 'o'f'ai"a' Ha dicho que ha sirlt' hta informado d'e su dolor 7 sus Preocupaciones'
''
de 1938' Actes et Documort' la Secretaría de Estado' 14 de noviembre mondiale(ADss)' vol' 6' apéndice 3' p' 536' du Saint-Siège relat$ à k-;;;";;;g""" t"ttl' Pacelli' sobre una conversación con s \ B. Apuntes d.l Sd;;;;i"St"to' Pío Xl, Ai)SS, nota 13 a P' 536'
7. Nota
mós.-Es probable que el Papa haya tratado los mismos propósitos con otros. procuraré olrrn* datos mtis precisos. Entre las posibi/idades se encuentra una encic/ica contra el Fascismo o inc/uso una condena del Fascismo,,.
a S'E' el
(posterior Pío Seialó el entonces cardenal Eugenio Pacelli
XII),
El cardenal no ha sabido o querido decirme
Creemos que ya sólo estos registros permitirían unas premisas un poco mis amplias al discurso sobre la relación entre elvaticano y los judíos duranre la shoah. Se ha dicho"' que la regisración racial nno viene contrastada como principior, una vez fracasado el intento de conferirle un fundamento confesional y no racista. No
vemos todavía por qué la Santa sede habría debido rimitar sus l)rotesras al importanre compromiso adquirido en el concordato cn tema de matrimonios mixtos. Manteniendo el tono racista de ,rquella ley, en nuestra opinión, permanece la actitud crítica sobre cl carócter, en general, racial y antisemita de la ley.
l.
Pío
XII diplomítico. ;Un doble agente?
ul-os diplomóticos no son capaces de hacer nada, pero son ca_ l)irces de todor. Así bromeaba, tiempo atrós, un embajador italiarro recordando el trascurso de su carrera. Cuando el término udi_ 1'l.macia, viene unido al vaticano, irremediablemenre se arriesga
rrì() a un juicio moral de signo negarivo. Sin embargo,,"nio i rrgenio Pacelli como Juan )COII, el
