PERU: HORA FATAL La peste, los cuervos y los sepultureros

July 15, 2017 | Autor: José Briceno | Categoría: Poesia, Literatura española e hispanoamericana
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Descripción

J05E

ENRIQUE SRICEÑO SERRU

PERU: HORA FATAL

LA PESTE LOS CUERVOS

Y LOS SEPULTUREROS

IEJ EDINCUR

~.1991

[] []

La peste, El Fondo Monetario

los cuervos Internacional,

y los sepultureros los patrones

y los lacayos

EDICIONES INTERCUL TURALES BUENOS AIRES - LIMA - MEXICO - MADRID·

MILAN

EDICIONES INTERCULTURALES EDINCUR

A los millones de niños peruanos víctimas de las demenciales me· didas; de "Ajuste" paridas por los ciervos peruanos del F. M ./.

Cuando en 1986 apareció publicado en el Diario HOY (entonces flamante órgano de prensa con ribetes de inde~ pendeTlcia. sucesivamente contradicha por su abierta aJhe~ sión a un movimiento político de cuyo "líder" hizo un dios de egocentrismo) un artículo mío en tres partes, intitulado "Los Defignios del Fondo Monetario Intern.:1cional". sin el mínimo alarde de profetas. expusimos las consecuencias ,que un avasaUamiento al Fondo Monetario Internacional (FMI) traía para las economías· y la supervivencia m'isma de los países del llamado Tercer Mundo. en particular para aque~ 110sque como en el caso del Perú, habían p3.sado a niveles extremos de pobreza. Inrfependientemente de que dicho artículo hubiese sido tomado mínimamente en consideración por la~j "iluminadas" fuerzas políticas de entonces. en los primeros años de la gestlón política del APRA se evitó caer en el error de apli~ cal' las conocidísimas medidas del FMI al fin de obtener ilusorias ronquistas (manoseado esloflan de "l'einserción del país en el sistema financiero internacional"). Sin embargo las mcansables fuerzas ocultas de la derecha, haciendo gala del más deplorable "analfabetismo económico" se fueron encargando de roer la aparente firmeza de esta conducta política nacional. Ello, unido a la ceguera de ese ídolo de la edad de bronce que representaba el entonces Presidente de la República, hizo que. en absoluta contradicción con los dogmas y lemas políticos de este último vociferados en todos los rincones del país, el Perú se fuera acercando al FMI en idéntica forma a la de un perro que se arrastra hacia a su amo después de haber recibido una dura reprimenda.

Desprestigiada la dirigenda aprista en su primera gestión absoluta del poder. el pueblo. o lo que quedaba de su fe. vio f'xtinguirse la última tenue llama de su esperanza. No quedaban pues partidos por probar: todos los de derech:l habían contribuido decididamente a la ruina del país; la iz~ quierda tradicional, perennemente en lucha por mezquinos y v~:males Lontrastes de una dirigencia corrupta se vio fácil~ mente crrasada por los falsos vientos de "renovación" de los países del Este. que cedían al largo como cruento ase~ dio de cuarenta años del capitalismo occidental. En esa hora fatal. al chasqui peruano se le iba apagando la antorcha y apenas alcanzaba a vislumbrar dos caminos abruptos: a la izquierda las luchas intestinas del poder que descuidaban las 1t1asas y a la derecha los sempiterno s patrones del Perú que pretenrlían halagar a las muchedumbres con sueños y juegos quirománticos de fnntasía. En este cruce fatal se apa~ 9a la antorcha del chasqui que, desconcertado, no ve más que tinieblas. En esta hora maldita se escucha el galopar de un jinete y el iluso chasqui cree ver entre los dos caminos antes anotados un lejano relampagueo producido por las co~ (es de un desconocido como obscuro personaje. la enésima ilusión: la salvación podría venir del Extremo Oriente. de la promesa salvadora de un hijo de inmigrante~ japoneses. in~ fatuado de la cultura oriental pero con un español suficiente como para deslumbrar y confundir al sorprendido chasqui. Surge así a la palestra el bucanero de la política perua~ na que en un acto de oportunismo político sin precedentes "despoja" de las riendas de la política a los vetustos des~ cenrliente!' de España. primeros corsarios de América. y a las arribistas criollos de la política en eterno conflicto exis~ tencial entre sus gotas "indias" que les hacen avergonzarse dd desprt'cio por sus hermanos. y las gota3 españolas que se resisten a la humillación de que se sienten objeto por los descendientes de sangre española (¿pero existen éstos aún puros?). Ese bucanero de la política peruana. "chinito" de ojos tristes y perversos. se alza así en la estrella redentora de las grandes masas de desposeídos. De este fenómeno

demencia!. explicable sólo en un enfermo Perú, trata el capítulo nI de este ensayo.

crónico como el

El único punto .que interesa remarcar de esta alucinante realidad es que este improvisado de la política {¡pero cuantos políticos en el Perú no son improvisados?) no lo era tanto en el arte de embaucar, pues había comprendido, no queda más, que para ser político basta inventar, prometer cosas imposibles porque, después de todo, el pueblo a este punto ha perdido su capacidad de discernir. De este modo convirtió en su cabano de batalla la oposición a cualquier ajuste económico (o "paquetazos" como en jerga criolla se les distingue) . Obtenido el poder con la ayuda de otros piratas y después de ena sufrida "segunda vuelta", el bu canero de la política se olvida de los pobres a los que prometió todo, y a los pocos días de su "entronización" arroja en el estómago de los peruanos que lo eligieron (pero también en el de los que no lo votaron) un mar de acero hirviente representado por el mas criminal prGgrama de ajuste económico que la historia c1e los pueblos recuerde, abofeteando así el demacrado rostro de quienes pusieron en sus manos la última semilla de sus esperanzas. La vergüenza hizo que este advenedizo "político" se escondiera a las masas por semanas enteras. masas a las que no les faltaba razón al8'una cuando en los día[, subsiguientes al traidor anuncio desfilaban indignada~ nlrededor del palacio de gobierno con carteles que decían "?ujimori, devuélvenos el voto". ¿Qué pecado ha cometido el Perú para merecerse estos verdugos? Pasar del insaciable blanco español ti través de innumerables invasores al feroz samurai amarillo, no ha cambiado para nada su suerte. o más bien la ha empeorado por la inercia de las sas. De las nefastas consecuencias de esta sunúsión al Fondo Monetario Internacional es que trata el capítulo IV de este ensayo. El capítulo cuarto tiene sin embargo una breve peripecia: creyendo confiarlo a un diario independiente, en Octubre de 1990 lo envié a "La República", cuya sección editorial. a pesar de haber acogido hace varios años algunas

co-

colaboraciones mías. no se dignó ni siquiera contestarme. danoo m'lestras de su absoluta falta de educación y del des~ conocimiento de las más elementales normas de cortesía que en el ámbito de las "relaciones públicas" una empresa debe~ ría respf>tar siempre. Interpelado sucesivamente el jefe de dicha página editorial se justificó alegando la dema~ srada extensión del artículo. como si las ideas fueran más valiosas y ciertas cuando más cortas y breves se presentan. El acomodo de los órganos de prensa a ciertas tenden~ pseudo ideológico de sus propietarios o d ¡rectores en líneas generales, hace que los escritos de los pe!lsadores libres deban sufrir una dura censura antes de re~ cibir la grada de su publicación. la cual se da sólo en dos casos: o cuando son estrictamente técnicos o anod~os. o cuando se identifican cien por ciento con léi curriente o ten~ dencia política de sus propietarios. das, el sectarismo

La cultura, ese gran espejismo latinoamericano, debe ser popubr (y con este término se entiende: abierta a, o dis~ ponible para todos). Las ideas deben correr libremente. desprovistas de sofismas y de innecesarias groserías; el diá~ 10go cultural debe ser alturado, democrático (esto es. libre de tiranuelos y de odiosos embaucadores). i.Qué diario pe~ ruano ti(>ne estas características? Si existe, (>8 entonces un puntal para la tan ansiada liberación del hombre latinoamerica~o que, contrariamente a lo que sostienen los aburgue~ sados profesores de la escuela oficiaL es aún prisionero de un pasado tempestuoso de falsos valores que lo aplastan contra un presente de perniciosos dogmas. el primero de los cuales, que "somos libres políticamente". Falsa "verdad" porque el peruano como el colombiano o el argentino o cual~ quier otro latinoamericano, no ha obtenido aún la libertad política, y mucho menos la económica y cultural. Estas consideraciones explican someramente las moti~ vaciones de este opúsculo, que no pretende "dar la luz" a los peruanos sino formar una simple chispa de esa luz negada por los agoreros de la muerte de la cultura y del hombre latinoam.ericano.

El pUE'blo latinoamericano debiera contar con órganos de prensa libres; en cada país debiera alzarse por lo menos un diario, (' una revista que, dirigida por gente no comprometida con los tradicionales grupos de poder, reflejara el pensamiento libre del hombre latinoamericano, analizara los problemas comunes al desarrollo, denunciara a los sofistas y verdugos de la cultura y propusiera fórmulds de solución, todo ello en pro de la liberación total del hombre latinoamericano. Nos falta pues un verdadero IDEARIO LATINOAMERICANO, que sin abjurar de las raíces profundas de las culturas naTivas, esté abierto a todos los latinoamericanos, que sin pec¡¡r de redentorismo (fácil ilusión meslánica de los pobres de €'spíritu), con los pies por el suelo (que no es el fango de bastardos intereses de grupo) estén dispuestos a contribuir con la difusión de las ideas a la búsqueda de la verdadera identidad del hombre, identidad que no puede basarse si no en la LIBERTAD, libertad que no existe para quien se le niega la capacidad de quitarse la venda.,

LOS DESIGNIOS DEL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL

Los pobladores de Bretton W oods bien podrían colo~ carse en una de estas dos situaciones: O sentirse orgullosos de haber sido la sede de una conferencia monetaria interna~ cional que iba a acrecentar el poder hegemónico de Estados Unidos; o no saber donde meter la cara frente a los vitu~ perios que los Gobiernos del 9070 de los países miembros del Fondo Monetario Internacional les mandan cuando con~ ciertan empréstitos con esta entidad de un lado, o cuando el país que ha sido "favorecido" con un prést2mo tal, se ve enflaquecer, desangrar y aun entrar en estado de agonía, por otra parte. Una población tranquila y al parecer insignificante dentro de la relatividad que la economía de los Estados Uní..dos. comporta. ha pasado a ser un punto de referencia im...portante y su nombre relampaguea en la mente de economistas. políticos y estadistas, porque fue en Bretton W oods en donde se celebró la Conferencia Moneta~ ria y Financiera de las Naciones Unidas de julio de 1944, de la que surgiera pomposa, con sangre fresca de neonato pujante. el Fondo Monetario Internacional (F. M. l. ), esperanza luminosa del llamado Tercer Mundo (y no sólo de éste), que habría de convertirse en una simple ilu~ sión para transformarse pronto en un monstruo devorador de pueblos, genuino representante del capitalismo financiero internacional. TeniendQ en cuenta los desastres causados por la Se~ gunda Guerra Mundial, los economistas y los hombres de

Slobierno ~e preocuparon por trazar los senderos por los que habría debido encaminarse la economía post-bélica. frente a la inmensa tarea de la reconstrucción que comportaba acciones rápidas y efectivas. Se analizaba así la manera de dar urgente satisfacción a necesidades comunes como la de alcanzar una unidad monetaria internacionaL el desarrollo del comprcio internacional. la estabilización las balanzas de pagos y la necesidad Rerentoria de financiar la reconstruc~ ción económica. Tales necesidades condujeron a la convo~ cación de la Conferencia de Bretton Woods que. en el mar~ eo cie un general espíritu de colaboración. y basándose en los planes de Keynes y White. instituyó el Fondo Moneta~ río Internacional (F. M .1. ) y el Banco Internacional de Re~ construcción y Fomento (BIRF).

ne

Audaces y alentadores

eran los objetivos del F. M .1. :

Promover la cooperación monetaria internacional a tra~ vés de una institución permanente que ofreciera un instrumento técnico de consultación y colaboración en ma~ teria de problemas monetarios internacionales. FacLtar la expansión y el desarrollo equilibrado del comercio internacional y contribuir de este modo a promover y mantener altos niveles de ocupación y de renta real. y a desarrollar los recursos productivos de todos sus miembros.

Contribuir al establecimiento de un sistema multilateral de pagos y a eliminar las restricciones que obstaculizan. en este aspecto. el desarrollo del comercio mundial. Crear confianza en sus miembros, poniendo a su disposición los recursos del Fondo. para permitirles corregir los desequilibrios en sus balanzas de pagos. sin que se vean constreñidos a la adopción de medidas nocivas a la prosperidad nacional o internacional.

En buena cuenta, el acuerdo instítutivo del F .lYI.1. dispone que los retiros que cada país haga del Fondo y los sucesivos reembolsos deban ser considerados como simples otJeraciones de compraventa de moneda extranjera con mo~ ned3 naLÍonal. Y esto refleja desde ya la preocupación de no considerar el normal uso de los recursos del Fondo como un préstamo internacional y por 10 tanto condicionado a la solvencia y sobre todo a las condicione~ temporales de reembolso, sino más bien como una simple operación de compraventa para hacer frente a los deseqUl1tbrios tempo~ ráne;,s de las balanzas de pagos. El F .1\JI. l. concede sus créditos fundamentalmente a tra~ vés de d0s tipos de operaciones: los acuerdos de Stand-by y los Derechos Especiales de Giro (DEG) . Por los acuerdos de Stand-by se le asegura al país miembro interesado la posibilidad de retirar del F. fvI .1. div;~sas de ('tras países a cambio de la propia moneda, dentro de un determinado período y hasta una cierta suma, la cual suma deberá ser destinada a cubrir los déficits temporáncos c1esu balanza de pagos. Por lo general, y previamente, el Fondo envía una comisión de técnicos para que estudie la situac.'ón económica del país que solicita el crédito. Si el país viene considerado solvente, el Fondo formula determinadas "rE"comendaciones" a las que se debe sujetar la política económica de tal Estado: E's la "política de ajuste", o sea un programa por parte del país interesado, idóneo a corre8ir el desequilibrio de su balanza de pagos en un periodo relativamente breve y sin recurrir a medid3s restrictivas que pucc1an perjudicar la "prosperidad nacional o intern~cional". Tal programa toma la forma de un:t "Declaración de intenciones" firmada por el Ministerio competente y el Banco Central, y comprende específicos rampromisos o cláusulas de comportamiento (performance dauses) en los diversos campos de la política económica, crediticia, fiscal, si'llarial, etc., del Gobierno. A su vez el F .1\1. l. expone en otro documento su propia valoración sobre los objetivos del acuerdo, el monto del crédito disponible, 103 términos del

reembolso, los costos financieros y los casos en que caduca el derecho del país a hacer uso del crédito. (El período por el cual el Stand-by puede ser utilizado no ha sido definido por el F . M .1. en forma lÍgida, si bien en la práctica la mayor parte de los créditos se ha concedido por un período de doce mese-s) . En 10 ,que se refiere a los Derechos Especiales de Giro (DEG), éstos pueden ser utilizados en una diversidad de modos por los países participantes. Las operaciones más corrientes ~on para efectuar transferencias entre los países miembros, así como con la Cuenta General del Ftmdo. Las transferencias entre países miembros pueden ser de dos clases: a} transacciones ..desiHnadas" por el F. M .I. dvnde los países usuarios de los DEGs notifican al F. M. 1. que tienen la intención de utilizar DEGs a cambio de divisas extranjeras y el F. M. l. indica uno o más países para que ofrezca sus divisas contra DEGs. Estos países "designados" son por lo general países con una balanza de pagos fuerte; b) transacciones "voluntarias" entre países miembros, sin intervención del F. M .1., efectuadas principalmente para readquirir sus propias divisas nacionales. Al contrario de las transacciones "designadas", las "voluntarias" se han efectuado mayormente entre países industrializados. Las transferencias de DEGs de la Cuenta General a los participa;!tes, se efectúan principalmente para la reconstituc~ón de lAS disponibilidades de DEGs de lo países miembros, a fin de que tales disponibilidades se mantenHan a una media de por lo menos el de los DEGs recibidos en asignación.

3oro

El mecanismo de creación de liquidez concebido originariaml"nte en Bretton W oods es muy diverso del que se ha veniño desarrollando a través de las sucesivas decisiones políticas del Fondo, y lo han transformado en una insti.tución crediticia internacional no muy diversa de las ya ex:stenéf's.

El Fondo Monetario Internacional (F, M .1.) no ha funcionado según sus principios inspiradores. No acre ... cienta la li,quidez internacional a través de periódicos au,TIentos de las cuotas y no logra ejercer suflcientes presiones sobre los países deficitarios o excedentarios a fin de corregir a 1 iempo sus respectivos desequilibrios. pareciendo más bien haberse transformardo en una especie de orgdnismo financiero internacional de última instancia al que se re ... curre desrués de agotado~ todos los otros remedios posibles, Sus tre~ principales objetivos -la cooperación internacionaL el de~arroI1o del comercio internacional y la estabilización de los cambioshan quedado simplemente como una d~rIaración lírica escrita en el acto constitutivo. La cooperación internacional ha funcionado sólo entre los países que de ten tan el mayor poder económico. Así, en un país en vías de desarrollo no se ha obtenido nunca la estabilidad d~ los cambios como consecuencia de la apiícación de las medidas recomendadas por el Fondo. llegando a provocar, por el contrario, en la mayoría de los casos. un ulterior agravamiento en la economía de estos mismos países. (Si tomamos en cuenta que en el F . M . l. un cuarto de sus miembros. con~tituido por las naciones capitalísticas desarrolladas. detenta tres cuartos de las cuotas y dos tercios de los votos. podremos comprender la orientación de la política del

F.M.I ). El F .M. I. -sosteniendo que es sobre todo la inflación la causa del deterioro de las balanzas de pagos-, impone. como condición fundamental para la concesión de líneas de crédito. programas de política económica que por 10 general contienen tres elementos principales: a) medidas internas para atacar la inflación. incluidas la reducción del gasto público y la contracción del crédito interno. Esto comporta la automática reducción alobal de los recursos destinados a los servkios sociales y a las inversiones estatales en proyectos de desarrollo. el estancamiento de la economía. la quiebra de llumerosas empresas locales y la venta "forzada" de las mismas a operadores económicos extranjeros y. como remate del enfermo, el aumento masivo de la desocupación;

L) devaluación de la moneda nacional respecto al dólar USA y libre convertibilidad de la misma en cualquier moneda extranjer.::J; c) estímulo de las inversiones extranjeras a tra~ vés cle medidas como la adopción de una legislación contra las huc1gas, y facilidades fiscales y de otro tipo para la reex~ portación de las utilidades conseguidas por lasivosque. en virtud de los rígidos esquemé1S del militarismo en el poder, continuaron cometiendo los mismos errores de sus predecesores, con el corolario que, el endeudamiento externo alcanzó niveles impresionantes. A ello se unía la desfavorable coyuntura de la crisis económica mundial de los últimos años, y la economía p(>ruana precipitaba en la situación más desesperada de su historia, induciendo a los gobernantes. con más arrojo que en 1967. a mendigar néditos ante el F. M .1.. el cual comenzó a endurecer su política dificultando el acceso a tales créditos. Después de un largo período de tratativdR iniciadas en Marzo de 1977 -y con los consiguientes desplantes del arrogante F . M .1. - se llegó a un acuerdo meÍs o menos definitivo en Marzo de 1978 (que a fines de dicho año se concretaba ('n un pequeño préstamo stand-by de 186 millones de dólares). con el cual se volvían a adoptar las consabidas medidas de ocasiones precedentes como la de ] 967. Las recetas del fondo miraban así a una aceleración de la devaluaclon mone-taria a través de la sujeción de la moneda a las fluctuacicnes del mercado; una limitación del crédito interno y una serie de recortes al Presupuesto Nacional. La aplicacién de este programa significaba la marcha hacia atrás de todas las reformas emprendidas por el anterior Gobierno "socializan te" de Velasco Alvarado: la privatización progresiva de la economía. la eliminación del sector autogestionario de la llamada "propiedad social" y el estancamiento del sistema cogestionario de la "comunidad industrial". La situación financiera durante el Gobierno de facto de Morale'3 Bermúdez (con una devaluación monetaria promedio del 400% aproximadamente) empeoró por el enorme endeuda-

miel1to externo del Estado (ocho mil millones de dólares USA) por lo que el Perú se vio precisado fl refinanciar la deuda cnn sus principales acreedores que le concedieron una pl'órroga hasta 1982 (victoria política y buena salida para enmascarar la ignominiosa inverecundia del nefasto gobierno d21 caudillo de turno). Las consecuencias inmediatas de las medidas que el Fondo concertó con el Gobierno de Mo~ ra!es Bermúdez comenzaron a verse muy pronto: se refleja1'01] ea el temor fundado de los industriales nacionales. de una quiebra total o de su absorción por parte del capitalismo cxtr:l:1jero; en lo que se refiere a la polítIca restrictiva de los sa13tios, ésta fue más allá de las posibilIdades de tolerancia de los trabajadores. Tal Gobierno pr'tra dar cumpli~ mler to a los designios del Fondo, llegó a la más aberrante poJítica de relaciones industriales, lo ,que tuvo como consecuencia despidos en masa de los trabajadores. con la sempiterna dosis dictatorial de persecuciones, encarcelamientos e indusive derramamientos de sangre. El profundizarse de los conflictos sociales. El Gobierno de Belaunde no ha sido sino un proseguir del mismo impulso catapúltico que propiciara su predecesor. T[!.Olpoco él aprendió nada de la nefasta experiencia de su primer Gobierno y de los que le siguieron. Como un niño ol'c;tjnado volvió a caer prisionero de la ilusión representada por el gif.Jantesco caramelo del F. M .1. en el que se le queClaron pegadas tanto [a lengua como las manos. Alan García es otro ejemplo de la ind¿cisión y de la .f2t21 impreparación económica que suele acompañar a los gobernantes latinoamericanos. Cansados los peruanos de vetusros politiqueros que hacen del sofisma su principal arma política, vieron en la engañosa juventud de este entonces d~sco!locido palabrero que parecía tornar a los orígenes de la doctrina aprista, una esperanza de salir de su mortal marasmo. Cllánta contradicción entre sus disC":1rsosiniciales contra el F. M. 1., y su posterior vergonzosa inclinación de cogote en obedecimiento a los últimos designios del F. M. l. que han Llevado al Perú al borde de la guerra civil con una

5uperinfIacion neda.

mensual

de más del 10070 de su Iiueva II10~

Así. el Fondo Monetario Internacional. contra los ob~ jetivos del Tratado institutivo, actúa en manera tal de agravar el desequilibrio monetario y económico de los países del TercE-f Mundo. Mortifica solamente el hecho de ver bcilitada su labor gracias a la complacencia y servilismo de gobernantes ineptos, sea por improvisación producto de advenedizos soldados, como por el infortunio de un pueblo aturdido por sus dolencias crónicas, que se equivoca en la e1t>CciÓlldel Gobernante idóneo.

..La miseria de la política" y "la política de la misena son dos expresiones diversas Q~ro que por desgracia han marchado de la mano en la penosa historia de nuestra vida republicana. Que la política en su esencia pura haya sido prostitui~ da por los mismos "hombres políticos" (no todos, claro está, aunque s:empre .todos intentan entrar en la excepción) no es una navedad; y de aquí nace su miseria, porque no tiene ningún paladín o iluso justiciero que quijotescamente se atreva a Eacarla del arrabal,.le cubra su "vergonzosa" desnudez y la redima de sus pecados; porque claro, ramera es. y una etaira no debe servir para otra cosa que no sea para satisfacer los lúbricos apetitos de sus clientes, los inclinados al amor fácil y fugaz. al pecado "venial", 3 la practicidad de turbic s negocios. y no vayamos al campo de .las definiciolles porque se~ guramente cada "hombre político" (y perdónesenos una vez más la redundancia por eso de que el hombre es un animal político) tendrá su propia noción de política; y no citemos autores tampoco (¡cómo es fácil citar celebridades y cómo es difícil caer en la cuenta de la impertinencia de la cita!). porque dE'sde los tiempos en que el hombre comenzó a ac~ tuar políticametne (?), es decir; se supone, de~de que pudo sostenerse en dos extremidades, hasta nuestros días, cada autor, si ~staba ligado al poder acomodaba la noción al interé~ del gobernante, y si no lo estaba, su doctrina no podía más que ajustarse a la realidad del momento frente a la cual no pasaba de ser una simple aspiración.

La más elemental, la más intuitiva nOClOllnos dice ,que la política es una búsqueda de soluciones para aliviar y en lo posible satisfacer las necesidades comune~ de los miem~ bros de lma colectividad, y perdónesenos aún la redundan~ cia. "políticamente organizada" . Decir políticamente organ~~ada signilfica que existen ciertos canales a través de los cuales emprender la búsque~ da, actuar las soluciones encontradas, "experimentar" los resultado~, corregir los negativos y perpetuar en lo posible las positivos. Las vías maestras de estos canales son los famosos poderes del Estado: un cuerpo deliberante, selecti~ va de las medidas de convivencia (Parlamento), un cuerpo que hace cumplir pero que también delibera y crea en el respeto de tales medidas (Ejecutivo), y un cuerpo que con trola y juzga (Judicial). Aunque las funciones aludidas sc;:¡n sólo su carácter tipificante, en el fondo se conjugan entre los diversos cuerpos. El fin último de la política, el destinatario de todo com~ plejo de medidas es el pueblo, entendido como tejido social y no como un sector de la sociedad. Los "políticos", como de modo impropio, si bien generalizado, se llama a los di~ rigentes o ..figuras prominentes" (que no siempre lo son) de los partidos políticos, son los grandes gestores de la "vida po~ lítica", y los rumbos que una sociedad siga (la vida de las abe~ jas o la vida de las ovejas), dependerán no tanto de los pro~ gramas políticos (que por norma abominable de nuestra pési~ ma costumbre "política" casi siempre se incumplen) como de la sagacidad, temple, idoneidad moral y dirigenciaL y del co~ nacimiento profundo o por lo menos completo de la realidad nacional que el verdadero político debe tener.

y estas características del candidato a representante de la Nación no son tiradas al viento como una simple pre~ tensión. sino que son requisitos insustituibles. hmdamentales e sine qua non de todo hombre político. Y aquí se llega al punto crudal de la política, que da como resultado que nues~ tro país se contorsione entre el miasma de su pobreza: por~

que se supone. se piensa. se cree y se espera que un político sea ~agaz. fuerte en la lucha. incorruptible y que conozca h realidad nacional. La ausencia de estos elementos genera la miseria de la política que. a su vez. por inercia. se transmuta en política de la miseria. esto es ausencia de pautas justas. cataratas de medidas injustas -por ignorancia o premeditación - ,que determinan la depauperación de las grandes masas. Ciertamente esos obscuros hombrecillos que de la noche a la mañana se descubren líderes y en un arrebato de inC'!1iraciónmesiánica van por plazas y calles pregonando la doctrina de un partido que no conocen. para luego de ganado un eSfaño convertirse en un fantasma o en un muñeco que bosteza. no puede decirse que garanticen o representen dignamente a quien les dio su voto; gentes de este tipo. de las que ha estado plagada la tan breve como ineficaz historia del Parlamento peruano, sirven sólo de estorbo al desarrollo de una nación y se convierten en simples títeres de un ..dirig~nte" de partido. N uestros políticos. por lo general han venido actuando con ese incurable mal de figuración, del que estamos postrados 10s latinoamericanos. Se va a las cámaras no tanto para huscar soluciones serias como para demostrar cuánto se es culto y cómo se domina la oratoria (aunque se exhalen verborrea s y seseos con más profusión que en una cantina); cumo siempre, hay excepciones. es cierto. pero por favor que no !"evienten el carro queriendo entrar todos allí). Los políticos de provincia -y nos perdonen tuados-. van a las cámaras: o para hacer carrera no se sabe donde a parientes o amigos. o porque años se habrán asegurado un "señor emolumento" e'1v,dia de todo burócrata.

los excepy colocar por cinco digno de

Pero entonces ¿qué se espera de un parlamento? que dé leyes, simplísimo, obvio, supérfluo; pues a dar leyes señores~ a crear nuevos distritos, a quitar rentas a una insti-

tución para darIa a otras, a suprimIr laborables y crear feriudos, a dar una ley ,que cree otra ley, a designar una comisión que estudie una iey sobre tal problema, a crear ¡él comisión que controle a la comisión, etc, Ríos de tinta se han vertido planteando y replanteando los principios fundamentales de la Ciencia Política a través de los tiempos, que vienen ganas de preguntarse si el hombre haya superado ya la capacidad intuitiva de sus antepasados de la edad de piedra: seguramente sí. porque otros sistemas exi8ten en los que -independientemente de su' perfección o C'arencia~ se han alcanzado ciertos niveles de participación popular que hacen menos rudimentario el aparato de 13 ad~inistración pública, Entonces ¿por qué los peruanos nos hemos estancado en un atolbdero infinito?- ¿Somos tan cretinos de haber copiado pésimamente sistemas que en otras latitudes parecen funcionar efidentemente? No quisiéramos perdernos en disquisiciones infructuosas sin entrar de inmediato en la raíz de esos males que han ('ontribuido a la parálisis de nuestro sistema, Es por demas evidente la raíz del maL que provoca náusea tener que "recordarla" cuando los peruanos la tenem,:)s bien presente él fuerza de sufrir sus consecuencias: la~ vigas podridas de lé'l.sinstituciones invadidas por los gusanos de la cornnpción, de los eternos depredadores del pueblo, las clases "elegidas" del Perú: aristocracia decadente, militares desprestigiados, emergentes nuevas clases trepadoras, todos hábi!es en manejar la horca del pueblo, exprim\r su sangre y converti.rla en billetes verdes para enviarlos éll extranjero a engordar las venas más sensibles del capitalismo mundial: los bancos europeos y estadounidenses. Todo esto no debiera suceder si en el Perú existiese una clase política competente e incorrupta. compact2 y preparada, que mirase más a la construcción (le un E:3tado moderno y de una Nación pujante: y que por ende no se perdiera en la zahún!3 de las verborrea s parlamentarias, en las componendas y en la defensa de mezquinos intereses personales.

La revisión de la Historia nos muestra C'ómo un pueblo aturdido por la mediocridad. el engaño y embuste de los sectores "políticos", pueda perder también la capacidad de discernir. El pueblo está cansado de politiqueros, entonces hay q'le declararse "apolítico" (sinrazón de una razón desquiciada, porqu~ en primer lugar no existen los apolíticos so pena de anulación de la personalidad y. en segundo lugar. desde el momento en que alguien se presenta como candidato, aunque se declare "independiente". está manifestando ya su voluntad política de gobernar. de administrar). y he a,quí que en 1990 el pueblo se inclina por dos "independientes". no obstante que uno de ellos fuera presentado oficialmente por una coalición de tres tendencias o movimientos: Libertad, Acción Popular y Partido Popular Cristiano, nuevo el primero de quien Vargas Llosa se presentaba como su fundador y, viejos. anquilosados. "aristocráticos" y de la más aberran te posición derechista los segundos (¿se podía ser independiente de este modo?); y el otro fuera. solapada pero conocidamente apoyado por el APRA (partIdo de remota inspiración popular plagado de tumores en pleno proceso metastásico en 1990), y que en última instancia llegara a ser depositar;o de los votos de partidos minoritarios de tinte izquierdista que obedecían a otra odiosa consigna: "cualquier cosa antes que Vargas Llosa"; cualquier cosa. y por lo tanto también un personaje sospechoso de evasiones fiscales y de arreglos y componendas con figuras políticas de aquel partido que acababa de agudizar la debacle nacional cual era el

APRA, tales negociados

"políticos" hubieron de abrirle el camino al tan ansiado cetro presidencial.

Si i'vlefistófeles hubiese tenido que planear el destino más desgraciado para un paralítico, no hubiera por cierto podido planear un destino más perverso como el que entonces se le presentaba a este torturado país. Al interior de su cuerpo ulcerado se le ofrecía la ocasión de incluir una llaga más, y para ello se le daban dos de los virus más devastantes: Fujir.:!ori (oportunista, arribista, escalador a viento y marea, y fuertemente sospechado evasor fiscal), y Vargas Llosa (exacerbado defensor de la oligarquía nndonal, "blan-' quiñosos" tristemente descendientes de-los primeros españo,..; les acapnradores de tierras, funciones y encargos); ambos, no sólo neófitos de la política, sino también legos en materias económicas, "médicos" conocedores del mal sólo por los s!ntomas y no por las causas. ¿Qué opción le quedaba pues al ciudadano consciente y no comprometido con los falsos profetas de la política?: o dispararse un tiro, o sentarse a re~ zar si erdn religiosos, o abstenerse de votar aceptando su desgracia y preparándose a luchar sin nork ni brújula, en el enorme desbarrancadero a donde los funestos designios de Luzbel los conducían. Pero como el Perú esfá enfermo, como los 00]pes de los sofistas políticos le han adormecido 'Su capacidad de raciocinio, he aquí ,que el 48 % de los electores vota por uno y el 43 ra magistratura nacional. ¿Cómo pues soportar el ser dominados por .un individuo de "raza inferior"? Se podía con~ vivir con ellos, soportar sus colonias clasistas, pero chinos, japoneses, negros, indios, etc., debían estar siempre en su puesto, y su puesto habia sido siempre el escalón más bajo de la "escalera social"; porque en este país .,[¿normal", pri~ mera condición para acceder a las clases "s;.¡periores" era ser blanco, al máximo un mestizo con rasgos de blanco; y luego, ob viamente, tener dinero, mucho dinero; o mejor dicho ser explotador, porque en este país extraño, la explotación ha sido por siglos enteros la primera expresi6n de riqueza, puesto que había materia prima en abundancia: indios, ne~ 9TOS, chinos inicialmente importados para trabajos de campo y sucesivamente reproducidos "como conejos". La explicaciÓn a;1"suceso" del filibustero japonés era totalmente diversa: lo que jamás podrían haber comprendido las castas de los "blancos", dOl,1linadores "inmemoriales" de la vida económica nacionaL era que la elección de Fujimori tenía raíces más profundas y de una lógica perfecta en el

cOl1texto de la idiosincracia de las grandes mayorías nacio" nales (aunque con consecuencias de perfiles nebulosos da~ das las características de vida del nuevo electo). Esa lógi~ ca perfecta tenía por lo menos dos causas bien determinadas: la primera, el derrumbamiento del precario sistema "parti~ dista" del Perú, cuyas bases morales se habían venido abajo porque carcomidas o podridas por los comejenes de la inmo~ ralidad, la demagogia y el engaño, por el divisionismo, el divismo y el protagonismo de los pseudo~líderes políticos ,que ter'llinaron por hacer perder la fe del electorado, crean~ do un sentimiento de repugnancia hacia los partidos existentes sin di~tinción de ideologías. La otra causa, más profun~ d3 y ancpstral tiene sus orígenes en quinientos años de frustracIOnes, relegamiento y aniquilamiento de las grandes masas indígenas, que ven improvisamente resucitadas sus espe~ ranzas muertas, todas transfiguradas en la persona de un improvisado líder con similares características étnicas . N o importaba que ese líder tuviese orígenes orientales (despúés de todo el debate sobre el origen del hombre americano subsiste y la teoría inmigracionistas tiene ~ólidas bases); él formaba parte de ese grupo de razas relegadas, él tenía su mismo color de piel, los mismos ojos rasg3dos, el mismo pelo cho.1o, y sobre todo sus giras electorales las hacía en mangas de ('amisa, sin frac ni corbata como los señoritos bur~ gueses; 3demás ese resucitado "jefe inca" les repetía el mensaje de los olvidados mandamientos incas en un país sin fuentes de trabajo, en un país en donde "casi todos" tratan de robar (funcionarios corruptos, narcotraficclntes, contrabandistas. extorsionadores, etc. ), el trinomio "ama sua, ama Huella, ama quel1a" (no robes, no mientas, no seas haragán) se convertía- en el sofisma fujimoriano "honradez, trabajo y tecnoloq;a". Había llegado pues el tiempo Je la revancha contra los "bastardos conquistadores" .que se habían perennizado en un dominio multisecular de explotación y miseria de }.qs grandes masas de indígenas, a las cuales se unían con su pequeña contribución las no indiferentes masas de hijo& de inmigrados asiáticos y africanos.

La desesperacán. producto de la postraclón. suele jugár feas brC'mas. En aquelIob estratos intermedios de la población que no se definen ni por el indio ni por el blanco o que se sipnten un poco de cada uno. las motivaciones ancestrales y los dilemas históricos no juegan un papel importante; el factor psicológico más importante estú determinado por lase1ucubraciones. por la construcción de conceptos y silogismos aunque las premisas tengan poco asidero. Por doquier los mismos partidos iban pregonando (y he aquí el hecho anecdótico. ridículo pero con cierto sabor de amar~a realidad) el "milagro japonés" proponiéndo10 como modelo al Perú (cuánto había de ignorancia o de premeditada tergiversación de la realidad mundial aquí); y de la noche a Id mañana se les apareció Fujimori. representación óseo carnal del tan encomiado modelo japonés. ¿Cuánto ello pudo influir en la conciencia -pero más que todo en el inconscientede los aludidos estratos intermedios no identificados con la masa indígena aunque de ella tuvieran ascendientes en mayor o en menor medida?; barrunto que este hecho no queda en la simple anécdota en un país en donde la mínima ilusión termina por convertirse en convicción a fuerza de padecer en carne propia las consecuencias de los actos de los vándalos de la Historia. Obviamente otros factores contribuyeron también al encaramiento del "hijo del Sol Naciente". Se podría sintetizar este concatenarse de causas "menores" en una simple frase: "Vargas Llosa hizo todo lo posible para que Fujimori fuera Presidente del Perú": primero: se declaró admiraJor de una de las hechiceras contemporáneas dp. la Historin: Margaret Tatcher, y todos saben que la simple pronunciación de e8te nombre produce náuseas en el ciudadano corriente de América Latina. porque nadie podría olvidar las acciones homicidas de esa "princesa de las tinieblas" en la Guerra de las Malvinas. en donde centenares de jóvenes vidas cayeron por la voracidad de la "bruja negra" que buscaba afirmarse en el poder atizando los rescoldos imperialistas del ciudadano medio inglés; segundo: Vargas Llosa proclama a viento y marea su decisión (porque se ('reía ya dueño

del sillón presidencial) de ajustar mas aun el cinturón del famélico estómago del pueblo, y tal ajuste no significaba otra cosa que el cercenamiento de ese órgano vital; tercero: Vargas Llosa se proclama con orgullo y altanería un ateo convenCIdo, en un país de profunda raigambre cristiana; cuarto: sn enorme contradicción de declararse mdependiente y formar a la vez una alianza con dos de lo~ partidos de mayor tradición derechista, representantes fjeles de la pu~ trefacta plutocracia peruana; etc, Uno que se "lanza" a la política alzando como estandarte estas cuatro "virtudes", o es un ingenuo o ha perdido la conciencia; o es uno que ha querido "matar" su tiempo en una experiencia corta de can~ didato no más o es un ignorante completo d~ la realidad nacional, Como colofón de esta apretada reflexión podríamos de~ cir sobre todo que, el elemento determinante para que este conjunto de causas se deslizara en el atolladero de la ilusión FUjIIDC.ri,fue un generalizado y profundo factor psicológico: el cansancio y asco que produjo el marasmo dr.>: las batallas partidísticas, No hubo un solo partido que no utilizara la diatriba ni lanzara sus babas venenosas contra el opositor de turno; los mayores de estos partidos sufrieron inclusive seccionamientos, producto de esos vanales y absurdos resen~ t!micntos inaplacables, típicos de nuestros políticos que han sembrarlo la duda y desconcierto en el pueblo, a los cuales se piensa concederles un adjetivo completamente inmerecido llamándoles políticos, Esta degradación del "movimiento político", factor del hastío y náusea del pueblo, crearon pues las condiciones necesarias para que cualquier advenedizo aventure::-o, ~on un único requisito (el de ser desconocido) se atreviera a candidatear por la presidencia, A este punto la terrífica realidad peruana era la siguiente: si se hubiese presentado un asno con orejas kilométricas, ese asno segu~ ramente habría ganado h Presidencia del Perú,

FONDO MONETARIO INTERNACIONAL Y AJUSTE: LOS PATRONES Y LOS LACAYOS

LAS FALACES MEDIDAS DEL FONDO IvIONETARIO INTERNACIONAL y LA TERCA IGNORANCIA DE GOBIERNOS DESORIENTADOS, "VICTIMAS" TAN~ 1'0 DEL FONDO COMO DE LOS PRIVILEGIADOS GRUPOS INTERNOS DE PODER No quisiera escribir para economistas ni para los que se creen tales porque han aprendido de memoria rígidos es~ quemas y modelos "económicos" haciendo siempre abstrac~ ción de infinidad de variables y creyendo obstinadamente qu~ el comportamiento del consumidor (y no de los "consu~ miJores") es único, capaz de circunscribirse a una o dos reaccionE's frente a determinado caso. Tampoco quisiera escribir para aquellos (economistas o no) a quienes su instinto "conservador" (dominador di~ riamos :pejor), les hace apropiarse de tales tesis o les hace es~imular tesis nuevas con un denominador común: la orien~ tación maquiavélica de su supuesto "consumidor" (y lo de~ cimos entre comillas porque en el Perú más tE:'nemos"aspi~ rantes a consumidores" por la consabida absoluta falta de poder adquisitivo de casi el 70ro de su población) a aceptar ciertos patrones de consumo, y lo que es peor, a convencerse y resignnrse a su situación de perenne aspira:lte a consumi~

dar. Estas escasas líneas, no tan eruditas ni novedosas, van dirigidas al simple ciudadano común y corriente, independien~ temen te de su grado de cultura y de su orientación política,

con el único propósito de plantear un tema de reflexión. co11 la..lejana ,,:speranza de que tal reflexión incentive a una toma de decisión: buscar ~o inventar si se quiere-- nuevos cauces, nuevos medios y mecanismos que nos permitan com •. prender. vigilar y controlar las acciones de aquellos que son depositarios de la fe popular. El fin último sería pues disponer de mecanismos políticos idóneos para que la base del pueblo cit'sautorice con efectos de nulidad absoluta los actos de gobierno que atenten contra la integridad de la Nación. como acaba apenas de suceder con un señor a quien el pueblo encargó un mandato bien claro y definido: defender su'> intereses (y uno de ellos, el más sagrado. el de la vida misma), y aquéL recibiendo el arma con que debíá atacar a sus rrv2les, la incrustó más bien en el mismo estómago de quienes se la dieron. Esa arma era el Poder recibido para actuar medidas en favor del pueblo. Esa arma fue usada para adquirir el puñal (el llamado "ajuste económico" que debería llegar a través del más criolIamente conocido "paquetazo") con que se ha herido de muerte al pueblo peruano. Lo que sigue se propone demostrado. Pero antes de proseguir quisiera aclarar que quien estas líneas escribe lo hace sin ninguna inclinación partidarista. y no le interesa escudriñar si el diario en que 10 hace es de talo cual corriente política (si por alguna de ellas se inc1indra). plles la seriedad de un órgano de prensa depende menos de sectarismos (que son sinónimo de mediocridad) y más de la capacidad de quienes 10 dirigen. de dar cabida a todas las corrientes del pensamiento en la medida en que no se caiga en la vil diatriba. en la falsedad o en la bellaquería. Pues bien. parece que la cadena de ilusiones del pueblo n'Jnca acoba por romperse, y cada día se convierte más bien en pesados eslabones de desilusión: por enésima vez votó par un hombre creyéndoJo honesto. justo y "redentor" (qué calamidad de obstinado ilusionismo). y por enésima vez el destinatario de esa ilusión lo defraudó. No interesa aquí ín-

vestigar. ni menos elucubrar sobre las causas de tal compor~ tamiento. ni mucho menos se pretende "demonizar" o justificar tal;) cual conducta. Interesa exponer pu!: qué tal política económica es perversa, y cuáles consecuencias el negli~ gente pasivismo (permitiendo que los que menos debieron ha~ cerla la hicieran) del actual primer mandatario puede ocasio""larsi no se ponen a tiempo los debidos reparos. Todos o casi todos s.:bemos (porque a fuerza de sufrir en carne propia las consecuencias de disparatadas medidas económicas terminamos por ilustrarnos o por lo menos de embebemos de conceptos económicos). que el Fondo Monetario lntemacional concede préstamos única y exclusivamente para ayudar al país interesado a "restabkcer" el equili~ brio de su balanza de pa!=[os.para lo cual "recomienda" (con la anuencia del Banco Mundial) una serie de medidas que cúnstituye-n el famoso" ajuste". Y ese equilibri.o se debe conseguir cueste lo que cueste., aunque ello impliqt.•e desnutrición y m:uerte se51ura de millones de niños. pauperismo, hambre, miseria. delincuencia, desocupación, etc. Lo curioso y befardo es que ni aun con este holocausto consiguen un beneficio general en la población sobrevivien te tratándose de países "en vías de dpsé:rrollo". dentro de los cuales la crisis v consecuencias del njuste se sienten en diverso grado de i~knsidad según el nivel rle "subdesarrollo" y según las particulares caracterí.sticas de cada pueblo. Todo esto nos conduce ya a una primera Londusión: las medidas de ajuste (si éste se hace inevitable) no deberían ser iguales para todas las naciones del mundo, como en realidad lo son.

bs medidas del "ajuste"

Llegados, a este punto, ¿qué es 10 que el Fondo Mone~ tar10 Internacional "sugi~re" decididamente apoyado en los últimos tiempos por el Banco Mundial? (RecoIdamos que el cumplimipnto de las condiciones de estabilidad a corto plazo del tipo Je las recomendadas por el Fondo, se ha convertido en un requisito previo para obtener préstamos del Banco Mundial, y a mayor razón de los bancos comerciales, y en algunos casos de los mismos gobiernos) .

1. Recorte del gasto público y reducción del déficit gubernamental. Para combatir la ineficiencia administrativa del Estado (precisando que esa ineficiencia parte de la cúpula de los detentores del poder, de los cuales depende la asignaciólI de los recursos económicos de que dispone el Estado), 10$ siervos del Fondo Monetario Internacional nos "ilustran" que lo primero que hay que hacer es cuadrar las cuentas nacionales. Para hacerlas cuadrar se recurre '1 re-cortes en los servicios más esenciales (sanidad, educación. desarrollo agrícola, etc.), a despidos masivos de los trabajadores del sector público, a la eliminación de todo tipo de subsidios, al aumento del precio de los productos de las em~ pr~sas estatales para captar dinero, y al aumento de precios de los productos alimenticios tanto de las empresas del Estado como de las privadas (persiguiendo con e~to incentivar a los productores de una parte y recaudar mayores recursos a trdvés de las tasas, de otra parte), y a tantas otras aberraciones. ¿Qué se espera con la aplicación de estas medidas?: in~ génuamente dar un arranque para el tan soñado crecimiento económico. ¿Y qué se consigue con ello? Pues, de inmediato se consigue: a) un embrutecimiento del pueblo con la parálisis de l0s centros educativos que no pueden funcionar adecuadamente por la misma falta de recursos, desde las escuelas primarias hasta los centros de instrucción superior que se ven constreñidos a entrar en una secuencia cle recesos y a la cancelación definitiva de programas de investigación que en una u otra manera estén relacionados con el cambio y la realidad nacional: b) una parálisis del sistema nacional de salud, en donde los hospitales y centros de asistencia sin recursos, ven entrar en rápida obsolescencia 10:5 equipos e instrumentos mecánicos, ven una fuga de profesionales y personal médico y paramédico, constreñidos a buscar fuentes alternativas de trabajo para no morirse de hambre: mientras que los pocos que quedan se encuentran maniatados por no poder atender a tanto enfermo, por no poder utilizar mate~ dal en d(-'suso y deterioro y por no contar con los medka~ mentas necesarios dada su escasez producida por el criminal

aumento exagerado de los precios; todo ello en agravio de la gran mayoría de peruanos que pierden de este modo el derecho a enfermarse porque ello podría significar su eliminación física segura. ¿Cuántos se han muerto ya y cuántos se están muriendo como consecuencia de estas medidas?: c) un aniquilamiento fulmíneo de la infancia por aplica~ ción de las medidas aludidas y fundamentalmente por la eliminación o reducción de los subsidios a los productos agrícolas básico8 para la alimentación, así como p0f la eliminación o re.ducción de los mismos programas -:le nutrición; a todo lo CHalse agrega la falta de recursos económicos d~ los padres, el alto costo de las medicinas y todas las causas y consecuencias de la crisis convertidos en un círculo vicioso de autopropulsión; d) abandono de los servkros básicos de agua, desagüe y electricidad, que conducirá a un definitivo empeoramiento de las condiciones de vida de las grandes masas, sobre todo de las áreas suburbanas superpobladas. con la proliferación de las enfermedades y el consiguiente df:bilitamiento del "potencial" trabajador que no siendo ya f¡..¡ctor "consumo", tampoco lo será de "trabajo"; e) el au~ mento exorbitante de la ya consistente masa de desocupados que genera fenómenos degradantes como la indlgencia, mendicidad. delincuencia y prostitución y f) una exacerbación a la enésima potencia de los conflictos sociales, a cuya base se encuentra el hombre común y corriente desilusiona,jo, rebelde con causa pero sin principio ni d€'rrotero seguros, por ende fácil caldo de cultivo para la dt>sviación política hacia movimientos de insurrección y terrorismo.

uc

2 . La liberación del comercio. Quienes siguen las recomendaciones del Fondo Monetario Internadonal opinan como él que la liberalización del comercio ha de incentivar los flujos comerciales y la actividad económica en general: del exterior entrarían productos de mejor calidad y a precios más competitivos, lo que permitiría abaratar las subsistenc)os.

A e::'ta afirmación respondemos: el Perú y en general cualquier país del llamado "Tercer Mundo" están destina-

dos a sucumbir económicamente con esta medida, por el simple hecho de que sus industrias 10cJles son escasas y no han podido desarrollar economías de escala capac~s de competir con las industrias extranjeras al interior del territorio na~ cional y mucho menos en los mercados exteriort>S (mercados qu~ no pRsan de ser una ilusión en el "Tercer Mundo" que carece de poder adquisitivo y en el mundo desarrollado qu~ impide la importación en su terrltorio). El Perú cuenta con oiles de pequeñas empresas que con el alza de precios de los inmmos y la paralela liberalización del comercio exterior van a ser arrasadas del panorama económico nacional crean~ do más desocupación y menos producción; ¿quién nos com•.. pra pues le poco que producimos que no alcll1za ni para el abastecimiento nacional?; y si no nos compran, ¿de dónde sacamos para pagar lo que necesitamos importar?; ¿voltea~ remos la mirada única y exclusivamente a léls "industrias" extractiva~?, es decir ¿nos sujetaremos a los precios viles im~ puestos por los países industrializados?; ¿quienes se beneficiaran en definitiva?: tres o cuatro exportadores mineros, tres o cuatro exportadores (intermediarios) de productos agra~ rios, exceptuando claro está las pocas empresas de! Estado sobre las cuales dirigen la mirada voraz los spmpiternos privilegiados grupos de poder. 3. La "libre" fluctuación de los precios. Es éste otro de los dC'gmas de las políticas de estabilización económica. ¿Qué persigue -en el concepto más simplela política de precios fl.nores garantizando un mínimo de calidad. Estas no son la5 condidones del Perú ni las de la mayor parte del mundo no industrializado. Así, por lo que se refiere a los consumi~ dores. en situaciones de "bancarrota familiar" (como la del aro tu a! 90 % de los pobladores peruanos) estas familias sólo

podrán dedicar sus escas;)s ingresos a la alimentación. dentro de la ('ual van a elegIr no una leche "Gloria" por una leche "Nestlé" sino un té por una leche. no un pollo en lugar de un pato sino un huevo en lugar de un pollo. etc. Consecuencia: la elasticidad de la demanda (respuesta del consum.idor frente a las variaciones del precio: más bajo es el precio más (·ompro. más alto es menos compro) no funciona. De igual manera por 10 que concierne a los productores: aq1jelIos ;ndustriales que han alcanzado un ci?rto monopolio. no teniendo competidores mantendrán precios más o menos estables pero inalcanzable:.:; para las grandes masas; ante esta situación estos productores se pueden ver obligados a cerrar (quieh'a) o a redimensionar su potencial productivo limitándose a producir para los pocos que puedan adquirir. y aun en este caso. sólo siempre y cuando el mecanismo perverso de la liberalización de las importacione3 no les hagan perder competitividad. de lo contrario la quiebra es inminente. En el mejor de los casos (no liberaltzación de las importaciones. o por lo menos excepción de sus productos. y permanencia de un apreciable grupo con poder suficientemente adquisitivo). estos industriales van a reducir enormemente su producción. Y en este estadio finaL para estos productores, la elasticidad de la oferta (su rea:::ción frente al precio: más altos son los precios más produzco y ofrezco. más bajos son menos ofrezco) tampoco tendrá efectos. pues siendo un producto inalcanzable para las grandes mayorías (o limitando éstas enormemente el consumo de esos productos por su falta de pod~r adquisitivo). no lwbrá consumo mayor para estas masas. es decir que tal consumo se mantendrá constante reducido a la mínima expresión; de este modo los productores. a nivel de su pequeño mercado (10 o 20% de la población) tendrán que manten:::r constante su prodUCCIón y en lo posihle estables sus precbs bajo riesgo de cierre. El problema de los productos agrícolas para el consumo nac;(\nal es un mundo aparte. La elasticidad de la de!'Janda nunca ha funcionado para el consumidor. La causa directa la encontramos en el cáncer de los intermediarios.

La pequeña agricultura por decenios entero3 ha venido y viene siendo presa de la inescrupulosidad de los "mayoristas" que compran a precios de hambre y venden a precios 100 ve,ps más altos. N o gana ni el consumidor que paga precios dtísimos e impuestos por el acaparador. ni el agricultor que recibe apenas para comprarse la semilla necesaria pélW el sucesivo cultivo. El pequeño agri-:ultor no tiene así ni siquiera la posibilidad de jugar con una mínima elas~ ticidad de la oferta. pues los precios que el intermediario le ofrece sea casi siempre los más bajos del mercado. El interCJediario acaparador se convierte de este modo en un verda~ dero ll1n.!1opolista o por lo menos hace parte de un Hrupo "oliHOpólico" (pocos individuos que dominan ciertos n~ercad,}s) de tal manera que puede participar holgadamente a la imposición de los precios. ¿Pue!1den funcionar así las recetas del Fondo MonetarIO lntemacional (y en particular aquella referida a la li~ b~rdlización de los precios). tratándose de eC'Jnomías deprí~ midas como la nuestra. plagadas por estas enormes y graves distorsiones del mercado? 4. Aumento oficial del precio de los alimentos y de 10:3 &ervicios básicos. En el contexto de una política general de precios el Fondo Monetario Internacional ve con favor el 0.umento ¿el precio de 10':5. alimentos, la energía y otros ser~ vicios fundamentales de la población. y así lo interpretan e~l forma por demás fiel sus servidores nacionales. Sin embargo. quien dio o aceptó tan ilbsurda medida debió haberse hecho antes este elemental razonamiento: -'Pues si yo aumento los precios de ciertas materias primas (o las gravo con enormes impuestos) sólo por conseguir de inmediato recursos para el Estado. siendo yo E'l comandante de esa nave Estado. le estoy haciendo un forado con mis mismas manos a esta nave. Si aumento el preCIo de la ha~ rina para tener más ingresos ahora. estoy quemando esa misma fuente de ingresos".

En efecto, si a un productor

cualquiera de fideos por ejemplo le aumento en 300% el precio de la harina, este productor ~-en la medida en que los otros factores de producción no varíen su costova a tener que aumentar por lo menos en iHual porcentaje el precio de su producto. Pero si un k.ilo de fideos costaba 300, con el aumento (300 + 900) va a costar 1,200; de tal manera que, si un tnbajador compraba cada cierto tiempo un kilo, después ::iel aumento, a paridad de condiciones, va. a comprar sólo un cuarto de kilo; y si su~ condiciones empeoran en otros sectores de su presupuesto, de repente no compra nada de fideos, prefiriendo orientar sus in~resos hacia otros productos substitutivos. Conclusión: el "pobre" productor de fideos no va a vender; y si no vende no tiene para comprar más materia prima. no tendrá para pagar a sus obreros, y en fin no tendrá para pagar impnestos. El Estado pues lo obliga a quebrar; el Estado pues mata así con sus propias manos la "única qaIlina" que le da los huevos, quiebra con sus propias manos la caña que le da pescados; y como esta situación se produce en cadena entre todos los empresarios (o por lo ml':nos afecta a la gran mayoría desprovista de monopolios) nos encontramos rep(.ntinamente en una situación de par0 nacional, parálisis completa de la economía nacional, receso económico total L'J'1 las graves consecuencias que ello comporta. A las tantas complicaciones que una política de esk tipo comporta se agrega otra: independientemente del valor del dólar (que según se dice si se mantiene bajo daña a 1)5 exportadores porque sus costos suben), lo cierto es que si suben 10s productos de .subsistencia se profundiza el fenómeno del contrabando, puesto que en las zonas fronterizas (en condiciones de normalidad y por lo tanto en el supuesto de que los países colindantes no hayan a su vez aumentado exa!=leradamente los precios de los productos Lle subsistencia) los nacionales van a encontrar productos a precios muy competitivos; lo que ocasiona una doble e inevitable consecuencia para d país del ajuste: de un lado se ve escapar una buena parte de esa preciosa divisa que necesita para importar;

y de otro lado precipita la CflSlS de los productores nacionales que ven disminuidas sus ya escasas ventas por la invasiun de los productos de contrabando. 5 . La devaluación monetaria. Se podría todavía absurdamente argüir que la situación 'poco antes descrita constituiría un sacrificio momentáneo a nivel nacional. porque, desde el punto de vista internacional, con la contemporánea devaluación de la moneda (que en el entendin:iento de los asesores y los asesorado') del Fondo Monetario Internacional tiene como fin estimular la compra de productos nacionales de p;¡!"te de los extranjeros y por ende aumentar las exportacione-s) las cosas van a mejorar. porque se va a vender más, y por lo tanto van a entrar divisas al país, con las cuales se va a comprar mat~rias primas baratas. etc., etc. No habría afIrmación más falaz. irreal y malintencionada que ésta. dasta la fecha este efecto (que en mayor o menor m~dida se produce en las economías altamente industrializadas. aunque no siempre con los resultados esperados por los prom0tores de tal medida), no se ha verificado jamás en un país subindu~trializado como el nuestro; y ello por las consabidas mE'd.idas de salvaguardia de los países altamente industrializados; y dio por los deficientes mercados d,~ los países en vías de desarrollo. que dicho sea de paso. tratan siempre de proteger también a sus propias industrias. Y es más, la misma dC?valuación monetaria tiene efectos más bien contraproducentes porque en la mayoría de los países "en vías de desarrolio" (etiqueta demasiado pretenciosa para la situa·· ción actual) existe por el contrario, una penuria de alimentos y productos de primera necesidad; por lo que la misma devaluación de la moneda va m1ásbien a encares aún .:alientes y sangrantes se encuentran dispersos y conec.tados entre sí por una sutil red de v~nas y arterias anémicas y endémicas. Existen sin embargo precisos derroteros, vías maestras de salvación o por lo menos de esperanza en ella, por lo que, elucl¡rlas significaría el acto final de la hecatombe nacional. Pero ni siquiera el simple hecho de conocer estas vías de supuesta salvación significa que se ha de llegar necesariamente a ella o que la realización irrestricta de las mismas produzca la medicina óptima para recuperar al enfermo. Depende entonces de la habilidad del estadista y del político probo, saber entrelazar los hilos que sirvan para el abrigo, saber combinar los ingredientes qee sirvan para la cena, saber seleccionar los materiales que han de servir para la casa: tres pilares fundamentales éstos para construir el armazón del ciudadano apto y capaz de funcionar para la construcción larga, penosa y sacrificada de un país digno, sano, fuerte y capaz de hacerse respetar en el concierto de la vida internacional.

Ingente es la tarea por realizar. numerosos son aún los sacrificios por actuar. pero para poder llevar adelante estos propósitos es necesario detener la hemorragia. es necesario iniciar una inmediata transfusión. Ello significa que por un período prolongado no se podrá ver la marcha del carrQ pues será el período de la reparación. necesarísimo y vital para impedir que se funda y para cambiarle las ruedas cuyas llan~ tas se encuentran molidas por haberlas hecho rodar en el camino tortuoso de la ruina. en donde las espinas. los baches y los malos choferes han estado constituidos por: el derro~ ehe público. la malversación del Tesoro. el cntreguismo de los recursos naturales. el fácil recurso al credito extranjero y la pésima utilización de los empréstitos. el descuido pu~ nitivo de la educación, la ausencia de una eficaz política de planificación económica. la ingerencia en el gobierno de militares abyectos. la creación y fortalecimiento de castas de privilegia.los. el acentuarse de la plutocracia, el incremento de un aparato burocrático fosilizado y reacio al cambio. y la existencia de gobernantes ineptos, sea porque imprepara~ dos. sea porque representantes de intereses centrarías al na~ donal: oligarquía. empresas transnacionales, banca extran jera. ete.: fardos de plomo éstos que han atas
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