Perfectividad y anterioridad en los tiempos compuestos en español y en italiano: un problema de traducción

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Descripción

“Perfectividad y anterioridad en los tiempos compuestos en italiano y en español: un problema de traducción”, en Varia Hispanica, vol. II, LIANO, Dante (a cura di) (2009), pp. 91-114. MARCELINO COTILLA VACA A Miguel A. Rebollo, maestro y amigo, y a mis alumnos de traducción del Instituto Cervantes de Milán

Planteamientos En el estudio de la gramática comparada entre italiano y español suelen ocupar capítulos muy importantes las llamadas asimetrías o disimetrías en el estudio de la morfosintaxis verbal1. Algunas de estas disimetrías se refieren a la preferencia o a la exigencia por parte de una de las dos lenguas a la hora de usar un tiempo verbal simple o compuesto cuando en la otra se prefiere o se exige la solución opuesta. En concreto, el problema se advierte especialmente en correlaciones temporales complejas, en donde uno de los tiempos verbales depende de otro en la secuencia. Desde el punto de vista docente, tales disimetrías plantean, por lo demás, cierta ansiedad, puesto que, por lo general, suelen afrontarse, con ayuda de las gramáticas y los libros de texto que los estructuran, como una ardua lista de excepciones gramaticales que hay que enseñar (o aprender) caso por caso. Sin embargo, si nos fijamos detalladamente y al mismo tiempo en algunos de estos problemas, podremos advertir los nexos que los unen y, tal vez, procurar una vía metodológica que facilite el trabajo de investigadores, profesores, traductores y alumnos. Veamos los siguientes ejemplos, extraídos de S. FOGLIATO - M. C. TESTA, Italiano: L’uso e la gramática, Loescher Editore, Milano 1991: 1)

a) Pensai che ben presto sarei guarito b) Lunedì i volontari della Croce Rossa erano andati a prenderlo a casa. Quando li ha visti, l’uomo è scappato nel bosco. c) Dopo aver camminato tanto, ci riposammo per un po’.

La traducción al español de estas tres secuencias puede plantear tres distintos problemas de usos disimétricos de tiempos verbales: 2)

a) Pensé que me curaría bien pronto. b) El lunes los voluntarios de la Cruz Roja habían ido a su casa a recogerlo. El hombre, cuando los vio, huyó al bosque. c) Después de mucho caminar, descansamos un poco.

Nuestro objetivo es abordar tales a partir de las connotaciones que presenta el aspecto verbal en cada lengua y aventurar una perspectiva común de todas ellas, procurando buscar soluciones metodológicas a algunos de los problemas didácticos y de traducción que de ellas emergen. 1

R. LEBEÑA MANZANAL - C. COLI, Analisi contrastiva: uso del congiuntivo, Guerra Edizioni, Perugia 1994 definen como asimetrías todos los ejemplos en que el uso de indicativo o subjuntivo es opuesto entre ambas lenguas. Por su parte, M. CARRERA DÍAZ, Curso de lengua italiana 2. Parte práctica, Ariel, Barcelona 1990, habla de usos simétricos y usos disimétricos. Si consideramos la asimetría como «falta de simetría» y la disimetría como «defecto de simetría» (A.A.V.V., Clave, SM, Madrid 2006, s.v. “asimetría” y “disimetría”), tal vez podríamos considerar más preciso el segundo término dentro de los estudios de gramática comparada entre ambas lenguas, básicamente porque en la mayoría de los casos, como demuestran los distintos autores, la simetría existe pero es incompleta.

«Futuro nel passato» en español e italiano: un problema disimétrico de aspecto verbal. Según S. FOGLIATO - M. C. TESTA, Italiano: L’uso e la gramática, p. 122, el paso al estilo indirecto produce un texto que refiere acciones, no sólo anteriores al momento del enunciado, sino, más decisivamente en algunos casos, en un tiempo pasado desligado de dicho momento. Así, por ejemplo, puede observarse en una propuesta de transformación de estas autoras, en donde 3a) supone un enunciado del ámbito de la oralidad que se convierte en 3b) en el discurso referido: 3)

a) Ho fatto una pesca così grossa, io, martedì pomeriggio, che sarà meglio che non la racconti a nessuno, perché sono certo che nessuno mi crederebbe. b) Aveva fatto una pesca così grossa, lui, il martedì pomeriggio, che sarebbe stato meglio che non la raccontasse a nessuno, perché era certo che nessuno l’avrebbe creduto.

Si seguimos la orientación terminológica de la tradición gramatical italiana reflejada en P. TRIFONE – M. PALERMO, Grammatica italiana di base, Zanichelli, Bologna 2007, p. 117 ss., la secuenciación terminológica de los tiempos quedaría así: 3a) “Passato prossimo”, “condizionale presente”.

“futuro”,

“congiuntivo

presente”,

“indicativo

presente”,

3b) “Trapassato”, “condizionale passato”, “congiuntivo passato”, “imperfecto”, “condizionale passato”. Los elementos de 3a) ho fatto, racconti, sono y crederebbe, pertenecientes en italiano a la esfera del presente o próximos a él no sólo desde un punto de vista sintáctico, sino también -y en ello insistimos ahora- desde el estrictamente morfológico, se transforman en 3b) en tiempos inmediatamente anteriores también morfológica y terminológicamente: aveva fatto, raccontasse, era y avrebbe creduto2. Sin embargo, resulta también curioso que esta correspondencia no se mantenga en el paso de la forma sarò a sarebbe stato, en donde el funcionamiento sintáctico no condiciona una posible equivalencia morfológica y terminológica (*sarò > sarà stato, es decir *“futuro” > “futuro anteriore”). ¿Cómo se explica esta aparente disimetría del sistema? La traducción al español nos imbuye de pleno en la compleja disimetría que se produce en la sucesión de los tiempos verbales entre ambas lenguas. Para empezar, proponemos una traducción del enunciado 3a): 4)

a) «He pescado tanto tanto, yo, el martes por la tarde, que será mejor que no se lo cuente a nadie, porque estoy seguro de que nadie me creería».

Partamos para el caso del español de la terminología propuesta por la REAL ACADEMIA ESPAÑOLA en el Esbozo de una nueva gramática de la lengua española, Espasa Calpe, Madrid 1973, a grandes rasgos aún vigente, no sólo en la enseñanza y en la investigación 2

Dado que el fragmento pertenece a una intervención dentro de un contexto conversacional más amplio, pragmáticamente no resulta necesaria la comparecencia de un verbo de lengua en presente (#dice) en (1) o en pasado (#dijo) en (2).

dentro de los países de lengua española, sino también en algunas de las publicaciones más innovadoras dentro de la enseñanza del español como lengua extranjera (v. AA.VV., Gramática básica del estudiante de español, Difusión, Madrid, 2005). Según dicha terminología, el análisis de la secuencia en 4a) nos daría el siguiente resultado: “Pretérito perfecto (compuesto, según el Esbozo) de indicativo”, “futuro (simple, según el Esbozo)”, “presente de subjuntivo”, “presente de indicativo”, “condicional3”. La traducción que ofrecemos muestra un simetría en la sucesión de los tiempos verbales (por más que las tradiciones terminológicas lo encubran). Ese paralelismo no podrá ser respetado en principio en la traducción al español de 3b): 4)

b) «Había pescado tanto tanto, él, el martes por la tarde, que sería mejor que no se lo contara a nadie, porque estaba seguro de que nadie le creería».

El análisis de la sucesión de los tiempos verbales de 4b) muestra ya una primera disimetría en cuanto a la conformación morfosintáctica, y no sólo terminológica, respecto al italiano4: “Pretérito pluscuamperfecto de indicativo”, “condicional”, “imperfecto de subjuntivo”, “imperfecto de subjuntivo”, “condicional”. Recurriendo a la transformación que sufre el futuro de 3a) y 4a), respectivamente en “condizionale passato” en italiano (en 3b) o “condicional (simple)” en español (en 4b), observamos que tanto en una lengua como en la otra, en el paso al estilo indirecto la correlación se basa inequívocamente en el accidente temporal del verbo, puesto que el “condicional simple” del español (sería), así como el “condizionale passato” del italiano (sarebbe stato), «si adopera per esprimere l’idea del futuro nel passato», como indica G. PATOTA, Grammatica di riferimento della lingua italiana per stranieri, Le Monner, Firenze, 2003, p. 147, autor que, pese a todo, retoca dicha aseveración con nociones aspectuales de anterioridad: «cioè, un’azione che avviene dopo rispetto a un tempo passato»5: 5) “Carlo mi aveva detto che sarebbe venuto a trovarmi, ma non si è fatto vedere”. Aun considerando su importancia semántica, en coexistencia con otras nociones aspectuales, da la sensación de que la ausencia o presencia de anterioridad o posterioridad, no parece reflejarse siempre en la marcación morfosintáctica del texto en italiano: 3

Algunos autores se refieren aún al “condicional” o “condicional simple” como “potencial simple”, lo que va en la línea de la REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Gramática de la lengua castellana, Perlado Peláez, Madrid 1920. 4 El problema ya ha sido señalado por diversos autores. L. D. FIOCCHI, Appunti per una traduzione dallo spagnolo all’italiano, I.S.U. Università Cattolica, Milano 1998, pp. 59- 62, alude también a la posibilidad del desarrollo de la acción expresada por el condizionale passato (o “potencial simple”, como llama al tiempo para el caso del español) «come tempo indicante un’azione avvenuta», frecuente en los usos del español contemporáneo de la prensa, aunque no sólo. Por su parte, M.N. MUÑIZ, Uso del condicional en italiano y en español: estudio contrastivo, en AA.VV., Italiano y español -estudios lingüísticos-, Universidad de Sevilla, Sevilla 1984, p. 128, nos pone sobre aviso del peligro de la generalización a partir de un escueto número de ejemplos -y todo número de ejemplos resulta en la lengua más o menos escueto-, y más ante un problema tan complejo. En concreto, esta autora recuerda (p. 131) la doble naturaleza de este tiempo en italiano: como modal, para expresar la eventualidad, y como temporal, es decir, el llamado por P. TEKAVČIC, Gramática storica dell’italiano, vol II: Morfosintassi, Bologna 1972, FNP, “futuro nel passato”. Asimismo, la profesora MUÑIZ analiza una serie de textos literarios, en donde como ella misma indica, resulta frecuente el contraste en la traducción al español del “condizionale passato” del italiano, como condicional simple cuando supone un FNP , y como condicional compuesto cuando se expresa la «eventualidad pasada». 5 V. nota anterior.

6) “Lei sapeva benissimo che al prossimo peggioramento avrebbe dovuto lasciarsi assistere e perdere la sua minimissima autonomia, ma non si parlava piú di questo, nemmeno di suicidio. Tutti noi pensavamo che si fosse rassegnata. Quel giorno era serena e nessuno avrebbe immaginato quello che sarebbe successo”, Così mia madre ha avuto il coraggio di ammazzarsi prima di cedere alla sclerosi, «La Repubblica», 12-07-2008, p. 9. En este caso la forma avrebbe immaginato no necesariamente expresa posterioridad, sino que desarrolla también simultaneidad respecto a era dentro de la formulación de la hipótesis, mientras que sarebbe successo sí que expresa una posterioridad ineludible. La posterioridad en italiano no resulta, pues, pertinente a la hora de definir y distinguir frente a otros tiempos verbales el “condizionale passato”. Resulta patente, pese a todo, que en italiano se usan formas compuestas con el verbo haber en la expresión del “futuro nel passato” (FNP) (3b), mientras que en español esas formas se traducen como simples (4b). Sin embargo, antes de abordar esta cuestión, cabría detenerse en otro detalle que afecta en este caso al paso al estilo indirecto en español (4b), en donde la forma creería no ha sufrido ninguna transformación respecto a 4a). Ello es así porque la forma simple cuenta con la implicatura pragmática de “desconocimiento por parte del enunciante de si la acción del verbo base (creer) se produjo o no”6. Ello permite que podamos plantear una segunda traducción de 2), puesto que el texto original del italiano no orienta hacia una única interpretación: 4)

c) «Había pescado tanto tanto, él, el martes por la tarde, que sería mejor que no se lo contara a nadie, porque estaba seguro de que nadie le habría creído».

En este caso el enunciante es plenamente consciente de que la acción del verbo “creer” no se llevó a cabo, es decir, que estamos ante lo que E. ALARCOS LLORACH, Gramática de la lengua española, Espasa Calpe, Madrid 1994, p. 378, llama condicional (implícita en este caso) con perspectiva de pasado y verbo en subjuntivo (“nadie le habría creído si lo hubiera contado”). Ante tales posibilidades, daría la sensación de que en español la diferencia se sustenta en una acción abierta (creería), y por tanto imperfectiva, frente a una acción cerrada (habría creído) y por tanto perfectiva. No obstante, la presuposición de que el enunciante no conozca si la acción se desarrolló o no, no indica por sí misma que la acción no sea perfectiva. Antes bien, se sabe que la acción ha sido concluida en ambos casos. Lo que se desconoce es, pues, hacia dónde se ha inclinado la resolución de la acción, no si se halla resuelta, que sí lo está. Su desarrollo resulta de naturaleza ineludiblemente perfectiva tanto en 4b) como en 4c). El italiano, por su parte, no se inclina fácilmente a expresar tales presuposiciones pragmáticas de un modo formal sin recurrir a la entonación. O, lo que es lo mismo, valga decir que para la expresión del aspecto verbal, el italiano sí que se centra, a diferencia del español, en la marcación o no de la perfectividad, de ahí la preeminencia del tiempo compuesto en detrimento de la manifestación formal de tales nociones pragmáticas. M. N. MUÑIZ, Uso del condicional en italiano y español, p. 136 ss., aporta otros ejemplos derivados del valor, amplísimo, de FNP: 7) Serían las ocho. 6

Es lo que, en otro orden de cosas, y con palabras sin duda más precisas, L. GARCÍA FERNÁNDEZ, Los complementos adverbiales temporales. La subordinación temporal, p. 3190, en I. BOSQUE - V. DEMONTE, Gramática descriptiva de la lengua española, Espasa Calpe, Madrid 1999, pp. 3129- 3207, ha llamado «lectura no factual»

8) Saranno state le otto. Contamos con la expresión de la probabilidad en el pasado, en donde el condicional simple en español (7) no se corresponde en la traducción al italiano con un “condizionale passato”, sino con un “futuro anteriore” (8). Podemos contrastar tales enunciados con el presente, en donde la hipótesis también pide un futuro, esta vez futuro de indicativo, tanto en español como en italiano: 9) - ¿Qué hora es? - Pues no lo sé, serán las ocho. 10) - Che ore sono? - Beh, non lo so, saranno le otto. En cualquier caso, 8), como variación de FNP (del mismo modo que 10) refleja, como expresión de la probabilidad en el presente, una variación de futuro del presente), vuelve a reflejar que el italiano necesita de un tiempo compuesto allí donde la acción resulta perfectiva. Del mismo modo, y siguiendo con otro ejemplo de la profesora MUÑIZ, la expresión de la imperfectividad en 11) (con un tiempo simple) o de la perfectividad en 12) (con un tiempo compuesto) en italiano no altera la condición de tiempo simple en español: 11) Speravo che venisse. 12) Speravo che sarebbe venuto. En español la traducción, aportada por la profesora MUÑIZ, es plenamente equivalente: 13) Esperaba que viniese7. Sin embargo, resulta más difícil aceptar una traducción como la propuesta por esta profesora para 12), salvo que anule la posibilidad de coexistencia con 13) en las áreas del español septentrional en donde puede documentarse: *14) Esperaba que vendría. En cualquier caso, en el habla del italiano actual no hemos logrado documentar una secuencia como 12), mientras que parece más frecuente una sucesión verbal de este tipo (es decir, “imperfetto indicativo + condizionale passato”) ante verbos distintos, sobre todo de lengua o pensamiento, que en la práctica orientan el discurso hacia el estilo indirecto:

En la actualidad, en el ámbito coloquial o en registros poco cuidados resulta más frecuente una secuencia como “Esperaba que viniera”, por más que el ejemplo aducido por la profesora MUÑIZ pueda ser documentado no sólo en el ámbito escrito culto. La progresiva preferencia por las formas en “-ra” y el abandono paulatino de las formas en “-se”, no sólo en ámbitos exclusivamente orales, dentro del español contemporáneo, sobre todo en el español americano, queda atestiguada por los índices de frecuencia de G. ROJO, Sobre la distribución de las formas “llegara” y “llegase” en español actual, en AA.VV., Scripta Philologica in memoriam Manuel Tabeada Cid, vol. II, Universidade da Coruña 1996, pp. 677- 691. V. también sobre el tema la bibliografía comentada y las distintas posturas en G. ROJO - A. VEIGA, El tiempo verbal. Los tiempos simples, p. 2910, nota 43, en I. BOSQUE - V. DEMONTE, Op. cit., pp. 2867-2934 7

15) Pensavo che sarebbe venuto (in tempo). De donde la traducción con condicional simple en español: 16) Pensaba que llegaría (a tiempo). Por lo demás, el italiano, al contrario que con «sperare», no acepta en este caso el “congiuntivo imperfetto”, como tampoco lo haría el español: *17) Pensavo che venisse. *18) Pensaba que viniese/ viniera. En español la explicación pasa por la obligatoriedad del uso del subjuntivo con «esperar» (13), en cualquier registro de la lengua, y del indicativo con «pensar», incluso en contextos informales en donde el imperfecto de indicativo reemplaza al condicional simple8: 19) Pensaba que venía. Esto se explica, sin más, por el contenido declarativo (indicativo) o no declarativo (subjuntivo) del verbo de la subordinada, como se especifica en AA.VV., Gramática básica del estudiante de español, p. 157. En italiano, aunque el alcance del subjuntivo sea bien distinto, es de nuevo una explicación de carácter semántico, vinculado éste a nociones aspectuales, la que nos puede aclarar la situación y la escasa vigencia actual de (12). De hecho, hay una mayor perfectividad en el significado del verbo «pensare» frente a «sperare», acción más imperfectiva en cuanto que más hipotética. La hipótesis en FNP bloquea, o cuando menos dificulta, la marca de perfectividad en el tiempo verbal y orienta hacia (11) antes que hacia (12), en donde, por lo demás, no se aporta ningún significado diverso. Sin embargo, en pasado, en donde la hipótesis desaparece, puesto que la acción ya ha sido realizada, el tiempo verbal requiere en italiano de la expresión morfosintáctica de la perfectividad: 20) Speravo che fosse arrivato. En español se requiere también un tiempo compuesto, pero por motivos bien distintos: 21) Esperaba que hubiera llegado. El alcance de la perfectividad posee muy diferente pertinencia formal en una u otra lengua. El hecho de que la acción no necesariamente haya sido concluida en (11) exige en ambas lenguas de un imperfecto de subjuntivo, mientras que la imposibilidad de desarrollo de la acción de (15), es decir, la perfectividad, exige un tiempo compuesto en italiano, pero no en español (16). Del mismo modo, la comparecencia de la forma avrebbe creduto en 3b), que no adquiere las implicaturas pragmáticas del español, justifica la necesidad y la pertinencia morfosintáctica de la perfectividad en el verbo italiano.

8 A. M. VIGARA TAUSTE, Morfosintaxis del español coloquial, Gredos, Madrid 1992, p. 193, considera «error frecuente por analogía fónica» este uso del imperfecto que sustituye a un condicional: «*El hombre lo que tenía que hacer es parir, y embarazarse, a ver si así no hablaba más tonterías»

Tal vez se pueda afirmar que el italiano contemporáneo ha desarrollado una atención insoslayable por los matices perfectivos de la acción verbal. Incluso en el italiano urbano hablado actualmente en la ciudad de Milán, entre generaciones de más de treinta años y ámbito culto, en donde por hábito no se pierde el subjuntivo, resulta difícil rastrear el condicional compuesto (perfectivo y normativo) del verbo «potere» como expresión de la hipótesis en pasado, cuyos matices hipotéticos dificultan el desarrollo de la perfectividad. De ahí que se prefiera casi exclusivamente el “imperfetto indicativo”: #22) Me lo sentivo che sarebbe successo qualcosa. Ma che finisse così, chi l’avrebbe potuto immaginare? 23) Me lo sentivo che sarebbe successo qualcosa. Ma che finisse così, chi poteva immaginarlo? (P. VARI - A. BOCOLA, Fame chimica (película), Lucky Red, Milano 2004) En tal situación el español preferiría evitar también el condicional simple, aun conservando la idea de FNP a través de la perífrasis de futuro en imperfecto de indicativo: 24) Ya me olía yo que pasaría algo. Pero que se llegara a esto, ¿quién se lo iba a imaginar? En otro ejemplo la comparecencia del “condizionale presente” en el italiano de hoy cuando se alude a acciones de futuro en el pasado, se explica por la necesidad de aclarar que ese futuro en el pasado se corresponde con el origen de la acción, es decir, con el presente, que la acción está necesariamente abierta y que, por tanto, es de naturaleza esencialmente imperfectiva: 25) Alcune Regioni hanno lavorato per tempo razionalizzando il sistema ospedaliero nel territorio, ma ci sono voluti anni per spiegare ai cittadini, non senza frizioni e contestazioni, che sarebbe meglio così, Sanità, tagli a posto letto e personale, «La Repubblica», 12-072008, p. 1. Aventuramos una traducción en donde se hace patente la disimetría: 26) Algunas Regiones han trabajado durante mucho tiempo racionalizando el sistema hospitalario en su territorio, pero han sido necesarios años para explicarles a los ciudadanos, no sin fricciones y protestas, que era mejor así. En este caso la solución pasa por la elección de un imperfecto de indicativo referido no sólo al presente, matiz que este caso no podría haber adquirido la forma *sería, sino también a las palabras referidas de alguien de las que el autor del artículo parece desentenderse. Es la indicación del presente, en una y otra lengua, la que anula la pertinencia de FNP, y la necesidad de marcar la imperfectividad, con una forma simple de eventualidad (que no futuro) en italiano y con una expresamente imperfectiva en español (o expresamente simultánea al presente), lengua en la que la conformación morfológica del tiempo verbal no puede por sí sola reproducir tales valores. Veremos, sin embargo, que, frente a lo anteriormente expresado para el caso del italiano, en donde las nociones de anterioridad/ posterioridad no resultaban pertinentes para la marcación formal, en español la anterioridad justificaría como elemento semántico la diferenciación morfológica entre condicional simple (futuro del pasado, no anterior y, por tanto, no compuesto) y condicional compuesto (compuesto en cuanto tiempo hipotético anterior -acción

imposible de ser transformada- a la acción efectivamente sucedida)9. Se explican así los ejemplos 13) -imperfectivo- y 16) -perfectivo-, ambos posteriores a la acción del verbo principal y, por tanto, formas simples. Se comprende, también desde esta óptica, el llamado pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo en 21), puesto que la acción del verbo de la oración subordinada es anterior a la principal. Se explica así porque el tiempo verbal en italiano moderno no puede desarrollar ulteriores relaciones de anterioridad interna al enunciado mismo, según señala M.N. MUÑIZ, Uso del condicional en italiano y en español, pp. 144-145, como sí lo hace en español10: 27) Dijo que comería a las tres. 28) Dijo que a las tres habría comido. Si analizamos estos dos ejemplos, podemos decir que se plantean dos acciones (a.-decir y b.comer) y un tiempo que las enmarca (α.- las tres). Hay que indicar que, en 27), b) y α) son simultáneos entre sí y posteriores a a); mientras que, en 28), b) es posterior a a), pero anterior a α). En 27) el FNP se ubica en b) y en α), pero en 28) sólo en α), con lo que la acción de b), anterior respecto a α), exige nuevamente un tiempo compuesto que indique la anterioridad. Ante esta diferenciación morfológica del verbo en español, el italiano sólo puede reaccionar con un giro exclusivamente sintáctico. Si la traducción de 27) reclama, como ya hemos visto un “condizionale passato” 29) Ha detto che avrebbe mangiato alle tre. no deja de ser menos cierto que para la traducción de 28) necesitamos del concurso de un adverbio temporal que reoriente la marcación de la anterioridad que el verbo no es capaz de expresar por sí solo: 30) Ha detto che alle tre avrebbe già mangiato. Contraejemplos I: La expresión de la anterioridad en las formas verbales del pasado en italiano

J. BYBEE - R. PERKINS –W. PAGLIUCA, The evolution of grammar, The University of Chicago Press, Chicago and London 1994, han demostrado que las nociones aspectuales de resultatividad, anterioridad y perfectividad (tal vez por este orden, pero no necesariamente) se encuentran estrictamente ligadas dentro de una evolución diacrónica en el desarrollo morfosintáctico y semántico del verbo dentro de las lenguas románicas. Además, semánticamente, las tres nociones se encuentran presentes a la hora de un análisis aspectual del tiempo verbal, con lo que, en general, la presencia de posterioridad correría pareja, por ejemplo, a la ausencia de perfectividad. Otra cuestión son las cuestiones formales, la marcación morfosintáctica de uno u otro elemento en español o en italiano, que es el caso que nos ocupa ahora. 10 Y como lo hacía, siempre según esta misma autora, el italiano de Manzoni, en donde se advertía una alternancia de “condizionale presente” y “condizionale passato” para la expresión del FNP: “Ma quanto piú schietto e intero sarebbe stato questo sentimento, se Renzo avesse potuto indovinare quel che si vide pochi giorni dopo: che quell’acqua portava via il contagio; che dopo quella. il lazzeretto, se non era per restituire ai viventi tutti i viventi che conteneva, almeno non n’avrebbe piú ingoiati altri; che, tra una settimana, si vedrebbero riaperti usci e botteghe, non si parlerebbe quasi piú che di quarantina; e della peste non rimarrebbe se non qualche resticciolo qua e là”. 9

Sin duda, uno de los problemas que plantea la expresión del pasado como tiempo gramatical pretérito es la acumulación de formas cuya riqueza no comparten ni el presente ni mucho menos el futuro, como momentos de la sucesividad temporal que no pueden expresar con el mismo grado de riqueza acciones constatables. Si en italiano (y en español) contamos con una forma imperfectiva del pasado (el “preterito imperfetto”, cantavo, cantaba), la contraposición debería ofrecernos, como en futuro, una única forma perfectiva (o anterior para el caso del español). La realidad es que tanto el italiano (cantai / ho cantato) como el español (canté / he cantado) ofrecen dos formas perfectivas del pasado. En español podríamos justificar esta doble expresión a partir de la oposición pretérito / ante-presente, en tanto que la primera forma expresa acciones no relativas o anteriores a otras en la secuencia o en el origen del enunciado y la segunda se pone como punto de origen un presente, no explícito necesariamente, pero sí presente en la secuencia a través de marcas temporales de presente (por ejemplo, hoy, ahora o elementos referenciales de tiempo introducidos por deícticos como este, -a, -os, -as): 31) El otro día Pablo no llegó a tiempo. 32) Hoy he llegado con dos horas de retraso. No obstante, la situación se complica si observamos en conjunto el ámbito hispánico. En realidad, en la mayor parte del dominio del español contemporáneo, sin distinción de registro, se tiende a eliminar en muchos contextos lingüísticos la forma compuesta11: 33) No sé por qué hoy estuve rememorando largamente los veranos en Solís (M. BENEDETTI, Primavera con una esquina rota (1982), Alfaguara, Madrid 2004, p. 105). A pesar de la complejidad que manifiesta la alternancia en los distintos ámbitos geográficos, sobre todo del español americano y canario (y de lo que no nos ocuparemos ahora), cabe señalar que allí donde se tiende a la desaparición del ante-presente, «la acción puntual pasada se expresa con el (pretérito) simple (comió), mientras (sic) la acción repetida, prolongada hasta el presente, o no realizada aún, se expresa con el compuesto: ha llamado (varias veces); ha mejorado (desde hace días); no ha llegado (aún)» (M. VAQUERO DE RAMÍREZ, El español de América II. Morfosintaxis y léxico, Arco Libros, Madrid 1996, p. 29). N. CARTAGENA, Los tiempos compuestos, p. 2947 ss., en I. BOSQUE - V. DEMONTE, Gramática descriptiva de la lengua española, pp. 2935- 2975, resume algunas de las consideraciones elaboradas en estudios sobre el español mexicano, colombiano, chileno y argentino partiendo de la idea de la duratividad de las acciones expresadas con el ante-presente y que, incluso hoy, se siguen manteniendo en aquellas regiones en donde la forma simple ha ganado más terreno. Se trataría, pues, de una alteración de las relaciones aspectuales de anterioridad / no anterioridad planteadas a grandes rasgos en el sistema verbal del español. La diferenciación entre el pretérito y el ante-presente cabría reelaborarla como diferencia entre pasado durativo y pasado perfectivo. El problema parece aún más complejo en italiano, además de oponerse con mayor evidencia a nuestra teoría sobre la falta de pertinencia de la expresión de la anterioridad en esta lengua a través de marcas morfológicas en el verbo. Según el italiano normativo, «l’uso del perfecto composto di anteriorità non è ammesso se nella principale c’è un perfetto semplice» (L. VANELLI, La concordanza dei tempi, p. 620): 11

*34) Allora Carlo ammise che Maria non l’ha insultato. Sin embargo, los usos orales e incluso formales y escritos de la lengua cotidiana podrían poner en dificultad un intento de generalización de esta afirmación: 35) A febbraio, quando era ancora lontano dalla “nomination” e si circondava volentieri di giornalisti, durante un volo dall’Arizona al Texas regalai a McCain The Age of Ignorance (L’età dell’ignoranza), un libro nel quale un finanziere di Seattle elenca un’infinità di errori commessi da Greenspan e tutti gli avvenimenti che gli erano stati dati (anche dall’interno della Fed) e che lui ha ignorato, McCain, lo sceriffo e l’ombra di Greenspan, «Corriere della Sera», 21-IX-2008, p. 26. Podría pensarse que McCain «ha ignorado en los últimos tiempos» el regalo del periodista y que, por ello, también «ha ignorado los hechos» posteriores no sólo al momento en que sucedieron (erano stati dati), sino también al regalo en sí (regalai). La interpretación gramatical a partir de la idea de que el “passato remoto” (regalai) es necesariamente más lejano que el “passato prossimo” (ha ignorato) podría hacernos interpretar, y por tanto traducir, de esta forma, creando de paso un error de traducción por falso sentido (v. A. HURTADO ALBIR (dir.), Enseñar a traducir, Edelsa, Madrid 1999, p. 247). La realidad, bien distinta, es que el sujeto de la forma ha ignorato no es McCain, sino Greenspan, y que el periodista no tacha de ignorante a McCain (no al menos con tanta explicitud), sino que es el autor del libro el que lo hace respecto a Greenspan. La interpretación pragmática se alía con un uso bastante generalizado de las correlaciones temporales del italiano. En esta lengua era necesario subrayar los efectos que tienen sobre el presente las fallidas decisiones de Greenspan (de ahí ha ignorato, acción anterior cronológica, pero no gramaticalmente, a regalai). Además, en este caso, el verbo ignorar en español posee una resultatividad de cuya carencia adolece el italiano (lo que se ignora “sigue ignorado” después) y, por tanto, no existe la necesidad de marcar la anterioridad respecto al presente: 36) En febrero, cuando aún andaba lejos de la “nomination” y de buena gana se rodeaba de periodistas, durante un vuelo de Arizona a Texas, le regalé un libro a McCain, The Age of Ignorance (La edad de la ignorancia), libro en el que un hombre de finanzas de Seattle indica la infinita lista de errores cometidos por Greenspan, así como todos los hechos que se le habían referido (también desde dentro de la Fed) y que éste ignoró. La selección de los tiempos verbales del italiano tal vez nos advierta de que la diferenciación entre tiempo “remoto” y tiempo “próximo” no posee vigencia universal, no al menos ante secuencias como ésta. Esta consideración no es nada nueva y se encuentra ya plenamente enunciada en autores como A. M. LEPSCHY – G. LEPSCHY, La lingua italiana: storia, varietà dell’uso, grammatica (1977), Bompiani, Milano 1990, quienes consideran que «ciò che conta non è tanto il periodo di tempo trascorso quanto il fatto che l’azione sia o non sentita in rapporto al presente». Tal consideración nos lleva a pensar inmediatamente a la distinción entre pasado / ante-presente (regalai / ho regalato), fácilmente enunciable para el caso del español y ante la que nos mostrábamos renuentes en el apartado anterior de este mismo artículo. En cualquier caso, para solucionar la cuestión habrá que tener en cuenta previamente otros aspectos. En primer lugar, hay que señalar que un problema quizá aún más arduo que el meramente terminológico para el caso del italiano es el que se plantea con la distribución geográfica del uso de ambas formas, sobre todo en ámbitos orales en donde se percibe una fuerte influencia

del código subyacente del dialecto (M. DARDANO - P. TRIFONE,La nueva grammatica della lingua italiana, Zanichelli, Bologna 1997, p. 32 ss.), extremo mucho más complejo que en español, a pesar de la extensión espacial y demográfica considerablemente menor de la lengua italiana en el mundo. Así, en el italiano septentrional desaparece en el ámbito oral, culto o no, la forma simple del pasado y, mientras que en Toscana se mantiene la alternancia y la oposición pasado / ante-presente, en el italiano del centro y, sobre todo, meridional la tendencia es exactamente la opuesta (A. M. LEPSCHY – G. LEPSCHY, La lingua italiana, ed. cit.., p. 70) y, con la excepción de Sicilia, se llegan a escuchar secuencias en donde expresiones temporales referidas al día en curso (stamattina) se acompañan del pasado en su forma simple. Por otro lado, en esta oposición disimétrica de formas hay que tener en cuenta las distintas soluciones que se ofrece en cada ámbito. En registros cultos y literarios, incluso de escritores del norte preocupados por el propio dialecto, la oposición entre la forma simple y la compuesta se mantiene: 37) Io sono un uomo molto ambizioso e lasciai il mio paese, con l’idea fissa di diventare qualcuno […]. Siccome -ripeto- sono ambizioso, volevo girar tutto il mondo e, giunto nei siti piú lontani, voltarmi e dire in presenza di tutti: «Non avete mai sentito nominare quei quattro tetti? Ebbene, io vengo di là» (C. PAVESE, La langa, en Feria d’agosto (1946), Einaudi, Torino 2002, pp. 12- 14)12. Como puede observarse, se establece por lo demás una tendencia a la diferenciación entre “prossimo” e “remoto”, incluso en escritores del centro y sur de Italia que reflejan diálogos en donde hablan personajes de extracción sociocultural baja: 38) «Hai sentito la campana stanotte?» gli domandai, per attaccare discorso (I. SILONE, Fontamara (1933), Mondadori, Milano 1967, p. 213)13. La neta diferenciación en el ámbito literario es algo que, sin embargo, en el italiano de hoy empieza a quebrarse, tal vez como marca de contemporaneidad. No es nuestro objetivo ahora aventurar una posible evolución del uso literario de la lengua en el italiano contemporáneo, sino sólo constatar una serie de elementos que deberán ser confirmados o desmentidos en otros estudios. Cabe decir, sin embargo, que da la sensación de que, en el norte de la península, empiezan a aparecer una serie de escritores que rechazan o tienden a rechazar el uso del tiempo simple cuando se trata de referir acciones del pretérito que no afectan al presente, algo que no sólo afecta al diálogo como elemento caracterizador de personajes urbanos de las ciudades septentrionales, sino también al mismo discurso del narrador: 39) La strada e i suoi rumori mi hanno insegnato il passare del tempo, forse addirittura un po’ di storia. Il panettiere ha abbandonato la bici ed è passato alla moto, poi è andato in pensione, la messa prima si è spostata dalle sei alle sette, e di far la spesa giù nella via non se ne parla più, visto che i negozietti hanno chiuso dopo che un supermercato ha aperto fuori dal paese (I. BOSSI FEDRIGOTTI, Via della Chiesa n.5, en A.A.V.V., Strade, RCS Libri Spa, Milano 2004, pp. 16- 26). 12

«Yo soy un hombre muy ambicioso y dejé mi pueblo con la idea fija de llegar a ser alguien […]. Como, repito, soy ambicioso, quería recorrer el mundo entero y, una vez en el sitio más remoto, darme media vuelta y decir delante de todos: “¿Habéis oído hablar alguna vez de aquellos cuatro tejados? Pues bien, yo soy de allí» (La traducción es nuestra). 13 «“¿Has oído esta noche la campana?”, le pregunté sólo por ponerme a hablar con él» (La traducción es nuestra).

Si planteamos una traducción de este fragmento, bastante significativo para lo que aquí nos ocupa, comprenderemos la necesidad del español por diferenciarse de los usos verbales del texto original: 40) La calle y sus ruidos me han hecho aprender el pasar del tiempo, quizás, incluso, hasta un poco de historia. El panadero primero abandonó la bici y se pasó a la bicicleta, luego se ha jubilado; la primera misa la pasaron de las seis a las siete y ahora a nadie se le ocurre ya hacer la compra abajo, en vista de que las tiendecillas han cerrado después de que un supermercado haya abierto a las afueras del pueblo. En cualquier caso, quizás pueda observarse una tendencia no tanto a la marcación de la proximidad o la lejanía en el tiempo verbal, sino, más bien, a la diferenciación del tiempo pasado del tiempo ante-presente, en lo que supone una zona de fricción dentro del conjunto de la morfosintaxis del verbo. Habría que comprobar si la inseguridad terminológica obedece o no, justamente, a que esta característica aspectual de anterioridad constituya una excepción en el conjunto de la morfosintaxis de los tiempos verbales en italiano, resto que seguiría justificando, aunque pudiera parecer que cada vez menos, la diferenciación de dos tiempos verbales a la vez pretéritos y perfectivos. Las fricciones dialectológicas y de registro de tales tiempos entre sí podrían indicar que las marcas de anterioridad disuenan en la gramática italiana, algo que no sucede, como ya hemos visto en la expresión de la anterioridad del pasado en español. Por último, el hecho de que, a pesar de su evidente importancia, se trate justamente de un resto aspectual de anterioridad en italiano tal vez pudiera apoyar la teoría del abandono progresivo de las marcas de anterioridad en esta lengua. Consideramos todas estas eventualidades como meras orientaciones metodológicas que habría que confirmar (o desmentir) en estudios posteriores a este. Contraejemplos II: ¿Oraciones temporales de anterioridad en español sin tiempo compuesto? En principio, las llamadas oraciones temporales de posterioridad seleccionan tanto formas simples (en subjuntivo cuando la persona no coincide con la principal, en infinitivo cuando sí lo hace) como compuestas: 41)

a) Estudiaré un poco más después de que te vayas. b) Después de que te hayas ido, estudiaré un poco más.

Lo mismo podría decirse de las llamadas temporales de anterioridad, en donde el verbo de la subordinada puede aparecer tanto en la forma simple como en la compuesta: 42)

a) Antes de que llamara por teléfono, yo ya había hablado con su madre. b) Antes de que se hubiera ido, ya habíamos apagado las luces.

En esta tesitura, podría considerarse 42a), con un marcador de anterioridad, un contraejemplo a la teoría de que la anterioridad en español rige necesariamente tiempos compuestos. No obstante, según E. ARCOS PAVÓN, Reflexión y nuevo enfoque en la enseñanza de las subordinadas temporales en la clase de E/LE, «Elenet», 2006, 2, p.2, quien sigue a J. CHÉTRIT, Syntaxe de la phrase complexe a subordonnee temporelle: estude descriptive, Klincksieck, París 1976, en 42) no se presentarían relaciones de anterioridad, sino de posterioridad, ya que llamara no es anterior a había hablado, del mismo modo que hubiera

ido no lo es respecto a habíamos apagado. De la misma forma en 41) no se presentarían oraciones subordinadas de posterioridad, sino de anterioridad, puesto que la acción vayas y hayas ido son anteriores y no posteriores a estudiaré. Sería entonces 41a), como relación de anterioridad y tiempo verbal simple, la secuencia que nos plantearía problemas. Habría que indicar que la anotación de la profesora EXPÓSITO resulta muy acertada, pero merecería la pena profundizar más en ella. En realidad en 41b) la relación sí es de anterioridad puesto que hayas ido se concibe como origen o premisa anterior para que se produzca estudiaré. Es lo que explica en español el tiempo compuesto. Sin embargo, no puede decirse lo mismo de 41a) en donde la relación no es exactamente igual, sino que el punto de origen o premisa es estudiaré, planteada como posterior a la condición temporal te vayas. Es lo que, además de explicar el tiempo simple, provoca que pragmáticamente ambos enunciados tengan pretensiones distintas y que hasta se enuncien de modo distinto. De hecho, la alteración del orden no resulta pragmáticamente efectiva: 41)

#c) Estudiaré un poco más después de que te hayas ido.

Busquemos algún contexto que así nos lo sugiera: 41)

a)

- A ver si estudias un poco más, porque me parece que no tienes ni idea. - Estudiaré un poco más después de que te vayas.

b)

- No insistas en que me quede. Sabes que tengo que irme. - Después de que te hayas ido, estudiaré un poco más. Por matar el tiempo. Ya me lo sé, pero, si no, a ver qué hago.

Por lo demás, en 42a) había hablado (compuesto) es anterior a llamara, del mismo modo que habíamos apagado (también compuesto) lo es frente a hubiera ido (acción perfectiva: una acción que sabemos que se produjo, a diferencia de llamara). Nuevamente la anterioridad en español y la perfectividad en italiano justifican la variación entre tiempos simples y compuestos. Veamos las posibles traducciones a 41) y 42) respectivamente, en donde se observa la dificultad de trasvase de los matices de anterioridad y posterioridad de los tiempos verbales del español: 43)

a) Studierò ancora un po’ dopo che te ne sarai andato. b) Dopo che te ne sarai andato, studierò ancora un po’.

44)

a) Prima che telefonasse, io avevo già parlato a su madre. b) Avevamo già spento le luci prima che se ne fosse andato.

La anterioridad en español como eje terminológico de los tiempos compuestos Las consideraciones que emergen tanto del estudio del FNP como del infinitivo en textos del español contemporáneo (a los que podrían añadirse otros estudios pormenorizados de los que no podemos ocuparnos aquí) nos ponen sobre la pista de que la terminología heredada de la tradición gramatical académica nos resulta, al menos hoy en día, opaca y cuando menos poco reveladora de los verdaderos matices semánticos de los tiempos verbales del español. Si la perfectividad no resulta pertinente, consideramos injustificado seguir usando denominaciones como pretérito perfecto, pretérito imperfecto y, por supuesto, pretérito pluscuamperfecto, de

cuya denominación poco justificable etimológicamente no nos ocuparemos ahora14. Resulta curioso que, mientras que el verbo en español exige de una marcación de anterioridad (o de una ausencia de esa marcación ante la ausencia de anterioridad) y la tradición terminológica de los estudios gramaticales no siempre lo ha tenido ni lo tiene en cuenta, en los estudios sobre la lengua italiana, en la que la marcación de la anterioridad no siempre pasa (salvo en la expresión del pasado, como ya hemos visto) por la conformación morfológica del tiempo verbal, se haya concedido (L. SERIANNI, Grammatica italiana (italiano comune e lingua letteraria), UTET, Torino 1988, p. 471 ss.) y se siga concediendo (P. GARIGLIANO, Sintassi della lingua italiana, C.U.E.C.M., Catania 2002) tanta atención normativa al estudio de tales connotaciones semánticas en la interrelación de los tiempos verbales dentro de los textos. No deja de resultar paradójico que la tradición gramatical hispánica, que cuenta con una terminología precisa y pertinente respecto a la expresión de la anterioridad en los tiempos verbales del español, como es la inaugurada por A. BELLO, Estudios gramaticales: Análisis ideológica de los tiempos de la conjugación castellana (1841), en Obras completas, Ministerio de Educación, Caracas 1952, V, 5- 67, y A. BELLO, Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos (1847), Arco-Libros, Madrid 1988, siga insistiendo en posponer una reforma terminológica en el uso común y didáctico del español, creando por lo demás inconvenientes e incomprensiones en el mundo del aprendizaje de nuestra lengua. Las denominaciones de los tiempos verbales en el sistema de A. BELLO son reveladoras no sólo del ámbito temporal en el que se inscriben, sino también de la posición o no frente a otros tiempos dentro de la correlación. Para este autor existen en el modo indicativo “cinco formas significativas”, simples, en tanto que no anteriores a otras. Tres de estas formas son básicas, es decir, no relativas a otras: el presente (canto), el pretérito (canté) y el futuro (cantaré). Las otras dos son relativas al pretérito: el co-pretérito (cantaba) y el pos-pretérito (cantaría). Existen otras cinco “formas significativas compuestas”, compuestas con el verbo auxiliar haber como marca de anterioridad, en cuanto que anteriores a otras, y paralelas a las cinco ya señaladas. Son el ante-presente (he cantado), el ante-pretérito (hube cantado), el antefuturo (habré cantado), el ante-co-pretérito (había cantado) y el ante-pos-pretérito (habría cantado). Como demuestra L. PÉREZ BOTERO, Anterioridad y perfectividad en el sistema verbal del español, en «Sintagma», 9 (1997), pp. 5-15, la terminología de A. BELLO, frente a lo que pudiera pensarse debido a su escasa difusión, cuenta con el reconocimiento, también contemporáneo, de una larga lista de autores15. 14

Aunque resulte mucho menos frecuente en la tradición gramatical italiana, tampoco el italiano se libra de este término antietimológico e injustificable semánticamente. L. Vanelli, La concordanza dei tempi, p. 620, en L. RENZI – G. SALVI, Grande grammatica italiana di consultazione, Il Mulino, Bologna 1991, pp. 611- 632, recuerda la denominación, ya en desuso, de “piúccheperfetto”, ante la que se impone en la actualidad el de “trapassato”, con una atención obvia -y tal vez también paradójica- por la anterioridad. 15 S. GILI GAYA, Curso superior de sintaxis española, Bibliograf, Barcelona 1972, por ejemplo, considera que la perfectividad y la imperfectividad son nociones semánticas que se rastrean no sólo en el tiempo verbal, sino en la misma acción de determinados verbos o sustantivos y que, por regla general, no posee marcas morfológicas exclusivas en nuestra lengua. De ahí que se incline por la terminología de A. BELLO. También desde el punto de vista de la gramática transformativa se ha indicado la necesidad de conceder más atención a la anterioridad que a la perfectividad en español. L. HADLICH, Gramática transformativa del español, Gredos, Madrid 1973, llegó a señalar en su día que «no es del todo exacto referirnos a tiempos perfectos o compuestos. Lo que haber –do añade a los tiempos verbales españoles no es un tiempo separado, sino una manera anterior especial de mirar las cosas». Por otra parte, y aunque L. PÉREZ BOTERO no lo cite, en época más reciente la difundida obra de E. ALARCOS LLORACH, Op. cit., asume como exclusiva y sin mayores disquisiciones, la terminología de A. BELLO.

Hace pocos años, G. ROJO - A. VEIGA, El tiempo verbal. Los tiempos simples, p. 2885, que se inscriben en esta misma tradición, adaptan la terminología de A. BELLO a la hora de afrontar el tiempo que éste había denominado ante-co-pretérito (había cantado), puesto que en la actualidad los valores del ante-pretérito de BELLO (hubo cantado) como tiempo efectivamente anterior a un pretérito, han sido asumidos, casi por completo (salvo en usos literarios en donde es posible la neutralización con el pretérito, v. N. CARTAGENA, Los tiempos compuestos, p. 2951) por el ante-co-pretérito, por lo que nos parece más adecuado, desde un punto de vista sincrónico, designar sin más la forma había cantado como ante-pretérito. Además, tal denominación nos libra de arduas y quizá inútiles disquisiciones metodológicas y pedagógicas16. Según G. ROJO - A. VEIGA, El tiempo verbal. Los tiempos simples, p. 2877 ss., los tiempos verbales en español se definen respecto a un origen (O), en tanto que –V expresa la anterioridad frente a aquél, oV la simultaneidad y +V la posterioridad. Por ello, las distintas fórmulas se podrían precisar de esta forma: OoV presente (canto) O–V pretérito (canté) O+V futuro (cantaré) (O–V)–V ante-pretérito (había cantado) (OoV)oV co-pretérito (cantaba) (O–V)+V pos-pretérito (cantaría) (OoV)–V ante-presente (he cantado) (O+V)–V ante-futuro (habré cantado) ((O–V)+V)–V ante-pos-pretérito (habría cantado) A estas consideraciones dichos autores añaden un contenido “modal” que ellos mismos denominan “usos dislocados” de las formas simples del verbo en español, tanto en indicativo como en subjuntivo y que explicarían, mediante una oposición “incertidumbre / no incertidumbre” (que se corresponde con lo que nosotros hemos denominado anteriormente “hipótesis”) los deslizamientos morfosintácticos hacia zonas temporales inmediatamente anteriores o posteriores, movimientos que vienen a expresar justamente dicha noción. Así se explicarían ejemplos como 7) y 11). Sin embargo, estos autores niegan la pertinencia del aspecto en la conformación del verbo en español, puesto que identifican tal accidente sólo con la perfectividad y consideran la anterioridad como un componente más de la temporalidad. Consideramos que dicha interpretación parte de un punto de vista exclusivamente sincrónico a la vez que estrictamente formalista y que no tiene en cuenta ni la relación ineludible dentro del concierto románico de la anterioridad con la perfectividad (en este sentido remitimos de nuevo a J. BYBEE - R. PERKINS -W. PAGLIUCA, The evolution of grammar) ni tampoco las relaciones semánticas internas entre anterioridad y perfectividad que se producen tantas veces en el verbo dentro del español contemporáneo, por más que haya que reconocer la nula pertinencia de la perfectividad en español a la hora de la marcación formal. 16

Igualmente, en el ámbito de la enseñanza de español para extranjeros están apareciendo voces que reclaman una revisión de la terminología de los tiempos con fines didácticos. Así, por ejemplo, L. PÉREZ TORRABA, El pasado en español. Estudio de los nombres de los tiempos del pasado en español, «RedELE», 7, 2006, opina que la gramática de BELLO «supone una visión muy actual y renovadora de la lengua» y que es «la que mejor recoge el significado de cada tiempo». No obstante, curiosamente, este autor considera que «su nomenclatura es demasiado científica (parecida a la formulación de química orgánica)» si bien luego plantea como solución sustituir nombres como el pretérito y el antepretérito de BELLO (en los que a nosotros nos resulta difícil observar la relación con la química orgánica) con otros como “pretérito perfecto” (es decir, volver a la Academia) y “pretérito imperfecto anterior”, respectivamente, y que según este autor deberían simplificar el aprendizaje del alumno.

Por lo demás, la oposición perfectivo/no perfectivo y anterior/no anterior como pertenecientes a un mismo paradigma (llámese aspecto o no) resuelve muchos problemas en el ámbito de la gramática comparada entre lenguas románicas como el español y el italiano, al tiempo que facilita la comprensión de los instrumentos de trabajo tanto del docente como del traductor. Una propuesta de análisis para la traducción Una propuesta didáctica de traducción de 3b) debería pasar por un conocimiento previo y profundo de la consecución temporal tanto en italiano como en español también en lo que se refiere a contenidos pragmalingüísticos (que permiten una diferenciación entre 4b y 4c). Planteamos una propuesta de análisis en donde ß indica anterioridad, à posterioridad y = simultaneidad. La noción de FNP anula la necesidad de à (de hecho es posible =), pero obliga a la perfectividad. He aquí un análisis de la secuencia en italiano 3b): i.- Tiempo no explícito pasado, verbo de lengua (ß) ii.- pasado perfecto anterior aveva fatto (à) iii.- FNP perfectivo sarebbe stato (=, à) iv.- pasado imperfectivo raccontasse (=) v.pasado imperfectivo era (=, à) vi.- FNP perfectivo avrebbe creduto. En español, el análisis para llegar a 4b) podría ser el siguiente: i.- pasado de indicativo; ii.- acción anterior a (i): antepasado de indicativo; iii.- acción posterior a (i), perfectiva o imperfectiva: pos-pretérito; iv.- acción simultánea a (i): copretérito; v.- acción simultánea a (i): co-pretérito; vi.- acción posterior a (i) perfectiva o imperfectiva: pos-pretérito. La variación en 4c) requiere de una modificación en la parte final: vi.- acción posterior perfectiva (imposible): ante-pos-pretérito. Propuestas de aplicación para la enseñanza Una vez asumidos los valores de precisión terminológica del sistema de tiempos verbales propuesto por A. BELLO, tamizado en época contemporánea por las aportaciones de G. ROJO A. VEIGA, hay que considerar, junto a N. CARTAGENA, Los tiempos compuestos, p. 2941, sus valores nemotécnicos y didácticos. Es algo que hemos puesto en práctica en nuestras propias clases, intentando simplificar un poco más alguna denominación concreta, llamando “pasado” lo que los autores llaman “pretérito”. Los resultados en alumnos italianos de E/LE que nunca antes habían escuchado otra terminología son esclarecedores, puesto que raramente aparecían incomprensiones sobre la denominación de los tiempos verbales. La presentación de una nueva terminología permitía aclarar rápidamente dudas que se mantenían incluso en el uso de las formas verbales de niveles intermedios y avanzados (de B1.2. en adelante), en donde, además, la vieja terminología acababa por ser rechazada por los propios alumnos a la vuelta de pocos meses. Por cuestiones metodológicas, de aprovechamiento de la tradición gramatical italiana, hemos llamado “imperfecto”, sin más, o “pasado imperfecto” al “co-pretérito”, aun insistiendo en su valor de simultaneidad en pasado y refiriendo en niveles altos el nombre de “co-pasado” con el objetivo de hacer nítidas las correlaciones. La mayor fortuna ha recaído siempre en la denominación de “pasado” allí donde las gramáticas aludían a “pretérito indefinido”. La extrañeza surge al encontrarse con esta otra denominación en los manuales, pero se desvanece inmediatamente cuando se insiste en la denominación más simplista.

Según una secuenciación enmarcada en el nuevo Plan Curricular del Instituto Cervantes aplicado al Proyecto Curricular de Centro del Instituto Cervantes de Milán, en donde cada subnivel comprende sesenta horas de clase, hemos introducido la terminología simplificada aun teniendo que luchar contra la fuerza imperante de la letra impresa sobre el manual. Hemos partido, obviamente, de las formas del indicativo en el nivel inicial (A1), en concreto del presente, al que viene a unirse después de unas cuarenta horas de clase el ante-presente (E. MARTIN PERIS - N. SANS BAULENAS, Gente 1, Difusión, Barcelona 2004). En un segundo momento (A2) aparecen el pasado, el imperfecto y el futuro. El ante-pasado aparece en el nivel B1.1. Al principio del B1.2, el presente de subjuntivo y hacia el final de este mismo nivel el pos-pretérito con valor modal (expresión de deseos) (J. CORPAS - A. GARMENDIA - C. SORIANO, Aula Internacional 3, Difusión, Barcelona 2006). El imperfecto de subjuntivo abre el B2.1, le sigue el ante-presente de subjuntivo y, después de algunas semanas el ante-futuro de indicativo. El pos-pretérito de indicativo como FNP sólo se presenta en el B2.2. Sólo en un proyecto de B2.3. (luego englobado en C1.1) cupo introducir el ante-pos-pretérito de indicativo y el ante-pretérito de subjuntivo (J. CORPAS - A. GARMENDIA - C. SORIANO, Aula Internacional 4, Difusión, Barcelona 2007). Los alumnos preocupados por problemas metalingüísticos que han logrado pasar a un C1.2, acostumbrados a una terminología precisa de los tiempos verbales que les ayuda a comprender las relaciones temporales de la consecución verbal en español y a contrastarla con las del italiano, pueden afrontar el estudio de traducciones complejas. A finales del C.1 no deberían tener mayores dificultades para traducir un texto como 3b) de la lengua 1 (L1), en este caso el italiano, a la lengua 2 (L2), el español. La experiencia nos demuestra que son capaces no sólo de comprender, sino también de ofrecer soluciones como 4b) y 4c).

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