PÉREZ. Origen etimológico fijado por Enrique Cabrejas

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Descripción

PÉREZ Origen etimológico fijado por Enrique Cabrejas RPI: B-3851-14

Enrique Cabrejas © 2015 e-nstitut Ideal Nol © 2015 Apreciados Srs.: Me es grato poner en su conocimiento y a través de este comunicado que el apellido español PÉREZ significa: “DE VIAJERO” y/o por extensión “DE NAVEGANTE”. Se trata de un acrónimo ibérico. Me hago cargo de que esta afirmación les deje atónitos, no puede ser de otro modo; pues voy a transmitirles una epistemología que ha estado inédita durante miles de años. Y por raro que parezca, lo que les acabo de desvelar no es una conjetura sino a mi entender plena certeza. Esta novedosa teoría del conocimiento tiene un razonamiento que puedo perfectamente sustentar empíricamente. Es una locución celtibérica que bebe de fuente pre helena y frigia, que se la debemos a nuestros antepasados carpetanos (cario). Es una raíz utilizada para componer palabras con fuerza intensiva y extensiva, es decir que van más allá del límite. Verán, el apellido Pérez viene del nombre Pero. Se trata de una voz que literalmente quiere decir “MÁS”. Sí, efectivamente, hoy es “pero”, nuestra conjunción adversativa ¿Pero qué esperaban? nuestra propia lengua no es el latín sino el celtíbero. Como verbo y/o adverbio de lugar y/o tiempo significaría: llegar hasta el fin, ir al límite, por último, en conclusión, más allá, además. Pero no se dejen engañar por las apariencias, ahora cabría preguntarse y en ese sentido como nuestros antepasados denominaban las cosas. ¿Quién llegaría más lejos? Pues, quien toma riesgo. ¿Quién pudiera ser? Un valiente. Sí, por supuesto, porque se ha de ser arrojado y atrevido, más para quien emprende un viaje, aquel que anda por los inseguros caminos, quien camina por mil peligros, quien cruza inhóspitas montañas, quien emprende la marcha a pie o se atreve a lomos de un caballo, en una carreta, un navío. ¿Quién es? El emigrante, el refugiado, el peregrino, EL VIAJERO. Incluso, el explorador, el aventurero, el expedicionario, un NAVEGANTE. 2q

PER-

Raíz: “MÁS”.

éF

-EZ

Declinación: “DEL”, “DESDE”, “DE”

PRIMER VOCABLO: Se trata de la voz carpetana (cario) tomada del heleno frigio: 2q. En griego se escribe Περ “Per”. Esta raíz pre griega de περ “per” significa “MÁS”. SEGUNDO VOCABLO: Nuestros apellidos patronímicos como Pérez, son acrónimos, los conocemos escritos con letras de patrón latino porque adoptaron en su forma apariencia “románica” o “romance”. Pero verán de su gran importancia, porque y ahora volvemos a la desinencia tal como fue: éF, -ες (-ez), concordancia que significa “DEL”.

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ETIMOLOGÍA DE PÉREZ Ahora un poco más de lingüística, porque en griego antiguo es igual, solo que no decían “Peres” como heredaron los portugueses gracias a los lusitanos (Licios) o “Pérez” como heredaron los castellanos de los carpetanos (Cario) sino lo expresaban con πέρας “Péras” y ¿eso por qué? Miren, en El Bronce de Luzaga, tenemos un ejemplo asombroso y que lo muestra perfectamente, se trata del acrónimo número cinco: luYawí, es decir, el nombre de Λουτιακει. (Lutiakei), que es el nombre de una población celtíbera que se relaciona con la ciudad de Luzaga en Guadalajara. Así que rápidamente lo descompuse en Λου · τια · κει. Y sabemos que los Kar o Cario poblaron ciudades en toda Asia Menor, entre otras La Caria, Lydia y Lycia. Y sabía que en acento cario κει significa “ahí”, “desde” o “de”. El frigio de nuestros antepasados era distinto dialectalmente al griego clásico por su acento. Ellos escriben κει con /e/ y en griego escriben και con /a/. Queda patente, que esa peculiar resonancia de la sonoridad tan española con la /e/, está presente de modo prominente en nuestro idioma, y ahí tienen una más que probable explicación fonológica de su procedencia. Porque nuestros celtíberos hablaban griego con acento cario, y hoy es nuestro dejo, quise decir nuestro deje. Se trata de nuestra lengua. La lengua de nuestros antepasados era anterior al griego Milesio, así que luego a la raíz πέρ, los griegos añadieron otra partícula más para construir un adverbio y decir lo mismo: πέραν “Peran”, lo deletreo (per'-an), es decir: “al otro lado”. De ahí derivó otra palabra, luego muy popular internacionalmente: περάτης “Peratis”. Sí, sorprendente, “Pirata”, ¿les faltaría arrojo a los navegantes? Sospecho que no. En lengua ibérica PERO se expresa de este modo: 2qo. En grafía capital griega de la época frigia se caligrafía ΠΕΡΟ y en castellano, nosotros, lo decimos exactamente igual que se ha pronunciado desde hace miles de años, así: /PERO/. Sin embargo, al declinarlo para expresar que PEREZ desciende de PERO, obtenemos dos fonemas y sorpresivamente no se compone de dos sílabas, como se tiene por cierto; sino de dos monemas. Supone que nos encontramos ante dos claros lexemas, unidades mínimas dotadas de significación y articuladas en un acrónimo ibérico. Quisiera apuntarles algo más de sumo interés y que nos ilustrará todavía mejor sobre este asunto y lo hallé al descifrar los bronces de Botorrita, en concreto me refiero al ACRÓNIMO TRES del texto de la placa del Botorrita I. Saldríamos pronto de dudas si conseguía aclarar lo que expresaba este término: îpüHédcJ. Traducido al griego frigio ΠΕΡΚΥΝΕΤΑΚΑΜ. Bien, naturalmente se trataba de una oración en ibérico y que debería encontrar las palabras, y las encontré, se trataba de una extensa locución: ΠΕΡ · ΚΥ · ΝΕΤΑ · ΚΑΜ. Verán, la primera y que para ellos se trata de îp, es decir Περ᾽ “Per” y que, es la raíz pre griega en la cual estamos interesados, no fue fácil dar con ella, los carpetanos la escribían dialectalmente con otro signo distinto al que otros ibéricos presentaban en esta placa, dialectalmente eran distintos pero en cualquier caso es la entrada que ahora necesitamos para aclarar las cosas, del resto prescindiremos si me lo permiten, y no extraviarnos en un paradigma de otros asuntos que son interesantes también, pero que ahora mismo no nos ocupan. Pues bien, este vocablo îp, en griego frigio escrito ΠΕΡ y que más tarde en antiguo griego adoptará el aspecto de περ·άω “per-ao” y, que es un nombre singular femenino, también verbo y una preposición indeclinable de forma, que en su caso dativo es una raíz que, incluso, la encontraremos sin dificultad en los dialectos ático, dorio, eolio y también en contextos poéticos. Su significado es el que sigue: “MÁS ALLÁ”. ¡Perfecto! La lengua ibérica de los celtíberos es griega frigia y por tanto anterior a la griega helenística, donde nos es más fácil

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reconocer esa raíz de περ “per”, ya que en términos tales como la preposición περί, es decir "sobre todo"… podemos verla. Piensen en un perímetro, por poner un ejemplo. En un sentido figurado podríamos decir que la raíz περ “per” en concepto “va hasta el límite” o “más lejos de lo que se espera“. Por otro lado, περ será homóloga o cognate del término “ultra” en un todavía incipiente latín. También πέρ la veremos conectada directamente en el adverbio πέραν, etc.; lo que demuestra las numerosas palabras que en un posterior griego clásico nutrirá, incluso al mismo castellano. Cuando decimos percutir o re-per-cutir, la usamos y casi apenas sin pretenderlo. Tal vez, les sorprenda verla incluso en -Hi·per-mercado- porque la partícula “Hiper” se ha dado como si fuera un prefijo y no como producto de la suma de dos anteriores, como se debiera. Los ejemplos serían tan abundantes que detenerme a describir sus detalles no me permitiría avanzar en la exposición y reflexión de lo que mucho nos importa, el significado de las partículas en cuestión. Pero entonces, advertía asombrado y deducía que el nombre de la misma diosa Perséfone, es decir Περ·σε·φόνη y para que se entienda especificado “Per·se·fone” que también integra Περ, se trata a su vez de otro acrónimo o complejo sintagma, su traducción literal es: “Usted, la voz del más allá”. Así pues resulta que tenemos a /per/ y que dijimos significaba “más allá”, tenemos a /se/ que es “usted” y a /fone/ que de por sí se trata de un concepto relativo al “sonido”. Sí, efectivamente, lo conservamos, y universalmente, porque es una de esas palabras que traspasaron las barreras idiomáticas. ¿Pero podría el acrónimo ibérico referirse a la diosa Perséfone? No, porque Perséfone era la diosa reina del inframundo, y que estuvo en los infiernos y es griega. Y a pesar de que es una diosa importante, porque es nada menos que la hija de Zeus y de Deméter, y Homero ya nos habló de ella como de una diosa majestuosa de las profundidades, por lo que respecta a nuestros iberos y celtíberos ella no tenía nada que ver. Ellos adoraban a otra diosa, a la que mucho veneraban y con una gran devoción; la diosa LETO, también llamada LEDO, madre del dios Sol o como ellos le llamaban APULU y/o ELIO, porque ellos tenían un culto solar. En otro orden de cosas, cuando querían significar algo que va “más allá” usaban el vocablo “Per”. Por otro lado la partícula “-ez” literalmente en celtíbero, entre otros apelativos y acepciones quiere significar “legítimo” y podemos leerlo por primera vez en el texto de “El Bronce de Luzaga” en su acrónimo veintiuno: &wF, es decir Τεκες, “Tekez” (Sí, es el nombre que tuvo Anatolia en la antigüedad.) Así que aquí es donde leemos ya y por primera vez la significación “de”, “desde”, “del” o si mejor lo prefieren “hijo de” o “descendiente de”, pero nunca lo supimos y ni siquiera lo pudimos sospechar. Sin embargo esta es una palabra que sin ser conscientes de ello forma parte de nuestras propias vidas, de nuestro idioma, y también de tantos. Miren, Τεκ (Tec) significa “Joya” “Corona” “Diadema”. Es la palabra que da origen a nuestra actual “Tec-nología”. Y según Sophia Pavlakou: “Τέχνη” – αrt – es la antigua habilidad que en griego significa artificial, sobre todo en la elaboración del metal. La palabra se deriva, según el historiador Curtius, de la raíz Τεκ al igual que justamente el verbo τίκτω “dar a luz”, así como las palabras τόκος τέκνον “el que edifica” “la progenie” y τεύχω “a la fabricación”. Así pues, a nuestros antepasados y que tuvieron un origen procedente “de” o “hijos de Teke” (Asia Menor) pudo parecerles una nominación apropiada para una tierra que edificaron y que también dio a luz a su progenie. Esa progenie, esos hijos, terminaron por ser nuestros ancestrales abuelos y abuelas que trajeron y descargaron su inmensa cultura helena en las que hoy son nuestras tierras, y eso pude observarlo en el segundo acrónimo del citado bronce, porque aquel ignoto texto nos daba la clave en el siguiente nominativo: Cquo. Es decir Καρυο, y para que pueda entenderse “Cario”.

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LENGUA IBÉRICA Verán, muchos de quienes siguen mis investigaciones y, que aprovecho la ocasión desde estas páginas para saludarles muy afectuosamente, se preguntan por qué razón no hago mención a otros especialistas, ni siquiera para rechazar sus hipótesis o argumentar en contra. Pero ¿por qué debería hacerlo? En primer lugar, no soy quien para ponderar aquello que no propongo. Y en segundo lugar, desarrollé una fecunda metodología científica para la investigación a la cual denominé: La Teoría de los Acrónimos Ibéricos. Es clave para entender nuestro idioma, y su aplicación me permite explicar todo aquello que nadie hizo jamás; como se debiera, entiéndase. Porque si comprendes cómo funcionaba el antiguo idioma de nuestros antepasados, conocerás el funcional y actual que usamos nosotros. Una gran parte de las denominaciones en nuestro país y preexistentes en nuestro léxico se dieron en la edad de bronce sino con anterioridad; ya que nuestra lengua es milenaria, sin parecerlo. Dispongo de la mejor herramienta y lo he explicado, y claro, lo seguiré haciendo, tanto como sea necesario; porque percibo que se sigue sin entender cómo se denominaron las palabras, los lugares y las cosas en nuestro país y no solo, antes de que nosotros lo poblásemos, únicamente es método para hallar su verdadero origen y así demostrarlo. Así que para entender mejor todo esto, es imprescindible que sepan que el sábado 21 de abril de 2012 descifré la escritura ibérica tras transcribir el texto de “El bronce de Luzaga”. Para mi sorpresa, descubrí que las tesis y publicaciones que dieron validez a un supuesto origen y lengua celta o celtizada de los iberos y los celtíberos, tuvieron que hacerlas sin la necesaria comprobación. ¡Inaudito! Advertí que no eran auténticas transcripciones sino simplemente transliteraciones fonéticas sin significado alguno. Como ustedes saben, todo idioma se sustenta en una filosofía del lenguaje que explica su mundo y todos los mundos posibles, por ello es tan triste perder un lenguaje, porque un universo explicado se extingue con él, y pude comprender que aun parezca sorprendente la escritura de los iberos y los celtíberos se trataba de escritura helena construida con diversos alfabetos epichorikos, (de las otras regiones), es decir que cada comunidad lingüística usaba caracteres propios de su territorio y por esa razón los epigrafistas jamás pudieron encontrar coincidencias grafológicas en otro lugar que no fuera en ese territorio específico. Esa escritura, es anterior al alfabeto griego Milesio o de Mileto, sí, pero no obstante se trata de una misma lengua hablada. Y pude comprobar que para los celtíberos (los íberos septentrionales) se trataba de una lengua proto-griega, para ser más concreto en sus modos dialectales: frigio-lidio-dorio procedente de Asia Menor. En realidad, la lengua de los celtíberos y la lengua frigia es la misma lengua escrita de otro modo, con otros símbolos. Pero lo más sorprendente se lo diré a continuación: Nuestras palabras, las que usamos hoy, pude comprobar que son las que usaban ellos. Naturalmente no están escritas completadas tal como las conocemos hoy, por supuesto. ¡Ojo! otras sorpresivamente sí que lo están. También muchas se extraviaron en el tiempo, no son de uso corriente, y no obstante podemos encontrarlas todavía en el griego antiguo, incluso algunas en griego actual, lo cual no me digan que no es algo sensacional, ahora bien, actualmente, nosotros las conocemos escritas con ortografía de un patrón latino. ¡Sorprendente!

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ACRÓNIMOS IBÉRICOS Y es que nosotros, que teníamos una escritura antigua y anterior a la lengua griega, con la llegada del latín ganamos una nueva ortografía, pero en cambio perdimos nuestras pretéritas funciones del lenguaje. Sí, perdimos la función emotiva por otra. Perdimos la función conativa por otra. Perdimos la función poética por otra. Perdimos la función fática por otra. También la función metalingüística se vio afectada y, lo que es peor, perdimos toda la función referencial y para siempre por otro idioma que desde entonces se pretendió ab initio. Miren, los ACRÓNIMOS IBÉRICOS son las primarias frases de uso por los autóctonos (de facto) en la península ibérica y por asombroso que parezca hoy constituyen los morfemas, fonemas y lexemas del léxico del actual idioma castellano por ende español. ¿A que nos referimos con Acrónimos? En lingüística moderna un acrónimo, del griego ἄκρος, transliterado como akros “extremo” y ὄνομα transliterado como “onoma” significa NOMBRE. Pueden ser siglas que se pronuncian como una palabra pero también son vocablos formados al unir parte de dos o varias palabras. Este tipo de acrónimos es el tipo común de uso de la sintaxis íbera y celtíbera. ¿Y qué son los alfabetos epichorikos? Bien, será necesario esclarecer también de que se trata cuando hablamos de los alfabetos epichorikos: Son los distintos alfabetos y formas anteriores helenas a la adoptada finalmente en común y denominada Milesia o de Mileto para el idioma griego. En el caso de los caracteres ibéricos estos tienen sus orígenes en los alfabetos arcaicos locales procedentes de las islas y de la península de Asia Menor. Epichorikos vendría a significar “De las otras regiones”. Y a partir de comprender como habían sucedido las cosas pude argumentar la teoría de los acrónimos ibéricos. La elaboré a la vez que realizaba numerosos hallazgos y múltiples descubrimientos. La teoría de los Acrónimos Ibéricos o teoría de las frases ibéricas es la que explica la escritura y el idioma de los iberos y los celtiberos miles de años después de que se dejase de usar, y hoy para que nosotros podamos comprenderla, conocerla y estudiarla. Todas las ventajas de su interesante estudio y conocimiento pienso son más que evidentes y no será necesario que aquí las enumere. Otra cosa interesante de ver es que los acrónimos ibéricos se leen de izquierda a derecha al igual que hacemos en las oraciones del idioma español, a menos de que se trate de un palíndromo, claro está. Nuestros antepasados y llamados por el eminente geógrafo Estrabón con el nombre de carpetanos, hallé que el apelativo se trataba de un exónimo, es decir de una traducción. En realidad se trataba de Καρυο “Karyo” (Eran – Çeltikçi – por lo tanto, no eran celtas sino gálatas.) Miren, habrán escuchado en muchas ocasiones, si no la han exclamado ustedes mismos, la famosa interjección: Carpe Diem, es decir, “disfruta el día”. Está pronunciada en latín, pero su origen se encuentra en el griego: καρ·πός “karpós”, que es de donde se presupone deriva incluso el nombre de Καρυο y que significa fruto, solo que en este caso, es incluso el gentilicio empleado para un pueblo concreto que forma parte de los castellanos, llamados por aquellos entonces en las fuentes latinas clásicas: Carpetanos. Ellos fundaron la ciudad de Madrid que significa “Por el trayecto”, fundaron Toledo que significa “¡Oh! Ledo” en referencia a la diosa madre del Sol, también Valladolid que su acrónimo original fue “Bal·Ledo·Lid”, mencionando a la misma diosa y un largo etc., y son quienes nutrieron al castellano de sus palabras, quise decir frases, y que hoy son preexistentes en su extraordinario léxico.

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CONCLUSIONES

Verán, el latín es un portento de tipografía, es un idioma extraordinario, pero no es en absoluto el sustrato primordial de la lengua castellana. Pero es una palabra milenaria de uso anterior al griego y antes de que el idioma latín naciera siquiera. Es como lo decían nuestros antepasados iberos y celtíberos, y como hemos continuado diciendo nosotros y las generaciones de todos los tiempos en nuestro país, y luego allende de los mares. ¿Pero qué esperábamos? Sí, el celtíbero es nuestra lengua. Y es cierto, tienen razón: celtíbero y heleno son conceptos que no casan bien. Es por ello tan delicada y ardua mi tarea de corregir todo este enorme galimatías. En cualquier caso, del mismo modo, también especifico que no deberíamos confundir heleno y griego. Nuestros antepasados no eran griegos, fueron ELAZ y hablaban una arcaica lengua helena de la época frigia, y lo más sorprendente es que nosotros también sin conocimiento, cuando hablamos el idioma español. En realidad es sencillo, muy sencillo, sin embargo como de la actual base que se parte en la etimología española ésta anda profundamente descaminada, lo que se derive de ella, lógicamente, también lo estará. Así tenemos este término desubicado. Por supuesto, tengo la confianza de que “todo” será enmendado en el sentido que les apunto pero, hoy por hoy, nos encontramos frente a una teoría que se dio por cierta sin la debida comprobación: “La lengua madre del español es el latín.” Miren, se trata de un Axioma. Tropezamos ante un dogma, y las definiciones se ven afectadas y, lo que es peor, se han propagado en un desacierto de dimensiones colosales. Pues, derivando del latín lo indeclinable de forma, es decir términos no variables que son genuinos ibéricos, no se acredita más el origen de la lengua española sino, bien al contrario, se justifica la conjetura de un latín superior que da como consecuencia un subordinado origen del idioma castellano. Cuando en realidad son a la par, ambos, un futuro latín y un futurible castellano por ende español, bebieron de las mismas fuentes “pre griegas”, incluso en numerosas ocasiones de raíces distintas. Nuestra lengua ibérica es anterior a la griega, pero hoy la conocemos y desde tiempos escrita con otra ortografía, con las letras romanas. Que la lengua española viene del latín es una ilusión óptica. Ya que lo que el ojo ve la mente lo cree. A todas luces parece latín, pero... créanme, no lo es. Es puro ilusionismo. La vemos escrita con sus letras y entonces suponemos que fue razonada igualmente en latín, pero miren, fue pensada de otro modo. Fue construida en un idioma ibérico de origen anterior y muy heleno. Su lengua, la de nuestros antepasados, es concreta, coherente y lógica. Ellos, pronunciaban todo lo que escribían, igual que nosotros decimos que lo hacemos en la actualidad, y es que se trata de nuestra lengua. Y el apellido español PÉREZ su significado es el de: “EL VIAJERO” y/o “EL NAVEGANTE”. Se trata de un acrónimo ibérico. ¡Inimaginable! Enrique Cabrejas Iñesta En Barcelona, a 28 de Junio de 2015

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PÉREZ. Origen etimológico fijado por Enrique Cabrejas 1ª edición 2015 Theory the Iberian acronyms RPI: B-3851-14 ORCID: 0000-0002-5002-5850 © 2012 by Enrique Cabrejas Iñesta © 2012 Fuentes gráficas de Ibero Juan-José Marcos © Enrique Cabrejas Iñesta www.elonol.com/karuo www.enriquecabrejas.com https://twitter.com/EnriqueCabrejas https://enriquecabrejas.blogspot.com.es https://plus.google.com/+EnriqueCabrejas www.facebook.com/EnriqueCabrejasIniesta http://www.regenpalmer.com/estudios-linguisticos

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