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Domingo 18 de noviembre de 2012 Nº 78
Fitness a domicilio
Ivette Domínguez quiere ser como
Catherine Fulop Alejandra Raga
Con su cuerpo como gancho, creó Magdalena Gym Xpress donde ejercita a estrellas de la televisión. Ahora lanzará un video y promete que, al cumplir los 50, volverá a posar para Playboy
Cortesía 2 Venecas en Bogotá
P/24 y 25
2 Venecas en Bogotá
Pavo que no has de comer…
Se conocieron casualmente y ahora tienen un programa para venezolanos en la Web
Conozca cómo y por qué los estadounidenses celebran el día de Acción de Gracias en la mesa P/ 22
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Luisa Mariño y Adiala Salas Bellorín conquistan Bogotá
Cortometraje
Cómo destruí la casa Lucas García @LucasGarciaP
ue culpa de mi esposa. Y sí, es un truco, cada vez que pongo la torta y otro me pregunta, digo que fue culpa de mi esposa. Pero primero aclaremos unos puntos básicos: No soy bueno con las herramientas. Póngame un taladro en las manos y salgan corriendo. ¿Saben el del mono con la ametralladora? Yo soy el mono. No entiendo de eso que los españoles llaman bricolaje. Para mí una tubería del agua es más complicada que la teoría del bosón de Higgs. Mi esposa, por el contrario, es el hombre de la casa cuando se trata de esos menesteres. Le encanta pasearse por los pasillos de EPA. Una vez me pidió que le regalara una caladora como regalo de aniversario. Tú la ves discutiendo con el tipo que mezcla las pinturas en la ferretería y Miguel Ángel con la Sixtina no tiene vida. Pero, ay, mi orgullo es mi caída. Tres cosas se suceden simultáneamente para desencadenar el drama. A mi esposa le da un catarro, hay que colgar un chinchorro y hay una fuga en el tubo del lavamanos. Mi esposa me dice que llamemos al Sr. Manuel, un hombre que le hace arreglos a mi mamá desde años. Mi esposa insiste en que ni de vaina lo haga yo, que tengo como cuatro manos izquierdas. Y yo dejaría pasar esa puya pero no me preguntes qué pasa ese día, qué cuadratura astral o desequilibrio químico del cerebro me acontece.
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Aquí hay un hombre, me digo, y después pronuncio una de las frases más desgraciadas en la historia de los pueblos: –Tranquila, que yo arreglo eso. Cosa que tres horas más tarde sale completamente al revés. En casa no hay ni caja de herramientas, guardamos el taladro y unos destornilladores en una bolsa. Compro ramplugs de concreto para una pared de ladrillo, mechas que no cuadran y tres tipos de superpega. –¿Y para qué necesitas la superpega? –me pregunta mi señora. Casi se ahoga de la risa cuando le digo que es para lo del lavamanos. Luego recupera la sindéresis para suplicarme que por favor llame al Sr. Manuel. Yo me mantengo en mis trece. Mi seguridad tambalea cuando a medida que hago los huecos para las alcayatas veo caer secciones de pared y aquello va asemejándose a un muro después de unos fusilamientos. Luego surge una catarata tras darle con la llave al lavamanos. –El Sr. Manuel, mi vida, por el amor de Dios –suplica mi esposa. Cuando en el baño el nivel del agua llega hasta los tobillos y la alcayata de mis entrañas no aguanta la primera jalada y se viene con media pared, le digo a mi esposa que voy a comprar un alicate y llamo desde el estacionamiento. –¿Qué ha pasado, Lucas? –me dice el Sr. Manuel. -Fue culpa de mi esposa –balbuceo.
Directora: Toña Bethencourt Diseño: Pedro Rafael Pérez Q. Redactor: Boris D. Saavedra R. Colaboradores: Aline dos Reis, Esteban Pérez Ruiz, Oriana Rivas, Nadia Gonçalves, Leonardo Angulo, Omar Osorio Amoretti y Fabricio Rojas. Articulistas: Lucas García y Héctor Torres email:
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Cortesía 2 Venecas en Bogotá
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Las “venecas” que invaden las redes cachacas Con un exitoso programa en la Web, dos jóvenes comunicadoras caraqueñas dan cuenta de la movida venezolana en la capital colombiana Cristóbal Naranjo
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uisa Mariño camina presurosa por los pasillos de la Universidad Javeriana. Sus botas, abrigo y bufanda la protegen del frío y de la lluvia que empieza a dibujarse sobre el cielo siempre gris de la capital colombiana. Luisa cometió un error de cálculo. Sobreestimó la fluidez del tráfico bogotano y salió apenas 20 minutos antes de su primera clase en el posgrado de televisión. No contaba con que aún lejos de Caracas los colones o trancones la perseguirían. Llega muy tarde e ignora que desde ese mismo día una serie de felices coincidencias atenuarían la inquietante incertidumbre de vivir lejos de casa. Unos pocos meses atrás, la joven de 24 años se había graduado de comunicadora social en la Universidad Santa María y luego de trabajar como redactora en el noticiero de Televén y de regentar una tienda de zarcillos decidió irse del país para cursar una especialización. La escogencia de la ciudad no fue complicada. Su familia paterna es colombiana y de pequeña solía irse de paseo a comprar ropa en Cúcuta. En Bogotá, una amiga de su madre
la recibe y le da hospedaje. No obstante, ese primer día de clases toda su ruta de vuelo en el país vecino cambia al enterarse durante un break que una de sus compañeras es venezolana. "Eso fue una cosa puesta por el destino, los ángeles y quién sabe quién. Nosotras no nos conocíamos en Caracas. Yo nunca la había visto. Vivíamos en distintas zonas de la ciudad y no teníamos el mismo grupo de amigos", señala Luisa al recordar ese encuentro fortuito que en poco tiempo daría paso a una gran amistad. La otra venezolana del salón resultó ser Adiala Salas Bellorín. Una espigada rubia de 26 años egresada de la Universidad Católica Andrés Bello que se decantó por una especialidad en Colombia por razones económicas y de cercanía con su familia. Al igual que Mariño, "Adi" –como la llaman sus amigos– había trabajado en televisión, como productora en RCTV y Globovisión, y además le interesaba alquilar un apartamento, pues vivía en una residencia estudiantil. Luego de un tiempo de búsqueda, las dos periodistas consiguen un apartamento en Chapinero –al nororiente
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De vestidos y crispetas Recién llegada a Bogotá, Adi conversaba un día con un compañero de clases y este le comentó que en la noche tenía una fiesta y se iba a poner un vestido. La rubia se río ante la “ocurrencia”, pero al ver que el chico seguía muy serio, cayó en cuenta de que en Bogotá al traje de caballeros se le dice vestido. Una situación similar vivió Luisa cuando fue al cine. “Tú llegas al cine y no te van a entender nunca porque es una boleta para entrar al cine y pides crispetas con gaseosa y un chocolate es una chocolatina. Son detalles muy pequeños, pero que cambian los significados. Tú pides unas cotufas y es como si les desprogramaras el sistema”. Esas dificultades de comunicación propiciaron la sección favorita del programa: el diccionario venecolombiano, que informa a los viajeros los términos del castellano neogranadino.
Ubíquelas Youtube: www.youtube.com/2venecasenbogota
Twitter: @2venecasB
Facebook: www.facebook.com/2VenecasenBogota
Blog: http://2venecasenbogota.blogspot.com
de la ciudad– y se mudan juntas. Entre clases, salidas y la convivencia diaria, las circunstancias y las ganas de surgir en territorio neogranadino las hacen idear un original proyecto a través de las redes sociales que, en un principio, daría cuenta de los emprendimientos venezolanos en la llamada “Atenas suramericana”.
Nacen las “venecas” La espontaneidad y simpatía de Luisa y Adiala no tardaron en llamar la atención de sus compañeros de clases. Y como no se separaban en la universidad, el grupo las bautizó como las "venecas", término que en el pasado escondía ciertos tintes peyorativos. El reverso del "caliche" con el que se tildaba a los vecinos de La Guajira para acá. "A nosotras siempre nos han dicho así, pero con mucho cariño. En ningún momento nos han maltratado con eso. Fue un término despectivo hace muchos años. Creo que también hay que entender a los colombianos. En Venezuela no los tratábamos muy bien y es un poco de pagar moneda con moneda. Yo entiendo eso, pero aquí jamás nos han tratado mal", aclara
Bellorín. Ese término polémico, pero a la vez llamativo, luego serviría de gancho para darle vida a 2 Venecas en Bogotá, un programa en la Web que nació en febrero de este año con las primarias de la oposición venezolana. "El día de las elecciones decidimos hacer un reportaje sobre las votaciones y en la noche nos preguntamos por qué no sacar un programa de los venezolanos en Bogotá en lugar de esperar que nos llamen de algún canal", recuerda Adiala. Sin tener muy claro el concepto, las comunicadoras se valen de Twitter, Facebook y abren un blog donde exponen los contenidos que producen. Las primeras ediciones se ven muy precarias: las grabaciones se hacían con la cámara fotográfica de Luisa. No obstante, la idea de informar sobre las actividades, locales y eventos de los empresarios venezolanos en la capital colombiana tiene una gran receptividad y eso las obliga a mejorar la calidad de cada episodio.
De Kassandra a Richard Páez En abril, las dos jóvenes concluyeron la especialización y ante la inseguridad y la difícil situación económica de Ve-
nezuela decidieron permanecer en Bogotá, donde han hecho amistades e inclusive consiguieron pareja. Sin embargo, como a cualquier extranjero, se les ha hecho difícil encontrar un nicho en los competidos medios de comunicación colombianos. “Al ver que era complicado entrar allí, decidimos crear nuestro propio medio y eso es lo que hacemos con 2 Venecas", apunta Luisa. Ese medio ha crecido tanto que ya dispone de varias cámaras y micrófonos, lo que repercute en la calidad de la producción. Los contenidos también han evolucionado. "En la actualidad, 2 Venecas en Bogotá es algo más de entretenimiento. Vamos de rumba, comemos, hacemos entrevistas y hoy en día es un espacio mucho más variado", indica Mariño, quien cumplió un sueño de la infancia al entrevistar a la ex protagonista de su novela favorita, Kassandra, la actriz Coraima Torres. El actor colombiano Nicolás Montero, el entrenador Richard Páez y Los Amigos Invisibles también han pasado por el programa, que además grabó un especial desde Caracas con Erika De La Vega y Luis Chataing.
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Ciudad taquicardia
El vengador Héctor Torres @Hectorres
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una amiga que hizo un trabajo que duró todo el día, le hicieron firmar el respectivo contrato (groseramente desventajoso para ella) al anochecer de la larga jornada. Tómalo o déjalo. Otra chica trabaja en una tienda de zapatos. Cuando le pregunto por qué debe coletear y limpiar baños si su cargo es de vendedora, me dice resignada que eso es lo de menos: cuando el dueño llega le debe comprar el desayuno e ir al banco a hacer pagos y depósitos. Y sin “por favor”. Otro muchacho tiró la toalla, a la semana, en un cine de un centro comercial del sureste de Caracas, harto de la soberbia grosería de los clientes (sobre todo jóvenes que iban con las novias). Además, nunca le dijeron que el cargo incluía “pisar basura”. Esto es, montarse sobre los containers de desechos para compactarlos como si fuese un tradicional pisado de uvas al final de la vendimia, pero con restos de comida. No soportan que los contradigan. Siempre tienen la razón. Son despóticos y desconfiados. Son tantos los cuentos de jefes, de dueños, que se puede concluir que, lejos de ser hechos aislados, representan un porcentaje tan significativo que puede ser considerado un rasgo cultural que no distingue, por cierto, profesiones ni rubros. Los “tiranitos” han crecido como hongos en nuestro país, estimulados por la ausencia de instituciones a las que se pueda acudir. Y el asunto es de vieja data. Ahora, cuando una sociedad acumula injusticia y abuso (“aplique” y “malandreo” en argot criollo) y ya no confía en las instituciones ¿qué podría devolverle la esperanza? *** Voy en Metro hacia la avenida Sucre. Al emerger el tren en Caño Amarillo, al ver viejos y modestí-
D simos edificios y casitas con fotos de Chávez en las ventanas más humildes, aparece la respuesta a mi pregunta anterior: la figura mítica de “El Vengador”. Ellos no saben de economía, pero sospechan que, estando tan lejos de cualquier posibilidad de ascenso, sus vidas nunca van a mejorar mucho bajo ningún gobierno. Sin embargo, han ido acumulado expedientes, historias, cuentos de su relación con el jefe, con el dueño de la tienda donde trabajan, con la señora en la casa donde limpian… en una palabra: con el “Poder”. Así habrán sido de déspotas, de abusadores e injustos los ricos y los poderosos (sea cual sea la persona que ellos engloben bajo esas figuras), que su gran consuelo es saber que el Vengador está ahí y en cualquier momento podrá acordarse de ellos. Será inepto y arbitrario, pero el hambre, los huecos en la vía, la inseguridad y la basura siempre estuvieron en sus vidas. De hecho, son noticias porque ahora también lo padecen los demás. La grosería, el maltrato, la displicencia y el abuso son formas de violencia. La ausencia de mecanismos para hacerle frente con cierta probabilidad de conseguir justicia, genera frustración. ¿Que nada ha cambiado demasiado? Es cierto. Pero, en sus fantasías, ahora el que manda es uno de “los suyos”, y en algún momento volteará la mirada hacia sus problemas. Por eso le disculpan todo. Por eso le achacan las fallas a terceros. Lo necesitan incólume. No soluciona ningún problema (ya ni eso esperan), pero les vende la reconfortante idea de que no volverán a agachar la cabeza. Algo que, por su naturaleza, no puede desmontarse con números ni razones lógicas. Acaso recuperar el genuino respeto por el otro ayude en algo.
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Saberes
@diaD_diario2001
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“Cuéntame tu sueño” atiende a niños con cáncer
Ecos de lectura
Cumplir los deseos ayuda
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sanos sin historia de cáncer”, describen las ahora psicólogas. El trabajo consistió en una evaluación de cada grupo de infantes donde se tomaron en cuenta las variables de sexo, edad y nivel socioeconómico.“Se utilizó una investigación cuasi-experimental con un diseño apareado de tres grupos pretest-postest-seguimiento, con la técnica de control del apareo”, puntualizan las autoras. “La investigación se encuadra dentro de la Psicología de la Salud, debido a que trata del estudio de una muestra clínica infantil, y busca delimitar el efecto de situaciones externas y ambientales en la situación psicológica: depresión, ansiedad, autoestima y autoconcepto, y hematológica: leucocitos, plaquetas y hemoglobina, de los niños, y si el proporcionar apoyo a nivel psíquico influye en lo físico, cuando se pa-
Cortesía de www.sdespierto.org
dece de una enfermedad crónica como el cáncer”, describen.
Sí ayuda Llevar el sueño de los niños a la realidad coopera con los tratamientos. Según las psicólogas, los resultados fueron favorables. “Los niños con cáncer luego de la aplicación del tratamiento presentan menos depresión y ansiedad y mayor autoestima y autoconcepto que en la medida previa al tratamiento”, dicen. Sin embargo, con las variables físicas, la historia es otra. “Por el contrario en las variables hematológicas no se encontró ningún efecto del programa recreacional”, aseguran. “Del mismo modo se encontró que los niños con cáncer solo presentan mayor depresión que los niños sanos, pero en las demás variables psicológicas los niveles no se diferencian significativamente”, pun-
tualizan. “El estudio demostró que el programa recreacional produce un efecto benéfico en los niños con cáncer a nivel psicológico, esto implica que posterior al tratamiento presentan un mayor bienestar psicológico, pese a la condición de enfermedad”, destacan.
Solo sonrisas Los resultados en el papel pasan a un segundo plano. Hay acciones que valen más que los números: “Nuestro mejor testimonio son todas las sonrisas que nos llevamos de cada niño que ha sido beneficiado de una u otra manera con el programa ‘Cuéntame tu sueño’. Las palabras de cada niño son el motor principal para continuar esta investigación en futuras áreas de especialización donde seguiremos profundizando en el tema”.
Ficha técnica
Autores: Samira Alexandra Araiz Pernía Elizabeth Dos Santos Moreira Extensión: 236 páginas Tipo de Investigación: Psicología de la Salud Calificación: 20 puntos
Tutor: Dr. Gustavo Peña Torbay
Sobre las autoras
Jurado: Lic. Sandra Bear Lic. María Carolina Berrios
Samira Araiz tiene 24 años de edad. Actualmente trabaja en Panamá en el departamento de Recursos Humanos de Save The Children International para América Latina y el Caribe. Elizabeth Dos Santos también tiene 24 años de edad.
Título Obtenido: Licenciadas en Psicología Institución Académica: Universidad Católica Andrés Bello Fecha: Julio 2012
Cortesía de las tesistas
Título: Efecto de un programa recreacional sobre variables psicológicas y hematológicas de niños con cáncer
Omar Osorio Amoretti @osorioamoretti
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Dos estudiantes de Psicología midieron en su tesis si un programa recreacional mitiga las consecuencias psicológicas y físicas de los pequeños con enfermedades terminales
ualquier ayuda que pueda aliviar el dolor y la tristeza que causa una enfermedad como el cáncer, es bienvenida. Sobre todo si es un niño quien padece este terrible mal. “Cuéntame tu sueño” es una programa recreacional de la asociación Soñar despierto. Consiste en cumplir el sueño de niños con enfermedades terminales. Samira Araiz y Elizabeth Dos Santos, estudiantes de Psicología de la Universidad Católica Andrés Bello, desarrollaron una investigación donde se midieron los efectos –psicológicos y físicos– del programa “Cuéntame tu sueño” en niños entre 7 y 10 años de edad. “La muestra estuvo conformada por un total de quince niños. Cinco niños con cáncer que participaron en el programa recreacional, cinco niños con cáncer que no participaron en el programa, y cinco niños
Percepción abierta
Si deseas postular tu tesis, escríbenos a
[email protected]
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levaba tiempo sin leer las noticias y esta me llegó mientras conversaba con la profesora Alma Clara Añez. “Oropeza ganó el Premio de la Crítica de Novela”, me dijo. Había sido miembro del jurado con Ángel Gustavo Infante y Carlos Pacheco y hacía días que el veredicto rodaba por los diarios y blogs de literatura. ¿Qué es lo que más te gustó de la obra?, le pregunté. Su carácter metaficcional, me contestó. Quedé extrañado. La verdad es que esperaba un juicio tradicional, alguna observación sobre los personajes o la textura del lenguaje. Nunca imaginé que diría esas palabras tan atípicas, precisamente en un momento donde predomina una narrativa mucho más clásica a nivel estructural. Luego de su lectura, es obvio que Las puertas ocultas (2011) participa de aquella autorreferencialidad tan conocida en las escuelas de Letras. Podrá parecer algo complejo pero, al momento de leerse, el fenómeno se percibe con claridad: se trata de un proyecto estético en el cual la ficción en sí misma es protagonista de la ficción narrada, lo que en términos más simples significa que estamos ante una novela de la novela. Esto le sirve a José Napoleón Oropeza (1950) para entrelazar, como bien dice el veredicto del jurado, la pasión literaria con la intriga política. Y es que Oropeza se estrena como narrador en la década de los setenta, donde se propició el juego formal y la experimentación de las voces narrativas. Fiel a ese modo de escribir, lo mantiene en esta historia donde vuelve a aparecer la figura de“Eduardo”, en una suerte de saga (ya presente en Las redes de siempre, 1976) donde conocemos otra etapa de su vida, así como un nuevo orden de los componentes literarios. Sin embargo, no solo lo lúdico es importante. Hay otra cosa tan interesante, o más interesante, que esta arquitectura autorreflexiva, pues sobre todo Las puertas ocultas constituye temáticamente un caso excepcional donde la literatura nacional explora el tema de la cubanidad, una cubanidad representada no como un objeto exótico y aislado del lector venezolano, sino todo lo contrario: como una realidad afín, cónsona y análoga en cierta manera con nuestros tiempos. De esta manera, aunque superficialmente, casi todo en la novela es foráneo, este último título de Oropeza tiene, como en sus trabajos anteriores, la mirada puesta en los lectores de su país.
Pie de página Las puertas ocultas, Título José Napoleón Oropeza, Autor Bid and co, 2011
Gastronomía Popular
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El día de Acción de Gracias, el pavo es rey
La gran comilona gringa El próximo jueves −el cuarto de noviembre− en Estados Unidos celebran con pavo y pastel el día de Acción de Gracias. El festín es vasto y familiar. Además de todas las calorías, el día siguiente pueden ahorrarse algo de dinero
“H
ay una mesa muy grande. Toda la familia está allí: abuelos, padres, hermanos, tíos, primos… todos. En la mesa no hay más espacio para colocar otro plato, está repleta. El pavo con su salsa de arándanos, puré de papas y nabos, el pastel de calabaza… mucha comida. Es un día de celebración muy especial para todos los norteamericanos”, dice Jehan Jones-Radgowski, directora adjunta de prensa de la embajada de Estados Unidos en Venezuela. El día de Acción de Gracias es una celebración con orígenes antiquísimos. A mediados del siglo XV los peregrinos –colonos británicos– traen su tradición de celebrar las cosechas y la buenaventura. Sin embargo, las nuevas condiciones de vida fueron duras para estos nuevos inquilinos de esa tierra vasta. Algunos murieron de hambre. Los nativos americanos les enseñaron a cazar, también les mostraron las semillas del lugar y cómo plantarlas. Esta historia comenzó en Boston, Massachusetts. La celebración conmemora la cooperación entre las dos culturas por la supervivencia, la unidad y la gratitud por todas las bendiciones. Por medio de un decreto federal en 1941, el día de Acción de Gracias es el cuarto jueves de cada noviembre en toda la Unión americana.
Día de unidad Para los estadounidenses es una fecha libre de trabajo y escuela. “Luego de los hechos de 11 de septiembre, el presidente Bush, decretó que el viernes siguiente también
fuera parte de la celebración”, dice Jones. “Es la gran reunión americana. Por ejemplo, toda mi familia se reúne en mi casa. Incluso los que viven muy lejos. Es una celebración que tiene que ver con la familia, con la unidad. En mi caso, tenemos la tradición de que cada uno de mis familiares se levanta y dice porqué da gracias. Es un gran día”. Jones tiene un poco más de un año en Venezuela y gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación –como Skype– puede estar en contacto con su familia ese día. “A través de Internet puedo ver cómo ordenan la mesa ese día. Saludo a todos”.
A las tiendas Después del día de Acción de Gracias es el inicio de la temporada de compras navideñas. “La gente se vuelve loca. Hay tiendas que colocan ofertas que duran las primeras cuatro horas que abren. Son precios muy buenos. Desde ropa hasta televisores. Por ejemplo, ofrecen cuatro televisores por el precio de uno. Es una locura”, dice Jones. Ese día se conoce popularmente en Estados Unidos como Black Friday(viernes negro).
Jorge Santos
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Día de juegos
pavo. Un año, mi papá me dejó hacerlo, pero lo hice todo mal. La carne del pavo es muy seca, hay que tener mucha fuerza para hacerlo bien”, recuerda. “Es un honor que te dejen hacerlo. Tradicionalmente, el jefe de la familia, el más viejo, es el elegido”, señala.
A pesar de que muchas familias tienen la tendencia de relacionar ese día con un motivo religioso, en su origen, no lo es. “Puedes ser musulmán, católico o judío, todos celebran el día. Algunos hacen una oración, pero no es una celebración religiosa”, aclara. “Los que más disfrutan el día de Acción de Gracias son los niños, no tienen escuela. Por lo general, las mujeres están todo el día en la cocina. La preparación de los platos es muy larga y complicada. En muchas zonas de Estados Unidos la temperatura es muy buena para que los niños jueguen en los jardines y las calles. Los hombre de la familia, algunos están en la cocina ayudando con los preparativos y otros están viendo el tradicional juego de fútbol americano que nunca falta ese día”, describe Jones.
La gran comilona
Un honor Parte de la tradición es cortar el pavo. “No es nada fácil cortar un
Archivo
Boris Saavedra
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“Día para comer”, dice Jones. “Te sirven una gran porción de pavo, con salsa. Luego la torta. Por más que comemos, siempre quedan sobras. ¡Así no tengas ganas, todavía hay más! Mínimo duramos una semana comiendo pavo”, Jones sonríe. Ella es del sur de Virginia, en Estados Unidos. “Como en la zona donde crecí estaban los campos de batalla de la Guerra Civil, hay grandes terrenos planos. Luego de la gran comida, salimos a caminar todos. Es necesario”. Después del gran gusto es mejor no pensar en las calorías. Un pavo puede costar entre cuarenta y ochenta dólares. “Son gigan-
tes. En algunos lugares, por ejemplo en Virginia, es sencillo conseguir pavo, de modo que no es tan costoso. Pero en Hawái, el precio es el doble porque no es usual criar ese animal allá. Transportarlo y procesarlo es costoso y complicado en esos lugares”, menciona Jones. Ella calcula que una cena de Acción de Gracias para cuatro personas puede costar entre cien y ciento cincuenta dólares. “Este es un día en que se da gracias por todo lo que hemos recibido. Muchos hacen voluntariado”. Jones hace énfasis en todas las actividades de beneficencia en la víspera del día de Acción de Gracias. “Hay varios maratones y otros actos, el dinero que se recauda se destina a las familias que no tienen hogar. También parte de ese dinero va a los lugares que sirven comidas especiales a las personas que no pueden pagar una”. El día de Acción de Gracias es sinónimo de comida y buena voluntad.
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Apuntes
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Baywatch
Según el Libro Guinness de los Récords, es la serie de televisión más vista de todos los tiempos, con una media de 1.100 millones de espectadores. Los esculturales socorristas de la playa de Santa Mónica en California deleitaron a la audiencia con Pamela Anderson a la cabeza. Se transmitió entre 1989 y 2001.
sobre
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¡Combate! En los años 60 los soldados estadounidenses enfrentaron dos guerras: Vietnam, en la vida real, y la del “sargento Chip Sanders”, en la tele. En Combat!, las acciones bélicas discurrían todavía en la II Guerra Mundial y los “enemigos” seguían siendo alemanes. La serie duró cinco años.
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Bonanza. La lucha por la justicia de un hombre honesto y trabajador, al lado de su familia, los Cartwright, inspiró uno de los programas más vistos de los 60. Del género western, transcurría en el rancho “Bonanza”.
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Lost. La historia de los sobrevivientes del vuelo 815 de Oceanic, siniestrado en una misteriosa isla del Pacífico, atrapó un promedio de 14 millones de personas por capítulo. Se transmitieron 121 y duró seis años entre 2004 y 2010.
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Friends. Diez temporadas (1994-2004) pasaron Rachel, Ross, Chandler, Joey, Mónica y Phoebe en pantalla. Seis amigos neoyorkinos que hicieron de las suyas con la sintonía planetaria, interpretados por Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, Matt LeBlanc, Matthew Perry y David Schwimmer.
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Dr. House. Solo en 2008, 82 millones de personas vieron House M.D. en 66 países. La historia de un médico cojo, farmacodependiente y adicto a infligir dolor fue seguida durante ocho temporadas en todo el mundo. El británico Hugh Laurie fue su intérprete.
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Los Soprano. El actor James Gandolfini, como el mafioso Tony Soprano, lideró una trama de 86 capítulos que obtuvo 21 premios Emmy y 5 Globos de Oro. Fue el primer éxito serial del canal HBO y se transmitió desde 1999 hasta 2007.
Smallville
Cuando se creía haberlo visto todo sobre Superman, una serie dedicada a la vida del joven Clark Kent en la localidad de Smallville, alcanzó un promedio de 4.47 millones de espectadores por episodio. Duró 10 años en pantalla entre 2001 y 2011.
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Moonlighting. Antes de volverse Duro de matar, Bruce Willis fue un atractivo detective privado que junto a su socia, Cybill Shepherd, regentaba la agencia “Luna azul”. En los años 80, la serie se hizo famosa por sus diálogos agudos y la tensión sexual reprimida entre los dos protagonistas.
Llevaba por nombre el apellido de Jerry Seinfeld, el comediante que la creó e interpretó, y se considera el programa de humor más inteligente producido para la TV estadounidense. Estuvo en el aire de 1989 a 1998 y su protagonista entró a los récords Guinness al rechazar 5 millones de dólares por capítulo para continuarla.
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El fugitivo. Récord de 72 puntos de rating implantó en EEUU el último capítulo de la serie con David Janssen como el “doctor Richard Kimble”. Un médico injustamente acusado del crimen de su esposa, se fuga en busca del culpable y es perseguido implacablemente. La serie se transmitió entre 1963 y 1969.
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La caldera del diablo. Peyton Place –nombre original de la serie– era un apacible pueblo estadounidense estremecido por las pasiones desenfrenadas de sus habitantes. Mia Farrow y Ryan O´Neal tenían roles estelares en los 514 episodios que se emitieron desde 1964 a 1969. Todos en blanco y negro.
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Kung Fu. Entre 1972 y 1975 la vida un monje shaolín experto en artes marciales lanzó a la fama a David Carradine, el Bill de la película Kill Bill, de Quentin Tarantino. Kung Fu tuvo después un remake dirigido por el propio Carradine, quien murió en 2009 asfixiado en un hotel de Tailandia.
Dinastía. El boom petrolero de los años 80 que inspiró a Dallas también le alcanzó a esta serie sobre la “poderosa familia Carrington” (1981-1989). Más que por valores de producción, Dinastía es recordada por el papel de Joan Collins, la perversa y sexi “Alexis Carrington”.
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Antena, cable o satélite da lo mismo. La tele hay que verla. El miércoles es el Día Mundial de la Televisión y lo conmemoramos con 20 series que atraparon al mundo frente a la pantalla
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Prison break. Historia de pranes y enredos en un penal estadounidense que se alzó con muchos Emmy y Globo de Oro, pero no superó la cuarta temporada. Terminó en 2009 aunque sigue reinando entre adictos de quemaítos.
Raíces. En solo 10 capítulos la historia del esclavo Kunta Kinte y su lucha para recuperar la dignidad de la raza africana en Norteamérica atrapó a los televidentes en EEUU en 1977. La cadena ABC la puso en el aire y ganó nueve de 37 nominaciones a los Emmy.
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Juego de tronos. Dos temporadas al aire y HBO se anota otro éxito. La trama es pura fantasía sobre violentas luchas dinásticas entre varias familias nobles por el control del“Trono de Hierro”de un continente. Alfie Allen y Peter Dinklage actúan en roles estelares.
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Perdidos en el espacio. Cansado de ser “el Zorro”, Guy Williams sorprendió como el científico profesor John Robinson que se lanza al espacio con su familia en busca de un planeta habitable. La serie se transmitió entre 1963 y 1968, en plena carrera espacial.
Dallas. La historia sobre el malvado “J.R.” es la madre de todas las series. Duró 13 temporadas entre 1978 y 1991 y sus 356 episodios entrelazaban los cuentos de los Ewing, una familia multimillonaria, poderosa y muy influyente de Texas, dedicada al negocio petrolero.
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Homeland. Con más de 2 millones de espectadores por episodio, la serie del momento narra la historia de Carrie, una agente de la CIA que sospecha influencias de Al Qaeda en el heroico marine, Brody, a su regreso de Irak. Ganó seis premios Emmy y apenas va por la segunda temporada. ¡No deje de verla!
