Pensar la globalización más allá de los esencialismos, la tarea de los estudios ambientales y rurales

Share Embed


Descripción

Pensar la globalización más allá de los esencialismos, la tarea de los estudios ambientales y rurales Martín Bermúdez-Urdaneta* Sebastián Restrepo-Calle**

Nuestra perspectiva sobre la Colombia rural y la globalización surge de las clases, investigaciones y conversaciones que tenemos en la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales de la Universidad, donde trabajamos desde la interdisciplinariedad, con análisis sistémicos y complejos, y dialogamos con espíritu crítico y propositivo sobre los retos del campo colombiano.

La globalización un punto de partida y no de llegada La globalización, vista desde el territorio, luce como un fenómeno totalizante y expansivo que condiciona realidades y devenires locales. Se asocia, fundamentalmente, con la adopción de referentes hegemónicos desde los cuales se transforma y simplifica la diversidad del mundo. En el ámbito de los estudios ambientales y rurales, en particular, a este fenómeno se le atribuyen vastas transformaciones sociales y ecológicas que se asocian con el surgimiento de conflictos socioambientales alrededor del acceso y el uso de recursos importantes para el bienestar humano. El comercio internacional, que ha impulsado y se ha beneficiado de la globalización, ha abierto rutas para que las demandas y necesidades de una población mundial creciente y acaudalada lleguen a numerosas y distantes localidades. Creemos que para vislumbrar algunos rasgos de su relación terrenal con las realidades ambientales y rurales se logra una mejor perspectiva al distinguir diferentes escalas y ritmos a los que la globalización impacta comunidades, paisajes y ecosistemas.

1. pobreza

* Economista, Magíster en Economía Ambiental y en Estudios del Desarrollo. Profesor de Economía Ecológica, Facultad de Estudios Ambientales y Rurales, Pontificia Universidad Javeriana. Contacto: [email protected] ** Profesor de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales de la Pontificia Universidad Javeriana. Contacto: [email protected]

54 Javeriana revista

Fotografías de www.un.org 17 objetivos de desarrollo sostenible para transformar nuestro mundo

2. cero hambre

Más allá del asombro y la preocupación que puede generar el hecho de sabernos en un proceso de drástica transformación social y ecológica están, al menos, dos grandes interrogantes: ¿de qué manera los estudios ambientales y rurales se sitúan en esta compleja realidad?, y así, ¿cuáles serían los mensajes clave desde los cuales los estudios ambientales y rurales harían un aporte a la configuración de territorialidades en las que convivan el bienestar social y la salud ecosistémica? Estamos seguros de que en la respuesta a las dos preguntas está implícito un ejercicio necesario de construcción de consensos sociales y refrendación de éticas colectivas respecto al reconocimiento de la diversidad como fundamento transformador de lógicas únicas y visiones paradigmáticas del desarrollo. En una escala global los conflictos socioambientales aparecen donde los proyectos económicos de unos alteran los territorios y medios de vida de otros, redistribuyendo inequitativamente los costos y beneficios medioambientales. Cuando se reflexiona sobre la globalización desde un país como Colombia, la perspectiva de la economía política ayuda a distinguir dinámicas geopolíticas, históricas y de comercio internacional que tienden inercialmente a determinar resultados diferenciados entre naciones más y menos desarrolladas. Estas dinámicas están representadas en alianzas y disputas entre países y bloques, en patrones de especialización e innovación productiva de economías nacionales y regionales, y en aprovechamiento o desperdicio de capacidades humanas y dotaciones naturales.

3. salud y bienestar

4. educacion de calidad

Sin embargo, la inercia mencionada en las tendencias de desarrollo de cada sociedad, hacen más difícil discernir los cambios incrementales que algunos países logran hacer en sus particulares historias, como también las ventajas que los países más desarrollados siguen disfrutando y ampliando. En este sentido, una economía política del medio ambiente y su perspectiva diferencial nos invitan siempre a hacernos tres preguntas fundamentales cuando queremos estudiar una situación de redistribución de costos y ganancias en el uso y conservación de los recursos naturales: quién gana con el cambio bajo estudio, quién pierde, y por qué se logran esas redistribuciones inequitativas. El carácter cosmopolita e integrador de la globalización tiende a privilegiar una escala donde las tendencias y los resultados agregados y promediados ocultan situaciones particulares y extremos locales, que si bien pueden enfrentarse desde escalas nacionales o regionales, siguen marginalizando temas ambientales y rurales. Es así como la globalización se asocia a comercio internacional, a urbanización, o a nuevas tecnologías de comunicación e información, entre otras.

5. igualdad de género

Consecuentemente, si se examinan a escalas nacionales, regionales y locales elementos como las cadenas de agregación de valor, las conectividades territoriales entre áreas y poblaciones urbanas con sistemas de producción rural, las estrategias de uso y conservación de recursos naturales y biodiversidad, o el distanciamiento y divergencia comuFotografías de www.un.org 17 objetivos de desarrollo sostenible para transformar nuestro mundo

55

6. Agua limpia y saneamiento Javeriana revista

nicacional/informática, los temas, problemas y propuestas ambientales y rurales recobran importancia, tanto desde su accionar local, sus retos y dificultades nacionales y regionales, y su componente de concientización global.

7. Energía asequible

8. Crecimiento económico

9. Infraestructura

56

Fotografías de www.un.org 17 objetivos de desarrollo sostenible para transformar nuestro mundo

10. Reducir la desigualdad Javeriana revista

De ahí el afortunado lema reflexivo de “pensar globalmente, actuar localmente”. Cuya invitación es a no considerar a la globalización como un fenómeno totalizante y avasallador, sino como una escala de conciencia para inspirar las decisiones y acciones que las sociedades y sus habitantes deben tomar, y que numerosísimas comunidades locales en el mundo han tomado y defendido históricamente. Más que poderes irrefrenables de una globalización totalizante, hay un continuo de escalas en que dinámicas tanto a favor como en contra de la globalización determinan diferenciados impactos en los entornos locales. Aunque la globalización supone homogeneidad y simplificación, no necesariamente las maneras en las que ocurre pueden generalizarse. Procesos en diversas escalas y de diferentes magnitudes subyacen a sus expresiones territoriales. En consecuencia, no hay solo realidades locales y globales interactuando: hay gradientes, influencias, niveles de organización, referentes discursivos y formas de relacionamiento entre diferentes actores sociales. Por lo tanto, las transformaciones ambientales y rurales se convierten en un fenómeno sumamente complejo y rico en el cual las racionalidades dominantes se encuentran con modelos y formas locales de producción y uso de la naturaleza. Así, el mapa del mundo no es uno solo; hablamos más bien de mosaicos sumamente dinámicos de realidad en las que las formas de apropiación de la naturaleza se representan en diferentes decisiones que moldean la realidad ambiental y rural del territorio. En consecuencia, pensar los estudios ambientales y rurales en el contexto de las tendencias globales de transformación necesariamente implica entender el fenómeno de la globalización como un punto de partida y como una construcción social e histórica en las que las decisiones sobre uso de recursos naturales y sobre las formas de producción se sitúan.

Pesimistas y optimistas agenciando transformaciones sociales y ecológicas globales El mensaje cosmopolita e integrador de la globalización da para todos; visiones pesimistas y optimistas convergen tanto en las formas de entender la globalización como de agenciarla. En tanto, la lectura global de sus efectos positivos y negativos en ocasiones se enmascara en análisis promediados y agregados donde se pierden de vista fenómenos particulares o extremos locales. Así, la versión podría verse como un referente obsesivo desde el cual se interpretan problemas ambientales y rurales: o se piensa que la globalización como motor único del mundo es la causa de las transformaciones, o se entiende que esta es una vía para recomponer la realidad, ordenando la producción, favoreciendo encadenamientos productivos, consolidando mercados de alimentos, conectando paisajes fragmentados. Fotografías de www.un.org 17 objetivos de desarrollo sostenible para transformar nuestro mundo

La globalización se puede juzgar desde una perspectiva pesimista que denuncia la apertura económica, sus causas en la hegemonías mundiales y sus consecuencias en, por ejemplo, el campo colombiano o en la mayor inversión extranjera en extractivismo y construcción de gran infraestructura (hidroeléctricas, ejes viales). Sin embargo, también se puede evaluar cómo el inevitable cambio estructural de la década de 1990 involucró una refrescante nueva constitución política, que abonó el espacio para la renovación de la institucionalidad ambiental (Ley 99 de 1993, el Sistema Nacional Ambiental) que se inspiró en la conferencia de Río 1992, o para la protección de áreas estratégicas habitadas por comunidades indígenas y afrocolombianas. Igualmente, ese cambio puso a tono a Colombia en cuanto a mecanismos de participación y descentralización, que justamente se han utilizado (con resultados mixtos) para consultas y acciones populares frente al extractivismo reciente y la defensa de medios de vida rurales arraigados en el territorio colombiano. Un ejemplo ilustrador de las fuerzas positivas de la globalización para los países y sus sociedades es la Agenda 2030 que las Naciones Unidas acordaron el año pasado para guiar políticas comunes a partir de acciones diferenciadas de los países según sus niveles de desarrollo económico. La Agenda 2030 se estructura en 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ods) que reemplazan a los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio, que coordinaron con moderado éxito diversas políticas mundiales, nacionales y locales entre 2000 y 2015. A propósito de la inserción de Colombia en la globalización, vale la pena recordar que el carácter sostenible de los nuevos objetivos fue específicamente propuesto por el gobierno nacional en el marco de la Conferencia Río +20 sobre desarrollo sostenible del 2012, en la cual se buscaba revitalizar las apuestas particularmente ambientales de la anterior conferencia de 1992. El papel protagónico de Colombia en la formulación de los ods en Río +20 y su proclamación en la Agenda 2030, deja ver con optimismo las ventajas de la globalización geopolítica al enfatizar en la necesidad de atender muchos asuntos sociales, económicos y políticos, pese al reto de asumir la complejidad sistémica de los ods en la diversidad de entornos locales. En la Agenda 2030 el medio ambiente aparece como elemento trasversal de todos los objetivos, pero además goza del privilegio de tener tres puramente dedicados a enfrentar problemas medioambientales (ods-13 Acción por el clima, ods14 Vida submarina, y ods-15 Vida de ecosistemas terrestres). Más aún, elementos propios de los estudios rurales son centrales en otros 4 objetivos (ods-6 Agua limpia y saneamiento, ods-7 Energía asequible y no contaminante, ods-11 Ciudades y comunidades sostenibles, y ods-12 Producción y consumos responsables), para no mencionar otras tantas de las metas de los demás objetivos en las que el componente de la sostenibilidad da pie al optimismo sobre las acciones que (ojalá) una mayoría de naciones puedan acometer. Además deben hacerlo coordinadamente para enfrentar en los siguientes 15 años los fundamentales y determinantes retos que la humanidad enfrenta para modificar su insostenible

11. Ciudades sostenibles

12. Producción sostenible

13. Cambio climático

Fotografías de www.un.org 17 objetivos de desarrollo sostenible para transformar nuestro mundo

14. Vida submarina

57 Javeriana revista

desarrollo. Y de esa coordinación también somos responsables los ciudadanos comprometidos con la sostenibilidad ambiental, la justicia social y el desarrollo humano, cada uno a varias escalas políticas, territoriales, y de paisajes locales. La observación localizada de un paisaje rural también permite una perspectiva en diferentes escalas espaciales y ritmos de cambio. La expresión “el paisaje es el tiempo congelado en el espacio” describe cómo al escoger los paisajes rurales como unidades de análisis del testimonio vivo de procesos históricos correspondientes a todas las múltiples escalas que hay entre lo global y lo local. Patrones de transformación productiva y reproducción social, de patrones geológicos y geográficos de transformación, de equilibrios y disrupciones entre elementos antrópicos y ecosistémicos. Mirar el paisaje desde una economía política ofrece una contextualización local de las historias y dinámicas económicas, de las fuerzas económicas o del mercado que inciden en las transformaciones de sistemas productivos locales, y una reflexión sobre la manifestación de estas en los paisajes rurales.

15. Vida ecosistemas terrestres

16. Sociedades pacíficas

Pesimistas y optimistas sumamos siete mil millones de habitantes que pronto serán nueve mil. Local y globalmente intensificamos la agricultura, hacemos crecer las ciudades, contaminamos y agotamos recursos comunes, e incluso nos involucramos activamente en conflictos socioambientales. Juntos somos la mayor fuerza de cambio global y en diez mil años de gracia humana, hemos transformado gran parte de la superficie terrestre planetaria. Desde este punto de vista, problemas y propuestas ambientales y rurales recobran importancia desde su accionar local, retos y dificultades nacionales y regionales, y también desde su importancia como base para la construcción de conciencia sobre lo global. En este contexto, llamar la atención sobre la forma en la que se entienden y se gestionan los disturbios en el ambiente se convierte en una prioridad para los estudios ambientales y rurales. No hay otro mundo, no hay otro campo, ni otros habitantes. El local y global es el mismo mundo. De esta manera, temas de alto interés para nuestro campo de conocimiento, tales como la configuración de paisajes naturales, sistemas de producción rural, estructuras de tenencia de la tierra y procesos de organización social representa estas dinámicas, adquieren valor para el análisis de lo que podamos entender como globalización. Por ejemplo, entender las trayectorias de cambio de paisajes productivos, las formas de organización social y las estructuras de gobernanza de los productores, se vuelve tan importante como entender de qué manera se han transformado los ecosistemas en estos contextos territoriales. Una lectura amplia e integral del cambio en estas trayectorias sociales y ecológicas, servirá para comprender la manera en la que el fenómeno de la globalización opera en territorios rurales. Igualmente, este tipo de miradas permitirán construir diálogos entre visiones locales y globales respecto a la formas de responder, y construir socialmente desde los retos que propone el cambio global, más allá de los esencialismos y las dualidades pesimistas y optimistas . RJ

58

17. Alianzas objetivas Javeriana revista

Fotografías de www.un.org 17 objetivos de desarrollo sostenible para transformar nuestro mundo

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.