Pensar el urbanismo como una multidisciplina al servicio de la ciudad y el ciudadano

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Descripción

Pensar el urbanismo como una multidisciplina al servicio de la ciudad y el ciudadano. Por Carolina Peralta

Foto satelital. Vista del planeta de noche. Vivimos en un mundo urbanizado. 7000 millones de habitantes en 2010

Más de la mitad de la población mundial vive actualmente en ciudades. De cada 10 personas, 6 vivirán en ciudades para 2030, y 7 para 2050. Entre 1995 y 2005 la población urbana de los países en desarrollo aumentó en una media de 1,2 millones de personas por semana, o sea, unas 165.000 personas por día. Uno de cada tres residentes urbanos vive en tugurios, o sea, 1.000 millones de personas en todo el mundo. Latinoamérica es uno de los continentes mas urbanizados del mundo. 70 % de la población urbana. Los traumatismos causados por el tránsito son la novena causa de defunción en todo el mundo. La contaminación del aire causa anualmente unos 1,2 millones de defunciones principalmente, de enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Una proporción considerable de la contaminación del aire en los Centros urbanos se debe a los vehículos motorizados, aunque la contaminación industrial, la generación de electricidad y el uso de combustibles en los hogares, también son importantes fuentes de contaminación.

Mundo urbano: Vertedero de basura en una ciudad Norteamericana. Niveles de consumo sin precedentes. Foto: Alex Mc Lean

Mundo urbano: Dubai-landia. Un edificio por mes. Foto: J. Bernardó

Desafíos de la ciudad futura Aquí cabe preguntarse: a- ¿Cuáles serán los desafíos que desde la disciplina debiéramos enfrentar para formar urbanistas de de cara el futuro?        

Incremento significativo en el número, tamaño y crecimiento de las ciudades y sus entornos. Incremento de la vulnerabilidad social, pobreza y condiciones insalubres de la población. Agravamiento creciente de la contaminación y polarización global de la sociedad dividida entre ricos y pobres. Mayor consumo de la energía y contaminación total. Incrementos significativos de la producción, consumo y demanda de productos alimenticios y recursos básicos, agua, aire limpio, y de la mayoría de los productos industriales. Crisis sociales producto de migraciones y catástrofes naturales. Entendidas así las ciudades se han convertido en los parásitos del paisaje y el consumo de recursos. Crecimiento sostenido de la demanda de vivienda, infraestructura y equipamientos sociales.

b- ¿Cuáles son las respuestas que desde la disciplina se han dado a los problemas urbanos ? Haciendo un brevísimo resumen de las teorías y modelos del urbanismo como disciplina, se entiende que surgen ante la necesidad de dar respuesta a los crecientes problemas de la ciudad industrial del siglo XIX, debido al crecimiento exponencial de la población que se produce a inicios del siglo XX, las bajas condiciones de calidad de vida y la falta de higiene e insalubridad de las ciudades, falta de infraestructura y demanda de vivienda entre otros problemas. (Hall, 1996) El debate entre higienistas, utópicos, y modernos a principios del siglo XX tuvieron como reto fijar los preceptos disciplinares del urbanismo:    

La complejidad de escalas y la interdisciplina que la dimensión urbana impone; La inseparable relación entre teoría -práctica y modelos urbanos; Intentar dar respuesta a la compleja relación entre Espacio y Sociedad, mediatizados por las tecnologías disponibles; Desarrollar herramientas metodológicas que permita abordar de manera integral la complejidad del problema urbano.

Por otra parte, la fuerte influencia que el “discurso eurocéntrista” tuvo primero, y la “influencia norteamericana” más tarde, consolidaron su hegemonía en el enfoque y construcción epistemológica del Urbanismo a partir de la École de Beaux Arts, a fines del siglo XIX y la influencia posterior del Movimiento Moderno durante el siglo XX. Como consecuencia de esto, la ciudad moderna se impone, adaptada a las particularidades de cada país. El sueño americano se hecho realidad. En los ’60 se suman las miradas más críticas: al “discurso moderno” Jane Jacobs y la crítica a la renovación de los centros urbanos norteamericanos; el “Derecho a la ciudad” de Henry Lefévbre; incorporan la mirada social y humanizada del urbanismo de los ’70.

Houston, 1970. Vida y muerte de las grandes ciudades Norteamericanas. Foto: Alex Mc Lean

Los ’80 marcan la crisis del pensamiento racionalista y la destrucción del tejido urbano, se instauran las corrientes “contextualistas” de la legibilidad, el fragmento y el respeto por las preexistencias y el patrimonio, Kevin Lynch y “La Imagen de la ciudad”. Aldo Rossi “La Tendenza” italiana: ha comenzado “la pos-modernidad”. (Jenks, 1981) Hacia los’90, las cuestiones urbanas, toman un nuevo rumbo a partir de las corrientes neoliberales posfordistas y la crítica a la ineficiencia del plan, y los cambios en la reestrcutración del Estado, pasando del urbanismo normativo al proyecto urbano y la planificación estratégica. Aparece “el evento” como forma de promoción de la ciudad. IBA Berlín ‘87, y Barcelona ’92, marcan el rumbo de las tendencias de los “grandes proyectos urbanos” como instrumentos de renovación y gestión urbana. Haciendo eficiente la intervención urbana del fragmento, frente al planeamiento racional, sistémico y comprehensivo. Diversas reacciones derivadas de las corrientes pos-modernas y pos-estructuralistas en boga en Europa, y EU, llevaron a la prolongada estéril discusión a cerca de la primacía del proyecto arquitectónico frente al Plan y a las visiones estructuralistas de la ciudad, promoviendo la deslegitimación del urbanismo como disciplina. (Font, 2003)

Los primeros años del siglo XXI se centran en temáticas relativas a la sustentabilidad, el impacto de la globalización y la transformación de la metrópolis, la crítica a la ciudad mercancía, y el triunfo del capitalismo salvaje por sobre las necesidades de la sociedad. Francesco Indovina y el debate sobre “la cittá difussa”, Manuel Castells y la ciudad en la era de la información, Saskia Sassen y la “Ciudad global”. Rem Koolhaas, “Ciudad Genérica”. Hacen clara referencia a los problemas de la globalización, la falta de identidad y la crisis de los recursos, el medio ambiente, y el crecimiento de las redes de comunicación y la tecnologías de información, echando un manto de pesimismo a las posibles salidas de la ciudad.

Desde la necesaria mirada latinoamericana, tiene influencia: El modelo de “Curitiba”. Jaime Lerner y “Ciudad ecológica”, Jorge Jauregui y las “estrategias de articulación urbana” de Río y “Medellín” en su rescate por el “urbanismo social”, la movilidad urbana sostenible y el espacio público de la mano de Jordi Borja y Zaida Muxi, cobran fuerza a partir de la explosión del automóvil individual dentro de las ciudades. Es clara en este período la influencia de la escuela de Barcelona con Manuel de Solá Morales, y la influencia en la formación y difusión que plantea el Lincoln Institut. Dentro de los casos Argentinos: la recuperación de los centros históricos: el caso de Córdoba y Quito. Los intentos que desde sus planes han hecho: Buenos Aires, Rosario y Mendoza: el Plan Urbano ambiental de Buenos Aires, la planificación urbana de la administración socialista en Rosario; el Plan Provincial de Ordenamiento Territorial de Mendoza, son algunos de los aportes locales de interés para la asignatura. La producción del urbanismo de Córdoba: Destaca la monumentalizacion de la periferia aporte de Roca, M.A; Foglia, M.E. y la modificación de la ordenanza de densificación por corredores urbanos; Irós, G. sus ideas para la regional metropolitana, y la amplia producción bibliográfica de la Municipalidad de Córdoba. El Plan Regulador y Extensión (1927); el Plan Regulador (1954); la Asesoría de Planeamiento Urbano (APU); el Diagnóstico Tentativo (1973); el Esquema de Ordenamiento Urbano (EDOU, 1979); el PLANDEMET (1980); el corpus normativo de la década del 80; la planificación estratégica: PET; últimos ensayos de planificación urbana (2001-2009). La escala metropolitana: el IPLAM CIUDD E IMPLAM METROPOLITANO. Este breve repaso de las teorías, modelos y procesos de desarrollo de la disciplina, nos permiten hoy formular el enfoque propuesto. Destacan aquellos autores, grupos de investigación que desde una mirada nacional y latinoamericana e interdisciplinaria hace verdaderos aportes al estudio de la ciudad y el territorio desde un mirada latinoamericana. Toda vez que la fuerte influencia de bibliografía “eurocentrista”, distorsiona y no resulta aplicable a nuestros contextos. Podemos mencionar a Fernández, R.; De Mattos, C.; Ciccollela, P.; Svampa, M; Carmona, M.; Bozzano, H.; Bragos, O.; Cueyna, B.; Curtit, G; Falú, A.; Fernández, Warner; Liernur, P. ; Pirez, P.; Calderas, T.; entre otros.

Adecuando contenidos a la realidad local La enseñanza del Urbanismo en la FAUD.UNC Por Carolina Peralta

La enseñanza del Urbanismo en la FAUD, se remonta al año 1954, en donde se incorpora el urbanismo como materia, con fuerte interés en la realidad social y humanista local. Desde la materia “Urbanismo” se aportó la idea del Planeamiento tradicional (planes reguladores) buscando reencontrar la ciudad ordenada y jerarquizada, que el embate de la modernidad y el fuerte crecimiento poblacional producto de la migración interna, comenzaba a socavar. Docentes como “La Padula”, (de origen italiano), produce una fuerte influencia en la formación de profesionales con influencia en los Planes reguladores locales. El Plan Regulador y Extensión (1927); el Plan Regulador (1954); la Asesoría de Planeamiento Urbano (APU). Hacia la década del ’60 se incorporan los enfoques de las escuela de México y Lima, en boga en ese momento que intenta flexibilizar la rigidez de los Planes reguladores, que se reflejan en el Diagnóstico Tentativo (1973); el Esquema de Ordenamiento Urbano (EDOU, 1979); el PLANDEMET (1980);y sus enseñanza se vuelca a la actividad académica. El Plan de estudios del ’86, desdobla la enseñanza del Urbanismo en dos asignaturas, Urbanismo I en la escala de sector y diseño urbano y Urbanismo II, orientada al desarrollo regional y la planificación urbana, incorporando la necesidad de adecuar los contenidos disciplinares a la realidad local y para dar respuesta comprometida a los problemas de la ciudad y la región. Se incorpora la Práctica de Taller, como una forma de verificar la transferencia de contenidos; y se organiza académicamente la facultad en áreas y ciclos. (Plan 1996). Entre 1996 y 2007 se suma la estructura de departamentos, y el Plan de estudio es objeto de reformas orientadas a la adecuación de contenidos, articulaciones horizontales y verticales, carga horaria, y modificaciones particulares que responden a la necesidad de adecuar la enseñanza que desde un “urbanismo de consumo”, terminan por consolidar una manera de hacer y enseñar el Urbanismo que se aleja significativamente de las realidades locales y regionales, tanto Argentinas como Latinoamericanas, y que hace caer en descrédito las capacidades reales de la disciplina para hacer frente a las necesidades de la sociedad. Luego de la evaluación por parte de Coneau en los años 2009 y 2013, la Facultad de Arquitectura Urbanismo y Diseño acreditó la carrera de Arquitectura por el término de tres años a nivel nacional y por el término de seis a nivel Mercosur. Desde 1986 hasta 2006, he participado de los diversos procesos de adecuación del Plan de estudios y de las modificaciones sucesivas en la necesidad de actualización y reordenamiento curricular de la propia facultad o por la aplicación de políticas educativas e institucionales de la Universidad Nacional de Córdoba.

Dentro de las reformas que se hacen respecto del plan de 1986 rescato sintéticamente las siguientes: -La creación de Cátedras paralelas, y talleres verticales, (como la que es motivo de este concurso), que permitió ampliar los enfoques, y diversificar la oferta de teorías y prácticas pedagógicas. (Res. HCD N° 1/92)

-La incorporación de materias electivas: “Problemática de la vivienda popular”, “Gestión ambiental de Paisaje”, “Sociología” en nivel V brindando a los alumnos bases orientadoras para su trabajo final, y ampliando el contenido curricular básico desde un mirada más interdisciplinaria. (Res. 198/90) - La incorporación de alumnos de otras carreras al cursado de urbanismo. Alumnos de la Carrera de Geografía se suman al taller de Urbanismo I (Res. HCD N° 06/99) (Res. HCS N° 86/99) Con diferente grado de incidencia, deben destacarse: - La creación de Institutos, centros y talleres de Investigación, sobre una temática amplia y diversa, en el marco de la Secretaría de Investigación y la creación de la Escuela de Graduados con una amplia gama de carreras y especializaciones. Los fundamentos para la adecuación del Plan 1986 al nuevo plan 2007 requeridos en la ley de educación N° 24.521, y la resolución N°498/2006 del Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología de la Nación, establecen: 1. Contenidos curriculares básicos, 2. Carga Horaria Mínima de la Carrera, 3. Criterios de intensidad para la Formación Práctica, 4. Estándares para la acreditación de las Carreras de Arquitectura y 5. Incumbencias profesionales reservadas al título de Arquitecto. El Plan 2007 se establece que la educación superior universitaria es el ámbito de la investigación científica, la preparación para el ejercicio de la profesión independiente y la extensión, en un marco de libertad ideológica, política y religiosa y que debe estar acompañada por el mejoramiento permanente en la capacidad de innovación. La Resolución Ministerial Nº 498/2006 en su Anexo I, especifica los contenidos básicos para la carrera de Arquitectura y para ello establece que el perfil profesional debe responder a los tradicionales que se le reconocen al arquitecto, pero con competencias para incorporarse a “los nuevos escenarios que surgen como producto de los cambios sociales, la globalización y el desarrollo tecnológico” (Cf. Res. 498/06. Anexo I pp. 5 y ss.).

Perfil del egresado

El perfil del egresado comprende las siguientes áreas profesionales:  

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Planeamiento estratégico y participación interdisciplinaria del arquitecto en múltiples formas de intervención en la ciudad, gestión urbana, diseño urbano, y gestión ambiental-territorial. Producción del espacio habitable que abarca, programación, planificación y diseño, construcción y administración, tanto el diseño de espacios urbanos como aquellos que albergan actividades específicas. Adaptación del ambiente a las necesidades del hombre en sociedad, identificando formas culturales a las que debe dar respuesta. Participación en investigación, diagnóstico, propuestas, elaboración de normativas, en relación con el espacio habitable y el ambiente construido. Intervenciones en el patrimonio arquitectónico urbano y cultural poniendo en valor sus cualidades. Planificación y proyecto, materialización del paisaje y ordenamiento físico-ambiental del territorio. Participación en las formas de gestión del hábitat social y operatorio de vivienda y equipamiento social.

Como vemos el perfil del arquitecto comprende más allá de su actividad profesional privada, y del tradicional rol del proyecto y obra, la relación laboral Estado-arquitecto en sus diferentes formas, que le permite desarrollar con contenido social la función pública. Es por ello que el futuro profesional debe estar en condiciones de conformar equipos interdisciplinarios que aseguren su correcta participación en la gestión urbana, el desarrollo social y tecnológico, tanto en la administración pública como en el ámbito de la administración privada, ejercicio profesional, docencia e investigación. En este sentido, la formación del arquitecto requiere compenetrarse de la trascendencia del servicio que brinda a la comunidad a través de su labor profesional. Ante las características y demandas de un medio que plantea una complejidad creciente inserta en un proceso de cambio científico-tecnológico mundial, debe ser partícipe en encontrar los recursos para superar las limitaciones de nuestro desarrollo.

Formación ética Entendiendo la educación no sólo como adquisición de conocimientos sino también de valores y actitudes que preparan para el desarrollo personal y profesional, se considera que el compromiso de educar involucra el deber de construir en el estudiante un accionar ético, político y social. Es parte de este compromiso desarrollar en el estudiante la capacidad de diagnosticar realidades y conocer sus causas para así buscar soluciones y entender dichas realidades a partir de acciones sustentadas en criterios que permitan aplicar sus conocimientos y ponerlos al servicio de valores humanos. Se trata entonces de afianzar debidamente los valores éticos y morales integrándolos a los conocimientos específicos de la Carrera, tales como:     

Respeto por el ser y la vida humana, por la cultura y modos de vida de las diversas comunidades, Respeto por la libertad de las personas, y los derechos del ciudadano, sin discriminación de ningún tipo a usufructuar del espacio público, Respeto por el patrimonio construido y la memoria histórica de los pueblos, Capacidad para armonizar trabajo y capital fundamentado en la honestidad, Capacidad para respetar la naturaleza y contrarrestar los efectos nocivos que puedan tener origen en ciertos criterios o formas del ejercicio profesional.

Considero que estas acciones se suman a la gestión institucional de la FAUD y conjuntamente con los actores involucrados aspirar a mejorar el desempeño docente en procesos de del aprendizaje que contribuyen tanto a reivindicar el rol nuestra facultad como actor cualificado para atender algunos problemas disciplinares en torno al habitar contemporáneo, como a la gestión interdisciplinar del conocimiento y a la construcción de la responsabilidad social y ambiental de los futuros profesionales. Incumbencias profesionales A continuación se listan las incumbencias profesionales reservadas al Título de Arquitecto que tiene relación directa con la enseñanza del Urbanismo:  

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Estas competencias profesionales de los arquitectos comprenden, “no sólo el tradicional rol de proyecto y dirección de obra”, sino también las otras tareas profesionales como: a) Participación en múltiples formas de gestión del hábitat humano; b) Participación dentro de equipos interdisciplinarios; c) Participación en las formas atípicas de gestión del hábitat social, organizaciones comunitarias intermedias, estatales y de base; d) Diseño de acciones y operatorias del sector vivienda y equipamiento social; etc. Esta ampliación del campo de acción de la praxis profesional pone de relieve, que el ejercicio de la profesión debe estar guiado por una formación ética humanística, con responsabilidad social y política; y con una alta sensibilidad para la protección del ambiente para contribuir al desarrollo sustentable de los ecosistemas urbanos. La mencionada resolución ministerial enfatiza la demanda de formación “de un profesional con perfil generalista y apto para actualizarse, continuar aprendiendo, con nuevas competencias y capacidades. ”1 En el marco de estos nuevos escenarios planteados por la resolución MECyT y el Plan de Estudios vigente surgen las siguientes preguntas: ¿Qué profesional debemos tender a formar desde la universidad pública? ¿De qué competencias debiera estar dotado el profesional, para poder hacer frente a los requerimientos de los distintos actores involucrados en el quehacer urbano, atendiendo a las problemáticas sociales y urbano-ambientales? ¿Cuáles competencias podemos garantizar desde Urbanismo II? Entiendo que tanto la enseñanza y la praxis de la disciplina Urbanismo en nuestro medio están atravesadas por múltiples aspectos de la realidad, apoyada en enfoques teóricos ajenos a nuestras realidades, que desde la universidad pública debieran lograr un mayor grado de autonomía, y aportar a la reflexión teórica y epsitemológica local, tanto de docentes investigadores y por parte del alumno. “la autonomía disciplinar y asociada a focos o áreas de cierta centralidad discursiva hegemónica como la visión eurocéntrica”, (Fernández, 2013: 23) ya mencionada. Por otro lado el Urbanismo como práctica local, en la inserción laboral de los arquitectos, como funcionario público, político o de manera independiente, constituye un área de vital importancia para el desarrollo social, local y urbano en un medio con escasa capacitación de recursos humanos en éstas áreas

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de la gestión pública. Por lo que no es de soslayar la responsabilidad de capacitación para no tan sólo traccionar en el mercado inmobiliario, sino a partir de la función social del Estado.

Urbanismo I es una asignatura anual de carácter obligatoria, con una carga horaria de 100 hs., con 1 día de dictado semanal de 4 hs. Perteneciente al área Proyecto y Planeamiento, a la sub-área Proyecto Arquitectónico y Urbano.

Sus Objetivos (Los objetivos (Cf. Plan 2007: 38) Se sintetizan en: -Comprensión del significado y complejidad de la disciplina urbanística, y de su importancia para la actividad profesional del arquitecto. -Comprensión del compromiso ambiental de la intervención urbanística. -Conocimiento de las diversas formas de intervención urbanística. -Comprensión del significado de la ciudad en sus múltiples dimensiones y sus procesos de conformación y transformación. -Conocimiento de la dimensión físico-espacial, socio-ambiental, paisajítico-morfológica y perceptual del hecho urbano, a través de su estructura urbana, el espacio urbano y sus elementos y componentes.

Objetivos particulares: -Manejo de instrumentos analíticos y propositivos sobre la organización física, el ordenamiento, estructuración y configuración de un fragmento urbano. -Práctica de diseño urbano de trazados, tramas viales, parcelamientos, tejidos y espacios públicos. -Práctica de diseño de normas urbanísticas.

Contenidos -El urbanismo. Conceptualización. La importancia del urbamismo para arquitectos. -La intervención urbanística. Sus distintas escalas. Los modelos y procesos de diseño urbano, proyectación urbanística y planificación urbana. La dimensión ambiental de la intervención urbanística. El compromiso ético y estético. -Los instrumentos urbanísticos: planes urbanos, y proyectos urbanos. El compromiso de su sustentabilidad. -La ciudad y lo urbano. Conceptualización desde un visión holítica y multidisciplinar. La relación espacio-sociedad-ambiente. Las diversas escalas del hecho urbano. -Los elementos estructurales físico-funcionales, formales, socio-ambientales y paisajístico-perceptuales del hecho urbano desde un enfoque analítico y propositivo. La conformación natural de territorio, las actividades como usos del suelo, las redes de infraestructura como soporte, los equipamientos, distribución, jerarquías viales y redes, la vialidad urbana y su relación con los usos del suelo; la morfología urbana: trazados y el parcelamiento urbano, la ocupación del suelo, el tejido y su relación con el viario. El patrimonio urbano-arquitectónico. El espacio público como estructurador e integrador de la vida y forma urbana. Patrones de asentamiento y unidades ambientales. -El diseño normativo de los componentes de la forma urbana. Contenidos de las normativas urbanísticas. Relación entre los aspectos ambientales, funcionales y formales. Esta asignatura es correlativa de Arquitectura III y debe ser aprobada para cursar Urbanismo II

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