Pensar el siglo XIX desde el siglo XXI. Nuevas miradas y lecturas. Ana Peluffo (ed.)

Share Embed


Descripción

3HQVDUHOVLJOR;,;GHVGHHOVLJOR;;,1XHYDVPLUDGDV \OHFWXUDVSRU$QD3HOXIIR UHYLHZ )HOLSH0DUW¯QH]3LQ]µQ

Arizona Journal of Hispanic Cultural Studies, Volume 18, 2014, pp. 300-301 (Review) 3XEOLVKHGE\8QLYHUVLW\RI$UL]RQD DOI: 10.1353/hcs.2014.0016

For additional information about this article http://muse.jhu.edu/journals/hcs/summary/v018/18.martinez-pinzon.html

Access provided by New York University (6 May 2015 21:31 GMT)

300

Arizona Journal of Hispanic Cultural Studies

a nationalist discourse extolling the modern and historical wonders of Spanish agriculture while also combating and correcting erroneous superstitions and preconceptions resulting from the Black Legend. In the end, Anderson’s book is a wellconceived exploration into how each author dealt with the national/regional tension while also promoting Spanish cuisine in the face of French hegemony. Her work is a major contribution for Spanish Food Studies and an interesting new perspective into Spanish nationalism studies. Matthew J. Wild University of Kentucky ================================================= Pensar el siglo XIX desde el siglo XXI. Nuevas miradas y lecturas Editorial A Contracorriente, 2012 por Ana Peluffo En el prólogo a Pensar el siglo XIX desde el siglo XXI, Ana Peluffo se pregunta cómo leer el siglo XIX más allá de la nación. En un siglo acechado por la empresa de narrar la nación luego de las Guerras de Independencia, no es de extrañar que la comunidad imaginada, “la fundación por la letra” y la identidad hayan sido los prismas comúnmente privilegiados por los estudios decimonónicos al punto de que los libros que siguen definiendo el campo siguen siendo aquellos que privilegiaron estas vetas de análisis. La ciudad letrada de Angel Rama, Foundational Fictions de Doris Sommers o Desencuentros de la modernidad de Julio Ramos, por sólo mencionar los más salientes lugares comunes del campo, siguen estructurando, luego de más de dos décadas de su publicación, buena parte de la praxis lectora sobre el diecinueve, a pesar del surgimiento de variadas lecturas que construyen narrativas que operan desde lugares distintos para arrojar luces sobre nuestro primer siglo republicano. Lejos de ser una reprimenda—porque al fin y al cabo nacionalizar el territorio, y encontrar los mecanismos para hacerlo, fue la ansiosa tarea del

siglo—la renovación que necesita el campo debe operar sobre los esfuerzos hechos para enfocar y rescatar otras pivotes sobre los cuales hacer girar el canon y el archivo de nuestro primer siglo republicano. Esto es precisamente lo que hace Pensar el siglo XIX desde el siglo XXI. El artículo de apertura de Graciela Montaldo, “La desigualdad de las partes,” es una rigurosa puesta al día de los debates críticos sobre el XIX fuera y dentro de los EE.UU. La mera existencia de esa narrativa retrospectiva marca ya un punto de inflexión y abre una perspectiva futura. La masa como instancia para pensar la consolidación del Estado y la negociación de la soberanía; el graffitti (Lanctot) como escritura que demarca y desafía el cenáculo letrado decimonónica; el discurso planetario naturalista (Pratt) y las rutas atlánticas que trazó la esclavitud (Fischer) como circuitos para pensar geografías culturales distintas a las nacionales, entre otros, son abordajes que nos permiten ver al siglo XIX en continuidad con las prácticas ilustradas del siglo XVIII, por ejemplo, y con la constitución de las ciencias sociales a finales del siglo XIX y del XX. De esta manera se des-insulariza el campo, se trazan líneas de fuga, y se observa en continuidad el proceso cultural latinoamericano con procesos que no le eran ajenos sino constituyentes: las violencias globales del capitalismo y los discursos que le sirvieron de rueda de tracción. Los textos de la compilación, sin quererlo, vuelven cada uno a su manera a los temas que Montaldo rescata en su texto. William J. Acree aboga por un cambio metodológico en el campo para rescatar, preservar y poner en circulación “textos populares” del siglo XIX que no llegan a los programas universitarios y son desconocidos aún por los profesores. Su llamado es perentorio: hay que volver a hacer archivo, historizar la discusión en torno a los materiales rescatados y confrontarlos con el canon hasta ahora construido. Orgánicamente y en consonancia con Acree, en sus intervenciones, Brendan Lanctot, Martín Monsalve Zanatti y Thomas Ward, a la vez que vuelven juiciosamente al archivo, a revisar periódicos y revistas para recuperar debates de la época—las asociaciones de “amigos de los indios,” el anarquismo radical, o la literatura rosista—insertan

Arizona Journal of Hispanic Cultural Studies sus hallazgos en preguntas acerca de las disputas de campesinos indígenas en la sierra peruana o el rol del intelectual en medio del surgimiento de los movimiento de trabajadores urbanos en el Perú. Pensar el siglo XIX desde el siglo XXI realmente se hace merecedor de su título cuando pone en el centro del debate, no sólo la letra, sino la imagen, y las maneras en que ambas estructuraron las construcciones de la masculinidad y la monstruosidad (Dabove o Cuaraterolo), la experiencia urbana durante el Modernismo (Cortés-Rocca) o los relatos de las Guerras de Independencia en Venezuela en desmedro de la complejidad política y étnica del presente Guzmancista desde el cual se enunciaban (tal es el caso del análisis de los panoramas y su conjunción con el texto Venezuela heróica de Eduardo Blanco que hace González Stephan). La calidad mediadora de la imagen en los procesos culturales latinoamericanos, como pedagogía y resistencia, como commodity y como herramienta estatal, complejiza nuestras (a veces) rutinarias asociaciones de la letra y los letrados con la disciplina y el poder. Por último, otra de las vetas productivas que esta compilación abre es el diálogo con los discursos de las ciencias naturales y sociales —todavía en formación entonces— y la producción cultural del territorio latinoamericano. Fermín Rodríguez reconstruye desde los discursos geológicos europeos y americanos las narrativas que hicieron de la Patagonia el espacio/espejo de los civilizadores cosmopolitas, mostrándolos en toda su desmesura y su hibris. De Darwin a Chatwin, pasando por Perito Moreno y por Ameghino, cubriendo más de cien años, Rodríguez traza una historia de idas y vueltas, de naturalistas y de militares, para ver la superposición (la sedimentación) de los discursos del exterminio indígena, las narrativizaciones de su silencio, para así hacer hablar en su texto a las piedras. En definitiva, Pensar el siglo XIX desde el siglo XXI logra refrescar el arsenal crítico frente al diecinueve, no desde una óptica facilista o puramente espectacular, sino volviendo al archivo, historizando los debates y, como titula provocativamente Acree su artículo, yéndose en “contra del canon.” Esto quiere decir integrarlo a nuestras lecturas como un problema para ser observado

301

en continuidad con los repertorios de imágenes (fotografías, cartes de visite, acuarelas, dioramas, etc), la poesía “popular,” debates raciales/eugenésicos acerca del “lugar” del pueblo, o disputas e influjos entre discursos científicos decimonónicos. Felipe Martínez-Pinzón College of Staten Island City University of New York ================================================= Barcelonan Okupas: Squatter Power! Farleigh Dickinson UP, 2013 By Stephen Luis Vilaseca Put simply, Stephen Luis Vilaseca’s recent book Barcelonan Okupas: Squatter Power! (2013) sets out to answer one simple question: What is an okupa? To answer that question, Vilaseca offers not only a definition, but a thoughtful and compelling explanation of what okupas signify in Barcelona and in more global currents of protest and activism. In his concise introduction, the author looks to the work of philosophers Gilles Deleuze and Félix Guattari as well as research in neuroscience and psychology to argue that what okupas “are” is an “entanglement,” as he puts it, of “word, art, body, and built environment” (ix) that challenge cognitive capitalism’s commodification of language, thinking, and writing. To explore this “entanglement,” Vilaseca’s study considers poetry, cartoons, blogs, full-length feature films, a soap opera, novels, children’s literature, newspaper articles, graffitti, pop-up video installations, and public acrobatic performances. The breadth and diversity of this list and the comfort with which Vilaseca combines these materials is the highlight of this volume. By juxtaposing high culture, low culture, the written word, visual representation, and the study of ways in which activists manipulate the built-environment, Vilaseca demonstrates that to effectively study urban culture in a digitized and mediated world one cannot be limited solely to city space or to the written word. Rather, it must be carried out in a careful study of the ways in which the urban experience is produced—to

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.