Patrimonio en peligro: de la amenaza a la oportunidad

July 28, 2017 | Autor: J. de Nordenflycht | Categoría: Patrimonio Cultural, Patrimonio Mundial, VALORACION PATRIMONIO MUNDIAL, Património Mundial
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PATRIMONIO EN PELIGRO: DE LA AMENAZA A LA OPORTUNIDAD.1

José de Nordenflycht Concha

Cada vez va siendo más habitual en nuestro páis que los Organismos Asesores de la Convención de Patrimonio Mundial se sienten a la mesa para trabajar en apoyo tanto de la Unesco como a los Estados Parte, como muchos creemos que debería ser su función permanente, por eso esta ocasión tiene un mérito de origen en lo que a nuestra representación institucional corresponde. Más aún si consideramos que este año estamos celebrando los cuarenta años de la Convención de Patrimonio Mundial, por lo que como en cualquier aniversario es un momento de la reflexión2, en momentos en que uno de sus instrumentos básicos de identificación de valores patrimoniales alrededor del mundo como es la Lista de Sitios de Patrimonios Mundial ya tiene 962 sitios, de los cuales sólo 38 se encuentran en la categoría de Patrimonio en Peligro, lo que alcanza apenas el 4%. Mirado en perspectiva, no es una cifra muy alarmante y de hecho, mirando el mapa nos damos cuenta rápidamente que gran parte de esos 38 sitios, 24 para ser precisos, se encuentran en la región de África Subsahariana; por tanto -y con todo el respeto y solidaridad que me merecen los países africanos- es un tema focalizado en condiciones muy extremas de cómo los Estados Parte pueden responder financiera, técnica y socialmente frente a este desafío. En ese sentido las buenas noticias son que nuestro país no se encuentra en un contexto tan precario, más bien éste presume de indicadores que incluso le permiten ser admitido en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), entonces ¿porqué tenemos un sitio en la Lista de Patrimonio en Peligro? La respuesta más obvia a ello es es que todos los sitios están en peligro, algunos en mayor evidencia que otros, negarse a reconocer esto es simplemente no comprender que todos nuestros esfuerzos por administrar la obsolescencia 1  

 

deben incorporar la tolerancia al cambio. Sin embargo eso que es obvio tal vez debería ser manejado en su contexto contingente, considerando que hace dos semanas la Directora General de la UNESCO convocó a un panel de alto nivel para proponer estrategias de sostenibidlidad para al sistema del Patrimonio Mundial3, una reunión muy importante con el objeto de realizar un documento que nos permita trazar líneas en torno a este y otros objetivos, donde estuvieron los organismos asesores y los Estados Parte, de los cuales no todos asistieron a la cita, Chile entre otros. Pueden haber muchas razones para desestimar la presencia en una reunión y no nos corresponde criticar la agenda de trabajo del Estado Parte, ya que de hecho nos consta de que existe un sostenido interés en estas materias, sin embargo ello no basta, pues hay que elaborar contenidos, marcar posiciones y construir sentidos. No sólo se deben colocar Sitios en la Lista de Patrimonio Mundial, sino que se deben mantaner en ella en relación a los compromisos con la Convención, lo que va más allá de los instrumentos técnicos derivados de sus administración. Y eso que puede ser obvio para muchos hay movilizarlo a partir de trabajo, tiempo y recursos, que demuestren el interés concreto de los Estados Parte en la Convención. En el caso específico de la popuesta que entregó el ICOMOS4 en esta reunión y en el ítem específico de patrimonio en peligro, existen tres cuestiones que son importantes enumerar en el contexto de esta reunión: primero que esta condición no es estigma, más bien al contrario, estos 38 sitios se encuentran al comienzo de la lista, no al último. Esto es clave, y es clave que también lo entiendan las autoridades políticas que son los que más se atemorizan con los efectos mediáticos y cortoplazistas de este tema. Luego insistir en que es una responsabilidad compartida. Llamará la atención a los colegas europeos presentes en esta reunión que el concepto de tutela del patrimonio en Chile no se encuentra internalizado, donde muchas veces se confunde con la gestión, es decir ¿qué voy a hacer con el patrimonio?, pero no 2  

 

de la soberanía por la cual el pueblo le deposita la responsabilidad a sus autoridades para que les cuide su patrimonio. Lo que desde el punto de vista teórico y desde el punto de vista político, significa que yo soy depositario de un bien, el cual es patrimonio mundial y mis autoridades representativas se tendrán que preocupar de eso por toda la comunidad. Y cuando estamos pensando en comunidades estas pueden ser de las comunidades de la gente que vivió allí -los pampinos en este caso-, las comunidades científicas, las comunidades ciudadanas o las comunidades escolares. Es un amplio rango. Por esta razón el concepto de tutela es muy interesante y por supuesto es pre existente a cualquier operación de gestión sobre ese bien cultural. Luego, y esto suena obvio para los conservadores, todos los sitios se encuentran en peligro, unos más otros menos. Pero si hay algo que tenemos claro es que el patrimonio se va a acabar. Nuestro trabajo como conservadores es el de administrar la obsolescencia. Así de triste y así de heroico. Un cuarto aspecto es la oportunidad que representan los sitios que están en la Lista de Patrimonio en Peligro para representar la vanguardia de la conservación. Porque un sitio que se encuentra en perfecto estado y se encuentra funcionando bajo estándares muy probados, como por ejemplo un centro histórico o un edificio monumental, tiende a ser canónico pero no necesariamente un ejemplo de buena práctica, ya que en estos casos no hay mucha innovación conceptual ni técnica. Sin embargo, son en estos casos difíciles y extraños, casos que habitualmente se encuentran fuera de toda norma, en donde se pueden deducir ciertos escenarios futuros. Por ejemplo pensemos en Isla de Pascua, en cuyo territorio casi coinciden los límites de un sitio de Patrimonio Mundial. Precisamente cuando estamos hablando de esa fragilidad de su condición insular, cuando estamos hablando de esa condición de amenaza permanente a un bien cultural cualquiera independientemente que se encuentre en la lista de patrimonio en peligro, que por supuesto en este caso no lo está. Tarde o temprano, estas 3  

 

piedras van a desaparecer de la faz de la tierra, lo que no va a desaparecer es la memoria que nosotros tengamos en relación a ellas. Por eso que también allí hay que tener cuidado, porque la relación entre la convención de patrimonio material y la de patrimonio inmaterial, devela un punto que ponen los antropólogos en la mesa, y que es clave: el patrimonio material no vale nada. Lo que vale es la relación que uno establece con el objeto, con esa materia, el patrimonio es una relación entre sujetos y objetos. Este punto da que pensar para nosotros que nos encontramos relacionados plenamente con el patrimonio material.5 Cuál es el aporte de ICOMOS en esta discusión que nos convoca hoy en día. Creo que hay que poner sobre la mesa ciertos instrumentos deontológicos, cartas y declaraciones, que están son para usarlas6. No porque exista una suerte de obsesión doctrinaria, pero si hay que tenerlas en cuenta. Hay que tenerlas en cuenta en la relación sistemática que se pueden dar entre ellas, en razón a la situación que uno quiera definir. Las cartas como cualquier instrumento sirven para algo, en este caso tener como objetivo sacar un bien cultural de una lista de patrimonio en peligro es no tener nada claro. Es decir, esto es una circunstancia, no un objetivo estratégico. Finalmente, un asunto que también me preocupa y aprovecho en remarcarlo es el hecho de que hemos citado mucho a la Convención, pero poco se cita a las Directrices Prácticas7. La Convención como todos sabemos es un texto bastante acotado como cualquier instrumento del derecho internacional público. Es una ley sin reglamento y lo que importa en las leyes son los reglamentos. En ese sentido anoté tres cuestiones que me parecen importantes, de cara al uso de las directrices prácticas para el caso de Humberstone y Santa Laura. Primero, que hay que tener muy claro que el protocolo de actuación está marcado desde el año 2005, es decir resulta suficientemente contemporáneo a las circunstancias de la inscripción del bien. ¿Por qué digo esto? porque si Humberstone y Santa Laura se hubieran inscrito en 1978, como Quito o en 1982 como Florencia, uno podría decir que en el año 1978 o 1982 había una visión de monumentos que en la actualidad 4  

 

nos parece pasada de moda. Pero como la inscripción fue mucho después, uno podría ponderarlo en relación a lo que se menciona en ellas sobre el paisaje cultural asociativo. En el punto 3.1 de las Directrices Prácticas hay otro camino, que es algo engorroso, pero hay un camino. Este punto propone las indicaciones operativas de cara a modificar los límites de los criterios utilizados para justificar la inscripción de un nombre o de un bien inscrito en la lista de patrimonio mundial. Nuestros amigos y colegas del ámbito patrimonial, saben de una forma muy clara, que la mejor forma de proteger una especie, es multiplicándola. Pero en el tema de patrimonio cultural uno dirá que no se puede reforestar, sería un falso histórico. Sin embargo aumentar el área considerada inicialmente en las nominaciones es una estrategia que se ha utilizado varias veces en la historia de la convención. Algunas con mayor éxito, otras con algunos inconvenientes, por mi parte no estoy dando fórmulas, sólo estoy comentando datos de la causa. Lo anterior ha posibilitado extender las Zonas de Amortiguamiento o generar vinculaciones entre varios Sitios inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial. Ahora mismo, por ejemplo, para el proyecto de nominación del Qhápaq-Ñan, nuestros colegas argentinos están incorporando en él parte dentro de un sitio que ya se encuentra inscrito como es la Quebrada Humahuaca. Es decir, hay maneras, muchas maneras de manejar el reto de la mejor forma posible. Finalmente un detalle importante, el tema de la utilización del emblema. Bueno, alguien dirá que es un detalle banal. Sin embargo no lo creemos así, pues es un tema que produce desorientación en lo que se refiere a la interpretación de los sitios y a la representación de los sitios, cuando no se sigue una norma homogénea en relación con otros sitios de patrimonio mundial en un contexto nacional. Y eso creo que es sencillo de corregir. Sabemos de historias de éxito y buenas prácticas que han provocado la reciente salida de la Lista en Peligro de las Históricas Terrazas de Arroz en Filipinas y la Fortificación de Shalamar y los Jardines de Lahore en Pakistan, lo 5  

 

que nos permite confirmar nuestra convicción de que los esfuerzos de todos los actores de la Convención no solo derivan de un paradigma científico y técnico, sino que además deben integrar el rol de las comunidades, la gestión y la irrenunciable tutela de los Estados Parte. Termino diciendo, que esto de “convertir amenazas en oportunidades” muy en boca de la jerga de ingenieros y economistas, hay que usarlo más allá de la metáfora de lo que ello pueda significar. Es un trabajo compartido y colaborativo. El Comité Chileno de ICOMOS ha estado muy atento a colaborar con el Estado Parte y esa es la línea en que seguiremos basados desde la producción de contenidos doctrinales y su vinculación con los ámbitos científicos, técnicos y de gestión que deben tener un sentido y una dirección, en la complementariedad que remite a la responsabilidad de más actores.8

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Notas                                                                                                                           1

Texto elaborado en base a nuestra intervención en la Reunión, “Conservación de estructuras de madera y metal en las Oficinas Salitreras Humberstone y Santa Laura.”, organizada por el Consejo de Monumentos Nacionales, entre el 21 y 26 de octubre de 2012, en la ciudad de Iquique.

2

Reflexión sobre la que ya hemos dado nuestra visión en NORDENFLYCHT, José de “Patrimonio v/s Patrimonio, una paradoja sobre el futuro de la Convención de Patrimonio Mundial.”, en Hereditas, nºs 17-18, noviembre 2012 y NORDENFLYCHT, José de “Convención Global y Convicción Local. Una reflexión desde nuestro espacio local sobre los 40 años de la Convención del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de Unesco.”, en Conserva, nº 17, 2012.

3

Reunión convocada por Irina Bokova la Directora General de Unesco, los días 2 y 3 de octubre de 2012, Unesco, París.

4

Al respecto podemos referir el documento presentado por nuestro Presidente Gustavo Araoz, quien recogió opiniones en una Lista de Expertos de la cual fuimos parte en el documento titulado “The World Heritage Convention: Thinking Ahead. Some Ideas from ICOMOS for exploration.”

5

Cfr. NORDENFLYCHT, José de Post Patrimonio, RIL, Santiago, 2012.

6

En este caso específico creo de interés referir las siguientes cartas y declaraciones emanadas del debate disciplinar generado en el seno de ICOMOS: Carta del ICOMOS Australia para Sitios de Significación Cultural (1981), Documento de Nara sobre la Autenticidad (1994), Carta Internacional para la gestión del Patrimonio Arqueológico (1990), Carta Internacional sobre Turismo Cultural (1999), Principios que deben regir la Conservación de las Estructuras Históricas en Madera (1999), Principios para el análisis, conservación y restauración de las estructuras del Patrimonio Arquitectónico (2003), Carta Interpretación y Presentación de Sitios de Patrimonio Mundial (2008), Principios conjuntos ICOMOS-TICCIH para la Conservación de Sitios, Estructuras, Areas y Paisajes de Patrimonio Industrial (2011).

7

UNESCO “Directrices prácticas para la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial.”, Comité Intergubernamental de Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, 1 febrero de 2005.

8

NORDENFLYCHT, José de “The “”Heritage Turn”: Local communities in global contexts.” en STULC, Joseph, Bogusław SZMYGIN, Wilfried LIPP y Simone GIOMETTI (eds.) Conservation Turn - Return to Conservation. Tolerance for Change, Limits of Change, Edizioni Polistampa, Firenze, 2012.

 

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