PARTICIPACIÓN MILLENNIAL

Participación Millennial

LECHUGA IZAGUIRRE Giovanny Bryan

Imaginarse una realidad física sin una virtual puede llegar a ser imposible, pues son los componentes digitales aquellos que llegaron a facilitar, hacer más rápido y traer más cerca el mundo y la información proveniente de él. Lo anterior es algo innato de la generación millennial. La inmediatez, la velocidad con la que se transmite la información y el carácter social colaborativo que posee todo contenido en red, es propio de una generación que busca mayor interacción, contacto con sus pares y participación a distintos niveles y tipos. A un año y meses de la próxima elección presidencial, estamos lejos de las circunstancias que vivimos en las pasadas elecciones, y para los millennials, los medios digitales y las redes sociales son nuestra mejor fuente de información para bien o para mal. Por ello, cualquier partido político, si desea crecer más allá de sus bases, tiene que salir a buscar el voto de los adolescentes digitales. ¿Qué queremos los millennials? Es la pregunta a la que muchos queremos encontrar respuesta. En todos los sectores nos hacemos bolas. Estamos a vías de entender la dinámica social de ésta, somos la primera generación de adultos que conocemos el mundo de una manera muy diferente a como lo hicieron nuestros padres. Hoy, una persona joven de 17 años que cursa la preparatoria, no sabe hacer una tarea escolar sin la ayuda de Google, por ejemplo. Así de radicales los cambios en estas últimas dos décadas. Cuando hablamos de redes sociales, vemos que son los jóvenes quienes, en su mayoría, lo dominan. Sus representantes son personificaciones precisas de cómo se codifican estos futuros adultos: todo llega (y se va) con mayor velocidad, también a todo se tiene más rápido acceso. Las personas jóvenes consumimos todo lo que encontramos en internet, pero se ha creído, equivocadamente, que nuestras posturas responden más al ocio que a una coyuntura social o política, siendo justamente eso lo que los millennials pensamos y esperamos de nuestra sociedad, vemos hoy a los partidos políticos dedicarse largas horas de trabajo para lograr un discurso que llegue a las mentes jóvenes y que genere un debate, una idea… una simpatía para hacer que nos involucremos con ellos.

La encuesta realizada y publicada por nacion321.com, revela un poco de esos intereses y características que buscamos los votantes menores de treinta en los aspirantes a la presidencia. En ella se analizaron las preferencias por partidos y aspirantes; la conclusión fue interesante: 77% de los entrevistados dijo estar seguro de salir a votar. Abrumador porcentaje si vemos que, en dos años, nosotros representaremos 50% de la lista nominal. Los candidatos nos tienen que voltear a ver, pero, sobre todo, deben comenzar a trabajar en su credibilidad ante nosotros. No es que las personas jóvenes no queramos salir a votar (apenas 3% de la muestra dijo que no lo hará), sino que, aunque los encuestados conocen a personajes como Margarita Zavala, Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya, Miguel Ángel Mancera, etcétera, la opción que más adeptos tiene es “ninguno de ellos”, el rechazo a estos personajes es lo que les provoca apatía. No es que las personas jóvenes no tengamos posturas políticas -las tenemos-, sin embargo, un importante número de nosotros no ve en ninguno de estos personajes a alguien que nos represente. Ese es el reto de cualquiera que pretenda estar en la boleta electoral de 2018: los millennials seremos los que decidan quién de ellos llegará a Los Pinos. El informe de este estudio apunta: “¿Alguna pista sobre lo que quieren los millennials? Lo anterior resalta con una directa respuesta, ante todo, honestidad. El 57% prefiere un gobierno íntegro y transparente, aunque no se noten los resultados, frente a 36% que quisiera resultados a pesar de tener sospechas de deshonestidad…”; los partidos políticos tienen la oportunidad de demostrar su compromiso con la más deseada de las cualidades en un político y que tan pocas veces se ve en ellos. No sólo por el voto de las personas jóvenes, sino porque en ese otro 50% del electorado adulto ya están hartos de lo mismo de siempre.