Parte de la vía romana nº XX “per loca maritima” iba por el mar

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Descripción

Parte de la vía romana nº XX “per loca maritima” iba por el mar Autor: César M. González Crespán El autor es Ingeniero Industrial, Programador informático de alto nivel y Capitán de yate. Tiene suficiencia investigadora por la Universidad de Vigo y ha publicado artículos de astronomía, navegación y toponimia. Resumen: Este trabajo da una solución a parte de la Vía romana nº XX "per loca maritima". El recorrido se inicia en Braga (Bracara), compartiendo camino con la Vía XIX hasta Tuy (Tude). A partir de este punto se hace una variante que va por el río Miño hasta su desembocadura en la Ínsua (Aquis Celenis), siguiendo después por el mar hacia el norte, hasta el cabo de Vicos, en las islas Cíes (Vicos Caporum). Después sigue hacia el norte hasta la playa de La Lanzada (Ad Duos Pontes). Desde aquí parte hasta llegar a la desembocadura del río Ulla, en Catoira (Glandimiro), y de aquí sigue el recorrido por tierra hasta Santiago de Compostela (Atricondo). Desde aquí pasaba por Brigantium, Caranico y Lugo hasta la capital conventual Asturica.

Itinerario de Antonino (I.A.), siglo II d.C., vía romana nº XX:

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El nombre de la vía “… per loca maritima…”, ó “… por lugares marítimos…”, indica que una parte de la vía discurría por el mar. “Loca” son “lugares” en latín, no necesariamente casas, mansios o mansiones. Las unidades utilizadas en cuatro de sus tramos, stadia, son unidades que se utilizaban en mediciones de navegación, topografía, geodesia y astronomía. Están claramente diferenciadas de las unidades milia passuum, por el hecho de que las cuatro son magnitudes con valores por encima de 100, empiezan por “C”. Las restantes, que van en milia passuum, empiezan por “X”, es decir, son algo superiores a 10. Hay una diferencia en los órdenes de magnitud. La existencia del Cabo de Vicos en la isla sur de las Cíes, en latín “Vicos Caporum”. Aquis Celenis es un lugar en la desembocadura del río Miño, Moledo, Camiña o la Ínsua Nova. No tiene nada que ver con Aquis Celenis (Caldas de Reyes), aunque siendo los nombres de los dos lugares semejantes, puede haber una convergencia de significados, por algunas características



comunes de ambos lugares. Si hay una diferencia entre ambos nombres, una “e”, una “i” ó una “o”, es algo que sólo se podrá dilucidar consultando el códice original. Por tanto, pudiera ser también Aquis Celinis ó Aquis Celonis. Puede haber dos lugares distintos con nombres iguales, cosa bastante frecuente, p.e. Baiona de Galicia (Bayona en español) y Baiona (así en vascuence, Bayonne en francés) de Lapurdi, Francia. El término ITEM significa “también” o “de la misma manera” en latín.

Item per loca marítima a Bracara Asturicam usque, que significa [Camino] De la misma manera por lugares marítimos desde Braga hasta Astorga. Y esto es exactamente lo que se hacía en el itinerario de la vía nº XX. Desde Bracara (Braga) hasta Tude (Tui) se seguía el mismo trazado de la Vía romana nº XIX y, a partir de ahí, empezaba la vía por los lugares marítimos, siguiendo, aguas abajo del río Miño, el canal fluvial navegable para pequeñas embarcaciones, hasta su confluencia con el mar, para navegar desde aquí hacia el norte, hasta las Islas Cíes, Playa de la Lanzada, Ría de Arosa, hasta Catoira, en la desembocadura del río Ulla. Desde Catoira, el camino seguía por tierra hasta Santiago de Compostela, Lugo… Astorga. De acuerdo con lo anterior, las distancias encajan…

Resolución de la Vía romana número XX “per loca marítima”. Justificaciones y cálculos. Como su nombre indica, esta vía romana discurría, al menos en parte de su recorrido, por mar. Era una variante, recorriendo una parte del camino en barco, de la vía romana terrestre número XIX, con la que comparte origen y destino, “Item a Bracara Asturicam”, es decir “De la misma manera desde Braga hasta Astorga”. La variante se inicia en Tude (Tui). Entre Bracara (Braga) y Tude (Tui), el camino era el mismo que el de la vía XIX. Esta condición, en parte marítima, y en parte terrestre, se deduce de su nombre, que sensu stricto es “[Camino] De la misma manera por lugares marítimos desde Braga hasta Astorga”, pero también de las unidades de medición utilizadas entre varios de sus puntos, para determinar las distancias entre aquellos de sus puntos que estaban en el mar, en particular los estadios o “stadia”. La traducción “por lugares marítimos” es más ajustada al latín, y más amplia, que la traducción “por la costa”, que es más restrictiva, y cierra la posibilidad de un camino por el mar. Lugares marítimos son también cabos, islas y puertos. Costa en latín sería ripa (ribera) o incluso costa. De esta forma se amplía el concepto de “Vía por la costa” a “Vía por el mar”, siendo además, los romanos, buenos navegantes, no sólo del “Mare nostrum”, entendido como Mar Mediterráneo, sino también del Oceanum, que era también su “Mare suum”, hasta la Britannia. La forma habitual que utilizaban los romanos para medir distancias era por pasos, normalmente dobles, es decir passuum. Un paso doble se establece como la distancia que avanza un hombre de complexión normal y corriente al completar dos pasos simples, yendo a una velocidad de marcha sin forzar, como la mayor parte de los pasos que da a lo largo de su vida al andar. Esta definición se establecía en un sentido práctico con el fin de que los ingenieros de caminos romanos pudieran medir distancias sin complicaciones. Cuando estos pasos dobles alcanzaban el número de mil, al ser contados, teníamos la “milia”, unidad de medida que significaba la distancia cubierta al realizar mil pasos dobles romanos. El valor que se atribuye a la milia, o milla, romana es de 1.481 metros. Pero esta forma de medir las distancias es de aplicación sólo cuando estamos en tierra firme. En el mar las cosas son distintas. Es evidente que un ser humano no puede dar pasos sobre el agua del mar, porque se hunde. Cualquier otra forma de medir la distancia que se utilizaba en el mar era imprecisa.

Para resolver este problema, las distancias en vías de navegación, siempre costera en la época romana, debido a las dificultades que surgían en caso de adentrarse en alta mar, sobre todo en aguas oceánicas, se resolvían por métodos topográficos de triangularización. Los romanos contaban con aparatos de medición llamados dioptras, que consistían en un medidor de ángulos o goniómetro horizontal, con una escala graduada y una mira giratoria que se anclaba en su centro y giraba libre en círculo. El aparato descansaba sobre un trípode que se clavaba firme en el suelo, establecida su horizontalidad por medio de un recipiente con agua o una plomada colgando de una cuerda.

Transportador para medir ángulos

Gracias al profundo conocimiento de la geometría, en particular de la trigonometría, o ciencia de los triángulos, heredado de los griegos, el procedimiento consistía en tomar los ángulos entre las líneas visuales a un punto desde diferentes lugares de la costa, con el establecimiento de los correspondientes triángulos rectángulos, que les permitían determinar distancias a partir de los lados de longitud conocida y determinada por medios terrestres. Claudio Ptolomeo Las unidades eran lo que cambiaba. Ya en tiempos del astrónomo Eratóstenes, en la Grecia del siglo II a.C., se habían establecido las unidades llamadas stadia. En época romana destacó un astrónomo de Alejandría de origen griego, llamado Claudio Ptolomeo. Este escribió, en el siglo II d.C., es decir, algo antes de que se escribiera el Itinerario Antonino, un tratado en el que establecía un método para explicar el movimiento aparente de los astros y el sol alrededor de la tierra, por medio de unas curvas llamadas epicicloides. La precisión y exactitud de sus mediciones fue tal que aún no se ha hallado un método mejor para determinar el movimiento de los planetas. Este libro se llama Almagestum, y fue clásico en astronomía durante 1.400 años. Se le supone el ejemplo de la teoría Geocéntrica, aunque esto es discutible, porque realmente era sólo un libro para explicar sus observaciones. También escribió otro libro, llamado Cosmographia, que da las coordenadas geográficas de muchos lugares de la antigüedad. En ellos se utilizan como unidades de medición de distancias

marinas, topográficas, geodésicas o astronómicas los llamados stadias ptolemaicas, con un valor de 185 m. Las mediciones topográficas romanas de las distancias El agrimensor disponía de una cuerda rígida calibrada de esta dimensión, por medio de la cual medía la longitud del lado de tierra del triángulo rectángulo, obteniendo el resultado en stadia. Para obtener precisión en la medida el lado de tierra debía tener al menos una longitud de d/2, que se obtenía con un ángulo visual de 63° {tan-1 (2) = tan-1 [d/(d/2)]}, y mejor aún, d, con un ángulo de 45° [tan-1 (1) = tan-1 (d/d)], ya que es fácil de medir este ángulo, aunque haya que recorrer mayor distancia para hacerlo, la precisión sería mayor. Estos ángulos se medían con la dioptra (iban avanzando con la cuerda por puntos en línea recta hasta alcanzar una medición del ángulo deseado).

Los obstáculos como montes, ríos, casas, etc., debían ser salvados con quiebros, mas triángulos y cálculo de pendientes para realizar las nivelaciones en vertical, con más triángulos. Para llevar las cuentas utilizaban el ábaco, pero también piedrecitas, garbanzos, lentejas y palitos, que iban siendo anotadas en tablillas por medio de un estilete que se golpeaba con un martillete. Con un transportador o teodolito se medían los ángulos en vertical. El equipo de precisión formado por cuerdas, dioptras, goniómetros y otros aparatos más complejos, se complementaba con varas, picas, cuentas, herramientas de hierro como palas y picos. Todo ello era servido por operarios, escribas, calculistas e incluso soldados que evitaban robos y asaltos. El material se transportaba en carros tirados por animales, que requería la existencia de una red de caminos bien tupida y trazada. Para cruzar ríos y mares balsas o barcas. El hecho de que en el I.A., se utilicen estas unidades para medir distancias nos indica también que los puntos de medición eran hitos marinos, tales como los puntos de la costa, y no las habituales mansios de las mediciones de vías terrestres. En la vía que nos ocupa, que discurre entre los puntos de origen y fin indicados, y que recorre, como se verá, las rías bajas gallegas, se encuentra un punto que ha sido tradicionalmente objeto de la controversia para determinar su significado. Se trata de Vicos Caporum.

Siempre se ha buscado la localización de este punto por tierra, al suponerse que era una de las tradicionales mansios romanas, sin llegar a un consenso claro. Pero a alguien acostumbrado a navegar por las Rías Bajas gallegas, este nombre puede sugerirle otra cosa bien distinta. Vicos Caporum. Islas Cíes.

Cabo de Vicos (Vicos Caporum), en la isla sur de las Cíes.

En la isla sur, o de San Martín de las Islas Cíes, hay un punto que se llama exactamente así, Cabo de Vicos. En el I.A. se alude al lugar de Vicos Caporum [ver El Tramo Maritimo De La Via 20 Del Itinerario De Antonino, de Benito Sáez Taboada]. Las otras posibles transcripciones del códice original, como Vico Spacorum, se han descartado por la existencia del topónimo actual Vicos, a partir del cual se hace un encaje matemático de las distancias, y tiene, por tanto, valor probatorio. Vicos, como nombre propio, no tiene traducción del latín. Caporum tampoco tiene traducción al latín, pero la terminación se corresponde con un genitivo plural. El significado, por tanto sería “Vicos de los Caporos”. Los términos Vicos y Caporos serían explicables en la lengua autóctona. En relación al lugar que ocupa el “Cabo de Vicos”, que marca el punto norte del canal sur de la entrada por mar a la ría de Vigo, desde este lugar se divisaban, a unos 15 Km de distancia, los pequeños núcleos urbanos que conformaban lo que hoy se llama la ciudad de Vigo, ciudad constituida, hasta tiempos recientes por varios núcleos urbanos, Vigo, Lavadores-Teis, Bouzas… El apelativo Vicos, por semejanza con el término Vigo, cambiando la “g” por “c”, podía muy bien ser utilizado para llamar en general a todos aquellos núcleos en el pasado, siendo caporos, el nombre del pueblo que habitaba la zona. Esta traducción ha sido considerada la más acertada por la Sra. Licenciada en Filología Clásica, Dña. Amaya González, profesora de lenguas latina y griega, colaboradora en las traducciones del latín en el escrito. Otra solución sería considerar Caporum de origen latino, cape o cabo de mar, o incluso caput, cabeza, pero el resultado “Vicos de los cabos” sería ilógico. Por último, otra posible solución sería traducir “vicos” del latín, como acusativo plural de “vicus, vici”, aldea, ya que las declinaciones de algunos topónimos del Itinerario Antonino están precisamente en acusativo, sin embargo, el resultado sería “A las aldeas de los caporos”, que no parece una solución apropiada para llamarle a un peñón marino, por mucho

que indique esa dirección. El utilizar el nombre común aldea para el lugar deja indeterminada la identificación del sitio donde se ubicaban los núcleos urbanos más importantes de la Ría de Vigo, y que le daban nombre. Redondela, núcleo urbano también de gran importancia, no es visible desde el cabo de Vicos, y no ha dejado trazas de su nombre en la ría. La elección del nombre propio Vicos para designar al sitio que da nombre al hito marino parece más acertada.

Vicos de los caporos (Vigo) desde el monte Paralaia

Las aldeas de los caporos se extenderían por un área más extensa, más allá de la ría de Vigo. Es de suponer que, como en el presente hay un faro en lo alto del cabo, en la edad antigua allí hubiera, en su cumbre, un fanal luminoso para indicar durante la noche el punto de entrada en la citada ría. Se divisaban los Vicos: Turonio, Burbida y Vigo. Turonio es citado por Idacio de Chaves, nacido en Lemica (cerca de la actual Xinzo de Limia), en el siglo V, en su Cronicón, “… arribaron los vándalos al puerto de Turonio, en la costa de Galicia…”, y asociado en varios documentos antiguos, algo posteriores, al entorno de la ciudad de Vigo, o a esta misma. Búrbida aparece citada como mansio en la vía XIX del I.A., en la misma zona, siendo el Berbés un topónimo actual que puede proceder de aquel. En cuanto a los Caporos, citados por Plinio y Ptolomeo, son los habitantes de un área muy amplia, comprendida entre el río Sar y Aquis Celenis, que no es Caldas de Reyes (Aquis Celenis también), como se ha querido ver tradicionalmente, sino un lugar mucho más al sur, en la desembocadura del río Miño, descrito más abajo. Por tanto el término Vicos se corresponde con un nombre particular y concreto del pueblo de los Caporos, ocupante de un área mucho más extensa que la ría de Vigo. Si se adoptase la solución Vicos Pacorum, los habitantes de la zona serían pacoros, en vez de caporos, que no encaja con las descripciones de pueblos de las fuentes antiguas.

La isla sur de Cíes y el cabo de Vicos desde la playa de Samil (Vigo)

Las islas Cíes desde Monteferro. El cabo de Vicos en el centro.

Cabo dos Bicos. Cambiando la V por B, de acuerdo con el mapa del Parque Nacional Marítimo Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia

Aquis Celenis. Isla o Ínsua de la desembocadura del río Miño. De acuerdo con POLIBIO, ESTRABÓN Y PLINIO (ver la pág. 18 del anexo Vías e itinerarios: de la antigüedad a la Hispania romana de José María Blázquez Martínez, capítulo RÍOS Y CANALES NAVEGABLES ), se dice “… El historiador Apiano de Alejandría, el geógrafo Estrabón y el naturalista Plinio, se refieren a la navegabilidad de los principales ríos peninsulares. El Ebro, el Guadalquivir, el Sado, el Tajo, el Duero, el Limia y el Miño, eran navegables en buena parte de su curso, lo que facilitaba el transporte de mercancías y el movimientos de grupos humanos…” y “… EI Miño era navegable en unos ochocientos estadios. En su desembocadura había una isla con dos muelles (cais em portugués), a decir de Estrabón…”. 800 estadios = 148 Km, es decir, el río Miño era navegable hasta el actual salto de “Os Peares”, aguas arriba de Orense.

La isla con los dos muelles, a decir de Estrabón, se muestra en las fotos. Está en la desembocadura del río Miño, frente a la playa de Moledo (Portugal) y a la izquierda del monte Santa Tecla, y se llama ahora Ínsua Nova:

Aquis Celenis. La Ínsua Nova, o isla con los dos muelles a decir de Strabón, desde la playa de Moledo

Aquis Celenis. La Ínsua, un día que soplaba.

Tramo nº 1. Desde Tude (Tui) hasta Aquis Celenis (Moledo o Caminha). Por el río Miño. El río Miño era, y es, navegable hasta Tui (Tude), para pequeñas embarcaciones. Las aguas del río a la altura de esta ciudad están, aun a 30,5 km del mar, en la zona intermareal. Son aguas tranquilas, con escasas oscilaciones de marea y poca corriente. Aunque las aguas no son muy profundas, pueden navegar por ellas barcos de pequeño porte en todo el canal. Las corrientes de marea suben y bajan. Si se aprovecha el momento, la vaciante puede ayudar a ir aguas abajo y la llenante a ir aguas arriba. La desembocadura es algo más complicada si hay mar arbolada, sobre todo de componente sur, ya que se pueden formar rompientes en determinadas condiciones. En la zona al norte de la Ínsua, navegable por pequeños pasos, aunque con cierta dificultad, a causa de las rocas, dependiendo de las mareas y las corrientes, se encuentra La Guardia, con su pequeño y poco protegido puerto, a las faldas del monte Santa Tecla, donde están los restos de un importante castro, habitado en la época romana. La ubicación del lugar Aquis Celenis es incierta, pudiéndose corresponder con Caminha, Moledo o La Ínsua Nova del medio del canal (esta la más probable). El castro de Santa Tecla está algo apartado hacia el norte de los puntos de medición, por lo tanto sería descartable que tuviera este nombre.

Tramo nº 1. Tude – Aquis Celenis. Canal navegable río Miño. 30,5 Km (CLXV stadia)

Un barco por el río Miño. Arriba a la izquierda, Tui, con su catedral.

Desembocadura del río Miño (Minium flumens), desde el monte Santa Tecla. Enfrente, Camiña y Moledo. El canal navegable de la salida al mar entre Moledo y la Ínsua es navegable, para pequeñas embarcaciones hasta Tuy (Tude), 30 km tierra adentro. ¿Es el castro de Santa Tecla o La Guardia la Quarteso del Parroquial Suevo del siglo VI?

Es de gran dificultad conocer la configuración exacta de la costa en la época romana. La presencia de rocas entre la Ínsua y La Guardia – Camposancos al norte dificulta algo el paso de barcos, aún pequeños por esta zona. El canal navegable está hacia el sur de la Ínsua, hacia Moledo. En este lugar hay barras arenosas que pueden moverse con el paso del tiempo, incluso de un día para otro. El canal de paso varía según las condiciones de mar. Aun así, en la zona interior del estuario se encuentra la lonja de Camiña, puerto base en la actualidad de, al menos, tres embarcaciones dedicadas a la pesca en mar abierto. Enfrente, en El Pasaje se encuentran unos astilleros para barcos de madera, no tan pequeños, ya que allí fue reparada hace unos años la carabela Pinta de Baiona. Ha habido 1800 años de aluviones fluviales, transgresión flandriense por hundimiento de la costa y basculación tectónica, corrientes de marea en zonas estrechas, variaciones tanto positivas como negativas del nivel del mar. El punto exacto de medición topográfica de los ingenieros romanos debió estar en la Ínsua Nova.

Réplica moderna de la carabela Pinta de Baiona. Un navío como este arribó al puerto de Baiona con la primera noticia del descubrimiento de América por Cristóbal Colón al continente europeo. Fue reparada en los astilleros de El Pasaje, en el estuario del río Miño, adonde llegó remolcada.

Tramo nº 2. Desde el canal navegable en la desembocadura del río Miño, Aquis Celenis hasta Vicos Caporum (cabo de Vicos). Si desde el punto del canal navegable de la desembocadura del río Miño, entre la costa portuguesa de Moledo y la Ínsua o isla que se encuentra en la mitad del estuario se cuentan en dirección norte los 195 stadia (36 Km) fijados en el I.A. para este segundo tramo de la vía, con los necesarios quiebros que hay que realizar en el mar para discurrir siempre por zonas navegables y libres de rocas, nos encontramos con el cabo de Vicos, en la isla sur de las islas Cíes. El punto de medición topográfica está en lo alto del cabo.

Tramo nº 2. Canal navegable río Miño – Cabo de Vicos (Vicos Caporum). 36 Km (CXCV stadia)

Tramo nº 3. Desde Vicos Caporum a Ad Duos Pontes. El puertecito romano de las calas de la Playa de la Lanzada. Hacia los dos Pontes. Si desde el cabo de Vicos navegamos hacia el norte nos encontramos, salvando las rocas que dificultan la navegación, a 95 estadios ptolemaicos, 27,7 km, con las calas junto a la playa de la Lanzada. Esta es la distancia para el tercer tramo de la vía. Este punto constituía el siguiente hito marino de la ruta, Ad Duos Pontes. La preposición latina Ad significa hacia o para. Era pues, un punto de partida hacia los dos Pontes, el primero situado a unos 2 km en dirección este, en el municipio de Sanxenxo, y llamado así, Pontes, el segundo a unos 25 km en la misma dirección, que no es otro que Pontevedra, con toda seguridad llamado en aquella época también Pontes, importante nudo de comunicaciones de la vía número XIX, donde se han encontrado varios miliarios romanos, y había, si tiene relación con su nombre, un puente. No obstante, en Pontevedra podía haber un puente para cruzar la ría que forma el río Lérez, aunque también era posible que la ría se cruzara en barca. Del puente de Pontevedra no se han encontrado sus restos, también podía ser de madera, o no haber puente en la época romana. A destacar que en el primer Pontes ni hay, ni hubo nunca, ningún puente. Ad Duos Pontes se corresponde con el castro romano que se encuentra en este mismo sitio junto a la playa de la Lanzada. Allí mismo, en el istmo que une tierra firme con la pequeña península que cierra y da abrigo a una de las calas, había un puertecito en la época romana, como se puede comprobar “in situ”. El punto de medición topográfica estaba en lo alto de la península donde está la torre del pirata.

Tramo nº 3. Cabo de Vicos – Castro – Playa de A Lanzada (Ad Duos Pontes). 27,7 Km (CL stadia)

Los dos Pontes a las que se podía llegar desde Ad Duos Pontes, el primer Pontes en Sanxenxo y el segundo Pontes en Pontevedra.

Castro romano de la playa de la Lanzada. Ad Duos Pontes.

Cala de la Lanzada

Torre del pirata junto al castro romano de la Lanzada. Construida para vigilar a los piratas moriscos, vikingos o sarracenos.

Ad Duos Pontes significa “hacia los dos Pontes”. El primer Pontes era este lugar, en el concello de Sanxenxo. El segundo Pontes estaba en Pontevedra.

Tramo nº 4. Desde Ad Duos Pontes hasta Glandimiro. Catoira, en la desembocadura del río Ulla. Siguiendo la ruta marina hacia el norte, con los necesarios rodeos para evitar las zonas con rocas y zonas no navegables, nos encontramos, a los 180 stadia ptolemaicos, o 33,3 km, fijados en el cuarto tramo de la vía, con Glandimiro, en la desembocadura del río Ulla, cerca de las torres de Catoira, donde terminaba la ruta “per loca marítima”, y, a partir de aquí continuaba la ruta terrestre número XX hasta la capital conventual. Es de notar que este punto dista exactamente la distancia que resta, de acuerdo con el itinerario, hasta Lugo, es decir, 130,1 Km, pasando por donde ya veremos. Al igual que en otros casos, la costa fangosa de la desembocadura del río Ulla, por efecto de los aluviones fluviales, corrientes de marea, transgresión flandriense marina y variaciones del nivel del mar hace difícil el considerar el lugar exacto donde se encontraba exactamente Glandimiro. La medición topográfica debió realizarse en un punto de la costa o en una de las islas donde están los cruceiros. Un buen emplazamiento para la ubicación del puerto podría ser la protegida playa de Bamio, situada algo al sur, con formaciones rocosas que dan el abrigo para el desembarco. Allí mismo, al lado, hay un crucero en la actualidad.

Tramo nº 4. Castro – Playa de A Lanzada (Ad Duos Pontes) – Catoira (Glandimiro). 33,3 Km (CLXXX stadia)

Torres del oeste, Catoira. Entre este lugar y el mar, al fondo, sino aquí mismo estaba Glandimiro.

Los restos de la ciudad de Glandimiro.

La isla del cruceiro es el probable punto de medición topográfica.

Atardecer en la ría de Arosa (o Arousa). Recordando aquellos tiempos en que los barcos romanos surcaban sus aguas.

Los drakkar de los feroces vikingos las surcarían después, en los siglos IX y X. Este está atracado junto a las torres de Catoira

Tramo nº 5. Desde Glandimiro hasta Atricondo. Santiago de Compostela. Para llegar a Atricondo, ya por tierra, puesto que las unidades de medición son terrestres, es decir milia passuum, no hay más que seguir, la distancia fijada, el camino que marcan Pontecesures, Padrón, Iria Flavia, Escravitude, Milladoiro. Santiago de Compostela fue una ciudad romana, ya que allí se han encontrado, además de otras cosas, los restos de unas termas, que constituyen el basamento de su catedral, construida sobre ellas siglos más tarde.

Tramo nº 5. Torres del oeste – Catoira (Glandimiro) – Atricondo (Santiago de Compostela). 32,5 Km (XXII milia passuum)

Catedral de Santiago de Compostela (Atricondo)

Esta fue la ruta, de acuerdo con la leyenda, que ahora parece que puede ser una realidad, que siguió el Apóstol Santiago cuando estuvo en Galicia. Esta alternativa nos lleva a la idea que la leyenda puede descansar sobre un hecho real. Desde luego, hay un camino por el mar (XACOBEO GALICIA, RUTA DEL MAR DE AROUSA Y RÍO ULLA), y hubo un camino por el mar.

¿Desde qué punto y hasta qué punto medían los romanos las distancias entre ciudades? Si lo hacían desde el edificio público de mayor importancia había el problema de lo tortuosas que fueran las calles, de la distribución de las vías urbanas. Se podía elegir la solución de la distancia más corta, o ir por las calles más importantes.

También podían medir desde la puerta mejor orientada hacia la vía de comunicación externa. Las ciudades romanas solían estar amuralladas para protegerse de los ataques externos. En las ciudades extremas de la vía, Braga y Astorga, no cabe duda, puesto que el punto de inicio y fin de la vía marcaba las mediciones. En las ciudades intermedias podían darse multitud de casos. Podía ocurrir que la vía dejara al margen la ciudad, accediéndose a ella a través de una vía secundaria, o en otros casos la vía podía atravesar la ciudad. Todo esto añade algunas imprecisiones en la medición de distancias, puesto que no sabemos exactamente como se había realizado la medición en cada caso. Tolerancias y holguras en las distancias inter-mansiones Para determinar la situación exacta de las mansiones o hitos de la vía, contamos con el cuadre de distancias. A no ser que conozcamos exactamente por donde discurre la vía, estamos sujetos a un error en la medición de las distancias, puesto que lo que estamos haciendo son cálculos con una aproximación del recorrido. Para dar con una solución exacta tendríamos que conocer toda la vía. Por esta razón son admisibles pequeñas diferencias en las distancias medidas con los medios actuales. Con tantos terremotos, corrimientos de tierra, cambios en los cursos fluviales, puentes levantados y puentes caídos, la probabilidad de dar una solución exacta es baja. En el mar la cosa puede ser distinta, puesto que allí las distancias son rectas, no hay que buscar ningún camino. También se ha de considerar que puede haber holguras en los puntos de medición de fin de un tramo e inicio del siguiente en la misma ciudad, por el hecho de que las medidas pudieron haber sido realizadas desde puntos distantes. No son admisibles soluciones con grandes diferencias en las distancias. Desde Santiago de Compostela a Lugo las distancias vuelven a cuadrar

Por el camino tradicional: 44,4 + 26,7 + 25,2 = 96,3 las distancias se aproximan mucho.

Tramo nº 6. Desde Atricondo a Brigantium. Brigantium se lo ha tragado la tierra. Su situación debe estar en 42.9160215,-8.080831 +- 1 Km, por A Peroxa (Arzúa).

Tramo nº 6. Atricondo (Santiago de Compostela) – Brigantium. 44,4 Km (XXX milia passuum)

En relación a este Brigantium, del I.A., y al citado por Estrabón, Dión Casio y Orosio, lugar en el que había un importante faro, que en algunos sitios se identifica con la torre de Hércules, y en otros el lugar con las actuales Bergondo ó Betanzos, es muy probable que se trate de dos Brigantium distintos. Las transcripciones de los códices son copias de copias sujetas a la interpretación subjetiva de los copistas, y también a sus errores. Puede ser que los dos nombres originales fueran parecidos y han convergido en el mismo. Esto se puede comprobar en lugares del I.A. que en un códice tienen un nombre y en otro códice otro distinto (por ejemplo Burbida y Bonisana, Anónimo de Rávena, que se refieren a la misma ciudad en códices distintos, con nombres distintos). También hay un caso semejante entre Aquis Celenis – Caldas de Reyes o la Ínsua Nova de Moledo, dos lugares distintos con nombres semejantes. En el I.A. hay un tercer Brigantium en la copia de los vasos de Vicarello, que se corresponde con la Briançon francesa.

Tramo nº 7. Desde Brigantium a Caranico. Caranico también se lo ha tragado la tierra. Su situación debe estar en 43.0083848,-7.5588696 +- 1 Km, por O Marco (Palas de Rei).

Tramo nº 7. Brigantium – Caranico. 26,7 Km (XVIII milia passuum)

Tramo nº 8. Desde Caranico a Lucus Augusti.

Tramo nº 8. Caranico – Lucus Augusti. 25,2 Km (XVII milia passuum)

Discrepancia del castro de Castromaior. La distancia desde el castro de Castromaior hasta Lucus Augusti, 27,6 km, se aproxima bastante a la que debiera ser, 25,2 km, no obstante se encuentra situado demasiado al sur de la línea maestra de la vía y si se acepta como solución, se desajustarían las distancias restantes.

Desde Lucus Augusti a Timalino, Ponte Neviae, Uttaris, Bergido… Asturica

En relación a la transliteración de los códices originales Para obtener una transcripción fiel de la información de nombres presente en los códices es necesario ver la copia original. No es completamente válida la interpretación hecha por otros autores. He observado errores en algunos casos y tengo dudas en estudios de algunos documentos antiguos. Los errores cometidos en fuentes consideradas fiables, pueden ser acumulativos en los estudios sucesivos que estén basados en ellos. Valdría ver el códice original convenientemente digitalizado. He intentado ver la copia original cuando he podido, pero no suele ser fácil encontrarla siempre. Referencias y Bibliografía: La dioptra. Isaac Moreno Gallo. L’abaco. Bruno Pistone. Roman surveying. Isaac Moreno Gallo. Topografía romana. Isaac Moreno Gallo. Régimen jurídico de las vías romanas. Vanessa Ponte. El ejército y las obras públicas en el imperio romano: el desarrollo de las comunicaciones terrestres. Tomás Vega Avelaira. Alcance y organización de las obras públicas en el imperio romano. José Manuel de la Peña Olivas.

Diferencia del concepto de la obra pública actual y en la Roma clásica. José Manuel de la Peña Olivas. Traianus. El Tramo Maritimo De La Via 20 Del Itinerario De Antonino. Benito Sáez Taboada. El Nuevo Miliario. Número 3, diciembre de 2006, Las vías romanas 19 y 20 del Itinerario de Antonino, págs. 25-36. Raúl Villanueva González. La vía per loca marítima … Rosa María Franco Maside. TOPONIMIA DE LAS VÍAS ROMANAS DE GALICIA. Juan J. Moralejo. Aportaciones al trazado de la vía 19 del itinerario de antonino. Benito Sáez Taboada. A Vía per loca marítima ao seu paso polo territorio Mariñas – Betanzos. Vias Romanas em Portugal Vías e itinerarios: de la Antigüedad a la Hispania romana. José María Blázquez Martínez. Las vías romanas. José Carlos Muñiz San Segundo. O noso patrimonio. Romanizacion de galiza/galicia (Provincia de Pontevedra). Parque nacional marítimo terrestre Islas Atlánticas de Galicia. Cronicón de Idacio: Versión castellana, con abundantes notas y aclaraciones, precedida de un … Marcelo Macías y García. SOBRE EL VIGO ROMANO Y SU PROBLEMÁTICA ( VIII) FAROS Y LUCES DE SEÑALIZACIÓN EN LA NAVEGACIÓN ANTIGUA. JULIO MARTÍNEZ MAGANTO La Torre de Hércules Puertos de la España romana. José María Blázquez Martínez. Faros de navegación en el Cantábrico y el Atlántico Norte. Ángel Morillo y Carmen Fernández Ochoa. Cosmograrphia del anónimo de Rávena Iternerarium Antonini Avgvsti et Hierosolymitanvm ex libris manvscriptis ediderunt. G. Parthey et M. Pinder. El Itinerario de Antonino. Alonso Trigueros, Jesús María. Los pueblos de la Galicia céltica. Francisco Javier González García. GOBELET DE VICARELLO (4) – A GADIBUS ROMA. Itinerarium Gaditanum I BIBLIOTHECA AUGUSTANA. The Antonine Itinerary Iter Britanniarum – The British Section. Vetera Romanorum Itineraria sive Antonini Augusti. Itinerarium Provinciarum Antonini Augusti. Vibius Sequester de fluminum et … Vías romanas de Astorga. Isaac Moreno Gallo. MILIARIOS E OUTRAS INSCRICIÓNS VIARIAS ROMANAS DO NOROESTE HISPÁNICO. Antonio Rodríguez Colmenero, Santiago Ferrer Sierra, Rubén D. Álvarez Asorey. “Romanización” y “Reconquista” en la Península Ibérica. Nuevas perspectivas. María José Hidalgo de la Vega. Diccionario geografico-historico de la España antigua, Tarraconense, Bética … Miguel Cortéz y López. Guía de Galicia: Geografía.–Historia.–Vida económica.–Literatura y arte … Ramón Otero Pedrayo. HISTORIA INÉDITA DE HISPANIA (Compendio de etimología, historia antigua y toponimia). Francisco Rueda García. Libro tercero de la Geografía de Estrabón, que comprehende un tratado sobre España. Traducido del latín por Don Juan López.

Cosmographia. Claudio Ptolomeo. Cosmographia. Claudio Ptolomeo. Iter britanniarum; or, that part of the Itinerary of … Thomas Reynolds. The Itinerary of John Leland. Campagna e paesaggio nell’Italia antica. Lorenzo Quilici, Stefania Quilici Gigli. ITINERARIA HISPANA. JOSÉ MANUEL ROLDÁN HERVÁS. 35 MILLAS NAVEGANDO DESDE BAIONA A TUI. Blog ferruxadas. © César M. González Crespán. Todos los derechos reservados. Protegido por las leyes de la Convención de Buenos Aires

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