Parque Centenario y Bicentenario de la Asamblea del Año XIII Martín Cécere

June 8, 2017 | Autor: Martin Cecere | Categoría: Social Sciences, Human Rights, Security, Democratization
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Descripción

Parque Centenario y Bicentenario de la Asamblea del Año XIII


Martín Cécere


Las ciudades han sido la cuna de la democracia. En el siglo V antes de
nuestra era, las multitudes de trabajadores marinos del Pireo, el puerto de
Atenas, y que constituían la base del poderío naval y comercial de la
ciudad, forzaron a la oligarquía de dicha ciudad a distribuir y permitir el
voto y la función pública entre todos los ciudadanos áticos. A partir de su
mera existencia, las ciudades han sido el lugar privilegiado para la
movilización social y la expresión del disenso democrático.
Por otra parte, con el capitalismo, las ciudades se han constituido, desde
los orígenes de esta formación social en el siglo XV, como los centros
privilegiados de acumulación de capital. Sea por la facilitación de
recursos administrativos y logísticos que ofrecían para el comercio y
distribución de mercancías como por la disposición de recursos, mano de
obra, vivienda e infraestructura para la producción, las ciudades han
constituido a lo largo de la historia un espacio en el que distintas
tendencias y procesos sociales se solapan, conjugan y desarrollan.

Las ciudades de la modernidad confundieron estas dos características,
libertad política e iniciativa, de un modo casi inescindible. En nuestra
época, por primera vez en casi 200 doscientos mil años de historia de la
humanidad, la población mundial es eminentemente urbana. La acumulación del
capital, el despliegue sin precedentes de las fuerzas productivas de la
humanidad, y la participación universal en política como parte de un
proceso constante y progresivo de conquistas de derechos y reconocimiento
político, tuvieron como epicentros fundamentales a las ciudades desde el
siglo XV. La revolución industrial es un fenómeno que comenzó en las
ciudades del norte de Inglaterra, gracias a la incorporación de la máquina
de vapor para el transporte de la lana y la mecanización de la producción
textil, concentrando a la población desplazada en los centros urbanos. Las
ciudades dejaron de ser principalmente sedes del gobierno y del comercio
para convertirse en sedes de la producción en masa. Este fenómeno traería
como consecuencia la conformación de una clase urbana, protagonista de
grandes transformaciones en los tres últimos siglos.

Tanto la revolución americana como la francesa tienenuvieron episodios
iniciales en el escenario de ciudades como Boston y Paríis. La revolución
rusa se iniciaa cuando los soldados del zar se niegannegaron a reprimir una
marcha de mujeres hambrientas en San Petersburgo. La revolución china es el
resultado de una gran marcha campesina sobre Beijing. Cuando la columna
norte de Pancho Villa confluye en Ciudad de México con la columna sur de
Emiliano Zapata, se sella el destino de la revolución mexicana.

Mucho más acá, podemos mencionar que nuestra propia emancipación de España
es un proceso que se inicia en Buenos Aires y va prendiendo en las
poblaciones de las distintas ciudades entre el puerto porteño y el Alto
Perú. La gesta de San Martín y el heroico ejército de los Andes tenían por
objetivo una ciudad: Lima. Incluso más acá cerca del presenteen el tiempo,
la extensión de la ciudadanía política y la igualdad social es un proceso
que implicaó la movilización de masas eminentemente urbanas, . Pprimero con
la revolución radical y el movimiento yrigoyenista y, luego con la
movilización popular del 17 de octubre de l 1945 y el surgimiento del
peronismo. Son procesos que llevan en su genética las características
esenciales de la ciudad:, modernización y democracia.

Dicha confluencia histórica de tales procesos en el epicentro de las
ciudades (-democratización y extensión de la ciudadanía, movilidad social
ascendente, industrialización, aumento de la capacidad productiva y
generación de riquezas( - comienza, no obstante, a ofrecer síntomas de
agotamiento.

Existe un nuevo modo de administración y gestión del espacio urbano que
pretende desacoplar estas dos tendencias. Por un lado, se considera a la
pulsión democrática presente en toda ciudad como fuente de amenazas a la
seguridad y por tanto se despliegan toda una serie de dispositivos y
prácticas de control y vigilancia que pretenden neutralizar esta supuesta
amenaza de modo que no tenga siquiera oportunidad de manifestarse. Por otro
lado, los sectores urbanos en los que se concentran las clases acomodadas,
los centros administrativos financieros y las zonas de tránsito son
literalmente blindados y custodiados, de acuerdo a una lógica militarista
de identificación, señalización y neutralización. El simple acto de acceder
a ellos requiere atravesar innumerables obstáculos merced la presentación
de documentos de identidad, brindando explicaciones y demás justificativos.
Se denomina a esta tendencia "neo-urbanismo militarista". En un reciente
libro, Cities Under Siege: The New Military Urbanism,[1], Stephen
Graham, un profesor británico, académico de Uurbanismo y gGeografía de la
Universidad de Newcastle y el MIT, analiza y define la militarización de la
sociedad civil como la extensión de la tácticas militares de rastreo,
identificación y señalamiento hacia los espacios cotidianos y la
circulación de la vida de todos los días. Este desarrollo teórico de la
geografía y el pensamiento sobre el urbanismo y la vida en la ciudad debe
mucho, y puede considerarse una continuación del pensamiento que elaborara
Michel Foucault sobre la evolución y consolidación de las prácticas y
discursos sobre la gubernamentalidad o gobierno de las poblaciones.

Mucho se ha dicho en la Argentina reciente sobre el neoliberalismo y sus
consecuencias para la sociedad. No obstante, creo, no se ha analizado lo
suficiente el elemento neoconservador que acompañaba este intento de
reconfigurar la sociedad. Existe, desde hace un tiempo ya, abundante
literatura especializada, anglosajona y continental europea, sobre la doble
filiación ideológica de la contra-rrevolución neoliberal (conservadurismo y
segregacionismo como pensamiento social sumado al monetarismo y el
equilibrio fiscal en economía). Uno de los ejemplos más conocidos de esta
literatura son los libros de Naomi Klein. Sin embargo, en nuestro país,
creo que todavía no se ha reparado suficientemente en esta debida
complejización del análisis, en aras de una mayor claridad y sinceramiento
de las tendencias políticas que actúan en nuestra sociedad. No se ha
separado suficientemente (-como se dice(- la paja del trigo, de modo de
identificar las iniciativas políticas neoliberales de las iniciativas
políticas que son marcadamente neoconservadoras, y que, por tanto, son
consustanciales a aquellas. En este caso, lo complejo es amigo de la
claridad, p. Puesto que si, por un lado, se asocia al neoliberalismo con el
intento de reducir el gasto público y sostener una política fiscal
equilibrada, favoreciendo la inversión y las oportunidades para los
negocios, se tiende peligrosamente a pasar por alto que, al mismo tiempo,
las políticas neoconservadoras requieren un activo rol del Estado en sus
funciones represivas de control y seguridad. Estas, las cuales, por cierto,
representan millonarias inversiones de dineros públicos. Es parcial, por no
decir "errónea", la descripción del neoliberalismo como una política de
reducción del gasto público. Antes bien, es una política de
redireccionamiento de dicho gasto a los esfuerzos militaristas de control y
seguridad para favorecer y asegurar los privilegios de los sectores
acomodados y la generación de riquezas, mientras que se descuidan y
desconocen las funciones esenciales del Estado en términos de derechos
económicos y sociales. Es decir, en términos de Dderechos hHumanos
uUniversales.

Creo, por lo tanto, que ha llegado el momento de que también sea denunciado
el componente neoconservador que aún hoy está arraigado en nuestra
sociedad, principalmente en lo que refiere a temáticas tan importantes como
la seguridad, la educación y la salud, dimensiones todas de la experiencia
urbana. Advertimos la importancia, por no decir la "urgencia", de semejante
ejercicio (, del cual este pequeño ensayo pretende constituirse en un
granito de arena(, en la necesidad de avanzar en el desmantelamiento del
país individualista, corporativo y excluyente que los 25 veinticinco años
que van de 1976 al 2000 nos dejaron. No sea que preocupados por revertir,
legítimamente desde ya, las variables meramente económicas, seamos
incapaces de visualizar el modo de perseverar que tiene dicho "país" a
partir de otras políticas públicas. Esta militarización, que se presenta
como una respuesta a las nuevas conflictividades sociales, representan más
bien un intento dramático de traducir el deseo militarista de omnisciencia
y racionalidad basada en tecnología de punta a los espacios de gobierno y
administración de la sociedad civil urbana. De esta manera, se
generanGenerando discursivamente y en sus prácticas categorías
diferenciadas de habitantes urbanos que contrastan de modo reaccionario con
el espíritu universal de la ciudadanía democrática. Esta doctrina, incluso,
tiene la particularidad de centrarse en la posibilidad de lidiar e
identificar las amenazas incluso antes de que su supuesto mortífero
potencial se realice. Por cierto, ningún incidente mayor que afectara la
seguridad de las personas se ha verificado en el Parque Centenario.

En el libro mencionado, Stephen Graham argumenta que "

al mismo tiempo, el poder estatal destina progresivamente
más recursos tratando de separar los cuerpos considerados malignos y
amenazadores de aquellos considerados valiosos y amenazados dentro de
los espacios comunes de las ciudades y las infraestructuras que los
enlazan en común (p.ej.: aeropuertos, paseos de compras, pero también
parques, calles peatonales, barrios enteros bajo la vigilancia
telescópica de las cámaras de CCTVcctv). En lugar de basarse en el
estado de derecho y los dDerechos hHumanos, fundados en la ciudadanía
universal, estas doctrinas emergentes de las políticas de seguridad se
fundan en la clasificación [(profiling)] de los individuos, lugares,
comportamientos, asociaciones y grupos. Tales prácticas asignan a los
sujetos categorías de riesgo basadas en su asociación percibida con la
violencia, la disrupción o la resistencia ante el orden geográfico
dominante que sostiene el capitalismo neoliberal global" (Graham, 2012:
XV)..

Esto supone una reconfiguración del concepto de ciudadanía y de las
fronteras nacionales,; centrales en el sistema de los Estado-Nnación desde
mediados del siglo XIX. Se puede considerar, incluso, la incipiente
obsesión por categorizar el riesgo como una amenaza, como una tendencia que
pretende desligar esos dos conceptos de la ciudadanía nacional universal.
Del mismo modo que hay que presentar el pasaporte para poder atravesar
cruzar fronteras nacionales, así mismo hay que atravesar fronteras
simbólicas para transitar desde la periferia al centro de la ciudad. Es por
esto que las rejas del Parque Centenario representan un ejemplo más del
intento de establecer prácticas fronterizas al interior del espacio
nacional estatal de las comunidades políticas. Esto nos lleva a
reconsiderar las palabras de Foucault, quien en sus clases recogidas en el
libro "Defender la sociedad" advertía que durante el período clásico del
colonialismo -(última mitad del siglo XIX-( algunas técnicas y prácticas
destinadas a controlar los territorios ultramarinos fueron importadas para
"colonizar" las ciudades de las metrópolis. Los grandes bulevares del
arquitecto Haussmann que reconfiguraron la fisonomía de París son el
ejemplo clásico de esta práctica estatal de colonizar y controlar el
espacio urbano como se colonizaba y controlaba el espacio ultramarino. Del
mismo modo, en el neo-urbanismo militarista, las ciudades son consideradas
como espacios intrínsecamente problemáticos, ya que concentran las
demostraciones de resistencia, movilización, disenso y protesta que
desafían la seguridad nacional en el territorio.

En el caso del neo-urbanismo militarista oOccidental, las ciudades son
consideradas espacios problemáticos per se, en oposición al espacio natural
y tradicional de las comunidades rurales, blancas y cristianas. De manera
quizás especular, la subespecie del neo-urbanismo militarista que nos
propone la administración macrista de la cCiudad considere a los vecinos de
la ciudad como los sujetos amenazados por los individuos que llegan y la
transitan la ciudad desde más allá de la Avenida General Paz y el
Riachuelo. De allí, la presencia preponderante en su discurso del término
"vecino" en lugar del más democrático "ciudadano".

Las rejas del Pparque cCentenario corren paralelas a los subsidios
millonarios que la Ciudad de Buenos Aires entrega a las escuelas de
administración privada. En el pliego de condiciones para la contratación
del servicio de higiene urbana y recolección de residuos, no se estipula la
obligación de las empresas de brindar este servicio de manera regular y
adecuada y regular en las villas de la Cciudad. Se trata de generar
archipiélagos o zonas seguras y exclusivas dentro del espacio urbano
abierto y común; pero (sobre todo, de acuerdo a esta perspectiva(,
peligroso. Recientemente, se ha aprobado una reglamentación que prohíbe
cocinar con leña o carbón en los tradicionales carritos de la Costanera
Sur, precisamente para conjurar el peligro de un incendio, incluso cuando
nunca haya ocurrido semejante incidente. Por cierto, la Costanera Sur es un
extraño espacio que constituye aún hoy un paseo verde urbano popular
precisamente en medio del barrio más vigilado, controlado y exclusivo de la
Ciudad: Puerto Madero. La ciudad de los privilegiados se sobrepone a modo
de enclaves blindados como archipiélagos por sobre el espacio urbano
abierto e inseguro. Es común escuchar decir a padres que envían a sus hijos
a escuelas privadas fuertemente subsidiadas por el Gobierno de la Ciudad
puesto que en las escuelas públicas los niños se roban los útiles entre sí
cuando dejan las aulas y van al recreo. Es común escuchar críticas al
subsidio del transporte público pero nada se dice de las escuelas privadas
que reciben millones de pesos en subsidios, incluso aquellas que tienen
cuotas muy elevadas y están en los mejores barrios de la Cciudad. Las
cámaras de seguridad ubicuas, los puestos de control militarizados en los
accesos a las villas de emergencia son la otra cara de la misma moneda que
incluye la ausencia de iniciativas en cuanto a políticas de vivienda
social. Incluso la advertencia y el concreto aumento de las tarifas del
transporte subterráneo permite considerarlos como un intento en lo
simbólico de construir archipiélagos dentro del espacio común de la
experiencia urbana. Por un lado, el desplazamiento rápido y caro,
privilegiado, para una determinada clase de "vecinos", que . Rreservando el
transporte de superficie para los sectores más humildes, los que vienen de
allende la ciudad; aquellos que no son "vecinos" pero sí son parte
fundamental del espacio y la experiencia de la ciudadurbana, pues son
quienes producen y mantienen los servicios. D; de este modo, se aumenta el
tránsito, los tiempos del recorrido y, se aumentan las horas destinadas por
los trabajadores para ir y volver del trabajo, lo y que trae aparejadao una
merma considerable en la calidad vida de estos sectores.

En los archipiélagos de seguridad, gracias al blindaje, independientemente
de cómo se concrete, se disfruta de la bici-senda, se pasea por un parque
enrejado y exento de presencias molestas, se viaja en subterráneo rápidao y
cómodamente, mientras que fuera de estos enclaves, la experiencia urbana
incluye el los problemas de tránsito, la contaminación, el hacinamiento, la
ausencia de mantenimiento, de recolección de residuos, de servicios de
emergencia en salud. Durante su primera administración en el Ggobierno de
la cCiudad, el macrismo intentó incluso circunscribir y priorizar la
atención en los hospitales públicos para los vecinos porteñosde la Ciudad,
faltando al principio de universalidad que lo rige de acuerdo a la propia
Constitución de la Ciudad.

En los países oOccidentales, esta práctica de gubernamentalidad
(administración y categorización de la población) del neo-urbanismo
militarista se realiza a través de productos y servicios basados en la alta
tecnología (satélites, data mining, puestos de controles biométricos,
vigilancia constante mediante cámaras de seguridad, etcétera), mientras que
en la cCiudad de Buenos Aires se persigue el mismo objetivo con medidas más
sencillas, aunque no por ello menos decisivas y eficaces: aumentano de las
tarifas del transporte público, se enrejan las plazasenrejados, no existen
lasausencia de políticas de vivienda, no se considera el servicio de
recolección de residuos para las villas de emergencia, las ambulancias no
entran en estas zonas, etcétera. El objetivo es el mismo: los ciudadanos
deben demostrar "merecer" el habitar y poder desplazarse libremente por la
ciudad. Finalmente, el resultado en el espacio geográfico urbano es el
desacoplamiento entre las dos tendencias históricas que mencionábamos al
principio:, el impulso democrático de las ciudades y la preferencia del
capitalismo por los entornos urbanos.

En definitiva, la "Buenos Aires Ciudad" de esta administración, con sus
esfuerzos por controlar lo que sucede en el espacio urbano pretendiendo
ofrecer una sensación de seguridad (ya no se podrá disfrutar del clásico y
sabroso sandwich de bondiola en la Costanera, ya no se podrá disfrutar de
la brisa nocturna en el Parque Centenario en las noches calurosas de
verano, se viajará más cómodo en subterráneo pues poca gente podrá afrontar
la carga que su tarifa representa sobre el salario) es un ejemplo más de la
reacción conservadora que pretende desacoplar producción y democratización
en las ciudades. Contra la pulsión democrática ciudadana y a favor de la
concentración y acumulación de riquezas en los centros financieros y
comerciales, que intenta asegurar los privilegios y categoriza y administra
la población según su lugar de residencia y procedencia, justamente cuando
se cumplen 200 doscientos años de la Asamblea Legislativa de 1813, que
abolió los títulos de nobleza y realizó notables avances para abolir luchar
contra la esclavitud y las categorización de lasías de personas.
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[1] Graham, S. tephen;(2011). "Cities Under Siege: The New Military
Urbanism", Londres, Verso New Left Books, Londres, 2011.
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