Parménides García Saldaña en la escritura pública del rock en México post-1968
Descripción
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Access provided by Washington University @ St. Louis (12 Sep 2016 16:35 GMT)
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traS el triunfo de los barbudos en 1959 en Cuba, los vientos de lucha social de la revolución Mexicana fueron avivados nuevamente y la juventud en México se vio en una encrucijada histórica inusitada. la universidad nacional autónoma de México y el instituto politécnico nacional llevaban más de una década funcionando como centros de gravedad para la creciente juventud de clases medias, y como focos de actividades estudiantiles que conectaban a las y los jóvenes con sus contemporáneos en estados unidos, europa y el resto de américa latina. estas influencias revolucionarias los empujaban a participar en las campañas de alfabetización en Cuba, a formar grupos de rock nacional, a crear tropas de teatro callejero y a cuestionar más amplia y abiertamente el papel del estado en la formación de una sociedad moderna.1 en este contexto, surge la nebulosa pero históricamente útil categoría de la “onda,” donde han destacado sólo los tres grandes n(h)ombres de José agustín, gustavo Sainz y parménides garcía Saldaña. De éstos, el que menos atención crítica ha recibido es el último, enfocándose la academia sobre todo en su novela Pasto verde (1968), su libro de cuentos El Rey Criollo (1970) y su ensayo En la ruta de la Onda (1972). Sin embargo, considerar a uno de los autores centrales del movimiento contracultural mexicano únicamente a partir de los textos publicados en espacios y categorías de literatura legitimados por el establishment corre el peligro de repetir el gesto inicial de Margo glantz y otros al descontar la onda como forma legítima de expresión 1 Como apunta Diana Sorensen, había “more receptive audiences in the sixties, when the horizon of expectations was receptive to the kind of critical thinking that combined Marxism, psychoanalysis, and traces of surrealism to proclaim the need for new social, political, and cultural forms to be built on the ashes of the old ones. Marcuse’s work called for a total transformation in which the utopian character was psychic, political and cultural” (4).
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cultural o política. el propósito del presente texto es analizar y reconfigurar la figura de garcía Saldaña a partir de este posicionamiento periodístico fuera del que la onda logra construir en el campo literario mexicano. en revistas como Piedra Rodante y POP, y periódicos como Excélsior, parménides lleva a cabo un auto-posicionamiento como traductor cultural entre la onda literaria y la onda Chicana musical. Se posiciona entre los logros del rock en estados unidos y europa – en términos de formas de expresión cultural y política reconocidas como legítimas por autoridades políticas y sociales, que permitían no sólo espacios para la reunión masiva de juventudes sino también la generación de “líderes” como Creedence Clearwater revival o bob Dylan cuyas voces criticaban decisiones de política (inter)nacional – y los que empiezan a escucharse en esos años en México. asimismo, se empeña en hilar el consumo de drogas y música con una politización directa anclada en sus años de estudios de economía en la unaM y la universidad iberoamericana. las intervenciones periodísticas de parménides se concentran en lo contingente a la escena musical y es importante rescatarlas por la singular posición que el escritor ocupó, donde las líneas de fuga de la acción política, la innovación literaria, la revolución y liberación sexual, y la música se cruzan.2 el ejercicio de doble mirada y reflexión, donde la juventud mexicana mira hacia la juventud americana que a su vez observó y viajó a México, permitió el acceso de la juventud mexicana a una realidad nacional que la mediación ideológica del estado revolucionaria había impedido (Zolov, “Discovering” 257). la juventud vislumbra una opción de subversión y resistencia a la hegemonía estatal en una serie de posicionamientos y relecturas históricas caracterizadas por una dinámica fluida de potencial transculturación. en esta encrucijada, garcía Saldaña es capaz de explicar a los jóvenes lectores – mayormente de una clase media urbana pero con una creciente participación de clases bajas – cuál es la importancia del rock como un género de subversión cultural y no simplemente rebeldía juvenil.3 Con la entrada del rock en México a través de los refritos y bandas de rock autorizadas y organizadas por el estado en los años cincuenta, que coin2 tampoco hay que olvidar que “así como ken kesey inventó a los hippies pero nunca los narró literariamente, parmenides convivió con los chavos de ‘la onda’, pero no escribió sobre ellos. lo hizo, rabiosamente crítico, de la clase media, y su propuesta maciza está en su personaje, epicuro aristipo Quevedo galdós del valle inclán, que en realidad es un beat más anarco” (agustín 14). 3 “rock was a wedge in the sense that it challenged traditional boundaries of propriety, gender relations, social hierarchies, and the very meanings of national identity in an era of heightened nationalisms . . . yet rock was also a mirror reflecting the aspirations and anxieties of societies in pursuit of an elusive sense of ‘first-worldism,’ whether in emulation of or competition with its standard bearer, the united States” (Zolov, Refried Elvis 10).
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cide con la publicación de revistas cosmopolita y experimentales como El Corno Emplumado (1962-1969), se empieza a generar un público juvenil capaz de comprender los ritmos y palabras, aunque no hablen del todo el inglés.4 la movilización estudiantil del verano del ’68 coincidió con el auge de bandas como la División del norte, los Yaki, los Dug Dug’s, peace and love, el ritual, bandido y three Souls in My Mind. tanto en la música como en la protesta política, al movilizar imágenes nacionales la juventud generaba un espacio discursivo para redefinir la nación y al mismo tiempo las relaciones de género así como el papel de la familia en la formación social (Zolov, Refried Elvis 127). Ya en los años turbulentos que cerraron la década, la audiencia juvenil y los músicos empezaban a forjar una movilización política en el rock que iba más allá del aspecto comercial de la música. Piedra Rodante, versión mexicana (no autorizada) de Rolling Stone, es donde garcía Saldaña publica una serie de artículos que entrelazan historia y cultura con politización directa. publicada entre 1971-72, la revista presenta una mezcla de contenido traducido de su contraparte norteamericana con contenido original de México; sirve como punto de encuentro entre los rockeros maduros y el resto de la población, así como un espacio de intervención crítica en la escena musical. Según la propia revista, era distribuida a lo largo del continente y contaba con un supuesto tiraje de 50.000; su periodo de publicación la sitúa en el momento de represión estatal del rock, en la cola del auge de la onda literaria y el México post-tlatelolco. en comparación con S.Nob, revista dirigida por Salvador elizondo que se publicó en los primeros años de los ’60, Piedra Rodante ancla su cosmopolitismo exclusivamente en la esfera del rock, sin darle importancia al arte contemporáneo del momento. por otro lado Zona Rosa, revista publicada a finales de los ‘60 por enrique galván ochoa con colaboraciones de José luis Cuevas, alejandro Jodorowsky, Carlos Monsiváis y José agustín presenta una línea cercana a la vida juvenil cotidiana de esa época; en sus páginas aparecen reseñas de teatro juvenil así como del cine experimental del momento, o fotografías de la clase cultural que habitaba la Zona rosa por aquellos años. Sin embargo, la gran diferencia con Piedra Rodante es que ésta intenta generar en sus lectores el punto de unión del rock, no enfocándose en el consumo de otro tipo más que el musical y de la moda juvenil que acompaña a esa música. al publicar en Piedra Rodante, garcía Saldaña busca rendir una explicación politizada del rock y construir una posición alternativa para el intelec4 alan r. Davison subraya la aventura que fue El Corno Emplumado en su ímpetus de empujar una revolución “they proposed was spiritual and [that] the ‘new Man’ was the person who would come to a greater awareness of self and other by means of a spiritual transformation effected from within” (5).
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tual público. Celebra el nacimiento de una esfera musical autóctona que sea capaz de dirigirse al contexto nacional en términos políticos, sin importar si las bandas lo hacen en inglés o en español. tanto elena poniatowska en La noche de Tlatelolco como Jaime pensado en Rebel Mexico documentan las diferentes tácticas de politización usadas durante esas décadas, que incluían brigadas de información, mítines relámpagos, toma de edificios durante horas, mini-manifestaciones y obras de teatro en la calle enfocadas a concientizar transeúntes, todo con el objetivo de construir espacios físicos y conceptuales para fomentar la resistencia democrática al autoritarismo estatal (pensado 99). la participación femenina en estas actividades contrasta radicalmente con su presencia pública en las manifestaciones políticas de 1968 y es algo que garcía Saldaña constantemente subraya, exigiendo de sus contemporáneos masculinos una apertura y celebrando la participación de mujeres en todas las actividades. en el primer número de la revista, garcía Saldaña inicia con un artículo titulado “la revolución Mexicana se quita el huarache,” fundando una historia cultural del rock en México, narrada desde el lenguaje ondero, rockero y político, dirigida a una audiencia educada en estos discursos. Construye una voz narrativa relacional, contrastándose con Carlos Fuentes como un lector ingenuo de Gazapo de gustavo Sainz, con el que también se relaciona y distancia al criticar la novela como “un mundo vasto y cerrado” (26). al separarse de Fuentes, se establece como una voz que se mofa de las autoridades culturales; pero al criticar a Sainz por su mundo cerrado, empieza a posicionarse en contra de la onda literaria al politizar explícitamente su postura y ensamblarse con la realidad nacional más allá de su propia generación urbana y clasemediera. el artículo recuenta una historia del rock en México desde la perspectiva de la revolución, retomando un discurso nacional pero no nacionalista. Se pregunta sobre la validez del mismo en el contexto de los 60, “¿es que la revolución mexicana bajó del caballo? Más bien: la revolución mexicana cambió el caballo por un salvaje potro mecánico” (26). al reescribir en la primera parte del artículo una revisión de la historia de México post-revolucionario desde los personajes de Juan, Juana y la Cucaracha – las bases campesinas de la lucha armada y el impulso del crecimiento económico posterior – habla de y hacia unos sujetos nacionales que “fueron los hijos de los civiles iniciadores de la etapa constructiva de la rev. los hijos de aquellos que ya formaban parte de la vasta clase media acomodada” (26). antes de comprender la presencia del rock en México, hay que comprender al extraño y joven sujeto nacional que ha cambiado con la incorporación de México al capitalismo mundial, así como con la introducción de tecnologías ajenas. garcía Saldaña
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entrelaza los conocimientos adquiridos en sus estudios de economía para explicar el desarrollo cultural y las opciones de politización que han cambiado para la juventud, planteando la expresión cultural en medios masivos (el rock) como una alternativa. en la explicación del rock como producto tecnológico, como “consecuencia de la era tecnológica, que a través de la electrónica buscaba medios de ajuste a esa nueva realidad a partir de la bomba atómica” (26), garcía Saldaña presenta una postura similar a la de Walter benjamin en su herencia marxista, para quien los modos de percepción de la realidad y del arte están intrínsecamente unidos a los modos materiales de existencia del ser humano en un contexto específico.5 Si la música tropical y pop de los ’60 que garcía Saldaña critica se ve desconectada de la realidad, es porque se ha rehusado a participar plenamente en los “avances científicos y técnicos hasta su tiempo” (26). explica el nacimiento del rock en estados unidos en términos alegóricos: el rock es un producto del encuentro conflictivo entre la música “negra” del rhythm & blues y la Country Music, personificados en un hombre negro y viril contrastado con una mujer blanca y campesina. Demuestra su conocimiento cultural, obtenido en su viaje de 1967 a nueva orleans, posicionándose como autoridad del rock más allá de la escena mexicana. en México, la lucha racial se convierte en una lucha musical de identidades nacionales, en una forma de rebeldía juvenil pero también de propuesta de alternativas al nacionalismo vacío del estado. insertadas en una historia que subraya las diferencias y desigualdades de clase en el presente, el rock mexicano se politiza al subrayar el papel político del consumidor individual. Finalmente, se posiciona explícitamente en contra de octavio paz, quien tras su renuncia como cónsul post-tlatelolco se convierte en una de las autoridades culturales más sólidas en el campo político. Según garcía Saldaña, si la música tropical y pop está mal por no haber comprendido la importancia de la música eléctrica, paz está aún más equivocado al hablar de esos sujetos nacionales como perdidos en “un laberinto de la soledad,” donde “el muchacho sólo podría murmurar, gimotear, llorar, gritar su solitariedad, a veces mitigada con fórmulas del pasado: unas cubas, una que otra música guapachosa, una que otra cola diestra en la danza moderna” (26). al hacer está crítica, tampoco se posiciona como portavoz de todo movimiento musical juvenil simplemente por ser rock. todo lo contrario, su postura cuestiona los
5 “¿por qué? la respuesta tal vez esté en otra interrogante: ¿qué podía hacer un muchacho que no entendía su relación con los avances científicos y técnicos hasta su tiempo? avances que iban abriendo una percepción contraria a la que el ser humano trataba de aferrarse” (garcía Saldaña, “la revolución” 26).
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nuevos músicos de rock mexicano como la revolución de emiliano Zapata (lreZ), cuyo “sentido moralizante de la letra rechazaba la intención cínica del estilo funky (grasoso), heavy (pesado, grueso), hip (alivianado), irreverente, demoledor de los rolling Stones” (27) no es más que una instancia de transculturación fallida, ya que subsume las innovaciones artísticas nacidas de la liberación a una moral conservadora.6 para garcía Saldaña, lreZ, que “aún no expresan una onda personal” (27) no es más que una idea fuera de lugar en el rock nacional, en el sentido del teórico brasileño roberto Schwartz.7 Simultáneamente, termina el artículo con una voz que se posiciona al lado del joven oyente de rock, ansioso de escuchar más canciones como las de LREZ en la radio y celebrando su participación en las ondas radiales como una apertura del rock “autóctono” y provinciano. garcía Saldaña busca proponer para sus lectores una forma de participación política que no se oponga directamente al estado y con ello atraiga opresión. Félix guattari genera el concepto de revolución molecular como una forma alternativa de resistencia social que involucra un “awakening of this notion of desire, both on a microscopic level and on a social scale . . . the real social revolution involves being able to articulate oneself and to allow the process of singularization to assert itself” (76). Más bien se trata de una participación política que a partir de la experiencia cotidiana de escuchar rock y elegir ese estilo de vida forja una identidad política y nacional contraria al régimen y a los valores tradicionales, sin convertirse en un caos anárquico.8 en el tercer número de la revista, garcía Saldaña continúa con la construcción de una historia nacional del rock, enfocándose ahora en los hoyos funkies como los espacios actuales de la música.9 aunque sus lectores son de 6 garcía Saldaña compara el tratamiento de la mujer que aparece en el éxito musical “nasty Sex” con “aventurera” de agustín lara, quien “no creía en la redención de la cola [prostituta], sino al contrario le daba buenos consejos prácticos” (“la revolución mexicana” 26). la participación de LREZ en películas como La verdadera vocación de Magdalena (Jaime H. Hermosillo, 1971), donde la revolución sexual de una joven se ve problematizada entre un sometimiento al deseo masculino y una liberación autónoma, sirve para comprender más los matices y el trabajo en cuestiones de género que permanecía encubierto y que garcía Saldaña busca subrayar. 7 “al darle forma, a su vez, el escritor superpone una forma a otra; y es de la fortuna de esta operación, de esta relación con la materia preformada – en la que, imprevisible, dormita la historia – que va a depender la profundidad, la fuerza, la complejidad de los resultados. Son relaciones que nada tienen de mecánico” (Schwarz 197). 8 en este sentido, “the idea of revolution is . . . a process that brings about mutations in the unconscious social field, at a level beyond discourse . . . maintained by articulating them in a work, a text, a way of living with oneself or with others, or the invention of areas of life and freedom to create” (guattari & rolnik 259). 9 De finales de los cincuenta a 1963, existían los café cantantes, que “catered more to the middle classes, all featured live music (frequently by the same bands) playing songs from the
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la clase media urbana, habla de los hoyos funkies que proliferan en barrios proletarios donde la chaviza de esas colonias se reúne para oír música, conectando la potencialidad revolucionaria del rock en estados unidos y el mundo con las manifestaciones de resistencia en México. es tajante al marcar cómo los hoyos del momento no son espacios de prostitución ni exclusivamente espacios de desconexión social, sino de música; donde además “predomina el color moreno sobre el blanco” (“los hoyos funkis” 12) en una dinámica racial de clases difícil de ignorar. utilizando su posicionamiento, garcía Saldaña se presenta como una autoridad, un profesor no sólo del rock sino de toda la cultura juvenil dentro y fuera de México, móvil y fluido pero al mismo tiempo capaz de descifrar y llamar a sus lectores a tareas de reconstrucción nacional: “por cierto que tin tan es un cómico del cine mexicano que necesita ser redescubierto en relación a la onda” (13). Mayra Fortes ha señalado en relación a En la ruta de la Onda cómo garcía Saldaña en sus movimientos entre fronteras desestabiliza conceptos de identidad, nación y revolución. establece vínculos culturales entre naciones y los presenta a sus lectores con el afán de construir una comunidad transnacional con un potencial revolucionario que va más allá de los límites categóricos de clase, nación o estado.10 Con esto, intenta generar estructuras de sentimiento alternativas a partir de una experiencia del rock que va más allá de la esfera meramente comercial, ya sea en formato de películas o bandas de covers. busca así romper con procesos de serialización de la subjetividad, primero en una lectura rebelde de iconografía nacional y después con un acercamiento de clases para interrumpir la serialización del mercado; el lector tiene entonces ante sí un ejemplo y una serie de estrategias para la producción de una singularización subjetiva empujada por el rock. las traducciones que hace de funky, wild, crazy, heavy sirven para explicar un posicionamiento personal pero también generacional: “‘Funky’ es el lado ‘hard’ (macizo), ‘dirty’ (grosero), ‘heavy’ (pesado, grueso) del rock; su presencia black” (14). Ya se ha dicho que el lenguaje de la onda reta la hegemonía cultural imperante, pero al mismo tiempo es movilizado por autores como garcía Saldaña para generar vínculos comunitarios con sus lectores hit charts” (Zolov, Refried 88). Clausurados masivamente a partir de 1963, fueron sustituidos en los últimos años de los ’60 por los hoyos funkies: “en colonias medioproletarias-medioclasemedia, mientras adolescentes y jóvenes en el lado sur se habitúan al aire acondicionado de los restoranes ‘estilo americano,’ en los hoyos funkis empieza el reventón: en improvisados salones de baile – por ejemplo, en el local de una ex carbonería, en una bodega – gira la música y la gente baila. baila la música del rocanrol” (garcía Saldaña, “los hoyos funkis” 12). 10 es decir, “what characterizes the new social movements is not only a resistance against this general process serializing subjectivity, but also an attempt to produce original, singular modes of subjectivation, processes of subjective singularization” (guattari & rolnik 61).
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más allá del espacio de la literatura recreativa (Calderón 39). Si antes la politización se hacía mediante el discurso histórico, ahora garcía Saldaña intenta politizar a sus lectores a través de un lenguaje irreverente y una visualización del conflicto de clases presente en sus realidades cotidianas.11 es decir, si el hoyo funki es un espacio de contacto entre clases y el rock tiene una tradición de resistencia política, el lenguaje mismo es un espacio de contención y conflicto social. Muestra una redefinición no sólo de la manera de vestir y actuar, sino también de describir este mundo. en un tercer artículo, publicado en el sexto número de Piedra Rodante, parménides escribe una reseña por demás crítica del festival de rock avándaro, que causó gran conmoción en el ámbito cultural mexicano, con respuestas negativas de Monsiváis hasta elogios de Salvador elizondo.12 por un lado “en el aire de México otro happening trágico: 10 de junio” inmediatamente seguido por “10 de junio: querido diario, hoy compré mi boleto de avión para los ángeles” (“avándaro” 36).13 resaltan en esta última intervención de garcía Saldaña antes del cierre de la revista las tensiones obvias que no logra controlar y que revelan un sujeto contradictorio, irresuelto aún en su postura de autoridad. ¿Se trata de oponerse al estado abiertamente o de “estar en la onda que diariamente se puede construir alrededor del rock”? (36). oscila entre una crítica al gobierno que reprime y una aceptación del régimen que permitió el concierto, postura última que los editores de Piedra Rodante deciden tomar. en 1971, el gobierno de echeverría se caracterizaba por una postura públicamente positiva hacia la juventud, pero las prácticas represivas seguían sucediendo por medio de cierre de bares y hoyos funkies, además de golpizas y arrestos clandestinos, obligando a sujetos como garcía Saldaña a elegir una postura contradictoria. Como observador en avándaro, la segunda tensión del autor surge en su lenguaje crítico hacia los asistentes, y los lectores fresas a 11 “a la calle (o la avenida) donde está el hoyo, las parejas, los maestros, las profesores van llegándole; ellas: matas lacias acá; los ojos ónix, brillando de ganas de un buen refuego; pantos chiros que se les ven ¡cámara!, chanchísimos, ¡muy funkis! playeras efectivas que se les ven, digo, efectivas en sus cálidos cuerpos. Digo, las hijas muy acá como buenas profesoras; otras en el rol de chavas jotpants. Y los maestros se lanzan con buenas matas algunos. ostros con ondas de pantos y camisas acá los chiros” (“los hoyos funkis” 14). 12 “a mí no me parece que haya nada de malo en eso . . . el festival fue todo un éxito y no hubo nada que lamentar” (elizondo 55-56). el festival contó con la participación de 100.000 jóvenes, según las autoridades; se llevó a cabo el 11 de septiembre de 1971 en el valle de bravo en un campo de golf privado. 13 el 10 de junio sucedió la Masacre del Jueves de Corpus, también conocida como la Masacre de Corpus Christi o el Halconazo, a manos del grupo paramilitar los Halcones. el número de muertos se estima en 120 y aunque el gobierno se ha desligado completamente, nunca nadie se ha responsabilizado por los hechos.
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los que no tiene nada que decirles, “fuck, pequeños burgueses enajenados que no saben para qué demonios sirve el rock” (“avándaro” 36). Si bien critica al “ridículo mundo de la gente nice” abiertamente, la posición que había construido de autoridad tranquila y controlada se ve rota por él mismo en un momento de incontrolable pasión que revela un posicionamiento crítico al lado de las clases bajas: “parte de esa gente que habita los barrios bajos, tampoco quiere estar sola ni quiere ser fan de los Halcones” (36); esa misma gente participa del rock de una manera más política que la gente “nice” y garcía Saldaña subraya ese carácter para sus lectores.14 reconociendo que “es bueno ver maestra entre los profesores. Hay pocas chavas” (“avándaro” 36), parménides hace un llamado a leer las acciones de la juventud, mujeres explícitamente incluidas, como una resistencia política y feminista, y no sólo una serie de actos inmorales. garcía Saldaña lee a la “chaviza” en sus propios términos: la libertad de elegir su destino independientemente de los moldes rígidos que todo sistema de opresión (fragmentación) utiliza para su sostenimiento. en avándaro el ridículo mundo de la gente nice (panties sex, brassiers no bra, kotex o tampax, vaselina sólida, champú, pelucas para secretarias) ch . . . a su madre por un ratito. (36)
Zolov subraya los límites de la liberación femenina en un ambiente machista como el rock, donde sigue imperante la doble moral de la clase media mexicana que condena a la mujer a ser puta o santa (Refried Elvis 196). para los lectores que establecen a garcía Saldaña como guía cultural, la mujer no es un objeto de deseo sino una compañera plena en el festival y la participación política. Después de publicar ocho números, Piedra Rodante fue clausurada bajo amenazas violentas que obligaron al editor a cancelar la publicación. lo mismo sucedió con los hoyos funkies, las tocadas y las presentaciones en vivo de bandas de rock. otras publicaciones como Yerba y POP cerraron sus puertas por igual ante la represión estatal. las bandas de rock que sobrevivieron por algunos años siguieron cantando en inglés para evitar la censura en sus mensajes políticos pero se desbandaron conforme avanzaba la década de los ’70.15 la plataforma y el espacio discursivo que habían construido los rockeros junto con los onderos se vio obligada a viajar al subterráneo, quedando sólo el registro literario en la memoria cultural. 14 “at avándaro, the increasingly diverse class makeup of la onda showed its forces . . . For barrio youth, meanwhile, rock had worked its way into an integral aspect of everyday life, where live performance offered the possibility of self-representation in a society which mocked and marginalized them” (Zolov, Refried 204). 15 la canción viva Zapata de Los locos, grabada en 1971 y fácil de consultar en línea, es tal vez el ejemplo más claro.
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en conclusión, la producción periodística de este autor, catalogado como el más “raro” y excéntrico de los onderos, permite un acercamiento a esta figura que presentó retos para el campo cultural mexicano. garcía Saldaña buscaba rebatir los límites de la definición de cultura no para incluirse como productor autorizado, sino para legitimar al del rock y otras expresiones juveniles conocidas como contraculturales en la construcción de una identidad nacional, un movimiento social y una relación entre cultura y sociedad que rompiera con la idea de autonomía. Si los onderos canónicos presentan una imagen de la cooptación del impulso rebelde, parménides aparece como una imagen de la subversión y resistencia al estado y al mercado que se niega a ser callado. autorizado por emmanuel Carballo en la editorial Diógenes y la editorial Joaquín Mortiz, al mismo tiempo sigue retando en sus escritos del rock, y sus intervenciones culturales presentan una crítica que busca suscitar en sus lectores una politización más allá del uso las drogas, el lenguaje irreverente o la música extranjera como vías de escape social. a través de estas intervenciones, genera una posición que sirve como intersección entre la historia económica, nacional, política y social, y producciones culturales alternativas. promueve una interacción social fundada en las conexiones, en los puntos de encuentros entre naciones, culturas y clases sociales. Más que buscar ser un poeta maldito o una figura de culto, el trabajo periodístico de garcía Saldaña revela un instante de esa cotidiana construcción de la onda en el rock. Con el cuestionamiento del orden social y político que sacudía México en los últimos años de los ’60, garcía Saldaña es uno de los promotores de una conceptualización de acción política fundamentada en la construcción diaria de nación y cultura. uniéndose a voces como las de Fernando del paso, Salvador elizondo, José emilio pacheco, Margarita Dalton y otros, parménides buscaba hilar el compromiso político en las acciones cotidianas y la experiencia social en su totalidad, contra las autonomías relativas del campo literario desconectado en apariencia de su correlato social. WaSHington univerSitY in St. louiS
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