Pareja de jarros con presentadores: ¿España?, segunda mitad del siglo XVIII y ¿México?, último cuarto del siglo XIX (Casa Museo Arocena de Torreón, Cohauila, México; nº inventario: 2422-23)

September 20, 2017 | Autor: M. Pérez Grande | Categoría: Silversmithing, Plateria, Hispanic Silver
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Descripción

PIEZA DEL MES DICIEMBRE 2014

L

Juego de presentadores y jarros. Presentadores: ¿España?, segunda mitad del siglo XVIII Jarros: ¿México?, último cuarto del siglo XIX. Plata; Forjado, fundición y cincelado. Fundación E. Arocena. Comedor de la Casa Histórica Arocena.

a tradición del uso de este conjunto de piezas en el ámbito doméstico de la familia Arocena nos ha legado un arbitrario emparejamiento de objetos que el museo ha decidido respetar, pero que en todo caso debe ponerse de manifiesto desde el punto de vista del análisis histórico-artístico. Tenemos por un lado los dos platos ovalados que sirven como presentadores de los jarros. Su configuración responde a un modelo muy popular en la platería española de época Rococó que mantuvo su vigencia hasta casi finales del siglo XVIII: amplio caveto de perfil convexo jalonado de aristas y estrías radiales que le dan un aspecto avenerado, y alero estrecho con reborde moldurado en la orilla que adopta un contorno mixtilíneo

formado por la alternancia de curvas sinuosas ingletadas y resaltos rectos. Tres fueron los tipos de piezas que adoptaron esta forma: las bandejas decorativas, los platos de relevé incluidos en las vajillas, y las palanganas y bacías que se hacían a juego con un jarro de tocador. Dada la poca profundidad de los presentadores en este caso, la posibilidad de que originalmente hubieran sido concebidos como palanganas debe descartarse. En cambio, el hecho de que sean idénticos entre sí y no lleven ninguna decoración, apoya mejor la opción de que fueran originalmente platos y que eso favoreciera su utilización posterior como presentadores de otros objetos asignados también al servicio de mesa, como es el caso de la pareja de jarros con la que ahora forman conjunto.

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PLATO Salamanca, ca. 1755/59 Juan Manuel Sanz Colección Particular

Detalle del amorcillo sosteniendo peces que remata la tapa del jarro de agua. Colección Arocena

3 Detalle del amorcillo sosteniendo racimos de uvas que remata la tapa del jarro de agua. Colección Arocena

La forma del contorno presenta diversas alternativas en los objetos de este tipo que se han conservado. Generalmente, y de acuerdo a la evolución del modelo francés original, la presencia de resaltos rectos sería indicativa de un momento de transición, tanto en los comienzos del Rococó como en su etapa final cuando se inicia el cambio hacia el Neoclásico. Sin embargo, aunque apenas hay ejemplos españoles conservados que permitan comprobar la frecuencia o el momento concreto en el que tales resaltos se usaron, la madurez del conjunto de la estructura de los presentadores de la colección Arocena hace pensar en una cronología avanzada. Sirva como referencia el plato (ilustración 1), realizado en Salamanca hacia 1755/59 por Juan Manuel Sanz (colección particular), pues su forma es idéntica a la de los presentadores de la colección Arocena1. Los platos de relevé se incorporaron a la vajilla española a raíz de la adopción en la mesa cortesana de costumbres culinarias francesas tras el advenimiento al trono de la dinastía borbónica. Los modelos rococó fueron introducidos seguramente por los primeros plateros franceses que trabajaron al servicio de Felipe V (r. 1700-1746)2 y se consolidaron en la producción local durante los reinados sucesivos de Fernando VI (r. 1746-1759) y Carlos III (r. 1759-1788). Los relevés estaban compuestos por platos de carne o pescado especiados y cocinados de diversas maneras. De acuerdo al protocolo francés –que asumieron, adaptándolo a sus costumbres locales, la mayor parte de las cortes europeas–, estos platos formaban parte del primer servicio y se servían después de las ollas y terrinas. Ocasionalmente, en menús particularmente copiosos, también podía incluirse otra tanda de relevés al final de este mismo servicio, a continuación de las entradas3. En cuanto a los jarros de la colección Arocena, su función era contener el agua y el vino para la bebida que se serviría en la mesa durante la comida. Su considerable tamaño hace suponer que no serían utilizados directamente para escanciar la bebida a los comensales, sino que su contenido debía trasvasarse gradualmente a los decantadores utilizados con este fin. Dado que la configuración de ambos es idéntica, la figura del amorcillo que remata la tapa sostiene en un caso peces y en otro racimos de uvas para distinguir el contenido de cada uno (ilustraciones 2 y 3). 1

La forma de estas piezas y su ornamentación responden a un criterio ecléctico inspirado en modelos de épocas pasadas, propio del Historicismo que se desarrolló como tendencia prioritaria en las artes decorativas occidentales durante el siglo XIX. Su estructura deriva en parte de los antiguos picheles que se usaron en Europa durante los siglos XIV-XVI indistintamente para beber o para servir la bebida, realizados en plata o en metales más asequibles como el estaño o el peltre. A partir de la segunda mitad del siglo XVI apareció el modelo de recipiente en el que se inspiran los jarros de la colección Arocena: una panza ovoide muy voluminosa en contraste con un cuello troncocónico y un pie circular de diámetro muy reducido. La inestabilidad que esto podría haber causado solía compensarse con el peso de la pieza. Llama la atención que, en este caso, el peso de los presentadores exceda en algo más de 200 g el de los jarros, denotando el ahorro de metal precioso que suele apreciarse en la producción del siglo XIX respecto a la de las tres centurias anteriores. La tapa cupulada, la sencillez del asa prismática en forma de arco y el pico del vertedero aplicado sobre el cuello, son elementos inspirados en algunos de esos jarros antiguos del mismo modelo o de otro. En cambio, el detalle de que el vertedero tenga su propia tapa articulada para dosificar la salida del líquido tiene su antecedente en chocolateras inglesas de plata realizadas a finales del siglo XVII. A modo de ejemplo sobre las referencias históricas citadas, se incluyen aquí algunas ilustraciones de objetos europeos cercanos en su planteamiento al de estos jarros de la colección Arocena. ( 4

JARRO Londres, 1615 Museo del Kremlin Moscú, Rusia

Fue subastado por Finarte Madrid en 27.05.2001 (lote 87); según la ficha del catálogo, su tamaño y peso eran mayores (60 x 42 cm y

3.400g). 2 Cruz Valdovinos, J. M., Primera generación de plateros franceses en la Corte Borbónica, Archivo Español de Arte, 217 (1982), pp. 84-101; Idem, Plateros reales de la Corte Borbónica madrileña, en El Arte en las Cortes Europeas del siglo XVIII, Comunidad de Madrid, Madrid, 1989; Idem, Platería, en Bonet Correa, A. (coord.), Historia de las artes aplicadas e industriales en España, Cátedra, Madrid, 1982, pp. 123135; Pérez Grande, M., La platería española del siglo XVIII y sus relaciones con los principales centros de producción europeos, en II Salón de Anticuarios en el Barrio de Salamanca, Madrid, 1992, pp. 33-42. 3 Ennès, P.; Mabille, G.; Thiébaut, P., Histoire de la table, Flammarion, París, 1994, pp.125-191; VV.AA., Versailles et les tables royales en Europe (XVIIème-XIXème siècles, Réunion des Musées Nationaux, París, 1993, pp. 39-159; Simón Palmer, M. C., La cocina de Palacio (1561-1931), Castalia, Madrid, 1997.

5

PICHEL (Aiguière de Maubisson) Francia, ca. 1300 Museo Lambinet Versalles, Francia

Vanitas (detalle), ca. 1660/70

6 Círculo de Bartolomeo Bettera Colección Particular Madrid, España

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URNA DE VOTACIONES del Honrado Concejo de la Mesta Castilla, ca. 1623/33 Museo Arqueológico Nacional Madrid, España

El friso que recorre el meridiano de su panza lleva labrada en bajorrelieve una decoración fantasiosa, fruto de una libre interpretación de motivos renacentistas: balaustres con palmetas anilladas y “términos” –medias figuras sin extremidades inferiores– alados y con las extremidades inferiores vegetalizadas. Sin embargo, los “términos” tienen aquí una apariencia naïf y van tocados con un insólito gorro puntiagudo, resultado probablemente de la progresiva esquematización de los cabellos de hojarasca que tenían en los diseños originales (véase el de Marco Dente, ilustración 9); sostienen por parejas un escudo con marco de “cartones” que contiene alternativamente una cruz de la Orden de Santiago y la figura de un león rampante, pero no hay evidencia de que tales emblemas tengan en este caso valor heráldico alguno. Dado que estos jarros carecen de marcas de contrastía, no es posible determinar si fueron realizados en Europa o en México, aunque esta última opción parece la más probable dado que la cronología que se deduce de sus características coincide con el periodo de residencia de la familia Arocena en este país.

8

Detalle de la decoración de un cáliz Toledo, ca. 1535/40 ¿Juan Alonso? Convento de Santo Domingo el Real Toledo, España

¡Sigue visitando la Casa Histórica Arocena para conocer la siguiente pieza del mes! Consulta la información completa en nuestra página web:

www.museoarocena.com

9

Diseño ornamental Italia, ca. 1520, Marco Dente Museo de Bellas Artes Budapest, Hungría

Investigación: Margarita Pérez Grande. Miembro del consejo académico del Museo Arocena.

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