Pardo Barrionuevo, C. A.; López Castro, J.L.: \"La producción de alimentos en las ciudades fenicias del sureste de Iberia\". Phicaria, Murcia, 2013, pp. 29-41

May 25, 2017 | Autor: C. Pardo Barrionuevo | Categoría: Archaeology, Phoenician Punic Archaeology, Vegetation History and Archaeobotany, Faunal Analysis
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Descripción

PHICAR IA Encuentros Internacionales del Mediterráneo. 1Congreso sobre la pi-aducción en las sociedades mediterráneas. La producció n de alimentos. Arqueología , historia y futuro de la dieta mediterránea.

© de los textos y las imágenes: Sus autores.

© de esta edición: Universidad Popul ar de Mazarrón. Concejalía de Cultura.

COORD INACIÓN José María López Ballesta.

COM ITÉ CIENTÍFICO Sebastián Ramallo Arcas. María Milagros Ros Sa la. María de l Carmen Berrocal Capa rrós. Jesús Bellón Aguilera. Fernando Gui l Cid. Juan Francisco Belmar Gonzá lez.

PORTADA Mu her.

IMPRIM E I.G . Novoarte, S. L.

ISBN: 978-84-6 16--3667-9 Depós ito Legal: MU-339-20 13

Impreso en España/ Printed in Spain

ÍNDICE CULTIVOS Y RÍTMOS AGRARIOS: EL INI CIO DE LA AGRICULTURA Y LA DOMEST ICACIÓN DE LAS PLANTAS. Ramón Buxó Capdevill a ··················· · ······ ················ ·· ··········· ··· ·································· ··· ······································· .......................... ... 13 LA PRODUCC IÓN DE ALIMENTOS EN LAS C IUDAD ES FEN ICIAS DEL SURESTE DE IBERIA . Carmen Ana Pardo Barrionuevo y José Luis López Castro . . ...... ·········· ·························· ... ................... .... .. 27 PASADO , PRESENTE Y FUTU RO EN LA GESTIÓN INTEGRAL DE AGUAS OR IENTADAS AL RIEGO DE CULTIVOS AGR ÍCOLAS: LA DESALAC IÓN Y RE UTILIZACIÓN COMO HERRAMIENTAS DE APOYO SOSTEN IBLE AL CICLO DEL AGUA. Enrique Guard ia Gómez ..... ..... .. .......................................... ... ........................... .. ...................... ......................... ... ............. ... ... .......... 4 1 PRESENTE Y FUTURO DE LA DIETA MEDITERRÁNEA. Paula M. Periago Bayonas

.... 57

SABORES, MERCADOS E IDENT IDADES EN EL MEDITERRÁNEO. Jesús Contre ras y Joan Ribas .

.... 71

NUTR ICIÓN Y SALUD: DIETA SALU DABLE Y ALIMENTOS FUNC IONALES. Dr. Salvador Zamora Navarro y Drn. Francisca Pérez Llamas ...

···················· ..................... .. ..... 81

LOS S ILOS MEDIEVALES DEL YAC IMIENTO DE "LOS V ILLARES" (MURCIA). .......... ... .................................................... . Jesús Bellón Agu ilera y Benjam ín Rubio Egea . LA DIETA AVÍCOLA EN EL SIGLO XV-XV I: CO NSERVAC IÓN Y CO NSUMO DE AVES EN EL CASTILLO DE MONTSORIU (MONTSENY). Violeta Novella Da lmau y María Saña Seguí ............ .................. .. ............. .. .. ... .

.... 101

... 109

PRODUCC IÓN Y CONSUMO CÁRN ICO A INIC IOS DEL NEOLÍTICO ANIMALES DOMÉST ICOS EN EL POBLADO DE LA DRAGA (BANYOLES) (5300-5000 CAL BC). . ......... 119 Vanessa Navarrete Be lda y María Saña Segu í LA PRODUCC IÓN ALIMENTAR IA EN EL MARRUECOS ANT IGUO DE LA PRODUCC IÓN A LA DISTR IBUCIÓN . . . ..... ........... ... 129 Mohamed El Mhassani RITUALES Y COMENSA LI DAD EN ÉPOCA CAMPANIFORME: LOS CASOS ITALI ANOS DE PADRU JOSSU, SANL URI Y FOSSO CON ICCHIO, VITERBO . . ................................ 141 Claudia Pau y Antonio Ruiz Parrondo .. ... .. ....... ... ............... .. ..................... .. ............ .... . EL CONSUMO DE PESCADO Y MARISCO EN EL MUNDO FEN ICIO. Laura Moya Cobos . EL VALLE MEDIO DEL EBRO, ZONA DE IMPORTAC IÓN Y EXPORTACIÓN DE ALIMENTOS EN ÉPOCA ROMANA. Oihan Mendo Goñ i . LAS ÁREAS DE ALMACENAM IENTO EN EL POBLADO IBÉR ICO DE SANTA CATALIN A DEL MONTE . LA ALBERCA DE LAS TORRES (MURCIA). Ca rlos Martinez Martinez y Noel ia Labrador Pérez EL TORC ULAR IUM BAJO IMPERIAL DE CADIMA. Osear López Jiménez, Victoria Martín ez Calvo y Francisco Llidó López .

.. .. 151

159

. 169

177

UN CENTRO COMERC IAL DEL s. l A.C. EN LA ALTA ANDALUCÍA, EL CERRO DE LA ATALAYA EN LA HIGUERA (JAÉN). Vicente Barba Colmenero y Alberto Fernánclez Ordoñez . .. .................... ...... .. .......... ........................................ 181

LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS EN LAS CIUDADES FEN ICIAS DEL SURESTE DE IBERIA

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LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS EN LAS CIUDADES FENICIAS DEL SURESTE DE IBERIA'

C/\ l{M l :N /\NI\ l'/\RDO B /\R RI ONUEVO Y JOS i': LU IS LÓ l' EL CASTRO

El encuad re espac ial qu e hemos escog ido para e l desarro ll o de este lema se centra en e l Sures te Peninsul ar, concrclamc nlc en la s costas de las ac tu a les prov in cias de /\li ca nt c, Murc ia y /\lmcría. Las modernas técni cas de in vesti gac ión arqueo lóg ica nos permiten obtener in fo rmac ión sobre los culti vos, sus ga nados y la interacc ión de la producción agríco la y ga nadera en e l mcd ioa mbicntc de épocas pasadas . /\quí nos cc nlra rcmos en la producc ió n agrí co la y ga nadera ele los ase ntami entos de rund ac ión fe ni cia de La Fo nt cla (/\li cantc), Punta ele los Gavil anes, (M azarrón, Murcia), Ba ri a (Vill ari cos, /\lmcría) y Ahdem (/\dra , Alm cría) duranlc el I mil eni o a.C.

di ados del siglo VII a.C. , la metalurgia ele pl ala co nstituyó la principal acti vidad económi ca del enc lave (Ros Sa la y Lópc¿ Prec ioso 2005: 252 -253). En el ex tremo ori enta l de la prov incia a lmeriense se locali za la co lonia feni c ia de Ba ri a que contó con pobl ac ión desde la segunda mitad del siglo V 11 a.C. (Lópcz Castro, Escori za y /\ lcaraz 1990: 19, 22 y 24-25; Lópcz Castro y Alcaraz 2001 : 14; Lópcz Caslro el a/ii 2009 : 50-52; 2011 ) aunque ex isten dalos arqueol ógicos que remontarían la coloni zac ión del /\lmanzora al siglo VIII a.C. (Cuadrado 1947: 174 ; Osuna y Remesa! 198 1: 384 y 398; Goñi el alii 2003: 76) . Gcogrúfi ca mcntc, el espac io que ll egó a control ar Bari a estarí a delimit ado por Sierra Ca brera , Sierra de las Estanc ias, Sierra de los Fil abrcs y Sierra /\lmagrcra. Se !rala de una Lona en su mayo rí a ll ana con escasas formac iones monta ñosas qu e alberga las cuencas baj as de los rí os Alm anLora , /\nl as y Aguas. Ba ri a se situarí a junto al estuario de la clcscmbocaclura de l rí o A lmanzora (Arl caga el olii 1987: 11 8). Las posibilidades agrícol as y de expl otac ión minera formarí an parle del entorn o inmedi ato y constituirí an, desde el primer momento, sus principal es motores económi cos.

Contexto

Come nzando nu estra desc ripc ión de No rlc a Sur y de Eslc a Ocs lc, el primer ascnlami cnlo qu e lomaremos en cuenta para nuestro análi sis es La Fonlcla en la pro vinc ia ele /\li ca nl c. Eslc yac imi ento se loca li za al Sur de la desembocadura del Guadarmar y íuc habitado du ra nte los siglos VII 1VI a.C. (/\ zua r el a /ii 1998: 111 , 11 7 y 125; Barri cr y Monl cnal 2007: 7). Su prin cipa l co metido sería la ex pl otación minera, marin a y el cont ro l de las vías de comuni cac ión hac ia el interi or (Gonz~1 lcz Pra ls 1998: 202-203 y 2 10-2 11 ). /\ lgunos aut ores (Sá nchcz Pércz y /\l onso 1999: 127-1 30) han relac ionado cslc asc nlami cnl o con la c iudad de 1-fer na menc ionada por /\vicno (Ora, v. 463). Du ra nte su fase arcai ca, superó las dos hectáreas y medi a de ex tensión (Gonzálcz Prals 2007: 73) .

La aparición de pequeños ase nt ami entos dependi entes ele Vil Jaricos supuso un ca mbi o drásti co en la estrategia eco nómi ca de las poblac iones autóctonas hac ia una ex pl otac ión sistemática de la metalurgia y hac ia una cooperac ión con los co lonos para el aprovechami ento de los recursos agrí co las en las cuencas de los rí os antes mencionados (Lópcz Castro 2000 : 105; 2003: 97 y 103; 2009: 466).

El úni co asentami ento lc nicio co lonial conoc ido en Murc ia co n aná li sis anlraco lóg icos es Punt a de los Ga vil anes. Este ase ntami ento fu e fundado a mediados del siglo VIII a.C. con un a situación poco pro vechosa pa ra la agri cultu ra que se vio co mpensada pos ibl cmcnlc por una ga naderí a ele ov icápri dos y co mercio ele bienes presti gio. /\demás, desde me-

Por último, en el límite occ ident a l ele la provincia ele /\1 mcría se encuentra Ahdera (Slr. 111 , 4, 3), loca lizada en la cima del CITO de Monlccristo del actual muni cipio de Adra. Según el análi sis radioca rbónico de una semilla documentada en el interi or de un horno doméstico de la primera fase, su ocupación se ini ció en lorno al 770±3 0 ca l BC (Lópcz Caslro, /\1 -

' Trabaj o linan ciado por el Pro ycclu 111) 11 /\ R200X-03X06/ 11 IST: Los /i!llicio.,· occidcn wles : sl)ciedad. i11s ti111cio11es1· re laciones f)l) lirims (,·i!!,ll)s VI-/// A.C.)

!'30]

L/\ PR O D UC ' IÓN DI ( A LIME NT OS EN L/\S C I UD/\ Dl (S Fl ·:N IC I /\S Dl ' L SU Rl ·:ST E D E 1/J l ·.R l !I

caraz y Santos c.p. : 67). El asentami ento cont aba con ampli as posibil idadcs agrícolas (Lópcz Castro el a/ii 199 1: 984-985 y 987 ; Lópcz Castro 2007: 166), una posi ción resguardada por una bahía (Schubart 199 1: 160) y una ex tensión urbana de aproximadamente 5 ha delimitadas al Sur por el mar y al Noreste por el estuari o de la desembocadura de l río Adra . Su alta vi sibilidad le permití a el control directo de l territori o y su situac ión le proporcionaba un fi'.,cil acceso al mar a tra vés ele un fo ndeadero natural (Lópcz Castro 2009: 463).

e ll os se aprec ia que la mayo r parte le maderas dedi cadas a la combu sti ón proceden de Pi1111s halapensis , seguidos de Olea europeae, y Pislacia le11lisc11s , y especies sec undari as co mo Erica 11111l1iflorn. Fraxi1111.1·. Pinus 111aríli111a. Populus/Sa lix y Ta111arix pro pios de los bosques mcditcrrúneos (l bo rra , G rau y Pl'.: n;z .lordú 2003: 34; Gra u 200 7: 42 1). Muy parec idos son los res ult ados de Punta de los Gav ilanes fechados entre los siglos V 11 y V a. . que denotan una vegetac ión compuesta en su mayo rí a por Pinus l lalapensis. Pi1111s pi11ea/pi11asle1; Pi111.1.1· sp .. A lriplex I Jalimus. Che11opodiaceae. Labialae, Leg11111inoseae. Pislacia lenliscus. Olea euro1JC/ea y Tc1111m·ix (Ga rcía Martíncz, Grau y Ros Sa la 2008: 11 4). Todo ell o di buj arí a un ambiente en proceso de degradac ión con espac ios arbusti vos y algunos úrbolcs pro pi os de laderas bajas y medias. Para los siglos IV y 111 a. C., se han documentado en menor proporción las mi smas plantas el e la fa se anteri or otra s pl antas sil vestres caracterí sti cas de un fu ert e proceso de clcgraclac ión vegeta l como consecuencia de una nueva in sta lac ión industri al meta lúrgica y a la necesid ad ele ap rovec hami ent o ele madera escasamente se lecc ionada (Ga rcía Martíncz, Grau y Ros Sa la 200 8: 11 4; Ga rcía Martíncz y Ros Sa la 201 O: 549). Nueva mente de los prim eros momentos de co loni zac ión fe ni cia en el Sureste peninsul ar conocemos los datos del análi sis políni co y antraco logíco de /Joria lcchaclos entre el siglo VII y e l V a. C. (López Castro 2003: 97-98 ). El anúli sis políni co nos info rma sobre una a lta presencia ele pl ant as adventi c ias y rud era lcs próx im as (86,73 % ) pro pi as ele las ti erras culti vadas, mi ent ras que las pl ant as sa lvaj es represent arían un 11 ,46% y se di stribu yen entre J1111caceae propi os de la ri bera del t\lmanzora y arbustos y pinos situados en las laderas y serraní as litoral es. Por su parte, la informac ión antraco lógica apunt a a ar bustos leñosos en la ladera como Ta 111arix , lenti scos y leg umin osas co n un a escasa presenc ia taxo nes como el Pinus o el Q11erc11s que se situ arí an en las laderas medi as y altas y en el interi or de las si erra s.

Fi~nrn 1. Ma pa de situac iú11 de los yac i111i c11t os 111c11cio11ados en d texto.

Indicadores ambicnt-alcs.

Para conocer e l c lima y la vegetac ión qu e se ex tendí a en el Surest e peninsul ar antes de la ll egada co loni ,.adora feni cia , co ntarn os co n los aná li sis ca rpológicos ele las fa ses de l Bronce Final de Fuent e /\lamo (Stik a 2000), Gatas (Clapharn el a/ii 1999) y Ca bezo de las Brujas en t\lmi zaraquc (Mari sca l 1992). En Fuente /\lamo sabemos que un poco más de l 38'X, de taxo nes identifi cados era n plantas adve nti cias y ru clcral cs propi as de ca mpos de culti vos próx imos al a zo na de hábitat. Las semillas de plantas sil vestres advertirían un clima deg radado y ant ro pi zado co n una escasa representac ión de lenti scos y al go mús de un 4% de esparto. En ,atas, sin embargo, no sabemos la proporción ex acta de las pl antas sil vestres aun que los tres taxones id cntili cados , Vilis vi11ífera. Pislacia le11li.1·c11s y Olea e11ropea, señalarían un pa isaj e boscoso y húmedo más que los espac ios abi ert os que se loca li zarí an en e l entorno de Fuent e /\l amo. En t\lmi za raqlll:, la vegetac ión de sotobosque mcditcrrúnco de eo ní le ras, curprusáccas, enc in as y robl es document ados en el l loloccno, ruc dcgrad.'111dosc du ra nt e la Edad de l Bro nce cuando se constata una menor plu viosidad y una tendencia a la aridez del terreno.

Los datos arqucobotúni cos ele Baria no clilicrcn de la info rmación ex traída ele la faun a datada entre los siglos VI y V a. C. De esta lecha se han conservado dos restos de conejos y qui zús algunos de jabalíes que han siclo clas i licados genéricamente como sus sp. (Cardoso 20 11: 146- 150). Sin cronología prec isa serían los restos recuperados de la necrópoli s entre los que debemos incluir conejos, tejones y zorros (Castaños 1994 : 2-3). Estos animales son propios ele un sotobosque donde la vegetac ión estarí a co mpuesta mayo ritariamente por arbustos leñosos y una escasa presencia de árboles que ha sido confirmado por los anteri ores anúli sis arqucovcgctalcs ya comentados. De los siglos VII y VI a.C. conocemos los resultados fa uní sti cos de Ca bcc icos Negros. Se trata de un yac imi ento feni cio clcpcndi cntc de Baria situado en la desembocadura del

En re lac ión a los asentami ent os feni c ios conocemos los datos antraeo lóg ieos de l siglo VII a.C. de La Fontcta. En

[3 1]

Ci\ RIVll (N /\Ni\ Pi\ RI) () 13 /\ RRI ONU l·:vo Y .I OS i"é I. U IS I.Ól'l(í'. Ci\STRO

río /\ntas (Goñ i el a/ii 2003: 82-83). En esta úrea, los restos

das propia s ele O riente como los ga rban zos reg istrados por

óseos documen tados asoc ian la J¡1u na con un bosque denso

primera vez en la Penín sula Ibé ri ca en Cas tillo de Doña

grac ia s a la recuperación de un resto de ciervo y dos de su i-

Blanca (Chamorro 1994: 25) y en el Norte de/\ rri ca en Lix11.1·

dos, qui zús pert enec ientes a jaba! ícs, aunque también ex ist i-

(Grau el a /ii 2001: 197- 198; /\rancgui el alii 2005: 36 1; Pércz

rí an zonas mús ab iertas donde se ca zarían co nej os (Cama lich

.J ord ¡1 2005: 224). Por su parte, la v id culti vada y la produc-

y Martí11 Socas 1998: 3 19) .

ción viníco la entre las pob laciones autóctonas só lo se produjo a partir de un intenso co ntacto co n los co lonos feni cios y no

Para co nc luir, en Ahdern la li1una ex humada ele entre los

se ha podido demostrar un culti vo de v id co n anterioridad a

siglos V I- IV a.C. responde a una mayo ría ele an im ales de

la ll ega da de és tos ( !borra , Grau y Pércz .Jordá 2003 : 48) . /\dcmús, la ex pl otac ión a oran esca la, tanto de la v id co mo

gran tam año como ciervos y corzos que representan mús del

80'% de la caza . De lorma minoritaria tambi én se han documentado li eb res y co nejos (R iqu clmc 2003 : 11 4) . Es tos ani -

del ol ivo, L1nica mcntc se pudo ll eva r a cabo gra cias a nuevas técni ca s y herrami ent as utili za da s en O ri ent e (Gómcz 13c ll ard

mal es son carac terí sti cos de un paisaje co n amp li as zo nas

el alii 1993: 19-2 1; Gó mcz Bc ll ard , G ucrin y P
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