Panorama actual de las migraciones en América Latina

June 7, 2017 | Autor: A. Canales | Categoría: Globalization, International Migration, Internal migration, Latin America
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Panorama actual de las migraciones en América Latina

Panorama actual de las migraciones en América Latina

Alejandro I. Canales (Editor)

Universidad de Guadalajara Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas Departamento de Estudios Regionales-ineser Centro de Estudios de Población Asociación Latinoamericana de Población

Primera edición, 2006 © D.R. 2006, Universidad de Guadalajara Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas Departamento de Estudios Regionales-ineser Centro de Estudios de Población Núcleo Los Belenes 45000, Zapopan, Jal. © D.R. 2006, Asociación Latinoamericana de Población

ISBN Impreso y hecho en México Printed and made in Mexico

Contenido Presentación Alejandro I. Canales . .

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Tras la retórica de la hispanidad: la migración latinoamericana en España. Entre la complementariedad y la exclusión Andreu Domingo i Valls. . . . . . . . . . . . . .

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Globalizados, pero restringidos. Una visión latinoamericana del mercado global de recursos humanos calificados Jorge Martínez Pizarro . . . . . . . . . . . . . . . 45 Los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos: inserción laboral con exclusión social Alejandro I. Canales . . . . . . . . . . . .

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Migrações internacionais, globalização e blocos de integração econômica: Brasil no Mercosul Neide Lopes Patarra Rosana Baeninger . . . . . . . . . . . . . . . .

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Conexões geográficas e movimentos migratórios internacionais no Brasil meridional Ralfo Matos Carlos Lobo João Stefani Fernando Gomes Braga. . . . . . . . .

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Pobreza, marginación y migración mexicana a Estados Unidos René Martín Zenteno Quintero . . . . . . . . . . . Uma caracterização dos imigrantes nascidos em países do Cone Sul, residentes no Brasil Gabriela Adriana Sala José Alberto Magno de Carvalho Cezar Augusto Cerqueira

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André Junqueira Caetano . .

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Migration Dynamics in Mexico,Central America, and the Spanish-Speaking Caribbean Fernando Riosmena. . . . . . . . . . . . . . . . 217 us

Espacios de vínculos y espacios de movilidad: la reversibilidad en las etapas de las corrientes migratorias Eduardo León Bologna . . . . . . . . . . . . .

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La sostenibilidad de la migración transnacional: costos y beneficios Teófilo Altamirano. . . . . . . . . . . . . . . . 299 El efecto de las redes sociales sobre la interacción de los inmigrantes de México, Centroamérica y el Caribe con los nativos de los Estados Unidos Gilbert Brenes . . . . . . . . . . . . . . .

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Las tendencias de la migración interna en Chile en los últimos 35 años: recuperación regional selectiva, desconcentración metropolitana y rururbanización Daniela González Ollino Jorge Rodríguez Vignoli . . . . . . . . . . . . . . . . 369 Urban Migration Comparison in Honduras and Costa Rica Katherine F. Bartley. . . . . . . . . . . . . . . . 391 La despoblación y el despoblamiento en áreas de violencia política. Perú, 1980-2000 José Escobedo Rivera. . . . . . . . . . . . . . . La migración interna e internacional en las estrategias familiares de reproducción.El caso de las poblaciones rurales del sur del estado de Veracruz, México Alberto del Rey Poveda André Quesnel. . . . . . . . . . . . . . . .

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La movilidad territorial y los desplazamientos geográficos de la población no son un tema nuevo en América Latina. Sin embargo, los ejes de preocupación académica e interés social y político no han sido siempre los mismos. Así, por ejemplo, en la segunda mitad del siglo xix, en varios países el debate se centró en torno al papel e importancia de la inmigración —tanto nacional como internacional— como política de colonización y poblamiento de amplios territorios despoblados. Asimismo, a mediados del siglo xx el centro de atención se desplaza hacia la migración del campo a la ciudad, impulsada por factores tan diversos como el estancamiento rural, la modernización de la agricultura, la industrialización y modernización urbana, entre muchos otros. Actualmente, el centro de atención lo acapara la creciente emigración de latinoamericanos hacia países desarrollados —Estados Unidos y Europa, principalmente—, así como la diversificación de los flujos intraregionales. Junto a ello, los enfoques desde los cuales se ha analizado y problematizado la migración y movilidad de la población, también han sido diversos y cambiantes a lo largo del tiempo. Esto se refleja muy claramente en la trayectoria que han tenido los estudios sobre migración y movilidad de la población en América Latina en las últimas cuatro décadas. En los años sesenta y setenta, por ejemplo, la atención se centró en el análisis de la migración campo-ciudad, como correlato de las transformaciones estructurales que experimentaba la región. Nos referimos al proceso de modernización y urbanización, que impulsadas por un proyecto de industrialización con base en la sustitución de importaciones, redefinió la base económica y social de nuestros países. En este marco de cambio social, se dio una masiva emigración de población desde el campo a las ciudades, especialmente, hacia la capital de cada país, en donde se concentraba también el mayor desarrollo industrial y económico de cada país. Destaca en esta época el gran desarrollo de marcos teóricos y metodológicos que, desde diversas trincheras ideológicas y epistémicas, se for

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mularon para analizar, comprender e intervenir en este fenómeno social. En efecto, en esta época se da un rico aunque inacabado debate en torno a las causas, motivaciones, consecuencias, contextos e impactos de la migración campo-ciudad. Al respecto, destacan principalmente, los aportes que desde la teoría de la modernización, por un lado, y del enfoque histórico-estructural, por otro, se formularon respecto a la migración interna en América Latina. Desde el primer enfoque, se concebía a la migración como parte y expresión del proceso de modernización de la sociedad. En particular, la migración campo-ciudad era vista como consecuencia de la transición desde una sociedad rural y tradicional, como la que caracterizaba a América Latina hasta la primera mitad del siglo xx, hacia una sociedad moderna e industrial. No obstante, también se planteaba que las limitaciones de la modernización en América Latina podrían tener consecuencias perversas, en la medida que la migración del campo a la ciudad no pudiera incorporar a estos nuevos contingentes a los ámbitos de modernidad urbana, reproduciendo bolsones de marginación y exclusión social. Este enfoque más pesimista, dentro de la teoría de la modernización, fue desarrollado ampliamente por Gino Germani, quien en diversas ocasiones señaló que las limitaciones de la modernización en América Latina redundaban en la dificultad para que se consolidaran las estructuras e instituciones propias de una sociedad industrial —Estado Nación, régimen democrático, partidos políticos, entre otros. Por su parte, desde el enfoque histórico-estructural, si bien se compartía la tesis de que la migración campo-ciudad era expresión de las transformaciones estructurales provocadas por la industrialización y la urbanización, se planteaba, en cambio, que la base de las condiciones de marginación social en que caían muchos de los inmigrantes no era la migración en sí, sino las características del proceso de acumulación capitalista. En este esquema de análisis, la migración rural-urbana y su dinámica no eran por sí mismas el centro del problema, sino el proceso de acumulación, y en particular, las relaciones sociales sobre las cuales éste se configuraba en América Latina. No era la dinámica migratoria la base de un excedente poblacional, sino la dinámica de la acumulación capitalista la que tornaba redundante a crecientes sectores de la población. No se trataba de una población marginal y excluida, sino de un excedente demográfico relativo, de una sobrepoblación que asume la forma histórica y concreta de un Ejército Industrial de Reserva. En este contexto, la migración campociudad adquiría importancia en términos de su aporte a la configuración de este Ejército Industrial de Reserva. 

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No podemos dejar de mencionar la importante función que desempeñó clacso en el desarrollo de este debate, especialmente a través del grupo de trabajo sobre Migración y Desarrollo, dentro de la Comisión de Población y Desarrollo. En particular, este grupo de trabajo se constituyó en un espacio abierto al debate de las diversas posiciones teóricas y metodológicas, contribuyendo al diseño de un programa de investigación en la región que tomó cuerpo en proyectos de investigación, publicaciones y la consolidación de diversos centros de estudios. Ahora bien, resulta sintomático que en la década de los ochenta este gran debate se viera de repente interrumpido, quedando inconclusos y abiertos muchos de los ejes y argumentos que lo sustentaron. En realidad, los ochenta representaron un verdadero retroceso no sólo para los estudios sobre migración y movilidad de la población, sino también para el conjunto de las ciencias sociales, y para el pensamiento crítico en Latinoamérica. Junto con el estancamiento del debate y de la reflexión crítica, se inicia una desarticulación de las redes y grupos de trabajo que sustentaron el desarrollo del pensamiento crítico en la región. Asimismo, la migración campo-ciudad comienza a desaparecer como eje de atención política y académica, a la vez que los paradigmas desarrollados en décadas anteriores se tornan ineficaces para dar cuenta de las nuevas condiciones generadas tanto por las crisis económicas como por el agotamiento definitivo del modelo de modernización e industrialización impulsado desde décadas anteriores. Asimismo, las nuevas condiciones económicas que surgen tanto de las políticas de ajuste estructural como de la estrategia de apertura e inserción en la nueva economía global, plantean nuevos ejes de preocupación en relación a la migración y movilidad de la población, que los viejos paradigmas de los setenta simplemente nunca se plantearon. Esto permite que ya a fines de los ochenta, pero más claramente en la década de los noventa, inicie una nueva época en los estudios de migración en América Latina, en los que lo característico es la diversidad de temáticas y modalidades migratorias que comienzan a analizarse y estudiarse. Por un lado, la migración rural-urbana ya no es ni el único ni el principal eje de atención en los estudios de migración interna. Junto a ella, surge el interés por las migraciones rural-rural, urbana-urbana, y en general, diversas modalidades migratorias que forman parte de procesos de 

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transición urbana y de la reconfiguración territorial de nuestras economías frente a la globalización. Por otro lado, la migración internacional en sus diversas formas —emigración a países desarrollados, migración intraregional, desplazamientos transfronterizos, entre otros—, surge como uno de los ejes fundamentales de la movilidad de la población en la actualidad. Asimismo, tanto los estudios de migración interna como de migración internacional, son atravesados por diversos enfoques, que ponen el acento en aspectos específicos, como la condición indígena, la perspectiva de género, el carácter indocumentado y los derechos humanos, las transferencias y remesas, los impactos de la migración en las familias y las comunidades de origen y destino, entre muchos otros. Se trata de enfoques que hacen visibles muchos aspectos que anteriormente quedaban subsumidos en enfoques macrosociales y discursos totalizadores. En este contexto, podemos afirmar que actualmente ha resurgido el interés tanto por la investigación empírica, como por los enfoques teóricos y metodológicos que contribuyan a comprender el significado y alcances de los diversos tipos de migración y movilidad de la población en la era actual. En este marco, en el Primer Congreso de la Asociación Latinoamericana de Población, celebrado en Septiembre del 2004, en Caxambú, Brasil, nos interesó especialmente reconstituir un espacio académico abierto a la reflexión conjunta sobre los procesos migratorios en América Latina, favoreciendo el desarrollo de enfoques y estudios comparativos, así como el diálogo interdisciplinario. Asimismo, con la publicación de los trabajos presentados en esa ocasión, desde Alap queremos continuar abriendo espacios para la reflexión y análisis de estos fenómenos sociales. En este sentido, con esta publicación nos interesa provocar nuevos y más debates, así como reflexiones que contribuyan al entendimiento de la migración y movilidad de la población en la sociedad latinoamericana contemporánea. Panorama de la investigación actual en migración en América Latina y el Caribe La migración y movilidad de la población contemporánea en América Latina no se entiende sin los procesos de globalización de la economía mundial y de reestructuración económica de la región. En efecto, por un lado, ambos procesos permiten entender los procesos de desindustriali10

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zación y reconfiguración territorial que dan cuenta de las nuevas modalidades de la migración interna, especialmente de la desconcentración demográfica con base en desplazamientos urbano-urbanos, así como la articulación local-local a través de migraciones temporales y recurrentes. Por otro lado, la migración internacional vuelve a plantearse como un tema central, derivado, entre otras cosas, por el crecimiento significativo de este tipo de desplazamientos, así como la creciente dependencia de las comunidades de origen respecto a las transferencias de dinero que envían los migrantes. Asimismo, surgen nuevas prácticas transnacionales y transterritoriales que plantean importantes desafíos no sólo teóricos, sino también sociales y políticos. En ambos casos —migración interna e internacional— cabe destacar no sólo la diversidad de enfoques, sino especialmente la diversidad de modalidades y de sujetos que participan en la migración. A la ya clásica migración definitiva o permanente, se agregan patrones de movilidad circular, desplazamientos entre zonas transfronterizas, migraciones de retorno, migración indocumentada, migración calificada, migrantes de tránsito, entre otras. Por otro lado, cabe señalar también la creciente visibilidad que asume la migración de las mujeres, de la población indígena, de los niños y ancianos, entre muchos otros sujetos. Todo ello se refleja en una mayor complejidad y diversidad de los patrones migratorios, tanto nacionales como internacionales, lo cual nos plantea la necesidad de reconstruir enfoques y perspectivas de análisis y comprensión de este fenómeno social. En este sentido, con esta publicación queremos contribuir a este desafío, aportando no sólo información estadística, sino también reflexiones conceptuales y metodológicas que surgen de investigaciones realizadas en diversos contextos en América Latina. Los textos aquí publicados corresponden a los trabajos presentados en la Mesa de Trabajo sobre Migración y Movilidad de la Población, en el marco del Primer Congreso de la Asociación Latinoamericana de Población. En su edición hemos mantenido, en la medida de lo posible, la organización y agrupación de los trabajos de acuerdo a como fueron presentados en dicho congreso. De esta forma, el libro está organizado en cuatro secciones. En la primera sección presentamos los tres textos que formaron parte de la Plenaria sobre Migración, trabajo y exclusión social. Los tres textos nos ofrecen una visión panorámica sobre la emigración latinoamericana al Primer Mundo. 11

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En el primer texto, titulado Tras la retórica de la hispanidad: la migración latinoamericana en España. Entre la complementariedad y la exclusión, Andreu Domingo i Valls nos ofrece un interesante panorama de las condiciones de la inmigración latinoamericana reciente a España. Al respecto, el autor señala que, en el marco de la Unión Europea, el caso de España es particularmente sintomático, pues además de que a partir de los ochenta cambia su secular orientación a la emigración por la inmigración, se consolida además como el principal país de destino de las corrientes procedentes de Latinoamérica. Esta aparente preferencia por inmigrantes latinoamericanos, a menudo, se expresa tras la retórica de la hispanidad, en referencia tanto a la afinidad producto de la historia y la lengua compartidas, como a los prejuicios implícitos hacia otros orígenes. Sin embargo, esta preferencia no parece haberse traducido en una mejora de las condiciones de vida de la población latinoamericana emigrada en España. En efecto, de acuerdo con los datos presentados por el autor se concluye que la inserción social de los inmigrantes parte de una situación de franca desigualdad, que a nivel colectivo puede hacer que se interprete la inmigración como una importación masiva de pobres, sobre todo en términos relativos en comparación con la población española. Al respecto, el autor concluye además que la peor amenaza para las condiciones de vida de la población inmigrada, sea del origen que sea, es la existencia de un sistema jurídico y una concepción política sobre la extranjería y la inmigración que se dediquen a fabricar pobreza, dando lugar a una etnificación de la estratificación social. Ese proceso evidentemente tiene unos costos elevadísimos para el migrante a nivel individual, pero también está hipotecando el futuro, afectando la cohesión social de los países receptores y despilfarrando la oportunidad de establecer lazos de cooperación política y económica a partir de los campos migratorios ya existentes entre regiones de origen y destino. En el segundo texto, titulado Globalizados, pero restringidos. Una visión latinoamericana del mercado global de recursos humanos calificados, Jorge Martínez Pizarro nos señala que, aunque la migración de trabajadores de alta calificación es una preocupación constante en los países de América Latina, los retos que impone el actual escenario internacional exigen que se reconozca la especificidad latinoamericana. En su texto el autor nos presenta algunos datos que permiten dimensionar la importancia cuantitativa de la migración calificada, a la vez que nos indica los diversos problemas conceptuales y metodológicos que im12

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plica su medición. Asimismo, nos señala tanto las dificultades como las potencialidades de la movilidad de personas de alta calificación, lo que le permite reflexionar sobre cómo la sociedad global a la vez que impulsa, también condiciona y pone restricciones a la formación de un mercado mundial de recursos humanos calificados. En este sentido, en el texto se confrontan las visiones del brain drain (fuga de cerebros), el brain gain (recuperación o ganancia de cerebros), el brain circulation (circulación de cerebros) y el brain exchange (intercambio de cerebros), apoyándose en una mención a los determinantes de la migración. En el tercer texto, titulado Los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos: inserción laboral con exclusión social, Alejandro I. Canales nos ofrece un análisis detallado sobre las características de la emigración de latinoamericanos a Estados Unidos, y su inserción laboral en el marco de los procesos de desregulación y flexibilidad laboral derivados del proceso de globalización. Al respecto, el autor señala que en relación con el perfil sociodemográfico hay una compleja diversidad de situaciones. Así por ejemplo, mientras en general, la emigración se ha masculinizado, hay algunos casos en que se da el proceso inverso. Destacan en especial los casos de la emigración colombiana, dominicana y peruana, tanto porque se trata de migraciones de magnitud importante, como por el gran peso que tienen en ella las mujeres. Asimismo, los datos indican que en general se trata de una emigración de carácter laboral, que por lo mismo involucra esencialmente a personas en edades jóvenes, aunque se dan algunas excepciones, siendo el caso más extremo el de la emigración cubana. En relación con la inserción laboral de los inmigrantes latinoamericanos, sin embargo, la situación ya no es tan heterogénea y diversa. En concreto, el autor señala que, con las debidas excepciones, los latinoamericanos tienden a estar expuestos a diferentes condiciones de precariedad laboral y segregación ocupacional. Por un lado, los inmigrantes latinoamericanos, aún cuando tengan similares niveles de capacitación y educación que los trabajadores norteamericanos, tienden, sin embargo, a ser relegados a puestos de menor calificación, más precarios, inestables y vulnerables. Por otro lado, los inmigrantes latinoamericanos sistemáticamente perciben menores remuneraciones e ingresos que el promedio de los trabajadores norteamericanos, aún cuando estén en los mismos empleos y ocupaciones. En la segunda sección, los trabajos presentados retoman estudios de casos nacionales y/o regionales, y presentan varias consecuencias de la 13

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migración internacional en ALC, tanto de tipo intraregional como extraregional. En el primer texto, titulado Migraciones internacionales, globalización y bloques de integración económica. Brasil en el Mercosur, Neide Patarra y Rosana Baeninger presentan un análisis de la migración interregional en el marco del proceso de integración del Mercosur. En este texto las autoras dirigen su atención al análisis de las transformaciones y efectos de los movimientos migratorios internacionales en el contexto de Mercosur. En particular, en el caso de Brasil se señala la importancia creciente de los movimientos intra-bloque, no sólo por su volumen, sino también por su diversidad y sus implicaciones. La reestructuración productiva y el contexto internacional serían la base de nuevas modalidades de transferencias poblacionales, tanto para las metrópolis, como para las ciudades de nueva industrialización y para las áreas limítrofes entre los países. Con base en el censo de población del 2000, se analiza el origen de las migraciones internacionales contemporáneas, y se identifica la importancia de metrópolis como Sao Paulo y Río de Janeiro, y de algunas áreas de la frontera (Santana do Livramento y Foz de Iguazú), como principales destinos migratorios. En el segundo texto, titulado Las conexiones geográficas y los movimientos migratorios internacionales en el Brasil meridional, sus autores, Ralfo Matos, Carlos Lobo, João Stefani y Fernando Gomes Braga, nos ofrecen un estudio sobre las conexiones existentes entre Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, que investiga los stocks y flujos de población regionales, así como la inserción de los inmigrantes en el mercado de trabajo en la región centro-sur de Brasil. A decir de los autores, la formación del Mercosur no inaugura el proceso de integración entre esos países, pero sí contribuye a profundizar e intensificar los vínculos preestablecidos entre las poblaciones regionales y las actividades económicas, que surgen en la época de la colonización de la región de Platina. En la medida en que se amplíen los mercados de consumo, trabajo y las actividades productivas, este aumento de los vínculos, y en especial de la migración internacional, puede constituir un factor de desarrollo. En tal sentido, se destaca el papel de las redes de comunicaciones y transportes que vinculan los centros urbanos de los cuatro países. Asimismo, los flujos migratorios provenientes de Argentina, Paraguay y Uruguay son analizados teniendo en cuenta las localidades brasileñas que son su destino principal, tanto de los inmigrantes como de los brasileños que 14

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retornan. Asimismo, se analizan las formas de inserción en el mercado de trabajo, dentro y fuera de estas áreas urbanas de mayor tamaño en el centro-sur brasileño. En el tercer texto, Pobreza, marginación y migración mexicana a Estados Unidos, René Zenteno Quintero nos ofrece una contribución a la discusión formal del vínculo pobreza-migración en México. Su objetivo es doble. Por un lado, presentar un panorama general de las principales ideas vertidas sobre esta relación en los estudios de la migración de México a Estados Unidos. Y por otro lado, realizar un análisis empírico de alcance nacional que permita entender mejor el vínculo de la migración internacional no sólo con la pobreza de los hogares mexicanos, sino también con el grado de marginación de sus municipios. Con base en la medición de los niveles de pobreza de los hogares y del grado de marginación de los municipios, el autor concluye que no existe una relación lineal entre la emigración a Estados Unidos y la condición de pobreza y marginación. Este hallazgo permite confirmar hipótesis previas que señalaban, precisamente, que no son los hogares más pobres ni con mayor marginación, los que más emigran. Ello se debería, entre otras cosas, a que la migración internacional se ha encarecido, lo que dificulta la posibilidad de que los hogares más pobres puedan acceder a ella. Finalmente, en el último trabajo de esta sección, titulado Una caracterización de los extranjeros nacidos en países del Mercosur y estados asociados residentes en Brasil, sus autores, Gabriela Adriana Sala, César Augusto Cerqueira, André Junqueira Caetano y José Alberto Magno de Carvalho, nos ofrecen una caracterización de los extranjeros originarios del Mercosur y estados asociados residentes en Brasil. Con base en procedimientos estadísticos, los autores construyen tres perfiles de inmigrantes. El primero corresponde a los inmigrantes más antiguos, quienes se diferencian de los demás perfiles por su inactividad, y por agrupar predominantemente a mujeres. El segundo concentra inmigrantes antiguos y con mayor calificación, con empleos y rentas más altas que los del tercer perfil. Este último, a su vez, concentra a los inmigrantes más recientes, predominantemente de baja calificación, que por lo mismo, suelen ocupar puestos laborales más precarios y de menores ingresos. Con base en estos perfiles, los autores señalan que los inmigrantes chilenos, por ejemplo, se concentrarían en el perfil de mayor calificación, mientras que los argentinos y uruguayos tendrían una distribución más homogénea entre los tres perfiles. Asimismo, los bolivianos tendrían una distribución polarizada, al concentrarse tanto en el perfil de menor ca15

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lificación como en el de mayor calificación. Por último, los inmigrantes paraguayos se concentrarían en el perfil de menor calificación, siendo los que presentan una situación más desventajosa. En la tercera sección, los trabajos se orientan, en cambio, a una reflexión de corte teórico y metodológico para el estudio de la migración internacional en América Latina y el Caribe. En el primer texto, titulado Dinámica de la migración estadounidense en México, América Central y el Caribe hispanohablante, su autor, Fernando Riosmena, nos ofrece una comparación de la selectividad y determinantes de la migración de retorno desde Estados Unidos hacia México, Puerto Rico, la República Dominicana, Nicaragua y Costa Rica. El autor utiliza datos del Mexican Migration Project y el Latinamerican Migration Project. Este análisis comparativo se basa en modelos estadísticos de supervivencia, a través de los cuales estima la probabilidad de que un migrante retorne a su país de origen, después de controlar con un conjunto de factores relevantes. Al respecto, los resultados indican que la mayor probabilidad de retorno se da entre mexicanos y costarricenses, quienes además realizan viajes más cortos. Asimismo, encuentra que las mujeres migrantes son menos propensas a realizar viajes de retorno que sus contrapartes masculinas. Con base en algunas características de los migrantes, el autor plantea que la menor propensión a retornar que manifiestan los migrantes puertorriqueños y dominicanos se debe a que en estos casos, es más probable que ellos hayan migrado con sus familias. No obstante, el autor aconseja precaución en el análisis, pues la magnitud y la dirección de los factores estudiados varían de acuerdo con el país que esté siendo analizado. En el segundo trabajo, titulado Espacios de vínculos y espacios de movilidad: la reversibilidad en las etapas de las corrientes migratorias, Eduardo León Bologna analiza la migración boliviana a la Argentina usando el concepto de reversibilidad migratoria. De acuerdo con el autor, el concepto de reversibilidad resulta adecuado en este caso, pues pone el acento en la referencia a la residencia base. A medida que ésta cambia con la difusión y la formación de redes, los flujos se consolidan. En este sentido, la hipótesis que sostiene el autor es que el fortalecimiento de los lazos, tanto de los que se crean en el lugar de destino como los que se conservan en origen, da lugar a una transformación en la percepción del espacio, que lo vuelve más asible, más cercano. De esta forma, la movilidad transcurre dentro de un espacio de vínculos, el cual, 16

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bajo ciertas condiciones, puede evolucionar hacia la constitución de comunidades transnacionales. Con base en una encuesta levantada a la comunidad boliviana en Neuquén, Argentina, el autor, además de ofrecernos una caracterización del flujo migratorio, nos invita a reflexionar sobre si sería más conveniente impulsar políticas de desarrollo económico en las áreas de expulsión, o por el contrario, sería más conveniente promover la conformación de estas comunidades transnacionales, que actuarían como estrategias de diversificación en la obtención de recursos. En el tercer texto, titulado La sostenibilidad de la migración transnacional: costos y beneficios, su autor, Teófilo Altamirano, nos invita a una reflexión sobre los alcances y límites de la migración transnacional, y en particular, si este proceso puede tener una continuidad, dadas las condiciones sociodemográficas, económicas, políticas y culturales que experimentan los países inmersos en este proceso. Para ello, hace una amplia revisión de las diversas interpretaciones teóricas que prevalecen actualmente en el estudio de la migración internacional. Asimismo, con base en datos sociodemográficos y etnográficos de los casos del Perú y Ecuador, el autor ofrece una caracterización de un caso específico de migración transnacional, resaltando la importancia del transnacionalismo en la vida cotidiana no sólo de los propios migrantes y de sus familiares, sino también de los dos países en donde este fenómeno ha pasado a ser parte significativa de la dinámica económica, social, política y cultural. Los datos cuantitativos y cualitativos que presenta el autor le permiten afirmar que las contribuciones netas que produce la migración transnacional son muy diversas, e incluso en ocasiones contradictorias. Esta diversidad depende del perfil sociocultural y económico del migrante y de la región, localidad y los países de procedencia, como también de la tolerancia o intolerancia cultural de la sociedad en el país de destino. De ahí que los testimonios de los migrantes sean tan diversos y que vayan desde denuncias y quejas de maltrato, racismo, xenofobia y estados de soledad y exclusión social, cultural y económica, hasta testimonios de satisfacción, éxito y asimilación a la sociedad y cultura receptora. El cuarto texto de esta sección es el artículo de Gilbert Brenes, titulado El efecto de las redes sociales sobre la interacción de los inmigrantes de México, Centroamérica y el Caribe con los nativos de los Estados Unidos. En este texto, el autor se propone estudiar si los inmigrantes que aprovecharon el apoyo suministrado por familiares, amigos y paisanos tienen 17

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menos contacto con los nativos de la sociedad estadounidense. Para ello, se emplean las bases de datos de las etnoencuestas de los proyectos Mexican Migration Project y Latinamerican Migration Project, las cuales indagan sobre la experiencia migratoria de mexicanos, portorriqueños, costarricenses, nicaragüenses y dominicanos en los Estados Unidos. El autor encontró que sí hay un efecto negativo en el uso de redes sociales sobre la interacción con la población nativa, especialmente angloamericana. En particular, el autor concluye que el uso de redes sociales de apoyo está muy asociado con el monolingüismo, factor que explicaría más claramente la ausencia de vínculos con la población angloparlante. Ahora bien, el autor nos indica además, que aunque en general hay evidencia de que las redes sociales pueden tener un efecto de aislamiento sobre los inmigrantes, hay variaciones importantes al analizar las diferencias entre naciones de origen. Así por ejemplo, el autor señala que entre los inmigrantes mexicanos, efectivamente el empleo de redes de apoyo disminuye las probabilidades de interacción con los nativos y de hablar inglés, pero que lo contrario sucede con los dominicanos. El caso de los portorriqueños es especial, pues aun cuando recibieron múltiples apoyos de sus redes familiares, tienen un mejor manejo del inglés. Finalmente, en la cuarta sección los textos se centran en una visión de la migración interna en América Latina y el Caribe, ejemplificada en algunos casos nacionales. En el primer texto, titulado Las tendencias de la migración interna en Chile en los últimos 35 años: recuperación regional selectiva, desconcentración metropolitana y rururbanización, Daniela González Ollino y Jorge Rodríguez Vignoli nos ofrecen una visión compacta y actualizada de la migración interna acaecida en los últimos 35 años en Chile. Con arreglo a la trayectoria migratoria que presentan las regiones, se elabora una tipología que sugiere que los factores determinantes de los flujos han estado cambiando en el tiempo, y que la década de los noventa fue particularmente rica en modificaciones de patrones históricos relacionados con la atracción de la región metropolitana y la erosión migratoria de alguna regiones con vocación exportadora. En este sentido, se señala la paradoja de que aun cuando a nivel nacional, sigue aumentando el nivel de concentración demográfica en Santiago; esta ciudad, sin embargo, ha empezado a arrojar saldos netos migratorios negativos, esto es, pérdida neta de población. Asimismo, analizan el papel de la migración internacional y de los lugares de destino de los emigrantes de esta región, así como la formación de un cinturón rururbano de altos ingresos en torno a la ciudad, el cual ha 18

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abierto nuevas brechas en la periferia históricamente pobre con diversas consecuencias en la movilidad intrametropolitana y en los patrones de segregación residencial en el Gran Santiago. En el segundo texto, titulado Comparación de la migración urbana de Honduras con Costa Rica, Katherine F. Bartley nos ofrece un estudio detallado sobre la reciente migración interna en ambos países. Como señala la autora, aun cuando ambos países son similares tanto en su geografía como en su historia, presentan, sin embargo, diferencias sustanciales en los niveles de desarrollo económico y estabilidad política. Asimismo, a diferencia de lo que sucede en la mayoría de los países latinoamericanos, tanto Honduras como Costa Rica registran un nivel bajo de urbanización, con sólo 48% y 53% de población urbana, respectivamente. Este bajo nivel de urbanización inspira a la autora a analizar el papel de las migraciones internas, las cuales usualmente son dominadas por movimientos de tipo rural-urbano. De esta forma, la autora se cuestiona si la migración interna en estos dos países es parecida a la del resto de América Latina, la cual revela nuevas tendencias de migración a las ciudades intermedias. Empleando los datos censales para el año 2000, la autora concluye que la dinámica de la migración interna en estos dos países refleja diferencias sustanciales, aunque se pueden observar similitudes importantes en el caso de la migración a ciudades intermedias. En el tercer texto, titulado La despoblación y el despoblamiento en áreas de violencia política. Perú, 1980-2000, José Escobedo Rivera nos ofrece un análisis de los efectos demográficos de la violencia política en áreas denominadas de impacto leve, medio y alto. Al respecto, el autor plantea la distinción entre los procesos de despoblación y despoblamiento. En el primero, la reducción de la natalidad, por descensos de la fecundidad principalmente, sería la principal causa de la reducción del volumen demográfico. En cambio, cuando el descenso de la población se debe a desplazamientos forzados, corresponde a un proceso de despoblamiento. Con base en este análisis, el autor intenta aportar insumos teóricos a la comunidad científica y organismos encargados de tomar decisiones para intervenir en el plano demográfico, y orientar a la población directamente afectada por la violencia política dando a conocer las consecuencias demográficas que conllevó este conflicto. Finalmente, en el cuarto texto de esta sección, titulado La migración interna e internacional en las estrategias familiares de reproducción. El caso de las poblaciones rurales del sur del estado de Veracruz, México, Alberto del Rey Poveda y André Quesnel analizan la movilidad actual que afecta 19

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a las familias rurales del sur del estado de Veracruz, México. De acuerdo con los autores, las causas de esta movilidad son muchas y diversas. Por un lado, las transformaciones derivadas del proceso de transición demográfica. Por otro lado, los efectos de las crisis económicas recurrentes en México, junto al nuevo modelo de desarrollo impulsado desde el inicio de los ochenta. Por último, señalan el papel de la reforma legal de 1992 sobre la propiedad social de la tierra. Estos factores han llevado a que la movilidad laboral en la región, tradicionalmente circunscrita a las familias de escasos recursos y contenida en el ámbito regional, haya dejado paso a un proceso de movilidad generalizado al conjunto de las familias rurales, y a la emergencia de nuevos destinos, entre los que destacan la frontera norte y los Estados Unidos. Asimismo, los autores concluyen que, tras esta movilidad, se encubren procesos de movilidad muy diferenciados a nivel local, familiar e individual, factores que a su vez, permiten explicar los diversos destinos de la migración laboral. Los 15 textos reunidos en este libro nos ofrecen un panorama detallado de los principales ejes de la migración y movilidad de la población en América Latina y el Caribe. Con su publicación, queremos contribuir al conocimiento y comprensión de este fenómeno social, y a la vez provocar otras reflexiones que aporten más elementos para el entendimiento de la migración en la región, así como al diseño de programas y políticas de atención respecto a los diversos problemas que enfrentan los migrantes en la actualidad. Alejandro I. Canales Editor

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Tras la retórica de la hispanidad: la migración latinoamericana en España. Entre la complementariedad y la exclusión

Andreu Domingo i Valls La latinoamericanización de las migraciones internacionales en España La década de los noventa ha sido descrita respecto a los flujos migratorios dirigidos hacia la Unión Europea como el período marcado por la aceleración, la diversificación (tanto de los orígenes como de la estructura por sexo y edad de los migrantes) y por el crecimiento de la irregularidad (Salt y otros, 2000; Sopemi 2003). Parte de esa aceleración y del cambio, y la pujanza de nuevos orígenes, se debe a la activación hacia Europa durante los últimos años de los flujos de latinoamericanos (Pellegrino, 2004), aunque los problemas de fiabilidad y comparabilidad de los datos estadísticos referentes a los flujos y a la población latinoamericana desaconsejan un análisis pormenorizado en el ámbito de la Unión Europea. Sin lugar a dudas España, como país de destino, puede considerarse como un ejemplo emblemático —casi la mitad de todos los residentes de nacionalidad latinoamericana, que en una estimación de mínimos rozaría las 900 mil personas según los últimos datos disponibles de la Unión Europea de los veinticinco, residiría en España (Newcronos, Eurostat, años de 1999 a 2002). En España el proceso de aceleración, especialmente a partir de la segunda mitad de los noventa hasta la actualidad, ha resultado en una

.

Este trabajo forma parte de la línea de investigación Procesos migratorios, asentamiento y estructuras familiares: un estudio sociodemográfico (BsO2001-1233), financiado por el Plan Nacional I+D del Ministerio de Ciencia y Tecnología del Gobierno español.

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Andreu Domingo i Valls

intensidad inusitada: 85% de las 2’193,259 entradas registradas directamente desde el extranjero desde 1991 a 2003 por las Estadísticas de Variaciones Residenciales del Instituto Nacional de Estadística, corresponden a los cinco últimos años (gráfico 1). De este modo, la España que en los ochenta cambiaba su orientación secular a la emigración por la inmigración (Muñoz e Izquierdo, 1989), se consolidaba a finales de los noventa como un país de inmigración donde las corrientes procedentes de Latinoamérica aumentaban su protagonismo, representando ellas solas a alrededor de 50% de las entradas de extranjeros producidas desde el año 2000, alcanzando prácticamente las 800 mil altas padronales. Más aún si entendemos que estas cifras nos hablan de mínimos, atendiendo a la deficitaria cobertura de la fuente. Tanto es así que no han faltado autores que hablen de la preferencia por los migrantes latinoamericanos (Izquierdo, et al., 2002; Martínez, 2003) y que hoy, a la luz de los resultados en el crecimiento de los flujos y de los efectivos resultantes, deberíamos ratificar. Pero esa preferencia, cuyas razones no siempre han sido explicadas, expresada a menudo tras la retórica de la hispanidad, en referencia tanto a la afinidad producto de la historia y la lengua compartidas en contraposición a otros flujos, como a los prejuicios implícitos hacia otros orígenes, no parece haberse traducido en una mejora de las condiciones de vida de la población emigrada latinoamericana en España que, adelantémoslo, se caracteriza además por una fuerte heterogeneidad en sus perfiles sociodemográficos y su proceso de asentamiento en territorio español. El crecimiento de los flujos internacionales y de los efectivos de población extranjera ha sido jalonado y en parte determinado por cambios cruciales en la legislación, y en los criterios y cobertura de los recuentos estadísticos, que en primer lugar han conformado la visibilidad estadística de la migración internacional y de la población extranjera asentada en el país, y en segundo han actuado ellas mismas como factor de atracción de nuevas corrientes migratorias, especialmente las operaciones de regularización de 2000 y 2001, aunque no únicamente si tenemos en cuenta el anuncio de la demanda de visado a las nacionalidades que más han crecido, como Ecuador y Colombia a partir del 1 de enero de 2003. Así, el paradójico resultado de dos años consecutivos de regularizaciones y de modificaciones restrictivas de la Ley de Extranjería con la finalidad declarada de luchar contra la inmigración irregular y restringir los flujos migratorios, ha finalizado con más de un millón de personas en situación irregular estimadas a partir de la comparación de los permisos de residencia en vigor a 31 de diciembre de 2002 y las personas empadronadas 22

Tras la retórica de la hispanidad: la migración latinoamericana en España

a 1 de enero de 2003 —de este millón 51% corresponde a personas de nacionalidad latinoamericana—. Como es obvio, la irregularidad, si no es la única, debe considerarse como una de las situaciones de más alto riesgo en cuanto a la marginación y la pobreza asociadas. En estos momentos, el Instituto Nacional de Estadística español está haciendo públicos los primeros resultados del Censo de Población y Vivienda de 2001 (al 1 de noviembre). Se ha elegido el censo como fuente estadística básica para aproximarse a las características sociodemográficas y la integración o exclusión de la población latinoamericana en España principalmente por su índole universal y por la posibilidad de comparar los mismos datos de carácter sociodemográfico entre las diferentes nacionalidades y con el total de la población española. Aunque noviembre de 2001 pueda parecer una fecha relativamente alejada para un fenómeno caracterizado por un crecimiento vertiginoso, tiene sin embargo la ventaja de reflejar de lleno el impacto de los procesos de regularización. En las próximas páginas pues, tras dar cuenta de las características sociodemográficas básicas de la población de nacionalidad latinoamericana censada en España en 2001 y de las principales nacionalidades del continente, realizaremos una radiografía de los factores fundamentales para entender las particularidades del proceso de integración y exclusión en el que se ven inmersos los citados colectivos. Gráfico 1 La inmigración internacional en España 1991-2003 (Españoles y extranjeros por grandes grupos continentales) 250.000 Españoles 200.000

150.000

Europa

África América Asia y Oceanía

100.000

50.000

0

1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003

Fuente: elaboración propia con las Estadísticas de Variaciones Residenciales 1991-2003 (ine).

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Andreu Domingo i Valls

Las características sociodemográficas de la población latinoamericana residente en España Las personas de nacionalidad de algún país hispanoamericano, junto con las de nacionalidad filipina, ecuatoguineana, andorrana o aquellas que puedan acreditar ser descendientes de la población sefardí expulsada de España en 1492, se benefician de un acceso a la nacionalidad española preferente, fijado por la reforma del Código Civil español en el apartado que se refiere al acceso a la nacionalidad (Ley 18/1990, de 17 de diciembre). Así, se requieren dos años de residencia legal y continuada para acceder a los trámites de la naturalización, mientras que a los nacionales de otros países se les demanda la constancia de diez años. Prueba de esa facilidad son las 64,500 nacionalizaciones de latinoamericanos producidas entre 1991 y 2001, que representaban 59% de todas las nacionalizaciones concedidas. El proceso de selección por nacionalidades es común a todas las políticas que definen el acceso a la nacionalidad en la mayoría de los países del mundo, siendo la primera premisa el reconocimiento de un legado histórico común, que en el caso de los países europeos está directamente relacionado con su pasado colonial. En la actualidad la presencia de corrientes migratorias ha puesto sobre el tapete las políticas selectivas de contingentes por nacionalidades, pero independientemente de la naturalización, modificando tan sólo las medidas de acceso para los descendientes de antiguos migrantes oriundos de un estado determinado: los casos de Alemania y Grecia a partir de 1991 son quizás los más conocidos por importancia numérica y por su repercusión mediática hasta el momento dentro de la Unión Europea, los llamados retornos étnicos incentivados por los respectivos gobiernos alemán y griego. En ese mismo sentido, aunque mucho más restrictivas, deberíamos interpretar las facilidades introducidas en el proceso de reconocimiento de la nacionalidad española a los descendientes de antiguos migrantes españoles en Latinoamérica, que entraron en vigor a partir de 2003. Esa discriminación jurídica en el acceso a la nacionalidad nos interesa porque deberían afectar positivamente las condiciones de vida de la población nacida en Latinoamérica, así como la propia visibilidad estadística del colectivo. En España se censaron 840,192 personas nacidas en alguno de los países que conforman Latinoamérica, de las cuales unas 227,796 tenían la nacionalidad española y representaban 27% de la población nacida en Latinoamérica censada en 2001 (pirámide 1), mientras que 609,683 eran extranjeros con nacionalidad latinoamericana (pirámide 2). 24

conforman Latinoamérica, de éstos 227.796 tenían la nacionalida representaban el 27% de la población nacida en Latinoamérica cen (Pirámide 1), mientras que 609.683 eran extranjeros con latinoamericana (Pirámide 2). Tras la retórica de la hispanidad: la migración latinoamericana en España Pirámide 1 Españoles nacidos en Latinoamérica Pirámide 1 Censo 2001. según Españoles nacidos en Latinoamérica 100 + 95-99 90-94 85-89 80-84 75-79 70-74 65-69 60-64 55-59 50-54 45-49 40-44 35-39 30-34 25-29 20-24 15-19 10-14 5-9 0-4

Hombres: 103,397

2,0%

1,50%

1,0%

Mujeres: 124,399

,50%

,0 %

,50 %

1,0 %

1,50 %

2,0 %

Fuente: Censo de población y vivienda, 2001 (INE),

Fuente: Censo deElaboración población propia. y vivienda, 2001 (ine), elaboración propia.

Pirámide 2

Población nacida en Latinoamérica y población Pirámide 2 Población nacida en Latinoamérica y en España latinoamericana censada población latinoamericana censada en España. 100 + 95-99 90-94 85-89 80-84 75-79 70-74 65-69 60-64 55-59 50-54 45-49 40-44 35-39 30-34 25-29 20-24 15-19 10-14 5-9 0-4

Hombres Nacionalidad latinoamericana 270,633 Nacidos en Latinoamérica 375,822

2,0%

1,50%

1,0%

Mujeres Nacionalidad latinoamericana 339,050 Nacidas en Latinoamérica 464,370

,50%

,0 %

Nacidos en Latinoamérica

,50 %

1,0 %

1,50 %

4

2,0 %

Nacionalidad latinoaméricana

Fuente: Fuente: Censo Censo de población y vivienda, 2001(INE), (ine), elaboración propia. de población y vivienda, 2001 Elaboración propia. En el primer colectivo, sin que podamos diferenciarlos, de un lado se encuentran los españoles descendientes de emigrantes españoles 25 que naciendo en algún país latinoamericano nunca perdieron o adquirieron la nacionalidad española, frecuentemente asimilados dentro de la categoría de población retornada cuando los encontramos en España —aunque de hecho nunca hayan protagonizado por sí mismos un movimiento migratorio de España a Latinoamérica— y, del otro, aquellas personas que se nacionalizaron españolas sin tener

Andreu Domingo i Valls

En el primer colectivo, sin que podamos diferenciarlos, de un lado se encuentran los españoles descendientes de emigrantes españoles que naciendo en algún país latinoamericano nunca perdieron o adquirieron la nacionalidad española, frecuentemente asimilados dentro de la categoría de población retornada cuando los encontramos en España —aunque de hecho nunca hayan protagonizado por sí mismos un movimiento migratorio de España a Latinoamérica— y, del otro, aquellas personas que se nacionalizaron españolas sin tener ascendientes españoles. Debido a que la situación de unos y otros es absolutamente diferente y a que en primera instancia, creemos que el acceso a la nacionalidad es un factor decisivo en las condiciones de vida de la población inmigrada, en esta aproximación sólo consideraremos a la población con nacionalidad de algún país latinoamericano. El crecimiento de los flujos de latinoamericanos ha significado por supuesto un importante incremento de los efectivos de población latinoamericana residente en España, como puede apreciarse tanto en los permisos emitidos como en la población censada o empadronada. Si en 1991 Marruecos, Estados Unidos y las Filipinas eran los únicos países no pertenecientes a la Unión Europea representados en la cabecera de los 10 primeros países por número de permisos en vigor, en 2003, tras Marruecos con 333,770 permisos, en primera posición, encontramos a Ecuador en segundo lugar con 174,289 permisos (10.6% del total) y a Colombia que con 107,459 concentra 6.5% en tercer lugar. Si damos por buenos los resultados del último Padrón continuo a 1 de enero de 2003, Ecuador con 390,297 empadronados ya habría desbancado a Marruecos en el primer lugar, Colombia con 244,684 ocuparía el tercer lugar, y dentro de la lista de los diez primeros encontraríamos a Argentina con 109,445 personas en sexto lugar y Perú con 55,915 personas en noveno. En todo caso, en 2001 los 609,683 censados de nacionalidad latinoamericana representaban 39% de toda la población de nacionalidad extranjera (cuadro 1). Los diez primeros países latinoamericanos eran: Ecuador (36% de todos los latinoamericanos), Colombia (26%), Argentina (8%), Perú (6.3%), República Dominicana (5%), Cuba (4%), Venezuela (3%), Brasil (3%), Chile (2.3%) y Bolivia (1.9%). El volumen y estructura de los efectivos por sexo y edad corresponde a una historia migratoria dispar: desde la reciente y aparentemente equilibrada por sexo, Ecuador, que en los últimos años se ha masculinizado, a las singularmente desequilibradas a favor de las mujeres, como la República Dominicana (69% mujeres), ya 26

1991 Marruecos, Estados Unidos y las Filipinas eran los únicos países no pertenecientes a la Unión Europea representados en la cabecera de los 10 primeros países por número de permisos en vigor, en 2003, tras Marruecos con 333,770 permisos, en primera posición, encontramos a Ecuador en segundo lugar con 174,289 permisos (10.6% del total) y a Colombia que con 107,459 concentra 6.5% en tercer lugar. Si damos por buenos los resultados del último Padrón continuo a 1 de enero de 2003, Ecuador con 390,297 empadronados ya Tras la retórica de la hispanidad: la migración latinoamericana en España habría desbancado a Marruecos en el primer lugar, Colombia con 244,684 ocuparía el tercer lugar, y dentro de la lista de los diez primeros encontraríamos a Argentina con 109,445 1 en noveno. Cuadro personas en sexto lugar y Perú con 55,915 personas El Censo, los Permisos de Residencia (2001) OJO: NO PUDE MODIFICAR CUADRO 1 y el Padrón Continuo (Desglosado por continentes El Censo,ylos Permisos de Residencia (2001) y el Padrón Continuo nacionalidades latinoamericanas) (Desglosado por continentes nacionalidades latinoamericanas) Censo 2001 Total población extranjera

Porcentaje Permisos de Porcentage de mujeres residencia

Diferencia CensoPermisos

Padrón continuo 2003

1.548.941

48,1%

1.100.861

28,9%

2.664.168

Unión Europea

357.979

49,5%

327.621

8,5%

587.686

Resto de Europa

168.922

46,9%

80.834

52,1%

348.585

África

329.695

34,8%

302.063

8,4%

522.682

71.414

42,7%

91.033

-27,5%

128.952

Latinoamérica

609.683

55,6%

283.778

53,5%

1.047.564

Ecuador Colombia Argentina Perú República Dominicana Cuba Venezuela Brasil Chile Bolivia

213.965 158.164 47.274 38.161 31.381 25.613 18.195 18.146 13.913 11.122

51,1% 57,9% 50,3% 58,9% 68,6% 56,7% 57,3% 69,4% 52,0% 55,0%

84.622 48.560 20.253 33.777 29.095 21.368 8.999 10.811 6.832 3.333

60,5% 69,3% 57,2% 11,5% 7,3% 16,6% 50,5% 40,4% 50,9% 70,0%

390.297 244.684 109.445 55.915 44.290 38.332 29.716 31.270 23.911 28.432

Asia

Fuente: de de 2001 (INE) de Extranjería 20012001 Fuente: Censo CensodedePoblación Poblacióny Vivienda y Vivienda 2001 (iney)Anuario y Anuario de Extranjería (Ministerio de Interior). (Ministerio de Interior). En todo caso, en 2001 los 609,683 censados de nacionalidad latinoamericana representaban 39% de toda la población de nacionalidad extranjera (cuadro 1). Los diez primeros países con cierta tradición, o la del Brasil más reciente (70% mujeres), donde las latinoamericanos eran: Ecuador (36% de todos los latinoamericanos), Colombia (26%), mujeres deben considerarse pioneras de los movimientos migratorios. Argentina (8%), Perú (6.3%), República Dominicana (5%), Cuba (4%), Venezuela (3%), En todas ellas, las edades comprendidas entre los 25 y losefectivos 35 añospor porsexo y Brasil (3%), Chile (2.3%) y Bolivia (1.9%). El volumen y estructura de los

grupos quinquenales, son los que aglutinan el mayor número de efectivos, reflejando estructuras notoriamente relacionadas con las migraciones de 5 carácter económico, protagonizadas por trabajadores y trabajadoras de cada uno de los países. De hecho, si en la década de los setenta los países más representados eran los del Cono Sur, Argentina, Uruguay y Chile, como consecuencia de los regímenes dictatoriales y el exilio político y económico por estos producidos, en las nuevas corrientes de finales del siglo xx y principios del siglo xxi, el protagonismo corresponde a los países andinos y al Caribe mientras que los ritmos, en términos generales, pueden relacionarse tan clara como desafortunadamente con las desfavorables coyunturas económicas —y políticas— de cada uno de ellos. 27

regímenes dictatoriales y el exilio político y económico por estos producidos, en las nuevas corrientes de finales del siglo XX y principios del siglo XXI, el protagonismo corresponde a los países andinos y al Caribe mientras que los ritmos, en términos generales, pueden relacionarse tan clara como desafortunadamente con las desfavorables coyunturas económicas Andreu de Domingo i Valls —y políticas— cada uno de ellos. OJO: NO PUDE MODIFICAR GRÁFICO ráfico 22 G Los elCenso Censoy yelelPadrón Padrón Continuo Lospermisos permisosde de residencia, residencia, el Continuo (Lasprincipales principales nacionalidades nacionalidades latinoamericanas) (Las latinoamericanas) Ecuador Colombia Argentina Perú Rep. Dominicana Cuba Venezuela Brasil Chile Bolivia 0

50000

Censo 2001

100000

150000

Permisos 2001

200000

250000

300000

Padrón continuo 2002

Fuente: Censo de Población y Vivienda 2001 (INE), Permisos de Residencia

2001 (Delegación del Gobierno para la Extranjería y la inmigración) Fuente: Censo de Población y Vivienda 2001 (ine), Permisos de Residencia 2001 (Delegación del Gobierno la Extranjería y la Inmigración) y Padrón Continuo y Padrón Continuo 2003para (INE). 2003 (MODIFICAR ine). OJO: NO PUDE PIRÁMIDE 3A

LaLas distribución territorial de la población hace más diez nacionalidades latinoamericanas conlatinoamericana mayor presencia no en España (Según su relación la actividad) que corroborar la preeminencia de lacon actividad en la llegada de nuevos flujos y en el asentamiento de la población resultante: en el caso latinoamericano, como puede apreciarse en el mapa 1, las áreas con mayor presencia son, por un lado, las mayores regiones metropolitanas correspondientes a Madrid y Barcelona, caracterizadas por la importancia del sector servicios, junto con aquellas donde la ocupación en la agricultura es fundamental, donde destaca la región de Murcia y parte de los municipios almerienses, o la Rioja, junto con aquellas donde el crecimiento turístico y la hostelería o construcción asociadas 6 son notables, como resulta en todo el litoral mediterráneo, Islas Baleares y Canarias. En el mapa 2 podemos apreciar además los municipios donde la población latinoamericana es en términos relativos respecto al total de población extranjera más importante, en más de 2 mil municipios la población latinoamericana representa más de la mitad de todos los extranjeros residentes, con el mayor peso en los municipios agrícolas y el área metropolitana de Madrid. 28

Tras la retórica de la hispanidad: la migración latinoamericana en España

Pirámide 3A Las diez nacionalidades latinoamericanas con mayor presencia en España (Según su relación con la actividad) Ecuador 90 y más 85 - 90 80 - 84 75 - 79 70 - 74 65 - 69 60 - 64 55 - 59 50 - 54 45 - 49 40 - 44 35 - 39 30 - 34 25 - 29 20 - 24 15 - 19 10 - 14 5-9 0-4 12%

Colombia

Hombres 104.602

8%

Mujeres 109.363

4%

0%

4%

8%

Hombres 66.612

12% 12%

8%

Mujeres 91.552

4%

Argentina 90 y más Hombres 85 - 90 23.484 80 - 84 75 - 79 70 - 74 65 - 69 60 - 64 55 - 59 50 - 54 45 - 49 40 - 44 35 - 39 30 - 34 25 - 29 20 - 24 15 - 19 10 - 14 5-9 0-4 12% 8% 90 y más Hombres 85 - 90 9.841 80 - 84 75 - 79 70 - 74 65 - 69 60 - 64 55 - 59 50 - 54 45 - 49 40 - 44 35 - 39 30 - 34 25 - 29 20 - 24 15 - 19 10 - 14 5-9 0-4 12% 8%

Mujeres 23.790

4%

0%

4%

República Dominicana

8%

12%

4%

0%

4%

8%

12%

4%

Mujeres 22.475

Hombres 15.686

12%

8%

4%

0%

4%

8%

12%

Cuba Mujeres 21.540

Ocupados

0%

Perú

8%

Hombres 11.085

12% 12%

Parados

Estudiantes

OJO: NO PUDE MODIFICAR

8%

Mujeres 14.528

4%

0%

4%

Tareas domésticas

PIRÁMIDE 3B Las diez nacionalidades latinoamericanas con mayor presencia en España (Según su relación con la actividad)

29 7

8% Otros

12%

Andreu Domingo i Valls

Pirámide 3b Las diez nacionalidades latinoamericanas con mayor presencia en España (Según su relación con la actividad) Venezuela

Brasil

90 y más Hombres 85 - 90 7.769 80 - 84 75 - 79 70 - 74 65 - 69 60 - 64 55 - 59 50 - 54 45 - 49 40 - 44 35 - 39 30 - 34 25 - 29 20 - 24 15 - 19 10 - 14 5-9 0-4 12%

8%

Mujeres 10.426

4%

0%

Chile

4%

90 y más Hombres 85 - 90 80 - 84 6.681 75 - 79 70 - 74 65 - 69 60 - 64 55 - 59 50 - 54 45 - 49 40 - 44 35 - 39 30 - 34 25 - 29 20 - 24 15 - 19 10 - 14 5-9 0-4 12%

8%

8%

12% 5%

Mujeres 7.232

4%

0%

Ocupado

4%

8%

Parados

Hombres 5.559

Mujeres 12.857

0%

5%

Bolivia

10%

Hombres 5.010

12% 12%

8%

Estudiantes

15%

Mujeres 6.112

4%

0%

4%

Tareas domésticas

8%

12%

Otros

La distribución territorial de la población latinoamericana no hace más que corroborar la preeminencia de la actividad en la llegada de nuevos flujos y en el asentamiento de la población resultante: en el caso latinoamericano, como puede apreciarse en el mapa 1, las áreas con mayor presencia son, por un lado, las mayores regiones metropolitanas correspondientes a Madrid y Barcelona, caracterizadas por la importancia del sector servicios, junto con aquellas donde la ocupación en la agricultura es fundamental, donde destaca la región de Murcia y parte de los municipios almerienses, o la Rioja, junto con aquellas donde el crecimiento turístico y la hostelería o construcción asociadas son notables, como resulta en todo el litoral mediterráneo, Islas Baleares y Canarias. En el mapa 2 podemos apreciar además los municipios donde la población 30latinoamericana es en términos relativos respecto al total de población extranjera más importante, en más de 2 mil municipios la población latinoamericana, representa más de la mitad de todos los extranjeros residentes, con el mayor peso en los municipios agrícolas y el área metropolitana de Madrid. MAPA 1

Tras la retórica de la hispanidad: la migración latinoamericana en España

Mapa 1 El número de latinoamericanos por municipio en España, 2001

Fuente: elaboración datos del del Censo de Población y Vivienda 2001 (INE). Fuente: elaboración propiapropia concon datos Censo de Población y Vivienda 2001 (ine). MAPA 2 España: población americana / total de extranjeros (Desglosado por municipio, 2001)

Mapa 2 España: población latinoamericana / total de extranjeros (Desglosado por municipio, 2001)

9

Fuente:

Fuente: elaboración propia con datos del Censo de Población y Vivienda 2001 (INE). @SUBTITULO = Complementariedad y desigualdad: instrucción y actividad laboral según el censo de 2001 elaboración propia con de datos del Censo de Población Vivienda 2001 (ine). Si las causas fundamentales los movimientos migratorios internacionalesyresponden, a nivel macroeconómico, al desequilibrio entre la economía de los países de destino y los de origen, y desde la óptica individual al deseo de mejorar las condiciones de vida propias y las de la familia, el papel reservado a los migrantes en los países de destino tiene que ver también con la evolución reciente de la población y de la sociedad de llegada. Los factores demográficos que inciden en la demanda de migrantes y en las formas de asentamiento, no pueden reducirse como habitualmente se hace a las causalidades simplistas ejemplarizadas por el desequilibrio entre ciertos fenómenos demográficos entre los países de destino o de llegada, como por ejemplo en la fecundidad, o por la estructura de edad, envejecida en unos y joven en otros (Arango, 1994). Si atendemos a lo sucedido recientemente en España y por extensión en

31

Andreu Domingo i Valls

Complementariedad y desigualdad: instrucción y actividad laboral según el censo de 2001 Si las causas fundamentales de los movimientos migratorios internacionales responden, a nivel macroeconómico, al desequilibrio entre la economía de los países de destino y los de origen, y desde la óptica individual al deseo de mejorar las condiciones de vida propias y las de la familia, el papel reservado a los migrantes en los países de destino tiene que ver también con la evolución reciente de la población y de la sociedad de llegada. Los factores demográficos que inciden en la demanda de migrantes y en las formas de asentamiento, no pueden reducirse como habitualmente se hace a las causalidades simplistas ejemplarizadas por el desequilibrio entre ciertos fenómenos demográficos entre los países de destino o de llegada, como por ejemplo en la fecundidad, o por la estructura de edad, envejecida en unos y joven en otros (Arango, 1994). Si atendemos a lo sucedido recientemente en España y por extensión en el resto de países del sur de la Unión Europea, veremos que el cambio fundamental de un país de emigración a un país de inmigración se explica sobre todo por factores endógenos, donde las mejoras en el nivel de instrucción relacionadas con el proceso de igualación de los sexos y la redefinición del papel de las edades ha sido fundamental (Domingo, 2002). Desde esta perspectiva, el espacio social reservado a los migrantes económicos es evidentemente complementario a la promoción social de los españoles, principalmente de los jóvenes y de las mujeres. En primer lugar, el alza de las expectativas en la entrada en un mercado de trabajo fuertemente segmentado, correspondiente al alza del nivel de instrucción, tendría su complemento en la llegada de personas de nacionalidad extranjera que progresivamente ocuparían los segmentos del mercado laboral donde el nivel de calificación exigido sea menor, pero también aquellos donde crezca la demanda aunque el nivel de estudios y especialización sea alto o muy alto. Esta demanda se está acrecentando, en estos momentos debido a la entrada en el mercado de trabajo español de las generaciones vacías nacidas a partir de 1975, progresivamente menores a consecuencia de la abrupta caída de la fecundidad que llevó a España a ostentar índices mínimos hasta 1995 con 1.18 hijos por mujer, y que están creando una escasez relativa de la oferta de mano de obra en el mercado. Por otro lado, la confluencia del alargamiento de la esperanza de vida, siendo como es máxima en España (de 83 años para las mujeres en 2003), junto con la necesidad de conciliar la vida familiar y laboral, teniendo en 32

Tras la retórica de la hispanidad: la migración latinoamericana en España

cuenta la inversión en formación por parte de las jóvenes generaciones femeninas españolas, ha generado una demanda creciente de ocupación en el sector del trabajo doméstico —limpieza del hogar, cuidado de niños y ancianos. La externalización en el mercado, en el contexto de un estado del bienestar relativamente precario como es el español, está siendo cubierta por la aportación de mano de obra extranjera, en su mayoría aunque no absolutamente femenina, donde, como veremos, la contribución de la población latinoamericana es fundamental. Así pues, la población extranjera a su llegada a España dispone de un amplio abanico de espacios sociales que le son reservados, y que en el detalle del sector de actividad pueden estar llevando a cabo una sustitución de la población por nacionalidades o una fuerte especialización según su origen, pero que en todo caso se sitúa bajo el contexto de la complementariedad. Si analizamos los niveles de instrucción estandarizados de forma indirecta, para la población entre 16 y 54 años, a fin de eliminar los efectos de la estructura de edad de las diferentes poblaciones (cuadro 2), veremos que la comunidad latinoamericana residente en España es la que más se acerca al conjunto de censados de nacionalidad española, por debajo de los nacionales de otros países de la Unión Europea, que se caracterizan por obtener mejores resultados en la representación de los estudios universitarios y afines. Esa distribución por nacionalidades cuenta con más de una excepción: Cuba, Venezuela, Chile, Brasil, Argentina y Perú muestran niveles ligeramente superiores a los esperados en relación al de los españoles en el grupo de estudios universitarios una vez eliminados las diferencias debidas a la edad, con la notable divergencia que implica el volumen de unos y otros. Así, mientras que el número de efectivos relativamente reducido de las cuatro primeras nacionalidades citadas podría indicar un sesgo temporal, en los dos últimos casos, debido al tiempo y al volumen de dichos efectivos nos inclinaríamos a creer que se trata de un factor estructural, al que precisamente el nivel de instrucción elevado puede ser un factor selectivo. Dentro de cada nacionalidad el alto nivel de estudios puede llegar a significar porcentajes muy importantes del total de la población correspondiente. De este modo, 35% de los cubanos o 28% de los venezolanos censados en España tienen niveles de estudios superiores, porcentajes equiparables al de las mujeres. Por el contrario, la sobre representación de personas en los niveles de instrucción más bajos, caracteriza a las poblaciones caribeñas y andinas más antiguas y/o numerosas, como son la 33

Andreu Domingo i Valls

Cuadro 2 El nivel de instrucción estandarizado según sexo y edad (15-54 años) (Las regiones y principales nacionalidades latinoamericanas, 2001)

HOMBRES

MUJERES

Analfabetos y sin estudios

Primaria

Secundaria

Postsecundaria

TOTAL POBLACIÓN EXTRANJERA

3,71

1,25

0,82

0,82

Unión Europea Resto de Europa Latinoamérica África Asia

0,79 2,35 1,88 9,00 3,81

0,67 1,18 1,15 1,78 1,37

0,95 0,96 0,94 0,55 0,79

1,63 0,67 0,87 0,31 0,74

Ecuador Colombia Argentina Perú República Dominicana Cuba Venezuela Brasil Chile Bolivia

2,72 1,68 0,89 0,87 3,08 0,64 0,87 1,38 1,07 1,98

1,53 1,10 0,73 0,65 1,43 0,44 0,69 1,00 0,69 1,05

0,91 0,99 1,00 1,04 0,84 0,89 0,89 0,92 0,95 0,98

0,48 0,78 1,34 1,24 0,54 2,02 1,82 1,25 1,51 0,84

TOTAL POBLACIÓN EXTRANJERA

2,50

1,21

0,94

0,73

Unión Europea Resto de Europa Latinoamérica África Asia

0,70 1,78 1,73 9,71 2,89

0,69 1,13 1,27 1,91 1,35

1,06 1,00 1,01 0,58 0,88

1,21 0,77 0,67 0,22 0,69

Ecuador Colombia Argentina Perú República Dominicana Cuba Venezuela Brasil Chile Bolivia

2,33 1,65 0,81 0,87 3,09 0,68 0,99 1,67 0,83 1,80

1,58 1,27 0,76 0,71 1,79 0,68 0,86 1,32 0,75 1,15

1,00 1,05 1,02 1,11 0,87 0,99 0,95 0,99 1,04 1,04

0,45 0,56 1,16 0,94 0,33 1,27 1,26 0,72 1,12 0,65

Fuente:elaboración elaboraciónpropia propiacon condatos datosdel delCenso Censode dePoblación PoblaciónyyVivienda Vivienda2001 2001(ine (INE). Fuente: ). Dentro de cada nacionalidad el alto nivel de estudios puede llegar a significar porcentajes muy importantes del total de la población correspondiente. De este modo, 35% de los cubanos o 28% de los venezolanos censados en España tienen niveles de estudios superiores, porcentajes equiparablesDominicana al de las mujeres. Por el contrario, la sobre representación de personas República o Ecuador y Colombia. Ese desequilibrio, en tér- en los niveles de instrucción más bajos, caracteriza a las poblaciones caribeñas y andinas más minos de cada país, es singularmente patente en el caso de la República antiguas y/o numerosas, como son la República Dominicana o Ecuador y Colombia. Ese Dominicana, donde 13% de sus mujeres y 11% de los hombres se decladesequilibrio, en términos de cada país, es singularmente patente en el caso de la República ran analfabetos sin estudios. Dominicana, dondeo 13% de sus mujeres y 11% de los hombres se declaran analfabetos o sin Pues bien, en contraste o precisamente en concordancia con los bueestudios. nos instrucción, el nivel paro estandarizado vezdeelimiPuesniveles bien, en de contraste o precisamente en de concordancia con los buenosuna niveles instrucción, el nivellas dediferencias paro estandarizado una veznivel eliminadas las diferencias de edad y desunivel de nadas de edad y de de instrucción es ligeramente instrucción es ligeramente superior allí donde el nivel de instrucción también lo era, y eso 34 empezando por los propios censados con nacionalidad de países terceros de la Unión Europea que presentan 44% superior a lo esperado, seguidos precisamente de los latinoamericanos con 42% (cuadro 3). Esa relación nos podría hacer pensar en un correlato entre la sobre calificación y el paro, pero ello no parece tan evidente si analizamos las diferencias por sexos y nacionalidades. Los

Tras la retórica de la hispanidad: la migración latinoamericana en España

perior allí donde el nivel de instrucción también lo era, y eso empezando por los propios censados con nacionalidad de países terceros de la Unión Europea que presentan 44% superior a lo esperado, seguidos precisamente de los latinoamericanos con 42% (cuadro 3). Esa relación nos podría hacer pensar en un correlato entre la sobre calificación y el paro, pero ello no parece tan evidente si analizamos las diferencias por sexos y nacionalidades. Los niveles también altos para algunas de las nacionalidades latinoamericanas con niveles de instrucción relativamente bajos, como por ejemplo Bolivia, y los indicadores casi sistemáticamente peores para el sexo masculino nos inducen a creer que, además de un factor donde el nivel de instrucción sea determinante, aquellas nacionalidades más recientes y los hombres se encuentran en peor situación. Dada la naturaleza de autoinscripción del Censo, deberíamos además cuestionarnos si parte de las 67,603 personas latinoamericanas que se declaran en paro corresponde de hecho a una inserción en la economía sumergida, donde a pesar de realizar una actividad laboral se declara como parado al no estar regularizada. De todos modos, si se relaciona el paro con la estructura del hogar, como han hecho Luis Garrido y Luis Toharia (2004) a partir de la Encuesta de Población Activa con los tres primeros trimestres de 2003, la clasificación en la que aparecen los latinoamericanos tampoco es muy halagüeña; para los latinoamericanos tan sólo 70% reside en hogares donde todos sus miembros están ocupados, mientras que, a excepción de los africanos donde le porcentaje es todavía menor, en los otros grupos se alcanza 80%. Si lo que analizamos es la estandarización del tipo de contratación (cuadro 4), la primera característica a resaltar es que excepto Argentina, Venezuela y Brasil el número de empresarios es menor del esperado con respecto a los españoles con la misma edad y nivel de instrucción, y aún en el caso argentino, pese a superar el número de empresarios esperado, no es el caso de los empresarios con personal, con lo cual se puede deducir que nos encontramos ante un exceso de representación de la contratación como autónomo, que muchas veces encuentra situaciones de precarización. La eventualidad que afecta a más de la mitad de los latinoamericanos que se declaran activos (173,886 personas), es sistemáticamente superior a la española, como por otro lado es norma para todos los trabajadores extranjeros de la mayoría de nacionalidades representadas, pero con niveles tan diferentes para los hombres como los máximos obtenidos 35

inserción en la economía sumergida, donde a pesar de realizar una actividad laboral se declara como parado al no estar regularizada. De todos modos, si se relaciona el paro con la estructura del hogar, como han hecho Luis Garrido y Luis Toharia (2004) a partir de la Encuesta de Población Activa con los tres primeros trimestres de 2003, la clasificación en la que aparecen los latinoamericanos tampoco es muy halagüeña; para los latinoamericanos tan sólo 70% reside en hogares donde todos sus miembros están ocupados, mientras que, a Andreu Domingo i Valls excepción de los africanos donde le porcentaje es todavía menor, en los otros grupos se alcanza 80%. Cuadro 3 OJO: NO PUDE MODIFICAR CUADRO 3 España: actividad económica estandarizada (15-54 años) España: actividad económica estandarizada (15-54 años) (Las regiones y principales nacionalidades latinoamericanas, 2001) (Las regiones y principales nacionalidades latinoamericanas, 2001) Estudiantes HOMBRES

MUJERES

Ocupados

Parados

Tareas del hogar

Otras situaciones

TOTAL POBLACIÓN EXTRANJERA

0,67

0,98

1,30

4,35

0,92

Unión Europea Resto de Europa Latinoamérica África Asia

0,93 0,49 0,70 0,55 0,85

0,88 1,00 0,98 1,06 0,98

1,44 1,34 1,42 1,16 1,12

6,60 4,13 4,70 2,87 6,18

2,33 1,00 0,92 0,50 0,90

Ecuador Colombia Argentina Perú República Dominicana Cuba Venezuela Brasil Chile Bolivia

0,43 0,67 0,96 0,93 0,75 0,93 1,21 1,09 1,37 0,66

1,08 0,93 0,88 0,97 0,95 0,87 0,83 0,90 0,87 0,97

1,08 1,81 1,74 1,25 1,67 2,18 1,72 1,32 1,54 1,49

3,32 5,63 6,28 5,27 4,50 5,82 6,28 7,88 4,73 4,80

0,63 1,00 1,46 0,99 0,93 1,35 1,78 1,38 1,29 1,01

TOTAL POBLACIÓN EXTRANJERA

0,68

1,07

0,98

1,00

1,08

Unión Europea Resto de Europa Latinoamérica África Asia

0,93 0,55 0,64 0,65 0,88

0,90 1,09 1,17 0,93 1,12

1,05 1,00 0,99 0,91 0,75

1,10 0,98 0,80 1,42 0,93

1,86 1,24 1,05 0,63 1,06

Ecuador Colombia Argentina Perú República Dominicana Cuba Venezuela Brasil Chile Bolivia

0,41 0,60 0,94 0,83 0,66 0,76 1,16 1,05 1,29 0,59

1,41 1,14 0,83 1,23 1,33 0,83 0,78 0,87 0,82 1,25

0,80 1,13 1,22 0,80 1,01 1,38 1,27 1,09 1,08 0,93

0,62 0,82 1,29 0,58 0,63 1,37 1,28 1,21 1,18 0,68

0,84 1,08 1,51 1,19 0,75 1,40 1,32 1,27 1,48 1,13

Fuente: elaborado con datos del Censo de Población y Vivienda 2001 (ine). 13

por Colombia, Ecuador, Perú o la República Dominicana que se cuentan muy por encima de otras nacionalidades de cualquier otro continente. La eventualidad tiene su paralelo en la dedicación horaria declarada. De esta manera, destacan en las actividades con menor dedicación horaria semanal algunas nacionalidades como Perú, República Dominicana o Colombia que llegan a 6% de su población activa que trabaja tan sólo entre 1 y 15 horas semanales, mientras que ese porcentaje entre la población española se reduce a la mitad. Esa ocupación temporal está estrechamente relacionada con el trabajo doméstico, en tanto los porcentajes de mujeres siempre superiores a los de los varones y sistemáticamente 36

es el caso de los empresarios con personal, con lo cual se puede deducir que nos encontramos ante un exceso de representación de la contratación como autónomo, que muchas veces encuentra situaciones de precarización. La eventualidad que afecta a más de la mitad de los latinoamericanos que se declaran activos (173,886 personas), es sistemáticamente superior a la española, como por otro lado es norma para todos los trabajadores extranjeros de la mayoría de nacionalidades representadas, pero con niveles tan diferentes para los hombres como los Tras la retórica de la hispanidad: la migración latinoamericana en España máximos obtenidos por Colombia, Ecuador, Perú o la República Dominicana que se cuentan muy por encima de otras nacionalidades de cualquier otro continente. Cuadro 4 OJO: NO PUDE MODIFICAR España: situación profesional estandarizada (16-54 años) CUADRO 4 (Las regiones y principales nacionalidades latinoamericanas, 2001) España: situación profesional estandarizada (16-54 años) (Las regiones y principales nacionalidades latinoamericanas, 2001)

HOMBRES

MUJERES

Empresario con personal

Empresario sin personal

Trabajador fijo

Trabajador temporal

Otras situaciones

TOTAL POBLACIÓN EXTRANJERA

0,74

0,80

0,65

1,70

0,84

Unión Europea Resto de Europa Latinoamérica África Asia

1,56 0,49 0,56 0,42 1,41

1,52 0,55 0,63 0,62 0,98

0,78 0,57 0,76 0,56 0,72

1,15 2,00 1,43 1,74 1,38

0,70 0,83 0,83 0,67 1,18

Ecuador Colombia Argentina Perú República Dominicana Cuba Venezuela Brasil Chile Bolivia

0,29 0,44 0,95 0,53 0,51 0,65 1,13 1,01 0,79 0,44

0,46 0,61 1,31 0,72 0,61 0,79 1,05 0,99 0,96 0,57

0,59 0,66 0,66 0,79 0,84 0,76 0,89 0,92 0,92 0,72

1,85 1,81 1,61 1,71 1,43 1,52 1,12 1,10 1,17 1,50

0,98 1,11 1,03 0,60 0,64 0,73 0,62 0,95 0,50 0,82

TOTAL POBLACIÓN EXTRANJERA

0,88

0,76

0,78

1,38

0,79

Unión Europea Resto de Europa Latinoamérica África Asia

1,87 0,61 0,60 0,61 1,89

1,53 0,52 0,43 0,61 0,99

0,85 0,65 0,92 0,74 0,90

1,04 1,63 1,23 1,38 1,04

0,85 0,93 0,53 0,66 1,16

Ecuador Colombia Argentina Perú República Dominicana Cuba Venezuela Brasil Chile Bolivia

0,34 0,50 1,32 0,41 0,52 0,98 1,37 1,09 0,76 0,48

0,37 0,54 1,25 0,49 0,43 0,73 0,89 0,96 0,71 0,41

0,78 0,76 0,68 0,88 0,96 0,82 0,83 0,90 0,94 0,91

1,45 1,49 1,43 1,42 1,25 1,29 1,20 1,11 1,16 1,26

0,64 0,82 1,08 0,62 0,39 0,56 0,73 0,71 0,69 0,51

Fuente: elaboración propia con datos del Censo de Población y Vivienda 2001 (INE). Fuente: elaboración propia con datos del Censo de Población y Vivienda 2001 (ine). 14

superiores a la mayoría de las otras nacionalidades incluida la española, con porcentajes de 9% de las bolivianas y 8% de las peruanas o argentinas que declaran trabajar entre 1 y 15 horas semanales, por ejemplo. O al contrario, la población extranjera sobresale también en las dedicaciones extremas, ya que 16% de los latinoamericanos declaran trabajar más de 46 horas semanales —por encima de otras agrupaciones continentales y de 11.7% de los españoles— tendencia más agudizada para los hombres 37

Andreu Domingo i Valls

cercanos a 19% para todas las nacionalidades latinoamericanas con más ocupados, mientras que para los españoles es de 14%. La estandarización indirecta del sector de actividad en el que se ocupa por grupo de edad y nivel de instrucción (cuadro 5), nos evidencia la sobre-representación para el conjunto latinoamericano en el sector del trabajo doméstico, tanto hombres como mujeres presentan unos niveles altísimos en comparación con los españoles, de 7.7 para hombres y de 8.8 para mujeres, seguidos a mucha distancia por la hostelería (97% más de lo esperado para hombres y 75% más para las mujeres), o la construcción, la agricultura y pesca, y los servicios comunitarios para los hombres. Esas diferencias, concordantes con el papel complementario de los migrantes e independientes del nivel de instrucción de los individuos, se agudizan en el detalle nacional, aunque en términos generales abundan tanto para hombres como para mujeres en los mismos sectores. Así los niveles de hombres y mujeres de todas las nacionalidades en el trabajo doméstico son sistemáticamente superiores de las que les corresponderían en comparación a los hombres —más en estos últimos. Por último, queremos destacar la precaria situación de la vivienda de los latinoamericanos. En un país donde la mayoría de la población vive en régimen de propiedad (83%), dado el escaso, deficiente y caro parque de viviendas ofertadas en régimen de alquiler, más de la mitad de la población extranjera vive en este régimen (58%), llegando ese porcentaje en el caso de los latinoamericanos a cubrir 73% de toda su población. Lo preocupante es que además esa situación ha mejorado de forma muy reducida, así cuanto más nos alejamos en el tiempo, mayor era el porcentaje de personas que vivían anteriormente en régimen de alquiler y que han pasado al de propiedad, pero aún alrededor de 50% de los latinoamericanos que llegaron antes de la década de los ochenta sigue viviendo en régimen de alquiler, muy por debajo del porcentaje de los de la Unión Europa, donde se reduce a 15%, y eso teniendo en cuenta que las características de los pisos de alquiler de unos y otros no se parecen en nada, mientras que las de los latinoamericanos son peores. Porque además, la vivienda del conjunto de latinoamericanos destaca por su reducida superficie —79 m2 frente a los 93.5 promedio de los españoles, sólo por encima de la media africana de 76 m2 y muy alejado de los 99 del conjunto de los ciudadanos de la Unión Europea—. Esos metros pueden reducirse para algunas de las nacionalidades latinoamericanas que cuentan con más efectivos como es la peruana (76.5%) o la dominicana (77.3%). Pero incluso por encima de las reducidas dimensiones de 38

Tras la retórica de la hispanidad: la migración latinoamericana en España

Cuadro 5 España: sector de actividad del establecimiento estandarizado (16-54 años) (Las regiones y principales nacionalidades latinoamericanas, 2001)

Agricultura Industria y Finanzas y Adm. Ed Construcción Comercio Hostelería y pesca transportes inmobiliaria pública Agricultura Industria y y Adm. Educación y Servicios Trabajo Finanzas Construcción Comercio Hostelería y pesca transportes inmobiliaria pública sanidad comunitarios doméstico

HOMBRES TOTAL POBLACIÓN EXTRANJERA

2,04

0,68

Unión Europea Resto de Europa Latinoamérica África Asia

0,74 2,50 1,87 2,55 0,92

0,80 0,69 0,65 0,67 0,60

Ecuador Colombia Argentina Perú República Dominicana Cuba Venezuela Brasil Chile Bolivia

2,76 1,27 0,78 0,49 0,42 0,74 0,76 0,65 0,59 2,12

0,61 0,64 0,70 0,73 0,57 0,71 0,73 0,73 0,81 0,60

MUJERES TOTAL POBLACIÓN EXTRANJERA

1,00

0,60

Unión Europea Resto de Europa Latinoamérica África Asia

0,57 1,88 0,93 1,20 0,28

0,97 0,64 0,48 0,67 0,57

Ecuador Colombia Argentina Perú República Dominicana Cuba Venezuela Brasil Chile Bolivia

1,54 0,54 0,63 0,18 0,17 0,91 0,64 0,46 0,35 0,96

0,42 0,48 0,62 0,43 0,40 0,71 0,56 0,67 0,70 0,47

HOMBRES TOTAL POBLACIÓN EXTRANJERA 1,32 0,82 1,90 Unión Europea 1,04Resto de 1,02 Europa 3,27 1,80Latinoamérica 0,63 1,11 1,55África 0,74 1,97 1,12Asia 0,81 1,10 0,82 1,26 4,70 Ecuador 1,50Colombia 0,65 1,32 1,73Argentina 0,75 2,16 1,35Perú 0,98 3,03 1,74República 0,76Dominicana 2,59 1,65Cuba 0,72 2,66 1,45Venezuela 0,93 3,92 1,15Brasil 1,15 3,03 1,49Chile 0,77 2,74 1,56Bolivia0,87 2,51 1,69 0,68 1,59 MUJERES TOTAL POBLACIÓN EXTRANJERA 1,02 0,51 1,98 Unión Europea 1,14Resto de 0,85 Europa 2,85 1,37Latinoamérica 0,44 2,00 0,78África 0,42 1,75 1,61Asia 0,56 1,72 1,01 0,69 2,91 Ecuador 0,66Colombia 0,33 1,22 0,86Argentina 0,42 2,01 1,03Perú 0,72 2,82 0,60República 0,40Dominicana 1,66 0,73Cuba 0,32 1,98 0,99Venezuela 0,78 3,52 1,41Brasil 0,84 2,61 1,19Chile 0,61 2,68 0,92Bolivia0,58 2,07 0,77 0,35 1,36

2,04 0,75 0,74 1,15 2,50 0,46 1,87 0,73 2,55 0,49 0,92 0,60 2,76 0,60 1,27 0,72 0,78 0,90 0,49 0,93 0,42 0,76 0,74 0,66 0,76 1,01 0,65 0,79 0,59 0,89 2,12 0,70 1,00 0,79 0,57 1,16 1,88 0,69 0,93 0,72 1,20 0,69 0,28 0,56 1,54 0,62 0,54 0,68 0,63 0,93 0,18 0,91 0,17 0,72 0,91 0,77 0,64 0,94 0,46 0,80 0,35 1,00 0,96 0,64

0,21 0,25 0,17 0,18 0,24 0,16 0,14 0,18 0,24 0,20 0,24 0,20 0,34 0,22 0,26 0,23

0,23 0,31 0,19 0,18 0,34 0,18 0,15 0,18 0,26 0,18 0,21 0,25 0,34 0,25 0,21 0,21

0,68 0,80 0,69 0,65 0,67 0,60 0,61 0,64 0,70 0,73 0,57 0,71 0,73 0,73 0,81 0,60

0,60 0,97 0,64 0,48 0,67 0,57 0,42 0,48 0,62 0,43 0,40 0,71 0,56 0,67 0,70 0,47

0,69 0,95 0,41 0,63 0,47 0,69 0,44 0,61 0,88 0,67 0,80 0,90 0,67 0,86 0,66 0,68

0,57 0,81 0,42 0,5 0,53 0,40 0,43 0,48 0,67 0,56 0,45 0,62 0,63 0,56 0,57 0,47

1,32 1,04 1,80 1,55 1,12 0,82

0,97 1,47 0,74 1,01 0,67 0,85

0,82 1,02 0,63 0,74 0,81 1,26

4,54 1,66 4,28 7,7 2,28 8,66

1,90

0,75

0,21

3,27 1,11 1,97 1,10 4,70

1,15 0,46 0,73 0,49 0,60

0,25 0,17 0,18 0,24 0,16

1,50 1,73 0,57 1,35 0,96 1,74 1,86 1,65 0,86 1,45 1,13 1,15 2,40 1,49 2,12 1,56 2,09 1,69 1,56 0,80

0,65 0,75 7,27 0,98 7,99 0,76 3,47 0,7215,25 0,9313,98 1,15 6,14 0,77 3,69 0,87 6,29 0,68 6,39 10,07

1,32 2,16 3,03 2,59 2,66 3,92 3,03 2,74 2,51 1,59

0,60 0,72 0,90 0,93 0,76 0,66 1,01 0,79 0,89 0,70

0,14 0,18 0,24 0,20 0,24 0,20 0,34 0,22 0,26 0,23

1,02

0,51

1,98

0,79

0,23

2,85 2,00 1,75 1,72 2,91

1,16 0,69 0,72 0,69 0,56

0,31 0,19 0,18 0,34 0,18

1,22 2,01 2,82 1,66 1,98 3,52 2,61 2,68 2,07 1,36

0,62 0,68 0,93 0,91 0,72 0,77 0,94 0,80 1,00 0,64

0,15 0,18 0,26 0,18 0,21 0,25 0,34 0,25 0,21 0,21

1,14 1,37 0,78 1,61 1,01

0,69 1,06 0,63 0,62 0,66 0,54

0,66 0,86 0,40 1,03 0,62 0,60 1,20 0,73 0,54 0,99 0,83 1,41 1,22 1,19 1,00 0,92 1,05 0,77 0,87 0,57

0,85 0,44 0,42 0,56 0,69

6,72 1,19 7,31 8,77 3,83 5,36

0,33 0,42 9,78 0,72 8,72 0,40 4,96 0,3211,60 0,78 7,45 0,84 4,32 0,61 4,61 0,58 5,04 0,35 7,29 10,58

Fuente: elaboración propia con datos del Censo de Población y Vivien Fuente: Censo de Fuente: elaboración elaboraciónpropia propiacon condatos datosdel del Censo dePoblación Poblaciónydestacar yVivienda Vivienda 2001(INE). (ine ). Por último, queremos la2001 precaria situación de la vivienda de Por último, queremos destacar la precaria situación de la vivienda de los latinoamericanos. En un país donde la mayoría de la población vive en régimen de propieda un país donde la mayoría de la poblacióndeficiente vive en régimen de propiedad (83%),ofertadas dado el escaso, y caro parque de viviendas en régimen de alquile deficiente y caro parque viviendasel ofertadas enextranjera régimen devive alquiler, más de la mitad la la vivienda, llama lade atención número de ocupantes vivienda paradellegando población enpor este régimen (58%), ese porc población extranjera vive en este régimen (58%), llegando ese porcentaje en el caso de los las distintas nacionalidades; de este modo, si casi la mitad latinoamericanos a cubrir 73% de de los todaespañosu población. Lo preocupa latinoamericanos a cubrir 73% de toda su población. Lo preocupante es que ademásasí esacuanto más nos situación ha mejorado muy reducida, les (48%) está viviendo en hogares compuestos porde3 forma o menos personas, situación ha mejorado de forma muy reducida, así cuanto másde nos alejamos envivían el tiempo, mayor era el porcentaje personas que anteriormente en ré entre era losellatinoamericanos esaque situación se revierteen porque hay hogares mayor porcentaje de personas anteriormente alquiler ydeque hanvivían pasado al de propiedad,régimen pero aúndealrededor 50% de los latino conpasado 5 o más personas enpero los aún quealrededor reside más de la mitad de la población losen régimen de alqu han al de propiedad, 50% dede loslos latinoamericanos que llegaron antes de de la década ochenta sigue viviendo antes delatinoamericanos la década de los ochenta sigueser viviendo en régimen de alquiler, muy por debajo del a 15%, y eso países —para exactos 54%, lo que significa 321,596 porcentaje de los de la Unión Europa, donde se reduce porcentaje se reduce ade 15%, y eso de teniendo personas.de los de la Unión Europa, donde las características los pisos alquilerendecuenta unos yque otros no se parece las características de los pisos de alquilerlasdedeunos y otros no se parecen en nada, mientras que los latinoamericanos son peores. las de los latinoamericanos son peores. Porque 39 además, la vivienda del conjunto de latinoamericanos d Porque además, la vivienda del conjunto de latinoamericanos destaca por su reducida superficie —79 m2 frente a los 93.5 promedio de los españoles, sólo superficie —79 m2 frente a los 93.5 promedio de los españoles, sólo por encima de99ladel media 2 africana de 76 m y muy alejado de los conjunto de los c africana de 76 m2 y muy alejado de los 99 del conjunto de los ciudadanos de la Unión Europea—. Esos metros pueden reducirse para algunas Europea—. Esos metros pueden latinoamericanas reducirse para que algunas cuentandeconlas más nacionalidades efectivos como es la peruana

Andreu Domingo i Valls

Esa distribución es exageradamente alta para los naturales de Ecuador, donde 57% de su población, más de cien mil personas, reside en residencias familiares con 6 o más miembros, o Bolivia con 46%, sin desdeñar la concentración de Colombianos y dominicanos donde poco más de un tercio de sus respectivas poblaciones también vive en viviendas con más de cinco miembros. Aunque la desagregación actual de los datos censales no nos permite calcular la densidad de la ocupación de la vivienda por nacionalidades, no es difícil imaginar que se establezca una relación proporcional entre la reducción de la superficie y el aumento del número residentes en la vivienda. En este mismo sentido, otras características de la vivienda como el número de habitaciones o la falta de servicios fundamentales como el aseo, apunta a una mayor precariedad de las viviendas donde reside población latinoamericana, aunque en mejores condiciones de las que se encuentra la africana; sirva de ejemplo 1.5% de las viviendas de latinoamericanos que carecen de aseo —para nacionalidades como la ecuatoriana, la dominicana o la boliviana representa 2%. Conclusión: el peligro de exclusión y la irregularidad La aportación complementaria de la mano de obra extranjera, desde la perspectiva de la promoción social de los españoles, no enmascara que la inserción social de los inmigrantes parte de una situación de franca desigualdad, que a nivel colectivo puede hacer que se interprete la inmigración como una importación masiva de pobres, sobre todo en comparación a la población española. El problema reside, no tanto en esa entrada desigual, sino en que esa desigualdad se perpetúe o que incluso se genere. La peor amenaza para las condiciones de vida de la población inmigrada, sea del origen que sea, es la existencia de un sistema jurídico y una concepción política sobre la extranjería y la inmigración que se dedique a fabricar pobreza, dando lugar a una etnificación de la estratificación social. Ese proceso evidentemente tiene unos costos elevadísimos para el migrante a nivel individual, pero también está hipotecando el futuro, la cohesión social de los países de acogida y despilfarrando la oportunidad de establecer lazos de cooperación política y económica a partir de los campos migratorios ya existentes entre regiones de origen y destinación. Conocer la lengua del país de destino es indiscutiblemente una ventaja comparativa respecto a otros migrantes, porque el dominio del español junto con el prejuicio positivo por parte de la población española del 40

Tras la retórica de la hispanidad: la migración latinoamericana en España

que gozan los migrantes latinoamericanos forma parte del capital social de estos. Si además, añadimos que en los círculos gobernantes también se expresa una clara preferencia por los migrantes procedentes de ese territorio en nombre de la comunidad histórica y lingüística que supone la hispanidad, ¿cómo explicar la situación de precariedad del migrante latinoamericano, por encima de lo esperado atendiendo a su nivel de instrucción y su estructura por edad? En España, según los últimos datos padronales, al 1 de enero de 2003 sobre los 2’664,168 personas de nacionalidad extranjera, 1’047,564 (39%), eran personas con nacionalidad de algún país latinoamericano. Si comparamos los resultados del empadronamiento con los permisos en vigor al 31 de diciembre de 2002, podemos estimar una cifra de alrededor del millón de personas en situación irregular, de los que 682,995 corresponderían a latinoamericanos (51%). Aunque el dígito obtenido de la simple resta no debe considerarse la cifra exacta de irregulares, ya que, por un lado, sabemos que los permisos de personas dependientes de permisos por razón de estudio y aquellos permisos que se encuentran en trámite de renovación no están contabilizados dentro de las estadísticas de los permisos de residencia, y, por el otro, que muy posiblemente por el tipo de recuento que efectúa el Padrón continuo, éste contenga duplicaciones y la nula cobertura de las salidas de extranjeros de territorio español, el resultado que sí puede tenerse sigue siendo elevadísimo, más elevado incluso del previsible para la población latinoamericana. Puede suponerse que la principal razón de ese contraste sea el efecto llamada de las diferentes operaciones legislativas llevadas a cabo durante los últimos años para controlar y restringir el número de irregulares. No se trata tanto de los latinoamericanos que vivían en situación irregular y obtuvieron su permiso gracias a las sucesivas regularizaciones de 2000 y 2001 (más de ciento cincuenta mil según los datos publicados por la Dirección General de Ordenación de las Migraciones en 2002), sino de aquellos proyectos migratorios que tuvieron como origen algún país latinoamericano y se adelantaron ante la perspectiva de un progresivo endurecimiento de las condiciones para obtener la entrada primero y los permisos necesarios después, una vez concluidas las regularizaciones. Aunque en muchos casos también deberá tenerse en cuenta que el censo de 2001 refleja las condiciones laborales y de vivienda de la situación de irregularidad pese a que ésta se haya subsanado durante el mismo año de registro censal. 41

Andreu Domingo i Valls

Estamos hablando de reagrupaciones familiares y migraciones económicas aceleradas siguiendo el imperativo de la legislación rígida y limitadora, por encima de la oferta real de trabajo o de la consolidación de las redes sociales de los migrantes. La restrictiva legislación española en materia de extranjería y las deficiencias acumuladas de sus regularizaciones, han de considerarse en estos momentos como la amenaza más importante de exclusión de la población de nacionalidad extranjera. La situación de vulnerabilidad en la que la legislación les sitúa constituye el marco idóneo para la sobreexplotación, tanto en el ámbito laboral como en el domiciliar, que puede empujarles a una situación de pobreza absoluta, tal y como se recoge en diversos trabajos de carácter cualitativo (Martínez, 2003). En este sentido no nos referimos a la expulsión en su ejecución, que Michel Foucault definía con rotundidad como la pena de muerte legal en aquellos estados democráticos donde la física había estado abolida (Foucault, 1992), o incluso al limbo jurídico que constituye la imposibilidad de contratación una vez dictada la orden de expulsión sin que ésta se haga efectiva, y que empuja irremediablemente al inmigrante a la marginalidad, para convertirse en objeto del discurso policial y asistencial. Más allá de esa situación extrema, es evidente que el volumen de población en situación irregular de un lado y el alargamiento del período de irregularidad del otro, constituyen el principal peligro de exclusión social, al crear y mantener una situación de inserción desfavorable en el mercado laboral y de la vivienda para los afectados. Además, cuando la instrucción no supone un valor añadido puede darse un importante desacuerdo entre el nivel de instrucción y la actividad desempeñada; desde esta perspectiva, la acomodación del inmigrante en un primer momento puede entenderse como un descenso social, aun cuando el nivel de vida se mejore respecto a las condiciones económicas en el país de origen. La sobre calificación a nivel individual empeora las condiciones de vida del migrante desde una perspectiva subjetiva, teniendo en cuenta sus expectativas profesionales acorde con el nivel de formación, y presionando sobre la temporalidad, es decir, sobre el tiempo que se espera que esa situación desaparezca. El fracaso de los procesos de regularización, y en mayor medida si cabe del conjunto de la política migratoria española, y en general europea, para algunos autores se explicaría por seguir anclados en el modelo del gestarbaiten, la figura del trabajador invitado propio de las migraciones llegadas a Alemania durante la década de los años sesenta (De Lucas, 42

Tras la retórica de la hispanidad: la migración latinoamericana en España

2004). Pero ese error, ese empecinamiento, no es inocente, sacraliza un modelo que poco tiene que ver con las circunstancias en las que se desenvuelven los movimientos migratorios del siglo xxi, pero que en la práctica produce irregularidad y consagra la precariedad laboral y residencial, donde los costos materiales y sociales están repartidos de forma completamente desigual: de un lado de la balanza se encuentran las personas, migrantes, pero también las personas y las organizaciones no migrantes que con su voluntarismo han de cubrir la ausencia de una política de integración, el sector público y las empresas que cumplen con la legislación; del otro claramente desequilibrados, el sector privado y las empresas que se benefician de los bajos costos salariales, de la indefensa jurídica, del crecimiento del sector informal y de una competencia desleal frente las empresas que cumplen la legalidad, realizando actividades a largo plazo insostenibles u obsoletas. Referencias bibliográficas Arango, Joaquín. 1994. “La ‘cuestión migratoria’ en la Europa de fines del siglo xx”. En Jordi Nadal (coord.). El mundo que viene. Madrid: Alianza, pp. 6394. De Lucas, Javier. 2004. “Ciudadanía: jaula de hierro para la integración de los inmigrantes”. En Gemma Aubarell y R. Zapata (eds.). Inmigración y procesos de cambio. Barcelona: Icaria, Antrazyt/IEMed, pp. 215-236. Dirección General de Ordenación de las Migraciones. 2002. Anuario de migraciones, 2002. Madrid: Subdirección General de Publicaciones, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Domingo, Andreu. 2002. “Reflexiones demográficas sobre la inmigración internacional en los países del sur de la Unión Europea”. Actas del 3 Congreso de la Inmigración en España. Vol. 2. Granada, pp. 197-212. Foucault, Michel. 1992. Genealogía del racismo. Madrid: Ediciones La Piqueta. Garrido, Luis y Luis Toharia. 2004. “La situación laboral de los españoles y de los extranjeros según la Encuesta de Población Activa”. Economistas. Núm. 99, pp. 74-86. Izquierdo Escribano, Antonio, Diego López de Lera y Raquel Martínez Buján. 2002. “Los preferidos del siglo xxi: la inmigración latinoamericana en España”. Actas del 3 Congreso de la Inmigración en España. Vol. 2. Granada: pp. 237-250. Martínez Buján, Raquel. 2003. “La reciente inmigración latinoamericana en España”. Santiago de Chile: cepal. 43

Andreu Domingo i Valls

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Globalizados, pero restringidos. Una visión latinoamericana del mercado global de recursos humanos calificados

Jorge Martínez Pizarro Introducción En los países de la región la migración calificada es uno de los temas constantemente más visibles en la problemática pública de la migración contemporánea. Esto no es sorprendente si se piensa que en las declaraciones oficiales de muchos gobiernos, la idea de la fuga de cerebros —la más difundida acepción con que se le conoce— ha estado presente de manera pertinaz en América Latina y el Caribe desde hace más de cuatro décadas. La frecuencia con que se le señala, sin embargo, tiene tres importantes cortapisas: no ha ido de la mano de una investigación continua —la que tropieza con muchas dificultades, aunque así y todo es fecunda en la región—, ni de la formulación de políticas y programas sustentables —que han tenido una elevada tasa de fracaso e insisten en la exclusiva alternativa del retorno asistido—, y ha sido relegada en tiempos de dictaduras y violencia —factores cuya influencia ha sido muy decisiva en la magnitud de la migración y el no retorno—. En otros términos, las alusiones a la migración calificada en las declaraciones de muchos gobier-

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Este documento fue publicado en la serie Población y Desarrollo de la cepal, número 56, LC/ L.2233-P, sobre la base de una presentación realizada por el autor en una sesión del Seminario Permanente sobre Migración Internacional realizado en Tijuana, México en octubre del 2003 y organizado por El Colegio de la Frontera Norte de México, y en una versión revisada de la presentación en la plenaria sobre Migración, Trabajo y Exclusión Social del Primer Congreso Latinoamericano sobre Población realizado en Caxambú, Brasil en septiembre del 2004.

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Jorge Martínez Pizarro

nos son insuficientes para calibrar preocupaciones porque han estado dominadas por lugares comunes, escasas evidencias y orientadas por los intereses de turno. La migración calificada sigue siendo uno de los capítulos centrales de la movilidad regional. Su discusión adecuadamente conducida no sugiere, bajo ningún punto de vista, descuidar otras importantes facetas de la migración, más aún mantiene estrechos vínculos con ellas. Desde el punto de vista académico y de las organizaciones internacionales, ha regido la visión de las pérdidas de recursos humanos, a pesar de algunas visiones procedentes de la economía que sostenían que la movilidad acarreaba consecuencias positivas para todos los actores al reasignar recursos y equilibrar los salarios. Por lo demás, como lo señala Pellegrino en muchos de sus trabajos, la expresión del brain drain surgió en los años cincuenta para denominar a la pérdida de médicos que experimentaba el Reino Unido en favor de los Estados Unidos y posteriormente se adoptó en los países en desarrollo, llegándose a popularizar en las ciencias sociales. La gran cantidad de literatura producida entre fines de los años sesenta y comienzos de los setenta revela el carácter crítico con que fue visualizada esta migración en la región, la evaluación de sus consecuencias y las perspectivas de su evolución. El legado latinoamericano es de estimación, magnitudes y tendencias, discusiones, propuestas reflexivas y síntesis y críticas de enfoques generales sobre la migración calificada. Sorprende que en algunos círculos de opinión en la región se haga abstracción de estas disquisiciones. Por ejemplo, se señaló hace muchos años la imposibilidad de alcanzar un mercado internacional de recursos humanos calificados sin grandes costos para los países; la llamada válvula de escape requería del retorno de los emigrados o bien suponía compensaciones de los países desarrollados a las balanzas de pagos de los países en desarrollo. El solo hecho de haber puesto de relieve las dificultades para amortiguar los efectos negativos de la migración fue una contribución enorme que merece relevarse. El debate se renovó en los años noventa. Es interesante tener en cuenta que en estos años, siguiendo la pujanza de la industria de la informática y otros sectores, también cobran relevancia las proposiciones anglosajonas sobre el intercambio, la circulación y la ganancia de cerebros, que se contraponen, sugerentemente, al brain drain. También aparece el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios, que reglamenta la movilidad temporal. Se habla cada vez más del mercado global de recursos humanos calificados en que, como señala Manuel Castells, intervienen 46

Globalizados, pero restringidos

desde ingenieros de software hasta, con la licencia que se le permite, futbolistas. Pero esta figura tal vez es exagerada. Queremos poner de relieve que las pérdidas persistirán cuando se promueven contextos inmigratorios de selectividad y restricciones por parte de los países desarrollados, y de inacción por parte de los países emisores. Selectividad que apuntaría a un drenaje de recursos y restricciones que involucrarían a toda la fuerza de trabajo; inacciones porque se interponen muchas contradicciones en el tipo de iniciativas posibles en los países emisores. Las iniciativas administrativas de retención han fracasado y no son recomendables. Sin embargo, la genuina retención, bajo la cual se amplía el ejercicio de ciudadanía, no parece abordable en el mediano plazo en la región; si a ello se añaden las restricciones que colocan los países desarrollados —que son de diversa índole y no se refieren sólo a las barreras a la movilidad—, se colige que las pérdidas sólo podrían ser encaradas mediante deliberadas intervenciones de vinculación con los emigrados, sin sacrificar opciones individuales. Reflexionar sobre esto dejará espacio para examinar las opciones al brain drain. En este trabajo ofrecemos un conjunto de evdiencias e interpretaciones sobre la migración calificada. Ponemos atención a los principales marcos interpretativos del fenómeno, revisitando especialmente el aporte latinoamericano para poner de relieve su vigencia, eso sí, en un contexto diferente. Examinamos las dificultades y potencialidades para la movilidad de personas de alta calificación y discutimos sobre la formación de un mercado global de recursos humanos calificados, prestando atención al modo cuatro del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios destinado a la movilidad temporal de profesionales. Confrontamos las visiones del brain drain (fuga de cerebros), brain gain (recuperación o ganancia de cerebros), brain circulation (circulación de cerebros) y brain exchange (intercambio de cerebros), lo cual nos lleva a identificar algunos determinantes de la migración en la región. Es importante explorar algunas oportunidades para diseñar políticas activas frente a la migración calificada; para ello se revisan determinadas experiencias de décadas pasadas y se plantea la necesidad de establecer alternativas en el actual contexto social y económico que caracteriza a los países de la región.

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Jorge Martínez Pizarro

Las tendencias de la migración calificada en la región La situación de la información sobre la migración en general, y la de profesionales y trabajadores de alta calificación, en particular, es muy compleja y variable según las regiones del mundo. En el caso de la segunda, hay que destacar que existen imágenes generales que conviene tener en cuenta y contextualizar. Como apuntan Carrington y Detragiache (1999), en toda investigación sobre la migración calificada hay preguntas obligadas cuya respuesta no es fácil: “¿Cuán extensa es la fuga de cerebros?, ¿qué países y regiones son los más afectados?, ¿es considerable la proporción de profesionales de los países en desarrollo que han decidido instalarse en el extranjero o es tan pequeña que no cabe preocuparse? Lamentablemente, los intentos por responder a estas interrogantes encuentran un gran obstáculo: no hay un sistema uniforme de estadísticas sobre el número y las características de los migrantes internacionales. Además, generalmente los países de origen no recopilan información sobre las características de sus emigrantes y, si bien los países de destino sí llevan estadísticas al respecto, las definiciones de inmigración que utilizan varían. En consecuencia, es difícil medir la corriente de inmigrantes y el nivel de educación de éstos. Por otro lado, hasta hace poco no era posible cuantificar los trabajadores con altos niveles de educación en cada país que registra una fuga de cerebros” (p. 46).

Si se considera que las preocupaciones y discusiones por estos temas ya tienen más de cuatro décadas en América Latina, hay que preguntarse, antes que todo, ¿qué tan escasas son las evidencias? Si la respuesta apunta a confirmar la pregunta, entonces ¿de qué se ha estado discutiendo durante tantos años? Estos alcances generales, sin duda, merecen relativizarse y sugieren que el tema de la información es un aspecto central de toda discusión sobre la migración calificada. Puede decirse que, en términos comparativos, las síntesis sobre el tema para el conjunto de América Latina son recurrentes. Fueron realizadas, entre otras, por Chaparro en 1971 en un trabajo para la Organización de Estados Americanos (oea). En el trabajo se hizo una estimación del volumen de la emigración calificada en la región y se evaluó su impacto sobre la disponibilidad de recursos humanos, así como los efectos y costos de dichos movimientos (Pellegrino, 2001). El Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía de las Naciones Unidas (celade) también dedicó esfuerzos, ya sea mediante los trabajos de Torrado (1980 y 1982) como de los nuestros (Martínez, 1992; Pellegrino y Martínez, 2001; Villa y Martínez, 2000). Los trabajos de Adela Pellegrino (1993 y 2001, 48

Globalizados, pero restringidos

entre otros), son tal vez lo más abarcadores y representan un referente obligado para la interpretación de la migración calificada. Esta autora ha empleado profusamente los antecedentes del celade. El celade ha contribuido con la inclusión de la temática en el contexto general de la migración y el desarrollo, y ha brindado evidencias empíricas por la vía de su banco de datos censales imila (Investigación de la Migración Internacional en Latinoamérica) desde los años setenta). Aunque se reconoce que la información censal no es apta para un análisis fino del tema, permite identificar los volúmenes y tendencias de la migración calificada, sobre la base de los censos nacionales, lo que es una evidencia empírica insustituible, además de operacionalizar a los calificados —profesionales y técnicos—. Sobre esta información empírica descansan varios estudios que permitieron conocer las tendencias generales de la migración internacional en América Latina, en particular los volúmenes de migrantes calificados —tanto inmigrantes como emigrantes en un arreglo matricial de origen y destino. De acuerdo con los datos del celade, en las Américas las cifras censales indican que el número de profesionales, técnicos y afines (pta) latinoamericanos y caribeños, fuera de su país de origen, aumentó fuertemente desde 1970 y ascendió a poco más de 300 mil hacia 1990 —dentro de la región, su monto representaba 33%—. Hacia el año 2000 el panorama era incompleto, por lo que no puede establecerse la comparación regional, si bien es posible ilustrar la evolución en algunos países con sus datos censales disponibles en imila, lo que señala un aumento: el número de pta habría ascendido por arriba de 160 mil personas en la escala intrarregional (cuadro 3). Evidencias de las Encuestas Continuas de Población de los Estados Unidos indican que en los comienzos de la actual década, alrededor de 1 millón de latinoamericanos y caribeños ejercen ocupaciones de mayor calificación, las que llegan a representar fracciones superiores a 20% de la fuerza de trabajo migrante en algunos flujos sudamericanos y caribeños. Se puede afirmar entonces que todos los países registran emigración e inmigración de recursos humanos calificados, aunque la emigración hacia fuera de la región ha sido el rasgo más llamativo por su intensidad, tendencias y repercusiones. Ahora bien, ha quedado un tanto olvidada

.

Los datos se refieren al lugar de nacimiento de las personas, si bien es posible elaborar matrices de acuerdo al país de residencia en una fecha fija anterior.

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Jorge Martínez Pizarro

la migración intraregional, que se presenta con volúmenes y tendencias variables. Así, nuestros análisis indican que la inmigración latinoamericana se distingue por los flujos de uruguayos, paraguayos y chilenos hacia Argentina; así mismo, los conosureños en Venezuela y Brasil repersentan otros flujos llamativos. Seguramente la primacía de los migrantes calificados en Estados Unidos ha sido decisiva para esta omisión general donde se concede más atención a la presencia de emigrantes calificados desde México, Cuba, Colombia, Haití y Argentina. Se sabe que las cifras absolutas son siempre una aproximación. Lo importante es que cuando se analiza el impacto sobre la disponibilidad nacional de pta en cada país, hay varios donde se constata que tienen entre 5% y 10% de sus pta en el exterior. Si se supone que la mayor parte de esos emigrados se formó en el país de origen, la interpretación de pérdidas sobreviene casi directamente. Por otra parte, es claro que la cuantificación es un imperativo y que la lectura de las consecuencias para los países de origen reconoce habitualmente pérdidas. No obstante, pensamos que este puede ser ámbito de desacuerdos, desde el momento en que habría que separar a los migrantes permanentes de los transitorios y que no es fácil distinguir si el grado de calificación fue obtenido en el país de origen o bien forma parte del proyecto del emigrante. Recuérdese, además, que en todo momento está en juego el bienestar nacional y no el individual. Respecto a la transitoriedad, los antecedentes disponibles muestran una mayor participación de los latinoamericanos y caribeños en los movimientos permanentes que en los traslados estacionales (Pellegrino, 2001). Con relación a la obtención de las calificaciones, algunos investigadores destacan que en los Estados Unidos casi tres cuartas partes de los estudiantes extranjeros de doctorados permanece en dicho país, luego que tal porcentaje alcanzaba a la mitad a comienzos de la década de 1970 (Lema, 2000). Los 50 mil estudiantes latinoamericanos y caribeños —la mitad de origen sudamericano— en ese país constituían cerca de 10% de los extranjeros en la enseñanza superior hacia finales de la década de 1990. Se comprende que la evaluación rigurosa de las consecuencias siempre ha sido una tarea muy difícil de precisar, además de ser fuente de controversias. Tal es el caso palmario de los intentos de contabilizar el capital humano transferido en la migración calificada y la propuesta de establecer sistemas impositivos de recompensa a los países en desarrollo en un sistema de cuentas internacionales, en el marco de la transferencia inversa de tecnología, durante la unctad (1972). Hoy es claro que estas 50

Globalizados, pero restringidos

iniciativas tienen escasa factibilidad y que, más bien, deberían llevarse algún día al seno de la Organización Mundial de Comercio. Las consecuencias que tradicionalmente destacaron los investigadores latinoamericanos han girado en torno al brain drain y, en un contexto de pérdidas, se refieren al aumento de las brechas, a la erosión de masas críticas de conocimiento y a los potenciales efectos regresivos sobre la distribución del ingreso. Hay un creciente consenso en que sin iniciativas para establecer nexos con los emigrados, persistirán consecuencias negativas indiscutibles para los países de origen ante la creciente demanda en los países desarrollados de personal extranjero con habilidades específicas, ya sea en el marco del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (agcs), que enfatiza el movimiento temporal de personal calificado, o por la vía de las políticas de reclutamiento de los países desarrollados. Cuadro 1 América Latina: profesionales, técnicos e inmigrantes afines (pta) (El número de emigrantes y del país hacia 1990a) País Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Costa Rica Cuba Ecuador El Salvador Guatemala Haití Honduras México Nicaragua Panamá  Paraguay Perú R. Dominicana Uruguay Venezuela Total

pta

inmigrantes 26,230 3,292 15,081 4,267 … ... ... 3,627 1,260 1,541 ... … 7,004 1,450 2,187 1,761 2,278 … 1,938 27,481 99,397

pta pta país emigrantes 20,972 ... 10,556 199,880 3,351 4’554,435 19,457 528,273 35,374 ... 3,354 ... 49,050 ... 8,020 284,942 8,317 135,397 5,685 110,279 12,706 ... 3,648 96,184 62,758 2’473,498 6,203 105,139 7,692 80,687 7,456 84,699 18,580 ... 9,651 ... 10,480 178,405 4,431 705,500 307,741 9’537,318

% pta inmig. sobre pta país ... 1.6 0.3 0.8 ... ... ... 1.3 0.9 1.4 ... ... 0.3 1.4 2.7 2.1 ... ... 1.1 3.9 1.0

% pta emig. sobre pta país ... 5.3 0.1 3.7 ... ... ... 2.8 6.1 5.2 ... 3.8 2.5 5.9 9.5 8.8 ... ... 5.9 0.6 3.2

a. El origen de los inmigrantes sólo corresponde a los países de la región. El número de emigrantes incluye a los Estados Unidos como país de destino. Fuente: Proyecto imila del celade.

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Cuadro 2 La pea y profesionales, técnicos y afines nacidos en América Latina (Desglosado por países de presencia, censos de 1990) País

Año

Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Ecuador El Salvador Guatemala México Nicaragua Panamá  Paraguay Perú Uruguay Venezuela Total

1991 1992 1991 1992 1993 1990 1992 1994 1990 1995 1990 1992 1993 1995 1990

Población económicamente activa (pea) 497,684 18,757 64,679 17,913 17,045 24,962 6,515 11,592 33,997 6,052 15,072 75,997 8,258 19,056 405,107 1’222,686

Profesionales, técnicos y afines (pta) 26,230 3,292 15,081 4,267 … 3,627 1,260 1,541 7,004 1,450 2,187 1,761 2,278 1,938 27,481 99,397

% pta/pea 5.3 17.6 23.3 23.8 … 14.5 19.3 13.3 20.6 24.0 14.5 2.3 27.6 10.2 6.8 8.1

Fuente: Proyecto imila del celade.

Cuadro 3 La pea y profesionales, técnicos y afines nacidos en América Latina (Desglosado por países de presencia, censos de 2000) País

Año

Bolivia Brasil Chile Costa Rica Ecuador Honduras México Panamá Paraguay Venezuela Total

2001 2000 2002 2000 2001 2001 2000 2001 2002 2001

Población económicamente activa (pea) 26,559 78,795 65,934 139,908 40,179 7,816 39,089 26,144 91,361 478,576 994,361

Fuente: Proyecto imila del celade.

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Profesionales, técnicos y afines afines (pta) 6,624 27,299 18,407 15,718 6,308 1,734 11,715 4,801 11,863 59,294 163,763

%

pta/pea

24.94 34.65 27.92 11.23 15.70 22.19 29.97 18.36 12.98 12.39 16.47

Honduras 2001 7,816 1,734 22.19 México 2000 39,089 11,715 29.97 Panamá 2001 26,144 4,801 18.36 Paraguay 2002 91,361 11,863 12.98 478,576 59,294 12.39 Venezuela 2001 Total 994,361 163,763 16.47 Globalizados, pero restringidos Fuente: Proyecto IMILA del CELADE. 1 1 G GRÁFICO ráfico La escolaridad elevada y ocupación calificada de La escolaridad elevada yycaribeños ocupación calificada de Latinoamericanos en EU

latinoamericanos y caribeños en eu 21% de la población de 25 y más años inmigrante

1000000 900000 800000 700000 600000 500000 400000 300000

5% de la fuerza de trabajo inmigrante 200000 100000 0 13 y más años de escolaridad

Profesionales, técnicos y afines

Fuente: Proyecto IMILA del CELADE. Fuente: Proyecto imila del celade.

GRÁFICO 2 La participación relativa de los PTA en la fuerza de trabajo migrante G1980 ráfico 2 (1970, Y 1990)

La participación relativa de los pta en la fuerza de trabajo migrante (1970, 1980 y 1990) 6 Las Américas

Estados Unidos

América Latina y el Caribe

0

1

2

3

4

5

6

Porcentaje sobre la PEA migrante 1970 1980 1990

Fuente: Proyecto imila del celade.

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Fuente: Proyecto IMILA del CELADE.

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La migración calificada en el contexto del desarrollo: razonamientos ortodoxos y emergentes Las interrelaciones de la migración y el desarrollo son uno de los temas de mayor debate en la investigación, las políticas y foros internacionales sobre migración. Hay un sesgo ya adelantado por varios autores: the unsettled relationship (relación no establecida) y las dos caras de una misma moneda, con lo que se ha querido hacer nítido un mensaje: las especificidades históricas con que se presentan estas interrelaciones. Este es el debate ortodoxo sobre migración. Debe reconocerse que las visiones y debates más influyentes sobre el desarrollo social y económico han incorporado marginalmente a la migración internacional, como una variable residual. Lo mismo se extiende, en general, a las narraciones sobre la globalización contemporánea. Muchos estudios de migración, en cambio, sí incluyen de modo central al desarrollo, ya sea en sus versiones de expansión productiva e industrialización, de sostenibilidad ambiental o de desarrollo humano, con su énfasis en los derechos de las personas. También la investigación sobre migración recurre muy a menudo a las interpretaciones de la globalización. Esto está conduciendo a un debate emergente que si bien se complementa con el ortodoxo, se acerca más a las inquietudes que cabe reconocer para los países en desarrollo. Respecto a la ortodoxia de razonamientos sobre migración, esta sugiere frenos y estímulos entre la migración y el desarrollo. Con relación a las discusiones emergentes, se sugiere que la emigración de personas de alta calificación genera pérdidas, casi las mismas que tempranamente advirtieron algunos analistas latinoamericanos, pero que tienen que encararse con iniciativas realistas para las opciones del retorno apoyado institucionalmente y con programas de vinculación con los científicos emigrados. Los razonamientos ortodoxos La migración frena el desarrollo La argumentación central estriba en la pérdida de recursos calificados para los países en desarrollo, que es directa si se toma en cuenta el costo

.

Revisamos y seguimos las propuestas de Sutcliffe (1998).

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Globalizados, pero restringidos

que sufragó la educación de las personas en el país de origen y el beneficio de dicha inversión para el de destino; sobre todo en el caso de una educación financiada por el Estado, de una emigración permanente y de magnitudes sostenidas. Es la clásica lectura del brain drain, que claramente se basa en un enfoque de desarrollo nacional y no de bienestar personal, que supone que la retención de los potenciales migrantes redundaría en mayor desarrollo y que la emigración del personal calificado escaso por definición significa también una externalidad negativa por pérdida de liderazgo y capacidad de innovación, entre otros para la sociedad o para otras personas en el país de origen. El desarrollo frena la migración En esta idea se halla implícito que hay que frenar un problema con la solución de otro (es decir, este otro es solucionable). El desarrollo generará más empleos, mejores salarios, más ciudadanía y más retención. En la voz de ortoxodos de este razonamiento, el libre comercio y la ayuda al desarrollo pueden ser pilares para alcanzarlo. Se reconocen dos cosas que complejizan este razonamiento: a) las primeras fases del desarrollo y la integración entre países de distinto nivel de desarrollo llevan a provocar desajustes estructurales que provocarán más migración en el corto y mediano plazo; y b) la pobreza no es una causa directa de la migración, al no haber correlación entre emigración y pobreza, y al reconocerse universalmente que los hogares pobres no participan intensamente en la movilidad. Hasta ahora no hay evidencia de que el desarrollo pueda alcanzarse en el Tercer Mundo y de que las nuevas condiciones que se generen garanticen la retención de potenciales migrantes. Debería esperarse una heterogeneidad de situaciones de acuerdo con los destinos migratorios, la tradición migratoria —y las comunidades—, los escenarios demográficos y los acuerdos de integración horizontales o asimétricos. Este razonamiento involucra un uso instrumental del desarrollo para conseguir el objetivo buscado. La migración fomenta el desarrollo Empíricamente, tiene mucho apoyo esta tesis que enfatiza las externalidades positivas del retorno, la válvula de escape y las remesas. La lectura es que la migración puede generar aumentos en el ingreso y ahorro de los emigrados, incrementa su experiencia y capacidades empresariales), alivia 55

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presiones sobre el empleo y los servicios sociales en las áreas de origen, incrementa las inversiones en ellas (por retorno o remesas). Lo menos que podría decirse es que por estas vías la migración alivia la pobreza de muchas familias y contribuye a paliar la regresividad de la distribución del ingreso entre países. Sobre la pobreza de las familias, no obstante, hay evidencias contrarias: es dudoso, en principio, que los pobres reciban remesas si participan menos en la movilidad. Sobre la distribución del ingreso, puede que comunidades enteras igualen su ingreso gracias a las remesas con otras, pero internamente se acentúen desigualdades. Un razonamiento de esta naturaleza puede instrumentalizar la migración. El desarrollo fomenta la migración El aumento de la escolaridad, de la disponibilidad tecnológica, de la participación social de las mujeres, de la urbanización, o en general, la presencia de síntomas de desarrollo y modernización, acelerarían la emigración, porque se ofrecen más recursos para las decisiones migratorias (financieros, sociales, de información, de aspiraciones) y se legitiman cada vez más. Si el desarrollo es fuente de mayores libertades y respeto por los derechos humanos, lo consecuente es garantizar la libre movilidad de las personas entre países. Si el desarrollo es además marchar en la senda del crecimiento y la apertura económica, se plantea el dilema para los países desarrollados, pues verán aumentar la inmigración al tiempo que comprometen su integración con los países en desarrollo. De allí que tempranamente este razonamiento general despertara interés por políticas restrictivas frente a la inmigración y hasta una reacción en contra del libre comercio en los países desarrollados: hay problemas éticos insoslayables. Ninguno de estos razonamientos es aceptable por sí solo, pero sabemos que cada uno tiene exponentes y adeptos, y, además, se entrelazan porque exigen la especificidad histórica: éste es el caso de la migración calificada. Los razonamientos emergentes Hay que comenzar reconociendo que en muchos países de la región florece la preocupación por extender y mejorar los vínculos con los emigrados a través de la oferta asistencial de los servicios consulares de los países. No obstante, estas iniciativas aún están en fase de experimentación y corren el riesgo de guardar muy escasa relación con iniciativas de 56

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desarrollo científico y afiliaciones a proyectos de desarrollo nacional. Lo relevante es que, a futuro, se puede aspirar a aquello. Algunos países de Asia han alcanzado logros importantes en estas materias y fueron capaces de agrupar a su diáspora científica: existen entonces precedentes para enfrentar las pérdidas, especialmente cuando se da prioridad al desarrollo científico y tecnológico. En el caso de la migración calificada en América Latina y el Caribe, esta sigue siendo un problema (el brain drain), que conviene precisar, destacar y abordar desde las políticas públicas por muchas y poderosas razones que hemos ido sistematizando en los últimos años: 1. La idea de una apertura relativa desde los países desarrollados para la llegada de inmigrantes calificados —la vieja selectividad—, no solo ha acarreado la existencia de fuentes de discriminación para otros segmentos más abundantes de la fuerza de trabajo migrante, sino que conlleva un drenaje de recursos humanos cuyo costo de formación siempre ha sido elevado y cuya necesidad no debiera despertar dudas; esta situación no sería tan negativa si efectivamente la selectividad estuviera orientada a la movilidad temporal y alentara el círculo virtuoso de la migración. Así, la percepción de que todos los países requieren aumentar su dotación de capital humano para incrementar su competitividad encuentra un escollo al verificar que la emigración no contribuye a su capitalización, sobre todo si se trata de especialidades afines a la innovación tecnológica en el campo de la informática, las estrategias empresariales, la medicina y la investigación en sectores altamente especializados. La emigración calificada viene en aumento no sólo por factores de expulsión, sino por las agresivas políticas y condiciones de los países industrializados que demandan altas especializaciones, ofrecen niveles salariales y ambientes laborales imposibles de equiparar, y retienen a los mejores estudiantes. 2. El hecho es que la movilidad temporal desde los países desarrollados en el marco del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios — modo cuatro de suministro de servicios— tiene muchas limitaciones, cuya remoción pudiera contrarrestar pérdidas derivadas de la selectividad migratoria; pero hasta ahora la apertura es limitada. Se trata de restricciones cuantitativas y cualitativas de acceso al mercado y al trato nacional, expresadas en el establecimiento de cuotas y especialidades afines con base en permisos de trabajo. Pero especialmente, el Acuerdo multilateral, que entró en vigor en 1996 a partir de la Ronda de Uruguay, prevé que la movilidad de personas se supedita a 57

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la prestación de servicios y no se aplica al ingreso al mercado laboral, ni a derechos de ciudadanía y residencia; en esencia, busca favorecer la rotación de personal calificado intra-empresas. 3. En contraste con migrantes de otras regiones en desarrollo, entre los latinoamericanos parece existir una menor tendencia a participar en la movilidad temporal calificada, lo que antecede al Acuerdo citado. Del mismo modo, la migración de profesionales ha tenido frecuentemente determinantes asociados al exilio; ello significa que la emigración es inseparable de la exclusión y la desigualdad interna que llevaron al desplome de las democracias. Al mismo tiempo, el retorno de profesionales no es infrecuente y suele tener alta representación entre la fuerza de trabajo retornada. 4. De todas formas, han habido muy pocas iniciativas de vinculación y de estímulo al retorno de emigrados calificados, cuyas valiosas experiencias han sido escasamente aprovechadas en la región e impiden la internalización de estrategias innovadoras en el campo de la ciencia, la tecnología y la inversión productiva. Las redes existentes han sido esporádicas, de trayectorias erráticas y no han contado con el apoyo gubernamental sostenido, a pesar de haber sido concebidas como espacios únicos de encuentro entre las diásporas científicas y las comunidades locales. No es exagerado afirmar que intereses políticos han supeditado este apoyo. Mientras la idea de la diáspora encuentra mayor aceptación entre comunidades de migrantes bien organizados, no es asumida todavía en el contexto de la ciencia y la investigación. Esta es una forma adicional de restricción a la migración. 5. La movilidad restringida constituye un escollo más en la reducción de asimetrías entre países, puesto que al inhibir la utilización de recursos abundantes para los países latinoamericanos (mano de obra de mediana y baja calificación) y drenar selectivamente el capital humano —mediante la migración sin retorno— de indiscutible necesidad, afecta las desigualdades internacionales de ingreso según la calificación. Esto significa que deberían haber demandas de los países en desarrollo que apunten a erradicar las distorsiones —limitaciones y restricciones de acceso al mercado y al trato nacional— de los acuerdos internacionales destinados a la movilidad de mano de obra calificada bajo modalidades temporales y que permitan la vinculación con sus comunidades de origen, así como, paralelamente, deberían negociar el aumento de cuotas para aquella fuerza de trabajo de menor calificación. 58

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6. La selectividad hace rígidas las cuotas de admisión de profesionales, y se ha convertido en una expresión restrictiva de la migración que no se condice con la demanda laboral de los países receptores. Enfrentar estas restricciones que aplican los países desarrollados a la inmigración abarca también a la oferta de integración de los inmigrantes calificados. Las limitadas ofertas de ciudadanía para estos inmigrantes (fijación de cuotas de ingreso, reconocimientos parciales de calificaciones, acceso limitado a servicios sociales, discriminación según género) no sólo favorecen la irregularidad migratoria, sino que avivan el desperdicio educativo a través de la inserción laboral sobre calificada. 7. La migración calificada en la escala intraregional tiene presencia histórica, si bien poco puede rescatarse de buenas prácticas en, por ejemplo, los acuerdos andinos y mercosureños de integración subregional. Las distorsiones impuestas por los países desarrollados en el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios prevalecen, con distintas limitaciones, entre varios países —el ejemplo del no reconocimiento de algunas calificaciones. Por último, el interés por estudiar la migración calificada en torno a los razonamientos emergentes reside en su plena inserción en la complejidad de la migración contemporánea, como se puede concluir de los antecedentes señalados. En tal sentido, es importante que las iniciativas de diálogo sobre migración —tanto en ejecución desde hace algunos años en la región, como la Comisión Mundial sobre Migración y la Iniciativa de Berna— le den el espacio que merece por su importancia para los países en desarrollo. La migración calificada, el brain drain y sus derivaciones Actualmente se puede reconocer que la migración calificada (skilled migration) tiene varias expresiones. Sin embargo, esta mención genérica es extraordinariamente desafiante: ¿significa hacer neutro este fenómeno?; ¿quiénes son los calificados?; ¿existe el llamado mercado global de recursos humanos calificados, en el que participarían desde los ingenieros altamente especializados hasta los futbolistas? (Castells, 1999); y ¿están en mejor pie los recursos humanos calificados para participar en la movilidad internacional de factores, habida cuenta de las cláusulas de los 59

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acuerdos de comercio y servicios en general? Parte de estas inquietudes, más bien académicas, ya hemos ido adelantando y respondiendo en este documento. Pero conviene puntualizar algunas cosas. La migración calificada representa un objeto de estudio sobre el cual se ha problematizado mucho. La más clásica problematización es la del brain drain, que emergió con fuerza en los años sesenta y setenta en la discusión académica y en la arena de los organismos internacionales. En los países de la región, la preocupación por la emigración de recursos humanos siempre ha estado signada por la idea de las pérdidas y no es extraño asociar el brain drain con un grave problema. Más allá de los lugares comunes, se hace necesario aproximarse a la búsqueda de explicación del fenómeno. En sus orígenes, el brain drain se acuñó para describir esa situación de pérdidas, pero referida a algunos países desarrollados: como lo señala Pellegrino (2001), la expresión surgió en los años cincuenta para denominar a la pérdida de médicos que experimentaba el Reino Unido en favor de los Estados Unidos, y posteriormente se adoptó en los países en desarrollo; en cierto modo se popularizó en las ciencias sociales. A riesgo de ser reiterativos, diversos elementos concurren para la vigencia del problema del brain drain: 1. La percepción de que todos los países requieren aumentar su dotación de capital humano para incrementar su competitividad, tratándose de recursos escasos —costosos para crearlos y valiosos socialmente— y afines a la innovación tecnológica en el campo de la informática, estrategias empresariales, medicina e investigación en sectores altamente especializados. 2. La percepción de que la emigración calificada viene en aumento no sólo por factores de expulsión, sino por las agresivas políticas de los países industrializados, que demandan altas especializaciones —léase las mismas recién nombradas— y las condiciones salariales y laborales imposibles de equiparar en la región, lo que conduce a sostener que en ella las personas de mayor capacidad son difíciles de retener y de atraer. 3. La percepción de su mayor intensidad cuando los movimientos de refugiados —que incluyen a grupos heterogéneos— dejan de tener gravitación, como acontece en la mayoría de países de la región; es decir, cuando se percibe su invisibilidad momentánea —el exilio político de sectores intelectuales latinoamericanos ha sido una constante en los últimos cincuenta años. 60

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Muchas de estas observaciones son enteramente válidas para los países de América Latina y el Caribe, y mantienen importantes especificidades con la realidad observada en países de Asia y África. Lo que distingue a la región es el contexto en que se está dando esta migración. La región subutiliza sus recursos humanos Existen evidencias de la subutilización de los recursos humanos calificados, dada la escasa absorción laboral, que no es consecuente con las tendencias de rápida generación de oferta de personas con formaciones profesionales y técnicas —muy por encima de la fuerza de trabajo no calificada y especialmente elevada entre las mujeres—. La subutilización (y bajas retribuciones) deriva de la inactividad involuntaria, el desempleo abierto, el subempleo, la desalarización y la terciarización, que han sido bien documentados en los estudios de cepal. En ellos también se muestra que la fuerza de trabajo calificada continúa siendo inferior a 20% del total en la mayoría de países, con lo que el retraso educativo y de formación de recursos calificados acumulado desde décadas pasadas persiste a pesar de su intensa generación reciente y, en consecuencia, la región se encuentra con fuertes desventajas frente a las exigencias de la economía internacional y rezagos sociales manifiestos que harán que la mayoría de trabajadores obtenga ingresos insuficientes para evitar la pobreza y la vulnerabilidad ante los ciclos recesivos (cepal, 2002b). En síntesis, hay una baja disponibilidad de recursos humanos calificados y una escasa absorción a pesar de su elevada generación, que se acompaña de formas de subutilización. El contexto descrito induce a pensar en lo difícil que es retener a emigrantes potenciales, dejando de lado, por supuesto, cualquier intento de conculcación de derechos individuales. Es que el tema de la retención ha sido, a nuestro juicio, uno de los expedientes más utilizados para oponerse a las pérdidas de la emigración calificada. En realidad, se trató casi siempre de ­ medidas operativas que tuvieron resultados dudosos, y fueron controvertidas por la amenaza a los derechos individuales. Hoy parecen menos realistas aun si se conciben como parte de políticas públicas. La retención de estos tiempos debiera consagrar la materialización .

En la década de 1990 la expansión del número de personas con formación profesional universitaria o técnica superó con creces “más que duplicó” a la población que no logró dichos niveles de calificación. Véase cepal (2002b: 69).

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del derecho de permanecer en el país de origen: más democracia, más trabajo, más ciudadanía. Al mismo tiempo, tiene que reconocerse que la aspiración de muchos jóvenes, por decirlo de algún modo, es estudiar en el extranjero. Los estudios en el extranjero Respecto a este punto, pensamos que al evaluar las consecuencias de la emigración calificada se suele discutir en ocasiones acerca del lugar en que fueron obtenidos los niveles de posgrado o de estudios avanzados, pues lo que se asume es que si se trata del extranjero los costos serían aminorados para el país de origen cuando se asumen individualmente. Esto no parece prudente evaluar, ya que interpone una heterogeneidad de situaciones y tiende a excluir un debate más profundo, que es cómo favorecer el retorno de todos los estudiantes que lo deseen y su efectivo aprovechamiento. Existe, en casi todos los países de la región, una valoración elevada sobre la necesidad o deseabilidad de realizar estudios de posgrado entre los estudiantes, y las preferencias por realizarlos en el exterior son muy frecuentes, ya que las posibilidades de satisfacer demandas del mercado laboral parecen garantizarse en mayor grado con un nivel avanzado obtenido en un país desarrollado, y se menciona un sinnúmero de razones asociadas a la multiculturalidad, la centralidad del saber, el prestigio, potencialidades para la equidad de género, entre otras. Además, aunque no se puede generalizar, las diferencias de ingresos esperados pueden ser importantes según de dónde provengan los estudiantes; si a ello se suma la ampliación de la oferta educativa (un ejemplo emblemático es España) y la reducción de costos de los estudios, se explica por el aumento de las preferencias por estudiar en el extranjero, tendencia solamente matizada por la densificación de los convenios e intercambios entre universidades extranjeras y nacionales, en un caso, y potencialmente encarada por la creciente oferta de estudios a distancia, en otro caso. Tanto por estrategias obligadas de los centros académicos como por decisiones individuales y gracias a un marco normativo flexible, hay facilidades para quedarse en el exterior después de estudiar afuera. Lema (2000) destaca que en los Estados Unidos —el principal país de destino de los jóvenes que estudian posgrados de la región— casi tres cuartas partes de los estudiantes extranjeros de doctorados permanece en dicho país, luego de que tal porcentaje alcanzara a la mitad a comienzos de la década 62

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de 1970. De otro lado, en España, la legislación autoriza la compatibilidad entre el estudio y el otorgamiento de permisos de trabajo adaptados al ciclo lectivo, si bien, siguiendo la lógica restrictiva, bajo ciertas condiciones, cuando éstas no se cumplen, los estudiantes ingresan al mercado informal, corolario de esa lógica. Por último, está muy olvidada la dimensión de género en estas problemáticas. En ambientes laborales y culturales igualitarios, que promueven mayores cuotas de participación de mujeres —sobre todo solteras y con conocimientos de idiomas extranjeros—, el atractivo para quedarse puede ser fuerte para ellas, como lo sugieren algunos testimonios que, cada cierto tiempo, presenta la prensa o aparecen en la web. Ante estas condiciones, los estudiantes encuentran muchas motivaciones para no retornar y con ello los estudios de posgrado se convierten en una puerta para la emigración, que se suma a las condiciones que afectan al mercado laboral regional. La elección del destino, un país desarrollado, con todo, no es indistinta y resulta de una combinación de expectativas individuales, facilidades idiomáticas, afinidades culturales y motivaciones académicas, factores que se materializan por medio de los circuitos establecidos entre instituciones académicas. En rigor, estamos revisitando la hipótesis de Susana Torrado de que los programas de educación en el extranjero son uno de los principales factores intervinientes de la migración calificada, mientras las políticas de inmigración de los países industrializados constituirían el principal factor regulador de la emigración. Estos antecedentes sugieren que la emigración calificada no puede ser vista de modo indiferente en la región, pues es un proceso que va a continuar y que tradicionalmente no ha contado con asistencia al retorno en el marco de políticas públicas. Un proceso que, objetivamente, dispone de mínimos apoyos para la vinculación, el regreso de los estudiantes y, además, para el retorno transitorio de los profesionales, una modalidad inherente a la vinculación. Las derivaciones del ‘brain drain’ Desde la literatura anglosajona se ha dejado ver que el brain drain coexistiría con la circulación (transitoriedad), la ganancia (retorno con habilidades) y el intercambio de cerebros (en línea y no necesariamente implicando un desplazamiento físico) (brain circulation, brain gain y brain exchange). La idea central en estas propuestas es que las pérdidas debidas 63

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a la emigración se podrían superar o compensar haciendo énfasis en estas alternativas, susceptibles además de ser objeto de políticas compartidas entre los países (recuadro 1). Para los países en desarrollo estas propuestas llevarían a convertir a los migrantes en nexos entre las redes locales y las redes globales de desarrollo científico y tecnológico, en agentes individuales o grupales de transferencia de conocimiento y de tecnología. Las principales evidencias están dadas para países asiáticos, donde la movilidad se ha diversificado de manera visible y las clases medias migrantes son una realidad creciente. El mensaje central es que la migración calificada puede no ser una situación negativa para la sociedad. Éste parece tener fuertes componentes voluntaristas y alinearse muy cerca del optimismo, que como hemos visto, no es impensable, pero exige muchos requisitos. Gráfico 3 América Latina: recursos humanos con calificaciones y técnicas en zonas urbanas, circa, 1999 (18 países) 90%

82% 80%

70%

60%

50%

40%

30%

20%

13 % 10%

5%

0% Inacti vos

Desocupados

Ocupados

Fuente: cepal (2002b).

(18 países) Fuente: CEPAL (2002b).

Varios autores han propuesto nuevos conceptos que separan la asociación negativa de la migración calificada. El brain drain no se consideraría como un factor de empobrecimiento y pérdida definitiva, sino que 64 y ventaja potencial. Algunas de las denominaciones son las coexistiría como una fuente de desarrollo siguientes: Brain circulation Cross y Waldinger (1997) apuntan que en la actualidad muchos migrantes de alto nivel de capacitación — numéricamente de importancia creciente— son transitorios y retornan a su país después de una estadía

Globalizados, pero restringidos

Recuadro 1 Los nuevos conceptos de la migración calificada Varios autores han propuesto nuevos conceptos que separan la asociación negativa de la migración calificada. El brain drain no se consideraría como un factor de empobrecimiento y pérdida definitiva, sino que coexistiría como una fuente de desarrollo y ventaja potencial. Algunas de las denominaciones son las siguientes: Brain circulation Cross y Waldinger (1997) apuntan que en la actualidad muchos migrantes de alto nivel de capacitación —numéricamente de importancia creciente— son transitorios y retornan a su país después de una estadía breve, o van a otro lugar dentro del circuito internacional. En número, ellos son de importancia creciente. Brooks y Ruthizer (2000), en su estudio sobre migración temporal calificada (visas H-1B) en Estados Unidos, encuentran una serie de beneficios para el país receptor. Entre ellos se menciona que los profesionales transitorios ofrecen la ventaja de permitir a los empresarios satisfacer necesidades inmediatas de trabajo. Los contratos pueden ser por pocos meses o incluso semanas (en contraste, tomaría cuatro años o más calificar a un obrero permanente). La magnitud de las contribuciones de los migrantes en las áreas de las tecnologías de información crea riqueza y aumentos en el tamaño de la economía nacional, lo que se expresa, además, en la creación de empresas. Las compañías multinacionales deben aprovechar habilidades y talentos de profesionales extranjeros para trabajar en proyectos transnacionales que satisfagan las necesidades de clientes globales. A pesar de la ausencia de evidencias que muestren que estos migrantes reciben salarios inferiores a los del mercado, los críticos persisten en defender la idea de que obtienen menores remuneraciones y que ejercerían una presión al descenso de los salarios. Brain gain En muchas partes del mundo el desarrollo de Internet parece acompañar el retorno de migrantes calificados y convencer a jóvenes graduados a no emigrar. En algunos casos, la razón detrás de este retorno es económica: profesionales que han triunfado en Silicon Valley encuentran que su dinero puede ser rentable en el largo plazo desde su país de origen por la vía de la creación de negocios en la red. Para otros, desarrollar la red para sus compatriotas es casi un deber. También hay quienes piensan que es la oportunidad para ser un pez más grande en un estanque más pequeño. Las habilidades y el espíritu empresarial importados por los retornados tendrían efectos positivos mediante la creación e inversión en negocios. Quienes retornan a sus países no sólo generan empleos, sino también colaboran en capacitar a futuras generaciones para así asegurar la continuidad en oferta de mano de obra competente para sus empresas (Pappas, et al., 2000). Brain exchange Williams (2000) establece que una nueva dimensión importante de la revolución de las tecnologías de información y comunicaciones es la posibilidad de ofrecer contacto profesional y desarrollo profesional sin requerir el desplazamiento de las personas. La retención en el país de especialistas de alto nivel será probablemente más fácil si los países en desarrollo pueden acceder a bases de datos desde cualquier parte del mundo y tener contacto electrónico inmediato con colegas del extranjero. En términos del mercado laboral doméstico, estas tecnologías prometen capacitación a distancia, especialmente a profesionales médicos y de la educación. En una economía global, las tecnologías de información están produciendo una forma de migración que agrega una nueva dimensión a la división internacional de trabajo. Aneesh (2000) sostiene que mientras la práctica del flujo de trabajo en línea implica migración de habilidades, pero no

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Jorge Martínez Pizarro de personas, la migración física implica migración de personas y de habilidades. Establece que el estudio de este tipo de actividad no debe considerarse dentro de la literatura tradicional sobre migración, por las siguientes razones: primero, el trabajo en línea implica un contacto directo y físico pero limitado, con corporaciones en el país receptor; segundo, el trabajo en línea no debe entenderse como transnacional, ya que tiene lugar dentro de los límites de las naciones; tercero, los trabajadores en línea están regulados por las legislaciones laborales, impuestos y prácticas laborales generales de su país. Sin embargo, ellos traspasan las barreras nacionales llenando necesidades de empleo en sectores del otro país, al igual que los trabajadores inmigrantes. Para Aneesh (2000), se migra sin la migración, un fenómeno que correspondería a migración virtual. Ninguna de estas propuestas conceptuales es excluyente y puede reconocerse la coexistencia del brain drain con las nuevas formas de movilidad. Esto se verifica en la elevación de las cuotas de inmigración calificada y las mayores facilidades para obtener visas, junto a la oferta de beneficios salariales, opciones accionarias, exenciones de impuestos e incentivos comerciales a profesionales de alta tecnología.

Fuente: extraído de Pellegrino y Martínez (2001).

El aporte latinoamericano y el éxodo intelectual: una breve revisita Ahora que se insinúa un escenario conceptual renovado, es interesante destacar que desde América Latina la preocupación por el tema de la migración calificada ha sido fructífera y se particularizó hace varias décadas en la noción del éxodo intelectual. Los estudios giraron en dos grandes visiones: el nivel individual y el nivel estructural, muy enraizadas en la investigación social de la región, y se buscó responder a una situación empírica: el auge de la emigración de científicos al mundo industrializado. Hoy está de vuelta, aunque con algunos cambios importantes. El legado latinoamericano es de discusiones, de propuestas reflexivas y de síntesis y críticas de enfoques generales, y a él queremos referirnos brevemente, tratando de mostrar la vigencia de algunos postulados. Como destaca Pellegrino (2001), el tema tuvo un impulso original en el medio académico argentino desde comienzos de la década de 1960. Entre los autores más reconocidos está Enrique Oteiza y sus trabajos sobre la emigración de profesionales, técnicos y obreros especializados argentinos —cuyos datos los adquirió directamente del entonces servicio de inmigración de los Estados Unidos—. A ellos se sumaron otros trabajos sobre la emigración de médicos. Luego el tema alcanzó a Uruguay (Filgueira, 1976), Chile, Colombia y Venezuela, y al contexto regional, con los trabajos de Susana Torrado. En los ochenta hubo un período de oscuridad en la producción de conocimiento y en el debate, en parte debido a las convulsiones sociopo66

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líticas en varios países y la censura impuesta a los académicos, y también a causa de una transición de las economías industrializadas en sus estrategias de captación de talentos. En los noventa, los estudios de Adela Pellegrino son tal vez los más importantes y fecundos, orientando muchas preocupaciones y realizando aportes decisivos que rescatamos en este trabajo. Oteiza (1971) formuló su hipótesis del diferencial de preferencia, idea germinal que emplearon posteriormente muchos investigadores y que se descompone en varios factores. Los diferenciales son ventajas en favor del país de destino y ayudan a comprender algunas causas importantes de los flujos migratorios de alta calificación. Los principales factores cuya diferencia se considera significativa de acuerdo con los resultados de su trabajo son: a) el diferencial de ingreso; b) el diferencial de apoyo logístico —lo que alude a los medios y ambientes disponibles para realizar la tarea profesional—; c) el diferencial de reconocimiento profesional —se refiere al reconocimiento y prestigio del trabajo intelectual o profesional, tesis que él ha mantenido y que parece adoptar vigencia—; y d) un factor residual que incluye diferencias en la situación de estabilidad política, desarrollo universitario, nivel de represión o discriminación ideológica. En una prolífica sucesión de trabajos aplica este modelo a diferentes grupos de profesionales que integraban corrientes de emigración desde Argentina a Estados Unidos (Pellegrino, 2001). Nos preguntamos, ¿cuán actuales continúan siendo algunos de sus postulados? Los trabajos de Filgueira (1976) exploraron en una faceta más prospectiva, pues se interesó en el estudio de la predisposición migratoria de los egresados profesionales de Uruguay, por lo que centró su análisis en un nivel estructural —relaciones internacionales y la posición que ocupa cada país en el sistema internacional— y en la estructura interna de cada país, especialmente en la esfera ocupacional. El desajuste o crecimiento asincrónico entre el desarrollo de la educación y la estructura ocupacional genera tensión estructural y la migración de personal calificado se estableció desde contextos de mayor tensión estructural a otros de menor tensión. Filgueira presentó evidencias de que no es el grado de desarrollo de la sociedad lo que parece más relevante para la emigración, sino algunas características del grado de tensión estructural por educación, por lo que la emigración de personal calificado no se dirige siempre, ni predominantemente, hacia los países más desarrollados. La emigración sería una opción individual de respuesta a esta tensión (Pellegrino, 2001). 67

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Muchos otros trabajos versaron sobre las motivaciones individuales de la migración. Una síntesis y cuestionamiento al análisis de las motivaciones individuales y su necesaria vinculación con los factores estructurales, fue la propuesta de Torrado (1980 y 1982), quien reconoció que las decisiones son individuales pero no ocurren de manera aislada y que muchos factores individuales son en realidad estructurales: de atracción y de expulsión. Así mismo, estableció que los programas de educación en el extranjero son considerados como uno de los principales factores intervinientes (véase la discusión que antes esbozamos sobre este punto en la actualidad), mientras las políticas de inmigración de los países industrializados constituirían el principal factor regulador de la emigración. La utilidad del análisis de las motivaciones individuales fue, en su momento, reconocida, al incorporarse a las consideraciones estructurales, brindando de este modo (según Torrado) una mejor comprensión y explicación de diversos fenómenos y para las proposiciones de políticas. Con vinculaciones al enfoque histórico-estructural, dominante en la investigación social de América Latina en la década de los setenta, el éxodo intelectual es concebido como una manifestación particular del desarrollo capitalista dependiente, coincidiendo con el incremento de la inversión extranjera y con la creciente modernización económica y social, procesos que serían los condicionantes histórico-estructurales básicos del fenómeno. La modernización, al afectar a los sistemas educativos superiores, habría llevado a la producción de científicos, profesionales y técnicos con calificaciones asimilables a las de los países industrializados, mediante el aumento en importancia de las carreras científicas y técnicas, del ajuste a los requerimientos del sector moderno y de la estrecha vinculación con los centros de producción científica del mundo industrializado. Este proyecto modernizador no habría logrado compatibilizar el gran número de recursos formados con los exigidos por el ritmo de desarrollo económico, dadas las fuertes presiones internas por educación superior. Ante la imposibilidad de absorción por parte del mercado interno y de la oferta de condiciones de desempeño en los países industrializados, se estaría en presencia de un éxodo intelectual cuyas magnitudes dependerían de la actitud de éstos en materia de inmigración, que en la década de los sesenta habría sido ampliamente favorable a ella. De este modo se habría originado la situación de éxodo en América Latina. Un elemento clave en el análisis del problema es la existencia de un mercado internacional del trabajo científico, el que regularía, entre otras cosas, las capacidades requeridas para un óptimo desarrollo profesional 68

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y al que se integrarían los países dependientes por la vía de la producción de sus graduados según las exigencias de la tecnología importada y del entrenamiento de ellos en los países industrializados. Conviene puntualizar entonces que la conceptualización de los determinantes estructurales coloca el problema del éxodo intelectual en términos de las desiguales relaciones económicas entre el mundo industrializado y los países dependientes. Los trabajos de síntesis que desarrolló Torrado fueron reveladores y estimularon nuevos esfuerzos de investigación. En sus propuestas destacó que las consecuencias del éxodo intelectual debían ser también estudiadas en profundidad y para ello revisó las dos grandes líneas interpretativas: la economía neoclásica y el denominado mercado internacional de personal calificado. La primera dio origen a dos modelos básicos: el modelo internacionalista y el modelo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (unctad, 1975). El modelo internacionalista de gran difusión en la década de los sesenta sostiene que la migración de mano de obra calificada, a nivel mundial, es sencillamente circulación internacional de capital humano, en el marco de la libre asignación de recursos. En este modelo, los costos para el país de origen se evalúan en términos del bienestar individual de los migrantes, los que se traducirían en beneficio colectivo, pues la migración sería la transferencia de un exceso, representando así una válvula de escape ante situaciones de desempleo. El beneficio colectivo estaría dado por la operación de mecanismos como el envío de remesas, la influencia en el país receptor por parte del país de origen o el asesoramiento profesional que podrían brindar los emigrantes a su país. Cabe la pregunta: ¿hasta dónde este modelo tiene como extensiones a las nuevas interpretaciones alternativas al brain drain? El modelo desarrollado por la Secretaría de unctad en la década de los setenta situó el éxodo en el contexto de la transferencia internacional de recursos, con el propósito de sustentar la demanda de compensaciones por parte de los países de emigración. La transferencia de conocimiento y capital humano hacia países desarrollados constituye una transferencia inversa de tecnología, enfoque que representó un aporte significativo a la conceptualización del éxodo intelectual. Como apuntaba Torrado (1982), las pérdidas serían cuantificables por medio del ingreso de los emigrantes en el país receptor con el fin de tomar acciones para atenuar o compensar las pérdidas de recursos productivos mediante la modificación del sistema internacional de balanzas de pagos. Las objeciones a este modelo se fundamentaron en la visión parcial de solución al problema y la omi69

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sión de los determinantes de la migración, desconociéndose una probable consolidación del proceso. Con la experiencia que dicta el tiempo transcurrido, las recomendaciones e iniciativas de política no podían ser tan claras y evidentes, ni unívocas, especialmente en cuanto a las compensaciones, pero se centraron en dos aspectos: la retención y el retorno de talentos. Más allá de una descripción de las iniciativas, lo cierto es que ambas alternativas no tuvieron resultados mayores y hasta fueron objeto de críticas por sus cuestionables instrumentos y estrechos horizontes —por los problemas de exigencia de impuestos, reinserción poco asistida, entre tantas otras, que muy poco tuvieron relación con el ejercicio de derechos ciudadanos y la dinámica de los mercados laborales. ¿Las compensaciones? Existe la idea en algunos círculos de opinión de que las pérdidas, debidamente cuantificadas, debieran dar origen a demandas de compensaciones a los países de origen de los migrantes. Esta propuesta sugiere la necesidad de evaluar el balance resultante de los costos de educación —según las carreras y especialidades—, las tributaciones, las remesas, entre otros, para establecer la pérdida neta. Pensamos que hay que guardar cautela con estas iniciativas. Los trabajos de síntesis que hemos descrito muestran que la transferencia inversa de tecnología no llegó a materializar propuestas de modificación del sistema internacional de balanzas de pagos. La experiencia indica que las recomendaciones e iniciativas de política tendrían que llevarse a las iniciativas de diálogo sobre migración internacional e interpelar a las negociaciones y rondas de la Organización Mundial de Comercio; parece improbable que la institución asuma esta última tarea sin un consenso entre los propios países en desarrollo. Los planteamientos recientes Los planteamientos y síntesis más recientes han sido realizados fundamentalmente por Adela Pellegrino de la Universidad de la República, Uruguay, con el apoyo de diversos colaboradores. En medio de lugares comunes y percepciones del pasado, y con mucha expresión mediática, el tema recobra presencia en el ámbito académico y en el discurso político 70

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regional, pues se asume la importancia del conocimiento como insumo básico para el desarrollo y el consiguiente objetivo declarado por parte de los gobiernos en el sentido de consolidar sectores fuertes en ciencia y tecnología, es decir, la necesidad de contar con masas críticas de conocimiento. Sin embargo, el tema está lejos de comprenderse por su gran complejidad. Estas brechas entre la percepción y el conocimiento, y entre éste y la acción, que se conocieron también en décadas pasadas, son un escollo para que los países asuman la firme adopción de políticas activas, reconociendo que no es posible ni conveniente erradicar la migración en un mundo de grandes asimetrías, donde las economías se abren, los países de la región abogan por la libertad de circulación de las personas y existen factores que no propenden al transnacionalismo. Como destaca Pellegrino en sus trabajos, el éxito alcanzado por los países del sudeste asiático en el crecimiento económico y en el desarrollo científico y tecnológico los convirtió en un modelo de políticas orientadas a consolidar esas masas críticas de personal altamente calificado. Corea del Sur fue un ejemplo de éxito de las políticas de retorno: los ingenieros y científicos emigrados retornaron en virtud de mejoras sensibles en la economía, aunque a su vez debido a una fuerte política de estímulo y de protección a los recursos altamente calificados impulsada desde el Estado y desde el sector privado, que también desempeñó un papel fundamental en el reclutamiento de personas que residían fuera del país. Por otra parte, el fin del mundo socialista desató un intenso movimiento de recursos calificados desde esos países hacia Europa occidental y América del Norte, estimulando la preocupación por las diásporas científicas como objeto de análisis y de desarrollo de políticas. De una visión negativa o de pérdida, se ha querido sugerir que es posible reivindicar los aspectos positivos de la movilidad, no sólo para los individuos, sino para las sociedades, en la medida que para los países en desarrollo las migraciones circulares o pendulares, con retornos transitorios de los migrantes, contribuyan a la consolidación de los mercados de trabajos locales y a su desarrollo. Desde esta perspectiva se busca transformar el brain drain en brain gain, según el brain exchange y el brain circulation. La noción de pertenencia a más de un territorio o comunidad y el desplazamiento de individuos que establecen vínculos de toda índole entre esos territorios llevó rápidamente a la idea de un espacio de vida transnacional en el que transcurre su experiencia migratoria. Los primeros estu71

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dios han mostrado que entre este tipo de migrantes contemporáneos existe una voluntad de retorno transitorio y de vinculación mucho mayor que en aquellos que se han integrado de manera más estable al país de recepción. Así se ha resucitado el concepto de diáspora, que fue utilizado originalmente para identificar a la diáspora judía y se ha extendido a todas aquellas comunidades que tienen una población diseminada en diferentes regiones del mundo y que mantienen vínculos y lazos de identidad entre sí, comunidades que en el caso de personas de alta calificación serían estratégicas para los países de origen —en la diáspora las personas sienten, mantienen, inventan o reviven una conexión con una tierra de origen. La identificación de los integrantes de la diáspora con los proyectos de su país de origen permitiría estimular el desarrollo científico o económico mediante la cooperación a distancia o los traslados periódicos. Ésta es la apuesta que se trabajará en los próximos años y de allí el interés por la vinculación, que no representa la exigencia de retornos físicos ni retenciones forzadas. La idea es aceptada, en general, en América Latina, según numerosas evidencias; entre ellas, la creación y el apoyo a redes de migrantes científicos y profesionales. ¿Cuáles son las perspectivas? Las perspectivas de políticas Con sentido realista, todo hace pensar que una genuina retención es difícil en la región, si se tiene en cuenta las estrecheces para el ejercicio de la ciudadanía y las asincronías de los mercados laborales —desempleo, subempleo, inactividad involuntaria, desalarización y terciarización— con respecto a la dinámica de la oferta profesional. La inestabilidad política de hace algunos años parece extenderse hoy a los planos sociales y económicos, y la recuperación de las formas democráticas de convivencia es muy frágil en varios países, por lo que esta incertidumbre no sólo se relaciona con el escenario internacional y las fuerzas de la demanda, sino que encuentra fundamento en la realidad de América Latina y el Caribe. Ciertamente que las crisis recurrentes, la precarización del empleo y la desigualdad permanente en cada país, no favorecen la absorción de los nuevos egresados ni garantizan prioridades frente a las actividades de ciencia y tecnología —esto contradice la hipótesis de que condiciones de distribución del ingreso más igualitarias inducirían a la emigración de los sectores más calificados. 72

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La redefinición del papel del Estado en la protección social y el creciente dominio del mercado en la oferta educativa dificultarán seriamente las acciones futuras que permitan ejercer el derecho a permanecer para los más calificados. Hay entonces sobradas razones para admitir la continuidad de la migración calificada. Hemos señalado con Adela Pellegrino (Pellegrino y Martínez, 2001) que la proposición de políticas para abordar la cuestión de la migración calificada en América Latina, como en otros ámbitos de la vida económica y social, debe ser acompañada de una gran prudencia, dadas la diversidad de situaciones de los países y la velocidad de los cambios que operan en el mundo actual. Por otra parte, los enunciados generales están condicionados en forma esencial por los problemas de implementación, que son de muy diversa índole y dependen a veces mucho más de condiciones históricas que de la voluntad política de gobiernos y administraciones. Es primordial también considerar la lógica y los resultados de experiencias anteriores, que, como se ha visto, reúnen varias lecciones habitualmente no asumidas. Del mismo modo, toda política en la materia debe estar basada en estímulos y no en prohibiciones, en oportunidades en lugar de obstáculos y ser respetuosa de los derechos y aspiraciones de las personas, en particular, de la libertad de circulación. Para no entramparse en las fronteras de los derechos individuales y el interés nacional, pensamos que la discusión sobre algunos criterios de orientación general es del todo necesaria y útil; en realidad, ello se justifica para oponerse deliberadamente a la idea de que la emigración de personal calificado es un hecho irreversible, tanto en su existencia como en sus consecuencias y especificidades, y que logre darse independiente de las acciones que puedan llevar adelante las organizaciones sociales y los gobiernos. Un laisser faire extremo en esta materia, más allá de sus eventuales fundamentos teóricos, no hace sino contribuir a agravar las consecuencias negativas que ahora se perciben. Es muy probable que en las décadas próximas sea mayor la competencia por personal calificado, con una intensificación de las normas vigentes en los países desarrollados, tanto en el plano jurídico como en el económico —además de los factores demográficos, hay también algunos de signo cultural—. Esto es un imperativo para adoptar políticas activas con relación al personal calificado emigrado, sean éstas de retorno o de vinculación, que deberán prestar atención a varias condiciones, si se pretende que tengan éxito (Pellegrino y Martínez, 2001). 73

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Lo primero es que deben ubicarse en contextos nacionales o regionales en que el resto de las políticas aplicadas no generen tendencias emigratorias en la población residente. Si bien esto es obvio en alguna medida —pues no se pueden esperar resultados positivos en materia de retorno o de vinculación en sociedades donde personas con formación análoga tienden a irse, es decir, donde imperan condiciones de expulsión—, es importante señalarlo porque muestra lo inconveniente de aislar una política en esta materia del resto de la realidad en la que se inserta. Nos referimos aquí especialmente a las políticas en materia de ciencia, tecnología e innovación y a la inclusión del cambio técnico avanzado en la actividad productiva, aunque también a las políticas educativas y culturales, que forman un conjunto inseparable vinculado estrechamente con las condiciones que impulsan la emigración de personal calificado y cuya reversión puede facilitar el retorno o los programas de vinculación. En segundo lugar, la discusión dicotómica del retorno o la vinculación no parece ser el marco más adecuado para la puesta en práctica de políticas eficaces. Más bien se trata de aspectos que deben considerarse complementarios —recuérdese la propuesta del brain gain, detallada en el recuadro anexo—. Por lo pronto, debido a una diversidad de razones asociadas a las condiciones sociales y económicas, así como a las condiciones técnicas de trabajo y a las historias de vida individuales y familiares, una parte importante de la comunidad emigrada no querrá ni habrá de retornar de manera permanente a sus países de origen si bien entre los profesionales no es una situación del todo infrecuente si se observan los datos del cuadro 4 y eso es lo que explica que el retorno carezca de credibilidad como iniciativa, aunque, ¿puede realmente desligarse una sociedad de este hecho? Desde el ángulo del interés de las sociedades regionales, por lo tanto, la opción más factible sería la vinculación mediante programas que, en el caso de la migración calificada, sirvan de ayuda a la producción, a la innovación y a la cultura en los países de origen, aprovechando el caudal de experiencias, conocimientos, iniciativas y otros recursos. Un punto importante es la inclusión de la perspectiva de género en la discusión y evaluación de estas iniciativas, que podría asegurar mayores cuotas de eficacia en las acciones. Lo que realmente importa, por lo demás, es conocer si la migración calificada, la vinculación y el retorno propician una mayor equidad de género y una consecución de logros para las mujeres. Recuérdese que las brechas formativas según género se han ido reduciendo en la región y que la emigración hacia Europa es mayo74

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ritariamente femenina y no se restringe a mujeres de baja calificación. Éste puede ser un campo promisorio para la investigación y la adopción de políticas activas, que tengan en cuenta la especificidad que alcanzarían los movimientos migratorios entre las mujeres relativa independencia de proyectos económicos y despojarse así de la imagen tan difundida de las mujeres migrantes como víctimas. Como hemos dicho, estas políticas apelan a sentimientos identitarios, de vínculo con los orígenes, y también a las responsabilidades con los deberes resultantes de la ciudadanía de origen. Para ser realmente exitosas y tener sustentabilidad en el tiempo, no es suficiente contar con programas específicos; se necesita atender aspectos generales de la relación entre el emigrado y el país. El mantenimiento de los derechos políticos es una recompensa que objetiviza en el plano legal la relación entre la persona y la sociedad de origen. Tanto es así que esta reivindicación, más allá del hecho de la adopción de otra ciudadanía, es cada vez con más frecuencia exigida entre las comunidades de emigrantes. La extensión de algunos de los derechos de ciudadanía derecho al voto, total o restringido, a elecciones parciales o locales a residentes en el exterior es un factor de reconocimiento de las comunidades emigradas y un vector de éxito para los programas de vinculación. En tercer lugar, los países más fuertemente afectados por la emigración de personal calificado son los que tienen las mayores dificultades de formar una masa crítica local de capacidades técnico-científicas; se trata, además, de países pequeños y, en algunos casos, empobrecidos. Es muy difícil imaginar la factibilidad de programas de retorno o de vinculación en muchos de ellos, que alcancen la escala mínima que se requiere para que funcionen y sean sustentables en el tiempo. En consecuencia, parece claro que en esta materia se deben impulsar prioritariamente programas regionales o por grupos de países. Al mismo tiempo, no parece probable que estos programas puedan funcionar bien en condiciones de independencia de los proyectos productivos, educativos o de investigación en los que se encuadren. Esto muestra, una vez más, la dificultad de separar el tema migratorio de otros asuntos como la integración subregional, lo que sugiere que se le incluya en las negociaciones entre Estados y se avance en

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No son frecuentes los trabajos sobre la migración calificada de mujeres, aunque hay algunos generales que merecen discutirse (por ejemplo, Antecol, Cobb-Clark y Trejo, 2001) y otros sobre las latinoamericanas en Europa que alertan sobre el despilfarro de capital humano (Riaño, 2003).

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el perfeccionamiento del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios, que establece condiciones sólo para la movilidad temporal y con numerosas limitaciones que terminan afectando a los países en desarrollo. Una inquietud que habrá que examinar es hasta dónde podrán combinarse las expresiones del brain drain con las nuevas propuestas del brain circulation y el brain exchange. Se ha advertido que estas propuestas apuntan a aprovechar las oportunidades que abre la globalización, pero su puesta en vigor se ve dificultada, entre otras razones, por las prácticas de flexibilización laboral aplicadas por las grandes corporaciones, la retención de los estudiantes más destacados en las universidades del mundo desarrollado y la enorme disparidad entre las condiciones de trabajo y remuneraciones que ofrecen unos y otros países (cepal, 2002a). Los países de la región deben establecer: a) firmes demandas concertadas para facilitar la movilidad de profesionales y técnicos como una forma de atenuar las asimetrías del orden global; b) desarrollar estrategias innovadoras de vinculación y retorno de ideas, y reforzar las redes ya creadas con, por ejemplo, estímulos económicos y empresariales; y c) ofrecer genuina ciudadanía a las personas emigradas, de forma de garantizar el ejercicio de derechos económicos, políticos y sociales en sus países de origen. Estas iniciativas podrían sacarse adelante en los acuerdos de integración subregional y en diversos procesos de negociación de escala multilateral —como el suministro de servicios—. La acción concertada de los países, que fluye de la voluntad política, tiene mucha más probabilidad de éxito que el aislamiento. Tales objetivos deben entenderse como un intento de atenuación de las consecuencias negativas de la emigración y en ningún caso como una deliberada intervención para erradicar el fenómeno; tampoco excluyen la obligación de cada sociedad para garantizar el derecho de vivir en el país de origen. La estrategia de largo plazo exigirá también la generación de conocimiento en algunos ámbitos de la migración que hasta ahora han sido escasamente explorados —¿qué piensan los actores involucrados?.

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Las oportunidades en el exterior son afectadas por las reglas de prioridad en favor del personal nacional (véase Iredale, 1998 y 1999).

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Cuadro 4 América Latina: pea y profesionales, técnicos y afines con residencia hace 5 años en otros países y actual residencia en su país de nacimiento (Datos de censos, 2000) País de presencia

Año

Bolivia Brasil Chile Costa Rica Ecuador Honduras México Panamá Venezuela Total

2001 2000 2002 2000 2000 2001 2000 2000 2001

Población Profesionales, económicamente técnicos y activa (pea) afines (pta) 16 996 3 998 43 717 12 397 22 809 7 884 3 902 1 361 9 194 1 722 3 000 449 147 036 11 700 1 987 960 9 124 1 318 257 765 41 789

%

pta/pea

23.52 28.36 34.57 34.88 18.73 14.97 7.96 48.31 14.45 16.21

Fuente: Proyecto imila del celade.

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Globalizados, pero restringidos

Pellegrino, A. y J. Martínez. 2001. “Una aproximación al diseño de políticas sobre la migración internacional calificada en América Latina.” Serie Población y Desarrollo núm. 23. celade. Santiago. Riaño, Y. 2003. “Migration of Skilled Latin American Women to Switzerland and Their Struggle for Integration”. En Yamada Mutsuo (ed.). Emigración latinoamericana: comparación interregional entre América del Norte, Europa y Japón. JCAS Symposium Series núm. 19. Osaka. Salt, J. y A. Findlay. 1989. “International Migration of Highly-skilled Manpower: Theoretical and Developmental Issues”. En R. Appleyard (ed.). The Impact of International Migration on Developing Countries. París: ocde. Sutcliffe, B. 1998. Nacido en otra parte. Un ensayo sobre la migración internacional, el desarrollo y la equidad. Bilbao: Hegoa. Torrado, S. 1982. “Éxodo intelectual en América Latina: datos, teorías, políticas”. Inédito. celade. Santiago. ——. 1980. “El éxodo intelectual latinoamericano hacia los Estados Unidos durante el período 1961-1975”. En M. Kritz (ed.). Migraciones internacionales en las Américas. cepam núm. 1. Caracas unctad. 1975. La transferencia inversa de tecnología: dimensiones, efectos económicos y consecuencias de política. Oxford University Press-unctad. Villa, M. y J. Martínez. 2000. “Tendencias y patrones de la migración internacional en América Latina y el Caribe”. Documento presentado al Simposio sobre Migración Internacional en las Américas. cepal-oim. San José. Del 4 al 6 de septiembre. Williams, P. 2000. “Brain drain”. Imfundo Knowledge Bank. Paper núm. 21. Tomado de http://www.imfundo. org/brain/contents.htm.

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Los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos: inserción laboral con exclusión social

Alejandro I. Canales Introducción La migración internacional no es un fenómeno nuevo en América Latina, pero presenta cambios substanciales respecto a la imagen tradicional que tenemos de ella (Pellegrino, 2003). Durante décadas se pensó en América Latina como una región de inmigración, con la excepción de México y algunos países del Caribe. Asimismo, si bien la migración intraregional ha sido siempre de considerable magnitud, siempre se consideró como un fenómeno focalizado en algunos países de inmigración. Sin embargo, desde los años ochenta se generan importantes cambios en la región, que se manifiestan en nuevas modalidades y patrones migratorios. Si algo distinguiría la situación actual en relación con épocas anteriores es que las migraciones internacionales no sólo se han intensificado, sino que también se han extensificado, de tal modo que los flujos migratorios se han diversificado en sus orígenes, destinos y modalidades como resultado del cúmulo de procesos que denominamos globalización (Canales y Montiel, 2005). Al respecto, podemos mencionar cuatro aspectos en los que se manifiesta esta diversidad y complejidad de la migración internacional en América Latina, a saber: 1. De región de inmigración, América Latina se ha convertido en una importante región de emigración, especialmente hacia países desarrollados, en lo que podríamos llamar una gran marcha del Sur al Norte. 81

Alejandro I. Canales

Aunque Estados Unidos se ha convertido en el principal destino de la emigración latinoamericana, también son importantes los flujos que se dirigen a Europa (España, principalmente) y Japón. Así por ejemplo, se estima que en el 2002, 760 mil latinoamericanos emigraron a Estados Unidos, a la vez que otros 230 mil emigraron a España. En ambos casos, los latinoamericanos representaron 50% del total de los inmigrantes a dichos países (Canales, 2004). 2. La migración intraregional también se ha diversificado e incrementado. A partir de los ochenta, surgen nuevas rutas migratorias, nuevos países de inmigración y emigración, a la vez que algunos se convierten en países de tránsito de los flujos migratorios (Villa y Martínez, 2001; cepal, 2002). En este nuevo contexto, los países ya no pueden catalogarse en términos simples y estáticos, pues en no pocas ocasiones un mismo país es a la vez origen de emigración y destino de la inmigración intraregional. De esta forma, la migración intraregional se vuelve más compleja e incorpora una creciente multiplicidad de situaciones y modalidades migratorias. 3. Asociado a lo anterior, cabe señalar la creciente complejidad y diversidad de las modalidades migratorias. A las ya clásicas definiciones de migración permanente y temporal, se agregan otras modalidades, como la migración circular, la migración transfronteriza, la migración de retorno y la migración indocumentada, entre otras. 4. Por último, cabe señalar la diversidad de actores y sujetos sociales que participan actualmente en el proceso migratorio (Pujadas y Massal, 2005). Nos referimos a la migración de mujeres, de población indígena y migración familiar (niños y ancianos, preferentemente), entre otros. No se trata sólo de actores y sujetos que se incorporan al flujo migratorio, sino que además se vuelven visibles. Es el caso, por ejemplo, de las mujeres, cuya migración por muchas décadas fue invisible, al estar asociada y subsumida a la migración masculina. Todos estos cambios se manifiestan en una mayor complejidad y diversidad de los patrones, rutas y flujos migratorios, lo cual plantea la necesidad de reconstruir esquemas y enfoques de análisis, y comprensión de este fenómeno. Tomando en cuenta lo anterior, el objetivo de este capítulo es documentar con información estadística reciente, las características de la emigración latinoamericana a Estados Unidos, inscribiéndola en esta gran marcha del Sur al Norte, y en donde se pueden apreciar las diversas modalidades migratorias y sujetos participantes. Asimismo, nos interesa 82

Los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos

contextualizar este flujo migratorio en el marco de los cambios estructurales que surgen con la globalización, y que inciden de manera directa en la inserción laboral de los migrantes y en su integración fragmentada en las sociedades de destino. En este sentido, el documento está estructurado en dos grandes secciones. En la primera presentamos una visión sintética de las tesis sobre el papel de la migración internacional en el marco de la globalización. Asimismo, en la segunda sección presentamos un análisis y caracterización de la inmigración latinoamericana a Estados Unidos, sus niveles y tendencias en las últimas décadas, origen y destino, así como una descripción del perfil sociodemográfico y características de su inserción laboral. La globalización, exclusión social y migración En la última década se ha abierto un amplio e inacabado debate en torno a la globalización. Sin embargo, aún no hay un consenso sobre qué se quiere decir con dicha categoría. Tal pareciera que Mires tiene razón cuando dice que “globalización es lo que cada uno entiende por globalización” (Mires, 2000: 18). En realidad, este autor señala que esta confusión y distorsión de los alcances y significados de este concepto, se debe a la confusión de dos cuestiones diferentes, aunque interconectadas. En efecto, de acuerdo con Mires, cuando se habla de globalización habría que especificar si con ello queremos caracterizar la tendencia lógica y natural del capitalismo, o si más bien nos queremos referir a la descripción del estado actual del desarrollo capitalista. En otras palabras, como tendencia, el capitalismo siempre ha sido global. Sin embargo, sólo en el último tiempo podemos hablar de una estructura capitalista globalizada. ¿Qué es lo nuevo y distintivo de esta época o estadio del capitalismo? Al respecto, Hobsbawm nos da una respuesta sugerente. Él señala que desde siempre el comercio ha posibilitado la articulación de campos productivos distantes al configurar espacios económicos que trascendían los límites territoriales de la producción. El capitalismo no hizo más que potenciar esta vocación translocal del comercio. En este sentido, el elemento distintivo de la época actual es que por primera vez en la historia de la humanidad las nuevas tecnologías de comunicaciones y transportes permiten que no sólo el comercio, sino también que la producción se organice de forma transnacional. Como señala este autor, “mientras que en el pasado la división mundial del trabajo se limitaba al intercambio de 83

Alejandro I. Canales

productos entre regiones específicas, hoy es posible producir atravesando las fronteras de los continentes y estados. […] Esta es la verdadera diferencia entre la economía global ya existente en el pasado, y la de hoy en día” (Hobsbawm, 2000: 84). En términos de su economía política, la globalización se refiere, entonces, a los nuevos esquemas de organización territorial de la economíamundo, en donde se redefinen substancialmente las reglas de la competencia oligopólica y de la división internacional del trabajo (Omán, 1994). Esta reorganización territorial se sustenta en dos procesos complementarios. 1. Las mejoras en las tecnologías de comunicaciones y transportes permiten que el alcance geográfico de cualquier planta industrial se amplifique a escala mundial. 2. Las nuevas formas de organización del proceso productivo —automatización, división de operaciones, producción just in time, entre otros aspectos— han permitido la separación de las partes y segmentos que constituyen el sistema de producción, lo que flexibiliza de esa forma, la localización espacial de los distintos centros de trabajo de acuerdo a sus mejores opciones (Storper y Walter, 1983). Se trata en definitiva de una nueva lógica de localización, en donde los principios de aglomeración que dieron vida a las grandes ciudades industriales del siglo xx, son radicalmente trastocados por el desarrollo de las telecomunicaciones y la informática (Sassen, 1998). Esta nueva modalidad de localización da al traste con una de las premisas supuestamente inderogables del sistema de trabajo de las sociedades industriales. “Ya no existe necesidad de que los operarios trabajen juntos en un lugar concreto para producir determinados bienes y servicios. Los puestos de trabajo se pueden ahora exportar” (Beck, 1998: 39). Lo que antes se fabricaba en un mismo espacio, hoy se desterritorializa, se fragmenta espacialmente, y sus segmentos se localizan en distintos espacios locales, articulando directamente en un sistema mundial (supranacional), economías locales y regionales territorialmente separadas y distantes. Se trata, en síntesis, del surgimiento de la fábrica global, a través de la cual se intensifica y generaliza el proceso de dispersión geográfica de la producción, de las fuerzas productivas, del capital, la tecnología, la fuerza de trabajo, la planeación y el mercado (Ianni, 1996). Ahora bien, si globalización es el término para dar cuenta de la actual configuración espacial del capitalismo como sistema-mundo, habría que 84

Los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos

agregar entonces que es también la forma que asumen las desigualdades sociales y económicas en este sistema social. En pocas palabras, la globalización del capitalismo es también la globalización de sus desigualdades intrínsecas. De hecho, la globalización “no tiene por qué ser de beneficio para todos los ciudadanos. Es de beneficio para algunos y moderniza algunas cosas, excluyendo al grueso de la población dentro de la fantasía según la cual un celular propio lo articula al nuevo orden global” (Ugarteche, 1997: 16). La globalización del capitalismo es también la globalización de sus desigualdades intrínsecas. Los procesos de globalización no son en ningún caso geográficamente uniformes, sino heterogéneos y diferenciados, según los cuales se crean y recrean diversas formas de desigualdad social, económica y espacial. Se trata de la configuración de diversos mecanismos de inclusión/exclusión social, que a través de la precarización del empleo y otras formas modernas de segregación social, afectan preferentemente a sectores sociales debilitados ante la desregulación económica y la flexibilidad laboral que sustentan los nuevos paradigmas productivos y organizacionales de la globalización. Estas formas de diferenciación y desigualdad social se basan en nuevas formas de estratificación social de la población que se sustenta, entre otros aspectos, en las transformaciones en la estructura social del empleo y las ocupaciones, y, en general, de las relaciones capital-trabajo. Se trata en particular de la configuración de un nuevo patrón de polarización y diferenciación social, basado en dos procesos diferentes y complementarios. Por un lado, la reestructuración del régimen laboral con base en las nuevas estructuras de flexibilidad y desregulación laboral, que derivan en lo que Beck (2000) ha llamado como un régimen de riesgo laboral, que sustituye al régimen e instituciones sociales y laborales surgidas a través del Estado de Bienestar. Por otro lado, la reestructuración del sistema de ocupaciones, en particular la creciente segmentación de las ocupaciones y la diferenciación y desigualdad social y laboral que ellas implican (Castells, 1998; Sassen, 1998; Piore, 1979).

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Como señala este autor, en la sociedad informacional el régimen fordista de organización del trabajo tiende a ser sustituido por un régimen de riesgo que, a través de la flexibilidad laboral, tiende a “desdibujar los límites entre trabajo y no trabajo tanto en la dimensión temporal como en la espacial y contractual; el trabajo retribuido y el paro se extienden y, por tanto, tienen unos contornos cada vez más invisibles socialmente hablando” (Beck, 2000: 86).

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Alejandro I. Canales

Con base en estos dos procesos (régimen de riesgo laboral y segmentación del empleo), podemos señalar entonces que el componente central y fundamental de la nueva dinámica del proceso de trabajo en las sociedades de la información es la tendencia a la polarización de su estructura social y ocupacional. Esta tesis la podemos resumir en la siguiente ecuación: Régimen de riesgo laboral + segmentación del empleo = polarización de la estructura social y ocupacional

Esta polarización de la estructura de ocupaciones, podemos retomarla para el entendimiento del carácter de la migración en la actual era de la globalización. En particular, queremos llamar la atención a cómo el modo de inserción laboral de los inmigrantes ha jugado un rol relevante y fundamental en relación con los cambios que la globalización ha introducido en las formas organizativas del trabajo y las relaciones laborales. Sin entrar en los pormenores de la nueva organización del trabajo, nos centraremos sólo en aquellos aspectos que tengan mayor relevancia con respecto a nuestro tema. Como hemos señalado, una de las características de la nueva estructura ocupacional, resultante del proceso de desregulación y flexibilidad laboral, es la creciente polarización de la estructura ocupacional. Por un lado, asistimos a la expansión de puestos de ejecutivos, profesionales y técnicos caracterizados por basarse en el procesamiento de información, que se convierten en el núcleo y la cúspide de la nueva estructura ocupacional. Pero a la vez, también hay un aumento de las ocupaciones en servicios no calificados que se concentran en los llamados servicios personales. Aunque no podamos desarrollar ahora este punto (para más detalles, véase Sassen, 1998; Piore, 1979; Castles y Miller, 1993; Canales, 2003; entre otros), podemos señalar que se trata de ocupaciones de bajo nivel que, sin embargo, permiten mejorar la calidad de vida de otras personas. En particular, el incremento en el número de este tipo de ocupaciones de servicios no calificados, es el contrapunto necesario a la expansión de las ocupaciones en la cúspide de la estructura ocupacional, los que con su

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En el caso del sector servicios, por ejemplo, Sassen señala que “la mayoría de los empleos tienden a ser o extremadamente bien pagados o muy pobremente pagados, con relativamente muy pocos empleos en el rango de ingresos medianos” (Sassen, 1998: 47).

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Los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos

alto nivel de poder adquisitivo, generan una mayor demanda de trabajo en servicios y personales, no sólo calificados —diseñadores de interiores, veterinarios de mascotas, servicios de comunicaciones y transportes, entre otros—, sino también de servicios personales de baja calificación, como servicios de limpieza y mantenimiento del hogar, jardineros, cuidado de personas dependientes, entre otros. Además de esta demanda creciente de fuerza de trabajo no calificada en los servicios, se produce otro fenómeno que también tiene como protagonista a los migrantes. Nos referimos a las nuevas condiciones de empleo en muchas ramas industriales y la construcción, que surgen como resultado de los procesos de desregulación contractual y flexibilidad laboral. En efecto, la externalización de servicios y de fases de la producción, que bajo la forma de subcontrataciones llevan a cabo las empresas, provoca una precarización creciente de los puestos de trabajo con baja calificación, sin posibilidades de capacitación y que se basan en la realización de tareas simples y repetitivas (Zlolniski, 1994; Fernández-Kelly, 1991; Sassen, 1998; entre otros). Esta estrategia de subcontratación permite a las empresas enfrentar los retos de la competencia global, mejorando sus condiciones de competitividad y productividad. Sin embargo, esta degradación de las condiciones laborales termina expulsando a la mano de obra local de estos puestos de trabajo que han sido flexibilizados y desreglados, siendo reemplazada por fuerza de trabajo migrante, que con base en su condición de vulnerabilidad puede ser contratada bajo peores condiciones laborales, muchas veces sin posibilidades de sindicalizarse, sin contratos, con bajos salarios y con una alta inestabilidad laboral. Ahora bien, en este contexto de segmentación laboral y diferenciación ocupacional, podemos entender el incremento de trabajadores migrantes en empleos precarios y desvalorizados, como limpieza y mantenimiento de edificios, jardineros, lavaplatos, empleados en restaurantes, limpieza de casas, servicio doméstico, y otras ocupaciones similares de baja calificación. A partir de esta segmentación del mercado de trabajo, se cimienta una segmentación más amplia de la población en estratos sociales y culturales diferenciados y desiguales. Si bien los distintos estratos ocupacionales se configuran siguiendo la lógica económica que dicta el mercado a través de los procesos de desregulación y flexibilidad laboral, la composición de cada uno de estos estratos y segmentos ocupacionales no se rige por una lógica estrictamente económica, sino en función de procesos de diferen87

Alejandro I. Canales

ciación social extra-económicos, en especial factores de diferenciación cultural, étnica, demográfica, de género, y de condición migratoria (Canales, 2003). Estos factores de diferenciación social constituyen la base de las nuevas fronteras interiores que surgen con el proceso de globalización y que contribuyen a la segmentación de la estructura social en la sociedad contemporánea. Con base en estos factores de diferenciación social y en su inserción desigual en el mercado de trabajo, se configuran grupos de población con niveles distintos de vulnerabilidad social, situación que se agrava por un contexto estructural en el que los mecanismos de negociación política y social que surgieron en la sociedad industrial, y que tomaron forma en el Estado de Bienestar, han dejado de operar para los grupos más vulnerables. Este es el mecanismo por el que en la sociedad global, se crean y recrean minorías sociales y culturales, como la de los inmigrantes, cuya vulnerabilidad construida socialmente se traslada al mercado laboral bajo la forma de una desvalorización de su fuerza de trabajo, lo que implica también una desvalorización de sus condiciones de vida y reproducción social. Sin embargo, aunque se trata de trabajadores socialmente vulnerables, no por ello dejan de estar insertos en sectores económicos altamente modernizados y globalizados. En este marco la tesis que sostenemos es que la pobreza y precariedad de estos trabajadores no son el resultado de su exclusión del mercado de trabajo, sino que al contrario, son la forma en que ellos se integran en el mundo laboral. En el actual marco de desregulación económica y flexibilidad laboral, la modernización genera y reproduce sus propias formas de pobreza y precariedad, y donde la condición de vulnerabilidad social de los individuos, su condición de minoría social, demográfica y cultural construida con base en sus condiciones de género, etnia, migración, deja de ser el factor de riesgo que los expone a una posible exclusión económica, para convertirse en la condición necesaria para su inclusión. Si bien los distintos segmentos o estancos ocupacionales se configuran con una lógica económica dictada por el proceso de desregulación contractual y flexibilización laboral, quienes conforman cada uno de estos segmentos no lo hacen con esa lógica, sino en función de procesos de diferenciación cultural, étnica, demográfica, de género, y de condición migratoria, entre otras. En consecuencia, podemos ilustrar nuestra visión de la migración en la era de la globalización con la siguiente ecuación: 88

Los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos Segmentación laboral + diferenciación étnica-migratoria = vulnerabilidad social de los migrantes

Los niveles y tendencias de la migración latinoamericana a Estados Unidos Un primer aspecto que destaca es el gran crecimiento absoluto y relativo de la migración latinoamericana a Estados Unidos, especialmente a partir de 1980. En efecto, en los años sesenta el flujo migratorio neto fue de 800 mil personas, el cual se incrementó a 2.2 millones en los setenta. Asimismo, en los ochenta ascendió a más de 3.6 millones y alcanza su máximo en los noventa, donde se registra un flujo neto de más de 8 millones de migrantes latinoamericanos. Esta tendencia creciente en la migración latinoamericana, la convierte actualmente en la principal región de origen de los inmigrantes en Estados Unidos. En efecto, si en 1960 los latinoamericanos representaban menos de 20% del total de inmigrantes en Estados Unidos, en 2002 representaron prácticamente 50% del total de inmigrantes. Esto es, uno de cada dos inmigrantes en Estados Unidos proviene de algún país latinoamericano. Este gran crecimiento de la inmigración latinoamericana ya se refleja en la composición étnica de la población de Estados Unidos. En efecto, en 1960 los latinoamericanos representaban menos de 0.5% de la población norteamericana. En 2002, en cambio, representaron más de 6% de dicha población, a los cuales habría que agregar otro 4.3%, que corresponde a la población nacida en Estados Unidos, pero descendiente de padre o madre latinoamericana. De esta forma, actualmente en Estados Unidos una de cada diez personas es de origen latinoamericano, lo cual las constituye, junto con la población afroamericana, en una de las dos principales minorías étnicas en dicho país (véase cuadro 1). Desde siempre, México es el país latinoamericano que más inmigrantes aporta, aunque ha habido algunas modificaciones regionales en los últimos 45 años. En 1960, por ejemplo, 73% de los inmigrantes latinoamericanos residentes en Estados Unidos, provenía de México, mientras que el otro 27% se distribuía en formas más o menos iguales, entre las otras tres regiones: el Caribe, Centroamérica y Sudamérica. Para 1970, en cambio, se da una primera modificación como resultado del flujo migra89

Alejandro I. Canales

Cuadro 1 Estados Unidos, 1960-2002 Población Total e Inmigrantes por región de origen

Población Total No Inmigrantes Total Inmigrantes América Latina Otros Países

1960 180,671,158 ND ND 792,884 ND

1970 203,235,298 193,615,996 9,619,302 1,636,159 7,983,143

1980 226,545,805 212,465,705 14,080,100 3,942,354 10,137,746

1990 248,709,873 228,942,557 19,767,316 7,694,541 12,072,775

2002 282,081,971 249,017,141 34,443,112 17,359,799 17,083,312

Fuente: 1960, Pellegrino, 2003; 1970-1990, imila; 2002, CPS 2002,

torio proveniente de Cuba. De hecho, el Caribe pasa de aportar 12% de la migración latinoamericana en 1970 a 32% en 1970. A partir de entonces, la tendencia apunta a una reducción de la migración cubana, y a un incremento de la migración mexicana y centroamericana. En efecto, mientras que en 1960 América Central aportó sólo 6% de los emigrantes latinoamericanos a Estados Unidos, en 1990 contribuyó con 14% de ellos. Asimismo, México gradualmente tiende a recuperar Gráfica 1 su gran primacía, pasando de 47% en 1970 a 63% en el 2002. Población nacida en América Latina residente en Estados Unidos, por Región de Origen

Gráfica 1

El Caribe

El Caribe Población nacida en América Latina residente 12% Gráfica 1 Am. 32% Central Estados Unidos, por Región de Origen Población nacidaen en América Latina residente en Estados Unidos, 1970 1960 6% por Región de Origen

1960

México 73%

El Caribe México 12% Am. 73% Central 6% América del Sur 9%

América del Sur 9%

1970 México 47%

1990

México El Caribe 57% 17%

1990

Fuentes: 1960: A. Pellegrino, 2003. Am. Central 1970-1990: IMILA 14% 2002, CPS 2002

México

México 47% El Caribe 32%

El Caribe Am. 17% Central 7% América Am. del Sur Central 14%

América del Sur 2002 12% México

Am. Central 7% América del Sur1980

México 56%

2002

El Caribe México 14%63% Am. Central 12%

El Caribe 22%

1980

ElMéxico Caribe 56% 22%

El Caribe 14%

Am. Central 9% América del Sur

Am. Central 9%

Am. América del Central Sur 12% América del Sur 11%

América 57% 63% Al interior de cada región también se dan tendencias diferentes. Así por ejemplo, en América del Sur América 11% del Sur Central destaca el gran crecimiento de la migración salvadoreña, la que pasa de aportar 14% Fuentes: 1960: A. Pellegrino, 2003. 12% 1970-1990: IMILA de la emigración centroamericana en 1960, a contribuir con 46% en el 2002. Asimismo, en los 2002, CPS 2002 tres 1960: países Caribe2003. destaca el crecimiento de la emigración haitiana y dominicana, Fuentes: A.del Pellegrino, 1970-1990: imila, 2002, cps 2002. Al interior especialmente de cada región atambién se 1980. dan tendencias Asíy por ejemplo, América partir de Si en los diferentes. años sesenta setenta estosendos países aportaban Central destaca el gran crecimiento de la migración salvadoreña, la que pasa de aportar menos de 20% de la emigración, en 1980 eleva a 57% en 90 ya contribuyen con 30%, cifra que se 14% de la emigración centroamericana en 1960, a contribuir 46% enseel da 2002. en cambio los el 2002. Por último, en América del Surcon también unAsimismo, importante en la tres paísescomposición del Caribe de destaca el crecimiento de la emigración haitiana y dominicana, la emigración a Estados Unidos. En 1960 Argentina y Brasil aportaban 40% especialmente a partir de 1980. Si en los años setenta países aportaban de los emigrantes sudamericanos. Hoysesenta en día,yestos dosestos paísesdos contribuyen con sólo 10%. Por menos de 20% de la emigración, en 1980 ya contribuyen con 30%, cifra que se el contrario, Colombia y Ecuador que en 1960 contribuían coneleva 27%a 57% de laenemigración

Los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos

Al interior de cada región también se dan tendencias diferentes. Así por ejemplo, en América Central destaca el gran crecimiento de la migración salvadoreña, la que pasa de aportar 14% de la emigración centroamericana en 1960, a contribuir con 46% en el 2002. Asimismo, en los tres países del Caribe destaca el crecimiento de la emigración haitiana y dominicana, especialmente a partir de 1980. Si en los años sesenta y setenta estos dos países aportaban menos de 20% de la emigración, en 1980 ya contribuyen con 30%, cifra que se eleva a 57% en el 2002. Por último, en América del Sur también se da un importante cambio en la composición de la emigración a Estados Unidos. En 1960 Argentina y Brasil aportaban 40% de los emigrantes sudamericanos. Hoy en día, estos dos países contribuyen con sólo 10%. Por el contrario, Colombia y Ecuador que en 1960 contribuían con 27% de la emigración sudamericana, en el 2002 contribuyeron con más de 46% de ella. Por países, la emigración presenta no sólo tendencias, sino también niveles diferentes. En concreto, podemos identificar tres patrones o categorías de países con relación al nivel y tendencia de sus tasas de emigración a Estados Unidos. 1. Por un lado, están los países de alta emigración —México, El Salvador y los tres países del Caribe: Cuba, República Dominicana y Haití—. En estos tres casos, la tasa de migración es creciente y supera 6%. El caso extremo es El salvador, en donde actualmente 13% de su población reside en Estados Unidos. Asimismo, en el caso de México observamos que prácticamente 9.6% de su población reside en Estados Unidos. 2. Un segundo grupo lo conforman los demás países centroamericanos, junto con Ecuador, Colombia y Uruguay. En este caso, no todos los países muestran una tendencia creciente, aunque en todos la tasa de emigración es igual o superior a 2.5%, con excepción de Costa Rica, Colombia y Uruguay, donde es de 1.2% a 1.6%. 3. Por último, en los demás países de América del Sur las tasas de emigración son más reducidas. Destacan los casos de Perú y Bolivia con mayores tasas de emigración, aunque por debajo de 1%. En los demás países, la emigración involucra a menos de 0.4% de su población.

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Alejandro I. Canales

Gráfica 2 Tasas de emigración a Estados Unidos, por regiones Gráfica 2 y países de origen (1960-2002)

Tasas de Emigración a Estados Unidos, por Regiones y Países de Origen. 1960-2002 14%

SAL

1,0%

5% HON

12% MEX

10%

4%

NIC

ECU

R.D.

6%

PAN

HAITI 2%

C.R. URU

4%

COL

1%

2%

1960 1970 1980 1990 2002

0,6% CHI 0,4%

VEN ARG

0,2%

PAR

BRA

0,0%

0%

0%

BOL

GUAT

CUBA 3%

8%

PERU

0,8%

1960 1970 1980 1990 2002

1960 1970 1980 1990 2002

Fuentes: 1960: A. Pellegrino, 2003. Fuentes: 1960: A. Pellegrino, 2003. 1970-1990: imila, celade. 2002, cps 2002. 1970-1990: IMILA, Celade. 2002, CPS 2002

@SUBTITULO = El de la migración latinoamericana en Unidos Estados Unidos El destino de destino la migración latinoamericana en Estados La migración de origen latinoamericano suele concentrarse en determinados estados y ciudades La de migración la Unión Americana. De hecho, 67.9% de concentrarse los inmigrantes de origen latinoamericano suele en latinoamericanos deterreside enminados cuatro estados: Florida (13%), Texas (13%)67.9% y Nueva York estados California y ciudades (30.5%), de la Unión Americana. De hecho, (11.3%). de En los esosinmigrantes estados, además, los inmigrantes latinoamericanos representan latinoamericanos reside en cuatro estados: Califor-entre 10% (Nueva York) y 15% (California) deTexas la población de esosYork estados, a losEnque nia (30.5%), Florida (13%), (13%) y Nueva (11.3%). esoshabría que agregar aestados, sus descendientes directos, quienes representan entre 6% (Nueva York) y 13% además, los inmigrantes latinoamericanos representan entre (California) de(Nueva la población dichos estados. de la población de esos estados, a 10% York)de y 15% (California) Por el contrario, en más de la mitad de que conforman Unión Americana reside los que habría que agregar a los susestados descendientes directos,laquienes repremenos desentan 6% de entre los inmigrantes latinoamericanos, los que a su vez, representan menos de 2% 6% (Nueva York) y 13% (California) de la población de de la población dichos estados. Se trata principalmente de estados de la región del Oeste dichos en estados. medio (Midwest) y la regiónencentral sureste (East Central) como Tennessee, Iowa, Por el de contrario, más de la mitad deSouth los estados que conforman Nebraska,laWisconsin, Minnesota, Dakota del Norte y del Sur, Missouri, Ohio, Mississippi, Unión Americana reside menos de 6% de los inmigrantes latinoameAlabama,ricanos, Kentucky, Michigan e Indiana, entre otros. los que a su vez, representan menos de 2% de la población en OJO: NOdichos PUDEestados. MODIFICAR Se trata principalmente de estados de la región del Oeste

medio (Midwest) y de la región central sureste (East South Central) como Tennessee, Iowa, Nebraska, Wisconsin, Minnesota, Dakota del Norte y del Sur, Missouri, Ohio, Mississippi, Alabama, Kentucky, Michigan e Indiana, entre otros.

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Los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos

Mapa 1 Tasas de inmigración latinoamericana por estado (2002)

0-2% 2-4% 4-7.5% 7.5-12% 12-16%

Esta distribución de la inmigración latinoamericana en Estados Unidos, está, sin embargo, Fuente: elaboración propia con base en cps 2002. muy condicionada por las rutas migratorias de los países con mayor emigración, como México, Cuba y El Salvador. Si consideramos los principales destinos según la región de origen en Esta distribución de la inmigración latinoamericana en Estados Uni-respectivas América Latina, podemos identificar dos grandes patrones migratorios, con sus dos, está, sin embargo, muy condicionada por las rutas migratorias de loslos países variaciones para cada país. Por un lado, el patrón migratorio de México y de países con y, mayor como México, Cuba y El Salvador. Si concentroamericanos, por elemigración, otro, el de los países del Caribe y de América del Sur. losCalifornia principales la región de origen en América 1. En elsideramos primer caso, es,destinos sin duda,según el principal destino de la emigración mexicana y Latina, podemos identificar dos grandes patrones migratorios, con sus centroamericana. Por un lado, en el caso de México, y muy probablemente debido a su respectivas país. Porseundirige lado,aellos patrón migratorio condición limítrofe,variaciones gran parte para de lacada emigración estados fronterizos y del México y En de los países centroamericanos, y, por el de los países a la vez suroestede americano. particular, California recibe 43% de el losotro, migrantes mexicanos, del recibe Caribeotro y de 20% América del Sur. que Texas de ellos. Asimismo, aunque la emigración mexicana a estados como Illinois es de considerable —superior a las 250 mil personas 1. Eny Florida el primer caso, Californiamagnitud es, sin duda, el principal destino de la en cada caso—, en emigración términos relativos no ylocentroamericana. es tanto, pues representan 5% yde4% de la mexicana Por un lado,menos en el caso emigración mexicana, México, y respectivamente. muy probablemente debido a su condición limítrofe, gran Por su parte, en el de los países centroamericanos variantes en este parte decaso la emigración se dirige a los estadosidentificamos fronterizos y dos del suroesgran patróntemigratorio. lado, El California Salvador y recibe Guatemala, donde más de 45% de la americano.Por Enun particular, 43% de los migrantes emigración mexicanos, se dirige a California, y por otro recibe lado Honduras donde la migración a la vez que Texas otro 20%y Nicaragua, de ellos. Asimismo, se distribuyeaunque entre Florida (32%) y California (25%). En el caso de El Salvador, cabe la emigración mexicana a estados como Illinois y Floridaademás, es resaltar el flujo migratorio hacia los estados de la costa atlántica de la Unión Americana, de considerable magnitud —superior a las 250 mil personas en cada especialmente haciaen New Hampshire, Massachusetts y Maryland. caso—, términos relativos no lo es tanto, pues representan menos OJO: NO PUDE 5% y MODIFICAR 4% de la emigración mexicana, respectivamente.

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Por su parte, en el caso de los países centroamericanos identificamos dos variantes en este gran patrón migratorio. Por un lado, El Salvador y Guatemala, donde más de 45% de la emigración se dirige a California, y por otro lado Honduras y Nicaragua, donde la migración se distribuye entre Florida (32%) y California (25%). En el caso de El Salvador, además, cabe resaltar el flujo migratorio hacia los estados de la costa atlántica de la Unión Americana, especialmente hacia New Hampshire, Massachusetts y Maryland. Principales rutas migratorias de México a Estados Unidos

Volumen de flujo migratorio 4,206,193 2,005,301 de 250,000 a 600,000 de 100,000 a 250,000

Fuente: Elaboración propia con base en cps 2002. OJO: NO PUDE MODIFICAR OJO: NO PUDE MODIFICAR

Principales rutas migratorias de Centroamérica a Estados Unidos

Volumen de flujo migratorio 386,964 189,967 49,437 a 100,000

Fuente: Elaboración propia con base en cps 2002. 2. En el caso de los países de El Caribe y América del Sur, en cambio, los migrantes se dirigen 2. En el caso de los paísesdedelaEl Caribe y América del Sur, enFlorida cambio, los migrantes se dirigen 94 especialmente principalmente a los estados costa atlántica, y Nueva York. En el a los estados de una la costa atlántica, especialmente Florida Nueva York. En el casoprincipalmente de los países del Caribe, se da situación peculiar. Por un lado, 73% yde los cubanos caso paísesmientras del Caribe, da una situación 73% peculiar. Pordominicanos un lado, 73% de los reside ende la los Florida, quesepor el contrario, de los reside encubanos la reside en York-Nueva la Florida, mientras quehaitianos, por el contrario, 73%se de los dominicanos región Nueva Jersey. Los por su parte, distribuyen en partesreside más oen la región Nueva York-Nueva Jersey. Los haitianos, por su parte, se distribuyen en partes más o menos iguales entre ambas regiones.

Los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos

2. En el caso de los países de El Caribe y América del Sur, en cambio, los migrantes se dirigen principalmente a los estados de la costa atlántica, especialmente Florida y Nueva York. En el caso de los países del Caribe, se da una situación peculiar. Por un lado, 73% de los cubanos reside en la Florida, mientras que por el contrario, 73% de los dominicanos reside en la región Nueva York-Nueva Jersey. Los haitianos, por su parte, se distribuyen en partes más o menos iguales entre ambas regiones. Por su parte, entre los migrantes sudamericanos se da una mayor variabilidad, aunque en general suelen dirigirse hacia los estados de la costa atlántica. En particular, los casos más importantes y que muestran los patrones más extremos, son Ecuador y Colombia. Los migrantes ecuatoimportantes y que muestran los patrones más extremos, son Ecuador y Colombia. En el caso rianos estos siguen un patrón similar al de los dominicanos, de tal forma de los migrantes ecuatorianos, éstos siguen un patrón similar al de los dominicanos, de tal que casi 70% de ellos se dirige a la región de Nueva York-Nueva Jersey. forma que casi 70% de ellos se dirige a la región de Nueva York-Nueva Jersey. Por su parte, Por su parte, los migrantes colombianos siguen un patrón similar al de los migrantes colombianos siguen un patrón similar al de los haitianos, pues se dirigen tanto a los haitianos, pues se dirigen tanto a Florida (38%) como a la región de Florida (38%) como a la región de Nueva York-Nueva Jersey (33%). Nueva York-Nueva Jersey (33%). OJO: NO PUDE MODIFICAR Principales rutas migratorias de el Caribe a Estados Unidos

Volumen de flujo migratorio de 250,000 a 700,000 de 100,000 a 250,000 de 50,000 a 100,000

Fuente: Elaboración propia con base en cps 2002.

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Principales rutas migratorias de Sudamérica a Estados Unidos Volumen de flujo migratorio de 150,000 a 211,199 de 74,295 a 150,000 de 35,000 a 55,000

Fuente: Elaboración propia con base en cps 2002. @SUBTITULO = El perfil sociodemográfico de los migrantes latinoamericanos El perfil sociodemográfico de los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos, también muestra una relativa diversidad y heterogeneidad, segúnlatinoamericanos la región y país de origen. Por un El perfil sociodemográfico de los migrantes lado, se trata de una emigración masculina, de baja escolaridad; en otros hay una alta

El perfil sociodemográfico de los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos, también muestra una 11 relativa diversidad y heterogeneidad, según la región y país de origen. Por un lado, se trata de una emigración masculina, de baja escolaridad; en otros hay una alta proporción de población de la tercera edad, lo que indica que se trata de una migración que se renueva muy lentamente; y en otros casos hay una alta proporción de migrantes con alta escolaridad. En esta sección presentamos una breve caracterización sociodemográfica de los inmigrantes latinoamericanos, considerando tres aspectos: el índice de masculinidad, la edad y el nivel de escolaridad. Índice de masculinidad En relación con el índice de masculinidad, los migrantes latinoamericanos muestran una alta diversidad en función de su país de origen. Al respecto, podemos identificar cuatro grandes patrones, considerando tanto el nivel absoluto como sus variaciones en las últimas dos décadas. En primer lugar, considerando el nivel actual en la relación de masculinidad de la migración, podemos identificar cuatro grandes grupos de países: 96

Los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos

1. Por un lado, destacan los países de Bolivia, México y Guatemala, los que representan los casos de mayor migración masculina con un índice de masculinidad de más de 125 hombres por cada 100 mujeres. 2. Por otro lado, identificamos un grupo de 6 países en los que actualmente hay una leve primacía masculina, con índices de masculinidad que fluctúan entre 107 y 111 hombres por cada 100 mujeres, esto es, que los hombres representan entre 52% y 53% de los migrantes. En este grupo están Brasil, El Salvador, Ecuador, Haití, Nicaragua y Honduras. 3. Asimismo, en el caso de Uruguay, Cuba y Argentina hay prácticamente un equilibrio en la composición por sexo de la migración. En estos tres casos los hombres representan entre 49% y 50% de la migración, lo que se refleja en un índice de masculinidad que fluctúa entre 96 y 100 hombres por cada 100 mujeres. 4. Por último, están los países de mayor migración femenina. Tal es el caso de Chile, Costa Rica, Panamá, Colombia, Perú y República Dominicana. En estos 6 países los hombres representan menos de 46% de los migrantes, lo que arroja índices de masculinidad inferiores a 86 hombres por cada 100 mujeres. En este grupo destaca el caso de los dominicanos porque las mujeres representan casi 60% del total de los migrantes. Gráfica 3 Gráfica 3 Relación Masculinidad de Inmigrantes Relación dede Masculinidad de Inmigrantes Latinoamericanos, según de origen. Latinoamericanos, según paíspaís de origen. 2002. 2002 Rep. Domin.

Peru Colombia Panama Costa Rica Chile Cuba Argentina Uruguay Honduras Nicaragua Venezuela Haiti Ecuador El Salvador Brasil Guatemala Mexico Bolivia

Fuente: Cálculos propios con base en CPS, 2002.

Fuente: Elaboración propia con en cps 2002. En segundo lugar, al considerar labase evolución de la migración en las últimas dos décadas, observamos un hecho muy peculiar. En 1980 en todos los países, a excepción de México, se 97 En algunos casos, incluso, las mujeres trataba en general de una migración femenina. representaban más de 58% de los migrantes. Tal es el caso de Panamá, Nicaragua, Costa Rica y Honduras, países en los que el índice de masculinidad era inferior a los 75 hombres por cada 100 mujeres. A partir de ese año podemos identificar dos grandes patrones migratorios. Por un lado, países

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En segundo lugar, al considerar la evolución de la migración en las últimas dos décadas, observamos un hecho muy peculiar. En 1980 en todos los países, a excepción de México, se trataba en general de una migración femenina. En algunos casos, incluso, las mujeres representaban más de 58% de los migrantes. Tal es el caso de Panamá, Nicaragua, Costa Rica y Honduras, países en los que el índice de masculinidad era inferior a los 75 hombres por cada 100 mujeres. A partir de ese año podemos identificar dos grandes patrones migratorios. Por un lado, países que muestran una tendencia hacia la masculinización de su emigración, y por otro lado países que muestran la tendencia opuesta, esto es, hacia una feminización aún mayor de la que ya prevalecía en 1980. En el primer caso identificamos dos variantes. Primero, hay países en los que la tendencia hacia la masculinización es tan fuerte que logra revertir la primacía femenina existente en 1980. Tal es el caso de Bolivia, Guatemala, Brasil El Salvador, Ecuador, Haití, Nicaragua y Honduras. En todos estos casos se pasa de una migración predominantemente femenina en 1980, a una migración predominantemente masculina en 2002. Al respecto, destaca el caso de Bolivia, que actualmente muestra el patrón migratorio más masculinizado en toda la región. Por otro lado, en países como Cuba, Costa Rica y Panamá esta tendencia de masculinización de la migración es, sin embargo, mucho más débil, de tal modo que aún en 2002 se da una mayor presencia de migrantes mujeres, aunque menos predominante que en 1980. Por el contrario, hay un grupo de cuatro países —Chile, Perú, Colombia y República Dominicana— en los que se da la tendencia opuesta, esto es, hacia una aún mayor feminización de su migración. El caso extremo es el de República Dominicana, en donde la relación de masculinidad cae de un nivel de 80 hombres por 100 mujeres en 1980, a sólo 68 hombres por 100 mujeres en 2002 (véase gráfica 4). Cabe señalar dos excepciones a estos patrones migratorios. Por un lado, los migrantes de origen uruguayo y argentino muestran un comportamiento peculiar. En ambos casos, las variaciones en la relación de masculinidad son prácticamente insignificantes, de tal modo que se mantiene el equilibrio en cuanto a la composición por sexo de su migración. Por otro lado, destaca el caso de México, el cual es el único país en toda la región que desde siempre ha mostrado una mayor migración masculina, situación que se ha acentuado en las últimas dos décadas, ya que pasó de 98

Los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos

Gráfica 4 Tendencia en la Relación de Masculinidad, Gráfica 4 según países de origen. 1980-2002 Tendencia en la Relación de Masculinidad, según países de origen. 1980-2002. 140

110

130 MEX

BOL

BRA ECU NIC HON

100

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100

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70 DOM

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70

60 1980

1990

2002

60 1980

1990

2002

1980

1990

2002

Fuente: Cálculos propios con base en datos de IMILA y CPS, 2002.

Fuente: Cálculos propios con base en datos de imila y cps, 2002.

Cabe señalar dos excepciones a estos patrones migratorios. Por un lado, los migrantes de origen uruguayo y argentino muestran un comportamiento peculiar. En ambos casos, las variaciones en la relación de masculinidad son prácticamente insignificantes, de tal modo que un índice de masculinidad 111 hombresporpor mujeres se mantiene el equilibrio en cuantode a la composición sexocada de su100 migración. Por en otro1980, lado, el caso México, el cual es el único país en toda la región que desde siempre ha adestaca casi 125 ende2002. mostrado una mayor migración masculina, situación afirmar que se ha que acentuado en las últimas Considerando lo anterior, podemos a excepción de dos los décadas, ya que pasó de un índice de masculinidad de 111 hombres por cada 100 mujeres en casos de Argentina y Uruguay, el perfil sociodemográfico de la migración 1980, a casi 125 en 2002. latinoamericana muestra una afirmar gran dinámica que sedemanifiesta cambios Considerando lo anterior, podemos que a excepción los casos deen Argentina y Uruguay, el perfil de por la migración latinoamericana muestra el unahecho gran significativos ensociodemográfico su composición sexo. Al respecto, destaca dinámica manifiesta en cambios significativos en su composición Al respecto, que de que ser seuna emigración preferentemente femenina por en sexo. 1980, se haya destaca el hecho que de ser una emigración preferentemente femenina en 1980, se haya pasado a una situación más heterogénea en 2002, de tal forma que acpasado a una situación más heterogénea en 2002, de tal forma que actualmente podemos tualmente podemos países en masculina, los que prevalece migración identificar países en los queidentificar prevalece una migración a la vez que una en otros países se ha acentuado ela predominio unaotros migración femenina. masculina, la vez quedeen países se ha acentuado el predominio de @INCISO = Edad una migración femenina. Similar diversidad y heterogeneidad se presenta con relación a la estructura etárea de los inmigrantes latinoamericanos. En efecto, si consideramos que en prácticamente todos los casos se trata de una migración laboral, es entendible la gran ausencia de menores de 15 años. Edad Las dos únicas excepciones son Venezuela y Bolivia, países en los que se da una mayor proporción de migración infantil. En ambos casos la proporción de menores de 15 años es Similar diversidad y heterogeneidad se presenta con relación a la estruccercana a 15%. En todos los demás países, los niños representan menos de 10% de los tura etárea los casos, inmigrantes latinoamericanos. efecto,Cuba, si considemigrantes, y en de algunos incluso representan menos de 5% En —Ecuador, Haití, El Salvador que y Guatemala—. En este sentido, podemos identificar grandes patrones etáreos ramos en prácticamente todos los casos se tres trata de una migración en la migración latinoamericana: laboral, es entendible la gran ausencia de menores de 15 años. Las dos 1. Por un lado, un patrón migratorio esencialmente laboral. En este tipo se incluyen los únicas Venezuela y Guatemala, Bolivia, países en los que yseBrasil. da una migrantesexcepciones provenientes deson México, Honduras, El Salvador, Bolivia En mayor proporción de migración infantil. En ambos casosrepresentan la proporción todos estos casos los migrantes jóvenes en edades laborales (15 a 39 años) más de 56%menores de la migración dichos países, alcanzando en algunos casosdemás 66% (Honduras y de de 15 de años es cercana a 15%. En todos los países, los Guatemala). Se trata además de una migración laboral que se renueva constantemente,

niños representan menos de 10% de los migrantes, y en algunos casos, 99 14

Alejandro I. Canales

incluso representan menos de 5% —Ecuador, Cuba, Haití, El Salvador y Guatemala—. En este sentido, podemos identificar tres grandes patrones etáreos en la migración latinoamericana: 1. Por un lado, un patrón migratorio esencialmente laboral. En este tipo se incluyen los migrantes provenientes de México, Honduras, Guatemala, El Salvador, Bolivia y Brasil. En todos estos casos los migrantes jóvenes en edades laborales (15 a 39 años) representan más de 56% de la migración de dichos países, alcanzando en algunos casos 66% (Honduras y Guatemala). Se trata además de una migración laboral que se renueva constantemente, constituyendo un flujo migratorio recurrente y que se ha mantenido por muchas décadas. Esto explicaría la reducida presencia de menores de 15 años —a excepción de Bolivia— y de adultos mayores de 60 años. 2. Por otro lado, identificamos un patrón de envejecimiento de los inmigrantes, debido muy probablemente a su menor dinamismo y lenta renovación. Es el caso especialmente de la migración cubana, en tanto casi 44% de los migrantes son mayores de 60 años, y que muy probablemente emigraron de Cuba en la década de los años sesenta. Si bien en los años noventa ha habido un proceso de reimpulso al flujo migratorio cubano, éste no se dio en la magnitud y dimensiones necesarias para modificar la estructura etárea de la inmigración cubana ya establecida en Estados Unidos. En similar situación, aunque con menores niveles de envejecimiento, se encuentra la inmigración proveniente de Chile, Uruguay, Argentina y Panamá. En todos estos casos, los adultos mayores representan más de 17% de los inmigrantes de dichos países, cifra que supera ampliamente el promedio regional, e incluso está por encima del promedio en Estados Unidos. 3. Finalmente, identificamos un patrón intermedio entre estos dos extremos. Corresponde a la migración proveniente de República Dominicana, Nicaragua, Perú, Ecuador, Colombia, Haití y Costa Rica. En todos estos casos, la proporción de migrantes mayores de 60 años es superior a la que prevalece en el caso de los países de emigración laboral, pero inferior a la que prevalece en los países con migración envejecida. Asimismo, en todos estos casos la proporción de migrantes en edades laborales jóvenes (15 a 39 años) es significativamente inferior a la que prevalece en los países de migración laboral, pero también es sustancialmente superior a la que prevalece en los países del segundo grupo de migración envejecida. 100

inmigrantes de dichos países, cifra que supera ampliamente el promedio regional, e incluso está por encima del promedio en Estados Unidos. 3. Finalmente, identificamos un patrón intermedio entre estos dos extremos. Corresponde a la migración proveniente de República Dominicana, Nicaragua, Perú, Ecuador, Colombia, Haití y Costa Rica. En todos estos casos, la proporción de migrantes mayores de 60 años es superior a la que prevalece en el caso de los países de emigración laboral, pero inferior a la que Los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos prevalece en los países con migración envejecida. Asimismo, en todos estos casos la proporción de migrantes en edades laborales jóvenes (15 a 39 años) es significativamente ráfica 5laboral, pero también es sustancialmente Gmigración inferior a la que prevalece en los países de superior a la que prevalece en los países del segundo grupo de migración envejecida. Inmigrantes de origen latinoamericano por grandes Gráfica 5 grupos de edad y país de origen Inmigrantes de origen latinoamericano por grandes grupos de edad y país de origen

0-14

75%

CUB CHI ARG HAI COL URU CRC DOM PAN VEN ECU PER NIC SAL BRA GUA MEX BOL HON

15-39

50%

25%

40-59

0%

60 +

25%

50%

75%

Fuente: Cálculos propios con base en CPS 2002.

Fuente: Elaboración propia con base en cps 2002. @INCISO = Escolaridad La escolaridad es otro aspecto que permite distinguir distintos perfiles entre los inmigrantes latinoamericanos, y que dan cuenta de la presencia de diferentes patrones migratorios. En Escolaridad concreto, podemos afirmar que la imagen de que los inmigrantes latinoamericanos son de baja escolaridad y bajo perfil educativo es en realidad falaz. Lo que realmente sucede es que existe una amplia heterogeneidad en losque niveles de escolaridad, dependiendo del perfiles país de La escolaridad es otro aspecto permite distinguir distintos origen de la inmigración. De hecho, podemos agrupar los inmigrantes en tres grandes

entre los inmigrantes latinoamericanos, y que dan cuenta de la presencia de diferentes patrones migratorios. En concreto, podemos afirmar que la imagen de que los inmigrantes latinoamericanos son de baja escolaridad y 15 bajo perfil educativo es en realidad falaz. Lo que realmente sucede es que existe una amplia heterogeneidad en los niveles de escolaridad, dependiendo del país de origen de la inmigración. De hecho, podemos agrupar los inmigrantes en tres grandes categorías. Aquéllos con altos niveles de escolaridad, aquéllos de baja escolaridad, y los que se sitúan en niveles intermedios. 1. En el primer caso identificamos a los migrantes provenientes de Venezuela, Brasil, Argentina, Panamá, Perú, Chile y Bolivia. En todos estos casos, los inmigrantes con nivel de licenciatura completa o incluso posgrados, representan más de 30% de los migrantes mayores de 15 años; los venezolanos son el grupo más importante porque este grupo representa más de 43% del total de los inmigrantes venezolanos. Como se observa, se trata de una población inmigrante con alta escolaridad que es incluso superior al promedio de la población norteamericana. 101

categorías. Aquéllos con altos niveles de escolaridad, aquéllos de baja escolaridad, y los que se Alejandro I. Canales sitúan en niveles intermedios. 1. En2.el En primer caso identificamos losinmigrantes migrantes provenientes Venezuela, Brasil, el caso opuesto, esto es,a de con muy bajadeescolaridad, Argentina, Panamá, Perú, Chile y Bolivia. En todos estos casos, los inmigrantes con nivel de ubicamos a aquéllos provenientes de México, El Salvador, Honduras, licenciatura completa o incluso posgrados, representan más de 30% de los migrantes mayores Guatemala y República Dominicana. En todos estos casos, la proporde 15 años; los venezolanos son el grupo más importante porque este grupo representa más ción dede inmigrantes que venezolanos. no han concluido de preparatoria de 43% del total los inmigrantes Como el senivel observa, se trata de una(nipoblación vel medio o High School) representa más de 50% de los inmigrantes inmigrante con alta escolaridad que es incluso superior al promedio de la población mayores de 15 años, proporción que es muy superior no sólo respecto norteamericana. al que prevalece entre la población sinoubicamos además aalaquéllos 2. En el caso opuesto, esto es, de inmigrantes con norteamericana, muy baja escolaridad, quede presentan losSalvador, demás países latinoamericanos. Asimismo,Dominicana. la proprovenientes México, El Honduras, Guatemala y República En todos estos casos, ladeproporción de inmigrantes que no concluido el nivel deopreparatoria porción inmigrantes de estos países conhan nivel de licenciatura más (nivel medio High en School) representa de 50% de losdel inmigrantes mayores de 15 años, no ollega, el mejor de losmás casos, a 10% total de inmigrantes proporción que es muy superior no sólo respecto al que prevalece entre la población mayores de 15 años, cifra muy inferior al de otros países latinoamerinorteamericana, sino además al que presentan los demás países latinoamericanos. Asimismo, canos y al de la población norteamericana. la proporción de inmigrantes de estos países con nivel de licenciatura o más no llega, 3. Finalmente, habría un tercer grupo de inmigrantes con un nivel de en el mejor de los casos, a 10% del total de inmigrantes mayores de 15 años, cifra muy inferior al de escolaridad intermedio, y más cercano al que prevalece entre la pootros países latinoamericanos y al de la población norteamericana. blación norteamericana. Se trata de los inmigrantes provenientes de 2. Finalmente, habría un tercer grupo de inmigrantes con un nivel de escolaridad intermedio, Colombia, Costa Rica, Cuba, Se Ecuador Haití. y más cercano al que prevalece entreNicaragua, la poblaciónUruguay, norteamericana. trata deylos inmigrantes En particular, los inmigrantes colombianos muestran un nivel de provenientes de Colombia, Costa Rica, Nicaragua, Uruguay, Cuba, Ecuador y esHaití. En que es prácticamente igual al deunla población norteameri-que es particular,colaridad los inmigrantes colombianos muestran nivel de escolaridad cana,igual mientras los demás inmigrantes de este grupo muestran un prácticamente al de que la población norteamericana, mientras que los demás inmigrantes nivelmuestran escolar levemente inferior a ese inferior promedio, superior al superior de de este grupo un nivel escolar levemente a esepero promedio, pero al de los inmigrantes del segundo los inmigrantes del grupo. segundo grupo. OJO: NO PUDE MODIFICAR Gráfica 6 Gráfica 6 Inmigrantes latinoamericanos de 15 años, Inmigrantes latinoamericanos mayoresmayores de 15 años, según de escolaridad y país de origen según nivelnivel de escolaridad y país de origen. SAL MEX HON DOM GUA HAI ECU CUB URU NIC CRC COL Estados Unidos BOL CHI PER PAN ARG BRA VEN

0%

20%

Menos de High School

40%

60%

High School o Superior Incompleta

80%

100% Licenciatura o más

Fuente: Cálculos propios con base en CPS,

Fuente: Elaboración propia con base en cps 2002.

@SUBTITULO = El perfil socioeconómico de los inmigrantes latinoamericanos Aunque, como hemos señalado, existe una 102 amplia diversidad, especialmente en términos de escolaridad, edad y composición por sexo, en general los inmigrantes latinoamericanos enfrentan similares condiciones laborales enmarcadas en contextos de vulnerabilidad y

Los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos

El perfil socioeconómico de los inmigrantes latinoamericanos Aunque, como hemos señalado, existe una amplia diversidad, especialmente en términos de escolaridad, edad y composición por sexo, en general los inmigrantes latinoamericanos enfrentan similares condiciones laborales enmarcadas en contextos de vulnerabilidad y exclusión social. Al respecto, el análisis del perfil socioeconómico nos permitirá ilustrar la precariedad de las condiciones de vida y laborales que afectan a gran parte de la inmigración latinoamericana. Para ello, a continuación presentamos información estadística sobre la inserción laboral y nivel de ingreso de los inmigrantes latinoamericanos, que en gran medida describen estas condiciones de adversidad y precariedad. Ocupación Como hemos señalado en la primera sección, la migración latinoamericana en las últimas décadas, está directamente vinculada con los cambios en la dinámica y estructura del empleo y las ocupaciones, derivadas del proceso de globalización. Al respecto, un primer aspecto que permite ilustrar esta tesis es el carácter esencialmente laboral de la emigración latinoamericana, que se manifiesta, entre otras cosas, en el nivel de participación de los migrantes en la actividad económica. En efecto, en el caso de los hombres, por ejemplo, los inmigrantes latinoamericanos muestran sistemáticamente, una tasa de participación económica superior al de la población norteamericana. Las únicas dos excepciones son los migrantes cubanos y uruguayos, y que muy probablemente se deba a que se trata de una inmigración envejecida, con una importante proporción de inmigrantes mayores de 65 años. Cabe señalar que esta mayor tasa de actividad de los inmigrantes, se da incluso a pesar de las marcadas diferencias en los niveles de escolaridad que ya hemos documentado. En otras palabras, tanto los inmigrantes con altos niveles de escolaridad, como los de bajo nivel de escolaridad, muestran un alto nivel de participación en la actividad económica. Los inmigrantes panameños y ecuatorianos nos permiten ilustrar esta aseveración. En ambos casos, la tasa de actividad económica de los inmigrantes hombres es superior a 93%, aún cuando corresponden a migrantes con opuestos niveles de escolaridad. En el caso de la participación económica de las mujeres, la situación es algo compleja. Si bien en muchos casos las mujeres migrantes muestran 103

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menores tasas de actividad económica que las mujeres norteamericanas, tienen, sin embargo, un nivel de participación en la actividad económica que es muy superior a la que prevalece entre las mujeres de sus países de origen. Tal es el caso, por ejemplo, de las migrantes mexicanas. En México, la tasa de participación económica de las mujeres es inferior a 40%, mientras que entre las migrantes mexicanas es superior a 50%, ubicándose más próxima a la tasa de participación de las mujeres norteamericanas. Gráfica 7 Gráfica 7 TasasdedeParticipación Participación Económica, según país Tasas Económica, según país de origen de origen y sexo. 2002. y sexo (2002) CUB URU DOM ARG

Mujeres

Hombres

Estados Unidos COL HON VEN BRA PER CRC NIC HAI CHI MEX SAL BOL GUA ECU PAN 100%

75%

50%

25%

0%

Fuente: Estimaciones propias con base en CPS, 2002.

25%

50%

75%

100%

Fuente: podemos Elaboración afirmar propia conque base en 2002. De esta forma, loscps factores laborales motivan la inmigración latinoamericana. Por lo mismo, está expuesta a las condiciones de vulnerabilidad y precariedad que caracterizan a las afirmar transformaciones en ellaborales mercado de trabajo De esta forma, podemos que los factores motivan norteamericano, mismas que surgen de los procesos de globalización y flexibilidad laboral, y la inmigración latinoamericana. Por lo mismo, está expuesta a las condique se manifiestan en vulnerabilidad la segmentación y polarización decaracterizan las ocupaciones de la estructura del ciones de y precariedad que a lasy transformaempleo. ciones en el mercado de trabajo norteamericano, mismas que surgen de En efecto, en los casos la proporciónyde inmigrantes ocupados ense puestos no calificados lostodos procesos de globalización flexibilidad laboral, y que manifiestan supera al promedio de la población ocupada en de Estados Unidos, conyladeúnica excepción de los en la segmentación y polarización las ocupaciones la estructura inmigrantes del panameños. empleo. El caso extremo es el de los inmigrantes mexicanos, en tanto más de la mitad se emplean en ocupaciones precarias no calificadas. Similar situación afecta a más En efecto, en todos los casos lay proporción de inmigrantes ocupados de 45% deen lospuestos inmigrantes de El Salvador, Honduras, Guatemala y Ecuador, que está no calificados supera al promedio de la población ocupada en ocupado en Estados empleosUnidos, no calificados. con la única excepción de los inmigrantes panameños. El Asimismo, lo opuesto sucede extremo de la estructura ocupacional. efecto, sólo caso extremo es elen deellosotro inmigrantes mexicanos, en tanto más de laEn mitad en los casos de los inmigrantes de Chile, Argentina y Panamá, la proporción que está en puestos de alto nivel de calificación (profesionales 104 y directivos de empresas) es superior al promedio de la población norteamericana. El caso de México nuevamente es paradigmático. Menos de 6% de los inmigrantes mexicanos está en puestos profesionales y directivos, cifra que es casi 6 veces inferior a la que prevalece entre la población nacida en Estados Unidos. Asimismo, aunque a niveles algo menos dramáticos, esta situación se repite en la inmigración

Los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos

se emplean en ocupaciones precarias y no calificadas. Similar situación afecta a más de 45% de los inmigrantes de El Salvador, Honduras, Guatemala y Ecuador, que está ocupado en empleos no calificados. Asimismo, lo opuesto sucede en el otro extremo de la estructura ocupacional. En efecto, sólo en los casos de los inmigrantes de Chile, Argentina y Panamá, la proporción que está en puestos de alto nivel de calificación (profesionales y directivos de empresas) es superior al promedio de la población norteamericana. El caso de México nuevamente es paradigmático. Menos de 6% de los inmigrantes mexicanos está en puestos profesionales y directivos, cifra que es casi 6 veces inferior a la que prevalece entre la población nacida en Estados Unidos. Asimismo, aunque a niveles algo menos dramáticos, esta situación se repite en la inmigración proveniente de casi todos los países latinoamericanos. Gráfica 8 Población Ocupada, según Calificación Gráfica 8 en la Ocupación y Paísen delaOrigen Población Ocupada, según Calificación Ocupación y País de Origen. No Calificados

Semi Calific. Técn.y Administ. Profesional y Directivos

PAN CHI VEN Estados Unidos BOL PER ARG NIC CUB HAI CRC COL DOM BRA URU ECU GUA HON SAL MEX

100%

80%

60%

40%

20%

0%

20%

40%

60%

80%

100%

Fuente: Cálculos propios con base en CPS,

Fuente: Elaboración propia con base en cps 2002.

En síntesis, los inmigrantes latinoamericanos tienden a estar empleados en aquellas ocupaciones de menor calificación, que por lo mismo son las más precarias, desreguladas e En Puede síntesis, los inmigrantes latinoamericanos tienden estara empleainestables. pensarse que esta segregación ocupacional se adebe que, en general, los dos en aquellas ocupaciones de menor calificación, que poryloformación mismo son inmigrantes latinoamericanos tienen menor nivel de preparación profesional, y más desreguladas inestables. pensarse que esta seno las tanto a precarias, su condición migratoria. eSin embargo,Puede los datos son elocuentes y refutan esta gregación ocupacional se debe a que, en general, los inmigrantes latinoaposible hipótesis. En efecto, al comparar la estructura de losy inmigrantes latinoamericanos mericanos tienen menor nivel ocupacional de preparación formación profesional, y respecto a la población nacida en Estados Unidos, incluyendo el nivel escolar de la población ocupada, encontramos que entre los de alta y baja 105 escolaridad se reproduce la tendencia ya señalada, o sea, que los inmigrantes latinoamericanos están empleados predominantemente en puestos de menor calificación. Como se ilustra en la siguiente gráfica, en casi todos los casos de la población con baja

Alejandro I. Canales

no tanto a su condición migratoria. Sin embargo, los datos son elocuentes y refutan esta posible hipótesis. En efecto, al comparar la estructura ocupacional de los inmigrantes latinoamericanos respecto a la población nacida en Estados Unidos, incluyendo el nivel escolar de la población ocupada, encontramos que entre los de alta y baja escolaridad se reproduce la tendencia ya señalada, o sea, que los inmigrantes latinoamericanos están empleados predominantemente en puestos de menor calificación. Como se ilustra en la siguiente gráfica, en casi todos los casos de la población con baja escolaridad (sin High School completa), la proporción de inmigrantes latinoamericanos empleados en puestos de muy baja calificación es significativamente superior a la que prevalece en la población no migrante con igual nivel de escolaridad. Por el contrario, en el caso de la población con alta escolaridad (universitaria completa o más), se da la situación opuesta, esto es, la proporción de inmigrantes latinoamericanos empleados en puestos con calificación acorde a su nivel escolar, es significativamente inferior al promedio norteamericano, con similar nivel y formación profesional. Gráfica 9 Gráfica 9 Población ocupada segúnnivel nivel escolaridad Población ocupada según de de escolaridad y calificación en la ocupación, por país de origen y calificación en la ocupación, por país de origen Población con baja escolaridad (sin High School ) Otros Trabajos

100% 80%

Fuente:

Población con alta escolaridad (Universitaria o más)

Muy Baja Calificación Muy Alta Calificación

Otros Trabajos

VEN URU PER ECU COL CHI BRA BOL ARG HAI DOM CUB PAN NIC HON GUA SAL CRC MEX

60%

40%

20%

0%

20%

Fuente: Cálculos propios con base en CPS, 2002 Elaboración propia con base en cps 2002.

40%

60%

80% 100%

@INCISO = Ingresos Esta segregación ocupacional se manifiesta, entre 106 otras cosas, en los ingresos que percibe la población latinoamericana en Estados Unidos. En efecto, el ingreso anual que en promedio perciben los inmigrantes latinoamericanos mayores de 15 años es de 21.3 mil dólares, cifra que es 35% inferior al promedio que percibe la población nacida en Estados Unidos. Asimismo, al desagregar esta relación por país de origen, se observa que sólo los inmigrantes

Los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos

Ingresos Esta segregación ocupacional se manifiesta, entre otras cosas, en los ingresos que percibe la población latinoamericana en Estados Unidos. En efecto, el ingreso anual que en promedio perciben los inmigrantes latinoamericanos mayores de 15 años es de 21.3 mil dólares, cifra que es 35% inferior al promedio que percibe la población nacida en Estados Unidos. Asimismo, al desagregar esta relación por país de origen, se observa que sólo los inmigrantes panameños y nicaragüenses perciben un ingreso superior al promedio norteamericano. En todos los demás casos, el ingreso promedio es inferior. Destacan los casos de los inmigrantes provenientes de Honduras, República Dominicana, Guatemala, México, El Salvador y Cuba, quienes perciben in ingreso que es más de 40% inferior al promedio norteamericano. Asimismo, en el caso de los inmigrantes de Costa Rica, Haití, Ecuador, Perú, Uruguay y Bolivia, el ingreso promedio de los inmigrantes es entre 20% y 25% inferior al promedio de la población norteamericana. Gráfica 10 Gráfica 10 Ingreso promedio de población perceptora Ingreso anualanual promedio de población perceptora de ingresos, de ingresos, por país de origen de los inmigrantes por país de origen de los inmigrantes. 40,000 35,000

USA

30,000 25,000 20,000 15,000 10,000 5,000 0 PAN NIC VEN COL CHI ARG BRA BOL URU PER ECU HAI CRC CUB SAL MEX GUA DOM HON Fuente: Estimaciones propias con base en CPS, 2002.

Fuente: Elaboración propia enfatizar con base en que cps 2002. Ahora bien, resulta relevante esta diferencia se reproduce, con algunas excepciones, para cada estrato ocupacional, lo cual refleja que se trata efectivamente, de un fenómeno de segregación laboral en contra de la inmigración latinoamericana. bien, enfatizar que esta diferencia se por reproduce, En efecto,Ahora sólo en el resulta caso derelevante las personas empleadas como técnicos, un lado, y en la condealgunas excepciones, para cada estratolatinoamericanos ocupacional, lo perciben cual refleja preparación alimentos, por el otro, los inmigrantes en promedio un ingreso superior al de la población norteamericana. En todos los demás casos, sin 107 embargo, se mantiene la segregación en contra de los inmigrantes latinoamericanos. Cabe señalar además que esta segregación se da tanto en los empleos de muy alta calificación (ejecutivos y directivos) como en los menos calificados (trabajadores manuales y jornaleros agrícolas).

Alejandro I. Canales

que se trata efectivamente, de un fenómeno de segregación laboral en contra de la inmigración latinoamericana. En efecto, sólo en el caso de las personas empleadas como técnicos, por un lado, y en la preparación de alimentos, por el otro, los inmigrantes latinoamericanos perciben en promedio un ingreso superior al de la población norteamericana. En todos los demás casos, sin embargo, se mantiene la segregación en contra de los inmigrantes latinoamericanos. Cabe señalar además que esta segregación se da tanto en los empleos de muy alta calificación (ejecutivos y directivos) como en los menos calificados (trabajadores manuales y jornaleros agrícolas). Asimismo, el mayor grado de segregación se da en el caso de los empleados en labores de supervisión y servicios de ventas, y entre los trabajadores manuales calificados, en tanto el ingreso anual promedio de los inmigrantes latinoamericanos es, respectivamente, 39.6% y 33.6% inferior al de la población norteamericana empleada en las mismas ocupaciones. De igual manera, en estos dos grupos de ocupación se emplea 20% de los trabajadores inmigrantes latinoamericanos. Cuadro 2 Ingreso Anual Promedio según condición migratoria y grupos de ocupación (dólares a precios de 2002) Grupos de Ocupación Directivos y Ejecutivos Profesionales Técnicos Supervisores y Servs. Ventas Oficios Calificados de la Construcción Servicios de Protección Apoyo Administrativo Trabajador Manual Calificado Transporte de materiales Servicios Personales Preparación Alimentos Trabajador Manual No Calificado Ayudante y otros no Calificados Jornalero Agrícola

Norteamericanos Inmigrantes no Inmigrantes Latinoamericanos 63,291 46,617 55,022 52,629 39,773 43,370 41,385 25,017 35,688 26,235 37,970 25,598 27,341 24,432 36,466 24,196 32,973 26,696 19,348 16,309 13,093 16,282 28,033 20,485 20,088 18,593 20,627 16,053

Fuente: Cálculos propios con base en cps 2002.

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Diferencia Porcentual -26.30% -4.40% 9.00% -39.60% -26.50% -32.60% -10.60% -33.60% -19.00% -15.70% 24.40% -26.90% -7.40% -22.20%

Los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos

Si bien los datos anteriores corresponden a promedios agregados, al desagregar la diferencia en los ingresos por país de origen de los inmigrantes, se observa que esta situación de segregación laboral es común a casi todos los inmigrantes latinoamericanos, aunque en unos casos es de mayor gravedad. Tal es el caso de lo inmigrantes mexicanos y centroamericanos, quienes no sólo están expuestos a una situación de segregación en casi todos los estratos ocupacionales, sino además son los que perciben un menor nivel de ingresos, incluso con relación a los demás inmigrantes latinoamericanos. Por su parte, en el caso de los inmigrantes del Caribe la mayor segregación se da en las ocupaciones de alta calificación, pero se reduce hasta casi anularse en el caso de las ocupaciones de más baja calificación. Finalmente, en el caso de los inmigrantes sudamericanos la situación es más diversa y heterogénea. Así por ejemplo, en el caso de los inmigrantes colombianos y, en menor medida los ecuatorianos, prácticamente no se observa una diferencia de ingresos respecto al promedio norteamericano, en ninguno de los estratos ocupacionales. En situación opuesta se encuentran los inmigrantes chilenos, quienes perciben un ingreso menor al promedio norteamericano en todos los estratos ocupacionales. Por último, en el caso de los demás países se da una situación intermedia, puesto que en general perciben un ingreso menor que el promedio de los norteamericanos, pero no en todos los estratos ocupacionales (véase gráfica 11). Esta situación de segregación laboral se refleja directamente en las condiciones de vida de la población de origen latinoamericano en Estados Unidos. En efecto, mientras que entre los inmigrantes latinoamericanos perceptores de ingresos, 15% de ellos tiene ingresos que se ubica por debajo de la línea de la pobreza, a la vez que en otro 16% su ingreso es menor a 1.5 veces la línea de pobreza, entre la población norteamericana sólo 7.6% y 7.4% se ubica en tales estratos de ingresos, respectivamente. Esto es, entre los inmigrantes latinoamericanos la incidencia de la pobreza es más de dos veces superior al promedio de los estadounidenses. Esta situación se reproduce con algunas pequeñas variantes en los inmigrantes de todos los países latinoamericanos. En el caso de los inmigrantes bolivianos y costarricenses, si bien la proporción que se ubica por debajo de la línea de pobreza es menor, en ambos casos la proporción de inmigrantes que se ubican por debajo de 1.5 veces la línea de pobreza es significativamente superior al promedio norteamericano. Una situación similar ocurre en el caso de los inmigrantes de Nicaragua, Chile, Perú, Ecuador, Venezuela y Haití. En todos estos países, si 109

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Gráfica 11 Gráfica 11 Ingreso promedio de inmigrantes latinoamericanos Ingreso promedio de inmigrantes latinoamericanos comoproporción proporción ingreso promedio en Estados Unidos, como deldel ingreso promedio en Estados Unidos, según tipo deyocupación y país de origen según tipo de ocupación país de origen. Ocupaciones de Alto Nivel de Calificación

150% 100% 50% 0%

MEX CRC SAL GUA HON NIC PAN CUB DOM HAI ARG BOL BRA CHI COL ECU PER URU VEN 150%

Ocupaciones de Nivel Medio de Calificación

100% 50% 0% MEX CRC SAL GUA HON NIC PAN CUB DOM HAI ARG BOL BRA CHI COL ECU PER URU VEN 150%

Ocupaciones de Bajo Nivel de Calificación

100% 50% 0% MEX CRC SAL GUA HON NIC PAN CUB DOM HAI ARG BOL BRA CHI COL ECU PER URU VEN Fuente: Estimacines propias con base en CPS, 2002.

Fuente: Estimaciones propias con base en cps, 2002.

Esta situación de segregación laboral se refleja directamente en las condiciones de vida de la población de origen latinoamericano en Estados Unidos. En efecto, mientras que entre los bien la proporción de inmigrantes situados debajo línea de pobreza inmigrantes latinoamericanos perceptores de ingresos, 15% de de la ellos tiene ingresos que se es igual o de levemente superior al promedio norteamericano, todosesellos ubica por debajo la línea de la pobreza, a la vez que en otro 16% su en ingreso menor a 1.5 veces lala línea de pobreza, entre la población norteamericana proporción de inmigrantes ubicados por debajo desólo 1.5 7.6% vecesyla7.4% líneasedeubica en tales estratos desupera ingresos, respectivamente. Esto es, entre los inmigrantes pobreza ampliamente el promedio de Estados Unidos.latinoamericanos la incidencia de la pobreza es más de dos veces superior al promedio de los estadounidenses. Finalmente, los inmigrantes de Cuba, Honduras, México y República Esta situación se reproduce con algunas pequeñas variantes en los todos los Dominicana presentan la situación extrema. En efecto, inmigrantes más de 30%dede países latinoamerpicanos. el caso de se losubica inmigrantes bolivianos costarricenses, si bien la los inmigrantes deEn estos países por debajo de 1.5yveces la línea de proporción que se ubica por debajo de la línea de pobreza es menor, en ambos pobreza, a la vez que más de 15% de los inmigrantes se ubica por debajocasos la proporción de inmigrantes que se ubican por debajo de 1.5 veces la línea de pobreza es de la línea de pobreza. significativamente superior al promedio norteamericano. Los inmigrantes de los demás países de América Latina se ubican en Una situación similar ocurre en el caso de los inmigrantes de Nicaragua, Chile, Perú, situaciones intermedias, destacándose, por un lado, los casos de Brasil y Ecuador, Venezuela y Haití. En todos estos países, si bien la proporción de inmigrantes Panamá, inmigrantes se ubica por debajo de la al línea situados debajo ya deque la 14% línea de delos pobreza es igual o levemente superior promedio de pobreza, y, por otro lado, el de Uruguay porque más de 25% de los norteamericano, en todos ellos la proporción de inmigrantes ubicados por debajo dein1.5 veces la línea de pobreza supera ampliamente el promedio de Estados Unidos. 110 México y República Dominicana presentan Finalmente, los inmigrantes de Cuba, Honduras, la situación extrema. En efecto, más de 30% de los inmigrantes de estos países se ubica por debajo de 1.5 veces la línea de pobreza, a la vez que más de 15% de los inmigrantes se ubica por debajo de la línea de pobreza.

Los inmigrantes de los demás países de América Latina se ubican en situaciones intermedias, destacándose, por un lado, los casos de Brasil y Panamá, ya que 14% de inmigrantes se Los inmigrantes latinoamericanos en los Estados Unidos ubica por debajo de la línea de pobreza, y, por otro lado, el de Uruguay porque más de 25% migrantes se entre ubica 1entre y 1.5 veces la de línea de la pobreza, a loshay que haysumar de los inmigrantes se ubica y 1.51veces la línea la pobreza, a los que que que sumar 11% se ubica por debajo de la línea de pobreza. otro 11% que se ubica porotro debajo deque la línea de pobreza. OJO: NO PUDE MODIFICAR Gráfica 12 Gráfica 12 Inmigrantes latinoamericanos según de ingresos Inmigrantes latinoamericanos según nivel denivel ingresos de 15 peceptores de ingresos) (mayores de(mayores 15 años peceptores de años ingresos) CRC BOL NIC CHI PAN COL BRA PER SAL ECU GUA VEN ARG HAI CUB HON URU MEX DOM

Menos de Línea Pobreza Menor a 1.5 Línea Pobreza

0%

5%

10%

15%

20%

25%

30%

35%

40%

Fuente: Estimaciones propias con base en CPS, 2002

Fuente: Estimaciones propias con base en cps, 2002. @SUBTITULO = Conclusión La migración internacional es uno de los signos que mejor ilustra las desigualdades estructurales entre países y regiones asociadas a los procesos de globalización. Estas desigualdades Conclusión se manifiestan en la inequidad en el acceso a bienes y servicios. América Latina no es ajena a estos procesos, de tal forma que actualmente la movilidad de la población La migración de internacional es uno de los signos que mejor ilustra lasy desadquiere una multiplicidad formas, modificando y diversificando sus orígenes destinos, estructurales entre países y de regiones asociadas a los procesos contribuyendoigualdades a la configuración de una diversidad patrones migratorios cada vez más de globalización. desigualdades la inequidad en los complejos y dinámicos. Todo elloEstas nos lleva a plantearse la manifiestan necesidad deen revisar y reformular el acceso a bienes y servicios. América no es ajena a estos proceesquemas de análisis, categorización y comprensión de Latina este fenómeno en América Latina. sos, de tal forma que actualmente la movilidad de de la población Uno de los aspectos más relevantes en la transformación dinámica adquiere migratoria en una multiplicidad de formas, modificando y diversificando sus orígenes y de América Latina, es que ha pasado de ser una región de atracción migratoria a una región destinos, contribuyendo a lamarcha configuración de al unaNorte diversidad de patronesa los emigración, contribuyendo a esta gran del Sur que caracteriza migratorios cada vez era másdecomplejos y dinámicos. Todo ello nos lleva a movimientos poblacionales en esta globalización. Una particularidad de la migración plantear revisar y reformular los esquemas de análisis,tanto latinoamericana, es que la nonecesidad sólo se ha de intensificado, sino que también se ha extensificado, y comprensión de este fenómeno en América Latina. en términos decategorización sus orígenes como de sus destinos y modalidades migratorias. Si hasta los años Uno de los aspectos más en la transformación de la ydinásesenta la emigración latinoamericana erarelevantes casi exclusivamente intraregional, se daba mica migratoria enlimítrofes, América Latina, queen ha cambio, pasado de ser una señalar región dos fundamentalmente entre países hoy enesdía, podemos importantes modificaciones. Por un lado, estos desplazamientos intraregionales se han 111 extendido más allá de los flujos transfronterizos y, por otro lado, los desplazamientos hacia el mundo desarrollado se han incrementado en forma exponencial, especialmente Estados Unidos y más recientemente Europa, Japón y Australia (Pellegrino y Martínez, 2001). En este trabajo hemos querido documentar con información estadística reciente las

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de atracción migratoria a una región de emigración, contribuyendo a esta gran marcha del Sur al Norte que caracteriza a los movimientos poblacionales en esta era de globalización. Una particularidad de la migración latinoamericana, es que no sólo se ha intensificado, sino que también se ha extensificado, tanto en términos de sus orígenes como de sus destinos y modalidades migratorias. Si hasta los años sesenta la emigración latinoamericana era casi exclusivamente intraregional, y se daba fundamentalmente entre países limítrofes, hoy en día, en cambio, podemos señalar dos importantes modificaciones. Por un lado, estos desplazamientos intraregionales se han extendido más allá de los flujos transfronterizos y, por otro lado, los desplazamientos hacia el mundo desarrollado se han incrementado en forma exponencial, especialmente Estados Unidos y más recientemente Europa, Japón y Australia (Pellegrino y Martínez, 2001). En este trabajo hemos querido documentar con información estadística reciente las características de la emigración de latinoamericanos a Estados Unidos, el cual constituye actualmente el principal flujo migratorio en la región. En particular, la hipótesis subyacente que hemos detallado en la primera sección de este documento es que esta nueva emigración de latinoamericanos hacia la principal economía del mundo desarrollado se asocia directamente con las transformaciones en la estructura productiva y del mercado laboral en dicha economía, como consecuencia de los procesos de polarización y segmentación del empleo que acompañan a la globalización. En este sentido, la inserción laboral de los inmigrantes en la economía estadounidense se ve condicionada por los procesos de desregulación contractual y flexibilidad laboral de los mercados de trabajo, dando así origen a nuevas formas de diferenciación y segregación laboral (Stalker, 2000). En efecto, las distintas formas de flexibilidad laboral inciden directamente en la estructura de ocupaciones, el nivel de empleo y salarios, y el sistema de relaciones laborales. Como la estructura ocupacional se transforma, se favorecen los empleos a tiempo parciales, a domicilio y otras formas de subcontratación. Esto lleva necesariamente a una precarización del empleo y una mayor vulnerabilidad del trabajador ante estas nuevas condiciones de funcionamiento del mercado laboral. Esta heterogeneidad resultante constituye, sin embargo, la base de las nuevas formas de polarización y segmentación de los mercados laborales, y sobre la que se configuran diversas formas de exclusión, discriminación y segregación social, que afecta, entre otros, a los trabajadores migrantes. En particular, esta estrategia de flexibilidad y desregulación laboral es la 112

Los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos

base de una nueva oferta de puestos de trabajo para la población migrante, situación que por lo mismo tiene implicaciones directas sobre la dinámica de la migración y sus cambios en la última década. De esta forma entonces podemos explicar no sólo el crecimiento de la migración, sino también sus nuevas modalidades, perfiles sociodemográficos y condiciones de empleo, los cuales hemos documentado en secciones anteriores. En cuanto a las tendencias de la emigración latinoamericana a Estados Unidos, en general, hay un incremento de la emigración en todos los países, aunque no en la misma proporción. Sin duda, la migración mexicana es la de mayor magnitud, aportando actualmente más de 60% de la emigración latinoamericana a dicho país. No obstante, ponemos énfasis en dos consideraciones. Por un lado, los países pequeños aportan un creciente número de emigrantes. Tal es el caso de El Salvador, por ejemplo, que es el país que presenta la mayor tasa de emigración a Estados Unidos. Por otro lado, a diferencia de la emigración mexicana que se concentra exclusivamente en desplazamientos a Estados Unidos, en el resto de América Latina la situación es más compleja. En particular, para los dominicanos, ecuatorianos, peruanos, colombianos y más recientemente argentinos, Europa es un destino tanto o más importante que Estados Unidos. Asimismo, en relación con los destinos en Estados Unidos, la situación es ambivalente. Por un lado, por lo general existe una amplia concentración de la inmigración en determinados estados: California, Florida, Texas y Nueva York. Por otro lado, hay una importante diferenciación regional en cuanto a estos destinos. Mientras los inmigrantes mexicanos y centroamericanos se dirigen principalmente a California, Texas y en menor medida a los estados de la costa atlántica, los inmigrantes del Caribe y Sudamérica, en cambio, muestran el patrón opuesto, al dirigirse principalmente a Florida y Nueva York, y en mucho menor medida a los estados del suroeste. En relación con perfil sociodemográfico, hay una compleja diversidad de situaciones. En general, se trata de una emigración de carácter laboral que por lo mismo involucra esencialmente a personas de edades jóvenes (15 a 39 años), aunque se dan algunas excepciones, siendo el caso más extremo el de la emigración cubana, la que si bien se ha renovado en la última década, como consecuencia de la crisis que afectó a su economía en los años noventa, el nuevo flujo migratorio no ha sido suficiente para revertir el proceso de envejecimiento de la población cubana residente en Estados Unidos. 113

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Asimismo, hay una amplia diversidad de situaciones con relación a la composición de la migración. Mientras en general la emigración se ha masculinizado, hay algunos casos en que se da el proceso inverso. Destacan en especial los casos de la emigración colombiana, dominicana y peruana, tanto porque se trata de migraciones de magnitud importante, como por el gran peso que tienen en ella las mujeres. En relación con la inserción laboral de los inmigrantes latinoamericanos, sin embargo, la situación ya no es tan heterogénea y diversa. En concreto, podemos señalar que con las debidas excepciones, los latinoamericanos tienden a estar expuestos a diferentes condiciones de precariedad laboral y segregación ocupacional. Al respecto, los datos que hemos presentado nos permiten documentar esta situación de segregación laboral, al menos desde dos dimensiones. Por un lado, los inmigrantes latinoamericanos, aun cuando tengan similares niveles de capacitación y educación que los trabajadores norteamericanos, tienden, sin embargo, a ser relegados a puestos de menor calificación, más precarios, inestables y vulnerables. Por otro lado, los inmigrantes latinoamericanos sistemáticamente perciben menores remuneraciones e ingresos que el promedio de los trabajadores norteamericanos, aun cuando están en los mismos empleos y ocupaciones. De esta forma, los inmigrantes latinoamericanos son segregados laboralmente hacia diversas ocupaciones de bajos salarios, destacándose las siguientes: 1. El mercado urbano más importante, sin duda, es el de servicios intensivos en trabajo que incluye oficios en restaurantes y como repartidores, mensajeros y otros servicios de consumo. 2. En industrias que tradicionalmente se han abastecido de mano de obra migrante, tales como ropa y vestido, las mujeres suelen ser la fuerza de trabajo predominante. 3. Un tercer tipo es el autoempleo en la economía informal o de venta en la calle. Un ejemplo es la venta de flores en el centro y el metro de Manhattan, así como en las principales ciudades. 4. Un cuarto tipo de empleo es el trabajo por día. Este es más o menos reciente y reproduce los patrones de contratación de trabajadores migrantes en la agricultura del sur de California. 5. Un caso particular es el de los jornaleros agrícolas mexicanos, quienes aportan más de 25% de la fuerza de trabajo agrícola, cifra que se incrementa a más de 50% en estados como California. Cabe señalar 114

Los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos

que se trata de los empleos más precarios y peor remunerados, como hemos documentado en páginas anteriores. 6. Por último, aunque cada vez es más importante la proporción de inmigrantes latinoamericanos con mayores niveles de educación que se emplean en trabajos de mayor calificación, ellos también están expuestos a diversas situaciones de segregación laboral y vulnerabilidad social, que se ilustra, entre otras cosas, con condiciones laborales más precarias y especialmente con menores niveles de ingresos, en comparación con lo que perciben en promedio los trabajadores norteamericanos con ocupaciones similares. Referencias bibliográficas Beck, Ulrich. 1998. Qué es la globalización. Falacias del globalismo, respuestas a la globalización. México: Editorial Paidós. Beck, Ulrich. 2000. Un nuevo mundo feliz. La precariedad del trabajo en la era de la globalización. Barcelona: Editorial Paidós. Canales, Alejandro e Israel Montiel. 2005. “A World without Borders? Mexican Immigration, Internal Borders and Transnationalism in the United States”. En Antoine Pecoud (ed.). Migration Without Borders. unesco. París. En prensa. Canales, Alejandro. 2003, “Mexican Labour Migration to the United States in the Age of Globalization”. Journal of Ethnic and Migration Studies. Vol. 29. Núm. 4. Canales, Alejandro. 2004. “Los desafíos de la migración internacional en América Latina”. Ponencia presentada en el seminario internacional Migraçào Internacional, Desenvolvimento e Pobreza. Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais. Belo Horizonte, mg, Brasil, 1-2 de diciembre. Castells, Manuel. 1998. La era de la información. Economía, sociedad y cultura. Vol. 1. La sociedad red. España: Alianza Editorial. Castles, Stephen y Mark J. Miller. 1993. The Age of Migration. International Population Movements in the Modern World. Nueva York: Guilford Press. cepal. 2002. Globalización y desarrollo. cepal: Santiago. Fernández-Kelly, Patricia. 1991. Labour Force Recomposition and Industrial Restructuring in Electronics: Implications for Free Trade. Conference Paper núm. 64. Columbia University. Nueva York. Hobsbawm, Eric. 2000. Entrevista sobre el siglo xxi. Barcelona: Editorial Crítica. Ianni, O. 1996. Teorías de la globalización. México: Editorial Siglo xxi- unam. Martínez, Jorge. 2001. “Reflexiones sobre la gobernabilidad de la migración internacional en América Latina”. Migraciones Internacionales. Vol. 1. Núm. 1.

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Migrações internacionais, globalização e blocos de integração econômica: Brasil no Mercosul

Neide Lopes Patarra Rosana Baeninger Introdução Este texto constitui-se num desdobramento e atualização de estudos anteriores voltados à análise das transformações e efeitos dos movimentos migratórios internacionais no âmbito do Mercosul. Sempre contextualizados a partir de processos macro-estruturais de reestruturação produtiva e no contexto internacional da atual etapa da globalização, em suas múltiplas dimensões e desdobramentos, esses estudos também voltam-se aos possíveis efeitos da formação do bloco econômico como estratégia multilateral para fazer frente aos efeitos freqüentemente perversos do contexto contemporâneo em seu desdobramento em termos de deslocamentos populacionais emergentes. A crescente importância das migrações internacionais no contexto da globalização tem sido objeto de um número expressivo de contribuições importantes, de caráter teórico e empírico, que atestam para sua diversidade, significados e implicações. Parte significativa desse arsenal de contribuições importantes voltamse à reflexão sobre as enormes transformações econômicas, sociais, políticas, demográficas e culturais processando-se em âmbito internacional, principalmente a partir dos anos 80 do século passado. Como eixo de reflexão situam-se as mudanças advindas do processo de reestruturação da

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Neide Lopes Patarra, Rosana Baeninger

produção, o que implica em novas modalidades de mobilidade do capital e da população em diferentes partes do mundo (Sassen, 1988). As novas modalidades migratórias demandaram, no cenário da globalização, a necessidade de reavaliação dos paradigmas para o entendimento e conhecimento das migrações internacionais no mundo, onde a incorporação de novas dimensões explicativas torna-se imprescindível, bem como a própria definição do fenômeno migratório deve ser revista È imprescindível que se considere, hoje, o contexto de luta e compromissos internacionais assumidos em prol da ampliação e efetivação dos Direitos Humanos dos migrantes; é preciso se reconhecer o novo, difícil e conflitivo papel dos Estados Nacionais e das políticas sociais em relação aos processos internacionais e internos de distribuição da população no espaço, cada vez mais desigual e excludente; há que se tomar em conta as tensões entre os níveis de ação internacional, nacional e local; enfim, há que se considerar que os movimentos migratórios internacionais constituem a contrapartida da reestruturação territorial planetária intrinsecamente relacionada à reestruturação econômico-produtiva em escala global. Com a velocidade das transformações tecnológicas (Castells, 1999); com a compressão do espaço e do tempo (Harvey, 1992); com a nova conformação da hierarquia urbana internacional (Sassen, 1988); com a consolidação de redes de lugares e dos lugares de redes (Benko e Lipietz, 1994); com a intensidade e diversidade dos deslocamentos populacionais, que definem e redefinem espaços transnacionais (Glick e Schiller, 1997), a importância do fenômeno migratório internacional reside hoje muito mais em suas especificidades, em suas diferentes intensidades e espacialidades e em seus impactos diferenciados (particularmente ao nível local) do que no volume de imigrantes envolvidos nos deslocamentos populacionais. Acontecimentos recentes, como o 11 de setembro nos Estados Unidos e sua estratégia militar preventiva iniciada com a Guerra do Iraque, os conflitos do Oriente Médio, as tensões entre comunidades de imigrantes muçulmanos na Europa, entre outras manifestações das contradições

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Veja-se dentre outros: Harvey (1992), Piore (1979), Benko e Lipietz (1998). É bastante expressivo o montante e qualidade da produção de Demógrafos e especialistas em Estudos Populacionais para o tema; mesmo com o risco de lacunas, é importante mencionar o trabalho da Comissão de Migração Internacional da iussp (cf, entre outros, Massey D. et al.,1993, Massey (1996); a produção mexicana, consistente e numerosa, expressa-se nas variadas publicações da SOMEDE; importante, também, entre outras, a contribuição de Alejandro Canales para a reconceituação da questão populacional na globalização (Canales, 2003).

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Migrações internacionais, globalização e blocos de integração econômica

e conflitos que permeiam a vida coletiva neste início de século reforçamse também as dimensões de racismo e xenofobia. Por outro lado, é o momento decisivo de se decidir, no plano internacional, quais os países que terão acesso ao desenvolvimento, ou que países poderão lograr o desenvolvimento econômico e superar sua condição de eternos países em desenvolvimento; e nesse cenário comparecem os países da América do Sul, onde, com exceções e de um modo geral, nas décadas passadas assistiu-se a um processo de democratização, embora as crises financeiras, o déficit fiscal, as dívidas externas e internas, o estancamento do processo produtivo, entre outras dimensões, imprimiram a essa dinâmica a contrapartida de aumento da pobreza, da desigualdade, da exclusão, distanciando-os ainda mais do países do Primeiro Mundo. Para superar a distância que os separa dos países desenvolvidos, o continente desenvolve estratégias, muitas vezes oscilando entre a obediência aos cânones neo-liberais e as tentativas de incrementar o resgate social acumulado. Nesse contexto move-se o Mercosul, que já há mais de um década opera com oscilações, contradições e desafios, ao mesmo tempo que as discussões sobre comércio internacional e a alca recrudescem ainda mais os conflitos internos à região. A conjuntura política, por outro lado, aponta para a emergência de lideranças mais voltadas ao reforço regional conjunto do continente sulamericano como estratégia de enfrentamento da situação adversa. No âmbito do Mercosul, o presidente Lula e sua política externa parecem dirigidas ao fortalecimento do bloco de integração; na conjuntura que tem Kirschner na Argentina, país rival mas também aliado, a conjuntura política parece favorecer uma maior dinamismo e uma relativo avanço nas políticas sociais que envolvem diretamente aqueles que se movimentam internamente nos países do bloco, quer com mudança de residência, quer como retornos de situações precárias anteriores, quer como circularidade, com dupla residência, permanências temporárias, ilegalidade, clandestinidade, com famílias ou individualmente, com aumento da participação das mulheres, entre outras características. Seria o momento de retomar o esquecido conceito de cidadania comunitária?

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Neide Lopes Patarra, Rosana Baeninger

Migração internacional recente de e entre países da América do Sul: principais características e tendências Os deslocamentos populacionais entre os países da América do Sul, de um modo geral, são históricos e bastantes complexos, envolvendo desde fluxos intercontinentais até aqueles em espaços bi-nacionais e tri-nacionais. Essas migrações compreendem diversas formas de mobilidade da população no território e derivam tanto de fatores econômicos quanto políticos. Em trabalho recente, incorporando resultados dos Censos Demográficos ronda 2000, Martinez (2003) aponta novas tendências e significativas mudanças nos padrões migratórios da América Latina e Caribe, a saber: a) a imigração de ultramar que registra um esgotamento indeclinável; b) a migração intraregional, que experimentou uma modesta intensidade e mantém um predomínio feminino; e c) a emigração em direção aos Estados Unidos que concentra três/quartas partes dos migrantes da região e se inscreve dentro do padrão migratório Sul-Norte. Ressalta o autor, ademais, a nova tendência de direcionamento dos fluxos rumo ao primeiro mundo : Espanha, envolvendo imigrantes de um grande número de países, inclusive o Brasil e o Japão, que envolve Peru e Brasil. No que se refere aos movimentos intra-regionais, durante o decênio de 1970 houve um grande aumento da migração e o número de migrantes duplicou; dos anos 80 em diante o crescimento do stock desses migrantes foi modesto e pode-se conjecturar que tenha aumentado levemente até os anos 2000. É interessante de se observar que esses movimentos migratórios envolvem não apenas mudança de residência como também manifestam-se numa variedade de modalidades como, por exemplo, a mobilidade temporal ou circular, associadas aos ciclos econômicos e às atividades agrícolas, à construção de grandes obras e ao comércio, entre outras, e sua influência se faz sentir especialmente nas regiões fronteiriças. Como indica a experiência de décadas passadas, o padrão intraregional tem sido, ademais, sensível às conjunturas de expansão e retração econômica e à violência, que propicia tanto uma fuga para países vizi-

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As características, tendências e modalidades dos movimentos migratórios na América do Sul com especial referência aos países do Mercosul foram objeto de estudos anteriores (Patarra, 2000; Patarra e Baeninger, 2001) e beneficiaram-se muito das análises elaboradas pelos colegas do celade, com base no IMILA (Villa, 2000, Villa e Martinez, 2000).

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Migrações internacionais, globalização e blocos de integração econômica

nhos como um retorno aos países de origem quando essa violência parece amenizar-se; em alguns casos, esses movimentos derivam de deslocamentos internos; esse é o caso da Colômbia nos últimos anos: os colombianos seguem representando o principal fluxo migratório intra-regional e de busca de refúgio em países vizinhos. O comportamento observado durante os anos oitenta deveu-se ao impacto da crise econômica e seus programas de reforma estrutural - que se fizeram sentir com força especial nas principais nações de destino - a década perdida para o desenvolvimento trouxe, não obstante, a recuperação das formas democráticas de convivência nos países. A década de 90 foi de oscilações, mas com predominância de acirramento de crises e instabilidade política; os principais países sul-americanos de imigração (Argentina e Venezuela) não tiveram a estabilidade suficiente para atrair migrantes como em outras épocas, mantendo-se uma transferência, mas com menor intensidade. Ainda que não se possa concluir que as origens e destinos das correntes migratórias dentro da América do Sul não se alteraram maiormente no último decênio - tendência das décadas passadas - é claro que há sinais nessa direção. Venezuela experimentou uma leve aumento no número de seus imigrantes da região (81% colombianos). Os colombianos têm também importante presença no Equador e no Panamá e seu número aumentou significativamente, no primeiro caso, principalmente mulheres. Martinez (2003) constata que de acordo com o ACNUR, os colombianos sempre constituíram populações flutuantes em zonas fronteiriças e isso se acentuou em conseqüência do aumento da violência; além disso apenas uma minoria desses migrantes conseguiu o status de refugiado político. A imigração em direção ao Chile - principalmente de cidadãos peruanos - foi importante durante os anos noventa, ao ponto que marca a presença quantitativa de estrangeiros mais elevada de sua história, produto de um grande crescimento, ainda que essa tendência não tenha sido de todo inédita e o estoque de estrangeiros tenha uma gravidade percentual apenas superior a 1% da população do país (p. 24 e 25) Movimentos internacionais recentes de e para o Brasil O novo contexto internacional trouxe transformações das mais significativas para os movimentos internacionais de população de e para o Brasil; passados quase cem anos de imigração internacional massiva, os anos 80 121

Neide Lopes Patarra, Rosana Baeninger

e 90 do século xx trouxeram à tona a questão das migrações internacionais para o país; inserindo-se agora neste novo momento da história das migrações internacionais, a saída de brasileiros para o exterior bem como a entrada de novos contingentes de estrangeiros passou a emergir como importante questão demográfica O Brasil foi o último país da América Latina a entrar na tendência de emigração rumo ao primeiro mundo a partir dos 1980; foi nesse período que, pela primeira vez, verificou-se uma saída significativa de sua população. Os dados a respeito desse movimento são fragmentados e de difícil aferição; estima-se, contudo, que mais de dois milhões de pessoas tenham deixado o país nas últimas décadas. De acordo, com as informações do Ministério das Relações Exteriores, do total de 1.887.895 brasileiros residentes no exterior no ano 2002, 42% encontravam-se nos Estados Unidos (quase 700 mil brasileiros); 24% no Paraguai ( em torno de 450 mil); 11% no Japão (225 mil brasileiros). Para os países do primeiro mundo, estimase em 1,5 milhão a emigração de brasileiros. A outra face dessa nova migração internacional é a entrada recente de estrangeiros no Brasil. Considerando o estoque de estrangeiros no País, nota-se, no entanto, um decréscimo nesse contingente por se tratar do total de estrangeiros independente do tempo de residência: de 912 mil pessoas em 1980 para 651 mil pessoas em 2000, representando apenas 0,38% de sua população total. No conjunto desse contingente populacional estrangeiro pode-se observar, na Tabela 1, que as nacionalidades predominantes são aquelas ainda constitutivas do padrão ultramar (Villa e Rodrigues, 2000): mais da metade desse estoque de estrangeiros nasceram na Europa (57,5%). Seguem mais distantes, os asiáticos (18,2%), com destaque para os japoneses (10%) e os ‘mercosulinos’ (17,2%). Tabela 1 Estrangeiros Residentes segundo País de Nascimento, Brasil (2000) País de Nascimento Mercosul Argentina Paraguai Uruguai Mercosul ampliado

Estrangeiros Total 65.103 23.607 28.082

Distribuição Relativa (%) 9,99 3,62 4,31

13.414 111.959

2,05 17,19

122

Proporção de Imigrantes do período 1990-2000 (%) 35,43 33,91 41,63 25,13 33,70

Migrações internacionais, globalização e blocos de integração econômica País de Nascimento Argentina Paraguai Uruguai Chile Bolívia Peru América sul/central América norte Europa África Ásia Japão Oceania outros/sem espec. Total

Estrangeiros Total 23.607 28.082 13.414 16.388 20.015 10.453 13.417 15.944 374.26 15.373 118.87 69.870 541 862 651.226

Distribuição Relativa (%) 3,62 4,31 2,05 2,52 3,07 1,60 2,06 2,45 57,47 2,36 18,25 10,73 0,08 0,13 100,00

Proporção de Imigrantes do período 1990-2000 (%) 33,91 41,63 25,13 12,57 38,04 47,68 50,40 56,50 6,11 29,05 10,39 6,90 48,06 27,03 15,12

Fonte: fibge, Censos Demográficos de 2000. Tabulações Especiais, nepo/unicamp.

A proporção de imigrantes internacionais recentes (1990-2000) no total deste estoque de estrangeiros indica, contudo, novas modalidades migratórias, com a crescente importância do contexto regional do Mercosul; por exemplo, a imigração recente do Paraguai para o Brasil representa quase a metade dos paraguaios aqui residentes, sendo que para os demais paises do Mercosul essa proporção e superior a 30%. Além disso, destaca-se a imigração recente de americanos, demais paises da América do Sul/Central e África; essas migrações recentes constituem uma das dimensões do cenário das mudanças econômicas internacionais vigentes na sociedade global (Ianni, 1996). Traço característico da imigração estrangeira no cenário da globalização é a condição clandestina dos migrantes (Sales, 1991; Patarra e Baeninger, 1995), tornando ainda mais difícil a mensuração desses fluxos. É nesse contexto, portanto, que esses novos fluxos de imigrantes para o Brasil são de difícil percepção e aferição. Apesar das limitações dos censos demográficos para captar a informação sobre migração internacional, esta fonte permite identificar as tendências recentes do fenômeno. Considerando a década de 80 e a de 90,

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Veja-se Villa e Martinez (2000).

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Neide Lopes Patarra, Rosana Baeninger

aumentou o volume da migração internacional no Brasil: de 89 mil para 98 mil estrangeiros (Tabela 2). Os países de nascimento desse contingente, que passou a residir no Brasil nessas décadas, estiveram concentrados no Mercosul Ampliado, respondendo por cerca de 40% dos imigrantes internacionais recentes que chegaram no País, seguido da Europa (mais de 20%), Ásia (12,5%) e América do Norte (9,1%). Essas evidências indicam, de um lado, que o Brasil aumentou sua inserção nas migrações do Mercosul; de outro lado, retomou as migrações de ultramar, com fluxos da Europa e Ásia. Ressalte-se ainda que a imigração internacional norteamericana recente esta relacionada a alocação temporária de mão-deobra qualificada. No caso das migrações internacionais de ultramar, se para o conjunto da América Latina e Caribe o padrão migratório ultramar realmente se viu esgotado até os anos 50 (Villa e Martinez, 2000) e não demonstra novo impulso, para o caso brasileiro esses fluxos – se não se configuram um padrão (nos moldes do final do século passado)-, marcam uma nova modalidade de movimento imigratório internacional para o País. Os anos 80 demonstram o vigor desses fluxos, uma vez que para os anos 90 assiste-se um ligeiro declínio nesses volumes de imigrantes. Os imigrantes com origem na Europa, com destaque para Portugal, passam de 24 mil para 22 mil, de uma para outra década; para a Ásia, o fluxo decresce de 18 mil para 12 mil, indicando a diminuição na entrada de coreanos, dado que os imigrantes japoneses recentes passaram de 3 mil para quase 5 mil, respectivamente. Deve-se ainda considerar a importância crescente da migração africana, que quase dobrou seu volume, do período 1981-1991 para 1990-2000: de 2,5 mil para 4,8 mil imigrantes no Brasil. Já os deslocamentos populacionais entre os países da região são históricos e bastante complexos, envolvendo desde fluxos intercontinentais até aqueles em espaços binacionais e trinacionais. Essas migrações compreendem diversas formas de mobilidade da população no território latino-americano e caribenho e derivam tanto de fatores econômicos quanto políticos.

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Considera-se - alem de Argentina, Paraguai e Uruguai - Chile, Bolívia e Peru. Ministério do Trabalho e do Emprego. Secretaria de Relações do Trabalho (srt)/Coordenação Geral de Imigração (cgi); cnpd (2000). Veja-se Pellegrino (1989), Villa (1997), Lattes e Lattes (1997), Maguid (2000), dentre outros.

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Migrações internacionais, globalização e blocos de integração econômica

Tabela 2 População Imigrante Internacional segundo País de Nascimento Brasil, 1981-1991 e 1990-2000 País de Nascimento

Mercosul Argentina Paraguai Uruguai Mercosul ampliado Argentina Paraguai Uruguai Chile Bolívia Peru América sul/central América do norte Europa África Ásia Japão Oceania Outros/sem especificação Total

Estrangeiros Entrados Distribuição Relativa Incremento no Brasil (%) Relativo (%) 1981-1991 1990-2000 1981-1991 1990-2000 1981-1991/19902000 18.303 23.068 20,51 23,41 20,56 8.879 8.005 9,95 8,12 -10,92 5.319 11.692 5,96 11,86 54,51 4.105 3.371 4,60 3,42 -21,77 35.747 37.727 40,06 38,30 5,25 8.879 8.005 9,95 8,12 -10,92 5.319 11.692 5,96 11,86 54,51 4.105 3.371 4,60 3,42 -21,77 6.864 2.06 7,69 2,09 -233,20 8.022 7.615 8,99 7,72 -5,34 2.558 4.984 2,86 5,05 48,68 5.209 6.763 5,83 6,86 22,98 8.029 9.008 9,00 9,14 10,87 24.532 22.874 27,49 23,21 -7,25 2.517 4.466 2,82 4,53 43,64 18.205 12.361 20,40 12,55 -47,28 3.361 4.822 3,76 4,89 30,30 45 260 0,05 0,26 82,69 635 233 0,71 0,23 -172,53 89.235

98.514

100,00

100,00

9,42

Fonte: fibge, Censos Demográficos de 1991 e 2000. Tabulações Especiais, nepo/unicamp.

Esse padrão migratório intra-regional vem se tornando mais nítido a partir dos anos 70 (Villa, 1997). A permeabilidade das fronteiras que integram os países da América Latina, num contexto de integração econômica regional, vem contribuindo para a intensificação dos deslocamentos de população de tipo fronteiriço ou entre países limítrofes, com os deslocamentos transfronteiriços (Pellegrino, 1995; Patarra, 1997), ao lado de deslocamentos metropolitanos. No caso desse padrão migratório latino-americano torna-se ainda mais evidente que a importância do fenômeno reside nas novas situações presentes nos processos migratórios intra-regionais, já que a enorme di125

Neide Lopes Patarra, Rosana Baeninger

versidade e potencialidade de espaços da migração na América Latina contribuem para uma menor concentração nos volumes de migrantes. Dos anos 80 para os 90 é possível observar o expressivo aumento no fluxo de paraguaios para o Brasil (de 5 mil para 11 mil), de peruanos (de 2,5 mil para 5 mil) e dos demais países da América do Sul e Central ( de 5,2 mil para 6,7 mil). Diminuíram, contudo, a migração de argentinos para o Brasil (de 8,8 mil para 8 mil), de uruguaios (de 4,1 mil para 3,4 mil), de bolivianos (de 8 mil para 7,6 mil), e, com decréscimo mais expressivo, de chilenos (de 6,8 mil para 2,1 mil); nesse ultimo caso, por constituir a maioria desse contingente de mão-de-obra qualificada (Patarra e Baeninger, 2001) a crise dos anos 90 pode ter influenciado essa desaceleração acentuada do movimento migratório. Dentre as migrações internacionais do Mercosul para o Brasil, nos anos 90, a metade teve origem no Paraguai; 34,7% na Argentina; e, 14,6 % no Uruguai. Para o Mercosul Ampliado, a migração de paraguaios para o Brasil respondeu por 31% do total, seguida do fluxo de argentinos (21,2% do total) e dos bolivianos (20,2%) e, finalmente, dos peruanos (13,2%). Esses fluxos indicam que para a compreensão dos deslocamentos populacionais no Mercosul é preciso que se amplie a região de análise, incorporando, mesmo que de maneira agregada, paises que imprimem uma nova dinâmica às migrações na América Latina. Migração internacional do trabalhador global e de grupos étnicos: país, metrópoles e fronteiras O perfil do migrante internacional analisado através do censo demográfico, embora permita conhecer algumas especificidades do fenômeno, aponta a seletividade migratória desse contingente populacional. De modo geral, o grau de escolaridade, a inserção nas atividades econômicas, a ocupação desses imigrantes internacionais captados pelo censo apresentam-se bastante favoráveis, uma vez que se tratam de imigrantes que, além de poderem estar legalizados no País, estão sendo absorvidos pelo mercado de trabalho. Feitas essas ressalvas, as análises a seguir possibilitam identificar para o caso brasileiro: a migração internacional do trabalhador global (Castells, 1999); a migração internacional de grupos étnicos e a migração internacional fronteiriça. 126

Migrações internacionais, globalização e blocos de integração econômica

A migração internacional do trabalhador global e de grupos étnicos Considerando os anos de estudo dos imigrantes internacionais recentes ara o Brasil (Tabela 3), os imigrantes da Europa, da América do Norte, do Japão e da Oceania concentram suas participações na categoria nível universitário (12-15 anos de estudo) e pós-graduação (mais de 16 anos), estando inseridos, predominantemente, nas atividades ligadas a Educação (América do Norte e Oceania, em especial), a Intermediações Financeiras e na Indústria de Transformação (Japão, América do Norte e Europa). De fato, os imigrantes internacionais da Europa, da América do Norte, do Japão e da Oceania concentram suas participações na categoria nível universitário (12-15 anos de estudo) e pós-graduação (mais de 16 anos), estando inseridos, predominantemente, nas atividades ligadas a Educação (América do Norte e Ocenia, em especial), a Intermediações Financeiras e na Indústria de Transformação (Japão, América do Norte e Europa). Os asiáticos, principalmente os coreanos, apresentam grau de escolaridade entre o nível colegial e universitário e concentrados nas atividades relacionadas ao comércio; a produção textil e de confecções no Brasil vem sendo amplamente dominada pelos coreanos (Galleti, 1996). Dentre os novos imigrantes de ultramar, os africanos concentram-se no nível universitário e ligados às atividades de Educação, Comércio e Indústria de Transformação. Esses trabalhadores imigrantes internacionais apresentam ocupações (Tabela 4) ligadas às Ciências e Artes - América do Norte (52,3% dos imigrantes do período 1990-2000); Oceania (48,3%), África (21,2%); à direção de Empresas, Gerentes, Organização de interesse público, Membro do Poder Público – Ocenia (57,6% do total de seus imigrantes no Brasil); Ásia (35,6%); Europa (30,5%); Europa (30,5%); Japão (20,4%). Tais imigrantes internacionais compõem uma fatia dos movimentos migratórios em nível global; Sassen (1990) afirma que há claramente uma classe de trabalhadores que se beneficia do novo complexo industrial advindo do processo de reestruturação produtiva e do conseqüente processo de globalização; são os novos profissionais gerentes, corretores, com altos e bons salários. Esse novo trabalhador de alta-renda é o portador da capacidade e escolha de consumo; a conjugação de excesso de lucro e a nova cultura do trabalho cosmopolitano criou uma força espacial para novos estilos de vida e novos tipos de atividades econômicas. 127

Neide Lopes Patarra, Rosana Baeninger

Dentre esses fluxos, a migração internacional étnica, que está relacionada à reestruturação produtiva, é caracterizada pela importante participação dos coreanos no setor da indústria de confecção e o comércio a ele vinculado; tanto o Brasil quanto a Argentina têm recebido esse contingente populacional. Desse modo, a migração internacional do trabalhador global e a migração internacional étnica no Brasil é caracterizada pelos fluxos de ultramar: outrora mão-de-obra para a lavoura de açúcar (os africanos) de café (europeus) e de outras culturas(japoneses e coreanos) (Galleti, 1995; Silva, 1995), hoje altamente qualificado e ligado ao processo de reestruturação da produção em âmbito global. Tabela 3 Imigrantes Internacionais segundo Escolaridade (População com mais de 14 anos de idade) Brasil, 1990-2000 País de Nascimento

Anos de Estudo Sem instrução 1-Apr 5-Aug 9-Nov Dec-15 16 TOTAL(*) menos 1 Mercosul 6,06 15,14 22,54 29,61 16,25 9,68 14.784 Argentina 0,97 6,64 12,38 37,46 25,80 16,56 5.985 Paraguai 12,27 26,33 33,74 16,29 6,76 3,46 6.003 Uruguai 3,62 9,11 20,04 41,60 16,38 8,44 2.797 Mercosul ampliado 4,53 12,18 21,00 32,85 16,36 12,45 26.755 Argentina 0,97 6,64 12,38 37,46 25,80 16,56 5.985 Paraguai 12,27 26,33 33,74 16,29 6,76 3,46 6.003 Uruguai 3,62 9,11 20,04 41,60 16,38 8,44 2.797 Chile 3,54 3,84 10,68 38,81 22,32 20,82 1.667 Bolívia 3,04 10,84 23,48 42,14 9,72 10,24 6,121 Peru 1,69 6,96 16,03 28,37 24,10 22,17 4.183 América sul/central 3,13 6,96 12,99 20,04 20,02 36,48 4.992 América do norte 0,83 1,64 3,50 21,90 41,20 29,59 3.915 Europa 2,24 6,77 6,46 23,72 31,,92 28,46 17.242 África 0,87 5,82 15,21 32,14 34,34 11,05 3.877 Ásia 9,46 5,66 17,04 37,05 20,91 8,00 10.737 -Japão 5,05 9,51 13,68 18,93 39,64 11,84 1.991 Oceania 28,00 22,00 12,00 38,00 150 Outros/sem 17,10 27,98 27,98 13,9 5,18 7,77 193 especificação Total 4,26 8,46 14,76 29,33 24,18 18,33 70.334

Fonte:

fibge,

Censo Demográfico de 2000, 2a Edição. Tabulações Especiais,

camp.

128

nepo/uni-

Migrações internacionais, globalização e blocos de integração econômica

Tabela 4 Imigrantes Internacionais segundo Ocupação (População com mais de 14 anos de idade) - Brasil:1990-2000 Mercosul Argentina Paraguai Uruguai Mercosul ampliado Argentina Paraguai

12,60 21,09 4,12 11,49 10,03 21,09 4,12

15,12 23,49 6,90 13,78 19,15 23,49 6,90

10,23 14,76 5,07 10,57 7,53 14,76 5,07

27,81 17,44 36,49 31,96 24,10 17,44 36,49

6,94 1,89 11,90 7,78 5,58 1,89 11,90

16,56 10,65 25,57 11,89 24,28 10,65 25,57

8.092 3.284 3.062 1.746 15.351 3.284 3.062

Uruguai Chile Bolívia Peru A sul/cen A. Norte Europa África Ásia -Japão Oceania S/especific. Total

11,49 14,12 4,09 9,30 12,10 28,87 30,58 13,80 35,61 20,39 51,67 19,63

13,78 29,39 11,82 40,16 43,43 52,31 34,32 21,18 9,18 28,18 48,33 22,63 25,19

10,57 6,75 3,31 5,56 11,,37 7,27 10,74 10,62 6,78 7,10 4,33 8,56

31,96 17,45 16,29 26,79 16,74 3,43 10,50 27,53 46,67 18,06 19,71 22,49

7,78 2,49 5,48 2,43 4,80 0,25 2,30 0,85 5,53 11,68 3,49

11,89 18,80 52,00 8,02 4,72 2,69 4,45 10,17 3,09 5,22 27,74 12,53

1.746 963 3.866 2.43 2.583 2.009 9.46 1.544 5.796 957 60 137 37.897

Fonte:

fibge,

Censo Demográfico de 2000, 2a Edição. Tabulações Especiais,

nepo/uni-

camp.

No âmbito do Mercosul, o trabalhador global está envolvido, particularmente, nos fluxos da Argentina para o Brasil, com seus emigrantes concentrados no nível superior e pós-graduação (42,4% dos argentinos residentes no Brasil em 2000), sendo 44% ligados à cargos de gerência, empresas e profissionais das ciências e artes e 12,2% à intermediação financeira. Os rebatimentos desse movimento de reestruturação nos contextos urbanos têm contribuído para a globalização dos lugares, com a configuração de espaços marcados como o lugar da produção. Para Sassen (1990), as metrópoles, por se constituírem no local da concentração das

.

Em Sassen (1988, 1990) encontra-se uma discussão a esse respeito.

129

Neide Lopes Patarra, Rosana Baeninger

atividades ligadas ao processo de reestruturação das atividades econômicas, tornaram-se o local privilegiado para os destinos dessa migração internacional; este é um dos aspectos que marca as chamadas cidades globais. Centros privilegiados da economia capitalista transnacional, essas cidades “representam lugares específicos, espaços da estrutura social, da dinâmica interna e da nova ordem global” (p.4). De fato, os destinos migratórios dos fluxos da migração internacional do trabalhador global para o Brasil, entre 1990-2000, estão concentrados nas duas principais metrópoles brasileiras, já definidas na hierarquia urbana nacional como metrópole globais: São Paulo e Rio de Janeiro (ipea/ibge/nesur, 2000). No conjunto dos imigrantes internacionais para o Brasil nos anos 90, mais de 35% destinaram-se às regiões metropolitanas de São Paulo e Rio de Janeiro (Tabela 5). No caso do Rio de Janeiro, há uma concentração mais acentuada dos africanos (37% do total do período 1990-2000), seguido pelos europeus e norte-americanos (em torno de 14% do total residente no País). È na metrópole de São Paulo que a migração internacional dos trabalhadores globais e da migração étnica se concentra: 44% dos asiáticos, 38% dos japoneses e mais de 20% dos europeus, norte-americanos e argentinos (16%, nesse último caso) do período 1990-2000. Tabela 5 Destino da Migração Internacional, Regiões Metropolitanas – Brasil,1990-2000 Lugar de Nascimento Europa América do Norte Ásia Japão Oceania África Argentina Total Geral

RM São Paulo 24,61 22,11 44,61 38,32 22,30 23,09 16,40 25,45

Destino Migratório RM Rio de Janeiro 14,54 13,64 5,45 4,13 14,23 37,19 11,23 10,52

TOTAL 22.874 9.008 12.361 4.822 260 4.466 8.005 98.514

Fonte:fibge, Censo Demográfico de 2000, 2a Edição.Tabulações Especiais, camp.

nepo/uni-

A estrutura etária dessa imigração internacional metropolitana reflete a seletividade do movimento, com forte presença de jovens e adultos 130

Tabela 5 Destino da Migração Internacional, Regiões Metropolitanas – Brasil,1990-2000 Lugar de Nascimento RM São Paulo Europa América do Norte Ásia Migrações internacionais, Japão Oceania

Destino Migratório RM Rio de Janeiro

24,61 22,11 44,61 globalização 38,32

14,54 13,64 e 5,45 blocos 4,13

22,30

TOTAL

de

22.874 9.008 12.361 integração 4.822

14,23

econômica

260

África 23,09 37,19 4.466 em idade produtiva, inclusive com significativa participação da migração Argentina 16,40 11,23 8.005 feminina (Gráfico 1) 25,45 10,52 98.514 Total Geral a

Fonte:FIBGE, Censo Demográfico de 2000, 2 Edição.Tabulações Especiais, NEPO/UNICAMP.

A estrutura etária dessa imigração internacional Gráfico 1metropolitana reflete a seletividade do movimento, com forte presença de jovens e adultos em idade produtiva, inclusive com Estrutura Etária da Imigração Internacional Metropolitana. significativa participação da migração feminina (Gráfico 1) rmsp e rmrj- 2000 Gráfico 1 Argentinos na RMSP

Africanos na RMRJ 65+

65+

60-64

60-64 55-59

Homens

55-59

Mulheres

50-54

50-54

45-49

45-49

40-44

40-44

Mulheres

35-39

35-39

30-34

30-34

25-29

25-29

20-24

20-24

15-19

15-19

10-14

10-14

5-9

5-9

0-4

0-4 12,0

Homens

9,0

6,0

3,0

0,0

3,0

6,0

9,0

12,0

12,0

9,0

6,0

3,0

0,0

3,0

6,0

9,0

12,0

Estrutura Etária da Imigração Internacional Metropolitana. RMSP e RMRJ- 2000 a

edição. Tabulações Tabulações Especiais, Especiais, Fonte: Fundação Fundação ibge IBGE, CensoDemográfico Demográfico de de 2000. 2000. 22a edição. Fonte: , Censo NEPO/UNICAMP. nepo/UNICAMP. Assim, a cidade global, que é capaz de atrair esse novo contingente imigrante, de acordo com Sassen (1988) estrutura-se não apenas nos resultados da economia internacional sob aquele Assim, a cidade global, eque é capaz de atraire suas esseconseqüências novo contingente espaço mas também aos processos estruturas globalizantes presentes imigrante, de acordo comhabitantes. Sassen (1988) estrutura-se não apenas nosdessa rena vida das cidades e de seus Os fatores que contribuem para a chegada população da estão vinculados internacional à dispersão geográfica da indústria; o crescimento da indústria sultados economia sob aquele espaço mas também aos financeira; a transformação na relação econômica entre cidades globais, estado-nação e a

processos e estruturas globalizantes e suas conseqüências presentes na vida das cidades e de seus habitantes. Os fatores que contribuem para a 9 chegada dessa população estão vinculados à dispersão geográfica da indústria; o crescimento da indústria financeira; a transformação na relação econômica entre cidades globais, estado-nação e a economia mundial; e a formação de uma nova classe social em cidades globais, onde os imigrantes internacionais globais estão presentes (Sassen, 1990). Migração internacional fronteiriça: Foz do Iguaçu e Santana do Livramento Como mencionado anteriormente, cerca de 40% da imigração internacional dos anos 90 teve origem nos países do Mercosul Ampliado; o Paraguai responde por 11% desse fluxo, a Argentina por 8,1%, a Bolívia por 7,7%. Configurando distintos grupos sociais, esses imigrantes apresen131

Neide Lopes Patarra, Rosana Baeninger

tam características socioeconômicas bastante diferenciadas; o caso dos argentinos, já apresentado anteriormente, é ilustrativo das desigualdades que permeiam essas migrações. Dentre os mercosulinos no Brasil, aqueles com menor escolaridade são os paraguaios (vide Tabela 3), com cerca de 12,3% de seus migrantes na categoria Sem Instrução e menos de 1 ano de estudo; de fato, trata-se de imigrantes trabalhadores agrícolas ou inseridos em atividades de menor qualificação, como construção, comércio e mesmo indústria de transformação. O imigrantes provenientes do Uruguai, do Chile e da Bolívia apresentam em torno de 3% Sem Instrução e os do Peru apenas 1,7%. Na verdade, os argentinos, os chilenos e os peruanos registrados no censo demográfico são aqueles com maior escolaridade, destacando-se os níveis superior e pós-graduação. Os uruguaios dividem-se entre as atividades ligadas ao Comércio e a Intermediações Financeiras; os argentinos e chilenos espalham-se nas atividades qualificadas de Intermediação Financeira, Indústria de Transformação, Educação e Comércio; os bolivianos concentram-se na Indústria de Transformação; e os peruanos, no Comércio, Educação e Saúde. Destaca-se que os argentinos e chilenos apresentam ocupações ligadas a Gerência e Profissionais das Ciências e das Artes (vide Tabela 4); os uruguaios, nos Serviços e Vendedores do Comércio; os paraguaios, além de ocupações agrícolas, estão presentes nos Serviços e Vendedores do Comércio e nas ocupações ligadas a Bens e Serviços Industriais , juntamente com os bolivianos; e os peruanos registram elevada participação (mais de 40%) como Profissionais das Ciências e das Artes, seguido de Serviços e Vendedores do Comércio. Essa heterogeneidade da população migrante internacional do Mercosul no Brasil reflete a própria estrutura ocupacional do processo de reestruturação produtiva. Segundo Sassen (1988) essa estrutura caracteriza-se, de um lado, pela concentração locacional dos principais setores da indústria; de outro lado, contudo, soma-se a polarização ocupacional, contribuindo para o crescimento de um estrato de alta renda e um estrato, bastante grande, de trabalhadores de baixa renda, incluindo-se também os migrantes internacionais, em particular os clandestinos. Tratando-se de uma imigração mercosulina seletiva, captada pelo censo, as estruturas indicam migrações familiares para os paraguaios e a presença acentuada de adultos jovens para os chilenos, argentinos e mesmo bolivianos no Brasil; destaca-se a importância da migração feminina para esses fluxos. 132

Migrações internacionais, globalização e blocos de integração econômica

Os processos de redistribuição da população migrante, como dito anteriormente, configuram modalidades específicas, sendo algumas áreas transfronteiriças particularmente expressivas desse processos emergentes. Os casos dos municípios de Santana do Livramento e de Foz do Iguaçu constituem exemplos que se manifestam nas dinâmicas de suas populações (Patarra e Baeninger, 2001). Em 1970, a população de Santana do Livramento, fronteira com o Uruguai era de 68 mil habitantes, superior a de Foz do Iguaçu (28 mil); conformado por uma fronteira tríplice, este último município chegou a registrar uma das maiores taxas de crescimento do país nos anos 70 (16 % a.a.), saltando para uma população de 124 mil pessoas em 1980. Apesar do decréscimo em seu ritmo de crescimento populacional, os anos 80 e 90 ainda revelaram altas taxas de crescimento para Foz de Iguaçu (superiores a 3% a.a.), enquanto que Santana do Livramento manteve uma taxa positiva de 1,3% a.a., entre 1991-2000. O crescimento populacional desses espaços de fronteira é também caracterizado pela migração internacional, com destaque para os fluxos advindos dos países vizinhos. Em Foz do Iguaçu predominam os migrantes internacionais com origem no Paraguai, bem como de países asiáticos. Cerca de 17% dos paraguaios que entraram no Brasil nos anos 90 destinaram-se a Foz do Iguaçu e 13% dos asiáticos (Tabela 6) Tabela 6 Imigrantes Internacionais Foz do Iguaçu e Santana do Livramento. 1990-2000 Países de Nascimento Volume Total

Argentina Paraguai Ásia Total Geral Uruguai Argentina Total Geral

Participação no Total Imigração Internacional (%) Foz do Iguaçu 445 10,32 1.968 45,65 1.642 38,09 4.311 100,00 Santana do Livramento 1.66 94,80 63 3,60 1.751 100,00

Participação no Total Imigrantes no Brasil (%) 5,56 17,00 13,28 4,38 49,24 0,79 1,78

Fonte: Fonte: fibge, Censo Demográfico de 2000, 2a Edição; Tabulações Especiais, nepo/ unicamp.

133

Neide Lopes Patarra, Rosana Baeninger

Santana do Livramento é o destino migratório da metade dos uruguaios que entraram no País; cerca de 1.660 imigrantes do Uruguai passaram a residir neste município nos anos 90. Essas localidades absorvem, contudo, migrantes bastante diferenciados, em função principalmente, da própria estrutura econômica de cada um desses municípios fronteiriços (Tabela 7). Em Santana do Livramento, cerca de 14 % dos uruguaios estavam inseridos em atividades de Agricultura/Pecuária; 28% no Comércio; e, 11% em Intermediações Financeiras. Em Foz do Iguaçu, cuja dinâmica vem sendo marcada pelo contrabando, narcotráfico, e toda sorte de negócios ilícitos provavelmente constitui-se no local de circularidade e de clandestinidade de um crescente números de indivíduos nesse contexto marcado ainda e tradicionalemente pela beleza natural e pelo turismo; os dados censitários constituem, principalmente neste caso, apenas um indício do movimento internacional de pessoas, neste complexo mosaico de contrastes do mundo globalizado. Neste caso os principais fluxos são de paraguaios, argentinos e asiáticos, sendo que estes últimos apresentam maiores volumes de população com mais de 14 anos de idade e, portanto, chegando a responder pela metade da população imigrante internacional em idade produtiva. Ou seja, os asiáticos vêm ocupando a primeira posição dentre os contingentes migratórios internacionais ao invés de serem os países do Mercosul. Torna-se importante registrar que, possivelmente, com os países vizinhos a mudança de residência tende a diminuir, conformando modalidades específicas de movimentos fronteiriços. De qualquer maneira, os paraguaios disputam com os asiáticos as atividades ligadas ao Comércio local, embora 89% dos asiáticos estejam nessa atividade e apenas 21% dos paraguaios; outros 13% estão em Transporte e Comunicações. Os argentinos em Foz do Iguaçu estão absorvidos nas atividades do Comércio, Indústria de Transformação e Intermediação Financeira. Esses dois exemplos de municípios ilustram as distintas modalidades de deslocamentos populacionais em áreas de fronteira. Santana do Livramento/Rivera insere-se ainda em deslocamentos ligados ao mercado de terras, principalmente pela inserção na agricultura de seus imigrantes; já Foz do Iguaçu, ao mesmo tempo em que poderia indicar a consolidação da fronteira, emerge como local privilegiado para a migração de asiáticos, características dos ‘espaços de fluxos’ (Castells, 1999). Assim, nota-se que a questão das fronteiras se expande para o entendimento do local e do global (Beck, 1996), ultrapassando espaços bi ou trinacionais. 134

Migrações internacionais, globalização e blocos de integração econômica

Tabela 7 Imigrantes Internacionais segundo principais Atividades Econômicas (População com mais de 14 anos de idade). Foz do Iguaçu e Santana do Livramento. 1990-2000 Principais Atividades Foz Do Iguaçu Agricultura/Pec/ Pesca Ind.Transformação Construção Comércio Transp/Comun Interm. Financeira Educação Saúde/Serv.Soc. TOTAL

País de Nascimento

País de Nascimento

Argentina Paraguai Ásia 2,68

1,33

Total Geral 1,1 2,17

14,77

2,52

1,1

2,69

6,04 29,53 11,41

6,51 21,38 13,41 6,37

89,13 2,26

3,00 55,71 5,22 4,96

6,71 6,71

2,12 2,39

-

0,62 2,02

149

753

975

1.935

Santana Uruguai Total Livramento Geral Agricultura/ 14,1 13,50 Pec/Pesca Ind. 3,28 3,14 Transformação Construção 5,8 5,55 Comércio 28,22 29,10 Transp/Comun 3,39 3,24 Interm. 11,16 11,83 Financeira Educação 3,72 3,56 Saúde/Serv. 2,08 1,99 Soc. TOTAL 914 955

Fonte: Fonte: fibge, Censo Demográfico de 2000, 2a Edição; Tabulações Especiais, nepo/ unicamp.

Conclusão No caso dos países do Mercosul para o Brasil pôde-se constatar a importância crescente dos movimentos intra-bloco, não tanto por seu volume, mas por sua diversidade e suas implicações; a reestruturação produtiva e o contexto internacional tem produzido efeitos, na área, no sentido de impulsionar novas modalidades de transferências populacionais. Podese perceber que esse novo contexto tanto tem influenciado transferência populacionais para as metrópoles, bem como para outras cidades, cuja posição geográfica e competitividade tem atraído industrias novas internacionais e iniciado um processo de transformação urbana já típica da atual etapa de economia. Por outro lado, a questão das fronteiras e das áreas limítrofes entre os países apresentam um outro lado das mudanças nos movimentos popu135

Neide Lopes Patarra, Rosana Baeninger

lacionais; são muitas as especificidades que cercam essa mobilidade. Em primeiro lugar, é possível que, em termos quantitativos, não esteja ocorrendo um aumento expressivo dos movimentos migratórios em conseqüência dos acordos comerciais, se por migração estivermos entendendo a transferência de residência fixa; mas novas formas de mobilidade espacial da população passam a coexistir, incitando, inclusive, uma redefinição dos fenômenos emergentes que requerem análise. As novas modalidades de movimentos embutem novos significados; requerem, entre outras dimensões, novos procedimentos jurídicos por força da necessidade de regulamentar, mais cedo ou mais tarde, a livre circulação de trabalhadores no contexto da livre circulação de mercadorias. Por outro lado, esses movimentos que tendem a ser mais constantes, mais circulares, mais diversos, incidem em situações de convivência bi-nacional (ou tri-nacional no caso de Foz de Iguaçu) históricas, onde estratificação social, desigualdades e carências pregressas tendem a acirrar-se; abre-se assim um leque de novas necessidades e certas dimensões da vida coletiva ficam a descoberto, como por exemplo, a necessidade de compatibilização de políticas sociais como educação e saúde, e todo o sistema previdenciário para a salvaguarda das trajetórias ocupacionais dos trabalhadores. A pesquisa tem mostrado, ainda, que espaços geográficos contíguos, o que chamamos de fronteiras transnacionais, vão constituindo pontos particularmente vulneráveis aos efeitos perversos da globalização e dos acordos comerciais sobre as condições de vida de grupos sociais envolvidos; onde, anteriormente, observava-se a extensão de questões agrárias não resolvidas, hoje observa-se uma crescente vulnerabilidade com maior insegurança frente aos efeitos paralelos das rotas do narcotráfico, do contrabando e dos procedimentos ilícitos de lavagem de dinheiro e outras modalidades de corrupção que aí encontram seu nicho de ação. Na nova realidade em construção surgem, ainda, os conflitos entre os níveis locais (muitas vezes transnacionais), nacionais e regional no processo de tomada de decisões, no delineamento de políticas públicas, nos orçamentos, enfim na vida cotidiana dessas novas comunidades. O estudo, portanto, se insere na discussão sobre as relações entre o processo de reestruturação produtiva, internacionalização da economia e formação de blocos econômicos, de um lado, e os volumes, tendências e características dos movimentos migratórios internacionais, de outro lado. No cenário recente das migrações internacionais, em seu volume e composição, a constituição de blocos regionais integrados aponta para 136

Migrações internacionais, globalização e blocos de integração econômica

a diversidade de deslocamentos e, em alguns casos, até o aumento em sua intensidade, como parece ser o caso do Paraguai com o Brasil. Nesse contexto, um dos desafios que se apresenta é a governabilidade das migrações internacionais no Mercosul. Segundo Mármora (1996) torna-se necessário o desenvolvimento de instrumentos legais, administrativos e de informação sobre migração, visando a atualização de normas e instituições “destinadas a absorver as necessidades e urgências dos migrantes, nos seus direitos sociais, culturais, econômicos e políticos” (Declaración de Buenos Aires, 1996). Essa cidadania comunitária no Mercosul (Mármora, 1997) poderia contribuir para minimizar o problema da ilegalidade das migrações internacionais, ampliando a perspectiva da “livre circulação de trabalhadores (...) em espaços cada vez mais livres pela circulação de capitais, bens e serviços”. Referências bibliográficas Bassanezi, Maria, Silvia C. Beozzo. 1998. “Imigrações Internacionais no Brasil: Um Panorama Histórico”. In Benko, G. e A. Lipietz. As Regiões Ganhadoras. Editora Celta. Bonassi, M. 1999. Canta América sem Fronteiras. Dissertação de Mestrado. Pontifícia Unidade Católica de São Paulo. Castells, M. 1999. A Sociedade em Rede. Paz e Terra. celade. 2000. Migración Internacional en América Latina. imila. Boletín Demográfico. celade. Santiago de Chile. Ano xxxiii, 65. celade. 1993. Investigación de la Migración Internacional en América Latina. imila. Boletín Demográfico. celade. Santiago de Chile. Ano xxii, 43. Galetti, R. 1995. Migrantes estrangeiros no centro de São Paulo: coreanos e bolivianos. In N. Parra (coord). Emigração e Imigração Internacionais no Brasil Contemporâneo. São Paulo: fnuap. Harvey, David. 1993. A Condição Pós-Moderna. São Paulo: Loyola. Lattes, A. e Z. Lattes. 1997. Internacional Migration in Latin América: Patterns, Determinants and Policies. In: N. Patarra (coord). Migrações Internacionais: Herança xx, Agenda xxi. fnuap. Lattes, A. E. 1998. Population Distribution in Latin America: Is There a Trend Towards Population Deconcentration? In: Population, distribution and migration. New York : United Nations. Lemos, M.T. 1997. Mercosur: problema de inmigración – a presencia boliviana e paraguai en Brasil. Estudios Migratorios. Conselho da Cultura Galega, n.4, dez. 137

Neide Lopes Patarra, Rosana Baeninger

Mármora, L. 1997. Las políticas de migraciones internacionales. Madrid-Buenos Aires: oim, Alianza Editorial. Martinez, J. 2003. El mapa migratorio de América Latina y el Caribe, las mujeres y el genero. cepal/celade. Serie Población y Desarrollo, 44. Santiago. Massey, D. et al. 1993. Worlds in Motion: Understanding International Migration at the End of the Millenium. Clarendon Press-Oxford University Press. Patarra, N.L. 2000. Deslocamentos Populacionais e Livre Circulação de Trabalhadores: o caso do Mercosul. Relatório Final. Cnpq/nepo-unicamp. ______. 1994. Integração Econômica, Mercado de trabalho e Migração Internacional: o caso Mercosul. Seminário Regional Globalización y Migraciones Internacionales en América Latina y Caribe. Santiago. Patarra, N.L. (coord). 1997. Migrações Internacionais: Herança xx. Agenda xxi, fnuap. ______. 1996. Emigração e Imigração Internacionais no Brasil Contemporâneo. fnuap. Patarra, N.L. e R. Baeninger. 2001. Frontier and Migration in Mercosur: Meaning, Specificities and Implications. xxiv General Population Conference. iussp. Salvador, Brasil. ______. 1995. Migrações Internacionais Recentes: o caso do Brasil. In Pellegrino, A. (comp.) Migración e Integración. Ediciones Trilce. Pellegrino, A. 2000. International Migration in Latin America: Trends and Emerging Issues. Seminário Políticas Migratórias. anpocs: São Paulo. Ribeiro, J. 1996. Migração Internacional África-Brasil: Angola em destaque. In: N.L. Patarra (coord). Emigração e Imigração Internacionais no Brasil Contemporâneo. fnuap. Sales, Teresa. 1996. Migrações de Fronteira entre o Brasil e os Países do Mercosul. Revista Brasileira de Estudos de População, v. 13, n. 1, jan./jun. Santillo, M. 1994. Estudios e investigaciones recientes sobre migraciones internacionales en los países integrantes del Mercosur. Seminário Regional Globalización y Migraciones Internacionales en América Latina y Caribe. Santiago. Sassen, S. 1998. As cidades na economia mundial. São Paulo: Ed. Studio Nobel. ______.1988. The Mobility of Labor and Capital, Cambridge: Cambridge University Press. Silva, S. 1995. Migrantes Laborais na América do Sul: o caso dos bolivianos. In: N.L. Patarra (coord). Emigração e Imigração Internacionais no Brasil Contemporâneo. São Paulo: fnuap. Sprandel, M. 1998. Brasileiros de Além-Fronteira: Paraguai. O Fenômeno Migratório no Limiar do Terceiro Milênio – Desafios Pastorais: Editora Vozes. Villa, M. e J. Martínez. 2000. Tendencias e Patrones de la Migración Internacional en América Latina y Caribe. Simpósio sobre Migraciones Internacionales en las Américas. oim/cepal-celade/fnuap: Costa Rica. 138

Conexões geográficas e movimentos migratórios internacionais no Brasil meridional

Ralfo Matos Carlos Lobo João Stefani Fernando Gomes Braga Introdução Brasil, Argentina, Uruguai e Paraguai têm uma história comum que data do inicio do período colonial, quando as frentes de exploração e ocupação penetravam a bacia Platina, porquanto reconheciam o notável quadro natural como de valor estratégico em termos econômicos e geopolíticos, pivô de disputas entre as coroas espanhola e portuguesa pelo domínio das rotas comerciais nos séculos xvi e xvii. Desde essa época, dois fatores geográficos extraordinários caracterizam a região: i) terra fértil, plana, com abundante pasto, além dos açudes que favoreciam a multiplicação dos rebanhos, e ii) papel centralizador e articulador do rio da Prata (que permitia as conexões entre o Atlântico e as zonas de mineração de prata em Potosi) com o restante da América. No Brasil, grande parte dessa região era considerada como terras de ninguém, desarticulada dos processos de ocupação que ocorriam na fachada litorânea do continente, o que, de fato, não correspondia à reali-

.

A região platina colonial compreendia, aproximadamente, a área que se estendia desde o rio Salado, ao sul de Buenos Aires, delimitando-se a noroeste pelas áreas ao norte do rio Negro (Uruguai) até o rio Jacuí (rs). (Reichel e Gutfreind, 1996).

139

Matos, Lobo, Stefani, Gomes Braga

dade, já que “desde o século xvii, homens cruzavam os campos a galope, caçavam gado bravio ou ali se fixavam permanente ou sazonalmente”. Provavelmente, terra de ninguém fosse “um recurso ideológico utilizado pelos historiadores rio-grandenses para legitimar o interesse português por um território que, segundo o Tratado de Tordesilhas, era possessão da Coroa Espanhola”.(Reichel e Gutfreind, 1996: 18) . No século xvii, o processo de ocupação da região pelos espanhóis, utilizou-se das missões jesuíticas, enquanto os portugueses valiam-se dos bandeirantes paulistas no apresamento de índios e na busca de metais preciosos. Durante algum tempo, a ocupação se fez sem conflitos, mas com o fim da União Ibérica, em 1640, reacenderam-se as disputas territoriais. Em 1676 os portugueses fundaram a Colônia de Sacramento, o que motivou a invasão espanhola da margem esquerda do Rio da Prata. As disputas em torno de Sacramento acabaram contribuindo para a efetiva ocupação da região platina por portugueses e espanhóis. Paralelamente, aumentava a importância geopolítica de Buenos Aires nos séculos xvii, xviii e xix, valendo-se das articulações com localidades mineradoras e se constituindo em região próspera na agricultura e principalmente na pecuária. A integração regional avançava através do comércio entre as cidades que ligavam Buenos Aires ao Alto Peru, Lima e região de Cuyo - onde sobressaíam as cidades de San Juan, Mendoza e San Luiz - e pela província do Paraguai e parte do atual Rio Grande do Sul (que produzia erva-mate e tabaco, amplamente consumidos na região). Quando os movimentos de independência eclodiram na América do Sul as questões territoriais na região do Prata tornaram-se tensas. Em 1816 o Brasil invadiu o atual Uruguai anexando-o ao Império, o que fez surgir inúmeros conflitos com os interesses argentinos. A solução foi fazer

.

.

A historiografia da Argentina e do Uruguai, plasmada pelas manifestações de nacionalismo, unificação territorial, identidade e progresso, heroísmo do colonizador branco e segregação do elemento nativo, também acabou por ignorar as fortes relações que existiam entre as diversas sub-regiões da bacia do Prata. “Durante o século xviii, a Região Platina integrou um mercado interno que dinamizou a economia colonial na América do Sul até quase o seu final. Ao lado da presença do centro minerador de Potosi e das cidades de São Paulo e Rio de Janeiro, um importante sistema fluvial facilitou a interiorização das atividades comerciais num território bastante amplo e que apresentava uma produção diversificada. Os rios Paraná, Paraguai e Uruguai possibilitaram o intercambio comercial entre as diversas economias regionais que se constituíram no interior da América Meridional...” (Reichel e Gutfreind, 1996:90).

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Conexões geográficas e movimentos migratórios internacionais

do Uruguai uma espécie de estado tampão, fruto também de interesses ingleses em impedir o monopólio do Brasil ou da Argentina na navegação dos rios da Província Cisplatina (Andrade, 1989) . Os esforços de integração no século xx Com o século xx surgem os primeiros esforços de integração na região. As marcas que a Guerra do Paraguai deixou ainda estavam vivas e marcou profundamente todos o países beligerantes por muito tempo. Em fins do século xix sabia-se da grande importância geopolítica da região já que, antes do canal do Panamá e da ascensão americana após a I Guerra Mundial, eram por demais evidentes os interesses da maior potência econômica que o mundo jamais vira, a Grã Bretanha, a única que de fato protagonizava o capitalismo em sua marcha globalizante pré 1914. Assim, não obstante os períodos de guerra e paz, cooperação e rivalidades, a experiência parecia apontar que valia a pena promover ações consistentes que impulsionassem a formação de pactos econômicos e governamentais dirigidos à integração da região. Eram múltiplos os interesses envolvendo uma região que fora muito conturbada e que aglutinava diretamente vários países. As primeiras tentativas mais efetivas de união aduaneira bilateral entre Brasil e Argentina datam do início da década de 1940. O esforço previa a participação de outros países, mas o projeto não foi levado adiante em função de conjunturas políticas adversas, período de grandes conflitos mundiais, baixa industrialização e diferenças comerciais entre os parceiros externos. Durante os anos de 1950 o governo peronista renovou sua intenção em aumentar as articulações com o Brasil, tentativas também frustradas diante das orientações políticas e diplomáticas desses países no contexto mundial da Guerra Fria. Finalmente, em 1960, com o tratado de Monte-

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Enquanto isso, o Paraguai independente introduzia uma forma de desenvolvimento que privilegiava o mercado interno e aprofundava o estilo de ocupação auto-suficiente baseada na pecuária extensiva, agricultura e projetos de industrialização. O governo de Francisco Solano López ao empreender campanhas militares de anexação territorial, motivou a convergência dos interesses de Brasil, Argentina e Inglaterra, o que resultou a trágica guerra de 1864 a 1870. Com a vitória da Tríplice Aliança, ampliaram-se os territórios de Brasil e Argentina em toda a região do Prata e tornou-se livre navegação pelo rio Paraguai.

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vidéu, formava-se uma zona de livre comércio, a Associação Latino-Americana de Livre Comércio (Alalc). Nos vinte anos subseqüentes tais iniciativas experimentaram avanços e recuos, de acordo com as restrições políticas impostas por períodos de governos militares ou pela concorrência com outros projetos mais amplos, como o Pacto Andino (1969). De outra parte, no âmbito da Alalc, as transações comerciais mais importantes davam-se entre Brasil e Argentina, apesar de objetivos conflitantes impedirem maiores aproximações, especialmente no que se refere ao uso dos recursos hídricos da bacia platina. Em 1980, graças aos movimentos de redemocratização e dos novos interesses econômicos vigentes, um segundo tratado de Montevidéu substitui a Alalc pela aladi, e os anos seguintes favorecem movimentos a favor da integração econômica. O aumento das articulações a partir de liberalizações do comércio e políticas setoriais obedecia a uma lógica industrial de fortalecimento da base econômica sub-regional. Assim era lançado o conceito de Mercosul (Almeida, 2002). As mudanças derivadas da expansão dos fluxos econômicos na era da Globalização motivaram o aprofundamento dos blocos econômicos em todo o Mundo e aceleraram as praticas livre cambistas assumidas por Brasil e Argentina nos governos Carlos Menem e Fernando Collor. A expansão dos mercados por meio da queda de barreiras alfandegárias tornou possíveis novas rodadas de negociação, com a inclusão do Paraguai mediante a assinatura do Tratado de Assunção em 1991. A integração regional e o Mercosul ganhavam um novo ímpeto. Mesmo com as dificuldades práticas e jurídicas, entraves na pauta de bens não tarifados e eventuais desequilíbrios nas trocas comerciais, tudo indica que a integração da região é um caminho sem volta. Efeitos sociais e econômicos de importância participam da reestruturação das relações entre os países, mesmo que tais efeitos não atinjam a totalidade dos territórios. Chegou-se a estimar que o Mercosul atingiria, em meados dos anos de 1990, um mercado de 190 milhões de pessoas e um pib agregado de 620 bilhões de dólares. Criticando esse otimismo, Arroyo (1996) afirma que os negócios do Mercosul se restringiriam às áreas delimitadas por Belo Horizonte, Assunção, Córdoba, Mendoza, Neuquém e Bahia Blanca, o que corresponderia a somente 100 milhões de pessoas e um pib de 460 bilhões de dólares. Mesmo admitindo a veracidade destes números, não se pode ignorar o fato de que o Mercosul tem ainda um alto potencial 142

Conexões geográficas e movimentos migratórios internacionais

de integração, pois já alcançou negócios que representaram 74% do pib agregado dos quatro países e cerca de 53% de suas populações. Os reflexos sobre a produção do espaço, resultantes da expansão das atividades comerciais, parecem indicar níveis de seletividade econômicoespaciais, ao gerar concentração em áreas fronteiriças, crescentemente bem equipadas e estruturadas economicamente: “As ações hegemônicas beneficiam-se das relações de contigüidade entre os países, justamente onde o grau de racionalização da organização espacial pretérita permite um melhor aproveitamento da produtividade espacial, como o sul e o sudeste do Brasil. Por isso mesmo são nestas frações tecnicizadas do território que estão ocorrendo cumulativamente os grandes investimentos em infra-estrutura; onde já havia objetos técnicos, implantam-se os objetos técnico-informacionais que irão operar em forma de sofisticados sistemas unificados, alterando toda a antiga estrutura espacial” (Bernardes, 1997: 154).

Os movimentos econômicos no Mercosul têm permitido a formação de nichos espaciais altamente concentrados em termos de fluxos de capital e informação, prefigurando localizações com vantagens comparativas capazes de atrair investimentos e redinamizar mercados sub-regionais, o que torna o bloco econômico mais competitivo globalmente. Empresas e governos têm procurado instalar novas infra-estruturas por toda a região, imprimindo maior funcionalidade às diversas organizações espaciais já existentes. Tais ações compreendem investimentos no sistema de telecomunicações, transporte, energia, ensino e serviços no alto terciário. Por esse conjunto de transformações econômicas e espaciais, cidades e metrópoles assumem novos papeis como centros de decisão e nódulos estratégicos na rede de comércio, circulação e informações em vastas extensões das áreas meridionais do Cone Sul. Metrópoles como São Paulo e Buenos Aires são compelidas a se modernizarem, a fim de atenderem às exigências dos mercados globalizados, assumindo, inclusive, características de cidades mundiais.

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Além disso, a experiência do Mercosul tem sido uma oportunidade para que empresas nacionais se tornem transnacionais, uma vez que o porte dos investimentos, a logística e as transações comerciais favorecem a fusões, parcerias e instalação de grandes corporações.

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Urbanização, conexões de integração geográfica, rede de cidades e população O processo de urbanização no Brasil e nos demais países do Mercosul na segunda metade do século xx foi um dos mais intensos do mundo, por uma série de razões bem conhecidas, tais como: desestabilização de economias agrárias e piora no nível de subsistência de populações em rápido crescimento; expansão da industrialização e da modernização nos marcos do avanço do capitalismo ocidental; oferta de bens e serviços vitais na área de saúde, saneamento, habitação e educação; e aumento real e virtual de oportunidades de emprego e renda nas cidades em expansão. Desde a primeira metade do século xx, como forma de fugir às diversas restrições que tipificavam o meio rural da região, milhares de indivíduos e famílias formavam grandes correntes migratórias que procuravam se fixar em cidades mais dinâmicas, tais como São Paulo, Buenos Aires e Assunção, não obstante as temporalidades e o ritmo de urbanização relativamente distinto de cada um dos países da região. Os gráficos abaixo não deixam dúvidas ao apontar a intensidade da expansão demográfica na segunda metade do século xx, particularmente no Brasil e Paraguai. Argentina e Uruguai já haviam experimentado, desde fins do século xix, crescimento notável de suas populações e intensa urbanização nas áreas de Buenos Aires e Montevideu, vencendo algumas das etapas da transição demográfica antes dos demais. De toda a forma, o crescimento das cidades e a metropolização foram ingredientes chaves no processo de urbanização das áreas meridionais da América do Sul nas últimas seis décadas. A população urbana, em menos de 50 anos, multiplicou-se por 6,0 no Brasil, por 4,5 no Paraguai e por 2,0 na Argentina. A região metropolitana de São Paulo, que possuía uma população 2.334.038 habitantes em 1950, chegou a 15.971.292 em 1996; a de Assunção evoluiu de 260.909 habitantes em 1950 para 1.177.215 em 1992; enquanto Buenos Aires com seus impressionantes 7.254.917 habitantes em 1947 chegou a 15.560.377 em 1991.

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Os dados da cepal indicam que no Uruguai o crescimento demográfico e a urbanização foram pouco expressivos no período. A região metropolitana de Montevideu, por exemplo, em 1960 acumulava uma população da ordem de 1.309.922 habitantes. Trinta anos mais tarde esse número chegou a 1.591.405 pessoas.

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segunda metade do século XX, particularmente no Brasil e Paraguai. Argentina e Uruguai já haviam experimentado, desde fins do século XIX, crescimento notável de suas populações e intensa urbanização nas áreas de Buenos Aires e Montevideu, vencendo algumas das etapas da transição demográfica antes dos demais. De toda a forma, o crescimento das cidades e a metropolização foram ingredientes chaves no processo de urbanizaçãoConexões das áreas meridionais da América do Sul nas últimas seisinternacionais décadas. A geográficas e movimentos migratórios população urbana, em menos de 50 anos, multiplicou-se por 6,0 no Brasil, por 4,5 no Paraguai e por 2,0 na Argentina. A região metropolitana de São Paulo, que possuía uma população ráfico 1em 1996; a de Assunção evoluiu de 2.334.038 habitantes em 1950, chegou aG15.971.292 260.909 habitantes em 1950 para 1.177.215 1992; enquanto Buenos Aires com seus Evolução da populaçãoemdos paises do Mercosul impressionantes 7.254.917 habitantes em 1947 chegou a 15.560.377 em 19916. no período 1950-1990 GRÁFICO 1 Evolução da população dos paises do Mercosul no período 1950-1990

Fonte: Anuário Estatístico da Cepal, 2003. O BrasilAnuário viveu, deEstatístico fato, um processo urbanização muito dinâmico nos estados de São Fonte: da Cepal,de2003. Paulo, Rio de Janeiro, Minas Gerais, Paraná e Rio Grande do Sul, onde o transporte rodoferroviário favoreceu a formação e desenvolvimento de um sistema urbano interligado e O Brasil viveu,espraiou-se de fato, pelo um Centro-Oeste processo dea partir urbanização muito dinâmico integrado. Esse sistema de 1960 com a fundação de nos estados de São Paulo, Rio de Janeiro, Minas Gerais, Paraná e Rio Brasília e a custa de esforços governamentais dirigidos à expansão das fronteiras agrícolas, interiorização da ocupação territorial e rodo-ferroviário industrialização do favoreceu campo. As a cidades se Grande do Sul, onde o transporte formação multiplicaram, as comunicações se estreitaram e a rede urbana brasileira, bastante débil na e desenvolvimento de um sistema urbano interligado e integrado. Esse metade do século, incrementou-se fortemente na segunda metade do século XX. sistema pelo1, Centro-Oeste a partir 1960 com a fundação A partir deespraiou-se análise da Figura nota-se a alta densidade da de malha hidro-rodoviária que articula as localidades urbanas região, o governamentais que não deixa dúvidasdirigidos sobre o nível de integraçãodas de Brasília e a custa de na esforços à expansão regional alcançado. Nas áreas ao norte do Cone Sul as BRs 163 e 463 ligam as cidades de fronteiras agrícolas, interiorização da ocupação territorial e industrialiCampo Grande e Dourados (MS) ao Paraguai, passando pela cidade fronteiriça de Pedro zação do campo. Asdocidades as comunicações se esJuan Caballero. No Estado Paraná a se BR multiplicaram, 277 é a principal rodovia de acesso ao Paraguai, até Foz do Iguaçu. Em Santa Catarina a BR 282, bastante que cruza odébil estado na de leste a oeste, a treitaram e a rede urbana brasileira, metade dochega século,

incrementou-se fortemente na segunda metade do século xx. Os dados da CEPAL indicam que no Uruguai o crescimento demográfico e a urbanização foram pouco expressivos no período. Ametropolitana partir de análiseporda Figura nota-se a altada densidade malha A região de Montevideu, exemplo, em 19601, acumulava uma população ordem de 1.309.922da habitantes. Trinta anos mais tarde esse número chegou a 1.591.405 pessoas. hidro-rodoviária que articula as localidades urbanas na região, o que não deixa dúvidas sobre o nível de integração regional alcançado. Nas áreas ao norte do Cone Sul as BRs 163 e4463 ligam as cidades de Campo Grande e Dourados (ms) ao Paraguai, passando pela cidade fronteiriça de Pedro Juan Caballero. No Estado do Paraná a br 277 é a principal rodovia de acesso ao Paraguai, até Foz do Iguaçu. Em Santa Catarina a br 282, que cruza o estado de leste a oeste, chega a fronteira na região de São Miguel do Oeste. No estado do Rio Grande do Sul são três as rodovias mais importantes, que fazem simultaneamente a ligação com a Argentina e o Uruguai: a br 285 e a br 290 que unem Passo Fundo e Porto Alegre a Uruguaiana, e a rodovia br 116 que liga Porto Alegre a Pelotas, com conexões secundárias para Bagé e Santana do Livramento. Quanto às vias hidrográficas mais importantes destacam-se as ligações ao longo de vários trechos dos rios Tietê e Paraná, sobretudo para finalidades econô6

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micas, abrangendo diversas barragens e eclusas. Também é importante o papel representado pelas vias dos rios Paraguai e Uruguai. Centralidades territoriais em expansão As redes urbanas são o resultado da afirmação histórica dos lugares com funções diferenciadas e estratégicas nas economias nacionais. Não é por outra razão que Christaller já observava que as principais localidades “são dotadas de funções centrais, isto é, atividades de distribuição de bens e serviços para uma população externa, residente na região complementar”, na hinterlândia. “A centralidade de um núcleo, por outro lado, refere-se ao seu grau de importância a partir de suas funções centrais: maior o número delas, maior a sua região de influência, maior a população (grifo nosso) externa atendida pela localidade central, e maior sua centralidade” Corrêa (1994: 21). Como exposto no capítulo 1, pode-se analisar mudanças importantes que acompanham a emergência e consolidação de territorialidades mediante utilização do conceito de rede, particularmente o de rede urbana, cujos critérios de definição focalizem dados populacionais. Vimos que a espacialização dos resultados permitiu a subdivisão da Rede de Localidades Centrais (rlc) em três subconjuntos notáveis, tendo em vista o grau de densificação e posição das principais cidades. Um deles, a fração Centro-Sul, é constituído por amplas porções das Regiões Sudeste e Centro Oeste, e a integralidade do Sul. São espaços de alta centralidade configurando uma rede intrincada e densa, com múltiplas articulações viárias. Esse desenho só perde intensidade a partir de Brasília e Distrito Federal, em direção a Palmas e Araguaína, ou nas conexões de Minas Gerais com o sul/sudoeste da Bahia. Os movimentos migratórios respondem, em boa medida, pelo dinamismo das interconexões e funcionalidades que estruturam a rede de localidades urbanas centrais do Brasil, porquanto participam da formação e expansão desses espaços, inclusive, vinculando-se aos novos processos de integração econômica nacional e internacional em áreas do Centro Sul brasileiro. Explorando os dados de censos brasileiros pode-se lançar mais luz sobre alguns fatores demográficos e econômicos que participam desses novos processos.

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Conexões geográficas e movimentos migratórios internacionais

Figura 1 Conexões geográficas principais daFporção IGURA 1meridional da America do Conexões geográficas principais da porção da America do Urbana Sul: Redes hidrográficas, Sul: Redes hidrográficas, Redesmeridional Rodoviárias e Rede Redes Rodoviárias e Rede Urbana

@SUBTITULO = Imigrantes internacionais no centro-sul brasileiro

Não obstanteinternacionais a importância danoemigração de brasileiros Imigrantes centro-sul brasileironas últimas duas décadas do século

XX, o país ainda recebe muitos migrantes internacionais. Se discriminadas as origens regionais dos imigrantes, referentes ao período 1991-2000, verifica-se que do total de 161.048 Não obstante a importância da emigração de brasileiros nas últimas duas imigrantes procedentes das Américas, predominou o contingente de pessoas originárias dos décadas do século xx, o país ainda recebe muitos migrantes internaciopaíses do Mercosul (53,62%), seguido por aqueles procedentes da América do Norte nais. Se discriminadas origens dos imigrantes, referentes ao (27,92%) e do restante daas América do regionais Sul (18,45%). período verifica-se do total de 161.048 imigrantes proceEntre os1991-2000, imigrantes dos países doque Mercosul é decisiva a participação dos originários do Paraguai. de 71% doo total, proporçãode bastante superior aos 18% e 11% dentes dasRepresentam Américas, cerca predominou contingente pessoas originárias dos países procedentes da Argentina e Uruguai,seguido respectivamente. Não surpreende a constatação de dos do Mercosul (53,62%), por aqueles procedentes da que a maior desse fluxo migratório dirigiu-se fração Centro-Sul do Brasil. Na verdade, América doparte Norte (27,92%) e do restante daàAmérica do Sul (18,45%). 94,31% do total de imigrantes oriundos do Mercosul encontravam-se distribuídos entre os Entre os imigrantes dos países do Mercosul é decisiva a participação municípios do interior dessa fração7. Nas frações Norte e Nordeste é marcante a presença de dos originários do Paraguai. de 71% do8total, proporimigrantes provenientes do EUARepresentam e demais paísescerca da América do Sul (ver Figura 2).

ção bastante superior aos 18% e 11% dos procedentes da Argentina e Uruguai, respectivamente. Não surpreende a constatação de que a maior Dos estados brasileiros que mais receberam emigrados dos países do Mercosul, os principais destaques podem ser elencados na 7

seguinte ordem de importância: 1o nível (PR); 2º nível (RS e MS) e 3o nível (SP, SC, MT, RJ e MG).

8 Os migrantes provenientes dos EUA representam147 83% do total de imigrantes oriundos da América do Norte. Foram proporcionalmente mais relevantes na fração Nordeste, sendo que boa parte deles fazia migração de retorno. Esses imigrantes mostraram-se também numerosos nos estados de São Paulo, Minas Gerais, Rio de Janeiro e Espírito Santo. Em relação aos imigrantes procedentes dos demais países da América do Sul chama a atenção o expressivo número de bolivianos, que se dirigiram principalmente para São Paulo, além de Rondônia e Mato Grosso do Sul. Em menor proporção, destacam-se os

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parte desse fluxo migratório dirigiu-se à fração Centro-Sul do Brasil. Na verdade, 94,31% do total de imigrantes oriundos do Mercosul encontravam-se distribuídos entre os municípios do interior dessa fração. Nas frações Norte e Nordeste é marcante a presença de imigrantes provenientes do eua e demais países da América do Sul (ver Figura 2). Os fluxos migratórios do Paraguai, Uruguai e Argentina para o Brasil associam-se a fatores econômicos diversos, a exemplo de situações de aumento da pobreza em determinados países, expansão do dinamismo de economias sub-regionais do Centro Sul brasileiro, entre outros. Além desses fatores há também os laços históricos e a proximidade geográfica que unem as populações desses países. É nítida a concentração de migrantes nas áreas de fronteira com o Paraguai, Argentina e Uruguai, como indica a Figura 3, sobretudo na porção oeste do pr (no baixo curso do Paraná) e sc; no sul/sudoeste do ms (região do Pantanal); na fronteira sul do rs e no centro-sul do mt. Destacam-se também alguns núcleos urbanos de maior importância, a exemplo da rmsp, de Brasília e Rio de Janeiro, bem como de localidades do litoral e do próprio interior paulista. Há, contudo, diferenças na distribuição dos imigrantes procedentes de cada um desses países. Ao discriminar a procedência desses imigrantes, como exposto na Tabela 1, tem-se o seguinte quadro: 1) do total de imigrantes oriundos do Paraguai, predominaram os movimentos em direção ao pr (60,30%) e, em menor escala, para o ms (16,80%); 2) no caso dos procedentes da Argentina, o fluxo esteve direcionado principalmente para SP (24,80%), rs (18,20%) e pr (15,16%), além de sc e rj (13,74% e 12,62% respectivamente); 3) os imigrantes vindos do Uruguai distribuem-se por espaços mais restritos ao rs e áreas da fronteira gaucha (79%). Essa espacialidade diferenciada pode ser observada nos mapas em seqüência. Para além das diferenças em termos numéricos, parece claro a

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Dos estados brasileiros que mais receberam emigrados dos países do Mercosul, os principais destaques podem ser elencados na seguinte ordem de importância: 1o nível (pr); 2º nível (rs e ms) e 3o nível (SP, sc, mt, rj e mg). Os migrantes provenientes dos eua representam 83% do total de imigrantes oriundos da América do Norte. Foram proporcionalmente mais relevantes na fração Nordeste, sendo que boa parte deles fazia migração de retorno. Esses imigrantes mostraram-se também numerosos nos estados de São Paulo, Minas Gerais, Rio de Janeiro e Espírito Santo. Em relação aos imigrantes procedentes dos demais países da América do Sul chama a atenção o expressivo número de bolivianos, que se dirigiram principalmente para São Paulo, além de Rondônia e Mato Grosso do Sul. Em menor proporção, destacam-se os imigrantes procedentes do Peru, Chile, Venezuela e Equador. Mais residual ainda são os números relativos à migração dos procedentes da América Central e Caribe (3.403 pessoas).

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Conexões geográficas e movimentos migratórios internacionais

existência de certos padrões de localização desses imigrantes no interior da fração Centro-Sul. No caso daqueles originários da Argentina, observa-se uma maior dispersão espacial por áreas não contíguas. Distribuem-se principalmente pelas seguintes localidades: porção oeste do rs, região de Porto Alegre, parte central e litoral de sc, rmsp e interior paulista, rmrj, Brasília, pela área da chamada ´Tríplice Fronteira´ e por alguns municípios no interior de mg e ms. Já os procedentes do Paraguai distribuem-se por uma extensa faixa territorial em espaços de maior contigüidade, indo desde o noroeste do rs até o interior do mt. Nesses destinos destacam-se, principalmente, a área de fronteira entre o Paraguai e o pr (sobretudo na região de Foz do Iguaçu), além do próprio interior desse estado (a exemplo do eixo Curitiba-Cascavel). Também merecem ser citadas as seguintes sub-regiões: o oeste e o litoral de sc, municípios da Grande São Paulo, o sudoeste do ms e o centro-sul do mt. Além dessas diferenças na distribuição espacial dos imigrantes do Mercosul, a análise acerca da nacionalidade desses grupos pode oferecer elementos adicionais à compreensão dos mecanismos envolvidos nesses movimentos populacionais. Se de um lado a presença de naturais do próprio país de origem é predominante no conjunto total de imigrantes procedentes da Argentina e do Uruguai (49,24% e 54,17%, respectivamente), no caso do Paraguai esse quadro se inverte (ver Tabela 2). Dos 61.357 imigrantes do Paraguai, 80% deles são brasileiros que retornaram na mesma década. Só para o estado do Paraná foram quase 40.000 o número de brasileiros de retorno (Tabela 2). Já os naturais do próprio Paraguai totalizam apenas 10.117 imigrantes, também se dirigindo predominantemente para o pr e ms. O retorno de brasileiros, ao que tudo indica, associa-se às mudanças ocorridas no espaço rural sub-regional relacionadas ao desenvolvimento da fronteira agrícola e à consolidação da modernização do campo nos estados do Centro Sul brasileiro10.

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É importante destacar que os chamados imigrantes de passagem, naturais de outro país diferente daquele de procedência e do próprio Brasil (retornados), são pouco expressivos no total de imigrantes oriundos do Paraguai, da Argentina e do Uruguai. Somados os imigrantes procedentes desses países chegam a 2.167 pessoas (cerca de 0,02% dos imigrantes do Mercosul). 10. Sales (1996), em artigo sobre as migrações na fronteira do Brasil com o Mercosul, aponta alguns elementos explicativos para o elevado número de migrantes de retornados do Paraguai: a) seriam pioneiros da fronteira paraguaia que, agora expulsos pela modernização do campo, estariam novamente cruzando a fronteira e; b) estariam atraídos pelas possibilidades de acesso à terra no Brasil, via reforma agrária, por conta da maior organização e capacidade de interlocução e pressão sobre o Estado por parte dos trabalhadores rurais.

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Figura 2 Distribuição dos imigrantes residentes nas porções regionais conforme procedência – Brasil 2000

FIGURA 3 Principais municípios receptores de imigrantes procedentes do MERCOSUL - Brasil 2000 Figura 3 (Porção Centro-Sul) FIGURA 3 Principais municípios receptores de imigrantes procedentes do 2000 Principais municípios receptores de imigrantes procedentes do MERCOSUL - Brasil Mercosul - Brasil 2000 (Porção Centro-Sul) (Porção Centro-Sul)

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Tabela 1 Número e percentual de imigrantes procedentes dos países do Mercosul, conforme Unidade da Federação de residência - Brasil 2000 de residência

Siglas

Rondônia Acre Amazonas Roraima Pará Amapá Tocantins Maranhão Piauí Ceará Rio Grande do Norte Paraíba Pernambuco Alagoas Sergipe Bahia Minas Gerais Espírito Santo Rio de Janeiro São Paulo Paraná Santa Catarina Rio Grande do Sul Mato Grosso do Sul Mato Grosso Goiás Distrito Federal TOTAL

RO AC AM RR PA AM TO MA PI CE RN PB PE AL SE BA mg ES rj SP pr sc rs ms mt GO DF

uf

Países de origem - Mercosul Argentina Paraguai Uruguai Nº % Nº % Nº % 11 0,07 655 1,07 0 0,00 0 0,00 47 0,08 0 0,00 62 0,40 6 0,01 62 0,64 0 0,00 44 0,07 0 0,00 16 0,10 284 0,46 22 0,23 0 0,00 0 0,00 0 0,00 42 0,28 4 0,01 0 0,00 50 0,32 0 0,00 0 0,00 20 0,13 47 0,08 9 0,09 212 1,38 21 0,03 0 0,00 38 0,25 26 0,04 9 0,09 47 0,31 20 0,03 0 0,00 41 0,27 58 0,09 0 0,00 124 0,81 41 0,07 0 0,00 11 0,07 36 0,06 0 0,00 271 1,77 132 0,22 157 1,63 652 4,25 410 0,67 79 0,82 119 0,78 55 0,09 0 0,00 1.935 12,62 337 0,55 206 2,13 3.806 24,82 2.942 4,80 552 5,71 2.324 15,16 36.999 60,30 164 1,70 2.107 13,74 3.33 5,43 459 4,75 2.793 18,22 2.169 3,53 7.633 78,97 157 1,03 10.352 16,87 19 0,20 35 0,23 3.096 5,05 10 0,11 150 0,98 80 0,13 15 0,16 310 2,02 165 0,27 269 2,79 15.334 100,00 61.357 100,00 9.666 100,00

Fonte: ibge, Censo Demográfico 2000 (resultados da amostra).

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Tabela 2 Número de imigrantes, procedentes dos países do Mercosul, conforme naturalidade, residentes nas Unidades da Federação - Brasil/2000 Procedência/Naturalidade Argentina Paraguai Uruguai Naturais Brasileiros Naturais Brasileiros Naturais Brasileiros Rondônia 11 0 85 557 0 0 Acre 0 0 0 47 0 0 Amazonas 44 18 0 6 8 53 Roraima 0 0 22 22 0 0 Pará 10 6 21 263 0 22 Tocantins 0 42 0 4 0 0 Maranhão 0 41 0 0 0 0 Piauí 0 20 11 35 0 9 Ceará 149 54 0 21 0 0 Rio Grande do Norte 26 12 4 22 0 0 Paraíba 10 37 0 20 0 0 Pernambuco 26 16 0 50 0 0 Alagoas 73 38 0 41 0 0 Sergipe 11 0 0 36 0 0 Bahia 174 98 8 77 96 61 Minas Gerais 264 312 93 317 13 55 Espírito Santo 71 48 6 43 0 0 Rio de Janeiro 1.193 635 116 189 133 42 São Paulo 1.928 1.52 885 1.913 332 206 Paraná 1.082 1.127 5.306 30.998 111 53 Santa Catarina 1.013 978 628 2.685 320 115 Rio Grande do Sul 1.180 1.519 386 1.773 4.194 3.339 Mato Grosso do Sul 58 99 2.154 8.152 0 19 Mato Grosso 24 8 359 2.732 10 0 Goiás 75 48 18 56 0 10 Distrito Federal 128 174 13 142 18 252 TOTAL 7.55 6.851 10.117 50.201 5.236 4.235 uf

de residência

Fonte: ibge, microdados do Censo Demográfico 2000.

No final da década de 1970, enquanto a forte entrada de capital na agropecuária brasileira resultou na expulsão de grandes contingentes de população rural, no Paraguai consolidava-se um amplo programa de modernização econômica, com destaque para a produção de soja e algo152

Conexões geográficas e movimentos migratórios internacionais

dão (Sales, 1996)11. Em meados dos anos de 1980, esse movimento migratório de fronteira entre Brasil e Paraguai inverte sua direção, iniciando uma forte corrente de migração de retorno. De forma similar ao ocorrido no Brasil, esse processo se expressa pela exploração e expropriação de produtores rurais pobres, que têm sido os grandes protagonistas dessa itinerância (Sales, 1996). Caracterização dos imigrantes nos principais municípios receptores Conforme visto anteriormente, ainda que os imigrantes oriundos do Mercosul estivessem distribuídos por quase toda a fração Centro-Sul do país, algumas áreas receptoras destacaram-se mais que outras. A análise de algumas das características ocupacionais dos imigrantes nessas áreas pode ser feita sem perder de vista as trajetórias e os fatores a ela relacionados, a posição geográfica de municípios e sua inserção no contexto econômico regional. Tomando-se como critério de seleção o estoque de imigrantes superior a 500 indivíduos, foram identificados 25 municípios receptores no interior da fração Centro-Sul (Figura 2). Desse grupo, 10 municípios pertencem a rlc aqui trabalhada, enquanto os demais fazem parte dos subespaços não pertencentes à essa rede, aqui designados genericamente de ‘Não-Rede’. Do grupo de municípios da rlc destacam-se: 1º) Foz do Iguaçu, Cascavel e Curitiba, localizados no pr e em São Paulo, todos apresentando mais de 1.000 imigrantes; 2º) Campo Grande (ms), Florianópolis (sc) e Ponta Porã (ms). Nos municípios da ‘Não-Rede’ com mais de 1.000 imigrantes, destacam-se: Santana do Livramento (rs), Coronel Sapucaia (ms), Guaíra (pr), Toledo (pr) e Marechal Cândido Rondon (pr), nessa ordem. Se observada a origem e o sexo dos imigrantes nesses municípios nota-se que, no caso dos naturais da Argentina, existe uma predominância de homens. As mulheres são maioria entre o grupo de brasileiros retornados. Quanto aos imigrantes oriundos do Paraguai ou do Uruguai há, de forma geral, uma maior igualdade numérica entre homens e mulheres,

11. De acordo com o Censo Demográfico paraguaio de 1992, havia um total de 112 mil brasileiros residentes no país. Já os movimentos sociais vinculados à Igreja estimavam um número de cerca de 500 mil imigrantes brasileiros, constituídos por 63% de paranaenses, 18% de catarinenses, 12% de gaúchos e 7% de mineiros e nordestinos (Sales, 1996).

153

Matos, Lobo, Stefani, Gomes Braga

tanto no caso dos retornados brasileiros quanto no caso dos naturais desses dois países.12 Figura 4 Imigrantes residentes nos municípios do Centro-Sul brasileiro, conforme procedência dos países do Mercosul - Brasil - 2000

Com relação às atividades de trabalho exercidas pelos imigrantes nos municípios selecionados, tomando-se como referência as categorias de ocupação definidas pelo próprio IBGE, percebe-se que, num quadro mais geral, os municípios da rede têm recebido um maior 12. Entretanto, que se ligados mencionar algumasdedistinções a exemplo dos casos de número de há imigrantes às atividades comércio importantes, e serviços. Num segundo plano, Japorã, Cândido Rondon ligados e Coronel Sapucaia. EmeJaporã ms), em relação ao grupo comparecem os imigrantes à produção de bens serviços (industriais e às ciências e artes.dos imigrantes naturais do Paraguai, uma 4, predominância homens é(176) as mulheres Todavia, como apresentado no há Gráfico nos espaços dade Não-Rede, clarasobre a prevalência de (84), às atividades agropecuária, caça em e pesca. aotrabalhadores contrário doligados que acontece emde Cândido Rondon, que o estoque de mulheres (193) é suQuando observada origem desses imigrantes, algumas especificidades podem ser perior ao dos homensa(71). No que diz respeito a Coronel Sapucaia, a distinção está relacionada identificadas. municípios da Rede, os procedentes do Paraguai predominam nas aos imigrantes Nos brasileiros retornados, divididos em 703 homens e 564 mulheres.

154 12

Conexões geográficas e movimentos migratórios internacionais

Com relação às atividades de trabalho exercidas pelos imigrantes nos municípios selecionados, tomando-se como referência as categorias de ocupação definidas pelo próprio ibge, percebe-se que, num quadro mais geral, os municípios da rede têm recebido um maior número de imigrantes ligados às atividades de comércio e serviços. Num segundo plano, comparecem os imigrantes ligados à produção de bens e serviços industriais e às ciências e artes. Todavia, como apresentado no Gráfico 4, nos espaços da Não-Rede, é clara a prevalência de trabalhadores ligados às atividades de agropecuária, caça e pesca. Quando observada a origem desses imigrantes, algumas especificidades podem ser identificadas. Nos municípios da Rede, os procedentes do Paraguai predominam nas ocupações voltadas às atividades de serviços e comércio, sobretudo no caso dos naturais do Brasil, como, por exemplo, os trabalhadores em serviços domésticos e ambulantes (ver Quadro 1). Certamente as sacoleiras e pessoas ligadas às atividades clandestinas ou semi-clandestinas fazem parte desse quadro, configurando laços entre localidades diversas que atuam na dinamização de mercados locais. Também chama atenção o número de trabalhadores lotados na produção de bens e serviços industriais, principalmente no caso dos homens ligados à construção civil. Dos imigrantes que se dirigiram para os municípios da Não-Rede, prevalecem as funções relacionadas à agropecuária, seja como trabalhadores agrícolas ou como produtores diretos. Nesse mesmo grupo de imigrantes, as atividades de comércio e serviço são menos expressivas, sendo numericamente mais significativas no caso das mulheres. No entanto, apesar das distinções em relação aos residentes na Rede e Não-Rede, parece não haver grandes diferenças ocupacionais se comparados brasileiros e paraguaios. Por outro lado, quando analisados os imigrantes procedentes da Argentina, as distinções no quadro de ocupações aparecem de forma mais evidente. Entre os naturais da Argentina residentes nos municípios da Rede destacam-se os profissionais ligados às ciências e artes, membros do poder público, dirigentes e gerentes (sobretudo os homens). No caso dos brasileiros retornados, residentes na Rede, são preponderante as atividades voltadas ao comércio e serviços (mulheres), e à produção de bens e serviços industriais (homens). Quanto aos imigrantes provenientes do Uruguai - entre os quais, à exceção do Rio Grande do Sul, é pequena a presença de brasileiros - que se encaminharam preferencialmente para municípios da Não rede, há forte predominância das atividades de serviços e comércio (vendedores de lojas e mercados, serviços domésticos, por exemplo). Em 155

ocupacionais se comparados brasileiros e paraguaios. Por outro lado, quando analisados os imigrantes procedentes da Argentina, as distinções no quadro de ocupações aparecem de forma mais evidente. Entre os naturais da Argentina residentes nos municípios da Rede destacam-se os profissionais ligados às ciências e artes, membros do poder público, dirigentes e gerentes (sobretudo os homens). No caso dos Matos, Lobo, Stefani, Gomes Braga brasileiros retornados, residentes na Rede, são preponderante as atividades voltadas ao comércio e serviços (mulheres), e à produção de bens e serviços industriais (homens). Quanto menor expressão também podem ser mencionadas as ocupações voltadas aos imigrantes provenientes do Uruguai - entre os quais, à exceção do Rio Grande do Sul, é à produção de bens e serviços industriais e a agropecuária (em ambos os pequena a presença de brasileiros - que se encaminharam preferencialmente para municípios casos há predominância de homens). As mulheres novamente ocupam poda Não rede, há forte predominância das atividades de serviços e comércio (vendedores de sições sobretudo ligadas ao comércio e aos serviços. lojas e mercados, serviços domésticos, por exemplo). Em menor expressão também podem ser mencionadas as ocupações voltadas à produção de bens e serviços industriais e a agropecuária 4 As mulheres novamente ocupam posições Gráfico (em ambos os casos há predominância de homens). sobretudoOcupação ligadas ao comércio e aos serviços. dos imigrantes procedentes do Mercosul, residentes GRÁFICO 4 discriminados na Rede e nos principais municípios receptores, Ocupação dos imigrantes procedentes do Mercosul, residentes nos principais municípios Não-Rede do Centro-Sul brasileiro – 2000 receptores, discriminados na Rede e Não-Rede do Centro-Sul brasileiro – 2000

QUADRO 1 Imigrantes procedentes de países do Mercosul residentes em municípios da Rede e Não-Rede Conclusão do Centro-Sul segundo ocupações – Brasil 2000

Antigas e novas territorialidades parecem se afirmar no Brasil meridional, favorecendo o dinamismo de determinados localidades em todo o Cone Sul. Além das interconexões econômicas e políticas historicamente consolidadas, dos mercados flexibilizados ou em processo de consolidação, 13 expressivos movimentos populacionais têm contribuído para uma nova etapa de estruturação da rede urbana regional, intensificando, inclusive, as relações do Brasil com os países vizinhos, notadamente com a Argentina, o Paraguai e o Uruguai. Relações claramente evidenciadas pela participação dos imigrantes procedentes desses países no balanço migratório da região, superando numericamente as procedências de outras regiões das Américas. No caso dos emigrantes do Paraguai há peculiaridades identificadas nos diversos pontos da Rede e nos demais subespaços regionais. Estados como o Paraná, Mato Grosso do Sul e Rio Grande do Sul, sobretudo nas 156

Argentina

Paraguai

Uruguai

157

Municípios selecionados da 'Não rede' Vendedores ambulantes Guardas e vigias Vendedores e demonstradores em lojas ou mercados Ministros de cultos religiosos, missionários e afins Trabalhadores de cargas e descargas de mercadorias Instrutores e professores de escolas livres Trabalhadores dos serviços doméstico em geral XXX XXX XXX Trabalhadores agrícolas Trabalhadores dos serviços doméstico em geral Produtores agrícolas Trabalhadores de estruturas de alvenaria Trabalhadores de cargas e descargas de mercadorias Trabalhadores agrícolas Trabalhadores dos serviços doméstico em geral Produtores agrícolas Trabalhadores de estruturas de alvenaria Trabalhadores na pecuária Vendedores e demonstradores em lojas ou mercados Trabalhadores dos serviços doméstico em geral Gerentes de produção e operações Trabalhadores de estruturas de alvenaria Mecânicos de manutenção de veículos automotores Garçons, barmen e copeiros Trabalhadores de caldeiraria e serralheria Guardas e vigias Vendedores e demonstradores em lojas ou mercados Recepcionistas

Municípios selecionados da 'Rede' Gerentes de áreas de apoio Membros das forças armadas, policiais e bombeiros Gerentes de produção e operações Professores da educação geral do ensino médio Escriturários, agentes e auxiliares administrativos Gerentes de áreas de apoio Vendedores ambulantes Escriturários, agentes e auxiliares administrativos Trabalhadores de estruturas de alvenaria Médicos Trabalhadores dos serviços doméstico em geral Operadores de máquinas de costura de roupas Gerentes de produção e operações Vendedores e demonstradores em lojas ou mercados Vendedores ambulantes Trabalhadores dos serviços doméstico em geral Trabalhadores de estruturas de alvenaria Vendedores ambulantes Trabalhadores de cargas e descargas de mercadorias Ajudantes de obras civis Gerentes de áreas de apoio Vendedores e demonstradores em lojas ou mercados Professores da educação geral do ensino médio Desenhistas industriais, escultores, pintores e afins Gerentes de produção e operações Guardas e vigias Condutores e operadores polivalentes Gerentes de áreas de apoio Veterinários Engenheiros civis e afins

@SUBTITULO = Conclusão Antigas e novas territorialidades parecem se afirmar no Brasil meridional, favorecendo o dinamismo de determinados localidades em todo o Cone Sul. Além das interconexões econômicas e políticas historicamente consolidadas, dos mercados flexibilizados ou em processo de consolidação, expressivos movimentos populacionais têm contribuído para uma

1ª 2ª Naturais 3ª 4ª 5ª 1ª 2ª Brasileiros 3ª 4ª 5ª 1ª 2ª Naturais 3ª 4ª 5ª 1ª 2ª Brasileiros 3ª 4ª 5ª 1ª 2ª Naturais 3ª 4ª 5ª 1ª 2ª Brasileiros 3ª 4ª 5ª

Procedência/ Naturalidade

Quadro 1 Imigrantes procedentes de países do Mercosul residentes em municípios da Rede e Não-Rede do Centro-Sul segundo ocupações – Brasil 2000

Conexões geográficas e movimentos migratórios internacionais

Matos, Lobo, Stefani, Gomes Braga

áreas de fronteira, têm se destacado como destinos preferenciais dessas populações. Em sua maioria, são brasileiros fazendo migração de retorno, enquanto entre os imigrantes procedentes da Argentina e do Uruguai ocorre a predominância dos naturais desses países. Outro aspecto relevante diz respeito à distribuição espacial dos migrantes. Se por um lado, os procedentes do Paraguai e do Uruguai apresentam-se mais concentrados em determinadas faixas territoriais, os originários da Argentina estão bem mais dispersos espacialmente. As características de ocupação desses grupos associam-se à própria origem e destino dos fluxos migratórios, o que reflete diretamente as funções e os níveis de inserção econômico-regional. Nesse sentido, cabe destacar o expressivo número de migrantes ligados às atividades de serviços e comércio e, em menor numero, à produção de bens e serviços industriais. Por outro lado, também não é desprezível o número de procedentes do Paraguai, vinculados às atividades agropecuárias, dadas as condições das economias agrícolas locais. Enfim, as evidências estão a indicar que as lógicas que presidem a movimentação da população na bacia do Prata constroem não só a articulação socioeconômica entre lugares de países distintos, apoiada pelas redes sociais da migração, quanto oferece espaço para a revitalização de vínculos entre descendentes de antigos ocupantes, como os povos da floresta, castelhanos, bandeirantes, estancieiros, sertanejos, etc. As fronteiras territoriais dos estados da região, não obstante as guerras e sucessivas manifestações de afirmação de governos nacionalistas, não foram capazes de eliminar relações fundadoras, aquelas que a natureza geográfica da pré-modernidade deixou impregnadas na região. Referências bibliográficas Almeida, Paulo R. 2004. “A evolução do Mercosul”. Artigo publicado na Revista Impulso, Piracicaba: unimep. Disponível no site www.pralmeida.org. Acesso em 29/06/2004. Andrade, Manuel Correia de. 1989. Geopolítica do Brasil. São Paulo: Ática. Arroyo, Mônica. 1996. “Mercosul: discurso de uma nova dimensão do território que encobre antigas falácias”. In SANTOS, M., M.A. SOUZA. e M. L. SILVEIRA. Território: Globalização e Fragmentação. São Paulo: Hucitec/ Anpur. 2º Ed. p. 308-315.

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Conexões geográficas e movimentos migratórios internacionais

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Pobreza, marginación y migración mexicana a Estados Unidos

René Martín Zenteno Quintero Introducción La pobreza que aflige a una parte significativa de nuestra sociedad y la migración México-Estados Unidos constituye uno de los temas más prominentes de las ciencias sociales y de la opinión pública en México. A pesar de que estos fenómenos fueron abordados de forma independiente por muchas décadas, los últimos lustros han sido testigos de una creciente conexión entre ambos. Esta tendencia a vincular cada vez más el éxodo mexicano con la pobreza nacional posee una dosis apreciable de sensatez a la luz de las siguientes consideraciones: 1. En los últimos veinte años la sociedad mexicana ha sido azotada por severas crisis financieras o recesiones económicas. Durante este tiempo México experimentó el menor crecimiento económico de su historia post-revolucionaria: pib promedio menor a un punto porcentual anual. Por lo tanto, no es sorpresa que recientemente uno de cada dos hogares mexicanos fuera clasificado como pobre (Sedesol, 2002). Paralelamente, hemos sido testigos de un incremento sin precedentes no sólo de la emigración a Estados Unidos, sino también del capital remitido por los migrantes a sus familiares en México. 2. El hecho de que la migración mexicana hacia Estados Unidos se haya extendido prácticamente a todas las regiones del país en los últimos

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René Martín Zenteno Quintero

lustros. A pesar de que la información disponible en México continúa mostrado el carácter predominante de la región tradicional o histórica de esta migración (Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, San Luis Potosí y Zacatecas), entre los nuevos lugares de origen de la migración destacan tres entidades con niveles altos de pobreza y marginación: Veracruz, Puebla y Oaxaca. 3. La predominancia que el mismo tema de pobreza ha adquirido en la agenda pública y académica, principalmente como resultado del creciente interés del gobierno federal por establecer políticas públicas para su combate (por ejemplo, Progresa u Oportunidades). Con ello, no es extraño observar que las discusiones sobre pobreza se han vinculado a un número importante de temáticas de las ciencias sociales en México. 4. El crecimiento del número de mexicanos viviendo en condiciones de pobreza en Estados Unidos como consecuencia de las políticas de inmigración y seguridad fronteriza del gobierno norteamericano. Estas políticas han erosionado significativamente el modelo de migración circular que históricamente ha caracterizado la movilidad de mano de obra entre los dos países, y obligado a cientos de miles de mexicanos a extender sus estadías en Estados Unidos e intentar sobrevivir en condiciones de mercado de trabajo desventajosas en comparación con los trabajadores norteamericanos. Como veremos más adelante, el tema de la pobreza ha sido tratado de forma poco sistemática en los estudios de la migración México-Estados Unidos. Su articulación no es ajena a análisis empíricos poco rigurosos y, en consecuencia, a resultados en apariencia contradictorios. A pesar de ello, la posición dominante apunta hacia la imposibilidad de la población más pobre del país de sufragar los costos económicos —por ejemplo, costo de coyotes y polleros— y no-económicos —carencia de redes sociales— de la migración hacia el norte. A la vez, la argumentación tiende a favorecer más el papel de las redes sociales que la condición socioeconómica en la explicación del éxodo mexicano a Estados Unidos. La presente investigación intenta contribuir a la discusión formal del vínculo pobreza-migración en México. Su objetivo es doble. Por un lado,

.

El Consejo Nacional de Población apunta que 95% de los municipios del país tienen algún tipo de conexión con la migración internacional.

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Pobreza, marginación y migración mexicana a Estados Unidos

presentar un panorama general de las principales ideas vertidas sobre esta relación en los estudios de la migración de México a Estados Unidos. Segundo, realizar un análisis empírico de alcance nacional que permita entender mejor el vínculo de la migración internacional no sólo con la pobreza de los hogares mexicanos, sino también con el grado de marginación de sus municipios. Específicamente, las preguntas que intentamos contestar con esta investigación son las siguientes: 1. ¿Qué relación existe entre la pobreza y la marginación de los municipios del país y sus tasas de emigración a Estados Unidos? 2. ¿Los hogares más pobres del país y pertenecientes a los municipios más marginados tienen una mayor propensión a enviar a alguno de sus miembros a Estados Unidos a trabajar o en busca de trabajo? A diferencia de otros estudios que hacen referencia a la pobreza de forma subjetiva o la relacionan con mediciones del estatus socioeconómico o de la distribución del ingreso, nuestro estudio tiene como sustento la tipificación de cada uno de los hogares según su condición de pobreza. Para emprender esta tarea se adoptó el método comúnmente conocido como línea de pobreza. El análisis de la marginación de los municipios del país incorporó los resultados del estudio más reciente realizado al respecto por el Consejo Nacional de Población (2001). El análisis empírico se basó primordialmente en los datos de la muestra de 10% del XII Censo General de Población y Vivienda 2000. No obstante que este censo no cuenta con información de ingresos tan detallada como la proporcionada por la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, su trascendencia estriba en proveer un panorama de la emigración mexicana a Estados Unidos para una muestra representativa de los hogares de cada uno de los municipios que conforman el país. Dicho de otra forma, ninguna otra fuente puede ofrecer esa desagregación y representatividad sobre los lugares de origen de la migración México-Estados Unidos. Además, la información censal permite modelar el comportamiento de las variables sociales, económicas y demográficas en diferentes niveles de análisis: regiones, entidades federativas, municipios, hogares e individuos. La investigación sobre el tema La literatura que aborda la relación pobreza-migración puede dividirse en tres grandes grupos. Primero, los escritos anteriores a la época del 163

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Programa Bracero (1942-1964), cuyo carácter era más bien de índole descriptivo del fenómeno migratorio; segunda, los trabajos posteriores al Programa Bracero pero anteriores al establecimiento del primer programa de combate a la pobreza (Pronasol), cuyo interés por conocer con más detalle las características de los migrantes motivó a incursionar por primera vez en el concepto pobreza; y, finalmente, las investigaciones más recientes los cuales se caracterizan por desplegar un mayor debate sobre la pobreza como factor determinante del flujo migratorio hacia Estados Unidos. Las primeras investigaciones Manuel Gamio, quien desde las primeras décadas del siglo pasado se interesó en analizar la magnitud y causas de la migración mexicana hacia Estados Unidos, señaló que la migración mexicana era producto de las fluctuaciones político-económicas que emergieron a raíz de la Revolución. La baja productividad, los altos índices de desempleo y una visible crisis salarial formaron una sociedad mexicana heterogénea, resaltada por una desequilibrada distribución de la riqueza y malas condiciones de vida para una gran cantidad de trabajadores agrícolas y minifundistas endeudados (Gamio, 1930). Estas condiciones socioeconómicas coincidieron con un aumento de la demanda laboral en Estados Unidos a partir de los años veinte, de tal modo que la emigración mexicana significó una reacción a la intolerable situación económica y social del país. A pesar de que el concepto de pobreza no aparece directamente en los estudios clásicos de Gamio, su interés por mostrar la vida del inmigrante mexicano en Estados Unidos culminó en importantes conclusiones. Según sus investigaciones, la movilidad social del inmigrante mexicano durante el primer tercio del siglo xx era muy baja. Desde su llegada a Estados Unidos, el inmigrante se ubicaba en los estratos inferiores de la sociedad norteamericana, y permanecía allí hasta su retorno a México o hasta su legalización como ciudadano de esa nueva nación. Para Gamio esto ocurría debido al “[...] reducido salario con que se vieron obligados a conformarse [...] y al mismo hecho de que en su propio país ocupaban los estratos sociales inferiores” (Gamio, 1935). Es probable, entonces, que los primeros materiales sobre migración mexicana, especialmente los escritos durante las primeras décadas del siglo pasado, hayan encontrado, aunque de forma implícita, una relación proporcional entre pobreza y migración. 164

Pobreza, marginación y migración mexicana a Estados Unidos

Santibáñez (1930) aportó una descripción fotográfica e histórica de la migración mexicana. Su intento por explicar la percepción que los americanos tenían de los inmigrantes mexicanos es relevante para el interés de este trabajo. Los inmigrantes latinos, sugirió este autor, son vistos de forma amigable pero como miembros de un estrato económico y cultural inferior, sin posibilidad de crecer (Santibáñez, 1930). Este argumento, de vital importancia en los trabajos más recientes sobre migración y pobreza, siguió la misma tendencia de la época al encontrar que ambos fenómenos estaban relacionados, de manera que los inmigrantes mexicanos se desplazaban comúnmente por razones de pobreza. La postura de Paul S. Taylor difirió de sus contemporáneos. A partir de un estudio de comunidades, el trabajo de Taylor pretendió descifrar las raíces de la migración mexicana hacia Estados Unidos, así como algunas de sus consecuencias. Para Taylor, la emigración de mexicanos era esencialmente un fenómeno originado por una demanda de empleos más atractiva en el exterior, principalmente en los Estados Unidos (Taylor, 1933). Aunque no analizó directamente el factor de la pobreza en sus estudios, presumiblemente Taylor no observó una relación contundente entre ambos conceptos. Específicamente en el caso de Arandas, en Jalisco, donde Taylor llevó a cabo una de sus investigaciones más importantes, este autor señaló claramente que la migración era impulsada por los salarios más altos del mercado de trabajo norteamericano, los cuales representaban el doble de los que devengaban en suelo mexicano (Taylor, 1933). Sin embargo, esta condición parecía no ser suficiente, ya que, según los resultados de su estudio, los migrantes de esta comunidad necesitaban contar con ahorros para poder desplazarse al exterior. Aunque limitados conceptual y metodológicamente, los estudios de Gamio, Taylor y Santibáñez marcaron una brecha en los estudios de migración en México. La aportación de Manuel Gamio, cuya obra es además la más importante de aquella época, fue contundente al sugerir que los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos provenían de los estratos sociales inferiores, todo esto como resultado de un cuidadoso análisis de estadísticas obtenidas de fuentes tanto mexicanas como de Estados Unidos (Bustamante, et al., 1998). Del mismo modo, Santibáñez demos-

.

Si bien la pobreza no es una característica permanente de los estratos sociales más bajos de una sociedad, los estratos inferiores del México post-revolucionario, de acuerdo con el mismo Gamio, se distinguían por condiciones de vida muy austeras y fuertes niveles de pobreza, al menos en los estratos más bajos de la sociedad.

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tró que la percepción de los americanos sobre los inmigrantes mexicanos coincidía con la realidad de Gamio. Es decir, para los norteamericanos, el inmigrante mexicano llegaba a Estados Unidos como parte de un estrato inferior, y debido a su condición racial le era imposible mejorar su posición social (Santibáñez, 1930). Finalmente, la aportación de Taylor fue sustancial no sólo al darle un mayor peso a la demanda de mano obra en el exterior que a las condiciones locales, sino también al abordar el aspecto de los costos del desplazamiento y argumentar que los inmigrantes mexicanos debían contar con cierta cantidad de dinero ahorrada previamente a la migración. La sistematización de la investigación posteriormente a los Programas de Braceros En los lustros posteriores a la finalización de los Programas de Braceros (1945-1964), el tema de la migración mexicana hacia Estados Unidos fue tratado de formal marginal si se compara con la intensidad académica que caracterizaba a los estudios sobre la migración interna en México. Sin embargo, durante estos años surgen los trabajos pioneros de Jorge Bustamante y Wayne Cornelious. Sus trabajos se enfocaron al estudio de las características de los migrantes y de sus lugares de origen, al análisis de la eficacia de las políticas migratorias de los Estados Unidos, y a la investigación sobre los impactos de la migración en las economías de ambos países. Los trabajos dedicados a estas cuestiones definieron, a grandes rasgos y con fundamento empírico, quiénes eran los migrantes y de dónde provenían. Estas interrogantes, a su vez, dieron lugar, por un lado, al estudio de la migración indocumentada y, por el otro, a una mayor incorporación del concepto de pobreza en los trabajos sobre migración. Wayne Cornelius fue el primero en incorporar el concepto de pobreza en los estudios de migración. En una investigación sobre la migración indocumentada en Estados Unidos, Cornelius descubrió que los inmigrantes mexicanos eran más sensibles a las injusticias sociales, es decir,

.

No hay un claro consenso en la literatura sobre quién inició el análisis de la pobreza como factor determinante de la migración internacional. Para algunos autores (Bustamante, Taylor y Durand) fue Manuel Gamio el primero en colegir que los migrantes mexicanos huían de las condiciones de pobreza en que vivían. Otros (Roberts y Zúñiga) le otorgan ese lugar a la mexicana Lourdes Arizpe. Los trabajos más recientes tienden a mencionar a Jorge Bustamante, Wayne Cornelius e incluso Douglas Massey como referencias obligadas para los estudiosos de la relación entre pobreza y migración.

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a la mala distribución de la riqueza, de los salarios y, en general, a las pésimas condiciones de vida que existían en ciertos sectores del país. Estas condiciones de pobreza, según el autor, provocaban que los ilegales tuvieran una mayor propensión a tomar riesgos (Cornelius, 1979). Para Cornelius, la inmigración significaba una manifestación racional originada por el deteriorado estado socioeconómico de México y no tanto por las condiciones laborales norteamericanas o pull factors. Utilizando la información que recabó en una de las comunidades expulsoras de migrantes ilegales, Cornelius concluyó: “Los pobres de México son conscientes de las crecientes dificultades para encontrar empleo en los Estados Unidos... También son conscientes del gasto considerable que implica el viaje y del peligro de aprehensión por el INS (por sus siglas en inglés). [No obstante,] El campesino piensa que el riesgo de encontrar trabajo o de ser capturado y reportado por el INS es sustancialmente menor que el riesgo de estar desempleado, o de tener un ingreso inadecuado, si permanece en su comunidad” (Cornelius, 1979).

En su clásico trabajo Espaldas mojadas: Materia prima para la expansión del capital norteamericano, Jorge Bustamante llamó la atención sobre la situación de inopia y precariedad de las condiciones de vida de los mexicanos durante la década de los setenta, aunque probó la hipótesis de que la migración mexicana respondía más a factores de atracción de los Estados Unidos, incluyendo el impacto de las políticas gubernamentales de ese país. El gran diferencial de salarios entre ambos países y las pésimas condiciones de empleo en México, principalmente en el campo, dieron lugar a fuertes flujos migratorios; sin embargo, fue la fuerte demanda de mano de obra barata lo que motivó la creación del Programa Bracero, y fueron las cuotas anuales para la contratación de braceros, por otra parte, las que originaron los flujos de inmigrantes ilegales (Bustamante, 1975). En sus trabajos pioneros, Bustamante no analizó de forma sistemática las características socioeconómicas de los migrantes mexicanos, por lo que poco se puede extraer de los mismos sobre la relación entre migración y pobreza. Pasarían algunos años antes de que este autor hiciera señalamientos interesantes al respecto. Una de las aportaciones más valiosas para el estudio de la pobreza bajo la perspectiva de la migración es la de Lourdes Arizpe, quien en un par de estudios a principios de los años ochenta hizo una extraordinaria diferenciación entre los migrantes internos y los internacionales de procedencia rural. Basándose en un enfoque de tipo antropológico, Arizpe lanzó una propuesta distinta al señalar que los migrantes internacionales 167

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de origen rural eran campesinos no pobres, minifundistas capaces de generar una dinámica familiar de migración continua, ya fuera por motivos de supervivencia o movilidad, en la que los padres migrantes iniciaban cadenas migratorias, las cuales eran seguidas por los hijos mayores (Arizpe, 1983). Para Arizpe, la migración de campesinos a los Estados Unidos era selectiva de aquéllos que poseían tierra, pues sólo éstos tenían tanto la capacidad de solventar los costos de la migración como los contactos necesarios para garantizar un mínimo de éxito ante el máximo riesgo (Zúñiga, 1992). Del mismo modo surgieron otras investigaciones en comunidades expulsoras de migrantes internacionales, cuyas conclusiones enriquecieron la postura de Arizpe, haciéndola más clara y funcional. Entre ellas, por ejemplo, está el estudio realizado por Kenneth Roberts en los años ochenta, con el cual advirtió que los minifundistas de los estratos más bajos tendían a migrar hacia los Estados Unidos en ciertas regiones del país, mientras que los minifundistas de los estratos superiores lo hacían en otras regiones (Roberts, 1982). Este tipo de resoluciones tenía como principal argumento el acceso a las redes migratorias, ya que éstas servían como fuente de capital social para los nuevos migrantes, fueran éstos pobres o no, quienes lo convertían en trabajos o en préstamos para financiar el viaje y el cruce de la frontera (Massey, 1987). Todas las familias, rurales o urbanas, pobres o ricas, tenían acceso a las redes migratorias, aunque unas más que otras. Roberts demostró, en el caso mexicano, que la mayoría de los migrantes rurales de la región central —Jalisco, Guanajuato, Michoacán, San Luis Potosí y Zacatecas— procedían de los estratos inferiores del campesinado con tierras. El papel de las redes migratorias en la relación entre migración y pobreza fue extensamente analizado por diversos autores, sobresaliendo el trabajo de Gustavo López Castro. Su investigación, que se basó en la información recolectada a través de encuestas, historias reales y literatura previamente escrita, proporcionó interesantes deducciones. López (1986) señaló que los costos de migración, aproximadamente entre 300 y 350 dólares, eran demasiado altos para los pobres, por lo que los migrantes pertenecían generalmente a la clase media. Los ricos, añadió, migraban poco porque su nivel de subsistencia era muy superior al de los demás. La pobreza, sin embargo, no era un factor tan importante y determinante para la migración como lo eran las redes sociales. Éstas impulsaban los flujos migratorios independientemente del estado socioeconómico de las familias o de las comunidades. Las redes migratorias ofrecían “[...] dinero para 168

Pobreza, marginación y migración mexicana a Estados Unidos

préstamos, patrocinio para el viaje, una bienvenida al arribar, reducción de los costos psicológicos por el desplazamiento, alimentos a los que estaba acostumbrado el migrante, y, sobre todo, un trabajo” (López, 1986). En este segundo grupo de trabajos se manejó sin recelo el concepto de pobreza en los estudios de migración. Si bien las obras de Cornelius y Bustamante fueron los primeros intentos por integrar a la pobreza al fenómeno migratorio, sus posiciones anticipaban la culminación de una creencia comúnmente aceptada por la comunidad académica. Fueron las investigaciones en las regiones expulsoras de migrantes internacionales, con enfoques antropológicos y sociales, los que examinaron más a fondo las condiciones de pobreza como determinantes de la migración. Los trabajos de Arizpe, Roberts y López Castro son representativos de esta etapa, y sus posiciones bien se podrían sintetizar con la conclusión de la autora Sally E. Findley: “En las comunidades con pocos antecedentes migratorios, las familias de los estratos inferiores y más altos tienden a migrar más que las familias de la clase media, mientras que en las comunidades con grandes antecedentes migratorios esta relación es a la inversa” (Findley, 1987). En general, para todos ellos la situación de precariedad entre los migrantes, principalmente de origen rural, impedía pagar los costos que implica el viaje a los Estados Unidos. No obstante, tampoco rechazaron la hipótesis de que los migrantes internacionales no eran pobres, sino más bien crearon una división de estratos dentro de las clases más desfavorecidas. Es decir, los migrantes sí eran pobres, pero no los más pobres. Los estudios recientes: programas de combate a la pobreza Desde la década de los noventa se ha llevado una incipiente discusión sobre la pobreza como factor determinante en el flujo migratorio internacional. Este debate ha coincidido con la aplicación de los distintos programas sociales de México (Pronasol, 1990; Progresa, 1997; Oportunidades, 2001), de tal modo que ha servido también como un foro de discusión para juzgar las decisiones políticas tomadas en ambos lados de la frontera. Entre los trabajos más importantes sobre el tema destacan los de Douglas Massey (1987, 2000, 2003), Durand (1987, 2000), Zúñiga .

La Dr. Sally E. Findley es profesora de Salud Pública en la Universidad de Columbia, NY. Durante la década de los ochenta, sin embargo, estuvo involucrada en varios estudios sobre migración, principalmente en las Filipinas.

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René Martín Zenteno Quintero

(1992), Martin (1995, 1998, 2002), Bustamante y Taylor (1998), Escobar (1998, 2000) y Tuirán (2000). A inicios de la década de los ochenta, cuatro investigadores, encabezados por Douglas Massey, estudiaron el fenómeno migratorio en distintas comunidades de Jalisco y Michoacán. Su principal fuente de información fueron encuestas aplicadas tanto en zonas rurales como urbanas de Altamira, Chamitlán, Santiago y San Marcos. Con los datos que obtuvieron analizaron las características de los distintos tipos de migrantes: temporales, recurrentes y permanentes. Una de las aportaciones más valiosas de esta investigación tiene que ver con el perfil socioeconómico que los autores logran delinear de los migrantes, a quienes describen como personas que desean migrar en ciertos periodos de desarrollo y crecimiento. “La migración de mexicanos a Estados Unidos, [por lo tanto], no es un movimiento fortuito de gente pobre que busca salarios altos, sino un movimiento calculado por los miembros de la familia que buscan remediar necesidades específicas ocasionadas por su mismo crecimiento o por desajustes económicos” (Massey, Alarcón, Durand y González, 1987). En un nivel más amplio sobre el papel de la pobreza como factor determinante en el flujo migratorio internacional, se ha mencionado que los mexicanos que emigran a Estados Unidos de las zonas urbanas, por un lado, son personas altamente educadas de la clase media que se vieron afectadas por las crisis económicas de las décadas de los ochenta y noventa, y, por el otro, que pertenecen al sector más desfavorecido de la sociedad. Entre quienes sustentan la primera postura se encuentran Agustín Escobar y Bryan Roberts, pues en su análisis realizado sobre el impacto de las recesiones económicas en las clases medias urbanas concluyeron que los trabajadores de cuello blanco —mejor preparados— tienen que refugiarse en los Estados Unidos porque sus recursos, aunque no son suficientes para soportar las fluctuaciones económicas, les bastan para buscar la satisfacción de sus necesidades en otra parte (Escobar y Roberts, 1991). Gustavo Verduzco, en contraste, aseguró que los migrantes de origen urbano provenían de los estratos menos favorecidos, a diferencia de la migración rural, la cual era selectiva de los niveles medios del campesinado (Verduzco, 1992). Para llegar a tal razonamiento, Verduzco realizó un extensivo análisis en la ciudad de Zamora, Michoacán, con el .

Este argumento fue señalado anteriormente por Francisco Alba (1979), quien desde la década de los setenta analizó el fenómeno migratorio como un producto de los procesos de industrialización y de los cambios en las estructuras económicas de México.

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cual complementó las investigaciones realizadas en dicha ciudad durante la década de los setenta. Como parte del estudio binacional sobre migración de 1998, Bustamante, et. al., se enfocaron al análisis de las características observadas de los migrantes mexicanos que se desplazan a los Estados Unidos. Con los datos recolectados por el NIS (New Immigration Survey), emif (Encuesta sobre Migración en la Frontera Norte), el proyecto Zapata Canyon y el naws (National Agricultural Worker Survey), entre otras, estos autores encontraron que los migrantes mexicanos, que se dirigen específicamente a los Estados Unidos, se ubican en los estratos medio y bajo dentro de la jerarquía socioeconómica del país. “Los migrantes circulares, [en especial], tienden a ser seleccionados de los estratos medio y bajo [...] cuentan con bajas ganancias, y altos índices de pobreza” (Bustamante, et al., 1998). A través de un análisis cualitativo, Philip Martin no solamente ha criticado el papel de empuje del tlcan en materia de migración, sino también la manera en que las políticas sociales de México han motivado la emigración de más mexicanos a los Estados Unidos. Martin plantea la necesidad de recursos para sufragar los costos de emigración, sin embargo aclara que el conjunto de las redes migratorias, la inestabilidad económica y las políticas sociales mexicanas han impulsado más flujos de gente pobre a los Estados Unidos (Martin, 1995). Recientemente, el autor ha publicado diversos trabajos bajo la misma tendencia, incluyendo uno en el que enfatiza las condiciones de los inmigrantes mexicanos en los Estados Unidos, específicamente en las zonas rurales. En este estudio, Martin notó que los inmigrantes mexicanos provienen y permanecen en la pobreza, lo que provoca severos rezagos en el desarrollo de las comunidades receptoras de migrantes (Martin, 2002). Agustín Escobar, en un trabajo que formó parte del estudio binacional sobre migración de 1998, sostuvo que si bien la pobreza no estaba directamente relacionada con la migración, las condiciones de pobreza han aumentado en periodos de alta migración (Escobar, et al., 1998). En otro trabajo aun más reciente, Escobar cambia relativamente de postura al observar una intensificación de la relación recíproca entre migración y pobreza. Al referirse a los migrantes temporales señala:

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Philip Martin señala: “En las economías que han estado creando muy pocas fuentes de trabajo para absorber la nueva fuerza laboral, y donde se han establecido redes de migración internacional, la combinación de desplazamientos, disrupción, y (en algunos casos) más dinero en áreas de extrema pobreza, puede generar un incremento de la emigración” (Martin, 1995).

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René Martín Zenteno Quintero “Enfrentan altos costos y riesgos, tienen déficit crónicos de ingresos y reciben pocos beneficios de la migración. Por los ciclos cortos de su migración y por la pobreza de sus redes, representan además una parte más que proporcional de las aprehensiones y devoluciones. [En síntesis], las redes de los migrantes rurales y pobres son rurales y pobres... Los migrantes más pobres recurren más frecuentemente a polleros más comerciales y de menos confianza, los cuales se financian por deudas con prestamistas y, en pocos casos, con préstamos de parientes que ya están en Estados Unidos” (Escobar, 2000).

Gustavo Verduzco también presenta posturas encontradas con sus apreciaciones previas. A pesar de que a principios de los noventa, como resultado del trabajo de investigación en Zamora, Michoacán, este autor concluyó que los flujos migratorios urbanos estaban representados por los sectores más bajos y desfavorecidos de la sociedad, en un estudio más reciente argumenta que la migración mexicana se ha estructurado históricamente a partir de una selectividad geográfica, independientemente de la inestabilidad económica o de las severas condiciones de pobreza que han existido en el país. Sin haber distinguido en esta ocasión el ámbito urbano de lo rural, Verduzco estableció que desde el lado de la oferta la pobreza resulta un factor insuficiente para explicar la razón por la que emigran los mexicanos a Estados Unidos. Esto debido, en parte, a que las zonas con mayores índices de emigración a través del tiempo no son las regiones más pobres del país (Verduzco, 2001). En otro análisis, éste de tipo cuantitativo en los municipios de alta migración de los estados de Jalisco, Michoacán y Zacatecas, Kurt Unger y Gustavo Verduzco encontraron que “los resultados por zona a nivel nacional varían poco, aunque valdría la pena resaltar que en la zona sur los municipios de menor migración, a diferencia de otras zonas, son notablemente más pobres” (Unger y Verduzco, 2000). Cabe señalar, sin embargo, que en ese mismo escrito los autores analizan otras variables que podrían explicar la emigración (destacando el factor de la educación), pues éstos encontraron que los lugares propicios para la migración son aquellos con altos índices de alfabetización, baja escolaridad e ingresos muy bajos (Unger y Verduzco, 2000). En un planteamiento distinto, difundido también por la Conapo, Rodolfo Tuirán sostuvo que la migración es un fenómeno dinámico y de múltiples dimensiones, cuyo origen se sitúa primordialmente en la interacción de factores tanto en México como en Estados Unidos. Tuirán criticó a los sectores de la sociedad norteamericana que creen que el éxodo anual de miles de personas hacia su país se origina en México, aunque reconoció 172

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que durante la última década gran parte de la literatura ha coincidido en que los factores vinculados con el lado de la oferta son cada vez más cruciales (Tuirán, 2000). Estos factores corresponden, convino el autor, a un mal contexto estructural de la economía mexicana, el cual ha generado desempleo, bajos salarios y pobres condiciones de vida. Del mismo modo, los boletines editados por la Conapo constantemente recalcan la situación de precariedad en la que viven los inmigrantes mexicanos en los Estados Unidos, y añaden que la dificultad de acceder a trabajos mejor remunerados deriva de la misma pobreza con la que llegan a su nuevo destino (Conapo, 2001). Se ha juzgado persistentemente la marcada tendencia, por parte de las autoridades y de ciertas porciones de la sociedad norteamericana, en creer que los inmigrantes mexicanos son gente pobre que llega a su país a saturar un mercado laboral amplio y sumamente paradójico. La posición más firme al respecto, sin duda, ha sido la de Douglas Massey, quien en sus trabajos más actuales ha definido la migración internacional como un proceso bien estructurado, supeditado a los complejos lazos comerciales, y no tanto al subdesarrollo que caracteriza a las regiones expulsoras de migrantes. Por ende, Massey ha cuestionado las políticas de contención migratoria del gobierno norteamericano por su alto grado de contradicción al buscar crear, por un lado, una zona continental para el intercambio de bienes y servicios y, por el otro, evitar el movimiento de trabajadores dentro de un mercado integrado de América del Norte al fortalecer las labores de la patrulla fronteriza. Según Massey: “Las fuerzas que han originado y sostenido la migración entre México y Estados Unidos no son las que la mayoría de los hacedores de políticas se imagina. La migración indocumentada no es impulsada ni por la atracción de los altos salarios o las prestaciones sociales generosas en Estados Unidos, ni por la pobreza y la falta de desarrollo en México. Más bien, la migración es estimulada precisamente por el tipo neoliberal de crecimiento económico y desarrollo que el tlcan tenía el objetivo de fomentar” (Massey, 2000).

Gordon Hanson y Antonio Spilimbergo rematan la postura de Massey al criticar el supuesto en el que está basada la política migratoria de los Estados Unidos, pues, de acuerdo con ésta, cuanto mayor es el grado

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De acuerdo con la Conapo, el us Census Bureau reportó que 25.7% de los inmigrantes mexicanos se ubica por debajo de la línea de pobreza estadounidense, la cual considera como pobre a toda familia de cuatro integrantes con ingresos anuales menor o igual a 16,000 dólares.

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de seguridad en la frontera, menor es el volumen de migración ilegal. Ambos autores, basándose en un análisis empírico, concluyeron que las decisiones de emigrar a los Estados Unidos están más relacionadas con los salarios reales en México que con el nivel de seguridad en la frontera (Hanson y Spilimbergo, 1999). A diferencia de Massey, Hanson y Spilimbergo sí encontraron una conexión entre el atraso económico de México y las motivaciones de migrar, ya que, si bien la diferencia entre el salario esperado en el lugar de destino y el salario recaudado en el lugar de origen debe ser superior a los costos de migración para que se dé el desplazamiento, existe una correlación negativa entre los salarios reales en México y las aprehensiones fronterizas (Hanson y Spilimbergo, 1999). Es decir, la migración mexicana a los Estados Unidos, o por lo menos la ilegal, se ve afectada por los bajos salarios y la inestabilidad económica que han prevalecido en México durante las últimas décadas. Obviamente, esta conclusión no implica que los migrantes provengan de los sectores más pobres de la sociedad mexicana. Un elemento nuevo que enriquece este debate es el introducido por David Brown (2002) al afirmar que la migración es, bajo la perspectiva de la sociología rural, uno de los procesos sociales fundamentales que producen y transforman a las comunidades. Las redes sociales, por otra parte, son un importante mecanismo para la mediación de transacciones sociales y económicas entre ciertas localidades, pero sobre todo son éstas las que hacen de la migración un fenómeno selectivo de personas con mayor educación y mejores condiciones de vida que el resto de los individuos de su comunidad (Brown, 2002). De manera más específica, el autor Héctor Rodríguez precisó la importancia de las redes migratorias en función del envío de remesas, argumentando que las regiones receptoras de este capital poseen niveles de pobreza muy por debajo de las regiones no receptoras. Uno de los rasgos centrales de la migración entre México y Estados Unidos es el desgaste del patrón circular migratorio, el cual ha dado paso a una mayor cantidad de inmigrantes permanentes que se han visto beneficiados del capital social y humano proporcionados por las redes sociales (Rodríguez, 2002). No obstante, dentro de las últimas tendencias en el debate sobre la relación entre migración y pobreza se ubica la postura de Hubert De Grammont, quien recientemente publicó un artículo referente a este tema en un volumen donde se recopilan las conclusiones del coloquio: La cuestión social: superación de la pobreza y política social a siete años de Copenhague, llevado a cabo el mes de diciembre de 2002. En dicho trabajo, De Gram174

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mont advierte, en contraste con las ideas de Héctor Rodríguez, que la migración internacional se ha vuelto un fenómeno circular y selectivo de los estratos más desfavorecidos debido al acelerado proceso de globalización que ha cubierto gran parte de las economías nacionales (De Grammont, 2003). Hasta hace algunos años, asegura De Grammont, se migraba de forma fija por pobreza, pero con “la extraordinaria extensión de las comunicaciones y de los medios masivos de información [...] el problema de la pobreza, entonces, no se ubica del lado de los que logran migrar definitivamente, o sea establecerse en un nuevo lugar de trabajo, sino del lado de aquellos que viven de manera permanente en migraciones de retorno” (De Grammont, 2003). Es importante aclarar que De Grammont ha estudiado principalmente el campo mexicano, de ahí que sus conclusiones estén comúnmente sesgadas del lado de la migración de origen rural. Incluso en otro de sus escritos, De Grammont señala que la falta de oportunidades de empleo para los residentes rurales provoca grandes flujos migratorios, de tal modo que la pobreza en dicho sector obliga a los trabajadores a migrar, principalmente a las zonas urbanas o semiurbanas (De Grammont, 2003). A pesar de que la migración permanente de las zonas rurales se ha dirigido también a otros centros rurales, específicamente en Sinaloa y Baja California, el migrante internacional de retorno es el que sufre los problemas más agudos de pobreza. El autor no desmiente los altos costos de la migración ni las necesidades de ahorro y nivel cultural que demanda la inserción al mercado laboral norteamericano, pero distingue hoy, con el crecimiento de la pobreza, que los flujos migratorios han cambiado, transformándose en desplazamientos de retorno (De Grammont, 2003). De una manera muy extraña, pero que acertadamente sintetiza el debate discutido en esta revisión, De Grammont sugiere que la migración mexicana no consta de gente marginal, sino más bien de grupos vulnerables a quienes no se les respetan sus derechos cívicos de acceso al mercado laboral y de una justa distribución de la riqueza nacional (De Grammont, 2003). Existen otros trabajos que de forma más interpretativa han sido desarrollados por la sociedad civil en los últimos dos años. Pese a la escasa bibliografía revisada de esta cohorte, vale la pena mencionar el trabajo realizado por Mary Ochs y Mayron Payés, quienes han explorado

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Mary Ochs ha sido una organizadora de comunidades por más de treinta años, y actualmente es la directora del Centro por el Cambio de Comunidad. Mayron Payés es salvadoreño y coor-

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algunos métodos de organización, retos y éxitos de las asociaciones de inmigrantes en Estados Unidos. Las pretensiones de este tipo de literatura están lejos de mediar la defectuosa discusión sobre la pobreza como factor determinante de la migración, sin embargo, debido a su carácter filantrópico, resulta imperativo tomar en cuenta las ideas de esta legión. Para Ochs y Payés, los inmigrantes mexicanos se desplazan a los Estados Unidos debido a muchas razones, pero principalmente responden a fuerzas económicas y políticas como, por ejemplo, la pobreza en las ciudades y en las áreas conurbanas, los ajustes económicos impuestos por los acuerdos internacionales (por ejemplo, tlcan, FMI y Banco Mundial), las guerras civiles, la inestabilidad política y los desastres naturales (Ochs y Payés, 2003). Efectivamente, la pobreza como estímulo de flujos migratorios internacionales ha sido ampliamente debatida o señalada por los estudiosos del tema. Los resultados muestran contradicciones notorias no sólo al comparar las obras de distintos autores, sino también en las propias reflexiones de un mismo investigador. Aunque extenso, el debate ha sido muy general y ambiguo, particularmente la definición del término de pobreza ha sido tratada de manera muy laxa. Con la excepción del trabajo de Rodríguez (2002), ninguna investigación ha adoptado una definición clara de qué se entiende por pobreza, ni tampoco han hecho un esfuerzo serio por medirla. Por lo tanto, en la mayoría de las investigaciones sobre el tema, el término de pobreza ha sido más utilizado como sinónimo de estratos socioeconómicos bajos que como un concepto claro objeto de medición. Otra fuente de ambigüedad tiene que ver con el peso otorgado a las redes sociales en la interpretación de la migración sur-norte. En general, los estudios que ignoran el papel de las redes sociales son más probables de hacer señalamientos sobre la vinculación pobreza y migración. Igualmente cierto es que los estudios que sostienen la inexistencia de una relación entre migración y pobreza han también sobrevalorado analíticamente el funcionamientos de las redes sociales. Además, quienes asienten relación pobreza-migración han ignorado los altos costos de la migración y la ineficiencia de las redes migratorias en los sectores más pobres de la sociedad. Jorge Durand, por ejemplo, ha sostenido que las redes sociales

dinador del Proyecto de los Derechos de los Trabajadores para la coalición de los Derechos Humanos del Inmigrante de Los Ángeles (CHIRLA, por sus siglas en inglés).

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tienen un impacto mayor entre la población indocumentada, que es la más desprotegida y la que requiere de mayores apoyos. En ese mismo contexto, el pariente radicado en Estados Unidos suele pagar el coyote, lo que significa un gasto de más de mil dólares (Durand, 2000). En contraste, Escobar (2000) plantea que los más pobres recurren a los polleros a través de endeudamientos con prestamistas, y no tanto con sus familiares en Estados Unidos, debido a que éstos viven en condiciones de pobreza análogas. ¿Es la migración una panacea de la pobreza? ¿Los estratos más pobres son los más sensibles a la migración? ¿O son demasiado grandes los riesgos de emigrar? Estas preguntas siguen siendo puntos ciegos en los actuales estudios sobre migración internacional. Esto se debe, en gran parte, a que los tres grupos de trabajos documentados en esta revisión histórica, han tratado simplemente de justificar o inculpar las decisiones políticas que se han tomado a ambos lados de la frontera, en vez de intentar desarrollar estudios empíricos que permitan dilucidar el debate que nos compete. Wayne Cornelius, por ejemplo, una vez señaló: “La emigración de trabajadores mexicanos a los Estados Unidos se ha rodeado de una mitología elaborada [...] Parece que tan pronto como viejos mitos caen —refutados por estudios científicos— mitos nuevos vienen a llenar el vacío. Esto demuestra sencillamente el hecho de que los mitos acerca de quiénes son los migrantes, por qué emigran, y [si son pobres o no], son mitos que tienen importantes fines políticos” (Cornelius, 1979).

Quizás sea necesario revisar más ampliamente lo que se ha escrito sobre la vinculación entre pobreza y migración a Estados Unidos, quizás lo sea evaluar mejor el material aquí reunido o urdir una nueva estrategia que permita comprender más a fondo la relación entre ambos fenómenos. En cualquiera de los casos, si bien la argumentación podría ser más clara, sería difícil dejar de reiterar la necesidad de investigar más sobre el tema y de eliminar o aclarar las contradicciones.

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Hay diferentes opiniones con respecto al costo del pollero o coyote, pero en general éste se evalúa entre 800 y 6,000 dólares.

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Metodología La medición de la pobreza10 A pesar de la amplitud de la discusión sobre el tema de pobreza en México en los últimos años, la producción científica empírica sobre este fenómeno ha sido limitada. Así, por ejemplo, no existe una serie histórica confiable y comparable sobre la magnitud de la pobreza en México. Esto tiene que ver no sólo con el carácter relativamente reciente de la investigación sobre pobreza en México, sino también con las dificultades conceptuales y metodológicas asociadas con su medición. En 1993, el inegi y la cepal desarrollaron una investigación para estudiar la magnitud y evolución de la pobreza en México en el periodo 1984-1992. Aunque en números absolutos los hogares en condiciones de pobreza aumentaron significativamente durante estos años, la incidencia relativa prácticamente se mantuvo en la misma magnitud —11% y 12% entre ambos años. El Comité Técnico para la Medición de la Pobreza, auspiciado por la Secretaría de Desarrollo Social e integrado por reconocidos académicos especialistas en el tema, estimó cifras de pobreza para la década de los noventa. Los cálculos realizados con las Encuestas de Ingreso y Gasto muestran que 44% de los hogares del país vivía en condiciones de pobreza patrimonial en 1992, es decir, eran incapaces de cubrir con sus ingresos el patrón de consumo básico relacionado con alimentación, vestido, calzado, vivienda, salud, transporte público y educación. Esta cifra aumentó ligeramente a 47% dos años después y, como producto de una severa crisis económica experimentada a partir de diciembre de 1994, la pobreza patrimonial alcanzó a 61% de los hogares dos años después. El crecimiento económico experimentado durante los últimos cuatro años del régimen presidencial de Ernesto Zedillo permitió reducir la incidencia de la pobreza a 56% y 46% de hogares en 1998 y 2000, respectivamente (Sedesol, 2002). Así, las cifras más recientes señalan que casi uno de cada dos hogares en México vive en condiciones de pobreza patrimonial, y éstos concentran en 54% de la población nacional (Sedesol, 2002).

10. La autoría de la propuesta metodológica y la cuantificación de la pobreza de los hogares con la información del Censo General de Población y Vivienda 2000 pertenece al Dr. Héctor Rodríguez, a quien agradecemos profundamente su apoyo. Los detalles de la metodología puede consultarse en Rodríguez (2004).

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Aunque existen distintos modelos para definir y cuantificar a los hogares o población pobre, en este artículo haremos uso del método usado en las cifras de pobreza oficiales, que se conoce ampliamente como método de línea de pobreza. Esta metodología no sólo permite tener cifras comparables con las oficiales, sino también vincular de forma más directa y clara la emigración a Estados Unidos con los ingresos de los hogares. En términos generales, este método permite capturar la capacidad económica de los hogares para satisfacer un conjunto de necesidades básicas que le permitan vivir dignamente. El método de línea de pobreza parte fundamentalmente de la definición de una canasta básica de consumo compuesta por diversos bienes y servicios que permitan satisfacer necesidades fundamentales para el desarrollo digno de la sociedad. El costo per cápita de la canasta básica relacionada con la pobreza patrimonial —alimentación, vestido, vivienda, salud y educación— es de $28.1 y $41.8 diarios para áreas rurales y urbanas, respectivamente. El gasto necesario para poder adquirir los bienes y servicios de esta canasta básica por parte de los miembros de un hogar constituye su línea de pobreza. Una vez que se compara la línea de pobreza del hogar con sus ingresos correspondientes, es posible establecer la condición de pobreza del hogar. Por lo tanto, la medición de la pobreza bajo en enfoque de línea de pobreza permite medir la insuficiencia económica de los hogares para satisfacer un conjunto de necesidades básicas que le permitan vivir dignamente dentro de la sociedad. La metodología para clasificar a cada hogar según su condición de pobreza fue la siguiente: 1. Línea de pobreza. Dado que se trabajó con los datos censales del año 2000, se decidió adoptar la Canasta Normativa de Satisfactores Esenciales utilizada por Comité Técnico para la Medición de la Pobreza (Sedesol, 2002). Este comité utilizó la Canasta Básica de Alimentos (cba) propuesta por inegi-cepal (1992) y actualizó su valor monetario para el año 2000; además de estimar el componente no alimenticio de la línea de pobreza de forma aproximada e indirecta. El costo de los bienes y servicios relacionados con las necesidades básicas de alimentación, vestido, vivienda, salud y educación propuesto por este comité de la Sedesol y utilizado en este estudio fue: Área rural: $28.1 diarios por persona Área urbana: $41.80 diarios por persona

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2. Estructura del hogar. Dado que las necesidades de las personas —y sus costos— varían según el ciclo de vida, fue necesario transformar a los miembros del hogar en una unidad de costos homogénea: escalas de adulto equivalente. De igual forma, la relación entre número de miembros y costos del hogar no es estrictamente lineal, por lo que fue también necesario aplicar un ponderador de economía de escala que refleje esta situación. Para ello hicimos uso de la propuesta del National Research Council (1995), que define el número de adultos equivalentes y la economía de escala mediante la fórmula siguiente formula: AE (A+aK)q Donde: A es el número de adultos en el hogar. K es el número de niños. a es el costo de un niño relativo al de un adulto y puede tomar valores 0 ≥ a ≤ 1. q es un parámetro de las economías de escala y puede tomar valores 0 ≥ q ≤ 1. La equivalencia niño-adulto comúnmente aceptada es de 0.70 niño por adulto. En el caso de las economías escala, los estudios de la cepal ubican el valor de q para América Latina en el orden de 0.75 (Feres y Mancero, 1999). Por lo tanto, en este trabajo la obtención de adultos equivalentes y la corrección por economías de escala dentro de los hogares se obtuvo bajo la siguiente forma funcional: Adulto equivalente = [adulto + (niños * 0.70)] 0.75 3. Cálculo de línea de pobreza. A partir de las consideraciones anteriores, la estimación de la línea de pobreza para cada uno de los hogares se construyó de la siguiente manera:

Línea de pobreza = en el hogar

Número total de adultos equivalentes en hogar

x

El costo diario de la canasta básica (rural o urbana)

x

30 (días)

4. Ingresos del hogar. El Censo de Población y Vivienda de 2000, como cualquier otro censo, presenta limitaciones en lo que respecta a la 180

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captación de los ingresos monetarios pues su instrumento no está especializado en la medición detallada de los ingresos de los hogares. Además, no rescata información alguna en relación con ingresos no monetarios de los hogares. Realizar el cálculo de la pobreza haciendo uso únicamente de los ingresos monetarios implicaba sobreestimar su cuantificación. Por lo tanto, los ingresos de los hogares fueron corregidos por medio de un factor de ajuste que tomó en cuenta la subestimación de los ingresos no monetarios. Este factor se estimó para cada decil de ingreso a partir de la información de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de 2000. Es importante también aclarar que todos los hogares que tuvieron información no especificada en cualquiera de las variables de ingreso fueron excluidos del análisis. 5. Identificación de hogares pobres. Una vez cuantificada la línea de pobreza y conocido el ingreso total del hogar es posible identificar la condición de pobreza del hogar. Así, los hogares fueron clasificados como pobre cuando: Ingreso Total del Hogar ≤ Línea de Pobreza del Hogar La medición de la marginación La marginación es un fenómeno de carácter multidimensional que se refiere a la exclusión de ciertos grupos sociales del proceso de desarrollo y sus beneficios, tales como educación, vivienda, ingresos por trabajo o acceso a los servicios básicos. Por lo tanto, este fenómeno hace referencia a carencias en el acceso a bienes y servicios básicos. Conforme aumenta la escolaridad de las personas, la ocupación de viviendas adecuadas, el acceso a servicios esenciales y la disposición de ingresos monetarios suficientes para adquirir bienes y servicios, tiende a reducirse la mortalidad y morbilidad y, con ello, a aumentar las oportunidades reales de disfrutar de una vida larga y saludable. A diferencia de la condición de pobreza que se define que se basa en el hogar como unidad de análisis, la marginación hace uso de información de hogares e individuos para caracterizar a una unidad ecológica —generalmente de tipo administrativo—, tales como entidades federativas, municipios o localidades. El Consejo Nacional de Población (Conapo) ha producido los índices de marginación de México para los años de 1990, 1995 y 2000. En su publicación más reciente, el Conapo (2001) reafirma que la marginación es “una manifestación estructural que se origina en el patrón histórico de 181

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desarrollo y se expresa en la dificultad para hacer llegar el progreso en el conjunto de la estructura productiva y en las regiones del país, y también en la exclusión de grupos sociales del proceso de desarrollo y del disfrute de sus beneficios”. En ese sentido, uno de los retos más desafiantes para la planeación del desarrollo regional y la política de población, es definir estrategias e instrumentar programas que impulsen un desarrollo con equidad y fortalezcan la justicia distributiva mediante la atención prioritaria a quienes padecen las desventajas más significativas, o sea, los marginados. Así, los índices de marginación permiten diferenciar, entre las entidades federativas y los municipios del país, el impacto global de las carencias que padece la población, como resultado de la falta de acceso a la educación, la residencia en viviendas inadecuadas, la percepción de ingresos monetarios insuficientes y las relacionadas con la residencia en localidades pequeñas. El índice de marginación toma en cuenta cuatro dimensiones estructurales de la marginación: vivienda, ingresos por trabajo, educación y distribución de la población. Específicamente, las variables que componen este índice son las siguientes: 1. Porcentaje de ocupantes en viviendas particulares sin agua entubada. 2. Porcentaje de ocupantes en viviendas particulares sin drenaje ni servicio sanitario exclusivo. 3. Porcentaje de ocupantes en viviendas particulares con piso de tierra. 4. Porcentaje de ocupantes en viviendas particulares sin energía eléctrica. 5. Porcentaje de viviendas con algún nivel de hacinamiento. 6. Porcentaje de población ocupada con ingresos de hasta dos salarios mínimos. 7. Porcentaje de población de 15 años o más analfabeta. 8. Porcentaje de población de 15 años o más sin primaria completa. 9. Porcentaje de población en localidades con menos de 5,000 habitantes. Los estudios del Consejo Nacional de Población clasifican el grado de marginación en cinco estratos: muy bajo, bajo, medio, alto y muy alto.

182

Pobreza, marginación y migración mexicana a Estados Unidos

Resultados Municipios: pobreza, marginación y migración a Estados Unidos El análisis de este apartado se centra en los 2,443 municipios que conformaban el país durante el levantamiento del Censo General de Población y Vivienda del 2000. Para cada municipio se cuenta con información confiable sobre el índice de marginación, el porcentaje de hogares pobres y la tasa de emigración a Estados Unidos por cada mil habitantes. En el Anexo A se despliega esta información para todos los municipios del país. El cuadro 1 presenta de forma ilustrativa las tasas de emigración a Estados Unidos para los cinco municipios más/menos pobres y marginados del país. La misma información puede observarse para las entidades federativas. La relación pobreza-migración y marginación-migración es más clara entre las entidades federativas que entre los municipios. Con excepción de Chihuahua, los estados con menor porcentaje de hogares pobres presentan tasas de emigración bajas —la mitad o menos de la tasa nacional—. Los estados con alta incidencia de pobreza destacan por tener tasas de emigración más altas que los menos pobres. Sin embargo, la relación entre ambas variables no es tan clara, pues mientras Zacatecas cuenta con pobreza y emigración elevadas, Chiapas, la entidad más pobre del país, tiene una emigración a Estados Unidos muy baja v. Los resultados son muy semejantes cuando observamos la información sobre marginación. Con excepción de Aguascalientes, los estados con los índices de marginación más bajos se caracterizan igualmente por un éxodo a Estados Unidos exiguo. Guerrero e Hidalgo destacan entre los estados con mayor marginación por tener tasas de emigración mayores al promedio nacional. Sin embargo, Chiapas muestra, una vez más, que una mayor marginación no necesariamente está relacionada con una mayor propensión a emigrar a Estados Unidos. Al observar la información referente a los municipios, el vínculo de la migración internacional con la pobreza y la marginación no es tan nítido. Los municipios en ambos extremos del espectro pobreza/marginación tienen tasas de emigración menores a las del promedio nacional. Esto es particularmente claro entre los municipios más pobres y más marginados del país, los cuales muestran ya sea tasas muy bajas de emigración o inexistencia total de este fenómeno. 183

René Martín Zenteno Quintero

Cuadro 1 Estados y municipios con menor/mayor incidencia de pobrezaa y marginaciónb y tasas de emigración Cuadro 1. Estadosay Estados MunicipiosUnidos con Menor/Mayor de Pobreza (teeuaIncidencia )c. México, 2000 a y Marginaciónb y Tasas de Emigración a Estados Unidos (TEEUA)c . México, 2000. TEEUA

Pobreza

TEEUA

Marginación

% Hogares Pobres México

46.0%

Índice 16.2

Estados con Menor Pobreza Baja California Baja California Sur Nuevo León Distrito Federal Chihuahua

Estados con Menor Marginación 16.6% 23.4% 25.2% 28.5% 29.1%

8.8 5.3 8.6 8.2 16.1

Estados con Mayor Pobreza Puebla Zacatecas Guerrero Oaxaca Chiapas

60.5% 61.0% 64.2% 70.8% 75.3%

13.4 47.8 23.6 16.1 2.4

-1.52944 -1.39258 -1.26849 -1.20202 -0.97340

8.2 8.6 8.8 9.2 26.1

Hidalgo Veracruz-Llave Oaxaca Guerrero Chiapas

0.87701 1.27756 2.07869 2.11781 2.25073

26.5 11.1 16.1 23.6 2.4

Municipios con Menor Marginación 10.8% 12.6% 13.9% 14.5% 16.3%

6.4 11.9 7.9 5.5 5.7

Municipios con Mayor Pobreza Coicoyán de las Flores, Oax. Santos Reyes Yucuná, Oax. Santa María Zaniza, Oax. Nicolás Ruíz, Chi. Santo Domingo Roayaga, Oax.

Distrito Federal Nuevo León Baja California Coahuila de Zaragoza Aguascalientes Estados con Mayor Marginación

Municipios con Menor Pobreza Benito Juárez, D.F. San Pedro Garza García, N.L. Tijuana, B.C. Los Cabos, BCS San Nicolás de los Garza, N.L.

16.2

Benito Juárez San Pedro Garza García San Nicolás de los Garza Coyoacán Chihuahua

- 2.44852 - 2.35920 - 2.28845 - 2.19043 - 2.17746

6.4 11.9 5.7 6.8 13.5

Municipios con Mayor Marginación 98.9% 99.2% 99.5% 100.0% 100.0%

7.3 0.0 0.0 0.0 10.5

Santa Lucía Miahuatlán, Oax. Santiago Amoltepec, Oax. Tehuipango, Ver. Coicoyán de las Flores, Oax. Metlatónoc, Gue.

2.94437 3.00914 3.04010 3.05052 3.38964

2.8 0.0 0.0 7.3 1.0

a Cálculos del autor con base en la información del Censo de Población y Vivienda de 2000. Para la

ametodología Calculosde del autor con enpobres la informacion del(2002). Censo de población y Vivienda de identificación de base hogares véase Rodríguez 2000. Para la metodología de identificación de hogares pobres véase Rodríguez b Indices de marginación del Consejo Nacional de Población (2001). (2002). c Tasas de Emigración a Estados Unidos durante el quinquenio 1995-2000 por cada 1,000 habitantes. Cálculos b Índices de en marginación del Consejo Nacional del autor con base el Censo de Población y Vivienda de 2000.de Población (2001). c Tasasson de emigración a Estados Unidos durante el quinquenio 1995-2000 pormarginación. cada Los resultados muy semejantes cuando observamos la información sobre 1,000de habitantes. Cálculos del con base Censo dede Población y Vivienda Con excepción Aguascalientes, losautor estados con en losel índices marginación másdebajos se caracterizan2000. igualmente por un éxodo a Estados Unidos exiguo. Guerrero e Hidalgo destacan

entre los estados con mayor marginación por tener tasas de emigración mayores al promedio nacional. Sin embargo, Chiapas muestra, una 184 vez más, que una mayor marginación no necesariamente está relacionada con una mayor propensión a emigrar a Estados Unidos. Al observar la información referente a los municipios, el vínculo de la migración internacional con la pobreza y la marginación no es tan nítido. Los municipios en ambos extremos del espectro pobreza/marginación tienen tasas de emigración menores a las del

Pobreza, marginación y migración mexicana a Estados Unidos

La ausencia de una relación lineal directa —en cualquier dirección— entre pobreza y migración, y marginación y migración queda claramente documentada con la información del cuadro 2. Como se puede observar en estos datos, en todas las categorías de pobreza y marginación existen municipios sin experiencia migratoria a Estados Unidos durante el quinquenio 1995-2000, por lo menos que pudiera ser reportada por algún hogar al momento del censo. Los municipios con mayor incidencia de pobreza y con más alta marginación contaron con las tasas más bajas de emigración a Estados Unidos. Esto puede verse tanto a través del valor de las tasas medias como medianas. Los municipios con grado de pobreza baja presentaron las tasas más altas de migración internacional: la mitad de los municipios en esta categoría tuvieron tasas de emigración superior o igual a 25 por cada mil habitantes durante el quinquenio 1995-2000. Estos municipios son seguidos en importancia migratoria por aquellos caracterizados por una pobreza alta. Contrario a lo que podría suponerse por las posiciones más recientes en lo que respecta al vínculo pobreza-migración, los municipios con pobreza muy baja presentaron tasas de emigración más elevadas que los correspondientes a pobreza muy alta. Los resultados anteriores son ampliamente respaldados por la información concerniente a los niveles de marginación. Por un lado, los municipios con mayor grado de marginación tuvieron las tasas de emigración más bajas a Estados Unidos durante los cinco años previos al censo. Por el otro, los municipios con marginación media y marginación baja mostraron la incidencia más elevada de migración al país vecino. Con el fin de refinar más el análisis, se decidió estimar un modelo de regresión lineal para modelar las (log) tasas de emigración a Estados Unidos en función de los grados de pobreza y marginación de los municipios, pero esta vez incluyendo controles importantes como el tamaño de la población, el porcentaje de población rural y la región migratoria.11 Como pudo concluirse de la información del cuadro 2, la relación entre la migración a Estados Unidos y la pobreza y la marginación no es lineal.

11. Las regiones migratorias hacen referencia al esquema propuesto por Durand (1998). La región histórica de la migración a Estados Unidos está compuesta por los estados de Aguascalientes, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí y Zacatecas. La región fronteriza por Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas; centro por el Distrito Federal, Guerrero, Hidalgo, México, Morelos, Oaxaca, Puebla, Querétaro y Tlaxcala; y la inicial por Campeche, Chiapas, Tabasco, Quintana Roo, Veracruz, Yucatán.

185

René Martín Zenteno Quintero

Cuadro 2 Tasas de emigración a Estados Unidos (1995-2000) de los municipios según grado de pobreza (2000) y grado de amarginación (2000). México, 2000 según grado de Cuadro 2. Tasas de emigración Estados Unidos (1995-2000) de los municipios pobreza (2000) y grado de marginación (2000). México, 2000.

Mínimo

Cuartiles 2

1

3

Máximo

Media

d.s.

N

Grado de Pobreza Muy Alta Alta Baja Muy Baja

0 0 0 0

0.3 3.1 7.3 6.1

3.1 13.7 25.0 13.2

16.8 41.2 52.1 27.3

153.0 195.0 230.0 160.0

13.0 25.7 33.0 20.3

21.3 29.1 31.5 21.6

607 607 607 606

0 0 0 0 0

0.2 2.3 7.0 8.6 5.7

2.3 12.5 25.1 19.7 9.2

10.3 36.8 53.0 38.7 16.5

153.0 195.0 189.0 230.0 82.0

10.3 23.2 34.3 27.8 12.1

19.5 27.2 31.5 28.2 10.1

386 906 486 417 247

Grado de Marginacion Muy Alto Alto Medio Bajo Muy Bajo

Fuentes: Datos procesados por el autor con base en las siguientes fuentes: Fuentes: Datos procesados por el autor con base en las siguientes fuentes: a Las tasas de emigración a Estados Unidos por cada mil habitantes fueron calculadas con base en la muestra del a10% del Las emigración a Estados por cada mil habitantes fueron calculadas XII tasas Censo de General de Población y Vivienda,Unidos 2000 (INEGI). con base en la muestra del 10% del xii Censo general de Población y Vivienda (inegi). b grados de pobreza secon definieron base de enhogares en porcentaje de hogares en b Los Los grados de pobreza se definieron base en el con porcentaje pobres en cada municipio.pobres Se formaron cuatrocada categorías según la distribución por cuartiles esta variable.según Para el la cálculo de hogares por pobres véase el de municipio. Se formaron cuatrodecategorías distribución cuartiles Anexo A de este documento. esta variable. Para el cálculo de hogaes pobres véase el Anexo A de este documento. c Los grados de marginación refieren a las por categorías definidas por el (2001) Consejo c Los grados de marginación se refieren a lassecategorías definidas el Consejo Nacional de Población en su documento Índices Marginación, 2000. en su documento Índices de Marginación, 2000. Nacional de de Población (2001)

Los modelos 1 y 3 del Cuadro 3 simplemente confirman los resultados del Cuadro 2. Es decir, el fenómeno de la emigración hacia el país del norte, en el periodo 1995-2000, ocurrió Por en lo tanto, estas variables fueron incluidas en el modelo regresión mayormente los municipios caracterizados por una pobreza baja yde por una marginación como variables dummy (discretas o nominales). media. La menor incidencia de migración internacional tuvo lugar en los municipios más modelosdel 1 ypaís. 3 del cuadro 3 simplemente confirman los resultados pobres y más Los marginados del cuadro 2. Esdedecir, el fenómeno de redes la emigración hacia el país del La argumentación a favor un mayor peso de las sociales que el nivel socioeconómico norte, en el periodo 1995-2000, ocurrió mayormente en los municipios para la explicación de la migración México-Estados Unidos es sustentada por los resultados caracterizados unaevidencian pobreza baja y por una marginación media.migratoria. La de los modelos 2 y 4; los por cuales el peso predominante de la región El menor incidencia de migración internacional tuvo lugar en los municipios cambio tan significativo en la bondad de ajuste de estos dos modelos se debe más pobres más marginados del país.Una vez controlando la condición de pobreza primordialmente a la yinclusión de esta variable. La argumentación a favor de un mayor3)peso de municipios, las redes sociales que (modelo 2) y la condición de marginación (modelo de los además del tamaño el nivel socioeconómico para la explicación de la migración México-Esde la población y el porcentaje de población rural, los municipios pertenecientes a la región tados Unidos esmexicana sustentada por losUnidos resultados de los y 4; los de más histórica de la migración a Estados cuentan conmodelos tasas de 2emigración evidencian el pesocentro predominante deEn la región El cam-es posible del doblecuales que los de las regiones y frontera. ambos migratoria. modelos, también bio tan significativo en la bondad de ajuste de estos dos modelos se debea Estados constatar un hecho de sobra conocido de la migración temporal de mexicanos Unidos: los municipios más rurales tienen mayores 186 tasas de emigración. OJO: NO PUDE MODIFICAR

Pobreza, marginación y migración mexicana a Estados Unidos

Cuadro 3 Modelos de estimación mínimos cuadros del log de la tasa de emigración a Estados Unidos de los municipios de México, 2000 Cuadro 3: Modelos de Estimación de Mínimos Cuadros del Log de la Tasa de Emigración a Estados Unidos de los Municipios de México, 2000.

Pobreza Modelo 1 Modelo 2 Coef. e.s. Coef. e.s. Grado de Pobreza (ref.: muy baja) Muy Alta Alta Baja

-0.7540 * 0.0174 0.3740 *

0.087 0.083 0.082

-0.6320 * 0.0111 0.2120 *

Marginación Modelo 3 Modelo 4 Coef. e.s. Coef. e.s.

0.094 0.085 0.079

Grado de Marginación: (ref.: muy baja) Muy Alta Alta Media Baja

-0.7060 0.2490 0.7610 0.5960

* ** * *

0.121 0.102 0.110 0.113

-0.8970 * 0.0936 0.3460 * 0.1870

0.144 0.125 0.119 0.111

Tamaño de Población

0.0000 *

0.000

0.0000

0.000

Porcentaje de Población Rural

0.0041 *

0.001

0.0051 *

0.001

Región Migratoria: (ref: inicial) Histórica Frontera Centro

2.2280 * 1.0590 * 1.1690 *

0.087 0.106 0.073

2.2310 * 1.0890 * 1.1400 *

0.088 0.109 0.074

1.1390 *

0.092

0.9760 *

0.119

Constant R-cuadrada N

2.5150 * 0.071 2247

0.057

0.301 2231

2.189 * 0.093 2247

0.090

0.321 2231

* * Significativo Significativo a un nivel de .01. a un nivel de .01 ** Significativo a un nivel de .05 ** Significativo a un nivel de .05. ¿Qué sucede con el grado de pobreza? Una vez tomados en cuenta los efectos del resto de variables, los coeficientes de regresión del grado de pobreza disminuyen ligeramente. No obstante, la relación con migración ade Estados permanece inalterable, es decir,la los primordialmente a lalainclusión esta Unidos variable. Una vez controlando municipios del país caracterizados por una pobreza baja contaron con las tasas de emigración condición de pobreza (modelo 2) y la condición de marginación (modelo más altas: 21% más altas que los municipios de pobreza muy baja. Una vez más, los 3) de los municipios, del tamaño la población porcentaje municipios con más pobresademás del país cuentan con la de incidencia más baja ydeeléxodo a Estados de población rural, los municipios pertenecientes a la región histórica de Unidos. Lamigración importancia mexicana estadística del grado de marginación disminuye entasas el contexto multivariado. la a Estados Unidos cuentan con de emigración Solamente dos categorías se distinguen significativamente del resto: los municipios con grado de más del doble que los de las regiones centro y frontera. En ambos de marginación media que cuentan con las mayores tasas de emigración a Estados Unidos y modelos, también es posible un hecho sobratasas conocido de la a los municipios con marginación muyconstatar alta que cuentan con lasde menores de emigración migración temporal de mexicanos a Estados Unidos: los municipios más Estados Unidos. @INCISO = Hogares: pobreza y migración a Estados Unidos rurales tienen mayores tasas de emigración. En este apartado el análisis de la pobreza y de la emigración a Estados Unidos se desplaza de ¿Qué sucede con el grado de pobreza? Una vez tomados en cuenta los municipios al ámbito de los hogares. ¿Fueron los hogares pobres más propensos a enviar los efectos del resto de variables, losacoeficientes dehogares regresión del grado migrantes a Estados Unidos? Para contestar esta pregunta los fueron clasificados de pobreza disminuyen ligeramente. No obstante, la relación la misegún la condición dicotómica: con o sin miembros que viajaron al norte a con trabajar o en búsquedaade trabajo en el periodo 1995-2000.inalterable, Además, se tomaron en los cuenta factores del gración Estados Unidos permanece es decir, municipios hogar de relevancia para explicar emigración a Estados tales con comolas la edad delde jefe del país caracterizados porlauna pobreza baja Unidos, contaron tasas de hogar y la escolaridad promedio de sus miembros. El listado completo de las variables se emigración altas: despliega en elmás Cuadro 4. 21% más altas que los municipios de pobreza muy baja. vez más, municipios más pobres del país con la ComoUna se desprende de los la información de con este cuadro, el porcentaje de cuentan hogares pobres con migrantes a Estados Unidos fue ligeramente superior al de los hogares más privilegiados: incidencia más baja de éxodo a Estados Unidos. 5.3% y 4.7%, respectivamente. También puede apreciarse cómo la incidencia del fenómeno 187 migratorio fue mayor entre los hogares con jefes de 45 años o más de edad, dirigidos por

18

René Martín Zenteno Quintero

La importancia estadística del grado de marginación disminuye en el contexto multivariado. Solamente dos categorías se distinguen significativamente del resto: los municipios con grado de marginación media que cuentan con las mayores tasas de emigración a Estados Unidos y los municipios con marginación muy alta que cuentan con las menores tasas de emigración a Estados Unidos. Hogares: pobreza y migración a Estados Unidos En este apartado el análisis de la pobreza y de la emigración a Estados Unidos se desplaza de los municipios al ámbito de los hogares. ¿Fueron los hogares pobres más propensos a enviar migrantes a Estados Unidos? Para contestar a esta pregunta los hogares fueron clasificados según la condición dicotómica: con o sin miembros que viajaron al norte a trabajar o en búsqueda de trabajo en el periodo 1995-2000. Además, se tomaron en cuenta factores del hogar de relevancia para explicar la emigración a Estados Unidos, tales como la edad del jefe de hogar y la escolaridad promedio de sus miembros. El listado completo de las variables se despliega en el cuadro 4. Como se desprende de la información de este cuadro, el porcentaje de hogares pobres con migrantes a Estados Unidos fue ligeramente superior al de los hogares más privilegiados: 5.3% y 4.7%, respectivamente. También puede apreciarse cómo la incidencia del fenómeno migratorio fue mayor entre los hogares con jefes de 45 años o más de edad, dirigidos por mujeres, ampliados, con mayor número de miembros y con menor nivel de escolaridad formal. Hogares pertenecientes a la región histórica de la migración México-Estados Unidos, a municipios con un grado de marginación medio y a localidades rurales, mostraron igualmente una mayor propensión a la migración internacional. Como se puede apreciar, esta relación directa muestra que los hogares pobres tuvieron una propensión a enviar migrantes a Estados Unidos 10% mayor ( e 0.0926 ) que los hogares no pobres. Sin embargo, la dirección de esta relación se revierte al tomar en cuenta otros factores. El modelo 2 incluye sólo dimensiones relacionadas con las condiciones propias del hogar. Una vez que tomamos en cuenta estas dimensiones, la dirección del efecto de condición de pobreza se invierte; lo que significa que este factor interactúa con el efecto de otra variable independiente o realmente captura diferencias relacionadas con otras características de los hogares, o ambas posibilidades. Así, los hoga188

Pobreza, marginación y migración mexicana a Estados Unidos

Cuadro 4 Condición de emigración a Estados Unidos de los hogares según Cuadro 4. Condición de Emigración a Estados Unidos de los Hogares según Variables variables incluidas en el análisis. México 2000 Incluidad en el Análisis. México, 2000. Sin Migrantes a EUA

Con Migrantes a EUA

Total

TOTAL

95.0%

5.0%

100.0%

Condición de Pobreza Si No

94.7% 95.3%

5.3% 4.7%

100.0% 100.0%

Edad del jefe 12-24 25-44 45+

96.0% 96.1% 93.7%

4.0% 3.9% 6.3%

100.0% 100.0% 100.0%

Sexo del jefe Hombre Mujer

95.9% 91.8%

4.1% 8.2%

100.0% 100.0%

Tipo de Hogar Nuclear Ampliado Otro

95.5% 93.2% 96.5%

4.5% 6.8% 3.5%

100.0% 100.0% 100.0%

Número de miembros Media D.S.

4.3 2.1

4.7 2.3

Educación per capita Media D.S.

7.6 4.0

6.3 3.3

Localidad Rural Urbana

91.8% 96.0%

8.2% 4.0%

100.0% 100.0%

Grado de marginación Muy Alta Alta Media Baja Muy Baja

96.80% 93.30% 90.70% 92.60% 96.80%

3.20% 6.70% 9.30% 7.40% 3.20%

100.0% 100.0% 100.0% 100.0% 100.0%

Región Migratoria Histórica Frontera Centro Inicial

89.9% 96.8% 95.8% 97.9%

10.1% 3.2% 4.2% 2.1%

100.0% 100.0% 100.0% 100.0%

Fuentes: Datos base en las siguientes fuentes: Fuentes: Datos procesados procesados por elpor autorel conautor base encon las siguientes fuentes: a Lacondición condición de emigración a Estados a Unidos fue calculada con base la muestra del 10% del XIIen Censo General de del Población a La de emigración Estados Unidos fue en calculada con base la muestra y Vivienda, 2000 (INEGI). 10% del xii Censo general de Población y Vivienda (inegi). b Los pobreza se definieron basedeen en porcentaje de hogares pobres en b Losgrados grados de de pobreza se definieron con base en el con porcentaje hogares pobres en cada municipio. Se formaron cuatro categorías según la distribución por cuartiles de esta variable. cada municipio. Se formaron cuatro categorías según la distribución por cuartiles de esta c Los variable. grados de marginación se refieren a las categorías definidas por el Consejo Nacional de Población (2001) en su documento Índicesgrados de Marginación, 2000. c Los de marginación se refieren a las categorías definidas por el Consejo Dado que ladecondición migración a EstadosÍndices Unidos dicotómica,2000. para analizar los Nacional Poblaciónde (2001) en su documento de es Marginación, efectos de las variables anteriormente mencionadas se estimaron modelos de regresión 189 logística. Los resultados de estos modelos se presentan en el Cuadro 5. El modelo 1 presenta la relación simple entre pobreza y migración. Los resultados del modelo 2 confirman que los hogares con jefes cuya edad era mayor a 44 años y que eran dirigidos por mujeres fueron más propensos al fenómeno migratorio. La relación entre tipo de hogar y migración también

René Martín Zenteno Quintero

res mexicanos pobres, en el año 2000, tuvieron una propensión de enviar trabajadores a Estados Unidos 20% inferior a los hogares no-pobres. Dado que la condición de migración a Estados Unidos es dicotómica, para analizar los efectos de las variables anteriormente mencionadas se estimaron modelos de regresión logística. Los resultados de estos modelos se presentan en el cuadro 5. El modelo 1 presenta la relación simple entre pobreza y migración. Los resultados del modelo 2 confirman que los hogares con jefes cuya edad era mayor a 44 años y que eran dirigidos por mujeres fueron más propensos al fenómeno migratorio. La relación entre tipo de hogar y migración también cambió en el contexto del análisis de regresión, pues los hogares nucleares presentaron una mayor propensión a emigrar a Estados Unidos que los ampliados. El número de miembros incrementa positivamente la migración hacia el norte, mientras que la educación reduce su propensión. cambió en el contexto del análisis de regresión, pues los hogares nucleares presentaron una Cuadro 5 los ampliados. El número de miembros mayor propensión a emigrar a Estados Unidos que incrementa Resultados positivamentede la modelos migración de hacia el norte, mientras la educación regresión logísticaque para estimar reduce su propensión. el Log de los Momios de emigrar a Estados Unidos (1995-2000) OJO: NO PUDE MODIFICAR de los hogares. México 2000 Cuadro 5: Resultados de Modelos de Regresión Logística para Estimar el Log de los Momios de Emigrar a Estados Unidos (19952000) de los Hogares. México, 2000. Modelo 1 Coef. e.s.

Modelo 2 Coef. e.s.

Modelo 3 Coef. e.s.

Modelo 4 Coef. e.s.

-2.8399 * 0.0043

-2.4064 * 0.0143

-1.9756 * 0.0149

-4.0393 * 0.0207

0.0926 * 0.0058

-0.2142 * 0.0069

-0.9046 * 0.0117

-0.8182 * 0.0123

12-24 25-44

-0.2219 * 0.0134 -0.3901 * 0.0067

-0.2697 * 0.0135 -0.4062 * 0.0067

-0.2881 * 0.0136 -0.3887 * 0.0069

Hombre

-0.8668 * 0.0071

-0.8622 * 0.0071

-0.8994 * 0.0072

Nuclear Ampliado

0.6732 * 0.0144 0.6290 * 0.0152

0.6520 * 0.0145 0.6116 * 0.0153

0.6036 * 0.0148 0.6803 * 0.0157

Constante Condición de Pobreza (ref: no) Edad del jefe (ref.:45+)

Sexo del jefe (ref.:mujer) Tipo de hogar (ref:otros)

Si

Número de miembros

0.0920 * 0.0013

0.0866 * 0.0013

0.0673 * 0.0014

Educación per capita

-0.0748 * 0.0009

-0.1270 * 0.0012

-0.0629 * 0.0013

0.1181 * 0.0016

0.0947 * 0.0017

Condición Pobreza*Escolaridad Localidad (ref.:urbana)

Rural

0.3691 * 0.0075

Grado de marginación municipio (ref.: muy baja) Muy Alta Alta Media Baja

0.1808 0.8212 0.9633 0.6783

Región Migratoria (ref.:Inicial) Histórica Frontera Centro

1.7875 * 0.0121 0.9000 * 0.0145 0.9780 * 0.0121

Chi_cuadrada Grados de libertad Hogares

254.4 1 2194853

43852.9 8 2167547

45913.7 9 2167547

* * * *

0.0165 0.0109 0.0100 0.0095

92642.9 17 2167547

* Significativo a .01 * Significativo a .01. El modelo 3 incluye la interacción entre la escolaridad promedio del hogar y su condición de pobreza. Como puede apreciarse esta interacción 190 es estadísticamente significativa, indicando que el efecto de la condición de pobreza varía según el nivel educativo. Así, entre los hogares con capital humano bajo, la condición de pobreza reduce los momios de viajar a Estados Unidos por motivos de trabajo. Por lo contrario, entre hogares con escolaridad alta, la condición de pobreza es un impulso importante de la emigración hacia el norte.

Pobreza, marginación y migración mexicana a Estados Unidos

El modelo 3 incluye la interacción entre la escolaridad promedio del hogar y su condición de pobreza. Como puede apreciarse esta interacción es estadísticamente significativa, indicando que el efecto de la condición de pobreza varía según el nivel educativo. Así, entre los hogares con capital humano bajo, la condición de pobreza reduce los momios de viajar a Estados Unidos por motivos de trabajo. Por lo contrario, entre hogares con escolaridad alta, la condición de pobreza es un impulso importante de la emigración hacia el norte. Los factores contextuales relacionados con la región migratoria, la marginación del municipio y la situación rural de la localidad se incorporan en el último modelo. Todos estos factores están asociados de forma significativa con la migración internacional. La región migratoria es quizás la variable más importante para explicar este fenómeno. El hecho de que un hogar se ubique en la región histórica incrementa la probabilidad de emigrar a Estados Unidos en más de 6 veces en comparación con la región denominada inicial. Los hogares de la región histórica se distinguen ampliamente del resto del país por su amplia capacidad de sumarse a la migración sur-norte, validando con ello el papel que las redes sociales juegan en la definición de este fenómeno. Los hogares de áreas rurales mostraron también mayores probabilidades de enviar migrantes a Estados Unidos que los pertenecientes a áreas urbanas. Consistente con los resultados en el ámbito municipal, el análisis de los hogares muestra que aquellos pertenecientes a municipios con marginación media experimentaron un mayor éxodo al norte, seguidos por los hogares establecidos en municipios con marginación alta y marginación baja. En resumen, el análisis estadístico presentado en esta sección permite concluir que no son los hogares más pobres los más probables de enviar migrantes a Estados Unidos, aunque el efecto de la pobreza varía según la escolaridad promedio del hogar. Esto es, la pobreza es un factor relevante de expulsión migratoria a medida que aumenta la escolaridad promedio del hogar. Los resultados muestran nuevamente la relación entre la marginación media y la emigración a Estados Unidos, pero esta vez teniendo como unidad de análisis a los hogares. Conclusión El tema de pobreza ha sido tratado de forma poco sistemática en los estudios de la migración México-Estados Unidos. A pesar de ello, existen 191

René Martín Zenteno Quintero

posiciones a favor y en contra de la hipótesis que vincula causalmente el éxodo de mexicanos con la pobreza prevaleciente en el país. Sin embargo, la posición dominante y mejor documentada apunta hacia la imposibilidad de que la población más pobre del país pueda sufragar los costos económicos (por ejemplo, costo de coyotes y polleros) y no-económicos (carencia de redes sociales) de la migración hacia el norte. Esta posición tiende a favorecer más el papel de las redes sociales en la explicación del fenómeno migratorio, así como a tamizar más sus argumentos al referirse a distintos estratos o grados de pobreza. Al medir directamente la pobreza de los hogares y la marginación de los municipios del país, nuestra investigación permite derivar las siguientes conclusiones en relación con la migración México-Estados Unidos: 1. La relación entre la emigración a Estados Unidos y la pobreza, y marginación no es lineal. Por un lado, los municipios más pobres y con mayor marginación del país tuvieron las tasas de emigración más bajas a Estados Unidos durante el quinquenio 1995-2000. Por el otro, la incidencia más elevada del fenómeno migratorio ocurrió entre los municipios de pobreza baja y con marginación media. 2. La robustez del resultado anterior se confirmó al analizar la relación de estas variables en el ámbito de los hogares. El análisis de hogares evidenció además que el efecto de la pobreza varía según la condición de escolaridad del hogar. Entre los hogares pobres una mayor acumulación de capital humano está relacionada con una propensión más alta a desplazarse a Estados Unidos por motivos laborales, mientras que entre los hogares no pobres una escolaridad baja incrementa la propensión a emigrar. 3. La región de procedencia de la migración constituye el factor más importante y diferenciador de la emigración a Estados Unidos, lo que confirma ampliamente el papel de las redes sociales en la conformación de este fenómeno. Una vez controladas las diferencias socioeconómicas de los municipios y hogares del país, el hecho de residir o pertenecer a la región histórica de la migración hacia el norte, incrementa sustancialmente las tasas y propensiones a emigrar. Nuestros resultados no refutan la hipótesis de que los municipios y hogares más pobres hayan experimentado incrementos más rápidos en la emigración a Estados Unidos que el resto del país en los últimos años. Sin embargo, la información censal muestra que existe poca evidencia de carácter transversal que avale la hipótesis de que el mayor éxodo de 192

Pobreza, marginación y migración mexicana a Estados Unidos

mexicanos ocurre en los municipios más pobres y marginados de México. Dada la capacidad de auto-sostenimiento del fenómeno migratorio gracias al capital acumulado en las redes sociales, consideramos poco probable que esta relación pueda revertirse en los próximos años. Referencias bibliográficas Alba, Francisco. 1979. “Industrialización sustitutiva y migración internacional: el caso de México”. En Indocumentados: mitos y realidades. México: El Colegio de México, pp. 1-21. Arizpe, Lourdes. 1983. “El éxodo rural en México y su relación con la migración a Estados Unidos”. En Estudios Sociológicos. Vol. 1. Núm. 1. Brown, David. 2002. “Migration and Community: Social Networks in a Multilevel World.” Rural Sociology. Vol. 67. Núm. 1. Bustamante, Jorge. 1979. “Las propuestas de política migratoria en los Estados Unidos y sus repercusiones en México”. En Indocumentados: mitos y realidades. México: El Colegio de México, pp. 197-208. ——. 1979. “Emigración indocumentada a los Estados Unidos”. En Indocumentados: mitos y realidades. México: El Colegio de México, pp. 23-60. ——. 1975. “Espaldas mojadas: materia prima para la expansión del capital norteamericano”. México: El Colegio de México, 46 pp. Bustamante, Jorge, et al. 1998. “Characteristics of Migrants: Mexicans in the United States”. En Estudio binacional México-Estados Unidos sobre migración. Vol. 1, pp. 91-162. Conapo. 2001. “Patrones de continuidad y cambio de la migración hacia Estados Unidos”. pp. 19-28. ——. 2001 . “Migrantes mexicanos en Estados Unidos”. En Boletín editado por la Conapo. Año 5. Núm. 15. ——. 2001. Índices de Marginación, 2000. México: Conapo. Cornelius, Wayne. 1979. “La migración ilegal mexicana a los Estados Unidos: conclusiones de investigaciones recientes, implicaciones políticas y prioridades de investigación”. En Indocumentados: mitos y realidades. México: El Colegio de México, pp. 69-109. ——. 1979. “La nueva mitología de la emigración indocumentada mexicana a los Estados Unidos”. En Indocumentados: mitos y realidades. México: El Colegio de México, pp. 111-131. De Grammont, Hubert. 2003. “The Agricultural Sector and Rural Development in Mexico: Consequences in Economic Globalization.” En Kevin Middlebrook y Eduardo Zepeda (eds.). Confronting Development: Assessing Mexico’s

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Pobreza, marginación y migración mexicana a Estados Unidos

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195

Uma caracterização dos imigrantes nascidos em países do Cone Sul, residentes no Brasil

Gabriela Adriana Sala José Alberto Magno de Carvalho Cezar Augusto Cerqueira André Junqueira Caetano

Introdução

O processo de integração regional que deu lugar à formação do Mercosul induz a demanda de informação referente às características demográficas, educacionais e ocupacionais dos imigrantes originários dos países do Cone Sul, residentes no Brasil, principalmente considerando que foram, explicitamente, contemplados acordos de livre circulação de pessoas entre os Estados Membros do Mercosul (Argentina, Brasil e Uruguai) e os dois Estados Associados (Bolívia e Chile) . Neste marco, insere-se esta proposta de pesquisa que visa estimar o volume e caracterizar os imigrantes, nascidos em países do Cone Sul, residentes no Brasil, a partir da informação do Censo Demográfico 2000. Na primeira seção são descritos aspectos referentes às mudanças na quantidade e distribuição dos imigrantes do Cone Sul recenseados no Brasil em 1980,1991 e 2000. Na segunda, as mudanças na estrutura das populações sob análise. A terceira seção refere-se ao nível de instrução dos imigrantes da Região. A quarta seção descreve a metodologia empregada na caracterização dos imigrantes do Cone Sul, de 10 e mais anos, seguindo uma abordagem de natureza multidimensional, baseada na construção de perfis, segundo o método Grade of Membership (GoM). Este método apóia-se em pro-

.

Estes acordos ainda dependem da aprovação dos parlamentos dos respectivos países.

197

Sala, Magno, Cerqueira, Junqueira

cedimentos de estimação estatística e permite o estabelecimento de perfis, reconhecendo a heterogeneidade dos indivíduos, a partir de amostras com muitos casos e variáveis. A quinta seção contém referências à distribuição dessas populações segundo os perfis construídos, contemplando o sexo, o país de nascimento e algumas características do município de residência. Foram distinguidos três perfis. O primeiro deles inclui migrantes mais antigos, predominantemente mulheres, e distingue-se dos outros perfis pela inatividade. O segundo concentra os migrantes antigos e qualificados, com empregos e rendas melhores do que as pessoas do terceiro perfil. Este último concentra os migrantes recentes, predominantemente de baixa qualificação, inseridos em categorias ocupacionais muito precárias, como empregado sem carteira de trabalho, trabalhador autônomo e trabalhador familiar e que recebem rendimentos menores. As modificações na origem e na distribuição dos naturais do Cone Sul no Brasil Com uma porcentagem muito baixa de imigrantes no total de população, residiam no Brasil, em 1991, 767.780 nascidos em país estrangeiro, que representavam 0,5% da população total do país. Entre eles, 102.757 provinham de países do Cone Sul (13,4% do total de imigrantes). No ano 2000, foram recenseados 683.830 imigrantes internacionais, representando 0,4% da população total do Brasil. Embora a quantidade de imigrantes tenha diminuído, o número dos naturais dos países do Cone Sul cresceu para 118.612, passando a representar 17,3% do total dos imigrantes internacionais (Tabela 1). Em 2000, os naturais da Argentina, Bolívia, Chile, Paraguai e Uruguai pertenciam ao grupo dos dez países que apresentavam maior quantidade de imigrantes absolutos no Brasil. Tendo registrado, quase todos eles, à exceção do Chile, taxas de crescimento médio anual positivas, no período 1991-2000. (Tabela 1). No período 1991-2000, mantiveram-se as tendências das migrações internacionais no Brasil, caracterizadas pela emigração de brasileiros, a quase ausência dos fluxos de ultramar, outrora clássicos, a imigração não-tradicional (como Angola e outros países de África lusófona) e o incremento dos fluxos migratórios intra-regionais para o Brasil. 198

Uma caracterização dos imigrantes nascidos em países do Cone Sul

Nas duas décadas finais do século xx produziu-se uma mudança na composição da população originária do Cone Sul, caracterizada pelo incremento na proporção dos homens e mulheres naturais do Paraguai e da Bolívia e pelo declínio da participação relativa dos argentinos, chilenos e uruguaios (Tabela 2). A mudança na composição, segundo país de nascimento, esteve acompanhada por mudanças na localização e na estrutura das populações sob análise. Nos anos 1991 e 2000, a maioria dos argentinos, bolivianos e chilenos residia no estado de São Paulo, especialmente na Região Metropolitana. No entanto, nas duas últimas décadas, os estados próximos às fronteiras da Argentina, Paraguai, Uruguai e Bolívia têm registrado um incremento importante das populações dos naturais desses países. No Ano 2000, um terço dos argentinos morava nos estados da região sul do Brasil (Paraná, Santa Catarina e Rio Grande Do Sul). Os paraguaios inclinavam-se pelos estados próximos a suas fronteiras, (Paraná e Mato Grosso do Sul). A maioria dos uruguaios residia no Rio Grande do Sul, próximo a sua fronteira. Um pouco mais da metade dos nascidos na Bolívia morava no estado de São Paulo e um quinto, no estado de Rondônia (Sala, 2005). Tabela 1 Brasil. Distribuição dos imigrantes internacionais e taxas de crescimento médio anual, segundo país de nascimento, 1991 e 2000 País de 1991 2000 Taxa de Nascimento* Freqüência % sobre crescimento % Freqüência % sobre % absoluta o total de acumulado absoluta o total de acumulado médio anual 1991-2000 imigrantes imigrantes (por cem)

Portugal Japão Itália Espanha Paraguai Argentina Uruguai Bolívia Alemanha Chile Líbano

263611 85571 66294 57887 19018 25468 22144 15691 24329 20436 17187

34,3 11,1 8,6 7,5 2,5 3,3 2,9 2,0 3,2 2,7 2,2

34,3 45,5 54,1 61,7 64,1 67,4 70,3 72,4 75,5 78,2 80,4

213203 70932 55032 43604 28822 27531 24740 20388 19556 17131 16090

199

31,2 10,4 8,0 6,4 4,2 4,0 3,6 3,0 2,9 2,5 2,4

31,2 41,6 49,6 56,0 60,2 64,2 67,8 70,8 73,7 76,2 78,5

-23,3 -20,6 -20,5 -31,0 47,3 8,7 12,4 29,5 -24,0 -19,4 -7,3

Sala, Magno, Cerqueira, Junqueira País de 1991 2000 Taxa de Nascimento* Freqüência % sobre crescimento % Freqüência % sobre % absoluta o total de acumulado absoluta o total de acumulado médio anual 1991-2000 imigrantes imigrantes (por cem)

Estados Unidos Peru China Coréia do Norte e do Sul França Polônia Rússia e outros Angola Outros Países Total Imigrantes Total residentes no Brasil

11360

1,5

81,9

13948

2,0

80,6

23,1

5833 8322 8528

0,8 1,1 1,1

82,7 83,8 84,9

10814 10301 8645

1,6 1,5 1,3

82,2 83,7 84,9

71,0 24,0 1,5

7953 12496 10544

1,0 1,6 1,4

85,9 87,5 88,9

8382 7459 6499

1,2 1,1 1,0

86,1 87,2 88,2

5,9 -55,7 -52,4

4699 80409

0,6 10,5

89,5 100,0

6340 74415

0,9 10,9

89,1 100,0

33,8 -8,6

767781

100,0

683830

100,0

100,0

-12,8

14682547

169799170

* Ordenados em forma decrescente pela magnitude de imigrantes originários desses países recenseados em 2000 Fonte: ibge, Censos Demográficos de 1991 e 2000 (Microdados da amostra)

Tabela 2 Brasil. Participação relativa, por país de nascimento dos imigrantes do Cone Sul, segundo sexo. 1980, 1991 e 2000. Sexo Homens

Mulheres

Ano 1980 1991 2000 1980 1991 2000

Argentina 26,7 24,7 24,5 28,7 24,9 21,7

Bolívia 14,3 15,7 17,7 12,6 14,8 16,6

Chile 19,5 21,7 16,1 17,4 17,8 12,5

Paraguai Uruguai 17,5 21,9 16,4 21,6 21,3 20,4 19,1 22,2 21,0 21,5 27,8 21,4

Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

Total 50158 54982 63521 46083 47771 55091

Fonte: ibge, Censos Demográficos de 1980, 1991 e 2000 (Microdados da amostra)

A análise das taxas liquidas de migração (tlm) mostra que, na década de oitenta, o resultado líquido dos fluxos dos nascidos na Argentina, Bolí200

Uma caracterização dos imigrantes nascidos em países do Cone Sul

via, Chile e Uruguai foram responsáveis por proporções significativas dos naturais destes países, residentes no Brasil em 1991 (Tabela 3). Nessa década, o aporte chileno foi especialmente importante. Na década seguinte, os saldos migratórios (sm) e, conseqüentemente, as tlms dos nascidos nesse país mostraram valores negativos. Nos anos oitenta, o aporte dos fluxos de nascidos no Paraguai, como proporção da população dessa origem recenseada ao final da década, foi insignificante, fato que contrasta fortemente com o aumento registrado na década seguinte. As tlms dos bolivianos foram extremamente altas nas décadas de oitenta (em torno de 20%) e de noventa (em torno de 30%), assim como dos paraguaios na de noventa (ao redor de 30%). Em 2000, aproximadamente um terço dos bolivianos e paraguaios, residentes no Brasil, era conseqüência dos fluxos migratórios desses nacionais durante a década de 90 (Tabela 3). A análise do volume de imigrantes do Cone Sul, dos saldos e das taxas migratórias leva a pensar que a migração mais recente dos países do Cone Sul para o Brasil tende a dirigir-se para os estados de fronteira e, secundariamente, para São Paulo. Embora este estado concentrasse, no ano 2000, a maior parte da população nascida na Argentina, Bolívia e Chile, constata-se a redução, entre as décadas de oitenta e noventa, da proporção da população que ali residia, natural da Argentina, do Chile, do Paraguai e do Uruguai (Sala, 2005). As mudanças na composição por idade e sexo no período 1980-2000 Esta seção visa descrever as mudanças nas estruturas, em relação à idade e sexo, das populações originárias dos países do Cone Sul, residentes no Brasil. A estrutura por idade e sexo dos migrantes, captada nos censos demográficos, está relacionada a coortes migratórias que ingressaram em diferentes períodos. Em geral, quando se trata de população migrante que tenha chegado recentemente, espera-se encontrar uma grande concentração de pessoas nas idades adultas jovens e um peso pequeno de pessoas de 65 anos e mais. Também espera-se encontrar um volume reduzido de menores de 15 anos, embora isto dependa da prevalência das formas de migração, familiar ou individual, e dos níveis e padrões de fecundidade dos diferentes grupos migratórios. Outra causa que explica variações na presença de menores é o retorno de naturais, no caso, brasileiros, com filhos nascidos no exterior. 201

Sala, Magno, Cerqueira, Junqueira

Tabela 3 Brasil. Taxas líquidas de migração* dos naturais dos países do Cone Sul, por país de nascimento, segundo sexo (%). 1980-1990 e 1990-2000 Sexo e Periodo

País de nascimento Argentina Bolívia Chile Paraguai Uruguai

Homens 1980-1990 13,2 1990-2000 23,7 Mulheres 1980-1990 2,7 1990-2000 10,8 Ambos Sexos 1980-1990 8,2 1990-2000 18,1

Total

20,4 32,8

17,9 -8,3

3,1 33,7

15,3 21,4

13,8 21,8

20,1 26,8

3,7 -18,3

7,5 31,8

8,8 21,2

7,7 17,9

19,8 30,1

11,6 -12,3

5,3 32,7

12,1 21,3

11,0 20,0

* As taxas líquidas de migração foram obtidas a partir dos saldos migratórios totais de cada grupo migratório (soma dos saldos de todos os grupos de idades). Os saldos migratórios de cada grupo etário, por sexo, foram estimados a partir de relações de sobrevivência decenais de tabelas mistas, obtidas por interpolação entre a tabela de mortalidade dos residentes em cada um dos cinco países de nascimento dos imigrantes e aquela correspondente à população residente no Brasil. As tabelas de mortalidade originais foram elaboradas pelo celade (2003) e disponibilizadas no Boletim Demográfico Nº 67. A Taxa líquida de migração corresponderá ao quociente entre o saldo migratório total, relativo aos nascidos em determinado país, e a população total nascida nesse mesmo país, residente no Brasil, observada no final do período. Quando a taxa é positiva, é a proporção da população em questão, no segundo censo, resultante do processo migratório do período analisado. Quando é negativa, é a “proporção em que a população seria acrescida, na ausência de migração” (Carvalho, 1982). Fontes: Dados básicos. ibge, Censos Demográficos 1980, 1991 e 2000 (microdados de amostra). celade e Boletim Demográfico Nº 67

No Brasil, mostravam maiores porcentagens de pessoas em idades ativas, com relação às outras nacionalidades, em 1980, os homens e mulheres bolivianos e, em 1991, e 2000, os homens e mulheres chilenos. Nos três censos, observa-se o aumento da proporção de população em idades ativas (pia) entre os homens e mulheres naturais da Argentina e Chile e as mulheres uruguaias. Entre os homens uruguaios, o peso relativo da pia incrementou-se entre 1980 e 1991 e declinou entre 1991 e 2000. Entre os homens nascidos na Bolívia, declinou entre os três censos e entre as mulheres cresceu entre 1980 e 1991 e declinou entre 1991 e 2000. Entre os naturais do Paraguai, a proporção da pia declinou no primeiro período 202

Uma caracterização dos imigrantes nascidos em países do Cone Sul

intercensitário e cresceu entre 1991 e 2000. O peso da pia feminina paraguaia, como a boliviana, aumentou ente 1980 e 1991 e declinou em 2000 (Tabela 1 do Anexo). Existem evidencias do efeito, na estrutura etária dos paraguaios, do retorno de brasileiros ao País, com filhos nascidos no Paraguai, nas três datas censitárias, assim como entre os chilenos, em 1980. Nesses casos, havia tanto entre os paraguaios, como entre os chilenos, proporção de pessoas abaixo de 15 anos bem maior do que nos demais grupos migratórios (Tabela 1 do Anexo). O envelhecimento da população migrante, indicado pelo incremento da participação de pessoas de 65 anos e mais, pode estar relacionado à ausência de renovação da população, pela não incorporação de novos imigrantes, normalmente mais jovens. Pode, também, ser um indicador de uma longa tradição imigratória, não acompanhada por forte reemigração. As populações de uruguaios, argentinos e paraguaios eram as mais envelhecidas nas três datas censitárias. Entre 1991 e 2000, a população boliviana apresenta surpreendente envelhecimento. Os homens argentinos de 65 e mais representavam uma porcentagem superior a 10%, nas três datas censitárias e os uruguaios superavam essa porcentagem em 1980 e 2000. Paralelamente, a proporção de mulheres de 65 anos e mais era superior a 20%, entre as argentinas, nos três anos e superior a 15%, entre as uruguaias, nas três datas censitárias. Como, em relação aos três países, as TLMs foram bastante altas, com exceção das mulheres argentinas entre 1980 e 1990 (Tabela 3), parece que o crescimento e/ou alta proporção de idosos estaria ligado à permanência dos mais antigos no Brasil e a um componente importante de pessoas em idades mais avançadas entre os imigrantes recentes (Tabela 1 do Anexo). O nível educacional dos imigrantes do Cone Sul A migração regional para o Brasil tem sido objeto de estudos recentes (Patarra e Baeninger, 1996 e 2001; Baeninger, 2002). Baeninger (2002), a partir da informação do Censo de 1991, destacou o caráter qualificado dos migrantes dos países do Cone Sul para o Brasil.

203

Sala, Magno, Cerqueira, Junqueira

Existem diferenças importantes nos níveis de instrução dos imigrantes do Cone Sul, recenseados no ano 2000 no Brasil. Os nascidos no Paraguai concentravam-se nos níveis de instrução mais baixos. Os homens e mulheres nascidos no Chile e na Argentina e os homens da Bolívia e do Uruguai apresentavam maior concentração nos níveis de instrução médio e alto. No entanto, três em cada dez imigrantes uruguaios tinham nível educacional muito baixo. As mulheres de todos os grupos migratórios tinham menor nível educacional que os homens da mesma origem, sendo a diferença menor entre os chilenos. Observa-se, ainda, que os naturais dos países em analise tinham, em 2000, um nível de escolaridade bem superior à média brasileira, com exceção dos paraguaios. Digno de nota a proporção três ou quatro vezes maior daqueles com nível educacional alto, nascida na Argentina, Chile e Bolívia (neste caso, os homens), quando comparados com o dos residentes no Brasil, em geral (Tabela 4). Tabela 4 Brasil. Distribuição dos nascidos nos países do Cone Sul, por país de nascimento e do total de residentes no Brasil, de 20 anos e mais, que não freqüentavam estabelecimentos escolares na data do censo, segundo sexo e maior nível educacional alcançado, 2000

Sexo e nível educacional instrução Homens Muito baixo Baixo Médio Alto Total (%) Total Mulheres Muito baixo Baixo Médio

.

País de nascimento Argentina Bolívia Chile Paraguai Uruguai

Total residentes Total Cone Sul no Brasil

15,4 12,8 36,2 35,5 100,0 12282

18,4 17,2 30,3 34,1 100,0 8305

7,4 10,1 43,0 39,5 100,0 8972

53,8 15,9 18,0 12,3 100,0 8706

28,7 18,1 33,5 19,8 100,0 11541

24,3 14,8 32,6 28,3 100,0 49806

56,6 16,0 19,4 8,0 100,0 33075489

23,7 11,5 34,1

31,5 19,6 29,4

8,8 10,5 46,9

59,6 15,0 17,6

32,5 18,8 33,0

33,0 15,2 31,2

55,3 15,1 20,8

Nível de instrução muito baixo: sem escolaridade ou até primeiro grau incompleto. Nível de instrução baixo: primeiro grau completo ou segundo grau incompleto: Nível médio de instrução: segundo grau completo e superior incompleto Nível de instrução alto: ensino superior completo.

204

Uma caracterização dos imigrantes nascidos em países do Cone Sul

Sexo e nível educacional instrução Alto Total (%) Total (absoluto)

País de nascimento Argentina Bolívia Chile Paraguai Uruguai

Total residentes Total Cone Sul no Brasil

30,7 100,0 9534

20,5 100,0 41965

19,5 100,0 6205

33,8 7,8 100,0 100,0 6179 9554

15,7 100,0 10493

8,8 100,0 35525535

Fonte: ibge Censo Demográfico 2000 (microdados da amostra)

A partir de indicadores de qualificação diferentes, Baeninger (2002) e Pellegrino (2003) coincidem em destacar a relevância da presença de pessoas qualificadas entre os imigrantes da Argentina e Uruguai no Brasil. Pellegrino (2003) ressalta o fato do Brasil ter incrementado sua capacidade de incorporação de migrantes qualificados, originários de países do Cone Sul. Atribui este aumento ao maior nível de investimento em educação, à definição clara de suas políticas de desenvolvimento científico e tecnológico e a uma tradição de absorção de jovens de outros países latino-americanos, beneficiários de bolsas de estudo, custeadas pelo próprio governo brasileiro. Também menciona a existência, no Brasil, de uma política de estímulo à industria e de fomento de vínculos entre ela e as universidades e centros de pesquisa. A construção dos perfis dos imigrantes do Cone Sul a partir do método GoM Nesta seção são investigadas as características dos indivíduos de 10 e mais anos de idade, nascidos na Argentina, na Bolívia, no Chile, no Paraguai ou no Uruguai, recenseados no Brasil, no ano 2000. A construção dos perfis considerou variáveis que caracterizam cinco dimensões: 1. Dimensão ambiental e de localização: região geográfica, situação do domicílio e perfil do município de residência no momento do censo demográfico. O perfil do município foi construído a partir do método GoM, considerando-se as seguintes variáveis: densidade demográfica, grau de urbaniza-

.

Baeninger (2002) toma como indicador de qualificação a proporção de pessoas mais de 10 anos que tinham mais de 10 anos de escolaridade. Pellegrino (2003) define como migrantes qualificados aos integrantes da PEA que tem ocupações profissionais e técnicas ou aquelas pessoas que têm nível de instrução terciária ou superior.

205

Sala, Magno, Cerqueira, Junqueira

ção, percentagem de domicílios acesso a água potável, esgoto, banheiro, coleta de lixo, luz elétrica, telefone, porcentagem de televisores por domicílio, o Índice de Desenvolvimento Humano do município e a porcentagem de chefes de domicílio alfabetizados. A construção dos perfis baseou-se na caracterização de todos os municípios brasileiros feita por Cerqueira (2004), que considera um conjunto de dimensões humanas e econômicas, das quais só foram consideradas as referidas à potencialidade humana de cada município. As variáveis consideradas e os perfis de municípios resultantes constam no Anexo 2. 2. Dimensão demográfica básica e nupcialidade: sexo, relação com o responsável do domicílio, idade (recodificada em faixas decenais); morava ou não em companhia de cônjuge; estado civil. 3. Dimensão migratória: país de nascimento, unidade da Federação (uf) ou país de residência anterior, uf ou país de residência em 31 de julho de 1995 e nacionalidade. 4. Dimensão educacional: nível de instrução alcançado (variável construída a partir das perguntas: curso mais elevado que freqüentou e curso mais elevado concluído) e anos de estudo. 5. Dimensão do trabalho e rendimento: condição de atividade econômica, classificação da ocupação, classificação da atividade, categoria ocupacional, contribuição para a previdência oficial, total de rendimentos no trabalho principal, total de rendimentos em todos os trabalhos e total de horas trabalhadas na semana prévia ao censo demográfico. Os perfis foram determinados a partir do método Grade of Membership (GoM) (Manton, 1994), que lida com dois dos maiores problemas na determinação de uma classificação ou tipologia, que são a identificação de grupos e a descrição de diferenças entre os mesmos. É um método baseado em procedimentos de estimação estatística de máxima verossimilhança, que permite o estabelecimento de perfis, a partir de variáveis discretas ou variáveis continuas re-categorizadas. A construção de perfis reconhece a heterogeneidade dos indivíduos, em amostras com muitos casos e variáveis. O método permite identificar grupos e descrever as diferenças entre eles, mesmo quando os indivíduos a serem classificados apresentem características ambíguas que expressam-se em graus diferentes de pertenência a diferentes grupos ou conjuntos, de um modo não excludente. 206

Uma caracterização dos imigrantes nascidos em países do Cone Sul

O método GoM começa com a construção de perfis extremos, a partir da estimação dos valores lâmbda (λkjl), que comparados com a freqüência marginal correspondente, permitem avaliar as características dominantes em cada perfil gerado. O método permite estimar a probabilidade de uma característica l, de uma variável j, pertencer ao perfil extremo k, λkjl, simultaneamente ao grau de pertenência (gik) de um indivíduo ao perfil extremo k. Para o delineamento dos perfis escolheu-se o valor 1.2 para a razão entre os λkjl e as freqüências marginais. Aqueles valores superiores a 1.2 indicavam as características dominantes de cada perfil extremo. No presente artigo o método GoM foi aplicado em duas situações. Na primeira etapa foi construída a tipologia dos 1264 municípios brasileiros em que residiam os indivíduos sob análise. Uma vez estabelecidos os perfis extremos, que correspondem a municípios com alto e baixo potencial humano, foram determinados dois perfis mistos, com características predominantes de perfil de alto e baixo potencial humano. Esses perfis, em seguida, foram imputados a cada um dos indivíduos, segundo o seu município de residência no momento do censo. Na segunda etapa, foram construídos os perfis correspondentes aos indivíduos. Foram determinados três perfis extremos, ou puros, de indivíduos e três perfis mistos, que tinham características dominantes correspondentes a cada um dos perfis extremos. Os perfis puros resultantes apresentam as seguintes características: Perfil 1 • Majoritariamente mulheres • menores de 20 anos ou maiores de 60 • majoritariamente residentes na Região Centro-Oeste • majoritariamente eram filhos, cônjuges ou outros familiares • nunca viveram com um cônjuge ou não vivem, mas viveram • predominantemente viúvos • fixaram residência no Brasil antes de 1970 • em 1995 residiam em outras UFs, Paraguai ou Uruguai • o Paraguai foi o país de residência anterior da maioria dos que chegaram à uf na década prévia ao Censo de 2000 • nível de instrução muito baixo • desempregados e inativos • residiam preferencialmente em municípios de baixo potencial humano ou em municípios de perfil misto, com características predominante do perfil de baixo potencial humano 207

Sala, Magno, Cerqueira, Junqueira

Perfil 2 • Majoritariamente homens • de 40 a 59 anos • residentes nas regiões metropolitanas • regiões Sudeste e Nordeste • majoritariamente chefes • moravam com o cônjuge • casados, desquitados ou divorciados • fixaram residência no Brasil entre 1970 e 1979 • em julho de 1995 residiam em outras Ufs do Brasil ou no Chile • nível de instrução alto e médio • ocupados • profissionais das ciências e artes, membros superiores do poder público; dirigentes de organizações de interesse público e de empresas; gerentes ou técnicos de nível médio • inseridos em atividades de transporte, armazenagem e comunicação, indústria de transformação e distribuição de eletricidade gás e água, comércio, reparação de veículos automotores, objetos pessoais e domésticos • categorias ocupacionais: empregador, militares e funcionários públicos estatutários, empregado com carteira de trabalho assinada, contaprópria • entre 30 e 44 horas semanais de trabalho • contribuintes da previdência oficial • rendimentos acima dos 10 salários mensais • majoritariamente residentes em municípios de alto potencial humano Perfil 3 • De 20 a 40 anos • residentes nas regiões Sul, Centro Oeste e Norte • domicílios rurais • solteiros • predominantemente outros parentes e não-parentes do responsável do domicílio • nunca viveram com cônjuge • majoritariamente solteiros • fixaram residência no Brasil entre 1990 e 2000 e entre 1980 e 1990 • em 31 de Julho de 1995 residentes em outras UFs do Brasil, Bolívia, Uruguai ou Paraguai 208

Uma caracterização dos imigrantes nascidos em países do Cone Sul

• o Paraguai foi o país de residência anterior da maioria dos que chegaram à uf na década prévia ao Censo de 2000 • nível de instrução muito baixo e baixo ocupados • trabalhadores agropecuários, florestais, de caça e pesca; trabalhadores dos serviços, vendedores do comércio em lojas e mercados ou trabalhadores da produção de bens e serviços industriais • inseridos em atividades da agricultura, pecuária, silvicultura, exploração florestal e pesca; na industria de transformação e distribuição de eletricidade gás e água, no transporte, armazenagem e comunicação, no comercio, reparação de veículos automotores, objetos pessoais e domésticos • componentes, predominantemente, de categorias ocupacionais de grande precariedade como: trabalhador na produção para o próprio consumo; empregado sem carteira de trabalho assinada; trabalhador não-remunerado em ajuda a membro do domicílio ou conta-própria • grande dispersão na quantidade de horas trabalhadas (entre 30 e 44 horas, mais de 44 horas e até 29 horas) • categorias salariais menores • residência predominantemente nos municípios de perfil misto e nos municípios de baixo potencial humano Velhas origens, novos migrantes, novos perfis O que basicamente distingue as pessoas do perfil 1 dos dois restantes é a inatividade. O perfil 1 inclui os migrantes mais antigos e agrupa predominantemente as mulheres, com importante presença de viúvas. Também concentra as pessoas muito novas, em geral filhos dos imigrantes. O perfil 2 concentra os migrantes também antigos e qualificados, com empregos melhores do que as pessoas do perfil 3. Os indivíduos do perfil 2 inseriam-se em categorias ocupacionais pouco precários, como empregador e empregado com carteira. Tinham renda elevada. O perfil 3 concentra os migrantes recentes, mais heterogêneos e, predominantemente, de baixa qualificação. Estariam inseridos em categorias ocupacionais muito precárias, como empregado sem carteira de trabalho, trabalhador autônomo e trabalhador familiar, recebendo rendimentos menores.

209

Sala, Magno, Cerqueira, Junqueira

Tabela 5 Brasil. Distribuição dos naturais dos países do Cone Sul de 10 e mais anos, por sexo, segundo perfil (%). 2000 Perfil Perfil extremo 1 Perfil misto com perfil 1 dominante Perfil extremo 2 Perfil misto com perfil 2 dominante Perfil extremo 3 Perfil misto com perfil 3 dominante Total Total (absoluto)

Sexo Homen Mulher 22,3 58,2 2,7 1,9 27,0 9,3 12,3 5,9 25,1 18,4 10,6 6,3 100,0 100,0 59720 51210

Total 38,8 2,3 18,8 9,3 22,0 8,7 100,0 110930

Fonte: dados básicos ibge Censo Demográfico 2000.

Os homens argentinos e paraguaios estavam muito concentrados no perfil 1. Esta situação pode ser explicada pela maior idade de membros de correntes migratórias antigas. Entre as mulheres, esta concentração tem duas explicações possíveis. A inatividade de muitas delas é devida, majoritariamente, à idade avançada. Mas, é possível que, em muitos casos, tenham-se constituído em migrantes secundárias. O importante nível de inatividade econômica que caracteriza a maioria das mulheres estrangeiras leva a pensar que muitas delas poderiam ter acompanhado algum homem de seus grupos familiares e não se inseriram no mercado de trabalho da sociedade receptora. Em geral, observa-se que existe maior semelhança entre os naturais da Argentina, Chile e Uruguai, por uma parte, e os nascidos na Bolívia e no Paraguai, por outra. No primeiro grupo destaca-se a maior qualificação dos migrantes chilenos e no segundo, a dos bolivianos. Os migrantes chilenos estavam, claramente, mais qualificados que os membros das outras origens migratórias. Argentinos e uruguaios tendiam a distribuir-se com maior uniformidade nos diferentes perfis. Os naturais da Bolívia mostravam um caráter dual, ao reunir pessoas de alta qualificação e renda e outras de baixa qualificação e empregos de má qualidade. Os naturais do Paraguai apresentavam, claramente, uma situação mais desvantajosa em termos educacionais, trabalhistas e de rendimento. A construção de perfis fornece sinais claros de mudanças do perfil educacional dos imigrantes oriundos da Região. Os mais antigos tinham 210

Uma caracterização dos imigrantes nascidos em países do Cone Sul

nível educacional significativamente superior aos mais recentes. Também permite detectar a existência de uma crescente heterogeneidade em alguns grupos migratórios, pelo incremento, com o passar do tempo, da presença dos migrantes não-qualificados ou menos qualificados que, em alguns casos, traduzem-se numa polarização acentuada, como acontece entre os naturais da Bolívia e, em menor medida, entre os uruguaios. A maioria dos homens e mulheres imigrantes, naturais do Cone Sul, residia em municípios de alto potencial humano. Ao considerar a relação entre país de nascimento, perfil dos indivíduos e perfil do município, observa-se que os naturais do Chile, que majoritariamente pertencem ao perfil de indivíduos caracterizados pela maior qualificação e com empregos e rendas melhores, estão mais concentrados nos municípios de alto potencial humano. Por outro lado, um quarto dos naturais do Paraguai morava nos municípios mais pobres, de baixo potencial humano. Em geral, os naturais desse país estavam sobre-representados no perfil 3 da tipologia de indivíduos, que se caracterizava pelo menor tempo de residência no Brasil, por ter qualificação menor, empregos mais precários e renda menor. Em geral, observa-se que existe relação entre a concentração nos perfis 2 e 3 de indivíduos e o perfil dos municípios (Tabela 6). Tabela 6 Brasil. Nascidos nos países do Cone Sul, de 10 anos e mais de idade, por país de nascimento, segundo sexo e perfil do município de residência (%). 2000 Perfil do município de residência em 2000 e sexo Homens P1 alto potencial humano (1) Perfil misto com mais características dos municípios de alto potencial humano (2) Perfil misto com mais características dos municípios de baixo potencial humano (3) P2 baixo potencial humano (4) Total absoluto

País nascimento Argentina Bolívia Chile Paraguai Uruguai Total 88,9 3,3

73,4 2,2

93,6 2,5

59,5 6,3

68,7 27,4

76,9 8,6

3,1

10,3

1,5

8,7

1,8

4,9

4,7 14990

14,2 10558

2,4 9924

25,5 11656

2,1 12592

9,5 59720

211

Sala, Magno, Cerqueira, Junqueira Perfil do município de residência em 2000 e sexo Mulheres P1 alto potencial humano (1) Perfil misto com mais características dos municípios de alto potencial humano (2) Perfil misto com mais características dos municípios de baixo potencial humano (3) P2 baixo potencial humano (4) Total absoluto

País nascimento Argentina Bolívia Chile Paraguai Uruguai Total 87,5 4,2

67,4 2,1

95,6 1,9

58,0 7,1

64,1 32,0

72,2 10,4

2,9

13,2

0,8

11,1

1,4

6,2

5,3 11189

17,3 8734

1,8 6584

23,8 13383

2,5 11322

11,1 51212

Fonte: Dados básicos ibge, Censo Demográfico 2000 (Microdados da amostra)

Conclusão A composição dos imigrantes originários do Cone Sul, das duas últimas décadas prévias ao Censo Demográfico 2000, caracterizou-se pelo incremento na proporção dos homens e mulheres naturais do Paraguai e da Bolívia e pelo declínio da participação relativa dos argentinos, chilenos e uruguaios. Esta mudança na composição foi paralela a alterações na localização e na qualificação dos migrantes. Diferentes indicadores assinalam a preferência crescente dos imigrantes de países de Cone Sul pelos estados de fronteira e secundariamente, pelo estado de São Paulo, embora este estado ainda concentrasse, no ano 2000, a maior parte da população nascida na Argentina, Bolívia e Chile. Detectou-se acentuado envelhecimento das populações originárias da Argentina, do Chile e do Uruguai e o menor envelhecimento dos naturais da Bolívia e do Paraguai, propiciado pela incorporação de migrantes recentes. Há indícios de modificações do perfil educacional e ocupacional experimentado ao longo da última década, por cada um dos grupos analisados. A menor instrução e a concentração em ocupações menos qualificadas, observada entre os imigrantes mais recentes, poderia estar associadas à generalização de condutas emigratórias entre pessoas de instrução média da Argentina e média e baixa da Bolívia e do Uruguai. A menor qualificação dos imigrantes recentes, naturais da Bolívia e Paraguai, poderia, também, estar relacionada à reorientação para o Brasil dos emigrantes 212

Uma caracterização dos imigrantes nascidos em países do Cone Sul

desses países que antes se dirigiam para a Argentina. Entre os naturais da Bolívia e do Uruguai o menor nível educacional das coortes mais recentes expressa-se na polarização acentuada do estoque de imigrantes destes países. Nos Estados Unidos, tem-se destacado a crescente dualidade dos fluxos migratórios, em termos da qualificação das pessoas envolvidas, já que aquele país, além de ser o principal destino dos migrantes altamente qualificados, recebe, também, pessoas com qualificação muito baixa, que tendem a inserir-se nos segmentos de pior remuneração do mercado de trabalho. A construção dos perfis migratórios a partir de uma abordagem multidimensional permite ver que a dualidade dos migrantes internacionais residentes nos Estados Unidos está presente, também, entre os migrantes originários dos países do Cone Sul, residentes no Brasil Referências bibliográficas Baeninger, R. 2002. La migración internacional de los brasileños. Características y tendencias. Naciones Unidas. Proyecto Regional de Población celadefnuap (Fondo de Población de las Naciones Unidas). Serie Población y Desarrollo. Carvalho, J. A. M. 1982. Migrações internas: mensuração direta e indireta. Revista Brasileira de Estatística, v. 43, n. 171, p. 549-583, jul./set. celade. 2001. Boletín Demográfico. No. 67. América Latina: tablas de mortalidad, 1950-2025. Enero/2001. Disponível em http://www.eclac.cl. Cerqueira, C. A. 2004. Tipologia e características dos estabelecimentos escolares brasileiros. Tese de doutorado em demografia, apresentada no cedeplar/ ufmg. Belo Horizonte. Manton, K. G., et al. 1994. “Symptom Profiles of Psychiatric Disorders Based on Graded Disease Classes - An Illustration Using Data from the who International Pilot Study of Schizophrenia.” Psychol Med., v. 24(1), p.133144. Patarra, N. e R. Baeninger. 2001. “Frontier and Migration in Mercosur: Meaning, Specificities and Implications”. Paper presented at the xxiv General Population Conference. Salvador, Brazil. August. Patarra, N. e R. Baeninger. 1996. “Migração Internacional recente: o caso do Brasil. Em “Emigração e imigração internacionais no Brasil contemporâneo.” Programa interinstitucional de Avaliação e acompanhamento das migrações internacionais no Brasil V1. Agencia Brasileira de Cooperação e Fundo de População das Nações Unidas. nesur e nepo. 213

Sala, Magno, Cerqueira, Junqueira

Pellegrino, A. 2003. “Migración de mano de obra calificada desde Argentina y Uruguay”. Estudios sobre migraciones internacionales. 58 S. Programa de Migraciones Internacionales. Oficina Internacional del Trabajo. Ginebra Sala, G. 2005. Características demográficas e sócio-ocupacionais dos migrantes nascidos nos países do Cone Sul residentes no Brasil. Tese de doutorado em demografia, a ser apresentada no cedeplar/ufmg. Belo Horizonte.

Anexo 2: Os perfis dos municípios As variáveis foram categorizadas em quartis e quintis. O nível de cada variável (muito alto, alto, médio, baixo, muito baixo) foi determinado arbitrariamente, após considerar a sua distribuição. A seguir, descrevem-se as características dos perfis puros de municípios. Os valores entre parêntesis referem-se aos pontos de corte dos quintis e quartis. Perfil 1 (Municípios com alto potencial humano) • Densidade demográfica: média (25 hab x km2 a 49,9 hab x km2) • Grau de urbanização do município: muito alto (mais de 91,8%) • Porcentagem de domicílios com conexão de água potável: alta (mais de 86,2% e entre 72,2 e 86,2%) • Porcentagem de domicílios com conexão a esgoto: alta (mais de 79,1%) e média (entre 45% e 79,1%) • Porcentagem de domicílios com banheiro: muito alta (mais de 97,9% e entre 96,5 e 97%) • Porcentagem de domicílios com coleta de lixo: muito alta (mais de 89,7%) e alta (entre 75,1% e 89,5%) • Porcentagem de domicílios com luz elétrica: muito alta (mais de 98,1% ) alta (entre 96,5% e 98,1%) • Número de televisores por domicílio no município: muito alto (mais de 113%) • Porcentagem de domicílios com telefone: média (entre 25,8% e 38,7% e mais de 38% dos domicílios) • Índice de desenvolvimento humano do município: mais de 0,8 • Porcentagem de chefes alfabetizados: alto (mais de 92%)

214

100,0

100,0

4,4

60,0

35,6

1991

15,5

69,4

15,1

1980

13,4

77,9

8,7

1991

Chile

Paraguai

12,7

78,7

8,6

3,1

3,6

88,0 85,4

8,9 11,0

9,1

83,3

7,6

1,5

75,0

23,5

1,5

92,1

6,4

4,4

8,6

93,1 73,3

2,4 18,1

9,6

64,4

26,0

9,4

68,5

22,1

2000 1980 1991 2000 1980 1991 2000 1980 1991 2000

Bolívia

12,4

74,9

12,7

1980

9,1

82,9

8,0

1991

Uruguai

12,2

82,4

5,4

2000

100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

7,8

63,8

28,4

2000

Argentina

215

100,0

100,0

5,2

60,9

33,9

22,7

62,2

15,1

22,7

67,0

10,3

20,0

68,3

11,7

5,2

5,5

82,4 84,2

12,3 10,3

10,9

80,4

8,8

2,6

69,3

28,0

2,6

89,0

8,4

7,4 10,2

89,1 72,3

3,5 17,6

9,2

66,2

24,5

8,9

69,0

22,1

17,2

69,2

13,6

15,5

74,8

9,7

18,2

75,2

6,6

Fonte: ibge, Censos Demográficos de 1980, 1991 e 2000 (microdados da amostra)

6889 8790 10010 15302 10231 10282 11790

100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

9,3

64,1

26,7

Total abs. 59868219 74340353 86223155 13225 11901 11964 5797 7077 9146 8040 8501

Total

4,3

58,1

15-64

65 e mais

37,6

Menos de 15

Mulheres

Total abs. 59142833 72485122 83576015 13408 13567 15568 7183 8616 11242 9790 11933 10242 8770 9006 13520 11007 11860 12949

Total

3,8

57,4

15-64

65 e mais

38,8

1980

População total residente no Brasil

Menos de 15

Homens

Sexo e grupos etários

Anexo 1 Brasil-Nascidos nos países do Cone Sul, por país de nascimento, segundo sexo e grupos etários (%), 1980-2000 Uma caracterização dos imigrantes nascidos em países do Cone Sul

Sala, Magno, Cerqueira, Junqueira

Perfil 2 (Municípios de baixo potencial humano) • Densidade demográfica: muito baixa (entre 10,1 e 25,5 hab x km2) e muito alta (mais de 172,8 hab x km2) • Grau de urbanização do município: muito baixo (menos de 54,6 %) • Porcentagem de domicílios com conexão de água potável: baixa (menos de 72,2%) • Porcentagem de domicílios com conexão a esgoto: muito baixa (menos de 9,5%) e • Média (entre 9,5 e 45%) • Porcentagem de domicílios com banheiro: baixa (menos de 90,7%) e média (entre 90,7 e 96,2 domicílios com banheiro) • Porcentagem de domicílios com coleta de lixo: baixa (menos de 9,5%) • Porcentagem de domicílios com luz elétrica: média (menos de 90,3%) e alta (entre 90,3% e 96,5%) • Número de televisores por domicílio no município: alto (menos de 91%) • Porcentagem de domicílios com telefone: baixa (menos de 15%) e média baixa (entre 15,3 e 25,8%) • Índice de desenvolvimento humano do município: menos de 0,8 • Porcentagem de chefes alfabetizados: média (entre 78,5% e 84,0% ou menos de 88,5%)

216

us

Migration Dynamics in Mexico, Central America, and the Spanish-Speaking Caribbean

Fernando Riosmena Introduction Mexicans, Central Americans, and Caribbean account for roughly a third of permanent residents arriving or regularizing since 1960 and two of every five since 1990 (us Office of Immigration Statistics, 2004: Table 2). The latest of the continuous snapshots provided by the Current Population Survey indicates that people from these three origins comprise nearly half of the 33.5 million foreign-born people living in the United States (us Census Bureau, 2004), or roughly 6% of population the three sending regions combined. High levels of migration from Mexico, Central America, and the Caribbean have help to make Hispanics the fastest-growing group in the country (us Census Bureau, 1996). The massive, dynamic character of contemporary international migration not only has profound social and demographic effects on destination areas; it also has far-reaching consequences in paces of origins (re the socio-cultural sphere, see Guarnizo, 1997). Most notably, remittances sent by migrants abroad and savings repatriated upon their return

.

I gratefully acknowledge the support from the Fogarty International Center, National Institutes of Health, the Population Reference Bureau, and the University of Pennsylvania through its Judith Rodin Fellowship. I have benefited from discussions with Maria Aysa, Jere Behrman, Chiara Capoferro, Hans-Peter Kohler, Fernando Lozano-Ascencio, Douglas Massey, Germán Rodríguez, and Mariano Sana. Remaining mistakes are all mine.

217

Fernando Riosmena

have a preponderant role on the economic maintenance of households, in facilitating housing investments, and in providing capital for small-scale enterprises (Funkhouser, 1995; Massey and Parrado, 1994; Sana, 2003; Taylor, 1999; Taylor, et al., 1996). Beyond the household level, the aggregate effects of these transfers in the economy are non-trivial and have been increasingly recognized by governments and financial institutions (Guarnizo, 2003). Given the demographic size and social relevance of migratory flows in both sending and receiving areas, understanding their underlying dynamics, and describing the context in which decisions about migration and return are made, become essential for comprehending immigrant incorporation (Alba and Nee, 2003; Rumbaut, 1997), transnational life (Portes, 2003; Waldinger and Fitzgerald, 2004), and remitting behavior (Galor and Stark, 1990). A basic characterization of the heterogeneity in migration dynamics among sizable groups, like those broadly defined above, is also necessary for the design and implementation of adequate immigration, social, and development-related policies. This study analyzes decisions to migrate to and return from the United States among five groups of Latin American males from a cross-national perspective. Specifically, I use data from comparable surveys gathered in Mexico, Puerto Rico, the Dominican Republic, Nicaragua, and Costa Rica with three main purposes. First, I seek to characterize differences in the timing, occurrence, and legal auspices of migration from and return to different countries at different ages. Second, I seek to describe differences in the socioeconomic makeup of different national origin migrant groups and how they are related to these decisions. Finally, I seek to model and compare us-bound and return migration propensities across and within countries while controlling for relevant individual and macro-level characteristics. The Settings The countries studied here offer considerable variation with respect to the size, history, and dynamism of international migration as in socioeconomic conditions. Mexico is the most important source for both legal and undocumented migration into the country (us Office of Immigration Statistics, 2004) and represents the longest sustained international movement of people in our time. The history of Mexican migration goes 218

us

Migration Dynamics in Mexico

back as far as the late 19th century (Gamio, 1930), when recruited migrant streams started flowing back and forth, mainly between Western Mexico and the Southwestern United States. During the post-Depression years, migration from all over the world came into a halt while Mexican (and sometimes Mexican-American) laborers were deported en masse (Hoffman, 1974). The flow from south of the border regained momentum after the enactment of the Bracero Program in 1942 (Calavita, 1992), re-activating old networks of Mexican farm workers and further expanding the role of Mexican labor in industrial cities of the Midwest. Since 1965, a series economic and political transformations have played out to cause Mexican migration expand from a regional phenomenon to a national one (Massey, Durand and Malone, 2002; Zúñiga and Hernández-León, 2005). In 1917 an act of Congress conferred Associated Commonwealth status to the island of Puerto Rico, its inhabitants have been U.S. citizens by birth (Duany, 2002: 1). Scholars have also pointed out that the Associated Commonwealth status of the island has given Puerto Ricans better access to well-functioning markets for credit, capital, and insurance that are more typically non-existent or inefficient in other Latin American and Caribbean countries (Massey, et al., 1998; Massey and Sana, 2003; Sana, 2003). Citizenship issues aside, Puerto Rican migration resembles international movement in geographic and socio-cultural terms (Duany, 2000; RiveraBátiz and Santiago, 1996). In addition, the socioeconomic characteristics of the island (e.g. income per capita and familial arrangements) place it closer to its Caribbean neighbors than to the U.S. mainland (Barrow, 1996; see Massey and Sana, 2003: Table 3). In sum, Puerto Rican is of special interest because it represents a case of South-North movement in the absence of legal restrictions and in the presence of better markets. Massive Puerto Rico–U.S. migration did not really begin until the 1940s, when a large pool of low-wage skilled labor from the island was recruited by manufacturers in the northeastern United States (City University of New York. Centro de Estudios Puertorriqueños. History Task Force, 1979; Portes and Grosfoguel, 1994). During the 1950s, net emigration from Puerto Rico was just shy of half a million and decreased to 200,000 in the 1960s and thereafter fell to approximately 100,000 per de-

.

In these regards, the case could be considered as one of a natural experiment (Rosenzweig and Wolpin, 2000).

219

Fernando Riosmena

cade (Rivera-Bátiz and Santiago, 1996; us. Census Bureau, 2001). Despite the deceleration of net migration between the island and the mainland, both gross flows and stocks of people from Puerto Rico remain sizable in the northeast, and a smaller subset of the stream has been identified as circular (Duany, 2002; Ellis, Conway and Bailey, 1996; Rivera-Bátiz and Santiago, 1996). Sizable international movement from the Dominican Republic, strongly restricted during the 30-year tenure of dictator Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961), began around 1965 (Grasmuck and Pessar, 1991; Massey and Sana, 2003; Portes and Grosfoguel, 1994). Four years after the autocrat’s assassination in 1961, political turmoil in the country motivated the occupation of the island by the U.S. Marines (Georges, 1990; Grasmuck and Pessar, 1991; Moya Pons, 1995). Out-migration to the United States was initially facilitated by the swift approval of legal documents to reduce agitation in the island (Martin, 1966) and drew people largely from the urban middle and working classes (Portes and Grosfoguel, 1994). By the 1970s the flow had gained a conspicuous momentum. Since 1970, immigration from the Dominican Republic has been among the top ten countries for legal admissions to the United States, accumulating to a total of 850,000 and averaging around 25,000 per annum (us Office of Immigration Statistics, 2004). Nicaraguans and Costa Ricans stand well below Mexicans, Puerto Ricans, and Dominicans both in their numbers and—more importantly—in their historical propensity to migrate to the United States (Massey and Sana, 2003: Figure 2). Even though migration from Costa Rica experienced its greatest growth only during the 1990s (Massey and Sana, 2003: Figure 2), immigrant admissions stood last or next-to-last in the ranking of legal flows from Central America during that decade (at just 1,0001,700 admissions per year). Nicaraguans, on the other hand, were ranked third in legal admissions from the Central America during this decade, only behind El Salvador and Guatemala (us Office of Immigration Statistics. 2004). Notwithstanding their modest numbers vis-à-vis immigration from other nations, the Costa Rican and Nicaraguan cases are of special in-

. .

This trend is remarkable in light of the country’s modest size when compared to other important sources of immigration, ranging in population sizes as small as El Salvador (also remarkable) and as large as China. Immigrant admissions of Nicaraguans ranged between 4,000 and 24,000 during 1993-2003.

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Migration Dynamics in Mexico

terest for four reasons. First, it is likely that the largest flows from both countries are yet to be seen (Massey and Sana, 2003: p. 36). Second, Costa Rica itself is actually the other main destination of Nicaraguans (Lundquist and Massey, 2005: p. 38-9; Vargas, 2003). Third, migration streams to both the United States and Costa Rica represent a non-trivial proportion of Nicaragua’s population and contribute a large share to its GDP (Funkhouser, 1995). Finally, out-migration to the United States originated and developed under diametrically opposed circumstances in both nations, as discussed next. Although it is an upper-middle income developing country, Costa Rica has not been exempt from economic instability and social disparities, though it has been the exception to the rule of political unrest and extreme inequality in the region (Díaz-Brisquets, 1989). In contrast, Nicaragua has experienced long-term economic stagnation and decline related and in addition to political instability brought about by the successful anti-Somoza Sandinista uprising of 1979 and the ensuing us-sponsored Contra revolt of the mid-1980s (Lundquist and Massey, 2005). Thus, migratory flows from these five countries have stemmed from quite varied socioeconomic conditions across space and time, suggesting that a cross-national comparison may yield insights into the historicalstructural determinants of international migration. Given the dominance of Mexico in the U.S. migratory system, research has focused on the analysis of its determinants to the exclusion of other sending countries (Massey and Parrado, 1998; Massey and Sana, 2003: 9). However canonical the study of Mexican migration may be, ironically it might represent the exception rather than the rule given its unique relationship to the United States. As such, a deeper study of it vis-à-vis other migrant-sending regions is highly desirable. Previous Research Although studies have analyzed migration processes within four of the five countries under study —with the exception of Costa Rica—, few have performed comparative research on us-bound migration and even fewer .

This is not to mention its role model status regarding the demographic transition in developing countries (Caldwell, 1986; Guzmán, 1996), and its implications regarding levels of human development

221

Fernando Riosmena

have studied return flows. Clark, Hatton, and Williamson (2004) examined the macro-level measures associated with 1997-2001 migration from all Latin American countries. Massey and Sana (2003) undertook a general description of us migration patterns from the same countries studied here. But I depart from these earlier studies in two ways. First, I take a step back and analyze some basic, more-demographic characteristics of the flows that have been overlooked (and thus uncontrolled) in prior research—namely age-specific out-migration rates and duration-specific schedules of return for synthetic cohorts—. Second, I analyze first-time us-bound and return decisions among individuals from each regional setting using a multivariate, quasi-longitudinal approach that measures how individual- and macro-level factors combine to influence the likelihood of becoming a migrant and returning home. In doing so, I focus on intercountry variations and the specific dynamics of migration and return in each setting, evaluated in terms of socioeconomic status; family formation and life cycle; migration-related social capital; aggregate-level costs and benefits of migration; and macroeconomic measures. Most studies find that migrants are positively selected with respect to educational levels in their places of origin (Funkhouser, 1992, 1995;

.

.

. .

The literature on immigrant incorporation provides more cross-national comparisons of streams by studying various socioeconomic outcomes in settled populations (i.e. stocks for Caribbeans, see Portes and Grosfoguel, 1994). These studies suggest that differences in the social and economic performance (and integration) of migrants in the host society are explained by an array of conditions labeled as modes of incorporation (Portes and Rumbaut, 1996). The way in which a group incorporates into the host society depends on the interplay between the socioeconomic selectivity of migrants (partially shaped by the political and economic climate in the origin) and the context of reception of a given national group, most notably indicated by its access to legal documents and the types of labor market and occupational mobility experienced. As such, these studies generally do not deal directly with the more socio-demographic question of migration dynamics, though they obviously suggest pathways through which certain groups may evince certain behaviors (e.g. shorter or longer trip durations). Aside from finding that migrants were positively selected on education and were more likely to come in the typical labor force ages when compared to other migrant groups, Clark and colleagues found that they come from places with moderately high (though not the highest) levels of inequality; that migration is responsive to relative income gaps vis-à-vis us levels; and to have a sizable amount of immigrants previously settled in the us. All these results are concordant with the broader literature (e.g. see Portes and Rumbaut, 1996) and with empirical verifications using individual level data (Massey and Espinosa, 1997). In addition, Massey and Sana utilized a different module (and an earlier version) of the data source hereby used (for a description, see the Data section below). The modal shape of age- or duration-specific patterns may suggest the relationship between migration and certain life cycle events (Hobcraft, Menken and Preston, 1982) while sizable departures from this shape may suggest specific period shocks experienced by certain cohorts.

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Migration Dynamics in Mexico

Massey and Sana, 2003; Portes, Guarnizo and Landolt, 1999), though the degree of selectivity varies considerably across and within countries (Feliciano, 2005). Although the selectivity of out-migration is generally seen to be positive after controlling for confounding effects,10 it is nonetheless curvilinear. Studies have shown that it is not the poorest who migrate, but those with the resources necessary for engaging in a high-cost, highrisk venture (especially if it implies surreptitious border-crossing). Even though access to some resources may be necessary to become a migrant, however, those with a more secure economic position are less motivated to migrate, yielding elevated migration propensities in the middle of the class distribution. The effects of socioeconomic status on migration can be expected to differ depending on whether it is measured using transient indicators such as income or occupation or using stable measures such as wealth accumulation or asset ownership. Indeed, studies suggest that one of the main motivations to migrate is to accumulate capital for specific purposes, such as buying or improving real estate or starting a business (e.g. buying or improving a property, or starting up a business, see Massey and Parrado, 1994; Massey and Parrado, 1998; Parrado, 2004). Thus, although owning property or a business in the sending community is expected to be negatively related to the probability of becoming a us migrant, once they have left for the United States people who own property or a business in the country of origin are expected to be more likely to return. Once in the United States, most migrants have access to a limited range of occupations and generally low incomes given their legal status, relatively low education, and the difficulty of translating educational credentials into the U.S. labor market. Nevertheless, a narrow range of jobs requiring specialized manual or technical skills are generally available to them, especially those who have accrued more on-the-job experience. As these occupations are slightly better rewarded and more highly regarded,

10. When analyzing synthetic cohorts of people from variegated settings (no matter how quasilongitudinally) selectivity in educational attainment can be an artifact of educational differences across cohorts. This is so since considerable changes in educational attainment occurred throughout most Latin America in the latter part of the xx century, reflected upon the progressive educational advancement of generations. Furthermore, geographic disparities in educational attainment within countries remain high today in spite of —and possibly due to— advancements in educational supply. In order to avoid confounding educational selectivity with differentials across space or time, it is necessary to consider individual educational attainment it vis-à-vis that of their cohorts and communities.

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Fernando Riosmena

people in jobs requiring more skills, along with those owning a business in the us, will be less likely to move back to their home countries. A better economic —and legal— position will also be characteristic of those who own property in the us, thus making it less likely for them to return to their country of origin. In both domestic and international labor migration flows, households may not move as a unit –at least initially. After analyzing migration patterns from the five Latin American countries studied here, Massey and Sana (2003) concluded that gender and policy were the main structuring factors producing “rather distinct patterns of selectivity with respect to gender and household position, especially in comparison to the patrilocal family system that prevails in Mexico” (p. 37). Due to some practical limitations (see Data section below), I focus on the migration patterns of male household heads observed from age 15 to the survey date. Although cross-country migration differentials are probably minimized by restricting the analysis to this group, I expect that marital status, family life cycle, and the migratory experience of other family members will be associated with the probability of migration and return across countries, and that this association will vary across socioeconomic settings. As implied above, individuals’ migration decisions are generally not made in isolated fashion and may be shaped by the prevailing gender and generational dynamics in particular cultural settings (Grasmuck and Pessar, 1991; Hondagneu-Sotelo, 1994). Within-household bargaining notwithstanding, migration may be a better strategy at certain points of the familial lifecycle than others. Studies in both developed and developing countries indicate that married people of both sexes are less likely to experience geographical mobility (i.e. within-city residential moves and domestic migration, see Courgeau. 1985; Flowerdew and Al-Hamad, 2004; Juárez, 1996; Mulder and Wagner, 1993; Sandefur and Scott, 1981). On the other hand, the evidence regarding international labor flows is mixed. In their study of four Mexican communities, Massey, et al. (1987: Chapter 7) found that us migration “begins at a high level among young unmarried men, falls after marriage, rises with the arrival of children, and then falls again as the children mature and leave home” (p. 200). In contrast, I elsewhere have found that married Mexican men, especially those with small children (i.e. ages 2-5) are less likely to become us migrants

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Migration Dynamics in Mexico

(see Chapter Five).11 Furthermore, the magnitude —though not the direction— of this association varied significantly across settings. People were especially likely to migrate while single if they lived in small industrializing cities with higher proportions of females in industrial occupations, whereas the differential between single and married people in traditional agricultural towns and rural areas was flatter. Among other hypotheses,12 these results could suggest that the relationship between marriage and international labor migration likely varies according to the gender and household dynamics prevailing in specific settings. Whether they are married or not, whether or not they live in a patriarchal society, people normally need to negotiate their desire to move with other family members for three possible reasons. First, they may need to get their legal or moral authorization —in the case of single children and some adult women in patriarchal societies—. Second, they may want them to join family members who have already begun migrating. Third, when family moves are more costly, aspiring migrants may need to convince family members (spouses, children) to support the move by staying behind (e.g. by taking care of the household, see Gupta, 2002; Hondagneu-Sotelo, 1994: Chapter 4). Family moves in labor migration are likely to be especially costly if people 1) do not have access to legal documents, 2) are target-oriented earners who intend to only migrate for a short time, or 3) have lower social capital to rely upon during their move. In sum, given large crosscountry differences in gender dynamics and family arrangements, migration-related social capital and (its related) access to documentation, I do not expect that marital status and family life cycle will necessarily be associated with migration in the same way across settings.

11. For similar results regarding the association between marital status and the migration dynamics of Puerto Rican women, see Ortiz (1996). 12. These results may suggest three non-competing trends. First, the growing economic opportunities of industrializing areas could make it less attractive for older, married people to migrate while attracting a younger generation of individuals with no accumulated wealth —but of midlevel SES—, and no proper access to credit markets. Second, migration streams from rural areas in Western Mexico —where migrant streams originally initiated— were mainly composed of agricultural workers in the origin who engage in seasonal agriculture in the us. Hence, married agriculturalists may have viewed agricultural work in the us with better eyes than their married counterparts in more economically-diverse areas. Third, it could also be that people from industrializing areas with higher levels of female employment in industrial activities might have experienced a debilitation of the typical patriarchal system that governed Mexican family life in most of the country and space studied.

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Fernando Riosmena

As with any other venture, the resources necessary to become a migrant need not to be restricted to what migrants-to-be can strictly afford on their own, or to the monetary domain itself. People rely on institutions and individuals to help them meet —or, even better, lower— the ‘startup’ costs of migration, whether it is crossing the border, having a place to stay, or finding a job in the us (Massey, et al., 1987). The most notable of these institutions is the family (e.g., see Curran and Rivero-Fuentes, 2003; Livingston, 2003; Massey and Espinosa, 1997). Relatives (and friends) may act as lenders, financiers, or referees in one or more stages of the process thus facilitating migration (Flores, 2005). Willingness notwithstanding, those in a better position to facilitate the process have generally migrated themselves (at least at some point). Furthermore, the legal status (and related socioeconomic position) of these people further facilitates migration through legal channels. Relatives and acquaintances may further provide extremely valuable information that decreases the uncertainty and actual danger surrounding a migratory move and may even reduce its monetary costs.13 Studies have shown that the larger the proportion of people with U.S. experience in a community, the more likely an individual is to migrate himself (Massey, Goldring and Durand, 1994; Massey and Zenteno, 1999; Munshi, 2003; Palloni, et al., 2001), especially in non-metropolitan origins (see Fussell and Massey, 2004).14 Among several reasons, it is hypothesized that aggregate levels of previous migration experience facilitate an individual’s migration since information relevant to the migration process flows through kin, friendship, and paisanaje (i.e. local acquaintance) networks in origins (for this and other potential pathways, see Massey, 1990). All of the aforementioned factors take into account heterogeneity in the costs individuals might face and benefits they may reap from migration and return. However, some cross-country variability in these costs and benefits may be left unexplained by the distributions of these indi-

13. This may be true in at least two ways. First, it may increase the bargaining position of the migrant vis-à-vis black-market service providers, where information on prices is not widely available and where price variability may very well depend on the information one holds. Second, having access to better information may decrease job and housing search times and thus the resources needed to find work or housing. 14. These studies have controlled for the characteristics of communities that could be correlated or confounding the effects of social networks, while two of them have been especially devoted to dealing with the potential endogeneity of network effects (see Munshi, 2003; Palloni et al., 2001).

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Migration Dynamics in Mexico

vidual- and community-level indicators. The relative gap in PPP-adjusted income per capita between the us and each nation is expected to be a positive predictor of migration, and a negative one of return (for an application of this measure to migration, see Clark, et al., 2004). Other macroeconomic indicators in each of the countries under study (e.g. inflation and exchange rates) and the United States (i.e. unemployment and real interest rates) are included in order to control for potential cyclical variations in the flow. These expected benefits, however, may diminish or increase depending on the access that people from a given country have to legal documents. Obviously the costs of migration are much higher for undocumented migrants as they have to pay sizable smuggler fees. Migrants who have access to a tourist visa do not need to pay for these fees, though they may face similar and inferior wages compared with migrants who have legal work authorization. Hence, as a proxy for the relative size of each flow, I include country-specific data on immigrant and non-immigrant admissions while controlling for each nation’s population size. I also include some available data on apprehensions at the border as a rough indicator of the volume of undocumented migration. Though a rough measure, it is highly correlated with undocumented flows (Espenshade, 1995; Espenshade and Acevedo, 1995).15 Data Most data used in the ensuing analyses come from the Mexican Migration Project (mmp) and its offshoot, the Latin American Migration Project (lamp), based at the University of Guadalajara and Princeton University (with collaboration of local institutions in each setting, see below). The projects recollect wide-ranging multi-level social, economic, and demographic data focused on migration to the United States.16 The mmp/lamp

15. Figures for the Dominican Republic, Nicaragua and Costa Rica are those of non-Mexicans, non-Canadians while published data was indeed found for Mexican citizens. A measure missing from the analysis is that of apprehension probabilities, which can be potentially calculated with mmp/lamp data (for an application on Mexico, see Massey and Singer, 1995). However, it was not possible to calculate these probabilities by year for the lamp countries given their smaller sample size. 16. The lamp has also recollected information on migration from Nicaragua to Costa Rica for all Nicaraguan communities, and on migration to Spain in one community in the Dominican

227

Fernando Riosmena

communities were selected to cover a wide spectrum of urbanization and socioeconomic conditions, ranging from small rural settlements to neighborhoods in large metropolitan areas.17 Within each community, a simple random sample of 100-200 households was selected. Variation in sample size was mainly contingent on sampling fraction considerations and not on refusal rates, which averaged a remarkable 1-4% across countries and rarely exceeded 10% (Massey and Sana, 2003: Table 2). In addition, mmp/lamp interviewers did some fieldwork in the United States in order to capture migrants settled in the us and whose experience was unobserved during fieldwork in Latin America. Smaller non-random snowball samples, typically of 10% of the original community’s sample size, were gathered among settled migrants originally from the community under study. Sample weights were constructed via indirect estimation techniques as an attempt to account for the size of each community’s Diaspora. This calculation mainly relies on the number of children of the household head who settle in the U.S. (see Massey and Espinosa, 1997; Massey and Parrado, 1994 for a more detailed description of the weighing scheme). Unless otherwise noted, analyses did not include these samples or sampling weights. Individual- and household-level data were collected via a flexible survey instrument, the ethnosurvey. The ethnosurvey’s interview style allows for a less contrived exchange with the informant when compared to more standardized survey approaches (see Axinn, 1991; Massey, 1987). The potential loss of internal validity due to differences in question wording and order are minimized through rigorous and careful interviewer training and proper pre-testing of survey items in local contexts. For instance, fieldwork in the Caribbean countries was conducted in collaboration with scholars from institutions in San Juan and Santo Domingo respectively. In the case of the Nicaraguan and Costa Rican surveys, community selection, fieldwork, and data-entry activities were supervised, performed and co-sponsored by the Central American Population Center, University of Costa Rica.

Republic. I hereby include only the experience of those people who migrated to the us: save a few exceptions, the people with U.S. migration experience have no migration experience to the other countries studied by the lamp (see Lundquist and Massey, 2005). 17. For a more detailed description of the project methodology see Massey and Sana (Massey and Sana, 2003), or the projects’ websites.

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us

Migration Dynamics in Mexico

Most of the content in the household ethnosurveys is equivalent across countries, thus facilitating comparative analyses. The core data to be used are retrospective histories of labor, property ownership, business ownership, marriage, fertility, and migration reported by male household heads. These life histories were supplemented with two additional components of the mmp/lamp questionnaire to permit the construction of a rich set of variables measuring householder’s access to migration-related social capital (see the Appendix for variable definitions). First, I used data from a roster of all members of the household and children of the head not living in it at the time of the survey in order to 1) construct measures of the level and recent growth of us migration prevalence in the community, and the availability of green cards, and 2) to measure the timing of the first us trip and permanent residence acquisition of children of the head. In addition, I used a battery of questions regarding the timing of the first us migration and acquisition of legal permanent residence in the household head’s nuclear family of origin (i.e. parents and siblings). Individual- and household-level characteristics were supplemented with some community- and national-level indicators. Municipality size estimates from the corresponding national statistical offices were used as indicators of the level of urbanization of the community.18 Time-series on PPP-adjusted GDP per capita, inflation and exchange rates for each country, along with real interest rates and PPP-adjusted GDP per capita in the us ,were obtained from the Penn World Tables (Heston, Summers and Aten, 2002) and the World Bank’s World Development Indicators database (Bank 2005). Several immigration-related measures (e.g. immigrant and non-immigrant admissions, naturalizations, deportations, apprehensions) were compiled from various Yearbooks of Immigration Statistics, published by the office formerly known as the Immigration and Naturalization Service (e.g. us Office of Immigration Statistics, 2004). Finally, us unemployment rates were gathered from the Bureau of Labor Statistics (us Bureau of Labor Statistics, 2005). Variable definitions can be found in the Appendix. While the mmp has continuously gathered data on new communities since 1987 (and the first four were surveyed in 1982) for a total of 93 as of

18. Some effort was made to gather other relevant municipal indicators, most notably of economic activity. Alas, information available at the municipal level was not available from the Dominican census, while the last inter-censal period in Nicaragua was rather long. Given the few points of support, the interpolation of the data becomes a questionable strategy.

229

Fernando Riosmena

this writing, the lamp fielded surveys were conducted in Puerto Rico during 1998; the Dominican Republic in 1999 and 2000; and Nicaragua and Costa Rica in 2001 and 2003. In order to facilitate comparisons across countries, I only use mmp data from communities surveyed after 1998. This restriction is necessary since censoring times for all countries in the analysis occur contemporaneously and after significant changes in immigration law and border enforcement were made throughout the end of the 1980s and the mid-1990s.19 In sum, I study the experience of household heads in 64 communities across five countries: 5 in Puerto Rico, 7 in the Dominican Republic, 9 in Nicaragua, 7 in Costa Rica, and 36 in Mexico. I further classified the Mexican sample into two sub-groups according to the level (i.e. high or low) of migratory tradition of the state were they are located, hereafter denoted as traditional and new (and whenever referring to Mexico implying both community types altogether). The 16 traditional communities in the analysis are located throughout the heartland of Mexican migration in the Central-Western side of the country, namely in the states of Jalisco, Nayarit, Guanajuato, Michoacán, Zacatecas, and San Luis Potosí. The 20 ‘new’ communities analyzed are located in Northern states on or close to the border (Baja California, Chihuahua, Nuevo León, Durango, and Sinaloa) or south of Mexico City (Guerrero, Hidalgo, and Oaxaca). This distinction is relevant given the fact that migration and socioeconomic conditions may vary considerably within Mexico (Durand, Massey and Parrado, 1999). Communities vary somewhat in their degree of urbanization (see Table 1). Traditional Mexico has the largest proportion of rural communities while newer Mexican origins have the most metropolitan samples. Samples were also gathered in neighborhoods of San Juan (1), Santo Domingo (2), and Managua (2), as well as in a small town in the vicinity of San José and Alajuela, Costa Rica.

19.

In addition, mmp questionnaires have more comparable items to those in the lamp after 1998.

230

us

Migration Dynamics in Mexico

Table 1 Selected Sample Characteristics by Country Mexico Traditional

Mexico - New

Puerto Rico

Dominican Nicaragua Costa Rica Republic

Characteristics of the sample No. of communities

16

20

5

7

9

7

Municipality size (REF = Less than 15, 000 hab.) Pct. Municipality 15,000-99,999

50.3%

34.2%

63.5%

59.1%

62.2%

54.2%

Pct. Municipality 100,000+ hab.

28.5%

55.8%

30.4%

33.8%

10.6%

43.8%

No. of households

1,950

2,940

535

942

1,566

1,366

Proportion female heads

11.1%

16.1%

16.1%

28.8%

28.1%

21.5%

No. of male heads

1,734

2,467

449

671

1,126

1,072

Migration characteristics of households: Pct. of households with 1+ us migrants

43.3%

23.6%

48.3%

17.8%

10.3%

14.5%

Pct. of migrant HHs where head is a migrant

71.7%

60.3%

77.7%

54.7%

52.3%

61.3%

Pct. of migrant HHs where head is 1st migrant

68.4%

57.8%

70.3%

42.0%

45.8%

55.7%

Sociodemographic characteristics of male heads: Age at survey year Educational attainment (REF=6-11 years)

45.1 (13.1) 45.7 (13.0) 50.3 (13.8) 46.2 (12.8) 46.3 (12.5) 46.2 (12.2) 5.9

(4.3)

7.6

(4.5)

9.8 (4.2)

8.9

(5.0)

8.2

(5.0)

8.5

(4.4)

Less than 6 yrs

43.4%

26.5%

19.6%

29.7%

29.4%

17.1%

12 or more years

11.8%

22.4%

51.3%

36.8%

29.0%

23.0%

(2.3)

2.4 (1.9)

2.9%

2.1%

Family life cycle at survey year No. of children of the head 1 % 0-1 year-olds

4.4

(3.0) 3.0%

3.4

3.3

(2.6) 3.2%

3.3

(2.3)

2.8

2.0%

(2.0) 2.8%

% 2-5 year-olds

9.0%

8.2%

6.6%

8.2%

8.2%

9.4%

% 6-15 year-olds

27.9%

25.5%

19.1%

27.0%

27.5%

29.2%

% 16-19 year-olds

11.1%

10.9%

9.0%

11.1%

13.1%

13.9%

% 20+ year-olds

49.0%

52.5%

63.2%

50.5%

49.3%

44.7%

Notes: 1. Children of the head are counted irrespective of their household membership at the survey year

A Note on Studying Household Heads in Different Countries First and foremost, it is important to consider whose migration decisions are being analyzed when studying household heads, especially if there is considerable heterogeneity in individuals’ age at and year of migration such that age-specific schedules and the history of migration vary considerably across settings. While this could indeed be the case of communities within a single country study, differences are likely to be more sizable across 231

Fernando Riosmena

countries, since us migration streams stemmed from different socioeconomic and political circumstances at different points in time (Massey and Sana, 2003). As shown at the bottom of Table 1, migrant heads are likely to capture the migration experience of most households surveyed: they represent 52% to 78% of households with at least one migrant. Heads are less likely to be representative of households in countries where us migration flows are less established, like those from Nicaragua, and Costa Rica (see Figure 1). In addition, the lower representation of heads in migrant households in the Dominican Republic may be due to the relative recentness of the flow (especially high in the 1970s and 1980s) and the long trip durations of Dominicans (see Table 2 below). Moreover, countries may further differ more conspicuously than same-country communities with respect to age structure, marriage timing, divorce rates, and gender dynamics, all which influence the age-sex composition of household headship in a given setting. As Table 1 shows, the proportion of households where the head is a female varies considerably, from 11% in traditional Mexican communities to 28% in the Dominican Republic and Nicaragua. These differences in sex-selectivity may not only be due to differential power dynamics across households or cultural expectations of interviewers and interviewees, but also depend on marital dissolution rates: most women defined as household heads in the survey are divorced, separated, or widowed. In order to avoid making inferences about female behavior from a rather selective sample of women, I restrict the analysis to only include the experience of males.20 In addition to sex selection, the age distribution of household heads may be contingent on factors such as the age at which people move to their own household —which tends to be closely related to marriage—. Hence, the youngest heads are less likely to be representative of people in their age group. On the other hand, retrospective accounts are potentially subject to: recall error the farther back the retrospective account goes back in time (Auriat, 1991; Belli, 1998; Smith and Thomas, 2003); and to potential biases brought by differential mortality, especially at older ages

20. While the mmp/lamp gathered retrospective life histories of the spouses of the head, they only relate to labor and migration and most notably lack marriage and fertility histories of spouses. This lack of information is non-trivial in places where people are likely to be in more than one union over their lifetime. In addition, time-specific information on the migration experience of the family of origin of the spouse, and on those children s/he did not procreate with the head and who do not live in the household in the survey year, are unobserved.

232

us

Migration Dynamics in Mexico

of course. Hence, the oldest heads are less likely to be representative of their age group while they have a higher chance to fall in recall error, since they have a larger span to recall. I attempt to minimize these potential biases by focusing on the experience of (male) household heads between the ages of 25 and 70, roughly equivalent to the middle 80% of the age distribution of household heads. In sum, as shown in Table 1, the community, age, and sex selections yield a total of 7,519 householders, ranging from 449 in Puerto Rico to 2,467 in newer Mexican communities. Methods In order to study the propensity and timing of migration, I calculated three community- level measures to characterize the flows. The first of community measures is the migration prevalence ratio, defined as the proportion of people 15 years-old and over from the community with us migration experience by a given year. Prevalence ratios were first proposed by Massey, Goldring, and Durand, (1994: 1507-8, for a methodological discussion of the measure). In addition, I calculated three-year mean annualized growth rates in prevalence in order to further distinguish levels of past migration from recent changes in a community’s migrant stock.21 Finally, I calculated the residents-to-migrants ratio in order to characterize the degree of undocumented flows from the community. This ratio is obtained by dividing the number of people who had been conferred with us permanent residence by those with us migration experience by a given year. In addition to these measures, I calculated age-specific migration and duration-specific return schedules, calculated via conventional life table techniques. In order to analyze migration dynamics while considering their associated risk factors, I estimated two separate sets of discrete-time survival models predicting: 1) a first migration trip to the us; and 2) return from the first us trip for an individual at a given year t while controlling for individual- and community-level characteristics in t-1 (see Table 3 for setting-specific means and standard deviations of the covariates used in the analysis). This family of models can be estimated by way of a logistic re-

21. That is, defining prevalence as p and growth in prevalence as r=[ ln ( pt / pt-n ) ] / n , where n is equal to 3 in this case.

233

Fernando Riosmena

gression on a set of time-varying pseudo-observations (i.e. person-years, see Allison, 1996). As the purpose of the study is to analyze relatively contemporary labor migration decisions, I include all person-years lived after 1961.22 I further restrict the analysis to the experience of people starting at age 15 and ending with the occurrence of the event or the survey year, whatever occurs first. The estimation method selected was that of Generalized Estimating Equations (GEE, see Liang and Zeger, 1993; Zeger and Liang, 1985). GEE use an intra-cluster correlation matrix in order to produce asymptotically consistent and more efficient estimates while reporting standard errors robust to clustering, in this case of individuals in communities (Liang and Zeger, 1993: 60-61). I first estimated a series of nested pooled models predicting first outand return migration controlling for all relevant (and comparable) covariates/factors in order to assess how differences in the socio-demographic composition and socioeconomic characteristics of each country sample may be playing out in differential migration and return propensities across countries. Country-specific models were further analyzed in order to consider the relative importance of covariates in predicting migration and return in specific settings. Results Prevalence and Conditions of us migration Figure 1 shows average migration prevalence levels of males by country and year.23 Puerto Ricans exhibit the largest migration prevalence of all countries for most of the period under study, hovering around 35%. Prevalence levels were already high in the Island around 1960 (~35%) given the massive movement of people of both sexes in the 1940s and 1950s (see

22. This is also the first year where most macroeconomic time series are available for (e.g. inflation, real interest rates). Inflation figures for Nicaragua were only available since 1973. As most Nicaragua–us migration occurred during the 1980s and thereafter, this restriction did not change the results significantly. 23. Migration prevalence levels for both sexes are used in multivariate analyses as they have been found to be strong positive predictors of male out-migration (Fussell and Massey, 2004; Massey and Espinosa, 1997). Male prevalence ratios are presented here to describe us migration dynamics of the group under scrutiny.

234

us

Migration Dynamics in Mexico

Massey and Sana, 2003: Figure 2), mostly for engaging in factory work in the New York City area (Duany, 2002; Rivera-Bátiz and Santiago, 1996). Mexicans from traditional areas stand second in male prevalence levels, starting at 18% circa 1960, which increased monotonically and sharply starting in the 1970s, reaching those of Puerto Rican males by 1995. Up until 1990, Mexicans from new settings displayed the third highest propensities (~13%) only increasing slightly during the following 40 years up to 17%. Dominican migration, however, exhibited an upward trend similar to that of Mexicans in traditional origins —sharp and monotonic—, though levels in the Spanish-Speaking Hispanola were quite low in the early 1960s. Nicaraguan males had similar prevalence levels to Dominicans in 1960 (~2%), remaining quite stable for the next 18 years. In the late 1970s, more Nicaraguans started to make a us trips, a trend that accelerated in the mid 1980s, coinciding with the peak of Contra War Activity (Lundquist and Massey, 2005), and the passage of the Immigration Reform and Control Act (irca). Finally, Costa Rican males exhibited the lowest prevalence levels throughout most of the 1960-2000 period, remaining close to and in few occasions slightly higher than those of Nicaragua. In fact, male us migration prevalence levels between the two exhibited the lowest levelsthe throughout the 1960-2000 period, remaining countries mostly prevalence differed during late 1980s.most This of difference was again closereduced to and during in fewthe occasions slightly higherwhich than prevalence those of Nicaragua. In fact, male US early 1990s, thereafter levels of both migration prevalence levels between the two countries mostly differed during the late 1980s. countries remained relatively flat around 11%. This difference was again reduced during the early 1990s, thereafter which prevalence levels of both countries remained relatively Fflat around igure 1 11%. Figure 1. Male US Migration Prevalence Ratios Male us Migration Prevalence Ratios in Community by Country in Community by Country

40 35 30 25 20 15 10 5 0

1960

1965

1970

1975

1980

1985

1990

1995

M exico - traditional

M exico - New

Puerto Rico

Dominican Republic

Nicaragua

Costa Rica

2000

Figure 2 shows three-year annualized growth rates in prevalence ratios. Given their definition, growth rates in prevalence tend to be largest at lower levels of prevalence. Hence, it makes 235 sense to focus on comparing intra-country rather than inter-country variability. Despite having higher levels by the beginning of the 1960s, males in traditional Mexican communities experienced continued growth in prevalence levels throughout most of the period under study.

Fernando Riosmena

Figure 2 shows three-year annualized growth rates in prevalence ratios. Given their definition, growth rates in prevalence tend to be largest at lower levels of prevalence. Hence, it makes sense to focus on comparing intra-country rather than inter-country variability. Despite having higher levels by the beginning of the 1960s, males in traditional Mexican communities experienced continued growth in prevalence levels throughout most of the period under study. On the other hand, us migration prevalence levels of men in non-traditional communities in Mexico increased between 2 and 4 percent per annum from 1960s to the early 1970s, hovered around zero between 1974 and 1981, and was positive and moderate (at 1-3% levels) thereafter. Puerto Rico experienced near-zero growth in prevalence levels during the 40-year span under study, implying that the number of additional migrants was parallel to the number of people added to the 15 year-old-plus population. Male prevalence growth rates in the Dominican Republic were rather large during the whole period of study, though they especially soared around the late 1960s. Similar spikes can be observed in the Nicaraguan series peaking in 1979 and 1988. Costa Rican growth rates in prevalence mostly fluctuated between 4 and 8 percent levels for most of the period, particularly increasing in the late 1960s and the 1989-1992 period. Figure 2 Three-year Annualized Growth Rates in us Prevalence Figure 2. Three-year Annualized Growth Rates in US of Males by Country 3-year annualized growth rate in US prevalence

Prevalence of Males by Country

16 14 12 10 8 6 4 2 0 -2 -4 1960

1965

1970

1975

1980

1985

1990

1995

Mexico - traditional

Mexico - New

Puerto Rico

Dominican Republic

Nicaragua

Costa Rica

2000

The conditions in which people migrated out of their countries of origin were of course very different across settings, even if we only considered the legal status in which these moves were made. Figure 3 shows the ratio of 15-year-olds (of both sexes) in the community with US 236 permanent residence over those with US migration experience, a rough measure of the access to legal documents and thus the quality of migration-specific social capital potentially drawn from fellow paisanos.24 Dominicans stand out from the rest of the groups by having the most access to legal documents.25 The residents-to-migrants ratio was close to 1 in the first years of

us

Migration Dynamics in Mexico

The conditions in which people migrated out of their countries of origin were of course very different across settings, even if we only considered the legal status in which these moves were made. Figure 3 shows the ratio of 15-year-olds (of both sexes) in the community with us permanent residence over those with us migration experience, a rough measure of the access to legal documents and thus the quality of migration-specific social capital potentially drawn from fellow paisanos.24 Dominicans stand out from the rest of the groups by having the most access to legal documents.25 The residents-to-migrants ratio was close to 1 in the first years of Dominican migration, which seems typical of flows at their initial states (i.e. when prevalence is as low as 0%-3%, also see Nicaraguan and Costa Rican series). The residents-to-migrants ratio quickly decreasing while fluctuating in the early 1960s, reaching 60% in 1966, and thereafter increasing quasi-monotonically into 80% levels by the following 9 years. Nicaraguan figures evince a similar trend at considerably lower levels, with an initially high green card ratio (~40%), which quickly fell below 25% by the late 1970s, increased in the 1980s reaching a local maximum around the passage of the irca, and modestly increasing until the mid1990s. By the late 1990s, after the passage of the Nicaraguan and Adjustment and Central American Relief Act (nacara) in 1997, the Nicaraguan residents-to-migrants ratio surged. Costa Rican figures and patterns are similar to Nicaraguans, with two clear exceptions. First, its initially high levels of residents-to-migrants diminished at a faster pace than those in Nicaragua, coinciding with the first growth period in Costa Rican migration (i.e. the late 1960s). Second, Costa Ricans were not eligible for nacara provisions and thus their stream did not experience a relative increase in legalizations.

24. Puerto Ricans are naturally not included in this analysis. People who eventually naturalized are still included in the numerator of the measure. 25. The ratios are much higher than in other countries, which might bring some suspicion to their accuracy. Undocumented Dominican migration has been of some saliency given the dangers implicit on crossing the Mona Channel to Puerto Rico. However, while Dominicans were the sixth largest nationality group in removals during 2003 (see us Office of Immigration Statistics, 2004), these figures are smaller than those of Salvadorans (who have similar levels of legal admissions as Dominicans) and Cubans. In addition, undocumented Dominican migrants are more likely to be found in Puerto Rico rather than the us, while they also tend to come from less urban areas (Duany, 2005; although there is also a share of professionals in the Island as well, see Funkhouser and Ramos, 1993). Hence, the ratios may be high since they pertain to the migration experience of a group of communities predominantly urban (see Table 1).

237

Fernando Riosmena

Figure 3

Figure 3. Community US Permanent Community us Permanent Residents-to-Migrants Ratio by Country Residents-to-Migrants Ratio by Country 1.0 0.9 Residents-to-Migrants Ra

0.8 0.7 0.6 0.5 0.4 0.3 0.2 0.1 0.0 1960

1965

1970

1975

1980

Mexico -traditional

Mexico - New

Nicaragua

Costa rica

1985

1990

1995

2000

Dominican Republic

The contrast between Mexican community types is rather interesting. While traditionalMexican migrant streams had low green card endowments relative to their size until the The contrast between Mexican community types is rather interesting. passage of the Immigration Reform and Control Act in 1986, relative access to legal While traditional-Mexican migrant streams had low green card endowdocuments in non-traditional areas of Mexico was higher than in Mexican communities with ments relative to their size until the passage of the Immigration Reform long-established flows. In the former, the modest growth in migration prevalence (see Figure and Control Act in 1986, relative access to legal documents in non-tra2) was constantly surpassed by the number of people added to the legal migrant flow until the ditional areas of Mexico was higher than in Mexican communities with passage of the IRCA (effective 1988),26 decreasing monotonically after 1990.27 On the other long-established flows. In the former, the modest growth in migration hand, people from more traditional areas of Mexico had the lowest likelihood of having prevalence (see Figure 2) was constantly surpassed by the number of peopermanent residence. Levels slowly rose from 3% in 1970 to 6% in 1976 and 10% in 1985. ple added to the legal migrant flow until the passage of the irca (effective After IRCA, however, these levels surged up toafter 30%, remaining above forpeople the remainder 26 27 1988), decreasing monotonically 1990. On the other25% hand, of the period under study. from more traditional areas of Mexico had the lowest likelihood of having These trends seem overall consistent with the trend in statistics published permanent residence. Levels slowly rose from 3% in 1970 to 6%by in the 1976Office of Immigrationand Statistics at the US Citizenship and Immigration Services, Department of 10% in 1985. After irca, however, these levels surged up to 30%, reHomeland Security. Figure 4 shows the number of immigrant admissions (i.e. green cards) by maining above 25% for the remainder of the period under study. year and country. Given the large in sheerwith numbers between Mexicans and other These trends seem differences overall consistent the trend in statistics pubforeign nationals, figures are plotted on a log scale. Before 1980, the number of Mexicans lished by the Office of Immigration Statistics at the us Citizenship and obtaining permanent legal residence, ranged between 30,000 and 70,000. The4 passage Immigration Services, Department of Homeland Security. Figure shows of the IRCA facilitated the legalization of over 2 million Mexicans in a five-year span. Similar yet extremely smaller peaks can also be observed on Nicaraguans and –to a lesser extent- Costa Ricans. In 26. addition, a card surge legal admissions Nicaraguans in staring 1998-1999 The green ratioinincreased monotonically inofnewer Mexican origins, at 20% due and to the peakingobserved after the passage of data. the (irca ) in 1986yearly (effective 1988), finallyof decreasing below 30% NACARA is clearly in the While admissions Dominicans didbyincrease the late 1990s. considerably27. starting circa FY 1990, they did not peak until 1993-1994, recovering to preThe dramatic decrease after 1998 is most likely due to the censoring of people’s experience in a IRCA levels until few1997. non-traditional communities during that year. 238

us

Migration Dynamics in Mexico

the number of immigrant admissions (i.e. green cards) by year and country. Given the large differences in sheer numbers between Mexicans and other foreign nationals, figures are plotted on a log scale. Before 1980, the number of Mexicans obtaining permanent legal residence, ranged between 30,000 and 70,000. The passage of the irca facilitated the legalization of over 2 million Mexicans in a five-year span. Similar yet extremely smaller peaks can also be observed on Nicaraguans and –to a lesser extent- Costa Ricans. In addition, a surge in legal admissions of Nicaraguans in 1998-1999 due to the nacara is clearly observed in the data. While yearly admissions of Dominicans did increase considerably starting circa fy 1990, they did not peak until 1993-1994, recovering to pre-irca levels until 1997. Figure 4 4. Immigrant Admissions by Year and Country CommunityFigure us Permanent Residents-to-Migrants Ratio by Country 1,000,000 100,000

Immigrant admissions (log scal

10,000 1,000 100 10 1

1960

1965 Mexico

1970

1975

1980

Dominican Republic

1985

1990

Nicaragua

1995

2000

Costa Rica

Source: Yearbook of Immigration Statistics (various years),(various years), Office of Immigration Source: Yearbook of Inmigration Statistics Office of Immigration Statistics, US Citizenship and Immigration Services Statistics, us Citizenship and Immigration Services.

In addition, all groups experienced a large increase in naturalizations. Despite a steady flow of immigrant admissions of Mexicans, naturalizations for this group had never reached 10,000 In addition, groups experienced a large naturalizations. per annum before 1980,all only surpassing the 40,000 forincrease the first in time until 1993 and having at Despite a steady flow of immigrant admissions of Mexicans, naturalizaleast 100,000 per year between 1996 and 2001 (see US Office of Immigration Statistics, 2004). tions for this group had never reached 10,000 per annum before 1980, As pointed out by Massey, et al. (2002), the passage of the IRCA combined with later changes only surpassing the 40,000 for the first time until 1993 and having at least such as the Immigration Act of 1990; the Illegal Immigration Reform and Responsibility Act year between 1996 and (see us Office of Immigration(i.e. welfare of 1996,100,000 and theper Personal Responsibility and2001 Work Opportunity Reconciliation Statistics, 2004). As pointed out by Massey, et al. (2002), the passage of the midreform) Act of 1996 to increase the number of naturalizations of Mexicans during 1990s (also see Massey, et al., 2002: Figure 6.13). This situation also seems characteristic of 239 Nicaraguans, Costa Ricans, and –to a lesser extent in relative terms- of Dominicans. @INCISO = Timing of Migration and Return Table 2 shows various characteristics of migration timing by country using MMP/LAMP data. As suggested by Figures 1 and 2 shown above, male household heads in areas with

Fernando Riosmena

the irca combined with later changes such as the Immigration Act of 1990; the Illegal Immigration Reform and Responsibility Act of 1996, and the Personal Responsibility and Work Opportunity Reconciliation (i.e. welfare reform) Act of 1996 to increase the number of naturalizations of Mexicans during the mid-1990s (also see Massey, et al., 2002: Figure 6.13). This situation also seems characteristic of Nicaraguans, Costa Ricans, and –to a lesser extent in relative terms- of Dominicans. Timing of Migration and Return Table 2 shows various characteristics of migration timing by country using mmp/lamp data. As suggested by Figures 1 and 2 shown above, male household heads in areas with longstanding migration tradition in Mexico are the most likely to become us migrants (38%), followed by Puerto Ricans (30%), Mexicans from newer origins (25%), Dominicans (17%), and finally Costa Ricans and Nicaraguans (15% and 10% respectively). Mean age at migration falls around 24-26 in Mexico and Puerto Rico, while it lies between 31 and 33 in Costa Rica, the Dominican Republic, and Nicaragua, where variance is also higher. The oldest migration stream in relative terms is that of Puerto Ricans, whose mean year of migration (1976) is well below that of Mexicans (1983-1984), Dominicans (1985), and Central Americans (1989). Figure 5 shows age-specific first migration schedules for the five groups, permitting a closer look at heterogeneity in age at migration (conditional on being a non-migrant). The likelihood of migration in Mexico is highest in the early 20s at 2% per year, thereafter monotonically decreasing to 2 per thousand by the early 50s.28 In the case of Puerto Rico, migration probabilities are especially high in the early 20s at 4%, quickly decreasing to 1.6% and 7 per thousand in the late 20s and early 30 and remaining between 3 and 4 per thousand per annum thereafter. Interestingly, Dominicans are most likely to migrate in their late 20s and early 30s (at nearly 1% annualized). Similarly, in Nicaragua the likelihood of migration also peaks until the late 20s and early 30s, reaching a second peak in the early 50s. Given the fact that the data characterize synthetic

28. Differences between traditional and non-traditional Mexican communities mostly referred to levels, with people from traditional places having higher likelihood of migration. As the shape of the schedules was quite similar, results are thus shown combining the Mexican samples in order to avoid cluttering the graphs.

240

us

Migration Dynamics in Mexico

Table 2 Propensity and Timing Characteristics of us-bound and Return Migration by Country migration characteristics of male heads: us

Mexico - Mexico - New Traditional

No. of heads with us experience Pct of migrant heads with us experience

Puerto Rico

Dominican Nicaragua Costa Rica Republic

652

609

135

112

118

162

37.6%

24.7%

30.1%

16.7%

10.5%

15.1%

Age at migration

25.2

(9.1)

26.1

Year of migration

1983

(9.4)

1984 (10.9) 1977 (10.5) 1985

Pct. of migrant heads with 2+ us trips

54.1%

(8.0) 24.3 39.6%

(7.1) 31.6 (10.4) 32.9 (11.1) 30.9 (11.1) 19.3%

(8.9) 1989 20.5%

(7.4) 1989 16.9%

(8.2) 31.5%

Median trip durations (for those returned, in months) 1st trip 2nd trip and over

12.0 (53.5) 8.0 (28.7)

15.0 (88.7) 48.0 (69.2) 96.0 (100) 60.0 (79.6) 18.0 (65.4) 12.0 (64.7) 24.0 (75.1)

8.0 (75.8) 30.0 (60.5) 24.0 (32.8)

Pct. of us trips ending before… 1 year

72.3%

54.6%

23.5%

27.8%

26.5%

45.9%

2 years

81.3%

64.4%

42.9%

32.9%

33.8%

63.5%

5 years

89.5%

76.0%

62.2%

43.0%

44.1%

76.6%

10 years

91.8%

81.4%

77.3%

52.5%

54.4%

81.6%

Suvey year

93.5%

85.5%

85.7%

59.5%

63.2%

85.7%

cohorts, the later peak in migration in the Dominican and Nicaraguan schedules might indicate an increased likelihood of migration for some cohorts at specific time periods, possibly those with higher political instability in these countries.29 Finally, Costa Ricans are most likely to migrate in their early 20s, with a second peak in the late 50s.30

29. Assuming the cohort-specific migration schedule of people ages 50-54 (Nicaragua) and 55-59 (Dominican Republic) at the survey year (~2000) peaked at ages 30-34 and 25-29 respectively roughly suggests that older Nicaraguans migrated around 1980-1984, while older Dominicans did so circa 1970-1974. The assumption that Dominican migration peaks at 25-29 was based on analysis of migration schedules of male household heads who migrated before 1990 (results not shown here). 30. Schedules for all males in the household were also calculated, though they are not shown here for the sake of brevity, and since they yielded very similar results to those presented in Figure 5, with one notable exception. In the case of Puerto Ricans, the level of us-bound migration in the early 20s was not found to have the extreme peak it had for household heads suggesting strong period effects during the 1960s, though it was indeed the highest of all age groups. The remainder of the schedule had remarkably similar shape and levels to those in Figure 5.

241

Fernando Riosmena

0.050

Figure 5 Age-specific Schedules of 1st us Migration, Figure 5. Age-specific Schedules of 1st US Migration, Male Household Heads Country Male Household Headsby by Country

0.045 0.040

Probability

0.035 0.030 0.025 0.020 0.015 0.010 0.005 0.000 15

Mexico

20

25

Puerto Rico

30

35

40

45

Dominican Republic

50

55

Nicaragua

60

65

Costa Rica

A small minority of migrants in Puerto Rico, Nicaragua, and the Dominican Republic engages A small minority of migrants in Puerto Rico, Nicaragua, and the Doin repeated migration trips (~17-20%), as shown in Table 2. On the other hand, 30% of Costa minican Republic engages in repeated migration trips (~17-20%), as shown Ricans and 40% Mexicans from newer origins engage in more than one US trip, while 45% of in Table 2. On the other hand, 30% of Costa Ricans and 40% Mexicans Mexicans from traditional areas have 2 or more US trips by the survey year. Median trip from newer origins engage in more than one us trip, while 45% of Mexicans durations in places where repeated migration is more common are low, ranging from 12 from traditional areas have 2 or more us trips by the survey year. Median months for the first trip in traditional Mexico to 24 months for second and higher-order trips trip durations in places where repeated migration is more common are low, in Costa Rica. Median first trip durations in the other settings are much higher in the ranging from 12 months for the first trip in traditional Mexico to 24 months Dominican Republic (8 years), Nicaragua (5 years), and Puerto Rico (4 years). for second and higher-order trips in Costa Rica. Median first trip durations Figure 6a shows duration-specific return schedules for heads in their first trip. Return in all in the other settings are much higher in the Dominican Republic (8 years), countries is highest during the first year of migration, dramatically dropping by the second Nicaragua (5 years), and Puerto Rico (4 years). year, and thereafter remaining low and mostly flat. Despite these similarities, the level of Figure 6a shows duration-specific return schedules for heads in their return probabilities and the slope of change in the first years after migration vary considerably first trip. Return in all countries is highest during the first year of migraacross settings. Most notably, Mexicans are quite likely to return during their first year in the tion, dramatically dropping by the second year, and thereafter remaining US with probabilities rounding 35%, after which the likelihood of return precipitously drops low and mostly flat. Despite these similarities, the level of return probto 9%, remaining circa 6% for the following 8 years. Dominicans and Puerto Ricans are 36% abilities and the slope of change in the first years after migration vary and 42% as likely as Mexicans to return during the first year (14% and 13%, in absolute considerably across settings. Most notably, Mexicans are quite likely to terms), while Nicaraguans and Costa Ricans have return probabilities 48% and 54% of those return during their first year in the us with probabilities rounding 35%, of Mexicans during their first year in the US. Thereafter, probabilities in all groups drop to 3after which the likelihood of return precipitously drops to 9%, remain5% per annum with a couple of peaks and valleys possible due to heaping or sampling ing circa 6% for the following 8 years. Dominicans and Puerto Ricans variability. are 36% and 42% as likely as Mexicans to return during the first year (14% and 13%, in absolute terms), while Nicaraguans and Costa Ricans 242

us

Migration Dynamics in Mexico

Figure 6a Duration-specific Return Schedules from 1st us Trip, Figure 6a. Duration-specific Return Schedules from 1st US Trip, Male Household Heads by Country Male Household Heads by Country 0.400

Figure 6a. Duration-specific Return Schedules from 1st US Trip, Male Household Heads by Country

0.350 0.300 0.400

0.200 0.300 0.150 0.250

Probability

Probability

0.250 0.350

0.100 0.200 0.050 0.150 0.000 0.100 0 0.050

1

Mexico

2

3

Puerto Rico

4

5

6

Dominican Republic

7

8

Nicaragua

9

10

Costa Rica

0.000

Figure 6b. Duration-specific Return Schedules from 1st US Trip, 0 1 2 3 4 5 6 7 8 All Males in HH Roster by Country 0.40 0.35 0.30

0.40

0.25

0.35

0.20

0.30

0.15

0.25

Probability

Probability

9

10

Nicaragua Costa Rica FDominican igureRepublic 6b Duration-specific Return Schedules Figure 6b. Duration-specific Return Schedules from from 1st1st US us Trip,Trip, All Males in HH Roster by Country All Males in HH Roster by Country Mexico

0.10

0.20

0.05

0.15

0.00

Puerto Rico

0.10 0

1 0.05 0.00

Mexico

2

3

Puerto Rico

4

5

6

Dominican Republic

7

Nicaragua

8

9

10

Costa Rica

Figure 6b shows schedules0 for 1all males listed with US 2 3 4in the 5 household 6 7 roster 8 9 10 experience. While differences in age-specific out-migration schedules of heads and all males combined are Mexico Puerto Rico Dominican Republic Nicaragua Costa Rica quite negligible (see note 30), the same was not true of duration-specific return probabilities Figureof6b shows for all males listed in the household roster withfor USallexperience. in terms levels or schedules shapes. Level-wise, return probabilities are slightly lower males While differences in age-specific out-migration schedules of heads and all males combined regardless of household position in all countries except for Costa Rica, where males also are 31 quite (see note 30), the same not duration-specific return probabilities 243true evince thenegligible highest return probabilities of allwas countries in of most years (after the second). In in terms levels or shapes. returnthe probabilities are slightly loweris for all males addition, the of Costa Rican (and toLevel-wise, a lesser extent, Mexican) schedule shape different household position in all except Costa where males fromregardless the otherofcountries. The likelihood of countries return during theforfirst yearRica, is moderately highalso 31 evince the highest return probabilities of all countries in most years (after the second). (17%) after which increases by twofold then dropping to 10-14% levels for the following 6-7 In

Fernando Riosmena

have return probabilities 48% and 54% of those of Mexicans during their first year in the us. Thereafter, probabilities in all groups drop to 3-5% per annum with a couple of peaks and valleys possible due to heaping or sampling variability. Figure 6b shows schedules for all males listed in the household roster with us experience. While differences in age-specific out-migration schedules of heads and all males combined are quite negligible (see note 30), the same was not true of duration-specific return probabilities in terms of levels or shapes. Level-wise, return probabilities are slightly lower for all males regardless of household position in all countries except for Costa Rica, where males also evince the highest return probabilities of all countries in most years (after the second).31 In addition, the Costa Rican (and to a lesser extent, the Mexican) schedule shape is different from the other countries. The likelihood of return during the first year is moderately high (17%) after which increases by twofold then dropping to 10-14% levels for the following 6-7 years. The Mexican schedule also stands out from the other three countries in terms of levels and gradient-of-change, starting at levels close to 26% and quasi-monotonically but slowly decreasing thereafter. The pace in which return probabilities of Mexicans decrease is nonetheless much faster than that of return schedules in Puerto Rico and the Dominican Republic, and Nicaragua, where probabilities fluctuate considerably between 5 and 15% with no clear downward trend. Table 3 Means and Standard Deviations of Socioeconomic Characteristics by Country Mexico Traditional

Mexico - New

Puerto Rico Dominican Republic

Nicaragua

Costa Rica

Socioeconomic status: Mean educational attainment of cohortcommunity

6.1

(2.1)

7.9

(1.7)

10.0

(2.1)

9.2

(2.6)

8.3

(2.3)

7.7

(1.6)

Educational attainment (REF=6-11 years of educ) Less than 6 yrs

0.434 (0.50) 0.265 (0.44) 0.196 (0.40) 0.297 (0.46) 0.294 (0.46) 0.171 (0.38)

12 or more years

0.118 (0.32) 0.224 (0.42) 0.513 (0.50) 0.368 (0.48) 0.290 (0.45) 0.230 (0.42)

31. Aside from its imminent labor-oriented character and limited access to permanent legal documents, the relative recentness of the Costa Rica stream suggests that less people migrated for family reunification reasons than what otherwise occurs in other countries.

244

us

Mexico Traditional

Mexico - New

Migration Dynamics in Mexico

Puerto Rico Dominican Republic

Nicaragua

Costa Rica

Occupation, PYs in home country (REF=Unskilled) Out of labor force

0.069 (0.25) 0.095 (0.29) 0.211 (0.41) 0.228 (0.42) 0.101 (0.30) 0.100 (0.30)

Skilled

0.335 (0.47) 0.393 (0.49) 0.400 (0.49) 0.321 (0.47) 0.439 (0.50) 0.403 (0.49)

Occupation, PYs in the us (REF=Unskilled) Out of labor force

0.022 (0.15) 0.021 (0.14) 0.133 (0.34) 0.138 (0.34) 0.080 (0.27) 0.036 (0.19)

Skilled

0.245 (0.43) 0.376 (0.48) 0.387 (0.49) 0.434 (0.50) 0.443 (0.50) 0.439 (0.50)

Months of labor force experience in home country

239.0 (162) 218.6 (159) 190.7 (150) 186.2 (262) 213.5 (159) 208.0 (152)

Pct. owning at least one property in home country

0.47 (0.50)

0.47 (0.50)

0.33 (0.47) 0.28 (0.45) 0.45 (0.50)

0.44 (0.50)

Pct. owning at least one business/land in home country

0.09 (0.28)

0.10 (0.30)

0.05 (0.22) 0.12 (0.32) 0.23 (0.42)

0.18 (0.39)

Pct. owning a property in the us (for PYs spent in the us)

0.083 (0.28) 0.046 (0.21) 0.077 (0.27) 0.081 (0.27) 0.111 (0.31) 0.041 (0.20)

Pct. owning a business in the us (for Pys spent in the us)

0.006 (0.08) 0.017 (0.13) 0.034 (0.18) 0.135 (0.34) 0.154 (0.36) 0.138 (0.34)

Marital status (REF = Married) Never married

0.253 (0.43) 0.261 (0.44) 0.218 (0.41) 0.317 (0.47) 0.258 (0.44) 0.342 (0.47)

Separated/divorced/ widowed

0.011 (0.11) 0.014 (0.12) 0.141 (0.35) 0.048 (0.21) 0.034 (0.18) 0.022 (0.15)

No. of children of head by age, at survey year Total No. of children % 0-1 year-olds

4.49

3.48

2.42

3.37

3.36

2.85

3.0%

2.9%

2.1%

3.2%

2.0%

2.8%

% 2-5 year-olds

9.0%

8.2%

6.6%

8.2%

8.2%

9.4%

% 6-15 year-olds

27.9%

25.5%

19.1%

27.0%

27.5%

29.2%

% 16-19 year-olds

11.1%

10.9%

9.0%

11.1%

13.1%

13.9%

% 20+ year-olds

49.0%

52.5%

63.2%

50.5%

49.3%

44.7%

13.4 (38.8)

10.8 (43.9)

48.4 (93.9)

8.9 (37.9)

3.8 (21.7)

3.6 (20.0)

Migration-related human capital: Months of cumulative us experience Pct. of total labor force experience accrued in the us

0.042 (0.13) 0.028 (0.11) 0.095 (0.22) 0.021 (0.10) 0.011 (0.07) 0.013 (0.08)

Pct. Undocumented (PYs 0.679 (0.47) 0.459 (0.50) 0.000 (0.00) 0.118 (0.32) 0.458 (0.50) 0.647 (0.48) lived in the us) Pct. legalized through family member (REF=Other)

0.200 (0.40) 0.417 (0.49)

N/A 0.902 (0.30) 0.108 (0.31) 0.522 (0.50)

Pct. legalized under IRCA 0.516 (0.50) 0.266 (0.44) (REF=Other)

N/A 0.029 (0.17) 0.077 (0.27) 0.174 (0.38)

Migration-related social capital: Father ever a us migrant

0.075 (0.26) 0.034 (0.18) 0.071 (0.26) 0.036 (0.19) 0.008 (0.09) 0.008 (0.09)

Mother ever a us migrant

0.018 (0.13) 0.021 (0.14) 0.091 (0.29) 0.060 (0.24) 0.010 (0.10) 0.011 (0.11)

245

Fernando Riosmena Mexico Traditional

Mexico - New

Puerto Rico Dominican Republic

Nicaragua

Costa Rica

At least one brother ever a us migrant

0.192 (0.39) 0.124 (0.33) 0.303 (0.46) 0.142 (0.35) 0.071 (0.26) 0.073 (0.26)

At least one sister ever a us migrant

0.070 (0.26) 0.091 (0.29) 0.256 (0.44) 0.137 (0.34) 0.062 (0.24) 0.036 (0.19)

Son ever a us migrant

0.074 (0.26) 0.046 (0.21) 0.077 (0.27) 0.046 (0.21) 0.027 (0.16) 0.023 (0.15)

Daughter ever a us migrant

0.032 (0.18) 0.023 (0.15) 0.075 (0.26) 0.035 (0.18) 0.021 (0.14) 0.010 (0.10)

Green card residence ever conferred to father

0.009 (0.10) 0.008 (0.09) 0.071 (0.26) 0.025 (0.16) 0.002 (0.04) 0.000 (0.02)

Green card ever conferred to mother

0.005 (0.07) 0.007 (0.08)

N/A 0.043 (0.20) 0.003 (0.06) 0.000 (0.02)

Green card ever conferred to a brother

0.052 (0.22) 0.019 (0.14)

N/A 0.096 (0.29) 0.012 (0.11) 0.007 (0.08)

Green card ever conferred to a sister

0.017 (0.13) 0.015 (0.12)

N/A 0.100 (0.30) 0.012 (0.11) 0.004 (0.06)

Green card ever conferred to son

0.015 (0.12) 0.008 (0.09)

N/A 0.032 (0.18) 0.006 (0.08) 0.002 (0.05)

Green card ever conferred to daughter

0.007 (0.08) 0.005 (0.07)

N/A 0.028 (0.17) 0.006 (0.07) 0.001 (0.03)

Migration prevalence of community (Pct.) 3-year growth rate in prevalence Residents-to-migrants ratio

15.7 (10.9) 3.0

(5.3)

13.7 (14.5)

9.2

(6.0)

32.9

1.9

(4.8)

0.5

24.3 (25.9)

(6.6) 12.3 (12.0)

5.5

(5.9)

4.4

(2.1)

4.6

(9.5)

3.8 (6.92)

N/A 79.9 (20.9) 30.5 (28.3)

21.8 (27.1)

5.4

(8.9)

(4.5)

Macroeconomic indicators: Exchange rate vs usd Inflation

2.4

(3.1)

32.4 (33.8)

2.4

(3.1)

N/A

32.1 (33.7)

(5.8)

3.4

(4.7) 109.2 (111)

(3.0) 14.1 (14.8) 1029 2476 (2.5)

real interest rate

4.7

(2.4)

4.7

(2.4)

4.4

Life expectancy at birth (both sexes)

68.0

(4.1)

68.0

(4.2)

73.8

(0.4)

3.3

(0.4)

2.6

us

5.9

4.7

4.7

(2.4)

16.2 (14.9)

4.7

(2.4)

4.7

(2.3)

(1.8) 63.5

(3.6) 61.8

(5.5)

73.9

(3.9)

(0.3)

(0.8) 10.3

(5.7)

4.9

(0.7)

(5.8)

1.5

(0.5)

Benefits and costs of Migration: Relative us’ PPP-adjusted GDP per capita

3.3

7.3

Immigrant admissions (in 000s)

151.0 (198) 149.3 (196)

N/A 23.8 (12.2)

Non-immigrant admissions (in 000s)

1,471 (884) 1,475 (893)

N/A 114.1 (53.6) 30.2 (13.5)

Naturalizations (in 000s)

41.1 (61.9)

41.1 (62.1)

N/A

7.0

(7.2)

5.7

2.0

(2.4)

Apprehensions by INS (in 959.6 (444) 955.7 (449) 000s)a

N/A 23.3 (14.2) 24.8 (13.9)

Deportations of country nationals (in 000s)

N/A

29.8 (38.6)

29.9 (39.0)

0.7

(0.9)

0.2

(0.2)

78.1 (53.9) 0.8

(0.6)

25.4 (13.9) 0.1

(0.1)

Notes: Statistics refer to all person-years in the analysis, unless otherwise noted a. Refers to apprehensions of non-Mexicans, non-Canadians in the case of the Dominican Republic, Nicaragua, and Costa Rica

246

us

Migration Dynamics in Mexico

Explaining Cross-Country Differentials in Out-Migration Table 4 shows five nested models predicting the likelihood that a person engages in a migratory trip during year t conditional on a set of characteristics measured in t-1 (see Table 3 for means and standard deviations of these variables). All models include age indicators and country fixed effects (in the case of Mexico, further differentiating across regions) but varying in the degree to which they control for cross-country compositional differences in various theory-relevant characteristics. I focus attention here on how differences between each country and that with the highest migration propensities (i.e. traditional Mexico) change the addition of specific controls. I subsequently highlight the most important results of the models in the context of country-specific analyses. Model I predicts the likelihood of a first us trip while controlling for socioeconomic status and family formation and life cycle variables. Puerto Ricans and Mexicans from newer origins experience 62% lower odds of making a first us trip than Mexicans from traditional states. Likewise, Dominicans, Costa Ricans, and Nicaraguans are 87%, 89%, and 96% less likely to make a us trip relative to Mexicans, respectively. Model II controls for migration-related social capital at both the familial and community level. By introducing these controls, cross-country differences in migration propensities diminish considerably in all countries but Puerto Rico, where migration prevalence of both sexes combined is the largest and heads have the largest amount of familial ties with migration experience (see Table 3). Differences in the odds of migration relative to Mexicans from traditional communities reduce almost by half in nontraditional Mexico. A similar reduction occurs in the difference between traditional Mexico and Costa Rica, enough to blur statistical significance from the parameter estimate. Differences vis-à-vis Mexico reduce by almost 30% in the Dominican Republic and Nicaragua, though the gap remains significant and sizable (63%-70% lower odds). Model III includes an additional control for the relative difference in real (i.e. PPP-adjusted) income in the us vis-à-vis that of each nation. Standardizing for the differences in these expected benefits at the country level has almost the complete opposite effect of social capital variables. Although the gap between Mexico and Puerto Rico remains the same, differences between Mexico and other countries widen an extra 9-12 percent points. Whereas Mexicans have the second largest migration propensities among all groups studied —considering both sexes combined—, 247

I

1.691 (0.360) ** 1.656 (0.336) ** 1.456 (0.326) ** 1.365 (0.295) ** 1.111 (0.301) ** 1.055 (0.293) ** 0.598 (0.289) * 0.504 (0.275) +

21-23

24-26

27-29

30-34

35-39

40-44

45-49

248

II

III

0.823 (0.394)

1.113 (0.442)

*

*

-0.100 (0.077) -0.135 (0.100)

At least one property owned

At least one business owned

-0.011 (0.205)

-0.003 (0.232)

-0.207 (0.074) ** -0.114 (0.074)

-0.169 (0.107)

Separated/ divorced/widowed

No. of children of head by age

-0.112 (0.061) + -0.111 (0.061)

-0.171 (0.094) + -0.162 (0.094)

0.032 (0.027)

-0.175 (0.107)

-0.036 (0.235)

-0.038 (0.234)

-0.191 (0.077) * -0.179 (0.078)

-0.167 (0.107)

-0.163 (0.093) + -0.156 (0.094) + -0.172 (0.094)

Never married

Marital status (REF = Married/consensual union)

Family formation and life cycle variables:

-0.076 (0.049)

Skilled

-0.108 (0.061) +

-0.184 (0.100) + -0.178 (0.094) *

Out of labor force

Main occupation type (REF=unskilled)

0.042 (0.028)

*

+

+

+

+

0.123 (0.025) **

Average education in the communitycohort

0.046 (0.027) +

0.104 (0.026) **

-0.006 (0.001) ** -0.006 (0.002) ** -0.006 (0.002) ** -0.005 (0.002) **

0.086 (0.029) ** 0.084 (0.029) **

0.789 (0.392) *

1.066 (0.442) *

1.276 (0.470) ** 1.331 (0.472) **

1.875 (0.470) ** 1.938 (0.474) **

2.002 (0.471) ** 2.072 (0.472) **

2.352 (0.464) ** 2.431 (0.467) **

2.491 (0.490) ** 2.574 (0.492) **

2.758 (0.495) ** 2.851 (0.499) **

2.836 (0.505) ** 2.939 (0.510) **

2.699 (0.514) ** 2.810 (0.516) **

Educational - squared

0.088 (0.029) **

0.905 (0.338) **

1.245 (0.343) **

1.451 (0.356) **

1.990 (0.337) **

2.076 (0.341) **

2.433 (0.339) **

2.600 (0.372) **

2.896 (0.376) **

2.981 (0.380) **

2.840 (0.394) **

Educational attainment (in years)

Socioeconomic status:

0.399 (0.233) +

1.541 (0.369) **

18-20

50-59

II

-5.827 (0.389) ** -7.310 (0.485) ** -7.052 (0.541) ** -7.491 (0.619) **

15-17

Age (groups, in years; REF = 60-69)

Intercept

V

-0.037 (0.230)

-0.163 (0.077) *

-0.160 (0.104) +

-0.181 (0.095) *

-0.109 (0.063) *

-0.153 (0.094) *

-0.032 (0.034)

-0.005 (0.001) **

0.075 (0.028) **

0.883 (0.397) *

1.243 (0.444) **

1.518 (0.479) **

2.172 (0.482) **

2.342 (0.482) **

2.725 (0.481) **

2.879 (0.501) **

3.169 (0.515) **

3.279 (0.519) **

3.171 (0.534) **

(0.028) **

(0.397) *

(0.447) **

(0.479) **

(0.484) **

(0.485) **

(0.486) **

(0.507) **

(0.522) **

(0.524) **

(0.536) **

*

-0.042 (0.229)

-0.163 (0.077) *

-0.156 (0.103) +

-0.187 (0.092) *

-0.110 (0.062) *

-0.148 (0.094) +

-0.032 (0.034)

-0.005 (0.001) **

0.075

0.882

1.254

1.530

2.178

2.357

2.742

2.894

3.190

3.300

3.191

-9.211 (1.191) ** -11.167 (1.24)

IV

Table 4 Discrete-Time GEE Logit Predicting the Likelihood of a First us Trip

Fernando Riosmena

-0.007 (0.021) 0.082 (0.049) + 0.003 (0.042)

6-15 year-olds

16-19 year-olds

20+ year-olds

249

0.728 (0.162) ** 0.714 (0.072) ** 0.257 (0.122) * 0.433 (0.333) 0.396 (0.343) 0.297 (0.317) 0.440 (0.346) 0.268 (0.167) 0.127 (0.272) 0.658 (0.441) 1.390 (0.628) *

At least one brother ever a us migrant

At least one sister ever a us migrant

Son ever a us migrant

Daughter ever a us migrant

Green card ever conferred to father

Green card ever conferred to mother

Green card ever conferred to a brother

Green card ever conferred to a sister

Green card ever conferred to son

Green card ever conferred to daughter

II

III -0.018 (0.055)

0.392 (0.154)

-0.051 (0.062)

0.081 (0.068)

-0.008 (0.028)

*

1.409 (0.624)

0.678 (0.448)

0.119 (0.269)

0.270 (0.167)

0.442 (0.349)

0.316 (0.312)

0.426 (0.345)

0.449 (0.320)

0.252 (0.122)

*

+

-0.127 (0.069) *

0.557 (0.204) **

No. of nation’s nonimmigrants (logged)

*

-0.076 (0.030) **

-0.005 (0.002) *

-0.002 (0.000) **

0.112 (0.016) **

1.428 (0.628) *

0.662 (0.446) *

0.123 (0.272)

0.293 (0.167) *

0.412 (0.352)

0.319 (0.304)

0.440 (0.348) +

0.461 (0.319) +

0.255 (0.122) *

0.682 (0.075) **

0.754 (0.165) **

0.424 (0.162) **

-0.056 (0.062)

0.072 (0.068)

-0.018 (0.028)

-0.140 (0.036) **

-0.065 (0.049) +

0.424 (0.206)

*

IV -0.023 (0.056)

No. of nation’s immigrants admitted (logged)

Relative PPP-adjusted GDP per capita (logged)

Benefits and costs of migration:

-0.076 (0.034) * -0.075 (0.033)

+

-0.077 (0.034) *

Municipality Population (logged)

-0.004 (0.002)

-0.003 (0.002)

Residents-to-migrants ratio

-0.003 (0.002)

0.133 (0.016) **

-0.002 (0.000) ** -0.002 (0.000) ** -0.002 (0.000) **

Migration prevalence - squared

0.132 (0.016) ** 0.124 (0.016) **

1.398 (0.623) *

0.665 (0.446)

0.123 (0.270)

0.272 (0.168)

0.434 (0.349)

0.306 (0.316)

0.427 (0.344)

0.451 (0.321)

0.255 (0.122) *

0.714 (0.072) ** 0.710 (0.072) **

0.732 (0.162) ** 0.729 (0.162) **

0.384 (0.155) *

-0.052 (0.062)

0.081 (0.068)

-0.011 (0.028)

-0.136 (0.036) ** -0.132 (0.035) **

-0.025 (0.055)

Migration prevalence of community

Community characteristics:

0.383 (0.153) *

Mother ever a us migrant

II

Father ever a us migrant

Migration-related social capital:

-0.122 (0.030) **

2-5 year-olds

I -0.038 (0.045)

0-1 year-olds

V

(0.068)

(0.015) **

(0.632) *

(0.451) +

(0.271)

(0.166) *

(0.352)

(0.301)

(0.346) +

(0.317) +

(0.121) *

(0.075) **

(0.164) **

(0.161) **

(0.361) **

-0.081 (0.073)

-0.032 (0.050)

1.545

-0.073 (0.029) **

-0.004 (0.002) *

-0.002 (0.000) **

0.115

1.439

0.674

0.122

0.299

0.418

0.320

0.436

0.456

0.258

0.674

0.748

0.421

-0.055 (0.062)

0.074

-0.015 (0.028)

-0.139 (0.035) **

-0.021 (0.055)

us

Migration Dynamics in Mexico

III

IV

-0.317 (0.114) **

0.322 (0.068) **

0.285

V (0.089) **

real interest rate

-8194.0

-8187.2

-8182.6

183,416

+

-8153.7

183,416

-0.096 (0.440)

-1.149 (0.449) **

-0.230 (0.395)

-1.388 (1.385)

(0.019) *

(0.047)

(1.287) * (1.730) -8137.1

183,412

1.593

-1.364 (1.534) **

0.313

-0.233 (1.403)

-0.297 (0.117) **

-0.087 (0.162)

0.041

Notes: ** p < 0.01 * 0.01 < p < 0.05 + 0.05 < p < 0.10 a. Refers to apprehensions of non-Mexicans, non-Canadians in the case of the Dominican Republic, Nicaragua, and Costa Rica

-8632.8

Log-likelihood

183,416

-0.663 (0.360)

-2.059 (0.557) ** -0.482 (0.357)

Costa Rica

-0.477 (0.357)

-3.179 (0.811) ** -1.160 (0.259) ** -1.130 (0.250) ** -1.621 (0.388) **

Nicaragua 183,416

-1.963 (0.399) ** -0.922 (0.205) ** -0.910 (0.203) ** -1.183 (0.251) **

Dominican Republic

183,416

-0.923 (0.264) ** -3.876 (0.685) ** -3.887 (0.691) ** -3.711 (0.704) **

Puerto Rico

Person - years

-0.958 (0.274) ** -0.412 (0.117) ** -0.415 (0.114) ** -0.407 (0.109) **

Mexico - New

Country fixed-effects (REF = Mexico - Traditional)

Us unemployment rate (logged)

us

0.025

II

-0.076 (0.027) **

II

Inflation

I

Exchange rate vs USD (logged)

Macroeconomic indicators:

No. of apprehensions by INS (logged)a

Fernando Riosmena

250

Ratio of PPP-adjusted GDP per capita in US to country's (log scale)

non-traditional Mexico. A similar reduction occurs in the difference between traditional Mexico and Costa Rica, enough to blur statistical significance from the parameter estimate. Differences vis-à-vis Mexico reduce by almost 30% in the Dominican Republic and Nicaragua, though the gap remains significant and sizable (63%-70% lower odds). Migration Dynamics in Mexico Model III includes an additional control for the relativeusdifference in real (i.e. PPP-adjusted) income in the US vis-à-vis that of each nation. Standardizing for the differences in these they have the second lowest income gap vis-à-vis the us after Puerto Rico expected benefits at the country level has almost the complete opposite effect of social capital (see Figure 7). While this does not imply that relative real income is negavariables. Although the gap between Mexico and Puerto Rico remains the same, differences tively associated with the probability of return migration —it is positive between Mexico and other countries widen an extra 9-12 percent points. Whereas Mexicans and significant—, it suggests that cross-country differentials in migration have the second largest migration propensities among all groups studied —considering both cannot be explained in terms of income gaps even after controlling for sexes combined—, they have the second lowest income gap vis-à-vis32the US after Puerto Rico people’s endowments of migration-related social capital. (see Figure 7). While this does not imply that relative real income is negatively associated with the probability of return migration —it is positive and significant—, it suggests that crossFigure 7 country differentials in migration cannot be explained in terms of income gaps even after PPP-adjusted Income per Capita of the us Relative controlling for people’s endowments of migration-related social capital.32 to that of Each Country, by Year 100

Figure 7. PPP-adjusted Income per Capita of the US Relative to that of Each Country, by Year

10

1

1960

1965

Mexico

1970

1975

Puerto Rico

1980

1985

Dominican Republic

1990

Nicaragua

1995

2000

Costa Rica

Source: Penn World Tables 6.1 http://pwt.upenn.edu

Source: Penn World Tables 6.1 http://pwt.upenn.edu.

Model IV includes additional variables measuring the annual flows of

A basic model including all socioeconomic indicators admissions shown in Modelfrom I plus each real income also In suggests differences between immigrant and non-immigrant nation. addition, Mexico and other countries widen when controlling for income, while the difference in the log-odds of becoming a US migrant the number of apprehensions by the border patrol is included quite a reduce in Puerto Rico vis-à-vis traditional Mexican communities. Hence, the differences observed when going from Model III to measure of effects the undocumented flow. Given differences in the magModel IV are rough not driven by suppressor brought by social capital.

32

nitude of immigration from each country, these measures were logged. 22

32. A basic model including all socioeconomic indicators shown in Model I plus real income also suggests differences between Mexico and other countries widen when controlling for income, while the difference in the log-odds of becoming a us migrant reduce in Puerto Rico vis-à-vis traditional Mexican communities. Hence, the differences observed when going from Model III to Model IV are not driven by suppressor effects brought by social capital.

251

Fernando Riosmena

Differences between the odds of migration in traditional Mexican communities and those in the Puerto Rico and Costa Rica became statistically indistinguishable from zero after introducing these controls, and remained so after introducing macroeconomic measures in Model V. Some 26% of the gap between new and traditional Mexican communities was left unexplained by the full additive model while 74% of the original 96% difference between Mexico and Nicaragua remains unexplained. In addition, the gap between the Dominican Republic and Mexico is not only fully explained after introducing rough measures of the legal composition of the flows, but they actually flip signs after introducing macroeconomic controls. Predictors of us Migration in Each Country Table 5 shows country-specific out-migration models with specifications similar to that in model VI, Table 4. As expected, such a model indicates that the association between education and migration is positive and curvilinear while people in skilled occupations or who own property or a business are less likely to become migrants. The educational selectivity found on average follows the same curvilinear pattern and is significant in Mexico, Costa Rica, and Nicaragua. In addition, Mexicans and Nicaraguans in a skilled occupation or who own property are less likely to initiate a trip to the us. The same covariance is true for property ownership in Costa Rican or business ownership in non-traditional Mexico, the group of communities who happens to be the most metropolitan of the whole mmp/lamp dataset (see Table 1). The association between marital status and the likelihood of us migration is significant and negative in those places where age at migration is higher (~30 years on average), namely the Dominican Republic, Nicaragua, and Costa Rica. In addition, having small children decreases the likelihood of making a us trip in pretty much all settings but Costa Rica. In Mexico and Puerto Rico, having an additional child between ages 2 and 5 decreases the odds of migration by 10 and 50% respectively. Similarly, having an infant lowers the odds of becoming a migrant in the Dominican Republic by 21%, and so does an additional 6-15 year-old by 9%. Being a father of a child ages 0-5 reduces the likelihood of us migration by 32-36% in Nicaragua. The presence of an additional teenager, on the other hand, increases the odds of migration by 43% and 48% in Puerto Rico and the Dominican Republic. 252

253

3.866 3.910 3.396 3.445 2.951 2.887 2.049 1.314 1.356

21-23

24-26

27-29

30-34

35-39

40-44

45-49

50-59

-0.021

Education - squared

Average education in the community-cohort -0.219 -0.201 -0.434 -0.273

Out of labor force

Skilled

At least one property owned

At least one business owned

Main occupation type (REF=unskilled)

0.077 -0.008

Educational attainment (in years)

Socioeconomic status:

3.944

18-20

-11.1

15-17

Age (groups, in years; REF = 60-69)

Intercept

**

-6.66

*

*

*

+

-0.018

-0.265

-0.050

-0.006

0.067

0.517

2.169

(0.225)

-0.356

(0.141) ** 0.070

(0.094)

(0.161)

(0.065)

(0.003)

(0.049)

(0.633)

(0.786)

(0.869) ** 2.328

(0.840) ** 3.062

(0.788) ** 3.441

(0.842) ** 3.634

(0.767) ** 4.230

(0.898) ** 4.379

(0.849) ** 4.549

* -12.43

(3.1)

Puerto Rico **

+

+

*

-0.122 (0.120)

b

b

1.616 (1.601)

1.387 (1.575)

(0.181)

(0.128)

(0.108)

(0.174)

(0.058)

*

0.726 (0.547)

-0.045 (0.165)

0.019 (0.236)

0.365 (0.334)

-0.022 (0.116)

(0.002) ** 0.007 (0.005)

(0.045)

(1.287)

(1.280)

(1.254)

(1.283)

(1.291) ** 2.477 (1.750)

(1.326) ** 3.619 (0.933) **

(1.352) ** 4.008 (1.425) **

(1.354) ** 4.648 (1.383) **

(1.311) ** 5.196 (1.397) **

(1.371) ** 3.286 (1.175) **

(2.7)

Mexico - New

(0.876) ** 4.355

(3.4)

Mexico Traditional

-0.164

-0.237

0.313

-0.297

0.045

-0.505

0.725

1.214

2.399

2.360

2.723

2.451

2.352

2.814

1.807

-13.27

b

b

*

(0.155)

(0.250)

(0.264)

(0.080) **

(0.032)

(1.080)

(1.079)

(0.818)

(0.858) **

(0.744) **

(0.748) **

(0.835) **

(0.649) **

(0.774) **

(0.983) +

(4.9)

Dominican Republic

-0.012

-0.070

-0.426

0.528

-0.129

-0.006

0.232

0.944

0.919

0.889

0.817

1.408

1.667

1.507

0.728

1.176

1.143

-21.61

**

0.711

0.309

0.340

0.944

0.667

1.402

1.355

1.859

1.580

1.611

-5.90

(0.248)

(0.249)

(0.260)

(0.266)

(0.057)

(0.004)

0.328

(0.118)

-0.026 (0.249)

-0.217 (0.110)

+ -0.059 (0.105)

*

* -0.114 (0.090)

+ -0.021 (0.004)

(0.101)

(1.071)

(0.896)

(1.287)

(1.306)

(1.372)

(1.477)

(1.650)

(1.671)

(1.756)

(1.762)

(5.9)

Costa Rica

(0.079) ** 0.409

(1.133)

(1.250)

(1.230)

(1.148)

(1.290)

(1.240)

(1.172)

(1.215)

(1.365)

(1.368)

(7.0)

Nicaragua

Table 5 Country-specific Discrete-Time GEE Logit Predicting the Likelihood of a First us Trip

us

Migration Dynamics in Mexico

-1.206

Separated/ divorced/widowed

-0.106 -0.019 0.074 0.011

2-5 year-olds

6-15 year-olds

16-19 year-olds

20+ year-olds

254

0.465 0.597 0.076 1.015 0.688 0.229 0.474 -0.452

Mother ever a us migrant

At least one brother ever a us migrant

At least one sister ever a us migrant

Son ever a us migrant

Daughter ever a us migrant

Green card ever conferred to parent

Green card ever conferred to sibling

Green card ever conferred to a child

-0.029

Residents-to-migrants ratio

Municipality Population (logged)

Rel. PPP-adjusted GDP per cap. (logged)

0.212

-0.005

Migration prevalence - squared

Benefits and costs of migration:

0.104 -0.002

Migration prevalence of community

Community characteristics:

0.477

Father ever a us migrant

Migration-related social capital:

-0.055

0-1 year-olds

No. of children of head by age

-0.044

Never married

*

-0.103

-0.161

0.019

-0.142

0.046

0.188

0.039

0.672

* 1.029

0.398

0.196

+ 0.569

0.314

(1.547)

(0.062)

(0.005)

-0.302

-0.105

0.001

(0.001) ** -0.005

(0.022) ** 0.159

(0.407)

(0.277)

(0.629) ** 0.631

(0.493)

(0.456)

(0.242)

(0.094) ** 0.707

(0.368)

+

0.330 (0.724)

0.077 (0.286)

*

N/A

N/A

N/A

1.082 (0.555)

*

1.232 (0.743) +

0.222 (0.268)

N/A

(1.407)

* -0.661 (1.843)

(0.026) ** -0.229 (0.064) **

(0.002)

(0.002) ** -0.008 (0.001) **

(0.039) ** 0.549 (0.097) **

(0.257)

(0.282)

(0.230) **

(0.665)

(0.710)

*

0.408 (0.223) +

(0.150) ** 0.873 (0.342) (0.187)

*

0.251 (0.095) **

* -0.689 (0.281)

0.357 (0.353)

-0.168 (0.368)

-0.512 (0.355)

Puerto Rico

(0.244) ** 0.403 (0.696)

(0.405)

(0.143)

(0.088)

(0.054)

(0.073)

(0.090)

(0.441)

(0.143)

Mexico - New

(0.149) ** 0.194

(0.083)

(0.114)

(0.038)

(0.047)

(0.059)

(0.916)

(0.112)

Marital status (REF = Married/consensual union)

Family formation and life cycle variables:

Mexico Traditional

1.100

-0.060

0.006

-0.004

0.162

-0.401

0.924

0.711

1.943

0.933

0.371

-0.150

1.223

0.475

0.151

0.357

-0.109

-0.028

-0.265

-0.087

-0.397

*

*

*

*

0.118

-2.283

2.033

0.826

-0.549

0.958

0.966

1.302

1.452

-0.145

0.288

-0.074

-0.397

-0.446

-0.230

-0.015

(1.085)

1.759

(0.034) ** -0.040

(0.006)

(0.001) ** -0.003

(0.033) **

(0.990)

(0.692)

(0.459)

(0.890)

(0.647)

(0.511)

(0.454)

(0.218) **

(0.195)

(0.142)

(0.121) **

(0.050)

(0.088)

(0.106)

(0.487)

b

Costa Rica

0.171 0.014

+

0.385 1.029

+

(0.601)

(0.163)

b

-0.013 (0.006)

0.430

(0.625) b

(1.088)

(0.099)

2.853

0.155

(1.836)

(0.177)

(0.005) ** -0.005 (0.005)

(0.002)

(0.063)

(0.572) **

(0.455) -0.268 (0.496)

(0.526) ** 0.441

(0.469)

*

(0.237)

(0.327)

(0.298)

-0.214 (0.149)

(0.234) ** 0.489

(0.787)

(0.163) -0.048 (0.304)

(0.161) ** 1.379

(0.347)

(0.144)

(0.624)

+ -0.111 (0.134)

+

0.186

(0.400) ** 0.923

(0.142)

(0.244)

(0.100)

(0.196)

(0.215)

(0.623)

(0.270) ** -0.554 (0.223)

Nicaragua

(0.109) ** -0.757

Dominican Republic

Fernando Riosmena

-0.130 0.422

No. of nation’s nonimmigrants (logged)

No. of apprehensions by INS (logged)a

*

(0.451)

(0.068)

(0.142)

(0.089)

(0.211)

(0.170)

-2,618.00

+

(0.083) **

59,728

-0.046

0.071

-0.162

0.145

0.177

-0.006

-0.246

Mexico - New

-315.3

5,901

-0.332 (0.569)

-0.025 (0.046)

0.008 (0.194)

N/A

N/A

N/A

N/A

Puerto Rico

(0.549)

(0.038)

(0.099)

(0.204)

(0.184)

-568.2

*

(0.269) +

(0.442) +

17,101

0.121

0.007

-0.037

-0.423

0.036

-0.452

0.750

Dominican Republic

0.850

(0.116)

-1.157 (0.238)

-0.391 (0.384)

Costa Rica

(0.537)

(0.111)

(0.065)

-614.1

(0.106)

-851.2

29,448

* -0.609 (0.673)

-0.023 (0.043)

0.188

(0.045) ** -0.248 (0.344)

(0.219)

(0.913)

(0.326)

31,524

-1.265

-0.103

0.095

-0.174

0.303

0.506

0.415

Nicaragua

Notes: ** p < 0.01 * 0.01 < p < 0.05 + 0.05 < p < 0.10 a. Refers to apprehensions of non-Mexicans, non-Canadians in the case of the Dominican Republic, Nicaragua, and Costa Rica b. Coefficient constrained to zero to improve convergence status due to separation or colinearity issues

-2923.3

Log-likelihood

(0.456)

39,714

-0.345

unemployment rate (logged)

us

(0.037)

(0.131)

(0.108)

(0.196)

(0.130)

(0.082)

Person - years

0.014

real interest rate

-0.031

Inflation

us

-0.025

Exchange rate vs. USD (logged)

Macroeconomic indicators:

-0.022

No. of nation’s immig. admissions (logged)

Mexico Traditional

us

255

Migration Dynamics in Mexico

Fernando Riosmena

Having close relatives with us migration experience is strongly and positively associated with the likelihood of becoming a us migrant across the board. In particular, Mexicans from traditional communities are especially likely to migrate if a close male relative (i.e. father, brother, or son) has previous northward experience (see also Curran and Rivero-Fuentes, 2003; Hondagneu-Sotelo, 1994). Mexican males may rely on male ties by the simple fact that they are more common given the fact that Mexican migration originated (and to some extent is still today) more as a solo migrant phenomenon rather than a family move (Hondagneu-Sotelo, 1994; Massey, et al., 1987). On the other hand, having a migrant daughter increases the likelihood of migration in Puerto Rico, the Dominican Republic, and Costa Rica. In the case of Puerto Ricans and Dominicans, this result is probably an indicator of family reunification in the us given the fact that females are just as likely to migrate to the us as males are in these countries (re Dominicans, see Aysa, 2005; on Puerto Ricans, see Ortiz, 1996). Finally, people in Mexico and Nicaragua, two of the settings with the least access to a green card, are further likely to become us migrants if they have a relative with us permanent residence.33 The collective migration experience of people in a given community is a positive predictor of the first migratory trip of male household heads in all countries. A squared term of migration prevalence was added to accommodate the possibility that the likelihood of individual migration increases as prevalence levels do, but at a decreasing rate, which was generally the case (with the exception of Nicaragua). Additionally, people from more urban municipalities are less likely to migrate to the us than those coming from less populated areas. In the context of the traditional heartland of Mexico-us migration, this refers to rural areas and small industrializing towns (Flores, Hernández-León and Massey, 2004; Massey, et al., 1987). In the case of all other settings, this indicator is most likely measuring the gradient of difference between metropolitan and nonmetropolitan areas, as the composition of the samples are less rural than those in traditional Mexico (see Table 1). Finally, although relative income was found to be significant and positive on average in the pooled

33. One exception is that of Nicaraguan males with resident daughters, where probabilities are inexplicably negative. The other setting where access to legal documents was rather low was Costa Rica. Due to separation problems, it was not possible to estimate coefficients for resident parent and children (see Table 5).

256

us

Migration Dynamics in Mexico

sample, it lost significance in country-specific analyses and —in fact— is negatively related to migration in newer Mexican communities after introducing other controls. Explaining Cross-Country Differentials in Return After examining various nested models, and unlike out-migration models, cross-country differences in the likelihood of return were found to be quite robust to individual-level controls, with a couple of exceptions, most notably that of documentation. While the gap between Mexicans and Costa Ricans was not statistically significant from the most basic model including the proper control for durations and country fixed effects, legal status single-handedly accounts for a third of the difference in the odds of return of Central-Western Mexicans and Puerto Ricans.34 Given this issue and –more importantly- the large differences in access to legal documents stated above (see Figures 3 and 4), it makes sense to find commonalities in those factors associated with return for people of different legal status while cross-classifying them with differences in return probabilities across countries. Table 6 shows models predicting the likelihood of returning from the first us trip for a) all migrants combined, b) those undocumented, and c) those with working documents. In addition, Table 7 shows country-specific models with the same specifications. The first model implies that undocumented migrants have return odds 80% higher than their documented counterparts even after introducing all controls listed. In country-specific models, the implied additional odds of returns are 40%-70% higher for undocumented migrants from nontraditional and traditional Mexican communities; 120% for those from Nicaragua; 150% for Dominicans; and 11.4 times larger for Costa Ricans.

34. In a basic model with the proper controls for trip duration and country fixed effects, Mexicans from traditional origins and Costa Ricans –whose return propensities were not statistically different from those of Mexicans- were the least likely to return. Mexicans from newer origins were in turn 29% less likely to return than their Central-Western counterparts, while Puerto Ricans, Nicaraguans, and Dominicans were 58%, 87% and 74% less likely to return respectively. Adding documentation decreased the gap in return between traditional Mexico and Puerto Rico by a third of its original size (all other differences were relatively small and not statistically significant with respect to the previous model).

257

Fernando Riosmena

Table 6 Discrete-Time GEE Logit Predicting the Likelihood of Return from the First us Trip by Documentation Status All Migrants

Undocumented

Documented

2.456

(1.53)

6.664

0.020

(0.009)

Intercept

1.766

(1.65)

Age

0.014

(0.006)

Educational attainment (in years)

0.000

(0.009)

0.011

(0.012)

Average education in the community-cohort

0.089

(0.026) ** 0.078

(0.028)

(0.163)

(0.159)

0.167 (0.269)

-0.084 (0.095)

-0.007 (0.136)

*

*

(3.26)

*

0.014 (0.011)

Socioeconomic status: -0.016 (0.014) **

0.142 (0.035) **

Main occupation type (REF=Unskilled) Out of labor force

0.203

Skilled

-0.078 (0.086)

At least one property owned in home country

0.226

(0.115)

At least one business owned in home country

0.012

(0.181)

0.150 *

0.190

(0.107)

0.024

(0.241)

At least one property owned in the us

-0.814 (0.177) ** -0.722 (0.278)

At least one business owned in the us

-0.593 (0.145) ** 0.123

+

0.222 (0.198) 0.347 (0.265)

** -1.114 (0.276) **

(0.275)

-0.833 (0.271) **

Family formation and life cycle: Marital status (REF = Married/Consensual union) Never- married

0.179

(0.111)

0.133

(0.120)

0.411 (0.185) *

Separated/divorced/widowed

-0.033 (0.176)

0.151

(0.370)

-0.135 (0.222)

0.302

(0.091)

** -0.025 (0.105)

0.072

(0.056)

0.031 (0.103)

No. of children of head by age 0-1 year-olds

0.194

(0.078)

2-5 year-olds

0.042

(0.049)

*

6-15 year-olds

-0.024 (0.033)

-0.029 (0.040)

-0.042 (0.054)

16-19 year-olds

-0.224 (0.088) ** -0.335 (0.104)

** -0.088 (0.117)

20+ year-olds

0.049

(0.042)

0.039

(0.071)

0.054 (0.052)

** -0.091 (0.328)

Migration-related characteristics: Trip duration (REF = less than 24 months) 13-24 months

-0.371 (0.124) ** -0.370 (0.127)

25-48 months

-0.551 (0.095) ** -0.469 (0.100)

** -0.347 (0.270)

49-72 months

-0.861 (0.105) ** -0.646 (0.119)

** -0.774 (0.288) **

72-119 months

-1.188 (0.134) ** -1.131 (0.157)

** -0.741 (0.257) **

120+ months

-1.039 (0.133) ** -1.165 (0.138)

** -0.548 (0.267) **

Undocumented status

0.587

(0.141) **

Child ever a us migrant

-0.033

(0.115)

Green card ever conferred to a child

-0.253 (0.123)

N/A -0.354

*

0.152

-0.350 (0.171)

N/A *

0.430

0.142 **

-0.440 (0.165) **

Community characteristics: Migration prevalence of community

0.006

(0.007)

0.002

(0.009)

0.009 (0.007)

Residents-to-migrants ratio

-0.003 (0.003)

0.003

(0.003)

-0.007 (0.004)

Municipality Population (logged)

-0.044 (0.047)

-0.070 (0.061)

-0.014 (0.032)

-2.366 (0.668)

** -0.979 (0.874)

Benefits and Costs of Migration: Relative PPP-adjusted GDP per capita (logged)

-1.233 (0.613)

No. of nation’s immigrants admitted (logged)

-0.010 (0.065)

258

*

0.016

(0.056)

-0.087 (0.129)

us

All Migrants

Migration Dynamics in Mexico

Undocumented

Documented

No. of nation’s nonimmigrants (logged)

-0.041 (0.102)

0.030

(0.115)

-0.358 (0.240)

No. of apprehensions by INS (logged)a

-0.048

0.016

(0.134)

-0.115 (0.207)

(0.117)

Macroeconomic indicators: Exchange rate vs USD (logged)

0.087

(0.028) **

0.116

(0.029)

Inflation

0.003

(0.047)

0.043

(0.051)

**

0.121 (0.051) * -0.032 (0.101)

us

real interest rate

-0.013 (0.019)

-0.046 (0.024)

+

us

unemployment rate (logged)

-0.366 (0.225)

-0.736 (0.262)

** -0.367 (0.287)

0.017 (0.030)

Country fixed-effects (REF = Mexico - Traditional) Mexico - New

-0.395 (0.212) + -0.450 (0.211)

Puerto Rico

-2.037 (1.335)

Dominican Republic

-0.998 (0.594) + -0.131 (0.770)

*

N/A

Nicaragua

0.258

(0.982)

2.085

(0.936)

Costa Rica

-0.449 (0.504)

0.407

(0.507)

-0.458 (0.238) + -8.041 (3.117) ** -2.033 (0.984) *

*

-1.674 (1.588) -2.741 (0.973) **

Person - years

9,132

3,949

5,183

Log-likelihood

-2927.6

-1748.6

-1145.6

Notes: ** p < 0.01 * 0.01 < p < 0.05 + 0.05 < p < 0.10 a. Refers to apprehensions of non-Mexicans, non-Canadians in the case of the Dominican Republic, Nicaragua, and Costa Rica

While the data do not indicate any educational or occupational selectivity whatsoever (surprisingly in my opinion),35 the likelihood of return for both is lower for those who own a property or a business in the United States. More specifically, business ownership in the us is significantly associated with the likelihood of return of documented migrants and in all countries but Mexico, where people are most likely to be undocumented and the least likely to own a business in the us (see Table 4.3, also see Portes and Rumbaut, 1996). Owning property in the us is also negatively associated to the likelihood of return on average, for both documented and undocumented migrants,36 and more specifically for Mexicans, Puerto Ricans, and Nicaraguans. On the other hand, owning property back in the Dominican Republic and Nicaragua is associated with a higher likelihood of return, and so is having property in the origin for undocumented migrants on average.

35. Controls for education and occupation (except for being out of the labor force, which is only significant and positive in Nicaragua) were not significant on the most basic models. Hence, its effects were probably not absorbed by the inclusion of other relevant controls, or by the added loss of degrees of freedom. 36. The fact that undocumented migrants reported owning property seems rather odds, but it is likely for those who have been in the country for long (and were not eligible for any recent amnesty). People may own these properties through a relative with permanent residence, or –in some occasions- with false documents.

259

0.042 (0.052)

260 0.265 (0.766)

Separated/divorced/widowed

-0.023 (0.051) -0.085 (0.143)

0.148 (0.072) * 0.072 (0.079)

6-15 year-olds

16-19 year-olds

20+ year-olds

13-24 months

Trip duration (REF = less than 12 months)

Migration-related characteristics:

0.188 (0.091) * 0.052 (0.071)

-0.478 (0.179) ** -0.346 (0.275)

Dominican Republic

-0.030 (0.041)

0.474 (0.553)

0.020 (0.035)

b 1.383

-0.021 (0.219)

+ -1.026 (1.177)

-0.074 (1.069)

-1.320 (1.052)

0.061 (0.614)

0.658 (1.295)

-0.017 (0.586)

0.894 (0.385) * 0.727 (0.295) * 0.162 (0.202)

0.121 (0.513)

0.885 (0.307) ** 1.068 (0.759)

0.202 (0.089) +

0.038 (0.064)

1.236 (0.356) ** -0.742 (0.837)

0.035 (0.164)

-0.243 (0.276)

-0.104 (0.062) + -0.070 (0.112) -0.152 (0.109)

-0.290 (0.492)

-0.531 (0.506)

0.272 (0.525)

0.326 (0.300)

-0.393 (0.531)

-1.081 (0.209) **

-0.066 (0.067)

-0.388 (0.332)

-0.183 (0.293)

-0.284 (0.123) * 0.133 (0.065) *

-0.736 (0.594)

-0.120 (0.174)

-0.316 (0.180) + -0.057 (0.173)

-0.261 (0.161) + -0.453 (0.498) -0.617 (0.378) + -0.221 (0.245)

0.196 (0.207)

-0.387 (0.247) + 0.344 (0.577)

1.122 (0.276) ** -0.035 (0.794)

-0.936 (0.563) + -1.631 (0.376) ** -0.672 (0.161) ** -0.286 (0.319) *

-2.375

0.374 (0.437)

-0.497 (0.260) + 0.045 (0.459)

-0.241 (0.506)

Costa Rica

0.031 (0.015) * 0.079 (0.013) **

Nicaragua

0.237 (0.110) * 0.092 (0.160) ** 0.112 (0.075)

0.017 (0.020)

0.063 (0.026) * -0.052 (0.038)

Puerto Rico

-0.338 (0.178) + 0.081 (0.172)

-0.022 (0.074)

0.274 (0.127) * 0.210 (0.179)

2-5 year-olds

0.149 (0.434)

0.123 (0.192)

0-1 year-olds

No. of children of head by age

0.141 (0.178)

Never- married

Marital status (REF = Married/Consensual union)

Family formation and life cycle:

-0.611 (0.896)

-0.048 (0.983)

At least one business owned in the us

-0.271 (0.290)

0.148 (0.321)

0.110 (0.211)

-0.613 (0.186) ** -0.748 (0.576)

0.116 (0.176)

At least one property owned in country

0.039 (0.193) -0.077 (0.157)

At least one property owned in the us

-0.086 (0.134)

Skilled

0.077 (0.068)

-0.016 (0.016)

-0.002 (0.016)

Mexico - New

At least one business owned in country

-0.065 (0.429)

Out of labor force

Main occupation type (REF=Unskilled)

0.007 (0.011)

Avg. education in the community-cohort

0.007 (0.007)

Educational attainment (in years)

Socioeconomic status:

Age

Mexico Traditional

Table 7 Country-Specific Discrete-Time GEE Logit Predicting the Likelihood of a Return from a First us Trip

Fernando Riosmena

261 -0.478 (0.128) ** -0.092 (0.171) 0.404 (0.214) + 0.150 (0.207)

No. of nation’s nonimmigrants (logged)

No. of apprehensions by INS (logged)a

(1.54)

N/A

-1029.0

Log-likelihood

N/A

N/A

(4.49)

-921.6

3,038

1.98

-0.171 (0.407)

0.023 (0.026)

N/A

N/A

N/A

N/A

(1.87)

(2.46)

(2.27) -278.8

1,042

+ -1.907

-0.190 (0.671)

(2.88) -0.459 (0.502)

0.111 (0.370)

+ -3.030

-0.097 (0.115)

-0.012 (0.011)

-0.025 (0.026)

0.132 (0.133)

1,174

(7.2)

(1.536) *

-158.0

8.8

-1.60

0.227 (0.317)

-2.274 (0.333) **

-0.712 (0.238) **

0.110 (0.214)

932

(4.91)

+

-1.93

-235.3

615

(9.22)

(0.692) **

0.006 (0.048)

0.213 (0.178)

1.235 (0.512) *

-0.376 (0.338)

-0.987 (0.581) +

0.399 (0.235) +

-8.530

-0.518 (0.141) **

0.022 (0.006) **

0.054 (0.008) **

-0.781 (0.719)

(2.59) ** 20.51

(1.010) *

-190.9

8.2

-2.05

0.085 (0.212)

0.222 (0.057) ** 0.001 (0.110)

0.274 (0.387)

-0.912 (0.324) ** 0.359 (0.755)

-0.024 (0.281)

0.929 (1.124)

-4.715

0.125 (0.119)

-0.021 (0.018)

-0.223 (0.360)

0.951 (0.082) ** -0.480 (0.710) -0.823 (0.649)

-0.003 (0.044) ** 0.091 (0.151)

0.105 (0.300)

N/A

N/A

N/A

N/A

-2.551

0.223 (0.309)

0.213 (0.293)

-0.282 (0.224)

Notes: ** p < 0.01 * 0.01 < p < 0.05 + 0.05 < p < 0.10 a. Refers to apprehensions of non-Mexicans, non-Canadians in the case of the Dominican Republic, Nicaragua, and Costa Rica b. Coefficient constrained to zero to improve convergence status due to separation or colinearity issues

2,331

(4.18)

Person - years

2.356

-0.268 (0.791)

unemployment rate (logged)

us

Intercept

-0.054 (0.063)

real interest rate

Inflation (logged)

us

0.032 (0.135) -0.250 (0.102) * -0.089 (0.100)

Exchange rate vs. USD (logged)

0.144 (0.124)

-0.167 (0.124)

0.028 (0.117)

-0.579

-1.832

No. of nation’s immig. admissions (logged)

Macroeconomic indicators:

N/A

-0.041 (0.358)

-0.084 (0.069) ** -0.111 (0.074)

-0.005 (0.004)

Rel. PPP-adjusted GDP per cap. (logged)

(2.53)

0.013 (0.074)

Municipality population (logged)

Benefits and costs of migration:

-0.335 (0.173) *

Costa Rica

-0.510 (0.275) + -0.639 (0.270) **

Nicaragua

0.908 (0.181) ** 0.785 (0.165) ** 2.514 (0.303) **

0.014 (0.008) + -0.027 (0.010) ** -0.038 (0.011) ** 0.011 (0.013) 0.011 (0.007)

migration prevalence

Residents-to-migrants ratio

us

Community characteristics:

-0.326 (0.222)

Green card ever conferred to a child

0.237 (0.263)

-0.315 (0.257)

Child ever a us migrant

N/A

0.504 (0.142) ** 0.338 (0.184) +

Undocumented status

N/A

-1.447 (0.229) ** -1.280 (0.143) ** 0.352 (0.158) * 0.533 (0.558)

120+ months

-0.528 (0.957)

-1.624 (0.288) ** -1.058 (0.126) ** 0.399 (0.262)

72-119 months

-0.607 (0.650)

-1.060 (0.197) ** -1.002 (0.176) ** 0.728 (0.309) * 0.303 (0.354)

Dominican Republic

-0.627 (0.175) ** -0.394 (0.142) ** 0.595 (0.461)

Puerto Rico

49-72 months

Mexico - New

25-48 months

Mexico Traditional

us

Migration Dynamics in Mexico

Fernando Riosmena

Given the fact that they face higher costs of crossing the border and that they may be more likely to have a specific savings or investment target back in the home land, married undocumented migrants tend to travel unaccompanied by their family. Hence, inherent differences in family life cycle states have different implications across documentation types and countries. Undocumented migrants are more likely to return home if they have young children (more specifically, infants). This association is mostly driven by that particular to Mexicans from traditional origins, which are more likely to return home if they have young children below age 5, or above age 20 (also the case for Costa Rican migrants). In addition to these associations, undocumented migrants are less likely to return if they have a child with previous us experience. While it is not possible to systematically pin down the location of a child during all person-years lived by his/her father, this rough indicator could suggest that undocumented migrants accompanied by children during their trip are less likely to return. While the relationship between having children of certain ages and return is not significant for documented migrants, they are less likely to return if at least one of his children holds a green card or is a citizen. Similarly to the case of the variable assessing if a child has previous us experience, this measure could be indicating that those documented migrants who are accompanied by their children (regardless of age) are less likely to return. On the other hand, documented migrants with a migrant child are overall more likely to return to their country of origin. As any child with a green card has us experience, this variable is –for all practical purposes- mutually exclusive from the resident child. Thus, it can be interpreted as the effect of having a non-resident migrant child on the likelihood of return. Hence, residents with a non-resident child with previous migration experience are more likely to return to their countries of origin. Country-wise, having a child with a green card is only significantly and negatively associated with making a return trip in newer Mexican communities. In addition, net of having a child with previous migration experience (documented or not), Mexicans from newer origins and Costa Ricans are less likely to return if they have at least one teenager (16-19). A similar situation is true of Puerto Ricans with children ages 2-15; of Dominicans with infants; of Nicaraguans with children ages 2-5 and 20 and over; and of Costa Ricans with teenagers (i.e. ages 15-19). 262

us

Migration Dynamics in Mexico

Discussion This paper showed some of the commonalities in the migration process of Latin American males while pinpointing some major differences. Ironically, one of the main similarities in how the migration process unfolds is closely related to the two most conspicuous differences shaping migratory dynamics in each country. Numerous studies have shown that us migration is a family- and community-based social process where people rely on kinship networks in order to diminish the costs and risks involved in a move in all settings. In addition to presenting results confirming this notion for all settings under study, the analysis suggests that a great deal of cross-country variability in the likelihood of us migration is taken into account by controlling for differences in the distributions of people with migration experience in the community and of people directly related to us migrants and, especially, permanent residents. Compositional differences in these family-based networks across countries have probably arisen from the interaction between labor markets, documentation endowments, and household dynamics. For instance, the amount of migration related social capital of Mexicans from traditional communities is quite large, but extremely gender-biased (see Table 4.3, Aysa, 2005). This is the result of an original stream heavily composed by solo male migrants engaged in short-term (oftentimes seasonal agricultural) labor with historically-low levels of access to permanent residence until the passage of irca. In this context, family moves become costly and most migrants are selected mostly from a gender and age-specific pool. On the other hand, Dominican and Puerto Rican streams have lower gender and age selectivity, i.e. women migrate by themselves or –perhaps more often- as part of a family unit (Grasmuck and Pessar, 1991; Ortiz, 1996). In addition to Puerto Ricans’ open access to the us mainland, Dominicans exhibit higher likelihood of having a permanent residence than all other groups (cfr. Figure 3). This increased access might have been jumpstarted by State Department policies towards the Island in the 1960s (Martin, 1966), but today is predominantly composed by people who obtained sponsorship from a relative (90% in the case of male migrant heads, see Table 3). In addition, both streams originated as a relatively urban-to-urban phenomenon (Portes and Grosfoguel, 1994), not to mention the initially high socioeconomic selectivity of Dominican migrants (Grasmuck and Pessar, 1991). In the context of urban-based secondary 263

Fernando Riosmena

labor markets and a quicker accumulation of legal documents, family migration obviously becomes less costly. The likelihood of return is also related to the interaction between labor markets, policy, and household dynamics. Overall, people are less likely to return if they are accompanied by family members, who may not hard press for their return, or who may be bargaining to stay in the us (Grasmuck and Pessar, 1991; Hondagneu-Sotelo, 1994). While documentation status is the main variable explaining trip duration, undocumented migrants —who may less likely to travel with or be able to visit family members— were more likely to return had they left small children (and property) behind. Notwithstanding these findings, more variability in return was left unexplained than that not accounted for in analyses of out-migration. Future research will attempt to explain more of the variation in the dynamics in terms of the socioeconomic conditions in origins (Lindstrom, 1996), or in urban rural differentials (Flores, et al., 2004; Fussell and Massey, 2004). References Alba, R. D. and V. Nee. 2003. Remaking the American Mainstream: Assimilation and Contemporary Immigration. Cambridge, Mass.: Harvard University Press. Allison, P. D. 1996. “Fixed-effects Partial Likelihood for Repeated Events.” Sociological Methods & Research. Vol. 25. No. 2, pp. 207-222. Auriat, N. 1991. “Who Forgets - An Analysis of Memory Effects in a Retrospective Survey on Migration History.” European Journal of Population-Revue Europeenne De Demographie. Vol. 7. No. 4, pp. 311-342. Aysa, M. 2005. “Dominican and Mexican Labor Migrants to the United States: Are They Alike?” in V. Iontsev (Ed.). International Migration Trends. Moscow: MAX Press. Barrow, C. 1996. Family in the Caribbean: Themes and Perspectives. Kingston (Jamaica) & Oxford: I. Randle-J. Currey. Belli, R.F. 1998. “The Structure of Autobiographical Memory and the Event History Calendar: Potential Improvements in the Quality of Retrospective Reports in Surveys.” Memory. Vol. 6. No. 4, pp. 383-406. Calavita, K. 1992. Inside the State: the Bracero Program, Immigration, and the I.N.S. New York: Routledge. Caldwell, J.C. 1986. “Routes to Low Mortality in Poor Countries.” Population and Development Review. Vol. 12. No. 2, pp. 171-220. 264

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Fernando Riosmena

Appendix. Definitions of variables used in the analysis First U.S. Trip: The first response variable in multivariate analysis, referring to the first time a person in the sample migrated to (as opposed to visited) the U.S. If the person was present in the U.S. longer than a month with the express purpose of working or residing in the country, the variable was coded 1 during the first year of residence in the U.S.; otherwise, it was coded as 0. First return trip: The second response variable in the analysis was coded as 1 during the year when a person goes back to his home country for a period longer than three months; otherwise, it was coded as 0. The variable thus does not count short visits (e.g. during the holiday season). Age: For multivariate analyzes of out-migration, age was included in 3-year ranges during the span of highest variation and incidence (i.e. between ages 15 and 29, see Table 5.1); it was then coded in 5-year groups between ages 30 and 49, and in 10-year groups between ages 50 and 70. For analyses of return migration, where trip duration is also used as a relevant time index, I only included a linear term for age. This specification seemed satisfactory after examining age-specific return probabilities. Educational attainment: Educational attainment was measured by the number of years of formal schooling of the household head. In addition, the average educational attainment of an individual’s cohort in his/her community of residence was calculated and included in multivariate analyses in order to disentangle educational selectivity from geographical or generational disparities in education. Occupation: Occupation was defined in three broad categories: out of the labor force, unskilled, and skilled occupation. Aside from managerial and professional occupations, the skilled category includes people engaged in administrative and sales work, and all sorts of industrial qualified labor (e.g. machine operators) and supervisors. Thus, unskilled work mainly refers to people engaged in repetitive, low qualification tasks in services, manufacturing, and agriculture. Property and business holdings: Property and business ownership were (separately) coded as 1 if the person owned one or more properties/businesses during the intervening person-year, and coded as 0 otherwise. After people began accruing experience in the us (i.e. when analyzing return decisions) I distinguished between those properties and businesses owned in the us and those owned in the home country. 270

us

Migration Dynamics in Mexico

Marital status characteristics: Marital status was defined in three categories: never married; married or in a consensual union; and divorced, separated, or widowed. Family life cycle: I constructed time-varying measures of the number of children in different age groups, defined as infants (ages 0-1), young children (2-5), older children and young teenagers (6-15), older teenagers (15-19), and adults (20+). Groups were defined in this manner to differentiate households in a continuum from those with recent fertility (i.e. children 0-1) to those that might potentially draw labor from their children (15-19, in places with low average educational attainment), from those where sons and daughters might have moved on married (20+).37 Trip duration: Duration of the first trip was coded in one-year intervals for the first two years (i.e. 12 or less months and 13-24); two-year spans for years 2 to 6 (i.e. 25-48 and 49-72 months); a four year span covering the sixth-plus through the ninth year (73-119 months); and an open-ended one from the tenth year on (120+ months). Undocumented status: People were considered undocumented if they lacked the appropriate working papers, thus including people who crossed the border without inspection as well as those in tourist visas (as tourist trips were not considered in the analysis). The variable was simply coded as 1 if the person was not legally authorized to work in the country and 0 if he was, regardless of documents held (e.g. green card, citizen, H1B visa, etc.) Migration-related familial social capital: I defined four gender- and generation-specific variables relating to the previous migration prevalence of the nuclear family of origin (i.e. father, mother, brothers, and sisters). In addition, another set of variables were created to measure if any of these relatives were legal residents. All of these variables were coded as 1 if the corresponding person (or, in the case of siblings, at least one of them) had been to the us or held a green card by the person-year in question. us migration measures in the community: Migration prevalence was defined as the estimated proportion of people age 15 and over in the community with previous migration experience in the us (see Massey, et al., 1994). This measure has been found to be an important predictor of us-bound migration in non-metropolitan areas of Mexico (Fussell and

37. Unfortunately, data on children’s age at marriage were not available.

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Fernando Riosmena

Massey, 2004; Massey and Espinosa, 1997; Massey and Zenteno, 1999). In addition, using a similar procedure, I calculated the ratio of people with green cards to those with previous us migration experience in the community as a measure of the legal conditions of the stream and of the potential quality of migration-related social capital in the community. Municipality size: Given large differences in the size of municipalities, I logged the population estimates in multivariate analyses. Relative income vis-à-vis that of the United States: This measure was calculated by dividing the PPP-adjusted GDP per capita of the us by that of the country in question. Therefore, the higher its value the larger the income gap between a given country and the us. This is the reciprocal of the same measure used by Clark, et al. (2004), and broadly indicates differences in the expected benefits of migration for people in each country. Immigration and border enforcement measures: All variables were collected from official data from various Yearbooks of Immigration Statistics (e.g. us Office of Immigration Statistics, 2004) Immigrant and non-immigrant admissions conditional on a country’s population size (also included in analyses) indicate the relative size of migration flows from the country and the composition of people with access to permanent residence, or those with better access to tourist visas. As a sizable part flows from all nations but Puerto Rico enter the country without inspection, I included the number of apprehensions by the border patrol (again, conditional on population size) to roughly indicate the difficulty of entry. As data on apprehensions is not broken down by country of origin (except for Mexicans and Canadians), I used apprehensions of non-Mexicans, non-Canadians for all other countries. Macro-economic indicators: Average annual inflation and exchange rates (vs. usd) for each country were obtained from the World Development Indicators (World Bank, 2005), and logged to take into account differences in scale across countries. us real interest rates and nationspecific annual average inflation estimates come from the same source, while annual series of us unemployment rates estimated from the Current Population Survey were gathered from the Bureau of Labor Statistics.

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Espacios de vínculos y espacios de movilidad: la reversibilidad en las etapas de las corrientes migratorias

Eduardo León Bologna Introducción: migraciones hacia Argentina y conceptualización de la movilidad Tradicionalmente, las migraciones hacia Argentina se han estudiado respetando la primera clasificación censal gruesa entre los flujos según provengan de países limítrofes o no limítrofes. Esta distinción permite hacer un corte, hacia mediados del siglo xx, en la historia de Argentina como destino migratorio, corte que señala la pérdida en la intensidad de las llegadas de extranjeros provenientes Europa y el crecimiento relativo de los originarios de países de América Latina. Desde esta perspectiva amplia, pueden identificarse con claridad dos procesos migratorios hacia Argentina que, más allá de sus determinantes y consecuencias, corresponden a dos estructuras diferenciadas o dos modalidades de migración. Mientras los extranjeros provenientes de los grandes flujos de ultramar han tenido, para el intervalo desde que se recoge información censal, un período de crecimiento, una época de auge y una tendencia a la extinción en las últimas décadas, los limítrofes, además de su magnitud inferior, han acusado una tendencia continuamente creciente. A esta dicotomía histórica entre limítrofes y no limítrofes, se adiciona otra, conceptual, que tiene en cuenta los tiempos y los ritmos en que los desplazamientos se suceden. Por un lado, la migración definitiva se refiere a cambios del lugar de residencia habitual, donde lugar indica alguna 273

Eduardo León Bologna

delimitación administrativa (país, provincia, localidad) permitiendo así la identificación de tipos de migración, según cuál sea la frontera que se cruce. Es una definición que coincide con la señalada por el diccionario demográfico (Macció, 1985) y que supone la existencia de una residencia única y permanente. Por otro lado, la migración temporal, referida a aquellos desplazamientos continuos y recurrentes, que definen un ir y venir periódico, conservando la residencia habitual en la comunidad de origen, se trata de una movilidad temporal que no altera el carácter permanente de la residencia habitual en origen. La puesta en términos operativos de estos criterios trae inconvenientes, ya que requiere que se fije un tiempo mínimo de permanencia en un lugar para tratar a la migración como definitiva. Además, esta clasificación se vuelve menos adecuada a la realidad en la medida que ciertos desplazamientos que comenzaron siendo temporales, ligados a ciclos agrícolas, van ampliando los circuitos laborales o bien incluyendo estadías prolongadas de algunos migrantes, sin que esto implique mudanzas definitivas, es decir, sin que haya procesos de integración a las comunidades receptoras después de estas permanencias de largo plazo. Así, las categorías de temporal y definitivo pierden fuerza descriptiva cuando los desplazamientos se vuelven cada vez más aleatorios y aparentemente menos predecibles (Domenach, 1998). Otro punto que debe precisarse es el referido a los protagonistas de la migración. Si bien los migrantes son los que se desplazan, no son ellos los únicos afectados por la existencia de la corriente, los hogares que permanecen en las áreas de origen aportan a los costos y participan de los beneficios. Como señalan Canales y Zlolniski (2001), no se puede seguir conceptualizando la migración, y mucho menos legislándola, reduciéndola a miradas tradicionales que no logran captar la gran diversidad y heterogeneidad de situaciones y de movimientos migratorios propios de la dinámica de las sociedades contemporáneas. La necesidad de describir nuevas formas de la movilidad espacial exige el uso de categorías más amplias y la introducción de otros criterios para clasificar los desplazamientos. El concepto de reversibilidad de los flujos muestra ventajas en la creación de una tipología de las migraciones, porque pone el acento en .

De manera muy general, pueden pensarse los flujos de ultramar como ejemplos de migraciones definitivas y las limítrofes como temporales, pero esta simplificación requiere que se pasen por alto una cantidad de matices que caracterizan a los diferentes flujos.

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Espacios de vínculos y espacios de movilidad

la referencia a la residencia base. La definición original (Domenach y Picouet, 1987) indica que si se conserva esta referencia, el flujo es reversible y en caso contrario es irreversible. Desde esta clasificación, en Argentina una parte mayoritaria de los flujos de ultramar habría sido irreversible, ya que la referencia al lugar de origen se fue diluyendo en el tiempo. Los desplazamientos de chilenos, bolivianos y paraguayos en las zonas fronterizas, habrían tenido, al menos para la mayoría de ellos y hasta la mitad del siglo xx, carácter reversible, por la conservación de la referencia a la residencia base. Sin embargo, al notar que la reversibilidad es una cualidad de la corriente y no de los individuos que la conforman, debe considerarse que un flujo irreversible es aquél consolidado con un dinamismo que se manifiesta en nuevas llegadas, en retornos y en intercambios de bienes y de información entre quienes se encuentran en diferentes polos del espacio de movilidad. Esta interpretación, que difiere de la definición original de Domenach y Picouet (1987), tiene en cuenta la estabilidad del flujo migratorio, de modo que no clasifica a los individuos como migrantes permanentes o temporales, sino a la corriente en cuanto a su perdurabilidad en el tiempo. Perdurabilidad que no es incompatible con los movimientos de retorno de algunos de los individuos que la componen ni con el asentamiento duradero de otros. Dicho de otra manera, los miembros de la corriente pueden protagonizar desplazamientos de duración variable, pero la corriente migratoria, como estructura, establecería la vinculación entre diferentes áreas geográficas, creando espacios más allá de las fronteras nacionales. Resulta así necesario ampliar la unidad de análisis, dirigiendo la atención al flujo migratorio como sistema, que tiene una lógica que va más allá de la suma de decisiones individuales. Esta mirada sobre la corriente migratoria como unidad ha guiado el análisis de los datos de la encuesta a la comunidad boliviana en Neuquén (ebneu, 1999) que se muestra a continuación. Dicho análisis se realiza bajo la hipótesis que sostiene la evolución de las corrientes migratorias y su paso por estadios que se diferencian, tanto por la forma que asumen los desplazamientos como por la importancia del papel desempeñado por la red de vínculos sociales entre quienes residen en diferentes lugares.

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Relevamiento de carácter socio-demográfico realizado por las Universidades de Córdoba y Buenos Aires, el ird, la Dirección de Estadísticas de la Provincia de Neuquén, el indec y la oim, en el aglomerado urbano Neuquén–Plottier–Centenario en el año 1999.

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Eduardo León Bologna

Una consolidación gradual de la red de vínculos En primer lugar se considerará la evolución en el tiempo de dos indicadores que se aproximan a caracterizar las condiciones de llegada: los conocidos antes de llegar y la incorporación de mujeres al flujo migratorio. La reducción de la incertidumbre y experiencia acumulada por la corriente En el conjunto completo de interrogados, poco más de las tres cuartas partes (76.8%) indica que antes de llegar a Argentina ya conocía a alguien que estaba viviendo en ese país. Entre ellos, el vínculo de parentesco, mencionado por 87.7% de los que llegaron con conocidos, es mayoritario. Los amigos ocupan el segundo lugar, con menos de 10%; mientras que los contactos laborales no resultan significativos. De manera general, sobre la población boliviana residente en Neuquén en su conjunto, tener un pariente residiendo en el lugar de destino resulta una característica típica del modo en que se produjo la primera llegada al país. La comparación con los datos de la encuesta a bolivianos residentes en Córdoba (Domenach, et al., 1998), muestra que la anticipación que permite el hecho de contar con referentes en el lugar de destino, sería más frecuente en Neuquén. Para el total de la ciudad de Córdoba, la proporción de quienes así lo indicaron había sido levemente inferior: 72.7%. Puede sostenerse que la mayor distancia implique mayor riesgo y en consecuencia sólo lleguen a Neuquén aquellos que cuentan con algunos conocidos que amortigüen la incertidumbre. La distancia que separa a Neuquén del país de origen de los migrantes, sin dudas, aumenta la importancia de la comunidad. Por un lado, la lejanía hace que sea más necesario estrechar vínculos entre compatriotas. Por otro, la aventura de migrar implica riesgos que son, en parte, proporcionales a la distancia, por lo que sería muy poco probable que se verificara esta corriente migratoria si los migrantes potenciales no contaran con la seguridad que les ofrece disponer de una comunidad que puede ayudarlos a la llegada.

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La pregunta se formuló cuando se indagaba la existencia de conocidos que vivieran o hubieran vivido en Argentina y a quienes dieron respuestas afirmativas se interrogó por el lugar donde esos conocidos vivían. El resultado mayoritario mostró que se trataba de Argentina, fue muy pequeño el porcentaje de quienes dijeron conocer, previamente a su primera llegada, a personas que, viviendo en Bolivia, tuvieran experiencia migratoria a Argentina.

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Espacios de vínculos y espacios de movilidad

Un trabajo aún inédito realizado en el año 2002 en San Salvador de Jujuy muestra una situación diferente: allí se reproducen las diferencias regionales de origen. Los equipos de fútbol, actividad por excelencia que aporta a la consolidación de los vínculos, están organizados según el departamento boliviano del que provienen los jugadores. Las mismas disputas y rivalidades que suceden en Bolivia entre las distintas áreas geográficas pueden verse en la ciudad argentina de San Salvador. Parece lícito afirmar que estar cerca de casa deja espacio para comportamientos que no serían admitidos cuando el medio es hostil y se vuelve necesario reducir las distancias, englobando el sentimiento de comunidad en el mismo origen nacional, se trata de una observación adecuadamente captada por el concepto de solidaridad restringida (cfr. Portes y Sensenbrenner, 1993). En perspectiva longitudinal se ve que la proporción de quienes dicen haber llegado con conocidos tiene una tendencia continuamente creciente a medida que corresponden a períodos de arribo más recientes. Esto señala un proceso de acumulación de conocidos en el país de destino, propio del desarrollo de una comunidad local, de la que puede suponerse que contribuya a facilitar las llegadas de nuevos inmigrantes. La siguiente representación (gráfico 1) del proceso muestra la regularidad del patrón para los distintos orígenes. La mayor frecuencia de conocidos en destino, hace suponer que la corriente migratoria a Neuquén se encontraría en etapas más tardías de su desarrollo que la de Córdoba. Sin embargo, dada la baja proporción de quienes dicen haber tenido conocidos con experiencia migratoria a Argentina residiendo en Bolivia, podemos inferir que los retornos a Bolivia sin posteriores reingresos a Argentina no son demasiado frecuentes (véase la nota 3). Podría esperarse que en el futuro, la corriente se desarrolle consolidando los vínculos entre las áreas de origen y destino y que tienda a fortalecerse la proporción de población que, residiendo en Bolivia, tiene experiencia migratoria a Argentina y conserva vínculos con ese país.

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Salvo las irregularidades de los oriundos del departamento Cochabamba en la década de 1960 y de Potosí en el período 1950-1959.

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Gráfico 1 La proporción de población boliviana encuestada en Neuquén GRÁFICO 1 conocidos que residieran que llegó a Argentina teniendo La proporción de población boliviana encuestada en que llegó a Argentina teniendo o hubieran residido en ese país,Neuquén según década de llegada a conocidos que residieran o Argentina hubieran residido en ese país, según década de llegada a Argentina y departamento boliviano de origen y departamento boliviano de origen

porcentaje de llegados con conocidos

100,0%

80,0%

60,0% Chuquisaca 37 casos Cochabamba 215 casos

40,0%

Potosí 112 casos 20,0%

0,0% 1940-49

1950-59

1960-69

1970-79

1980-89

1990-99

períodos decenales de llegada

Fuente: Fuente: ebneu EBNEU (1999). (1999). La mayor frecuencia de conocidos en destino, hace suponer que la corriente migratoria a Neuquén se encontraría en etapas más tardías de su desarrollo que la de Córdoba. Sin Feminización: la llegada tardía de las mujeres embargo, dada la baja proporción de quienes dicen haber tenido conocidos con experiencia migratoria a Argentina residiendo en Bolivia, podemos inferir que los retornos a Bolivia sin La incorporación progresiva de mujeres a la corriente migratoria es un posteriores reingresos a Argentina no son demasiado frecuentes (véase la nota 3). Podría hecho ampliamente corroborado en el caso de los bolivianos en Argentina esperarse que en el futuro, la corriente se desarrolle consolidando los vínculos entre las áreas (véase, por ejemplo, Benencia y Karasik, 1995). Veremos a continuación de origen y destino y que tienda a fortalecerse la proporción de población que, residiendo en que esto se aprecia con claridad en los datos de la encuesta en Neuquén. Bolivia, tiene experiencia a Argentina y conserva vínculosen conelese La idea migratoria de feminización se refiere a un proceso quepaís. el equili@INCISO = brio Feminización: la llegada tardía de las mujeres de sexos cambia en favor de las mujeres a lo largo del tiempo. Para La incorporación progresiva de mujeres a la corriente migratoria las es un hecho ampliamente verificar empíricamente este proceso, se analizarán variaciones en el corroborado predominio en el caso de los bolivianos en Argentina (véase, por ejemplo, Benencia y de cada sexo según los años del primer ingreso al país de los Karasik, 1995). Veremos a continuación que esto se apreciaEn con claridad datos de la nacidos en Bolivia que residen en Neuquén. este análisisenselospondrá encuesta en Neuquén. de manifiesto que la corriente estuvo inicialmente compuesta de manera La idea de feminización refiere a uny proceso en el que el equilibrio de sucedió sexos cambia mayoritaria se por varones que la incorporación de mujeres de en favor de las mujeres a lo largo del tiempo. Para verificar empíricamente este proceso, se manera gradual. Veamos en primer lugar, de manera sintética, la distribuanalizarán las variaciones en el predominio de cada sexo según los años del primer ingreso al país de los nacidos en Bolivia que residen en Neuquén. En este análisis se pondrá de manifiesto que la corriente estuvo inicialmente compuesta de manera mayoritaria por varones y que la incorporación de mujeres sucedió de manera gradual. Veamos en primer lugar, de manera sintética, la distribución por sexos según 278el quinquenio de llegada a través de los valores del índice de masculinidad5 para cada período. OJO = NO PUDE MODIFICAR

Espacios de vínculos y espacios de movilidad

ción por sexos según el quinquenio de llegada a través de los valores del índice de masculinidad para cada período. Gráfico 2 La evolución del índice deGmasculinidad de la población nacida RÁFICO 2 en Neuquén según década La evoluciónen delBolivia índiceencuestada de masculinidad de la población nacidade en llegada Bolivia al encuestada en país (419 casos) Neuquén según década de llegada al país (419 casos)

índice de masculindad

350,0 300,0 250,0 200,0 150,0 100,0 50,0 0,0 1940-49

1950-59

1960-69

1970-79

1980-89

1990-99

períodos decenales de llegada

Fuente: EBNEU (1999). En el gráfico se ebneu manifiesta Fuente: (1999).el carácter predominantemente masculino de la migración en los primeros períodos. El alto valor del índice de masculinidad de los grupos llegados antes de En eladecuadamente gráfico se manifiesta el carácter predominantemente masculino de 1960 se asocia a las etapas iniciales de la corriente migratoria, protagonizada la migración en losy primeros El alto valor del índice de masculiprincipalmente por varones motivada períodos. por factores laborales. Como lo propone Massey, et al. de losdegrupos llegados antes desuele 1960 vincularse se asocia adecuadamente las (1987), elnidad comienzo los flujos migratorios a desequilibriosa estructurales etapastal iniciales la corriente migratoria, protagonizada entre regiones, sería eldecaso de Neuquén en el período previo aprincipalmente 1960. En esta época las varones y motivada por factores laborales. Como lo Massey, obras de por infraestructura, en especial hidroeléctricas, ofrecían la propone posibilidad de absorber la et al.expulsada (1987), elde comienzo de losagrícolas flujos migratorios suele vincularse a desmano de obra producciones en procesos de tecnificación. estructurales entre regiones, tal sería gradualmente el caso de Neuquén en al flujo El gráficoequilibrios muestra también el modo en que se incorporan las mujeres el período 1960. En esta las obras de infraestructura, en de bolivianos, en un previo procesoa sostenido que, época salvo algunas irregularidades, se conserva hasta ofrecían de absorber la mano dees decir, el los reciénespecial llegados.hidroeléctricas, En la década del sesenta,lalaposibilidad caída del índice de masculinidad, expulsada de producciones agrícolas encon procesos de tecnificación. desnivel aobra favor de las mujeres, resulta coincidente un aumento del volumen total de El gráfico muestra también el modoa grandes en que se incorporan gradualllegadas. Sin embargo esta tendencia se conserva, rasgos, con independencia de los mente las mujeres al Los flujo últimos de bolivianos, un muestran proceso sostenido cambios en el volumen total. quince en años una claraque, superioridad irregularidades, se conservamenor hasta los reciénlollegados. En que la numérica salvo de lasalgunas mujeres (índice de masculinidad a cien), que sugeriría década del razones sesenta,laborales la caída podría del índice masculinidad, es decir, el migraciónlapor estrictas estardedando lugar a casos de reagrupación familiar. desnivel a favor de las mujeres, resulta coincidente con un aumento del Pero esta no es la única lectura posible del desequilibrio a favor de las mujeres: si vemos que en la década de los años setenta y la primera mitad de los años ochenta llegaban volúmenes similares . de varones mujeres, el cien excedente Número deyvarones por cada mujeres. de migrantes de sexo femenino en las etapas posteriores no sería coherente con la hipótesis de reagrupación familiar. Este cambio podría explicarse mejor por la aparición de un nuevo279 espacio en el mercado de trabajo para ellas. La mayoría de las ciudades argentinas han modificado su demanda de mano de obra orientándola de manera cada vez más intensa hacia el mercado de los servicios. A este cambio, de índole general, se suma que las explotaciones agrícolas de pequeña escala —a las

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volumen total de llegadas. Sin embargo esta tendencia se conserva, a grandes rasgos, con independencia de los cambios en el volumen total. Los últimos quince años muestran una clara superioridad numérica de las mujeres (índice de masculinidad menor a cien), lo que sugeriría que la migración por estrictas razones laborales podría estar dando lugar a casos de reagrupación familiar. Pero esta no es la única lectura posible del desequilibrio a favor de las mujeres: si vemos que en la década de los años setenta y la primera mitad de los años ochenta llegaban volúmenes similares de varones y mujeres, el excedente de migrantes de sexo femenino en las etapas posteriores no sería coherente con la hipótesis de reagrupación familiar. Este cambio podría explicarse mejor por la aparición de un nuevo espacio en el mercado de trabajo para ellas. La mayoría de las ciudades argentinas han modificado su demanda de mano de obra orientándola de manera cada vez más intensa hacia el mercado de los servicios. A este cambio, de índole general, se suma que las explotaciones agrícolas de pequeña escala —a las que se dedican muchos de los encuestados— permiten la incorporación a la fuerza de trabajo sin distinción de sexos. Así, la incorporación de mujeres a la corriente migratoria se correspondería con cambios en el mercado de trabajo y con la evolución del flujo migratorio mismo. En las primeras etapas la combinación de la incertidumbre hacia un destino en el que se carecía de conocidos se agregaba a posibilidades laborales en el sector de la construcción, por lo que la atracción operaba preponderantemente sobre los varones. En épocas recientes, la apertura de nuevos mercados de trabajo se integra con la existencia de una comunidad de bolivianos ya residentes en Neuquén, abriendo posibilidades para la incorporación más intensa de mujeres en la migración. Con fines comparativos, el gráfico siguiente muestra la evolución del índice de masculinidad sólo para aquellos que dijeron haber llegado a Neuquén sin conocidos. Aunque las oscilaciones pueden ser parcialmente explicadas por la pequeña cantidad de casos en algunos períodos, resulta de interés ver que, en la última década, las llegadas son principalmente de varones, constituyendo un comportamiento inverso al patrón general. El resultado es coherente: quienes llegaron sin conocidos —por fuera de la red—, aprovechando las condiciones favorables del tipo de cambio de la última década, fueron mayoritariamente varones. Su escaso número impide profundizar el análisis sobre esta subpoblación, pero sugiere que los cambios 280

en Neuquén, abriendo posibilidades para la incorporación más intensa de mujeres en la Espacios de vínculos y espacios de movilidad migración. Con fines comparativos, el gráfico siguiente muestra la evolución del índice de masculinidad sólo para aquellos que dijeron haber llegado a Neuquén Gráfico 3 sin conocidos. OJO: NOLa PUDE MODIFICAR evolución del índice de masculinidad de la población nacida RÁFICO 3 en Bolivia encuestada enGNeuquén que llegó sin conocidos, La evolución del índice de masculinidad de la población nacida en Bolivia encuestada en según década de llegada al país (98 casos) Neuquén que llegó sin conocidos, según década de llegada al país (98 casos) 300,0

índice de masculinidad

250,0 200,0 150,0 100,0 50,0 0,0 1940-49

1950-59

1960-69

1970-79

1980-89

1990-99

períodos decenales de llegada

Fuente: EBNEU (1999). Aunque las ebneu oscilaciones Fuente: (1999).pueden ser parcialmente explicadas por la pequeña cantidad de casos en algunos períodos, resulta de interés ver que, en la última década, las llegadas son principalmente de varones, constituyendo un comportamiento inverso al patrón general. El resultado es coherente: quienes llegaron sin conocidos —por fuera de la red—, aprovechando en el mercado de trabajo menos de importantes que la existencia de colas condiciones favorables del tiposon de cambio la última década, fueron mayoritariamente nocidos, cuando se trata de laprofundizar migraciónelde mujeres. varones. Su escaso número impide análisis sobre esta subpoblación, pero sugiere que cambios en mercado de trabajo son siempre menos importantes que los la existencia En los la lectura deeldatos retrospectivos, interfieren efectos de conocidos, cuando se trata de la migración de mujeres. de la mortalidad diferencial por sexos. Así, la sobremortalidad masculina En la lectura de datos retrospectivos, siempre interfieren los efectos de la mortalidad podría afectar las proporciones por sexo para cada período de llegada. diferencial por sexos. Así, la sobremortalidad masculina podría afectar las proporciones por llegados antes de década 1950 tenían, al momento de1950 la encuessexoLos para cada período de la llegada. Losdellegados antes de la década de tenían, al ta, más de 45 años residiendo en el lugar de destino, es decir, edades no no momento de la encuesta, más de 45 años residiendo en el lugar de destino, es decir, edades menores a los a45los años. una Es etapa la vidade enlalavida que la mortalidad de entre menores 45 Es años. unadeetapa endiferencia la que ladediferencia hombres y mujeres se aprecia con intensidad. Los de esta serían tales que se mortalidad entre hombres y mujeres seefectos aprecia condiferencia intensidad. Los efecsubestimaría el verdadero número varones en los primeros períodos analizados. tos de esta diferencia seríandetales quellegados se subestimaría el verdadero númeDe manera que la tendencia que se está analizando, es decir, la mayor proporción de varones ro de varones llegados en los primeros períodos analizados. De manera sobre el total de llegados tempranamente, sería aún más marcada que la que se observa y que la tendencia que se está analizando, es decir, la mayor proporción de consecuentemente, la feminización más intensa. varones sobre total dede llegados tempranamente, sería aún más marcada La feminización de laelcorriente bolivianos a Neuquén tiene un significado diferente que el mismo los bolivianos residentes cerca de la frontera. La granmás distancia desde el queproceso la quesobre se observa y consecuentemente, feminización intensa. país de La origen hasta esa localidad implica mayor dificultad apara los viajes frecuentes, feminización de la corriente de bolivianos Neuquén tiene un sig- en términos de costo, tiempo y esfuerzo, por eso la presencia creciente de mujeres constituye nificado diferente que el mismo proceso sobre los bolivianos residentes un indicador fuerte de la solidez de esta corriente. A la inversa, el establecimiento en las cerca de la frontera. La gran distancia desde el país de origen hasta esa provincias fronterizas de Jujuy o Salta constituye, para los bolivianos del sur de su país, un localidad implica mayor dificultad para los desplazamiento dentro de un espacio homogéneo, conviajes pocos frecuentes, riesgos, dondeenlatérminos presencia de de costo, tiempo y esfuerzo, por eso la presencia creciente de mujeres mujeres o de grupos familiares no resulta llamativa y se encuentra documentada desde fines del constituye siglo XIX (INDEC, 1996). fuerte de la solidez de esta corriente. A la inversa, un indicador

281

Eduardo León Bologna

el establecimiento en las provincias fronterizas de Jujuy o Salta constituye, para los bolivianos del sur de su país, un desplazamiento dentro de un espacio homogéneo, con pocos riesgos, donde la presencia de mujeres o de grupos familiares no resulta llamativa y se encuentra documentada desde fines del siglo xix (indec, 1996). La evolución de la movilidad Veremos a continuación los cambios sufridos por la movilidad a lo largo del período de tiempo considerado. Para ello se analizará la evolución de las trayectorias seguidas hasta el lugar de la encuesta y la intensidad de la movilidad. Los recorridos posteriores al ingreso al país La información obtenida en la encuesta de Neuquén permite identificar hasta el nivel de provincia, los lugares en que los encuestados habían permanecido al menos un año, luego de la primera llegada a Argentina. Así, para evaluar el nivel de movilidad en el largo plazo se puede construir una tipología de los caminos recorridos antes de llegar al lugar de la encuesta. Para ello utilizaremos la categorización de Bankirer (2003), quien caracteriza cuatro tipos de trayectoria a partir de las provincias en las que los migrantes permanecieron por lo menos un año antes de llegar a la ciudad donde se realizó la encuesta. La tipología propuesta es la siguiente: 1. Llegada directa: ninguna residencia superior a un año en otra provincia argentina previa a la llegada a Neuquén. 2. Trayectoria andina: permanencia no menor a un año en Catamarca, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Salta, San Juan, San Luis o Tucumán. 3. Trayectoria metropolitana-patagónica: permanencia no menor a un año en Capital Federal o la Provincia de Buenos Aires en combinación con alguna provincia de la Región Patagónica: Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz o Tierra del Fuego. 4. Trayectoria patagónica: permanencia no menor a un año en alguna de las provincias patagónicas.

282

Espacios de vínculos y espacios de movilidad

Teniendo en cuenta los que mencionaron hasta tres lugares, la trayectoria directa es la más frecuentemente mencionada con casi 40% de las respuestas (128 de 321 casos). Las trayectorias Metropolitana–Patagónica y Andina muestran frecuencias similares en torno a la quinta parte de las respuestas cada una. Por último, la Patagónica, alcanza poco más de 10%. Las trayectorias pueden analizarse considerando su hipotética evolución en el tiempo. Así, la trayectoria más temprana sería la andina, como extensión de los circuitos de trabajo agrícola iniciado en las provincias del noroeste Argentino. Luego la metropolitana–patagónica, que resultaría posterior a los desplazamientos internos que llevaron a los bolivianos hasta Buenos Aires. En las etapas más tardías del flujo se espera preponderancia de la trayectoria directa, que es la que supone suficiente información o bien la existencia de contactos antes de llegar. La observación longitudinal de las trayectorias parece avalar esa tendencia, en tanto el coeficiente de correlación entre las trayectorias así ordenadas y el año de llegada de 0.58 lo que avala la hipotética secuencia cronológica de los caminos seguidos (el gráfico 4 lo expresa de manera sintética). Aquí puede verse que la trayectoria andina ha ido perdiendo importancia, salvo la irregularidad en la década de los años ochenta. Por su parte, las llegadas directas se vuelven cada vez más frecuentes. 1. En la primera década la trayectoria modal es la andina, que llegó a concentrar 83.3% de las llegadas. 2. Las décadas de los años 50 y 60 señalan el crecimiento de los arribos con permanencia previa en Buenos Aires; lo que corresponde a la trayectoria que se denominó metropolitana–patagónica. 3. Desde 1970 hasta el momento de la encuesta, las llegadas directas son mencionadas por una proporción creciente de bolivianos residentes en Neuquén, y llegan a constituir 84.3% de las llegadas en la década de los años 90.

. .

Debido a que la dispersión aumenta cuando se consideran más lugares de permanencia. Coeficiente r de Spearman, significativo a 0.1%.

283

Eduardo Leónhasta Bologna 3. Desde 1970 el momento de la encuesta, las llegadas directas son mencionadas por una proporción creciente de bolivianos residentes en Neuquén, y llegan a constituir 84.3% de las llegadas en la década de los años 90. Gráfico 4 GRÁFICO 4 La población nacida en Bolivia encuestada en Neuquén según La población nacida en Bolivia encuestada en Neuquén según trayectoria antes de trayectoria seguida antes de llegar y período decenal de seguida llegada llegar y período decenal de llegada 90,0% 80,0% 70,0% andina (68 casos)

60,0% 50,0%

metropolitana patagónica (74 casos)

40,0%

directa (128 casos)

30,0% 20,0% 10,0% 0,0% 1940-1949

1950-1959

1960-1969

1970-1979

1980-1989

1990-1999

Fuente: EBNEU (1999). Fuente: ebneu (1999). se corresponde adecuadamente con la historia de este flujo migratorio. La secuencia observada La trayectoria andina es la tradicional, las provincias del noroeste constituyen la ruta de ingreso es parteadecuadamente de la ampliación decon los la circuitos de la La corriente boliviana a Argentina. secuencia observada se8 Mendoza corresponde his- de trabajo agrícola. Las llegadas a Neuquén luego de haber vivido en Aires se explican toria de este flujo migratorio. La trayectoria andina es Buenos la tradicional, las como las búsquedas de nuevos destinos dentro del país para quienes ya habían emigrado de provincias del noroeste constituyen la ruta de ingreso de la corriente boBolivia. Neuquén, como destino migratorio debe parte de su atractivo en esa época a las obras  liviana a Argentina. es parte la ampliación circuitos de infraestructura que seMendoza construyeron y que de generaron demandadedelosmano de obra, de trabajosatisfecha agrícola. llegadas a aNeuquén luego de haber vivido en parcialmente porLas migración interna la que se sumó el aporte extranjero. Por último, las llegadasAires directassesólo son posibles si selas cuenta con una comunidad de conocidos el lugar Buenos explican como búsquedas de nuevos destinosendende ya que gran distancia lo debilita como destino tentativo Neuquén, si no se cuenta con un trodestino, del país parala quienes ya habían emigrado de Bolivia. como mínimo de información y seguridad, condiciones que se darían en etapas avanzadas del flujo destino migratorio debe parte de su atractivo en esa época a las obras de migratorio. infraestructura que se de construyeron y que generaron demanda de mano @INCISO = La intensidad los desplazamientos de otro obra, parcialmente satisfecha por migración lamovilidad que se sumó En lugar (Bologna, 2003) hemos analizado los cambiosinterna que sufrea la a lo largo del tiempo, en un intento por los efectos estructurales de la corriente las variaciones el aporte extranjero. Poraislar último, las llegadas directas sólo sondeposibles si en los comportamientos de sus integrantes como individuos. Recordemos aquí solamente se cuenta con una comunidad de conocidos en el lugar de destino, ya quey de manera gráfica la evolución en el tiempo del número de lugares de permanencia no menor a la gran distancia lo debilita como destino tentativo si no se cuenta con un un año.

mínimo de información y seguridad, condiciones que se darían en etapas avanzadas del flujo migratorio.

8 Mejor debería decirse que la línea fronteriza que separa los territorios de Bolivia y Argentina atraviesa un flujo que la preexistía en del altiplano andino. . el área Mejor debería decirse que la línea fronteriza que separa los territorios de Bolivia y Argentina

atraviesa un flujo que la preexistía en el área del altiplano andino.

284

Espacios de vínculos y espacios de movilidad

La intensidad de los desplazamientos En otro lugar (Bologna, 2003) hemos analizado los cambios que sufre la movilidad a lo largo del tiempo, en un intento por aislar los efectos estructurales de la corriente de las variaciones en los comportamientos de sus integrantes como individuos. Recordemos aquí solamente y de manera gráfica la evolución en el tiempo del número de lugares de permanencia no menor a un año. Gráfico 5 GRÁFICO 5 El múmero promedio de lugares en los que se residió al menos El múmero promedio de lugares en los que se residió al menos un año cada diez, para cada un año cada diez, para cada período de llegada período de llegada número promedio de lugares de permanencia no menor a un año

3

2,5

2

1,5

1

0,5

0 1940-49

1950-59

1960-69

1970-79

1980-89

1990-99

período decenal de llegada

Fuente: EBNEU (1999). Fuente: ebneu (1999). Este gráfico muestra que la movilidad crece para los que llegaron más recientemente. Los llegados enEste la última década tendrían una movilidadcrece promedio decenal casi dos veces gráfico muestra que la movilidad para los que llegaron más y media mayor querecientemente. los que llegaronLos en llegados las primeras El problema se plantea debido en laépocas últimaestudiadas. década tendrían una movilidad a que este promedio cambio puede explicarse a nivel individual —porque quienes acaban decenal casi dos veces y media mayor que los que llegarondeenllegar son más móviles— o bien nivel agregado —porque la corriente gana en dinamismo las primeras aépocas estudiadas. El problema se plantea debido a que estea medida que evoluciona. cambio puede explicarse a nivel individual —porque quienes acaban de A fin de eliminar los efectos producidos por ala nivel diferencia entre—porque migranteslaantiguos y recientes, llegar son más móviles— o bien agregado corriente se tomó elgana tiempo transcurrido entre dos lugares sucesivos. Así, se calculó la diferencia entre en dinamismo a medida que evoluciona. el año de llegada al primer lugar y el de llegada al segundo y de la misma manera para los A fin de eliminar los efectos producidos por la diferencia entre midemás9. Elgrantes númeroantiguos de casosy decae rápidamente: poco más de la mitad de los entrevistados recientes, se tomó el tiempo transcurrido entre dos señaló un segundo lugar y a partir tercerlalugar, la cantidad personas contabilizadas es lugares sucesivos. Así, sedel calculó diferencia entre de el año de llegada al muy pequeña.10 A fin de conservar un número apreciable de casos al momento de desagregar por períodos de 285 llegada, se tomarán en cuenta solamente los tiempos transcurridos entre el primero y el segundo lugar, y luego entre el segundo y el tercero. El gráfico 6 muestra la evolución en el tiempo de los años transcurridos entre los dos primeros pares de lugares en que se residió al menos un año.

Eduardo León Bologna

primer lugar y el de llegada al segundo y de la misma manera para los demás. El número de casos decae rápidamente: poco más de la mitad de los entrevistados señaló un segundo lugar y a partir del tercer lugar, la cantidad de personas contabilizadas es muy pequeña.10 A fin de conservar un número apreciable de casos al momento de desagregar por períodos de llegada, se tomarán en cuenta solamente los tiempos transcurridos entre el primero y el segundo lugar, y luego entre el segundo y el tercero. El gráfico 6 muestra la evolución en el tiempo de los años transcurridos entre los dos primeros pares de lugares en que se residió al menos un año. Gráfico 6 El número promedio de años transcurridos entre el primero y el GRÁFICO 6 segundo lugar, y entre el segundo y el tercero, según período de El número promedio de años transcurridos entre el primero y el segundo lugar, y entre el llegada a Argentina segundo y el tercero, según período de llegada a Argentina número de años trenscurridos entre dos lugares de permanencia sucesiva

12

entre el primer y segundo lugar entre el segundo y tercer lugar

10

8

6

4

2

0 1940-49

1950-59

1960-69

1970-79

1980-89

1990-99

período decenal de llegada

Fuente: EBNEU (1999). Fuente:dirección ebneu (1999). En la misma que se había observado antes, nuevamente aquí se aprecia que la movilidad es mayor para aquellos que han llegado más recientemente. Dados dos lugares de permanencia no menor a un año, los tiempos promedio que transcurren entre las llegadas a cada uno de ellos se reducen de manera sostenida a medida que se consideran períodos más diferencias señalan manera directa tiempo dede permanencia en cada lugar, que recientes. de Estas ingreso al país.noLos quedearribaron en lael década los años cuarenta se ya tomaron haber menores un año que transcurrido en lugares diferentes y que no un promediopuede de más deestancias diez años para aubicarse enhayan un segundo lugar en el que permanecieran sean captadas por el relevamiento. más de un año; mientras que para el mismo tipo de desplazamiento, los llegados en la última 10. El volumen de efectivos en cada intervalo está influido por el tiempo desde la llegada, dado década requirieron dos años y medio. De aesta manera se aíslan losEsto efectos quecon podrían que los desplazamientos se acumulan lo largo de períodos variables. no sucede los haberse explicado factores individuales y aparece asíporque comoestos sostenible laaños hipótesis según la valorespor promedio de tiempo entre desplazamientos, miden los transcurridos entre uno u otro lugar de residencia, independientemente de la época encambian que estos movimientos cual las características de la corriente migratoria —a nivel agregado— a lo largo del hayan tenido lugar. tiempo en dirección a un incremento en su dinamismo. La evolución temporal de la corriente muestra 286 entonces dos características regulares. Por un lado, una simplificación de los caminos recorridos para llegar al lugar de destino. Por el otro, un incremento en la movilidad individual. Ambas características son compatibles con una tendencia a la creación de una conexión más inmediata entre origen y destino. Tanto las llegadas directas como la escasa permanencia en provincias intermedias, en especial las

Espacios de vínculos y espacios de movilidad

En la misma dirección que se había observado antes, nuevamente aquí se aprecia que la movilidad es mayor para aquellos que han llegado más recientemente. Dados dos lugares de permanencia no menor a un año, los tiempos promedio que transcurren entre las llegadas a cada uno de ellos se reducen de manera sostenida a medida que se consideran períodos más recientes de ingreso al país. Los que arribaron en la década de los años cuarenta se tomaron un promedio de más de diez años para ubicarse en un segundo lugar en el que permanecieran más de un año; mientras que para el mismo tipo de desplazamiento, los llegados en la última década requirieron dos años y medio. De esta manera se aíslan los efectos que podrían haberse explicado por factores individuales y aparece así como sostenible la hipótesis según la cual las características de la corriente migratoria —a nivel agregado— cambian a lo largo del tiempo en dirección a un incremento en su dinamismo. La evolución temporal de la corriente muestra entonces dos características regulares. Por un lado, una simplificación de los caminos recorridos para llegar al lugar de destino. Por el otro, un incremento en la movilidad individual. Ambas características son compatibles con una tendencia a la creación de una conexión más inmediata entre origen y destino. Tanto las llegadas directas como la escasa permanencia en provincias intermedias, en especial las fronterizas (Bologna, 2003), son señales de la consolidación de un vínculo directo entre los puntos de origen y destino, un aumento de la especificidad, en el caso analizado, de Neuquén como espacio posible para los desplazamientos. Las redes locales y extendidas Se ha visto que, con el paso del tiempo, las modalidades de llegada cambian siguiendo cierto patrón regular así como sucede con la movilidad, ya sea ésta evaluada en términos de las trayectorias seguidas antes de llegar al lugar de destino o bien de la intensidad de los desplazamientos. Estos cambios no son el resultado de una mera evolución en el tiempo, sino que reflejan el proceso de conformación de redes sociales que hacen circular bienes materiales y no materiales. Redes formadas por los vínculos entre los hogares migrantes y aquellos que permanecen en las áreas de origen y por las nuevas relaciones creadas en el lugar de destino. Apelaremos a esta doble filiación de las redes para diferenciar el análisis; ya que la descripción del entramado de vínculos que constituyen aquello que 287

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de manera amplia llamamos red migratoria, requiere hacer la distinción entre las relaciones que los migrantes conservan con el país de origen y los lazos que se crean en el de recepción. Los individuos y los hogares que residen fuera de sus comunidades de origen pueden estar vinculados con tres medios diferenciados geográficamente. Estos son, en primer lugar, la sociedad de la que provienen y, en segundo lugar, la comunidad a la que se incorporan, y, por último, otras comunidades diferentes de ambas, que pueden representar espacios de movilidad futura o vestigios de áreas de permanencia anterior. Los primeros constituyen lo que llamamos la red extendida, los segundos la red local; la fuerza, densidad y actividad de estos vínculos indican, respectivamente, la referencia al origen y la integración que los migrantes tienen con el nuevo espacio. No nos ocuparemos aquí del tercer tipo de vínculo. El problema de la creación de vínculos en el lugar de destino no es de abordaje simple, ellos constituyen el aspecto observable de lo que llamamos la red local, al tiempo que involucran la discusión acerca de los modos en que sucede la convivencia entre extranjeros y nativos, así como las hipótesis sobre el modo en que esta convivencia evolucionaría (véase Portes y Borocz, 1998). Aun cuando no trataremos aquí la vasta problemática que discurre entre asimilación, integración y aculturación, y sólo nos acercaremos al tema desde algunos indicadores demográficos disponibles, creemos que el modo en que evolucione la inserción de los extranjeros en la sociedad receptora será decisivo para los cambios que en el futuro sufra la corriente migratoria. La endogamia e integración Una medida del grado en que la comunidad extranjera se integra a la nativa o conserva sus intercambios entre personas de su mismo origen, está dada por la elección de la pareja. Sin embargo, los resultados que se obtengan de este análisis deberán tratarse con cuidado, ya que un grado elevado de exogamia, entendido como la elección de pareja entre los nativos, no siempre es un buen indicador de integración. Los hijos de inmigrantes nacidos en Argentina pueden aparecer como parejas exogámicas, por su país de nacimiento, pero no lo son en cuanto a su pertenencia a la comunidad migrante. Los datos recogidos en Neuquén muestran que las uniones suceden de manera preferencial con personas del mismo origen: 288

Espacios de vínculos y espacios de movilidad

así, 85.6% de los nacidos en Bolivia que están casados, lo ha hecho con personas de su misma nacionalidad. Este comportamiento no es idéntico entre los sexos, ya que la endogamia se muestra menos intensa para los varones, quienes se casan con bolivianas en una proporción levemente inferior a 80% de los casos; dos factores pueden aportar a la explicación de esta diferencia. En primer lugar, la incorporación más tardía de mujeres cuya proporción no iguala a la de llegadas masculinas hasta la década de los años ochenta. En segundo lugar, algunas de las mujeres argentinas con que se unieron varones bolivianos pueden ser hijas de bolivianos, nacidas en Argentina. El primer razonamiento parte de la lógica del mercado matrimonial, porque apela a la disponibilidad de mujeres en edades de matrimonio, el segundo mostraría que la exogamia sería más aparente que real, no se trataría rigurosamente de parejas que se constituyen entre argentinos y bolivianos, sino de uniones entre miembros todos ellos de la comunidad boliviana, algunos de los cuales son nacidos en Argentina. El análisis longitudinal muestra que la proporción de quienes contraen matrimonio con personas de su mismo origen nacional se reduce hasta la década de los años setenta para aumentar nuevamente en los últimos períodos. La llegada a edades matrimoniales de hijas de migrantes junto a la creciente incorporación de mujeres al flujo migratorio, es compatible con la hipótesis sobre el fortalecimiento de la comunidad boliviana en Neuquén. El crecimiento de la endogamia en las últimas décadas da cuenta de la llegada de mujeres. Más allá del país de nacimiento: la pertenencia a la comunidad La adquisición, vía ley de suelo, de la nacionalidad argentina al momento de nacer, no implica de manera automática que los hijos de extranjeros se fundan con la sociedad de recepción. Aunque no puedan identificarse a partir de los datos censales, están en una situación intermedia en la que son argentinos por derecho, pero con una vinculación a su país de origen que depende de la que mantengan sus padres. Esta situación intermedia es la que permite hablar de una comunidad de interfase (Domenech, et al., 1998) para referirse a grupos que están en un probable proceso de integración. El uso de este término no pretende avanzar sobre aspectos culturales de la integración, sino sólo observar los diferentes modos en que puede transformarse una comunidad compuesta inicialmente por 289

Eduardo León Bologna

unidos/as con nacido/as en Bolivia

Gráfico 7 La proporción de personas de origen boliviano encuestadas en Neuquén casadas o unidas con personas nacidas en Bolivia, década de llegada a Argentina La proporción de personas desegún origen boliviano encuestadas en Neuquén casadas o unidas con personas nacidas en Bolivia, según década de llegada a Argentina 90,0% 85,0% 80,0% 75,0% 70,0% 65,0% 60,0% 55,0% 50,0%

1940-49

1950-59

1960-69

1970-79

1980-89

1990-99

76,9%

75,6%

72,3%

70,3%

75,0%

87,5%

período decenal de llegada a la Argentina

Fuente: EBNEU (1999). (1999). @INCISOFuente: = Másebneu allá del país de nacimiento: la pertenencia a la comunidad La adquisición, vía ley de suelo, de la nacionalidad argentina al momento de nacer, no implica de manera automática que los hijos de extranjeros se fundan con la sociedad de recepción. Aunque no puedan identificarse a partir de los datos censales, están en una situación intermedia en la extranjeros en una en que la proporción de personas nacidas en ambos que son argentinos por derecho, pero con una vinculación a su país de origen que depende de la países sea similar. que mantengan sus padres. Esta situación intermedia es la que permite hablar de una Los datos recogidos en Neuquén sugieren un tipo de comunidad en comunidad de interfase (Domenech, et al., 1998) para referirse a grupos que están en un que se mezclan los nacidos en Argentina y Bolivia, pero con una clara deliprobable proceso de integración. El uso de este término no pretende avanzar sobre aspectos mitación en los grupos de edades; el gráfico 8 da una idea esquemática de culturales de integración, sino sólo observar los diferentes modos en que puede transformarse esalamezcla. una comunidad compuesta inicialmente extranjeros una queellacambio proporción de Este patrón, con un grupo por de edades en elen que se en marca personas nacidas en ambos países sea similar. en la mayoría de cada país de nacimiento, fue encontrado también en Los datos recogidos en Neuquén sugieren un tipo deremite, comunidad en queclaridad, se mezclan los nacidos Córdoba (Domenach, et al., 1998). Esto con cierta a una en Argentina y Bolivia, cuyos pero con una clara delimitación en losextranjeros grupos de edades; el gráfico 8 da comunidad adultos son mayoritariamente y los menouna idea esquemática de esa mezcla. res —¿sus hijos?— son nacidos en Argentina. Un comportamiento que Este patrón, con un grupouna de edades en el que se marca cambio en la mayoría podría sugerir migración definitiva, en la el que los extranjeros van de en-cada país de nacimiento, fue encontrado también en Córdoba (Domenach, et sial., vejeciendo y los que nacen lo hacen en el país de destino, no1998). fuera Esto por remite, con cierta la claridad, a una comunidad cuyos adultos son mayoritariamente extranjeros y los evidencia que muestra un proceso de renovación que se verifica a tramenores —¿sus hijos?— son nacidos en Argentina. Un comportamiento que podría sugerir vés de nuevas llegadas, puestas en evidencia en la presencia de menores una migración definitiva, en la que los extranjeros van envejeciendo y los que nacen lo hacen nacidos en Bolivia. en el país de destino, si no fuera por la evidencia que muestra un proceso de renovación que se verifica a través de nuevas llegadas, puestas en evidencia en la presencia de menores nacidos en Bolivia. 290

Espacios de vínculos y espacios de movilidad

100,0% 80,0% nacidos en Bolivia

60,0%

nacidos en Argentina

40,0% 20,0%

60-64

65 y más

55-59

50-54

45-49

40-44

35-39

30-34

25-29

20-24

15-19

10-14

5-9

0,0% 0-4

porcentaje de nacidos en cada país

Gráfico GRÁFICO 8 8 La composición porcentual de la poblaciónen encuestada en Neuquén por La composición porcentual de la población encuestada Neuquén por país de nacimiento país de según nacimiento grupos quinquenales de edad grupossegún quinquenales de edad

grupos quinquenales de edad

Fuente: EBNEU (1999). Una situación diferente se presentaría en el caso de un flujo migratorio extinto, que no Fuente: ebneu (1999). recibiera nuevos aportes de inmigrantes. Allí, los únicos extranjeros serían los de más edad y los hijos todos argentinos. Lo que se esperaría de la distribución por país de nacimiento y Una situación diferente se presentaría en el caso de un flujo migraedad es que mostrara un cambio de tendencia abrupto en un determinado grupo de edades. torio extinto, que no recibiera nuevos aportes de inmigrantes. Allí, los Cuál sea este grupo dependerá, sobre todo, del momento en que las llegadas hayan cesado. únicos extranjeros serían los de más edad y los hijos todos argentinos. Lo En términos de la evolución a lo largo del tiempo, el punto de corte en que se invierten las que se esperaría de la distribución por país de nacimiento y edad es que proporciones mayoritarias de cada país de nacimiento, avanzaría hacia las edades mayores, mostrara un cambio de tendencia abrupto en un determinado grupo de hasta la defunción del último extranjero, en que toda la población estaría compuesta por edades. Cuál sea este grupo dependerá, sobre todo, del momento en que personas nacidas en el país de destino. Un patrón que podría verificarse, con algunos orígenes las llegadas hayan cesado. En términos de la evolución a lo largo del tiemeuropeos en Argentina, si fuera posible reconstruir las comunidades correspondientes. po, el punto de corte en que se invierten las proporciones mayoritarias Si se pretendiera conocer con detalle el proceso de integración de los bolivianos a las sociedades de cada país de nacimiento, avanzaría hacia las edades mayores, hasta la de recepción, este tratamiento cuantitativo sería sin dudas muy insuficiente y debería ser defunción del último extranjero, en que toda la población estaría comcompletado con el aporte de la observación de las prácticas cotidianas de los integrantes de la puesta por personas nacidas en el país de destino. Un patrón que podría comunidad boliviana. Sin embargo, resulta adecuado a los efectos de mostrar la diferente verificarse, con algunos orígenes europeos en Argentina, si fuera posible composición de la población según el origen nacional para las diferentes edades y ver allí atisbos reconstruir las comunidades correspondientes. de un patrón que tiende a fortalecer la presencia en el país de destino sin perder los vínculos Si se pretendiera conocer con detalle el proceso de integración de los con la sociedad de origen. bolivianos a las sociedades de recepción, este tratamiento cuantitativo se@INCISO = Los intercambios como indicadores de las componentes de la red ría sin dudas muy insuficiente y debería ser completado con el aporte de En este apartado se incorporan al análisis de los vínculos que una comunidad migrante puede la observación de las prácticas cotidianas de los integrantes de la comunimantener con las áreas de origen o con otros espacios, los intercambios de bienes, tanto materiales como no materiales. La primera pregunta a formular es si esta variable define dos 291 vinculada preferentemente con el país de subpoblaciones diferentes, una de las cuales estaría origen y la otra con personas que viven en Argentina o bien si la comunidad como conjunto mantiene simultáneamente intercambios con personas que residen en Argentina y en Bolivia. El cuadro 1 muestra la distribución conjunta de los intercambios y sugiere que la segunda

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dad boliviana. Sin embargo, resulta adecuado a los efectos de mostrar la diferente composición de la población según el origen nacional para las diferentes edades y ver allí atisbos de un patrón que tiende a fortalecer la presencia en el país de destino sin perder los vínculos con la sociedad de origen. Los intercambios como indicadores de las componentes de la red En este apartado se incorporan al análisis de los vínculos que una comunidad migrante puede mantener con las áreas de origen o con otros espacios, los intercambios de bienes, tanto materiales como no materiales. La primera pregunta a formular es si esta variable define dos subpoblaciones diferentes, una de las cuales estaría vinculada preferentemente con el país de origen y la otra con personas que viven en Argentina o bien si la comunidad como conjunto mantiene simultáneamente intercambios con personas que residen en Argentina y en Bolivia. El cuadro 1 muestra la distribución conjunta de los intercambios y sugiere que la segunda alternativa es más plausible. Se observa que casi un tercio de la muestra conserva vínculos con ambos países, que poco menos de un cuarto se encuentra desvinculada de ambos y entre el resto prevalecen aquellos que mantienen más relaciones con Bolivia que con Argentina. Cuadro 1 La distribución conjunta de los vínculos mantenidos por la población de origen boliviano residente en Neuquén, con CUADRO personas que viven en Bolivia y en1 provincias argentinas

La distribución conjunta de los vínculos mantenidos por la población de origen boliviano residente en Neuquén, con personas que viven en Bolivia y en provincias argentinas Red local (existencia de vínculos en Neuquén u otras localidades argentinas) si no total casos % casos % casos % Red extendida si 127 29,8 120 28,2 247 58,0 no 79 18,5 100 23,5 179 42,0 (existencia de vínculos con origen) total 206 48,4 220 51,6 426 100,0 Fuente: EBNEU (1999). Fuente: De los ebneu cuatro(1999). grupos que quedan determinados en el cuadro, el menos numeroso es el conformado por los que conservarían vínculos con Argentina y los habrían perdido con Bolivia, categoríagrupos de migrantes que podríadeterminados pensarse como los definitivos, que se De una los cuatro que quedan enmás el cuadro, el lomeasociaría a la fundación de una nueva residencia aparecenvínculos como ligeramente nos numeroso es el conformado por los base. que Quienes conservarían con mayoritarios son los que mantienen relaciones con ambos países, aquellos que podrían Argentina y los habrían perdido con Bolivia, una categoría de migrantes caracterizarse como participantes de una hipotética comunidad transnacional. El cuadro no muestra una polarización sobre las celdas de la diagonal,11 sugiriendo que los intercambios con Argentina y Bolivia se 292 encuentran distribuidos de manera relativamente uniforme. Este resultado indica que la existencia de vínculos con personas que viven en provincias argentinas y en Bolivia opera de manera independiente, de lo que puede inferirse que el incremento de los intercambios con destino —un indicador del fortalecimiento de la red local—, no se acompañaría de variaciones en los intercambios con origen —la red

Espacios de vínculos y espacios de movilidad

que podría pensarse como los más definitivos, lo que se asociaría a la fundación de una nueva residencia base. Quienes aparecen como ligeramente mayoritarios son los que mantienen relaciones con ambos países, aquellos que podrían caracterizarse como participantes de una hipotética comunidad transnacional. El cuadro no muestra una polarización sobre las celdas de la diagonal,11 sugiriendo que los intercambios con Argentina y Bolivia se encuentran distribuidos de manera relativamente uniforme. Este resultado indica que la existencia de vínculos con personas que viven en provincias argentinas y en Bolivia opera de manera independiente, de lo que puede inferirse que el incremento de los intercambios con destino —un indicador del fortalecimiento de la red local—, no se acompañaría de variaciones en los intercambios con origen —la red extendida. El efecto de las redes12 en la estructura de la migración Ambos componentes de la red moldearán la corriente migratoria en interacción con los factores políticos y económicos externos. La densidad y actividad de la red facilita la circulación entre los polos del espacio de desplazamientos y otorga flexibilidad a la corriente, esto quiere decir que aumenta las posibilidades tanto de retracción de la corriente como de intensificación de los flujos cuando los factores estructurales sean favorables. Así consideradas, las redes generan las condiciones bajo las cuales actúan los determinantes externos, incidiendo así sobre su eficacia. Una red extendida tenue acompañada de una red local intensa señala una situación próxima a la de los flujos irreversibles con fundación de una nueva residencia base, mientras que una combinación en la que ambas redes son intensas es propia de flujos irreversibles con referencia a la residencia base. Aunque esta expresión cabe dentro de la definición original de Domenach y Picouet (1987), quizás sería más propio decir con ampliación de la residencia base. Un ejemplo claro de esta configuración lo constituyen las comunidades transnacionales (Portes, 1997). El cuadro

11. Se observa que tanto el pequeño coeficiente de asociación (Kendall = 0.15) como en el valor x2 no resultan significativos (valor de probabilidad = 0.138). 12. Además de las diferenciaciones que se han hecho hasta aquí, no debe olvidarse que en la teoría de redes se distinguen los vínculos fuertes y los débiles (Granovetter, 1973). Si bien esta diferencia es importante, en especial por el tipo de información que hacen circular, no se dispone de indicadores que permitan identificar la fuerza de los lazos.

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siguiente esquematiza las combinaciones posibles de intensidad entre los vínculos que relacionan a la comunidad migrante con los espacios de origen y de destino. 1 1 Esquema ESQUEMA LasLas posibles combinaciones resultantes según la la posibles combinaciones resultantes según intensidad de la red local y extendida intensidad de la red local y extendida Red extendida (vínculos con origen) intensa tenue

Red local (vínculos con destino)

intensa

tenue

comunidad transnacional fundación de nueva residencia base

débil integración a la comunidad receptora flujo itinerante

elaboración propia. Fuente:Fuente: elaboración propia. Como señalamos arriba, el efecto que puedan producir los factores externos dependerá de las Como arriba, el efecto que puedan los factores características queseñalamos tenga el espacio construido a partir deproducir los vínculos. Veamos esto en una externos dependerá de las características que tenga el espacio construido situación particular: si ambas redes son intensas, los factores externos tienen un efecto muy a partir de los vínculos. Veamos en una situación particular: si amleve sobre la continuidad o alteración deesto la corriente. Por un lado, el anclaje sólido en el lugar bas está redesasegurado son intensas, losexistencia factores externos un efectopor muylaleve de destino por la de nichostienen ocupacionales, disponibilidad de sobre la continuidad la corriente. Por un el anclaje ayuda que puede obtenerse odealteración parientes de o amigos. Por otro, la lado, movilidad forma parte de las sólido en el lugar de destino está asegurado por la existencia de estrategias de reproducción de las comunidades de origen. Así, ya sea quenichos se esté en presencia ocupacionales, por la disponibilidad de ayuda que puede obtenerse de factores externos favorables o desfavorables, la corriente como tal no de desaparecerá, y parientes o amigos. Por otro, la movilidad forma parte de las estrategias podrá aprovechar de manera eficiente las oportunidades que resulten en los diferentes deLo reproducción de las comunidades de origen. ya sea que se esté espacios. que sí se modificará, a fin de maximizar lasAsí, oportunidades, será la movilidad de en presencia de factores externos favorables o desfavorables, la corrienlos integrantes de la corriente migratoria. Debe cuidarse aquí de evitar confundir la te como tal no desaparecerá, y podrá aprovechar de manera eficiente racionalidad de los individuos que, desde una perspectiva neoclásica buscarían maximizar su las oportunidades que resulten en los diferentes espacios. Lo que sí se beneficio personal, con una forma de racionalidad comunitaria, en que la pervivencia de la modificará, a fin de maximizar las oportunidades, será la movilidad de corriente migratoria demanda modalidades distintas de residencia a quienes la componen. los integrantes de la corriente migratoria. Debe cuidarse aquí de evitar Otra situación se presenta ante redes locales tenues. En una primera mirada esto puede confundir la racionalidad de los individuos que, desde una perspectiva implicar que se trata de comunidades no integradas a la sociedad receptora, que puede neoclásica buscarían maximizar su beneficio personal, con una forma de corresponder a las etapas iniciales de una corriente migratoria. De ser así, los factores racionalidad comunitaria, en que la pervivencia de la corriente migratoria externos tendránmodalidades efecto decisivo en lasde etapas por las que vaya pasar la corriente. Si estos demanda distintas residencia a quienes la acomponen. son favorables, puede evolucionar aumentando su reversibilidad, es decir, fortaleciendo los Otra situación se presenta ante redes locales tenues. En una primera vínculosmirada con elesto destino, sin romper con la sociedad de origen. Otro camino posible es ir hacia puede implicar que se trata de comunidades no integradas a una inserción laboral de tipo esto es, brindando servicios o produciendo para la sociedad receptora, queenclave, puede corresponder a las etapas iniciales de miembros de la misma comunidad, manteniendo de esta forma una vinculación con el área de una corriente migratoria. De ser así, los factores externos tendrán efecdestinotoque sería débil desde el punto de vista de lo social —por las pocas relaciones con la decisivo en las etapas por las que vaya a pasar la corriente. Si estos sociedad receptora— intensa desde loaumentando económico. su reversibilidad, es deson favorables,pero puede evolucionar @SUBTITULO = Conclusión: reversibilidad y etapas de los flujos migratorios 294 Se ha visto que las redes migratorias se fortalecen con el paso del tiempo y que el efecto de este fortalecimiento se manifiesta en la creación de condiciones para que los desplazamientos sucedan con mayor facilidad. Esta movilidad que se allana se ve con claridad en la simplificación de las trayectorias y en el incremento de la intensidad de los desplazamientos.

Espacios de vínculos y espacios de movilidad

cir, fortaleciendo los vínculos con el destino, sin romper con la sociedad de origen. Otro camino posible es ir hacia una inserción laboral de tipo enclave, esto es, brindando servicios o produciendo para miembros de la misma comunidad, manteniendo de esta forma una vinculación con el área de destino que sería débil desde el punto de vista de lo social —por las pocas relaciones con la sociedad receptora— pero intensa desde lo económico. Conclusión: reversibilidad y etapas de los flujos migratorios Se ha visto que las redes migratorias se fortalecen con el paso del tiempo y que el efecto de este fortalecimiento se manifiesta en la creación de condiciones para que los desplazamientos sucedan con mayor facilidad. Esta movilidad que se allana se ve con claridad en la simplificación de las trayectorias y en el incremento de la intensidad de los desplazamientos. Así, el efecto del proceso de consolidación de las redes consiste en dotar a la corriente de una mayor ductilidad, lo que significa que ésta, si están dadas las condiciones para que la movilidad suceda con escaso riesgo, se pondrá al servicio del aprovechamiento de las mejores condiciones. Esta ductilidad es la característica que se corresponde adecuadamente al concepto de reversibilidad. En primer lugar, porque constituye una propiedad del flujo migratorio y no de los individuos que lo componen. En segundo lugar, porque su valor dependerá de la referencia a la residencia base, que en nuestro enfoque se ha operacionalizado a través de los vínculos que se mantienen con el lugar de origen. Esta elección obligó a considerar también los lazos que se crean en el lugar de recepción, porque se vio que la residencia base no puede definirse a priori como el lugar de origen de los migrantes, sino que, como espacio de desplazamientos, puede afectar áreas amplias. Este razonamiento no implica una hipótesis de cálculo especulativo por parte de los individuos migrantes, a quienes se atribuiría la capacidad para elegir un destino según su conveniencia. Por el contrario, los beneficios que implica la pertenencia a la red tienen un costo que se expresa en la limitación que impone a la libertad de los individuos. Más que suponer que los integrantes de la red pueden decidir de manera autónoma si protagonizan o no una migración y, en tal caso, elegir el destino, lo que parece deducirse es que la corriente migratoria opera como una unidad supraindividual que impone a cada miembro ciertos roles. 295

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En cuanto a la evolución que la corriente sufre a lo largo del tiempo, se destaca que en los estadios iniciales puede ser muy vulnerable a cambios en las condiciones macroeconómicas, y va ganando autonomía en la medida en que maduran las redes que vinculan a los miembros de la comunidad en el extranjero entre sí y con las áreas de origen. Si se superan las etapas iniciales y las condiciones externas (económicas, políticas, etc.) se conservan aproximadamente estables, la red local se fortalece y los intercambios con el país de origen se mantienen activos; en esa etapa es posible que lleguen nuevos inmigrantes o que, aún en ausencia de movilidad humana, se verifiquen intercambios (por ejemplo, envío de remesas). En este caso se trata de una estructura social estabilizada, irreversible, que puede asemejarse a las comunidades transnacionales (Portes, 1997); es una organización que opera transfiriendo recursos entre áreas en desequilibrio perdurable, capaz de responder eficazmente a las cambiantes condiciones externas. Si los vínculos con el origen se han interrumpido, la corriente va en camino de extinguirse. Puede que se trate de una comunidad bien integrada a la localidad de recepción, en cuyo caso puede constituirse en fundación de una nueva residencia base o bien itinerante, si se han creado relaciones en el país de recepción que faciliten la búsqueda de nuevos destinos migratorios. Esta forma de movilidad, a mitad de camino entre lo transitorio y lo definitivo, o también definitiva desde el punto de vista de la estructura social y transitoria para los integrantes de la misma, parece perfilarse como tendencia creciente en la actualidad. Muestra ventajas sobre otras formas de movilidad territorial en cuanto a los menores efectos de despoblamiento de las áreas de origen, la distribución de los recursos y la presión sobre el medio. Es posible que las acciones de los gobiernos —tanto de los países emisores como receptores— que las apoyen no sólo tengan más oportunidades de éxito que las que pretendan desalentar la movilidad, sino que también sean esfuerzos más encaminados a la equidad en la distribución de los recursos. Referencias bibliográficas Bankirer, Mónica. 2003. “Trayectorias migratorias e inserción laboral de los migrantes bolivianos a la ciudad de Neuquén: una mirada a las estrategias diferenciales en la utilización del espacio”. Ponencia presentada en las VII

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La sostenibilidad de la migración transnacional: costos y beneficios

Teófilo Altamirano Introducción Este artículo es parte de una investigación mayor que vengo realizando desde hace un año en el Centro de Investigaciones Sociales, Económicas, Políticas y Antropológicas (cisepa) en la Pontificia Universidad Católica del Perú. La pregunta central que trata de responder este capítulo es: ¿cuáles son los límites sociodemográficos, culturales y políticos de la migración transnacional en los países emisores, de destino, en el mismo migrante y su familia? Para elaborar la respuesta me baso en los alcances y limitaciones de las diversas interpretaciones teóricas contemporáneas. Los datos sociodemográficos y etnográficos de los casos del Perú y Ecuador nos ilustran con mayor detalle las particularidades de la migración transnacional, además de brindarnos la información sobre la importancia actual del transnacionalismo en la vida cotidiana de los propios migrantes, de sus familiares y de los dos países en donde este fenómeno ha pasado, de ser coyuntural a otro estructural, porque está presente todos los días en los diversos campos de la economía, la cultura y la política. Cuando incluimos el concepto de sostenibilidad aplicado al análisis de la migración transnacional, nos preguntamos si este proceso puede tener una continuidad, dadas las condiciones sociodemográficas, econó.

Transnacionalismo, remesas y la nueva fuga de cerebros: impactos transnacionales. El estudio tiene una parte conceptual global y otra más particular que se refiere al caso peruano y ecuatoriano.

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micas, políticas y culturales que experimentan los países inmersos en este proceso. Los datos cuantitativos y cualitativos sobre el transnacionalismo nos confirman que las contribuciones netas que produce la migración transnacional son muy diversas. Esta diversidad depende del perfil sociocultural y económico del migrante; de la región, localidad y los países de procedencia, como también de la tolerancia, o intolerancia cultural de la sociedad en el país de destino. De ahí que los testimonios de los migrantes sean tan diversos y que van, desde denuncias y quejas de maltrato, racismo, xenofobia y estados de soledad y exclusión social, cultural y económica, hasta testimonios de satisfacción, éxito y asimilación a la sociedad y cultura receptora. Para responder la pregunta central con la que empezamos este artículo, a continuación analizamos los costos y beneficios de la migración transnacional en los tres niveles indicados (en países de origen, en los de destino, y en el migrante y su familia). En esta parte del artículo no incluimos los dos efectos más importantes del transnacionalismo: a) los costos —en el capital humano—; y, b) los beneficios —las remesas—. Estos los analizamos en las reflexiones finales. La relación costo-beneficio para los países de origen Sobre la imagen del país En la forja sobre la imagen de los países emisores de migrantes, desde el exterior existen dos componentes mutuamente dependientes: a) las informaciones que aparecen en los medios de comunicación; y b) a través de los propios migrantes, es decir, cuando éstos son vistos e imaginados por los miembros de la sociedad y cultura del país receptor. 1. Tanto en los países de origen como en los de destino, con mucha regularidad aparecen informaciones sobre la migración transnacional como un fenómeno sociodemográfico, cultural y político que develan las crisis económicas y políticas que experimentan los países emisores. La migración transnacional es vista y analizada como un producto final o consecuencia de estas crisis y presentan al país emisor como incapaz de crear las condiciones internas de gobernabilidad política y económica. Esta misma percepción tienen los medios de comunicación en el propio país de origen. Estas informaciones a su vez tienen efectos en la misma población del país emisor donde sus habitantes se contagian y ven en 300

La sostenibilidad de la migración transnacional: costos y beneficios

la emigración una alternativa para salir de la crisis de gobernabilidad y económica. Los medios de comunicación, directa o indirectamente contribuyen de manera eficaz a informar sobre los costos y beneficios de la migración transnacional, en cuyo equilibrio los beneficios son destacados más que los costos. Sin embargo, los investigadores sobre el tema, al aplicar metodologías y teorías relativamente más objetivas, a través de estudios de casos y etnografías que se basan en la realidad, analizan con mayor veracidad, en particular, los costos de la migración transnacional en lo social, cultural y político. Es cierto que el impacto que producen no llega al ciudadano común principalmente porque los medios de difusión son todavía escasos o porque los precios de las publicaciones no están al alcance de sus medios económicos. El tema del transnacionalismo todavía es un ejercicio académico de un círculo restringido y ha tenido impacto limitado en la sociedad y en el poder político. Las pocas decisiones políticas que se han implementado, en general, se han hecho independientemente de los estudios de especialistas. Consecuentemente, las informaciones periodísticas y televisivas son las que están guiando el pensamiento y la imagen que se tiene sobre la migración transnacional que aparece como un fenómeno que despierta la atención de la población, más aún en situaciones de crisis políticas y económica, y entre los que tienen pensado emigrar. En la construcción la imaginación colectiva e individual de los países emisores están presentes no solamente las informaciones que se recogen a través de los medios de comunicación, sino también la tradición oral, los comentarios, las discusiones familiares, además de la visión de ser países subdesarrollados, dependientes, subalternos y de inestabilidad política y económica. Estas concepciones aún son anteriores a las etapas de emigración. Todo este conjunto de concepciones representa para el país emisor un costo político que además influye en las relaciones internacionales en el llamado riesgo país y en las discusiones y foros internacionales. En el ámbito interno de cada país emisor, en particular, en los países andinos, el tema de la migración transnacional está en la agenda política. Las ofertas electorales incluyen el tema de la migración y cómo evitarla, porque se conoce que hay una ecuación equivalente entre mayor crisis de gobernabilidad y/o política y económica, y mayor emigración. Ningún gobierno de un país quiere aparecer como propiciador de la emigración. De ahí que los datos estadísticos oficiales subestimen el número real de emigrantes. 301

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Al momento de redactar este capítulo me encontraba en Ecuador, a una semana de elecciones presidenciales. El tema de la migración no sólo es recurrente en los medios de información, sino también en las ofertas partidarias. Los 11 candidatos a la presidencia de la República tienen un programa sobre la migración transnacional, desde aquellos que propician el retorno, hasta los que apoyan indirectamente la emigración porque opinan que es fuente de ingresos —remesas— y además porque la migración transnacional es una decisión personal y por consiguiente democrática. 2. La creciente presencia de migrantes laborales irregulares, y dentro de estos los refugiados o solicitantes de asilo, en los países de destino, también contribuyen en la formación de la imaginación política, económica y social de los países emisores. Una relativa ventaja de esta presencia es en el campo cultural, porque algunos de los migrantes muestran sus indumentarias exóticas, tocan música, preparan comida étnica y los hacen más diversos a las ciudades de los países receptores caracterizados por la congestión vehicular y la cotidiana lucha por el cumplimiento del tiempo, el individualismo, la competencia y poca diversidad étnica y racial, así como poco colorido y alegría. En general, estos migrantes son productos de conflictos políticos, guerras internas, catástrofes naturales, pobreza, etc. Para los habitantes de países receptores, estos son los que introducen la informalidad, el desorden, la suciedad, etc. A estas percepciones individuales y colectivas se suman las informaciones proporcionadas por los periódicos nacionalistas y conservadores que tienen gran influencia en la población, en particular en épocas de elecciones. En muchos casos se les imputa a la presencia de estos inmigrantes, los males socioeconómicos de cada país. Por otro lado, la imagen lejana de los países emisores como exóticos, coloridos, de gran pasado histórico, arqueológico y lingüístico, de sociedades y culturas poco contaminadas descritas por los viajeros, los historiadores, biólogos, naturalistas y antropólogos, ahora están presentes en sus propios países. Esos desconocidos, lejanos y misteriosos, ahora están en sus calles, sus plazas, parques y ocupan espacios de sus grandes ciudades. Esta presencia además se incrementa año a año y proviene de diversos países. Son los extraños porque son de otra raza, cultura, lenguaje y religión. Para la mayoría es difícil ubicarlos culturalmente; consecuentemente, todos son los foráneos; otros pueden asociarlos con sus países de origen basándose en los rasgos fenotípicos. Así por ejemplo, los negros con África, los chinos con China, Japón y las Coreas; los que utilizan turbante y tienen barbas crecidas y color de la piel oscura, con 302

La sostenibilidad de la migración transnacional: costos y beneficios

India y Pakistán; los barbudos de color, entre blanco y oscuro, con los árabes; los mestizos de procedencia indígena con sudamericanos de países andinos, centroamericanos y mexicanos. En cambio, los que proceden de Venezuela y los países del cono sur de América del sur, los europeos del centro y este, australianos y nórdicos, se confunden entre ellos mismos. Después del 11 de setiembre del 2001, las características fenotípicas han recobrado mayor importancia porque los aspectos raciales se han polarizado y levantado sospechas y, que en la generalidad de los casos, son equivocadas. Estos sentimientos de estar invadidos producen rechazos y marginaciones por contaminar la raza, el ambiente y el orden en las ciudades; al mismo tiempo producen una relación de amor y odio. Amor, porque son absolutamente necesarios para hacer tareas que los propios connacionales no quieren desarrollar, como son aquellas relacionadas con labores manuales, sucias, riesgosas, de menor prestigio y salario; odio, por las razones que hemos incluido anteriormente. El costo afectivo-cultural Todos los migrantes transnacionales desarrollan su personalidad psicosocial en un contexto sociocultural en su país de origen a través del proceso de socialización y acumulación de valores que corresponden a la cultura material y no material. Entre estos están: la lengua, la religión y las imaginaciones individuales y colectivas sobre su propio grupo sociocultural de referencia y sobre los otros que conforman la heterogénea composición de la sociedad y cultura de procedencia. También en este contexto se forjan las imágenes y visiones sobre el tiempo y el espacio, componentes que tienen orígenes históricos y se diferencian de una sociedad y cultura a otra. Entre los componentes que contribuyen a la formación de la identidad cultural y los afectos individuales y grupales, están: una historia social, económica, política y cultural relativamente común; la diferenciación socioeconómica; y la densidad poblacional; las creaciones colectivas como la música, la danza, la tradición oral y la comida, la lengua, la religiosidad, las experiencias personales y colectivas. Como consecuencia de estos componentes, la capacidad de identificarse como miembro de un grupo étnico, racial o de clase social. A todos estos componentes se deben agregar aquellas relaciones que se derivan de la experiencia dentro del contexto del trabajo. El trabajo, por ser inevitable y por ocupar la mayor parte de la vida de la persona, se convierte en un factor determinante 303

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en la formación de la identidad cultural y consecuentemente de la vida afectiva. Este proceso de formación de la vida cultural es la que influye decisivamente en la forja de la autoestima individual y colectiva. Esa autoestima es la que influye en la vinculación afectiva con sus países de origen. La hipótesis dice que aquel o aquellos que tienen una menor estima y afecto a su país de origen, son los que tienen menor conciencia nacionalista o patriótica y consecuentemente son más propensos a la emigración. Sin embargo, esto todavía sigue siendo una hipótesis, porque en los últimos años, incluso aquellos que han establecido una relación sentimental y de afecto con su país, su pueblo y su grupo de referencia, están emigrando empujados por razones laborales y de mayores ingresos. Todo este conjunto de valores culturales viaja junto con el migrante acompañado de expectativas, ilusiones, fortaleza y/o debilidades. Cuando es por primera vez, estas ilusiones son mayores, en parte por la atracción de lo desconocido o conocido sólo por las referencias de aquellos que han migrado, las fotografías, grabaciones, videos y una imaginación forjada culturalmente como destino de oportunidades y mejoras materiales de vida. Una vez que se llega al destino, los migrantes experimentan dos tipos de experiencias: a) que ese país, esa cultura y sociedad es más o menos como se la había imaginado antes de la emigración; b) que no es más o menos como se la había imaginado. Estos dos tipos de constatación dependerán del perfil sociocultural, económico y político del migrante; consecuentemente, las reacciones serán diversas. En esta diferencia las familias que ya residen en el lugar de destino y las redes sociales desarrolladas con anterioridad, tendrán gran influencia en el proceso de inserción sociocultural y económico del migrante. En el primer caso, se trata del resultado de la globalización de los medios de comunicación que permiten el flujo de información sobre los destinos migratorios, además de las cada vez constantes comunicaciones entre los parientes, amigos, paisanos y compatriotas que se han quedado con los que han emigrado —estos medios han acercado más a los migrantes que los acogen—. Esto a su vez reduce los riesgos socioculturales y económicos que necesariamente contienen las migraciones. Aun cuando los medios de comunicación reducen las distancias culturales y el shock que se experimenta en el nuevo encuentro o desencuentro cultural, el afecto y apego a la cultura previa a la emigración, al país, a la región y a la localidad, se mantiene. En algunos casos el sentimiento patriótico y nacionalista se incrementa por oposición y comparación con la nueva 304

La sostenibilidad de la migración transnacional: costos y beneficios

sociedad y cultura; algo así como cuando el pez se da cuenta que estaba en el agua, recién cuando está fuera de él, y desea retornar al agua. En el país que se ha dejado, entre los amigos y miembros del grupo de referencia, queda el vacío de haber perdido temporal o definitivamente a un miembro, más aún cuando éste o estos eran parte de un grupo, de una etnia, en algunos casos con importancia y significación; quizá un líder, un entusiasta organizador, un profesional, un trabajador manual, etc. Cuando son muchos los que se fueron, el costo afectivo cultural es mayor porque es notoria la ausencia. Además crean sentimientos encontrados entre los que quedan como seguir el camino tomado por el amigo ausente o quedarse. En general, la primera opción parece tener cada vez más importancia porque la emigración es igual de primordial como una alternativa. Cuando la emigración arrastra a miles de personas, hay una sensación de vacío, una mezcla de frustración y abandono, ineptitud y casi de derrota contagiante. El entusiasmo de seguir contribuyendo al desarrollo del país a través del trabajo diario, se ve afectado. En el segundo caso el costo afectivo-cultural entre los que han quedado es mayor porque se trata del desencuentro entre lo imaginado y la realidad a la que se enfrentan cotidianamente los compatriotas migrantes. Este costo se incrementa más aún en épocas de invierno, cuando la temperatura afecta sus personalidades, haciéndolos más inhibidos, tímidos y la mayor parte del tiempo la pasan en la casa. En general, los migrantes no cuentan estas peripecias a sus amigos y los medios de comunicación no lo publicitan; sin embargo, algunos amigos comparten las mismas experiencias, las instituciones a las que pertenecieron, o compañeros de trabajo que saben sobre todo esto por informaciones basadas en estudios médicos, médico-psiquiátricos y sicológicos, que demuestran que la mayor parte de las depresiones, suicidios y desarreglos familiares ocurren en invierno por falta de luz del sol. Esto sucede aún con los propios habitantes de los países de destino; por ejemplo, Suecia es el país donde ocurren más suicidios en el mundo y se acentúan más en invierno. La TV y los periódicos internacionales y nacionales desarrollan un rol de difusión que llega a la colectividad, a los países de destino y los de origen, al dar información sobre dichos acontecimientos. En general, se magnifican las muertes, los accidentes, los actos delincuenciales, los maltratos, el racismo, las violaciones, la prostitución, etc. Toda esta información es consumida globalmente. Las reacciones son contradictorias: 305

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unos ven con complacencia porque abandonaron el país, su sociedad, su cultura, sus sueños, los amigos; otros se sienten solidarios y afectados porque el sueño americano, el sueño europeo, el sueño japonés, el sueño árabe o el sueño argentino, se ha convertido paulatina o repentinamente en pesadilla. Cuando las informaciones sobre estos hechos se convierten en noticias y acontecimientos diarios como sucede en países africanos con alta tasa de emigración, en los países andinos —como Ecuador, Perú—, en Centro América —como Guatemala y Honduras— o en Norteamérica —­como en México—, se convierten en un costo afectivo-cultural y social para estos países. A los sufrimientos internos en cada país se suman éstas que proceden desde sus connacionales en el exterior. Las transferencias monetarias Las transferencias monetarias son otra forma de descapitalización financiera debido al traslado de los migrantes a los países de destino. En el caso de la migración transnacional, este dinero es el resultado de los ahorros personales y/o familiares, jubilación, préstamos, venta de propiedades muebles e inmuebles, etc., que se destina al nuevo país como un fondo para gastos imprevistos o como ahorros transferidos por los mismos migrantes, por medio de un banco o de una institución privada. Este es un capital que ingresa a ese país sin que éste lo haya producido. La globalización de la economía, las finanzas y la liberalización de las economías, está contribuyendo de manera eficaz a que esta modalidad de transferencia sea cada vez más rápida. Es frecuente que cuando un país experimenta inestabilidad política y económica, los inversionistas y los dueños de las compañías o privadas nacionales transfieran su capital hacia los bancos de países más estables económica y políticamente —países ricos del hemisferio norte—. Se estima que una de las razones del colapso económico en Argentina es que se fugaron del país alrededor de 31 mil millones de dólares. De igual manera sucedió en la década de 1980 en el Perú y Chile; actualmente sucede en Colombia, Venezuela y Ecuador, como también en países africanos y asiáticos que experimentan guerras internas y externas, y gran inestabilidad económica. Parte de las transferencias también son las que se derivan del lavado de dinero por concepto de narcotráfico, el tráfico de personas o por concepto de migración irregular —estos dos últimos temas tienen su propio tratamiento y requieren de estudios separados. 306

La sostenibilidad de la migración transnacional: costos y beneficios

Para tomar la decisión los migrantes laborales rurales, en muchos casos, venden sus pocas pertenencias, entre ellas tierras, ganado, implementos agrícolas y consiguen un préstamo de parientes, usureros o prestamistas, y en algunos casos de un banco. En otros casos hacen un pozo. También los parientes que ya están en el país elegido pueden financiar todo o parte de los gastos del viaje de otro pariente. La única esperanza para pagar los préstamos adquiridos es el trabajo que puede durar entre 6 meses y 2 años. Esta responsabilidad de pagar las deudas hace que el migrante trabaje más, en dos o más oficios. La migración-inversión La migración-inversión es otra modalidad de acumulación del capital en países industrializados que se realiza a través de las llamadas visas de inversión. Esto consiste en que cada país, de acuerdo a la demanda de inmigrantes, fija una suma arbitraria para atraer inversionistas de países pobres. La ecuación es simple: cuanto mayor es la riqueza del país de destino, habrá mayor demanda migratoria y consecuentemente el valor de la visa es mayor. Así por ejemplo, desde 1990 los Estados Unidos, de acuerdo con la Acta de Inmigración, requiere de los solicitantes a residencia o permiso de trabajo, además de ser profesional y/o empresario, una suma de entre $500,000 y $1´000,000 —dependiendo del tipo de inversión— para acceder a una —visa de inversión— y obtener la green card o tarjeta verde. Se estima que cada año se otorgan 10,000 visas de este tipo. Entre 1981 y 1991, Australia solicitaba a $450,000 para obtener una visa de inversión y eventualmente la residencia y la nacionalización; el programa no prosperó porque el país poco a poco ha dejado de tener alta demanda inmigratoria debido al estancamiento de su economía. Desde 1986 las autoridades migratorias canadienses, en combinación con el Ministerio de Economía, requieren de los solicitantes de visas de inversión la suma de C$250,000 para obtener una visa de inversionista que le permite al solicitante acceder a la residencia y eventualmente a la nacionalidad. En la década de 1990 Argentina también aprobó la misma política al requerir del solicitante de visa de inversión unos $30,000 que debían ser depositados

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Se denomina así al dinero acumulado entre pequeños préstamos y aportes familiares para ayudar en los gastos del pasaje o pasajes, los gastos de manutención y la instalación en el nuevo país.

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en el Banco Central para los mismos fines que en los países anteriores; esta disposición sigue vigente a pesar del desastre económico que empezó en diciembre del 2001. Similar modalidad se utiliza en México donde se requiere un abono de $160,000 para los mismos fines que los países ya indicados. En Singapur, el país más rico del sudeste asiático, el gobierno exige $500,000 a los inmigrantes que proceden de Hong Kong para darles una ciudadanía en 5 años. En 1993 Perú también estableció un proyecto llamado migración-inversión; este proyecto consistía en hacer un depósito de $25,000 más $2,000 por cada miembro familiar adicional —el proyecto no se ha implementado—. El actual gobierno peruano está alentando la migración-inversión para atraer capitales externos como parte de su política económica externa e interna. En algunos países europeos el inmigrante que logra presentar un proyecto de inversión de interés nacional, puede ampliar la fecha de su permanencia y eventualmente obtener la residencia y en algunos países como España, Portugal e Italia obtener la nacionalidad. Además de estos beneficios, un estudio de la National Academy of Sciences de los eu concluye que: “De acuerdo con un modelo económico básico, con certeza podemos afirmar que la inmigración produce ganancias económicas netas para los residentes domésticos por muchas razones. Al nivel más básico los inmigrantes cubren la demanda laboral y contribuyen a la producción de nuevos productos y servicios. Sin embargo, a pesar que los inmigrantes tienen menores salarios, los grupos domésticos ganan más. Las ganancias de los grupos domésticos se deben a varias fuentes; por el lado de la producción, la inmigración permite una mayor productividad de los grupos domésticos”.

Además de estos beneficios para los países de destino, se conoce que los inmigrantes aumentan la demanda por el consumo y esto produce demanda en la producción; esta demanda a su vez incrementa el número de trabajadores y del empleo. Al pagar salarios por debajo del promedio, el empresario reduce sus costos de producción, lo que tiende a abaratar los precios de los productos y consecuentemente el costo de vida se reduce. Las migraciones transnacionales, además de haber producido cambios sociodemográficos y culturales que, en general, han favorecido a los

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Un estudio completo al respecto se encuentra en Smith y Edwinston (1997).

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países de destino, están contribuyendo a la globalización del empleo y a la división internacional del trabajo. Los países del hemisferio sur están proveyendo de mano de obra para trabajos que no los desean los habitantes del hemisferio norte. Estos trabajos, en general, son manuales para los varones y de empleo doméstico para las mujeres. La transición demográfica a la que han ingresado los países del hemisferio norte, desde la década de los años cincuenta del siglo XX, está produciendo una mayor demanda laboral para afrontar el crecimiento económico industrial y la necesidad de contar con trabajadores en el sector de servicios. Esta demanda está siendo cubierta por los trabajadores inmigrantes. Es cierto que cada vez hay mayor oferta de mano de obra como producto de las inmigraciones, una de las razones para el endurecimiento de las políticas migratorias, tanto en la Comunidad Europea como en Norteamérica. Sin embargo, para profesionales de alta calificación profesional y académica, la apertura es y será mayor. El creciente volumen de la emigración está produciendo cambios globales en la macroeconomía y microeconomía de los países de destino y en los países de origen, además de cambios socioculturales en ambos. El costo afectivo personal La migración transnacional no solamente tiene impactos en el migrante, sino también en la familia que acompaña al migrante o los que han quedado en el lugar de origen. Además del costo psicológico y en la identidad étnica personal, los miembros de la familia, en particular los que quedan, experimentan la sensación de ausencia, soledad y falta de redes sociales. Este costo es aún mayor en grupos familiares que se han mantenido unidos por un período largo. En las familias rurales, en particular, sucede que la ausencia de uno o más miembros tiene un efecto inmediato en la unidad y economía domésticas, aunque posteriormente las remesas pueden esta última. En este contexto las madres tienden a experimentar el mayor impacto de la ausencia de los hijos, en particular de la hija. Es cierto que el avance en los medios de comunicación ha acercado más a las familias de migrantes, aunque en áreas rurales todavía no es posible contar con estos beneficios. Las ocasiones donde se siente más la ausencia de la familia es en Navidad y Año Nuevo, época de frío en el hemisferio norte y de verano en el hemisferio sur; son también la época de visitas familiares: ¿vale la pena sufrir tanto por unos cuántos dólares más? La 309

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respuesta es sí, por eso se entiende por qué cada año hay más migrantes dispuestos a soportarlos. Estudios recientes llevados a cabo en las áreas rurales del Ecuador, San Salvador, Guatemala, Perú, y países africanos y asiáticos, muestran que la ausencia de uno de los padres produce efectos sicológicos de abandono, soledad y apatía, a pesar de que uno o más miembros de la familia nuclear o extensa se hagan cargo de su cuidado. En cuanto a los esposos, existen muchos casos en que si la esposa está fuera del país, el esposo puede conseguirse otra esposa o compañera, o no tiene la capacidad de asumir las responsabilidades que la esposa ha dejado. También puede darle un uso libre a las remesas. En el caso de que el esposo está ausente, la esposa o compañera puede conseguir otro varón, o no puede asumir las tareas que ha dejado el varón, en particular lo referente a la labor pública, o sea, la relación de la familia con el mundo exterior; en las tareas manuales de la chacra, debido a que ésta es una función masculina o darle un destino distinto a lo que la esposa espera de las remesas. El costo familiar es aún mayor cuando no hay una fecha de reunificación familiar. La ausencia puede ser corta, mediana o larga, y cada uno de los esposos, tienen un ritmo de permanencia de trabajo diferente. Es cierto que la emigración puede ser liberadora para la mujer porque dentro de la estructura familiar común, en particular en áreas rurales y urbano-populares, el patriarcado sigue siendo la norma socialmente aceptada. Sin embargo, esta liberación puede ser adversa en términos de la estabilidad matrimonial como lo hemos demostrado. Otros miembros de la familia extensa también experimentan costos afectivos, en particular los abuelos, quienes no entienden esta ausencia porque la migración transnacional está más allá de sus capacidades de racionalidad. La llegada de una carta, de un casete, de un regalo o últimamente de un video, es ansiosamente esperado. Existen casos, en particular en África, donde la comunicación entre el emigrado y la familia que se ha quedado, se corta al momento en que se sale uno o más miembros de la familia. En esta situación el impacto es mayor porque no se sabe cuál es el destino del emigrante o de los emigrantes. Estos costos afectivo-personales, en general, son menores entre las familias de clase media, media-alta y alta, porque existe una experiencia previa de haber estado más conectados real o virtualmente a los países de destino; consecuentemente, la emigración se convierte en una extensión de la vida anterior.

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El costo familiar La teoría antropológica sobre las estructuras del parentesco y sus relaciones internas en países que tienen un alto porcentaje de sociedades rurales, grupos étnicos, tribales y en las castas bajas en el sub-continente asiático, muestran que el parentesco no solamente forma las bases de la estructura económica y política en estas sociedades, sino que también es un espacio sociocultural donde se desarrollan las relaciones afectivas e identidades de pertenencia cultural. Es el escenario donde se desarrolló el proceso de socialización y endoculturación; es responsable de la formación de la personalidad básica que acompañará a cada individuo, aun cuando se encuentre fuera de su hogar, sea dentro o fuera del país. Entre los valores culturales que toda la familia ha forjado y practica todos los días, están la identidad de pertenecer a un apellido, a un grupo de personas con quienes se establecen relaciones afectivas, obligaciones, deberes y derechos; en resumen, a un hogar. Lo ideal es mantener estas relaciones a lo largo de la vida y asegurar de esta manera su continuidad. Sin embargo, los cambios socioculturales y económicos a los que están expuestas estas familias, hacen que algunos miembros, o toda la familia, tengan que trasladarse dentro de su pueblo, o a otros lugares, en particular desde el campo a las ciudades, dentro del país o el del exterior. En el primer momento en que se disgrega uno o más miembros de la unidad familiar, empieza el costo afectivo familiar, aun cuando ha tenido una continuidad y se ha mantenido integrada a valores de lealtad. Cuando la migración es transnacional el costo afectivo es aún mayor, en especial cuando es por primera vez y el viaje a un país lejano desconocido. El costo es mayor para emigrantes de procedencia indígena y/o campesina que tienen una cultura particular; en muchas de estas culturas las mujeres tienen mayores limitaciones por razones culturales y cuando ella o ellas viajan, el costo afectivo se incrementa. En estos últimos años las mujeres han entrado crecientemente en la migración transnacional, tal como analizamos en la introducción de este capítulo. Las ventajas comparativas en el trabajo están influenciando para que cada vez más mujeres casadas o solteras se sumen a la migración transnacional, como demuestran los últimos estudios en los países andi-

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nos y en los de destino, en el Caribe, en Centro América y en el África, aun cuando en sus países en la parte norte haya predominancia de la religión musulmana que limita la participación de las mujeres en otros escenarios que no sean el hogar. Entre los costos que se están produciendo en la familia que se queda están: la separación temporal o definitiva del esposo o de la esposa y el abandono de los hijos que quedan al amparo de uno de los miembros de la pareja matrimonial, del tío, la vecina, los abuelos. Estos no pueden ejercer la misma autoridad que los padres y los niños crecen sin el afecto paternal y/o maternal, y, como consecuencia, trae el bajo rendimiento escolar. Esto es mayor en los centros urbanos donde fácilmente pueden ser víctimas de la delincuencia y la diversión. Grupos focalizados realizados por un equipo de flacso del Ecuador en el sur del país (Herrea y Ramírez, 2002), tanto en zonas urbanas como rurales, muestran que la enorme mayoría de los hijos no se beneficia de la ausencia de los padres, aun cuando las remesas puedan reducir ligeramente el impacto de la separación. Otro costo en las culturas patriarcales surge cuando la mujer emigra; esta decisión no es fácilmente aceptada: la que experimenta el relativo rechazo es la familia y/o el esposo que se quedó y cuando la mujer retorna es vista de manera diferente que antes de su emigración. Algunos autores (Herrera, 2002; Pribilsky, 2002; Kyle, 2001) sostienen que la migración transnacional puede ser liberadora para las mujeres porque les permite salir de su dependencia, del machismo de sus esposos o parejas; además descubren sus capacidades para enfrentar escenarios adversos. Esto a su vez puede concederles autosuficiencia y autonomía, pero que al mismo tiempo pueden ser las causales de separación del marido, o tener mayor opción para encontrar otra pareja en el lugar del destino, o cuando retornan a su país, pueblo o centro urbano de origen. Cuando esto sucede, el costo lo experimenta el marido, quien estaba acostumbrado a tener autoridad sobre ella. La globalización de los medios de comunicación ha abaratado el costo de la comunicación y ha acercado más a los migrantes con sus familiares, pero esto puede crear más ansiedades y dependencia de estar siempre comunicados. Si por alguna razón se interrumpe la comunicación, el efecto es mayor que de no haberla tenido frecuentemente. Suceden casos

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Entre los últimos estudios que analizan estos efectos están Herrera y Ramírez (2002), Holgado (2000), Altamirano (1996), entre otros.

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donde la comunicación se interrumpe casi inmediatamente después de la partida de uno o más miembros de la familia. Esto crea más especulaciones, preguntas y una sensación de vacío y soledad; aquí se rompen todas las esperanzas de las remesas y regalos, lo que puede sumir más a los que se han quedado en prolongadas angustias cuando hay deudas que pagar. Sucede lo mismo cuando el migrante, por diversas razones, no puede enviar remesas monetarias y no monetarias: a esto se agrega el efecto en la economía familiar, porque el que emigró podría haber sido el sustento económico de la familia. En la medida en que los que emigran están en edad productiva, la falta de mano de obra en las actividades agropecuarias es otra consecuencia que afecta la economía familiar. Los que quedan, en general, son los niños y los ancianos que pasan a ser dependientes de las remesas. En este sentido, la producción agropecuaria decrece y el costo de vida aumenta porque hay más circulante monetario. En algunos pueblos rurales y sectores urbanos donde la emigración es mayoritariamente masculina, la mujer desarrolla las labores agrícolas u otras actividades urbanas que antes eran solamente propias de los varones. Como hemos visto en el diagrama 1, las remesas son destinadas mayormente a otros rubros no agrícolas. Por otro lado, debido a la liberalización del mercado, las importaciones de productos alimenticios desde los países ricos se han incrementado —por ejemplo, 48% en Perú y 45% en Ecuador); estos compiten con los productos locales que cada vez cuesta más producirlos y las importaciones cada vez tienden a ser más baratas porque muchos productos son subsidiados en sus países de origen. En resumen, en algunos casos, cuando las remesas son pequeñas o inexistentes, el costo en la economía doméstica es mayor que el beneficio, aunque en términos globales, por el volumen total de las remesas, el beneficio es mayor. Esta es una de las razones más importantes que explican porque cada vez hay un mayor número de emigrantes desde países pobres a los ricos. El beneficio de la globalización de las culturas nacionales Estudios realizados sobre migraciones internas han demostrado que una de sus contribuciones es la integración del campo a las ciudades y viceversa, y entre migrantes y no migrantes, en consecuencia también de la cultura nacional, aún cuando persisten las grandes desigualdades entre el campo y las ciudades, y entre migrantes y no migrantes. 313

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Este mismo proceso va desarrollándose en la migración transnacional que está uniendo los extremos; es decir; comunidades las campesinas, tribus, pueblos indígenas y sociedades rurales que antes estaban separadas sociocultural y económicamente, con las grandes ciudades de los países del hemisferio norte; estas ciudades ahora están articuladas debido a la migración transnacional. Es cierto que esta articulación es laboral y no social, tampoco es cultural ni política. La migración transnacional hace viajar la cultura, la que pasa a formar parte de las culturas en los países de destino. Dentro de estas culturas, no solamente están los valores convencionales como son la reciprocidad, la lealtad, la solidaridad, el sentido de pertenencia, la identidad, la religión, la lengua, la música, la comida, el arte y las imaginaciones ideales, sino otros que también caracterizan a las grandes ciudades de los países emisores como la delincuencia común, la informalidad, el individualismo, la prostitución, etc. Es cierto que estos últimos no son propios de la gran mayoría; sin embargo, son suficientes como para atraer la atención de los medios de comunicación que periódicamente magnifican en sus comentarios estos actos; más aún en situaciones de crisis económica del país receptor, convirtiéndose en los chivos expiatorios en épocas de crisis económica y política. La migración transnacional produce dos efectos mutuamente complementarios respecto a la globalización de las culturas: a) en los países de origen y b) en los países de destino. 1. En los países de origen se produce un efecto doble: primero a nivel sociocultural y segundo a nivel familiar. A nivel sociocultural, la creciente cantidad de emigrantes con grandes tradiciones culturales y organizativas —cuando se trata de migración voluntaria— está permitiendo la formación de asociaciones voluntarias cuyos fines son la preservación y la difusión de las culturas nacionales, regionales y locales, algunas veces en contextos de relativa oposición por parte de las autoridades locales y/o de los gobiernos. Así, en cada país los migrantes en las ciudades se organizan en asociaciones voluntarias y despliegan actividades con sus pueblos de origen conectándolos con las ciudades, y producen un efecto positivo en la imaginación de los pobladores rurales. Entonces, hay un sentimiento de .

Al respecto, entre las investigaciones que han analizado el rol de estas podemos citar las siguientes: Altamirano (1990, 1992, 1996, 2000a); Brown (1995); Castles (1993); King (1993); Mason (1995); Miles (1995); y Wrench y Solomos (1993).

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aceptación y complacencia, no solamente porque los migrantes tienen capacidades organizativas, sino porque despliegan actividades culturales y también de apoyo a los migrantes recientes, proporcionándoles apoyo social, psicosocial y económico. Con frecuencia los medios de información en los países de destino como en los de origen, se dedican a difundir las diversas actividades socioculturales que desarrollan los migrantes. Estos se convierten así en los líderes de la difusión de las culturas nacionales. Los ministerios de turismo y/o relaciones internacionales de algunos países, dentro de sus programas de difusión de su imagen nacional, han agregado estas contribuciones como parte de las políticas culturales donde las asociaciones voluntarias se convierten en las intermediarias en la vinculación cultural entre los países de origen con los del destino, donde también hay asociaciones voluntarias. 2. En los países de destino, además del aporte económico, los migrantes transnacionales desarrollan diversas actividades socioculturales propias de su país de origen que pasan a formar parte de la globalización de la cultura. Nunca antes los valores culturales desconocidos o vistos como parte de la cultura de los países pobres, ahora son parte del mosaico cultural de las grandes ciudades de países de destino. Como afirmamos, la migración transnacional hace viajar a las culturas y permite mostrar la variedad y la riqueza lingüística, religiosa, las grandes creaciones colectivas como la música, las danzas, la tradicional oral, la comida, la artesanía y las concepciones del tiempo y del espacio. En esta parte del capítulo nos concentramos más en aquellos valores culturales que practican las mayorías porque muestran las capacidades de recreación y reconstrucción de las culturas originales, con capacidad de contribuir al enriquecimiento de la cultura receptora. Para algunos nacionalistas y conservadores que juzgan sus sociedades y culturas como las hegemónicas y dominantes, y que deben permanecer como tales, los aportes de las culturas transnacionales tienen características contaminantes y que producen el desorden y la informalidad. Similar proceso se vivió en las grandes ciudades de los países de procedencia de los migrantes cuando éstos experimentaron la migración interna desde los pueblos rurales (tribus, castas, comunidades, pueblos originarios, etc.). Ahora, esos procesos que se dieron en las décadas de 1950 y 1960 se han trasladado a las grandes ciudades en los países de destino de los migrantes transnacionales. Estas oposiciones, que en muchos casos pasan a formar parte de la xenofobia, del racismo explícito y/o implícito, se irán disipando en la 315

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medida en que las percepciones cambien por la necesidad de contar con las contribuciones laborales de estos inmigrantes, como sucedió con los migrantes internos en los países de origen. En la actualidad, es inevitable observar a los músicos de países del hemisferio sur en las calles, estaciones de tren o autobuses; estos son los nuevos actores de las ciudades que están transformando el paisaje cultural. Son los embajadores que están globalizando sus expresiones locales, regionales y nacionales. Son los que agregan otras lenguas, otras formas de relacionarse con las divinidades, etc. Las escuelas, colegios y universidades que antes eran monolingües, ahora son multilingües y multirraciales —solamente en el área metropolitana de Nueva York se hablan 154 idiomas. En el proceso de inserción cultural los migrantes transnacionales experimentan una doble interacción, al mismo tiempo que van adecuándose a los espacios urbanos a partir de sus nuevas residencias, van adquiriendo nuevos elementos culturales como la lengua, nuevas experiencias laborales, nuevas formas de concepción del tiempo y relaciones sociales y culturales con otros actores sociales. Simultáneamente, van utilizando aquello que saben, aquellos elementos que forman parte de su repertorio cultural. Este proceso puede producir algunos shocks culturales, en particular entre los que proceden de áreas rurales o de las clases populares urbanas; en otros casos, pueden ser más complementarios y, por consiguiente, más globalizantes. Todos estos procesos de globalización, dependen de las variables sociodemográficas y culturales como el sexo, edad, estado civil, procedencia racial, étnica, social, religiosa, económica y política; consecuentemente, el proceso de globalización de las culturas originarias es muy diverso y más complejo, a pesar de actuar al mismo tiempo como homogeneizador. Los beneficios del retorno del capital humano En un nuevo mundo, donde la acumulación de conocimientos que se derivan de los nuevos encuentros que necesariamente producen las migraciones transnacionales —lengua o lenguas, experiencias teóricas y/ o prácticas, redes sociales culturales, económicas y políticas—, el capital humano no solamente beneficia al país o países de destino, sino también a los países emisores. Es cierto, como lo hemos analizado, que este beneficio favorece más a los países de destino; además hay una inmensa mayoría de salidas de este capital en comparación a los retornos. 316

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En este caso no tomamos en cuenta aquellos que retornan como turistas. Nos referimos a los profesionales que han obtenido grados y posgrados académicos y profesionales, o los que han realizado estudios cortos y los que han adquirido nuevas experiencias en diversos campos de la actividad humana. Las estadísticas oficiales en los países de origen muestran que aproximadamente 50% de los turistas son los propios connacionales. Estos no contribuyen al capital humano pero sí al económico porque dejan en sus países de origen los dólares que forman parte de los ingresos del Estado y de la red de agencias de turismo, hoteles, restaurantes, artesanías, etcétera. En la medida en que los emigrantes de los últimos años son mayoritariamente laborales, muchos de ellos de áreas rurales retornan como turistas o visitan sus pueblos de origen. Estas visitas además de tener un interés turístico, pueden realizarse en ocasiones familiares como los cumpleaños, aniversarios de bodas de los padres, fiestas religiosas, Navidad, Año Nuevo, las fiestas nacionales o en cualquier otra ocasión. Algunas veces estos tipos de turistas pueden llevar amigos o miembros de su nueva familia que no son del país de origen. En muchos países el turismo es el primer o segundo ingreso económico más importante. Esto sucede en países caribeños, en algunos países del pacífico sur, otros del África y América Latina como Brasil, México, Perú, etc. Cuando el retorno es temporal y el retornante aplica sus conocimientos adquiridos en el exterior en diversas actividades, el beneficio es para el país emisor. Estos conocimientos no solamente son profesionales y académicos, y permiten la creación de redes transnacionales del conocimiento, sino también pueden ser de experiencias prácticas. Estas experiencias, en general, son de los migrantes laborales que adquieren destrezas que no pueden lograrse en los países emisores y que pueden contribuir a la eficiencia, mayor producción y productividad en la industria, en la agricultura, la ganadería, la construcción, la minería, etcétera. Los retornantes temporales, en general, tienen doble residencia: una en el país de origen y otra en la de destino; no son muchos pero mantienen el interés en ambos países; la doble nacionalidad es un recurso del que gozan muchos migrantes, lo que les puede permitir incursionar en la política. En el caso del retorno definitivo, el beneficio puede ser mayor porque el retornante traslada sus bienes y el capital a su país, además traslada sus conocimientos tecnológicos, científicos, académicos y manuales. Al respecto, como hemos señalado cuando tratamos el intercambio y la cir317

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culación del capital humano, el impacto del retorno contribuye a la creación de una comunidad tecnológica y científica transnacional y móvil que puede reducir las distancias entre países ricos y pobres. A esto se suma el nuevo rol de la telemática y la informática que facilita enormemente la comunicación y permite transferencias del conocimiento más rápido que beneficia tanto a los países de destino como a los de origen. Existen casos en que las antiguas y nuevas universidades y centros superiores en los países de origen, tienen dentro de sus cuadros académicos a graduados en el exterior que son parte de una comunidad de profesionales y académicos que forman los nuevos cuadros del capital humano. Estos cuadros, a su vez, ven en la emigración una vía de incremento de sus capacidades y conocimientos. Como hemos demostrado en la sección de la fuga del capital humano, en la medida en que estos no retornan al país de origen se convierten en la ganancia del capital humano para los países de destino. Algunos países han puesto en práctica una política de revinculación a través de redes que apoyan e incentivan el retorno. Los países asiáticos han tenido más éxito que los otros. Se argumenta que el éxito tecnológico, académico y económico que están alcanzando estos países, se debe en gran parte al retorno del capital humano. Al respecto, África es el continente que pierde más capital humano porque prácticamente no hay retorno del conocimiento, hecho que abre más las brechas del capital humano y financiero. América Latina está en medio de esos dos extremos. La Organización Internacional para las Migraciones (oim), desde hace 50 años, viene desplegando una política que trata de revincular al capital humano con los países de donde han emigrado los profesionales y académicos. Este esfuerzo es aún modesto, pero tiene un impacto cualitativo considerable porque es uno de los pocos programas existentes. Una modalidad de retorno que cada vez es más notoria, se desarrolla no necesariamente a través de la presencia física sino de proyectos no convencionales. Entre estos tenemos: 1. Algunos profesionales exitosos han logrado revincularse con su país de origen o con sus universidades a través del diseño de proyectos conjuntos en diversos campos del saber. En general, la financiación de estos proyectos son de fuentes europeas, norteamericanas o japonesas. 2. El argumento antes mencionado puede conducir a la elaboración de propuestas globales de los países del hemisferio sur o por regiones, a través de una política común desde los países que se han beneficiado 318

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de la fuga del capital humano como mecanismos de recompensa para los países emisores. 3. Estas propuestas pueden ser refrendadas por la oim, el Banco Interamericano de Desarrollo, la unesco, el Banco Mundial, etc., que pueden proporcionar el apoyo financiero. Simultáneamente, de acuerdo con sus particularidades cada país puede elaborar propuestas nacionales para establecer mecanismos de compensación. 4. La creación de un fondo —endowment— en cada universidad del país emisor, de donde han egresado los profesionales que trabajan en el exterior para que asignen una cantidad de dinero, aunque pequeña pero regular, para incrementar ese fondo. El destino del fondo debe ser para financiar proyectos de investigación y desarrollo, y becas de estudio para estudiantes talentosos que no puedan costear sus estudios. 5. Además de las cuatro iniciativas, existen dos maneras de promover lo siguiente. Primero: difusión de la imagen de cada país que muestre los inmensos recursos de inversión, turismo e investigación científica y aplicada. En esta tarea, embajadas, consulados y organizaciones voluntarias compuestas por emigrantes deben colaborar en la difusión, discusión y ejecución de los proyectos. Por estudios previos se sabe que los emigrantes de países pobres tienen un comportamiento gregario que en esencia es un capital social todavía poco explotado. Segundo: simultáneamente a las cuatro iniciativas, la identificación de las tres fuentes de trabajo más importantes de los emigrantes profesionales y académicos como son: la empresa privada, el sector público y las universidades estatales o privadas. Una vez identificadas estas fuentes, el sector público, privado y las universidades de los países de origen pueden firmar convenios con los del destino. En Norteamérica, como en Europa, existen centros de estudios asiáticos, africanos y latinoamericanos cuyos fines son la investigación y desarrollo, no solamente para el conocimiento científico de estas regiones, sino del desarrollo de proyectos aplicados. En este contexto, cada Estado puede ser el gran intermediario y facilitador en la formación y promoción de estas redes. En la actualidad ya existen estas redes y vínculos, pero aún son pequeños y obedecen a iniciativas más personales y en algunos casos institucionales.

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Los beneficios de la migración-inversión En mayor o menor grado, cada migrante desea invertir en su pueblo, región o ciudad el dinero que obtiene de su trabajo en el país de destino. Dos son las fuentes que pueden contribuir a este deseo, que en algunos casos ya está funcionando. En primer lugar, la inversión se puede dar a través de una política de Estado que promueva el retorno del capital financiero y de la mano de obra a través de la liberación de impuestos para la inversión y el retorno libre de pagos de los bienes de capital y menajes del retornante y su familia. Esta modalidad está en estudio en varios países —México, Perú y Ecuador—. En otros países donde ya está funcionando, el volumen de inversión en los últimos años se ha reducido por razones de conflictos internos, falta de gobernabilidad, la inestabilidad jurídica y política. La oim tiene un programa llamado retorno de personal calificado. Este programa se ha puesto en marcha en varios países de América Latina desde la década de 1980, luego de la época de las dictaduras militares que produjeron la emigración; este retorno no solamente es de capital humano sino también de financiero. Diversos gobiernos latinoamericanos, en colaboración con el Banco Interamericano de Desarrollo, han puesto en práctica un programa llamado Fondo de Inversiones que promueve la inversión de las remesas en sectores productivos. Este programa ha llegado a tener un éxito relativo en México en donde los migrantes destinan sus ingresos a un fondo con el propósito de responder a demandas sociales desde sus pueblos de origen, y de lo cual se ha favorecido, en particular, la agricultura comercial en varias regiones de México. A pesar de las facilidades que ofrecen los países emisores para que los migrantes inviertan en sus países, todavía no hay decisiones para atraer sus capitales. Las dificultades son de carácter legal, la falta de estabilidad económica y política, en especial en países que muestran altos porcentajes de emigrantes que justamente requieren de nuevas inversiones. Contrariamente, los países de destino, como lo hemos demostrado cuando tratamos el tema de inversión-migración, han tenido éxito y seguirán teniéndolo en la medida en que los sueños americano, europeo y japonés sigan atrayendo a los desesperados de países del tercer mundo. En segundo lugar, los migrantes pueden inyectar capitales a través de iniciativas personales. Esta modalidad es más común y más generalizada. En comparación a las remesas monetarias y no monetarias, la migración320

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inversión es una modalidad que ha tenido resultados todavía parciales. Como hemos demostrado, la población retornante es mucho menor en comparación a los que emigran. Sin embargo, aquí hay un componente afectivo que en mayor o menor grado condiciona al migrante a hacer algo por el pueblo o el país de origen. Hay una especie de deuda con el pueblo y la familia que se han quedado; una de las maneras de pagarlo es a través de la inversión. Ejemplos tangibles de esto se pueden constatar cuando se viaja por zonas rurales de países de América Central, de países andinos, Asia y África, donde se observan casas nuevas que las familias han construido con el dinero del emigrante para cuando éste retorne. Estos son ejemplos que muestran el deseo del retorno de los migrantes; un retorno que puede hacerse realidad al jubilarse, en la tercera edad o cuando, por diversas razones, no llegan a adaptarse a la sociedad y cultura del país receptor. En los últimos años los gobiernos, las embajadas y los consulados de los países emisores han emprendido una iniciativa para incentivar la inversión en los pueblos de origen que no sea únicamente para construir casas o la compra de productos suntuarios, sino que también se oriente al sector productivo. Como la emigración se incrementó en la década de 1970, en la actualidad se hay migrantes con más de 25 años de residencia en el exterior; algunos de ellos ya tienen más de 60 años y están por jubilarse o ya lo han hecho. Estos migrantes tienen 2 alternativas: primero, quedarse en el país de destino; segundo, retornar al país de origen. La segunda alternativa parece más atractiva porque les permite reciclarse y sentirse útiles en su propio pueblo. Existen muchos casos de migrantes laborales y profesionales que han retornado o están pensando retornar con sus ahorros para invertir, en particular, en el turismo o en hotelería; otros campos son en la pequeña y mediana industria, como sucede en Perú, México, República Dominicana o Costa Rica respectivamente. En el caso de los nikei peruanos y brasileños o los turcos, griegos y mexicanos, la gran mayoría emigra por un período determinado a Japón, Alemania a los eu y luego retornan trayendo sus ahorros para invertir en sus pueblos. Lo mismo sucede con las migraciones fronterizas en América del Sur, Sudáfrica o entre los indios y pakistaníes que emigran temporalmente a los países petroleros árabes, principalmente Arabia Saudita o Kuwait. Se prevé que las inversiones de los retornantes crecerán en la medida en que se incremente el número de jubilados o de la tercera edad. Por 321

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ahora, las edades de la mayoría de los migrantes laborales o profesionales que ha emigrado en los últimos 15 años, oscilan entre los 18 y 40 años. La relación costo-beneficio en los países de destino Los costos en servicios sociales Además del beneficio en los salarios en los países de destino, los servicios sociales constituyen otro de los atractivos o factores de emigración hacia los ricos. Este es el caso de los países europeos en general y en los países escandinavos, países también llamados beneficencia donde los servicios como la educación, desde el nivel primario hasta la universidad —excepto Inglaterra—, son prácticamente gratuitos. Sucede lo mismo con los servicios de salud, beneficios para los hijos, préstamos para la construcción de viviendas, subsidios de vejez, invalidez, etc. Aparte existen los llamados programas sociales de ayuda a la comunidad. Otros países como Japón, Australia y Canadá tienen similares programas sociales. El caso de eu es particular porque los programas sociales están menos desarrollados, pero se compensa porque el salario es comparativamente mayor al de los países europeos, y las leyes migratorias son relativamente menos rígidas. Estos beneficios sociales, si bien no están regulados para los inmigrantes irregulares, tampoco se los niegan. A esto se suman las numerosas organizaciones de apoyo social como las ong, la iglesia y organizaciones internacionales que protegen los derechos civiles de los migrantes irregulares, de los refugiados políticos y de los que solicitan asilo. Todo este conjunto de organizaciones contribuye y estimula indirectamente la emigración porque los emigrantes potenciales encuentran apoyo y seguridad; a esto se agrega el rol que desempeña la familia en los países de destino, ya que actúa como promotora de la emigración. Desde la perspectiva de los países receptores, tanto la educación como la salud subsisten gracias a los altos impuestos que pagan los connacionales. Se supone que estos impuestos deben cubrir las demandas sociales internas y no están destinados a beneficiar a los inmigrantes y muchos menos a los ilegales. El argumento central en el que se apoyan, particularmente los gobiernos conservadores y nacionalistas, es que el costo es muy alto para atender mejor a los inmigrantes en cuestiones de salud, educación y otros derechos. Por otro lado, frecuentemente los nacionales afirman que la presencia de niños que hablan diversas lenguas, profesan 322

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diversas religiones y tienen valores culturales diferentes a los nacionales, afecta la calidad de la educación. De igual manera, sobre la salud se dice que las postas sanitarias y los hospitales no se abastecen para servir a la creciente demanda. Estas reacciones provienen mayoritariamente de la población de la tercera edad que es numerosa en el caso de Europa, eu y Japón. Estas actitudes han despertado los nacionalismos de los que se valen algunos partidos políticos, en particular en épocas electorales, para mostrar su xenofobia. En los últimos años se ha observado una polarización de estos partidos, provocada por las visiones divergentes sobre los inmigrantes. Los costos demográficos Desde la perspectiva de los gobiernos en los países receptores, principalmente Europa Occidental y Japón, existen dos argumentos demográficos mutuamente complementarios que frecuentemente se expresan como las razones para reducir o impedir la inmigración: primero, que estos países no están preparados en su infraestructura social —vivienda— para acomodar a una población inmigrante que año a año crece; y segundo, que estos países tienen una mayor presión demográfica en comparación a otros. Respecto a la falta de infraestructura social, es cierto que no están preparados para recibir una inmigración creciente porque en general la infraestructura existente está adecuada a la población nativa. Ciudadanos de algunos países de destino se quejan sobre el déficit de viviendas, a pesar que la población joven cada vez es menor debido a la disminución de la población. A este factor físico se agrega uno de carácter cultural que tiene que ver con la concepción del uso del espacio privado —el que es casi inviolable—; por lo tanto, se debe de mantener la tradición cultural. Otro aspecto cultural es la bulla notoria que producen los niños de los inmigrantes de África, América Latina y Asia. En el caso de los espacios públicos, los ciudadanos de los países de destino se quejan de que sus parques y espacios públicos de socialización están siendo invadidos por los inmigrantes, quienes introducen costumbres nuevas como convertirlos en campos deportivos, de eventos sociales y folclóricos, de consumo de bebidas alcohólicas, o en grandes urinarios y depósitos de basura que no recogen. Este tipo de quejas es común en Japón, Inglaterra y muchos países de Europa del Norte durante los días feriados y los fines de semana. De acuerdo con estudios recientes sobre el racismo, estas serían las razones más comunes para su resurgimiento 323

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y difusión a través de los medios de comunicación, que al mismo tiempo informan sobre incidentes diarios que ocurren en espacios privados y públicos. Otro argumento común en los países de destino sostiene que la creciente presión demográfica se debe al incremento de la inmigración. Aproximadamente, un millón de personas ingresa a eu anualmente y la misma cantidad a Europa. No obstante, sólo 8% de la población total europea es inmigrante, 15% en eu y un poco más de 1% en Japón, porcentajes suficientes para producir una mayor presión demográfica. Se argumenta, por ejemplo, que Europa Occidental tiene el tamaño geográfico de Argentina pero tiene aproximadamente 350 millones de habitantes, mientras Argentina tiene sólo 40 millones. Japón tiene 120 millones de habitantes en una superficie que es la tercera parte de Perú, el cual tiene sólo 27 millones. En algunas ciudades de países de destino se informa que hay sectores urbanos que están en proceso de tugurización, porque, a diferencia de la utilización del espacio privado en países de destino donde la familia nuclear es predominante, entre los migrantes hay la tendencia a que la familia extensa ocupe el mismo espacio familiar. En algunos casos los nuevos inmigrantes no parientes también ocupan estos espacios familiares. A estos problemas se añaden aquellos que devienen de la mayor fecundidad y natalidad que se observa entre los inmigrantes; esta situación incrementa más la presión demográfica. Por ejemplo, en el caso de la población latinoamericana de los eu se estima que en el año 2050 continuará siendo la primera minoría étnica­ que llegará a 50 millones de personas, es decir, casi 100% más que en 1991, año cuando alcanzó 24.5 millones y que ya representaba 10.2% de la población total de acuerdo al us Census Bureau; para el año 2020 la población de América Latina alcanzará 672.2 millones y para el año 2050 será de 934 millones. Como argumentamos cuando nos referimos a la transición demográfica, el mayor crecimiento demográfico en América Latina produce un mayor número de jóvenes que entran al mercado laboral. En la medida en que este mercado no pueda absorberlos, la emigración a países con crecimiento demográfico bajo —casos de España e Italia— y mayor crecimiento económico, serán un blanco atractivo. Esta tendencia de mayor crecimiento natural en los países de origen y en los de destino, además del incremento de la inmigración, permite prever que la presión demográfica en los países de destino continuará y será al mismo tiempo uno de los argumentos para los desencuentros culturales. 324

La sostenibilidad de la migración transnacional: costos y beneficios

El costo político La presión demográfica que experimentan los países de destino, no solamente está produciendo cambios políticos sobre la población y particularmente sobre la inmigración, sino que está produciendo cambios en el pensamiento político desde los países emisores. En general, esta imagen denota que los países de destino son caracterizados por tener sistemas de gobernabilidad estables, con una vida larga y con proyecciones que no auguran cambios sustantivos. Esta situación, junto con la estabilidad económica, es la que se convierte en los dos grandes factores de atracción migratoria. En los últimos 10 años estas percepciones han ido cambiando, tanto desde la perspectiva interna como la externa. La inmigración está poniendo a prueba estas democracias. El resultado es que los acontecimientos diarios que suceden en las grandes ciudades de los países de destino, caracterizados por desencuentros étnicos, conflictos raciales, xenofobia y creciente desempleo entre los inmigrantes, han empujado a los gobiernos de la Unión Europea (ue) a adoptar medidas protectoras y disposiciones en contra de los inmigrantes irregulares. Existe una contradicción que ha sido advertida desde los países emisores: por un lado, la globalización de la economía está eliminando las fronteras nacionales, porque los capitales circulan sin fronteras a través de las transferencias y movimientos que realizan las empresas transnacionales; por el otro, cuando se trata de movimientos humanos transnacionales, los países de destino crean más y más sistemas de protección en contra de los migrantes transnacionales; consecuentemente, atentan contra la libre circulación de las personas. Estas protecciones son parte de las políticas migratorias que a su vez tienen impactos en la visión política de los países de destino, los que aparecen como poco tolerantes y flexibles. En los últimos años el resurgimiento de partidos políticos que se pensaban desaparecidos, o estaban desapareciendo, además de grupos de neofascistas en particular en Europa del Oeste, es otra de las consecuencias de estos nuevos desencuentros raciales y culturales en las grandes ciudades. El sueño europeo, norteamericano y japonés se está convirtiendo en pesadilla para los migrantes laborales de procedencia campesina o indígena y para los que solicitan asilos políticos. Los mismos organismos internacionales y nacionales de derechos humanos han reconocido lo injusto que son algunos países de destino. Así, Alemania y Francia aparecen como gobiernos que frecuentemente violan los derechos humanos de los 325

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inmigrantes. Últimamente, Japón ha estado expulsando a más peruanos, brasileños, pakistaníes y coreanos del norte. El costo político es mayor para los regímenes políticos conservadores que consideran a la inmigración una amenaza a la seguridad interna —además de proteger a partidos que frecuentemente enarbolan las banderas del antiinmigracionismo— y como la causante de males internos como el desempleo, la delincuencia, la informalidad, etc. Este costo político es mayor si desde los países emisores hay la certidumbre de que recibieron inmigrantes de Europa por razones de la expansión de las colonias desde 1850 hasta 1950. En este período se trasladaron aproximadamente 50 millones de europeos a las tres Américas, todos ellos fueron bienvenidos, posteriormente formaron parte de la clase política y de las oligarquías locales, regionales y nacionales. Desde la perspectiva de los países de origen, esta bienvenida no está siendo recíproca debido a los hechos descritos y a la escasa memoria histórica de los europeos. Los beneficios del trabajo especializado Se refiere a la migración laboral, diferente a la profesional que ha sido analizada como capital humano. Como ejemplo, podemos citar a los emigrantes que han desarrollado habilidades y destrezas en sus países de origen y que las aplican en los países de destino; digamos que torneros, electricistas, panaderos, cocineros, albañiles, agricultores, obreros de fábrica, mecánicos automotores, etc. Estas ocupaciones tienen alta demanda en el mercado laboral en los países de destino, que se benefician porque no han invertido en su entrenamiento y calificación. La globalización del mercado laboral especializado está desnacionalizando al empleo laboral; es decir, las fronteras ahora son más permeables y porosas, y permiten el desplazamiento de un país a otro. En los países de destino hay una demanda creciente de profesionales que no desean incorporarse al mercado laboral manual. Este tipo de profesionales proviene no solamente de países del hemisferio sur, sino también es sur-sur, como ocurre en la migración laboral hacia los países árabes que producen petróleo donde existe una alta demanda del trabajo especializado. Lo mismo ocurre con los asiáticos que se dirigen a Singapur y Australia. Chile y Brasil se han beneficiado de los inmigrantes procedentes de Bolivia y Perú, en tanto que Sudáfrica de los países del centro y sur africanos. Un beneficio adicional para los empleadores de los países de destino es el salario, que por lo regular es menor al que reciben los nativos, quie326

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nes además están amparados por las leyes de su país, tienen derecho a la sindicalización, acumulan años de servicio para su jubilación y gozan de aumentos salariales. El salario del inmigrante laboral especializado irregular puede ser aún menor que el del regular. Esto sucede con los miles que han emigrado en los últimos años de los países andinos, Centro América y México, y de los países asiáticos como India, Pakistán, Bangladesh, Sri Lanka, Turquía y China. Los beneficios de la mano de obra barata y abundante La formación de la mano de obra en los países de destino proviene de la población económicamente activa que se incorpora anualmente al mercado laboral y de los millones de inmigrantes que ofrecen su mano de obra. En general, esta mano de obra no es especializada, como en el caso anterior, sino que está dispuesta a realizar cualquier trabajo asalariado. Algunos trabajadores especializados, cuando no encuentran un trabajo de acuerdo con su calificación, ofrecen su mano de obra para cualquier tipo de trabajo. En este rubro también están los comprendidos en nuestra clasificación de desperdicio del capital humano. La oferta de mano de obra es una función positiva del volumen de la inmigración. Los datos sobre empleo de inmigrantes sugieren que todavía hay un equilibrio entre la oferta y la demanda de mano de obra; en particular, en trabajos manuales mas no en el mercado profesional, debido a que una creciente cantidad de profesionales inmigrantes no encuentran trabajo en las especialidades que han estudiado en su país de origen. Muchos se suman al gran mercado laboral y compiten con los migrantes laborales que están dispuestos a realizar cualquier trabajo manual. Si el volumen de migración laboral continua como en los últimos años, es obvio pensar que la oferta será mayor que la demanda. Bajo esta situación, los salarios pueden abaratarse y beneficiar directamente al empleador. En este contexto, el nacional ya no se interesará en los trabajos manuales que generalmente desempeñan los inmigrantes y preferirá estar en paro o desempleado, y beneficiarse del sistema social de protección contra el desempleo. Esta es una de las razones del relativo alto porcentaje de desempleados que hay en algunos países europeos. Esta situación hace que los nacionales se resignen al opinar que los inmigrantes los están desplazando laboralmente; y por otro lado, se sienten conformes porque no desean las ocupaciones manuales, sucias, de bajo prestigio y mayor riesgo. Las mujeres, en general, desarrollan tareas domésticas necesarias 327

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para liberar el tiempo a las empleadoras que ya han entrado al mercado laboral. El trabajo manual está en función del sistema económico y social de los países de destino. El trabajador inmigrante, además de ser productor y aprovechable, también es consumidor y por consiguiente contribuye a la economía; a esto se añade el impuesto que paga. La mayor parte de los trabajos son temporales, lo que no permite la acumulación de años de servicio y la jubilación: por la necesidad de obtener mayores ingresos en el menor tiempo posible, los inmigrantes laborales se dedican con mayor esmero al trabajo, y más cuando el pago es por obra concluida como en los trabajos de la construcción, jardinería, pintura, limpieza de edificios y casas, o el trabajo en talleres mecánicos. Los beneficios del multiculturalismo y la diversidad étnica Desde la perspectiva de los países de destino, el multiculturalismo y la diversidad étnica puede tener un impacto positivo y uno negativo. El impacto positivo es visto desde algún sector de la sociedad civil y el gobierno porque demuestra un grado de tolerancia y de una nueva democracia que se nutre de las grandes contribuciones de los inmigrantes en el campo cultural. Este es el caso de los eu, cuyo gobierno muestra con orgullo que su sociedad y cultura son el resultado de la contribución de culturas que proceden de diversos lugares del mundo —melting pot—. El melting pot además es la expresión de la libertad porque cada cultura puede expresar sus valores materiales y no materiales a pesar de estar en una gran sociedad y cultura dominante. El impacto negativo de la culturalidad dice que la inmigración proveniente del sur contamina la superioridad de la cultura blanca. Un matrimonio de un blanco o una blanca con un inmigrante del hemisferio sur con rasgos mestizos es indeseado; el mestizaje racial y cultural aparece como intrusión que produce desencuentros culturales y conflictos. Estos argumentos provienen en general de los blancos que no han viajado o tenido contactos con otras culturas, como ocurre con frecuencia con los llamados wasp —White Anglosaxon Protestants— de Inglaterra y Norteamérica. Es cierto que estas personas que practican estas visiones, cada vez son menos por la gran dinámica sociodemográfica y cultural que caracteriza a los cambios contemporáneos que tienen lugar en las grandes ciudades del hemisferio norte, en particular en las nuevas generaciones. La universidad se convierte en un gran espacio de multiculturalidad y di328

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versidad étnica, porque los alumnos provienen de diversos países y culturas. Sin embargo, todavía existen fronteras interculturales que dificultan la interculturalidad. Desde la perspectiva de los países de origen, la multiculturalidad y diversidad étnica son un medio de integración y de formación de la nueva democracia que corresponde a Estados modernos y más avanzados que aceptan la migración transnacional como parte de la globalización de las comunicaciones, de los medios de transporte y del mercado laboral. Las Naciones Unidas, en una de sus declaraciones, afirma que la migración transnacional es un derecho de toda persona a transitar de un país a otro; cada país dentro de sus constituciones declara que las personas pueden transitar libremente dentro de su territorio. Sin embargo, cada país ha legislado las migraciones transnacionales. Este es el obstáculo que inhibe, restringe y/o prohíbe la libre circulación de los ciudadanos. En general, estas restricciones son mayores en los países que muestran una alta demanda de inmigrantes. Es cierto que en los últimos años también ha emigrado el lumpen urbano; sin embargo, es numéricamente ínfimo a los que ven en la emigración una alternativa para entrar en la globalización y mejorar sus niveles de vida. Estos son los que están dando un nuevo rostro cultural a las grandes y medianas ciudades de los países de destino: más diverso, multicultural, plurilingüe, colorido musicalmente, más alegre y divertido en países donde el frío dura 9 meses, el cielo es gris y sus habitantes tienen un perfil reservado y una vida más privada que pública. La relación costo-beneficio para el migrante y su familia Los costos de la crisis de identidad El impacto positivo o negativo que necesariamente produce la migración transnacional, se hace objetivo y puede medirse en el mismo migrante. Sus testimonios, en parte, expresan sus visiones, imaginaciones y percepciones. El tránsito de una sociedad y cultura a otra diferente, necesariamente condiciona la forma de la nueva identidad; ésta comienza a forjarse en el país de origen, en el pueblo, la ciudad, en la familia y en todas las experiencias vividas. Las concepciones de tiempo, espacio, derechos y deberes forjan la imaginación individual y colectiva. Ahí, además, se forja la imaginación sobre los países a donde se puede emigrar. En 329

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general, esa imaginación incluye los potenciales países de destino con más ventajas socioculturales y económicas que el país de origen. Estas visiones son incrementadas por las informaciones que se reciben a través de los medios de comunicación o por migrantes que se encuentran en esos países o que han retornado. La migración transnacional permite que esa imaginación viaje junto con el migrante. En cuanto arriba al nuevo país, las respuestas o reacciones emergen inmediatamente al compararlo con el país que se dejó. Este país está permanentemente en su imaginación, aun cuando el país de destino sea diferente. En las primeras etapas del arribo, el deseo de retorno está siempre presente y se incrementa cuando lo que se había imaginado no es coherente con la realidad que se enfrenta. En este momento se produce la crisis de identidad cultural, porque el migrante no puede fácilmente combinar los valores materiales y no materiales de las dos culturas. Este proceso es más notorio cuando el migrante procede de áreas rurales o de sectores urbano-populares. Es cierto que la familia puede reducir el shock, pero no evitarlo. Este estado puede prolongarse por períodos que van desde los 6 meses hasta los dos años. En algunos casos puede continuar más allá, donde el síndrome del eterno retorno al país de origen puede convertirse en parte de la nueva identidad. Por otro lado, emergen en la mentalidad las razones que han permitido la emigración; y por el otro, el condicionante cultural de que un retorno puede ser visto por los familiares, amigos y la sociedad del país de origen, como un signo de fracaso; bien porque necesita acumular dinero para pagar las deudas contraídas en el país de origen, bien porque la familia espera las ansiadas remesas para aliviar su creciente pobreza. A estos hechos se añaden el idioma, la comida y los cambios bruscos de temperatura. No existe un patrón único en la formación de la crisis de identidad, cada migrante es un caso particular; hay algunos que pueden sobrellevarla, otros desarrollan una personalidad de desadaptación permanente que se manifiesta incluso en los sueños. La crisis de identidad significa no estar aquí ni allá, un camino intermedio inconcluso, de entrecruzamiento de valores culturales que generalmente no son complementarios y más bien son mutuamente diferentes. El migrante tiene que manejar los estados de ánimo y muchas veces no tiene la capacidad de responder a los nuevos retos que le impone la realidad. Sin embargo, dentro del contexto laboral desarrolla relaciones que pueden ser los medios para una inserción parcial en la cultura dominante. 330

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Otros componentes culturales que están presentes en la creación de la nueva identidad son: experiencia migratoria que es similar a la de otros; un espacio o territorio donde reside junto con otros migrantes; una densidad poblacional que se caracteriza por una mayor presión demográfica; una concepción del tiempo más flexible; una lengua común que funciona como el gran articulador y que se habla generalmente en el hogar; creaciones colectivas como la música, la comida, la tradición oral y la danza; y la pertenencia a un grupo étnico, un país de origen, una clase social o una raza. Estos componentes culturales que ayudan a sentirse como en casa, atravesados transversalmente por las redes sociales, económicas y algunas veces políticas, no son suficientes para brindarle al migrante el apoyo emocional para su estabilidad cultural que le permita un desenvolvimiento en su vida diaria, dentro o fuera del contexto laboral. Consecuentemente, hay necesidad de sentirse foráneo en el país de destino, lo que hace más propenso a fijar su pensamiento en el país que dejó y desarrollar actividades propias de su cultura. Las asociaciones voluntarias de tipo religioso, deportivo o cultural son una forma de expresar su condición de seguir siendo el otro en el país de destino. De ahí que los más propensos a formar asociaciones sean los migrantes de países con raíces históricas rurales, campesinas o indígenas, lo que sucede con los migrantes de países andinos, centroamericanos, árabes, asiáticos y africanos. Los costos de la explotación laboral Independientemente de los mejores salarios comparados con la misma tarea realizada en el país de origen, la explotación laboral proviene de dos realidades que están presentes en la migración laboral: por un lado, por la cada vez creciente oferta de mano de obra debido al incremento de la inmigración; y por el otro, por los salarios que son menores comparativamente a los propios connacionales por desarrollar la misma tarea. En el caso de migrantes irregulares, esto es mayor porque, de acuerdo con la mayoría de regulaciones laborales en los países de destino, los empleadores son penalizados si contratan mano de obra irregular. El migrante laboral tiene como absoluta prioridad su trabajo; esta situación es bien conocida por los empleadores, que la explotan al ofrecer salarios por debajo de los que estipulan las leyes de su país; el migrante laboral casi siempre los acepta, incluso cualquier tipo de trabajo para el que no necesariamente está preparado. 331

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La explotación laboral se hace explícita cuando el salario no recompensa el trabajo realizado, lo que beneficia directamente al empleador. En todos los países de destino, hay una regulación laboral que fija el salario mínimo vital, sea por hora, semana o mes; el pago de este acuerdo es estrictamente cumplido con los trabajadores connacionales, pero no así con los inmigrantes, que en algunos casos no se cumplen. Además, no hay una estabilidad laboral porque la mayor parte de trabajos son temporales y el empleador puede suspender el contrato cuando lo crea conveniente; esto se aplica también a las mujeres, aunque por el tipo de trabajo doméstico que realizan pueden tener una relativa continuidad. Si bien los salarios son mayores en los países de destino que en los de origen, los gastos personales y/o familiares también son altos y en moneda nacional. Esta situación ha vuelto a la realidad a muchos inmigrantes, quienes desde el país de origen veían los salarios muy atractivos. Existen casos en que se trabaja sólo para cubrir necesidades primarias, no hay capacidad de ahorro, no se acumulan años de servicio y no se goza de beneficios laborales. La necesidad de obtener más ingreso en el menor tiempo posible, hace que los trabajadores sacrifiquen su salud y cuando se enferman no solamente dejan de percibir ingresos, sino que pueden gastar todos sus ahorros. Por otro lado, se sabe que la edad productiva de un trabajador manual es de solamente unos 20 años; luego de esa etapa las capacidades de salud y físicas disminuyen rápidamente. Por ahora todavía no se siente esta limitación porque la migración laboral se incrementó desde hace 10 años. Los costos del nuevo racismo Las raíces históricas del nuevo racismo vienen de la expansión colonialista de Europa Occidental y se ha transformado de acuerdo con los acontecimientos políticos, económicos y sociales de cada país. Los diversos foros y encuentros que se han realizado desde 1992, desde el tratado de Maastrich, respecto a los inmigrantes y otros temas relacionados, en el fondo han sido más o menos racistas. La última reunión de la Comunidad Europea sobre la inmigración realizada en Sevilla, es el producto de estos antecedentes porque se dirigió a los inmigrantes irregulares que proceden de África, Asia y América Latina, contra quienes se han endurecido más las leyes de migración. Contrariamente, los profesionales y el personal calificado de estos continentes, han sido, son y serán bienvenidos. ¿Quiénes son estos profesionales? Son parte de la clase media, media-alta y 332

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alta, que en general son muy similares a los europeos o norteamericanos. El caso de Japón es distinto porque los inmigrantes son nikeis o de Asia y racialmente son similares a ellos; el problema está en que a estos inmigrantes se les asocia rápidamente con sus propias culturas y sociedades, entonces allí empieza la diferencia porque los países de origen porque los japoneses los consideran subdesarrollados, informales y de grandes desigualdades económicas, raciales y sociales. El racismo es una manifestación de las diferencias biológicas entre los connacionales y los inmigrantes, y refleja la intolerancia hacia los otros; ¿quiénes son esos otros? Negros, campesinos, indígenas, mestizos y chinos. A estos se les culpa de las crisis económicas y políticas. También la división religiosa tiene un fondo racial, en particular después del 11 de setiembre de 2001, cuando los sentimientos racistas despertaron en contra de los árabes o las personas que tienen rasgos raciales similares. El racismo puede expresarse desde las actitudes de relativa tolerancia y comprensión como un fenómeno natural que resulta de los cambios sociodemográficos y el carácter transnacional de la migración, hasta actitudes violentas. Estas últimas cada vez son más comunes en Europa, Estados Unidos y Japón, donde no hay un día en que no exista un caso de enfrentamiento racial. Cuanto más indígena es la procedencia racial del inmigrante, menos tolerado racialmente será. El racismo no solamente es la expresión de la exclusión racial, sino que se manifiesta en las relaciones laborales, el ámbito público, el matrimonio o la selección de parejas. En este contexto, el Estado es un gran mediador que puede incrementar, mantener o disminuir los conflictos raciales. Lo puede hacer con las regulaciones migratorias, las organizaciones gubernamentales que tratan estos temas, las ong que operan en cada país o las instituciones de derechos humanos, que muchas veces se quedan solas en ausencia del apoyo gubernamental. El gobierno conservador dejará que las relaciones raciales continúen tal como están o creará mecanismos que alienten e incluso las protejan. El concepto de fortaleza o castillo europeo —fortress Europe— no solamente se refiere al sentimiento de estar invadidos por los inmigrantes, sino tiene un componente racial porque esa invasión, además de demográfica, es la presencia de diversas razas que contaminan la cultura blanca. Es también un concepto que se retoma de la edad media y que evoca la defensa contra los bárbaros. Este mismo concepto, a su vez, se asocia al primitivismo de los invasores, a sus deseos de conquista a una población cada vez menos protegida. 333

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Estos nuevos invasores constituyen el nuevo rostro humano de la globalización, son los sirvientes o la plebe moderna que empujada por la miseria, la pobreza, los conflictos políticos internos, las catástrofes, etc., se refugian en los países ricos. Los beneficios de la experiencia laboral y salario La experiencia laboral, excepto entre los que están comprendidos en la categoría de pérdida del recurso humano —brain drain—, en algunos casos, es un beneficio porque es un medio que descubre las habilidades y potencialidades personales de los migrantes laborales. Muchos de estos no se incorporan a un oficio para el que están entrenados. Como hemos analizado en la categoría de desperdicio del recurso humano —brain loss— , la mayoría de los migrantes se inserta en un trabajo nuevo que está por debajo de los que desarrollaba antes de la emigración. La ventaja está en que puede ser un medio para ampliar sus habilidades laborales. Una ventaja adicional surge cuando esas nuevas habilidades pueden ser aplicadas en el país de origen después de regresar, aunque tiene sus limitaciones porque el retornante no deseará desarrollar tareas manuales que dentro del ranking de prestigio ocupacional tienen poco prestigio y son más riesgosas y sucias. La existencia de mayores centros de capacitación y aprendizaje en los países ricos, en particular los relacionados con la producción y la productividad, pueden ser aprovechados por los inmigrantes. Estos centros contribuyen al aprendizaje del idioma del país receptor, en particular el técnico. Un obstáculo es que los trabajos son temporales, de tal manera que el trabajador no tiene continuidad para el aprendizaje sostenido en el trabajo. Hay trabajos que son muy mecánicos y no requieren de destrezas ni habilidades, además no existe un sistema de promociones, excepto en la actividad industrial, en la burocracia y el comercio. La ventaja de tener movilidad ocupacional es que el trabajador está preparado para asumir los retos de la demanda laboral que depende de las estaciones del año; en general, en verano hay mayor demanda y en invierno decrece. En este contexto de relativa inestabilidad, la familia juega un rol significativo al proteger al migrante o darle el apoyo emocional y algunas veces económico. De igual manera, las redes extrafamiliares creadas en el contexto del trabajo, son medios que proporcionan la información sobre el mercado laboral. El mayor beneficio de la experiencia laboral lo constituye el salario. Comparativamente, el salario es mayor por el mismo tipo 334

La sostenibilidad de la migración transnacional: costos y beneficios

de trabajo realizado en el país de origen; este puede incrementarse si hay mayor demanda o cuando es posible realizar horas extras o trabajando los días feriados. Una prueba objetiva de la mejoría en los salarios son las remesas. Un capital adicional es la adquisición de una mayor disciplina, orden y cumplimiento a los que se ha sometido; la disciplina no es un capital financiero, pero sí es un activo que, dentro del sistema capitalista, puede ser aplicado en cualquier trabajo, en cualquier lugar. Se ha observado que los que retornan de Japón, Europa y Norteamérica han cambiado de hábitos y tienen una visión del recurso tiempo, de la producción, de la productividad y de la riqueza, distintos de los que se han quedado. En muchas oportunidades, esos hábitos o nueva ética del trabajo, no es concordante con lo del país del retorno y puede causarles estados de desadaptación, uno de los motivos para nuevamente pensar en el retorno al último país de destino. En resumen, la nueva o nuevas experiencias laborales producen cambios cualitativos en la identidad laboral del migrante que eleva el trabajo a un nivel existencial que norma todas sus actividades sociales y culturales, que no solamente regula la imaginación individual sino también la familiar y la colectiva. Familiar porque los padres realizan grandes esfuerzos de adaptación laboral para dar seguridad a sus hijos o cumplir con las promesas de enviar remesas a los familiares que se han quedado. Los beneficios de la globalización cultural individual La globalización cultural individual es el proceso continuo de aprendizaje y acumulación de valores materiales y no materiales que van forjando una identidad que combina lo local y lo nacional con lo transnacional. En este contexto, la emigración se convierte en la promotora que permite nuevos encuentros con nuevos actores sociales y culturales que no estuvieron conectados sino virtualmente en la imaginación individual y colectiva del migrante. Es cierto que estos encuentros no se producen necesariamente de una manera intercultural y/o armoniosa, como hemos analizado en el nuevo racismo, sino como procesos complejos de interacción dentro de contextos de exclusiones, prejuicios y estereotipos con raíces históricas que se resisten a admitir los cambios sociodemográficos y culturales que permiten una movilidad social, cultural y económica que va más allá del racismo y la exclusión. Innumerables ejemplos muestran la gran flexibilidad, predisposición y acumulación del capital humano, y la experiencia 335

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que construyen nuevos actores sociales —migrantes— capaces de contribuir al desarrollo económico de los países de destino. El encuentro con otras culturas prueba las habilidades y capacidades de adecuación, así como permite incrementar el portafolio cultural al confrontar su cultura original con las de los otros; aprender de ellos como también dar; mejorar las relaciones personales; conocer sus propias limitaciones, sus mitos, sus imaginaciones, o por el contrario descubrir su propio ostracismo, su etnocentrismo, autoexclusión o el deseo del eterno retorno al país de origen. Los migrantes han dado constancia de su enorme capacidad de adecuación a los cambios que necesariamente experimentan; una prueba de esa capacidad es la escasa cantidad de los que retornan a sus países de origen y a su cultura original. Los procesos de nuevos encuentros culturales van forjando un capital cultural que acompaña a cualquier destino. Dentro de ese capital cultural están los nuevos oficios, experiencias laborales, nuevos idiomas, valores sobre el tiempo, el espacio que les permite forjar una visión más amplia sobre sus países de origen, de destino y los acontecimientos globales. Si a esto se añade una formación profesional y académica en otro idioma, el disco duro de la computadora humana se incrementa y puede ser bajado en cualquier espacio que se encuentre. En este proceso de ensanchamiento del conocimiento, el país que dejó puede parecer más chico, provinciano. Simultáneamente, la cultura original donde se ha formado la personalidad básica, puede convertirse en una reserva y entrar en acción en algún momento. En el caso de migrantes laborales esa reserva es activada frecuentemente como un recurso psicosocial para reducir los shocks culturales transnacionales, o sirve de base cultural para la formación de asociaciones voluntarias. Estas son muy usuales entre los migrantes que proceden de áreas rurales o urbano-populares y cumplen diversos roles como los de adaptación, de resistencia cultural, o como intermediadores entre la cultura de origen y la del destino. Consecuentemente, tener una experiencia migratoria transnacional es el medio más eficaz para entrar y salir de la modernidad, de la globalización cultural, el estar entre dos o tres mundos como actor vinculante con capacidad de hacer el mejor uso de ambos o de todos. Es cierto que existen algunas fronteras étnicas, raciales y económicas que pueden retrasar, inhibir o afianzar las nuevas relaciones culturales. Entre estas, están la formación de nuevas redes sociales y culturales que van incorporando nuevos actores e instituciones que llegan a formar parte de la globaliza336

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ción cultural individual y colectiva. Los niveles de globalización individual son diferentes de un migrante a otro y van desde aquel cuya experiencia fue fundamentalmente laboral, manual de redes muy escasas de enclaves territoriales que crean fronteras difíciles de traspasar para insertarse social y culturalmente a la cultura receptora, hasta los que por razones de trabajo y previa globalización cultural a la emigración, pueden hacer uso de las bondades de la globalización hasta convertirse en beneficiarios en cuyas actividades diarias el consumo de la cultura global es frecuente. Entre estos dos extremos, está una gran gama o magma social de procesos de globalización parcial, medianamente parcial, etc., aunque no llegarán a ser globales totalmente, situación reservada para los actores sociales, económicos y políticos que manejan el nuevo orden mundial. Los beneficios del prestigio y la posibilidad de regreso La migración transnacional también produce un efecto social adverso; así, los migrantes de clase alta se convierten automáticamente en parte de la gran clase media en el país de destino, en algunos casos sin redes sociales con miembros de esa clase social nativa, consecuentemente no reconocidos como parte de ellos; los miembros de la clase media se convierten en parte de la clase media-baja; y los de la clase media-baja en la clase baja, junto con otros migrantes laborales de todas partes del mundo y de las minorías nativas como los negros y nativos americanos en el caso norteamericano. A pesar de este descenso social, solamente por el hecho de haber migrado a un país rico y haber acumulado más capital monetario y humano, al retornar automáticamente les reconoce un ascenso en la escala social. Este se incrementa más cuando se han casado con un extranjero(a) blanco(a), o cuando la migración haya sido un medio de movilidad educativa. Este proceso se produce porque en la imaginación colectiva e individual, desde los países emisores, los países de destino son considerados como superiores, más desarrollados y avanzados en su sociedad, cultura y tecnología. ¿Por qué el que retorna adquiere mayor prestigio y poder? Sucede igual con los migrantes internos en cada país emisor. La razón radica en la relación campo-ciudad, que en el caso de los países emisores es desigual; es decir, es una relación de subordinación —campo— y superodinación —ciudad—. Este mismo proceso se traslada a la relación de países pobres —subordinación— y países ricos —superordinación—. En este contexto 337

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de desigualdad jerárquica, la migración no solamente se convierte en un articulador de estos dos segmentos sino que es sinónimo de un cambio cualitativo en la identidad del migrante. La fuente que sustenta este cambio es que la migración facilita entrar parcialmente a la globalización cultural. Este proceso a su vez permite tener activos sociales que los diferencian de los que no han migrado. Estos nuevos activos sociales se convierten en un capital cultural que se aprecia cuando retornan y son apreciados por los que no han migrado, estableciéndose así la diferencia. A estos activos sociales se debe añadir la mayor capacidad de acumulación del capital financiero que les permite tener bienes que no pudieron haber accedido si no hubieran migrado. La acumulación de bienes a su vez les permite incrementar su prestigio y poder, recursos escasos en sociedades y culturas de grandes carencias materiales y tan desiguales características de los países de origen. A estos aspectos económicos y sociales se debe añadir uno de carácter más cultural y psicológico; en general, el retornante no cuenta sus experiencias laborales, que en la mayoría de los casos han sido manuales, de riesgo, de poco prestigio y caracterizadas por la suciedad, más bien tienden a hablar de sus éxitos, del salario que ganaba, acompañados de fotografías, videos, etc. El conocimiento de otro idioma extranjero, haber estado más comunicado con los hechos internacionales, los nuevos modales al hablar, al vestir o consumir productos industriales, son otras de las características de estos retornantes. Existen casos escasos de aquellos que retornan porque no han logrado satisfacer sus grandes aspiraciones y pueden adquirir una personalidad depresiva, de frustración y aislamiento. La gran conclusión de las relaciones costo/beneficio y la sostenibilidad de la migración en los tres niveles —países de origen, de destino y en los migrantes—es que la migración transnacional necesariamente produce costos y beneficios. No hay una sola respuesta; los costos y beneficios dependen de variables como el sexo, la edad, la educación formal, el ingreso previo y posterior a la migración y las redes sociales antes y después de la migración. A esto se añaden las capacidades y calidades más individuales para enfrentar los nuevos retos que presenta el hecho de estar en otro país. Lo que sí es notorio, casi en todos los casos, es que el migrante, o futuro migrante, está dispuesto a asumir todos los costos a los que hemos hecho referencia, a cambio de un mejor salario. Consecuentemente, el incremento del salario es una de razones más importantes para la emigración. Sin embargo, como hemos enfatizado, este factor debe de analizarse 338

La sostenibilidad de la migración transnacional: costos y beneficios

dentro de un contexto social, cultural y político, si no pierde su capacidad analítica. El costo o beneficio se centra en el individuo, es en él donde se puede medir y observar si la migración fue o no fue una decisión acertada; es esto lo que tiene que contar sobre sus experiencias. Sin embargo, también la migración tiene un efecto social porque en ella están inmersos millones de personas que ven en la migración un medio de cambio para el que están dispuestos a asumir todos los costos a los que hemos hecho referencia. Conclusión La migración transnacional contemporánea es un proceso inevitable y forma parte consustancial de la globalización del mercado ocupacional, de los medios de comunicación, de la educación y de la cultura en general. A pesar de esta realidad los países ricos que propician la globalización son los mismos que ponen mayores obstáculos a la migración laboral con mayores barreras legales y disposiciones. Simultáneamente, están abriendo su mercado ocupacional a migrantes calificados de países pobres, lo que ensancha aún más las brechas en la producción del conocimiento. Los países pobres que en el proceso del desarrollo del capitalismo históricamente fueron y siguen siendo exportadores de materia prima; en la actualidad son también exportadores de capital humano. A su vez, los países pobres son importadores de las remesas monetarias y no monetarias. A continuación explicamos estos dos procesos con más detalle. La ‘fuga’ del capital humano En general, este fenómeno, desde que empezó la emigración de profesionales y personal calificado desde los países emisores, ha favorecido al país de destino, que además de contar con su propio capital humano formado desde que empezaron a crecer económicamente y se estabilizaron políticamente, se han visto favorecidos por la inmigración creciente del capital humano. Sin embargo, en términos de sostenibilidad esta inmigración tiene ciertos límites, como ya está sucediendo en algunos países de destino, donde el mercado laboral interno del capital humano está por llenarse o ya se ha excedido porque la demanda es mayor que la oferta. El hecho de que en los últimos años haya una creciente cantidad de emigrantes cali339

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ficados que no logran trabajar en ocupaciones para las que están preparados, a cuyo fenómeno hemos denominado como desperdicio del capital humano, es una evidencia de que el mercado laboral de alta y mediana calificación profesional en los países de destino tiene sus propios límites. Consecuentemente, desde la perspectiva de los países de destino, la fuga del capital humano desde países emisores es sostenible sólo cuando estos puedan absorber la cantidad de inmigrantes y colocarlos en los trabajos para los que están calificados. Sin embargo, son conscientes de que en algunos campos de la ciencia y tecnología, que no pueden ser cubiertos por sus propios recursos humanos, han flexibilizado la inmigración y han elaborado una política selectiva y excluyente para atraer inmigrantes calificados; entonces, para estos inmigrantes selectos el mercado laboral interno es sostenible. Este doble discurso es asumido en mayor o menor grado por cada país de destino. Cada uno de ellos tiene políticas migratorias internas distintas, aunque en la comunidad europea cada vez se tiende a un proceso de homogeneización. En los últimos 10 años cada reunión de la Comunidad Europea ha incluido entre uno de sus temas a la migración, porque de acuerdo con ellos y los países emisores, la migración es el tema de mayor importancia legal, política, social y cultural. En cada una de las reuniones se han tomado medidas cada vez más protectivas, por consiguiente anti-inmigracionistas para los migrantes laborales. Mientras los países ricos no crezcan demográficamente y los nacionales no deseen realizar trabajos manuales, riesgosos y sucios, los inmigrantes laborales no solamente los salvarán de la extinción poblacional, sino que harán que las economías funcionen y sean competitivas. Es cierto que la inmigración incontrolada y desbordada puede producir más costos que beneficios para los países de origen, los de destino y los migrantes. Los países de destino han montado toda una industria de la educación superior al destinar elevados porcentajes de su producto bruto interno y de sus presupuestos para incentivar la investigación para el desarrollo económico; las universidades han elaborado una política de captación de los mejores estudiantes de países emisores para ofrecerles educación de alta calidad que les sirve para su propio mercado, además de obtener miles de millones de dólares por concepto de derechos de enseñanza. Es verdad que estos nuevos talentos pueden retornar a sus países y contribuir al desarrollo de cuadros científicos y tecnológicos que beneficien a sus países, como hemos analizado; sin embargo, esta es una tercera prioridad como se ha indicado. En este contexto países como Taiwán, China, 340

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Corea del Sur, Japón y Singapur se han beneficiado más que los países más pobres como los de África, Asia del Sur y Sureste, y los países latinoamericanos. Desde la perspectiva de los países emisores, la emigración del capital humano no es sostenible porque no solamente ha ampliado la brecha sobre el estado actual de la ciencia, tecnología, investigación y desarrollo entre los países ricos y pobres, sino que estos últimos han visto perder año a año a sus mejores recursos humanos. Tampoco los países pobres pueden evitar que los mejores estudiantes y profesionales emigren a países ricos porque el Estado y el mercado laboral interno no pueden ofrecerles ocupaciones para los que están entrenados. Consecuentemente, los países pobres son en la actualidad exportadores del capital humano formado en las mejores universidades y centros de investigación. Los países pobres destinan una cantidad muy pequeñas de sus presupuestos tanto para la educación superior como para la investigación; a pesar de estas limitaciones, la cantidad y calidad del capital humano es considerable. En los últimos 10 años, la globalización de la educación superior y del empleo no ha favorecido a los países emisores del capital humano que en general son los países pobres. A esto se añade uno de los impactos que produce la informática que es proveer rápidamente las fuentes para acceder a la información sobre el mercado educativo global. El estudiante de un país pobre es visto como un usuario dentro del mercado educativo quien, al comparar el nivel de la educación de su país, se decide por el país rico. En esta decisión, valores culturales como el nacionalismo, el patriotismo, el amor a la familia, los amigos, el barrio donde nació, etc., empiezan a perder importancia. En suma, mientras las brechas en la producción del conocimiento entre los países ricos y pobres persistan, como hemos tratado de demostrar, la formación y el desarrollo del capital humano para los países pobres será inviable y las posibilidades de crear cuadros científicos, tecnológicos y humanistas disminuirán. No solamente seremos o ya somos pobres en el capital financiero sino también en el capital humano. En la actualidad, se mantendrán las relaciones de dependencia tecnológica, económica y educativa bajo las que viven los países pobres, además del intercambio y circulación del capital humano desigual, a no ser que los países pobres alerten a los países ricos para que puedan evaluar y finalmente darse cuenta del enorme impacto que produce la centralización del capital humano en sus países; o que desde los países pobres se produzcan cambios profundos 341

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en la política educativa, en la cultura de dependencia y en la economía que permitan a los profesionales ser más útiles a sus propio país sin que esto signifique una limitación en la decisión de emigrar, sea por razones de estudio o de trabajo, que siguen y seguirán siendo sus derechos. Las remesas Este tema ha merecido una mayor publicidad por los medios masivos de información, en particular en los países de destino en los últimos años. El Banco Mundial, la Organización Internacional del Trabajo, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Organización Internacional para las Migraciones y el Diálogo Interamericano han auspiciado investigaciones sobre el tema, además de su difusión en medios de comunicación de alcance internacional como The Economist, New York Times, Times, NewsWeek, Miami Herald, Financial Times, etc. Últimamente, académicos provenientes de los países ricos han investigado o están investigando sus impactos económicos, sociales y culturales en los países pobres. Contrariamente, no hay este mismo interés por el tema de la fuga del capital humano, tanto en los países ricos y las instituciones internacionales, como en los propios investigadores a pesar de su enorme importancia. Una razón es la poca disponibilidad de datos cuantitativos, porque es un tema más cualitativo y, consecuentemente, difícil de medir o cuantificar. En cuanto a la conciencia colectiva, si bien este último tema está implícitamente inmerso en la migración transnacional, no existe la difusión necesaria en particular sobre el impacto negativo que genera a los países pobres. Para los gobiernos de los países pobres también existe poco interés al respecto; de ahí que no haya disposiciones para afrontarlo como un tema de interés nacional e internacional; en todo caso, la política parece ser dejar hacer y dejar pasar. A nivel global, las remesas tienen impactos macroeconómicos y microeconómicos sobre los países emisores. Desde la perspectiva de los países de destino, es la mayor contribución económica de la migración transnacional; consecuentemente, las remesas pueden contribuir al desarrollo sostenible de los países pobres y de los familiares que las reciben. Un argumento que constantemente se lee en las publicaciones producidas en los países ricos es: si bien los países pobres pierden capital humano o mano de obra, ganan con las remesas. La verdad es que las remesas, si bien constituyen el mayor beneficio de la migración transnacional, es un producto final de un proceso que 342

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combina el trabajo, muchas veces en condiciones muy difíciles: la pertenencia a un país, a una familia, y la responsabilidad y la ética de trabajo y de ahorro. Estos aspectos se conocen muy poco. Tampoco se conocen las contribuciones del trabajador migrante a la economía del país receptor, al abaratamiento de los productos agropecuarios e industriales; los pagos de los impuestos al Estado, a los bancos, a las empresas privadas y la generación del empleo en miles de agencias de transferencia. Consecuentemente, el aporte económico del migrante y su trabajo es sostenible para los países de destino. La orientación consumista en las nuevas economías rurales y los barrios populares en las ciudades de países pobres, condicionada por una economía neoliberal, estimula a que las remesas se destinen a la compra de productos suntuarios, educación y productos de primera necesidad que no producen. Esta tendencia del gasto no estimula la inversión en sectores productivos que pueden generar puestos de trabajo y activar las economías de los países pobres para hacerlos menos dependientes. Consecuentemente, son vagas las posibilidades de que las remesas sirvan para un desarrollo económico autosostenible. Hemos demostrado que la oferta de dólares puede encarecer artificialmente los productos agropecuarios e industriales, además de crear una cultura de dependencia entre los familiares que empezaron a dejar de desarrollar estrategias de vida en espera de las remesas. Por la naturaleza del trabajo de los migrantes, dichas remesas son muy irregulares, lo que no permite hacer presupuestos familiares; por consiguiente, la estabilidad económica, social y sicológica de los familiares se ve afectada. No existen políticas globales nacionales para que la inmensa cantidad de dólares que entra a los países de origen pueda dirigirse a sectores productivos sociales que reduzcan su dependencia alimentaria, industrial y comercial. Las remesas monetarias y no monetarias son gastadas, invertidas o usadas de acuerdo con las necesidades familiares. Como hemos demostrado, cada familiar las destina a diversos rubros; para muchos de ellos es el mayor ingreso y para otros es casi todo lo que tienen y dependen casi enteramente de ellas. Cuanto más pobre es la familia, mayor será su dependencia de las remesas. Las remesas pueden aliviar la economía familiar durante el período del envío; cuando se interrumpen pueden producir distorsiones en la economía doméstica y al mismo tiempo estimular la emigración de otros miembros de la familia, en particular de los jóvenes. 343

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Las evidencias etnográficas en varios países muestran que la emigración se vuelve un proyecto durante el proceso de socialización y la educación de los niños y jóvenes. Entonces, ¿quiénes se quedarán en los pueblos, la comunidad, la tribu, las castas bajas o las áreas populares de las ciudades? ¿Quiénes asumirán los cargos políticos, religiosos y sociales? Ahora que la mujer se ha incorporado plenamente a la migración, ¿quién asumirá los roles necesarios de la conducción de la unidad doméstica? Es cierto que no todos se irán y quedarán los más apegados a la familia, los menos independientes, los ancianos, los niños y los muy pobres. En consecuencia, habrá dos tipos de emigración: una de capital humano y mano de obra, y otra de capital financiero a través de las transferencias. Este proceso a su vez contribuirá al proceso de urbanización de los migrantes porque éstos tienen como destino en general las grandes ciudades de los países receptores; y cuando retornan ya no se verán atraídos por las tareas agropecuarias, sino por ocupaciones urbanas, contribuyendo al proceso de urbanización rural. Este es el nuevo contexto socioeconómico actual en las áreas rurales que ha experimentado y sigue experimentando la emigración de sus mejores recursos humanos. En resumen, hasta la actualidad las remesas, si bien han incrementado sustantivamente los ingresos familiares, han creado nuevas necesidades económicas, sociales y culturales en la familia, en la comunidad y en general en el país. Algunos economistas de los países de destino opinan que si no existieran las remesas, la economía de ciertos países, especialmente los del Caribe y centroamericanos, se colapsaría. Poco saben estos analistas de las implicaciones sociales de las remesas y del uso que se les da, así como los impactos que producen en los cambios socioculturales en las mentalidades, en las subjetividades, en el creciente interculturalismo; que prefieren tener más dinero en sociedades y culturas donde todavía lo colectivo tiene un significado, no solamente en la forja de la identidad cultural, sino en el bienestar. Cuidado que las remesas pueden ser un gran aliado de la globalización económica que invariablemente favorece a los países ricos, y que además las remesas pueden ser el gran argumento para reducir o eliminar la cooperación internacional de la que todavía dependen muchos países, en particular del África y Sub-continente asiático.

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Referencias bibliográficas Smith, J. P. y B. Edwinston. 1997. The New Americans: Economic, Demographic and Fiscal Effects of Immigration. Washington: The National Academy Press. King, Russell. 1994. The New Geography of European Migrations. Londres: Belhaven Press. Mason, D. 1995. Race and Ethnicity in Modern Britain. Nueva York: Oxford University Press. Miles, R. y T. Dietrich (eds). 1996. Migration and European Immigration: The Dynamics of Inclusion and Exclusion. Machison Teanek, eua: Farleigh Dikinson University Press. Wrench, J. And Solomon J. 1991. Racism and Migration in Western Europe. Londres: Berg Publishers.

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El efecto de las redes sociales sobre la interacción de los inmigrantes de México, Centroamérica y el Caribe con los nativos de los Estados Unidos

Gilbert Brenes Introducción Investigaciones recientes en ciencias sociales han señalado la importancia de las redes sociales en el sostenimiento de los flujos, a pesar del contexto macroeconómico de los países de origen y destino. Las personas en las comunidades de origen que tienen lazos con personas que están o han estado alguna vez en el país de destino tienen mayores probabilidades de migrar que aquellas que no los tienen (Massey, et al., 1994). Las redes ayudan no sólo en el tránsito de cruzar las fronteras, pero también a proveer soporte económico y social a los recién llegados. Al principio del proceso, el efecto de las redes es débil, pero se vuelve cada vez más fuerte a medida que se incrementan los flujos. Los mecanismos de apoyo prosperan en comunidades hijas, las cuales crecen gracias a que es más probable que la gente que llega sea de los mismos pueblos que aquellos que ya radican en ellas. La formación de aglomeraciones de inmigrantes permite el resguardo y reproducción de comportamientos culturales, los cuales a su vez les permiten a estos mantener su identidad como un grupo con el mismo origen. Las comunidades hijas es un concepto estrechamente relacionado con el de enclave étnico: barrios o localidades caracterizadas por atributos físicos que son condicionados por los recursos económicos de sus habi347

Gilbert Brenes

tantes, y por albergar a recién llegados que necesitan alojamiento barato, un ambiente culturalmente familiar, y por ayuda para encontrar trabajo (Logan, et al., 2002). Esta aglomeración puede no facilitar la interacción de inmigrantes con otros miembros de la sociedad receptora, porque la interacción social puede quedarse enclaustrada dentro de los límites del grupo que brindó su apoyo. Entonces, ¿entre los latinoamericanos que emigraron a los eu, este tipo especial de capital social puede hacer decrecer la necesidad de contacto con ciudadanos de este país? El principal objetivo de este artículo es estudiar si los inmigrantes que se beneficiaron de los mecanismos de soporte por parte de familiares, amigos y paisanos tienen menor contacto con los norteamericanos. La teoría de ‘redes’ o de ‘capital social’ de la migración Las teorías económicas tradicionales han fallado en explicar ciertas particularidades de la evolución del proceso migratorio a un país, cuando hay cambios en las condiciones iniciales que lo favorecieron. Nuevos marcos teóricos han sido acuñados para explicar la perpetuación de los movimientos internacionales. Uno de ellos es la teoría de redes (Massey, et al., 1994), llamada también teoría del capital social de la migración (Massey, 1999). Una buena definición expuesta por Massey, et al. (1994: 728) es: “Redes de migrantes son conjuntos de lazos interpersonales que conectan migrantes, gente con experiencia migratoria previa, y no migrantes en áreas de origen y de destino a través de lazos familiares, de amistad, o de comunidades de origen común. Se hipotetiza que la existencia de dichos lazos incrementa la probabilidad de emigración mediante la disminución de costos, el aumento de los beneficios, y la atenuación de los riesgos relacionados con el movimiento internacional”.

A juzgar por su definición, las redes sociales no se pueden entender cómo la única causa de la migración, sino como un mecanismo complementario que la facilita, dada la presencia de factores expuestos por otras teorías: oferta y demanda laboral en al menos dos lugares diferentes, las expectativas de los migrantes de incrementar su propio ingreso en otro contexto, decisiones conjuntas a lo interno del hogar como estrategias de sobrevivencia, o las restricciones macroeconómicas en los países de origen y destino que facilitan o dificultan las posibilidades que tiene una persona que desea emigrar (Massey, et al., 1994; Massey, 1999). La perspectiva de redes enfatiza la relevancia de las estructuras sociales que se encuentran en un nivel interme348

El efecto de las redes sociales sobre la interacción de los inmigrantes de México

dio entre los individuos y los hogares como tomadores de decisiones, por un lado, y, por el otro, las condiciones macroeconómicas que estos tienen que enfrentar tanto en el origen como en el destino (Pessar, 1999). En el ciclo vital del proceso migratorio, los que lo inician no se benefician de las redes sociales porque estas todavía no han sido bien establecidas. Cuando ya están constituidas, hay mecanismos en las comunidades de proveniencia y de llegada que, trabajando juntos, simplifican el movimiento. Además, las redes no se limitan únicamente a los nexos informales. Cuando el proceso ha madurado, organizaciones formales (con fines de lucro o sin ellos) también surgen para ayudar a los inmigrantes a cruzar la frontera (Massey, 1999). Sin embargo, los lazos familiares, de amistad o de paisanaje siguen siendo el recurso más importante. El concepto de redes sociales está ligado con el de capital social, ya que el capital social es entendido como el conjunto de recursos sociales —no monetarios— susceptibles de ser aprovechados por un individuo o grupo debido a que posee relaciones con otras personas o grupos (Massey, 1999; Portes y Sensenbrenner, 1993). En otras palabras, el capital social reside y es activado en el marco de las redes, pero no se limita únicamente al empleo de este tipo de relaciones sociales, sino también a todas aquellas que le permitan la consecución de determinado fin (Coleman 1988; Bourdieu, 1985). Utilizando comunidades inmigrantes como ejemplos, Portes y Sensenbrenner (1993) discuten cuatro orígenes de capital social: introyección valorativa —value introjection— (la gente se comporta de cierta manera porque dicho comportamiento es apropiado ante los ojos de la colectividad a la que los sujetos pertenecen), transacciones recíprocas de intangibles sociales —reciprocity transactions of social intangibles—, solidaridad limitada —bounded solidarity— (los comportamientos colectivos se producen como reacciones frente a las adversidades comunes), y confianza obligada —enforceable trust— (“el capital social es generado por el cumplimiento disciplinado de las expectativas del grupo por parte de sus miembros”, p. 1325). Estos autores argumentan que el concepto de capital social ha sido empleado para enfatizar sus efectos positivos. En este sentido, la descripción previamente expuesta de las redes como facilitadoras de la migración tiene una connotación positiva. Entre otras consecuencias positivas, se puede señalar por ejemplo que Money (2003) .

Traducido por el autor del presente artículo. El texto en inglés se lee de la siguiente manera: “Social capital is generated by individual members’ disciplined compliance with group expectations”.

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Gilbert Brenes

encuentra que las conexiones sociales incrementan la probabilidad de que un inmigrantes mexicano en los eu invierta sus ahorros y remesas en una actividad productiva o en adquirir activos en su pueblo natal, en lugar de en consumo; por consiguiente, las redes impactan el crecimiento económico de las comunidades de origen. Sin embargo, basados en su tipología de los orígenes del capital social, Portes y Sensenbrenner (1993) sugieren que las redes sociales pueden también tener efectos negativos. Es decir, la dinámica de las redes sociales no sólo activa potenciales recursos sociales (capital social), sino también origina costos sociales (una suerte de capital social negativo). Actos de solidaridad comunitaria pueden producir costos para quienes los provean, si los nuevos inmigrantes tratan de tomar ventaja de estos mecanismos sin ofrecer una reciprocidad clara. Otra consecuencia negativa se deriva de las limitaciones a la libertad que la nueva comunidad impone sobre la acción individual y sobre la receptividad a la cultura externa (p. 1340) que puedan mostrar sus miembros. Los autores mencionan como ejemplo el caso de los jóvenes puertorriqueños de segunda generación que viven en el Bronx; ellos se burlan de sus pares que tratan de alejarse de su condición de privación material buscando empleo o adoptando comportamientos típicos de la cultura media estadounidense; estos son percibidos como traidores de su propia cultura y son llamados turnovers (p. 1342-1343). Entre los inmigrantes que enfrentan patrones comunes de discriminación o privación, como estos puertorriqueños, la solidaridad limitada que surge de las redes migratorias puede despertar o fortalecer un sentimiento nacionalista, así como la reproducción de prácticas y valores de su comunidad de origen. Pessar (1999) también confronta la visión de las redes como un ejercicio de altruismo puro entre inmigrantes de diferentes generaciones. Ella señala que distintas investigaciones han evidenciado cómo algunos inmigrantes ya establecidos pueden explotar a los recién llegados que se insertan al mercado laboral, ya que las redes sociales tienen el rol de favorecer el éxito o beneficio del espíritu emprendedor étnico, en perjuicio de otros inmigrantes. Desde una perspectiva de género, ella aduce que el funcionamiento de las redes sociales puede tener diferentes efectos para hombres y mujeres, puesto que aquellas reproducen los roles sociales que

.

Una posible traducción de este término podría ser cambiantes o el más castizo epíteto de veletas.

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El efecto de las redes sociales sobre la interacción de los inmigrantes de México

se originan en la estructura patriarcal de la comunidad de origen (Pessar, 1999). Como se explicó anteriormente, un producto y a la vez facilitador de las redes sociales es la formación de comunidades hijas—daughter communities—. Éstas están compuestas por aquellos que decidieron quedarse en los eu. Generalmente, contrajeron matrimonio con consortes nacidos en los eu y tienen hijos. Estos nexos representan lazos con el país de destino; se da un proceso de integración a la sociedad receptora. Investigaciones sobre inmigrantes mexicanos han mostrado que las personas del mismo pueblo natal viven en los mismos barrios en los eu, formando una comunidad que se asemeja a un subconjunto del poblado mexicano. Estos nexos que facilitan la migración (familia, amistad) se caracterizan por este origen geográfico compartido (Massey, et al., 1987). Los efectos positivos y negativos de las redes sociales pueden hacerse patentes en este tipo de contextos, tales como las comunidades hijas o los enclaves étnicos. Para un inmigrante, el enclave étnico —según la conceptualización de Logan, et al., 2002— le proporciona un ambiente más amigable al recién llegado, proveyéndole no sólo de ayuda para encontrar trabajo o vivienda, sino también la reproducción de prácticas culturales y valores —entre los cuales, la conservación de la lengua materna es primordial— que son atributos de la comunidad de proveniencia. El argumento principal de este artículo es que en estos lugares que funcionan como un espejo del pueblo de origen, el uso de los recursos disponibles a través de las redes sociales puede reducir los incentivos para desarrollar las interacciones con la sociedad receptora, por ejemplo, con estadounidenses, excepto las estrictamente necesarias —por ejemplo, la relación empleador-empleado—. Más aún, una multiplexidad de nexos con familiares, amigos y paisanos —o sea, las relaciones en todos los ámbitos de la vida cotidiana— debería disminuir la probabilidad de contacto con estadounidenses, ya que las relaciones son restringidas dentro de las fronteras del mismo grupo. Esta situación se asemeja a la de las parejas londinenses estudiadas por Bott (1955). Esta autora encuentra que las parejas en las que la relación de roles entre los esposos estaba altamente segregada, tenían a su vez redes densamente interconectadas, pues una alta proporción de sus amigos eran también compañeros de trabajo o familiares, así como .

El neologismo multiplexidad se origina en la jerga de la teoría de redes. Su definición se ofrece en la sección metodológica. Se prefirió utilizar este término en lugar de multiplicidad para ser consistente con el marco de la teoría de redes.

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también vecinos; estas parejas tenían muy poca interacción con personas que estuvieran fuera de su círculo social, cuando eran comparadas con parejas que tenían redes menos interconectadas. De cierta forma, los migrantes que requieren la misma red para diferentes propósitos pueden estar restringiendo sus contactos a su círculo social únicamente. Los datos y métodos El Mexican Migration Project (mmp) y el Latin American Migration Project (lamp) proveen información valiosa para analizar los procesos migratorios desde el subcontinente hacia los eu. Este artículo utiliza una combinación de diferentes bases de datos que son comparables entre sí y que provienen de ambas iniciativas. Estos son proyectos de investigación de la Universidad de Princeton en colaboración con la Universidad de Guadalajara, así como con otros centros de investigación en Latinoamérica. El financiamiento se obtuvo del National Institute of Child Health and Human Development (nichd) de los eu y de la Fundación Mellon (mmp, 2004; lamp, 2004). Las bases de datos empleadas son el mmp93, lamp-pr5, lamp-dr7, lamp-cr4 y lamp-nic5. Los datos fueron recolectados mediante la técnica de la etno-encuesta (Massey, et al., 1987) en varias comunidades de México (93), Puerto Rico (5), República Dominicana (7), Nicaragua (5) y Costa Rica (4). lamp incluye también bases de datos de Perú y Paraguay, pero su utilidad para el presente análisis era limitada porque hay pequeñas diferencias en las preguntas de sus cuestionarios, y parte de su información es sobre migrantes que no se dirigen a los eu, sino a otros países de Sudamérica y Europa. La selección de la muestra comienza con seleccionar una comunidad que es conocida como expulsora de flujos hacia los eu; después de definir los límites geográficos de la comunidad, los empadronadores construyen un marco muestral de viviendas; se selecciona entonces una muestra simple al azar de generalmente 200 hogares; aun cuando los enumeradores hacen preguntas sobre todos los miembros del hogar, la mayoría de las preguntas sobre migración se refieren a jefes de hogar. Adicionalmente, con el fin de contar con información referente a aquellos migrantes que no han regresado a sus países de origen, los entrevistadores recolectan nombres y direcciones de migrantes (generalmente familiares) que permanecen en los eu en el momento de la entrevista, utilizando la técnica de muestreo de bola de nieve. Seguidamente, un equipo de entrevistadores contacta y realizan la 352

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etno-encuesta a una submuestra de estos, como una versión modificada del cuestionario original (lamp, 2004; Massey, et al., 1987; mmp, 2004). El instrumento contiene una serie de preguntas que tratan de medir la existencia de redes sociales. Un conjunto de variables dicotómicas fueron construidas para operacionalizar el uso o disponibilidad de redes. Las preguntas y respuestas usadas con este propósito son: 1. ¿Quién le dio alojamiento cuando llegó la primera vez? La variable es igual a 1 si la respuesta es: paisano, amigo, o pariente; y es igual a 0 si la respuesta es: patrón, banco, no necesitó u otro. Una variable dicotómica adicional fue creada si la respuesta era no sabe. 2. ¿Estaban otros parientes en la misma casa con usted? (sin contar esposa e hijos). La variable es igual a 1 si la respuesta es sí y es igual a 0 si la respuesta es no o no se sabe. 3. ¿Estaban otros paisanos en la misma casa con usted? (sin contar esposa e hijos). La variable es igual a 1 si la respuesta es sí y es igual a 0 si la respuesta es no o no sabe. 4. ¿Ha pertenecido usted a alguna asociación recreativa/deportiva? La variable es igual a 1 si la respuesta es sí y es igual a 0 si la respuesta es no o no se sabe. 5. ¿Ha pertenecido usted a alguna asociación religiosa/social? La variable es igual a 1 si la respuesta es sí y es igual a 0 si la respuesta es no o no se sabe. 6. ¿Cómo obtuvo su empleo? La variable es igual a 1 si la respuesta es recomendado por un pariente, recomendado por un amigo o recomendado por otro paisano; y es igual a 0 si la respuesta es buscándolo, por el coyote, iba contratado, tuvo que pagar a alguien (amigo o paisano), agencia de empleo o la esquina. Se crearon variables dicotómicas adicionales si la respuesta era no sabe o si el entrevistado no tenía o tuvo un empleo en los eu. Se creó otra variable dummy para medir si el entrevistado utilizó las redes sociales para encontrar un empleo y alojamiento, y a la vez vivió con parientes o compatriotas. Se puede entender esta variable como una forma de aproximarse al concepto de multiplexidad: “[...] la tendencia de dos o más relaciones de ocurrir juntas o al mismo tiempo” (Wasserman y Faust, 1994: 422). Como se explicó previamente, el propósito del presente estudio es el determinar si el uso que los inmigrantes hacen de las redes sociales dificulta la integración, entendida como el establecimiento de interacciones 353

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con personas de la sociedad receptora. Tres variables binarias dependientes fueron construidas: relaciones con negros estadounidenses, relaciones con anglos estadounidenses —gringos—, y hablar inglés con amigos. Las preguntas que dan origen a dichas variables son: 1. ¿Qué tipo de relación ha tenido con negros norteamericanos? La variable es igual a 1 si la respuesta es amistad, de cercanía u otra; y es igual a 0 si la respuesta es ninguna (o casual) o sólo en el trabajo. 2. ¿Qué tipo de relación ha tenido con gringos/anglos? La variable es igual a 1 si la respuesta es amistad, de cercanía u otra; y es igual a 0 si la respuesta es ninguna (o casual) o solo en el trabajo. 3. ¿Cuánto usaba el inglés con sus amigos? La variable es igual a 1 si la respuesta es un poco, mucho o siempre; y es igual a 0 si la respuesta es nada. La última de las preguntas no fue hecha en las primeras 52 de las 93 comunidades mexicanas de la muestra. Por consiguiente, todos los análisis excluyen los jefes de hogar de estos 52 lugares. Además, para simplificar la interpretación de las respuestas y no confundir experiencias mixtas por parte de los migrantes, el análisis se hace únicamente con los jefes de hogar con sólo un viaje. Las variables de control empleadas en los análisis son: sexo, un conjunto de variables binarias para cada país de origen (la referencia es México), edad a la primera migración, una variable dicotómica que es igual a 1 si el migrante tiene 9 años de educación o más (0 de lo contrario), duración del primer viaje (en meses), tiempo transcurrido desde la primera migración hacia los eu, no uso del inglés en el trabajo, no uso del inglés en el vecindario (estas dos variables dicotómicas pueden considerarse como medidas de la exposición a la sociedad receptora). Los resultados también pueden ser medidos por la intensidad de la exposición de los migrantes a la interacción con anglos y negros estadounidenses. Para controlar este posible efecto, se introdujo en los tres modelos una medida de segregación residencial de los hispanos en las ciudades —zonas metropolitanas— de llegada en la primera ocasión; el indicador escogido es el índice de interacción, el cual refleja la probabilidad de que un hispano comparta el mismo segmento censal —census tract— con otro no-hispano (us Census Bureau, 2004). La ecuación sobre las relaciones con negros estadounidenses incluye también el índice de aislamiento para afroamericanos, con el fin de medir cuán limitado puede ser el contacto con esta población. El índice de aislamiento se interpreta como la probabilidad de 354

El efecto de las redes sociales sobre la interacción de los inmigrantes de México

que un negro estadounidense comparta el mismo segmento censal con otro negro. Sin embargo, las medidas de segregación residencial estaban disponibles únicamente para los años 1980, 1990 y 2000 (us Census Bureau, 2004). Si un inmigrante llegó a los eu en un año diferente a estos, pero dentro del mismo período, el valor de los índices fue estimado mediante interpolación lineal. Si el inmigrante arribó después del 2000, se le asignó el valor del 2000. Dadas las restricciones del período de tiempo, los análisis que incorporaron estas medidas se refieren únicamente a los inmigrantes que se dirigieron hacia los eu a partir de 1980. Se usaron regresiones logísticas para estudiar las relaciones entre las redes y las variables respuesta. Cada modelo fue estimado dos veces: una con toda la muestra y excluyendo las medidas de segregación residencial, y la otra con los migrantes que viajaron después de 1979, pero que incluye los índices de exposición en la ecuación. No se utilizan ponderaciones en las regresiones, aún cuando el mmp y el lamp contienen pesos maestrales, porque de lo contrario los inmigrantes de países más poblados —principalmente México— tendrán una alta influencia en los resultados. El supuesto de esta decisión es que los coeficientes estimados son los mismos para todos los individuos de la muestra, condicionales al resto de las características incorporadas al modelo. Resultados Antes de analizar si se observa un efecto de los mecanismos de apoyo en la integración de los inmigrantes, se describe las principales características de la muestra. El cuadro 1 contiene las distribuciones que se refieren a estos mecanismos, según el país de origen, así como la proporción de casos con valor desconocido en cada una de las variables. Cerca de la mitad de los entrevistados vivieron con familiares o con paisanos; la proporción que vivió con familiares es aproximadamente estable entre países, mientras que la proporción que vivió con paisanos no lo es. Tres cuartas partes de los costarricenses y más de la mitad de los mexicanos vivieron con un compatriota, pero entre los portorriqueños, dominicanos y nicaragüenses, esta proporción es mucho menor. Los nicaragüenses aparentan ser menos propensos a participar en organizaciones deporti.

Para una discusión más detallada sobre la conveniencia de incluir las ponderaciones muestrales del mmp y el lamp, léanse las recomendaciones de los investigadores de los proyectos en .

355

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vas, y es menos probable que los mexicanos sean miembros de organizaciones deportivas o sociales. En cuanto al alojamiento cuando llegaron a los eu, la mayoría de los inmigrantes se hospedaron en la casa de un familiar, aunque entre costarricenses y mexicanos los amigos fueron también importantes proveedores de un lugar para hospedarse. Finalmente, la mayoría de los entrevistados recibieron ayuda para encontrar trabajo por parte de un familiar, amigo o paisano, pero es digno de hacer notar que una proporción relativamente alta de puertorriqueños (16%) no tuvo trabajo durante su permanencia en eu. En general, la participación en clubes sociales y deportivos no fue tan frecuente como el resto de las características observadas en el cuadro 1. Cuadro 1 Indicadores de apoyo recibido por inmigrantes a eu, por país (1998-2004) Características

Total

(Tamaño de muestra) (2 560) % vivió con familiares 45,4 % desconocido 8,1 % vivió con paisanos 54,7 % desconocido 3,9 % en org. deportivas 8,7 % desconocido 4,5 % en org. sociales 8,2 % desconocido 4,6 Proveedor de alojamiento al llegar a eu (% dist) 100,0 -Paisano 5,8 -Amistad 19,3 -Empleador 12,7 -Familiar 45,7 -No necesitó / Nadie 5,2 -Otro 2,3 -Desconocido 8,9 Cómo encontró trabjao (% dist) 100,0 -Recomendado por amigo, familiar, paisano 53,5 -Por sí mismo 21,3 -Otros 8,8 -No trabaja 6,0 -Desconocido 10,5

México Puerto Rep. Nicaragua Rico Domin. (2 140) (186) (116) (66) 43,6 45,7 66,4 57,6 9,4 1,7 3,0 58,6 24,7 35,3 28,8 4,5 1,7 3,0 6,9 23,1 22,4 1,5 4,8 0,0 6,0 4,6 4,7 23,1 44,0 13,6 4,9 0,5 5,2 4,6 100,0 100,0 100,0 100,0 6,2 1,1 6,9 3,0 20,4 8,6 12,1 13,6 14,6 4,8 0,0 1,5 41,5 68,8 76,7 66,7 5,3 7,5 0,0 7,6 1,9 5,4 0,9 7,6 10,1 3,8 3,5 0,0 100,0 100,0 100,0 100,0 52,8 48,9 71,6 42,4 20,8 24,2 18,1 34,9 9,4 10,2 1,7 3,0 5,6 15,6 2,6 1,5 11,5 1,1 6,0 18,2

Fuentes: mmp93, lamp-pr5, lamp-dr7, lamp-cr4, y lamp-nic5. En: http://lamp.opr.princeton.edu/.

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El efecto de las redes sociales sobre la interacción de los inmigrantes de México

El cuadro 2 muestra la proporción de inmigrantes que reportaron tener contactos con negros estadounidenses, anglos, asiáticos y otros latinos, así como la proporción que habla inglés con amigos. Se decidió analizar sólo las relaciones con negros y anglos, así como la probabilidad de hablar inglés con amigos por tres razones: en primer lugar, los anglos y negros representan la mayor parte de la población estadounidense; segundo, su lengua nativa es el inglés, por lo que un proceso de integración de un inmigrante hispanohablante requiere un mayor esfuerzo para comunicarse e interactuar con ellos; y tercero, las relaciones con asiáticos (inmigrantes o asiático-americanos) fueron descartadas como una medida de integración por su reducido peso porcentual en términos de la población de los eu, por lo que la probabilidad de contacto también depende del nivel de exposición que un inmigrante puede tener con estos otros grupos étnicos. El cuadro 2 es además útil para ilustrar el hecho de que los portorriqueños constituyen el grupo con más contactos no sólo con anglos y afroamericanos, sino también con asiáticos y otros latinos. También muestra, como se mencionó, que la pregunta sobre ¿cuánto usaba el inglés con amigos? no se preguntó en 52 comunidades mexicanas, por lo que la variable contiene una alta proporción de valores desconocidos. Cuadro 2 Indicadores de relaciones sociales, por país. 1998-2004.a/ Características (Tamaño de muestra) % relaciones con Negros a/ % desconocido % relaciones con Anglos a/ % desconocido % relaciones con Asiáticos a/ % desconocido % relaciones con Latinos a/ % desconocido % habla inglés con amigos b/ % desconocido

Total (2 560) 45,5 5,6 40,6 5,4 6,0 50,3 50,2 5,4 12,9 49,4

México Puerto Rep. Nicaragua Rico Domin. (2 140) (186) (116) (66) 48,0 48,4 25,9 9,1 5,5 9,5 13,6 40,4 56,5 28,5 22,7 5,5 0,0 9,5 12,1 4,5 18,8 11,2 7,6 58,9 0,5 8,6 13,6 46,6 81,2 61,2 50,0 5,4 0,0 7,8 12,1 7,2 51,6 41,4 27,3 58,7 0,0 5,2 1,5

Costa Rica (52) 21,2 11,5 42,3 3,9 5,8 13,5 65,4 9,6 28,9 1,9

Notas: a/ Relaciones es definido como: “Amistad, cercanía, otros”, a la pregunta: “Qué tipo de relación há tenido con:____”, y es preguntado para los siguientes grupos: compatriotas (paisanos), Afro-Americanos, Asiáticos, Gringos/Anglos, Otros Latinos b/ Hablar inglés es definido como: “Un poco, mucho, siempre”, a la pregunta: “Cuánto usaba inglés con sus amigos?”

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Como se explicó, un factor importante de controlar es el grado de exposición de los inmigrantes a otros grupos, y en este artículo se intentó hacerlo mediante la observación del efecto que tienen dos medidas de segregación residencial sobre las variables dependientes: para todos los modelos, el índice de interacción de los hispanos; y el índice de aislamiento de los afroamericanos para las ecuaciones que se refieren a tener contactos con personas de este último grupo. Por las restricciones en cuanto a disponibilidad de información, dos modelos fueron estimados para cada una de las variables dependientes: uno con todo el conjunto de inmigrantes y otro únicamente con los que viajaron a los eu en 1980 o posteriormente. Estos últimos modelos contienen los índices de interacción y aislamiento para los lugares a los que los inmigrantes arribaron en su primer viaje. El primer par de regresiones logísticas fue calculado para la probabilidad de mantener relaciones con negros estadounidenses. Los resultados están en el cuadro 3. Entre las variables que conciernen a los mecanismos de apoyo a inmigrantes, haber vivido con familiares y haber pertenecido a una organización social/religiosa incrementa significativamente la probabilidad de contacto con la población negra, mientras que es menos probable que aquellos que fueron alojados por un familiar, amigo o paisano tengan contactos con ella. Limitar la muestra a aquellos que llegaron después de 1979 y añadir las variables de exposición no altera mucho los resultados; más aún, ni estas nuevas variables ni otras relacionadas con exposición (como las variables binarias sobre no hablar inglés en el barrio o en el trabajo) tienen un efecto significativo. En cuanto a las variables de control, es digno destacar que portorriqueños, dominicanos y costarricenses eran más propensos a interactuar con afroamericanos que los mexicanos y nicaragüenses. Además, las personas sin trabajo también tienen coeficientes positivos en ambas regresiones; como se señaló, los portorriqueños tenían la proporción más alta de no empleados (inactivos y desempleados), por lo que este fenómeno puede estar ligado con la dinámica de los portorriqueños en los eu.

.

Idealmente, sería mejor contar con índices que se refirieran únicamente a los inmigrantes, y no a todos los hispanos, pero esta información no se puede generar fácilmente.

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El efecto de las redes sociales sobre la interacción de los inmigrantes de México

Cuadro 3 Resultados de regresión logística sobre el tener relaciones con Negros estadounidenses. Variables

Muestra total

Coef País (Ref: México) Puerto Rico 1,736 República Dominicana 0,891 Nicaragua -0,660 Costa Rica 1,189 Edad a la migración (en años) -0,011 Más de 9 años de escolaridad (Ref: 9 0,066 años o menos de escolaridad) Meses en los eu 0,002 Años entre 2004 y primera migración 0,000 Vivió con familiares (Ref: No) 0,393 Vivió con amigos (Ref: No) -0,110 En org. deportivas (Ref: Not) -0,486 En org. sociales (Ref: Not) 0,713 Familiar, amigo o paisano proveyó -0,906 alojamiento Desconocido en alojamiento (Ref: -1,760 Otros proveyeron alojamiento) Trabajo gracias a familiar, amigo, -0,012 paisano Sin trabajo 1,378 Desconocido en ayuda para trabajo 2,618 (Ref: Trabajo por otros medios) No usa inglés en el barrio -0,216 (Ref: Sí usa) No usa inglés en el trabajo -0,235 (Ref: Sí usa) Hombres (Ref: Mujeres) 0,032 Índice de aislamiento Negros Índice de exposición hispanos Desconocido en índices de segregac. Constante -1,381 Log-likelihood -478,71 Test de razón de verosimilitud χ2 (gl) 220,66 (Tamaño de muestra) (1 250)

(EE)

OR

Migrantes que llegaron después de 1979 Coef (EE) OR

0,249 *** 0,303 *** 0,501 0,397 *** 0,009 0,082

5,67 2,44 0,52 3,28 0,99 1,07

1,598 0,663 -1,193 1,334 0,003 0,732

0,362 *** 0,402 * 0,582 ** 0,443 *** 0,011 0,244 ***

4,94 1,94 0,30 3,80 1,00 2,08

0,001 ** 0,007 0,186 ** 0,180 0,284 * 0,263 *** 0,240 ***

1,00 1,00 1,48 0,90 0,62 2,04 0,40

0,001 0,001 0,216 -0,239 -0,423 0,558 -1,048

0,002 0,012 0,233 0,226 0,356 0,326 * 0,298 ***

1,00 1,00 1,24 0,79 0,65 1,75 0,35

0,861

0,17

-1,835 1,162

0,16

0,99

-0,060 0,246

0,94

**

0,195

0,368 *** 3,97 0,453 *** 13,70

1,053 0,466 ** 2,87 2,368 0,509 *** 10,67

0,223

0,81

-0,064 0,282

0,94

0,236

0,79

-0,276 0,303

0,76

0,222

1,03

0,287 0,637 0,673 0,661 0,819

0,449 ***

Notas: *: p
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