Paisajes de enlace para el clima. La costumbre trasterminante y el aprovechamiento de rastrojeras en la provincia de Zamora

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Descripción

LIBRO TRASHUMANCIA PORTDAS 2016_Maquetación 1 02/09/16 17:56 Página 1

PASTORES

TRASHUMANCIA

Y GANADERÍA EXTENSIVA

LIBRO TRASHUMANCIA PORTDAS 2016_Maquetación 1 02/09/16 17:56 Página 2

PASTORES

TRASHUMANCIA

Y GANADERÍA EXTENSIVA

PAISAJES DE ENLACE PARA EL CLIMA: LA COSTUMBRE TRASTERMINANTE Y EL APROVECHAMIENTO DE RASTROJERAS EN LA PROVINCIA DE ZAMORA Esther Isabel PRADA LLORENTE

Doctora en Arquitectura, especialista en paisaje

inTRODuCCiÓn: COSTumbRE TRASTERminAnTE, PAiSAJE, PATRimOniO Y SuELO.

En el trabajo que se presenta nos proponemos detallar unas prácticas bajo las que subyacen un buen número de lecciones, incidiendo especialmente en sus dimensiones simbólica e identitaria que además preservan los suelos de la degradación1. La eficiencia territorial de estas prácticas, trasterminancia y aprovechamiento de pastos, hierbas y rastrojeras en las comarcas del sur de Zamora, Sayago y güareña-Tierra del Vino parece clara y cualquiera de los modos espontáneos de funcionamiento, deberían ser conservados en las mínimas condiciones en que han llegado hasta nuestros días así como potenciados para lo cual como paso previo y desde nuestra aportación, planteamos una nueva representación cualitativa del territorio y la costumbre, el paisaje fundamentado en los saberes tradicionales o patrimonio inmaterial (Prada, 2014 y 2016). La ganadería extensiva y trashumante ligada a la práctica agropecuaria de rotación de cultivos que permite la derrota de mieses una vez levantada la cosecha y los espigaderos, aprovechamiento de pastos por parte de las cabañas ganaderas tanto las propias como las de comarcas colindantes, se mantienen así mismo como ejemplo del uso de la naturaleza, con suficiente ganancia y sin apenas pérdidas en el soporte, en el suelo, recurso y bien patrimonial raíz. Esta faceta va indisolublemente unida como ya hemos mostrado en otro lugar a los tres tipos de paisaje que coexisten en cada entidad local de las pertenecientes a la comarca sayaguesa asociados a las derrotas y a la propiedad comunal y privada de la tierra, su huella más emblemática es la pared, cerca de piedra realizada con mampostería en seco: 1) paisaje del cortineo o campos cercados, 2) paisaje de los campos abiertos comunales y 3) paisaje de la dehesa, con el lenguaje, la toponimia y los elementos construidos asociados para cada escala que los engloba, territorial, urbana y arquitectura tradicional (Prada, 2014).

1 El presente trabajo forma parte del Proyecto de Investigación I+D+i CSO2012-39564-C07-01, Subproyecto de la Universidad de Valladolid sobre Los Paisajes Patrimoniales de la España interior septentrional y occidental. Asimismo fue presentado en las III Jornadas Ibéricas de Ecología del Paisaje celebradas en Cáceres con el apoyo de la IALE Europa, dentro del área Paisajes agrarios de los países ibéricos.

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Pastores trashumantes en este espacio apenas quedan pero todos y cada uno de ellos2, son grandes conocedores de las destrezas que van a resultar fundamentales para afrontar la transformación a una nueva sociedad que se deberá adaptar a los límites del espacio y a la escasez de recursos. Esto ocurre mientras el campo castellano y leonés se despuebla y prácticamente todo el territorio ha sido intervenido, pero ciertas formas de manejo del mismo siguen manteniendo una considerable biodiversidad a su alrededor.

El presente trabajo incide en la toma de conciencia sobre su importancia y la valoración de su función como receptor de una sabiduría necesaria para dar continuidad a un manejo agrario que enlaza de forma circular, no lineal, siempre ligado a la renovación de los recursos, formas de la historia de nuestra propiedad territorial que han cristalizado las costumbres tradicionales, permitiendo por otra parte una mejora del suelo en el sentido que reconocen las organizaciones internacionales como relevantes frente a los trastornos climáticos. 1. LOCALiZACiÓn Y mETODOLOgÍA

Este trabajo refleja el rico patrimonio que permanece en la memoria colectiva gracias a la transmisión de la última generación que aún pervive entre dos modos de vida radicalmente diferentes. En el origen de este trabajo de campo estaba el estudiar la cada vez más relegada trasterminancia entre las comarcas del sur de Zamora -con alguna de las cuales llevamos trabajando un tiempo sobre el carácter de su paisaje agrario- con el fin de que esta práctica, sus elementos materiales y recursos asociados así como los espacios en los que se realiza fueran entendidos y valorados como bienes patrimoniales.

Al mismo tiempo, que fueran percibidos como aglutinantes simbólicos de algún tipo de identidad colectiva a través de la imagen y su cartografiado cualitativo, dado que lo que tratamos de una parte fundamentalmente es de carácter inmaterial y de otra, la activación de estos espacios corre a cargo de la acción organizada por las comunidades locales que gestionan sus recursos.

2 Agradecemos a los pastores de Sayago y las personas consultadas de las Juntas Agrarias Locales de Toro, Fuentesaúco, El Piñero, Villamor, El Maderal, Cuelgamures y Castrillo, a los Ayuntamientos de Bermillo y Almeida de Sayago, El Piñero, El Maderal, Villamor de los Escuderos y Cuelgamures, a la Unidad Veterinaria de Bermillo, a ANCA - Asociación Española de Criadores de Ovino selecto de Raza Castellana-, a ASOVINO asociación de ganaderos de ovino y caprino, a LACUSA, empresa familiar de laneros zamoranos situada en Monfarracinos, la colaboración desinteresada e información prestada para la elaboración del presente trabajo. Así mismo a José Manuel Mangas por su cercanía y diligencia en la búsqueda y localización de documentación relativa al ámbito objeto de estudio en el Archivo de Vías Pecuarias del Ministerio de Agricultura.

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Figura 1: El paisaje de la trasterminancia al sur de la provincia de Zamora, rayano con Portugal y con Salamanca. Cabaña de ovejas churras y castellanas a su paso por Fresno de Sayago. Dibujo a tinta sobre papel vegetal. Todos los dibujos que se muestran han sido realizados por la autora como parte del trabajo de campo realizado para Los Paisaje Patrimoniales de España.

Se ha planteado como objeto de estudio por razones de vivencia y experiencia, el aprovechamiento de pastos y rastrojeras o espigaderos de los municipios pertenecientes a Sayago y guareña-Tierra del Vino, comarcas que se localizan a ambos lados de la Cañada de la Vizana o Vía de la Plata, cañada que se ajusta a una vieja calzada romana que unía Astorga con mérida (Alonso, 2003) en el tramo que va desde el puente romano de la ciudad de Zamora sobre el que se sitúa, hasta que llega por el Sur a la provincia de Salamanca.

Esta práctica trashumante se realiza para suplementar la alimentación de las cabañas ganaderas de ovino fundamentada en los recursos pastables de invierno de los municipios de origen en Sayago según la institución de las “derrotas” y la “hoja”, aspectos desarrollados en trabajos anteriores (Prada, 2007, 2014). – 45 –

Planteamos un registro de la costumbre a través de cartografías cualitativas definiendo estos conocimientos ecológicos tradicionales concebidos a partir de la experiencia de adaptación al entorno, compartidos y valorados por una comunidad y transmitidos de generación en generación, ciñéndonos a dos recorridos que realizan todos los años para aprovechar los espigaderos desde julio a noviembre pastores de gamones y Tudera que trasladan conjuntamente sus cabañas de ganado ovino de razas churra, y castellana a Villamor de los Escuderos en La guareña, y de Escuadro a la localidad de El Piñero, próxima al anterior municipio pero dependiente de Tierra del Vino.

En lo referente a las técnicas empleadas, se recurrió, básicamente, a la observación, al dibujo y a un repertorio de diversas formas de entrevista, así como a la información documental disponible y relativa a ordenanzas municipales localizadas en los archivos de las Cámaras Agrarias o contratos de arrendamiento de pastos facilitados por los propios pastores y las Juntas Agropecuarias Locales. Por otra parte la cartografía en diferentes escalas como base para la realización de los dibujos y esquemas, se trata fundamentalmente de la recogida en el Archivo Histórico de Vías Pecuarias y Patrimonio forestal del ministerio de Agricultura, Alimentación y medio Ambiente, las pañoletas E. 1:25.000 del instituto geográfico nacional relativas a los términos municipales objeto de estudio y sobre las que ya hemos trabajado en ocasiones anteriores (Prada, 2008) y cartografía facilitada por los Ayuntamientos y Juntas Agrarias Locales, para intentar construir o dibujar, esquemas de ordenación de de pastos, rastrojeras, caminos y ovejas,... algo inexplorado, un sistema, con materiales dispersos. 1.1 VÍnCuLO nATuRAL Y gEOgRáfiCO.

La provincia de Zamora se halla situada entre los 41º 7´ y 42º 20´, de latitud norte, y entre los 1º 31´y 3º 20´de longitud Oeste, respecto al meridiano de madrid. Tiene una extensión superficial de 10.571 Km2 y limita al norte con la provincia de León, al Este con la de Valladolid, al Sur con la de Salamanca y al Oeste con Orense y Portugal. Situada en el extremo noroccidental de la meseta norte española marca la transición entre ésta y el país galaico. Las unidades geomorfológicas según la clasificación del mapa de Suelos de la provincia de Zamora son las siguientes: a) Reborde montañoso noroccidental, b) Región de sierras y altiplanicies interiores, c) Penillanura Zamorano-Salmantina y d) Depresión del Duero.

A efectos del presente trabajo y siguiendo la definición del citado mapa de Suelos nos centramos, en la c) Penillanura Zamorano-Salmantina: constituida por una amplia llanura de origen erosivo tallada sobre viejos granitos y surcada por tajos profundos por los que discurre el Duero y la red subsidiaria. El río Tormes, en su último tramo, separa la parte salmantina de la zamorana; esta última más conocida por Tierra de Sayago, y en la d) Depresión del Duero: forma parte de la depresión interior de la – 46 –

meseta norte que comprende la totalidad de la provincia de Valladolid y considerables extensiones de ávila, burgos, León, Palencia, Salamanca, Segovia, Soria y Zamora. De hecho, corresponde a esta región el 50% provincial, no obstante, se considera aquí solamente la superficie situada a la izquierda del río Esla. La depresión del Duero se halla separada en dos subregiones por el río que le da nombre; la Tierra del Pan al norte y la Tierra del Vino al Sur, apareciendo el relieve de esta última en forma ondulada o fuertemente ondulada.

En cuanto a la red hidrográfica obedece casi por completo al Duero cuyo caudal tiene un poder erosivo marcado fundamentalmente en la frontera con Portugal, en los denominados Arribes, límite occidental de Sayago, al que confluyen multitud de riveras cuyos cauces por lo general se encuentran secos en verano y desbordados en primavera por el granito superficial que conforma el suelo sayagués.

Por otra parte los terrenos de Zamora pertenecen al basamento de la meseta, formaciones terciarias y cuaternarias. Los terrenos antiguos representan aproximadamente, el 48,5% de la provincia mientras que los sedimentos modernos cubren el 51,5% del territorio. En los terrenos antiguos se incluyen los granitos de Sanabria, Sierra Segundera, gamoneda, y la penillanura zamorano-salmantina, Tierra de Sayago. Los sedimentos modernos se extienden por La Tierra del Vino, Tierra del Pan, Tierra de Campos, comarca del Tera- Vidriales y zona de Tábara. En cuanto al clima hay dos netamente diferenciados: a) el de la Depresión del Duero, de tipo semiárido, templado y moderadamente extremado y b) el de la región de Sanabria, de tipo semihúmedo-húmedo y sin aridez.

En cuanto a vegetación y cultivos y según señala el mapa, las diferencias climáticas, topográficas y edafológicas se manifiestan a través de aquellas. A los efectos de las zonas de estudio, en Tierra del Vino, Toro y Raso de Villalpando, los pinares tienen alguna importancia debido principalmente a repoblaciones forestales y en Sayago, el roble, jaral, brezal, encina y quejigo predominan junto a zonas de alcornoque.

Tanto en Tierra del Vino, que incluye guareña y Toro, como en el borde occidental de Sayago conocido como Arribes, tiene importancia también el almendro, el olivo y el viñedo, aprovechada antaño en este último la hoja de la viña por las cabañas de ovino.

La zona típica de cereales ligada especialmente al aprovechamiento de rastrojeras es la Tierra del Pan, Tierra de Campos, siguiéndole Tierra del Vino, produciéndose antes también en Sayago, especialmente centeno. – 47 –

Figura 2: Rivera, Sayago. Dibujo a lápiz.

2. PAiSAJE Y PATRimOniO inmATERiAL PARA minimiZAR LAS COnSECuEnCiAS DEL CAmbiO CLimáTiCO.

mejorar el contenido de materia orgánica propiciando la captura de carbono en los suelos mediante la implementación de praxis agrarias adaptadas a las condiciones locales, se trata de uno de los objetivos ligados al cambio climático y la seguridad alimentaria. La transición hacia una agricultura y ganadería basada en una gestión adecuada del suelo, contribuye al objetivo de mejora frente a la degradación de la tierra neutralizando las emisiones de carbono a largo plazo.

Los suelos ricos en materia orgánica y por tanto en carbono requieren favorecer la cubierta vegetal bajo todas sus formas. Como se expone en la iniciativa francesa 4 por 1000 con motivo de la Conferencia para el Clima, la introducción de franjas de hierba y – 48 –

cultivos intermedios, el desarrollo de los setos de borde de las parcelas agrícolas y la optimización de los pastos a través del pastoreo, suponen prácticas agrícolas y ganaderas que aumentan el carbono de los suelos y que deben ser puestas en marcha a gran escala.

identificar y facilitar la difusión de unas prácticas tradicionales que se adecúan a estas espectativas, se trata del proceso de investigación que llevamos desarrollando un tiempo sobre el paisaje agrario en el occidente castellano leonés y el otro lado de la frontera hispanoportuguesa.

En este sentido y a pesar de la dificultad para mover el ganado por la modificación de los trazados viarios tradicionales, vías pecuarias que durante centurias utilizaron las cabañas ganaderas, permisos para desplazar los rebaños o seguridad vial, en la mitad sur de la provincia de Zamora ocupada por las comarcas de Sayago y güareña-Tierra del Vino localizadas a ambos lados de la Vía de la Plata, la primera en la raya portuguesa y la segunda en el ámbito suroriental provincial, se sigue manteniendo la institución de las derrotas y los espigaderos, prácticas agrícolas y de la ganadería extensiva. Estas prácticas han cristalizado un paisaje secular, dinámico e integrado en una escala bioregional en el sentido de experiencia social y natural que teje relaciones entre la gente y el lugar, que contienen unas claves espaciales concretas y unos valores esenciales asociados.

Tal como reconoce el Convenio sobre la Diversidad biológica de las naciones unidas, se respetarán, preservarán y mantendrán, los conocimientos y las prácticas de las comunidades locales que entrañen estilos tradicionales de vida pertinentes para la conservación y utilización sostenible de la diversidad biológica. En el presente caso repercute además en la alimentación a través de la indicación geográfica Protegida Lechazo de Castilla y León, o en la industria textil y cada vez más en la construcción, a través de los productos de la lana.

Asimismo reconoce la recientemente aprobada Ley de Patrimonio Cultural inmaterial, que el patrimonio no incluye solo la herencia material de cada pueblo, las expresiones “muertas” de su cultura como son sitios arqueológicos, arquitecturas, objetos en desuso,...sino que el patrimonio de una nación también está compuesto por los productos de la cultura popular (Canclini, 1999), bienes actuales visibles e invisibles, las lenguas o los conocimientos tradicionales asociados a determinadas prácticas y usos.

Por otra parte y frente al Estado primero y al mercado después, emerge la sociedad civil como agente que valoriza los recursos a través de las agrupaciones, asociaciones, colectivos, plataformas, o áreas conservadas por comunidades locales a través de instituciones consuetudinarias. Se plantea por tanto la relación existente entre esos bienes culturales inmateriales, los recursos genéticos asociados, el territorio y el paisaje, con las necesidades con– 49 –

temporáneas de la población que los sustenta, el pastoreo extensivo en una entidad local y la trasterminancia para el aprovechamiento de los recursos pastables en municipios de comarcas próximas, un paisaje en proceso que se regula en los municipios del oriente zamorano al igual que en los de la comarca sayaguesa, a través de la propiedad territorial mediante las Juntas Agropecuarias Locales. Herederas de las antiguas Hermandades de Labradores y ganaderos, estas asociaciones de derecho privado así como los propios pastores, compatibilizan al tiempo Agricultura y ganadería en un uso sustentable de los recursos. 2.1 bREVE APROXimACiÓn A LA LEgiSLACiÓn SObRE LA PROTECCiÓn DEL PATRimOniO inmATERiAL.

La práctica de la trashumancia ya reconocida como patrimonio inmaterial, se encuentra ligada a la conservación de las vías pecuarias, entramado territorial que se articuló en los antiguos reinos de la península ibérica en torno a diferentes gremios ganaderos, los de carácter general como La mesta y los de carácter local como las Hermandades de Labradores y ganaderos. Los bienes culturales de carácter inmaterial no eran contemplados en las primeras normas españolas. Así, en el Real Decreto-Ley de 9 de agosto de 1926 sobre protección, conservación y acrecentamiento de la riqueza artística, el Patrimonio Etnológico, en cuyo seno se incluirían las manifestaciones inmateriales, sólo se nombra en relación a lo típico y “pintoresco”, tan sólo referido a los conjuntos arquitectónicos. La Ley relativa al Patrimonio Artístico nacional de 1933, ni siquiera menciona el Patrimonio Etnológico, que sólo volverá a aparecer cuando en 1953 y en 1961 se publican Decretos que se refieren a inventarios, catálogos y servicios que incluyen al Patrimonio etnológico o folclórico pero de carácter material. Será la Ley del Patrimonio Histórico Español de 1985, la que empiece a considerar explícitamente los valores inmateriales del Patrimonio, denominándolos “conocimientos y actividades”. En esta Ley se incluye sobre el Patrimonio Etnográfico del que forman parte “los bienes muebles e inmuebles y los conocimientos y actividades que son o han sido expresión relevante de la cultura tradicional del pueblo español en sus aspectos materiales, sociales o espirituales” (artículo 46), en tanto que valores intangibles e inmateriales. Estos conocimientos y actividades “tendrán valor etnográfico y gozarán de protección administrativa cuando procedan de modelos o técnicas tradicionales utilizados por una determinada comunidad”. Así mismo y si están en previsible peligro de desaparecer, “la Administración competente adoptará las medidas oportunas conducentes al estudio y documentación científicos de estos bienes”.

Se considera patrimonio cultural inmaterial según la recientemente aprobada Ley para la salvaguardia del Patrimonio Cultural inmaterial: los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cul– 50 –

tural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad.

El patrimonio inmaterial no es conservable ni reproducible más que por sus propios portadores o protagonistas que junto con toda la sociedad son sus titulares, debiendo decidir ellos, como poseedores de un derecho intelectual colectivo sobre el cambio o la permanencia de sus manifestaciones, por ello la Ley no habla tanto de conservación cuanto de salvaguarda o protección. En esta misma línea, la Convención de la unESCO, alejándose de la tradicional idea de “conservar” propia del patrimonio cultural material, enumera algunas medidas o sistemas de protección. En este sentido esta investigación profundiza en los usos sociales del patrimonio a través de la trashumancia de corto recorrido y los aprovechamientos pastables así como su relación con la propiedad territorial y el paisaje cultural en el que cristaliza, aspectos ya iniciados en investigaciones anteriores a través de las que se han reflejado gráficamente los derechos de pastoreo sobre los terrenos comunes y particulares una vez levantada la cosecha en los municipios de Sayago (Prada, 2007, 2014). 3. AmOLDARSE A LA COSTumbRE: APROVECHAmiEnTO DE LOS RESiDuOS DE LOS CuLTiVOS.

En la exposición de motivos de la Ley de Vías Pecuarias de 1995 podemos leer como es indudable la importancia económica y social que durante siglos revistió la trashumancia y el mercado lanero asociado, a cuyo amparo los ganados aprovechaban pastizales complementarios. Así mismo Eduardo garcía de Enterría afirma que la institución secular del aprovechamiento de pastos de un municipio en beneficio ajeno, que conlleva una privación de una facultad de la propiedad para ser atribuida a un tercero, supone la historia de nuestra propiedad territorial, por tanto del paisaje, antes y después de las Cortes de Cádiz a través de su continuidad en las Ordenanzas municipales surgidas de la Ley de Pastos de 1938 -desarrollada por su Reglamento de 1954-, al que sucedió el Reglamento de Pastos, Hierbas y Rastrojeras de 1969. Éstas, fijaron la costumbre agraria y ganadera prestando un relieve de primer orden para entender, aplicar y perfeccionar una institución que resurgió tras su desconocimiento legal e ignorada por el gran público (garcía de Enterría en nieto, 1959: X). uno de los mayores méritos de la citada Ley según nieto, fue la de estar inspirada en las costumbres tradicionales, ratificando lo que el ganadero siempre había hecho, ofreciendo situaciones similares a las históricas, parcelación y cultivos de secano, en atención a lo que siempre había existido en España (nieto, 1959). no obstante el paulatino abandono y declive de la práctica trashumante iniciado con las desamortizaciones de mediados del s. XiX, fundamentalmente con la des– 51 –

amortización comunal de 1855, la conocida como Ley madoz, supuso un abandono progresivo tanto de los aprovechamientos comunales como de los trazados de los caminos ganaderos, así como un intrusismo creciente.

Figura 3: Camino de los Contrabandistas, vía pecuaria que atraviesan las cabañas de ovino trasterminantes a su paso por el Teso Santo en la raya entre Santiz y Peñausende. Dibujo a tinta. – 52 –

En su obra sobre Ordenación de Pastos editada en 1959 por la Junta de fomento Pecuario de Valladolid refiriéndose a la Ley de 1938 y el Reglamento de 1954, Alejandro nieto define cómo el aprovechamiento de los subproductos y desperdicios de los campos, presenta en España unas características peculiares que la diferencian del resto de Europa, entendiendo por “pastos, hierbas y rastrojeras”, los pastos naturales y subproductos que no pueden considerarse como praderas. La importancia de la Ley a que se refiere, radica en que “se amolda a la costumbre” y es consecuencia de lass antiguas prácticas de las “derrotas” y privilegios como el de la “possessión” mesteña, vigorizando de esta forma el ordenamiento jurídico, asegura nieto, instituciones que ya eran genuinas del campo español. En el presente trabajo nos centramos fundamentalmente en la relación ganadería-agricultura a través de la institución de la derrota o compascua y aprovechamiento de rastrojeras entre términos municipales próximos, dado que el privilegio de la possessión se encuentra ligado a la gran trashumancia o de largo recorrido y en relación con la mesta.

El motivo de la diferenciación respecto al resto europeo, considerando la cuestión de la parcelación de la propiedad, se comprende porque los aprovechamientos de los residuos de los cultivos no serían posibles si no se arbitrase un medio para que los ganados pudieran entrar en los campos sin quebrantar los “sagrados” derechos del propietario. fuera de España, se desperdician estos importantes subproductos de las cosechas; en los envidiables países húmedos este despilfarro tiene su explicación al no necesitar las ovejas este sustento (nieto, 1959: 9).

Las ovejas se desparraman por todo el término municipal sin consideración alguna del titular de cada predio, de tal manera que a los efectos de pastos, no existen propiedades particulares, sino que la totalidad de los campos se transforma en una sola parcela. Las tierras poseen un doble carácter, individual y colectivo, origen de las “derrotas”: división del terrazgo en dos o más hojas cultivadas de forma alternativa, de manera que cada año quedaba alguna en descanso y proporcionaba pasto a los ganados (Costa, 1915, Cabo, 1956), subsistiendo actualmente la partición de la hoja en los municipios sayagueses a pesar de los cerramientos de fincas.

Las derrotas, suponían, el derecho de los ganaderos de aprovechar con sus rebaños los terrenos sembrados una vez levantadas las cosechas. En España tuvieron especialmente carácter municipal y por tanto el beneficio lo tenía la ganadería estante (nieto, 1959).

Estos aspectos a que nos referimos ya han sido tratados y reflejados gráficamente en trabajos anteriores sobre la propiedad del terrazgo y el colectivismo agrario, organización de las derrotas de mieses y partición de la hoja que compatibiliza agricultura y ganadería en la comarca de Sayago (Prada, 2007, 2014), aproximándonos en el presente a los aprovechamientos de pastos de La guareña-Tierra del Vino. – 53 –

Figura 4: Cartografía cualitativa que representa la derrota de mieses, sistema de aprovechamiento de año y vez y partición en dos hojas, en las tierras comunales situadas en torno al cortineo de la aldea, para el término de una entidad local sayaguesa. Dibujo a tinta sobre papel vegetal.

Otro de los datos que valoriza y da interés al régimen de pastos es el relativo a las instituciones y organismos que los gestionan, las antiguas Hermandades de Labradores y ganaderos, antecesoras de las actuales Juntas Agropecuarias Locales, considerando nieto, que el pastor español tiene verdadera vocación por su oficio y que la raza de sus reses, merina, churra o castellana, se acondiciona al clima y a la tradición. A pesar de ello, se va configurando poco a poco el sistema estante ayudado como el más común (nieto, 1959: 27), afirmando asimismo por estas fechas que el régimen de cultivos de secano sufría una considerable transformación, ya que los aparatos – 54 –

mecánicos conseguían que las tierras no permanecieran incultas durante mucho tiempo, que los tractores periódicamente raían los campos, extirpando las más pequeñas hierbas, y que los barbechos aparecían limpios de cualquier parásito vegetal, vagando las ovejas por ellos sin encontrar alimento (nieto, 1959), cuestiones que podemos corroborar en la actualidad fundamentalmente por el abandono de los campos y el subdesarrollo demográfico que asola esta región.

Figura 5: Justificantes de pago a la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos por aprovechamiento de pastos y rastrojeras -bienes comunales- con arreglo al número de cabezas de ganado. Documentos familiares de la autora 1958, 1968 y 1972.

3.1 AnTECEDEnTES HiSTÓRiCOS.

ihering afirma que en la época primitiva no se reconoce la propiedad privada del suelo y por tanto, los pastos pertenecían a la comunidad. Entre los estudios realizados al respecto, el de Alejandro nieto nos dice, que el aprovechamiento de pastos fue en parte una motivación de la existencia de la propiedad comunal (balseyro, 1964:3). – 55 –

En época romana la organización de una colonia conforme a las normas administrativas, consistía en una cuadriculación de los terrenos inmediatos al casco urbano fundamentado en el cardo y el decumanus, cuyas parcelas resultantes se entregaban a los colonos. Los terrenos no divididos se dedicaban a la explotación común de los beneficiarios de las parcelas geométricas, de tal manera que cada possessor o vicinus recibía por sorteo un lote de tierras individualizado para su cultivo y un derecho a los pastos del común que llevaba anejo a aquéllas, los denominados compascua (nieto, 1959:58). De esta forma se lograba una compatibilización de las actividades agrícolas y pecuarias tal y como en Sayago siguió manteniéndose hasta fechas recientes la denominada heredad o unidad básica de aprovechamiento agrícola, constituida por, una casa, un herreñal, un huerto y una tierra “de pan llevar” en las tierras comunales (Prada, 2014).

Con las invasiones bárbaras, el soldado se convierte en agricultor y ganadero, que protege y respeta a cambio de su participación en la propiedad y en el disfrute de las tierras al indígena, denominándose estos últimos consortes frente a los hospites visigodos. La propiedad individual sigue existiendo, e incluso se reafirma no sólo para las tierras de cultivo sino para los pastos. Pero al lado existe la propiedad indivisa cuya regulación se especifica en la Ley X, 1, 9, según S. isidoro (nieto, 1959: 58). Probada la existencia de bienes comunes entre los visigodos, en el Liber iodiciorum, un verdadero código ganadero, se reconoce la existencia de los baldíos o campi vacantes, considerados en España continuación de los de época romana. Jovellanos supone que en el período visigodo surgen los baldíos, muy importantes para la ganadería y en la historia de la propiedad en España. Las tierras se dividían en no cultivables, eriales y prados, que se aprovechaban en común y campos de cultivo dónde los labradores disponían de sus cosechas (grau, 1968).

Son bienes de aprovechamiento común en su uso a vecinos y forasteros, a estantes y trashumantes -iter agentes-, de modo que éstos pueden detenerse, depositar la carga y apacentar el ganado sin limitación alguna. Para asegurar estos aprovechamientos estaba prohibido a los particulares cercar con zanjas, origen de los posteriores privilegios mesteños (nieto, 1959: 59).

En cuanto a las tierras dedicadas al cultivo, se distinguen tierras de secano y huertas. Para éstas, rige el principio de propiedad absoluta, mientras que para las tierras de cultivo, rige el principio de las derrotas.

En la regulación de aprovechamientos de pastos, aparece con importancia excepcional el conventus publicus vicinorum -antecedente de la Hermandad de Labradores y ganaderos- constituido por todos los vecinos es decir, por todos los cabezas de familia y tiene personalidad jurídica y económica, estando integrada tanto por los visigodos como por los hispanorromanos. La L. Viii, 4, 14, nos habla del término conventus en el sentido de asamblea de vecinos, ante las que debe solicitarse la prenda del ganado (nieto, 1959: 64). – 56 –

El término “convento” o “concurso de gente”, que berceo aplica a una comunidad religiosa, vento-”lugar”; vento-”las mismas personas”; se toma de conventus- “reunión de gente”, deriva de “venir”-venire, en el sentido de movimiento hacia un lugar, cualquiera que fuese la posición que respecto a él ocupase el sujeto hablante (DCECH, 1986).

Esta comunidad agraria debía trazar un fin colectivo de explotación, un programa económico. Son, pues, el aprovechamiento colectivo comunal con la trashumancia, las características ganaderas que han venido determinando el espacio durante siglos (grau, 1968). A partir de este momento distintas fueron la formas de aprovechamiento de pastos y rastrojeras: a) pastos comunales, con base en las tradiciones municipales, y con arreglo a la legislación local y pastueña; b) pastos de propiedad particular, en aquellas fincas que permitan una explotación pecuaria independiente de sus aprovechamientos de pastos durante el año pastoril, dando lugar a un aprovechamiento directo y libre por el propietario, o bien, cederlo en régimen de arrendamiento o aparcería; c) pastos en régimen de concentración, mediante el ejercicio mancomunado de la ganadería –institución consuetudinaria– en virtud del cual todos o algunos de los labradores de una localidad ponen en común los pastos que poseen, reúnen su ganado en un rebaño y lo confían a un solo pastor, al que pagan en proporción al número de cabezas de ganado que posee cada uno y por último d) el régimen especial que coordina los intereses agrícolas y ganaderos, que lejos de quedar a la iniciativa privada su gestión, se encuadra en una gestión administrativa sujeta a un régimen especial, sin que ello implique la desaparición de garantías y derechos particulares. Económicamente tiene su fundamento en que sólo la forma colectiva implica verdadero valor en los disfrutes pecuarios siempre compatibles con las labores agrícolas, actividad por otra parte de muchos ganaderos en el ámbito del presente estudio. 4. TRADiCiÓn Y VigEnCiA ACTuAL DE LOS ESPigADEROS.

En el preámbulo de la Ley de Pastos anteriormente citada y con la finalidad principal de coordinar los intereses agrícolas y ganaderos se especifica que: “las perturbaciones que del actual régimen de aprovechamiento de pastos, hierbas y rastrojeras se producen en los términos municipales de explotación agrícola parcelada, imponen la necesidad de una ordenación que respetando normas consuetudinarias basadas en características comarcales, coordine los intereses agrícolas y ganaderos, atendiendo al mayor rendimiento, de acuerdo con el interés nacional” (grau, 1968: 28). Para lo cual se propuso a las Juntas Locales de fomento Pecuario, que elevaran a las Juntas Provinciales correspondientes las Ordenanzas que deberían regir el – 57 –

aprovechamiento de pastos y rastrojeras de sus términos municipales respectivos, quedando facultadas las citadas Juntas para concentrar y delimitar los linderos a efectos de aprovechamientos temporales y por el período de duración de éstos, estableciéndose así mismo las servidumbres de paso y abrevaderos que se estimaran necesarios, denominándose las superficies acotadas por esos linderos “cuarteles”, zonas de aprovechamientos pastables que son conocidas por sus topónimos según el trabajo de campo efectuado tal y como se refleja en los dibujos adjuntos. De otra parte los denominados “enclavados”, serían aquellas zonas excluidas de dicho aprovechamiento es decir, el enclave se considera aquél terreno exceptuado de la masa comunal de pasto. Se estableció así mismo que las Hermandades Locales delimitarían esos polígonos o cuarteles de aprovechamiento de pastos considerando la tradición correspondiente al período ganadero, siendo los accidentes naturales, ríos, valles, montañas o vías pecuarias y red de caminos los que mejor habían de delimitar, tanto por su conocimiento como por su permanencia.

Hasta que no se levantaba la mies y siguiendo la costumbre, la ley no autorizaba el paso del ganado en los rastrojos, haciendo la salvedad en fincas de más de diez hectáreas, en que “podrán entrar cuando el cultivador haya transportado a la era la mies de la mitad de la parcela” (grau, 1968: 39), pudiéndose obtener los aprovechamientos de las siguientes formas: 1) por pastoreo en régimen colectivo, en los términos municipales que desde antiguo no existiera delimitación de polígonos y se reconozca la subsistencia de este régimen, tal es el caso de la comarca sayaguesa fronteriza con Portugal, cuyo proceso ya ha sido explicado en trabajos anteriores según un modelo gráfico y visual (Prada, 2007, 2014), 2) por pastoreo en dula, 3) por arrendamiento de pastos de las fincas excluidas, 4) por adjudicación directa entre los ganaderos del término y 5) por subasta de los pastos de los polígonos del término municipal, tal es el caso de los municipios del oriente zamorano guareña/Tierra del Vino en los que se admiten ganaderías trashumantes. Para éstas, se reserva un cupo de pastos de temporada que cubra las necesidades de las mismas, siendo fundamentalmente los pastores de Sayago los que trashuman para aprovechar estas rastrojeras suplementando de esta forma las necesidades alimentarias de su cabaña ganadera.

Estos pastos se adjudicaban por un precio de tasación y se subastaban con un mes de antelación a la fecha en que debía comenzar el aprovechamiento de los mismos, acreditándose con una cartilla la condición de ganadero con explotación pecuaria, correspondiéndole al ganadero adjudicatario la superficie pastable en relación con el número de cabezas de ganado cuya posesión acreditaba en la cartilla. En el caso de quedar pastos sin adjudicar en la primera subasta, se celebraba una segunda quince días más tarde en iguales condiciones, a las que concurrían los ganaderos, siendo o no del término municipal (grau, 1968). – 58 –

Figura 6: Camino de Cuelgamures en Güareña/Tierra del Vino. Dibujo a tinta.

Esta práctica ha sido confirmada mediante información oral facilitada por ganaderos de Sayago así como por las Juntas Agropecuarias Locales de guareñaTierra del Vino según la cual, esta forma de arriendo de pastos ha desaparecido desde hace unos años debido a la escasez de los que acuden a dichos aprovechamientos, estableciéndose en la actualidad un precio por adjudicación directa, acordado entre la Junta Agropecuaria Local y el pastor que realiza la trasterminancia a los espigaderos.

De otra parte grau afirma que en el art. 570 del código Civil se expresa que: las servidumbres existentes de paso para ganados conocidas con los nombres de Cañada, Cordel o Vereda o cualquier otro, y las de Abrevadero, Descansadero y majada, se regirán por las Ordenanzas y Reglamentos del Ramo y en su defecto, por el uso y la costumbre del lugar (grau, 1968: 68), aspectos que con el devenir del tiempo y las modificaciones acaecidas en cuanto a la propiedad territorial y las formas de manejo agropecuario, por tanto del paisaje que podemos percibir, han sido obviados causando grave perjuicio para el mantenimiento de estas formas tradicionales de gestión sostenible de los recursos. Perfeccionamientos de técnicas agrícolas como la concentración parcelaria, ocasiona una disminución de las superficies pastables. El aumento de las parcelas produce una disminución de las lindes, pasto apreciable en las mesetas castellanas, de otro lado, la concentración permite una intensificación de las labores y en consecuencia, una disminución de las hierbas de los barbechos (grau, 1968:28). – 59 –

5. ELEmEnTOS iDEnTiTARiOS ASOCiADOS A LA COSTumbRE TRASTERminAnTE.

Como hemos apuntado en trabajos anteriores (Prada, 2016) recoger aquellos aspectos identitarios que tienen que ver con una lectura simbólica del paisaje por parte de sus habitantes, es el punto de partida para la protección de estos paisajes de enlace. Los elementos más importantes son los que tienen que ver con su forma de vida, cultivos, vegetación, agua, tierra,... siendo el relieve únicamente el soporte para todo ello. En general los pastores, agricultores, Juntas Agrarias,...a los que hemos entrevistado trabajan según los modos tradicionales transmitidos, su percepción es rica en cuanto a los significados del territorio que soporta su actividad, una escala de detalle asociada a la experiencia, dentro de la cual se incluyen además las celebraciones, fiestas, rituales,...en determinados hitos territoriales, urbanos y arquitectónicos asociadas a la caminería trasterminante.

Figura 7: Esquema de las zonas de pastoreo, denominados cuarteles en Güareña/Tierra del Vino y toponimia asociada en los términos de El Piñero y Villamor de los Escuderos según información oral. Montaje de dibujos a lápiz y tinta sobre cartografía. – 60 –

frente a este modo de ver, la mirada de las personas que no tienen vinculación con el lugar establece una visión del paisaje más general, constituyendo los núcleos de población o urbanos uno de los elementos focalizadores de su percepción.

Esto nos lleva a la conclusión de que si protegemos los conocimientos tradicionales, protegemos el medio. Es lo que podemos deducir respecto a la tradicional dependencia de muchas comunidades locales que tienen sistemas de vida basados en recursos biológicos. 5.1 áREAS COnSERVADAS POR COmuniDADES LOCALES.

importantes organismos internacionales como el Programa de naciones unidas para el medio Ambiente -PnumA- o el Convenio de la Diversidad biológica -CbD, refiriéndose a los ecosistemas naturales y a las comunidades locales, están reconociendo cada vez con mayor énfasis el importante papel de las áreas Conservadas por Comunidades Locales, iCCA, su potencial para la conservación y el desarrollo del mundo rural, así como la sociedad en general. En este sentido y para el presente trabajo, se redactaron por diferentes asociaciones y agrupaciones locales sendos documentos en defensa del pastoreo extensivo y sus recursos patrimoniales materiales e inmateriales asociados, aunque debido a su extensión únicamente los enumeramos: 1. En defensa de los sistemas tradicionales de movimiento ovino en Zamora. AnCAAsociación española de criadores de ganado ovino selecto de raza castellana. 2. Activación del patrimonio local. Junta Agraria Local de Toro-Tierra del Vino.

3. Activación del patrimonio local. Asignación de valores y apropiación social. Junta Agraria Local de fuentesaúco-güareña. 4. Activación del patrimonio local. Asignación de valores y apropiación social. Junta Agraria Local de El Piñero-Tierra del Vino.

5. Activación del patrimonio local. Asignación de valores y apropiación social. Junta Agraria Local de Villamor de los Escuderos-güareña.

6. Aprovechamiento de hierbas y rastrojeras, interés de la investigación. Junta Agraria de Castrillo de La güareña. 7. Sobre los usos y costumbres relativos a la trashumancia del ganado ovino. Ayuntamiento de bermillo de Sayago.

8. Sobre la importancia del ganado ovino y su manejo. Ayuntamiento de Almeida de Sayago. – 61 –

Ejemplo de uno de los documentos en defensa del pastoreo extensivo y sus recursos patrimoniales asociados materiales e inmateriales. – 62 –

5.2 TRAZADOS E iTinERARiOS: CAñADAS, VÍAS PECuARiAS Y PATRimOniO ARQuiTECTÓniCO ASOCiADO.

Dentro del patrimonio histórico de nuestras comunidades, un pilar básico lo constituyen las vías pecuarias como vertebradoras de la economía y pioneras del concepto de titularidad pública de un territorio.

Figura 8: Patrimonio arquitectónico asociado al aprovechamiento de pastos, hierbas y rastrojeras. Sede de la Cámara Agraria de Toro. Edificio situado en el casco urbano, ha sido objeto de rehabilitación por su bodega subterránea. Dibujo a tinta.

Los antecedentes de la pérdida de gran parte de este patrimonio cultural se fundamentan, tanto en la histórica conflictividad social en el uso de las vías pecuarias por agricultores y ganaderos, como en una pérdida progresiva de los valores naturales, culturales e históricos albergados en este patrimonio público. El marco de una sociedad rural, que viene transformándose progresivamente con un abandono constante y sin reestructuración, implica asimismo el cambio hacia un entendimiento urbano del territorio. A la hora de actuar en el sentido de su recuperación, deviene fundamental la identificación de las vías pecuarias con base en la experiencia sobre su existencia en el ámbito de las entidades locales, tal es el caso de los caminos y cañadas investigados para el presente trabajo, valorizando un uso que garantice la sostenibilidad en el tiempo de este patrimonio. – 63 –

La práctica totalidad de la red caminera en Sayago y sus valles comunales constituyen una red cañariega, habilitan espacios entre las tierras cultivadas permitiendo la marcha de los rebaños, compaginando la rotación de los cultivos de año y vez o al tercio, la derrota de mieses y la partición de la hoja con la cabaña ganadera existente. Ligados a las cañadas y vías pecuarias aparecen en el territorio, elementos de la arquitectura tradicional como chozos, chiviteros, casetas de pastor, pilas y abrevaderos, corrales y cercados. La red que estructura y da forma a los entornos edificados de los núcleos de población, se trata de una red de caminos que permitía el tránsito de ganados en su desplazamiento a los aprovechamientos comunales y espigaderos de comarcas próximas, como hemos relatado y dibujado asimismo en trabajos anteriores (Prada, 2007, 2014). 5.3 LOS PASTOS, HiERbAS Y RASTROJERAS Y EL PASTOREO, fuEnTE DE EnERgÍA Y RECuRSO gEnÉTiCO.

Ante el déficit de alimentos surgido tras la segunda guerra mundial, en Europa, se buscó desarrollar un nuevo régimen de producción que asegurase el abastecimiento de toda la población; esto dio origen a que se aprobase en 1962 la Política Agraria Común -PAC-. A partir de ella se potenció el desarrollo de agriculturas intensivas que maximizasen la producción frente a los modelos extensivos tradicionales. Estas prácticas tuvieron una serie de consecuencias negativas sociales y ecológicas entre las que se encuentran la sobreproducción de alimentos, la disminución de la población rural, la pérdida y fragmentación de los hábitats o la disminución de la biodiversidad en grupos como las aves. Así, los pastizales semi-naturales originados por actividades agropecuarias extensivas, han sufrido un importante declive a nivel europeo en la segunda mitad del s. XX, lo que ha desembocado en que hayan sido incluidos como hábitats protegidos dentro del anexo de la Directiva Hábitat de la uE (Da Silva, 2010: 75).

Los cambios en el uso del suelo y en la gestión de los pastos, han dado lugar al proceso de colonización por especies leñosas, provocando una homogeneización del paisaje, la reducción de la biodiversidad y un aumento de los riesgos de incendio. Desde la segunda mitad del siglo pasado, los ecosistemas pastorales están siendo alterados por diferentes causas como la intensificación agraria, la alteración y destrucción directa causada por trabajos de ingeniería civil, pero también por el abandono de las tierras y de las prácticas tradicionales que acaban provocando la colonización de los pastos por las especies arbustivas (madruga, 2010), motivo por el cual, la existencia de los pastos en el ámbito mediterráneo está siendo amenazada. Desde el punto de vista ganadero implica la pérdida directa de los recursos pastorales tanto en extensión como en producción y valor nutritivo. – 64 –

Figura 9: Patrimonio arquitectónico asociado al aprovechamiento de pastos, hierbas y rastrojeras. Corrales en Fuentesaúco prácticamente desaparecidos propiedad de la Junta Agraria: Corral de Guarratino, Corral de las Cabras, Corral de los Toros. Dibujos realizados por Constantino Miguel de la Junta Agraria de Fuentesaúco, en el cuaderno de campo de la autora.

Los pastizales semi-naturales se encuentran en franca regresión en todo el territorio de la unión Europea, tanto por su abandono, como por las alteraciones en el uso del suelo. La desaparición de este tipo de hábitats implica el declive de la flora y fauna asociadas, dependientes del mantenimiento de las labores de manejo tradicionales de carácter extensivo. El efecto del cese de alguna de estas prácticas va acompañada de una disminución de la diversidad vegetal (Da Silva, 2010).

Se considera el pastoreo una de las medidas para la restauración de la cubierta vegetal (madruga, 2010) así como también que el pastoreo extensivo aumenta la diversidad de especies de pasto (fernández-Lugo, 2010). – 65 –

En la región fronteriza con Portugal, a ambos lados de la “raya”, se ha producido en las últimas décadas una paulatina disminución de la población, acompañada de un envejecimiento de la misma con el abandono consecuente y progresivo del manejo tradicional de sus recursos. Pero aún se mantienen reliquias tales como las que mostramos en el presente trabajo que en los países desarrollados, se están valorando por el papel de los hervívoros en la conservación del territorio mediante sistemas de pastoreo como un servicio ambiental de la ganadería (mantecón, 2010: 103).

5.4 PRODuCTOS DERiVADOS: inDiCACiÓn gEOgRáfiCA PROTEgiDA LECHAZO DE CASTiLLA Y LEÓn Y LA LAnA.

El producto de esta indicación geográfica Protegida, igP, es la cría de ovino en la Comunidad Autónoma de Castilla y León procedente entre otras, de las razas Churra y Castellana. Según relata la Resolución de mayo de 2011 relativa a la igP estas razas, aunque durante muchos años quedaron oscurecidas por la preponderancia de la merina, siempre tuvieron un alto significado económico en las explotaciones agrícolas, dónde existía una gran simbiosis entre este ganado y la agricultura; aquél servía como base de la fertilización del terreno y a cambio, recibía el aprovechamiento de los subproductos agrícolas de la explotación. La evolución histórica como ya hemos señalado consistió en la decadencia de la ganadería y sobre todo a partir de los procesos desamortizadores, se fue produciendo paulatinamente la cerealización de la meseta que abandonó su especialización ganadera por la agricultura (bOE, 2011).

Dentro de estas razas, la castellana y la churra tradicionalmente ligadas a las zonas cerealistas de Castilla y León, actualmente su censo se concentra más en comarcas de pastizales y monte en las provincias de Zamora, Salamanca, ávila y Soria. Las explotaciones son de tipo familiar, pero su censo ha sufrido un constante retroceso por la despoblación, su sostenimiento resulta pues fundamental para fijar población en estas zonas rurales.

La buena carne de ovino según señala la citada Resolución de 2011, se ha asociado a su alimentación y dieta basada en las rastrojeras y pastos naturales, por lo tanto aún siendo un producto ganadero siempre se ha considerado un producto natural de calidad porque éste venía asociado directamente con la tierra. Y este binomio con las zonas cerealistas y de pastos de secano naturales, es el esquema que une y vincula un producto final con las raíces de su geografía, estableciéndose el mismo en base a sistemas de producción extensivos y semiintensivos.

De otra parte la lana, nombre que se aplica a las fibras que se obtienen de la piel de las ovejas domésticas, utilizadas en la fabricación de textiles tanto las de mayor – 66 –

calidad como las denominadas “de posío” procedentes de las ovejas churras cada vez adquiere una mayor relevancia como material de construcción, aislantes en cubiertas o en cañerías y depósitos así como aislamiento térmico y acústico para el revestimiento de cámaras o entre medianeras. 6. COnCLuSiÓn.

El Paisaje Cultural es definido en el Plan nacional aprobado en la sesión del Consejo de Patrimonio Histórico de 4 de octubre de 2012, como el resultado de la interacción en el tiempo de las personas y el medio natural, cuya expresión es un territorio percibido y valorado por sus cualidades culturales, producto de un proceso y soporte de la identidad de una comunidad. La complejidad que encierra, hace necesario arbitrar los mecanismos apropiados de identificación, protección y gestión. Entre estos mecanismos, la inclusión en la lista del Plan nacional de Paisajes Culturales del “Paisaje agrario de la comarca de Sayago” con esta denominación, supone una valorización de los recursos tradicionales que han cristalizado su paisaje secular. Entre estos recursos y de manera muy destacada, estos paisajes de enlace, la trasterminancia, el pastoreo extensivo y los aprovechamientos de pastos en los espigaderos de comarcas como La güareña, han permitido históricamente y aún permiten mantener este paisaje como un recurso local vivo.

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