Otras miradas sobre los tiempos constructivos en la iglesia de Santa María la Blanca (Los Palacios y Villafranca). 2015

Share Embed


Descripción

OTRAS MIRADAS SOBRE LOS TIEMPOS CONSTRUCTIVOS EN LA IGLESIA DE SANTA MARIA LA BLANCA (LOS PALACIOS Y VILLAFRANCA) Publicado en Revista El Soberao, segunda época, número 5, páginas 15-18, Junio 2015

La iglesia “nueva” de la Ilustración Durante toda la segunda mitad del siglo XVIII, las consecuencias del famoso terremoto de Lisboa de 1755 provocaron la necesidad de restaurar una parte importante de las iglesias del arzobispado de Sevilla, lo que facilitó al mismo tiempo una profunda renovación estética de estos templos, que en su mayoría eran de origen medieval. Estas reedificaciones permitieron, igualmente, la aplicación de las directrices que para el ejercicio del Noble Arte de la Arquitectura se establecieron desde la entonces recién creada Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, generándose una progresiva implantación de las estéticas academicistas y neoclásicas sobre fábricas precedentes gótico-mudéjares, renacentistas y barrocas. Aunque, como el propio pueblo, la parroquia de Santa María la Blanca de Los Palacios y Villafranca tiene más de 600 años de historia, la configuración del edificio que hoy vemos corresponde fundamentalmente a una importante rehabilitación (1790/96) que se inscribe en este periodo de la arquitectura sevillana. Si exceptuamos su destacada torre, se trata de una construcción con una arquitectura exterior relativamente modesta, caracterizada por formas constructivas tradicionales, donde solo los volúmenes de la cúpula, las linternas y la disposición de portadas laterales nos remiten a una verdadera singularización. Sin embargo, su interior se presenta como un magnífico edificio que destaca por el uso de soportes columnarios para las arquerías de la nave central, frente al recurso más convencional 1 de utilizar macizos pilares de ladrillo como encontramos en otros templos del mismo estilo . En la iglesia de Los Palacios los pares y dobles pares de columnas marmóreas que sostienen los arcos generan una espacialidad diáfan a, liviana y elegante, que combina con una arquitectura todavía barroca pero premeditadamente carente de ornamentos por esta implantación del academicismo. La construcción de su potente torre, concebida como intencionado hito arquitectónico y que sustituyó a un cuerpo campanario anterior que prevalecía sobre la antigua fachada de los pies, fue terminada en 1794 como culminación de 2 esta gran reedificación diseñada por el arquitecto diocesano Fernando Rosales , que estuvo motivada por la situación de potencial ruina que presentaban los arcos de la nave del Evangelio: “aviendo reconocido la iglesia parroquial […] hallo notarse considerable daño en la olanza de los arcos que están a la isquierda del edificio a la vanda de la Puerta llamada de la Sombra: los quales arcos están cuarteados por diversos sitios por manera que según mi inteligencia amenazan grave daño y ruina a toda la iglesia y de consiguiente la que puede inferirse a el Divino culto y a los 3 feligreses” .

“En el comedio de las dos poblaciones” Sin embargo, esta importante reconstrucción de Santa María la Blanca a finales del siglo XVIII estuvo a punto de no realizarse. En 1790, el concejo de Los Palacios, al “ser noticiados de estarse tratando la reedificación de la Yglesia 4 parroquial”, solicitó al arzobispado que en vez de reconstruir la antigua se construyese una iglesia nueva “firme y capaz para los dos expresados vecindarios [Los Palacios y Villafranca de la Marisma]”. La argumentación del concejo para esta petición se basó en que “depracticarse solamente dicha reedificación nada se adelantaría porque consistiendo todo el defecto y ruynas de dicha Yglesia en sus simientos sería indispensable enteramente su derrivo y gastos consiguiente a una nueva fábrica, y aún entonces no selograría el fin de que los fieles cómodamente pudiesen oír misa, y asistir todos en las funciones solemnes que se celebran en dicha Yglesia por carecer de hueco competente para los que suelen concurrir, vecinos de ésta y de la inmediata de Villafranca”. Como segunda argumentación se consideró que “resultaría hacerse los dichos gastos y después de algún tiempo incurrir en otros por causa de ser antigua dicha fábrica” ; efectivamente, apenas veinte años antes de la urgente necesidad de esta nueva rehabilitación, la parroquia ya había sido objeto de importantes obras de reforma motivadas por sus problemas estructurales. Junto a este reiterado argumento de la escasa superficie del edificio, se insistía también en la circunstancia de que el cuerpo de campanas no garantizaba convenientemente la llamada a los cultos “especialmente en la misa del Alva, que los más de los fieles son trabajadores del campo, y les presisa oírla, y porque hallándose fundada [la parroquia] al confín de esta población los vezinos de la otra se hallan muy distantes apenas oyen las Campanas, y se quedan sin oír misa”. En definitiva, ante esta problemática situación de la iglesia parroquial, el concejo de Los Palacios remitió al arzobispado la citada petición, donde se sugiere que “en el diámetro que ocupa la antigua quedaría sitio muy capaz y confinante con el campo para el Zementerio, mayormente cuando se halla en altura”, mientras que se proponía como emplazamiento idóneo para la construcción de un nuevo templo que “en el comedio de las dos poblaciones, sitio communado para ellas, se halla una manzana en donde se puede construir dicha iglesia, sitio muy oportuno por su amplitud y decencia, la más pública de aquellas, y se titula la Plaza en donde communmente se fabrican Templos y 5 edificios y desde luego se erige alguno de los Communados de ambos pueblos ” .

Pero esta original y argumentada petición, que habría que valorar como un importante antecedente del futuro e inexorable entendimiento conjunto de las dos poblaciones, fue rechazada por las autoridades eclesiásticas, decidiéndose en su lugar la ampliación de la iglesia primitiva por los pies y su recomposición interior. Se procedió en este momento a la construcción de las actuales bóvedas, cúpula, crucero, nuevo coro y tribuna del órgano, además de levantar la torre, lo que transformó considerablemente el edificio histórico que hasta esa fecha tuvo planta basilical de 6 tres naves sin crucero y techumbre de madera vista como cubierta de la nave central .

Santa María la Blanca y los Ponce de León Pero además de esta contextualización sobre sus ilustradas formas arquitectónicas, convendría realizar algunas matizaciones respecto a su origen. Tradicionalmente se viene considerando que la primera construcción de su fábrica “se levantó en el siglo XV, a 7 expensas de la Casa de Arcos que ostentaba el señorío de Los Palacios” , lo que implicaría una cronología posterior a 8 1427-1432 y justificaría, igualmente de forma tradicional, su dedicación a la Virgen Blanca por ser la patrona de Arcos 9 de la Frontera . Sin embargo, de la consulta de documentación histórica podríamos establecer una interpretación distinta respecto a la fundación de esta primitiva y única parroquia de Los Palacios, que al igual que la propia fundación del pueblo habría que vincularla a la creación del señorío de Los Palacios del Atalayuela (del Huélamo) por la familia sevillana González de Medina, y proponer una cronología anterior, aunque imprecisa, correspondiente al último cuarto del siglo XIV. Evidentemente, en cuatrocientos años de pertenencia del señorío de Los Palacios al ducado de Arcos y Osuna, es absolutamente lógico atribuir a este linaje diversas fórmulas de participación en las reformas, ornamentación y mantenimiento del edificio, pero habría que aclarar que, en cualquier caso, no está acreditado que los Ponce de León ejerciesen un patronazgo directo sobre el templo. A este respecto, resulta muy interesante la referencia incluida en un documento que redacta en 1744 José Galán y Vea, corregidor de Los Palacios, para inf ormar al duque de sus posesiones y derechos en el lugar: “Dícese, pertenecer a la Cassa deel Excelentísimo Señor Duque mi Señor el Patronato de dicha Yglesia Parroquial, aunque aquí, no se halla instrumento alguno que lo acredite, ni la Cassa tiene 10 presentación alguna en ella, ni obligación, a contribuirle” . En otro documento que firma en 10 de marzo de 1791 el párroco y mayordomo de Santa María la Blanca, Alonso Baquero y García, se certifica que “el Excelentísimo Señor Duque de Arcos no es Patrono de dicha Iglesia Parroquial ni tiene sus armas en dicha Yglesia en parte alguna della, ni 11 como tampoco silla en el presbierio” . También se recoge en el informe de 1744 la referida creencia popular de que la construcción original de la iglesia fue realizada por los Ponce de León, aunque a esas alturas del siglo XVIII ya se manifestaba una total desvinculación entre los duques, como señores del lugar, y el templo parroquial, y únicamente pervivía esa conexión por la presencia de algunas heráldicas existentes en la armadura de madera vista del techo y en determinadas piezas litúrgicas: “y me persuado, que esta noticia y voz común, y antigua, ha podido tener su origen de haber costeado la cassa la fábrica de la dicha iglesia, o dádole algunas alhajas, pues en el maderaje deel cuerpo, o nave principal de ella, se descubre pintado el escudo delas armas de la Cassa, y también lo está en la peana que sirbe para el Cyrio Pascual; y en el Sitio 12 principal de la Cruz, o, Guión de Plata, se halla gravado, y esculpido el Castillo Palacio que tiene la Cassa” . El escudo pintado al que se hace referencia en la armadura de la nave principal ya habría desaparecido en 1791, según el documento de Alonso Baquero, pero sí se conserva todavía el “Guión de Plata”, es decir, la cruz procesional, que representa en su tondo central una visión panorámica y esquemática del antiguo castillo y casa-palacio, a modo de emblema del ducado de Arcos.

Santa María la Blanca y los González de Medina Pero pese a este comprensible entendimiento tradicional de la primitiva iglesia de Los Palacios como una fundación atribuible a los Ponce de León, podríamos acreditar que la primera fábrica del templo ya existía con anterioridad a la compra del lugar por los señores de Marchena y condes de Arcos. En 1425, Beatriz González de Medina, que había 13 heredado de su padre el señorío de Los Palacios junto a su hermana Teresa, hacía donación como dote matrimonial a su hijo, Pedro Barba, de su mitad correspondiente del lugar. En el acta de su toma de posesión ya se hace mención 14 explícita a la existencia de la referida iglesia . Posteriormente el apoderado que vino a formalizar la toma de posesión por la compra de una primera mitad realizada por el I conde de Arcos, Pedro Ponce de León, fue recibido siendo “miércoles primero día del mes de Enero del dicho año del Señor de 1427, podría ser a hora de misa de prima poco más o menos tiempo, estando ayuntados cerca de la Iglesia del dicho lugar de Los Palacios los alcaldes y omes 15 buenos…” . Cincuenta y tres años antes, en 1374, en la carta-puebla que promulga el “Señor que so de Los Palacios del 16 Atalayuela del Huélamo” , ya se establecía explícitamente el compromiso de Fernán González de Medina de “fazer en 17 el dicho lugar una Eglesia y Carnezería y Lagares” . Como ya analicé en otro artículo dedicado al castillo de Los 18 Palacios , y aunque en principio esta referencia sólo determinaría una declaración de intenciones, la premeditada localización de la iglesia ocupando uno de los extremos de la pequeña elevación natural sobre la que se asentaron las primeras viviendas, alineada frente al conjunto del castillo y casa-palacio del Atalayuela que ocupaba el extremo 19 contrario, generó entre ambos edificios los ejes viarios que constituyen el germen original de la organización urbana . Por estas referencias documentales y factores urbanísticos habría que establecer con claridad la primera construcción del templo parroquial durante el período del señorío de los González de Medina (1371-1427/32), y proponer como interpretación más factible que su levantamiento se desarrollase en paralelo y como parte esencial de la creación del nuevo pueblo de Los Palacios a partir de 1374.

Más de seiscientos años después de la fundación de este lugar y de su parroquia, que también lo fue posteriormente de Villafranca de la Marisma, Fernán González de Medina, I Señor de Los Palacios del Atalayuela y más que “posible” promotor de este templo, sigue sin tener rotulada a su nombre una simple calle del pueblo que él mismo creó.

Notas: 1

Santa María Magdalena de Dos Hermanas o San Bartolomé de Sevilla, por ejemplo. . El profesor Francisco Ollero Lobato documenta y analiza esta intervención en su estudio Cultura Artística y Arquitectura en la Sevilla de la Ilustración (1775-1808). 2004 . 3 Archivo General del Arzobispado de Sevilla (en adelante AGAS). Justicia. Ordinario. Autos de fábrica. Leg.11640. Informe sobre la parroquial de Los Palacios por el maestro alarife Sebastián Pérez Jiménez (4/11/1790). La ruina de estos arcos estuvo motivada por problemas de cimentación en sus columnas de apoyo. . 4 Ibídem 5 Ibídem. Rúbricas: Lucas Muruve de Lerena; Francisco Moreno; Antonio Amador; Luis Begines; Benito Baquero; Diego Sánchez y Lázaro Baquero Paes. Señal: Bartolomé Bohorquez. . 6 Ollero Lobato, Francisco. Obra citada. . 7 Web oficial http://santamarialospalacios.com/. Consulta 16/04/2015. . 8 Compra del lugar de Los Palacios, en dos mitades, por Pedro Ponce de León, V señor de Marchena y I conde de Arcos. 9 En realidad, el patronazgo de la Virgen de las Nieves en la ciudad de Arcos es bastante tardío, 1737, mientras que las primeras referencias documentales conocidas a la advocación de Santa María la Blanca para la iglesia de Los Palacios corresponden a 1466, por lo que habría que matizar esta vinculación asociándola no tanto al patronazgo de Arcos como a las devociones familiares de los Ponce de León. . 10 Archivo Histórico Nacional (en adelante AHN). Secc. Nobleza. Osuna. C.178, D. 41-46. . 11 AGAS. Justicia. Ordinario. Autos de fábrica. Leg. 11640. . 12 AHN. Secc. Nobleza. Osuna. C.178, D. 41-46. . 13 Fernán González de Medina. . 14 AHN.Secc.Nobleza.Osuna,C.176,D.44-45. 15 Ibídem. 16 AHN. Secc. Nobleza. Osuna, C.176, D. 10-11. No confundir con el Privilegio de Población de 1371, que es la licencia real para la creación del pueblo. En esta carta-puebla aparece como título del señorío y topónimo, además de “Los Palacios del Atalayuela”, el complemento “del Huélamo”, que no se volverá a utilizar en la documentación posterior. 17 Ibídem. 18 Archivo Hispalense, Tomo 94, Nº 285-287, pp. 245-261.2011 . Disponible en http://www2.manchoneria.es/usuario/2964/fernando-bejines/ 19 Calles Andrés Bernáldez (antigua “del Hospital”) y Pedro Pérez Fernández (antigua “de Arriba”). 2

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.