ORTEGA OLMEDO, Ricardo. La puesta en valor del patrimonio mueble en Castilla-La Mancha como elemento de identidad regional. Trabajo Fin de Máster Universitario en Investigación en Letras y Humanidades, Universidad de Castilla-La Mancha. Ciudad Real, 2013-2014.

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Descripción

MÁSTER UNIVERSITARIO EN INVESTIGACIÓN EN LETRAS Y HUMANIDADES

Curso académico: 2013-14

La puesta en valor del patrimonio mueble en Castilla-La Mancha como elemento de identidad regional.

Trabajo de Fin de Máster realizado por:

Ricardo Ortega Olmedo Dirigido por: María Esther Almarcha Núñez-Herrador

ORTEGA OLMEDO, Ricardo. La puesta en valor del patrimonio mueble en Castilla-La Mancha como elemento de identidad regional. Trabajo Fin de Máster Universitario en Investigación en Letras y Humanidades, Universidad de Castilla-La Mancha. Ciudad Real, 2013-2014. Dirigido por: María Esther Almarcha Núñez-Herrador. Calificación: 10, mención para Matrícula de Honor.

Índice 1. Resumen ............................................................................................................. 3 2. Introducción ......................................................................................................... 4 2.1 Elección del tema..................................................................................... 4 2.2 Objetivos .................................................................................................. 6 2.3 Estado de la cuestión .............................................................................. 6 2.4 Estructura del Trabajo Fin de Máster .................................................... 13 2.5 Agradecimientos .................................................................................... 14 3. Identidad regional .............................................................................................. 15 3.1 Identidad: definición y tipos ................................................................... 15 3.2 La construcción de la identidad ............................................................. 17 3.3 Cultura e identidad ................................................................................. 19 3.4 Identidad y territorialidad ....................................................................... 20 3.5 Antecedentes de la Comunidad autónoma de Castilla-La Mancha ..... 23 3.6 La formación de Castilla-La Mancha ..................................................... 26 3.7 Creando mitos: la manipulación política de la identidad ....................... 28 3.8 Símbolos [y tópicos] de identidad de Castilla-La Mancha .................... 31 3.9 En busca de la identidad regional: Castilla-La Mancha ........................ 38 3.10 Divulgación de una identidad: publicaciones y prensa ....................... 40 4. El patrimonio mueble castellano-manchego..................................................... 44 4.1 ¿Qué es patrimonio? ............................................................................. 44 4.2 Valores y funciones del patrimonio ....................................................... 46 4.3 El patrimonio mueble ............................................................................. 49 5. Patrimonio e Identidad ...................................................................................... 57 5.1 Mantener el pasado para construir el presente .................................... 57 5.2 Intervenciones sobre el patrimonio mueble en Castilla-La Mancha ..... 60 5.3 La función identitaria del patrimonio mueble......................................... 63 5.4 Continente, contenido e identidad ......................................................... 66 5.5 La interpretación y manipulación del patrimonio ................................... 69 5.6 La identidad en la legislación patrimonial ............................................. 71 5.7 El turismo como factor identitario .......................................................... 75 6. Castilla-La Mancha: análisis de casos.............................................................. 79 6.1 La arqueología ....................................................................................... 79 6.2 Exposiciones temporales: IV Centenario del Quijote ............................ 83 6.3 Unidos por la religión ............................................................................. 87 6.4 Herencia Recibida.................................................................................. 91 1

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6.5 El patrimonio castellano-manchego del mundo contemporáneo.......... 95 7. Conclusiones ................................................................................................... 100 8. Bibliografía....................................................................................................... 107 8.1 Bibliografía general .............................................................................. 107 8.2 Catálogos de exposiciones.................................................................. 118 8.3 Noticias de prensa ............................................................................... 121 8.4 Recomendaciones y legislaciones en materia de patrimonio ............. 123 8.5 Webgrafía............................................................................................. 126

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ORTEGA OLMEDO, Ricardo. La puesta en valor del patrimonio mueble en Castilla-La Mancha como elemento de identidad regional. Trabajo Fin de Máster Universitario en Investigación en Letras y Humanidades, Universidad de Castilla-La Mancha. Ciudad Real, 2013-2014. Dirigido por: María Esther Almarcha Núñez-Herrador. Calificación: 10, mención para Matrícula de Honor.

1. Resumen. En paralelo con la formación de la joven Comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, esta región tuvo obligatoriamente el objetivo de asentar una identidad común para todos sus habitantes, con el consecuente beneficio mutuo que proporciona la cohesión. Este Trabajo Fin de Máster se cuestiona acerca de la influencia del patrimonio mueble en esta construcción social mediante un análisis de los condicionantes identitarios, las características de este tipo de patrimonio, la legislación en este ámbito, y las diversas manifestaciones organizadas desde las administraciones públicas para que estos bienes culturales sirvan como símbolo, apoyo y empuje hacia la mencionada concienciación regional.

Palabras clave: Castilla-La Mancha, identidad regional, patrimonio mueble.

Abstract. In parallel with the formation of the young Autonomous Community of Castilla-La Mancha, this region had the objective of establishing a common identity for all its inhabitants, with the consequent mutual benefit provided by cohesion. This academic work questioned about the influence of the movable heritage in this social construction through an analysis of the identity determinants, the characteristics of this type of heritage, the legislation in this area, and the various manifestations organized from the public administrations to these cultural goods serve as a symbol, support and push towards the aforementioned regional awareness.

Key words: Castilla-La Mancha, regional identity, movable heritage.

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2. Introducción.

2.1 Elección del Tema. Desde el día 16 de agosto del año 1982, Castilla-La Mancha se constituye como Comunidad autónoma, sin tener en consideración una consulta al pueblo o una justificación referente a las divisiones territoriales del pasado más cercano. Este suceso generó la definición de un ente autonómico cuyas fronteras y provincias nunca habían tenido un pasado estrecho, común y único. Desde el nacimiento de la región, Albacete es separada de Murcia e introducida en este territorio y, en el caso de Madrid, se independizó de la vieja Castilla la Nueva para ser uniprovincial, lo que conllevaba que cinco serían las provincias que forman la unidad llamada Castilla-La Mancha: Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo. Una gran extensión de terreno, tercera comunidad más grande de España y novena en número de habitantes, donde se conjugan diversos pasados, épocas de gloria, miserias e infinitas historias bajo una misma bandera. Por lo tanto, desde 1982, este territorio lleno de contrastes que posee esa extraña mezcla de literatos, pintores y agricultores, tan llano como montañoso, que es seco a pesar de tener el mayor humedal de España, estaba necesitada de unidad. Precisaba una identidad. Para aquellas personas nacidas y crecidas en este territorio bajo el nombre y configuración actual, es sencillo asumir la condición de castellano-manchegos por las celebraciones del Día de la Región o las numerosas referencias encontradas en los libros de texto o compendios históricos que tanto se han difundido en los últimos años pero, en comparación con otras regiones de España, se percibe notablemente unas grandes diferencias en la identificación de las personas con el territorio. Es necesario analizar la identidad en Castilla-La Mancha desde todos los ángulos posibles. Fruto de ello, este trabajo confronta los datos obtenidos con una mirada patrimonial basada en la influencia del patrimonio mueble sobre esta. ¿Por qué únicamente desde el patrimonio mueble? Enfrentarse a la creación de una identidad regional con las características que tiene este caso en particular, exige al gobierno territorial una participación activa en el ámbito cultural para llevar a buen puerto este fin. Durante los últimos años ha habido un salto cualitativo en lo referente a bibliografía sobre la historia de Castilla-La Mancha, sus tradiciones religiosas, compilaciones de su folclore, o publicaciones de dudoso valor que hablan de la Historia del Arte en esta Comunidad. Pero, hay una deficiencia de estudios científicos que analicen la situación, la vinculación y los usos del patrimonio mueble en relación

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con esta identidad que debe ser subsanada. Por esta razón, este trabajo aglutina estos dos conceptos con el fin de analizar sus relaciones. ¿Para qué separar el mueble del inmueble? Por una sencilla razón, la difusión del patrimonio inmueble puede hacerse de las siguientes maneras: in situ, es decir, en el lugar donde se encuentre; mediante la publicación de libros; o bien y gracias a las nuevas tecnologías, a través de Internet. Pero el patrimonio mueble puede ser adaptado a la musealización y movilizado para itinerancias, lo que permite múltiples discursos, así como su intervención en talleres adecuados y, como al inmueble, puede mostrarse desde diversos medios. La posibilidad de llevar el patrimonio mueble de un lado a otro permite la difusión de la cultura, de una o múltiples visiones de la historia, del ser humano o sus creencias, miedos e inquietudes. Se debe mencionar que no se recoge en este trabajo las manifestaciones etnográficas de patrimonio debido a que su popularidad como activo patrimonial tiene menos relevancia para las propuestas culturales que se realizan desde las administraciones públicas y habría exigido un enorme trabajo a pie de campo museo a museo, lo que se manifiesta igualmente en el ínfimo número de intervenciones que se realizan en los talleres de restauración. Pero parte de este legado se percibe a través del patrimonio fotográfico, sobre el cual se hará mención. Al unir en este trabajo “patrimonio mueble”, “identidad regional” y “Castilla-La Mancha”, se trata el concepto en correspondencia a una colectividad particularizada en este caso en aquellas personas que son consideradas como castellanomanchegas. Por lo tanto, este trabajo desea hallar respuestas en la comprobación de la siguiente hipótesis: “¿está empleado el patrimonio mueble castellano-manchego como elemento identitario de esta Comunidad?”. Varias son las ramas científicas que forman parte del esqueleto de este trabajo, y que enriquecen esta visión multidisciplinar para dar con la respuesta más acertada. Historia, Historia del Arte, Patrimonio, Conservación y Restauración, Museología, Sociología o Antropología; de todo ello se van a extraer las piezas que darán forma a la ansiada y desconocida respuesta. Mi propia experiencia ha sido un factor determinante que ha motivado este objeto de estudio. La experiencia personal con el patrimonio mueble castellanomanchego a través del trabajo desempeñado en la empresa El Gremio Diseño S.L., encargada del diseño, gestión, montaje y desmontaje de exposiciones como Herencia Recibida entre muchas otras, provocó que me cuestionara sobre los intereses y resultados de estos proyectos culturales subvencionados con dinero público. Otra de las claves que justifican la elección ha surgido durante la fase de búsqueda de fuentes, 5

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ya que hay un interés en conocer qué es y cómo funciona la identidad, lo que ha derivado en un pensamiento acerca de la necesidad de potenciar estas cuestiones patrimoniales e identitarias en el plan de estudio de la Licenciatura de Historia del Arte. Respecto al desarrollo metodológico, se ha visto condicionado por dos grandes bloques de fuentes pertenecientes a los ámbitos de identidad y patrimonio cultural. Se han empleado numerosa bibliografía general sobre estos temas para concretar los puntales sobre los que asentar el análisis del contexto castellano-manchego, información a la que se ha tenido acceso por la Biblioteca de la Universidad de Castilla-La Mancha y por la Red de Bibliotecas de Castilla-La Mancha. Lo focalización sobre el territorio que desarrolla este Trabajo no habría sido posible sin el Centro de Estudios de Castilla-La Mancha, ya que ha proporcionado el gran suministro sobre bibliografía de esta región. De igual manera ha permitido el acceso o el conocimiento de fuentes hemerográficas. Internet ha sido otro de los espacios que han posibilitado el acceso a fuentes gracias al Google Académico (scholar.google).

2.2 Objetivos. -Conocer a fondo el concepto de identidad. -Desentrañar las bases de la identidad castellano-manchega. -Revisar históricamente la normativa sobre patrimonio mueble. -Analizar el uso del patrimonio mueble castellano-manchego. -Dilucidar los fines de las exposiciones patrimoniales. -Evaluar las actividades culturales con fines identitarios del gobierno regional. -Aportar una visión general y crítica sobre el contexto castellano-manchego.

2.3 Estado de la cuestión. Al abordar los conceptos que se interrelacionan en este trabajo ha habido que emplear diversas fuentes pertenecientes a cada uno de los ámbitos ya que, de manera conjunta no hay bibliografía que haya analizado el patrimonio mueble castellanomanchego y su influencia en la identidad de esta región. Los autores que se enfrentan a la cuestión identitaria desde el ámbito patrimonial lo hacen desde la generalidad del término “cultural” o desde la especificidad de “lo arqueológico”. Y cuando la mirada es desde la otra orilla, se percibe la ausencia de una clasificación taxonómica, de un análisis exhaustivo que evolucione al patrimonio o directamente no hay referencias hacia la identidad.

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La revisión de catálogos de exposiciones temporales ha facilitado por una parte, que se perciba cuáles son los intereses que se han mostrado desde el gobierno regional y dónde se invierte el dinero público, mientras que se ha evaluado el peso identitario que está latente prácticamente en todas las muestras. Además, se ha podido constatar el poderoso empuje de las Diputaciones provinciales, Institutos de estudios de ámbito provincial o, por ejemplo, el esfuerzo de una editorial como Aache por Guadalajara. Una de las particularidades cuando se focaliza en exceso sobre el patrimonio mueble de esta región es que se aprecia la tendencia al provincialismo de los estudios, lo que permite un mayor conocimiento de la circunscripción a pesar de que no se tienden puentes entre ellas. Estas circunstancias determinaron el análisis exhaustivo de los conceptos protagonistas que se lleva a cabo en el trabajo. Tal revisión era necesaria para conocer los caminos del estudio, los límites del mismo y evaluar el verdadero estado de la cuestión en que se encontraban. Por ello, señalo a continuación las fuentes más determinantes que han proporcionado datos fiables y en cuyas bibliografías he encontrado nuevos caminos para alcanzar el conocimiento de forma más extensa para el particular análisis de la puesta en valor del patrimonio mueble como elemento de identidad en esta Comunidad autónoma. Para ello, la principal bibliografía consultada para conocer el patrimonio mueble que se ha empleado para tal fin, han sido los propios catálogos sobre exposiciones temporales realizadas por organismos oficiales, que sirven de base de este Trabajo Fin de Máster, como muestras de los intereses, usos y preferencias que la política cultural ha tenido en esta región. Exposiciones como Celosías1 o las ediciones de Herencia Recibida2 han sido los grandes ejemplos de patrimonio mueble restaurado con fines notablemente identitarios en Castilla-La Mancha. Tanto en sus textos como en la selección de obras hay dos claras metas, por una parte, reforzar la identidad cultural a través de la religión como aglutinante, y por otra, servir de marco territorial a través de la exposición conjunta de piezas de las cinco provincias de la Comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Analizar los usos y actividades patrimoniales requiere una mirada fuera de esta región, de ahí la revisión del salomónico proyecto llamado Las Edades del Hombre. Aquí Castilla y León demuestra con enorme ímpetu su estrecha relación con la Iglesia castellana, a través de la organización de exposiciones en sus diócesis, su manifiesto

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MARTÍNEZ-BURGOS GARCÍA, Palma. Celosías. Arte y Piedad en los Conventos de Castilla-La Mancha durante el siglo del Quijote [Catálogo de exposición]. JCCM, Empresa Pública Don Quijote de la Mancha 2005, Albacete, 2006. 2 Existen varios catálogos (uno por año) y un compilatorio denominado Herencia Recibida 2004-2010.

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carácter cristiano y las continuas reseñas a valores tradicionales, como bases sobre las que se asienta este longeva y efectiva iniciativa. El análisis sobre patrimonio mueble se ha llevado a cabo también mediante la revisión de textos normativos como recomendaciones de la UNESCO, resoluciones de convenciones internacionales sobre patrimonio, o leyes sobre patrimonio en España a todos los niveles, lo que facilita una correcta lectura en el tiempo. Pero se ha empleado más bibliografía en materia patrimonial: A través de la obra de Ballart3, se aprecia un agudo estudio sobre la relación entre el hombre y el patrimonio, siendo muy destacable la disertación de las funciones de este y su desarrollo a lo largo de la historia para apreciar el valor que se le da a día de hoy. Con la lectura del manual de referencia de Ignacio González-Varas4 se puede obtener una revisión completa y notable a modo de introducción al patrimonio cultural, definiciones de conceptos, hitos a tener en cuenta y un análisis legislativo pormenorizado. A pesar de su enfoque pedagógico, Fontal Merillas 5 proporciona un detallado estudio sobre las funciones del patrimonio, aunque su obra destaca por el pragmatismo que manifiesta para la docencia de estos bienes, campo en el que es una especialista. El libro de Salvador Muñoz Viñas6, es una completa edición que contempla la teoría, los factores y los conceptos que intervienen en materia de conservación y restauración de patrimonio, así como expresa los valores que posee este para la sociedad. Es importante enfatizar que desarrolla una extensa labor de búsqueda por textos anglosajones, lo cual es de agradecer para la investigación al proporcionar el conocimiento de estudios foráneos. El artículo de Esther Almarcha Núñez-Herrador7 sobre el patrimonio históricoartístico en esta región ha permitido la comprensión de los acontecimientos que han influido sobre el legado de los castellano-manchegos. Díaz Balerdí8 ha cuestionado en su obra la relación entre el objeto, el museo, el espectador y la sociedad, para teorizar sobre la necesaria actualización de los museos para atraer al público sin perder el enfoque comunicativo y científico. 3

BALLART, J. El Patrimonio Histórico y Arqueológico: valor y uso. Ariel, Madrid, 1997. GONZÁLEZ-VARAS, Ignacio. Conservación de bienes culturales. Teoría, historia, principios y normas. Cátedra, Madrid, 1999. 5 FONTAL MERILLAS, Olaia. La educación patrimonial. Teoría y práctica en el aula, el museo e internet. Trea, Gijón, 2003. 6 MUÑOZ VIÑAS, Salvador. Teoría contemporánea de la restauración. Síntesis, Madrid, 2003. 7 ALMARCHA NÚÑEZ-HERRADOR, Esther. “Conservación, restauración y tutela del Patrimonio HistóricoArtístico en Castilla-La Mancha durante el siglo XX”. En GONZÁLEZ CALERO, Alfonso. Cultura en Castilla-La Mancha en el siglo XX. Almud, Ciudad Real, 2007. Págs. 79-108. 4

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De notable importancia para conocer la evolución de la legislación, la obra de Ana Macarrón9. Es uno de los trabajos más importantes por la información que maneja: se preocupa por la legislación a todos los niveles, por la transmisión de información al detallar los conceptos imprescindibles, define las diferencias entre conservación y restauración desde sus orígenes hasta hoy, y detalla los tipos de patrimonio existentes. Una obra completa y actualizada es el libro de María Pilar García Cuetos, El patrimonio cultural. Conceptos básicos10, por su excelente revisión histórica sobre la evolución del patrimonio hasta alcanzar el concepto de “cultural”, y abarcar todo lo referente a las intervenciones en materia de conservación y restauración del patrimonio. Hay algunas fuentes que están a medio camino entre ambos términos. De las que se han empleado, destaca el artículo de Marcos Arévalo 11, que ha proporcionado una lectura muy fructífera por su contenido teórico y por la fundamentación de sus ideas sobre las relaciones entre patrimonio e identidad. Otro de los conceptos del trabajo es identidad. Ha sido imprescindible involucrarse en otros campos de estudio para conocer cómo funcionan las identidades. He aquí el trabajo más arduo por ser una rama científica desconocida aunque, sin lugar a dudas, ha sido una experiencia enriquecedora. Berger y Luckmann12 han sido fundamentales a pesar de su densidad para entender qué significa cultura, identidad y realidad pues, explican cómo la persona percibe lo que es o no es real a través de la propia sociedad y, cómo se da el proceso de socialización del individuo dentro de la colectividad. Es una obra muy teórica pero que permite apreciar cómo funcionan esos mecanismos sobre los que pocas veces se presta atención pero que tanto nos definen respecto a nuestros semejantes. El libro de Marvin Harris, Antropología Cultural13, es un manual de referencia dentro de su especialidad y eso ha permitido conocer de forma general cuán amplia es la disciplina, y de manera particular ha facilitado un punto de vista que explica el arte como expresión polimórfica de una cultura, con los conceptos de arte, religión y política en interrelación. 8

DÍAZ BALERDI, Ignacio. La memoria fragmentada. El museo y sus paradojas, Trea, Gijón, 2008. MACARRÓN, Ana. Conservación del Patrimonio Cultural. Criterios y normativas. Síntesis, Madrid, 2008. 10 GARCÍA CUETOS, María Pilar. El patrimonio cultural. Conceptos básicos. Prensas Universitarias de Zaragoza, Zaragoza, 2012. 11 MARCOS ARÉVALO, Javier. “La tradición, el patrimonio y la identidad”. En Revista de estudios extremeños, vol. 3, 2004, Págs. 925-955. http://www.dipbadajoz.es/cultura/ceex/reex_digital/reex_LX/2004/T.%20LX%20n.%203%202004%20sept.dic/RV000002.pdf Fecha de consulta: 18 de febrero de 2013. 12 BERGER, Peter L.; LUCKMANN, Thomas. La construcción social de la realidad. Amorrortu, Buenos Aires, 2001. 13 HARRIS, Marvin. Antropología cultural. Alianza Editorial, Madrid, 2009. 9

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En relación con la identidad castellano-manchega, es verdaderamente interesante que en el contexto de una exposición fuera de CLM se incluya un texto sobre rasgos identitarios como fue el de Manuel Espadas Burgos 14. Su visión identitaria manifiesta una imagen un poco tradicionalista, ya que habla de zona fronteriza de durante la Reconquista, la vieja Castilla como cruce de caminos, la pugna por la libertad, la agricultura y la despoblación. En cambio, quien se basa más en la materialidad es José Rivero15, muy activo respecto a su relación con la revista Añil. Primero, escribió varios artículos para esta (1997-1999) y después publicó un libro bajo la misma editorial. En sus seis artículos enumera una serie de objetos directamente correspondidos con la posible identidad regional para acercar a las nuevas generaciones el pasado de “nuestra” cultura material. Su libro es semejante en contenido pero, se debe destacar el prólogo de Javier García Bresó, quien alaba este trabajo por servir de base para un futuro museo de etnología de Castilla-La Mancha, así como fundamentar teóricamente el estudio. Muy focalizados en Castilla-La Mancha han sido los escritos de Lucas Picazo a través de sus artículos: “Etnogénesis castellano-manchega”, en Añil16; y “Procesos de identidad en Castilla-La Mancha. Aportaciones desde la Antropología”17. El primero es un resumen del segundo. Explica cómo se ha formado la identidad en Castilla-La Mancha a posterior de la formación del ente regional y aporta las bases del discurso regional: reconocimiento del territorio, estado del bienestar e injusticias históricas hacia las cinco provincias. Su lectura es clarividente. García Bresó escribe el artículo “Representaciones visuales de la identidad en Castilla-La Mancha”18, donde desarrolla un estudio realizado sobre los iconos más significativos de esta región, al explicar cómo lo local y las referencias de gran carga histórica y literaria como Don Quijote son fundamentales para el perfil de la identidad de esta región. En otro artículo19, se muestra mucho más teórico que en su anterior publicación al fundamentar sus ideas sobre otros investigadores y, es de gran ayuda para los intereses de este estudio como ventana abierta a la Antropología. ESPADAS BURGOS, Manuel. “Rasgos de una identidad histórica”. En La cultura en Castilla-La Mancha y sus raíces [Catálogo de exposición]. Fundación Cultural de Castilla-La Mancha, JCCM, 1984. Págs. 719. 15 RIVERO, José. Memoria de cosas. Signos y señas de Identidad de Castilla-La Mancha. Añil, Madrid, 1999. 16 LUCAS PICAZO, Miguel. “Etnogénesis castellano-manchega”. En Añil, número 21, otoño 2000. Págs. 19-24. 17 LUCAS PICAZO, Miguel. “Procesos de identidad en Castilla-La Mancha. Aportaciones desde la Antropología”. En GARCÍA BRESÓ, Javier. Cultura y pertenencia en Castilla-La Mancha. Notas antropológicas. Celeste, Biblioteca Añil, Madrid, 2000. Págs. 11-66. 18 GARCÍA BRESÓ, Javier. “Representaciones visuales de la identidad en Castilla-La Mancha”. En GARCÍA BRESÓ, Javier. Ibídem. Págs. 67-134. 19 GARCÍA BRESÓ, Javier. “Panorama antropológico de Castilla-La Mancha a través del siglo XX”. En GONZÁLEZ CALERO, Alfonso. Opus cit. B. Págs. 335-354. 14

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Para completar esta investigación sobre el contexto castellano-manchego se ha necesitado información para conocer con todo detalle la historia de la región y cómo se constituyó la Comunidad autónoma. Para ello ha habido obras básicas: Una revisión concisa sobre el pasado de este territorio hasta llegar a la época contemporánea se encuentra en el artículo de Alfonso Caballero Klink 20 pues proporciona información detallada sobre los antiguos pobladores de estas tierras y cómo fueron sucediendo los diferentes estratos culturales. De interés es el número 15 de la revista Añil, del año 1998 pues, se aprecia cómo los partidos políticos veían la evolución de esta Comunidad de forma diferente, enriquecido el ejemplar con textos independientes de Fernando Mora Rodríguez 21 y de Isidro Sánchez22, mediante los cuales, se conocen datos de encuestas sobre los intereses e ideologías de la población a comienzos de la formación del ente autonómico o hablan de lo que se esconde en el pasado de estos territorios. Respecto al libro El Nacimiento de una Región, Castilla-La Mancha, 1975-199523 está desarrollado desde el punto de vista del periodismo que comenta la transición y la creación de Castilla-La Mancha desde diferentes puntos de vista, así como la formación del ente autonómico, una valoración del plano económico, y por último, una recopilación documental de acontecimientos. Una de las lecturas que más ha ayudado a comprender el pasado de forma absolutamente objetiva, como una serie de añadidos, pequeñas omisiones o fantasías aceptadas sobre la verdadera realidad ha sido la interesante obra de Carlos Serrano, El mito de Carmen24. Aunque, sin lugar a dudas, el escrito que mejor abarca todo lo sucedido en Castilla-La Mancha es la obra Construcción de la identidad política (Castilla-La Mancha)25, ya que, no se queda solo en una recopilación de información sobre los acontecimientos políticos que dieron lugar al ente autonómico, sino que analiza los procesos que generan identidad en esta comunidad a través de las propias instituciones, abarca la conciencia regional de forma objetiva, y aborda la importancia del estado de bienestar.

CABALLERO KLINK, Alfonso. “La arqueología en la región castellano-manchega”. Págs. 20-23. En La cultura en Castilla-La Mancha y sus raíces. Opus cit. 21 MORA RODRÍGUEZ, Fernando. “Veinte años de región. Quince de Autonomía”. En Añil, año 1998, número 15, Págs. 10-11. 22 SÁNCHEZ SÁNCHEZ, Isidro. “Castilla-La Mancha contemporánea”. En Añil, año 1998, número 15, Págs. 69-71. 23 ASÍN VERGARA, Rafael. El Nacimiento de una Región, Castilla-La Mancha, 1975-1995. Añil, Toledo, 1999. 24 SERRANO, Carlos. El nacimiento de Carmen. Símbolos, mitos y nación. Madrid, Taurus, 1999. 25 BLEDA, J.M.; CENTELLES, F.; MORA, F. Construcción de la identidad política (Castilla-La Mancha). Azacanes, Toledo, 2000. 20

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Otra publicación de varios autores que ofrece un cuidadoso análisis de la Comunidad en materias como cultura, política, historia contemporánea, economía, una mirada sobre El Quijote cuatrocientos años después o sobre la identidad regional, es Castilla-La Mancha. Caminos de universalidad26. De enorme interés es el estudio de Rivas Moreno 27. La labor por conservar los textos de este político de entresiglos permite observar su perspicaz visión sobre debates que siguen en liza hoy en día como centralismo-descentralismo/federalismo, la gestión del dinero público, los impuestos, etcétera, desde el contexto territorial manchego (no castellano-manchego), y todo ello expresado de forma clarividente y fundamentada. Como visión general del conjunto de la nación, se ha empleado el tomo de “La España democrática”, perteneciente a la colección Historia de España28, que aportó una visión general antes, durante y después del proceso de transición que tan vigente sigue a día de hoy, debido en gran parte a las consecuencias de las decisiones que en aquellos momentos se tomaron. Un libro que destaca por la división por épocas con la consiguiente selección de sus autores por su especialidad y por la densidad científica de los capítulos, es Castilla-La Mancha en su historia29, del año 2009. Otra serie de fuentes bibliográficas que han sido fundamentales son aquellas que hacen referencia a contenidos culturales en el territorio de Castilla-La Mancha. Todas ellas poseen un lugar común, servir de argamasa para la asimilación de contenidos en todo el territorio y construir un pasado común. Un buen ejemplo de este hecho puede ser Cultura en Castilla-La Mancha en el siglo XX30 o Cultura en CastillaLa Mancha en el siglo XIX 31, una publicación que aglutina escritos multidisciplinares bajo una mismo nombre; o revistas como Añil, que actúan como difusores de estudios de diversas disciplinas que tienen un mismo contexto, Castilla-La Mancha. Requiere una mención especial la Tesis Doctoral de Andrés Moreno Moreno32 pues, es el texto que de forma más extensa, aglutina todo lo necesario para poder

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SEVILLA, R.; SERRANO, A. Castilla-La Mancha. Caminos de universalidad. Horlemann, Bad Honnef, 2006. 27 RIVAS MORENO, Francisco. El regionalismo manchego. Servicio de Publicaciones de la UCLM, Documenta/04, Centro de Estudios de Castilla-La Mancha, Ciudad Real, 2007. 28 LYNCH, John. “La España democrática”. En Historia de España. Tomo 20, Santillana, Madrid, 2007. 29 RUIZ GÓMEZ, Francisco. Castilla-La Mancha en su historia. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Consejería de Cultura, Turismo y Artesanía, Toledo, 2009. 30 GONZÁLEZ CALERO, Alfonso. Opus cit. B. 31 GONZÁLEZ CALERO, Alfonso. Cultura en Castilla-La Mancha en el siglo XIX. Almud, Ciudad Real, 2012. 32 MORENO MORENO, Andrés J. La Construcción social de la Identidad: Una interpretación antropológica-cultural de Castilla-La Mancha. Director: Dr. D. Andrés Barrera González. Tesis Doctoral inédita. Universidad Complutense de Madrid, 2012.

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ORTEGA OLMEDO, Ricardo. La puesta en valor del patrimonio mueble en Castilla-La Mancha como elemento de identidad regional. Trabajo Fin de Máster Universitario en Investigación en Letras y Humanidades, Universidad de Castilla-La Mancha. Ciudad Real, 2013-2014. Dirigido por: María Esther Almarcha Núñez-Herrador. Calificación: 10, mención para Matrícula de Honor.

hablar de identidad regional desde el punto de vista artístico. Hay puntos en común con este estudio, pero hay una notable divergencia en los objetos de estudio pues, en este trabajo solo se considera al patrimonio mueble, frente a la focalización sobre los artistas de esta Tesis. Muestra una visión general del artista como espectador y transmisor de ideas, conocedor de lo que hay fuera y lo que hay dentro del territorio, en un potente intento de definir una recíproca influencia entre este y la Comunidad Autónoma por sus particularidades, siendo ambos vehículos constructores de identidad. Hay una frase que resume muy bien su contenido: “Lo local y lo global han sido dos elementos que han recorrido toda la investigación, sobre todo si tenemos en cuenta que el medio de estudio del tema de la construcción de la identidad colectiva de Castilla-La Mancha ha sido el arte y sus creadores, siempre oscilantes entre ambas tendencias. Lo que inevitablemente nos ha llevado a preguntarnos hasta qué punto lo uno ha influido en lo otro. Es decir, hasta qué punto los elementos más alejados han condicionado la mirada sobre lo local y a la inversa”33.

Por lo tanto, las líneas de investigación han sido básicamente dos: identidad regional y patrimonio mueble castellano-manchego, las cuáles, no forman parte de ningún estudio de forma conjunta como el que aquí se lleva a cabo, aunque hay publicaciones que relacionan al patrimonio y a la identidad de forma general.

2.4 Estructura del Trabajo Fin de Máster. El trabajo está organizado en ocho apartados. El primero es el resumen del mismo, y el segundo es la introducción, la cual contiene la explicación a la elección del tema, los objetivos que se persiguen con este trabajo, el estado de la cuestión del tema, la estructura y los agradecimientos. El capítulo número tres está dedicado por completo a la identidad regional, su definición, la relación con la cultura y el territorio, y qué factores influyen en su construcción, desarrollo, usos y difusión. El cuarto capítulo trata sobre el patrimonio mueble en esta región. Es un recorrido de lo general a lo particular que fija su mirada en este tipo de bienes: historia, valores y usos, normativas y definición actual. El capítulo número cinco es desarrolla una convergencia entre los conceptos de patrimonio e identidad para explicar cuáles son las particularidades de esta relación, cómo influye la conservación y la restauración a través de la selección de intervenciones, cuál es la función identitaria del patrimonio mueble, o cómo interviene la museografía, la interpretación del patrimonio y el turismo en la propia identidad.

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Ibídem. Págs. 16-17.

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El capítulo número seis concreta territorialmente la puesta en valor el patrimonio mueble en beneficio de la identidad castellano-manchega a través de una visión general de la arqueología, de las exposiciones oficiales de patrimonio, de las actividades que tienen a Don Quijote como imagen, y sobre el patrimonio de la época contemporánea. El número siete presenta las conclusiones que se han obtenido con este trabajo y se exponen unas rutas de actuación para las futuras ampliaciones de estudio. Por último, el octavo capítulo, está empleado para la bibliografía.

2.5 Agradecimientos. Este Trabajo Fin de Máster no habría llegado a su finalización sin el empeño y la fuerza que ha sabido transmitirme mi directora Esther Almarcha Núñez-Herrador pues, ha confiado en mí y me ha llenado de esperanzas a pesar de la larga tempestad. Siempre ha estado dispuesta para orientarme y darme consejos cuando los he necesitado, por lo que le pido disculpas por los quebraderos de cabeza que le haya podido ocasionar. En segundo lugar quiero reconocer a mi familia, en especial mis padres, y mis buenos y fieles amigos, todo el apoyo incondicional que me han brindado pues, son las personas que me han aguantado durante mi regreso a Tomelloso. También tengo que agradecer a la empresa El Gremio Diseño S.L. que hubiera confiado en mí. La Universidad me enseñó la teoría pero como trabajador de esta entidad pude sentir en mis manos el tacto de la Historia del Arte en todo su esplendor como integrante de un equipo excelente. El tiempo que pasé con ellos despertó en mí la admiración hacia el patrimonio.

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3. Identidad regional. Desarrollar identidad regional en un territorio unificado hace treinta años bajo el ente de una nueva Comunidad autónoma, sin pasado conjunto 1, historia ni tradiciones semejantes, convierte a este modelo en una excepción respecto a otros que se pueden encontrar bajo bandera española. Por ello, indagar acerca de esta materia es un reto para cualquier investigador que se precie.

3.1 Identidad: definición y tipos. «¿Qué es identidad?». Según las acepciones segunda y tercera de la RAE: “2. f. Conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás. 3. f. Conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás”2.

La primera definición habla de dos sujetos, el individuo y/o el colectivo, que poseen diferenciaciones significativas frente al otro u otros, el cual es el propósito de este trabajo: el grupo y su conciencia de colectividad. La otra acepción, enfatiza la cualidad “de ser y/o de sentirse” de una persona en una posición individual frente al resto de sujetos, lo que no debe olvidarse pues no existe identidad si no hay una aceptación de la misma por parte de la persona3. La búsqueda de información sobre este término tuvo como resultado tres locuciones cuya revisión ha facilitado una mayor comprensión. Estos adjetivos especificativos hacen referencia a ámbitos diferentes: social, nacional y cultural. La identidad social ha de comprenderse como un espacio en el que se analiza el funcionamiento y desarrollo de los actores sociales, tanto individual como colectivamente. Básicamente, la teoría de la identidad social trata sobre la conducta humana4, lo que pertenece a la Psicología Social y no será una rama que tenga cabida en este estudio. Diferente es el interés por la identidad nacional pues, como su propia cualidad indica, hace referencia a una pertenencia e identificación de la persona sobre una nacionalidad, valga la redundancia, comprendida como un conjunto de sujetos que forman parte de un mismo territorio regido bajo las mismas leyes y con una tradición heredada. Sobre esta acepción hay muchos puntos en común con la aquí cuestionada identidad regional debido a que su relación como estandarte de un colectivo y un territorio responde a semejantes principios básicos. 1

ASÍN VERGARA, Rafael. Opus cit.A. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española (22.a ed.). 2001. http://www.rae.es/rae.html Fecha de consulta: 20 de septiembre del 2013. 3 HARRIS, Marvin. Opus cit. 4 TAJFEL, H.; TURNER, J. C. La teoría de la identidad social de la conducta intergrupal. Madrid, UNED, 1989. 2

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Por su parte, sobre la identidad cultural podría decirse que es como la otra cara de la moneda, aquella que muestra el conjunto de símbolos, tradiciones, características, vocablos, leyendas y un largo etcétera de una colectividad pero, como dice González-Varas, “por su carácter inmaterial e intangible, requiere y necesita de algo físico para ser sustentada”5. Define una fundamentación del sentimiento de pertenencia a un grupo social basado en la idea de que el ser humano no puede abarcar lo que sucede en la realidad desde su propia individualidad, por ello, el conocimiento que le es determinado por su contexto social, le permite comprender los fenómenos que acontecen a su alrededor. Gracias a autores como Berger y Luckmann6, se entiende que la realidad es una construcción social, es decir, lo social ayuda a comprender lo real. Además, esta identidad cultural no tiene necesariamente que estar adherida explícitamente a un territorio pues, pueden darse diversos casos: uno, que haya una relación directa entre las conciencias nacional y cultural; dos, que la estrecha relación sea con la identidad regional/comarcal o local; y tres, que la cultural sea supranacional. Es importante entender que toda información recibida relativa a la identidad cultural que no sea conocida con anterioridad por no ser “nuestra”, será para la mayoría de los seres humanos algo rechazado al no comprenderse ni aceptarse, precisamente porque no se entienden los principios que rigen esa información. Si se habla de un rito o una tradición, se ha de reconocer que existen dos puntos de vista: el de aquellos que conocen, aceptan y asumen el acto, los unos, y el de quienes desconocen el mismo, los otros. De ahí que la identidad se construya en íntima concordancia con la propia sociedad. A pesar de los usos diferenciadores de la identidad, uno de los propósitos de los estudios sobre esta materia se fundamenta en que el mayor conocimiento de los diferentes pueblos, conductas, formas de vida, tradiciones o creencias pueda servir “para hacernos más cercanos y solidarios” entre todos7, ya que la búsqueda de una idiosincrasia común para un colectivo debe practicarse desde la diversidad cultural en contra de un adoctrinamiento por asimilación o una segregación frente a quienes son diferentes8. Existe una visión diferente a la constructivista, que es la que se ha estado planteado anteriormente, denominada esencialista. Desde esta perspectiva, todo lo que soporta una pertenencia a una identidad cultural particular procede de un

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GONZÁLEZ-VARAS, Ignacio. Opus cit. Pág. 43. BERGER, Peter L.; LUCKMANN, Thomas. Opus cit. 7 FERNÁNDEZ GARCÍA, Tomás. “Prólogo”. En GARCÍA BRESÓ, Javier. Opus cit. A. Pág. 7. 8 CABRERA RODRÍGUEZ, F.; ESPÍN LÓPEZ, J.V.; MARÍN GRACIA, M.A.; y RODRÍGUEZ LAJO, M. La construcción de la identidad en contextos multiculturales. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Madrid, 2000. 6

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argumento heredado, es decir, se basa en que la cultura es inmutable y lo que la define es el deseo de su permanencia en ella. Es un enfoque mucho más tradicional, cuyos pilares están anclados en la sumisa aceptación de que la sociedad es herencia directa de sus propios antepasados9. Toda la bibliografía gira en torno a la aceptación del constructivismo como guía de estos estudios10.

3.2 La construcción de la identidad. La identidad grupal asumida por un individuo nace desde los referentes más cercanos, fundamentada en lo que Gilberto Giménez denomina como “proceso de socialización”, basado en Berger y Luckmann, que define a la socialización primaria como aquella que afecta al individuo con más fuerza, como por ejemplo, la familia y las relaciones cercanas, y a la secundaria como las influencias más difusas y variadas desde el resto de la sociedad, donde entraría el propio discurso identitario 11. Berger y Luckmann12 exponen que la primera es la que influye en la persona cuando está en proceso de crecimiento, de ahí el peso familiar y la identificación social; mientras que la secundaria forma parte del individuo cuando empieza a ser consciente de su entorno, sin olvidar que esta influencia de la sociedad depende de la continua tensión entre las diversas fuerzas, junto con la propia personalidad y experiencia vital del individuo. Cavalli Sforza emplea el término de moda para concretar este condicionante por ser un fenómeno de masas inseparable de cada etapa de la historia de la humanidad a pesar de que no se conociera esta palabra, que influye sobremanera en la identidad pues: “el deseo de ser semejantes a los demás parece la pulsión dominante: se trata del deseo de pertenencia a un grupo”13. Autores como Marcos Arévalo defienden una postura que se ampara en que la construcción de la identidad está condicionada por dos factores: lo objetivo (situación espacial, la historia –entendamos este rasgo como la “historia oficial”–, los condicionantes sociales y económicos) y lo subjetivo (los sentimientos de afinidad, la experiencia vital, la asimilación de tradiciones y la aceptación de símbolos y valores)14.

ESCOBAR, Arturo. “Modernidad, identidad y la política de la teoría”. En Annales, número 9-10, 2007. http://www.tau.org.ar/html/upload/89f0c2b656ca02ff45ef61a4f2e5bf24/anales_9_10_escobar.pdf Fecha de consulta: 27 de septiembre de 2013. 10 Sobre esta cuestión se volverá a incidir más delante, pues existen algunos planteamientos y revisiones históricas que tienen su base en el esencialismo. 11 GIMÉNEZ, Gilberto. “Apuntes para una teoría de la región y de la identidad regional”. En Estudios sobre las Culturas Contemporáneas. Año/vol. VI, número 18. Universidad de Colima, México, 1994. Págs. 165173. 12 BERGER, Peter L.; LUCKMANN, Thomas. Opus cit. 13 CAVALLI SFORZA, Luigi Luca. La evolución de la cultura. Anagrama, Barcelona, 2007. Pág. 130. 14 MARCOS ARÉVALO, Javier. Opus cit. 9

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En base a los estudios de Pujadas, Marcos Arévalo 15 incide en puntos muy importantes como: “la percepción interior” y “la visión exterior”. El individuo se reconoce voluntariamente en una identidad pero, ha de comprender que la sociedad le observa y cataloga, por ello, no solo debe aceptarse, sino que el propio grupo debe aceptarle a él en base a lo que transmite por sus hechos y actitudes. Pujadas puntualiza cuáles son las piezas del puzzle que conforman a las identidades al separar entre: procesos ideológicos, como los valores, las creencias, la moralidad y los símbolos; procesos políticos, bajo un propósito de establecer límites entre la bipolaridad “nosotros/ellos”; y procesos culturales como la historia y la tradición, que se constituyen como el camino por el que ha llegado hasta la actualidad la herencia cultural de cada identidad16. Luego, el sujeto en función de su capacidad de relacionarse con otros individuos, su estatus en la sociedad y cómo asuma la pertenencia a una identidad, siempre que el colectivo acepte su presencia, provoca que una persona forme parte de una identidad. Aunque, una de las particularidades de este proceso productivo es que se establecen barreras que delimitan un espacio de confort para la cultura propia, muros frente a identidades diferentes y que se convierten directamente en opuestas por culpa del “sí” frente al “no”, lo que da como resultado una síntesis maniquea que enfatiza cada diferencia, en resumen, construir basándose en las divergencias ante otras identidades: “Immanuel Wallerstein señalaba que una de las funciones casi universalmente atribuida a la cultura es la de diferenciar a un grupo de otros grupos” 17. Hay una cuestión interesante que se ha de añadir. Miquel Rodrigo18 explica la necesidad de abandonar el término “identidad” y utilizar el término “identidades”, debido a la multiplicidad existente en un mismo individuo y lo cambiantes que estas pueden ser. Es la relación entre la identidad/es y el propio individuo que forma parte de varios colectivos, es decir, el individuo en sociedad. Una persona puede tener varios grupos identitarios con los cuales establece distintos niveles de afinidad pues todo individuo forma parte de diversos colectivos, cada uno con sus rasgos particulares y fundamentados en diversos factores. Eso sí, cada uno acepta compartir o no esa identidad, diferencia entre el ser y el sentirse, ya que por poner un muestra, la territorialidad no conlleva obligatoriamente compartir una misma identidad. Esto significa que para hablar de grupo se ha de tener en cuenta a los individuos, aunque 15

Ídem. PUJADAS, J. J. Etnicidad. Identidad cultural de los pueblos. Eudema, Salamanca, 1993. 17 GIMÉNEZ, Gilberto. “La cultura como identidad y la identidad como cultura”. Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional autónoma de México. http://mediosexpresivoscampos.org/wpcontent/uploads/2012/04/LA-CULTURA-COMO-IDENTIDAD-Y-LA-IDENTIDAD-COMO-CULTURA1.pdf Fecha de consulta: 21 de enero del año 2013. 18 RODRIGO ALSINA, Miquel. Comunicación intercultural. Anthropos, Barcelona, 1999. 16

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este trabajo se centra en el marco relativo a la identificación del colectivo con la región castellano-manchega. Sobre este tema, el Catedrático de Ética Norbert Bilbeny comenta en su obra Identidad cosmopolita: “Hay identidades que no necesitan imaginación para ser pensadas: el género, el parentesco, la tribu, la etnia, la raza, la clase social. Están apegadas a nuestra realidad. Pero otras sí lo necesitan: la ciudad y la nación”19.

3.3 Cultura e Identidad. La cultura es el “conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etcétera”20 que, Cavalli Sforza puntualiza acertadamente como “suma de las contribuciones individuales transmitidas de generación en generación y difundidas en nuestro grupo social, que influye y cambia continuamente nuestra vida”21. Este término incluye también todo tipo de artes, saberes o vestigios de la cultura popular, de la rama de la etnografía22, de ahí que sea variable y evolutiva por abarcar tanto. Hay rasgos de cada cultura complejos de alterar pero, no se debe entender como algo impermeable, y por lo tanto como algo inmutable como defiende la postura esencialista, precisamente porque son personas las que conducen cada cultura pues: “Es el conjunto de modelos o patrones, explícitos o implícitos, mediante los cuales una sociedad regula el comportamiento de las personas que la integran. Y eso abarcaría costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de la manera de ser, vestimenta, religión, rituales, normas de comportamiento y sistema de creencias”23.

En el caso español las regiones que poseen intereses en una autonomía y autodeterminación bajo bandera del nacionalismo y su identidad particular, continuamente usan a la cultura como un referente y un peso en la balanza. Por lo tanto, no se entiende a la cultura sin identidad. Con esta actitud, se endurece en el grupo los fundamentos de su propia realidad y la aceptación de esa conciencia a través de símbolos definidos, mitos construidos y rasgos comunes establecidos 24, refuerzo evidente del enfoque constructivista al reconocer que es necesario que acontezca ese proceso de arraigo mental en base a unas ideas de grupo: “la identidad

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BILBENY, Norbert. La identidad cosmopolita: Los límites del patriotismo en la era global. Editorial Kairós, Barcelona, 2007. Pág. 104. En MORENO MORENO, Andrés J. Opus cit. Pág. 241. 20 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Opus cit. 21 CAVALLI SFORZA, Luigi Luca. Opus cit. Pág. 9. 22 GARCÍA GARCÍA, José Luis. “De la cultura como patrimonio al patrimonio cultural”. En Política y Sociedad, número 27, 1998, Universidad Complutense, Madrid, Págs. 9-20. Pág. 11. 23 GARCÍA CUETOS, María Pilar. Opus cit. Págs. 14-15. 24 JACKS, Nilda. “La identidad cultural como mediación simbólica”. En Comunicación y sociedad, número 18-19. CEIC/ Universidad de Guadalajara (México), Mayo/Diciembre, 1993. Págs. 25-26. http://www.publicaciones.cucsh.udg.mx/pperiod/comsoc/pdf/18-19_1993/17-32.pdf Fecha de consulta: 25 de septiembre del año 2012.

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cultural constituye un fenómeno de auto-reconocimiento, tanto en el plano individual cuanto en el colectivo”25. La cultura es una guía que tienen unos frente a otros, formada por signos y símbolos que poseen un significado común en un territorio determinado 26. En síntesis, “los individuos que comparten una misma cultura participan en la misma identidad” 27, ya que los cimientos y agentes de cada sociedad están en la misma dirección, posibilitando “sentimientos de adhesión compartidos por los individuos” 28. González Calero afirma que no se puede hablar de una cultura castellanomanchega porque no ha servido para fines identitarios al fundamentar esta idea en el peso de las relaciones con lo local y lo comarcal. Solo desde la formación de la Comunidad cree que se puede empezar a entender el origen de una tímida concienciación regional29. Pero, ese vínculo con lo cercano no ha provocado en la Comunidad un fenómeno de aculturación al no existir grandes diferencias culturales ni esquemas tradicionales que choquen entre ellos, lo cual es una ventaja al no haber conflictos internos pero, es una desventaja ya que tampoco hay diferencias manifiestas que permitan una clara identificación 30.

3.4 Identidad y territorialidad. Hay una estrecha relación entre la convivencia en el mismo contexto, la cultura y la identidad. El entorno social es una fuente de experiencias, opiniones, tradiciones y ejemplos que afectan al crecimiento como personas racionales, y que a su vez sirve de base para la lenta evolución de la cultura. Según Claude Levi-Strauss: “El conjunto de las costumbres de un pueblo es marcada siempre por un estilo; dichas costumbres forman sistemas. Estoy persuadido de que esos sistemas no existen en número ilimitado y de que las sociedades humanas, como los individuos –en sus juegos, sus sueños o sus delirios– jamás crean de manera absoluta sino que se limitan a elegir ciertas combinaciones en un repertorio ideal que resultaría posible reconstituir”31.

Es decir, las personas repiten conductas como método camaleónico en semejanza hacia su propio entorno32, por ello, los grupos sociales al estar formados por individuos operan de forma análoga. Por ejemplo, el trabajo realizado por Ismael

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Ibídem. Págs. 27-28. FOX, Inman. La Invención de España. Nacionalismo liberal e identidad nacional. Cátedra, Madrid, 1997. 27 GARCÍA GARCÍA, José Luis. Opus cit. Pág. 13. 28 Ídem. 29 GONZÁLEZ CALERO, Alfonso. “«Señas de identidad» en Castilla-La Mancha”. En SEVILLA, R.; SERRANO, A. Opus cit. Págs. 326-336. 30 CABRERA RODRÍGUEZ, F.; ESPÍN LÓPEZ, J.V.; MARÍN GRACIA, M.A.; y RODRÍGUEZ LAJO, M. Opus cit. 31 LEVI-STRAUSS, Claude. Tristes trópicos. (1955) 1976. Pág. 169. En GARCÍA BRESÓ, Javier. Opus cit. B. Pág. 344. 32 Esto recuerda al factor que denomina Cavalli Sforza como “moda”. Véase página 17. 26

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del Pan33 define pautas identitarias entre pueblos de la comarca de La Mancha 34 a pesar de las diferencias puntuales, lo que es muestra de que la proximidad territorial genera una ineludible relación durante el transcurso del tiempo que proporciona la transferencia de una serie de costumbres y tradiciones que, mezcladas con las peculiaridades de cada zona, acaba por conformar una identidad particular. De ahí la importancia de la herencia del refugio ecológico: “la casa, la escuela y los ambientes en que se desarrolla la mayor parte de su vida, incluida toda la ciudad”35. Determinados organismos sociales como núcleos urbanos, fundaciones, agrupaciones, etcétera, son herramientas de pervivencia de determinadas prácticas y herencias culturales que refuerzan la pertenencia a un lugar y son paradigma del condicionante territorial para los individuos. La cuestión es, ¿cómo afecta la organización del territorio en este contexto? En Castilla-La Mancha hay una enorme responsabilidad política y administrativa en manos de las cinco Diputaciones provinciales. Estas circunscripciones tienen un papel fundamental en la construcción de la identidad ya que, cada área trata de potenciarse a sí misma y, paralelamente, aunque ejecuten actividades que beneficien la identidad común regional, también desarrollan proyectos dirigidos hacia su propio territorio. En el plano cultural son el principal apoyo de entidades locales, promueven el conocimiento de su territorio y convocan subvenciones anuales para actividades culturales del ámbito asociativo36. Además, han sido promotoras de numerosas revistas que contenían y contienen estudios sobre folclore y tradiciones de las actuales provincias, algunas de las cuales comenzaron en el Franquismo, y jugaron “un importante papel en el desarrollo de la identidad provincial”37. Las descripciones de fiestas, tradiciones, prácticas, etcétera, son amplia muestra de la herencia que pervive del pasado y que forma parte de una identidad. Pero, cada uno de estos impulsos territoriales acarrean una considerable “provincialización” de los estudios y publicaciones a pesar de que son de: “los pocos espacios de promoción de la cultura y de estudio en el conjunto de Castilla-La Mancha”38. Estas administraciones son importantes para conocer parte del pasado a pesar de que se incida en exceso en el provincialismo ya que, esta es la referencia cercana y tradicional más asumida por todos los conciudadanos:

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GARCÍA BRESÓ, Javier. Opus cit. B. La Mancha era el término que se daba desde el siglo XVIII a los territorios de Almagro (de la Orden de Calatrava), Villanueva de los Infantes (de la Orden de Santiago) y Alcázar de San Juan. 35 CAVALLI SFORZA, Luigi Luca. Opus cit. Págs. 138-139. 36 DIPUTACIÓN DE CIUDAD REAL. http://www.dipucr.es/redirect&cat=14&id=9787&modo=html Fecha de consulta: 14 de abril de 2013. 37 GARCÍA BRESÓ, Javier. Opus cit. B. Pág. 348. 38 MORENO MORENO, Andrés J. Opus cit. Pág. 72. 34

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“A lo largo de la historia reciente se ha seguido reforzando su papel en la cotidianidad de los ciudadanos por parte de unos poderes centralizados que vieron en la provincia el modelo ideal para controlar todo lo que sucedía en ellas. En el caso de Castilla-La Mancha, al constituirse como autonomía no sólo no ha desaparecido este modelo, sino que se ha mantenido su papel de administración cercana, lo que ha hecho que la mayoría de los habitantes mantengan sus vínculos de identidad con sus capitales”39.

Espadas Burgos escribe sobre otro nivel de la organización territorial, las comarcas40: “Constituida Castilla-La Mancha, las comarcas han seguido ejerciendo como espacios referenciales de la administración, potenciándolas con la creación de centros médicos de referencia o de otros sectores clave para el desarrollo de la comunidad como centros empresariales e industriales, en busca de una trasformación del conjunto de la Comunidad autónoma, aunque ello ha supuesto una mayor atomización de la identidad en la Región, viéndose favorecida cualquier identidad antes que la regional” […] Pero desde nuestro punto de vista lo que le proporciona un aspecto más interesante a este espacio territorial es su valor cultural. A diferencia de las provincias cuyo espacio territorial queda delimitado por el establecimiento de unos límites administrativos organizados desde el propio estado, la comarca se organiza por afinidades territoriales, lo que le proporciona un sentido de unidad mayor, llegando incluso a diluir la identidad más amplia de la comunidad autónoma o incluso de la provincia”41.

Mora Rodríguez opinaba que esta “región sin bandera”, de “carácter provincialista” solo mantenía relaciones fluidas dentro de las comarcas 42; y de semejante pensamiento, Prada Trigo incide en que esta Comunidad es una mescolanza de comarcas de fuerte peso histórico y sentimental43. La provincia es el espacio administrativo cuya ordenación responde a una administración que facilita los diferentes estadios del poder, pero que raramente responde de forma absoluta a un verdadero sentimiento de unión, mientras que las comarcas sí, al ser la cercanía, el pasado o las tradiciones las que verdaderamente han creado lazos que perviven en el tiempo44. Por último y no menos importante está lo local. Las personas son parte de su entorno más cercano, “su pueblo”, pues es la principal fuente que proporciona la asimilación de costumbres, comportamientos y la pertenencia a un determinado

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Ibídem. Pág. 229. ESPADAS BURGOS, Manuel. Opus cit. 41 MORENO MORENO, Andrés J. Opus cit. Pág. 234. 42 MORA RODRÍGUEZ, Fernando. Opus cit. A. Pág. 10. 43 PRADA TRIGO, José. “La formación de la identidad castellano-manchega y la Ruta de Don Quijote: componentes espaciales, culturales y económicos”. http://ftpmirror.your.org/pub/wikimedia/images/wikipedia/commons/e/ec/La_formaci%C3%B3n_de_la_iden tidad_castellanomanchega_y_La_Ruta_de_Don_Quijote._Componentes_espaciales,_culturales_y_econ%C3%B3micos.p df Fecha de consulta: 28 abril 2012. 44 MORENO MORENO, Andrés J. Opus cit. 40

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ORTEGA OLMEDO, Ricardo. La puesta en valor del patrimonio mueble en Castilla-La Mancha como elemento de identidad regional. Trabajo Fin de Máster Universitario en Investigación en Letras y Humanidades, Universidad de Castilla-La Mancha. Ciudad Real, 2013-2014. Dirigido por: María Esther Almarcha Núñez-Herrador. Calificación: 10, mención para Matrícula de Honor.

territorio, lo que explica que el ámbito local tenga una gran fuerza e importancia en la configuración y construcción de identidades45. La trascendencia de la relación del individuo-colectividad-localidad-provincia en Castilla-La Mancha está condicionada por los sentimientos hacia lo más cercano, la localidad y la provincia bajo un halo nacional, los cuáles salieron reforzados debido a la inicial controversia en la formación del ente regional. Esto explica el notorio esfuerzo que se ha hecho desde la JCCM para invertir la balanza 46.

3.5 Antecedentes de la Comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Dentro la actual configuración territorial existen pequeñas huellas de presencia humana desde el Paleolítico medio (Cueva de los Casares, en Rivas de Saelices, Guadalajara) y superior (ríos Tajo, Guadiana, Jabalón y el Bullaque)47. Hay fabulosos ejemplos de arte levantino en Alpera y Minatera en Albacete, aunque el Neolítico es pobre en yacimientos. La Edad de Bronce fue mucho más productiva como puede observarse con las Motillas, o en el arte esquemático de Peña Escrita (Sierra Morena) o Villar del Humo (Cuenca). Desde la Edad del Hierro comienza un mestizaje entre autóctonos y nuevos pobladores, a lo que se suma el proceso de urbanización propio de épocas íberas. La arqueología ha mostrado a los pueblos que habitaron estas tierras: culturas íberas y celtíberas, como los arévacos (Guadalajara), carpetanos (Guadalajara, Toledo y Ciudad Real), olcades (sur de Guadalajara y Cuenca) y oretanos (Ciudad Real y Albacete)48. Con la llegada de los romanos puede hablarse de una unidad pues, fue el primer momento en el que este territorio forma parte de algo semejante (el Cristianismo llegó a finales del siglo III). Con el Imperio, muchos núcleos experimentaron un poderoso crecimiento, caso de Segóbriga. Con la reorganización territorial de tiempos de Augusto, que pasó a dividir la península de dos espacios a tres, los territorios actuales de Castilla-La Mancha estaban repartidos entre las tres administraciones, aunque la mayor parte del terreno era de la Citerior Terraconense49. Algo semejante sucedió cuando los romanos fueron sustituidos por los visigodos en el poder dentro de la península aunque, estos dejaron un mayor desarrollo urbano al escoger a Toledo como capital de su reino bajo el mandato de Atanagildo. Para muchos autores, esto es

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LUCAS PICAZO, Miguel. Opus cit. B. MORA RODRÍGUEZ, Fernando. “De la Preautonomía a las primeras elecciones autonómicas”. En ASÍN VERGARA, Rafael. Opus cit. A. 47 MORALES HERVÁS, Francisco Javier. “Los orígenes”. En RUIZ GÓMEZ, Francisco. Opus cit. A. Págs. 23-42. 48 CABALLERO KLINK, Alfonso. Opus cit. 49 CARRASCO SERRANO, Gregorio. “La conquista romana”. En RUIZ GÓMEZ, Francisco. Opus cit. A. Págs. 81-96. 46

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el germen de España: “Sería arriesgado afirmar que asistimos a la formación de la nación española; aunque algunos datos apuntan en ese sentido” 50, cuestión que se afirma en base al centralismo de la monarquía visigoda. Entre el 711 y el 1075, esta zona pasó a ser de dominio musulmán, conocida como la Taifa de Toledo, ocupando una extensión mayor de lo que hoy en día es Castilla-La Mancha, pues poseía territorios por las actuales fronteras de Madrid y Cáceres. En la Edad Media, la lenta guerra por la Reconquista cristiana de la península fue un hecho fundamental para el asentamiento de pobladores en este territorio, aunque esta época entre los siglos XII y XV fue compleja por las epidemias y los conflictos sociales como la persecución de los judíos en el siglo XIV51. No obstante, fue un hito de gran importancia para la consecución de las identidades: “La reconquista juega un papel importante en la construcción de la identidad, como elemento de referencia del pasado, pero, sobre todo, como el elemento que dio forma a un espacio que, aparentemente, carecía de ella, a un territorio nuevo, despoblado, según los nuevos ocupantes, y sin ningún otro referente de identidad anterior […] cabría señalar su valor cultural como elemento definidor de espacios territoriales que con el tiempo han dado lugar a muchas de las comarcas que podemos encontrar en la actualidad dentro de Castilla-La Mancha y, junto a ellas, toda una serie de tradiciones, formas de relación entre la población y referentes de identidad que proporcionan al conjunto una diversidad lo suficientemente amplia como para no reconocer una identidad común, sino difusa. Tan sólo hay que echar una mirada a las diferentes comarcas que hoy en día se han constituido para darnos cuenta del papel de estas Órdenes Militares, ya que muchas de ellas coincidirán, si no totalmente al menos si en parte, con los territorios que en su día fueron administrados por las mismas: el Campo de Calatrava, el Campo de San Juan, Montiel, etc.”52.

Manuel Espadas coincide con la importancia que tuvo el largo proceso de la Reconquista pues, sitúa el inicio de las características comunes de esta Comunidad en la Edad Media debido al mencionado hito y su consecuente repoblación53. En el siglo XVI, el movimiento comunero incidió de forma evidente y con dispar sentimiento. Por un lado, Toledo y Cuenca en favor de las Comunidades; y por otro Ciudad Real, Almagro o Talavera como defensa de Carlos I. La revolución social y política fue apaciguada por lo que: “Toledo, la cabeza de las Comunidades de Castilla, debía borrar su pasado comunero para convertirse ahora en ciudad imperial” 54. Aunque, la base fundamental de los territorios actuales de las provincias procede de la organización territorial que hizo Javier del Burgo en el año 1833: catorce

RUIZ GÓMEZ, Francisco. “La época visigótica”. En RUIZ GÓMEZ, Francisco. Ibídem. Pág. 132. RUIZ GÓMÉZ, Francisco. “El dominio cristiano”. En RUIZ GÓMEZ, Francisco. Ibídem. Págs. 161-174. 52 MORENO MORENO, Andrés J. Opus cit. Pág. 173. 53 ESPADAS BURGOS, Manuel. Opus cit. 54 GARCÍA RIOL, Daniel Jesús. “Los comuneros (1520-1522)”. En RUIZ GÓMEZ, Francisco. Opus cit. A. Pág. 209. 50 51

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regiones subdivididas en cuarenta y nueve provincias. Las cinco provincias que hoy son Castilla-La Mancha estaban agrupadas de la siguiente manera: Ciudad Real, Toledo, Cuenca y Guadalajara, se unieron con Madrid para ser Castilla La Nueva; y Albacete estaba con Murcia para formar el reino de Murcia55. Tras la guerra de Cuba en el 1898 y la apatía nacional, se empezó a cuestionar el centralismo imperante, lo que provocó que comenzara un burbujeo de intelectuales que pedían un cambio significativo al viejo sistema, aunque tuvo mayor calado en zonas más avanzadas como Cataluña y País Vasco pero, se produjo por todo el país56. No hay que pensar en el regionalismo castellano-manchego de la misma manera a los casos periféricos pues, el surgimiento estas posturas fue por: “Reacción opuesta a los exaltados sentimientos y reivindicaciones nacionalistas de vascos y catalanes. Así sucedería en La Mancha, cuyo afán regionalista estaría impulsado por una élite socio-política que veía en la efervescencia de los principios regionales separatistas, una amenaza y un serio problema para el mantenimiento de los resortes del viejo Estado”57.

El regionalismo era entendido por Rivas Moreno como aquello que permitía un avance y un progreso de la propia tierra, del ámbito cercano, de lo que es nuestro por empatía y afecto. Se necesitaba de dos cosas para conseguirlo: “la cultura y el espíritu de asociación”58. Donde mejor se puede entender la postura de este intelectual es en su artículo: “Los daños del centralismo”59. En el año 1906 se planta en Madrid una pequeña semilla de mancheguismo debido al surgimiento del Centro Regional Manchego que, evidentemente no recogía entre sus intereses los de la provincia de Guadalajara al no existir nexos con esta zona porque las relaciones de esta estaban encaminadas hacia Madrid, Segovia o Soria 60. Este ente apostó por un fomento de la conciencia regional manchega simbolizada en una bandera formada por cuatro colores: blanco, rojo, azul y negro, un color por cada provincia, con el escudo de España en el centro61. Pero, las buenas intenciones que surgieron en este centro bajo directrices democráticas, perdieron progresivamente la fuerza debido a las largas manos del caciquismo y del centralismo, hasta que el tiempo y el polvo han tapado todas las huellas de lo que un día “quisieron ser”: “El tiempo ha pasado inexorablemente por nuestros lares y la abulia de las llanuras, la apatía manchega, la execrable pasividad regional haría el resto. Las gentes se hicieron viejas y 55

MORA RODRÍGUEZ, Fernando. Opus cit B. Y con más detalle en: MORENO MORENO, Andrés J. Opus cit. 56 SÁNCHEZ SÁNCHEZ, Isidro. Castilla-La Mancha en la época contemporánea 1808-1939. Servicio de Publicaciones, Consejería de Cultura, Toledo, 1986. 57 MUÑOZ SÁNCHEZ, Esmeralda. “Rivas Moreno. Entre el inconformismo inmovilista y las «pasiones» regionalistas”. En RIVAS MORENO, Francisco. Opus cit. A. Pág. 22. 58 Ibídem. Pág. 25. 59 RIVAS MORENO, Francisco. Propagandas regionalistas. Volumen II, Imprenta Moderna, Madrid, 1918. 60 GONZÁLEZ CALERO, Alfonso. Opus cit. 61 FUSTER RUIZ, Francisco. “Para una historia del regionalismo manchego: la bandera y el himno de La Mancha”. En Al-Basit, número 9, Instituto de Estudios Albacetenses, Albacete, 1981. Págs. 5-27.

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olvidaron; la mayor parte de los regionalistas de antaño han fallecido; de nuestras bibliotecas y archivos (no hablemos de las hemerotecas, porque no existe ninguna como tal en la región62) han desaparecido casi totalmente las colecciones de periódicos antiguos, principalmente en Cuenca y Ciudad Real; nuestro tradicional desierto cultural ha impedido la realización de estudios regionales profundos… Todo esto, ¿no es suficiente para comprender que cuando en nuestros días se ha vuelto a hablar de regionalismo, nadie recuerde nuestro anhelos regionalistas del pasado y que se haya olvidado que tenemos un himno, que se haya olvidado por completo que hubo un tiempo en que nosotros también tuvimos una “ikurriña”, una “senyera”, una bandera de La Mancha?” 63.

Antes de desarrollar cómo se creó esta Comunidad es preciso señalar que una de las dificultades más rocosas de superar para esta identidad es el hecho de que la ausencia en el pasado de una administración única significa que distintas realidades han formado parte del imaginario colectivo como Castilla-La Nueva, el Reino de Murcia o la mirada hacia Castilla-La Vieja64.

3.6 La formación de Castilla-La Mancha. El proceso de transición en España evolucionó de un sistema centralizado a uno basado en la descentralización entre tensiones que siguen latentes en lo referente a los nacionalismos periféricos65, y que conllevaron decisiones de gran importancia en la redacción de la Constitución de 1978, donde participaron todas las fuerzas políticas pero, no con los mismos objetivos66. El Estado de las Autonomías fue un intento de superar los problemas de los nacionalismos y del centralismo de la Dictadura pero, la búsqueda del equilibrio entre ambas posturas no gustó en las periferias más agitadoras, poco interesadas en la solidaridad entre los territorios de la nación pues, optaban por un modelo federal para tener mayor autonomía. Las demandas políticas que se hacen desde estos sentimientos son justificadas a través de las características propias en materia de historia, lengua o cultura67. En el resto de regiones, las comarcas habían tenido más peso incluso que las propias provincias, y si algo era común en todas ellas era el sentimiento de pertenencia a la unidad nacional68.

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Desde el año 1996 existe el Centro de Estudios de Castilla-La Mancha, dependiente de la UCLM. FUSTER RUIZ, Francisco. Opus cit. Pág. 27. 64 MORENO MORENO, Andrés J. Opus cit. 65 Según Lucas Picazo [LUCAS PICAZO, Miguel. Opus cit. B.], la diversidad autonómica española tiene su origen en los nacionalismos del siglo XIX, los cuáles han ido creciendo en el tiempo en paralelo con sus identidades. 66 LYNCH, John. Opus cit. 67 MORA RODRÍGUEZ, Fernando. “De la Preautonomía a las primeras elecciones autonómicas”. En ASÍN VERGARA, Rafael. Opus cit. A. Págs. 71-102. 68 CASTELLANOS LÓPEZ, José Antonio. “Castilla-La Mancha en la Transición y en la etapa Democrática”. En RUIZ GÓMEZ, Francisco. Opus cit. A. Págs. 327-338. 63

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Se puede leer en el artículo 2 de la Constitución española: “autonomía de las nacionalidades y regiones”69, clara alusión a la pluralidad. Castilla-La Mancha se acogió al artículo 14370, que permitía que provincias cercanas con características semejantes pudieran constituirse como Comunidades para llevar adelante su acceso a la autonomía mientras, otras regiones lo hicieron mediante el artículo 151. El artículo 14771 hace referencia a los estatutos de autonomía, base legislativa de los nuevos entes que tuvieron que promover una concienciación regional72. Castilla-La Mancha se crea sobre cinco provincias que nunca han tenido la misma unidad bajo una configuración de semejante autonomía o referente histórico, lo que condujo a la idea generalizada de que esta Comunidad proviene de una idea política y es una creación artificial surgida en 198273 pero, ¿cómo fue este proceso? A finales de 1978 se constituye el Ente Preautonómico en la Iglesia de San Agustín de Almagro, promovido por UCD74. Tras tres años, fue aprobado el Proyecto de Estatuto de Autonomía por la reunión de una Asamblea mixta de parlamentarios y diputados provinciales en Alarcón, que se envió al Congreso de los Diputados para su diligencia como Ley Orgánica. Dos meses después, Gonzalo Payo Subiza (UCD) fue elegido Presidente del Ente Preautonómico por la Asamblea Provisional.

“Artículo 2: Unidad de la Nación y derecho a la autonomía: La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”. En GOBIERNO DE ESPAÑA. Constitución española de 1978. http://www.congreso.es/consti/constitucion/indice/titulos/articulos.jsp?ini=1&fin=9&tipo=2 Fecha de consulta: 21 de enero de 2013. 70 “Artículo 143: Autogobierno de las Comunidades autónomas: 1. En el ejercicio del derecho a la autonomía reconocido en el artículo 2 de la Constitución, las provincias limítrofes con características históricas, culturales y económicas comunes, los territorios insulares y las provincias con entidad regional histórica podrán acceder a su autogobierno y constituirse en Comunidades autónomas con arreglo a lo previsto en este Título y en los respectivos Estatutos. 2. La iniciativa del proceso autonómico corresponde a todas las Diputaciones interesadas o al órgano interinsular correspondiente y a las dos terceras partes de os municipios cuya población represente, al menos, la mayoría del censo electoral de cada provincia o isla. Estos requisitos deberán ser cumplidos en el plazo de seis meses desde el primer acuerdo adoptado al respecto por alguna de las Corporaciones locales interesadas. 3. La iniciativa, en caso de no prosperar, solamente podrá reiterarse pasados cinco años”. En Ídem. 71 “Artículo 147. Los Estatutos de Autonomía: 1. Dentro de los términos de la presente Constitución, los Estatutos serán la norma institucional básica de cada Comunidad autónoma y el Estado los reconocerá y amparará como parte integrante de su ordenamiento jurídico. 2. Los Estatutos de autonomía deberán contener: a) La denominación de la Comunidad que mejor corresponda a su identidad histórica. b) La delimitación de su territorio. c) La denominación, organización y sede de las instituciones autónomas propias. d) Las competencias asumidas dentro del marco establecido en la Constitución y las bases para el traspaso de los servicios correspondientes a las mismas”. En Ídem. 72 NÚÑEZ SEIXAS, X.M. “Inventar la región, inventar la nación: Acerca de los neorregionalismos autonómicos de la España del último tercio del siglo XX”. En SABIO ALCUTÉN, A.; FORCADELL ÁLVAREZ, C. Las escalas del pasado: IV Congreso de Historia Local de Aragón (Barbastro, 3-5 de julio de 2003). Alberto Sabio Alcutén, Carlos Forcadell Álvarez (coord), 2005, Págs. 45-80. 73 GARCÍA BRESÓ, Javier. Opus cit. B. 74 Los resultados de las elecciones del 15 de junio de 1977 en Castilla-La Mancha fueron: UCD: 43% votos, 12 escaños; PSOE: 30% votos, 8 escaños; AP: 13%, 1 escaño; PCE: 7%; Otros: 7%. En, BLEDA, J.M.; CENTELLES, F.; MORA, F. Opus cit. Pág. 17. 69

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Las Cortes Generales del Estado aprueban este Estatuto de Autonomía el 10 de agosto de 198275. El 8 de mayo de 1983 se celebraron las primeras elecciones autonómicas, en las cuales el PSOE fue el partido más votado al obtener 23 diputados, por 21 de AP. El 31 del mismo mes se constituyen las primeras Cortes Regionales, estableciéndose esta fecha como el Día de Castilla-La Mancha. El 6 de junio del mismo año, José Bono Martínez fue investido por las Cortes Regionales como primer Presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha76. Desde este mismo momento, se inicia la entidad legal de esta Comunidad autónoma, y por ende, el comienzo del camino hacia la consecución de la identidad regional: “Fomentar la conciencia regional de sus ciudadanos, como medio de asentar su nueva legitimidad institucional. La exaltación de la historia, rasgos culturales y tradiciones propias se convirtió en un Norte de las políticas culturales y educativas de la práctica totalidad de las CC.AA. y particularmente de aquéllas (co)gobernadas por neorregionalistas […]. En algunos casos, esa labor requirió una auténtica invención de la tradición autonómica, del pasado propio –proyectado en su demarcación territorial hacia el pasado- y de rasgos culturales autóctonos, particularmente en casos como los de Cantabria o La Rioja, pero también de Castilla-La Mancha o Castilla-León”77.

Fue común que durante la formación de esta Comunidad se afirmara entre los ciudadanos la falta de conciencia regional por la novedad del mismo. Por ello, las mejoras en la calidad de vida fue el primer objetivo pero, paralelamente, la administración tuvo que invertir recursos para la construcción de esa identidad que aunara a todas las personas, a través de la organización de ciclos de conferencias, jornadas o proyectos diversos, siempre con el mismo denominador común: Castilla-La Mancha78. Por eso, la cultura se esforzó desde el primer momento para forjar unas señas de identidad y encontrar “unos símbolos en los que vernos identificados” 79, para superar la falta de acceso a la misma en el territorio a través de soluciones en el mundo rural que no perjudicaran a los espacios desarrollados80.

3.7 Creando mitos: la manipulación política de la identidad. Una vez constituida la JCCM, esta tuvo que plantearse qué elementos han de ser destacados, qué capítulos de la historia son comunes al territorio o si hay símbolos

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JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA. http://www.castillalamancha.es/web/es/CastillaLaMancha/index/generico1212675822943ge/12126757695 63.html Fecha de consulta: 12 de marzo de 2012. 76 JCCM. 77 NÚÑEZ SEIXAS, X.M. Opus cit. Pág. 67. 78 CASTELLANOS LÓPEZ, José Antonio. La transición democrática en Castilla-La Mancha (1976-1983). Proceso autonómico y construcción regional. Director: Pedro Oliver Olmo; Juan Sisinio Pérez Garzón. Tesis doctoral. Consejo Económico y Social de Castilla-La Mancha, Guadalajara, 2007. 79 DÍAZ VIECO, Ángeles. “Estrategias de política cultural en Castilla-La Mancha”. En SEVILLA, R.; SERRANO, A. Opus cit. Pág. 36. 80 Ídem.

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y/o personajes que refuercen la unidad; labor y aceptación que es asunto de personas (sociedad), no de entes anteriores ni pasados gloriosos: “Contra lo que dicen los nacionalismos, no es la patria la que hace al patriota sino los patriotas los que hacen la patria. En otros términos: la nación no antecede a los individuos que la componen sino que es el resultado de su voluntad común. […] La identidad, pues, se construye a partir de lo que esté ahí, dejado a la disposición de los hombres por el río del tiempo […] restos fragmentarios de su pasado”81.

Por eso, este caso regional es diferente al de otras regiones. Aquí no hay una herencia común del mundo pretérito que empapa todo lo que hace referencia a lo identitario como pudiera ser en los casos catalán o vasco por poner un ejemplo. Sobre esta cuestión: “Hace años que Pierre Vilar nos enseñó que todas las fronteras son históricas y muy cambiantes, por más que los nacionalismos las conviertan en lindes esenciales de un pueblo y, por tanto, en intocables. En el caso de España, como en las demás naciones occidentales, se utilizó la historia para apeñuscar guerras, conflictos y linderos siempre cambiantes con un criterio teleológico. Así el Estado liberal unitario construido en el siglo XIX se presentó como la culminación de un proceso impulsado por un núcleo cristiano que, aferrado a la meseta, había plantado su idioma y enseñas culturales (la religión, sobre todo) en medio mundo”82.

Desde el poder se emplea la historia como justificación en beneficio propio, debido al poder de los símbolos, los mitos y las leyendas, lo que es una construcción esencialista de la identidad sobre la que se ejerce una sumisa adoración. La política es consciente del peso de la identidad, hasta tal punto que su dominación e influencia sobre su definición ha sido fundamental para mantener los discursos oficiales. Por desgracia para el devenir de la historia, a menudo se tergiversan los datos, conscientes de lo que supone para el asentamiento de determinadas ideas, conceptos o identidades respecto al colectivo. En la construcción de una identidad grupal como puede ser adscrita a una nación o una región, Inman Fox afirma que: “la construcción de una identidad nacional no trata siempre de lo verídico y que incluye de vez en cuando la mitificación (hasta la falsificación) de ciertos momentos históricos” 83. Y el mismo caso sucede en niveles infranacionales ya que la historia subsiste entre la verdad y la mentira, como así menciona Lucas Picazo sobre el idealismo de la convivencia en el lejano Toledo de las Tres Culturas: “La historia, desde el punto de vista de la etnicidad, se relata siempre entremezclando verdades objetivas y fantasías inventadas. Las fantasías son fácilmente reconocibles, pero las verdades presentadas como tales pueden ser también inventadas o recreadas con fines de

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SERRANO, Carlos. Opus cit. Pág. 9. PÉREZ GARZÓN, Juan Sisinio. “España: de Nacionalismo de Estado a esencia cultural”. En TAIBO, Carlos. Nacionalismo español. Esencias, memoria e instituciones. Catarata, Madrid, 2007, Págs. 49-74. Pág. 50. 83 FOX, Inman. Opus cit. Pág. 14. 82

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identidad. Una verdad histórica a fuerza de repetirse y consagrarse cumple el mismo papel para la identidad que las conocidas falsificaciones históricas”84.

El pasado no es más que una sucesión de elecciones y decisiones que se toman en base a unos objetivos85. Mario Carretero desarrolla de forma bien fundamentada numerosos casos en los que la realidad está mezclada con la invención, e incluso con la mentira o la omisión. Explica tres sentidos de la historia como compartimentos permeables e interrelacionados pero cada uno con sus propios pilares: “El académico, que confirma su institución en tanto conocimiento disciplinario validado; el escolar, que además de instruir crea los primeros lazos de identidad entre los individuos y la “comunidad imaginada”, formando las primeras representaciones de “nosotros” y los “otros”; y, por último, el cotidiano, en que los miembros de una sociedad normalizan y hasta naturalizan, de modos consciente e inconsciente, las narraciones recibidas sobre el pasado al incorporarlas al sentido común que orienta la comprensión y la experiencia de la realidad” 86.

Pérez Garzón expresa que Modesto Lafuente fue el claro ejemplo de cómo construir un pasado unitario referente a una nación, en este caso, la española: “El historiador del siglo XIX nacionalizó el pasado, como también se nacionalizaron los bienes amortizados, o se nacionalizaron los imprescindibles conceptos de interés y de riqueza. Ahora bien, semejante operación intelectual de leer el pasado para transmitir unas señas de identidad colectiva, no sólo tuvo lugar para globalizar lo español en una unidad primordial. Simultáneamente este mismo proceso se desarrolló en Cataluña, Galicia y Euskadi, y también en todas las regiones españolas, aunque sólo fuese con un prisma exclusivamente romántico y cultural […] Así, mientras, por un lado, se consolidaron los contenidos y perfiles de lo español, por otro se fraguaron las elaboraciones intelectuales sobre las diferencias del carácter catalán, gallego, vasco y también del modo de ser de lo aragonés, lo andaluz, lo castellano, etc. En todos los casos, siempre fueron los siglos medievales los que se convirtieron en arsenal de argumentos para justificar las pretensiones de diferenciación cultural o política en el presente”87.

En Castilla-La Mancha, la política ha reforzado desde el inicio las sensaciones de que todos los individuos son un mismo grupo, lo que ha permitido llegar hasta día de hoy con cierto halo de unidad. Paralelamente, los discursos promulgados desde el poder en las nuevas autonomías bien desde partidos políticos de ámbito nacional o regional, sirven al Estado de reacción frente a las regiones de la periferia y sus extremos intereses de autogobierno88. En esta región, José Bono89, mostró a lo largo de su mandato una incisiva reivindicación del nuevo territorio, potenciación de la entidad, identidad y colectivo, que fue productiva. Las reclamaciones políticas que

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LUCAS PICAZO, Miguel. Opus cit. B. Pág. 44. FOX, Inman. Opus cit. 86 CARRETERO, Mario. Documentos de identidad. La construcción de la memoria histórica en un mundo global. Paidós Entornos, Buenos Aires, 2007. Págs. 281-282. 87 PÉREZ GARZÓN, Juan Sisinio. Opus cit. Págs. 72-73. 88 NÚÑEZ SEIXAS, X.M. Opus cit. 89 LUCAS PICAZO, Miguel. Opus cit. B. 85

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marcaban su discurso tenían como objetivo el autogobierno entroncado con la unidad nacional, la revalorización del territorio y el bienestar de la región90.

3.8 Símbolos [y tópicos] de identidad de Castilla-La Mancha. La JCCM tuvo que crear comunes mientras era consciente de la existencia de otros símbolos y señas de identidad asignadas a comarcas o localidades 91. Véase la cita del Plan Estratégico de Cultura (1997-2006)92: “desde la situación actual […] avanzar en el esfuerzo de una identidad cultural cohesionada en la Comunidad de Castilla-La Mancha”. Ejemplo significativo de que el plano cultural era un refuerzo identitario en este territorio, debido a la estrecha relación que posee con la sociedad, aunque hay un problema, la necesidad de un reflejo normativo93. Ante la imposibilidad de una identidad basada en un pasado unido, Castilla-La Mancha ha encontrado símbolos en el pasado rural común de sus territorios o en la idea del honrado labrador94 sobre el que tantos poemas y novelas se han escrito; imagen y reflejo excelente sobre los que edificar un orgullo propio que justificara que ante las penurias del pasado siempre se tuvo honradez, decencia, tesón y rectitud, valores positivos sobre los que depositar una identidad. El pasado reciente castellanomanchego posee “rasgos psicológicos colectivos como la sencillez y humildad, gente sincera y de palabra, hospitalidad, sumisión, laboriosidad, etc.”95. Véase un ejemplo: “Es manchego porque sí y porque le da la gana. Recio y fuerte, y al estilo de los hombres de su raza.

Montado en un pura sangre –pelo negro, cola larga, herraduras en el polvo y belfo de espuma blanca–, anda camino a camino por las tierras de la Mancha en trote de viento y polvo.

Aquí, veredas ensancha de cultura. Allá, molinos

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Ídem. MORENO MORENO, Andrés J. Opus cit. Pág. 176-177. 92 JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA. Plan Estratégico de Cultura. Consejería de Cultura de la JCCM, Toledo, 1998. Pág. 3. Citado en LUCAS PICAZO, Miguel. Opus cit. B. 93 Véase 5.6 La identidad en la legislación patrimonial, página 70. 94 TORRES GRUESO, Juan. Tierra seca. Gráficas Aragón, Madrid, 1955. 95 LUCAS PICAZO, Miguel. Opus cit. B. Págs. 17-18. 91

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ORTEGA OLMEDO, Ricardo. La puesta en valor del patrimonio mueble en Castilla-La Mancha como elemento de identidad regional. Trabajo Fin de Máster Universitario en Investigación en Letras y Humanidades, Universidad de Castilla-La Mancha. Ciudad Real, 2013-2014. Dirigido por: María Esther Almarcha Núñez-Herrador. Calificación: 10, mención para Matrícula de Honor.

que molturan la esperanza. Y por doquier anda y anda, busca y busca, hasta alcanzar la cosecha ya madura”96.

“Desde un nivel psicosocial la población castellano-manchega cumple con los requisitos predominantes en las formaciones sociales de base agraria y tradicional” 97, lo que significa que se han aceptado unos valores que son huella del pasado como la humildad, el esfuerzo o la llaneza. En la construcción de esta identidad ha tenido muchísimo peso la literatura pues, ha sido vehículo de difusión de rasgos esculpidos en esta imagen del manchego, de honradez elevada a la altura de la nobleza, y en la que su futuro ha podido leerse en las grietas de sus manos. Plantearse el peso que la literatura ha tenido en la identidad de Castilla-La Mancha ha de iniciarse en el origen, inexorablemente en Don Quijote de La Mancha. A veces no es siquiera necesario una mirada al pasado en busca de referentes, ya que están ahí presentes pues, que en el territorio y sobre él, se contextualice uno de los libros más importantes de la historia implica que se destaque una estrecha vinculación con él. Es decir, la sociedad se basa en aquello que le interesa, por lo que: “Si no existe un acuerdo común en el que claramente se establezcan los límites en donde puedo enmarcar mi identidad, recurro a aquella que parece más clara como referente: la literaria. El problema está en la propia indefinición del espacio territorial que ofrece la referencia literaria o imaginada. El propio texto de Cervantes no sólo se inicia con la “deslocalización” de la aventura, al no señalar el nombre de la población de la que parte el protagonista, sino que el desarrollo de sus aventuras, en las que el tiempo parece ausente, hace que viaje por un territorio recorrido en tiempos imposibles en la realidad, acentuando esa sensación de indefinición del espacio por el que discurre la historia y, consecuentemente, permitiendo la construcción del “yo” desde esa individualidad reconocible”98.

La indefinición que se menciona, es absolutamente palpable por las iniciativas y “batallas” que tienen varias localidades de Castilla-La Mancha, tal y como predijo el propio autor, para hacerse con la mejor parte de la historia cervantina ya que esta figura parece ser la base identitaria de este territorio: “Es él [Cervantes] quien construye esta realidad imaginada”99. Sobre el tema de la búsqueda del “lugar de la Mancha”, hay un estudio multidisciplinar que encuentra ese lugar: Villanueva de los Infantes, y defiende esta idea de todas las maneras posibles 100.

TORRES GRUESO, Juan. “El labriego”. En TORRES GRUESO, Juan. Opus cit. Págs. 37-38. LUCAS PICAZO, Miguel. Opus cit. B. Pág. 43. 98 MORENO MORENO, Andrés J. Opus cit. Pág. 139. 99 Ibídem. Pág. 248. 100 PARRA LUNA, F.; FERNÁNDEZ NIETO, M.; PETSCHEN VERDAGUER, S. El lugar de La Mancha es… Editorial Complutense, Madrid, 2005. 96 97

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García Bresó opina que Castilla-La Mancha es una idealización entre la figura y la huella cervantina, y la vida campesina anteriormente mencionada 101, relación poco estudiada a pesar de la fuerza identitaria de ambos elementos. “Refundar nuestro orgullo asumiendo el pasado desde una perspectiva más generosa con los verdaderos sacrificados en este proceso histórico, para sumarnos fraternalmente a los pueblos sojuzgados mediante la opresión y la ignorancia; reimaginar nuestra historia sobre la solidaridad con los desamparados, con aquellos que experimentaron la agresiva irrupción de la historia en sus vidas, o con quienes como los inmigrantes de hoy contribuyen a mantener el pulso vital de nuestros pueblos, en condiciones indignas muchas veces, es construir una seña de identidad sobre la base del Quijote más firme que la celebración de su envoltorio mediático. […] Contra la actual terquedad con que se ha afianzado el tópico de que ni las poesías ni las novelas sirven para cambiar el mundo, para desplomar los muros de la incomprensión, la injusticia o la ignorancia, el Quijote, como todas las grandes obras, nos demuestra lo contrario. No ha cesado de transformar la realidad desde que hizo su aparición en la escena de la existencia humana en un lejano día del siglo XVII. Castilla-La Mancha es una buena prueba de cómo la literatura modifica desde sus cimientos el curso de la existencia. O de como un disparate ayuda también a vivir cuando, por encima de sus implicaciones negativas, se funda sobre palabras de paz y convivencia”102.

Esto no significa que toda nuestra identidad deba ser volcada sobre esta obra aunque, sí que es cierto que es la fuente más importante: “La identidad cultural no se sustancia en el número de obras extraordinarias que un pueblo es capaz de proporcionar en un periodo de la historia, sino en la calidad de los valores que ha decidido preservar. […] Castilla-La Mancha ha decidido preservar el Quijote como seña fundamental de su identidad en un marco democrático […] El Quijote no es el producto histórico de una cultura restringida al ámbito de los castellano-manchego, pero sí puede ser el lugar en el que los castellano-manchegos hemos decidido vivir, el lugar por el que queremos ser reconocidos”103.

Desde la JCCM se ha potenciado todo lo relacionable con esta figura mediante la Empresa Pública Don Quijote de La Mancha 2005 S.A. Además, el propósito de dar mayor difusión de esta novela, se realizó a través del proyecto: “Un Quijote, un euro”, cuya tirada alcanzó el millón de ejemplares104. De hecho, en el año 2006 se presentó una candidatura del Quijote como Obra Maestra del Patrimonio oral e inmaterial de la Humanidad, cuyo proyecto puede verse en Mito y legado del Quijote en el espacio cultural manchego, donde se expresa: “la tierra que lo engendra ha adquirido con él igual dimensión de universalidad”105.

101

GARCÍA BRESÓ, Javier. Opus cit. B. GÓMEZ PORRO, Francisco. “Una identidad irónica”. En Añil, año 2006, número 30, Págs. 3-6. Pág. 6. 103 Ídem. 104 Don Quijote. Una nueva mirada [Catálogo de exposición]. Empresa Pública Don Quijote de La Mancha 2005 S.A., JCCM, 2005. 105 Mito y legado del Quijote en el espacio cultural manchego: documento de trabajo, proyecto de candidatura para la proclamación como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Instituto de Turismo Responsable, Toledo, 2006. Pág. 82. 102

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El peso de Don Quijote106 ha mitificado símbolos sobre los que sentir orgullo como la llanura o los molinos de viento, en favor de la correlación y muestra ejemplarizante de la relación ser humano-agricultura, simbolizada por este patrimonio inmueble. No se puede imaginar una Castilla-La Mancha sin estos gigantes, sin castillos, sin su paisaje, sus fachadas de blanca cal y azul índigo, y sin la imagen de Don Quijote107, y el mejor ejemplo de la pervivencia y el absoluto peso de esta figura reside en todas las intervenciones que se han hecho bajo la conmemoración del cuarto centenario. Aunque, no todo el territorio se identifica con estos elementos, por lo que no se debe parar la búsqueda solo ahí, en ese viejo a la par que vital Miguel de Cervantes. Durante cuatrocientos años, escritores y artistas han hecho gala de su talento mediante su particular visión sobre la realidad de este territorio. Uno de estos ejemplos fue Azorín108, “seducido por Cervantes, por El Quijote [Azorín quijotesco] y por La Mancha, ese territorio que es ancho y existe y que gustaba de visitar”109. Moreno Moreno opina lo siguiente: “Azorín, autor de uno de los textos sobre el territorio manchego que más ha contribuido a construir esa realidad imaginada: La ruta de Don Quijote. Desde su pluma no sólo volvió a recrear a los personajes y sus andanzas, reforzándola, sino que construyó toda una serie de elementos simbólicos en torno al paisaje castellano-manchego que acabaron por formar parte de su universo simbólico; llegando, prácticamente, intacto hasta nuestros días gracias a la repetición y reiteración, como el eco, por parte de otros muchos escritores, literatos, ensayistas, fotógrafos, cineastas, escultores y pintores que concretaron cada una de las potentes imágenes que Azorín creó para describir el territorio que transitó a principios del siglo XX. Él ha sido, por tanto, el escritor que contribuyó, definitivamente, a crear el espacio imaginado que nos ocupa y cada uno de los elementos simbólicos que lo van a caracterizar”110.

Existe otro novelista de interés, Camilo José Cela, quien escribió Viaje a la Alcarria. Aquí, autor y obra son sirven de icono para esta comarca de Guadalajara a través del crudo realismo que construye con sus palabras, no en el sentido identitario de la exaltación, sino como influencia sobre lo posterior111. Esto es muestra de que esta provincia y comarca ha recorrido el tiempo histórico en paralelo al resto de la Comunidad a la que se ha unido políticamente. Hasta en el reino de los mitos y leyendas, Guadalajara se acoge al Cid y a su primo Alvar Fáñez de Minaya, con lo que 106

Para saber más sobre la trascendencia de la novela de caballerías El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha, visitar la página del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha pues ha trabajado sobre un proyecto de Iconografía sobre este tema. Existe también un libro de gran interés para conocer esta mencionada repercusión, aunque nada recomendable sobre esta novela como elemento identitario regional: ALVAR EZQUERRA, Carlos. La imagen del Quijote en el mundo. Lunwerg, Centro de Estudios Cervantinos, Barcelona, 2004. 107 GARCÍA BRESÓ, Javier. Opus cit. A. Pág. 87. 108 MARTÍNEZ RUIZ, José Augusto. Castilla. La ruta de Don Quijote. EDAF, Madrid, 1988. 109 Almarcha Núñez-Herrador, E.; Sánchez Sánchez, I.; Payá Bernabé, J. La ruta de Don Quijote / Azorín. Artelibro-Rafael Amorós, Ciudad Real, 2005. Pág. 5. 110 MORENO MORENO, Andrés J. Opus cit. Pág. 259. 111 Ibídem. Pág. 260.

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entronca su historia con una línea de la vieja Castilla. Incluso este territorio forma parte de la Ruta del Cid, como se verá en páginas posteriores112, aunque la incidencia de este símbolo con el resto de Castilla-La Mancha es prácticamente nulo. Con Buero Vallejo113 no sucede igual. A pesar de la crítica social que contenían muchas de sus obras, se mantuvo a una relativa distancia del contexto en que nació, y su influencia sobre esta provincia ha sido más como reflejo del éxito que tuvo en vida. El arte tuvo su influencia como visión periférica de la realidad de estas tierras, a través de obras de temática paisajística, costumbrista o social, auspiciada por los movimientos regeneracionistas, base del regionalismo del siglo XX. Incluso la mirada de artistas extranjeros que realizaron viajes por esta zona contribuyó a la difusión de la naturaleza castellano-manchega y a la imagen del Quijote fuera de España114. Con la literatura y el pasado rural como espejo, numerosos símbolos germinan para formar parte de nuestro imaginario colectivo como iconos de Castilla-La Mancha. José Rivero115 destacó una larga serie de elementos materiales, símbolos tangibles e intangibles, que son un camino hacia la cultura material e inmaterial castellanomanchega. Fue una definición clara de los hitos identitarios de esta región dentro de un periodo de aclaración sobre identidades regionales en España 116, enumeración en la que destaca la labor integradora de elementos tan dispares como el capitel alcarreño de Guadalajara y el bombo propio de la comarca de La Mancha. A pesar de las notables diferencias, es un intento de expresar la pluralidad existente en esta joven Comunidad autónoma, algo semejante a lo que hizo Fernando Chueca Goitia 117 al hablar de la arquitectura manchega y alcarreña bajo el adjetivo castellano-manchego, a pesar de las enormes diferencias existentes. A pesar del proyecto integrador y recopilador que tenía este artículo, no se establecen rasgos comunes, lo que es comprensible ya que en lo referente al patrimonio inmueble, los estilemas característicos de los estilos son muy dispares en el territorio castellano-manchego118.

112

Véase página 76. IGLESIAS FEIJOO, Luis. Buero antes de Buero. Servicio de Publicaciones, Consejería de Cultura, Toledo, 2006. 114 SERRANO DE LA CRUZ PEINADO, Angelina. “Artes plásticas en Castilla-La Mancha en el siglo XIX”. En GONZÁLEZ CALERO, Alfonso. Opus cit. C. Págs. 137-168. 115 Primero en una serie de seis artículos en la revista Añil entre los años 1997 y 1999, y luego en la publicación RIVERO, José. Opus cit. A. 116 José Rivero define escuetamente para la revista Añil en sus números: 13, 14, 15, 16, 17 y 19, lo siguientes elementos: navaja de Albacete, hoces, pañuelo de hierbas, bombo, quintería, abarca, trillo, casas colgadas de Cuenca, el resolí, molinos de viento, casa popular, la plaza, la noria, el capitel alcarreño, el llano, la cardencha, el carro, el chozo, cortijo, cocido, arado, la aceña, azafrán, esparto, chambra, quijotes, alpargatas, boina, serijo, tapial, patio, hogar, tinaja, bodega, migas, la era, puerta, la cigüeña, el Guadiana, el pozo, el mesón, la espada toledana y la cerámica. 117 CHUECA GOITIA, Fernando. “La arquitectura manchega y alcarreña”. Págs. 24-33. En La cultura en Castilla-La Mancha y sus raíces. Opus cit. 118 A pesar de ello, en la nueva Ley 4/2013, de 16 de mayo, de Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha, aparece en su Disposición adicional tercera: “Los molinos de viento, silos, bombos, ventas, 113

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Respecto a José Rivero, es fácil deducir la valoración positiva y la carga de identidad que tienen los elementos que pertenecen al patrimonio etnográfico119 ya que, cada imagen o símbolo que cada pueblo: “Es producto de la selección que la cultura local ha decidido considerar como relevantes a través del tiempo y que además se han configurado no a capricho sino como un resultado de la propia interacción de la gente con su espacio o medioambiente. Por tanto pueden considerarse como simbólicas o representativas de cada pueblo”120.

Esas

identidades

colectivas,

vinculadas

a

pequeños

núcleos,

remiten

poderosamente a lo tradicional y popular. Luego, hablar de identidad es hablar también de esa cultura. Citando la Recomendación sobre la salvaguardia de la cultura tradicional y popular de la UNESCO121, destaca la definición de este término como: “Conjunto de creaciones que emanan de una comunidad cultural fundadas en la tradición, expresadas por un grupo o por individuos y que reconocidamente responden a las expectativas de la comunidad en cuanto expresión de su identidad cultural y social; las normas y los valores se transmiten oralmente, por imitación o de otras maneras. Sus formas comprenden, entre otras, la lengua, la literatura, la música, la danza, los juegos, la mitología, los ritos, las costumbres, la artesanía, la arquitectura y otras artes”.

García García comenta que el patrimonio simboliza una llave hacia lo identitario: “Todas estas consideraciones sobre las relaciones entre cultura popular e identidad tienen en común el reconocimiento de un cierto automatismo en las implicaciones recíprocas entre patrimonio e identidad. La identidad cultural se define en relación a ese supuesto patrimonio. Al mismo tiempo, la identidad tiene un contenido preciso y de él forma parte la llamada cultura tradicional”122.

Pero en este caso castellano-manchego, hay otra serie de factores ya mencionados que influyen en la idea de identidad: los tópicos. Moreno Moreno 123 detalla aquellos que conforman el imaginario colectivo: el desierto manchego, el vacío, lo infinito, lugar de tránsito y paso, lo estático, inamovible y eterno, y la sencillez del pueblo a lo que hay que dar una validez relativa124 pues, no todo es desierto, ni vacío, manifestaciones de la arquitectura negra y otros elementos etnográficos forman parte del Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha”, lo que es una base para la asimilación de una vinculación territorial. 119 “Art. 46. Forman parte del Patrimonio Histórico Español los bienes muebles e inmuebles y los conocimientos y actividades que son o han sido expresión relevante de la cultura tradicional del pueblo español en sus aspectos materiales, sociales o espirituales”. En GOBIERNO DE ESPAÑA. “Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español”. En B.O.E., número 155, de 29 de junio de 1985; corrección de errores B.O.E., número 296, de 11 de diciembre de 1985. 120 GARCÍA BRESÓ, Javier. Opus cit. A. Pág. 71. 121 UNESCO. Recomendación sobre la salvaguardia de la cultura tradicional y popular. París, 15 de noviembre de 1989. http://portal.unesco.org/culture/es/ev.phpURL_ID=12779&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.ht ml Fecha de consulta: 12 de abril de 2013. 122 GARCÍA GARCÍA, José Luis. Opus cit. Pág. 12. 123 MORENO MORENO, Andrés J. Opus cit. Pág. 279. 124 Los hay que, basados en percepciones sobre estos tópicos han tratado de construir lugares comunes de identidad. El mejor ejemplo está en el catálogo de la exposición La cultura en Castilla-La Mancha y sus raíces: “…queremos hacer hincapié en algunas notas que pueden definir el talante y la identidad histórica de los hombres que hoy constituyen esta Comunidad de Castilla-La Mancha”. Manuel Espadas [ESPADAS BURGOS, Manuel. Opus cit. Pág. 8.] define los siguientes: país de frontera durante la

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ni infinito, ni solo ha sido lugar de paso, ni es eterno, ni todos los pueblos derrochan sencillez en esta región. Aunque se acepten erróneamente estos tópicos, es posible que los castellano-manchegos cometan la equivocación de otorgar una trascendencia que no deben tener. Igualmente se han creado nuevos símbolos para esta región. Uno de los más significativos y que está presente en cada uno de los diecisiete rincones de España, es la festividad del Día de la Comunidad, de ambiguo éxito para las trazas identitarias de Castilla-La Mancha pues: “Constantemente existen interferencias y solapamientos con otras instituciones claves en el desarrollo de la región: las Diputaciones, que, al mismo tiempo, promueven el día de la provincia en el que también participará, con representantes de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Es más, para la celebración del día de la provincia, espacio que será interesante como referencia de grupo, se aprovechan las fiestas locales de los pueblos más destacados de cada una de ellas. Es decir, en el fondo se está acentuando el sentimiento de lo local por encima de cualquier otro modelo de referencia «étnica»”125.

Surgen igualmente otros símbolos basados en la actualidad, como los logros regionales en educación, sanidad o vías de comunicación, o personalidades de relevancia que sirven como nuevos iconos para la región (artistas, directores o músicos), cosa que ya pedía Rivas Moreno126, con el recuerdo a los paisanos ilustres de “su Mancha”, caso del Cardenal Monescillo (1811-1897), del General Espartero (1793-1879), Ángel Andrade (1866-1932) o Carlos Vázquez (1869-1944). Por ejemplo, la Universidad de Castilla-La Mancha127 ha sido fundamental para equiparar este vasto territorio con el resto de España y poder dar un futuro diferente a personas que no podían permitirse estudiar fuera de la Comunidad. Sin lugar a dudas, es todo un símbolo vivo, que aún tiene muchas alegrías que dar a sus conciudadanos. El caso de la Caja Castilla-La Mancha es más oscuro. Nació como todas las cajas, como ayuda para los entes institucionales, las empresas de la región y los particulares. Lo cierto es que la mano de los políticos la han convertido en un reflejo de nuestra sociedad (española). Ya lo dijo Isidro Sánchez: “la Caja Castilla-La Mancha hace poco, pero de región nada”128. Incluso el rito, asociado a las tradiciones, es otra herramienta más de identidad pues está en vinculación al mito, “como forma imprescindible de relación con lo

reconquista; Castilla como cruce de caminos; una pugna por la libertad que es difícilmente sostenible; el hombre y la tierra; y la batalla contra la despoblación. 125 MORENO MORENO, Andrés J. Opus cit. Págs. 27-28. 126 RIVAS MORENO, Francisco. Opus cit. A. 127 LUCAS PICAZO, Miguel. Opus cit. B. 128 SÁNCHEZ SÁNCHEZ, Isidro. Opus cit. Pág. 70.

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sagrado”129. A pesar de que el ámbito religioso es significativo y poderoso en CLM, en las celebraciones eclesiásticas como las romerías u otros oficios, no dejan de ser una cuestión localista, es decir, no están vertebradas de forma general en toda la comunidad130, por ejemplo, la fiesta del Corpus Christi de Toledo o San Mateo de Cuenca, son acontecimientos “sentidos” dentro de cada territorio. Sirva de gran acierto la opinión de González Calero, quien sitúa los cimientos de esta identidad castellano-manchega en el terreno de lo material al señalar todo aquello que ha permitido un cambio en estas provincias entre el antes y el después de estar unidas: bienestar social, superación del victimismo y las desigualdades históricas como muestra del cambio, reivindicación y defensa de nuestros espacios naturales y del recurso del agua, y una identificación con la unidad nacional131. 3.9 En busca de la identidad regional: Castilla-La Mancha. Castilla-La Mancha es una buena muestra de construcción de una identidad ad hoc. Javier García Bresó sitúa como un factor fundamental de esta conciencia regional la pertenencia a lo local y/o comarcal132, a lo que suma una poderosa vinculación con la identidad nacional. Es un objetivo social que nace en paralelo a esta Comunidad autónoma, sin olvidar que: “Las identidades no son cualidades permanentes e inmutables, sino todo lo contrario suelen ser actuales y enormemente cambiantes, pueden recrear el pasado con vistas a un porvenir deseado; la identidad se construye, deconstruye y reconstruye mediante procesos dirigidos por determinados grupos que buscan un fin concreto”133.

Para conocer esta identidad, hay que concretar cuáles son los puntos en común de todo el territorio, qué símbolos son reflejo de la sociedad o sirven de pilares para la misma. Dar solución a esta cuestión es verdaderamente difícil por tres aspectos: el primero, la ausencia de un mismo pasado y la falta de lugares comunes; el segundo, la necesidad de evolucionar rápidamente para estar a la altura de otras autonomías (superar las desigualdades territoriales en la península); y el tercero, el vasto territorio que abarca esta comunidad. Miguel Lucas Picazo cree firmemente en la imposibilidad de hablar de elementos comunes que sean capaces de unificar el territorio actual pues, todo lo fundamental

HERNANDO GONZALO, Almudena. “El Patrimonio: entre la memoria y la identidad de la Modernidad”. En PH, Boletín del IAPH, Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, número 70, mayo 2009, Págs. 88-97. http://www.juntadeandalucia.es/cultura/iaph/Patrimonio_Historico/cd/ficheros/422/ph70-88.pdf Fecha de consulta: 19 de febrero de 2013. Pág. 93. 130 MORENO MORENO, Andrés J. Opus cit. Págs. 33. 131 GONZÁLEZ CALERO, Alfonso. Opus cit. 132 GARCÍA BRESÓ, Javier. Opus cit. A. Pág. 81. 133 LUCAS PICAZO, Miguel. Opus cit. A. Pág. 19. 129

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tiene su origen en el mundo castellano 134. En sintonía con este punto de vista, una de las fuentes consultadas por Moreno Moreno en su Tesis Doctoral llega a hablar de que “la no identidad sería el valor más identitario de la región”135. Javier García Bresó afirma que es un logro llegar a considerarse un “nosotros mismos”136 en este territorio y con los factores que han influido pues hay demasiados sentimientos de pertenencia a núcleos locales, comarcales y provinciales 137. “[Esta] Identidad que, por su origen y circunstancias, no puede ser sino irónica, reticente y abierta, como corresponde a los seres humanos que han compartido una misma historia de renunciamientos, frustración y desdicha; un pueblo que en el pasado ha sido conocido bajo otras denominaciones, del que se han segregado territorios y sumado otros, y cuyos habitantes han vivido en los últimos siglos agazapados como perdices bajo la sombra tutelar de Madrid” 138.

Castilla-La Mancha ha estado muchísimos años bajo las señas y símbolos de Castilla primero, y España después. Este es el motivo de que la identidad originaria de Castilla-La Mancha sea un constructo difuso basado en una mescolanza de identidades relacionadas con entes comarcales anteriores; una relación hombre-tierra muy estrecha pues, ha sido la agricultura y la ganadería el principal sustento de los antepasados; así como el lazo con “lo castellano” y “lo español”. Hay características y peculiaridades que llevan consigo una identidad común aunque aún no han sido asumidas por la gran mayoría de la población139 porque se necesitarán unos años más para que las viejas generaciones acepten de primera mano la pertenencia a este ente regional, y las nuevas asuman con naturalidad su pertenencia a la región al no haber conocido otro ente140. Cuatro pilares son planteados como discurso identitario en Castilla-La Mancha según Miguel Lucas Picazo141: A) Regionalismo y autonomía: donde expresa la importancia del autogobierno. B) Valoración del territorio: surge una defensa de todo lo que implica el patrimonio cultural de la Comunidad: recursos naturales, acentuación de los espacios más significativos como ciudades históricas, parques arqueológicos, museos, arquitectura rural, etcétera. C) Solidaridad y bienestar social: la Autonomía ha tenido que enfrentarse a déficit estructurales en materia de educación, sanidad y asistencia. Las intervenciones

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Ídem. MORENO MORENO, Andrés J. Opus cit. Pág. 40. 136 GARCÍA BRESÓ, Javier. Opus cit. A. Pág. 72. 137 Ibídem. Pág. 75. 138 GÓMEZ PORRO, Francisco. Opus cit. Pág. 5. 139 Por ejemplo, en el año 1995, la pertenencia y sensibilidad a la región alcanzaba cotas del 47,2%. Fuente: MORA RODRÍGUEZ, Fernando. Opus cit. A. 140 GONZÁLEZ CALERO, Alfonso. Opus cit. 141 LUCAS PICAZO, Miguel. Opus cit. B. 135

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en estos ámbitos han sido la creación de programas, infraestructuras e instituciones encaminadas al beneficio de los ciudadanos. D) Injusticias históricas: El centralismo que ha imperado en la historia de España es el culpable, según los estamentos de poder, de la precaria situación que se encontró CLM desde su nacimiento. El discurso del agua, el cual se apoya en el pasado, el presente y el futuro de los castellano-manchegos fue una manera de unir fuerzas y una ayuda para crear una conciencia regional, al servir de oposición frente a otras regiones, nuestros “otros” 142. Además, las desigualdades que se generan entre los diversos intereses de las autonomías, es un favor hacia la asimilación de la unidad por contraste al resto143. De hecho, la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos castellano-manchegos durante la etapa democrática se constituye posiblemente como la mejor lanza para afianzar una nueva identidad en constante progreso pues, el cambio en estos territorios ha sido enorme en este periodo144.

3.10 Divulgación de una identidad: publicaciones y prensa. La identidad requiere de difusión. El compendio de artículos, temas, realidades o análisis que tengan que ver con lo que ha sucedido en este territorio acompañado del nombre de la región, es una marca que se reafirma entre los individuos constantemente y contribuye a crear la unificación por las referencias comunes. La Revista La Mancha, cuyo subtítulo era, “revista de estudios regionales” manifestaba claramente la apertura hacia un espacio más amplio que el provincial: “El contenido de esta misma revista, de la que apenas aparecieron seis números entre 1961 y 1962 ofrecía un panorama de la tendencia general de la época en la que lo folklórico predominaba por encima de cualquier otro interés, aunque en cada uno de sus números había artículos relacionados con la literatura y el arte o sus artistas, iniciando con ello un reconocimiento de lo “manchego” que, al fin y al cabo, no es sino una manera de construir su propia identidad”145.

Aunque uno de los ejemplos más significativos, posterior a la formación de la Comunidad autónoma fue la revista Añil, Cuadernos de Castilla-La Mancha, editada entre 1993 y 2006. Aquí tuvo cabida la historia, el arte, la industria, la ordenación del territorio, la agricultura, etcétera, todo bajo el sello “Castilla-La Mancha”. El número 15 de esta publicación es de gran interés al compilar la opinión de políticos de todos los

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Ídem. CABRERA RODRÍGUEZ, F.; ESPÍN LÓPEZ, J.V.; MARÍN GRACIA, M.A.; y RODRÍGUEZ LAJO, M. Opus cit. 144 CASTELLANOS LÓPEZ, José Antonio. Opus cit B. 145 MORENO MORENO, Andrés J. Opus cit. Pág. 94. 143

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partidos importantes sobre los quince años de Autonomía (y veinte de Región) que se cumplieron por aquel entonces146. Esta importancia de la prensa escrita como foco de identidad ha sucedido en otros lugares, como es el caso vasco y catalán, aunque en estos, con mucha mayor visión temporal pues lo han hecho desde los años sesenta, lo que provocó que, a la caída del Régimen dictatorial de Franco, surgieran con fuerza estos nacionalismos que ya existían con anterioridad. Núñez Seixas 147, desde su punto de vista aragonés (importante por la cercanía con Cataluña) cita en su texto que en España es común que las regiones traten de legitimar su pasado mediante este tipo de publicaciones cuya temática es la historia particular. Con la edición de libros promovidos por entes públicos o empresas privadas de todas las ramas científicas, se ha desarrollado un intento muy eficaz de contar qué es Castilla-La Mancha desde todos los puntos de vista posibles. A veces de forma general o bien en divisiones provinciales, comarcales o locales, a pesar del riesgo de que muchas de estas publicaciones sirvan solamente como simples amasijos de términos o nombres asociados bajo un mismo contexto territorial. En el ámbito de la Historia del Arte, cogiendo el marco temporal del siglo XX y las publicaciones que hay sobre ello, se observa un intento de enmarcar territorialmente los hitos, artistas y personajes relevantes con el fin de unificar bajo una misma bandera unas raíces que, en ocasiones no encajan tan fácilmente. Pero la ausencia o incorporación de información, y la consiguiente construcción o síntesis de acontecimientos históricos o pasados bajo el epígrafe: “… de Castilla-La Mancha”, activa la capacidad de asociación mental que posee el ser humano y entiende todo el contenido como “perteneciente a”, lo que genera esa imagen poderosa y lógica que parece inducir una unidad que siempre ha existido, a pesar de que no haya sido así. Esto da aparentemente igual, siempre y cuando se logre el objetivo de aglutinar las cinco provincias actuales y los territorios que las comprenden. Son las nuevas generaciones las que, con el paso del tiempo, acabarán por asumir en sus mentes una pertenencia a la unidad territorial. Con seguridad, Castilla-La Mancha lucirá en el futuro una mayor cohesión gracias al trabajo y esfuerzo de las instituciones centrales de la Comunidad. Y desde luego, si esto se consigue, el patrimonio habrá tenido mucho que ver con ello como se verá en posteriores páginas.

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En el número 15 escriben José Bono por los socialistas y el Gobierno regional, José Molina Martínez por Izquierda Unida, del Grupo Parlamentario Popular no aparece firma alguna pero sí un artículo, y se completa el número y el tema gracias a los textos de Fernando Mora Rodríguez sobre la historia reciente, y de Isidro Sánchez Sánchez sobre historia contemporánea (además, en este orden). 147 NÚÑEZ SEIXAS, X.M. Opus cit.

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Hay muchos ejemplos en los que el principal objetivo es la compilación del patrimonio de las cinco provincias: véase la actualización del año 1992 de Guía de Patrimonio Cultural148, tres tomos de bella factura y gran recopilación; Historia del arte en Castilla-La Mancha149; los dos volúmenes de Historia del Arte en Castilla-La Mancha150; la recopilación de Artesanía de Castilla-La Mancha151; la exquisita edición basada en las fotografías de Nardo Villaboy, acompañados de textos de Alfonso Pérez Henares, Dionisio Cañas y Manuel Juliá en Castilla-La Mancha. La luz de Quijote 152; la unión de patrimonio y universidad como dos símbolos en Patrimonio Cultural en la Universidad de Castilla-La Mancha153; etcétera. Todas estas publicaciones sirven de incentivo tanto a futuros estudios y ejercen de sostén para la propia identidad. En el campo de la información, los periódicos tuvieron un significativo aumento en número de cabeceras al llegar la democracia. En la provincia de Ciudad Real, del solitario Lanza se pasó a la edición de numerosos diarios como La Tribuna de Ciudad Real, Las noticias de Castilla-La Mancha, o El día de Ciudad Real; y publicaciones de diversas periodicidades como Cuadernos manchegos, El papel Castellano-manchego, El Manchego, Canfali, El Periódico del Común de La Mancha, etcétera154. Además, fueron varias las editoriales que se embarcaron en un refuerzo de la unidad de toda la Comunidad. Almud, por ejemplo, a través de su línea editorial llamada Biblioteca Añil155 ha editado numerosos libros que inciden en el mencionado “nosotros” como: Arquitectura en Castilla-La Mancha en el siglo XX; Castellanos sin Mancha; Castilla-La Mancha en el Franquismo; Castilla-La Mancha en época romana y antigüedad tardía; Cuando Castilla-la Mancha era Al-Ándalus; Geografía de Castilla-La Mancha; u otros que han sido empleados en este trabajo. Otra editorial enormemente activa es Aache156, la cual se muestra mucho más cercana al territorio de Guadalajara pero, posee varias obras que tratan sobre la región bajo la colección “Tierras de Castilla-La Mancha”.

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PALOMERO PLAZA, S.; VÁZQUEZ GONZÁLEZ, A. Castilla-La Mancha. Guía de Patrimonio Cultural. Consejería de Educación, Ciencia y Cultura, Toledo, 2011. 3 volúmenes. 149 CABRERA JIMÉNEZ, Jesús. Historia del arte en Castilla-La Mancha. Ediciones Bremen, S.L., Toledo, 2001. 150 PRODAN, Gianna. Historia del arte en Castilla-La Mancha en el siglo XX. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Servicio de Publicaciones, Consejería de Cultura, Toledo, 2003. 2 volúmenes. 151 BARREDO DE VALENZUELA, F.A.; CALATAYUD, M. Artesanía de Castilla-La Mancha. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Madrid, 1999. 152 VILLABOY, Nardo. Castilla-La Mancha. La luz del Quijote. Unión Fenosa, Ciudad Real, 2005. 153 ALMARCHA NÚÑEZ-HERRADOR, Esther. Patrimonio Cultural en la Universidad de Castilla-La Mancha. Ediciones de la UCLM, Cuenca, 2009. 154 ORTEGA OLMEDO, Ricardo; SÁNCHEZ SÁNCHEZ, Isidro. De las gacetas al .com: la prensa en la provincia de Ciudad Real (1812-2007). Servicio de Publicaciones de la UCLM, Documenta/05. Centro de Estudios de Castilla-La Mancha, Ciudad Real, 2007. 155 ALMUD. http://www.editorialalmudclm.es/biblioteca-anil Fecha de consulta: 27 de septiembre de 2013. 156 AACHE. http://www.aache.com/ Fecha de consulta: 27 de septiembre de 2013.

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Este tipo de actuaciones también tiene su reflejo desde las propias Diputaciones provinciales mediante sus Servicios de Publicaciones, como la Biblioteca de Autores Manchegos (B.A.M.) de Ciudad Real o las Publicaciones del Instituto de Investigaciones y Estudios Toledanos (I.P.I.E.T.), todo ello sustentado gracias a las Imprentas provinciales;

todo ello encaminado a proporcionar apoyo en el ámbito

editorial dentro de su circunscripción, con lo que, en paralelo sirve de refuerzo para la difusión de la labor de estos organismos.

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4. El patrimonio mueble castellano-manchego.

4.1 ¿Qué es patrimonio? El Siglo de las Luces trató de renovar al ser humano a caballo de su gran arma, la razón. Filosofía, política, ciencia y sociedad, todo fue replanteado para superar la oscuridad del Antiguo Régimen mediante una sociedad culta y formada. Pero, frente a este movimiento, surgió el Romanticismo, con su melancólica mirada al pasado, el peso de los sentimientos y la estrecha relación entre el hombre y la naturaleza, lo que sirvió de germen perfecto para el nacimiento de los nacionalismos. Ambas posturas examinaron el pasado de los pueblos a través de sus legados, lo que provocó diacrónicamente una reflexión sobre las distintas culturas. Aquí es donde entra el relativismo moral y cultural cuya base filosófica sirve para observar, estudiar y comprender las diferencias y semejanzas culturales entre los distintos pueblos y culturas al escudarse en que la moralidad es relativa al no existir valores absolutos que aúnen a todas los pueblos y culturas 1. Observar cada cultura de forma individualizada dio a conocer que cada una posee una serie de hitos del pasado que ha elevado como notable frente a otros, sus tradiciones son diferentes, y determinados elementos son más significativos que otros, etcétera. Con el estallido de la Revolución Francesa se pone la primera piedra de un nuevo estado basado en una ruptura frente al Antiguo Régimen y una serie de valores basados en la triada “libertad, igualdad, fraternidad”. Pero este hito supuso cuantiosas destrucciones de monumentos cuando se estaba experimentando un período de florecimiento cultural gracias a las primeras excavaciones arqueológicas, el auge del academicismo y la valoración de la relación hombre-naturaleza. Precisamente esas nuevas ideas desembocaron en un pensamiento que relaciona al patrimonio bajo los términos de “bien común”, es decir, el patrimonio pertenece al pueblo; lo que supone una enorme fractura con el pasado2. Por ello, surge con la propia revolución la idea de que el pueblo debe conservar aquello que le es legado. Ha de cuidar su pasado. Con el posterior levantamiento de los nacionalismos por todo el viejo continente y Sudamérica, la apreciación por la antigüedad se equipara con la estima por la faceta artística o estética. Esto supone dos visiones diferentes, por un lado lo artístico y por otro lo histórico. Alois Riegl (1858-1905) matizó aún más al señalar dos puntos de vista sobre el patrimonio continuamente enfrentados: el subjetivo, en base a la percepción propia del espectador; y el objetivo, por ser un transmisor de la historia3. 1

GARCÍA CUETOS, María Pilar. Opus cit. Ídem. 3 Ídem. 2

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Llegado el siglo XX y los lamentables sucesos de las dos guerras mundiales, la visión del patrimonio evolucionó desde la teoría hasta la práctica en busca de unas normas o reglas que velaran por su protección. Tras la I Guerra Mundial y con la creación de la Sociedad de Naciones (1919) y su Oficina Internacional de Museos, se sentaron las bases para el debate y la reflexión sobre el devenir de los legados, lo que tuvo como consecuencia el primer documento internacional sobre patrimonio: la Carta de Atenas de 19314. A lo largo del siglo XX y XXI, numerosas convenciones y resoluciones internacionales han tratado de puntualizar recomendaciones sobre el patrimonio que han servido para la constitución de leyes nacionales sobre patrimonio. Hoy en día, el concepto patrimonio sigue en continua evolución en referente a su gestión, difusión, didáctica y potencialidad, ya que su significado es amplísimo por abarcar absolutamente todo lo que el ser humano genera y aprecia. García García 5, al hablar de patrimonio cultural [término global acuñado desde la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural 6 de la UNESCO del año 1972] hace referencia a Llorenç Prats, y su libro de 1997, porque ahí se especifica qué es el patrimonio cultural, definido de forma sintetizada como una construcción social. Esto se debe a que el patrimonio cultural hace referencia a una enorme globalidad dentro de la cultura e incluye al folclore, y por lo tanto, a la propia tradición; el patrimonio cultural es indisoluble de la política porque pertenece a un contexto socio-económicopolítico particular, por ello, aunque hay diversas formas de observar y entender el patrimonio y la cultura, todo hace referencia a una sociedad y su identidad: “El patrimonio, utilizando la expresión de Pierre Bourdieu7, es un capital simbólico vinculado a la noción de identidad. Es decir, debe ser protegido no tanto por sus valores estéticos y de antigüedad, como por lo que significa y representa”8.

Desde el Romanticismo surgieron las tendencias identitarias de diversos contextos territoriales, las cuales: “Acabaron por imponerse y por generar confusión no sólo sobre la naturaleza del patrimonio cultural, sino también sobre la naturaleza de la misma cultura. Pero lo que realmente es interesante es comprobar cómo en esta confluencia entre la Ilustración y el Romanticismo, entre la orientación a lo universal y la exaltación de lo local, como aparece la temática del patrimonio cultural”9.

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Ídem. GARCÍA GARCÍA, José Luis. Opus cit. 6 UNESCO. Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural. París, 16 de noviembre de 1972. http://portal.unesco.org/es/ev.phpURL_ID=13055&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html Fecha de consulta: 14 de marzo de 2013. 7 BOURDIEU, P. La distinción. Criterio y bases sociales del gusto. Taurus, Madrid, 1979. 8 MARCOS ARÉVALO, Javier. Opus cit. Pág. 931. 9 GARCÍA GARCÍA, José Luis. Opus cit. Pág. 19. 5

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Según Jesús Prieto, la evolución del concepto hasta llegar a “patrimonio cultural” ha sido una consecuencia del avance de la Antropología durante el siglo XX, ya que los adjetivos “histórico” y “artístico” no daban cabida a “los nuevos contenidos y perspectivas inherentes al concepto antropológico de cultura, que serán mejor expresados por la nueva locución patrimonio cultural” 10, sin que suponga una eliminación del enunciado patrimonio histórico-artístico. Mª Pilar García Cuetos expresa en un excelente párrafo el viaje del patrimonio cultural hasta nuestros días: “En un principio fueron considerados patrimonio cultural los monumentos, y poco a poco los conjuntos de construcciones y sitios con valor histórico, estético, arqueológico, científico, etnológico y antropológico. En el siglo XX, la noción de patrimonio cultural se ha extendido a categorías del mundo natural: formaciones físicas, biológicas y geológicas extraordinarias, las zonas con valor excepcional desde el punto de vista de la ciencia, de la conservación o de la belleza natural y los hábitats de especies animales y vegetales amenazadas. Más recientemente, la reflexión sobre el tema se ha centrado en la conceptualización de una dimensión nueva del patrimonio, que se conoce como patrimonio inmaterial y abarca el conjunto de formas de cultura tradicional y popular o folclórica, las cuales emanan de una cultura y se basan en la tradición. Otra vertiente moderna del patrimonio cultural es aquella que valora no solo nuestra memoria pasada, sino también nuestros testimonios presentes, los cuales se almacenan cada vez más en forma digital”11.

Este avance del término se debe a que el estudio científico del pasado en todas las áreas posibles, demuestra que se necesitan numerosísimas fuentes más para conocer la historia real que se esconde detrás de cada momento, objeto o lugar analizado. Todo esto, a priori, debe permitir que haya una mayor objetividad en el análisis y estudio de un hecho histórico o sociedad determinada, imparcialidad que no ha aparecido todo lo que debiera en el conocimiento y difusión del pasado.

4.2 Valores y funciones del patrimonio. Cada pueblo, cultura o nación, genera unos compartimentos estancos o al menos, poco permeables y lentos de mutación, en los que delimita el contraste entre lo que es o no patrimonio12. Por esta cualidad, posee unos valores asociados, no absolutos; por lo que cada elemento de la llamada cultura material, conserva valores en relación directa con la sociedad que los ha creado, es decir, posee significados, genera sentimientos y/o puede evocar al pasado o a una tradición; de igual manera que otro colectivo puede establecer unos nuevos significados sobre el mismo bien material, debido ello a la distancia temporal o por una interpretación diferente. Esto PRIETO DE PEDRO, Jesús. “Las bases constitucionales y legales del Patrimonio Cultural en el Derecho español”. En MARTÍNEZ PINO, J. Mediación y Gestión del Patrimonio en Europa. Ed. Universitaria Ramón Areces, Madrid, 2012. Pág. 31. 11 GARCÍA CUETOS, María Pilar. Opus cit. Págs. 32-33. 12 HARRIS, Marvin. Opus cit. 10

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conduce a la comprensión que, sobre el patrimonio cultural es tan importante el mismo bien cultural como la lectura13 que se haga del mismo. “Como han puesto de manifiesto desde un principio los autores que han ido desarrollando con el transcurso del tiempo la que hoy denominamos teoría patrimonialista (Riegl, 1903; Choay, 1992; Prats, 1997), el patrimonio, los bienes culturales no existen como tales hasta que no se construye el discurso pertinente que crea, o reseña, y da a conocer los valores con los que se asocian, que deben justificar la estima colectiva en favor de dichos testimonios y, en consecuencia, defender su necesaria preservación. […] La construcción de estos discursos es siempre selectiva, priorizándose según que contextos unos valores sobre otros, en razón del carácter polisémico que podemos aplicar a la inmensa mayoría de los bienes patrimonializados”14.

Desde la actualidad se aprecia cómo el patrimonio ha evolucionado junto a las necesidades e intereses subjetivos de cada sociedad al enaltecerse unos hitos sobre otros. Por ello, lo patrimonial está sometido a una serie de tensiones que dictaminan su valoración, hasta el punto que unos elementos habrán sido restaurados antes que otros en relación directa con los dictámenes de la propia sociedad. Esta reflexión desemboca en que cada contexto social ostenta su propia escala de valores según diversos factores (religión, pensamiento, política, sociedad, pasado, y un largo etcétera) pero que, no surge por nada ni responde a consecuencias objetivas, absolutas o aleatorias pues, generalmente son deliberaciones basadas en referentes históricos y/o culturales pensados, reafirmados y establecidos15. Cada lugar decide qué es acentuado de su propia historia, y por lo tanto, de su propio patrimonio. Este suceso puede llamarse “selección cultural”. Según Ballart16, el patrimonio debe ser considerado como seña de identidad referente a un grupo, sociedad o cultura, lo que significa que todo elemento material está ligado a una construcción social; es causante de placer contemplativo debido al valor estético, ya que la técnica o los materiales provocan sentimientos en el espectador y/o son admirados por su pureza y/o valor económico; es fuente de ingresos económicos, directos o indirectos, para la sociedad que explota ese patrimonio17; y se constituye como fuente de información sobre el pasado desde todos los niveles posibles de análisis pues, como huella latente de lo pretérito proporciona

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Véase 5.5 La interpretación y manipulación del patrimonio, página 68. AGUDO TORRICO, Juan. “Patrimonio etnológico y juego de identidades”. En Revista Andaluza de Antropología, número 2, marzo, 2012. Págs. 3-24. http://www.revistaandaluzadeantropologia.org/uploads/raa/n2/jagudo.pdf Fecha de consulta: 12 de septiembre de 2012. Pág. 3. 15 Un par de ejemplos en el contexto cultural de Castilla-La Mancha son la potenciación del sustrato romano frente al visigodo debido al mayor atractivo turístico; y otro, la valoración de “los molinos de viento, inseparables de la imagen de Castilla la Mancha e ignorados en Andalucía, pese a contar con numerosos testimonios en las comarcas del Andévalo onubense, la Janda gaditana o el Cabo de Gata almeriense”. En Ibídem. Pág. 4. 16 BALLART, J. Opus cit. 17 Véase 5.7 El turismo como factor identitario, página 74. 14

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una cascada de datos sobre la cultura a la que se adscribe y del tiempo transcurrido desde su existencia.

Este autor define distintos valores que posee el patrimonio: 1) Valor de uso, que es la relación directa y activa entre el objeto o patrimonio y su contexto, ya que este hace referencia a una parte de su historia. De igual manera se podría incluir aquí la parte económica derivada de la mercantilización del patrimonio en cuanto al turismo. 2) Valor formal, por lo que supone el objeto o el espacio por sus características estéticas. 3) Valor simbólico-significativo, su significado, obtenido por tres caminos: contexto sociocultural al que pertenece, las modificaciones que ha sufrido por el paso del tiempo, y el contexto sociocultural presente18. Por su parte, Olaia Fontal19 ha hecho una recopilación sobre los diferentes valores del patrimonio que, entre otros, ha sido avalado por García Cuetos20: 1) Valor de uso: semejante a lo que planteaba Ballart. 2) Valor material: en referencia a los materiales con los que ha sido construido, las técnicas empleadas, etcétera. 3) Valor simbólico o relacional: semejante al simbólico-significativo de Ballart en su faceta de mostrar unos valores referentes a su época y que también es expresado por Marcos Arévalo21. 4) Valor histórico, pues es apreciado tanto por la antigüedad, como por toda la información que contiene. 5) Valor emotivo: vehículo generador de emociones. García Cuetos22 añade un valor más: el pedagógico, semejante en sus principios al formulado por Pastor Homs como valor educativo del patrimonio 23. La enseñanza del patrimonio cultural como elemento del marco docente permite un cambio de actitud en positivo hacia los legados del pasado24. Es por lo tanto un objetivo más de las 18

BALLART, J. Opus cit. Olaia Fontal Merillas comenta que en la obra BALLART; TRESSERRAS. Gestión del patrimonio cultural. Ariel, 2001, menciona las mismas tres categorías de valores. 19 FONTAL MERILLAS, Olaia. La educación patrimonial. Teoría y práctica en el aula, el museo e internet. Trea, Gijón, 2003. 20 GARCÍA CUETOS, María Pilar. Opus cit. 21 MARCOS ARÉVALO, Javier. Opus cit. 22 GARCÍA CUETOS, María Pilar. Opus cit. 23 PASTOR HOMS, Mª Inmaculada. Pedagogía museística. Nuevas perspectivas y tendencias actuales. Ariel, Barcelona, 2007. 24 MUJERIEGO, Manuel. “La divulgación del Patrimonio Cultural en Castilla-La Mancha. Evolución histórica y perspectivas de futuro en el marco del nuevo diseño curricular de la Enseñanza Secundaria”. En GARCÍA VALERO, M.A.; BENÍTEZ DE LUGO ENRICH, L; ZARZALEJOS PRIETO, M. Actas del I Congreso de Patrimonio Histórico de Castilla-La Mancha: La gestión del Patrimonio Histórico Regional: homenaje a Victoria Cabrera Valdés. Tomo I. UNED, Ciudad Real 2007. Págs. 413-420.

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sociedades actuales que posibilita una concienciación temprana hacia el patrimonio y su conservación, y una enseñanza basada en la diversidad cultural, la tolerancia y el respeto pues, en su faceta social, el patrimonio puede y debe ser empleado como una ventana abierta a otras culturas (anteriores o actuales) y formas de pensar25. Sobre la mercantilización del patrimonio cultural como un activo hacia el turismo, alguna fuente considera esta circunstancia como una variante más del patrimonio denominada “función social” 26. Pero, es más loable que sea incluida como valor de uso, sin que ello signifique un menosprecio al turismo cultural, en absoluto. Por lo tanto, el patrimonio depende de la estimación del colectivo: “Todo objeto […] es susceptible de verse enriquecido por un valor añadido. Valor que nunca es objetivo, sino que depende de momentos históricos o fluctuaciones del gusto, capaces de investirlo de una importancia no directamente relacionada con su propia materialidad o morfología. Además el objeto es recuerdo, memoria de sí mismo y de su contexto, de sus circunstancias y avatares, de quienes lo han utilizado o se han relacionado con él. El objeto es presencia e información. Un eslabón de cultura: parte de un imaginario conceptual materializado objetualmente”27.

Desde el punto de vista de la Semiología, cada objeto ostenta una función primaria materializada originariamente como su uso o utilidad, así como una secundaria o función-signo, que es la que proporciona información que señala hacia el contexto o símbolo. Muñoz Viñas28 cree necesarios los siguientes indicadores para conocer la simbología de los objetos: ahondar en la intensidad simbólica a través de criterios cuantitativos y cualitativos del objeto; conocer los mecanismos de simbolización respecto al contexto original (por ejemplo, “la parte por el todo”); y dilucidar la naturaleza de los conceptos simbolizados (valores de alta cultura; de identificación grupal; ideológicos; y sentimentales personales). Aunque, todo elemento puede cambiar de nivel, o variar su importancia desde el contexto en el que surgió a la época actual en función de factores como su singularidad.

4.3 El patrimonio mueble. En este apartado se lleva a cabo una selección cronológica legislativa y normativa para revisar el concepto de “patrimonio mueble” desde comienzos del siglo XX, cuando los vestigios del pasado estaban en inestables situaciones debido a las desamortizaciones y los conflictos armados de la anterior centuria. FERNÁNDEZ MAROTO, Domingo. “El valor y uso del patrimonio histórico de Castilla-La Mancha”. En BENÍTEZ DE LUGO, E.; GUTIÉRREZ VILLALTA, J.; SOGUERO MUÑOZ, A. Turismo y patrimonio en Castilla-La Mancha. Anthropos, Ciudad Real, 2005. Págs. 81-108. 26 GARCÍA MARCHANTE, J.S.; POYATO HOLGADO, M.C. La función social del patrimonio histórico: el turismo cultural. Ediciones de la UCLM, Cuenca, 2002. 27 DÍAZ BALERDI, Ignacio. Opus cit. 28 MUÑOZ VIÑAS, Salvador. Opus cit. 25

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Varias circunstancias cambiarán el rumbo durante los primeros años del siglo XX, como por ejemplo, la derivación a la Dirección General de Bellas Artes que trató los temas de lo que hoy se considera patrimonio; asimismo la Junta de Ampliación de Estudios permitió la llegada de ideas desde el extranjero y actualizó el país en todo tipo de ramas del saber; o la aprobación de la Ley de Excavaciones Arqueológicas de 7 de julio de 191129, que recogía como “antigüedades” tanto los bienes muebles como los inmuebles bajo los términos de “objetos” y “ruinas”, respectivamente. En el año 1915 surgió la Ley de Conservación de Monumentos HistóricoArtísticos, avanzada para su época pero poco realista. En los siguientes años mediante tres iniciativas, una de Real Orden (1916) y dos Reales Decretos (1919 y 1922), se expresó la necesidad de realizar catálogos provinciales sobre el patrimonio para conocer con exactitud cuáles son los bienes que entraban en esta consideración. Bajo la actual configuración de la región castellano-manchega, solo Guadalajara (1906) y Ciudad Real (1917 gracias a Bernardo Portuondo) publicaron estos catálogos30. Años después, en 1926, apareció un nuevo Real Decreto-Ley, sobre Protección y conservación de la riqueza artística, que mencionaba el término “mueble”31 para su salvaguardia como tesoro artístico nacional ante su exportación o expolio, y permitió un necesario ajuste para la formación del catálogo monumental y artístico de la Nación32. En estas fechas fue fundamental la iniciativa loable y sincera desde el Estado para conocer su patrimonio. La grave situación mundial del patrimonio en el periodo de entreguerras, provocó una Conferencia Internacional que tuvo como resultado la Carta de Atenas de 1931, todo un hito a nivel mundial, donde se expresaban los principios de la protección de monumentos, la necesidad de conservar el patrimonio artístico y arqueológico, o la actitud respecto a la propia intervención pues se “recomienda respetar la obra histórica y artística del pasado, sin menospreciar el estilo de ninguna época”33. Es una apreciación favorecedora hacia los diferentes sustratos al aceptarse la anastylosis como medio de reubicación de elementos o el empleo de materiales modernos de manera oculta, así como la interdisciplinariedad como actividad beneficiosa para ampliar los conocimientos.

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HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, Francisca. El patrimonio cultural: la memoria recuperada. Trea, Gijón, 2002. 30 ALMARCHA NÚÑEZ-HERRADOR, Esther. Opus cit B. 31 HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, Francisca. Opus cit. 32 ALMARCHA NÚÑEZ-HERRADOR, Esther. Opus cit B. 33 SOCIEDAD DE NACIONES, Carta de Atenas, 1931. http://www.unesco.org/culture/natlaws/media/pdf/guatemala/guatemala_carta_de_atenas_1931_spa_orof Fecha de consulta: 12 de abril de 2013.

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El mismo año en España, se promovió el Fichero de Arte Antiguo (1931) desde la II República al insistir en la necesidad de inventariar los bienes muebles que debían ser conservados34. Un año después, se germinó en Italia una obra significativa, la Carta del Restauro35 que explicaba las pautas adecuadas para los procesos de restauración respecto al mantenimiento de la mayor información del bien. Al año siguiente, España hizo una ley modelo a nivel europeo que avanzaba sobre la Carta de Atenas, la Ley del Tesoro Artístico Nacional de 193336, la cual sobrepasaba con creces la legislación previa nacional en este ámbito, demasiado confusa entre tanta normativa, además, fue la primera que recogió en España el término “Patrimonio Histórico-Artístico Nacional”37, bajo la definición siguiente: “Inmuebles y objetos muebles de interés artístico, arqueológico, paleontológico o histórico de antigüedad no menor a un siglo o aquellos que sin esta antigüedad posean un valor artístico o histórico considerable, con exclusión, en este último caso, de las obras de autores contemporáneos”38.

Tras los años de gran conflictividad a nivel internacional entre la Guerra civil española y II Guerra Mundial, que ocasionaron grandes pérdidas patrimoniales, se celebró en La Haya, en 1954, una importante reunión convocada desde la UNESCO (fundada en 1945 y constituida un año después), la Convención sobre la protección de los Bienes Culturales en caso de conflicto armado39, donde se planteaba la defensa del patrimonio en caso de guerra, y se recomendó un mayor respeto hacia los bienes, que debían dejarse al margen de los objetivos beligerantes en tales situaciones; también se expuso una actitud crítica contra los botines de guerra y su necesaria devolución en beneficio de la conservación del mismo. La Recomendación que define los Principios Internacionales que deberían aplicarse a las Excavaciones Arqueológicas de 195640 fue el primer encuentro

“Conocimiento, Protección, Conservación. Una gestión integral del Patrimonio Mueble: El Centro de Conservación y Restauración de Castilla-La Mancha”. En RELLO SOLANO, Juan Ignacio. Herencia Recibida 06. [Catálogo de exposición]. Fundación Cultura y Deporte de Castilla-La Mancha, Toledo, 2006. Pág. 7. 35 CONSEJO SUPERIOR PARA LAS ANTIGÜEDADES Y BELLAS ARTES, Carta del Restauro, Italia, 1932. http://ipce.mcu.es/pdfs/1932_Carta_Restauro_Roma.pdf Fecha de consulta: 12 de marzo de 2013. 36 GOBIERNO DE ESPAÑA. Ley del Tesoro Artístico Nacional, 1933. http://es.scribd.com/doc/133682726/Ley-Relativa-al-Patrimonio-Artistico-Nacional-de-13-de-mayo-de1933-GM-25-mayo-de-1933-pdf Fecha de consulta: 10 de octubre de 2013. 37 PRIETO DE PEDRO, Jesús. Opus cit. 38 GOBIERNO DE ESPAÑA. Opus cit. A. 39 UNESCO. Convención sobre la protección de los Bienes Culturales en caso de conflicto armado. La Haya, 1954. http://portal.unesco.org/culture/es/ev.php-RL_ID=35744&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html Fecha de consulta: 22 de abril de 2013. 40 UNESCO. Recomendación que define los Principios Internacionales que deberían aplicarse a las Excavaciones Arqueológicas de 1956. 5 de diciembre de 1956. http://portal.unesco.org/es/ev.phpURL_ID=13062&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html Fecha de consulta: 14 de marzo de 2013. 34

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ORTEGA OLMEDO, Ricardo. La puesta en valor del patrimonio mueble en Castilla-La Mancha como elemento de identidad regional. Trabajo Fin de Máster Universitario en Investigación en Letras y Humanidades, Universidad de Castilla-La Mancha. Ciudad Real, 2013-2014. Dirigido por: María Esther Almarcha Núñez-Herrador. Calificación: 10, mención para Matrícula de Honor.

dedicado a la Arqueología, donde se definen “excavación arqueológica” o “bienes protegidos” entre otros términos, para así sentar unos preceptos de actuación. Ante el aumento de la notoriedad del patrimonio a nivel internacional, la UNESCO hizo una nueva recomendación: sobre las Medidas Encaminadas a Prohibir e Impedir la Exportación, Importación y Transferencia de Propiedad Ilícitas de Bienes Culturales41. La definición de bien cultural enmarca de forma general todo el patrimonio sobre el que se debe velar por los intereses nacionales, lo cual es interesante, ya que se acentuaba la relación entre el patrimonio y la nación, aunque se dejó un margen para que cada país decidiera los límites sobre esta misma definición42. Mediante las Normas de Quito en 196743, se incidió en la protección tanto del continente como del contenido, y se confiaba en la Museografía y en la evolución del concepto de exhibición. Es una valoración del objeto dentro del museo que se reforzó en la Convención de Arqueología de Londres de 1969 al plantear un uso cultural y educativo de los bienes44. En 1972, una nueva Carta del Restauro45 surgió por encargo del propio Estado italiano a Cesare Brandi. Obra de referencia mundial que hace una separación entre “salvaguarda” y “restauración”; entre “disposición conservadora” e “intervención”. Uno de los puntos importantes de esta Carta es que se planteaba una defensa de la reversibilidad en las intervenciones, es decir, toda actuación ha de poder eliminarse para llevar a la obra al estado anterior, lo que conlleva que los bienes culturales han de ser respetados tal y como son encontrados para evitar que cualquier intervención suponga un estrato superior que modifique o impida volver al estado original en el que la pieza llega al taller. En el 1987 se volvió a generar una nueva Carta del Restauro, de carácter muy directo, a modo de manual o guía de ejecución. La Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural 46 fue

un

paso

adelante

en

la

efectividad

de

dos

poderosos

movimientos

conservacionistas que operaban de manera separada. La UNESCO en colaboración con el ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios) trató de llevar

41

UNESCO. Recomendación sobre las Medidas Encaminadas a Prohibir e Impedir la Exportación, Importación y Transferencia de Propiedad Ilícitas de Bienes Culturales. 19 de noviembre de 1964. http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ID=13083&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html Fecha de consulta: 15 de marzo de 2013. 42 La importancia que cada cultura o nación da a cada elemento ha quedado claro en el capítulo anterior. 43 UNESCO. Normas de Quito, 1967. http://ipce.mcu.es/pdfs/1967_Carta_de_QUITO.pdf Fecha de consulta: 14 de marzo de 2013. 44 CONSEJO DE EUROPA. Convenio europeo para la protección del patrimonio arqueológico. Londres, 6 de mayo de 1969. http://www.judicatura.com/Legislacion/1478.pdf Fecha de consulta: 10 de octubre de 2013. 45 BRANDI, Cesare. Carta del restauro, 1972. http://ipce.mcu.es/pdfs/1972_Carta_Restauro_Roma.pdf Fecha de consulta: 14 de mayo de 2013. 46 UNESCO. Opus cit. E.

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adelante la redacción de un proyecto que beneficiara la protección del patrimonio cultural. Y por otro lado, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) buscaba desde 1968 los mismos objetivos en su propio campo. Ambas partes se pusieron de acuerdo para elaborar un único texto según el cual: “Se considerará "patrimonio cultural": -los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pintura monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y grupos de elementos, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia, -los conjuntos: grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia, -los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza así como las zonas, incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico”47.

En el año 1978 se acordó la Recomendación sobre la Protección de los Bienes Culturales Muebles48, encuentro que ampliaba las ideas expuestas en los anteriores documentos, en cuya definición de Bien Cultural Mueble se recogen: “Todos los bienes amovibles que son la expresión o el testimonio de la creación humana o de la evolución de la naturaleza y que tienen un valor arqueológico, histórico, artístico, científico o técnico”49.

Incluía todo objeto de excavaciones arqueológicas, terrestres o subacuáticas; “objetos antiguos”; partes de monumentos históricos; “materiales de interés antropológico y etnológico”; todo lo que haga referencia a la historia; pinturas y dibujos realizados a mano; “estampas originales, carteles y fotografías que constituyan medios originales de creación”; “obras de arte y de artesanía hechas con materiales como el vidrio, la cerámica, el metal, la madera, etc.”; “los manuscritos e incunables, códices, libros, documentos o publicaciones de interés especial”; monedas, sellos, medallas, documentos de archivos, mobiliario, tapices, alfombras, trajes, instrumentos musicales, o especímenes de zoología, de botánica y de geología. El apartado 17 está en relación directa con el objeto de este estudio, ya que ruega a los Estados la protección los bienes culturales por su estrecha relación con la identidad. Siguiendo la evolución cronológica, hay que hacer un importantísimo alto en el camino pues, en España se aprueba la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español50. Es la base sobre la que se asienta la conservación, restauración y difusión de nuestro patrimonio según la cual:

47

UNESCO. Ibídem. Artículo 1. UNESCO. Recomendación sobre la Protección de los Bienes Culturales Muebles. 28 de noviembre de 1978. http://portal.unesco.org/es/ev.php-RL_ID=13137&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html Fecha de consulta: 14 de marzo de 2013. 49 UNESCO. Ibídem. Artículo 1. 50 GOBIERNO DE ESPAÑA. Opus cit. C. 48

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“Integran el Patrimonio Histórico Español los inmuebles y objetos muebles de interés artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico, científico o técnico. También forman parte del mismo el patrimonio documental y bibliográfico, los yacimientos y zonas arqueológicas, así como los sitios naturales, jardines y parques que tengan valor artístico, histórico o antropológico”51.

El Título III de la Ley está enteramente dedicado a los bienes muebles. De manera resumida, se plantea la necesidad de realizar un Inventario General en favor de la protección de los mismos a través de las diferentes administraciones públicas, se incluye la permisividad de realizar las oportunas inspecciones sobre los mismos por parte de la Dirección, así como su estudio, o se incluyen el valor de las tasas sobre su exportación, entre otras muchas cosas. El Título V, del Patrimonio Arqueológico, debe ser tenido en cuenta al recogerse como bien mueble todo lo que sea conseguido y considerado como Arqueología. Lo que sucede también con los elementos del Título VI, del Patrimonio Etnográfico: “Son bienes muebles de carácter etnográfico, y se regirán por lo dispuesto en los Títulos III y IV de la presente Ley, todos aquellos objetos que constituyen la manifestación o el producto de actividades laborales, estéticas y lúdicas propias de cualquier grupo humano arraigadas y transmitidas consuetudinariamente”52.

De igual manera se debe incluir el patrimonio documental y bibliográfico (Título VII) como patrimonio mueble, El siguiente hito sucedió en CLM pues salió adelante la Ley 4/1990 del Patrimonio Histórico de Castilla-La Mancha, que completaba los preceptos básicos del Estatuto de Autonomía dentro del ámbito patrimonial. Si algo debe destacarse es que en esta ley se contemplaba la posibilidad de crear parques arqueológicos y: “Se amplían de este modo ciertos contenidos del concepto de bien de interés cultural, aplicándolo al área de la arqueología industrial y al ámbito de la etnografía, con el fin de conservar los testimonios del quehacer anónimo y de las soluciones técnicas que han condicionado en cada época la vida cultural”53.

De vuelta al ámbito internacional, el Documento de Pavía54 fue de una gran escala al reforzar la idea de una Europa social por el reconocimiento de la identidad comunitaria ya que considera al patrimonio cultural: “un componente fundamental de la identidad europea, en el respeto de las diversidades nacionales y regionales” 55.

51

GOBIERNO DE ESPAÑA. Ibídem. Artículo 1, punto 2. GOBIERNO DE ESPAÑA. Ibídem. Artículo 47, punto 2. 53 JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA. “Ley 4/1990, de 30 de mayo, del Patrimonio Histórico de Castilla-La Mancha”. En D.O.C.M., número 41, de 13 de junio de 1990. Págs. 1680-1692. 54 UNIÓN EUROPEA. Documento de Pavía. 21 de octubre de 1997. http://ipce.mcu.es/pdfs/1997_Documento_Pavia.pdf Fecha de consulta: 10 de abril de 2013. 55 Ídem. 52

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Nuevamente se fija la mirada en España pues, se aprueba la Ley 4/2001, de Parques Arqueológicos de Castilla-La Mancha56, cuyos objetivos son: “Cumplir el compromiso de la Administración regional en cuanto a la protección, mejora y transmisión a las generaciones futuras de aquellos elementos señeros del patrimonio arqueológico de la región que cuenten con unas condiciones medioambientales adecuadas para su disfrute; intensificar la divulgación del patrimonio histórico, a fin de lograr que aumente la comprensión y, por consiguiente, el aprecio de los ciudadanos de la región por su riqueza arqueológica; fomentar el desarrollo sostenible en el ámbito de los parques arqueológicos que se creen, de tal modo que los usos del territorio se hagan compatibles con la conservación y difusión de los bienes culturales y naturales propios de dichos parques; propiciar la corresponsabilidad y la colaboración de los entes públicos con competencias sobre dichos ámbitos, al objeto de evitar posibles disfunciones en el ejercicio de éstas”57.

Pero, el asunto patrimonial exigía una actualización en Castilla-La Mancha, por lo que se decreta la Ley 4/2013, de 16 de mayo, de Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha58, en cuyo título destaca el uso del término “cultural” en sustitución del “histórico” de la ley derogada59, tal y como define como primera razón del cambio ya que había que incluir, por ejemplo, al patrimonio inmaterial tal y como formula la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial 60. En su exposición de motivos expresa que la Ley 4/1990 tenía inconvenientes debido a su necesidad de actualización, al igual que sucede con la ley nacional en esta materia. El patrimonio de esta Comunidad requería de una Ley adaptada a sus características. Se ha de destacar de la misma que, al definir el objeto comenta que el Patrimonio Cultural de esta Comunidad son todos los bienes que son “de interés para Castilla-La Mancha”61 pero no habla de identidad ni nada parecido. Entre las creaciones significativas: el Catálogo de Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha, que actualiza el Registro General de Bienes de Interés Cultural, y el surgimiento de un nuevo ente, el Consejo Regional del Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha, cuyos fines son: “a) Propiciar una acción coordinada de las Administraciones Públicas en la conservación y acrecentamiento del Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha. b) Estimular la participación ciudadana e institucional en la protección del Patrimonio Cultural castellano-manchego, facilitando el intercambio de la información existente sobre dicho Patrimonio”62.

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JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA. Ley 4/2001, de 10 de mayo, de Parques Arqueológicos de Castilla-La Mancha. http://noticias.juridicas.com/base_datos/CCAA/cm-l4-2001.html Fecha de consulta: 14 de marzo de 2013. 57 JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA. Ibídem. Artículo 3, punto D. 58 JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA. “Ley 4/2013, de 16 de mayo, de Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha”. En D.O.C.M., número 100, de 24 de mayo de 2013. Págs. 14189-14221. 59 Esto responde a una tendencia semejante en todas las Comunidades. Véase apartado 5.6 La identidad en la legislación patrimonial, página 70. 60 UNESCO. Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial. París, 17 de octubre de 2003. http://www.unesco.org/culture/ich/es/convencion Fecha de consulta: 24 de septiembre de 2013. 61 JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA. Opus cit H. Artículo 1, punto 2. 62 JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA. Ibídem. Artículo 5, punto 2.

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Ahora, se va a mencionar el caso andaluz, tanto por la cercanía como por la gran labor que practican en beneficio de los bienes culturales muebles a través del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH). En el Decreto 19/1995, de 7 de febrero, por el que se aprueba el Reglamento de Protección y Fomento del Patrimonio Histórico de Andalucía63, hay un Anexo que recoge los elementos comprendidos dentro del término “patrimonio mueble” que sirve de muchísima ayuda: “Categoría: Patrimonio mueble: Clasificación: I. Pintura. 2. Escultura. 3. Dibujo. 4. Grabado. 5. Retablística. 6. Carpintería de lo blanco. 7. Puertas, ventanas, cancelas. Otros elementos constructivos en madera. 8. Estucos y yeserías. 9. Orfebrería, joyería y otros objetos en metal. 10. Rejería y otros elementos en metal aplicados al inmueble. 11. Textiles. 12. Vidriera y vidrios. 13. Cerámica y azulejería. 14. Mobiliario. 15. Eboraria [trabajos de marfil] y hueso. 16. Glíptica [Arte de grabar en piedras duras, o en acero, así como la realización de los cuños destinados a la fabricación de monedas, medallas o sellos]. 17. Musivaria [arte y técnica de los mosaicos]. 18. Epigrafía [inscripciones]. 19. Numismática. 20. Heráldica. 21 Corioplastia [trabajo en cuero]. 22. Instrumento musicales. 23. Armas, armaduras y objetos de uso militar. 24. Maquinaria y objetos para uso técnico y científico. 25. Objetos e instrumentos de interés etnográficos. 26. Fósiles y restos de interés paleontológico. 27. Otros”64.

También se ha de tener en cuenta el avance que tiene esta Comunidad en lo relativo a los Tesauros. En 1998 publicaron el Tesauro del Patrimonio Histórico Andaluz65, que recoge de manera excepcional una clasificación pormenorizada de los objetos muebles e inmuebles. Desde el Ministerio de Cultura y Educación se puede consultar una serie de hipervínculos en los que nos aparecen los principales Tesauros y Vocabularios sobre patrimonio cultural: http://www.mcu.es/.

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JUNTA DE ANDALUCÍA. Decreto 19/1995, de 7 de febrero, por el que se aprueba el Reglamento de Protección y Fomento del Patrimonio Histórico de Andalucía. http://www.juntadeandalucia.es/boja/1995/43/1 Fecha de consulta: 13 de abril de 2013. 64 Ibídem. Anexo 1. 65 IAPH. Tesauro del Patrimonio Histórico Andaluz. http://www.iaph.es/web/canales/conoce-elpatrimonio/tesauro-pha/ Fecha de consulta: 13 de abril de 2013.

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ORTEGA OLMEDO, Ricardo. La puesta en valor del patrimonio mueble en Castilla-La Mancha como elemento de identidad regional. Trabajo Fin de Máster Universitario en Investigación en Letras y Humanidades, Universidad de Castilla-La Mancha. Ciudad Real, 2013-2014. Dirigido por: María Esther Almarcha Núñez-Herrador. Calificación: 10, mención para Matrícula de Honor.

5. Patrimonio e Identidad. La materialidad es la forma cambiante, según las épocas y contextos, en que la sociedad se relaciona con los objetos. Esta cultura material posee significados y usos dentro del colectivo en el que se encuadre. Si a esto se le suma el concepto de ideología/creencia, la jerarquía de esa materialidad aumenta de manera reveladora al convertirse en una muestra directa de la cultura1. La mencionada cultura material ha proporcionado evidencias fiables y directas de lo que antecede a las sociedades actuales. Por una mezcla de orgullo, respeto y vinculación territorial, esta se considera valiosa en función de factores como la antigüedad, el uso o lo emotivo. Olaia Fontal comenta que, “la idea de patrimonio viene asociada a procesos de identidad producidos sobre una selección cultural” 2, ya que los objetos: “Son patrimonio de un colectivo cuando contienen señas de identidad útiles para el mismo, cuando la historia que cuentan les pertenece o cuando han conseguido generar sensaciones y sentimientos en sus receptores. En todos esos casos, esos objetos, por formar parte de una propiedad real o simbólica de determinados colectivos, se configuran como su patrimonio”3.

Por lo tanto, la relación cultura-identidad viene proporcionada por la cultura material, “que viene a ser la materialidad de lo cultural y, por tanto, la materialización de la identidad”4. A lo que se suman los valores y usos que se le puede atribuir en función de su contexto, de ahí lo volátil y relativo de su interpretación; por ello posee una potencialidad enorme respecto a su manipulación interpretativa cuanto mayor sea el abanico temporal que separe a ese elemento del momento actual. Muñoz Viñas admite la relación entre la cultura material y las identidades pero advierte que: “Es necesario tener presente que la función de los objetos no es generar identidades, sino simbolizarlas, representar unas identidades que han sido generadas con anterioridad, que preexisten al símbolo; los símbolos contribuyen a su continuidad, pero no la generan” 5.

Marcos Arévalo es consciente de que la identidad, en función del contexto histórico, social o cultural, requiere de determinado patrimonio para sustentarse: “El patrimonio son las formas de vida que expresan la identidad de los grupos humanos. Y la identidad consiste en la interiorización por un grupo dado de que posee formas de vida específicas. […] Patrimonio e identidad son reflexiones sobre el pasado y la realidad presente. Ahora bien, como construcciones históricas, sociales y culturales, las nociones de patrimonio e identidad se revisan en cada momento histórico. En diferentes períodos temporales la valoración que se hace de uno y otro concepto cambia significativamente”6.

CRIADO BOADO, Felipe. “La memoria y su huella. Sobre arqueología, patrimonio e identidad”. En Claves de razón práctica, número 115, septiembre, 2001. 2 FONTAL MERILLAS, Olaia. Opus cit. Pág. 41. 3 Ibídem. Pág. 43. 4 CRIADO BOADO, Felipe. Opus cit. B. Pág. 39. 5 MUÑOZ VIÑAS, Salvador. Opus cit. Pág. 47. 6 MARCOS ARÉVALO, Javier. Opus cit. Pág. 933. 1

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5.1 Mantener el pasado para construir el presente. Por los valores anteriormente mencionados que tiene el patrimonio, las sociedades han tenido la necesidad de preservarlo. Ante estas intervenciones, se ha de admitir el complejo proceso intelectual y manual sobre el que van a recaer críticas positivas y negativas debido a la imposibilidad de establecer valores absolutos. El ser humano siente la obligación de conservar los objetos pero, en ese deber vuelca instintivamente su identidad, pasado, tradiciones, valores subjetivos y/o gusto estético. Además, estas actuaciones están en íntima concordancia con el momento histórico, las circunstancias que hayan provocado su intervención y, como se ha dicho, el contexto cultural en el que se van a llevar a cabo7; sin olvidar el peso ejecutivo de los sectores de poder en la toma de decisiones8. La conservación y la restauración son las herramientas que, hoy en día, juegan un papel fundamental en la salvaguarda del patrimonio. Pero, ¿qué es exactamente cada una? Según González-Varas9, hay definiciones que acotan ambos campos pero, cuando se avanza en el estudio de las diferentes prácticas, se valoran las dos ramas como complementarias, abiertas y en continuo diálogo. Básicamente se entiende la conservación como la rama que interviene en beneficio del mantenimiento de las diversas características y valores que porta el propio bien cultural, mientras que la restauración actúa sobre el mismo para satisfacer la experiencia estética en su contemplación, respetando siempre su valor documental10, aunque se ha de tener en cuenta que si hay restauración, es que no ha existido una conservación. Según Ana Macarrón: “conservación y prevención son nociones inseparables, lo mismo que la restauración va ligada a la conservación y precedida por ella” 11. Según González-Varas, las intervenciones convenientes de conservación son: “El análisis de los factores de deterioro, la prevención del deterioro, el control de las condiciones ambientales, la intervención sobre el ambiente, el control del estado de conservación del objeto, el mantenimiento ordinario y la intervención directa de conservación”12.

Se destaca cómo ambas fuentes señalan sin tapujos la necesidad de que la intervención sea duradera. De manera menos formal y muy sencilla, Salvador Muñoz Viñas opina que la conservación: “es la actividad que consiste en mantener lo que

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MACARRÓN, Ana. Opus cit. FERNÁNDEZ DE PAZ, Esther. “De tesoro ilustrado a recurso turístico: el cambiante significado del patrimonio cultural”. En PASOS. Revista de turismo y patrimonio cultural, número 1, 2006, págs. 1-12. http://www.pasosonline.org/Publicados/4106/PASOS07.pdf#page=12 Fecha de consulta: 30 de septiembre de 2013. 9 GONZÁLEZ-VARAS, Ignacio. Opus cit. 10 Ibídem. Pág. 76. 11 MACARRÓN, Ana. Opus cit. Pág. 33. 12 GONZÁLEZ-VARAS, Ignacio. Opus cit. Pág. 74. 8

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ahora tenemos, planteando la preventiva como algo redundante pues se trata de evitar futuras alteraciones de un bien”13. ¿Y qué es restauración? Restaurar, recuperar, recobrar, reparar… “Al contrario que la conservación, que pretende evitarla y prevenirla, la restauración interviene cuando el deterioro ya se ha producido, intentando poner remedio a sus estragos y, por tanto, actuando físicamente en la materia de la obra para devolverle su aspecto «supuestamente» original”14.

González-Varas explica que las acciones de restauración son: “Operaciones cuya finalidad es la restitución o mejora de la legibilidad de la imagen y el restablecimiento de su unidad potencial, si ésta se hubiera deteriorado o perdido; operaciones características de restauración son la reintegración de lagunas, la limpieza y las operaciones de eliminación de añadidos juzgados perjudiciales para la integridad física o estética de la obra de arte”15.

Pero, no se debe plantear una diferenciación en base a sus técnicas e instrumentos, “sino la intención con que se hacen ciertas acciones: no depende de qué se hace, sino de para qué se hace”16. La cuestión reside en el objetivo de la intervención. De hecho, en las leyes muchas veces se emplea uno u otro de forma indistinta, lo que dificulta su definición. Muñoz Viñas se remite a Molina y Pincemin para dar una escueta muestra de qué impacto tiene cada una de las acciones: “En general, los tratamientos conservativos son bien comprendidos y aceptados. Su objeto es estabilizar el objeto en su estado actual, introduciendo muy pocas [o ninguna] modificaciones visuales. Los tratamientos de restauración a menudo causan cambios estéticos significativos (la reconstrucción de las formas, el retoque de colores) que pueden dar lugar a discusión, debate y controversia” 17.

Lo importante para este trabajo es que se comprenda que todo elemento de patrimonio mueble sobre el que se fija la mirada de un colectivo, responde al significado que tenga para el grupo, ya que sobre estos elementos: “Se vuelcan unos valores que en realidad corresponden a sentimientos, creencias o ideologías, es decir, a aspectos inmateriales de la realidad. […] son signos de aspectos intangibles de una cultura, de una historia, de unas vivencias, de una identidad; signos especialmente privilegiados de un colectivo (una nación, un grupo de naciones, un pueblo, una ciudad, una familia, un club de baloncesto) o incluso un solo individuo”18.

Las labores de conservación y restauración son primordiales para salvaguardar la información y los valores intrínsecos y adquiridos que contienen los bienes

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MUÑOZ VIÑAS, Salvador. Opus cit. Pág. 18. MACARRÓN, Ana. Opus cit. Pág. 37. 15 GONZÁLEZ-VARAS, Ignacio. Opus cit. Pág. 74. 16 MUÑOZ VIÑAS, Salvador. Opus cit. Pág. 20. 17 Ibídem. Pág. 22. 18 Ibídem. Págs. 40-41. 14

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ORTEGA OLMEDO, Ricardo. La puesta en valor del patrimonio mueble en Castilla-La Mancha como elemento de identidad regional. Trabajo Fin de Máster Universitario en Investigación en Letras y Humanidades, Universidad de Castilla-La Mancha. Ciudad Real, 2013-2014. Dirigido por: María Esther Almarcha Núñez-Herrador. Calificación: 10, mención para Matrícula de Honor.

culturales. Como se ha comentado y afirma Bonsanti19, toda intervención está en manos de un sujeto/os, por lo que hace referencia a cuestiones subjetivas. Pero, hay planteamientos que buscan una imparcialidad en este asunto. En el afán por objetivizar la selección del patrimonio que ha de ser o no intervenido, Muñoz Viñas plantea una fórmula matemática mediante los ítems siguientes [él habla con el término “simbolicidad”]: simbología social, simbología personal y el valor historiográfico. A lo que añade el daño real y el daño potencial para obtener como resultado lo que denomina como umbral de restaurabilidad. En definitiva, el bien material y su capacidad de simbolizar o referirse a algo se define por los propios individuos de la comunidad o grupo20. Por su parte, Michalski21 establece un esquema basado en tres ejes para deducir de la forma más objetiva posible el valor del objeto: es un esquema en tres dimensiones en el que un eje representa el valor simbólico-personal-privado; otro el etno-historiográfico; y el último, el impersonal-colectivo-social, por lo que expresa que: “la probabilidad de que algo se convierta en objeto de restauración es proporcional a la distancia del vector resultante respecto al origen de los valores” 22. Debido precisamente al siguiente nivel: interpretación y difusión, las cualidades del patrimonio han de conservarse intactas para evitar errores históricos ya que, es necesario aportar una visión exterior de estas actividades para divulgar al gran público el interés por el pasado. Así se protegen las huellas y se expresa la preocupación que los estamentos públicos u otras entidades tienen hacia el patrimonio, lo que, en numerosas ocasiones es una campaña pública de publicidad, aunque suene muy mal dicho así.

5.2 Intervenciones sobre el patrimonio mueble en Castilla-La Mancha. Castilla-La Mancha ha tenido que actuar para salvaguardar su patrimonio pues, entre los conflictos bélicos del siglo XIX, las consecuencias de las desamortizaciones de Mendizábal (1836) y de Madoz (1855), los botines de guerra; la pérdida de patrimonio o el abandono han sido las causas de su notable deterioro, sin olvidar la venta de bienes tanto de instituciones religiosas como de particulares 23. En la publicación de Hernando Garrido 24 se puede ver una evolución de todos los acontecimientos que, directa o indirectamente, han afectado al patrimonio. Su BONSANTI, Giorgio. “Riparare l´arte”. En OPD Restauro, 1997. Págs. 109-112. En MUÑOZ VIÑAS, Salvador. Opus cit. 20 MUÑOZ VIÑAS, Salvador. Opus cit. 21 Ídem. 22 Ibídem. Pág. 63. 23 ALMARCHA NÚÑEZ-HERRADOR, Esther. Opus cit B. Pág. 86. 24 HERNANDO GARRIDO, José Luis. Patrimonio Histórico e Ideología. Sobre vandalismo e iconoclastia en España: del siglo XIX al XXI. Nausicaä, Murcia, 2009. 19

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devastadora lectura permite, gracias a la perspectiva histórica, dar buena cuenta de los graves errores que se han cometido en el pasado, sean del lado, facción o creencia que sean: “«Tempus edax, homo edacior» […] el proverbio viene a decir con gran agudeza y economía expresiva que el hombre destruye más que el tiempo” 25. Como asevera Esther Almarcha: “La restauración de bienes muebles tiene dos momentos perfectamente diferenciados, el primero vinculado a la recuperación de lo dañado durante la guerra, con obras especialmente de carácter religioso y un segundo vinculado especialmente a la potenciación de los talleres de restauración de los museos y la creación del Instituto Central de Conservación y Restauración de Obras Artísticas”26.

Evidentemente esto responde al propio avance político de este país durante el siglo XX, y en Castilla-La Mancha, se reproducen los mismos errores y aciertos en materia de restauración, conservación y tutela que en el resto del país27. Tras el surgimiento de la Ley de Patrimonio Histórico Español28, se lleva a cabo en el año 1986 un acuerdo que permite generar una mayor relación entre la Administración pública regional, y la Iglesia Católica, la cual posee en propiedad numerosísimas piezas de gran valor que debían ser intervenidas para su salvaguarda. Esta cuestión se mencionaba igualmente en el Artículo 2 de la ley de Patrimonio Histórico de CLM, Ley 4/1990, donde se recogía la colaboración entre diversas instituciones públicas y privadas como un pilar importante para cumplir los objetivos marcados; de hecho, en la Ley 4/2013 de Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha aparece en su disposición adicional primera que todos los bienes de la Iglesia forman parte del Patrimonio Cultural de esta Comunidad. Varios centros han realizados actuaciones de conservación y restauración en Castilla-La Mancha. Por un lado estaban las escuelas-taller, programa que surge en el año 1985 que consistía en la creación de empleo para jóvenes desempleados mediante la inyección de gasto público y cuya labor actuaba en favor de los bienes culturales, de las cuales hay ejemplos en Alarcos o en Segóbriga 29. Otras actuaciones sobre el patrimonio mueble se han producido en los mismos talleres de los museos provinciales, como por ejemplo en el Museo Provincial de Albacete 30; ya que con la transferencia en materia patrimonial a las Comunidades, estas debían actuar en pro de la conservación de sus bienes. 25

Íbídem. Pág. 18. ALMARCHA NÚÑEZ-HERRADOR, Esther. Opus cit B. Pág. 101. 27 Ídem. 28 GOBIERNO DE ESPAÑA. Opus cit. C. 29 JUAN GARCÍA, Antonio de. “Escuelas Taller y Patrimonio Histórico”. En GARCÍA VALERO, M.A.; BENÍTEZ DE LUGO ENRICH, L; ZARZALEJOS PRIETO, M. Opus cit. Págs. 79-99. 30 PASCUAL, M.F.; MUJERIEGO, M. “De la reparación de objetos a la restauración científica. Breve historia de la restauración en el Museo de Albacete”. En GARCÍA VALERO, M.A.; BENÍTEZ DE LUGO ENRICH, L; ZARZALEJOS PRIETO, M. Ibídem. Págs. 27-33. 26

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La evolución llega en el año 1996 cuando se fundó la controvertida EscuelaTaller de Restauración de Bienes Patrimoniales, cuestionada por poner el patrimonio en manos inexpertas, que fue antecedente del Centro de Conservación y Restauración de CLM, cuyo proceso se inició en el año 200431, todo bien orquestado desde la Consejería de Cultura: “Desde esta Dirección General se ha creado un grupo tanto de intervención como de apoyo técnico que lo conforman actualmente un gran número de conservadores-restauradores, que dan servicio no solo a las intervenciones que se están realizando en nuestros talleres de restauración, sino también en los distintos museos cuya titularidad pertenece a la Junta de Comunidades, sin olvidarme de los trabajos que se están realizando “in situ” en todos los yacimientos arqueológicos en los se han abierto campaña”32.

Una vez detenido el daño de la huella del tiempo, el bien cultural ha de seguir su camino, lo que significa que ha de ser expuesto al público, por lo que cumple su función de difusión y es devuelto a su lugar de origen pues el “fin último es el de devolver la pieza al lugar del que procede garantizando su conservación”33. El triunfo de este tipo de acuerdos, medidas e iniciativas da como resultado las exposiciones permanentes y temporales sobre patrimonio, las cuales se organizan por varios motivos: primero, como respuesta política al público para demostrar que el gobierno autonómico defiende su propio patrimonio; segundo, por ser iniciativa de corte cultural, ociosa y turística; y tercero, como aglutinante de piezas bajo el término Castilla-La Mancha, lo que responde a un objetivo identitario. Como se ha visto con anterioridad, la cultura material es portadora de una identidad, por lo que el patrimonio es usado para servir, en este caso, a lo castellano-manchego. No obstante, para intervenir sobre todo el patrimonio que posee una región como esta, se requieren también actuaciones donde se encuentra el propio bien así como sobre los inmuebles, sobre los cuales la provincia de Toledo ha sido la que menos intervenciones ha tenido desde el nuevo ente porque, debido a su importancia, su patrimonio se encontraba en mejor estado34. Además, hay una serie de Planes Regionales: de Intervención del Románico de Guadalajara; de Castillos y Fortalezas; de Arte Rupestre; de Patrimonio Mundial; y Plan de Patrimonio Inmaterial35. El Plan sobre el Románico de la provincia de Guadalajara, se lleva a cabo por la colaboración “Conocimiento, Protección, Conservación. Una gestión integral del Patrimonio Mueble: El Centro de Conservación y Restauración de Castilla-La Mancha”. En RELLO SOLANO, Juan Ignacio. Herencia Recibida 06. Opus cit. 32 Herencia Recibida 05 [Catálogo de exposición]. Fundación Cultura y Deporte Castilla-La Mancha, Toledo, 2005. Pág. 5. 33 Ibídem. Pág. 6. 34 Intervenciones sobre patrimonio inmueble: 35 en la provincia de Albacete, 36 en Ciudad Real, 49 en Cuenca, 42 en Guadalajara y 32 en Toledo. En JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA. http://www.patrimoniohistoricoclm.es/actuaciones-listado-general/ Fecha de consulta: 11 de junio de 2013. 35 JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA. http://www.patrimoniohistoricoclm.es/planesregionales/ Fecha de consulta: 11 de junio de 2013. 31

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de la JCCM, la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara, la Obra Social de IberCaja y la Fundación Santa María La Real, y es uno de los más ambiciosos pues plantea: “La intervención integral en 27 templos románicos en esta provincia, que comprende su restauración arquitectónica, precedida de una fase de estudios previos, la restauración de diversas piezas de arte mueble presentes en su interior y el acondicionamiento de los entornos donde estos templos se sitúan […] Como parte de este Plan, destaca también la presentación de la Enciclopedia del románico de Guadalajara y la elaboración de una página web dedicada a las actuaciones

que

se

llevan

a

cabo

en

esta

provincia

y

que,

a

través

de

www.romanicoguadalajara.org permite conocer y difundir este valioso patrimonio”36.

Por desgracia, esa web no está activa. Al menos la Enciclopedia del Románico sí fue una realidad. Recientemente, se ha llevado a cabo, dentro de este programa, la intervención sobre las dos primeras iglesias, Pinilla de Jadraque y Jodra del Pinar 37. La información sobre los restantes planes pueden observarse la web oficial de la JCCM38. 5.3 La función identitaria del patrimonio mueble. Hernando Gonzalo ha trabajado sobre la relación identidad-patrimonio dentro de las sociedades modernas, y ha llegado a la conclusión de que, frente al creciente individualismo de la sociedad de la globalización, la cual “dejó de encontrar en dios, la realeza o la nobleza un marco protector garante de su supervivencia” 39, se requiere de elementos que permitan seguir sintiéndose a cada individuo, “parte de un grupo para sentir seguridad frente al mundo”40. Para comprender este papel identitario: “Si los seres humanos fuéramos conscientes de nuestra pequeñez y de nuestra impotencia, la angustia nos bloquearía y nos impediría sobrevivir. Para que esto no suceda, hemos desarrollado una serie de mecanismos que nos permiten creer que somos fuertes, que estamos seguros y que controlamos en medida suficiente la realidad en la que vivimos, sea cual sea el control material real que tengamos sobre ella. Estos mecanismos -que no son otros que los mecanismos de la identidad- varían, pero pasan siempre por sentir una fuerte vinculación con el grupo al que pertenecemos y por confiar en que nuestra supervivencia personal depende del esfuerzo colectivo del conjunto”41.

36

JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA. http://www.patrimoniohistoricoclm.es/planesregionales/intervencion-romanico-guadalajara/ Fecha de consulta: 11 de junio de 2013. 37 NUEVA ALCARRIA. “El Plan del Románico Rural termina sus dos primeras iglesias, la de Pinilla de Jadraque y Jodra del Pinar”. En Nuevaalcarria.com. 15 de junio de 2013. http://www.nuevaalcarria.com/jprovincia/general/72890-el-plan-del-romanico-rural-termina-sus-dosprimeras-iglesias-la-de-pinilla-de-jadraque-y-jodra-del-pinar Fecha de consulta: 24 de septiembre de 2013. 38 http://www.patrimoniohistoricoclm.es/planes-regionales/castillos-fortalezas/ http://www.patrimoniohistoricoclm.es/planes-regionales/arte-rupestre/ http://www.patrimoniohistoricoclm.es/planes-regionales/patrimonio-mundial/ http://www.patrimoniohistoricoclm.es/planes-regionales/patrimonio-inmaterial/ 39 HERNANDO GONZALO, Almudena. Opus cit. Pág. 90. 40 Ídem. 41 Ídem.

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La globalización ha acabado y está acabando con numerosas culturas al generar un espacio supranacional en el que todos somos iguales, vestimos de la misma forma y hacemos caso a las modas. Por ello: “En la medida en que el patrimonio es estimado por los que conviven con él, se acrecienta y se defiende mejor, porque se siente como algo propio, sirve para que las personas, grupos sociales, etc. se identifiquen con él, reaviven su memoria, ya que el estudio de nuestro pasado, a través del patrimonio que nos han legado nuestros antepasados nos va a permitir entender dónde estamos”42.

Con una postura semejante, Ruiz Zapatero achaca a la sociedad actual, los medios de comunicación y la globalización imperante el papel de disolventes de las diferencias culturales entre las diversas sociedades existentes, por lo que se necesita una recuperación de señas de identidad propias, perdidas debido al progreso, y donde el patrimonio, especialmente para el autor, la arqueología, tiene un peso primordial 43. Pero, el patrimonio mueble posee un rasgo principal, su movilidad: “1. Los que, por oposición a los inmuebles, se caracterizan por su movilidad y posibilidad de traslación, y ciertos derechos a los que las leyes otorgan esta condición” 44. Al no estar asentado en un territorio en particular, es más volátil y cambiante fijar una relación entre un bien cultural respecto a un espacio determinado. Pero, tiene sus ventajas: puede moverse, itinerar y formar parte de infinitos discursos. Al recordar los valores del patrimonio45, se ha de observar el valor simbólicosignificativo o valor relacional46, el cual es, según Marcos Arévalo, “la capacidad de representatividad”, por ser seña de identidad. Concienciación que asume la tradición y produce una renovación generacional, hablándose entonces de “herencia cultural”: “El patrimonio remite a una realidad icónica (expresión material), simbólica (más allá de la cosificación y la objetualidad) y colectiva (expresión no particular, sino de la experiencia grupal); porque el patrimonio cultural de una sociedad está constituido por el conjunto de bienes materiales, sociales e ideacionales (tangibles e intangibles) que se transmiten de una generación a otra e identifican a los individuos en relación contrastiva con otras realidades sociales”47.

El patrimonio cultural: “Elige las obras más destacadas de nuestro pasado y las convierte en símbolos de nuestra esencia: representan nuestras capacidades, nuestra sensibilidad, nuestros logros, lo mejor que ha sabido dar una cultura que se ha construido a través de los cambios, que se ha ido nutriendo de cambios, que ha encontrado en los cambios el secreto de su supervivencia. Por eso, a diferencia

42

FERNÁNDEZ MAROTO, Domingo. Opus cit. Pág. 11-12. RUIZ ZAPATERO, Gonzalo. “Arqueología e Identidad. La construcción de referentes de prestigio en la sociedad contemporánea”. En ArqueoWeb - Revista sobre Arqueología en Internet, número 4, mayo, 2002. http://pendientedemigracion.ucm.es/info/arqueoweb/pdf/4-1/ruizzapatero.pdf Fecha de consulta: 10 de octubre de 2013. 44 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Opus cit. 45 Véase capítulo 4.2 Valores y funciones del patrimonio, página 45. 46 FONTAL MERILLAS, Olaia. Opus cit. 47 MARCOS ARÉVALO, Javier. Opus cit. Págs. 929-930. 43

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de los demás mitos de origen, que niegan sus constantes reactualizaciones, el Patrimonio se caracteriza, precisamente, por exhibir la interminable reactualización de nuestra esencia a través de los cambios evidenciados por los monumentos y materiales del pasado que distintas disciplinas científicas (Arqueología, Historia, Etnología, Historia del Arte) se han encargado previamente de fechar y de estudiar. Pero a diferencia de esas disciplinas, que construyen la memoria a través de referencias temporales, elaboradas a través de la escritura y las cronologías, y dan cuenta de lo que fuimos y ya no somos, el Patrimonio utiliza los objetos y monumentos que ellas fechan para organizar nuestra memoria con referencias espaciales y, de esta manera, con la estructura consustancial a los mitos, hablar de esencias, de permanencias, de lo que queda y por tanto seguimos siendo, de lo que hace fuerte a nuestro grupo y lo distingue de los demás”48.

La enorme cantidad de bienes culturales que forman parte de cualquier Comunidad autónoma, exige enfrentarse a la necesidad de establecer prioridades sobre las piezas que son importantes por su valor simbólico, histórico, artístico y/o material, al igual que por urgencias en su estado de conservación. Este patrimonio tiene la facultad de ser muestra identitaria pero, ¿en qué se fundamenta? El

grado

de

información

que

aporta

un

bien

mueble

tiene

directa

correspondencia con su antigüedad, su historia y el tipo de bien que sea pero, todos ellos tienen una autoría, es decir, un creador/es y un contexto en el que ha sido realizado el mismo. He aquí el primer eslabón de la relación patrimonio muebleidentidad pues, todos estos bienes están, en su origen, vinculados físicamente a una cultura y un territorio, y, en términos abstractos a un pensamiento y/o sociedad: “Lo que convierte a dicho referente en un bien patrimonial es su capacidad de evocación, su conversión en un icono que rememora un tiempo pasado (bienes arqueológicos, históricos); la imagen y significación de un personaje real o mítico, o de un acontecimiento histórico; o unas prácticas o modos de vida en uso (rituales, oficios, paisajes) vinculados a unas tradiciones vivas”49.

Esto supone que la sociedad que reconsidera el uso del patrimonio, toma ese bien como algo propio y perteneciente a sí misma. Debido a esto, sea o no originariamente del territorio, el hecho de que forme parte de su colección es suficiente para ser introducido como algo propio pues todo depende de cómo sea valorado. Una vasija griega puede ser vista como ejemplo de la riqueza de una familia celtíbera o como muestra de las relaciones comerciales entre diferentes pueblos. Pero como a día de hoy está en un determinado territorio, es considerado perteneciente a él. Por ello, el segundo eslabón que conforma esta relación es la propiedad del bien mueble, es decir, la posesión del patrimonio mueble de un territorio. Hay que sumar un tercer factor denominado como referencial. Si el bien mueble hace alusión a un territorio por nombrarlo, representa a un personaje histórico del

48 49

HERNANDO GONZALO, Almudena. Opus cit. Pág. 96-97. AGUDO TORRICO, Juan. Opus cit B. Pág. 5.

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mismo, o ha sido realizado para un espacio o un individuo del territorio, se convierte en un elemento potencialmente poderoso como refuerzo identitario. Por lo tanto, la función identitaria del patrimonio mueble se asienta sobre los mencionados componentes: autoría, propiedad y referencia, al que habría que sumar un cuarto, su capacidad evocativa, que se puede decir que se basa a parte iguales entre el valor simbólico y el emotivo50. Este último permite establecer unos vínculos con elementos abstractos o constructos sociales como es en este caso la identidad: “Esta capacidad de evocación o de representación, permite conectar el pasado y el presente, un objeto con una cultura, y una manifestación cultural con una forma de pensamiento. Al comprender el elemento patrimonial como vehículo de transmisión de ideas, planteamos también la capacidad comunicativa del mismo”51.

Estos cuatro componentes de la relación “patrimonio mueble-identidad” pueden actuar de manera conjunta o darse de forma individualizada pero, en todos los casos, refuerzan un lazo entre el bien cultural y una identidad colectiva Las Comunidades autónomas han tomado parte en el control, manipulación y poder de decisión sobre los bienes culturales. Cada espacio aplica su propia escala de valores para potenciar unos bienes sobre otros desde los limitados recursos. Esto condiciona las piezas tratadas tanto en conservación como en restauración, influye en la adquisición de nuevas piezas, y se expresa de forma muy clara mediante los proyectos culturales que se realizan desde la oficialidad, como por ejemplo son las exposiciones temporales de Las Edades del Hombre, las Herencias Recibidas, u otras muestras semejantes.

5.4 Continente, contenido e identidad. El objetivo identitario que aparece perennemente nombrado en este trabajo no se menciona públicamente en algunas de las propuestas culturales ya que, se consigue por una coherente construcción entre el lenguaje del discurso expositivo, la selección de piezas y el propio entorno. Continente, contenido y la lectura del mensaje forman las partes de este empuje identitario. El patrimonio mueble es, por lo general, débil, frágil y está sujeto al siempre probable hurto o a la manipulación sobre su interpretación. Esto significa que estos bienes requieren de espacios adecuados para su protección, visualización y difusión. Tradicionalmente los templos religiosos y los inmuebles burgueses, nobiliarios o reales han sido los únicos lugares que han mostrado este patrimonio pero, el anteriormente mencionado hito del “bien común” provocó la formación de museos para el pueblo.

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FONTAL MERILLAS, Olaia. Opus cit. Ibídem. Pág. 46.

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En la originaria idea de algunos de estos espacios existía un interés enorme en mostrar los bienes patrimoniales del territorio al que pertenezca. Esto sigue presente hoy en día, y más aún en los museos regionales, provinciales y locales, de gran interés para este estudio pues, en ellos reside parte de este primitivo objetivo: ser salvaguarda y difusión del pasado, y ser un símbolo para la zona, el cual ha de estar en relación con su entorno y más aún si es de titularidad pública52. El museo es un espacio de potencialidad ilimitada, un descomunal, controlable, adaptable y desaprovechado teatro del conocimiento. Es un transmisor de información, tanto en el contenido (objetos y discurso expositivo) como en el continente (el museo, su espacio, la comunicación, vínculos con el entorno, etcétera): “Más allá de los objetos, lo que el museo escenifica son ideas, mundos conceptuales que se refieren a la historia, a las creencias, a las condiciones socio-económicas, a las pulsiones colectivas, a los conflictos identitarios. Trabaja con elementos físicos, pero su aspiración trasciende de la mera contingencia de lo material, lo que una vez más, pone en entredicho el ombliguismo que lo caracteriza, su ensimismamiento y autosatisfacción, inducidos por la focalización unívoca de sus desvelos en los tesoros conservados. Estos deberán ser preservados, nadie lo duda, pero no como un fin en sí mismos, sino como medio para conseguir otros objetivos”53.

El museo es un medio para coleccionar, investigar, comunicar, concienciar y proporcionar disfrute contemplativo del patrimonio54, no un fin, y lo mismo sucede con el objeto ya que sirve un recurso55; y aunque esta verdad no ha estado presente en la mayor parte de proyectos museísticos, se asume que es el gran icono cultural por antonomasia que todos los países, regiones y poblaciones desean tener. Hay una mezcla de elitismo y grandeza en el hecho de poseer un museo, de tal manera que, cuando uno de estos continentes porta el topónimo del propio territorio o el nombre de una personalidad perteneciente al contexto social, pasa a ser el reflejo de la evolución en positivo de un territorio, muestra de libertad y éxito, y se convierte de esta manera en un símbolo, en un icono de un espacio determinado56 ya que, “algunos han tenido un fuerte contenido político en su origen”57. Pero, al margen la buena o mala gestión, el auge de este tipo de museos ha posibilitado la revalorización del patrimonio: “El desarrollo de los museos regionales y locales de carácter principalmente etnológico e histórico efectuado desde la década de los setenta, con atención preeminente a la animación

52

BELCHER, Michael. Organización y Diseño de Exposiciones. Su relación con el Museo. Trea, Gijón, 1997. 53 DÍAZ BALERDI, Ignacio. Opus cit. Pág. 98. 54 PASTOR HOMS, Mª Inmaculada. Opus cit. 55 DÍAZ BALERDI, Ignacio. Opus cit. 56 LIZARAZU DE MESA, Mª Asunción. “Culturas e identidades: Políticas actuales sobre el patrimonio etnográfico en España”. En Complutum Extra, número 6 (II), 1996. Págs. 337-346. 57 SANZ GAMO, Rubí. “Los museos provinciales de Castilla-La Mancha. Análisis del marco de gestión actual y perspectivas de futuro”. En GARCÍA VALERO, M.A.; BENÍTEZ DE LUGO ENRICH, L; ZARZALEJOS PRIETO, M. Opus cit. Pág. 131.

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participativa y comprometida del público, trajo consigo el despertar de la conciencia colectiva sobre la realidad del patrimonio”58.

Esta fue una tendencia positiva, no obstante, en su mayoría han fracasado en la relación ante su público cercano y en el cumplimiento de sus objetivos. Hecho el museo se acaban los proyectos sobre ese espacio y las autoridades se olvidan que, como medio para transmitir conocimientos, requiere de vitalidad para conseguirlo, y la clase política ha tenido buena parte de culpa en ese fracaso al optar por una tendencia a invertir en infraestructuras culturales que equipararan a todos los territorios, en lugar de apoyar “a los creadores e investigadores autóctonos”59 o en buenos gestores, que habrían aportado otras soluciones. Soluciones como el Plan Estratégico de Cultura de mediados de los noventa no fue suficiente para los museos, por lo que lo correcto sería una Ley que optimizara el funcionamiento y gestión de estos60. Al fin y al cabo, que un museo deba ser completado con contenido es algo evidente. En estos casos, la estrecha relación con el entorno se constituye como algo primordial por dos motivos: uno, por ser reflejo de la sociedad a la que se adscribe pues, “una de las funciones fundamentales de los museos es preservar y exponer el patrimonio de los grupos sociales específicos que constituyen su público” 61; y dos, por mostrarse como un espacio de atracción turístico que sirva de expresión sobre el contexto territorial y sus intereses. De hecho, una visita a un Museo condiciona previamente al visitante de tal manera que se manifiesta que todo lo que hay en ese edificio pertenece absolutamente a ese territorio, e inconscientemente, todos los bienes son muestra de un pasado que ya es común por estrecha relación territorial. Un ejemplo de este poder de sugestión sobre el visitante puede verse en los lugares de culto: una iglesia o una catedral están absolutamente llenas de bienes muebles, y aunque cada uno de esos elementos patrimoniales tenga su propia historia y nos aporte una información diferente, todo el conjunto posee un sentido religioso que, consecuentemente, refuerza una identidad asociada a una religión determinada. Pero, hay otra serie de proyectos de ilimitadas posibilidades que se deben tener en cuenta y que han sido revisados para este trabajo: las exposiciones temporales, actividad cultural de gran trascendencia por su especialización, singularidad y posible itinerancia, que permite asistir a una muestra inédita en su conjunto por su particular

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ALONSO FERNÁNDEZ, Luis. Museología y museografía. Ediciones del Serbal, Barcelona, 1999. Pág. 97. 59 GONZÁLEZ CALERO, Alfonso. Opus cit. Pág. 334. 60 SANZ GAMO, Rubí. Opus cit. 61 GRABURN, Nelson. “En busca de identidad”. En Museum Internacional, número 199, UNESCO, París, 1998. Pág. 16.

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selección de piezas62. La enorme fuerza de estas exposiciones temporales tiene el límite que se proponga la organización, el comisario de la misma o las circunstancias que afecten, ya que se configuran tal y como se desea al generarse una relación directa y deliberada entre todo lo que hay en ella. El discurso expositivo puede ser sencillo al interrelacionar piezas únicamente con formar parte del mismo título, aunque suelen contar con discursos y diseños muy elaborados. Toda exposición es un medio de transmisión de conocimientos pero, una temporal tiene un grado más de notoriedad debido a que es una novedad y se muestra más atractivo para el gran público. Autores como Díaz Balerdi expresan que los museos y exposiciones temporales apenas cumplen la función para la que han sido creadas al no existir un aprendizaje efectivo63. Tal vez un enfoque profesional en las evaluaciones de la gran mayoría de proyectos culturales aportaría soluciones para esta cuestión, recurso que beneficiaría a Castilla-La Mancha64.

5.5 La interpretación y manipulación del patrimonio. Una vez situado el contenido en el continente se requiere de una fase más: la interpretación, forma en la que el visitante percibe el significado y los símbolos que encierra tanto cada pieza como el discurso expositivo. Cada objeto aporta información por sí solo y en conjunto con las ilimitadas posibilidades que esto conlleva: “el contexto en el que es visto un objeto es significativo para el mensaje que se quiere transmitir” 65. Hay tres maneras de definir al objeto: una, identificándolo; la segunda, dando información relativa al mismo; y la tercera y más compleja, siendo interpretado. Interpretar, según Freeman Tilden66, es el acto de trasladar a los visitantes aquello que perciben por sus sentidos y que requiere de una explicación para ser comprendido en su totalidad. En esta acción no hay oposición a la cientificidad de los estudios sin embargo, la divulgación no debe ser erudita para facilitar la comprensión, proporcionar una grata experiencia y cumplir con sus objetivos divulgativos. De hecho, la interpretación posibilita directamente un refuerzo de la identidad: Hay que tener en cuenta que el conocimiento que el espectador percibe de cada objeto de la exposición está en directa relación con aquello que sabe a priori sobre el tema en cuestión. Todo proceso comunicativo puede estar cargado de mensaje subjetivo, lo que favorecería en algunos casos una mayor empatía en favor del interés 62

TOBELEM, Jean-Michel. La nueva era de los museos. Las instituciones culturales se enfrentan al reto de la gestión. Nausicaä, Murcia, 2011. 63 DÍAZ BALERDI, Ignacio. Opus cit. Pág. 147. 64 Véase Capítulo 6. Castilla-La Mancha: análisis de casos. Pág. 77. 65 BELCHER, Michael. Opus cit. Pág. 181. 66 TILDEN, Freeman. La interpretación de nuestro patrimonio. Asociación para la interpretación del Patrimonio, Sevilla, 2006.

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ORTEGA OLMEDO, Ricardo. La puesta en valor del patrimonio mueble en Castilla-La Mancha como elemento de identidad regional. Trabajo Fin de Máster Universitario en Investigación en Letras y Humanidades, Universidad de Castilla-La Mancha. Ciudad Real, 2013-2014. Dirigido por: María Esther Almarcha Núñez-Herrador. Calificación: 10, mención para Matrícula de Honor.

del receptor, pero es nefasto si sus fines son la omisión de la verdad o la tergiversación de la historia como parte de una ideología o tendencia 67. Un ejemplo de es el Monumento a las Brigadas Internacionales en la UCLM de Albacete, donde se puede leer: “El pueblo de Castilla-La Mancha”, lo que es curioso como muestra actual de agradecimiento por un “pueblo” y una identidad que no existía durante la guerra civil tal y como se conoce hoy en día68. La Museografía de finales del siglo XX ha tratado de concretar una relación más directa con el espectador al acercarle al contenido sin las barreras del desconocimiento mediante un diálogo más cercano que no interfiera en el mensaje, menos científico pero objetivo, y que facilite al visitante las herramientas necesarias para entender la simbología, el lenguaje y el contexto de cada pieza y del discurso aunque, sea necesaria la instalación de elementos descodificadores que expliquen el significado de las piezas69. No obstante, la selección de determinadas piezas como valiosas, el enaltecimiento de épocas sobre otras y la interpretación adecuada a un categórico discurso es más común de lo que parece70. Se ha comentado con anterioridad el valor simbólico del patrimonio que: “No consiste en otra cosa que en la selección de los elementos y las manifestaciones más representativas de la realidad cultural de cada grupo social. Ahora bien, por su carácter simbólico y de significación de identidad étnica, como resultado de un proceso histórico y de una particular experiencia vivencial, puede darse una instrumentalización política del patrimonio”71.

David Lowenthal72 plantea tres conclusiones sobre esta cuestión: la primera, que el patrimonio sirve como argamasa identificativa para agrupar a individuos en colectivos; la segunda, que la eficacia de cada patrimonio debe medirse solo en relación al grupo con el que se identifica; y tercera, el patrimonio se construye sobre ideas falsas y lecturas condicionadas del pasado, por lo que se resta objetividad, ya que el patrimonio requiere de la subjetividad y de la lectura errónea del pasado. Cierto es, como dice Françoise Choay que: “La construcción icónica y textual del corpus de antigüedades clásicas y nacionales permite posteriormente que las sociedades occidentales continúen este doble trabajo original: construir el tiempo histórico y construir la imagen de sí, progresivamente enriquecida por datos genealógicos”73.

67

Véase 3.7 Creando mitos: la manipulación política de la identidad , página 28. HERNANDO GARRIDO, José Luis. Opus cit. Pág. 569. 69 SANTACANA MESTRE, J. y HERNÁNDEZ CARDONA, F.X. Museología Crítica. Trea, Gijón, 2006. 70 CARRETERO, Mario. Opus cit. 71 MARCOS ARÉVALO, Javier. Opus cit. Págs. 933-934. 72 LOWENTHAL, David. Possessed by the past. The heritage crusade and spoils of History. The free press, New Yor, 1996. En MUÑOZ VIÑAS, Salvador. Opus cit. Págs. 144-145. 73 CHOAY, Françoise. Alegoría del patrimonio. Gustavo Gili, Barcelona, 2007. Págs. 189-190. 68

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Los hechos demuestran la necesidad de un pueblo o nación de abrillantar sus victorias frente a las derrotas sufridas, destacar a unas figuras sobre otras, rememorar una serie de hitos sobre el resto que, leídos en su conjunto, forman la grandeza de un sentimiento patrio. Encontrar en hechos pasados o en antiguos escritos, una muestra de identidad, es habitual pues, las naciones han empleado a sus academias de historia como herramientas de selección de contenidos para que destaquen unos acontecimientos sobre otros para dar fe de las glorias pasadas sobre las que el país pueda sentirse orgulloso. A día de hoy, las regiones autonómicas actúan de manera análoga mediante la salvaguarda de su patrimonio y la difusión del mismo. De hecho, para cumplir estos objetivos, la JCCM promovió en el Plan Estratégico de Cultura, la difusión de las colecciones, que tuvo como consecuencia en el año 1996 los Departamentos de Educación y Acción Cultural (DEAC), más conocidos como gabinetes didácticos, en los cinco museos provinciales de esta región 74, de hecho algunos de sus recursos didácticos y guías turísticas, incluidas las de los yacimientos arqueológicos,

pueden

observarse

en

la

siguiente

dirección

web:

http://www.patrimoniohistoricoclm.es/area-educativa/.

5.6 La identidad en la legislación patrimonial. Desde la transición, la política influye considerablemente tanto en el patrimonio como en la identidad, por lo que es uno de los mecanismos que posee la formulación de marcos legales en forma de estatutos autonómicos o leyes autonómicas en esta materia ya que: “los estatutos de autonomía desarrollados a partir de los principios expuestos en la Constitución, enfatizarán estos sentimientos de “pueblo” e “identidades” colectivas”75. Pero, el panorama legislativo español es un maremágnum conformado por la Constitución española, los estatutos autonómicos, y las leyes patrimoniales de las autonomías76, por ello, en este apartado se va a mostrar los contenidos identitarios que hay en los textos normativos. Inicialmente hay un texto de referencia que relaciona los conceptos de este trabajo, la Recomendación sobre la Protección de los Bienes Culturales Muebles: “Para conseguir que las poblaciones tomen conciencia del valor de los bienes culturales y de la necesidad de protegerlos, especialmente para conservar su identidad cultural, los Estados Miembros deberían alentar a las autoridades nacionales, regionales o locales competentes a fin de

MOLINA CHAMIZO, M.P. “La difusión del patrimonio: propuestas didácticas del Museo Provincial de Ciudad Real”. En GARCÍA VALERO, M.A.; BENÍTEZ DE LUGO ENRICH, L; ZARZALEJOS PRIETO, M. Opus cit. Págs. 421-426. 75 AGUDO TORRICO, Juan. “Cultura, patrimonio etnológico e identidad”. En PH, Boletín del IAPH, número 29. Pág. 40. 76 ALEGRE VILA, Juan Manuel. “Patrimonio histórico, cultura y Estado Autonómico”. En Patrimonio Cultural y Derecho, número 5, Madrid, 2001. Págs. 157-165. 74

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que: (a) pongan a la disposición de los niños, jóvenes y adultos los medios de dar a conocer y hacer respetar los bienes culturales muebles, utilizando todos los recursos posibles de educación e información; (b) señalen a la atención del público, por todos los medios posibles: (I) el significado y la importancia de los bienes culturales, evitando insistir en el valor puramente comercial de esos bienes; (II) las posibilidades que se le ofrecen de participar en las actividades realizadas por las autoridades competentes con miras a la protección de esos bienes”77.

La propia Constitución 78 comienza con la mención sobre “pueblos de España”, lo que expresa la aceptación de varias colectividades en el texto base de la nación española79, y según el artículo 46: “Los poderes públicos garantizarán la conservación y promoverán el enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y artístico de los pueblos de España y de los bienes que lo integran, cualquiera que sea su régimen jurídico y su titularidad. La ley penal sancionará los atentados contra este patrimonio”80.

Los poderes públicos tiene la tarea de actuar en pro de la conservación y el enriquecimiento del patrimonio cultural para defender y salvaguardar al mismo a través de las intervenciones y leyes necesarias, pues ha de potenciarse más allá de sus limitaciones para ponerlo en contacto con los ciudadanos de hoy y de mañana, sea cual sea la titularidad de los bienes81. Como es lógico, el Estado actúa a través de la formulación de leyes y su ejecución. Con anterioridad se habló de la Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español, dentro de la cual se menciona en una sola ocasión la palabra identidad al hablar de este elemento: “El Patrimonio Histórico Español es una riqueza colectiva que contiene las expresiones más dignas de aprecio en la aportación histórica de los españoles a la cultura universal. Su valor lo proporciona la estima que, como elemento de identidad cultural, merece a la sensibilidad de los ciudadanos”82.

Ley que fue recurrida por Cataluña, Galicia y País Vasco ante el Constitucional: “Porque entendían que el Estado invadía su ámbito competencial. El Tribunal Constitucional resolvió dicho recurso por medio de la sentencia 17/1991, de 31 de enero de 199183, que desestima los

motivos

de inconstitucionalidad alegados,

aunque impone determinadas

interpretaciones al texto de la Ley […] la sentencia reconoce a las Comunidades autónomas unas

77

UNESCO. Opus cit. F. GOBIERNO DE ESPAÑA. Opus cit. B. 79 PRIETO DE PEDRO, Jesús. Opus cit. 80 GOBIERNO DE ESPAÑA. Opus cit. B. 81 Explicación a “cualquiera que sea su régimen jurídico y titularidad” (art. 46 de la Constitución Española): los bienes culturales pueden pertenecer a quién sea, pero no por ello dejarán de ser bienes culturales. En PRIETO DE PEDRO, Jesús. Opus cit. 82 GOBIERNO DE ESPAÑA. Opus cit. C. Preámbulo. Pág. 2. 83 TRIBUNAL SUPREMO. Sentencia 17/1991, de 31 de enero. Recursos de inconstitucionalidad 830/1985, 847/1985, 850/1985 y 858/1985 (acumulados), promovidos, respectivamente, por el Consejo Ejecutivo de la Generalidad de Cataluña, por la Junta de Galicia, por el Gobierno Vasco y por el Parlamento de Cataluña, contra determinados preceptos de la Ley 16/1985, de 25 de junio, reguladora del Patrimonio Histórico. En B.O.E. número 48, de 25 de febrero de 1991, páginas 18 a 26 (9 Págs.). http://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-T-1991-5257 Fecha de consulta: 17 de septiembre de 2013. 78

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competencias de desarrollo normativo, ejecución y gestión muy amplias, entre las que destaca la competencia general para la declaración de bienes culturales”84.

Antes de la sentencia, solo Castilla-La Mancha y País Vasco tenían leyes sobre patrimonio. Desde entonces, cada Autonomía se ha esforzado por tener sus leyes y adaptarlas a sus intereses. El excelente trabajo de Cabrera García85 analiza estos estatutos y las leyes de patrimonio para conocer su implicación con lo identitario. El País Vasco, Cataluña, donde es más tajante el peso identitario en la reforma del Estatuto del año 2006 que en su Ley de Patrimonio Cultural catalán del año 1993, y Galicia, menos incisiva con el asunto identitario que vascos y catalanes, aunque reconoce su nacionalidad histórica y habla con claridad de identidad gallega tanto en el Estatuto de 1981 como en la Ley de Patrimonio Cultural de Galicia del año 1995, son las Comunidades donde puede observarse mayor carga identitaria, tanto en sus leyes como en sus propuestas86. En un segundo bloque estarían Castilla y León87 y Andalucía88, regiones que sin poseer unas tradicionales reivindicaciones, en las modificaciones de sus estatutos y leyes de patrimonio han enfatizado los temas identitarios 89. Por su parte, Baleares y Canarias son dos casos semejantes pues enfatizan la pluralidad que las ha constituido hasta día de hoy, sin que eso suponga un retroceso en los valores identitarios. El caso balear es más evolucionado en su estatuto (2007) que en su Ley de Patrimonio Histórico (1998), mientras que en el caso canario sucede al revés. Aragón y La Rioja han ampliado sus referencias identitarias en las reformas establecidas de sus textos autoreferenciándose como “identidades históricas”90. En contraste a estas, Navarra y Valencia expresan menor carga identitaria. La ley autonómica de Patrimonio Cultural Valenciano se enuncia en los mismos términos que 84

PRIETO DE PEDRO, Jesús. Opus cit. Pág. 26-27. CABRERA GARCÍA, María Isabel. “La contribución del patrimonio histórico a la redefinición identitaria de la España democrática”. En HENARES CUÉLLAR, Ignacio. La protección del patrimonio histórico en la España democrática. Ignacio Henares Cuéllar (ed.). Universidad de Granada, Granada, 2010. Págs. 409436. 86 Ídem. 87 Castilla y León (estatuto, 1983; última reforma, 2007) se remonta a los antiguos reinos de Castilla y de León para emplazar una identidad histórica que no afecta ni ataca a la unidad de España. Más adelante, mientras se potencia la pluralidad de los distintos pueblos de España, se defiende a ultranza valores esenciales de la Comunidad como su patrimonio o la lengua castellana. En la Ley de Patrimonio Cultural del año 2002 se hace mención igualmente de la identidad castellano-leonesa. 88 Andalucía (estatuto, año 1981; reforma 2007) reconoce una identidad histórica, derecho al autogobierno, conciencia de identidad andaluza, o pueblo andaluz, aunque se posiciona en favor de una España unida e inseparable. En la primera de sus leyes de patrimonio (1991) no hay menciones a la identidad; y en la ley de 2007 se expresa en los siguientes términos: “El Patrimonio Histórico constituye la expresión relevante de la identidad del pueblo andaluz, testimonio de la trayectoria histórica de Andalucía y manifestación de la riqueza y diversidad cultural que nos caracteriza en el presente” [Exposición de motivos de la Ley 14/2007, de 26 de noviembre, del Patrimonio Histórico de Andalucía]. 89 CABRERA GARCÍA, María Isabel. Opus cit. 90 En la Ley de Patrimonio Cultural de Aragón de 1999 se habla de la nacionalidad aragonesa; pero en la análoga ley riojana (de Patrimonio Cultural, Histórico y Artístico de La Rioja de 2004) la mención no es tan firme y aparece como “señas de identidad”. 85

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la riojana; mientras que el estatuto de Navarra así como sus reformas dejan bien claro el pasado de la Comunidad y el nuevo régimen foral que asumen, pero no hay rastro de ese peso identitario que se ha visto en otros casos, e igualmente sucede en la Ley Foral del Patrimonio Cultural de Navarra91. Por último, Cantabria, Extremadura y Murcia recuerdan lo justo su calidad de autonomía en base a un pasado, aunque Extremadura sí que habla en su estatuto (2001) de identidad extremeña; y los casos de Asturias y Madrid son las únicas Comunidades que no tienen alusiones identitarias regionalistas en sus textos jurídicos92. Las diferencias en las denominaciones de las leyes autonómicas sobre patrimonio (uso de cultural o histórico en sus títulos) expresa una tendencia al empleo de “cultural”, es decir, un mayor interés por actualizarse respecto a la terminología aunque, esto coincide en algunas comunidades con intereses nacionalistas mientras que en las restantes significa un refuerzo identitario 93. El caso de Castilla-La Mancha es un ejemplo de ello pues, su nueva Ley se denomina “cultural”, y en su texto incluye referencias a una misma realidad en todo el territorio aunque se echa en falta un refuerzo identitario significativo94. Los estatutos, las leyes autonómicas sobre patrimonio y la cultura en general son “un instrumento fundamental en la construcción de la identidad y singularización de cada una con respecto al resto del territorio nacional” 95. Por ello, las menciones identitarias son necesarias para reforzar la defensa del patrimonio propio y particular de cada ente autonómico y su peso como símbolo de identidad. Paralelamente al surgimiento de los estatutos de autonomía de las diversas comunidades, se aprecia una potenciación del patrimonio local como consecuencia de esa obligada mirada al espejo que se hace desde cada uno de estos entes. Este impulso se manifiesta en lo que se ha mencionado con anterioridad en este trabajo, que en el caso castellano-manchego ha supuesto un interés por la construcción de museos provinciales y locales debido a la transferencia de competencias en 1984 a las

91

CABRERA GARCÍA, María Isabel. Opus cit. Ídem. 93 Emplean el término cultural las siguientes comunidades: País Vasco (Patrimonio Cultural Vasco), Cataluña (Patrimonio Cultural Catalán), Galicia (Patrimonio Cultural de Galicia), Aragón (Patrimonio Cultural Aragonés), Comunidad Valenciana (Patrimonio Cultural Valenciano), Cantabria (Patrimonio Cultural de Cantabria), y Castilla y León (Patrimonio Cultural Castellano-Leonés). Extremadura mantiene histórico (Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura); mientras que el resto mantienen Histórico y/o Artístico: Andalucía (Patrimonio Histórico Andaluz), Murcia (Patrimonio Histórico-Artístico de la Región de Murcia), Castilla-La Mancha (Patrimonio Histórico de Castilla-La Mancha), Islas Baleares (Patrimonio Histórico de las Islas Baleares), Madrid (Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid) y Canarias (Patrimonio Histórico de Canarias). En, FERNÁNDEZ DE GATTA SÁNCHEZ, Dionisio. “El régimen jurídico de protección del Patrimonio Histórico en la legislación autonómica”. En Patrimonio Cultural y Derecho, número 3, Madrid, 1999. Págs. 33-85. 94 Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Opus cit. H. 95 CABRERA GARCÍA, María Isabel. Opus cit. Págs. 419-420. 92

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autonomías en lo referente a los Archivos, Bibliotecas y Museos de Titularidad estatal de ámbito provincial96.

5.7 El turismo como factor identitario. Este apartado está emplazado aquí por la estrecha relación que tiene con el patrimonio en su vertiente de ocio cultural. Este interés en su concepto más amplio es la causa de que se produzcan movimientos de personas en busca de un turismo cultural, ya que es “una de las mejores posibilidades de explotación racional de los recursos, con miras a un nuevo modelo de crecimiento y desarrollo local autónomo” 97. Al crearse Castilla-La Mancha hay un compromiso firme para mantener y mejorar sus centros turísticos y crear otros nuevos para transformar la imagen de “tierra de paso” en un lugar de enorme interés, lo que suponen inversiones e ingresos para el modelo económico de la comunidad98. Por ejemplo, Toledo y Cuenca, como Ciudades Patrimonio de la Humanidad, atraen a numerosos visitantes 99, aunque la demanda turística también elige esta región en busca de espacios naturales y para realizar prácticas deportivas o de aventura100. La relación entre el turismo e identidad tienen en las guías didácticas, textos, escritos o proyectos de este ocio, un espacio en el que proyectar el punto de vista que se tiene en esta tierra sobre su propia identidad pues: “Estas nos ofrecen una mirada interesante sobre las referencias de identidad que se muestran hacia el exterior y que, consecuentemente, quienes se acerquen a este espacio buscarán e, inconscientemente, encontrarán”101.

Estas visiones son, sin duda alguna, fruto de una selección que se ha realizado al decantar los elementos, símbolos y signos sobre los que se aplican dos criterios: han de ser representativos, es decir, deben portar y transmitir la imagen y la información que se quiere dar pero, por otro lado han de ser atractivos al público. He aquí el “lado oscuro” del turismo, ya que esto puede generar una tergiversación de la realidad en pro del espectáculo y el mercantilismo. Por ello, las publicaciones de este ámbito aúnan todo lo que puede entenderse como patrimonio cultural102 y ejercen una influencia positiva en favor de las 96

SANZ GAMO, Rubí. Opus cit. MIGUEL RECIO, Dionisio. “El Turismo Cultural como alternativa al desarrollo en las áreas deprimidas”. En GARCÍA MARCHANTE, J.S.; POYATO HOLGADO, M.C. Opus cit. Pág. 62. 98 MARTÍN, Eva. “Recursos turísticos de Castilla-La Mancha”. En BENÍTEZ DE LUGO, E.; GUTIÉRREZ VILLALTA, J.; SOGUERO MUÑOZ, A. Opus cit. Págs. 55-70. 99 CAMPOS ROMERO, María Lourdes. “Análisis del turismo en Castilla-La Mancha en el umbral del nuevo milenio”. En CAMPOS ROMERO, María Lourdes. El turismo en Castilla-La Mancha. Análisis y perspectiva. Ediciones de la UCLM, Cuenca, 2002. 100 ELCHE, M.D.; GONZÁLEZ, A.; JIMÉNEZ, J.J.; RUIZ, J. “El sector turístico en Castilla-La Mancha: el turismo rural, un sector emergente”. En GARCÍA MARCHANTE, J.S.; POYATO HOLGADO, M.C. Opus cit. Págs. 125-176. 101 MORENO MORENO, Andrés J. Opus cit. Pág. 100. 97

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interrelaciones entre la historia, el arte, la cultura popular, los ciudadanos más laureados, etcétera: “Estas guías nos ofrecen una inusitada visión de conjunto al fundir o unir en sus páginas muchos de los elementos culturales a los que ha prestado atención la antropología, especialmente el arte, como elemento de referencia de identidad destacable en la práctica totalidad de estas obras […] descripciones de fiestas, artesanía popular, tradiciones, gastronomía o una parte importante del arte como la arquitectura popular, elemento identitario fundamental al que se le ha prestado una especial atención por parte de los especialistas, bien por su evidente desaparición o bien por su valor como elemento diferenciador y expresión de identidad de las diferentes comarcas que constituyen Castilla-La Mancha”103.

El gran problema de expresar la imagen que se quiere mostrar es que la identidad que se ha vendido en pro del turismo se diferencia de la realidad: “Las categorías identitarias, en este caso, se construyen para los de afuera, para los que se supone que quieren ver, comer, hacer o sentir lo que sucede en ese espacio territorial, no lo que realmente es o, al menos, no las categorías o realidades que son fundamentales en la construcción de la identidad de sus habitantes con respecto a su territorio de pertenencia. Se ofrece una construcción ideal, un modelo prefijado no siempre visible para quienes se supone lo comparten. […] La identidad emotiva permanece lejos de esa identidad construida desde el ámbito político y sólo cuando ambos círculos se superponen se comienzan a construir espacios de “normalización” de la identidad colectiva y de aceptación de una realidad verdaderamente valorada como propia o, al menos, en positivo”104.

Esta reflexión compartida expresa que existen distintos puntos de vista sobre la identidad castellano-manchega: por una parte, la administración y las instituciones, inevitablemente encasilladas en la búsqueda del equilibrio entre identidad, turismo y economía; por otro lado están los diferentes y heterogéneos colectivos, cada uno con sus fundamentadas reivindicaciones para que en sus territorios se lleven adelante las ideas y propuestas que plantean (algunas de ellas son demandas identitarias de comarcas o localidades); y por último, los individuos, quienes viven rodeados de esta amalgama de presiones mientras, inconsciente o conscientemente (depende de cada persona) se construye su respectiva identidad colectiva. Como se ha comentado, para acercar el turismo a esta comunidad autónoma hubo que hacer una inversión económica en infraestructuras, tanto para crearlas como para mejorarlas, como son museos, parques arqueológicos o centros de interpretación que atraigan el interés del viajero, y que sirvan de continente para el patrimonio. Las políticas de desarrollo territorial tienen aquí un papel importantísimo para valorar en la mejor medida posible cómo distribuir coherentemente las inversiones de capital 105.

102

Para comprender correctamente este término: GARCÍA CUETOS, María Pilar. Opus cit. MORENO MORENO, Andrés J. Opus cit. Pág. 100. 104 MORENO MORENO, Andrés J. Opus cit. Pág. 17. 105 MIGUEL RECIO, Dionisio. Opus cit. 103

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Precisamente uno de estos proyectos fue la Ruta de Don Quijote que surgió al amparo del IV Centenario de la publicación de la primera parte de la novela homónima y fue una propuesta turística tan prometedora que fue considerada como un Itinerario Cultural Europeo: “Este proyecto ha supuesto en teoría una revalorización del territorio castellano-manchego en sí, incidiéndose sobre su carácter de corredor verde no motorizado con unos 2.500 kilómetros de extensión. Esta imagen no es baladí, ya que desde sus inicios el gobierno regional ha hecho de la defensa de la naturaleza castellano-manchega uno de los pilares sobre los que se sustenta la identidad de la Comunidad autónoma en su conjunto”106.

Pocos años después, esta ruta que era naturaleza, historia, leyendas, tradiciones, gastronomía, etcétera, que enlazaba el turismo y el desarrollo económico con rasgos identitarios, ha desaparecido de los itinerarios culturales europeos 107 y fue derogada la Ley 7/2006 de Ordenación de la Ruta de Don Quijote108 en el año 2012. A pesar de que habrá servido de ayuda en muchos núcleos, en general no ha sido un proyecto gestionado correctamente a pesar de que era una propuesta vendida como un hito para los ciudadanos que supondría una inyección económica para la región. Y no es la única ruta de la región. Hay otra que debe ser mencionada pues pasa por esta Comunidad, La Ruta del Cid109 que va desde Burgos a Valencia y pasa por Castilla

y León, Castilla-La

Mancha, Aragón

y la

Comunidad

Valenciana.

Evidentemente, es menos icono para la región ya que solo pasa por la provincia de Guadalajara y sus símbolos no alcanzan la popularidad de Don Quijote, motivo por el cual ha tenido menos trascendencia. La maquinaria cultural genera proyectos que provocan que identidad, patrimonio y turismo vayan de la mano. He aquí el gran problema, saber dónde está el límite ya que el patrimonio y sus monumentos: “Adquieren a su vez un doble estatus: como obras dispensadoras de saber y de placer, puestas a disposición de todos; pero también como productos culturales fabricados embalados y difundidos con vistas a su consumo [esto está en la línea francesa de actuación allá por los años 1986] […] explotar los monumentos por todos los medios, a fin de que el número de sus visitantes se multiplique indefinidamente”110.

106

PRADA TRIGO, José. Opus cit. Pág. 6. CONSEJO DE EUROPA. http://www.coe.int/t/dg4/cultureheritage/culture/routes/default_EN.asp? Fecha de consulta: 10 de octubre de 2013. 108 JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA. “Ley 5/2012, de 12 de julio, de Presupuestos Generales de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha para 2012”. En D.O.C.M., número 140, 18 de junio de 2012. 109 CAMINO DEL CID. http://www.caminodelcid.org/ Fecha de consulta: 10 de octubre de 2013. 110 CHOAY, Françoise. Opus cit. Pág. 194. 107

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Por ello, las políticas culturales deben procurar una minuciosa atención a la relación entre el turismo y el patrimonio para evitar que el discurso identitario no se vea sometido a intereses económicos, y prevalezca la verdad conocida111.

111

FERNÁNDEZ DE PAZ, Esther. Opus cit.

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6. Castilla-La Mancha: análisis de casos. A continuación, se observarán una selección de ámbitos y actuaciones promovidas desde estamentos públicos o con apoyos administrativos y económicos en las que se interviene y/o difunde el patrimonio mueble por su simbolismo hacia la identidad regional desde diversos discursos.

6.1 La arqueología. La disposición de la arqueología como un sub-apartado responde a que esta es considerada como un elemento de gran capacidad evocativa hacia el pasado y su ubicación en las exposiciones patrimoniales es algo común. La arqueología proporciona infinidad de bienes muebles como muestra de la cultura material de los diferentes sustratos que nos anteceden en el tiempo, y como rama científica permite conocer qué es lo que ha sucedido en el pasado, cómo vivían o qué ideología guiaba a nuestros predecesores pero, hay mucho más pues la arqueología se constituye como icono en el plano identitario al proporcionar: “Tres cosas al menos: primero, el establecimiento de la raíz, del origen de la identidad actual, segundo, la atribución de una nobleza a esa identidad por la antigüedad implicada, y tercero, al mismo tiempo que alteridad [condición de ser otro] respecto al presente la afirmación de un progreso, una evolución dentro de la identidad”1.

Felipe Criado Boado opina que la arqueología no es un viaje por los orígenes de nuestra identidad ya que, “en el pasado remoto no existió esa sociedad, esa cultura, esa identidad”2 ya que, esta disciplina es absolutamente fundamental para “«deconstruir la relación de nuestra sociedad con el pasado» y mostrar cómo éste es una construcción que legitima el presente”3. Es una muestra del proceso, de los sustratos y de la evolución de las sociedades y las culturas hasta llegar al momento actual pero no es el origen de las identidades. Las miradas actuales hacia el pasado están condicionadas por nuestra cultura y por los conocimientos sobre la sociedad a la que pertenecen los vestigios4. Con el traspaso de competencias a las Comunidades autónomas, la arqueología ha salido beneficiada por el conocimiento y control de cada caso en particular, tanto a nivel cultural como económico5. Por este motivo, las regiones consideraron con interés

1

RUIZ ZAPATERO, Gonzalo. Opus cit. CRIADO BOADO, Felipe. Opus cit. B. Pág. 37. 3 Ibídem. Pág. 42. 4 CRIADO BOADO, Felipe. “Hacia un modelo integrado de investigación y gestión del Patrimonio Histórico: la cadena interpretativa como propuesta”. En PH, Boletín del IAPH, número 16, septiembre, 1996. Págs. 73-78. http://www.iaph.es/revistaph/index.php/revistaph/article/view/377#.UlcQTtK8BSI Fecha de consulta: día 7 de enero de 2012. 5 MARTÍNEZ DÍAZ, Belén, QUEROL, M. Ángeles. “La gestión del patrimonio arqueológico en las comunidades autónomas: balance y situación actual”. En PH, Boletín del IAPH, número 48, 2004. Págs. 2

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la potencialidad de los yacimientos arqueológicos. En el caso de Castilla-La Mancha ha supuesto un enorme esfuerzo y desembolso económico abarcar todos los frentes sobre los que era imprescindible actuar, tanto por el vasto territorio, como por la falta de efectivos. Para cumplir esos objetivos fue necesario un soporte normativo que tiene su base en la Orden de 20 de febrero de 1989 para la regulación de las investigaciones arqueológicas y paleontológicas en Castilla-La Mancha6, la cual establece las pautas en esta materia aunque se ha quedado arcaica para las actuaciones actuales7. La JCCM tuvo que diferenciar entre Parques Arqueológicos y Yacimientos Arqueológicos en función de la importancia de los mismos: “El citado texto legal [Ley 4/1990, de 30 de mayo, de Patrimonio Histórico de Castilla-La Mancha] establecía en su artículo 18, precepto integrado en el Título II denominado «Del Patrimonio Arqueológico y Etnográfico» que «cuando las características de los yacimientos arqueológicos así lo aconsejen se tenderá a la creación de parques arqueológicos que aseguren la consolidación, recuperación y conocimiento de los yacimientos arqueológicos de Castilla-La Mancha»”8.

En la reciente Ley 4/2013 del Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha9 no se tiene en cuenta una actualización respecto a los Parques Arqueológicos pues ya poseen esa mencionada legislación adaptada a sus necesidades. Pero en materia arqueológica sí que plantea modificaciones como la consideración de ámbito de protección en las zonas donde hay evidencias patrimoniales o la prohibición del uso furtivo de detectores de metales para dar mayor cobertura jurídica al patrimonio10. Hay cinco Parques arqueológicos que forman la red regional, uno por provincia11: “La ciudad romana de Segóbriga en Saelices, Cuenca; la villa romana de Carranque en la provincia de Toledo; el óppidum ibero-medieval de Alarcos en Ciudad Real; la ciudad visigoda de Recópolis, en Zorita de los Canes, provincia de Guadalajara; y el Tolmo de Minateda en Hellín, Albacete”12.

La elección de un yacimiento por provincia permite entender que se lleva a cabo una compensación entre las mismas pues, de lo contrario, generaría discrepancias territoriales. Sobre esta igualdad entre las provincias bajo el estatus de Parque 101-108. http://www.iaph.es/revistaph/index.php/revistaph/article/view/1727#.UlcyutK8BSI Fecha de consulta: 11 de diciembre de 2012. 6 JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA. “Orden de 20 de febrero de 1989 para la regulación de las investigaciones arqueológicas y paleontológicas en Castilla-La Mancha”. En D.O.C.M., número 9, 28 de febrero de 1989. Págs. 611-613. 7 BENÍTEZ DE LUGO, Luis. “La protección del patrimonio arqueológico en Castilla-La Mancha. Reflexiones sobre la Ley 4/2013 de Patrimonio Cultural”. En PH, Boletín del IAPH, número 84, octubre 2013. Págs. 22-25. http://www.iaph.es/revistaph/index.php/revistaph/article/view/3386#.UlcNRdK8BSI Fecha de consulta: 1 de octubre de 2013. 8 JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA. Opus cit. D. Preámbulo. 9 JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA. Opus cit H. 10 BENÍTEZ DE LUGO, Luis. Opus cit. 11 JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA. http://www.patrimoniohistoricoclm.es/ Fecha de consulta: 10 de junio de 2013. 12 JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA. http://www.patrimoniohistoricoclm.es/parques-arqueologicos/ Fecha de consulta: 10 de junio de 2013.

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Arqueológico, habría que valorar si esta decisión tiene una base científica o es una cuestión política a pesar de que, según recoge la ley, las instituciones pueden promover la construcción de Parques cuando se cumplan los trámites adecuados 13. Una cosa es lo que se planteó inicialmente, y otra la realidad: solo Alarcos, Carranque, Recópolis y Segóbriga han llegado a tener verdadera actividad en este sentido, y eso sin mencionar el flagrante abandono acontecido por la crisis. Por su parte, el Yacimiento del Tolmo de Minateda está acabado y listo desde el año 2011 para ser visitado y a comienzos del año 2012 se anunció 14 que podría ser abierto al público pero, en el DOCM del 2 de enero del año 2013 se puso en marcha la licitación para la adjudicación de la explotación del mismo, la cual no tuvo propuestas como informan los periódicos15. Desde finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI la directriz que se ha impuesto es la privatización de los bienes culturales 16, tendencia que como se puede observar, continúa en la JCCM hacia la gestión público-privada de estos yacimientos17: “El Tolmo de Minateda y Alarcos, que tendrán la gestión dividida. La turística será privada y la patrimonial pública. Para los otros tres, Carranque, Segóbriga y Recópolis, la Junta esperará a ver si sale adelante un modelo de gestión pública entre ayuntamientos y diputaciones. Si no cuajase, la Consejería también los sacaría a licitación”18.

De hecho, la crisis ha provocado la clausura de alguno de estos centros. A fecha de 17 de abril de 2013, solo Segóbriga era el único Parque Arqueológico activo, el cual será gestionado por la empresa pública Tragsa19, y el de Minateda sigue sin adjudicación alguna20. Esto conllevó a tomar medidas urgentes desde el gobierno

ABAD CASAL, Lorenzo. “La Ley de parques Arqueológicos de Castilla-La Mancha”. En GARCÍA VALERO, M.A.; BENÍTEZ DE LUGO ENRICH, L; ZARZALEJOS PRIETO, M. Opus cit. Págs. 65-78. 14 LIBERTAD DIGITAL. “El yacimiento de Hellín será un Parque Arqueológico”. En Libertaddigital.com. http://www.libertaddigital.com/ciencia/2012-01-21/el-yacimiento-de-hellin-sera-un-parque-arqueologico1276447606/ Fecha de consulta: 10 de junio de 2013. 15 ROMERO, Ángel. “La Junta de Comunidades declara desierta la licitación del Tolmo”. En La tribuna de Albacete. http://www.latribunadealbacete.es/noticia/Z23BA28EE-BF6C-DA03BD361EDF741D67B6/20130223/junta/comunidades/declara/desierta/licitacion/tolmo 16 “Introducción”. En TOWSE, Ruth. Manual de economía de la cultura. Ruth Towse (coord.). Fundación Autor/SGAE, Madrid, 2005. 17 LIBERTAD DIGITAL. Opus cit. 18 GÓMEZ, Luis J. “El parque arqueológico que no cuadre un modelo 100% público será licitado”. En La tribuna de Ciudad Real, 03 de marzo de 2013. http://www.latribunadeciudadreal.es/noticia/ZBC1983960D32-C88918259DD06E700A35/20130303/parque/arqueologico/no/cuadre/modelo/100/publico/sera/licitado Fecha de consulta: 10 de junio de 2013. 19 VOCES DE CUENCA. “La empresa pública Tragsa gestionará el parque arqueológico de Segóbriga”. En Voces de Cuenca, 04 de septiembre de 2013. http://www.vocesdecuenca.com/frontend/voces/LaEmpresa-Publica-Tragsa-Gestionara-El-Parque-Arqueologico-De-Segobriga-vn30595-vst349 Fecha de consulta: 5 de septiembre de 2013. 20 EFE. “Los ayuntamientos y la Diputación de Cuenca gestionarán cuatro parques arqueológicos”. En Encastillalamancha.es. http://www.encastillalamancha.es/noticia/22945/wwwencastillalamanchaes Fecha de consulta: 10 de junio de 2013. 13

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regional que ha tratado de cerrar acuerdos con los Ayuntamientos y las Diputaciones provinciales para que tomaran cartas en el asunto con el siguiente resultado: “El parque de Carranque será gestionado por el Ayuntamiento de Carranque (Toledo); el de Recópolis, por el Ayuntamiento de Zorita de los Canes (Guadalajara); el de Segóbriga, por la Diputación de Cuenca, y el de Alarcos, por el Ayuntamiento de Poblete (Ciudad Real). Además, el yacimiento de Calatrava la Vieja, será gestionado por el Ayuntamiento de Carrión de Calatrava”21.

Tal vez el refuerzo económico, identitario y organizativo de estos yacimientos llegue con el Consejo Regional de Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha22, promesa del ejecutivo, desde el que se coordinará el patrimonio de esta región, tanto de forma directa como indirecta, lo cual debe ser entendido como la potenciación de modelos público-privados si se sigue la línea actual. La financiación de estos yacimientos ha sido una competencia de la JCCM, a pesar de que fue progresivamente externalizada desde el gobierno socialista a la empresa pública TRAGSA23, lo cual muestra uno de los pilares de la relación de Castilla-La Mancha con su patrimonio: la actuación de las empresas públicas24. Al margen de los yacimientos mencionados, existen otros de enorme interés arqueológico: la Motilla del Azuer (Daimiel, Ciudad Real), gran ejemplo del urbanismo de la Edad del Bronce aunque en la actualidad no es visitable; la Villa Romana de Noheda (Villar de Domingo García, Cuenca), aún cerrada al público salvo en jornadas de puertas abiertas; el poblado Hispano-Musulmán de Los Casares (Guadalajara), yacimiento que contiene sustratos desde el paleolítico; el Cerro de las Cabezas (Valdepeñas, Ciudad Real), uno de los hitos de la cultura íbera en España, y que se mantiene abierto gracias a la corporación local; la ciudad romana de Ercávica (Cañaveruelas, Cuenca), también cerrada actualmente aunque con previsión de abrir dos de sus domus25; Libisosa como otro ejemplo de yacimiento con vestigios íberos, romanos y medievales (Lezuza, Albacete); y Valeria (Cuenca), otra de las ciudades romanas con las que cuenta esta provincia. Algunos de estos yacimientos son

21

Ídem. Véase página 54. 23 EFE. Opus cit. 24 El Grupo TRAGSA está repartido por toda la geografía española y lleva activo desde el año 1977, y entre sus innumerables líneas de actividad pues, tocan todas las actividades económicas imaginables, está el patrimonio. Fuente: TRAGSA. http://www.tragsa.es/es/lineas-actividad/edificacion-yarquitectura/Paginas/default.aspx Fecha de consulta: 10 de junio de 2013. 25 VOCES DE CUENCA. “Dos domus de la ciudad romana de Ercávica podrán ser visitados cuando acaben las obras de mejora”. En Voces de Cuenca, 10 de junio de 2013. http://www.vocesdecuenca.com/frontend/voces/Dos-Domus-De-La-Ciudad-Romana-De-Ercavica-PodranSer-Visitados-Cuando-Acaben-Las-Obras-De-Mejora-vn28472-vst94 Fecha de consulta: 10 de junio de 2013. 22

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espacios que han supuesto campos de trabajo para profesionales de la materia, y escuelas-taller, casas de oficios y talleres de empleo para desempleados26. Tras esta revisión, hay que cuestionarse por el patrimonio que se obtiene en estos yacimientos. Una seleccionada parte de estos restos arqueológicos han pasado en los últimos años por el Centro de Conservación y Restauración de CLM, y han sido exhibidos

en

diversas

propuestas

expositivas

sobre

patrimonio

restaurado.

Generalmente, la exposición de estas piezas se hace en estrecha relación con su propio yacimiento, bien sea en exposiciones temporales o en museos provinciales aunque, siempre mediante una adecuada museografía que proporcione al visitante la información suficiente para que sea contextualizado espacial y territorialmente. Para ello, se debe tener en cuenta la función del espacio pues un museo nacional dedicado a la arqueología tiene una notoria concepción de identidad nacional, mientras que un centro de interpretación establecido en el propio yacimiento arqueológico (Museo de Sitio Arqueológico) solo tendrá la intención de difundir el yacimiento o la cultura/as que han dejado huella en él. Lo importante es que durante la interpretación de este patrimonio prime la objetividad. Para los entendidos es sencillo comprender que todo lo que hay en un yacimiento está adaptado al público pero, puede ser un grave problema por lo que encierra en sí mismo: generar imágenes erróneas o tergiversadas de la verdadera historia, en favor de la difusión y el turismo 27. 6.2 Exposiciones temporales: IV Centenario del Quijote. El año 2005 fue de gran ajetreo cultural debido a la gran oleada de exposiciones que se organizaron con motivo de la conmemoración del IV Centenario de la publicación de El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha, absoluto protagonista debido a su importancia tanto hacia el exterior, como embajador de estas tierras por el mundo entero, como para el interior, pues significó un aumento de la reputación de esta novela como símbolo regional. Este “boom” cultural fue posible gracias al Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha donde dice que la JCCM: “podrá constituir empresas públicas como medio de ejecución de las funciones que sean de su competencia”28. Con la Ley 16/2002, del IV

VILLAR DÍAZ, Carlos. “El Patrimonio Arqueológico como factor generador de empleo”. En MILLÁN MARTÍNEZ, J.M.; RODRÍGUEZ RUZA, C. Arqueología de Castilla-La Mancha. Actas de las I Jornadas (Cuenca 13-17 de diciembre de 2005). Juan Manuel Millán Martínez y Concepción Rodríguez Ruza (coord.). Ediciones de la UCLM, Cuenca, 2007. 27 SANTACANA MESTRE, J. y HERNÁNDEZ CARDONA, F.X. Opus cit. 28 JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA. Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha. Artículo 53, punto 2. http://pagina.jccm.es/estatuto/ Fecha de consulta: 19 de junio de 2013. 26

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Centenario de la publicación de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha 29 se creó una empresa pública cuyo nombre era: Don Quijote de la Mancha, 2005, para: “Transmitir la imagen de Castilla-La Mancha como la de una región moderna, llena de oportunidades, idónea como escenario de inversiones, capaz de desempeñar un papel importante en los flujos económicos y comerciales de la Europa de hoy. El objetivo es proyectar la realidad de una región llena de emprendedores y de industrias consolidadas que fabrican productos diversos de primera línea y de una sociedad joven, abierta, profundamente tolerante y comprometida con el progreso”30.

Con la Ley 6/2008, se amplían las funciones de la empresa y se modifica su nombre: Sociedad Don Quijote de Conmemoraciones Culturales de Castilla-La Mancha, S.A. y entre sus objetivos estaba: “d) Impulsar y recibir todas las iniciativas que se consigan despertar a partir de los actos de promoción; informar y asesorar a inversores nacionales e internacionales así como captar recursos específicos y apoyar aquellos proyectos e iniciativas de ámbito histórico y cultural que sirvan para la promoción exterior de Castilla-La Mancha y su territorio; e) El ejercicio de las funciones previstas en las letras anteriores respecto de cualquier otra conmemoración cultural de aquellas personas, obras y acontecimientos destacados de la historia y la cultura de Castilla-La Mancha”31.

Pero esta empresa pública tenía dos caras. Por un lado, hizo una gran labor como promotor cultural tanto dentro como fuera de la región, acercó al presente la historia que antecede a esta región y dio brillo a las figuras de especial relevancia cultural; por otro, fue ejemplo paradigmático de nefasta gestión cultural. Allá por el año 2007, esta empresa pública acumulaba pérdidas de trece millones y medio de euros 32. Datos del informe publicado en el año 2012, ya que la investigación duró tres años y medio, elevaron la cifra hasta los sesenta y cuatro millones porque hubo que sumar el dinero que introdujo la propia JCCM para cuadrar las pérdidas anuales33. Es momento de fijarse en las actividades que se promovieron con motivo de la conmemoración del IV Centenario del Quijote. En este poderoso interés en aunar

29

JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA. Ley 16/2002, de 11-07-2002, del IV Centenario de la publicación de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha. http://noticias.juridicas.com/base_datos/CCAA/cm-l16-2002.html Fecha de consulta: 19 de junio de 2013. 30 Ibídem. Exposición de motivos. 31 JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA. Ley 6/2008, de 30 de junio, de la Empresa Pública Sociedad Don Quijote de Conmemoraciones Culturales de Castilla-La Mancha, S.A., por la que se modifica la Ley 16/2002, de 11 de julio, del IV Centenario de la publicación de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha (Vigente hasta el 19 de Julio de 2012). Artículo 8.1. http://noticias.juridicas.com/base_datos/CCAA/cm-l6-2008.html Fecha de consulta: 19 de junio de 2013. 32 EUROPA PRESS. “La empresa pública Don Quijote de La Mancha tuvo en 2007 unas pérdidas de 13,5 millones de euros”. En 20 minutos.es. 14 de febrero de 2012. http://www.20minutos.es/noticia/1308474/0/ Fecha de consulta: 19 de junio de 2013. 33 LA TRIBUNA DE TOLEDO. “La empresa pública Don Quijote acumuló pérdidas de 64 millones entre 2005 y 2007”. En La Tribuna de Toledo. 19 de marzo de 2012. http://www.latribunadetoledo.es/noticia/Z88DF778B-E2B3-338186014822B1DEECB2/20120319/empresa/publica/don/quijote/acumulo/perdidas/64/millones/2005/2007 Fecha de consulta: 19 de junio de 2013.

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cultura, turismo y medioambiente como ejemplo de política cultural34, había un gran refuerzo de este símbolo tan importante para los castellano-manchegos. La primera gran exposición se celebró en el año 2004 en Guadalajara: Don Quijote de La Mancha. La sombra del caballero35, aquí, numerosos estudiosos de esta obra justificaron su importancia en la historia de la literatura universal a través de patrimonio procedente de toda España, reunido con el propósito de mostrar todo sobre los caballeros, sus armas, sus entretenimientos, o las obras que hacen referencia a Cervantes, a Lepanto o a la propia novela. Hubo iniciativas espectaculares como la muestra El Arte en la España del Quijote36, que se inauguró en Ciudad Real y que recopiló pinturas, grabados y manuscritos de Madrid, Sevilla, Oviedo o Bilbao, que puede disfrutarse perennemente a través del suntuoso catálogo que se realizó. La figura novelesca de Don Quijote y la vida de Miguel de Cervantes sirven como marco temporal para una exposición artística que trata sobre la situación de la decadente España del siglo XVII. Cierto es que el patrimonio que se seleccionó no es únicamente de Castilla-La Mancha pero, la importancia de la iniciativa para esta región es que lleve el nombre de su figura más legendaria. Una exposición así refuerza no solo la importancia de la figura cervantina, sino que asocia en la mente del visitante a Don Quijote y a Cervantes como coetáneos de Sánchez Cotán, Ribalta, Maíno o El Greco. Otra de las exposiciones que gira en torno a esta misma figura es Don Quijote en los ExLibris37. Esta muestra es fruto de una selección de exLibris que tienen una referencia directa con la figura cervantina dentro del ámbito de la iconografía, claro ejemplo para que se aprecie la popularidad de esta novela. Otra exposición de gran interés fue Iconografía popular de El Quijote38, resultado de un exhaustivo trabajo de búsqueda de las imágenes más populares y típicas sobre esta figura, que hizo itinerancia por Cuenca, Ciudad Real y Toledo, en este orden. Don Quijote. Una nueva mirada39, es otro de los productos culturales que estaban preparados para este año tan significativo, en este caso en Cuenca. Es un

34

DÍAZ VIECO, Ángeles. Opus cit. Don Quijote de La Mancha. La sombra del caballero [Catálogo de exposición]. Empresa Pública Don Quijote de La Mancha, 2005 S.A, JCCM, 2004. 36 ATERIDO FERNÁNDEZ, A.; CARRETE PARRONDO, J.; PORTÚS PÉREZ, J. RUIZ GÓMEZ, L. Arte en la España del Quijote [Catálogo de exposición]. Empresa Pública Don Quijote de La Mancha 2005, S.A., JCCM, Ciudad Real, 2005. 37 ALMARCHA NÚÑEZ-HERRADOR, E.; FERNÁNDEZ OLALDE, O.; SÁNCHEZ SÁNCHEZ, I. Don Quijote en los ExLibris [Catálogo de exposición]. Empresa Pública Don Quijote de La Mancha, 2005 S.A. CECLM (UCLM), Ciudad Real, 2005. 38 ALMARCHA NÚÑEZ-HERRADOR, E.; FERNÁNDEZ OLALDE, O.; GONZÁLEZ MORENO, F.; MUÑOZ SÁNCHEZ, E.; SÁNCHEZ SÁNCHEZ, I. Iconografía popular de El Quijote [Catálogo de exposición]. Empresa Pública Don Quijote de La Mancha 2005 S.A. CECLM (UCLM), Ciudad Real, 2005. 39 Don Quijote. Una nueva mirada. Opus cit. 35

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recorrido expositivo por fotografías, manuscritos, grabados, ejemplares y pinturas sobre esta obra de Miguel de Cervantes que demuestra que, cuatrocientos años después de su publicación, sigue tan vigente, entretenida y vital como entonces. Y una de las exposiciones con un catálogo cuya edición fue excelente al estar formado por once cuadernillos recogidos en una caja de cartón fue La Mancha de Don Quijote: realidad de una fantasía40, que trataba sobre la sociedad en la época de esta figura. Se inauguró en Puertollano a comienzos del año 2005 y tras finalizar su itinerancia ha regresado de forma permanente a esta localidad41. A finales del año 2005 se emprendió otra exposición titulada La cerámica española y Don Quijote42, donde se reunieron dos iconos representativos de CastillaLa Mancha: su celebérrimo Don Quijote y su respetada labor en la cerámica y la azulejería. En el prólogo del catálogo se hace referencia por el mismísimo Presidente de Castilla-La Mancha, Don José María Barreda Fontes, la importancia de relacionar estos dos elementos tan “nuestros”. Tan importante es la propia colección de piezas procedentes de toda España como poner en liza a la cerámica de Talavera, donde se celebra la exposición, gracias al empuje de la figura de Don Quijote. Entre 2005 y 2006, gracias al SEACEX (Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior) de España, se celebró una exposición internacional itinerante entre el Museo Meadows en Dallas (EE.UU.) y el Museo Santa Cruz de Toledo, cuyo título era: Don Quijote. Tapices españoles del siglo XVIII 43. La empresa pública Don Quijote de La Mancha 2005 formó parte de los organizadores de esta vasta e importante exhibición de los paños realizados por la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara (Madrid) que fue fundada en el siglo XVIII, junto con otros elementos diversos que tienen como protagonista a Don Quijote de La Mancha. Incluso hasta las viñetas han considerado la importancia de Don Quijote como imagen, no solo de estas tierras, sino de toda España. La especial relación de los dos personajes protagonistas y la evolución que experimentan son fuente de inspiración para los humoristas como se pudo ver en El humor universal en El Quijote44. El Instituto Cervantes no se quedó atrás y también participó en la efeméride en todas sus sedes internacionales, fruto del acuerdo que se firmó con la JCCM, al 40

La Mancha de Don Quijote: realidad de una fantasía [Catálogo de exposición]. Empresa Pública Don Quijote de La Mancha 2005, S.A. Toledo, 2005. 41 LA COMARCA DE PUERTOLLANO. http://www.lacomarcadepuertollano.com/diario/noticia/2011_05_16/06 Fecha de consulta: 11 de octubre de 2013. 42 MAÑUECO SANTURTÚN, Carmen. Cerámica española y Don Quijote [Catálogo de exposición]. Empresa Pública Don Quijote de La Mancha 2005, Toledo, 2005. 43 HERRERO CARRETERO, Concha. Don Quijote. Tapices españoles del siglo XVIII [Catálogo de exposición]. Ediciones El Viso, Madrid, 2005. 44 HERNÁNDEZ CAVA, Felipe. El humor universal en el Quijote [Catálogo de exposición]. Empresa Pública Don Quijote de la Mancha 2005, S.A. Toledo, 2005.

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organizar múltiples actividades culturales como exposiciones, jornadas, ciclos de cine, etcétera45. Como puede deducirse, estos y otros proyectos con el mismo protagonista que no han sido mencionados, expresaron la grandeza de la figura universal de Don Quijote, la cual sirvió de plataforma para exposiciones oficiales de bienes muebles por toda la Comunidad y fuera de ella. En síntesis es una sinérgica alianza que fortalece este símbolo para la identidad regional tanto para los ciudadanos castellanomanchegos como para el resto de españoles o de personas de otros países pues, como se comentó en el apartado de identidad, la relación “nosotros-otros” reafirma la concienciación regional.

6.3 Unidos por la religión. Si hay algo en común entre las exposiciones sobre patrimonio restaurado en toda España es el gran número de estas que está en estrecha relación con la religión. Esto es algo común y sencillo de explicar. España, según su Constitución, se declara aconfesional pero, la comunicación entre las distintas administraciones del Estado y la Iglesia es constante. El peso de la Iglesia Católica en la península ibérica y a la ingente cantidad y gran valor del patrimonio que ha generado durante siglos, exige su obligatoria salvaguarda y difusión como elementos de “bien común”, aunque: “La iglesia, desde sus orígenes, trata de conservar todos los elementos que hacen referencia a la fe y los considera como un auténtico patrimonio del que ha de responsabilizarse para poder transmitirlo a las futuras generaciones de creyentes”46.

Luego, la conservación tiene desde la propia Iglesia un valor como símbolo de adoctrinamiento pues, conserva el patrimonio por lo que significa y porque mantiene un uso, lo que puede observarse en esta circular: “Entre los bienes culturales de la Iglesia se incluye el ingente patrimonio histórico y artístico diseminado, en diversa medida, por todo el mundo. Este patrimonio debe su identidad al uso eclesial, por lo que no se debe sacar de tal contexto”47.

Según la nueva normativa de Castilla-La Mancha, en su Disposición adicional primera, se refuerza el vínculo entre la Iglesia y las administraciones del Estado en materia patrimonial:

45

CASTILLA-LA MANCHA. http://revista.jccm.es/index.php?option=com_content&view=article&id=910&Itemid=1335 Fecha de consulta: 11 de octubre de 2013. 46 HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, Francisca. Opus cit. Pág. 19. 47 COMISIÓN PONTIFICIA PARA LOS BIENES CULTURALES DE LA IGLESIA. Carta circular sobre la función de los museos eclesiásticos. Ciudad del Vaticano, 15 de agosto de 2001. http://www.museosdelaiglesia.es/documentos/lafuncionpastoraldelosmuseos.pdf Pág. 5.

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“La ejecución de lo establecido en la presente ley, en relación con el Patrimonio Cultural de la Iglesia Católica, podrá realizarse en el marco de convenios de colaboración entre ésta y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en materia de interés común”48.

Sin embargo, este patrimonio también ha servido como aglutinante, es decir, de lugar común en el que conjugar diversos territorios y una misma identidad. El mejor ejemplo en España es, sin duda alguna, Las Edades del Hombre, proyecto directamente vinculado al patrimonio mueble eclesiástico de Castilla y León que sirve como marco de expresión de unos valores comunes en todo el territorio por su pasado cristiano. La primera de estas exposiciones se celebró en el año 1988 en la Catedral de Valladolid. Desde entonces, dieciocho han sido las muestras –sin contar la exposición conmemorativa por el 25º aniversario que se inaugurará el 30 de octubre del año 2013 en Valladolid–, incluida dos salidas al extranjero (Amberes y Nueva York), que han servido para mostrar el patrimonio eclesiástico castellano-leonés, y han alcanzado cotas de popularidad enormes por ser un producto con un definido gusto estético y conceptual: “Por si la universalidad permanente del arte verdadero fuera poco, habría que añadir, pese al afán de novedades, el afecto renovado por las propias tradiciones que se está despertando simultáneamente por todas partes. Es normal que esto suceda en época de grandes conmociones culturales en las que peligra la memoria de la propia identidad”49.

Es un proyecto de marcado carácter cristiano: “Allí donde no se reconoce a Dios como razón última del hombre, está latente el peligro de desposeerlo de su valor absoluto para ponerlo en función del Estado, la raza, la oligarquía dominante, el plan quinquenal de turno, etcétera”50.

En resumen: “nuestra exposición, en efecto, no pretende tan sólo abrir un espacio de fruición estética, sino además emitir un mensaje de índole teológicocatequética”51. Al revisar los catálogos de estas exposiciones, se pueden extraer las siguientes conclusiones sobre el proyecto: en primer lugar, hay un claro interés adoctrinador; en segundo lugar, las piezas son seleccionadas con criterios que están en estrecha relación con cada discurso expositivo, de hecho no hay más que ver los diferentes diseños que se han hecho; y en tercer lugar, la museografía aprovecha continentes expositivos de gran carga simbólica, como catedrales o iglesias, para estar en mayor relación con los temas escogidos y con su objetivo de aleccionar al fiel y al visitante pues,

se

genera

una

experiencia

marcadamente

cristiana.

Estas

son

las

48

JUNTA DE COMUNIDADES DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA. Opus cit. H. Disposición adicional primera: Patrimonio Cultural de la Iglesia Católica. 49 MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José. Edades del Hombre: el arte en la Iglesia de Castilla y León [Catálogo de exposición, Valladolid]. Fundación Las Edades del Hombre, Valladolid, 1988. Pág. 20. 50 Ibídem. Pág. 27. 51 Ibídem. Pág. 31.

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ORTEGA OLMEDO, Ricardo. La puesta en valor del patrimonio mueble en Castilla-La Mancha como elemento de identidad regional. Trabajo Fin de Máster Universitario en Investigación en Letras y Humanidades, Universidad de Castilla-La Mancha. Ciudad Real, 2013-2014. Dirigido por: María Esther Almarcha Núñez-Herrador. Calificación: 10, mención para Matrícula de Honor.

características básicas de la labor llevada a cabo por la Fundación Las Edades del Hombre en Castilla y León y su actuación sobre el patrimonio eclesiástico de las diócesis de esta Comunidad. La notoriedad que estos proyectos mantienen, son un modelo en materia patrimonial que ha inspirado a otras autonomías, las cuáles han forjado proyectos semejantes en sus respectivos territorios. Por ejemplo, en Murcia se realizó el Proyecto Huellas52, celebrado en la Catedral de Murcia en el año 2002 y que ensalzaba la Diócesis de Cartagena a través de la relación entre el propio ente y la historia del Reino de Murcia; éxito que fue repetido un año después en Caravaca de la Cruz (Murcia) con la muestra La Ciudad en lo Alto 53 por el año jubilar de este lugar. Esta última reunió piezas provenientes de Murcia, España, Europa e incluso América, como homenaje a este lugar. Como se puede ver, una exposición de patrimonio mueble es un acontecimiento a la altura de la importancia que simboliza por su temática, y en este caso en particular, significaba un nuevo impulso para la identidad católica. Estas muestras abarrotadas de piezas con motivo religioso se han organizado por toda España. En el año 2007 se celebró en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando Clausuras, Tesoros artísticos en los Conventos y Monasterios madrileños54. Una recopilación de piezas llegadas de estos lugares de culto y devoción de la Comunidad de Madrid. Parte de las obras que se mostraron fueron sometidas a procesos de conservación y restauración antes de la exposición. La Fundación Cultura y Deporte de Castilla-La Mancha, que tuvo también una gran importancia para el ámbito cultural en esta región, aprovechó la confluencia de los dos mil años del nacimiento de Cristo y los cincuenta años de historia de la Diócesis de Albacete para organizar una exposición conmemorativa en esta misma ciudad con el título Los Caminos de la Luz. Huellas del Cristianismo en Albacete 55, en conjunto con la JCCM, la Diputación y la CCM. Se reunieron obras desde la época romana (monedas de los siglos I y IV, de colecciones particulares) hasta el siglo XX, además de piezas realizadas en las Américas, todo con una vinculación con esta provincia como nexo común. Este es otro ejemplo de refuerzo identitario pues, se desarrolla un discurso expositivo que conjuga cristianismo, las piezas seleccionadas y los textos sobre la historia de esta religión en este contexto provincial.

52

ALMANSA, Severo. Huellas [Catálogo de exposición]. Fundación Caja Murcia, Murcia, 2002. BELDA NAVARRO, Cristóbal. Ciudad en lo Alto [Catálogo de exposición]. Fundación Caja Murcia, Murcia, 2003. 54 Clausuras, Tesoros artísticos en los Conventos y Monasterios madrileños [Catálogo de exposición]. Comunidad de Madrid, Madrid, 2007. 55 Caminos de la Luz. Huellas del Cristianismo en Albacete [Catálogo de exposición]. Fundación Cultura y Deporte de Castilla-La Mancha, Albacete, 2000. 53

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ORTEGA OLMEDO, Ricardo. La puesta en valor del patrimonio mueble en Castilla-La Mancha como elemento de identidad regional. Trabajo Fin de Máster Universitario en Investigación en Letras y Humanidades, Universidad de Castilla-La Mancha. Ciudad Real, 2013-2014. Dirigido por: María Esther Almarcha Núñez-Herrador. Calificación: 10, mención para Matrícula de Honor.

La lección del tiempo56, en el año 2002, fue otra propuesta de la misma Fundación, basada en preceptos semejantes a la anterior, aunque se congregó patrimonio mueble de diversas diócesis regionales, museos de la Comunidad e instituciones públicas nacionales, todo patrimonio en vinculación con esta región. Fue resultado del acuerdo JCCM y la Iglesia Católica que, paralelamente sirvió de excelente acto publicitario para la propia comunidad al conjugar patrimonio eclesiástico con autores contemporáneos y obras de diferente contenido. El propio Presidente de la JCCM prologa el catálogo para enaltecer a la Comunidad con estas palabras: “Castilla-La Mancha, encrucijada y armonía de culturas, devociones, comportamientos y creencias, participa de la historia de Europa. Desde su condición de región europea pero desde su singularidad siempre. Y, a partir de Europa misma, arma el discurso que refiere, afirma y proyecta su dimensión universal. El tamaño sin confines que le concibiera la estatura inconmensurable de Don Quijote, hace ya cuatro siglos”57.

Un año después se organizó con el Arzobispado de Toledo la exposición Corpus, historia de una presencia58. Como su propio nombre indica, el Corpus Christi y la fe son los protagonistas de esta exposición que mostraba una señalada postura cristiana, reforzado todo a su vez con el mejor continente posible, la Catedral de Toledo. La mayor parte de las piezas, todas ellas de marcada temática religiosa, fueron de procedencia castellano-manchega aunque, alguna puntual vino de Madrid. Otro proyecto semejante a Las Edades del Hombre respecto a su contenido religioso, aunque particularizado solo en la provincia de Cuenca fue Arte en el Tiempo. Obra restaurada del patrimonio diocesano conquense59, del año 2004. La Diócesis conquense, la Diputación de Cuenca, la UCLM y el Patronato Cardenal Gil de Albornoz estuvieron detrás de esta exposición realizada en la Catedral de Cuenca y basada en firmes pilares: “difundir e implantar de manera firme y duradera entre el pueblo una forma de vivir inspirada en los valores sustentados por el dogma cristiano”60, a través de “una breve antología del arte religioso conservado en la diócesis conquense, ocho veces secular” 61. A finales de ese mismo año se inauguró en el palacio Arzobispal de Toledo la muestra A imagen y semejanza: 1700 años de santidad en la Archidiócesis de

56

SANZ GAMO, Rubí. Lección del Tiempo [Catálogo de exposición]. Fundación Cultura y Deporte de Castilla-La Mancha, Toledo, 2002. 57 BONO MARTÍNEZ, José. “Castilla-La Mancha, región de Europa”. En Ibídem. Pág. 13. 58 Corpus, historia de una presencia [Catálogo de exposición]. Fundación Cultura y Deporte de Castilla-La Mancha, Toledo, 2003. 59 Arte en el Tiempo. Obra restaurada del patrimonio diocesano conquense [Catálogo de exposición]. Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, Cuenca, 2004. 60 JIMÉNEZ MONTESERÍN, Miguel. “Arte en el Tiempo”. En Ibídem. Pág. 15. 61 Ibídem. Pág. 16.

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ORTEGA OLMEDO, Ricardo. La puesta en valor del patrimonio mueble en Castilla-La Mancha como elemento de identidad regional. Trabajo Fin de Máster Universitario en Investigación en Letras y Humanidades, Universidad de Castilla-La Mancha. Ciudad Real, 2013-2014. Dirigido por: María Esther Almarcha Núñez-Herrador. Calificación: 10, mención para Matrícula de Honor.

Toledo62 por la conmemoración de los XVII siglos del martirio de Santa Leocadia, patrona de Toledo. Ochenta piezas sobre santos que de una u otra manera han tenido relación con este contexto territorial fue el discurso de esta propuesta. La siguiente exposición fue Celosías. Arte y Piedad en los conventos de CastillaLa Mancha durante el siglo de El Quijote 63, año 2006, la cual supuso un triunfo por la selección de piezas de inmenso valor dispuestas en un entorno adecuado pero: “El éxito obtenido con este proyecto fue doble, por cuanto siendo fruto de la armónica y estrecha colaboración de instituciones públicas y privadas, representaba a la vez una imagen del proceso que venimos describiendo en estas líneas, del conocimiento, la protección y la conservación de los bienes culturales, culminado, y por así decir demostrado, mediante la difusión y entrega a la sociedad de sus valores esenciales”64.

Observar de forma conjunta esta serie de exposiciones de patrimonio mueble en CLM permite apreciar, en primer lugar, la estimación que la religión tiene para CastillaLa Mancha, tanto en su vertiente política como en la respuesta que el pueblo tiene hacia los proyectos que versan sobre su patrimonio eclesiástico; en segundo lugar, cómo estos proyectos sirvieron para revalorizar y difundir el patrimonio de Castilla-La Mancha y concienciar a la sociedad sobre su conservación y restauración; y por último, se emplean como argamasa territorial al usar las piezas por su valor simbólico como partes de un puzzle que hace referencia a un territorio mayor, bien sea la provincia o la Comunidad, según el tema y el marco geográfico del discurso. Estos tres motivos son, tanto conjuntamente como por separado, un enérgico empuje hacia la identidad regional, se sea o no creyente.

6.4 Herencia Recibida. La notoriedad de exposiciones como La Lección del Tiempo o Celosías motivaron un paso adelante que germinó en Herencia Recibida, proyecto al que se le dedica un apartado propio. Fuertemente influenciado por la fama y resultados de Las Edades del Hombre, este proyecto ha sido el gran baluarte común para el territorio castellano-manchego por las intervenciones y difusión de su patrimonio mueble. La primera de las exposiciones fue Herencia Recibida65, organizada por la Consejería de Cultura a través de la Fundación Cultura y Deporte de Castilla-La

62

GORDILLO ISAZA, Pilar. A imagen y semejanza: 1700 años de santidad en la Archidiócesis de Toledo [Catálogo de exposición]. Arzobispado de Toledo, Toledo, 2004. 63 MARTÍNEZ-BURGOS GARCÍA, Palma. Celosías. Arte y Piedad en los Conventos de Castilla-La Mancha durante el siglo del Quijote. Opus cit. 64 “Conocimiento, Protección, Conservación. Una gestión integral del Patrimonio Mueble: El Centro de Conservación y Restauración de Castilla-La Mancha”. En RELLO SOLANO, Juan Ignacio. Herencia Recibida 06. Opus cit. Pág. 10. 65 CASTILLA-LA MANCHA.ES. “Paz López inaugura en Toledo la Muestra Herencia Recibida”. En Castilla-La Mancha.es. 22 de diciembre de 2004.

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ORTEGA OLMEDO, Ricardo. La puesta en valor del patrimonio mueble en Castilla-La Mancha como elemento de identidad regional. Trabajo Fin de Máster Universitario en Investigación en Letras y Humanidades, Universidad de Castilla-La Mancha. Ciudad Real, 2013-2014. Dirigido por: María Esther Almarcha Núñez-Herrador. Calificación: 10, mención para Matrícula de Honor.

Mancha y celebrada en el año 2004 entre dos espacios, el Archivo Histórico Provincial y la Sala Borbón-Lorenzana de la Biblioteca Universitaria de Castilla-La Mancha, ambas en Toledo. En su catálogo66 se aprecia que el objetivo de esta propuesta es mostrar de forma didáctica las intervenciones sobre el patrimonio de la Comunidad en los Talleres de Conservación-Restauración. Se dice en el siguiente catálogo que: “Uno de sus principales objetivos, la Conservación y la Restauración del Patrimonio Mueble de nuestra región, y a través de sus Talleres de Intervención (Pintura, Escultura, Documento Gráfico y Materiales arqueológico) vemos como cada año emergen de la oscuridad un conjunto significativo de piezas, que por su singularidad y condición reclaman nuestra intervención”67.

A continuación se analizará cuantitativa y cualitativamente estas exposiciones. En relación al número de intervenciones: Herencia

Herencia

Herencia

Herencia

Herencia

Recibida

Recibida

Recibida

Recibida

Recibida

05

06

07

08

09

X

X

X

X

22

X

X

X

X

X

3

3

Escultura

X

X

X

1

1

X

Pintura

X

X

X

X

X

X

Herencia Recibida Arqueología Documento Gráfico

Albacete

Múltiples Arqueología

22

X

X

9

8

objetos de ajuares

Documento

X

X

6

4

6

3

Escultura

X

X

X

X

X

1

Pintura

X

X

X

1

X

1

Arqueología

X

2

X

X

4

18

X

X

X

X

X

1

Escultura

X

1

X

1

1

2

Pintura

X

X

2

2

4

2

Arqueología

X

X

24

X

X

X

X

X

X

X

3

7

Escultura

X

1

3

2

X

X

Pintura

1

12

X

X

X

X

10

X

12

5

Gráfico

Documento Gráfico

Documento Gráfico

Arqueología

36 más dos lotes de

1 (300 monedas)

Ciudad Real

Cuenca

Guadalajara

Toledo

http://www.castillalamancha.es/actualidad/notasdeprensa/paz-l%C3%B3pez-inaugura-en-toledo-lamuestra-herencia-recibida Fecha de consulta: 12 de marzo de 2013. 66 MUÑOZ FRAGUA, L.M.; NAVALÓN DORADO, G. Herencia Recibida [Catálogo de exposición]. Fundación Cultura y Deporte de Castilla-La Mancha, Toledo, 2004. 67 Herencia Recibida 05. Opus cit. Pág. 5.

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ORTEGA OLMEDO, Ricardo. La puesta en valor del patrimonio mueble en Castilla-La Mancha como elemento de identidad regional. Trabajo Fin de Máster Universitario en Investigación en Letras y Humanidades, Universidad de Castilla-La Mancha. Ciudad Real, 2013-2014. Dirigido por: María Esther Almarcha Núñez-Herrador. Calificación: 10, mención para Matrícula de Honor.

monedas y cuentas Documento

17

15

17

21 + 21

9

7

Escultura

3

3

5

4

6

5

Pintura

5

5

9

8

13

13

Orfebrería

X

12

X

X

X

X

Gráfico

Cualitativamente, como se puede observar en la primera exposición de Herencia Recibida68, Toledo es la provincia que adquirió todo el protagonismo aunque se incluyera patrimonio arqueológico de Ciudad Real y una pintura de Guadalajara. En Herencia Recibida 0569, casi todas las piezas pertenecían a la provincia de Toledo y al Fondo Borbón Lorenzana70 pero, se debe destacar en pintura la Virgen de Guadalupe (s.XVIII), obra de Juan Correa, situada en el Hospitalito del Rey (Toledo) o los doce ángeles marianos de la Iglesia de San Bartolomé de Tartanedo (Guadalajara); mientras que en escultura dos piezas brillaron por encima del resto: una Piedad Gótica del Convento de Santo Domingo el Real (Toledo) y una Urna con niño del Museo Diocesano de Sigüenza (Guadalajara). En Herencia Recibida 0671 hubo un incremento de la provincia de Guadalajara debido a piezas arqueológicas procedentes tanto del Museo de Guadalajara como del yacimiento de Recópolis; Toledo fue la primera en cuanto al número e importancia de sus piezas, donde destacaron dos Atlas de Mercator (s.XVII), una pintura de Miguel Vicente (s.XVII), otra de su hijo Simón Vicente (s.XVII), o la restauración de una puerta pintada de Sto. Domingo el Real. Hay solo seis documentos de la provincia de Ciudad Real, pero eran los pergaminos que atestiguan los Privilegios de la Villa de Alcázar de San Juan (ss. XIV-XV). Y de Cuenca, las dos tablas de Juan de Borgoña son un absoluto privilegio para la muestra. No hubo nada de Albacete, aunque hay que mencionar que en el año 2005 se produjo las intervenciones in situ sobre los retablos de San Bartolomé (Bienservida), y de la Purísima Concepción de Albacete. Fue en Herencia Recibida 0772, donde la provincia de Ciudad Real gana en importancia respecto al número de intervenciones pues se intervino sobre piezas cerámicas de Alarcos; unos documentos entre los que destacaba la Confirmación de Alfonso VI sobre Cogolludo (1336); y una pintura de Jerónimo Ezquerra (s.XVII). Hay 68

MUÑOZ FRAGUA, L.M.; NAVALÓN DORADO, G. Herencia Recibida. Opus cit. Herencia Recibida 05. Opus cit. 70 “Fondo antiguo formado a partir de las colecciones de impresos y manuscritos de los cardenales ilustrados Borbón y Lorenzana. A ellas vinieron a añadirse la biblioteca de los jesuitas expulsados en 1768 y las librerías de los antiguos conventos desamortizados en el siglo XIX, muy numerosos en Toledo”. En RELLO SOLANO, Juan Ignacio. Herencia Recibida 06. Opus cit. Pág. 50. 71 Ídem. 72 RELLO SOLANO, Juan Ignacio. Herencia Recibida 07 [Catálogo de exposición]. Fundación Cultura y Deporte de Castilla-La Mancha, Toledo, 2007. 69

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ORTEGA OLMEDO, Ricardo. La puesta en valor del patrimonio mueble en Castilla-La Mancha como elemento de identidad regional. Trabajo Fin de Máster Universitario en Investigación en Letras y Humanidades, Universidad de Castilla-La Mancha. Ciudad Real, 2013-2014. Dirigido por: María Esther Almarcha Núñez-Herrador. Calificación: 10, mención para Matrícula de Honor.

que señalar que Toledo volvió a ser la provincia que tuvo más elementos intervenidos en esta campaña, por lo que se reconoce que, cualitativamente está también por encima del resto debido a piezas como un dibujo de Alberto Sánchez o un Herbario del XVIII; en pintura, un anónimo San Miguel Arcángel dando muerte al diablo (s.XVI) o Lágrimas de San Pedro del taller de Luis Tristán (s.XVII); y en escultura, deslumbró sobremanera una Virgen de la Esperanza (s.XIII). Albacete y Guadalajara quedaron por debajo tanto en número como en relevancia, y de Cuenca se intervinieron otras dos Juan de Borgoña (Desposorios de la Virgen y Sueño de San José). La misma línea se pudo observar en Herencia Recibida 0873, donde Guadalajara quedó en un segundo plano frente al resto de provincias pues tuvo solo tres intervenciones de documentos, aunque uno fue de gran factura: la Ejecutoria de la Chancillería de Valladolid, de 1518. Del patrimonio de la provincia de Toledo, destacó un togado escultórico de mármol de siglos I-II d.C., único ejemplar encontrado en la ciudad, la intervención sobre el retablo de la Misa de San Gregorio, una obra de Luis Tristán, el retrato de Fernando VII hecho por Carlos Blanco, o una rueca del siglo XX que fue restaurada y que demostró interés por el patrimonio vinculado a la práctica de las hilanderas tradicionales. De Albacete destaca los Privilegios de Alfonso X el Sabio (1272); de Ciudad Real, un plano de Almadén de finales del siglo XVIII; y de Cuenca, varias piezas: dos Juan de Borgoña (Huida a Egipto y Presentación de María en el templo), dos Juan Correa de Vivar (Verónica y Virgen del Rosal) y en escultura un Cristo del Calvario de Alfonso VIII de siglos XII-XIII. Por último, en la edición Herencia Recibida 0974, Toledo volvió a estar en primer lugar y a las cuatro restantes provincias en igualdad. Cualitativamente hubo una diferencia mucho más significativa pues esta enfatizó su importancia en la exposición con dos obras de Luis de Carvajal, dos obras de Juan Correa de Vivar, o por el espectacular Retablo de la Dormición de la Virgen (ss. XVI-XVII). De Cuenca se sumaron otras dos intervenciones de obras de Juan de Borgoña (Profeta Amós y la Circuncisión del Señor); y de Ciudad Real destacó la intervención sobre “La porterita” y la escultura de una Virgen del siglo XIII. Hay que mencionar que en estos catálogos se recogen otra serie de intervenciones o proyectos, dándoles difusión física para que sean conocidos por los lectores (intervenciones en inmuebles, iglesias, yeserías de patios, puertas, yacimientos arqueológicos, etcétera). En estas exposiciones, el patrimonio sirve como enlace para la identidad y como espacio en el que descubrir que los organismos 73

RELLO SOLANO, Juan Ignacio. Herencia Recibida 08 [Catálogo de exposición]. Fundación Cultura y Deporte de Castilla-La Mancha, Toledo, 2009. 74 Herencia Recibida 09 [Catálogo de exposición]. Gobierno de Castilla-La Mancha, Toledo, 2010.

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ORTEGA OLMEDO, Ricardo. La puesta en valor del patrimonio mueble en Castilla-La Mancha como elemento de identidad regional. Trabajo Fin de Máster Universitario en Investigación en Letras y Humanidades, Universidad de Castilla-La Mancha. Ciudad Real, 2013-2014. Dirigido por: María Esther Almarcha Núñez-Herrador. Calificación: 10, mención para Matrícula de Honor.

públicos actúan por la pervivencia del “bien común”. El proyecto cesó debido a la falta de efectivo, por lo que se hizo una edición de 500 ejemplares denominada Herencia Recibida 2004/201075, que sirve como repertorio de las intervenciones del Centro de Restauración y Conservación de Castilla-La Mancha: “Con esta selección de los bienes muebles de Castilla-La Mancha recuperados en este Centro, queremos rendir un merecido homenaje, no solo a nuestro patrimonio, sino también a todos los restauradores y conservadores que han hecho posible que ahora podamos disfrutarlo. […] Patrimonio, identidad y conservación están íntimamente relacionadas cuando se habla de la puesta en valor y de la difusión de nuestro patrimonio, y en Castilla-La Mancha, además, constituyen el eje de nuestras políticas culturales. […] La actuación sobre el patrimonio crea empleo cualificado, fija población y, asociado al turismo cultural, adquiere una gran eficacia promocional”76.

Esto es todo un resumen de objetivos pues, se afianza la importancia del patrimonio como plataforma identitaria, de ahí la necesaria conservación y su consiguiente atractivo turístico. Las virtudes que tenía este proyecto se asentaban en la difusión del patrimonio restaurado y en la selección de piezas de bienes muebles de toda la Comunidad pero, debido a la crisis económica es un proyecto que se ha quedado en el pasado, muy a nuestro pesar. 6.5 El patrimonio castellano-manchego del mundo contemporáneo. No solo los yacimientos arqueológicos o los innumerables legados en pintura, escultura o documentación gráfica se usan como base identitaria por pertenecer a pasados más remotos. En este apartado se van a analizar las exposiciones temporales de patrimonio referente al mundo contemporáneo que se han realizado desde los organismos públicos y que poseen una señalada carga identitaria. Sean cuales sean los elementos, lo castellano-manchego ha de estar presente bien como estrella de la muestra o como contexto en el que se desarrolla la misma ya que es elogiable que una serie de bienes culturales sean expuestos en el territorio. Como se dijo con anterioridad, los museos son un poderoso refuerzo de la identidad territorial. La mayoría de los museos locales están dedicados a albergar obras de paisanos que sirven de orgullo patrio y sirven como símbolo local. En cambio, los espacios que reúnen obras de diversos artistas como el Museo Municipal de Valdepeñas responden al mismo objetivo pero el disfrute resulta del acopio y no del “parentesco”. Mientras, continentes como el Museo de Arte Abstracto Español de

75

Herencia Recibida 2004/2010. Centro de Restauración y Conservación de Castilla-La Mancha. Gobierno de Castilla-La Mancha, Toledo, 2011. 76 Ibídem. Pág. 5.

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ORTEGA OLMEDO, Ricardo. La puesta en valor del patrimonio mueble en Castilla-La Mancha como elemento de identidad regional. Trabajo Fin de Máster Universitario en Investigación en Letras y Humanidades, Universidad de Castilla-La Mancha. Ciudad Real, 2013-2014. Dirigido por: María Esther Almarcha Núñez-Herrador. Calificación: 10, mención para Matrícula de Honor.

Cuenca posee el valor de que, tanto por su pasado, su denominación o por la colección, se yergue como un icono identitario. Pero, la mirada de este trabajo se ha dirigido hacia las exposiciones temporales porque en su excepcionalidad esconden un empuje de las altas esferas regionales, enormemente comprometidas en revalorizar la conciencia regional. Cuando estos proyectos están dedicados íntegramente a un artista, hay un interés en ensalzar al mismo como icono del mundo cultural pues, la difusión es mayor debido a la novedad de la muestra, que suele ir acompañada de una atractiva selección de sus obras. Entre estos proyectos han destacado: Antonio López (1985)77, Manuel Villaseñor (1992), Canogar (1997)78, Gregorio Prieto (1998)79, Antonio López Torres (2002), nuevamente Canogar (2010) y tantos otros, de gran popularidad y referentes para las nuevas generaciones de artistas y castellano-manchegos. No obstante, las propuestas que reúnen a un colectivo de artistas tienen una mayor incidencia en la identidad por emplear a la región como contexto. La primera propuesta de exposiciones temporales que ha de ser mencionada fue en el año 1984 y estuvo cargada con una doble intencionalidad: primero, dar a conocer fuera de las fronteras regionales el nuevo ente de Castilla-La Mancha al dotarlo de historia común; y segundo, ser un guiño histórico y sentimental hacia aquellas personas de las tierras que hoy son Castilla-La Mancha que tuvieron que emigrar a la capital de España o hacia otros territorios. Se trata de una exposición que se celebró en el palacio de Velázquez de Madrid con el título: La Cultura en Castilla-La Mancha y sus raíces80. Al revisar los textos del catálogo81 de esta propuesta bajo un análisis guiado por la lupa de la identidad, se puede observar un objetivo aglutinador en beneficio de conjugar nombres, obras y piezas bajo el topónimo Castilla-La Mancha, lo que tiene mucho sentido debido al año en que se celebra. En el texto introductorio de José María Barreda dijo sobre la exposición: “Ha recogido una amplia muestra del patrimonio cultural acumulado por los hombres que han habitado estas tierras castellano-manchegas

desde

la

Prehistoria

hasta

hoy”82.

Arte,

arqueología,

arquitectura, literatura, música o prensa, todo tuvo cabida en los artículos del catálogo, sobre todo, aquello que podía servir para sentar las bases de un pasado sobre el que erigir los cimientos de una identidad regional.

77

BONET CORREA, Antonio. Antonio López García [Catálogo de exposición]. Fundación Juan March, Madrid, 1985. 78 PRODAN, Gianna. “Artes plásticas y política cultural”. En Añil, año 1998, número 15, Págs. 29-30. 79 Ídem. 80 GARCÍA BRESÓ, Javier. Opus cit. B. 81 La cultura en Castilla-La Mancha y sus raíces. Opus cit. 82 Ibídem. Pág. 6.

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Otra pintura de Castilla-La Mancha83, fue una muestra itinerante que trató de dar a conocer a catorce nuevos artistas de esta región, entre los cuáles estaban Simeón Saiz o Mon Montoya; propuesta que generó mucha controversia en la época por sus criterios de selección pero que también recibió elogios por ser una iniciativa pionera 84. Realismo y figuración de La Mancha se celebró con motivo de la inauguración de las Cortes de Castilla-La Mancha, y fue una exposición de pintura y escultura que mostró a los artistas más destacados de la región dentro de estos movimientos85. Otras muestras a destacar son las colectivas: Memoria y modernidad: arte y artistas del siglo XX en Castilla-La Mancha86; Encuentros. Artistas plásticos de Castilla-La Mancha87; Realidades de la realidad88, o Referentes89, esta última fue una selección de obras contemporáneas de arte todo el español alojadas en los museos y colecciones de Castilla-La Mancha. Mediante una pluralidad de enfoques (morfología, cronología y singularidad) se llevó a cabo este proyecto que recopiló nombres destacados que expresan el impulso coleccionista de la región. La introducción en este apartado de la fotografía histórica se debe a la gran importancia que ha tenido en el campo identitario. Este patrimonio es un espejo en el que observar cómo los pasados de las distintas provincias de esta región emanan de la misma fuente, del mundo rural. Es de gran interés el proyecto regional Los legados de la tierra, destinado a corporaciones locales interesadas en recuperar las imágenes más significativas de su historia contemporánea. Esta iniciativa tiene un doble filo pues, aunque es beneficiosa por el aumento de patrimonio castellano-manchego, no deja de ser un incentivo sobre lo más cercano, lo local. Los resultados mandan, y las contribuciones locales en la materia de fotografía histórica han proporcionado un señalado incremento de patrimonio mueble de esta región: “desde 1998 se han llevado a cabo cerca de 576 exposiciones fotográficas, que han contado con más de 1.000.000 euros de ayuda por

83

Otra pintura de Castilla-La Mancha [Catálogo de exposición]. Consejería de Educación y Cultura de Castilla-La Mancha, Toledo, 1984. 84 CASTRO, Alfonso. “Preparan la muestra itinerante 'Otra pintura de Castilla-La Mancha'“. En El País. Ciudad Real, 10 de enero de 1984. http://elpais.com/diario/1984/01/10/cultura/442537203_850215.html Fecha de consulta: 5 de septiembre de 2013. 85 Realismo y figuración de La Mancha [Catálogo de exposición]. Banco de Bilbao; Fundación Cultural de Castilla-La Mancha, Madrid, 1985. 86 RODRÍGUEZ RUIZ, Delfín. Memoria y modernidad: arte y artistas del siglo XX en Castilla-La Mancha. [Catálogo de exposición]. Caja Castilla-La Mancha, Cuenca, 2001. 87 CORREDOR MATHEOS, José. Encuentros: artistas plásticos de Castilla-La Mancha. [Catálogo de exposición]. Fundación de Cultura y Deporte de Castilla-La Mancha, Madrid, 2003. 88 OROPESA, Marisa. Realidades de la realidad [Catálogo de exposición]. Caja Castilla La Mancha, Toledo, 2006. 89 DÍAZ SÁNCHEZ, J.; PLAZA LÓPEZ, S. Referentes [Catálogo de exposición]. Empresa Pública Don Quijote de La Mancha 2005 S.A., Albacete, 2007.

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parte de esta Consejería”90, repartidos de la siguiente manera: veinte localidades de Albacete, treinta y cuatro de Ciudad Real, treinta y siete más dos mancomunidades de parte de Cuenca, treinta y ocho de Guadalajara y cuarenta y ocho más una mancomunidad de Toledo. Además muchas de las exposiciones tuvieron su catálogo, con lo que eso conlleva a favor de la difusión. La adecuada interpretación de la fotografía permite admirar vestigios de patrimonio inmaterial, etnográfico o estados anteriores de los bienes materiales. Otro de los grandes organizadores del mundo cultural en Castilla-La Mancha, cuyos proyectos tienen un formidable peso identitario surge en el año 1995 al amparo de la UCLM: el Centro de Estudios de Castilla-La Mancha (CECLM-UCLM). Es la hemeroteca real y digital de la región, ha tenido una enorme influencia en los estudios regionales como espacio de consulta, ha generado exposiciones itinerantes sobre Castilla-La Mancha o Don Quijote, ha organizado proyectos beneficiosos para encontrar puntos en común dentro de esta particular Autonomía a través de charlas, conferencias y jornadas, ha coordinado publicaciones figuras históricas de gran interés a través de su línea editorial de Biografías de Castilla-La Mancha, tiene otra línea editorial sobre El Quijote, una más con el título de Documenta, etcétera. De hecho, el campo de la fotografía histórica es uno de sus baluartes ya que destacan sobremanera las numerosas exposiciones y ediciones realizadas sobre este patrimonio como por ejemplo Viaje de Ida y vuelta: fotografía de Castilla-La Mancha en The Hispanic Society of America91, o los Encuentros regionales de fotografía, que ya va por su quinta edición. En otras materias acentúa la figura de Don Quijote de La Mancha en todos los soportes posibles, sean Exlibris, postales, tebeos o ediciones extranjeras ya que en el año 2002 se inició un proyecto multidisciplinar titulado Iconografía popular de El Quijote, cuyo objetivo es la recopilación de todo material que tenga la imagen de esta celebérrima obra92. En resumen, apoya a la docencia, actúa como divulgador de la cultura en esta región gracias a su excelente y continuamente actualizada página web o su perfil en Flickr, hace tareas investigadoras mediante sus jornadas, cursos y colecciones, y salvaguarda el patrimonio mediante las digitalizaciones, lo que es un impulso a la difusión gracias a sus acuerdos con Hispana y Europeana, dos grandes bibliotecas digitales93.

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JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA http://ccta.jccm.es/dglab/Legados Fecha de consulta: 10 de octubre de 2013. 91 ALMARCHA NÚÑEZ-HERRADOR, E.; LENAGHAN, P.; SÁNCHEZ SÁNCHEZ, I. Viaje de Ida y vuelta: fotografía de Castilla-La Mancha en The Hispanic Society of America [Catálogo de exposición]. Empresa Pública Don Quijote de La Mancha, S.A., Toledo, 2007. 92 Este trabajo se puede apreciar en el catálogo: Iconografía popular de El Quijote. Opus cit. 93 CECLM. Cultura y Universidad: 1995-2005 una década en Castilla-La Mancha / Centro de Estudios de Castilla-La Mancha. Centro de Estudios de Castilla-La Mancha, Ciudad Real, 2006.

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Hay más instituciones que colaboran activamente en beneficio de la identidad y del patrimonio de esta región, como por ejemplo el Instituto de Estudios Albacetenses “Don Juan Manuel”, dependiente de la propia Diputación; o la Fundación Caja CastillaLa Mancha, que ha cogido el testigo de la antigua Obra Social de la Caja autonómica.

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7. Conclusiones. El territorio de Castilla-La Mancha ha sido históricamente un espacio poco aprovechado y en clara desigualdad frente a otros núcleos de la península. La constitución como entidad autónoma tuvo entre sus fines romper con unas enormes desigualdades estructurales a todos los niveles, por lo que esta Comunidad tuvo que erigirse a la misma velocidad que su propia identidad y ambas no han llegado aún a su madurez. Hubo que generar un presente y un futuro estable para los ciudadanos mientras se alimentaba un sentimiento de confraternidad, solidaridad y compromiso como conciencia regional. La identidad se constituye básicamente como la zona de confort del individuo en relación a todos sus iguales, donde destacan los enlaces sensitivos con el territorio. En el caso castellano-manchego, la pertenencia hacia la región se ha visto agraviada por el peso local, comarcal y nacional, motivado por la juventud del nuevo ente autonómico y la falta de poderosos símbolos sobre los que todos los integrantes profesen las mismas emociones. Esto circunstancia fue asumida desde la formación de la Comunidad, de ahí las numerosas intervenciones públicas para aumentar su reconocimiento entre los ciudadanos. Pero hay corrientes que no benefician en nada a este caso, como por ejemplo, la globalización. Culturas e identidades se tambalean, sin obviar que su desarrollo tiene facultades positivas como asumir mejor una convivencia con “los otros”. El patrimonio se constituye como gran arma defensiva por ser tanto un enlace con el pasado de cada pueblo, cultura o territorio, como un vínculo para una colectividad, la cual posee una identidad. Por ello, el patrimonio es empleado como símbolo para la misma pues, ambas son construcciones sociales de una sociedad. Por concretar a través del esquema de Pujadas, la identidad castellanomanchega se caracteriza por varios factores: A) Ideológicos: se ha podido apreciar que hay un mantenimiento y un orgullo de los valores tradicionales que están en relación con la agricultura como la moralidad basada en la honradez y el esfuerzo contracorriente. También el peso identitario de lo español y de los vínculos con los espacios más cercanos al individuo como lo local, comarcal y provincial han sido un condicionante que ha afectado a la asimilación de la identidad regional. B) Culturales: hay muchos puntos en común debido a la conexión con el mundo rural como medio de vida y en la difusión de la imagen idílica de este ámbito, donde la literatura ha tenido su importancia por haber configurado su ADN pues, cuando los pocos que sabían escribir gracias a los esfuerzos que sus progenitores habían hecho 100

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para tal fin al haberse “dejado” las manos, los riñones y la vida en el campo, fueron agradecidos mediante la demostración de un labriego ejemplo de virtud, laboriosidad y honestidad, lo que ha acabado por generar una admiración general. Asimismo afectan las diferentes valoraciones existentes acerca de la universal figura de Don Quijote de La Mancha, el peso del viejo mundo castellano o la cercanía a Madrid, lo que tiene su explicación en que el territorio castellano-manchego es de gran tamaño y no ha tenido un pasado interrelacionado entre sí antes de la actual unión, de ahí las distintas visiones en cada provincia sobre la región. C) Condicionantes políticos: estos están basados en la construcción de nuevos hitos como la Universidad, que refuerzan el “nosotros” sobre la base del desfavorecido pasado, mientras se busca una reivindicación del territorio a todos los niveles y un necesario bienestar que equipare al ente a las otras autonomías (“los otros”). Aunque, el hecho de que la formación de la región haya sido una decisión tan definida por cuestiones políticas, no ayuda demasiado y requiere todavía demasiado tiempo para ser aceptada y respetada por todos los ciudadanos. Con todo ello, Castilla-La Mancha se ha enfrentado desde su formación a la difícil tarea de establecer lugares comunes para sus ciudadanos, a pesar de que muchos son los autores que hablan sobre la dificultad de que lo castellano-manchego prospere pero, estos olvidan que antes de lo español estaba lo castellano, y antes ni existía. Esto significa que el tiempo y las circunstancias serán las que decidan su pervivencia pero, con las dificultades que se ha tenido que enfrentar hasta el momento, lo que se ha conseguido es digno de admiración. En la consolidación de una identidad tiene mucho que decir el patrimonio mueble gracias a su función identitaria y las características de autoría, propiedad, referencia directa y capacidad evocativa, pues posibilita el establecimiento de múltiples discursos favorecedores para este objetivo. Este patrimonio tiene la capacidad de simbolizar, de ahí que pueda ser seleccionado por la sociedad como énfasis para su particular “cosmogonía”. Y como estos iconos son posteriores al ente que representan, lo que hace falta es actuar en pro del mismo. El uso del patrimonio mueble como símbolo identitario en esta Comunidad no ha estado a la altura de todo su potencial aunque ha tenido un peso significativo pues ha sido clave para asumir que, tras el controvertido surgimiento del ente autonómico, hay huellas que pertenecen al pasado de otras culturas y sociedades con las que se comparte territorialidad y que son fragmentos de nuestro devenir como seres humanos. Además, con la efervescencia de museos provinciales o locales y la multiplicación de exposiciones temporales, se ha aumentado la concienciación hacia el 101

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patrimonio por parte de la sociedad. Conjuntamente, el establecimiento de diálogos entre piezas que pertenecían a lugares diferentes y/o a épocas distintas, ha posibilitado una mirada en positivo hacia lo que nos une, en lugar de hacia lo que nos diferencia. Esta concienciación regional también se ha visto reforzada mediante una cuestión semántica pues, mediante el topónimo o referencia territorial “de/en CastillaLa Mancha”, se produce una intensificación de la celebridad del mismo por su publicidad, lo que tiene su influencia en la aceptación de la identidad. Por ello, numerosísimos proyectos culturales, deportivos o de cualquier otro ámbito, fortalecen paralelamente a la cohesión regional. En el campo editorial ha sucedido de forma semejante ya que, abundan las ediciones recopiladoras que poco aportan en la búsqueda de elementos comunes verdaderamente reales pero, a fuerza de la aliteración, tanto hitos del pasado como bienes culturales son vistos bajo la etiqueta de la comunidad. La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha ha invertido mucho en cultura e identidad. Su compromiso con los bienes culturales que han sido legados a la región está fuera de toda duda al observar la conservación y restauración del patrimonio eclesiástico como puede comprobarse con exposiciones como Herencia Recibida, o con las numerosas intervenciones sobre patrimonio inmueble. También se han hecho exposiciones de arte contemporáneo tanto de artistas regionales como foráneos, muestras de fotografía histórica y actual, se han realizado proyectos de gran carga didáctica en los diversos centros de interpretación, etcétera. Y aunque todo ello ha tenido una gran incidencia en la representatividad del ente regional, puede hacerse mucho más. Y para ello es importante una adecuada gestión del patrimonio. Hasta ahora, se ha tratado de compensar de la forma que ha sido posible a las cinco provincias aunque, evidentemente, Toledo ha sido la más beneficiada por el mayor número de actuaciones patrimoniales, lo que está en directa proporción con las características propias. El problema reside en que ha habido grandes inversiones en infraestructuras culturales por toda la región que no cumplen los objetivos para los que han sido creadas, ni han creado el atractivo que se les presuponía, además de que sus actividades, cuando las hay, distan mucho de ser las más adecuadas. Cierto es que las llamativas y subvencionadas exposiciones itinerantes cargadas de valores identitarios que han viajado por las cinco provincias, han cubierto estos defectos estructurales porque han representado un movimiento cultural muy fuerte que se vio acentuado con la conmemoración del IV centenario del Quijote pero, al llegar una época como la actual, cargada de recortes en el ámbito cultural, esas deficiencias 102

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saltan a la vista de la opinión pública, lo que es contraproducente para la ansiada identidad. Una de las soluciones a corto plazo del caso castellano-manchego hubiera sido aprovechar la última modificación legislativa del patrimonio para incluir mayor peso identitario que sirviera de base normativa para las reivindicaciones en esta materia pero como se ha visto, su refuerzo ha sido temeroso. El modelo de gestión patrimonial de Castilla-La Mancha tiene dos caras pues, por la parte normativa hay una clarísima cercanía al centralismo y con un tímido guiño a la identidad tanto en el título como en una pequeña parte del contenido de la nueva ley. Mientras, por la parte ejecutiva sí que sucede un mayor fortalecimiento de este plano ya que ha existido un evidente interés en buscar un equilibrio entre las provincias a pesar de las diferencias. Tal vez el nuevo Consejo Regional del Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha consiga mejorar la operatividad entre los diversos niveles de la Administración pública, lo que supondría un beneficio para la gestión patrimonial y tendría su consecuencia positiva en la conciencia regional. También el turismo tiene un papel importante como ámbito de desarrollo regional pues, hay que asumir su doble vertiente: lo que por una parte es beneficioso como ayuda a la selección de unos rasgos, características y elementos que han de mostrarse como pilares identitarios, por otra es inherente a ese proceso selectivo que puede caer en el olvido aquello que no es necesario y que de igual manera forma parte del pasado. Además, su punto de vista economicista no casa bien con los intereses patrimoniales y por ello hay que actuar con cautela. Sin duda alguna, la opción más sencilla para potenciar la identidad regional reside en la riqueza cultural como valor unitario. Si se tienen mayores diferencias entre las cinco provincias que puntos en común, hágase de ello un bastión. Aun así hay mimbres para encontrar convergencias como por ejemplo el pasado rural pero, aceptar la variada riqueza cultural que posee Castilla-La Mancha y aprovechar el empeño de la UNESCO en potenciar la diversidad cultural como un rasgo beneficioso para todos los ciudadanos del mundo, podría ser una buena base para este codiciado espacio común. Para lograr este reconocimiento, toda la infinita variedad de patrimonio mueble y su manejable poder está en disposición de ser usado para tal fin, siempre que no se genere una manipulación negativa del mismo. Luego entonces, el primer paso tiene que ser el establecimiento de discursos conceptuales sobre los que asentar los pilares de la identidad regional castellano-manchega, con la ayuda de su propio patrimonio. Dicho esto, se podrían desarrollar proyectos multidisciplinares itinerantes de patrimonio mueble que tuvieran como principal objetivo la muestra de esos rasgos 103

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particulares dentro de la diversidad territorial que tiene la Comunidad. Mediante una adecuada selección de un patrimonio significativo de las cinco provincias se podría tener la base material para establecer esos discursos conceptuales que evolucionarían desde los provincialismos hacia la unitaria noción regional de identidad. Otra de las conclusiones que se ha podido extraer en este estudio es la necesidad de incluir en los estudios universitarios del área de Letras y Humanidades un mayor peso del patrimonio cultural al igual que sobre la construcción de identidades. Esto favorecería una visión objetiva de la historia basada en el constructivismo frente a una parte importante de la propia sociedad que sigue anclada en el viejo y maloliente esencialismo pues, como opina Moncusí Ferré1, hay que evitar este tipo de revisiones, precisamente porque son causantes de rancios pensamientos e ideas. Por ello, esta modificación de los estudios provocaría un cambio de perspectiva ante las distintas culturas y su patrimonio. Lo que este trabajo ha mostrado de manera general es solo el comienzo. Se ha tratado de abarcar todo lo relacionado con la hipótesis inicial para sentar las bases hacia los siguientes pasos pues, en todo este proceso se han descubierto los caminos por los que deben fluir los futuros estudios. Mediante encuestas descriptivas sobre el terreno se podría conocer qué elementos del patrimonio cultural castellano-manchego son valorados positivamente por los ciudadanos, lo que proporcionaría información vital para analizar cómo y de qué manera se ha realizado la gestión y la difusión del patrimonio mueble por los organismos oficiales. De paso se aprovecharía para descubrir cuál es el nivel actual de aceptación de la identidad regional al realizar estos análisis a los diversos sectores de la población, y por supuesto, con una diferenciación por edades y provincias. Hay soluciones que facilitarían que tanto el patrimonio como la identidad sigan in crescendo, y para ello, los estudios del patrimonio mueble de carácter etnográfico posibilitaría este beneficio. Como se ha podido observar, ninguna de las muestras temporales tan laureadas desde la oficialidad incluye este tipo de elementos, y eso que simbolizan una cultura material en la que, probablemente, sea más sencillo encontrar puntos en común para los fines identitarios. Organizar exposiciones itinerantes sobre estos vestigios de la cultura tradicional y popular mostraría que hay un pasado en el que los castellano-manchegos somos iguales, la relación hombrenaturaleza y la subsistencia a través de la agricultura, además de que supondría una

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revalorización del territorio y de su patrimonio natural a través de la diversidad de espacios, lo que podría ayudar para el abandono de los adversos tópicos. También sería conveniente una potenciación de unos estudios multidisciplinares y objetivos acerca de la gestión del patrimonio en esta región en los numerosos centros que han estado o siguen en activo. Esto suministraría datos sobre los aciertos y errores que se han cometido en el pasado reciente y ayudaría al desarrollo de propuestas más afines a la realidad. Por desgracia, para que esto suceda, el ámbito político debería permeabilizarse y está por ver que eso vaya a suceder. Lograr una evaluación objetiva de todos los proyectos realizados posibilitaría la optimización del rendimiento de los proyectos culturales en esta Comunidad y por ejemplo, ante un periodo de crisis como el actual en el que se reduce el gasto público, se encontrarían modelos más sostenibles. Del mismo modo, aportaría información concreta para el empleo dentro del ámbito cultural, se conocerían los discursos que han sido interpretados en cada uno de los espacios, centros de interpretación, yacimientos o museos desde sus gabinetes didácticos, y se podría valorar fehacientemente cuál ha sido la imagen global en pro de la identidad por parte de los usos del patrimonio mueble. En lo referente a las intervenciones de conservación y restauración de patrimonio mueble, se podría establecer una clasificación sobre todas las actuaciones que se han hecho desde la formación de la Comunidad en contraste con el Catálogo de Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha, lo que arrojarían datos fiables sobre la tendencia en las mismas y cuáles son los puntos débiles que se debe de solucionar con posterioridad. Otro de los futuros caminos sería una apertura de miras al tomar como objeto de estudio todo el patrimonio cultural. Hay mucha más bibliografía sobre la balanza de la identidad regional pero algo desfasada en los estudios, principalmente debido a la disminución de publicaciones, aunque el material disponible es más que suficiente. En todo esto, las ediciones que se han generado desde el turismo serán fundamentales para construir piedra a piedra tanto la identidad castellano-manchega que se vende hacia fuera, como la que se siente desde dentro. En paralelo con el proyecto que el CECLM lleva adelante sobre la iconografía de Don Quijote, podría aportarse una nueva visión mediante el análisis de todas las actividades culturales que se han realizado y han tenido a esta figura como protagonista y al patrimonio mueble como vehículo transmisor de información. Esto proporcionaría un enfoque general sobre los rasgos más característicos que se

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reproducen en esta serie de iniciativas, y se conocerían los bienes culturales que se han seleccionado, así como la procedencia de los mismos. Por último, otra línea de investigación sería una ampliación del abanico territorial hacia el ámbito nacional en el análisis de proyectos patrimoniales con carga identitaria. Este estudio facilitaría una comparación entre las distintas autonomías que expresaría fehacientemente las similitudes y diferencias en la ejecución de este tipo de actividades y su compromiso con el patrimonio mueble y la identidad. A pesar de que todas estas posibilidades que se han mencionado y que están encaminadas hacia futuros estudios sobre la puesta en valor del patrimonio mueble en Castilla-La Mancha como un poderoso aliado para la identidad de esta Comunidad, se puede añadir de forma muy resumida una idea más. Lo que esta región necesita verdaderamente son unas líneas maestras de actuación que comprometa a todos los ámbitos y llegue a todos los niveles, es decir, un nuevo Plan Estratégico sobre Cultura que sea aprobado por los expertos en la materia, que ejerza de guía objetiva hacia el futuro en base a la realidad, y adhiera para su causa a todos los agentes necesarios para el bienestar del patrimonio y su relacionada influencia sobre una identidad castellano-manchega que aún tiene un largo camino que recorrer. “Dice Shakespeare que «sabemos lo que somos, pero no sabemos lo que podemos ser», y esta frase entendida como esperanza nos coloca ante la utopía de nuevo: podemos ser lo que elijamos si somos capaces de trabajar juntos para conseguirlo”2.

ASÍN VERGARA, Rafael. “Reflexión conceptual y evolución de los acontecimientos”. En ASÍN VERGARA, Rafael. Opus cit. A. Pág. 111. 2

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