Orígenes y Raíces nº8 revista de la Sociedad de Estudios Historiológicos y etnográficos

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SOCIEDAD DE ESTUDIOS HISTORIOLÓGICOS Y ETNOGRÁFICOS DE LAS TIERRAS ALTAS DEL ARGOS, QUÍPAR Y ALHÁRABE

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20 AÑOS DE EXCAVACIONES EN LA SIMA DE LAS PALOMAS DEL CABEZO GORDO DE TORREPACHECO Michael Walker Mariano López Martínez María Haber-Uriarte

Primer plano de uno de los cráneos hallados en la Sima de las Palomas (SP97 El niño).

La Sima de las Palomas (SPCG) es una cueva vertical de unos 20 metros de profundidad, formada por disolución kárstica, ubicada en el Cabezo Gordo de Torre-Pacheco. El Cabezo es un macizo de mármol formado en el Triásico que se alza sobre la planicie costera hasta una altitud de 310 metros sobre el nivel del mar. Se trata de un yacimiento del “Hombre de Neandertal” (Homo neanderthalensis u Homo sapiens neanderthalensis) cuyos restos corresponden al período de entre 60.000 y 40.000 años, durante el último período glacial,

según las dataciones realizadas por radiocarbono, la serie isotópica del uranio, luminiscencia óptica del sedimento y resonancia de spin de electrones. En 1991, un grupo de espeleólogos pertenecientes a la “Coordinadora para la Defensa del Cabezo Gordo” que exploraban la sima, encontraron pequeño bloque de conglomerado que parecía contener un fósil (SP1). Se trataba de los maxilares y una mandíbula Neanderthal con casi todos los dientes permanentes, aunque deformado por la presión sedimentaria.

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abajo y adentro desde la boca de la cueva, conformando una pendiente de piedras o talud, contra el cual se colmató después el sedimento de formación horizontal. Estas observaciones han sido reafirmadas ampliamente por la excavación posterior. El talud estaba parcialmente consolidado por la posterior filtración esporádica de agua que ha dejado un precipitado de carbonato de calcio sobre las piedras y los huesos, convirtiéndolos, así, en una breccia fosilífera a la que denominamos “conglomerado A”.

Las primeras campañas Desde un primer momento fue necesario superar grandes dificultades. Los mineros de hace un siglo habían hecho estragos en la cueva. Fueron los responsables de reabrir la sima principal, vaciando la mayor parte de la columna de breccia (conglomerado de piedras y fósiles cementados) que rellenaba completamente la sima, dejando tan sólo la capa de sedimento que actualmente queda adosada a la pared posterior de la sima, desde arriba hasta abajo. Una segunda entrada natural está situada a una cota algo inferior y probablemente fue el acceso inicial de los mineros. La excavación arqueológica no pudo comenzar hasta la construcción en 1994 de una torre de andamiaje en la galería principal, imprescindible para alcanzar los sedimentos superiores de la columna de breccia. Antes de su instalación fue necesario separar y tamizar muchas toneladas de escombros mineros en la galería principal y el túnel horizontal, así como otros amontonados en la ladera alrededor de la entrada del túnel. Gracias a estos trabajos se recuperaron cientos de fósiles tanto humanos como de fauna y utensilios de piedra. Elementos que, aunque fuera de contexto, han aportado importantes datos acerca del excepcional contenido del sedimento conservado in situ en la sima.

Voluntario trabajando junto al andamio.

El lugar donde se inició la excavación está encima de una pared conformada por sedimentos, que baja 18 metros en forma casi vertical directamente al suelo de la galería principal, que fue otra buena razón para la elección del lugar donde empezar la excavación. Por otra parte, está a más de dos metros del lugar donde se halló SP1 en 1991, en el “conglomerado A”. Unos pocos metros debajo de este lugar, el relleno sedimentario en la sima fue posiblemente extraído por la minería que expuso gran parte de la pared rocosa de la sima. La estrategia a largo plazo fue la de ampliar este primer corte hacia el norte, y posteriormente hacia el oeste, hasta llegar sobre el lugar del primer hallazgo del fósil neandertal. En la actualidad el área de excavación tiene en planta forma de “L”, con brazos de 3 por 2 metros, alrededor de la torre de andamiaje. El hallazgo de 1991 se realizó a casi 3 metros por debajo de la visera rocosa, lo que ha implicado la excavación de una profundidad considerable del sedimento durante más de 10 campañas hasta llegar a dicha cota. Los trabajos han avanzado con la lentitud necesaria para preservar la mayor información posible, recuperando más de 300 dientes, y fragmentos óseos humanos, así como numerosos huesos de animales y utensilios de piedra. Todo el sedimento excavado es bajado en cubos por una tirolina desde lo alto de la

Solana del Cabezo Gordo de Torre-Pacheco

En el verano de 1994 se transportaron los andamios a cuestas por la solana del Cabezo Gordo, con una temperatura que rondaba los 45 grados en el mes de julio, y un montador de la empresa de andamiaje “Ulma”, ayudado por el equipo de excavaciones, finalizó la instalación de la torre. Con los andamios en el interior de la sima se puedo iniciar la excavación sistemática. El lugar elegido para comenzar fue donde el sedimento había sufrido erosión natural, en el sector más al este del yacimiento. Tras abrir en este sector un corte de 2 metros de profundidad, 1 metro de anchura y 60 centímetros hacia el interior, el recodo erosionado se transformó en una especie de “caja”, alta y abierta, con tres perfiles donde observar la estratigrafía. Mientras que en la pared este los sedimentos tienden a la horizontalidad en cambio el perfil norte contiene indicios estratigráficos de un antiguo derrumbe de piedras, caídas hacia

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torre hasta su base en la galería principal. Allí la tierra se mete en sacos etiquetados para ser transportada a la fábrica de mármoles “Cabezo Gordo SA” al otro lado del Cabezo, que recicla agua y nos permite usarla para lavar el sedimento sobre los conjuntos de tamices geológicos de acero inoxidable.

Pleistoceno, lo que corrobora la teoría de que la labor minera había comenzado antes de la apertura del túnel horizontal. Como se ha comentado anteriormente, la galería principal recibe una sima menor desde la superficie que no sólo es más corta que la sima principal, sino que casi seguramente fue el acceso inicial de los mineros, ya que tiene un descansillo artificial sobre un muro o revestimiento de piedras, típico de la minería europea artesanal. Este acceso se inicia en una fisura, probablemente de origen kárstica y ensanchada por los mineros. La ausencia de vetas del metal dentro de la galería principal nos hace intuir que la actividad minera fuese dirigida a la extracción de agua desde el interior profundo de la cueva donde hay un pozo, actualmente seco. El agua tuvo que ser imprescindible para separarla ganga del mineral de hierro (magnetita) extraído en las concesiones del Cabezo Gordo. La labor intensa de los mineros dejó sus huellas tanto en las escombreras alrededor del túnel de entrada a la SPCG, como el sendero, que sube el barranco en zigzag hasta alcanzar la entrada del túnel. Existe otro camino, de ascenso suave, que sin embargo terminaba en otra explotación minera a apenas cien metros al norte del túnel.

Excavando el Conglomerado A en 2007

Los mineros y la Sima de las Palomas Aunque no se conservan muchos documentos sobre la actividad minera en la sima, un informe del año 1913 nombra 15 explotaciones mineras en la solana del Cabezo Gordo. Es muy posible que la designada como “Espíritu Santo” corresponda a la Sima de las Palomas, aunque el texto no aporte información útil para corroborar la conjetura. En el túnel horizontal de acceso a la galería principal se aprecian las huellas de los taladros usados para insertar dinamita. Si tenemos en cuenta que la dinamita había sido patentada en 1875 por Alfred Nobel, el túnel tuvo que ser perforado al final del siglo XIX o comienzo del XX. Por otra parte, el suelo del túnel está al mismo nivel que el de la galería principal, donde la excavación de una cata puso de relieve la presencia de un relleno de dos metros de materiales de remoción minera, antes de alcanzar sedimentos intactos del

Interior del túnel de acceso construido por los mineros

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Los Neandertales Palomas

de

la

Sima

de

por la precipitación del carbonato cálcico que los envolvió. Nuestra teoría actual es que fueron enterrados intencionadamente.

las

Con las dataciones realizadas en la actualidad sabemos que hay, al menos, dos momentos distintos en la acumulación de sedimentos de la SPCG. Un derrumbe de piedras o talud del “conglomerado A” depositado entre hace 55.000 y 50.000, contra el que se acumuló un sedimento de formación horizontal que ha proporcionado fechas entre hace 44.000 y 40.000 aunque cabe la posibilidad de que sean demasiado bajas. Las metodologías empleadas para definir la antigüedad de estas fases incluyen el radiocarbono, la luminiscencia óptica del sedimento y la serie isotópica del uranio (para más detalles, véase Walker et al, 2012b.). El análisis del polen fósil (Carrión et al., 2003), indica una capa vegetal que implica condiciones ambientales algo más húmedas que las actuales en un clima frío que todavía no había alcanzado la severidad que iba a caracterizar una oscilación breve de gran enfriamiento que sucedió a partir de hace 40.000 años, conocida como “Heinrich 4”. Por los fragmentos de mandíbulas humanas documentadas, son nueve el número mínimo de individuos neandertales, sin contar los restos recuperados en los escombros de la minería, algunos de los cuales muestran señales de haber sido quemados. Los restos correspondientes a la fase tardía, antes de hace 40.000 años, son mayoritariamente hallazgos aislados e incluyen fragmentos de las mandíbulas de un adulto joven, un niño y un bebé, además de otros huesos y dientes, generalmente sin señales de fuego. Los restos humanos cementados excavados al pie del talud del “conglomerado A” y fechados entre hace 55.000 y 50.000 años, incluyen huesos en conexión anatómica que sólo empezaron a hacer acto de presencia en la excavación en 2003. Los bloques de sedimento fuertemente cementado se extraen en bloque en el yacimiento, siendo el trabajo de la separación de los huesos humanos del conglomerado una lenta tarea de laboratorio. Se emplea para la limpieza un vibroincisor alimentado por aire comprimido, capaz de trabajar a 33.000 pulsaciones por segundo. Pero, ¿cuál fue el proceso responsable de la deposición de estos tres esqueletos? Los huesos no muestran señales de fuego ni de haber sufrido cortes artificiales. Es posible que el enterramiento de los cadáveres pudiera haberse producido por causas naturales, quizás por un derrumbe de piedras desde la ladera encima de la sima, y que después de su descomposición parcial los elementos aun unidos por los ligamentos fueran cementados

Tres esqueletos articulados La excavación sistemática en la Sima de las Palomas (Walker et al., 2012a) ha documentado 3 esqueletos parciales de Neandertal prácticamente inalterados (SP96, SP92, y un niño, SP97) con varias partes del esqueleto aun en conexión anatómica.

Restos de los esqueletos

De los esqueletos denominados SP96 y SP97 se han conservado sus cráneos y mandíbulas, a diferencia del SP92, aunque por su ubicación, el primer fósil encontrado (SP1) podría corresponder a este sujeto. SP96 se encontró con los codos flexionados y sus manos tocando la frente. Las tomografías computerizadas revelan que el niño SP97, también tiene las manos apoyadas en la cabeza. Lo más significativo aquí es la disposición de las extremidades superiores que sugieres una colocación intencionada antes de la aparición del rigor mortis. Esta posición se puede encontrar también en algunos otros yacimientos musterienses (DeFleur, 1993). SP96 era una mujer Neanderthal de pequeña estatura (a la que hemos llamado "Paloma"), de menos de 20 años de edad, con la amplia escotadura ciática mayor de la cuenca de la pelvis típicamente femenina. Estuvo sometida a una distorsión post mortem, que la reconstrucción "virtual" desde las tomografías puede corregir. Se ha recuperado aproximadamente un 85% de su esqueleto, lo que permite realizar medidas morfológicas precisas para la estimación de las proporciones del cuerpo. Se trata, sin duda, de un individuo Neanderthal y robusto. Llama la atención su baja estatura, pues es uno de los individuos más pequeños conocido para adulto Neanderthal (Walker et al., 2011a). El esqueleto del niño (SP97) se encontró a un nivel inferior al de "Paloma".

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También de pequeña estatura, el esqueleto denominado SP92 pertenece a un adulto menor de 25 años (Walker et al., 2011b), e igualmente pequeño debió ser también SP77, una cabeza femoral enterrada en sedimentos más sueltos depositados junto a una roca cementada y que contenía además otros restos neandertales, incluyendo fragmentos mandibulares de un neonato, un niño, y una adolescente (Walker et al., 2010a; Walker et al, 2008), además de pequeñas acumulaciones de cenizas. Los únicos huesos articulados de fauna mayor que se han encontrado en el yacimiento son, hasta ahora, dos juegos de tobillo de caballo (calcáneo, astrágalo y cuboide), uno de ellos quemado y cementado por el carbonato cálcico a cráneo de SP97, y el otro no quemado situado algo por debajo SP97. También debajo de SP97 se encontró un tercer astrágalo de caballo. Formando una especia de cuadrado que enmarcaba el cráneo de SP97, se documentaron además dos metacarpianos y dos metatarsianos de leopardo, estos últimos con las falanges en conexión anatómica. Resulta difícil pensar que se trate de una acumulación fortuita. A pesar de la falta de signos claros de un enterramiento intencional, es verosímil pensar que SP96, Sp92 y SP97 fueron cubiertos por grandes piedras para evitar ser desenterrados por leopardos o hienas.

También se documenta una gran cantidad de lascas sin retoque, de las cuales, en un estudio preliminar a través del microscopio, tanto a bajos aumentos como a altos aumentos, se han detectado huellas de uso en la mayoría de las analizadas.

La industria lítica A lo largo de las campañas de excavación, se ha comprobado que el musteriense es la única facies paleolítica del yacimiento. Los útiles documentados están tallados tanto en sílex como en calcita, cristal de roca, mármol y cuarzo, materiales estos dos últimos muy abundante en el Cabezo Gordo, al contrario que el sílex, del que no se ha hallado ningún afloramiento en las cercanías. Se trata de un conjunto musteriense, con la presencia de elementos levallois, fabricados sobre lascas, con retoque abrupto en alguno de los filos. Nos encontramos con una amplia gama de utensilios paleolíticos, que van desde raederas y denticulados, puntas “Levallois”, pseudo-”Levallois”, puntas musterienses gruesas o raederas convergentes puntiagudas y de “Tayac” y raspadores. Los núcleos y percutores se encuentran en pequeño porcentaje y los cantos rodados alóctonos, a falta de un análisis microscópico más profundo, no presentan huellas de haber usado como percutores por lo que quizás fueron empleados para machacar vegetales.

Elementos líticos excavados en la campaña de 2014

El vibroincisor es imprescindible para limpiar los fósiles

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La fauna de la Sima de las Palomas

Bibliografía:

Excavados en el Corte Superior de SPCG, se han documentado los siguientes taxones: Pantherapardus (leopardo), Felis (Lynx) cf. lynx (lince), Felis cf. Sylvestris (gato montés), Crocutacrocutasubsp. Spelaea (hiena de las cuevas), Canissp. (lobo), Vulpessp. (zorro), Melesmeles (tejón), Hystrixbrachyura (puercoespín), Equuscaballus (caballo silvestre), Equus (Asinus) sp. (asno silvestre), Stephanorhinussp. (rinoceronte), Hippopotamusamphibius, Bossp. cf. primigenius (uro), Caprasp. cf. ibex (cabra hispánica), Cervuselaphus (ciervo común), Oryctolaguscuniculus (conejo), Leporidaeindet. (liebres), Myotissp. (murciélago), Erinaceussp. (erizo), Testudo hermanni (tortuga) y Lacerta cf. Lepida (lagarto ocelado). Los restos de fauna marina, a pesar de estar a menos de 5 km de la costa, son muy escasos, tan solo algunos fragmentos de conchas de Pecten maximus (vieira) y Cerastodermaedule (berberecho). Llama la atención el hallazgo de un incisivo incompleto de hipopótamo con un surco transversal, pero que fue encontrado cuando se tamizaron los escombros mineros.

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Dientes de équido excavados en la campaña de 2014

Cribando escombros mineros de la ladera

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ARTE RUPESTRE LEVANTINO. DESDE LA REALIDAD A LOS MITOS Miguel Ángel Mateo Saura Dr. en Prehistoria y Arqueología

Con paso firme y sigiloso, y con el arco cargado y dispuesto para el disparo certero, el cazador se va aproximando a la presa que, pareciendo no advertir la presencia de su enemigo, bebe agua enajenadamente del arroyo que discurre por el fondo del barranco.

Si el nuestro fuera un relato novelado, en términos muy aproximados a éstos podríamos describir la escena de caza pintada en el abrigo II de la Cañaica del Calar, en Moratalla (Fig. 1).

Figura 1. Escena de caza de Cañaica del Calar II (Moratalla)

de pensamiento trascendente, de su visión de lo sagrado y de la relación hombre-naturaleza. Es más que posible que las figuradas no sean todas las actividades desarrolladas por los grupos levantinos, pero no hay duda de que sí son algo vivido, reflejo de su actitud frente al mundo. Cazadores enfrentados a los animales, en actitudes similares a la descrita para la Cañaica del Calar II, los vemos en otros muchos yacimientos. A veces es un único cazador el que pretende capturar uno o varios animales, pero en otras ocasiones la caza se convierte en una actividad colectiva, en la que participan varios miembros del grupo, de acuerdo con una estrategia de caza bien planificada.

Sin embargo, las escenas representadas en el arte levantino adquieren una nueva dimensión si superamos un planteamiento puramente descriptivo y las analizamos a partir de conceptos antropológicos. Bajo este prisma, el arte rupestre levantino, asociado a los últimos grupos de cazadores y recolectores de la vertiente mediterránea peninsular (MateoSaura, 2009a), se erige como documento gráfico de primer orden por cuanto los paneles compositivos que lo conforman nos aportan datos muy valiosos acerca de las actividades económicas y sociales de sus autores, y de sus relaciones intergrupales. Pero, al mismo tiempo, también nos informa sobre sus modos

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Por su parte, las escenas de enfrentamiento armado entre dos grupos, como la pintada en la Fuente del Sabuco I de Moratalla (Fig. 2), nos revela que las relaciones intergrupales no siempre debieron ser amistosas, a pesar de que sabemos que entre los grupos de cazadores-recolectores la guerra es una actividad no deseada y evitada siempre que es posible, dados los perjuicios que para el grupo conlleva su práctica. La pérdida de algún miembro del grupo supone la merma de los efectivos dedicados en otro momento a la caza o a la recolección. Sin embargo, el enfrentamiento armado, aunque fuera a pequeña escala, era a veces inevitable, pudiendo encontrar sus causa en eventuales violaciones territoriales y en la merma de los escasos recursos materiales que esa trasgresión supone en la base de subsistencia (Mateo, 2000).

Figura 3. Mujeres de La Risca I (Moratalla)

En cuanto al bestiario levantino, el mayor protagonismo lo acaparan los pequeños ungulados, ciervos y cabras, entre los que los hay con unas formas muy cuidadas, con un correcto tratamiento de las formas anatómicas, mientras que otras especies son prácticamente testimoniales, caso de los lagomorfos, los reptiles o las aves (Fig. 4). Mención especial merece la figura de jabalí representada en la Fuente del Sabuco II de Moratalla, importante por ser el único ejemplar de esta especie que documentamos en todo el grupo de yacimientos del núcleo artístico del Alto Segura, integrado por casi un centenar de yacimientos y que afecta a los municipios de Moratalla en Murcia, Nerpio, Letur y Socovos en Albacete, y Santiago de la Espada en Jaén.

Figura 2. Escena de guerra en la Fuente del Sabuco I (Moratalla)

La mujer es otro de los elementos iconográficos protagonista dentro del estilo levantino, aún cuando el número de mujeres documentadas no sea muy elevado, poco más de un centenar de ellas. Es, sin duda, en el Abrigo de la Risca I de Moratalla donde encontramos dos de las mejores representaciones femeninas del todo el estilo levantino (Fig. 3). A su tamaño excepcionalmente grande, más de 60 cm la figura mayor, se une su especial engalanamiento, con un cuidado peinado de formas triangulares, y adornos en los brazos, encarnados por medio de generosos lazos confeccionados probablemente con elementos vegetales o con cuero.

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dicotomía entre lo representado y su intención última, que sólo se nos presenta a nosotros porque desconocemos el código semiótico por el que se regía el propio arte, es algo que queda patente también cuando nos aproximamos a otros ciclos artísticos y culturales. Así, en el arte rupestre de los indios del sudoeste americano se han representado cacerías de jabalíes. Desde los planteamientos de la semiótica sintáctica, sería lícito interpretarlas como una simple evidencia de la práctica cinegética contra esa especie, pero en realidad estaríamos obviando el significado primordial de las representaciones por cuanto sabemos que su intención última no es la captura del animal, sino la aprehensión de las fuerzas que provocan la lluvia, simbolizada por esa especie. O es también el caso del antílope en el ya reseñado arte de los san, que lejos de aludir al animal como posible presa, compendia conceptos muy variados al vincularse con rituales tan diversos como los relacionados con las primeras experiencias de caza de los jóvenes, los rituales de pubertad o los asociados al matrimonio (Lewis-Williams y Blundell, 1998). Así las cosas, las diversas escenas que nos encontramos en los conjuntos levantinos, una vez rechazado un carácter exclusivamente narrativo de hechos cotidianos, puedan ser valoradas como evidencia de un mitologuema propio de pueblos de economía cazadora y recolectora, de tal manera que al valor trascendental de los animales, hay que unir una misma identidad para las figuras humanas. Los arqueros y cazadores bien pudieron representar a héroes primordiales o demiurgos que actuaron en un tiempo originario, de tal forma que las pinturas fueran una forma de recreación de ese pasado mítico (Mateo, 2003; 2009b). Una caracterización similar habría que proponer para la figura femenina, puesto que si bien es cierto que su número es muy reducido en comparación con las representaciones de hombres y animales, su presencia en los frisos pintados, ya sea de manera aislada o relacionada con otros motivos humanos o zoomorfos, nos permiten relacionarlas con la vieja idea de la «gran diosa» que, arraigada en la cuenca mediterránea desde tiempos paleolíticos (Gómez-Tabanera, 1999), compendia la idea de fecundidad de la Naturaleza como base

Figura 4. Cáprido en Andragulla V (Moratalla)

Pero, como reseñábamos, con ser interesante en sí mismo, el estudio del arte rupestre prehistórico no puede quedarse en un mero análisis descriptivo de lo representado. Su verdadero valor lo apreciaremos cuando seamos capaces introducirnos en la búsqueda de su semiótica al objeto de determinar su fin último, su auténtica razón de ser. Todo análisis que permanezca en una mera descripción en poco contribuirá a conocer la función esencial de esta manifestación como vehículo de conexión con lo trascendente. En este sentido, las representaciones de animales, aisladas o formando grupos, podrían ser evidencia del valor sagrado de los animales en el pensamiento de la sociedad levantina. En general, esta concepción metafórica de los animales no es extraña en el pensamiento religioso de los grupos de cazadores y recolectores, pues si los animales se conciben como semejantes a los hombres, también son distinguidos como portadores de determinados poderes sobrenaturales o son considerados sagrados por sí mismos, lo que les confiere un valor añadido que en ocasiones los sitúa incluso en un plano superior al del hombre. En este sentido, muy reveladores son los datos conocidos sobre el arte rupestre de los grupos san de Kalahari, que convierte a los espacios rocosos, e implícitamente a los paneles pintados, en reservas de poder espiritual al representarse en ellos los animales favoritos de la divinidad, entre los que sobresalen los pofos o antílopes. De hecho, cuando uno de estos pofos yace muerto en un lugar, éste se considera cargado de una fuerza sobrenatural que luego será canalizada por los chamanes hacia las propias pinturas y utilizada en las diversas ceremonias y rituales desarrollados frente a ellas (Clottes y Lewis-Williams, 1996). Además, esta

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pinturas. En ellos pudieron tener cabida los héroes primordiales, los demiurgos o los seres sagrados que, acaso, concedieron a los humanos el conocimiento de las diversas actividades. O cabe también la posibilidad de que en los paneles pintados se rememoren las propias actividades desarrolladas en un pasado mítico por esos mismos seres especiales. Escenas como la que conforman una mujer y un oso en la Cañaica del Calar II, de la que nos ocupamos en un número anterior de esta misma publicación (Mateo Saura, 2013), se nos antojan como una evidencia del carácter alegórico del arte levantino y de su identidad como mitologuema propio de las comunidades mesolíticas de la vertiente mediterránea. Lo que sí nos parece seguro es que las pinturas narran la experiencia religiosa de sus autores y su forma espiritual de entender el mundo.

original y primigenia de vida. En unión con otros motivos masculinos, a veces de animales, se nos presenta como el antecedente de las «hierogamias» que veremos generalizadas en contextos neolíticos, en las que al arquetipo de la fecundidad propia de los grupos de cazadores se une el de la fertilidad de la tierra, básica en las sociedades agrícolas. Parejas de mujeres como las que vemos en la Risca I, como bien apunta Pestalozza (1965), bien podrían simbolizar, por tanto, las dos fases vitales del ciclo femenino, el signo de la virginidad de una parte y el instinto maternal de otra. Es más que probable que los arqueros y las mujeres representados en las covachas de nuestras sierras, así como los animales, las escenas de caza o de lucha, sean el reflejo de viejos mitos relacionados con el pasado originario del grupo humano autor de las

BIBLIOGRAFÍA • •

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EL PROYECTO LA RUTA DE LOS ÍBEROS – PAISAJES DEL THADER, UN PROYECTO TURÍSTICO CULTURAL INNOVADOR Justo Ireno Fernández Reche Dirección Técnica del Proyecto La Ruta de los Íberos – Paisajes del Thader

C, cuando se produce la romanización de los pueblos íberos, abarcando geográficamente desde la alta Extremadura, el Levante y la costa mediterránea hasta la región francesa del Languedoc – Rousillon. La Región de Murcia es muy rica en yacimientos íberos, que son parte intrínseca de la cultura de nuestra región, como lo atestiguan el culto al caballo o el vino. Yacimientos arqueológicos como El Cigarralejo o el Cabezo del Tïo Pío, son emblemáticos mundialmente, el primero, por su museo monográfico íbero, único en España, y el segundo, por configurar un estilo pictórico propio en cerámica íbera, el denominado Elche – Archena.

Les presentamos en este artículo, La Ruta de los Iberos – Paisajes del Thader, un Proyecto de Cooperación Intrarregional promovido por los Grupos de Acción Local de la Región de Murcia en el marco del Programa de Desarrollo Rural 2007- 2013 de la Consejería de Agricultura y Agua y dotado con 105.000 euros para el bienio 2014-15. Los grupos participantes son: Asociación para el Desarrollo Rural Integrado de los Municipios de la Vega del Segura, grupo Coordinador, Integral, Sociedad para el Desarrollo Rural, Asociación para el Desarrollo Rural Campoder, Asociación para el Desarrollo Comarcal del Nordeste de la Región de Murcia La cultura ibérica se desarrolló en la Península Ibérica a partir del s. VI. a. C hasta el s. I. a.

Mapa de la Ruta de los Íberos -Paisajes del Thader

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La Ruta de los Íberos – Paisajes del Thader propone la visita a 10 ciudades de la Región de Murcia: Archena, Caravaca de la Cruz, Cehegín, Cieza, Coy/Lorca, Fortuna, Jumilla, Mula, Moratalla y Yecla, Yecla a través de sus yacimientos arqueológicos íberos, que han sido señalizados dos e interpretados por la ruta, centros de interpretación y museos asociados. En ellos se exponen las piezas arqueológicas fundamentales, lo que podríamos denominar “tesoros íberos” de los yacimientos, que están enclavados en paisajes de extraordinaria belleza be a orillas del Río Segura, llamado Thader por los romanos, y sus afluentes. A continuación se presenta el mapa de la Ruta y vamos a describir los hitos principales:

Poblado y Necrópolis íbera del Cabezo del Tío Pío. Museo Local. En Archena el visitante isitante puede contemplar el poblado íbero del Cabezo del Tío Pío, Pío situado en un altozano a orillas del Río Segura, en el que destacan los restos de casas aterrazadas. En el museo Local de Archena,, se encuentran tres piezas originales procedentes de su necrópolis nec y una reproducción del famoso Vaso Ibérico de los Guerreros, encontrado en su necrópolis, depositado en el Museo Arqueológico Nacional (MAN). La importancia del yacimiento es tal que las piezas procedentes de su necrópolis han configurado un estilo pictórico íbero propio, el estilo Elche-Archena, Archena, y algunas de sus otras piezas se encuentran en museos tan importantes como el Museo Arqueológico Nacional, el Museo de Arqueología de Cataluña, el Museo de Prehistoria de Valencia o internacionales como el del Louvre en su extensión de Saint Germain in Laye (Francia).

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Yacimientos arqueológicos íbero-romanos íbero del Sitio Histórico del Estrecho de las Cuevas de la Encarnación: Los Villaricos, los Villares y Cerro de la Ermita. Museo Arqueológico Municipal La Soledad. Encarnación a 12 ms de En la pedanía alta de la Encarnación, Caravaca de la Cruz, el visitante viajará en el tiempo 2400 años visitando los yacimientos arqueológicos íbero-romanos romanos del Sitio Histórico del Estrecho de la Encarnación: El poblado íberoromano de Los Villaricos (la posible ciudad de Asso citada por el geógrafo romano Ptolomeo, de la que destaca a su imponente muralla), el poblado íbero fortificado de Los Villares (con una muralla perimetral y restos de casas) y el santuario íbero – romano del Cerro de la Ermita,, del que destacan sus exvotos antropomorfos de piedra y láminas de plata y oro, en el estrecho del Río Quípar, afluente afluent del Río Segura, rodeados de un paraje de extraordinaria belleza. En el Museo Arqueológico Municipal La Soledad de la ciudad de Caravaca, donde se encuentran depositados los materiales procedentes de los yacimientos, veremos piezas extraordinarias como el Relieve del Domador de Caballos del Estrecho de la Encarnación. Procedente de otra pedanía alta, en Royos, tenemos además pieza pi excepcional de importación griega, el Centauro de Royos que se encuentra depositado en el Museo Arqueológico Nacional (MAN).

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puede admirar el poblado íbero-romano íbero de Bolbax de imponentes murallas. Ya en la ciudad, en el Museo de Siyasa veremos materiales procedentes del yacimiento como un fragmento del Vaso ibérico cerámico de los Jinetes (el ( otro fragmento conservado se encuentra en el Museo Arqueológico de Murcia) o piezas procedentes de culturas mediterráneas como la fenicia o griega. Procedente del yacimiento tenemos la moneda más antigua de la Región de Murcia, una estátera de Lesbos (Grecia) recia) perteneciente a una colección particular. Poblado íbero-romano romano de Begastri. Museo Arqueológico Municipal de Cehegín y Centro de Interpretación de Begastri. En Cehegín se puede contemplar el poblado íbero-romano romano de Begastri, Begastri situado a 3 kms la ciudad, en el valle del Río Quípar, afluente del Río Segura y aprender cómo se realizó la transformación de un poblado fortificado íbero primero en municipio romano, con imponentes murallas, y éste posteriormente en ciudad episcopal visigoda, de la que se conserva la cruz monogramática tica de Begastri. El yacimiento consta de un Centro de Interpretación y acogida de visitantes. En el Museo Arqueológico Municipal de la ciudad, donde se encuentran depositados los materiales procedentes del yacimiento, se expone además una copia de la Dama ibérica de Cehegín procedente del yacimiento cercano de Tollos, cuyo original se encuentra en el Museo Arqueológico de Murcia (MAM).Además se exponen exvotos procedentes del desaparecido santuario ibérico de la Fuente del Recuesto, entre los que destacan los de caballos y láminas de plata.

Necrópolis íbera de la Fuentecica del Tío Garrulo – Casa Grande en Coy. Museo asociado fuera del territorio rural: Museo Arqueológico de Lorca (MUAL). En la pedanía de Coy, 39 kms al norte de Lorca, el visitante se puede deleitar con el paisaje en el que se encontró el imponente monumento funerario de El pilar estela ibérico del león de Coy, procedente en la necrópolis íbera de la Fuentecica del Tío Garrulo, actualmente no visitable. Además podremos visitar el Centro de Interpretación Arqueológico de la Casa Grande en Coy, Coy donde se encuentra una reproducción del mismo al igual que en el Museo Arqueológico de Lorca. La pieza original se encuentra en el Museo Arqueológico de Murcia.

romano de Bolbax y Museo Poblado íbero-romano de Siyasa. Ubicado 2 Kms al sur de Cieza, situado en una colina en el valle del Río Segura, el turista

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Poblados íberos del Castillejo de los Baños y Castillico de las Peñas. Museo asociado fuera del territorio rural: Museo Arqueológico de Murcia (MAM). En Fortuna, se pueden contemplar los Poblados íberos del Castillejo de los Baños y Castillico de las Peñas,, situado a 500 metros del Santuario Romano de los Baños de Fortuna el primero y a 4 kms de la ciudad dominando un desfiladero en el impactante paraje del Cortao de las Peñas el segundo. Equidistante a ambos yacimientos se encuentra el Santuario io Romano de la Cueva Negra, que conserva en sus tituli picti (graffiti) los versos escritos de la obra la Eneida del poeta romano Virgilio más antiguos del mundo. En el Museo Arqueológico de Murcia podemos admirar piezas procedentes de la necrópolis ibérica ibéri del Castillejo de los Baños como una espada de frontón, única en la Región de Murcia, el skyphos ático (griego) de la dama del Espejo o un tonel cerámico para agua procedente del yacimiento del Castillico de las Peñas.

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Pilar Estela de los Jinetes, el Pilar Estela del Prado, pendientes de oro en forma de racimo de uva, símbolo de la tradición milenaria del vino o una recreación de una casa íbera, en la sala monográfica del yacimiento en el museo.

Poblado íbero de Molinicos. Museo M asociado fuera del territorio rural – Museo Arqueológico de Murcia (MAM). Ubicado a 5 kms de Moratalla, situado en un paisaje excepcional como es el Estrecho del Bolvonegro, en la confluencia de los ríos Benamor y Alhárabe, afluentes del Río Segura, el visitante puede pasear por el poblado fortificado íbero de Los Molinicos,, magníficamente conservado tanto su muralla perimetral como las casas excavadas, cuyos materiales como unos morillos ibéricos se conservaron in situ y se encuentran expuestos en ell Museo Arqueológico de Murcia (MAM).

Conjunto Arqueológico Íbero de Coimbra del Barranco Ancho y Museo Arqueológico Municipal Jerónimo Molina (MAJM).

Conjunto Arqueológico Íbero de El Cigarralejo y Museo de Arte Ibérico El Cigarralejo (MAIC).

En Jumilla, a 4,5 kms de la ciudad, situado en las estribaciones de la sierra del Maestre, el turista puede visitar el magnífico Conjunto Arqueológico Íbero de Coimbra del Barranco Ancho formado por un poblado, dos necrópolis de cremación y un santuario. Ya en la ciudad, en el Museo Arqueológico Municipal Jerónimo Molina Molina, podemos deleitarnos con piezas extraordinarias tales como el imponente monumento funerario del

Ubicado a 3 kms de Mula, a orillas del río homónimo, afluente del Río Segura, se puede el Conjunto Arqueológico Íbero de El Cigarralejo, formado por un poblado, una necrópolis espectacular con 547 tumbas excavadas y un santuario excepcional por su conservación y los exvotos pétreos encontrados como los de caballos enjaezados, que se encuentran depositados en el Museo de Arte Ibérico El Cigarralejo de la ciudad.

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Los tesoros de la Ruta: De izquierda a derecha: Vaso de los Guerreros - Archena (MAN), Centauro de Royos – Caravaca de la Cruz (MAN), Dama de Cehegín (MAM), Guttus de los Jinetes – Cieza (Museo Siyasa y MAM), Skyphos de la Dama del Espejo de Fortuna (MAM), Pilar Estela de los Jinetes - Jumilla (MAJM), Pilar Estela de Coy (MAM), Morillos Iberos – Moratalla (MAM), Exvoto enjaezado – Mula (MAIC)- Exvoto Ibero- Yecla (MaYe). El proyecto ha diseñado una identidad corporativa uniforme, eligiendo como logotipo principal la figura de un ave perteneciente a un Kalathos íbero procedente del Cabezo del Tïo Pío en Archena, expuesto actualmente en el Museo Arqueológico Nacional, y unos logotipos íberos para cada ciudad, basados en sus principales elementos materiales (tesoros), y que se encuentran expuestos en los museos de cada ciudad. Además ha señalizado e interpretado los yacimientos arqueológicos, direccionando tanto al yacimiento arqueológico íbero como al museo asociado, y representando en cada panel tanto el mapa general de la ruta, como el logotipo y el objeto arqueológico en el que se inspira. Esta triada, yacimiento, tesoro, museo, pretende concebir como un todo la Ruta, uniendo al yacimiento íbero con el museo arqueológico a través de sus principales objetos materiales (en los que se basan los logotipos), generando en el visitante la expectativa de visualización real de éste logotipo en el objeto real en el museo. Además cada panel interpretativo o hito consta de códigos QR para que el visitante pueda utilizar su teléfono móvil y acceder a más información del yacimiento en la página web del proyecto: www.paisajesdelthader.es

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Panel Interpretativo de Begastri (Cehegín)

Página web del proyecto PÁGINA WEB: www.paisajesdelthader.es En la página web se encuentra desarrolla toda la información de la ruta, un mapa interactivo, posibles subrutas, tracks en kmz para Google Earth, folletos descargables y acceso al canal youtube y redes sociales de la ruta (facebook). El proyecto ha editado material de promoción y difusión, tal como flyers de todos los yacimientos, de la ruta, trípticos, un folleto de doce páginas, un pasaporte de la ruta o un libro – guía de la misma,

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en castellano y en inglés, alemán y francés, y que se encuentran a disposición del público en las Oficinas de Turismo de las ciudades de la ruta. Además ha lanzado la primera aplicación móvil en Android de España dedicada a los íberos, ha grabado un documental de 12 minutos sobre la ruta junto con un spot publicitario de 30 segundos, diseño elementos promocionales tales como marcapáginas, tarjetas o pines y ha patrocinado la instalación de un cartel del dibujante Juan Álvarez en el Museo de Arte Ibérico El Cigarralejo.Además ha configurado un comité científico técnico asesor, formado inicialmente por: Dª. María Virginia Page del Pozo – Directora del Museo de Arte Ibérico El Cigarralejo de Mula, D. José Miguel García Cano – Director del Museo de la Universidad de Murcia, Dª. Rubí Sanz Gamo – Directora del Museo de Albacete, D. Justo Ireno

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Fernández Reche – Dirección Técnica del Proyecto con las funciones de asesoramiento y coordinación científico – técnica del proyecto, promoviendo su difusión regional, nacional e internacional, configurando una propuesta original y pedagógica, divulgando la cultura ibérica de las zonas rurales de la Región de Murcia con el apoyo de las diferentes instituciones públicas de la región. Por último, el Proyecto La Ruta de los Íberos – Paisajes del Thader, está realizando una serie de seminarios de oportunidades de negocio y Jornadas de difusión, con mesas redondas, talleres didácticos y ponencias científicas, durante el año 2015 con el objetivo de presentar el proyecto a la sociedad y crear un producto turístico innovador que genere empleo y riqueza en las zonas rurales, y por ende, en toda la Región de Murcia.

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ÚLTIMAS ACTUACIONES ARQUEOLOGICAS EN HISN SIYÂSA Joaquín Salmerón Juan Francisco Escobar Guio María José Morcillo Sánchez

Figura 1. Cubierta casa nº 6 (Fotografía cedida por Azuche).

exterior de la valla de la zona excavada y la mejora del camino de acceso mediante una capa de grava compactada para poder trasportar todo el equipamiento y materiales necesarios en la obra. Se tomaron todas las medidas de protección necesarias para evitar el deterioro de los elementos estructurales originales del yacimiento y finalmente se colocó la base de la torre grúa en el lugar indicado por el Jefe de la Sección de Arqueología de la Región del Murcia, sobre una malla geotextil de alta densidad, que luego de finalizados los trabajos de conservación se pudiera retirar sin que quedara ningún rastro de la misma.

1. Trabajos de protección de la casa nº 6 del yacimiento arqueológico de “El Castillo”. Después de una dilatada espera, a finales del año 2013, dieron comienzo los trabajos para ejecutar el proyecto elaborado por el arquitecto Francisco Javier López Martínez, dirigido a cubrir la casa nº 6 del yacimiento arqueológico de “El Castillo”, antiguo Hisn Siyâsa. La obra en cuestión fue realizada por la empresa Azuche 88, S.L., bajo la dirección técnica del arquitecto municipal de Cieza Daniel Gil de Pareja Martínez y la supervisión arqueológica de dos de nosotros, Joaquín Salmerón Juan y Francisco Fidel Escobar Guío. Por la complejidad de la obra no tanto desde el punto de vista técnico sino porque se tenía que actuar dentro de una zona arqueológica con categoría de Bien de Interés Cultural (BIC), el trabajo se desarrolló en tres etapas perfectamente delimitadas y que pasamos a describir brevemente (Fig. 1):

Fase II – Esta contempló todos los trabajos que se desarrollaron dentro del perímetro de la casa nº 6, previos a la colocación de los elementos estructurales de cubrición previstos en el proyecto de obra y que por su naturaleza tuvieron mayor incidencia desde el punto de vista arqueológico como fueron: la limpieza de todo el perímetro, una pequeña excavación en los restos de un antiguo muro testigo en el extremo noreste de la llamada habitación de servicio, la perforación de 22 micropilotes de 10 cm. de diámetro y con una profundidad de 2,5 metros. Para este trabajo se utilizó una perforadora preparada expresamente para ello. Finalmente se realizaron, tomando como punto central las anteriormente citadas

Fase I – Se realizaron una serie de actuaciones encaminadas a la preparación y adecuación de todas las infraestructuras necesarias para poder ejecutar la cubrición de la casa, como fueron el aterrazamiento (sin remoción de la superficie del yacimiento) en el

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microperforaciones, 22 excavaciones arqueológicas de cuadrículas de 40 x 40 cm. de lado, con una profundidad de 45 cm. para después rellenarlas, a modo de zapatas, con cemento armado y sirvieran de base de los pilares de acero que soportarían toda la cubrición (Fig. 2).

Figura 3. Cubierta casa nº 6 (Fotografía cedida por Azuche)

2. Sustitución del cerramiento de protección de los restos excavados del yacimiento arqueológico de “El Castillo”. Teniendo en cuenta el mal estado de conservación del antiguo vallado que protegía los restos excavados del yacimiento de “El Castillo”, se ejecutó en enero de 2014 el proyecto realizado por el arquitecto municipal del Ayuntamiento de Cieza, Daniel Gil de Pareja Martínez para su sustitución,. Los trabajos fueron realizados por la empresa Azuche 88, S. L., y bajo la supervisión arqueológica de unos de nosotros, Francisco Fidel Escobar Guío. Para poder realizar el trabajo proyectado se realizó la excavación manual de una “correa” de 159 metros de longitud con un ancho de 0,45 cm. y una profundidad máxima de 0,20 m., paralela a la parte interior del antiguo vallado, donde se documentaron todos los elementos estructurales localizados. A continuación se protegió toda el área excavada con una malla geotextil antes de su relleno de hormigón sobre éste se colocó un cerramiento metálico de platinas de acero de 2 m de altura (Fig. 4).

Figura 2. Interior de la casa nº 6 (Fotografía cedida por Azuche)

Fase III – Fue la última fase del trabajo y la misma se desarrolló por encima de la cota 0, siempre tomando todas las medidas necesarias de protección de los restos construidos originales, así como su entorno. En esta fase se colocaron los 22 pilares y sobre ellos todas las estructuras metálicas donde se fijaron los paneles (tipo Trespa) de cubrición. Finalmente se procedió al montaje de una reproducción (sólo en su perfil geométrico) tallado en roca arenisca del arco doble en el balcón del salón de verano de la mencionada casa (Fig. 3).

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Figura 4. Fotografía donde se observa el cambio del antiguo vallado por el actual.

A modo de conclusión, podemos decir que los largamente esperados trabajos realizados en el yacimiento de “El Castillo”, han permitido revalorizar ese importante yacimiento arqueológico, protegiendo los restos excavados de la casa nº 6, de las inclemencias del tiempo y del área de la medina excavada, en su conjunto, al dotarla con un nuevo cerramiento de protección.

Figura 5. Plano de Siyâsa destacando el entramado de las calles.

En el plano observamos como el entramado de las calles tiende a ser converger en esquinas casi de 90 º, son calles estrechas y sólo en el caso de la calle III en una pronunciada cuesta, y adarves o azucaques que comunicaban las calles principales con las casas situadas en el interior de la manzana de casas excavada. Hemos observado que en la Plaza 1 los dueños de dos casas, por excavar, situadas al E y al W de dicha plaza, ampliaron sus viviendas usando parte de dicha plaza, robando al uso público parte de la trama viaria. Si se hizo en los últimos momentos de la Siyâsa andalusí o se realizó a partir del protectorado castellano (1243-1264) o de la Cieça cristiana (1266 hasta finales del s. III es una incógnita que, tal vez, sólo se podrá resolver en futuras excavaciones de esas viviendas. Lo que sí es evidente es que en los últimos momentos de la Siyâsa andalusí o en comienzos de la Cieça cristiana, el poder del arráez o gobernador no se ejercía en el respeto de la propiedad pública de la trama viaria. El hallazgo de un gran estercolero (con abundantes huesos de cerdo) en un rincón de la superficie de dicha plaza evidencia también la falta de control higiénico que las autoridades cristianas ejercieron en las últimas décadas de hábitat en el lugar.

3. Entramado urbanístico de las calles de Siyâsa. El planteamiento de las últimas excavaciones realizadas en Siyâsa en los últimos 11 años, querían poner de manifiesto el trazado viario y su distribución en el perímetro de la zona excavada por Julio Navarro en los años 1980, así como los materiales de construcción de los pavimentos de dichas calles. Estas ampliaciones de las investigaciones sobre el trazado viario de Siyâsa han ofrecido el plano que mostramos a continuación (Fig. 5), donde se puede diferenciar las nuevas áreas incorporadas a lo excavado anteriormente por Julio Navarro. Este plano basado en el publicado por Julio Navarro fue ampliado y realizado por Miguel Díez Rayo y Constantino González López, bajo la dirección de Joaquín Salmerón Juan, Juan Antonio Ramírez Águila, Francisco Escobar Guío y María José Morcillo Sánchez. Desde el año 2004 hasta el 2014 se han realizado diversas actuaciones arqueológicas de las calles perimetrales al caserío excavado en los años 1980 para facilitar el acceso de los visitantes al caserío por las mismas calles usadas por los andalusíes, castellanos y aragoneses durante el s. XIII. Durante estas recientes actuaciones, se ha estudiado e investigado el entramado de las calles, corrigiendo el erróneo (hasta entonces) trazado del tramo superior y Norte de la calle W del caserío que nosotros hemos denominado como calle III (con numeración romana para distinguirla de la arábiga con la que Navarro denominó las casas), el pozo ciego del espacio que nosotros hemos denominado como Plaza I (situada al Sur del caserío excavado).

4. Restos de la Torre 2 y el lienzo de muralla más cercano. La primera excavación en un torreón del yacimiento de Siyâsa, nos ha proporcionado información parcial sobre la estructura, los materiales de construcción y el trazado que enlaza con la muralla para conocer más en profundidad el sistema defensivo de Siyâsa (Fig. 6).

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Figura 6. Trazado de la muralla y alzado de la torre.

Figura 7. Adarve escalonado de la muralla.

El sector en cuestión es en la torre cuadrada número 2 del tramo de muralla que baja desde la fortaleza en dirección W, descrita someramente por Julio Navarro. Este sitio, es una zona con bastante inclinación por lo que es un lugar de gran erosión. No encontramos escarpados o precipicios, siendo el acceso bastante fácil por esta vaguada. La ubicación de esta torre en este lugar, encaja con las teorías explicadas anteriormente, las cuales indican que las torres defensivas están ubicadas en los lugares más vulnerables del monte. La muralla tiene la misma estructura que las definidas anteriormente, no tiene ninguna cimentación previa sino que está ubicada directamente sobre la roca madre del monte. Se construyó con dos alineaciones paralelas de piedras, rellenado su interior de tierra del propio monte sobre el que se alzaría un alzado de tapial. La longitud de la muralla, en la zona de intervención, es de 9,56 m y una anchura que oscila entre el 1,30 y el 1,60 m, siendo estas medidas de anchura muy parecidas al resto de zonas defensivas excavadas en la muralla de la maqbara. Añadir, que el alzado de la muralla tiene unos 30 cm de media, pues el alzado exterior está aprovechando la elevación natural de la roca madre. Aprovecharon la topografía para ubicar el trazado de la muralla. Es difícil poder enlazar la muralla con la torre pues en el año 1980, cuando realizaron el camino de ICONA, rompieron parte del alzado para poder caminar y plantar pinos en esa zona. La ubicación en este punto de posible unión del camino que recorren las visitas turísticas a la zona excavada de la madîna hace muy difícil que podamos en el futuro realizar la excavación de ese lugar sino se desvían las visitas por otro camino alternativo. La novedad principal aparecida en esta campaña ha sido la aparición de un adarve escalonado en el interior de la muralla. En total han aparecido cuatro escalones, los cuales varían en sus dimensiones y sus materiales de construcción (Fig. 7):

- El primero de ellos se ha conservado muy mal, se realizó con yeso y apenas se conserva nada de él. La altura no llega a los 10 cm y la longitud del mismo es de 75 cm. - El segundo escalón es una construcción aprovechando la topografía, ya que se ha recortado la piedra del monte para crear este escalón, por ello mismo su conservación ha sido mayor que el anterior. Su altura es de 30 cm. y su anchura de 65 cm. - El tercer escalón es mucho más largo, tiene una longitud de 3,50 cm y una altura que oscila entre los 30-37 cm. Su construcción está hecha de piedras de un tamaño uniforme y enlucidas de yeso que se ha conservado en mal estado. El interior del escalón está relleno con tierra apisonada. - El cuarto escalón se vuelve a reducir, siendo su altura mayor de unos 40 cm y una longitud de 1,70 cm aproximadamente. También está construido con yeso. Hasta ahora es el mejor conservado. El otro sector de intervención ha sido la torre de base cuadrangular, la cual está muy destruida por la fuerte erosión e inclinación de la zona, además de la propia destrucción del hombre, pues cuando se construyó el camino, parte de ella fue destruida. La torre está construida con mampostería de piedra y yeso y argamasa de cal. El alzado interior se conserva con 1.10 m y el exterior es de 3,70 m (Fig. 8). Debemos destacar diferentes refuerzos; el principal es el que se observa en la esquina, contemporáneo a la construcción de la torre, y diversos refuerzos escalonados construidos tanto con mampostería, como el aprovechamiento de la roca del monte recortándola y aprovechándola como refuerzo. Por último destacar la escasa solidez de las defensas causado por los pobres materiales de construcción obtenidos del propio monte y sin estar apenas elaborados, usando argamasa de yeso y cal. Queremos destacar la irregularidad de construcción y como se adapta el sistema defensivo a la topografía del lugar.

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ARQUEOLOGÍA SUBACUÁTICA. UNA REFLEXIÓN ACERCA DE LA SITUACIÓN ACTUAL Michael Trojan Hernández ARTKEO.ES

Foto1. Explosión de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes 5 octubre 1804. Pintura de Francis Sartorius.

Los antecedentes de cómo actúa el Gobierno Español con respecto a su patrimonio cultural sumergido es de total abandono. Si bien, las comunidades autónomas tienen transferidas las competencias con respecto a cultura, aún la Administración Central conserva determinadas competencias. Bajo estas competencias, repetidas veces, distintos gobiernos concedieron permisos de prospección a diversas empresas de los denominadas cazatesoros. Estas empresas cazatesoros se mueven exclusivamente por intereses económicos desarrollando su trabajo en la extracción de materiales que puedan ser vendidos o subastados. Los medios que emplean son, a todas luces, destructivos. No les interesa el contexto histórico donde son hallados los restos, destruyéndolo para poder sacar a superficie lo

El concepto de patrimonio cultural sumergido salió a la luz cuando saltó a la escena pública el litigio que llevó a cabo el Gobierno Español contra la empresa caza tesoros Odyssey Marine Exploration Inc. En 2007 la empresa Odyssey extrajo del fondo marino una importante cantidad de monedas y objetos provenientes del fondo del mar bajo la pasividad del Gobierno Español. Sus barcos, desde 1998 -con permisos del gobierno español- llevaban prospectando sistemáticamente aguas territoriales españolas. Estas empresas disponen de eficientes medios tecnológicos para realizar prospecciones subacuáticas. Como es normal el gobierno actuó mal y tarde con respecto a lo que estaba sucediendo en sus propias aguas.

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que ellos más tarde convertirán en dinero tras su venta. Podemos ver a lo largo de la historia reciente muchos casos de dejadez por parte de las Administraciones españolas, autonómicas y centrales, con respecto al patrimonio cultural sumergido Uno de estos ejemplos son las recuperaciones constantes de restos arqueológicos subacuáticos, que los llamados cazatesoros, realizan a lo largo de las cosas del continente americano. Si bien, el concepto de propiedad del patrimonio cultural que se extiende en los países de influencia norteamericana es muy distinto a la que nosotros en España tenemos, debemos ahondar un poco el dicho concepto para poder entender parte el fondo del problema. En Norteamérica, y su área próxima de influencia, el concepto de propiedad privada está intrínsecamente ligado a su ADN. El que realiza un hallazgo tiene casi propiedad plena sobre él. Distintos trámites administrativos y judiciales se deben realizar tras un hallazgo en los órganos competenciales norteamericanos, y estos conceden una parte de los objetos encontrados al hallador y otra al estado en cuestión. Nuestro concepto de patrimonio cultural es que el mismo pertenece a todos los españoles, y queda bien claro en el preámbulo de la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, que:

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Galga y la Juno ambas fragatas naufragadas en 1750 y 1802, respectivamente. Ante esto, el gobierno español se metió en un pleito por la propiedad de los derechos sobre barcos y los objetos sacados del fondo del mar por el citado cazatesoros. La defensa de España ante los tribunales norteamericanos cayó en manos del abogado especialista en temas marítimos, James Goold. El litigo terminó con una sentencia del Tribunal de Apelación de Estados Unidos a favor de los intereses de España. De todos es sabidos que el sistema de justicia y los procedimientos legales que se llevan a cabo en Estado Unidos son muy lentos y caros. La minuta que el Sr. Goold pasaría al gobierno español no fue pequeña. Casi paralelamente que se estaba litigando con los estados americanos en conflicto por la Galga y la Juno, el gobierno español estaba dejando que prospectaran y a la vez expoliaran nuestras costas. Los cazatesoros en nuestras costas En 1998 fueron los primeros pasos de Odyssey en nuestras aguas, con el Proyecto Cambridge. Según la propia empresa cazatesoros: “El Proyecto Cambridge es una expedición para localizar, recuperar y comercializar los artefactos de un gran navío de guerra de época colonial, perdido en el siglo XVII durante una severa tormenta”

“…los bienes muebles e inmuebles que los constituyen, el Patrimonio Arqueológico y el Etnográfico, los Museos, Archivos y Bibliotecas de titularidad estatal, así como el Patrimonio Documental y Bibliográfico. Busca, en suma, asegurar la protección y fomentar la cultura material debida a la acción del hombre en sentido amplio, y concibe aquélla como un conjunto de bienes que en sí mismos han de ser apreciados, sin establecer limitaciones derivadas de su propiedad, uso, antigüedad o valor económico.” Ambos conceptos de patrimonio cultural son claramente antagónicos.

El mundo de los cazatesoros es muy complejo, los intereses comerciales priman ante todo. La información es dinero. Ante esto hay gente especializada en vender información que busca en nuestros archivos, en legajos y documentos, noticias de barcos hundidos con objetos que puedan ser de interés comercial. Alguno de los estos investigadores intentan, a día de hoy, limpiar sus nombres o conciencias. A mi parecer, llegan tarde. A lo largo de los casi 10 años que diversas empresas cazatesoros estuvieron trabajando dentro de nuestras aguas territoriales pudieron recopilar valiosas informaciones y realizar diversos expolios. Los objetos expoliados fueron vendidos haciendo caja para los accionistas y propietarios de las empresas cazatesoros, al igual que las informaciones de posibles pecios también pudieron ser intercambiadas. Durante los años que estuvieron los cazatesoros en nuestras costas las distintas

El caso de la Galga y la Juno. Ya por el año 1997, el cazatesoros Ben Benson se dedicó –con el permiso del estado de Virginia- a la búsqueda con fines comerciales de dos barcos de bandera española que naufragaron frente a las costas de Virginia en Norteamérica. La

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cazatesoros para recuperar objetos que fueron substraídos por su desidia. Los cazatesoros alegarían que el cargamento hallado fue localizado en aguas internacionales, que el pecio no era de titularidad española –bien conocían lo que sucedió con el anterior litigio de la Galga y el Juno- y que tenían total derecho de propiedad sobre el mismo. Ante tales alegaciones el Gobierno Español en un alarde de malabarismo y de encaje de bolillos afirmaron, que el pecio donde actuó para la recuperación de las 17 toneladas de plata y oro, era la fragata de la Armada Española Nuestra Señora de las Mercedes, hundida en 1804 en un acto de guerra en tiempo de paz llevado a cabo por un buque de la Armada británica. Trascurridos casi 5 años de litigios y en un fallo del Tribunal Supremo de los Estados Unidos de no admitir el último recurso posible de la empresa Odyssey, obligó a la misma a la devolución de lo substraído. Se ha investigado mucho desde entonces, descubriendo diversas pruebas que apuntan que no expoliaron en aguas internacionales, que el pecio en cuestión no es Nuestra Señora de las Mercedes y que lo substraído, parece ser, pertenece a algún navío o navíos hundidos dentro de nuestras aguas territoriales.

Administraciones no los sometieron a un férreo control de seguimiento como sería, como mínimo, exigible por la naturaleza del peligro que su estancia conllevaba para nuestro patrimonio cultural sumergido. Diversas personas particulares denunciaron durante todos esos años la existencia de dichas empresas ante las distintas Administraciones, pero como buenos predicadores en el desierto, nadie los escuchó. El Caso Odyssey, ¿Fragata Mercedes? Cuando el caso Odyssey –el más sonadosaltó a la opinión pública, el Gobierno al fin tuvo que actuar de algún modo. Durante los meses de abril y mayo 2007 la empresa Odyssey, situó su base de operaciones en Gibraltar. Desde allí planificó una serie de trabajos de recuperación de objetos, principalmente monedas de plata y oro, de un pecio que ellos denominaron “Black Swan”. Con rapidez los objetos substraídos del fondo del mar fueron llevados a Estados Unidos mediante el fletamento de un vuelo privado desde Gibraltar. Algunas personas privadas, involucradas en la defensa del patrimonio cultural sumergido, interpusieron denuncias en juzgados de presuntos delitos de expolio. Éstas son labores propias, que de oficio, debería haber hecho el Gobierno Español.

Un juez admitió a trámite dichas denuncias y acertadamente abrió diligencias, realizándose diversas pesquisas para averiguar qué sucedió. Ante cualquier presunto delito lo primero es recabar información acerca del mismo para poder arrojar luz a lo sucedido. Las pesquisas se delimitaron a inspeccionar el barco Odyssey Explorer cuando salía de Gibraltar, siendo escoltado a puerto y registrado por mandamiento judicial. Actuaron tarde los órganos competentes. El sitio del supuesto expolio nunca ha sido hasta la fecha inspeccionado, demostrando la total dejadez –una vez más- de nuestros dirigentes. Diversas negociaciones se entablaron con el Gobiernos Francés para que sus técnicos visitaran con sus medios tecnológicos el sitio expoliado, aún teniendo el Gobierno Español diversos recursos tecnológicos propios para hacer una investigación exhaustiva. Una vez más el gobierno tuvo que recurrir a los tribunales de Estados Unidos, nuevamente con el Sr. Goold a litigar con una empresa

Foto 2. Objetos recuperados (mal llamado tesoro) por el empresa Odyssey del pecio que ellos denominaron Black Swan

Una reflexión acerca de la actualidad de la arqueología subacuática. En los tiempos que vivimos actualmente todo el mundo achaca a la crisis que nos engulle los problemas que viven los distintos sectores profesionales. La arqueología subacuática no es un sector que se escape de la misma, pero es más, quizás sea un sector que ni en tiempos de bonanza ha estado bien.

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Debemos separar, al igual que en arqueología terrestre, entre arqueología de urgencia y arqueología de investigación. La primera se mueve al mismo ritmo de las obras y proyectos de construcción que afectan al posible patrimonio marítimo y la segunda es la que lleva a cabo mediante distintos proyectos de investigación ejecutados por las Administraciones o asociaciones, fundaciones, entes o particulares de sobrada solvencia científica. La arqueología de urgencia, en la gran mayoría de las veces, se realiza tarde, una vez empezadas las obras de proyectos de construcción. Ésta es realizada por empresas privadas que se encuentran desamparadas por la Administración. Muchas veces es la misma Administración la que presiona a las empresas privadas para que realicen las obras lo más aprisa y corriendo que puedan. Una correcta planificación de los tiempos de trabajo en dichas obras sería la solución fácil y sencilla de evitar problemas a la hora de realizar estudios arqueológicos. Las Administraciones competentes deberían actuar de forma eficiente. Muchas veces es por falta de profesionales que entiendan los problemas, que carecen de especialidad en el tema subacuático y otras muchas por dejadez.

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Estas son las causas principales de la falta de eficiencia de la Administración. La Administración, hace gastos superfluos en material -embarcaciones que no se usan-, en contratos de prestación de servicios técnicos – personal que no desarrolla el trabajo por el cual fueron contratados- y en muchas otras cosas que estamos acostumbrados por desgracia a estas alturas de la crisis. Proyectos desarrollados con los ahorros y las pocas ayudas que proporcionan patrocinadores privados son los que verdaderamente enriquecen ésta profesión. Con ello, quiero romper una lanza a favor de los grandes profesionales que tenemos en el sector, que muchos de ellos han tenido que abandonarlo debido a lo difícil que es poder subsistir en el sector. ¿Es necesario gastar grandes cantidades de dinero en caros litigios, en costosas minutas de abogados, en embarcaciones paradas? Desde luego la respuesta es NO. Lo que debe primar es la concienciación de todas las personas que están involucradas en la defensa del patrimonio cultural sumergido, desde el propio político de turno hasta el lector de este artículo.

Foto 3. Ánfora romana Dressel 20 localizada gracias al Proyecto Formentera. IBEAM.

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ARQUEOLOGÍA INDUSTRIAL MURCIANA. INTRODUCCIÓN Y ALGUNOS EJEMPLOS Óscar González Vergara Becario FPU de la Universidad de Murcia. Departamento de Prehistoria, Arqueología, Hª Antigua, Hª Medieval y CC. Y TT. HH. Facultad de Letras. Campus de la Merced. Email: [email protected] // [email protected] importantes en la Comunidad de Madrid, la Comunidad Valenciana, Andalucía o Murcia. Para el resto de áreas, la presencia de la industria, y por tanto de patrimonio industrial, es menor. Sirva de ejemplo panorámico acerca de los elementos más señeros del patrimonio industrial español la lista de los 100 Elementos representativos elaborada por el TICCIH-España y recogido en el Plan Nacional de Patrimonio Industrial2. A colación de esto último, hemos de advertir que es muy reciente, también, la incorporación de este tipo de patrimonio en la legislación española. Salvo el reciente Plan Nacional de Patrimonio Industrial (2011), y algunas incorporaciones en las leyes regionales de reciente creación, este patrimonio se encuentra presente bajo distintas denominaciones, algunas veces como edificios o monumentos históricos, otras como bienes muebles y técnicos, y otras, como etnográficos. A nivel internacional, señalamos normativas como la Carta de NizhnyTagil (2003)3. Muchos elementos han sido contemplados como integrantes de paisajes culturales, otros como bienes representativos de la arquitectura tradicional, etc. Aún faltan espacios y catálogos que contemplen otras visiones del patrimonio industrial como algo más que el vinculado a la producción industrial. Siendo así, la investigación está extendiendo este concepto de patrimonio al generado por sociedades industriales, cosa que llevaría a incorporar otros elementos como la edificación civil y religiosa, instituciones sanitarias, educativas y de ocio, espacios de comercio, estructuras de comunicación y transportes, construcciones rurales, el propio paisaje como patrimonio industrial o las huellas de la sociedad industrial y contemporánea en lo inmaterial.

Introducción y contextualización general En este trabajo proponemos ofrecer una introducción, muy sintética y general, al estudio del pasado industrial murciano mediante un acercamiento arqueológico a sus restos patrimoniales. Nos servimos para ello de la Arqueología Industrial, una disciplina nacida en los años cincuenta del pasado siglo en Reino Unido, y que ha servido, en su más de medio siglo de historia, para fomentar la documentación, descripción, conservación y puesta en valor de los principales elementos patrimoniales representativos del pasado industrial1. En un principio ello supuso estudiar desde la arquitectura, la ingeniería, la antropología, la geografía, la historia, etc., los grandes monumentos de la industrialización, como los grandes conjuntos fabriles, los espacios mineros o infraestructuras como puentes y vías/estaciones ferroviarias. Hoy esta disciplina se encuentra por todo el mundo industrializado y, como en Reino Unido, comenzó documentando, describiendo y conservando. Destaca de estas primeras etapas la elaboración de catálogos e inventarios, muy útiles ante grandes cambios como los ocurridos tras las dos Guerras Mundiales: desindustrialización, cambios en la configuración urbana, desplazamiento al exterior de los conjuntos fabriles, etc. Conforme estas presiones iban llegando a los países industrializados, fueron creciendo las necesidades de conocer y conservar los restos del pasado industrial. A España esta disciplina llega con cierto retraso. En realidad no tanto si consideramos que la industrialización llegó tarde, y tarde también afloraron las necesidades de proteger el patrimonio industrial. Otra característica de la industrialización española, cosa que explica la posterior configuración de la Arqueología Industrial en nuestro país, es la poca homogeneidad de su industria. Nos encontramos grandes conjuntos industriales como el catalán, el norte (Asturias y País Vasco), y después, núcleos

2

Enlace web: http://ticcih.es/100-elementos-del-patrimonioindustrial-en-espana/ 3 Enlace web: http://ipce.mcu.es/pdfs/PN_PATRIMONIO_INDUSTRIAL.pd f

1

Sobre esta disciplina, recomendamos: Cerdá Pérez (2008) y Bengoetxea Rementeria (2011).

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(2011) y el catálogo de patrimonio industrial regional escrito por María Dolores Palazón Botella, Mónica Sánchez López, María Griñán Montealegre y José Manuel Mas Congost (2007). En el trabajo de Martínez Carrión, se señalan las siguientes actividades como las principales industrias y economías regionales: agricultura, industria y agroindustria. Actividades secundarias, o al menos más recientes, las tenemos en el comercio y el turismo. Más enfatizado en el elemento industrial es el catálogo citado, donde se divide el patrimonio comentado en norias, molinos, salinas, minería, ferrocarril, fábricas, mercados, zona portuaria, pozos de nieve y bodegas. Finalmente, señalamos la investigación de Palazón Botella (2011), inédita, optando por los siguientes sectores industriales: energía (electricidad, petróleo y gas), agroalimentario (harineras, pimentón, conservas, alcoholeras, aceite, arroz y chocolate), textil (esparto, cuero, lana, seda y otros), actividades extractivas (minería, sal), transportes (trenes, embarcaderos, puertos, etc.), metalurgia, fundición, industria química (pólvora, salitre, jabón, esencias, abonos, etc.), industria naval, construcción (azulejos y ladrillos), artes decorativas industriales (cerámica y vidrio), el sector maderero. Como vemos, la industria murciana se basa, por un lado, en la importancia de su industria extractiva, dedicada sobre todo al plomo y al hierro, así como las industrias, químicas en su mayoría, que se dedicaban a fabricar multitud de productos con los materiales extraídos (como fertilizantes) o en la fabricación de maquinaria y piezas fundidas (metalurgia). También, al ser una región tradicionalmente agraria, con un gran campo de secano y una gran área de regadíos, las industrias agroalimentarias (pimentón, harina, vino, conserveras), así como las vinculadas a las fibras vegetales (como la seda y esparto), han dado lugar a un rico patrimonio que comprende los espacios de producción y transformación, pero también los espacios y lugares de obtención de energía, materias primas, así como las áreas de comercialización. No olvidar la importancia del mar, lugar de salida de productos manufacturados y materias primas (como las mineras), así como de sus construcciones defensivas (torres), navegación (los espacios de construcción de embarcaciones), infraestructura marítima (puertos, faros, almacenes, aduanas, etc.) y las actividades de pesca. Tampoco, la maquinaria y herramientas. Esta región queda configurada, pues, como urbana e industrial, pero también serrana, huertana y marinera.

Sectores industriales murcianos: algunas visiones y clasificaciones desde la arqueología y el patrimonio industriales. La Región de Murcia, dentro del conjunto español, presenta importantes sectores económicos e industriales que han sido estudiados por la historiografía; sectores que han generado, en muchos casos, importantes conjuntos patrimoniales, algunos reconocidos a escala nacional e internacional como los más representativos del patrimonio industrial regional como el Arsenal de Cartagena, el paisaje minero de la Sierra Minera de Cartagena-La Unión, el Muelle de El Hornillo de Águilas y el conjunto minero del Cabezo San Cristóbal y Los Perules de Mazarrón, tal y como se desprende de 100 elementos del Patrimonio Industrial en España. En lo que sigue realizaremos una somera introducción a los principales sectores industriales regionales, para pasar a tratar algunos ejemplos que nos sirvan de acercamiento a la Arqueología Industrial Murciana.

Ilustración 1: Puerta monumental de El Arsenal de Cartagena. Fuente: Regmurcia.com

En lo relativo a la historia económica e industrial regional tomaremos como base el trabajo de Martínez Carrión (2002). Con respecto al patrimonio industrial, sirvan el texto de antropología regional de Álvarez Munárriz (2005), la tesis doctoral de María Dolores Palazón Botella

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Así, todos estos objetos materiales y espaciales nos hablan de un modo u otro de un momento en la historia local, regional y nacional, el momento de la sociedad industrial, capitalista y global, sociedad que en lo histórico, social y

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antropológico puede ser estudiada si atendemos, como haremos aquí, a las huellas materiales, paisajísticas e inmateriales que dejaron. Sigamos.

Ilustración 2: El conjunto minero-industrial del Cabezo Rajao de La Unión. Autor: Óscar González Vergara

minera, el comercio, el turismo, así como las infraestructuras y embarcaciones que permitieron el despegue de un sector, civil y militar, clave para Cartagena y toda la Región. Y todo ello puede ser narrado desde un solo edificio, el Arsenal. Ha sido destacado como un elemento fundamental del patrimonio y la industria murcianas. De él se ha enfatizado que fue el primero en construirse con dos diques secos, al norte de la dársena, para los baxeles de mayor y menor porte. Por su entidad, se ha valorado como un elemento importante y de referencia en todo el territorio nacional. Como competidores, el de Ferrol y el de la Carraca de Cádiz. Es el ejemplo de la mentalidad ilustrada de construcción y reparación de embarcaciones y de reactivación de las obras públicas y las comunicaciones. Cartagena, ciudad naval, debía, en el siglo XVIII,

El patrimonio industrial murciano a través de unos ejemplos El Arsenal de Cartagena : Se trata de un complejo industrial que pone en valor, con su arquitectura, todo un sector, el naval. El texto de Griñan Montealegre et alii (2007) realiza una sintética, pero interesante, contextualización a la problemática portuaria en Cartagena. Más concretamente, contextualiza, con texto e imágenes, sus dos dársenas principales: la de Cartagena, en la que se instaló el Arsenal, y la de Escombreras, importante en el siglo XX tras la instalación en ella de la refinería petrolífera y la creación en su Valle de una importante industria. Efectivamente, en las costas murcianas, pero sobre todo en Cartagena, varios investigadores han estudiado la industria naval, su puerto, sus usos, su relación con la industria

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hacerse con el monopolio minero en la zona, tiene en el Lavadero Roberto y las canteras, sus grandes huellas patrimoniales. En un inventario de 2004 se detallan 494 elementos que ponen en valor elementos geológicos, arqueológicos, mineros y arquitectónicos englobados en 13 conjuntos. El problema es que este tipo de espacios han de ser puestos en valor de forma conjunta, sin sectores ni conjuntos, pues entendemos que se tratan de verdaderos paisajes culturales, con elementos de distinta índole, y que carece de sentido “sesgar” en parcelas un patrimonio que tiene, dentro y fuera de los conjuntos, la misma valía. Así, hay una disparidad de castilletes, hornos, serpentines, lavaderos, etc., que se encuentran “protegidos” y musealizados, destacando el caso del Parque Minero de La Unión, y otros muchos elementos diseminados por la Sierra junto a maquinaria que van siendo cada vez más expoliadas y canteras que se convierten en basureros industriales. En el catálogo de Griñán Montealegre et alii (2007), se detallan, como ejemplos del patrimonio de esta Sierra y sus dos municipios, la Mina de las Matildes y la Mina Blanca o de San Quintín de Cartagena, el Cabezo Rajao de La Unión, el Lavadero Roberto de Portmán, la Fundición de Santa Lucía de Peñarroya España S.A y las Canteras Romanas de Canteras. Faltaría el Parque Minero de La Unión con el patrimonio recuperado y puesto en valor como la Mina Agrupa Vicenta, las Minas Pablo y Virginia, la Mina y lavadero gravimétrico de rumbos de Remunerada, el serpentín y fundición Trinidad rentero y varios elementos más, sin duda, omisión debida a que, en la fecha de redacción del citado catálogo, el Parque aún no existía.

mejorar su infraestructura. Debía acondicionar su puerto, y articular un urbanismo que diera más valor e importancia al mar. Con un gran proyecto como este, se pretendía elevar la importancia militar de Cartagena. Por ello, una de sus más importantes instalaciones será la del Arsenal que construía, reparaba y pertrechaba a los buques. Este proyecto precisaba mucha infraestructura. En 1731 se desvía la rambla de Benipila, cimentando en seco la dársena. En 1739 comenzaron a construirse los muelles, siendo en 1749 cuando el marqués de la Ensenada, con planos e intervenciones de Sebastián de Ferigán y Jorge Juan, construya los dos diques secos y una bomba de achique. El Arsenal estará construido en 1782, contando las instalaciones con los medios para construir todo tipo de buques salvo los de tres puentes. Con el tiempo, las mejoras añadidas iban encaminadas a fomentar la seguridad de los buques en sus reparaciones y en construirlos con mayor durabilidad. Paisaje Minero de la Sierra de Cartagena-La Unión1: Como en el caso de Mazarrón, el entorno de la Sierra Minera de Cartagena-La Unión cuenta con un pasado minero antiguo, que le ha valido su reconocimiento como Bien de Interés Cultural con categoría de sitio histórico, trámites iniciados en 1986, incoado, pero que aún cuenta con la falta de aprobación ministerial, aprobación que, en tres ocasiones y por causas diversas, no se ha producido. Se configura como un gran distrito minero peninsular, que en época contemporánea, vive dos momentos, uno desde fines del XIX hasta 1950 y otro desde 1950 a 1990. Anteriormente, se viene explotando desde la Prehistoria, siendo íberos, púnicos y romanos los que realicen una minería sistemática, basada sobre todo en la galena argentífera, fuente mineral de metales como el plomo y la plata. El primero de los periodos contemporáneos se basa en una minería precaria en infraestructuras y cultura empresarial, en unos criaderos con poca ley metálica, cada vez más vacíos, que redunda en que sean muy pocas las infraestructuras que hayan sobrevivido en buenas condiciones hasta el día de hoy. De la segunda época, marcada por la modernización tecnológica de Peñarroya al

Muelle de El Hornillo de Águilas: Se trata de un importante embarcadero que se viene proyectando desde 1887, y que tiene en 1900 el proyecto definitivo, el del ingeniero Domingo Muguruza para la empresa The Hornillo Company Limited. Se encuentra localizado en la Playa de El Hornillo, en una bahía que cuenta con la playa Amarilla y la Isla del Fraile como otros elementos geográficos. Este embarcadero nos habla de la importancia del mar en las industrias extractivas, en este caso, la de hierro. Hay varios ejemplos en la región murciana de embarcaderos mineros pero ningunos de la entidad de éste.

1

Acerca de la minería y el patrimonio minero unionense y cartagenero, ver: Egea Bruno (2015), Palazón Botella (2011: 207 y ss.) y Griñán Montealegre, López Sánchez y Palazón Botella (2007: 77 y ss.).

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la Sierra de Cartagena-La Unión, no informa del semejante, y en algunos aspectos mejor, como el de la minería del alumbre, de la minería y el patrimonio minero de Mazarrón. Este conjunto cuenta con las explotaciones antiguas de plomo y plata, así como las medievales y modernas del alumbre (en el tajo de Vista Alegre, en el cabezo de Los Perules y la cantera de El Charco de la Aguja). En el siglo XIX se establece como un foco minero murciano de primera magnitud. Tanto el Cabezo de San Cristóbal como el de Los Perules nos informan de una actividad antigua, con un patrimonio rico y variado, aunque muchos de los ingenios y estructuras que acompañaban procesos como las extractivas, lavado, fundido, etc., ya no se encuentren fruto del expolio y la ruina. Por su calidad, destacan los dos castilletes metálicos de la Mina San Antonio y Mina No te Escaparás, otro de mampostería de la mina de San Antonio y otro de madera de la de San Simón. De la minería del alumbre, se conservan sus lugares de extracción en paredes verticales, más un grupo de hornos de tostación del mineral. Un gran valor de este entorno es el paisaje, que ha de incluirse a las construcciones mineras, englobando los aspectos geológicos, culturales, memoria, etc., conformando, como en el caso de La Unión y Cartagena, un verdadero paisaje cultural con la mina y su “cultura” como centros. Pero falta, para completar, de una adecuada puesta en valor, por ejemplo, con un museo de la minería y/o un parque minero, al igual que museos que relaten la inmaterialidad minera, como ha hecho La Unión con sus Museos de la Minería, la Semana Santa Minera y los Cantes de las Minas, así como el citado Parque Minero.

Ilustración 3: El Hornillo de Águilas. Autor: Sebastián F. Ramallo Asensio.

En funcionamiento desde 1903, cuenta con un ancho de vía normal, una estructura mixta y una escollera de obra en fábrica. La plataforma, a 12 metros sobre el nivel del agua, se encuentra sustentada por 16 pilares. Las vagonetas, llevadas por las vías férreas, descargaban por gravedad en las embarcaciones, razón que daría cuenta de la altura sobre el nivel del mar del embarcadero. Da importancia de cómo, en la arquitectura modernista aplicada a las actividades productivas, el hierro empieza a imponerse. De igual forma, vemos cómo se usa como metal el hierro, a veces no sólo por ser mejor material frente a la madera o a la obra sino siguiendo modas, estilos, también en los castilletes mineros. Por este embarcadero salían por mar materiales extraídos en las sierras vecinas de Almería. Nos habla también de la importancia de otro medio de transporte minero, el ferrocarril, que a menudo, como vemos aquí, unían minas-entornos mineros con embarcaderos, siendo el ferrocarril el encargado de cargar los minerales de la tierra a los barcos en el mar. Para hacer más viable las actividades, el mineral se descargaba en silos de piedra de sillería y posteriormente se cargaba en las embarcaciones. También nos habla de la piscifactoría minera regional pues, en los 70 y 80, abandonado su uso minero, se utilizará para dicha actividad hasta el traslado de la misma a mar abierto.

Consideraciones finales Con este trabajo hemos pretendido esbozar una escueta introducción a la Arqueología Industrial en la Región de Murcia, realizando aproximaciones generales a los principales sectores industriales y creadores de patrimonios culturales asociados, escogiendo los cuatro ejemplos, más reconocidos (sobre todo fuera de la región) a sabiendas que la riqueza patrimonial industrial y contemporánea en la Región es mucho mayor. Para una mirada general sobre el resto de patrimonio industrial y contemporáneo murciano, sirva la bibliografía citada, a la espera de mayores trabajos, más recientes y de renovada

Conjunto Minero del Cabezo de San Cristóbal y Los Perules de Mazarrón: Se trata del otro conjunto minero, junto al de Cartagena-La Unión, que documenta las dos grandes áreas minero-metalúrgicas de la Región. Si el catálogo de Griñán Montealegre et alii (2007) daba cuenta del patrimonio minero-industrial de

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metodología, que estudien con integridad todas las facetas y realidades de dicho patrimonio. Quede por tanto una ventana abierta a futuras investigaciones pues, aunque vieja, la Arqueología Industrial y Contemporánea aún tiene mucho que aportar. Como hemos visto, el sector naval, las comunicaciones, la industria minero-metalúrgica, los molinos y la arquitectura, son sectores tradicionalmente estudiados para dar cuenta del patrimonio y la industria contemporáneos de nuestra Región. Queda aún mucho por analizar mediante metodología arqueológica con

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patrimonios relativos a la obtención y fabricación de productos mediante fibras vegetales (sobre todo el sector del esparto y de la seda), los pozos de nieve, las salinas, la industria de loza y cristal, la industria agroalimentaria o el sector vitivinícola, estas tres últimas con importantes publicaciones. Esperamos que, con el tiempo, se den las condiciones para crear una síntesis arqueológica del patrimonio y la industria de la región murciana.

Ilustración 4: Instalaciones mineras de Mazarrón. Autor: Sebastián F. Ramallo Asensio • Griñán Montealegre, M., López Sánchez, M., Palazón Botella, M. D., y Mas Congost, J. M. (2007): El Patrimonio Industrial en la Región de Murcia. Murcia: Asociación de Ingenieros Industriales de la Región de Murcia. • Griñan Montealegre, M., y Palazón Botella, M. D. (2010): “El arsenal de Cartagena: patrimonio de la historia industrial naval española”, Áreas. Revista Internacional de Ciencias Sociales, 29, pp. 164-168. • Martínez Carrión, J. M. (2012): Historia económica de la Región de Murcia. Siglos XIX y XX. Murcia: Editora Regional de Murcia. • Palazón Botella, M. D. (2011): De la arquitectura al patrimonio industrial en la Región de Murcia. Tesis Doctoral Inédita. Murcia: Universidad de Murcia. Dirección: M. Griñán Montealegre. • Regmurcia.com. Región de Murcia Digital. Enlace: http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl • Roda Alcantud, C. (2008): Historia e ingeniería en el siglo XIX: vanguardia de la industria naval en el Mediterráneo Occidental: el Arsenal de Cartagena. Cartagena, Ayuntamiento de Cartagena y Universidad Politécnica de Cartagena. • (2014): “La Base Naval de Levante y la Industria Naval en el contexto político, económico y social de la Región de Murcia”. En: Nicolás Marín, E. (coord.): Historia contemporánea en la Región de Murcia. Murcia: EDITUM, pp. 79-105.

Bibliografía y recursos online • Álvarez Munárriz, L. (2005): Historia antropológica de la Región de Murcia. Murcia: Editora Regional de Murcia. • Bengoetxea Rementeria, B. (2011): “Arqueología industrial”. En: Quirós Castillo, J. A., y Bengoetxea Rementeria, B.: Arqueología III. Arqueología Medieval y Posmedieval. Madrid: UNED, pp. 587-640. • Cerdá Pérez, M. (2008): Arqueología Industrial. Teoría y práctica. Valencia: Universidad de Valencia. • Egea Bruno, P. Mª. (2015): “Una perspectiva social de la minería contemporánea en Mazarrón”. En: López Ballesta, J. M. (coord.): Minería y metalurgia en el mediterráneo y su periferia oceánica: III Encuentros Internacionales del Mediterráneo, PHICARIA. Mazarrón: Universidad Popular de Mazarrón, pp. 209-228. • (2014): “La minería cartagenera: sector clave de la economía regional (1840-1991). En: Nicolás Marín, E. (coord.): Historia contemporánea en la Región de Murcia. Murcia: EDITUM, pp. 169-205. • Guillén Riquelme, M. C. (2014): Industrialización y cambio social en Mazarrón (Murcia). Estudio antropológico de una comunidad minera (1840-1890). Madrid: Editorial Arquitectura Viva.

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LA MANZANILLA DE ESCOMBRERAS: UNA JOYA BOTÁNICA LIGADA AL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO DE LA COSTA DE CARTAGENA AGUADO LÓPEZ, M., MARTÍNEZ-SÁNCHEZ, J.J., FRANCO LEEMHUIS, J.A., BAÑÓN ARIAS, S., CONESA GALLEGO, E. Y VICENTE COLOMER, M.J. Departamento de Producción Vegetal, Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), Paseo Alfonso XIII, 48, 30203, Cartagena.

INTRODUCCIÓN

DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE

Anthemis chrysantha, popularmente conocida como manzanilla de Escombreras, es una planta anual, de hasta 30 cm de altura, que pertenece a la familia de las compuestas (Compositae). Se trata de un endemismo iberonorteafricano, que tan solo crece en la costa de Argelia y en la costa de Cartagena (sureste de España). Debido a su limitada distribución está catalogada como En Peligro Crítico, de acuerdo a los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), apareciendo en el Catálogo Regional de Flora Silvestre Protegida de la Región de Murcia como En Peligro de Extinción. Dado el grado de amenaza que presenta la manzanilla de Escombreras, en el año 2005 la Escuela de Ingenieros Agrónomos de la Universidad Politécnica de Cartagena comenzó a estudiar la biología y ecología de la especie por encargo de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. Desde enero de 2015, la Autoridad Portuaria de Cartagena colabora con la Universidad Politécnica de Cartagena en un proyecto centrado en la recuperación y conservación de la manzanilla de Escombreras, que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

La manzanilla de Escombreras fue identificada por el botánico suizo Jacques Etienne Gay en 1894. Su nombre científico, Anthemis chrysantha, viene a significar pequeña flor dorada. Por pertenecer al género de las manzanillas y ser típica de la zona de Escombreras se le bautizó localmente como manzanilla de Escombreras. Es una pequeña planta con hojas carnosas y divididas, de color verde-grisáceo. Sus flores son amarillas y se presentan agrupadas en cabezuelas terminales (capítulos). Dentro de un mismo capítulo podemos encontrar entre 100 y 130 flores de pequeño tamaño, que darán lugar a pequeños frutos (aquenios) de menos de 2 mm de longitud. Esta planta se encuentra exclusivamente en zonas costeras, de clima mediterráneo semiárido, caracterizado por unas temperaturas muy suaves en invierno y un verano extraordinariamente seco y caluroso. Las lluvias anuales apenas alcanzan los 300 mm por término medio y se suelen concentrar en el otoño, cuando es muy frecuente que aparezcan de forma torrencial. Habita sobre suelos esqueléticos (litosoles), pudiendo incluso crecer en las grietas de afloramientos rocosos. La manzanilla se desarrolla entre comunidades de especies anuales, en claros de matorrales y tomillares halonitrófilos, en ambientes soleados y con una gran influencia de la brisa marina. CICLO DE VIDA Y ESTRATEGIAS DE SUPERVIVENCIA El ciclo de vida de esta especie comienza en otoño, cuando los aquenios germinan con las primeras lluvias, aunque la época de emergencia se prolonga hasta principios de primavera, si las condiciones son favorables. La floración se produce desde primeros de marzo hasta finales de mayo, cuando sus capítulos amarillos se van pardeando a medida que se produce la fructificación y las semillas maduran. En junio la planta muere con todas sus semillas maduras pero sin dispersarlas, permaneciendo los

FOTO 1. Plantas de Anthemis chrysantha en plena floración.

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“esqueletos” de las plantas en el hábitat durante varios meses. La manzanilla de Escombreras posee diferentes estrategias de supervivencia que le permiten adaptarse al clima semiárido típico del sureste español. Así, dentro de un mismo capítulo se desarrollan dos tipos de aquenios con diferencias morfológicas y germinativas: aquenios de color blanco que germinan en altos porcentajes y dentro de un amplio rango de temperaturas, y aquenios de color marrón oscuro, casi negro, mucho más duros al tacto, que poseen una cubierta casi impermeable al agua y cuya restricción mecánica les impide germinar (Aguado, 2012). Estos aquenios negros quedan enterrados superficialmente en el suelo hasta que al cabo de varios años se deteriora su cubierta, por la acción de microorganismos, de humedad o del roce con las partículas del suelo, pudiendo ya penetrar el agua al interior de la semilla y por tanto germinar.

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semillas (Aguado, 2012), representando para la especie una reserva de semillas que le permite incrementar su éxito reproductivo en años de sequía acusada, como en el pasado año 2014. DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA Geográficamente, la distribución de esta especie es muy limitada. En Argelia se cita en la costa noroeste del país, en las Islas Habibas y Kistel, que pertenecen al Departamento de Orán, y en el Departamento de Mostaganem, pero se desconoce el número de poblaciones y su número de ejemplares. En Europa, desde finales de los años 90, sólo permanecen dos poblaciones, ambas en Cartagena: en La Punta de La Azohía y en la Isla de Escombreras. La población de La Azohía se encuentra dentro del Espacio Natural Sierra de La Muela-Cabo Tiñoso y cuenta con unos 40.000 individuos distribuidos aproximadamente en 1,5 ha. Del mismo modo, la población de la Isla de Escombreras pertenece al Espacio Natural Islas e Islotes del Litoral Mediterráneo y ocupa sólo 0,5 ha, con unos 12.000 individuos.

Imagen de La Punta de La Azohía, hábitat de la manzanilla, en la que puede observarse la Torre de Santa Elena.

Algunos botánicos (Sánchez Gómez et al., 2002), tras el estudio del material de Cartagena y su comparación con material argelino, llegaron a la conclusión de que existen diferencias suficientes entre ellos como para reconocer al menos el rango de subespecie para las poblaciones españolas. Observaron que los ejemplares españoles se diferencian de los argelinos por presentar hojas generalmente más divididas, pedúnculos de los capítulos más largos, capítulos más grandes y aquenios generalmente más largos y con corona más desarrollada. Así, el material español también es conocido botánicamente como Anthemis chrysantha subsp. jimenezii (Pau) Sánchez Gómez, M.A. Carrión & A. Hernández comb. & stat. nov. o Anthemis jimenezii Pau.

Esquema del ciclo de vida de la manzanilla de Escombreras.

Se ha observado también que las plantas muertas permanecen en el hábitat durante meses sin dispersar sus semillas, formando lo que se denomina un banco aéreo de semillas (Aguado, 2012), que protege las mismas durante todo el verano de posibles predadores, como las hormigas. Además, las plantas sólo diseminan sus semillas por la acción de gotas de lluvia al golpear en los capítulos, de modo que las semillas empezarán a dispersarse con las lluvias otoñales, cuando encuentren en el suelo unas condiciones de humedad óptimas para la germinación. Por otro parte, los aquenios negros y la pequeña fracción de blancos que no germinan se acumulan en el suelo constituyendo un banco edáfico de

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consecuencia de los grandes temporales, pues sus semillas son muy pequeñas y ligeras) o bien por la acción del hombre (transportada voluntaria o involuntariamente a través de las rutas marítimas). Cartagena ha sido siempre uno de los principales accesos marítimos a la península, no solo comercialmente, sino también desde el punto de vista bélico, de hecho, los conflictos entre estas dos regiones fueron muy intensos durante los siglos XVI, XVII y XVIII. El comienzo de los enfrentamientos se remonta al año 1540 cuando, tras el fracaso de una expedición castellana a Argel, aumentó la actividad de los piratas norteafricanos en las costas cartageneras. Por esas fechas, reinaba en España Carlos I, quién decidió fortificar Cartagena, pero en 1545 las obras fueron suspendidas y la ciudad continuó indefensa (AFORCA). La zona del Valle de Escombreras resultaba un lugar privilegiado para los piratas y corsarios berberiscos, quienes frecuentemente lo utilizaban como punto de desembarco (Conesa López, 2004). Esta situación se agravó a partir de 1580, en tiempos ya de Felipe II, pues las grandes potencias europeas perdieron interés en el Mediterráneo, facilitando aún más el avance del corso, sobre todo el berberisco y en particular del argelino, que vivía su edad de oro en esos años. Tanto es así que, para dar seguridad a la costa de Cartagena, se construyeron varias torres defensivas (entre 1556 y 1598) en: La Azohía, Portmán, Cabo de Palos, Estación y Encañizada. Estas fortalezas realizaban la vigilancia de la costa y el mar, utilizando para sus avisos y alarmas la luz de sus fogatas durante la noche, y el humo de las mismas por el día; estaban construidas fundamentalmente para poder utilizar artillería (AFORCA). De manera similar, el sistema defensivo de la zona de Escombreras consistía en unos guardas de costa en la zona de Trapajugar (Sierra de Trapajugar), que avistaban los navíos de los corsarios y alertaban a los vecinos de aquel paraje haciendo señales de humo o fuego. Esta defensa se completaba con la torre de Cabo de Agua, desde la que se repetían las señales de alarma recibidas de Cabo Negro a los vigías de Alumbres (quienes alertaban a los trabajadores de las minas y a los lugareños), y al Islote de Escombreras, desde donde a continuación se avisaba al puerto o Plaza de Cartagena de posibles ataques (Conesa López, 2004). Estos ataques piratas a la costa de Cartagena fueron sucediéndose con asiduidad hasta finales del siglo XVll, y temidos hasta mucho después. La ensenada de Escombreras,

La Torre de Santa Elena, construida en mampostería, tiene forma hexagonal con un ligero escarpe troncocónico en la base y la parte superior de plomo, consta de dos plantas con techo abovedado y aljibe, y tiene una estrecha escalera de caracol que comunica las dos plantas con la cubierta de batería.

PRINCIPALES AMENAZAS A pesar de las estrategias que posee la planta para sobrevivir en zonas con escasa precipitación, el cambio climático acompañado de sequías prolongadas puede poner en peligro la supervivencia de esta especie. La manzanilla es una planta particularmente sensible a la sequía de primavera; cuando la primavera es seca la población no alcanza el éxito reproductivo y años secos consecutivos podrían agotar su banco edáfico de semillas. Por otro lado, sus poblaciones naturales se enfrentan a otras amenazas más específicas: en La Azohía, la especulación urbanística y el pisoteo de plantas, al ser una zona concurrida por pescadores y turistas; en la Isla de Escombreras, la reducida superficie potencial que puede ocupar y la escasa distancia (decenas de metros) desde la isla a la zona continental que puede facilitar la entrada de especies de plantas invasoras. RELACIÓN HISTÓRICA ENTRE CARTAGENA Y ARGELIA. ENTORNO ETNOGRÁFICO DE LA MANZANILLA Se desconoce con certeza si la especie es originaria del norte de África o del sureste de España pero pudo haber cruzado el Mediterráneo fácilmente bien de manera natural (como

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como se ha dicho, siempre fue considerada un lugar por donde recibir los desembarcos hostiles para la ciudad de Cartagena y, en el siglo XVIII, se estudiaron varios proyectos para dotar al lugar de una batería y un fuerte (en Cap Negre y el Gate), pero ninguno de ellos se llevó a cabo. A partir de 1770 ya se creía innecesaria una defensa de este tipo, sin embargo, a principios del siglo XIX se construyó la batería de Cap Negre, que quedó en ruinas en muy poco tiempo. Más tarde, ya en el siglo XX, se construyeron en el término de Escombreras varias baterías militares para contribuir a la defensa del frente marítimo de Cartagena (Conesa López, 2004). Concretamente en la isla, hábitat de la manzanilla, no se construyó edificación alguna hasta el año 1971 cuando se levantó el faro (de 8 m de altura, a 65 m sobre el nivel del mar y con un alcance de 30,8 km) que actualmente sigue en funcionamiento, avisando a las embarcaciones de la proximidad del islote. Por su parte, el sistema defensivo y de información que formaban la torres de defensa costeras, permaneció hasta la segunda mitad del siglo XIX (AFORCA). La torre de La Azohía (70 m de altitud), llamada también de Santa Elena y anteriormente de Santa Catalina, fue entregada al Cuerpo de Carabineros en 1851 para que dispusiera de ella, aunque éstos la abandonaron hacía 1870 porque se encontraba en un estado ruinoso. Hoy día, es la única de ellas que queda y la única en toda la Región de Murcia de planta hexagonal, siendo declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 1987.

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Imagen de la Isla de Escombreras, separada sólo por unos metros de la parte continental a la que está unida por una pasarela metálica, y de su faro, a 65 m sobre el nivel del mar y con un alcance de 30,8 km.

Entre las acciones del proyecto se encuentran acciones concretas para su conservación in situ, mediante la introducción de tres nuevas poblaciones de manzanilla en la costa de Cartagena: Cala del Bolete Grande, Punta de Aguilones y Algameca Chica; la producción de planta en vivero, necesaria para afrontar los trabajos de introducción de nuevas poblaciones; acciones para su conservación ex situ, a través de la recogida de semillas y almacenamiento en el Banco de Germoplasma de la Universidad Politécnica de Cartagena; así como acciones de concienciación social ante la especie y promoción de su valor natural y del entorno en el que se desarrolla.

PROYECTO PARA LA CONSERVACIÓN DE LA MANZANILLA Desde enero de 2015, todos los conocimientos adquiridos por la Universidad Politécnica de Cartagena se están poniendo en práctica en el proyecto “Acciones para la conservación en el litoral de Murcia de la manzanilla de Escombreras (Anthemis chrysantha), una planta en peligro de extinción”, que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, y de la Autoridad Portuaria de Cartagena. Este proyecto pretende aumentar el número de poblaciones viables de la especie en la costa de Cartagena con el objetivo de conectar las dos únicas poblaciones naturales que existen en Europa, garantizando con ello la recuperación del estado poblacional y la disminución de la amenaza de extinción de esta especie.

Bibliografía • AFORCA. http://www.aforca.org/ • Aguado, M. 2012. Biological and Ecological Traits of Anthemis chrysantha J. Gay (Asteraceae), a Critically Endangered Species. Universidad Politécnica de Cartagena. • Conesa López, I.G. 2004. Escombreras, recuerdos de un pueblo desaparecido. Revista murciana de antropología 10, 25–46. ISSN 1135-691X

• Sánchez Gómez, P., Carrión, M.A., Hernández, A., Jiménez, J., Vera, J., 2002. Aportaciones corológicas, nomenclaturales y taxonómicas par la flora del sureste ibérico. Ann. Biol. 24, 209–216.

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EDUCACIÓN Y NUEVAS TECNOLOGÍAS PARA EL DESARROLLO DEL PATRIMONIO HISTÓRICO Pedro Lucas Salcedo Durante estos últimos años hemos visto surgir un interés social por los legados del pasado, que promovido por colectivos afines al mundo del Patrimonio en consonancia con Ayuntamientos y Comunidades Autónomas, está estableciendo un paradigma de actividades en torno a museos y yacimientos arqueológicos dirigidas a colegios, familias, turistas y cualquier otro tipo de perfil de visitante. Pero lo verdaderamente innovador ha sido tratar de transformar a visitantes en usuarios; hacer interactuar a la gente mediante la educación y la arqueología experimental, o mediante las nuevas tecnologías, ha supuesto un nuevo sistema y un cambio de actitud en los gestores, que buscan la emoción y la curiosidad como medio de divulgación de sus contenidos. Los visitantes encuentran en este tipo de actividades experimentales e interactivas un divertimento que hace que unos conocimientos se asimilen mejor, dejando en los visitantes-usuarios un recuerdo inolvidable.

Por un lado tenemos la posibilidad educacional, que trata de acercar a cualquier persona, de manera indiferente, los aspectos históricos de una localidad o territorio mediante explicaciones didácticas, teatralizaciones, talleres experimentales, demostraciones prácticas en directo, etc. que se han ido añadiendo a la actividad de los tradicionales guías oficiales y eventos típicos como exposiciones o concursos. Este nuevo enfoque está aumentando el interés general por el Patrimonio histórico-cultural, que definitivamente debe situarse en la posición que merece, al encontrársele la utilidad como recurso social, cultural, ocioso y turístico. Por otro lado, a la par de este desarrollo educativo, se ha ido dando forma en muchas localidades a proyectos de carácter tecnológico, tales como cartelerías interactiva para monumentos y yacimientos, modelos 3D adaptados a videos que explican de manera virtual cualquier aspecto del patrimonio, sistemas de visualización de Realidad Aumentada y Realidad Virtual para museos, Videomapping proyectado sobre fachadas de edificios que ofrecen un espectáculo nocturno exclusivo, Apps para dispositivos móviles que sustituyen en parte a los guías, vuelos de drones que muestran aspectos interesantes propios de una vista aérea en documentales y reportajes, y nuevos sistemas de acceso y difusión de información a través de las redes sociales. Apostar por proyectos de desarrollo tecnológico regenera los espacios culturales, y se ve amortizado por la afluencia e interés de los visitantes, ya que no suponen grandes inversiones ni proyectos que requieran intervención alguna, sino que simplemente adaptan unos medios visuales a unos contenidos existentes ya expuestos o relegados a fondos museísticos y archivos. Desde nuestro colectivo animamos a las administraciones y gestores a plantear proyectos de este tipo, actualizando continuamente las actividades, inventando nuevas formas de conectar a la gente con el legado del pasado que le pertenece, para que de esta forma se produzca un cambio de conciencia social que proteja, revalorice, y disfrute de los restos hallados y conservados en sus localidades.

Integrando Educación y Patrimonio.

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