Origenes y expansion urbana de la antigua ciudad de Palenque
Descripción
ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA. INAH
SEP
“Orígenes y expansión urbana de la antigua ciudad de Palenque, Chiapas.”
TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE LICENCIADO EN ARQUEOLOGÍA PRESENTA: BENITO JESÚS VENEGAS DURÁN
DIRECTOR DE LA TESIS: ARQLGO. ROBERTO LOPEZ BRAVO
MÉXICO, D.F. 2009
Dedico esta Tesis:
A Dios
A Mis Padres
A Mis Hermanos
Pero sobretodo a mi adorada esposa Nadia y a mi precioso bebe Jared.
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Agradecimientos. Antes que nada agradezco infinitamente a Dios, el haberme permitido concluir esta tesis y llegar a este momento tan importante. Quiero agradecer infinitamente a mis padres Benito Jesús Venegas Delgado y Maria de Jesús Duran Leal el haberme apoyado toda la vida para alcanzar todos los objetivos que me he trazado en la vida; a mi padre además le agradezco el apoyo moral y económico para realizarme como arqueólogo y culminar la presente tesis, además de los ejemplos de rectitud y de esfuerzo en todos los aspectos; a mi madre, le reconozco también todas sus enseñanzas sobre unidad, hermandad, ganas de trabajar y triunfar en las situaciones más adversas. Gracias por haberme llevado a aquellas clases de ingles que a veces odiaba y que ahora me son de enorme utilidad. A los dos, no puedo sino más que dedicarles esta tesis, porque también gran parte de su esfuerzo se refleja en ella. A mis hermanos Guadalupe Suhail, Ahmed Enrique y Yesua Benjamín Venegas Durán, por todo el apoyo recibido; a Suhail le agradezco el apoyo de toda la vida y su preocupación por mi, además de toda su paciencia para escucharme; a Ahmed le doy muchas gracias por las desveladas y desmañanadas para irme a dejar o recogerme a la terminal de autobuses, las veces que fueron necesarias, muchas e infinitas gracias por todo el apoyo mostrado; a Yesua, quien también sufrió muchas desveladas por el mismo motivo que Ahmed, a los tres les reconozco y aprecio infinitamente su apoyo moral y económico cuando ha habido la necesidad, a los tres mi amor y gratitud eterna. A la familia Arce Venegas, mi más amplio reconocimiento por siempre ser una familia muy alegre y que siempre estuvieron a mi lado para apoyarme en todo lo que necesite, me refiero a mi cuñado Alejandro Arce Franco y mi adorado sobrino Carim Arce Venegas, sin quienes no hubiera sido posible nada de esto; también agradezco a Jesús Flores por todo el apoyo recibido. En el ámbito profesional, tengo que agradecer sinceramente a tres arqueólogos que han influido en mi manera de concebir el mundo de la arqueología Mexicana y me refiero a Gerardo Jiménez Delgado, Rodrigo Liendo Stuardo y a Roberto López Bravo. A Gerardo Jiménez Delgado, mi gratitud por haber sido la primera persona que confió en mí, ya que fue el primer proyecto arqueológico en el que trabajé y por supuesto por haber creído en mí a pesar de ser un estudiante de la ENAH.
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Al Dr. Rodrigo Liendo Stuardo, quien confió en mi de manera abierta para dirigir grupos de recorrido de superficie, mi más sincero agradecimiento y con quien compartí muchos kilómetros caminados, comunidades enojadas, garrapatas, víboras y animales de todo tipo. A Roberto López Bravo, mi eterno agradecimiento por permitirme trabajar con él en el PCU y compartir su amplio conocimiento de Palenque y de la arqueología Maya, gracias por haber confiado en mi y permitirme utilizar los datos del PCU, que se han reflejado en esta tesis; agradezco su preocupación y su empeño para sacar adelante esta tesis además de por supuesto estar siempre al pendiente de su evolución, gracias infinitas por la beca López Bravo. Mi especial agradecimiento a dos personas con especial y amplio conocimiento de Palenque, el arqueólogo Arnoldo González Cruz y el Hist. Guillermo Bernal Romero. Arnoldo González Cruz, a quien le agradezco el interés mostrado por mi anteproyecto de tesis y la tesis en si, además de su confianza para poder compartir buenos momentos tanto profesionales como personales en el campamento; a Guillermo Bernal le reconozco el apoyo, los consejos y la compañía en el campamento arqueológico de Palenque y que propició muchas pláticas en la soledad de la selva acerca de muchísimas cuestiones, le agradezco el ser un gran amigo, pero sobre todo ser una excelente persona. Mi estancia en Palenque ha sido una experiencia inolvidable y de la cual me siento bendecido. Las largas estancias en el campamento, sólo son llevaderas por los amigos con los cuales he convivido y a los cuales me ha tocado conocer de una manera más cercana. A ellos les tengo que dar una mención especial por haber compartido muchos momentos alegres y también tristes, me refiero a Yalo Madrigal Cossío (amigore); Miguel Ángel Vázquez del Mercado, Elena San Román por la amistad y por los consejos profesionales en cuanto al análisis de la cerámica palencana, además de su ayuda certera en los momentos que lo necesité, al C.P. Miguel Ángel Velásquez por su amistad sincera y desinteresada; a los Restauradores Alfonso Cruz Becerril por ser un amigo sincero y directo y por supuesto también a Constantino Armendáriz, por los buenos momentos en el campamento y por supuesto también a Javier López Mejía por su compañía en Palenque.
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En la Dirección de la Zona Arqueológica mi agradecimiento durante su gestión al C.P. Roberto Martínez Aguilar por su apoyo para continuar trabajando en el Museo de Sitio, a Mary, Janette y Mayra dentro de la cocina del campamento; en el Museo de Sitio a la Hist. Dory MacDonal Vera por su apoyo para trabajar en la publicación del Boletín Lakamha´ y en general a toda la gente con la que me relacione en Palenque. Durante la gestión de la Lic. Elisabeth Flores Torruco; a la Licenciada Elisabeth, le agradezco infinitamente la oportunidad de poder trabajar como Encargado de la Zona Arqueológica de Palenque; a la C.P. Ada Ivonne López Fernández, Administradora de la Zona, por toda la ayuda recibida; a Antonio Rodríguez Castro, Jefe de Seguridad, por los consejos en cuanto a la operación de la zona arqueológica; a los operadores de vehículos Alejo Ramos Díaz y Otilio Aguilar; al auxiliar de seguridad Efrén Sánchez López, por todo su apoyo y las aventuras sucedidas; así como también a Francisca Arcos, Ángeles Cano Ascencio y Magaly Pérez, personal administrativo de la Dirección, quienes hicieron mi trabajo más fácil y por supuesto a todos los trabajadores ATM de la zona arqueológica. Durante la gestión del Lic. Juan Antonio Ferrer Aguilar; le agradezco ampliamente las facilidades otorgadas para poder realizar mis actividades con mayor comodidad y por supuesto por todo lo aprendido bajo su dirección, gracias infinitas; a la Lic. Martha Patricia Islas Vargas, a los Arqlgos José Luis Romero Rivera, Ito Javier Kato Vidal, Roberto Aguirre Cadenas, Sisiyi Ruvalcaba Valdez; al Ing. Freddy del Valle, a doña Patty de la Cruz y en general a todo el personal del CITAB, gracias por permitirme trabajar y aprender con ellos. Dentro de la CONANP en donde hice muy buenos amigos y a los que también agradezco su apoyo y su amistad en todo momento, quiero mencionar a los Biólogos José Hernández Nava, Bogar Guillermo Gálvez Cruz, al Ing. Marcelo Hernández Martínez; a los encargados del DESAG en Tuxtla Gutiérrez, a los Ing. Arturo Chorley, Saúl Hernández, Mauricio Ríos y Guillermo Koller; con quienes compartí buenos momentos y a los que les aprecio me hayan dejado colaborar y aprender con ellos. En la ENAH agradezco a todos mis compañeros de generación el haber compartido momentos de alegría y también momentos tristes y entre ellos quisiera nombrar a Alberto Flores Colín, Cristina García, Elizabeth Zepeda Valverde, Fernanda Rabanal Mora , Carlos
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Palomera Moreno (palomas), Carlos Sosa (supercan), Adrián Dávila (renegado), David Rettig y Sara Mattiusi, con quienes conviví más cercanamente, pero también quisiera reconocer a más compañeros y amigos como Ulises, Emilio, Wanda, Paloma, Gil, Pablo, Alberto Diez, Joel y Claudia, Montaño Niño, Eduardo Ladrón de Guevara, Claudia Porras, etc, etc, perdón si no nombro a algunos otros pero no vienen a mi mente más nombres. A mis profesores de la ENAH como Javier López Camacho, Carlos Garnica, Dolores Soto, Carlos Lazcano, Beatriz Barba, Carlos Álvarez, Ivonne Schonlebber, Ernesto González Licón, Héctor Patiño, Guillermo Acosta, Erik Velásquez, Lilly Fonseca Andere, Fidencio Briceño, Atlántida Elizalde, Juan Robles Padilla, Gary Ramón Mota, Alicia Bonfil, Serafín Sánchez, Lorena Mirambell y perdón por los que se me olvidaron y a los cuales les debo mi formación como arqueólogo. También tengo que agradecer a un amigo muy especial y al cual aprecio en demasía, a Rafael Ríos Chagolla, por compartir tantos buenos momentos y sobre todo por estar siempre en los momentos buenos y malos, todos aquellos momentos en los que necesite un amigo siempre ha estado ahí, por lo que siempre estaremos unidos aún mas allá de las esferas, cuando arriba sea como abajo y abajo sea como arriba. Ya por ultimo y no por eso menos importante, quisiera agradecer infinitamente por su paciencia y su amor a mi esposa y a mi adorado bebe Jared, a quienes también les dedico esta tesis; por todo lo que hemos vivido juntos desde que éramos novios hasta la actualidad, a Nadia le agradezco su apoyo y solidaridad en todo momento y siempre en los momentos en los que he necesitado un hombro en el cual apoyarme o llorar y una mano para levantarme, siempre que he caído en la desesperación y el desaliento, mi vida eterna de agradecimiento, también le pido perdón por todo el tiempo robado, ya que sin su apoyo esta tesis y mi trabajo en Palenque no hubieran sido posibles, a ella por ser una mujer tan maravillosa mi esfuerzo y deseo de superación para brindarle siempre lo mejor y por supuesto a mi bebe Jared, por quien redoblare esfuerzos para superarme cada día y ofrecerle siempre lo mejor.
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“la primera visita a Palenque provoca una impresión inmensa. Cuando se ha vivido allí durante algún tiempo, esta ciudad en ruinas llega a convertirse en una obsesión” Franz Blom; Tribes and Temples, 1926.
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ÍNDICE. Agradecimientos Índice Lista de figuras
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Introducción
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Capitulo 1. Antecedentes Planteamiento del problema de investigación Objetivos Lineamientos de campo y metodología Análisis y resultado del material cerámico
6 13 24 25 29
Capitulo 2. Palenque como ciudad Descripción de barrios
48 56
Capitulo 3. El Preclásico Tardío y la fundación de la ciudad Pozos estratigráficos con material Preclásico Consideraciones
84 87 97
Capitulo 4. La expansión del Clásico Temprano Pozos estratigráficos con material del Clásico Temprano Consideraciones
102 103 121
Capitulo 5. El Clásico Tardío Pozos estratigráficos con material Clásico Tardío Consideraciones
128 135 147
Capitulo 6. El apogeo y abandono durante el Clásico Terminal Pozos estratigráficos con material Clásico Tardío/Terminal Consideraciones
154 157 175
Conclusiones
180
Bibliografía
198
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LISTA DE FIGURAS.
Figura 1. Vista área de Palenque. Figura 2. Grabado de Palenque, realizado por Frederick Catherwood (Tomado de la revista arqueología mexicana, núm. 45). Figura 3. Fotografía de la expedición de Alfred Maudslay, quién se encuentra en el segundo cuerpo de la Torre. Figura 4. El Dr. Alberto Ruz Lhuillier, emergiendo del sarcófago del gobernante Pakal II. Figura 5. Tabla en la que se muestra la densidad de varios sitios mayas (tomado de Barnhart, 2001). Figura 6.Los cuadros en color representan una unidad de excavación o pozo de sondeo (modificado de Barnhart, 2001) . Figura 7. Pozo de sondeo en el Grupo Xinil Pa´ (Foto del autor). Figura 8. Templo de las Inscripciones, Tumba del Gobernante K´inich Janahb´Pakal II (615-683 d. C.) (Foto del autor). Figura 9. Material perteneciente al Grupo Sierra Rojo, recuperado por el PCU (Foto del autor). Figura 10. Bordes diagnósticos del complejo cerámico Prepicota (Dibujos del autor). Figura 11. Bordes y soporte diagnósticos del complejo cerámico Picota (Dibujos del autor). Figura 12. Bordes diagnósticos del complejo cerámico Motiepá (Dibujos del autor). Figura 13. Bordes diagnósticos del complejo cerámico Otolúm (Dibujos del autor). Figura 14. Bordes diagnósticos del complejo cerámico Murciélagos (Dibujos del autor). Figura 15. Bordes diagnósticos del complejo cerámico Balunté (Dibujos del autor). Figura 16. Bordes diagnósticos del complejo cerámico Balunté (Dibujos del autor). Figura 17. Bordes diagnósticos del complejo cerámico Huipalé (Dibujos del autor). Figura 18. Mapa de Frans Blom elaborado en 1923 (Tomado de Barnhart, 2001).
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Figura 19. Mapa de Palenque realizado por Edwin Barnhart en el año 2001. Figura 20. Propuesta de división del antiguo asentamiento en 12 barrios (modificado de Barnhart, 2001). Figura 21. Propuesta del Barrio 1 (BA-1). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001). Figura 22. Propuesta del Barrio 2 (BA-2). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001). Figura 23. Propuesta del Barrio 3 (BA-3). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001). Figura 24. Propuesta del Barrio 4 (BA-4). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001). Figura 25. Propuesta del Barrio 5 (BA-5). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001). Figura 26. Propuesta del Barrio 6 (BA-6). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001). Figura 27. Propuesta del Barrio 7 (BA-7). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001). Figura 28. Propuesta del Barrio 8 (BA-8). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001). Figura 29. Propuesta del Barrio 9 (BA-9). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001). Figura 30. Propuesta del Barrio 10 (BA-10). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001). Figura 31. Propuesta del Barrio 11 (BA-11). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001). Figura 32. Propuesta del Barrio 12 (BA-12). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001). Figura 33. Propuesta del Núcleo Central. El área sombreada representa la cabecera de la capital (modificado de Barnhart, 2001). Figura 34. Material Preclásico del Tipo Sierra Rojo, recuperado por el PCU. (Foto del autor).
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Figura 35. Mapa de Palenque, mostrando las áreas con presencia de material Preclásico (modificado de Barnhart, 2001). Figura 36. Perfil este y fotos de fin de excavación del Pozo 29 (foto y dibujo del autor). Figura 37. Perfil norte del Pozo 31 (dibujo del autor). Figura 38. Perfil este del Pozo 35 (dibujo del autor). Figura 39. Comienzo excavación pozo 35 (foto del autor). Figura 40. Tablero del Trono del Templo XXI. (Foto de Michel Zabé). Figura 41. Pakal II, personificado como Ch´aáj -?-. (Tomado de Bernal Romero, 2006) Figura 42. Mapa de Palenque, mostrando los sectores con presencia de material Clásico Temprano (modificado de Barnhart, 2001). Figura 43. Perfil Este, Pozo 75 (Dibujo del autor). Figura 44. Planta del Entierro 10 (Dibujo del autor). Figura 45. Foto del Entierro 10 (Foto del autor). Figura 46. Foto de un fragmento del Elemento 3, vasija del tipo Telchac Compuesto que formó parte de la ofrenda del Entierro 10 (Foto del autor). Figura 47. Foto de los Elementos 1 y 6 respectivamente, fragmentos de espátulas y agujas fabricadas en hueso que formaron parte de la ofrenda del Entierro 10 (Foto del autor). Figura 48. Foto de Fin de excavación del Pozo 75 (Foto del autor). Figura 49. Perfil Oeste del Pozo 78 (Dibujo de Javier López Mejía). Figura 50. Perfil del Pozo 63. Dibujo del autor. Figura 51. Perfil del Pozo 64 (Dibujo de Javier López Mejía). Figura 52. Fotografía del material cerámico del tipo Águila Naranja (Foto del autor). Figura 53. Mapa del Grupo Escondido en comparación con el Palacio (Tomado de Barnhart, 2001).
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Figura 54. Mapa del Grupo Xinil Pa´ (Modificado de Barnhart, 2001). Figura 55. Tablero del Templo de la Cruz (Dibujo de Linda Schele). Figura 56. Tablero del Templo del Sol (Dibujo de Linda Schele). Figura 57. Portaincensario del Grupo de las Cruces (Fotos del autor). Figura 58. Monumento 122 de Toniná (Foto del autor). Figura 59. Tablero de los Esclavos (Dibujo de Linda Schele). Figura 60. Mapa de Palenque mostrando los sectores con presencia del material Clásico Tardío, mostrando especialmente la distribución de la fase cerámica Otolúm. (Modificado de Barnhart, 2001). Figura 61. Mapa de Palenque mostrando los barrios con presencia del material Clásico Tardío, mostrando especialmente la distribución de la fase cerámica Murciélagos. (Modificado de Barnhart, 2001). Figura 62. Perfile Este Pozo 47 (Dibujo del autor). Figura 63. Perfil sur del Pozo 47 (Dibujo del autor). Figura 64. Dibujo de Planta del Pozo 47 (Dibujos del autor). Figura 65. Fotografía del Perfil Este del Pozo 47 (Foto del autor). Figura 66. Dibujo de Planta del Pozo 51 (Dibujo del autor). Figura 67. Dibujo del Perfil Sur del Pozo 51 (Dibujo del autor). Figura 68. Dibujo del Perfil Oeste y Planta del Pozo 51, respectivamente (Dibujos del autor). Figura 69. Dibujo del Perfil Este del Pozo 87 (Dibujo del autor). Figura 70. Mapa de Palenque, mostrando el area con presencia de material cerámico perteneciente al periodo Clásico Tardío Terminal, específicamente la fase cerámica Balunté (Modificado de Barnhart, 2001). Figura 71. Mapa de Palenque, mostrando el área con presencia de material cerámico perteneciente al periodo Clásico Tardío Terminal, específicamente la fase cerámica Huipalé (Modificado de Barnhart, 2001). Figura 72. Dibujo de Planta del Pozo 59 (Dibujo del autor).
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Figura 73. Dibujo del perfil Norte del Pozo 59 (Dibujo del autor). Figura 74. Entierro 8, Pozo 59 (Dibujo del autor). Figura 75. Fotografía del Entierro 9 del Pozo 59 (Foto del autor). Figura 76. Dibujo de Planta del Pozo 65 (Dibujo del autor). Figura 77. Dibujo de Planta del Pozo 65, entierro 9 (Dibujo del autor). Figura 78. Dibujos de Planta y Perfil Este del Pozo 65, respectivamente (Dibujos del autor). Figura 79. Dibujo de planta del pozo 79 (Dibujo del autor). Figura 80. Dibujos del perfil sur y planta del pozo 79, respectivamente. (Dibujo del autor). Figura 81. Dibujo de Planta del Pozo 85 (Dibujo del autor). Figura 82. Dibujo del Perfil Sur del Pozo 85 (Dibujo del autor). Figura 83. Mapa de Palenque mostrando las áreas ocupadas durante la fase cerámica Huipalé (Modificado de Barnhart, 2001). Figura 84. Porcentajes del total de pozos con materiales por complejo cerámico y porcentajes del total de material cerámico analizado por complejo cerámico. Figura 85. Crecimiento del área ocupada en Palenque (hectáreas por complejo cerámico y periodo).
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INTRODUCCION.
La mayor parte de las investigaciones arqueológicas realizadas en Palenque se han dedicado al análisis de su arquitectura monumental, la reconstrucción y consolidación de los edificios, el hallazgo de monumentos labrados, la excavación de contextos funerarios de élite y el desciframiento de sus textos (Berlín 1956; Bernal 2000, 2002; Fox 1995; González 2002; González 2000; Marcus 1975;
Martin 2000; Martin y Grube 2000;
Mathews 1985, 1991, 1997; Schele 1976, 1991, 1992, 1996; Stuart 1998, 2000; Yoffee 1991), dejando de lado otras líneas de investigación necesarias para comprender a las civilizaciones prehispánicas. (Figura 1).
Figura 1. Vista área de Palenque.
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En épocas recientes se han llevado a cabo proyectos que analizan aspectos de la vida cotidiana en el área de Palenque, tales como: excavaciones en grupos habitacionales (López Bravo, 1995), investigaciones sobre el área de sustento y campos de cultivo (Liendo Stuardo, 1999), y la integración política que mantenía el señorío (Liendo Stuardo, 2000).
Sin
embargo,
las
interpretaciones
más
aceptadas
están
sustentadas
principalmente en el desciframiento de textos epigráficos y otros datos obtenidos mediante
reconocimientos
de
superficie
(Barnhart
2001),
excavaciones
no
sistematizadas y comparaciones arquitectónicas. Por ejemplo, se ha sugerido que durante el gobierno de K´inich Janahb´ Pakal II, a inicios del Clásico Tardío (615-683 d. C.), el sitio alcanzó su máxima extensión territorial, su apogeo poblacional, y se convirtió en la capital regional (Liendo, 2001; Martin y Grube, 2000; Rands, 1974; Schele 1991).
El proyecto arqueológico “Crecimiento Urbano de la antigua ciudad de Palenque” (PCU), dirigido por el Arqlgo. Roberto López Bravo, se ha preocupado en la determinación de aspectos como la antigüedad del sitio, procesos de crecimiento urbano y la distribución espacial de actividades. Es dentro de este proyecto que se integra la presente tesis, basada en el análisis de los materiales obtenidos en la excavación de 97 pozos distribuidos sistemáticamente en los conjuntos arquitectónicos de la ciudad, mismos que han proporcionado una muestra de los materiales arqueológicos que permiten comprender el crecimiento de la ciudad y las actividades que se realizaban en los diferentes conjuntos habitacionales.
De esta manera, se pretende determinar y localizar los orígenes de Palenque como ciudad y analizar las dinámicas y procesos que permitieron que Palenque se 2
transformara en un sitio de gran importancia regional. Dichos aspectos serán examinados mediante el análisis de los materiales recuperados en las excavaciones realizadas por el PCU, así como también por materiales recuperados por el Proyecto Arqueológico Palenque (PAP) dirigido por el arqueólogo Arnoldo González Cruz, quien ha recuperado un gran numero de materiales con una muy buena ubicación espaciotemporal.
La propuesta que a continuación se presenta, es el fruto de 4 años de trabajo realizado en la Zona Arqueológica de Palenque y que presenta datos y conclusiones que permiten al lector, obtener una nueva visión sobre el desarrollo de la antigua ciudad de Palenque.
Esta tesis se divide en seis capítulos y una sección de conclusiones, los cuales abordan periodos cronológicos específicos dentro de la vida del antiguo reino de B´aak-al ; en el Capitulo 1, podemos observar un breve recorrido por los antecedentes de investigación de Palenque, además de cuestiones básicas sobre el planteamiento de problema de investigación, los objetivos, los lineamientos de campo y la metodología utilizada en el proceso de excavación para la obtención del material arqueológico sobre el cual recae el mayor peso de esta tesis, así como los lineamientos utilizados para el análisis del material cerámico obtenido.
El Capitulo 2 presenta los referentes teóricos que sustentan las afirmaciones y conclusiones aquí presentadas. Asimismo se incluyen secciones de importancia general como la descripción de Palenque como ciudad y un breve análisis de los barrios que la
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constituyen, mismos que servirán para comprender el crecimiento de la ciudad a lo largo del periodo Clásico.
El Capitulo 3 muestra los resultados obtenidos en campo y, ya enmarcado dentro de la división cronológica por periodos, los sondeos que presentan material cerámico perteneciente al periodo Preclásico Tardío, el momento en que considero se fundó la ciudad, además de un apartado breve de consideraciones sobre este periodo cronológico.
Dentro de esta misma dinámica, en el Capitulo 4 observamos los sondeos que presentan material cerámico perteneciente al periodo Clásico Temprano, y lo que considero fue la consolidación de la ciudad como una capital regional, además de algunas consideraciones sobre este periodo cronológico.
El Capitulo 5 continúa con la división cronológica propuesta y se muestran los resultados con los sondeos que presentan material cerámico perteneciente al periodo Clásico Tardío, el momento que muchos investigadores consideran como el apogeo de la ciudad, asociado a K’inich Janahb’ Pakal II, el gobernante más conocido de la secuencia dinástica local.
El Capitulo 6 aborda el periodo Clásico Tardío-Terminal, presentando los sondeos que muestran la presencia de material cerámico perteneciente al momento de mayor tamaño de la ciudad y su subsecuente abandono durante el siglo IX.
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Finalmente, en las Conclusiones se plantea un panorama diferente sobre el origen, desarrollo y crecimiento de la antigua ciudad de Palenque, con base en los resultados presentados en las secciones antes mencionadas,
La presente investigación pretende contribuir al estudio de las dinámicas urbanas, arquitectónicas, sociales o demográficas del antiguo asentamiento, complementando trabajos previos con datos obtenidos en áreas previamente inexploradas de la ciudad, lo cual ayudará a comprender de una mejor manera uno de los sitios arqueológicos más frecuentemente mencionados del Área Maya y Mesoamérica.
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CAPITULO 1 ANTECEDENTES
Palenque ha llamado la atención de una gran cantidad de viajeros, exploradores, historiadores del arte y arqueólogos durante los tres últimos siglos. Después del primer antecedente del descubrimiento de Palenque en el año de 1746 por un sobrino de Antonio de Solís (García Moll, 1991; Rivero Chong, 2000) y después de la primera visita realizada a la zona arqueológica por parte del teniente José Antonio Calderón en 1784, y la más famosa de todas las expediciones, la realizada por el teniente de artillería Antonio del Río en 1786 (Navarrete, 2000), por la antigua ciudad pasó una gran cantidad de personajes que han sido la base de las investigaciones arqueológicas que se realizan en el sitio de manera ininterrumpida desde por lo menos 1784.
Figura 2. Grabado de Palenque, realizado por Frederick Caterwood. (Tomado de la Revista Arqueología Mexicana, núm. 45).
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Podemos conocer el estado en el cual fue encontrado el sitio, ya que esto fue documentado por numerosas expediciones que realizaron detalladas descripciones arquitectónicas y comenzaron a formar un corpus de representaciones escultóricas. Estas obras
fueron elaboradas por Guillermo Dupaix (1807-1808), el conde Jean-
Frédéric Maximilien de Waldeck (1832), John Herbert Caddy y Patrick Walker (1840); John Loyd Stephens y Frederick Caterwood (1840); Desiré Charnay (1857-1882) y Alfred Percival Maudslay (1895) [Liendo, 2002].
Figura 3. Fotografía de la expedición de Alfred Maudslay, quién se encuentra en el segundo cuerpo de la Torre.
Durante la segunda década del siglo XX se empezaron a realizar trabajos de orientación diferente. Frans Blom desarrolló el primer reconocimiento sistemático sobre los
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asentamientos de los alrededores, y además realizó uno de los mapas más completos con la distribución de las estructuras localizadas en el núcleo central de la ciudad, así como de algunos grupos habitacionales cercanos. (Griffin, 1973). Su trabajo fue publicado con el titulo de Tribes and Temples (Rivero Chong, 2000).
Después de Blom, llegó a Palenque el arqueólogo mexicano Eduardo Noguera, quien realizó una inspección, con la finalidad de verificar el estado en que se encontraban las ruinas y realizó una monografía que forma parte del archivo técnico de la Dirección de Monumentos Prehispánicos (García Moll, 1991; Rivero Chong, 2000).
El sitio fue visitado esporádicamente por investigadores como Alberto Escalona Ramos, Enrique Juan Palacios, Luis Rosado Vega (1933) y Eulalia Guzmán (1941). [García Moll, 1991; Liendo, 2002; Rivero Chong, 2000]. Miguel Ángel Fernández realizó excavaciones sistemáticas durante once temporadas entre 1933 y 1945, concentrándose en varios edificios del núcleo central (García Moll, 1991).
Alberto Ruz Lhuillier coordinó los trabajos más completos (1949-1958) que hasta ese entonces se habían realizado. Sus colaboradores incluyeron a arqueólogos como Jesús Núñez Chinchilla (a cargo de las excavaciones en el Palacio), el dibujante Agustín Villagra Caletri, Santos Villasantos (restaurador); Ruz se concentró en la restauración y consolidación de varios edificios en el núcleo central como el Templo de las Inscripciones, El Palacio, Juego de Pelota, el Templo XVIII; revelando grandes descubrimientos como el ubicado en el Templo de las Inscripciones (La tumba del gobernante K´inich Janahb´ Pakal II y una gran cantidad de monumentos labrados y 8
esculpidos). Originalmente el propósito de los trabajos de Alberto Ruz se centraron en la búsqueda y estudio de las estructuras arquitectónicas más antiguas de la ciudad, inclusive Ruz creía que al estar Palenque cercano al área nuclear olmeca, debajo de alguna estructura prehispánica de la ciudad, él podría localizar alguna evidencia de arquitectura olmeca, es por esto que eligió la excavación del Templo de las Inscripciones (Ruz 1952,1973).
Figura 4. El Dr. Alberto Ruz Lhuillier, emergiendo del sarcófago del gobernante Pakal II.
Robert Rands ha centrado sus investigaciones en el análisis de la cerámica del sitio, iniciando con los materiales recuperados por Ruz y después realizando sus propias excavaciones tanto en el área central, como en sectores periféricos y sitios secundarios,
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lo que le ha permitido desarrollar la secuencia cerámica de Palenque y comprender el funcionamiento de un sistema de intercambio entre el sitios y sus centros subsidiarios (Rands, 1954, 1965, 1974). Aunque también es oportuno mencionar, que en la actualidad no existe una monografía sobre la cerámica palencana, como sucede en muchos otros sitios que han sido excavados a la par de Palenque.
Después de estos trabajos el sitio fue inspeccionado por Jorge Acosta (1967-1974), quien realizó algunas temporadas de investigación y conservación de algunos edificios como los templos ubicados en el Grupo de las Cruces, continua con los trabajos en el Palacio, el Templo de las Inscripciones y los templos XII y XIV, además de comenzar con la exploración y consolidación del Grupo Norte y el Acueducto; alejándose del núcleo central, también realizó excavaciones y consolidó parcialmente el Templo Encantado (Acosta, 1974,1975).
Fue a principios de los años ochenta, que el arqueólogo Roberto García Moll se hace cargo de los trabajos en la zona; para 1982 regresa Cesar Sáenz (quien ya había trabajado con Alberto Ruz) y realiza trabajos de conservación y restauración en el núcleo central (Rivero Chong, 2000). Un año después, se haría cargo de los trabajos en Palenque la arqueóloga Rosalba Nieto Calleja (1983-1987), quien también realizaría trabajos de conservación en el centro del sitio y el Templo Olvidado, en donde realizó algunos hallazgos como tumbas de cista con ofrendas de mascaras de jade, cinturones ceremoniales y vasijas completas. (Nieto y Schiavon, 1989)
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A partir de 1989 el Proyecto Palenque es dirigido por el arqueólogo Arnoldo González Cruz, quien después de Ruz, ha conducido el proyecto arqueológico y de restauración más importante del sitio, enfocándose en la investigación y conservación de numerosos edificios del núcleo central de la ciudad como el Palacio, Grupo Norte, Templo XIII, Templo de la Calavera, el Grupo de las Cruces y el Templo XXI. De la misma manera se han realizado trabajos en las áreas residenciales cercanas como el Grupo I y II (anteriormente intervenido por Ruz), el Grupo B, C, Murciélagos, Grupo IV (Liendo 2002; Rivero Chong, 2000).
La historia dinástica de Palenque es una de las más estudiadas hasta la fecha, gracias a la enorme atención prestada por los epigrafistas, además por el número y detalle de sus inscripciones. De igual manera se ha avanzado en interpretaciones iconográficas de los múltiples elementos decorativos (Bernal 2000, 2002; González, 2000; González, 2002).
Como podemos observar, las investigaciones previas en Palenque se han dedicado principalmente al área central-este del sitio, debido a que contiene la mayor cantidad de arquitectura monumental, dejando de lado otros sectores. En este sentido, los sondeos los sondeos realizados por el PCU son la primera investigación sistemática de sectores inexplorados o poco investigados de la ciudad, principalmente el área oeste y los conjuntos arquitectónicos ubicados al sur del núcleo ceremonial.
De igual forma, debemos recordar que si bien ya se habían realizado croquis y planos de los distintos sectores de la ciudad en distintas oportunidades (Blom 1926; Nieto Calleja, 1991; Greene Robertson, 1973), fue hasta fechas recientes que se realizó un 11
levantamiento que incluye la totalidad de sus estructuras, lo que ha permitido establecer las dimensiones de todo el sitio (Barnhart, 2001), y una mejor planeación en la intervención de los sectores poco estudiados de Palenque. Con base en lo anterior, el proyecto Crecimiento Urbano de la antigua ciudad de Palenque (PCU) se ha interesado por recuperar información de los distintos sectores de la ciudad, que permita una mejor comprensión de la manera en la que se fue conformando desde sus etapas más tempranas (López Bravo, 2003).
Considerando que la información generalmente utilizada para interpretar el crecimiento del sitio proviene del sector central-este, y siendo escasas las investigaciones en otros sectores, el PCU se encargó de la excavación de pozos estratigráficos en áreas inexploradas, utilizando como referencia el mapa recientemente elaborado en 2001 por el Palenque Mapping Project. Estudios previos (Bishop 1994; Rands,1987; Schele, 1986) han sugerido que, aunque la ocupación del sitio se remonta al Preclásico Medio y Tardío (c. 500 a. C. - c. 150 d. C.), fue hasta el Clásico Tardío que empezó a tomar la forma que hoy conocemos, creciendo hacia el este a partir de una colonización inicial en el sector oeste mejor conocido como de La Picota.
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PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN.
Como se ha mencionado con anterioridad, existe un gran vacío de información sobre el crecimiento arquitectónico y urbano que sufrieron la mayoría de los núcleos urbanos mesoamericanos desde sus orígenes hasta su abandono, un ejemplo de esto es evidente en la mayoría de los proyectos realizados en el área Maya, los cuales se han enfocado hacia la monumentalidad, la reconstrucción y consolidación de sus edificios, el hallazgo y recuperación sistemática de sus monumentos labrados, la excavación de contextos funerarios de elite y el desciframiento de sus textos (Berlín, 1956; Bernal, 2000, 2002; Fox, 1995; González, 2000; González, 2002; Marcus, 1975; Martin, 2000; Martin y Grube, 2000; Mathews, 1985, 1991, 1997; Schele, 1976, 1991, 1992, 1996; Stuart, 1998, 2000; Yoffee 1991), dejando de lado muchas otras líneas de investigación importantes para el análisis de las antiguas civilizaciones prehispánicas. El desarrollo y surgimiento de las ciudades es un tema que ha estado sujeto a una enorme controversia por una gran cantidad de investigadores, pues los criterios que caracterizan a una ciudad pueden ser aplicados de manera objetiva o subjetiva, según el deseo del investigador. De acuerdo a Louis Wirth (citado en Sanders y Webster, 1988), una ciudad debe tener tres características básicas:
1. una gran población. 2. una densidad poblacional alta. 3. una gran heterogeneidad interna.
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Una definición muy similar a la anterior es proporcionada por Max Weber (citado en Sanders y Webster, 1988), en donde una ciudad aparte de las tres características anteriores, también debe tener funciones económicas, pero particularmente comerciales y en donde ésta comunidad cuenta con su propio gobierno y con cierta autonomía del estado para establecer sus propias leyes e incluso mantener su propio ejercito.
John Fox (1977), presenta un modelo basado en tres tipos de ciudades básicas existentes en las sociedades preindustriales, en los que refiere que una ciudad es básicamente es una comunidad más funcional y especializada que una comunidad rural. Para Fox las ciudades se dividen en: reales-rituales, administrativas y mercantiles. Las ciudades reales-rituales se caracterizan por ser el centro de las actividades religiosas e ideológicas, por lo tanto su existencia depende directamente de este tipo de actividades. Estos centros ceremoniales funcionan como los instrumentos para difundir creencias e ideas que son proporcionadas por los personajes que detentan el poder y de esta manera justificar su estancia al mando (Fox, 1977).
Fox relaciona la ciudad real-ritual con el llamado “estado segmentario”, lo que implica pequeños sistemas políticos descentralizados con una gran debilidad, a lo que se debe sumar también, que no hay una clara distinción entre la población urbana y rural. Las ciudades administrativas son grandes, con una gran población y más heterogéneas que las ciudades reales-rituales. La función primaria de estas ciudades es la política y por supuesto la administración. Son capitales de estados o centros de administración en un sistema político compuesto por varios niveles de ciudades. Este tipo de ciudades son la residencia no solo de los gobernantes y sus familias, sino también de la elite, la nobleza 14
y los oficiales o los encargados de realizar las tareas de dirigir la ciudad, este segmento de población puede ser sostenido por el tributo proveniente de las poblaciones satelitales. Internamente en la ciudad se encuentra una marcada estratificación social y se puede observar una clara distinción entre la población rural y urbana (Fox, 1977).
Obviamente estas diferencias se notarán en la variación y tipos de edificios arquitectónicos que se puedan encontrar al interior de una ciudad, estas diferencias obedecen a su vez al acceso que se tenga a materiales constructivos por parte de los propietarios, ahí se reflejará el nivel jerárquico logrado dentro de la sociedad.
Por ultimo Fox, propone las ciudades mercantiles como los centros en donde se tiene una gran cantidad de productos para intercambio, pero también enfatiza a estas ciudades como centros productores y de consumo, que están interconectados en una amplia red de intercambios (Fox, 1977). Resumiendo lo anterior, John Fox cree que la centralización del poder y el autoritarismo derivan directamente del control que se pueda ejercer sobre los bienes o recursos más importantes y no se derivan de la manipulación o el control religioso o ideológico; este control solo refuerza la ideología económica y sociopolítica.
William Sanders y David Webster después de la crítica que realizan al modelo de Fox, consideran que la mayoría de las ciudades mayas como Copán, caen directamente en la categoría de ciudades reales-rituales, mientras que ciudades como Tenochtitlán, Teotihuacan, Tula, Monte Albán y Cholula, corresponderían al orden de ciudades administrativas (Sanders y Webster, 1988).
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Stephen Houston ha presentado un modelo en el cual el sitio arqueológico de Piedras Negras y algunos otros dentro de Mesoamérica fueron el resultado del interés personal de personas carismáticas, dotadas de personalidad, persuasión y autoridad especiales, las cuales promovían de cierta manera la migración para la fundación de nuevos asentamientos, reflejando una “estrategia real”; esta estrategia es una serie de variables políticas, culturales e históricas, aplicadas directamente por los gobernantes a sus subordinados, aliados y enemigos (Houston et al, 2001, 2003). El gobernante construirá su residencia en el centro de la ciudad y la población se ira conformando a su alrededor, en una suerte de “comunidad moral” (moral community en el texto de Houston). Por lo tanto la creación y desarrollo de las ciudades, reflejan los deseos y ambiciones de los gobernantes a través de toda Mesoamérica y el colapso de las mismas obedece a la incapacidad de continuar “hechizando” a las poblaciones con su personalidad y carisma (Houston et al, 2001, 2003).
Para Cowgill (2004) una ciudad se define como: “permanent settlement within the larger territory occupied by a society considered home by a significant number of residents whose activities, roles, practices, experiences, identities, and attitudes differ significantly from those of other members of the society who identify most closely with “rural” lands outside such settlements”.
Pero también nos proporciona algunas descripciones sobre la definición de urbano y el proceso de urbanización:” I use “urban” as an adjective pertaining to city-ness and “rural” for places, entities, and practices outside of cities. Societies without cities can be called nonurban, but not rural, because rural has meaning only as a sector within societies that 16
also have an urban sector. I use “urbanization” to denote the creation of cities by a society that formerly lacked urban settlements (in contrast to some usages in which urbanization refers to processes by which individuals from the rural sector make a transition to the urban sector). An urban society is simply a society with cities that is, it has places that are the physical settings for urban activities, practices, experiences, and functions. “Urbanism” denotes the prevalence of urban places in a society” (Cowgill, 2004).
Mogens Hansen nos ofrece una definición de ciudad “a city-state is a highly institutionalized and highly centralized micro-state consisting of one town (oftenwalled) with its immediate hinterland and settled with a stratified population” (citado en Smith y Schreiber, 2006). En este modelo, uno de los principales componentes es que estas ciudades-estado comparten un sistema cultural e incluso de lenguaje, y aunque tienen gobiernos autosuficientes, no necesariamente son independientes (citado en Smith y Schreiber, 2006).
Algunos otros modelos de ciudades incluyen lo que se ha denominado “estados segmentarios” (Southall, 1988) y que básicamente son ciudades o estados que en vez de engullir a sus vecinos, se “reproducen”, lo que genera un amplio mosaico de ciudades más o menos similares (Dunham, 1990). Dunham considera que ciudades y estados van de la mano por lo que la ciudad es la máxima manifestación de complejidad y debe generalmente ser entendida como el asentamiento más grande que cuenta con la concentración más grande de pobladores (Dunham, 1990).
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Es el mismo Hansen quien describe dos formas de formaciones o fundaciones de ciudades: la primera es por crecimiento natural y la segunda por crecimiento deliberado; siendo el primero el más común entre las ciudades (Hansen, 2000). Los casos de fundación deliberada pueden ser de dos tipos: la colonización y el sinoikismo.
Estos dos tipos de fundaciones son ejemplificados con investigaciones realizadas en ciudades griegas de la antigüedad; la colonización se refiere a los grandes movimientos de personas a lo largo de considerables distancias, mientras que el sinoikismo se refiere “al proceso social mediante el cual varios asentamientos separados se unen y fundan una nueva ciudad o entidad política” (Smith, 2006).
Algunas otras definiciones del sinoikismo se refieren a este proceso como “la unión administrativa de varios poblados para formar un pueblo” (Kostof, 1991), “el proceso mediante el cual una ubicación central organizadora crece a partir de las necesidades de una población rural dispersa” (Carter, 1983).
A su vez también Kostof y Hansen reconocen dos variantes dentro del sinoikismo, la primera responde a la búsqueda y a la creación de un nuevo emplazamiento en un área previamente desocupada; mientras que en la segunda variante, se selecciona una población existente para fundar la nueva ciudad (Smith, 2006), aunque tenemos que asumir que este proceso es considerado por algunos investigadores como una acción con fines políticos, dejando de lado otros factores, como el medio ambiente, la economía o el medio geográfico.
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Dentro de la propuesta realizada por Michael Smith, resaltan tres formas mediante las cuales se realiza la fundación de ciudades en el Nuevo Mundo y en específico en Mesoamérica; estas categorías se refieren la formalidad, soberanía y demografía (Smith, 2006).
La formalidad se refiere a la fundación de una ciudad por medio de un acto formal u oficial de naturaleza administrativa o religiosa, este acto es público y usualmente es realizado por reyes (gobernantes), altos funcionarios o sacerdotes. Dentro de esta categoría se puede incluir la fundación religiosa formal de las ciudades y que consiste en la celebración de ceremonias para propiciar el favor de los dioses y favorecer o proteger un lugar en especifico; a su vez, también debemos incluir los actos políticos formales y que según Arlen y Diana Chase se refieren en especifico a la fundación de las dinastías en el área maya (Chase y Chase, 2006; Smith, 2006).
En el aspecto demográfico existen por lo menos dos características importantes en los procesos de formación de ciudades, el primero de ellos es la magnitud del crecimiento poblacional y el otro es el lugar de origen de los pobladores. Hay una gran variedad de factores que inciden directamente sobre los tamaños que mantienen las poblaciones, sus poblaciones pueden incrementarse o disminuir de una manera acelerada o alternar periodos de crecimiento, decremento o incluso estancamiento (Smith, 2006).
En cuanto a la soberanía, este concepto se refiere a que la mayoría de las ciudades mayas fueron fundadas como las capitales de pequeños estados, por lo que su
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crecimiento fue paulatino hasta alcanzar el rol de grandes capitales de estados regionales o imperios (Smith, 2006).
Durante muchos años, fue ampliamente aceptado que la mayoría de las ciudades prehispánicas no tenían las cualidades para ser verdaderos núcleos urbanos, se referían a estos lugares como “centros ceremoniales” en los que solo vivía un determinado numero de personas, que prácticamente son los que dirigían estas ceremonias publicas y el resto de la población vivían en el área rural inmediata a estos centros.
Gracias al gran numero de trabajos, e investigaciones realizados en toda el área cultural que comprende Mesoamérica, este concepto ya no es aceptado en la actualidad, es claro ver que la mayoría (sino todos) son de carácter residencial, y que como en el caso de Palenque, podían tener una gran densidad poblacional (Barnhart, 2001) y derivado de esto tener una diversidad de actividades realizadas al interior.
Es difícil encajar en alguna definición anterior el caso específico de la ciudad prehispánica de Palenque, pues es hasta épocas recientes en que se pudo obtener un levantamiento con la “totalidad” de las estructuras arquitectónicas existentes en el sitio; una vez obtenido este mapa se han podido proponer un estimado de poblacional, el cual fluctúa entre los 6000-8000 habitantes con una densidad de 1885-2887 habitantes por kilómetro cuadrado y se presenta un escenario como el siguiente: “Based on the documentation of 1481 structures over a 2.2 sq km area, we can now say Palenque’s urban core has an average of 673 structures per sq km. As Table 3.1 illustrates, Palenque’s urban settlement density is the second highest ever recorded for a Classic 20
Maya city. If we include the Postclassic as well Palenque’s rank drops to third overall, behind Mayapan (986 structures/km2) and Copan” (Barnhart, 2001).
Figura 5. Tabla en la que se muestra la densidad de varios sitios mayas (tomado de Barnhart, 2001)
Lo anterior nos habla de una densidad poblacional bastante elevada que a su vez se traduce una elevada complejidad en cuanto a la organización social, división del trabajo, apropiación de los
recursos naturales disponibles, variabilidad arquitectónica, y una
heterogeneidad al interior de la ciudad.
Podemos ver un interés en otros aspectos fundamentales de las dinámicas de los sitios arqueológicos, observamos un interés gradual en temas que involucran la vida cotidiana de las poblaciones que habitaron en épocas anteriores; dentro de las investigaciones
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recientes podemos observar
excavaciones en grupos habitacionales (López Bravo,
1995), investigaciones sobre el área de sustento y campos de cultivo (Liendo Stuardo, 1999), la integración política que mantenía el señorío (Liendo, 2000) así como también, la antigüedad correspondiente a los grupos arquitectónicos dentro del sitio, esto con el fin de rastrear la expansión urbana de Palenque y ubicar los sectores más antiguos (López Bravo, 2003).
Por lo que el problema a resolver, radica en establecer la cronología relativa de los conjuntos arquitectónicos de Palenque y de esta manera poder establecer mediante el análisis de los materiales cerámicos obtenidos por el PCU, se podrán proponer los primeros sectores
de poblamiento dentro de la ciudad, poniendo nuestro interés y
atención hacia el crecimiento urbano que se dio en Palenque, así como una propuesta sobre la diferenciación entre los asentamientos en las diversas partes de la urbe y de esta manera poder realizar mapas de proporción y distribución cerámica, esto con la finalidad de tener una visión acerca del crecimiento de la ciudad en diferentes periodos; además de sumarse por supuesto a los estudios llevados a cabo por Robert Rands entorno a la clasificación cerámica, procedencia de pastas y distribución de cerámicas locales en Palenque (Rands 1957, 1959, 1965a, b, 1967, 1973a, b, 1974, 1976, 1988, 1996, 2002).
De igual manera, también podremos confrontar la evidencia obtenida por el PCU, (proyecto en el que participó el autor de este trabajo), en el área recién investigada (López Bravo et al, 2003) con las numerosas aseveraciones realizadas por otros investigadores sobre la antigüedad del sitio y las funciones especificas de conjuntos 22
arquitectónicos como el Grupo Escondido, que ha sido propuesto como un Palacio original en el sector oeste de Palenque (Barnhart, 2001).
Este trabajo se realizó utilizando la información y materiales recopilados durante las temporadas 2003 y 2004 del PCU,
además de también contar con algunos datos
obtenidos en diferentes temporadas de excavación en el sitio y que han sido recuperados en diversos grupos arquitectónicos, los cuales están muy bien documentados espacial y temporalmente.
Robert Rands asevera que Palenque era la unidad política más exitosa de la región Noroeste del área Maya, ya que incorporaba zonas anteriormente independientes a su esfera económica, ceremonial y política; esto por ser durante el complejo cerámico Otolúm (600-684 d.C.) cuando el sitio alcanzó la cúspide de la arquitectura monumental y de otras obras jerárquicas en la zona (Rands, 1996).
Con base en todo lo anterior, el presente trabajo gira en torno a dos interrogantes principales:
1) ¿Fue Palenque originalmente fundado alrededor del arroyo Picota?
2) ¿La expansión de la ciudad hacia el este, ésta relacionada con la fundación de la dinastía palencana y en su caso el máximo apogeo de la ciudad esta relacionado directamente con el gobierno de K´inich Janahb´ Pakal II?
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OBJETIVOS.
La presente propuesta tiene como objetivos los siguientes aspectos:
1. Proponer cronologías relativas para los diversos conjuntos del sitio mediante el análisis del material cerámico obtenido por el PCU y comparándolo con el de investigaciones previas (PAP, Robert Rands y Elena San Román).
2. Realizar mapas de distribución cerámica por periodo, que permitan Identificar el área inicial de ocupación en el sitio y determinar hacia donde se dirige la expansión urbana.
3. Desechar aseveraciones realizadas por investigaciones anteriores y que mediante la evidencia obtenida en campo sea evidente su refutación.
4. Elaborar una nueva propuesta del crecimiento urbano de Palenque a lo largo de su historia, desde el periodo Preclásico hasta el Clásico Terminal, vinculando este proceso con las propuestas teóricas mencionadas con anterioridad.
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LINEAMIENTOS DE CAMPO Y METODOLOGÍA
Los pozos excavados por el proyecto PCU, tuvieron como finalidad la recuperación de artefactos depositados en espacios abiertos (patios y plazas), sin que se realizaran intervenciones de elementos arquitectónicos. Previas excavaciones e investigaciones etnohistóricas en Mesoamérica (Killion, 1992; Santley and Kneebone, 1993) y el área maya (Deal,1998; Hayden and Cannon, 1983) han mostrado que el área alrededor de las estructuras habitacionales es un buen lugar para buscar basureros estratificados, mismos que se han formado por la acumulación sucesiva de desechos que son removidos constantemente de las áreas donde se utilizaron originalmente. De tal forma, podemos reconstruir objetivamente el rango total de actividades que se realizaban en el grupo, aún cuando la recuperación de las áreas de actividad específicas necesite de metodologías más complejas (Manzanilla y Barba, 1990). Por otro lado, sabemos que la limpieza rutinaria de patios y áreas comunes ocasiona que los lados y sección trasera de las estructuras tienden a presentar mayor depositación que el frente, de donde los desechos son rutinariamente barridos. Este patrón se ha observado también en Palenque, dónde la excavación de unidades habitacionales de elite permitió recuperar varios basureros (López Bravo, 1995) que pueden ser asociados a eventos arquitectónicos específicos. Los pozos se excavaron preferentemente con dimensiones de 2 x 2 m, mismas que se expandieron, ocasionalmente, cuando la presencia de elementos arqueológicos lo marcaba. En cada grupo arquitectónico mayor, identificado de acuerdo al mapa de Palenque elaborado por Barnhart (2001), se buscó elaborar al menos un pozo estratigráfico.
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Figura 6.Los cuadros en color representan una unidad de excavación o pozo de sondeo (modificado de Barnhart, 2001).
Para realizar las excavaciones se elaboraron dos equipos de trabajo, formados por 1 pasante de arqueología y tres trabajadores, con la finalidad de excavar dos pozos al mismo tiempo. La excavación se realizó siguiendo estratigrafía cultural, subdividiendo en niveles métricos aquellos estratos que fueron demasiado profundos. Los sedimentos fueron tamizados usando una criba de ¼ de pulgada.
Figura 7. Pozo de sondeo en el Grupo Xinil Pa´ (Foto del autor).
A pesar del gran número de investigaciones y proyectos realizados en la antigua ciudad de Palenque, poco se ha hecho para comprender los procesos de urbanización y expansión que la caracterizaron, lo que ha impedido determinar el tamaño real de la misma desde el periodo Preclásico Tardío (250 a. C.- 250 d. C.) hasta su abandono durante el Clásico Tardío Terminal (ca 810-900 d. C.).
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Ante este problema, se planteó la necesidad de recuperar sistemáticamente materiales que
permitan
establecer
cronologías
relativas
para
los
diferentes
conjuntos
arquitectónicos. La selección de los lugares para excavar no fue aleatoria, considerando que la escarpada topografía del sitio ocasionaría problemas tanto para la realización de los pozos como para la comprensión de su estratigrafía. Adicionalmente, las excavaciones se planearon para recuperar materiales de basureros y superficies de ocupación (o pisos) domésticas. A la fecha, se excavaron un total de 97 pozos de 2 x 2 m, mismos que descendieron hasta capas estériles, preferentemente la roca madre. Trabajos anteriores (Bishop, 1994; Rands, 1974; Schele, 1986) han establecido que, si bien la ciudad tuvo actividades desde el Preclásico Tardío, no fue sino hasta el Clásico Tardío que tomó la forma final que conocemos en la actualidad y que durante el gobierno de K´inich Janahb´Pakal II (615-683 d. C.) alcanzó su apogeo. Utilizando la evidencia recientemente obtenida, podemos proponer un escenario diferente, caracterizado por cambios trascendentales en periodos previos al establecimiento de la dinastía gobernante, así como por un importante crecimiento durante los siglos VIII y IX, cuando la ciudad alcanzó su máxima extensión.
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Figura 8. Templo de las Inscripciones, Tumba del gobernante K´inich Janahb´Pakal II (615-683 d. C.) (Foto del autor).
ANÁLISIS DEL MATERIAL CERÁMICO.
Como parte de los objetivos para cumplir la presente tesis, se realizó la clasificación del material cerámico obtenido dentro de las temporadas de campo realizadas por el PCU, además de también revisar y hacer comparaciones con materiales arqueológicos pertenecientes a otros proyectos arqueológicos de Palenque. La clasificación cerámica siguió las pautas establecidas por Robert Rands y que han sido refinadas en épocas recientes por Elena San Román y que actualmente se aplica a la clasificación del material cerámico recuperado por el PAP, dirigido por Arnoldo González Cruz. Para ello se contó con un catálogo de formas elaborado por los investigadores antes mencionados, además de comparaciones directas con el muestrario en proceso de elaboración que se conserva en el campamento de Palenque. Adicionalmente, cuando la
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conservación de la superficie lo permitió, fueron reconocidos algunos tipos cerámicos clasificados de acuerdo con el sistema tipo-variedad (San Román, 2004).
Debido a la gran erosión a la que han sido sometidos la gran mayoría de los fragmentos cerámicos, (ocasionado esto por la enorme cantidad de humedad presente en el ambiente y el medio natural), se ha optado por apoyar la clasificación del material cerámico en cualidades como la forma y función; este ultimo criterio ha sido bien documentado en los trabajos realizados por el Dr. Rands, quien ha hecho una clasificación cerámica basada en la evolución de las formas cerámicas a través del tiempo, esto lo ha logrado gracias a las excavaciones que se realizó en el sitio que le permitieron encontrar algunos contextos sellados (tumbas y entierros), realizando cronologías relativas para algunos conjuntos y estructuras del núcleo central.
A continuación se mencionan las características de los complejos cerámicos de Palenque, que fueron utilizados dentro del análisis de material cerámico llevado a cabo para la elaboración de la tesis.
-Complejo Pre-Picota (250 a.C.-150 d.C.)
La cerámica comprendida durante el complejo Pre-Picota, correspondiente al Preclásico Tardío, esta muy pobremente representada en el sitio. Esta cerámica es por lo general monocroma y el engobe rojo está bien representado en las colecciones pertenecientes a este periodo, siendo el Grupo Sierra Rojo el material diagnostico de este periodo. La mayoría presenta desgrasantes arenosos, hay algunas características ausentes en ésta 30
cerámica, como la pintura policroma y que por su monocromía, por supuesto recuerdan una unión más cercana al periodo preclásico (Rands, 1965b, 1974).
Durante este complejo cerámico, se ha pensado que Palenque aun no figuraba como un centro de importancia en el área, por lo que su área de influencia e interacción, así como sus fronteras cerámicas, en este periodo, son muy restringidas, así también como el comercio e intercambio de bienes materiales se reduce al área que ocupa el sitio y algunas localidades muy cercanas, a no más de 5kms de distancia. (Rands, 1965, 1967,1974)
Las formas diagnosticas son las ollas y cajetes de cuello corto con borde evertido hacia el exterior, además de los cuencos y tecomates con bordes reforzados y evertidos hacia el interior.
Figura 9. Material perteneciente al Grupo Sierra Rojo, recuperado por el PCU (Foto del autor).
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Figura 10. Bordes diagnósticos del complejo cerámico PrePicota. (Dibujos del autor)
-Complejo Picota (150-350 d.C.) Este complejo se basa en tiestos provenientes de rellenos localizados en el Templo del Conde y alrededor del sitio, en contextos mezclados (Rands, 1974); ubicada esta fase cerámica en el clásico temprano, se caracteriza por la ausencia de policromía o de soportes mamiformes, también el engobe naranja (tipo Águila Naranja) es escaso en las colecciones del sitio. La cerámica perteneciente a este periodo en su gran mayoría es monocroma y hay fragmentos con engobe rojo, pero sin la terminación cerosa muy característica del Preclásico. A excepción de las ollas, la mayoría de la cerámica Picota, tiene arena como desgrasante, aunque hay algunos ejemplares de pasta fina que no utilizan desgrasante.
Las formas cerámicas diagnosticas incluyen “Una de sus formas más representativas es un cajete trípode de paredes altas y borde evertido al exterior, En cuanto a gruesas acanaladuras verticales que recorren el cuerpo desde el borde hasta la base y los soportes trapezoidales” y las ollas presentan estas características “Las ollas, por su
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parte, se caracterizan por tener el cuerpo
globular, el cuello corto y el borde -que
presenta un engrosamiento curvilíneo a la altura del labio- evertido al exterior” (San Román, 2005).
Figura 11. Bordes y soportes diagnósticos del complejo cerámico Picota (Dibujos del autor).
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-Complejo Motiepá (350-600 d.C.).
Este complejo se caracteriza por la introducción de una vajilla cerámica con desgrasante de carbonatos, la cual fue importada, además de la incorporación de modos y formas que provienen del Petén; aunque constituyen algunas mejoras tecnológicas, es en muy pequeñas cantidades que son introducidas a Palenque, pues la mayoría de sus vajillas siguen conservando la tradición local, desgrasantes arenosos, pulido local, etc. (Rands, 1965b, 1967, 1974). La cerámica foránea localizada durante este
complejo cerámico, pertenece a la
cerámica bruñida de los Grupos Águila y Balanza, aunque también se ha localizado cerámica correspondiente al Grupo Dos Arroyos, estos tipos cerámicos se hallaron en cantidades mínimas, lo que podría hablarnos de un comercio e intercambio incipiente; además de la imitación de la cerámica del Petén, se puede observar que se comienza a ejercer verdaderos lazos con los sitios cercanos (Rands, 1965a, b, 1967, 1974, 1976, 1996), Rands liga a esta cerámica con la producida en Piedras Negras (Rands, 1996).
Se ha interpretado que durante este periodo Palenque era todavía un centro con muy poca influencia, siendo hasta finales de este complejo que verdaderamente se convirtió en un centro regional de la zona noroeste. En ocasiones Rands ha dividido este complejo, creándose uno más que marca la entrada al Clásico Temprano: el Complejo Cascadas. Sin embargo, en fechas recientes se ha considerado que la evidencia para esta separación cronológica es muy escasa, prefiriéndose un complejo de mayor duración (San Román, comunicación personal).
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Las formas cerámicas diagnosticas incluyen lo siguiente “las ollas tienen el cuello corto y el borde engrosado, si bien en el complejo Motiepá es muy común la presencia de una incisión que divide el labio en dos secciones. Es relativamente frecuente encontrar, además, algunas ejemplos de ollas con toscas impresiones digitales a la altura del hombro. También se empieza a fabricar otro tipo de ollas con cuellos igualmente cortos, pero con un engrosamiento masivo en el borde”, los cajetes presentan “soportes sólidos semi-redondeados, paredes recto o curvo divergentes, borde ligeramente engrosado y labio ligeramente biselado hacia el interior. No se aprecian restos de engobe y las superficies de las paredes externas presentan un aspecto irregular y rugoso. Este tipo de cajetes serán una constante a lo largo del complejo Motiepá, si bien, también podemos encontrar variaciones del mismo: cajetes con bases anulares y cajetes con borde adelgazado y una decoración incisa a base de achurados en cruz encuadrados en espacios cuadrangulares y, en algunas ocasiones, decoración en pastillaje” (San Román, 2005).
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Figura 12. Bordes diagnósticos del complejo cerámico Motiepá (Dibujos del autor).
-Complejo Otolúm (600-683 d.C.)
Para el Clásico Tardío, la arquitectura publica del sitio es fechada para esta época, a juicio de Rands, la mayoría de sus vajillas siguen siendo una producción local e incluso el comercio con el Petén disminuyó para finales del complejo Motiepá; los desgrasantes cambiaron desde el carbonato, hasta los fragmentos de cuarzo, conservándose los desgrasantes arenosos en las vajillas utilitarias (Rands, 1967). Este complejo incluye una gran cantidad de vajillas producidas localmente y en sitios a lo largo de las Sierras Bajas (Rands, 1996), comenzando la tradición cerámica de la policromía, así como diseños geométricos, figuras pintadas, bandas de glifos y el uso de dibujos policromos, también un marcado incremento en las pastas finas.
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La mayoría de sus platos presenta una acabado exterior sin ningún tratamiento o engobe y la decoración se limita al interior; la decoración, a veces consiste en pinturas o engobes de colores claros como el naranja, el crema (color que será importante en complejos posteriores) y pinturas rojas o negras;
incluyen formas diagnosticas como vasos
cilíndricos y platos trípodes.(Rands, 1974, 1996)
La actividad arquitectónica del sitio ha aumentado y edificios como el Templo de las Inscripciones, el Grupo de la Cruz y el Templo del Conde, pueden ser fechados para este complejo (Rands,1974, 1996). Se ha interpretado que para este periodo Palenque, cobró importancia como un sitio de primer orden, con la importancia que tendrá en fechas posteriores.
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Figura 13. Bordes diagnósticos del complejo cerámico Otolúm (Dibujos del autor).
-Complejo Murciélagos (683-750 d.C.)
Continuó la producción cerámica local, el color crema es el predominante y en el desgrasante habrá una variante con ceniza volcánica y fitolitos en pequeñas cantidades (Rands, 1965b, 1974, 1996); la cerámica fina fue creciendo en cantidades importantes, solo que los análisis pertinentes, colocan como punto de origen de esta cerámica fina a las Llanuras Tabasqueñas, Grupos cerámicos como el Balancán, Chablekal Gris, Cunduacán, Matillas, etcétera.
Los colores en los engobes continúan desde el complejo anterior como son el naranja, rojo, crema, etc. Las formas diagnosticas para este periodo son las cazuelas con paredes delgadas y bordes reforzados evertidos hacia el exterior; así como los vasos con paredes casi rectas y finas y bordes delgados evertidos hacia el exterior.
38
Figura 14. Bordes diagnósticos del complejo cerámico Murciélagos (Dibujos del autor).
-Complejo Balunté (750-810 d.C.)
Aquí se nota la reducción en la producción de vajillas policromas, el uso de engobes contrastantes; se hacen comunes las paredes delgadas y bien pulidas, conjuntos cerámicos conteniendo grandes porcentajes de cerámica Gris Fina del Grupo Chablekal Gris, cerámica sin desgrasantes. La cerámica queda representada por los tipos negro, crema, café y gris fino, los decorados incisos dentro de las vasijas, fueron de lo simple a lo complejo (motivos con monos, como el tipo Telchac Compuesto).
39
Este periodo representa al parecer el declive de la sociedad palencana, caracterizado por la introducción de tipos cerámicos provenientes tanto de las llanuras Tabasqueñas, como del Norte de la Península.
Figura 15. Bordes diagnósticos del complejo cerámico Balunté (Dibujos del autor).
Figura 16. Bordes diagnósticos del complejo cerámico Balunté (Dibujos del autor).
40
-Complejo Huipalé (810- ¿900? d.C.)
Este complejo, el último de la secuencia cerámica de Palenque, se caracteriza por la presencia de tipos cerámicos foráneos, pertenecientes a los Grupos Balancán y Silhó y corresponde al abandono total de Palenque. También tenemos que mencionar la muy escasa cantidad de material diagnóstico del periodo, tales como materiales del tipo cerámico Tohil Plumbate y otros marcadores cronológicos de la época.; se ha sugerido una breve reocupación por parte de grupos procedentes del Golfo de México, los cuales dejan a su paso algunos vestigios como hachas y yugos que pertenecen a esa área geográfica.
Figura 17. Bordes diagnósticos del complejo cerámico Huipalé (Dibujos del autor).
RESULTADOS DE ANÁLISIS CERÁMICO.
La Tabla 1, que se presenta a continuación, contiene un resumen de los datos recuperados en el análisis cerámico por pozo. Estos datos permitieron realizar una subsecuente etapa de análisis de la ocupación del sitio por sectores específicos,
41
denominados barrios, que será presentada en el siguiente capítulo. Para tal efecto, los resultados de los pozos se presentan utilizando presencia / ausencia de materiales por periodo, resultados que se pueden observar en la Tabla 2. Cuando se haga referencia a porcentajes del total de materiales por periodo, esta cuantificación fue realizada utilizando únicamente el conteo de bordes identificables, sin tomar en cuenta los cuerpos no asignados a periodos específicos.
Pozo
Prepicota*
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33
0 0 6 0 0 1 1 0 0 0 26 0 11 0 0 0 0 0 0 1 5 2 1 0 2 1 0 0 17 0 54 0 0
Picota Motiepá Otolúm Murciélagos Balunté Huipalé Cuerpos** Total 0 0 0 0 2 0 18 0 0 0 4 0 5 0 0 13 0 3 2 0 9 1 0 0 0 4 0 0 0 0 0 0 2
0 2 26 0 11 23 121 8 4 0 15 11 4 12 0 151 0 1 0 13 5 34 5 0 10 4 13 8 7 3 9 10 10
0 0 34 1 14 15 35 1 18 10 6 5 1 1 5 65 5 1 1 3 5 14 0 1 0 0 29 1 0 0 5 18 13
42
14 1 20 2 9 30 277 10 43 9 0 5 1 10 16 242 14 26 12 13 54 65 5 6 12 7 39 23 11 21 39 31 34
1 1 32 2 4 31 120 3 48 1 0 5 0 2 15 195 11 19 5 11 28 67 5 5 10 4 19 18 9 19 27 27 10
0 1 3 0 0 3 0 0 4 1 0 0 0 0 2 20 1 1 0 1 2 3 0 1 0 0 6 2 0 0 3 10 1
114 254 2007 67 426 1427 6067 202 1669 1278 235 246 197 361 708 8926 414 518 167 401 1344 1643 124 151 182 315 1869 337 221 530 2351 885 1042
129 259 2128 72 466 1530 6639 224 1786 1299 286 272 219 386 746 9612 445 569 187 443 1452 1829 140 164 216 335 1975 389 265 573 2488 981 1112
34 35 36 37 38 39 40 41 Pozo
0 9 0 6 1 0 0 6 Prepicota
42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80
2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 0 0 0 0 0 0 6 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
2 3 5 8 7 1 287 0 0 3 3 1 0 60 0 3 4 7 6 0 288 0 5 1 2 3 0 112 1 8 5 16 17 0 391 0 2 7 11 7 0 265 0 0 0 7 0 1 45 0 0 1 0 0 0 28 Picota Motiepá Otolúm Murciélagos Balunté Huipalé Cuerpos 0 6 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 10 1 0 0 0 4 0 0 0 1 0 0 0 0 0 2 0 0 1 1 0
14 12 0 3 10 0 0 0 1 3 0 0 0 0 0 0 11 10 30 6 0 3 50 48 0 16 1 2 6 6 5 0 6 33 0 0 7 3 1
14 1 3 8 6 9 0 0 1 28 0 0 0 0 3 0 2 2 11 2 4 7 13 8 1 12 0 6 2 3 7 0 0 4 1 0 0 16 1
43
11 24 2 1 30 52 0 20 0 83 0 5 1 1 5 5 26 56 49 48 43 7 119 36 0 105 0 4 27 22 32 4 4 17 3 0 15 21 7
23 6 3 2 12 31 0 9 0 81 0 0 0 0 2 0 24 39 29 41 7 2 106 23 0 51 0 4 1 21 19 2 4 10 2 0 9 15 9
2 0 0 0 1 0 0 0 0 4 0 0 0 1 0 0 0 5 3 0 0 1 1 2 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 0 0 0 5 0
342 620 60 182 533 548 3 126 9 1643 1 78 17 37 105 51 656 1133 911 388 416 132 2635 840 28 1595 13 78 259 378 711 75 216 358 72 18 206 377 103
313 76 308 129 439 292 53 35 Total 408 669 68 196 592 640 3 155 11 1842 1 83 18 39 115 56 719 1245 1043 486 470 154 2924 961 29 1779 14 95 301 431 774 81 230 425 78 18 238 438 121
81 82 83 84 85 86 87 88 Pozo
0 0 0 0 1 0 0 0 Prepicota
89 90 91 92 93 94 95 96 97 Total
0 0 12 0 0 0 0 0 0 173
0 0 0 0 0 0 1 2 9 2 14 3 0 231 0 15 10 12 8 0 240 7 3 75 45 39 0 924 0 5 10 14 7 2 285 2 3 19 31 17 0 404 2 11 7 15 10 0 181 0 0 1 39 9 0 395 Picota Motiepá Otolúm Murciélagos Balunté Huipalé Cuerpos 0 0 0 0 0 0 0 0 0 105
0 0 1 0 0 0 0 0 0 875
0 0 1 0 0 0 0 0 0 633
0 1 3 0 0 0 0 0 0 2214
0 1 2 0 0 0 0 0 0 1478
0 0 1 0 0 0 0 0 0 97
Tabla 1. Resultados del análisis cerámico. *Las asignaciones por periodos se realizaron utilizando bordes. **Esta columna corresponde a fragmentos de cuerpos no asignados a ningún periodo.
44
0 80 161 5 56 22 38 54 87 57271
1 261 285 1093 324 476 226 444 Total 0 82 181 5 56 22 38 54 87 62846
Pozo 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45
Prepicota
Picota
X X
X
X
X
X
X X X X
Otolúm
X X
X
X X
Motiepá
X X X X X X X X X
X
X
X X
X
X X
X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X
X X X X
X X X
X
X X X X
X X X X X X X X X X
X X
X X X X X X X X X
X X X
X
X X X
X X X X
X X X X X
X X X
45
Murciélagos
Balunté
X X X X X X X X X X
X X X X X X X X X X
X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X
X
X X X X
X X X X
X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X
Huipalé X X
X
X X
X X X X X X X X
X X
X X X X
X X
Pozo
Prepicota
46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92
Picota
Motiepá
Otolúm
Murciélagos
Balunté
Huipalé
X
X X
X X
X X
X
X
X
X X
X X
X
X
X
X X X X
X X
X
X X X X
X X X X X X X X X X X
X X X X X X
X X X X
X X X X
X
X
X X X
X X
X X X X X X X X
X X X X X X X X
X X
X X X
X X X
X
X
X X X
X
X X X X X X
X X X X X X X
X X X X X X X
X X X X X X X
X
X
X X
X X
X X X
46
X X
X X X X X X
X X
X
X
X X X X
X X X X X X X X X
X
X X X
X
X
X
93 94 95 96 97
Tabla 2. Resultados del análisis cerámico por presencia / ausencia de materiales cerámicos de los diferentes periodos por pozo.
47
CAPITULO 2 PALENQUE COMO CIUDAD
Desde los primeros esfuerzos realizados para la realización de mapas o croquis que reflejaran fielmente la disposición de los conjuntos arquitectónicos que se distribuyen a lo largo de la ciudad prehispánica de Palenque, siempre ha habido un manejo de la información de acuerdo a los intereses del investigador.
Debido a esto, podemos observar que desde el mapa realizado por Frans Blom en 1923 hasta el realizado por Edwin Barnhart, ha habido un interés por realizar divisiones al interior de la ciudad, con la finalidad de manejar conjuntos arquitectónicos o barrios que comparten similitudes (arquitectónicas, funcionales, parentesco, áreas de actividad, etc.) y en su caso facilitar el manejo de la información obtenida.
Figura 18. Mapa de Frans Blom elaborado en 1923 (Tomado de Barnhart, 2001).
48
Considerando que la información generalmente utilizada para interpretar la ubicación de los conjuntos habitacionales y sus áreas de actividad, así como la distribución y aglutinamiento de los grupos arquitectónicos, se ha inferido mediante los trabajos realizados en el sector central-este, son escasas las investigaciones en otros sectores; en la actualidad se ha realizado una propuesta de delimitación de los conjuntos, la cual fue elaborada por Edwin Barnhart con base en el mapa recientemente elaborado en 2001 por el Palenque Mapping Project (Barnhart, 2001).
Figura 19. Mapa de Palenque realizado por Edwin Barnhart en el año 2001.
49
Barnhart reconoce alrededor de 36 grupos arquitectónicos, algunos delimitados por barreras físicas como la topografía, los ríos o incluso los caminos actuales; sin embargo, podemos mediante recorridos a través del sitio y observaciones realizadas al mapa de Barnhart, realizar una propuesta alterna de la distribución de los grupos arquitectónicos. La presente propuesta se basa en una cohesión más compacta de los grupos arquitectónicos, englobando de manera más funcional y proponiendo un patrón radial, con un conjunto arquitectónico de mayor tamaño y calidad constructiva que funciona como cabecera o jefatura de barrio y residencia de la cabeza de un linaje local, con las unidades habitacionales pequeñas agrupadas en su cercanía.
En algunos casos hay grupos o familias que se asientan fuera de los barrios principales (outliers), principalmente en zonas elevadas o muy bajas, estos grupos quedan excluidos de los muestreos realizados por ser de difícil acceso, además de no ser representativos del barrio más cercano. Su tamaño sugiere que estuvieron habitados por un breve tiempo, probablemente al final de la secuencia ocupacional del sitio, cuando los espacios más adecuados para asentarse ya estaban densamente poblados.
Por barrio o cabecera entendemos un conjunto de personas viviendo en grupos arquitectónicos habitacionales; estos espacios sociales fueron sede de grupos corporativos que compartían parentesco, nexos jerárquicos y hasta probablemente áreas de actividades especificas dedicadas a la elaboración de ciertos bienes de consumo al interior de la ciudad.
50
La cabecera o jefatura de barrio, contará con la residencia del líder o jefe de barrio así como con edificios de uso religioso y habitacional, estos serán los espacios en los cuales, la mayor parte de la población realizara sus actividades cotidianas y de culto, desplazándose hacia el núcleo central de Palenque (Palacio, Inscripciones y el Grupo de las Cruces) solo en las festividades y los eventos más significativos.
La infraestructura arquitectónica mínima para el funcionamiento de estos barrios contempla
espacios y lugares para la habitación, el culto a los antepasados y la
administración de los recursos disponibles (control de talleres especializados, producción de alimentos y recolección de tributos); este tipo de organización social y arquitectónica juega un papel muy importante dentro de la dinámica social de la ciudad, pues al contar con estos elementos mínimos, debería ser autosuficiente por si sola y a su vez estar jerarquizada dentro de un ente mayor (que será el aparato estatal, manejado por la dinastía gobernante).
Cada barrio será dirigido por una familia o grupo cercano a la dinastía central; este grupo se encargará de mantener la conexión entre las familias de cada barrio y la estructura estatal, en algunos sitios como en Teotihuacan es más claro y sencillo, pero el principio es el mismo (Manzanilla, 2002).
Al frente de la ciudad siempre estará el gobernante, “el principio de autoridad fue encarnado por el K'uhul Ajaw o Sagrado Gobernante, quien tomaba las decisiones más importantes en materia de administración del culto religioso, conducción política y actividad militar” (Bernal Romero y Venegas Durán, 2005). 51
Al interior de cada barrio habrá una clara diferenciación socioeconómica, que se reflejara en los materiales y
mano de obra invertida en la construcción de los edificios; así
también, habrá un acceso diferencial a los bienes de consumo foráneos (piedra para molienda, obsidiana, cerámica, etcétera.).
Desgraciadamente la falta de investigaciones realizadas en contextos habitacionales alejados del núcleo central y la poca atención practicada a la detección de áreas de actividad o talleres especializados, reducen nuestras perspectivas para la caracterización de barrios fuera del núcleo ceremonial.
Sin embargo podemos realizar extrapolaciones y analogías de los sectores que conocemos con más detalle, sumado a los recorridos realizados con anterioridad, excavaciones en sectores inexplorados y análisis de materiales arqueológicos recuperados a lo largo de numerosas investigaciones, lo que nos permitirá presentar una nueva hipótesis.
De esta manera podemos identificar y proponer 12 grupos o barrios dentro de los cuales es posible observar desde edificios abovedados de grandes dimensiones (sede administrativa y religiosa) hasta plataformas habitacionales de pequeño tamaño. El grado de desarrollo urbano y de diversidad social en Palenque es evidente, pues la calidad y cantidad de los edificios diseminados a lo largo y ancho del asentamiento prehispánico nos hace pensar en una gran variedad de actividades realizadas al interior de cada barrio; de esta manera también es de notar la gran transformación y adaptación del medio topográfico a las necesidades constructivas de los antiguos habitantes de 52
Palenque, que de alguna manera no hubiera sido posible llevar a cabo sin haber contado con un elevado nivel de organización social, además de un aprovechamiento de los recursos naturales tan abundantes en esta zona.
La existencia de barrios simplificaría la centralización ejercida por la dinastía palencana, ya que se delegarían funciones y atribuciones a los jefes de barrio, manteniendo una autonomía relativa; estos barrios serán el soporte del tejido social en Palenque y serán los catalizadores del gran auge arquitectónico y demográfico que experimentó la ciudad a lo largo del periodo Clásico.
Así se proponen un total de 12 barrios y el núcleo central (siguiendo la propuesta de nomenclatura de Barnhart y el mapa elaborado en 2001) definidos con sus unidades administrativas y religiosas, además de su población residente y que son los siguientes:
1) Picota y Yax 2) Escondido 3) Nauyaca 4) Limón 5) Piedras Bolas 6) Xinil Pa´ 7) Retiro de Moisés, Grupo G y Motiepá 8) Motiepá Este, J Oeste, J (Grupo IV) y Galindo 9) Encantado 10) C, Ch´ul Na y Lik´in 53
11) B, Murciélagos, Ach´, Zuts y Xaman 12) Grupo I y II, A y Museo Núcleo Central (Templo de las Inscripciones, Palacio, Templos X, XI, XIII, Juego de Pelota, Grupo Norte, etc.)Grupo de las Cruces, Templos XVI, XVII, XIX, XX, XXI, XXII, Grupos Tok, D, Otulúm y Cascada, Encantado Sur, H, Bosque Azul, Terrazas Schele. (Bernal Romero y Venegas Durán, 2005).
De esta manera, podemos notar que la distribución en grupos mayores facilita la toma de decisiones e impulsa el fortalecimiento de un estrato social muy vinculado a la clase gobernante, es de esta manera que el Núcleo Central es directamente controlado por el gobernante y su familia, los doce barrios restantes tienen un dirigente local (cabeza de linaje) que controlaba las actividades del barrio y funcionaba como intermediario con el gobernante.
54
55
Figura 20. Propuesta de división del antiguo asentamiento en 12 barrios (modificado de Barnhart, 2001).
DESCRIPCIÓN DE BARRIOS.
A continuación, se realiza una breve descripción de los barrios propuestos, así como el entorno en el cual se encuentran emplazados, conservando la nomenclatura de estructuras y grupos arquitectónicos propuestos por Barnhart en su tesis doctoral.
BARRIO 1 (GRUPOS ARQUITECTÓNICOS PICOTA Y YAX)
La arquitectura de este barrio se encuentra distribuida a lo largo del terreno elevado y sobre el lecho mayor del arroyo Picota. Hacia el sur se pueden apreciar una serie de terrazas que se van adaptando a un terreno inclinado. Dentro de estas terrazas podemos ver grupos arquitectónicos espaciados y bien definidos; destaca uno al norte del conjunto, el cual presenta varios niveles de terrazas, mismos que son coronados en la parte más alta por un grupo de cuatro estructuras formando una plaza cerrada (López Bravo et al, 2003). Barnhart menciona lo siguiente “The Picota Group includes a diverse collection of structures, both public and residential. Bounded by watercourses, there are a total of ninety-one structures and fourteen small courtyards within the Picota Group. Exposed architecture exists on the surfaces of structures P3, 5, 12, 26, 37, 61 and 81; Collectively, the presence of a large plaza, a stela, an elaborate aqueduct and a line of funerary temples along the south edge give the Picota area a distinctly “central precinct” character. The massive the Escondido Platform positioned nearby only lends more credence to that conclusion. Palenque appears to have had not one, but two “centers” (Barnhart, 2001).
56
Acerca del grupo Yax refiere “The Yax Group is located on the hills south of the Picota Group and on the gently sloping land south of the Naranjo Trail in between the Picota and Diablo Arroyos. Thirty-seven structures and seven small courtyards were found in the Yax Group. Structures Y1, 6, 22, 25, 26, 27 and 30 have exposed architecture” (Barnhart, 2001). El centro o cabecera de este barrio esta compuesta por los edificios P 12, 13, 14, 15, 18,26.
casa ocupado en 1999 P74
P37
P72 P73 P76
P91 P38
P90
P30 P44
P7 7 P82
P79
P70
P43
N
Estela La Picota P23
P39
P6 8 P83
alberc a
acu edu cto
P7 5
P78
P4 0
P32
P69
P3 1 P25 P24
P71 P8 5
P42
P80
P84
P4 1
P35 P86
P81
P19 P3 6
P34
P33
P11
P6 P1 3
P14
P89
P87
P9
P88
P7 P27
P26
P8
P12
P92
P1 P1 0 P15 P2 Y18
P3
P18
P4
P5 Y1 9
Y17
Y16 P16
Y2 0 Y21 Y23
P17
Y13
Y22 Y15
Y29
Y14
Grupo Yax
Y24 Y28 Y30
Y33
Y31
Y6
Y5 Y25
Y27 Y26
Y7
Y4
Y32 Y8
cantera
Y9
Y1 Y1 0 Y3
Y1 2 Y11
Y2
Y34 Y3 5
Y3 6 Y37
Figura 21. Propuesta del Barrio 1 (BA-1). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001).
57
BARRIO 2 (GRUPO ARQUITECTONICO ESCONDIDO)
Es el grupo de estructuras más alejado hacia el oeste dentro de la antigua ciudad de Palenque, limitado al sureste por una pequeña sección del arroyo Picota, al oeste por el arroyo Diablo y al norte por terreno escarpado. Este conjunto lo conforma una gran plataforma central, de la que se desprenden, en un nivel más bajo, otras plataformas en dirección norte, este y sur. Así mismo, y de forma independiente a estas plataformas, se encuentran tres grupos de estructuras al norte, sureste y suroeste del conjunto (López Bravo et al, 2003).
Barnhart señala: Most of the group’s sixty-seven structures, though associated with the Escondido Temple, are arranged around residential-type courtyards. Almost all the structures on its east side are arranged in small courtyard groups”. (Barnhart, 2001). El centro o cabecera de este barrio esta compuesta por los edificios: ED 1, 2, 3, 4, 5, 15, 16, 17, 18,39.
58
ED67
ED66
ED65
ED39 ED41
ED18
ED40
ED17
ED59
ED16
Grupo Escondido
ED15
N
ED58 ED35 ED36
ED33
ED57
Escondido
ED43 ED9
ED62
ED32 ED5
ED34 ED31 ED8 ED12 ED14 ED61
ED1
ED3
ED53
ED29 ED4
ED7
ED2
ED6
ED13 ED10
ED30
ED50
ED11
ED46
ED55
ED54
ED49
ED28
ED52
ED27
ED45 ED47 ED22 ED37
ED21 ED60
ED63
ED25
ED23
ED20
ED19
ED38
ED51
ED48 ED44
ED26
ED42
ED24
ED64
Figura 22. Propuesta del Barrio 2 (BA-2). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001).
BARRIO 3 (GRUPO ARQUITECTONICO NAUYAKA)
Conjunto arquitectónico que se asienta sobre un terreno plano con pocos accidentes topográficos, en su parte norte colinda con un precipicio bastante elevado, por el sur muchas de las estructuras pertenecientes a este conjunto bordean el arroyo Picota,
59
mientras que por el sector noreste, limitan algunas estructuras con una cascada formada por el descenso del caudal del mencionado arroyo. Este conjunto presenta características relevantes que no se pueden ver en otras secciones de Palenque, pues algunos conjuntos se elevan sobre plataformas artificiales, dejando en algunos lugares, espacios abiertos que tal vez fueron utilizados de manera común. Mediante las inspecciones llevadas a cabo por el PCU, pudimos corroborar la información de Barnhart concerniente al saqueo llevado a cabo en este sector pues afirma:
“Evidence of looting in the Nauyaka Group is by far the worst the PMP encountered in Palenque. A total of eighteen looter’s pits were found, primarily in the groups on elevated platforms. Looted structures include structures N26, 29, 43, 45, 46, 47, 65 and 70. The very thick vegetation of the area combined with the noise of nearby rushing water made it a perfect place for clandestine looting. In July of 1999 coke cans, chip bags and cigarette packs were found lying outside of the pits in structure N25, still in good condition and as yet unaffected by the fast acting elements of a rain forest environment” (Barnhart, 2001:43).
A lo cual podemos añadir también las estructuras N7, 27, 33, 49 y 72; de estas ultimas estructuras la N 7 presenta una trinchera de 2x4 m, la cual fue practicada de norte a sur, desmantelando la parte alta del edificio, dejando al descubierto un cuarto abovedado, ya que se observa una delimitación interna por medio de muros; en el muro oeste le fue practicado otra perforación en búsqueda tal vez de un deposito funerario o alguna
60
ofrenda, que no fue hallada; de esta manera se centraron en esta pequeña cámara y continuaron bajando en la parte central del edificio, pero solo lograron exponer el núcleo de la estructura, entre los restos dejados por los saqueadores observamos una lamina oxidada que sirvió para tapar la excavación, así como latas de sardinas y refrescos. En N25, 26 y 27 observamos que la estabilidad del edifico presenta grandes riesgos, pues al igual que en otros edificios abovedados, al realizar pozos de saqueo se fracturaron algunos muros y tapas de bóvedas, poniendo en riesgo el edificio (López Bravo et al, 2003).
El centro o cabecera de este barrio esta compuesta por los edificios: 45,46,47,48,49,50,51,52,53,54,55,58.
61
N
N 29
N28 N31
N7
N30
N76
3
N72 N32
N34 N75
N36
N74 N40
N33
N26
N38
N35 N25
N24
N27
N39
N37
N6 9
N68
N43
N
N41 N42
N44 N67
N23 N22
N18
N45
N20
N49
N66
N70
N46
N65 N63
N61 N71 N62
N50
Grupo Nauyaka
N17
N64
N48 N47 N21
N60
N53
N51 N52
N16
N54
N19
N15
N13
N58
N1 2
N55
N59
N14
N56
N3
N7
N6
N1 N2
N57
N8
N5
N4
N11 N10
N9
Figura 23. Propuesta del Barrio 3 (BA-3). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001).
62
BARRIO 4 (GRUPO ARQUITECTONICO LIMON)
Conjunto habitacional localizado en la franja de terreno que se encuentra entre los ríos Picota y Piedras Bolas, justo al norte del conjunto Piedras Bolas. Es un complejo que se encuentra situado en terreno plano, el cual no presenta accidentes topográficos remarcables, y al igual que el grupo Nauyaca, fueron secciones del sitio que en épocas relativamente cercanas (finales de los años 80´s y principio de los 90´s) aun eran utilizados como potreros o para sembrar diferentes tipos de árboles frutales como naranjas y limones.
La mayor parte de las estructuras se encuentran sobre el margen sur del río Picota y sobre el margen oeste del río Piedras Bolas, aprovechando de alguna manera los recursos fluviales disponibles y por supuesto también el flujo continuo de agua para consumo o uso personal. Es en la parte central del conjunto (al este de la estructura L 74), en donde se tiene un espacio abierto, que probablemente fue utilizado como un área pública (una plaza, un lugar de mercado o simplemente un espacio vacío); que contrasta con la gran densidad habitacional en los conjuntos Xinil Pa´ y Retiro de Moisés.
Barnhart (2001) reporta que el único pozo de saqueo se localizó al norte de la estructura L10, lo cual dista mucho de la realidad: al inspeccionar el conjunto, pudimos notar un saqueo sistemático en la mayoría de las estructuras de grandes dimensiones (como desgraciadamente ocurre en la mayor parte del sitio), detectamos algunos pozos de saqueo en las estructuras L 1,2,3, 4,13,26,54; siendo la estructura L13 la que en peor 63
estado se encuentra, ya que al ser una estructura baja fue desmantelada casi en su totalidad. El complejo formado por las estructuras L26, 27 y 31, elevado sobre una gran plataforma es un conjunto que presenta graves problemas de estabilidad, ya que debido a los pozos de saqueo, algunas secciones abovedadas del mismo amenazan con venirse abajo en su totalidad; es un edificio que de ser consolidado, podría presentar datos valiosos en los sistemas de construcción palencanos (López Bravo et al, 2003). El centro o cabecera de este barrio esta compuesta por los edificios: L22, 23, 24, 25, 26,27, 31,81 y 83.
N
L18
L19
L 24
L17
L20
L23 L25
L22
L15
L1 3
L26 L16
L31
L 51
L5 2
L35
L64
P66
L3
L36 L38
L 77 L 53
L54
L79
L7 8
L55
L59 L60
P62 P65
P45
L8
L5 7
L66
0
L56
P61
L58
L74
P46 P53
P51
P29
P47
P50 P28
L4
L2
Grupo Limon
L61
L65 L63
L75
L5
L33
L37 L39
P67
L8
L6
L29
L1
L40
L76
L62
L1 0
L12
L7
L47
L 42
L41
P63
L9 L11
L21
L28
L34 L32
L43 L44
L 82
L30
L48 L45
P64
L81
L 49
L50 L46
L14
L 83
L27
P22
P48
P52
L70 L71
L68
P49 L67
P21
L69
L72
L73
P58
P54
P20
P55
Grupo Picota
P59
P60
P56
P57
Figura 24. Propuesta del Barrio 4 (BA-4). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001).
BARRIO 5
64
(GRUPO ARQUITECTONICO PIEDRAS BOLAS)
Al igual que el grupo arquitectónico Xinil Pa´, se encuentra ubicado cuesta arriba en las estribaciones localizadas sobre el margen oeste del río Piedras Bolas; se trata de un conjunto residencial con una densidad menor de estructuras, aprovechando cuatro terrazas naturales que fueron modificadas para edificar las construcciones. Podemos ver que también se tiene una gran inversión en mano de obra y materiales, aunque a juzgar por la menor cantidad de unidades habitacionales, se tenía una menor densidad poblacional; pero resalta entre los edificios de este grupo arquitectónico, el complejo formado por las estructuras PB 1,2 y 3, las cuales en su totalidad crean un conjunto interesante, que se erige desde la planicie inmediata al río Piedras Bolas y alcanza una altura aproximada de 5-8 m en su parte mas elevada, en donde las estructuras PB 1,2 y 3 forman un pequeño patio; la fachada oeste de este complejo presenta arquitectura expuesta (un gran muro que aun se encuentra en pie, pero que cuenta con problemas de estabilidad debido
a los grandes árboles que han crecido en las inmediaciones),
pensamos que estos edificios tal vez fueron utilizados con propósitos administrativos o religiosos.
La estructura PB 1, es un edificio que también debido al saqueo, se ha puesto en problemas su estabilidad; aun podemos observar tramos de bóveda y un cuarto que se extiende hacia el oeste, el pozo de saqueo se encuentra sobre la fachada sur, por lo que se penetro sobre el muro sur ocasionando que se colapsara la mayor parte de la techumbre (López Bravo et al, 2003).
65
El centro o cabecera de este barrio esta compuesta por los edificios: PB 1, 2, 3, 19, 20, 21, 22.
PB1
PB23
PB2 PB7
alb erc a
PB24
PB3
PB6
PB32
PB22
PB4
PB8
PB21
PB9
PB5
PB20
PB29
PB30 PB31
PB18
PB27
PB64
PB10 PB11
PB19 PB62
PB2 6
PB25
PB33
PB61 PB12
PB16
PB28
PB13
O8
O9
PB14 PB17
O6
PB34
N
O12
Grupo Piedras Bolas
O11 O10
PB36
PB15
PB58
PB42 PB35
PB59 PB60
O5
PB41 O4
PB37
PB57 PB40
PB56
O7
PB44 PB45
O2
Olvidado
PB43
PB39
O3 O13
PB5 5
O1
PB46 PB52
PB54
Grupo I
PB47 PB53
PB48
PB51
PB49
PB34
PB67 PB66
PB65
PB68
PB69
X P7 6 XP77 XP78
Figura 25. Propuesta del Barrio 5 (BA-5). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001).
BARRIO 6 (GRUPO ARQUITECTONICO XINIL PA´)
66
El Grupo arquitectónico Xinil Pa´, se ubica al oeste del núcleo ceremonial de la antigua ciudad de Palenque, delimitado físicamente por los ríos Motiepá y Piedras Bolas; se distribuye de una manera particular sobre ocho terrazas acondicionadas de manera artificial, las cuales sirvieron para adecuar el terreno un poco accidentado y de esta manera crear espacios planos en donde ubicar estructuras habitacionales, esta divido físicamente del Grupo Retiro de Moisés, por una sección vacía de edificios (que probablemente funcionó como eje de circulación) se incorporaron a este barrio los edificios MR 38 al MR 53 además de los MR 60 y 61 de la propuesta de Barnhart.
El conjunto presenta una gran densidad constructiva y una gran cantidad de conjuntos residenciales pequeños que presentan la característica de tener espacios internos (patios y plazas) muy privados, y que, por consiguiente, no son accesibles de una manera fácil a la gente que no perteneciera a este sector. Podemos observar que estas unidades habitacionales fueron ocupadas tal vez por una parte de la elite palencana, esto debido a la gran inversión tanto de mano de obra como de materiales constructivos utilizados en esta zona .
También se puede advertir en este sector, junto al río Motiepá, secciones aun abovedadas del acueducto que funcionó como el sistema de canalización que probablemente impedía que las crecidas del arroyo afectaran a los edificios durante la época de lluvias (Barnhart, 2001; French, 2001). Es importante mencionar que este sector al ser habitado tal vez por una porción acomodada de la población palencana, disfrutó de una mayor planeación y una gran inversión de recursos disponibles (mano de obra y materiales); esto lo podemos 67
corroborar por la preocupación de canalizar el río Piedras Bolas y de esta manera evitar posibles inundaciones en épocas de lluvias en donde la precipitación suele ser excesiva, y de alguna manera también se mantiene un abasto de agua constante y se puede aprovechar para el desecho de desperdicios (López Bravo et al, 2003). El centro o cabecera de este barrio esta compuesta por los edificios: XP 14,15,16,17,18,19,20,21,22,23,24,25. MR45
MR 56 MR6
MR5 3
MR57 MR59 MR42
MR58
MR47
MR52
MR54 MR4 1
XP7 5
XP2
MR49
MR5 1
MR3 8
XP6
MR4 4
MR55
MR40
MR61
MR4 3
MR46 0
MR39
MR48
MR5 0
XP4 XP5
XP3
XP1
XP7
XP9 XP8 XP3 8 XP21
XP10 XP14
XP11 XP12
XP17
XP23
XP24 XP22
N
cto acuedu
XP1 3 XP20 XP18
XP15
XP1 9 XP16 XP26
XP25
XP3 2 XP27
XP28
XP29
XP33
XP67 XP31 XP34
caja de ag ua
Xinil Pa
XP66
XP30
XP 36
XP35 XP 65
XP68
XP4 6
XP6 9
XP7 2
XP37 XP70
XP 59
XP4 7
XP44
XP71
XP58 XP48
XP40
XP43
XP39
XP64
XP49 XP45 XP4 1
XP5 2
XP57 XP42
XP51
XP50 XP6 3 XP54
X P5 5
XP60
XP56
XP53
XP61 XP73
XP74
XP62
Figura 26. Propuesta del Barrio 6 (BA-6). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001).
BARRIO 7 (GRUPO ARQUITECTONICO RETIRO DE MOISES, GRUPO G, MOTIEPÁ)
68
Este conjunto, ubicado al norte del Grupo Xinil Pa´, presenta igualmente una gran inversión tanto de mano de obra como de materiales, observable en el gran número de muros y arquitectura expuesta que aun puede observarse a simple vista, dentro de la cual destacan varias estructuras de gran tamaño. Hacia esta zona del sitio, el terreno desciende y no presenta pendientes tan pronunciadas como en el conjunto Xinil Pa´; es hacia el norte del conjunto en donde podemos observar también la gran cantidad de inversión de trabajo realizada en esta sección: aquí se notan por lo menos dos terrazas naturales que descienden aproximadamente 10 m de una forma muy pronunciada, las cuales fueron recubiertas de bloques trabajados de caliza para dar la impresión de ser grandes muros de contención.
Es de llamar la atención un edificio de grandes proporciones (formado por las estructuras que Barnhart enumera como MR 24,32 y 34) que aún en la actualidad conserva secciones abovedadas y que, a juzgar por los cuartos aun presentes, pudo haber contado por lo menos con tres crujías largas y como mínimo un segundo piso, en el cual pudo tener una serie de estructuras más ligeras, tal como lo podemos notar en el Grupo XVI. Barnhart reporta lo siguiente:
“The central complex (comprised of structures MR21, 24, 32 and 33) sits upon a single large platform containing subterranean architecture. Much of the complex has exposed architecture, allowing interior investigation. Project members Jim Eckhardt and Heather Hurst crawled inside each subterranean chamber and passageway in order to record their
69
dimensions and descriptions. The long dark corridors encountered inside are reminiscent of those underneath Palenque’s central Palace” (Barnhart 2001).
De lo anterior descrito, podemos de una manera clara aseverar que no se trata de arquitectura subterránea, es debido al colapso de los cuartos abovedados que da una impresión de estar todo bajo la superficie. Inspecciones llevadas a cabo por el PCU en este complejo, nos llevan a pensar que en realidad no se tratan de subterráneos, pues si observamos el lado este del mismo complejo, podemos notar el desplante de los muros que soportaban los cuartos abovedados.
Este complejo presenta grandes problemas de conservación, pues al ser un conjunto que podría representar sectores acomodados de la sociedad prehispánica palencana, fue saqueado de manera alarmante y su estabilidad ha sido puesta en peligro, podemos observar pozos de saqueo en prácticamente todo el conjunto, manteniendo al borde del colapso algunas estructuras. Es también curioso notar que la estructura MR 21, la cual tiene la característica de tener esquinas remetidas, tal como lo podemos notar en la arquitectura del Petén guatemalteco por ejemplo Tikal, ésta estructura ha sido expuesta y saqueada de una manera casi profesional en épocas recientes, pues se removió gran parte del derrumbe para exponer el desplante de las fachadas norte y oeste, tal vez en búsqueda de alguna cámara funeraria que pudiera contener algún tipo de ofrenda. Este grupo es afectado en gran medida por las crecidas de los riachuelos cercanos que en épocas de lluvias suelen inundar la parte oeste del conjunto (en especial la plaza formada por las estructuras MR 19,21 y32); la mayoría del material recuperado en esta
70
zona presenta una gruesa capa de carbonatación, debido a la filtración del agua de río en el subsuelo; el agua presenta una gran cantidad de carbonatos mezclados provenientes de la caliza en disolución (López Bravo et al, 2003). El centro o cabecera de este barrio esta compuesta por los edificios: MR 15,16, 19, 20, 21, 24, 32, 33, 62, 64.
M34
M32 M 33
M35
M30 G11 M31
ME9
M 43
ME1 0
ME8
M27 M28
G10 M42
Grupo Motiepa Este
ME7
M41 M 40
M26
ME3
M 24
ME4
N
ME5
ME6
M25
M21
M 23 M22
ME 2
M20
ME11
M29
G12
ME1
Grupo G
G4 G3
M16 M39
M38
G7
ME12
M15
M17
G6 G5
M37
G2
M 14
G8
M44
G1
M36
M45
M18
M13
M12 G9 M19 G20 G19 G1 7
Grupo Motiepa
M11
G16 G15
G18
M10
G13
G14
M9
MR23 MR1 MR 2
MR 63 MR28
MR21
M8 M6
MR 62
MR22
M5
MR64
MR3
MR15
M R27
MR34
M4 M3
MR5
MR24
M2
MR4
MR26
MR32
MR13
MR16 MR 19
MR6
MR7
MR33
MR9 MR8
MR 20
MR 1
0
MR18
MR11
MR12
M1
MR17
MR25 MR31
Retiro de Moises'
M7
MR1 4
MR30 MR29
Figura 27. Propuesta del Barrio 7 (BA-7). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001).
BARRIO 8 (GRUPO ARQUITECTONICO MOTIEPA ESTE, J OESTE, J Y GALINDO)
Este conjunto fue de los primeros que recibieron atención por parte de los investigadores, ya que se encuentra muy cerca del núcleo central. En la nomenclatura utilizada por Frans
71
Blom, este fue conocido como el Grupo J y años después sería nuevamente nombrada por Alberto Ruz como Grupo IV. Este grupo arquitectónico fue parcialmente trabajado y liberado por el INAH en los 90´s por el Arqlgo Roberto López Bravo y en donde fueron localizados algunos portaincensarios fabricados en roca caliza, pero debido a cuestiones presupuestarias solo se consolidó las estructuras que corresponden a J1, 2,6 y 7.
Es un grupo arquitectónico que presenta grandes características para ser estudiado con mayor detenimiento y que también podría ser un sector abierto al publico por las características de sus edificios, pues el tablero de los esclavos fue retirado de ahí y mediante una excavación controlada podrían aparecer una gran cantidad de hallazgos importantes (Venegas Durán, 2004).
Mediante la interpretación del tablero de los Esclavos, se ha llegado a proponer el Grupo IV como la residencia de Chak Suutz’, Yahaw K’ahk’ de Palenque. (Bernal Romero y Venegas Durán, 2005).
El centro o cabecera de este barrio esta compuesta por los edificios: J 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 9,10.
72
JO22
GG15
N
JO19
JO20
JO21 GG12
GG13 GG14 JO18
Grupo J Oeste
JO41
JO17
Grupo Galindo
JO2 4
JO40 JO23
JO39
JO2 5
JO42
JO26
JO34 JO35
JO2 8
JO27
JO33
JO29
JO16
JO38
GG6
JO32 J10
JO13
GG3
Grupo J
JO14
GG8
J9
JO37
JO36
JO11
JO30
J5
JO15
JO9
J1
JO43 JO10
J5 7
GG9 GG10
J55 J26
J13
J25
J19
J58
J27 J24
J11
J31
J60
J59
J28
J23
J2
J29
J32 JO3
GG2
J13 J7
J3 J21
JO 4
NG3
GG11
J5 6
J17
GG1
Grupo IV J8
JO8
JO5
J22
J20 J1 8
J6
JO6
JO7
NG4
GG4
GG7 GG5
J16
J14
J4
JO12
JO31
J15
J54
J30
J61
JO 2
J62
J38
JO1
J36 J33
J42
J35
J37
J43
J66
J49
J34
J41
J65
J53
J52
J40 J44
J50
J45
J46
J63 J51
J47
t iendas
J64 J48
t ienda Lancandon J67
Figura 28. Propuesta del Barrio 8 (BA-8). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001).
73
BARRIO 9 (GRUPO ARQUITECTONICO ENCANTADO)
El grupo Encantado se trata de una serie de edificios y terraceados de grandes dimensiones y volúmenes constructivos que aun en la actualidad presentan grandes secciones de muros y arquitectura expuesta que nos dan una idea de lo que fue en la antigüedad.
Solo dos estructuras han sido trabajadas en épocas recientes, nos referimos a los edificios marcados como EC27 y EC41, los cuales fueron excavados por Jorge Acosta en 1972, a lo cual Barnhart menciona: “There are eighty-six structures in the Encantado group, most of which are completely buried. Two structures, EC27 and EC41, were excavated by Acosta in the 1970s (unpublished) and as a result have significant areas of exposed architecture. Acosta also
excavated a trench into the north face of the
Encantado Temple (EC40) exposing the wall of an interior building phase” , desconociendo el trabajo de Acosta publicado en los Anales del INAH en 1972.
Hacia el norte del grupo Encantado y dirigiéndonos hacia el estacionamiento de la zona arqueológica, podemos observar un gran espacio vacío, sin saber hasta la fecha la probable función de este espacio sin estructuras.
Dentro de las secciones del grupo que presentan muros en pie, podemos mencionar por ejemplo EC40, 27,45,82,20,etc. ; podemos ver que en la actualidad se tienen una gran cantidad de edificios en buen estado de conservación y por este motivo muchos guías de turistas internan grupos de visitantes para recorrer este conjunto y muchos de estos 74
aprovechan la poca seguridad en este sector para introducir a estos mismos grupos de turistas sin pagar su boleto de acceso al sitio, aprovechando la gran cantidad de caminos dentro de la selva (Venegas Durán, 2004). El centro o cabecera de este barrio esta compuesta por los edificios: EC 36, 37, 38, 40,41, 46,47.
75
plataforma de cemento EC21
EC17 EC 18
EC19 EC79 EC20
EC26 EC2 2
EC27
EC43 EC42
EC31
EC28 EC33
Templo Encantado EC40
EC45
EC3 5
EC38 EC41
EC23
EC2 9
EC32
EC24
1
EC66
EC8
EC15
EC14
EC7
EC46
EC52
EC5
EC3
EC4
EC50
EC77
EC54
EC55
EC37 EC48
EC53
EC 74
EC47
EC6 1
EC85 EC58
EC59
EC56
ES22 ES1
EC60
EC 57
EC86
EC62 ES2
EC
EC2
EC6 EC10
EC78 EC49
N
EC84 EC11
EC12
EC51
EC83
EC76
EC13
EC25
EC30
EC34
EC36
EC 9
EC8 2
EC1 6
EC44
EC71 ES3 EC
ES5
65
EC72 EC64
ES 4 EC70 ES 6 ES 12
ES23
EC68
EC67
EC73
ES 7 ES25
ES8 ES2 4
ES9
ES27
ES28
ES ES 10 11 ES14
ES33
ES2 9
ES16 ES13
EC69
ES 15
ES26 ES34
ES 38
ES
ES37 ES18
30
ES17 ES20 ES35 ES19 ES31
ES32
ES21
ES36
Encantado Sur
Figura 29. Propuesta del Barrio 9 (BA-9). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001).
BARRIO 10 (GRUPO ARQUITECTONICO C, CHUL NA´, LIK´IN)
Este grupo también fue intervenido por Frans Blom, quien lo nombró Grupo C, éste es un conjunto arquitectónico que fue excavado y consolidado por el INAH durante los noventas por el Arqlgo Roberto López Bravo y que contiene gran cantidad de estructuras
76
con doble piso y que al parecer pudieron servir de habitación a grupos cercanos a la elite palencana (Venegas Durán, 2004). Barnhart, menciona lo siguiente: “Group C’s central plaza is bordered by smaller arrangements of structures to the north and south. To the north, platforms step down the hillside to the southern edge of the Zutz’ Group. To the south, structures arranged in multiple patio groups climb up hill some one hundred thirty meters to the Ch’ul Na Group. Along the Murcielagos, a few Group C structures are located in close proximity to a section of canal walls remnants and two 59 springs. Sixty-four structures were recorded in Group C and, excluding the consolidated section, three structures exhibit exposed architecture; C37, C58 and C60” (Barnhart, 2001). El centro o cabecera de este barrio esta compuesta por los edificios: C 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8,9.
77
LK13
C22
LK41
C11 LK12 C10
LK40
C21
C9
C20
Grupo Lik'in
C6 C63
C19
LK11
C18 C62
C64 C7 Pue nte Grupo C
LK9
LK38
C8
LK39
C5 LK10
LK 8
C12
C4
Grupo C
LK7
C3
LK36
LK35 LK37
L K34
C1 C2 C61 LK33 C39
LK28
LK29
LK3 0
LK32
C38
N
C35
C50
C25
LK5
C36
LK27
C40
LK6
C37 C26
C30 C31
LK26
LK1
C27
C41 C42
LK25
L K4
LK24
LK3
C28 C34 LK2
C29 C43
C32
C33
LK 31
LK18
C49
C44 C46
C45
LK19 LK20
C47
OT36
C48
LK21
C51
C53
C52
LK22 LK23 C59 C58
C58 C57 C56
C55 C60 CN3 CN1 CN2
CN9
CN7
CN6 CN5
CN8
CN4 CN14
CN10
Ch'ul Na CN12
CN 13 CN 11
Figura 30. Propuesta del Barrio 10 (BA-10). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001).
BARRIO 11 (GRUPO ARQUITECTONICO B, MURCIELAGOS, ACH´, ZUTS´, XAMAN)
Frans Blom fue uno de los primeros investigadores en referirse al Grupo B, mientras que Ruz se refiere a éste conjunto como el Grupo III; es un complejo de edificios que se asientan a lo largo del río Otulúm, en la parte noreste del sitio, presentando una serie de edificios de carácter habitacional y probablemente también administrativo.
Estos conjuntos fueron trabajados por el INAH en los años 90´s. Esta compuesto por los edificios 1,4 y 5 que al oeste delimitan la plaza, mientras que de lado este lo completan los edificios 2 y 3 (López Bravo, 2000).
78
Barnhart menciona “The Murcielagos Group extends north down the hillside following the east bank of the Arroyo Otulum’s lowest tier” (Barnhart, 2001).
Durante los trabajos realizados por el PAP se recuperaron entierros con grandes ofrendas funerarias y que se ligan a un rito o veneración de ancestros importantes de este barrio (López Bravo, 1995, 2000). El centro o cabecera de este barrio esta compuesta por el edificio B 1.
alberca moderna
AC4
AC3
Grupo Ach'
MC20
X9
MC24
Z1
AC2
X8
MC21 MC9 MC5
MC18
MC7
X13
Z3
Z2
Z31
Murcielagos
Z27 AC7
MC8
MC6 MC4
MC14
Z5
Z4
MC19
MC17
AC1
X6 X5
acueducto
Z26 MC10
MC15
N
Maya "L"
Z28
MC11 MC12 MC13
X10
Grupo Xaman
MC23 MC22
Z10 Z11
alb er
X4 Z32
Z6
Z9
ca
AC5
Z8
Z13
Z33
MC3
X7
AC6
Z12 MC16
X1
Grupo Zutz
MC2
Z7
X11
X3
X2 X14
MC1
X12
Z1 5
B13
X15
Z29
Z14
Z23 Z16
B11
B10
B12 Z25
B4
Z17
Z1 8
Z20 Z30
Z24
B5
LK17
LK15 B6
B3
LK42
Z19
Z21
B7
LK14 Z22
LK16
C24 C 23
B2
B14 B9
C16 C14
B8 B1
Grupo B
C15 C13 C12
Figura 31. Propuesta del Barrio 11 (BA-11). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001).
79
BARRIO 12 (GRUPO ARQUITECTONICO I, II, A Y MUSEO)
Estos grupos fueron trabajados por Frans Blom llamándolos Grupo A, también fueron ubicados e intervenidos por el arqlgo. Alberto Ruz quien los nombró Grupo I y II, que persiste hasta la actualidad y se trata de una serie de edificaciones sobre un terreno casi plano, ubicados al norte del conjunto principal; estos conjuntos también fueron habilitados por el INAH en los 90´s, Por los restos de los edificios localizados podemos hablar de un lugar residencial con edificios de doble planta en los que al igual que el grupo B y el Murciélagos, fueron ubicados una gran cantidad de entierros humanos con sus respectivas ofrendas funerarias. Barnhart menciona “Group A extends north along the west side of the Otulum from the base of the Casteneda Escarpment down to the modern paved road. Previous maps of Group A have focused on the area called Group I and II, a group of eleven consolidated structures, designated here as A1-3, A5, and A11-17” (Barnhart, 2001).
El centro o cabecera de este barrio esta compuesta por los edificios: 1,2,3,4,5,6,9,10,11,12,13,14,15,16.
80
A
MS5
Grupo Museo
MS2 MS1
MS6
MS3 MS 4
Grupo A A44
Casa de Lacr oix ca. 1950
N
A43
A40
acueducto A41 A39 A42 A37 A48
A3 5
A49
A33
A38
A34
A32
A30
A31
A47 A29 A13 A12 A16 A11
A15
A45
A36 A46
A22
A6
A2 1
A28 A27
A17
A1
A13
A3
A14
Gru
A2 A1 9
po I/I
I
A2
4
A 20
A18
A7
A4
A1 0
A8 A9
A25
A26
A50 A51
Figura 32. Propuesta del Barrio 12 (BA-12). El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001).
NUCLEO CENTRAL. (PALACIO, GRUPO NORTE, JUEGO DE PELOTA, GRUPO CASCADA, OTULUM, CAMPAMENTO, BOSQUE AZUL, D, H, DE LAS CRUCES, TERRAZAS SCHELE, ACROPOLIS SUR)
Por ser el grupo de edificaciones mas conocidas de Palenque, han tenido estos conjuntos una gran cantidad de excavaciones arqueológicas que han dado cuenta de sus innumerables hallazgos y cualidades arquitectónicas.
El gobernante y su consorte habitaban en el Palacio, que era la sede del poder político y administrativo del señorío. La pareja real encabezaba un numeroso conglomerado de familiares que probablemente residía en otros conjuntos habitacionales situados dentro del área central de la ciudad. Algunos textos glíficos palencanos señalan que la familia del gobernante se llamaba B'olon Chan, “9- Cielo”. Esta interpretación se sustenta en el
81
desciframiento, por parte del epigrafista Nikolai Grube, de un glifo muy importante que se lee oon, “familia”, “parentela” (Grube, comunicación personal con Guillermo Bernal, abril, 2005). En los tableros del Templo de las Inscripciones se señala que B'olon Chan y-oon waklaju'n Oon B'olon Tz'ak-b'u Ajaw, “9-Cielo es la familia de las 16 familias del Señor de los Nueve o Innumerables Sucesores”. Esto parece indicar que la “familia superior” B'olon Chan era conceptuada como una entidad representativa y aglutinante de todas las familias del señorío que, según se desprende de la lectura, eran 16.
Estas 16 familias estaban relacionadas con “el Señor de los Nueve o Innumerables Sucesores” (B'olon Tz'ak-b'u Ajaw), que aparentemente alude a un individuo, a menudo legendario o arquetípico, que se suponía promotor de la fundación de ciudades o dinastías. Podemos preguntarnos, en primer lugar, quiénes conformaban la familia B'olon Chan, el oon o parentela del monarca. Es muy probable que no se restringiera a la familia nuclear, sino que abarcara un amplio conglomerado de consanguíneos. Esta “familia extensa” de la nobleza palencana quizá llegó a tener unos 300 miembros durante la segunda mitad del siglo VIII (aunque la cifra podría ser más alta). Ellos posiblemente residían en conjuntos habitacionales de elite que estaban ubicados dentro del núcleo arquitectónico de la ciudad, tales como los grupos H, Bosque Azul, Terrazas Schele y Otolúm, así como las estructuras residenciales XXIII, XXIV, XXV y XXVI (Bernal Romero y Venegas Durán, 2005).
82
Núcleo Central
NG5
NG7
NG2
N
C P6
Grupo Norte
NG1
CP7
C P2
El Conde
bodega
CP1
Campamento
Grupo Cascadas
C P5
CP3 CP4
C S2
X
CS1
Juego de Pelota
banos
puente prehispanico
C S3 C S16
C P8
CS8 CS
13
CS4
CS7
C S9
CS5 CS
14
C S6
C S10 C S11
OT1 C S12
C S15 C S17
Ig norado
XI
OT 2
Palacio
OT3
O T8
O T65
O T66
OT4
Grupo Otulum Tumba de R uz
OT9
OT 5 O T10
patio
patio
OT7
OT 6
OT12
OT2 4
OT11
du ct
o
OT23
ue
OT 67
ac
XII
X III
In sc
ripci on
OT13
O T14
OT72
OT 18
OT 25 OT15 OT35
OT 19
OT32
OT30
OT 22
OT62 OT63
TI5
OT29
OT 59 OT17
OT64
OT51 OT76 OT49 OT47
OT37
XV
TI 3
OT 75
OT39 OT 58
Cruz OT74
Sol
Grupo H
OT 41
OT42
OT 55
OT57
XXIIa
Cruz Foliada
XXII
B W2
H5
XXa
XXV
H7
BW 14 H10
H8
BW 3
XXVI
XXIIb
BW 7 B W10 Estela 3
XXVI
BW12
H 14
XXc
ST13
H13
XVII
Mon1
B W6
B W5
BW 9
BW 11
XXI
BW 4
B W8
H11
H9
H 12
ST 12
Grupo Bosque Azul
S
ST9
XX
T1 1
ST 10
Mon2
XVIII
ST14
ST8 ST 6
cantera
OT 53
OT 56
B W1
H3
H6
OT52
OT48
OT78
Jaguar XXV
H2
OT45 OT46
OT77
XXIV
H4
OT 54 OT48
OT40 OT44
H1
OT50
OT60 OT38
XIV
TI4
OT 71
XVb OT 61
TI2
OT28
OT33
OT34
OT79
OT31
TI1
OT27 OT69
OT20
XVa
OT70
OT73
OT21
XVI
OT26
OT64
OT16
es
ST 7
B W13
XVIIIa
XIX
ST5 ST 4
ST15
XXb
ST19
ST 3 ST
ST 20 2
ST16
D2
ST18
ST22
ST17
ST23 ST24
XXIII
Grupo D
D1 ST21
ST25
ST1
D3
ST26
XIX
ST 27
XX IIIa
a
XIXaa ST 28
XXIII TK10
XXIIIb
ST29
XXIIIc
ST 30
XIXb
Terrazas Schele
ST31
ST32
T K8 ST3
ST35
3
TK6
ST 34 TK5
TK7 TK4
TK3
Grupo Tok
TK
9
TK1
TK2
Figura 33. Propuesta del Núcleo central. El área sombreada representa la cabecera del barrio (modificado de Barnhart, 2001).
83
CAPITULO 3. EL PRECLÁSICO TARDÍO Y LA FUNDACIÓN DE LA CIUDAD.
El estudio previo de la ocupación del periodo Preclásico en la región de Palenque y en Palenque mismo, avanzaron de una manera muy lenta, debido quizá a los diversos propósitos de investigación aplicados por parte de sus estudiosos, lo que nos permite conocer de una manera muy limitada el funcionamiento de la región.
Salvo algunas excepciones en épocas recientes (López Bravo 2000, 2002, 2005; López Bravo et al 2003, 2004; López Bravo y Venegas Durán, 2006; San Román, 2005a, 2005b; Venegas Durán 2005, 2006)
comenzamos a conocer temas tan importantes
como áreas de actividad, o el desarrollo de la antigua ciudad desde sus inicios.
A pesar de estar muy pobremente representado dentro de los materiales cerámicos diagnósticos del Preclásico Tardío, existe material correspondiente a esta fase cerámica, que se ha localizado en algunos conjuntos arquitectónicos de la antigua ciudad de Palenque (San Román, 2006).
San Román (2005), ha identificado la presencia de material preclásico en dos unidades habitacionales de Palenque; el Grupo I (al norte del complejo central) y el Grupo C (al este de la ciudad) presentan fragmentos pertenecientes al tipo Sierra Rojo, Altamira Acanalado y Hongo Compuesto, pertenecientes al Preclásico tardío. Este material proviene de rellenos, pero como lo comenta la investigadora, al menos tenemos la seguridad de actividad humana en esa época (San Román, 2005).
84
También fue analizado por el que esto suscribe, material cerámico recuperado en el Juego de Pelota durante la temporada 93 y 94 dirigidas por el Arqlgo. Arnoldo González Cruz y en donde se detectó la presencia de material perteneciente al grupo Sierra Rojo.
Esto se suma a la información obtenida por el PCU y en conjunto tenemos un panorama distinto de la ciudad.
Rands asevera que “Because of the initial problem orientation (Rands 1967), which gave priority to understanding the ceramic sequence at Palenque, and because very small quantities of Preclassic were recovered at the site, ongoing research has emphasized developments during the Classic period” (Rands, 2005).
Asimismo reconoce el problema que ha incidido en el pobre conocimiento que se tiene de Palenque durante el Preclásico: “Most Preclassic pottery known at Palenque has been subject to marked redeposition and breakage. The lack of extensive penetration of sealed deposits has contributed to the failure to define ceramic complexes for the period. However, time depth is present” (Rands, 1967, 2005).
Como lo ejemplifica Robert Rands, la mayoría del material cerámico proviene de contextos mezclados, sin embargo podemos aseverar que la ocupación Preclásica está presente. Los criterios cerámicos para considerar éste periodo son los mismos utilizados por Robert Rands en su estudio de cerámica palencana: “First, however, one of the most important criteria for differentiating the two complexes, although almost axiomatic, should be noted: the presence of a waxy slip, Sierra Red, in much of the Preclassic pottery, and its absence from Picota ceramic complex” (Rands, 2006).
85
Figura 34. Material Preclásico del Tipo Sierra Rojo, recuperado por el PCU. (foto del autor).
POZOS ESTRATIGRAFICOS CON MATERIAL PRECLÁSICO.
De un total de 97 pozos estratigráficos realizados por el PCU, tenemos la presencia de material
Preclásico
en
22
pozos
los
correspondientes
6,7,11,13,20,21,22,23,25,26,29,31,35,37,38,41,42,63,70,85
a
los
y 91. Sin
números:
3,
embargo, al
analizar la estratigrafía pudimos notar que en el caso de los pozos 3, 6, 7 y 13 la deposición no es natural sino el resultado de acarreo de materiales para rellenar terrazas y otros elementos arquitectónicos ubicados en la porción sur de la ciudad,
86
modificaciones del terreno que ocurrieron durante el Clásico Temprano y Tardío. Ante esta razón, los cuatro pozos antes mencionados fueron retirados del conteo de materiales para los periodos Pre-Picota y Picota. De tal manera, los 18 pozos con material Preclásico representan el 19% del total de la muestra. El material Preclásico constituye el 3.1 % del total de tiestos analizados.
Durante la temporada 2003 se informó lo siguiente: “Además de los pozos también se realizó una recolección de superficie, en la que también pudimos detectar la presencia de material cerámico preclásico, la cual fue realizada cerca de la confluencia de los ríos Picota y Piedras Bolas, próxima a las estructuras L13 y 20; en la que un enorme árbol colapsado, levantó de raíz parte de estas estructuras, exponiendo el núcleo y una enorme cantidad de material cerámico, además de algunos restos óseos que tal vez pudieron pertenecer a algún entierro ubicado en cualquiera de las dos estructuras” (López Bravo et al, 2003).
Los pozos se distribuyeron de la siguiente manera: Barrio 1: Pozos 38 y 42 (11 % del total de los pozos con material cerámico Preclásico) Barrio 2: Pozos 22 y 26 (11 % del total de los pozos con material cerámico Preclásico) Barrio 3: Pozos 23, 25, 29, 31 y 35 (27.7% del total de los pozos con material cerámico Preclásico) Barrio 4: Pozos 37 y 41 (11 % del total de los pozos con material cerámico Preclásico) Barrio 5: Pozo 11 (5.5% del total de los pozos con material cerámico Preclásico) Barrio 7: Pozos 20 y 21 (11% del total de los pozos con material cerámico Preclásico) Barrio 10: Pozo 63 (5.5% del total de los pozos con material cerámico Preclásico)
87
Núcleo Central: 70, 85 y 91
(16.6% del total de los pozos con material cerámico
Preclásico)
El barrio 3 cuenta con la mayor concentración de pozos estratigráficos con presencia de material cerámico del tipo Sierra Rojo, a continuación presentaremos la descripción de 3 pozos realizados en ese barrio, con la finalidad de conocer la estratigrafía de la zona en cuestión.
Los barrios que no cuentan con la presencia de material diagnostico del Preclásico son: 6, 8, 9, 11 y 12.
Figura 35. Mapa de Palenque, mostrando las áreas con presencia de material cerámico del Preclásico (modificado de Barnhart, 2001).
SONDEOS.
A continuación se incluirán las descripciones de tres pozos estratigráficos practicados en el Grupo Nauyaca del Barrio 3 en donde fue posible localizar material diagnostico del
88
Grupo Sierra Rojo. La intención de mostrar estas descripciones es la de difundir el contexto en donde fueron localizados estos materiales diagnósticos, por lo que son representativos del barrio y del periodo al cual pertenecen. Es claro notar que en los tres ejemplos presentados aquí, el material preclásico esta presente en la capa II a una profundidad aproximada de entre 50-1.40 cms.
Pozo 29
Este pozo fue ubicado cerca del muro sur de la estructura N4; trazado en esta zona, debido a informes proporcionados por el Dr. Robert Rands, en los cuales afirmó que esta sección del sitio fue en donde él personalmente realizó algunas recolecciones y pozos en donde recuperó material cerámico preclásico (comunicación personal Robert Rands, 2003); por lo que esta información sirvió para concentrar nuestros esfuerzos en este conjunto.
Durante la primer capa, pudimos observar una densidad baja de material arqueológico y notamos una composición diferente en cuanto al suelo que extraemos de aquí en comparación con el pozo 25, en donde se notó una composición más arenosa proveniente de la plataforma artificial, mientras que el pozo 29, ubicado debajo de esa plataforma, se observó una composición más arcillosa, que habíamos notado en otros pozos como una arcilla depositada de forma natural.
En la capa II se recuperó material Preclásico, detectándose en los perfiles norte y este una lentícula que se comenzó a extender a una profundidad de 65 cm aproximadamente; esta lentícula es una intrusión de la Capa I, que de cierta manera dejó la mitad del pozo
89
de un color oscuro y la otra mitad una arcilla clara (ver dibujo de planta), además de que esta intrusión de arcilla oscura fue delimitada por una franja de gravilla o de pequeñas rocas de caliza.
Se procedió a dibujar los perfiles oeste y este por ser los más representativos, ya que mostraron con claridad estas intrusiones. Se siguió excavando por la nula presencia de roca madre y es en la capa III, que fue la misma presente en el pozo 25 (arenosa, mezclada con mica, de grano fino, similar a la arena presente en las playas formadas por los ríos), nos obligó a ir a una profundidad mayor en busca de la roca madre; pero debido a la dificultad presentada en la excavación de este pozo, se realizaron dos reducciones en el pozo, tratando de esta manera de finalizar su descenso; la primera se realizó al 1.40 m, partiendo al pozo a la mitad, la mitad oeste a su vez, se realizó la segunda reducción que dejó un escalón y se excavó a una profundidad de 1.80 m y la última porción (sección suroeste del pozo; ver dibujo de planta), se concluyó la excavación a una profundidad de 2 m, sin que a esta profundidad se haya localizado roca madre.
La capa I correspondió a la descripción 2.5 Y 2.5/1 negro, humus, materia orgánica en descomposición y con una densidad baja de material arqueológico. La capa II, presentó la descripción 2.5 Y 4/4 café verdoso, una arcilla de grano medio a fino, semicompacta, con algunas inclusiones de guijarros de caliza de diversos tamaños; contó con una baja densidad de material cerámico. La capa III, correspondió a 10 YR 5/6; fue un suelo arenoso, sin arcilla mezclada, con una consistencia muy compacta, con mica en su composición. El banco de nivel en este pozo se ubicó a 50 cm sobre la superficie.
90
Capa I
Capa II
0
50 cm. Capa III PCU 2003 Pozo 29 Excavó: BJVD NO EXCAVADO
PERFIL
E STE
Figura 36. Perfil este y foto de fin de excavación del Pozo 29 (foto y dibujo del autor).
Pozo 31
Pozo ubicado en las coordenadas E 600338 y N 1933477 (con un error de lectura de 3-6 metros), cercano a la estructura N 59, una edificación de tamaño pequeño que se ubica aproximadamente al centro de un patio o plaza, y que probablemente funcionó como
91
altar doméstico. Este pozo fue el que brindó la mayor cantidad de material preclásico obtenido desde la primera capa, de una profundidad de 40 cm en promedio. Fue en la segunda capa que se logró recuperar una cantidad muy alta de material cerámico preclásico, teniendo una profundidad de 60 cm y una consistencia arcillosa, mezclada con guijarros de roca caliza.
La tercer capa de este pozo, fue similar a la capa III de los pozo 23 y 29, pues estos conjuntos se asientan sobre el mismo macizo de tierra; al ser la tercera capa una deposición que sabemos se extiende a una profundidad aun no determinada, debido a los riesgos que presenta una excavación mas profunda de los 2.0 m a los que se han excavado estos pozos; aquí también se realizó una reducción, se divide el pozo de este a oeste y el primer escalón se excava hasta el 1.76 m, mientras que la porción sur, se excavó hasta 2.11 m (ver dibujo de planta).
La capa I correspondió a la descripción 2.5 Y 2.5/1 negro, humus, materia orgánica en descomposición y con una densidad alta de material arqueológico. La capa II, presentó la descripción
2.5 Y 4/2 café oscuro grisáceo, una arcilla de grano medio a fino,
semicompacta, con algunas inclusiones de guijarros de caliza de diversos tamaños; contó con una alta densidad de material cerámico. La capa III, correspondió a 10 YR 5/8; es un suelo arenoso, sin arcilla mezclada, con una consistencia muy compacta, con mica en su composición. El banco de nivel en este pozo se ubicó a 50 cm sobre la superficie.
92
Capa I
Capa II
Capa III
Roca madre
0
PCU 2003 Pozo 31 Perfil Norte Excavó: BJVD
50 cm.
Figura 37. Perfil norte del Pozo 31 (dibujo del autor).
Pozo 35
Pozo estratigráfico ubicado cercano al muro norte del complejo formado por las estructuras N 45, 46,47 y 48; trazado cerca de esta estructura para aprovechar el desecho proveniente del grupo. En este pozo se localizó material en superficie ya que en la mayor parte de las secciones de este grupo arquitectónico, nos fue posible detectar una enorme cantidad de material removido en parte por los hoyos practicados por pequeños mamíferos y roedores que fabrican sus madrigueras, por lo cual realizamos una recolección, para aprovechar esta oportunidad muy escasa en otros grupos.
La primer capa tuvo una profundidad de aproximadamente de 20 cm y una densidad de material arqueológico media; la capa II, una profundidad media de entre 50-70 cm, ya que como podemos ver en el dibujo de planta, el pozo se redujo casi en un 70% debido a la gruesa capa de carbonatación presente. Por esto, solo se pudo excavar la esquina 93
noreste del pozo, pues conforme avanzábamos, el estrato carbonatado se hacia mas profundo; pero durante las capas II y III fue posible detectar material Preclásico, por lo que se continuó excavando solo la porción noreste, hasta localizar roca madre, la cual apareció a una profundidad de 1.40 m
La capa I correspondió a la descripción 2.5 Y 2.5/1 black, negro humus, materia orgánica en descomposición y con una densidad baja de material arqueológico. La capa II, presentó la descripción 2.5 Y 4/4 olive brown, café verdoso, una arcilla de grano medio a fino, semicompacta, con algunas inclusiones de guijarros de caliza de diversos tamaños; cuenta con una baja densidad de material cerámico. La capa III, correspondió a 10 YR 5/6; es un suelo arenoso, sin arcilla mezclada, con una consistencia muy compacta, con mica en su composición. El banco de nivel en este pozo se ubicó a 50 cm sobre la superficie.
Capa I
Capa II
Capa III Carbonatación
0
PCU 2003 Pozo 35 Perfil Este Excavó: BJVD
50 cm.
Figura 38. Perfil este del Pozo 35 (dibujo del autor).
94
Figura 39. Comienzo excavación Pozo 35 (foto del autor).
95
CONSIDERACIONES.
Los Barrios 1, 3, 4, 5 y 7, que concentran la mayoría de los pozos estratigráficos con material preclásico, se asientan sobre una meseta plana, bordeando el arroyo Picota, con abasto constante de agua todo el año. Los Grupos Nauyaca, Limón y Retiro de Moisés presentan características muy distintas a otros en donde hemos ubicado concentraciones cerámicas de periodos posteriores (Clásico Temprano y Tardío): se distinguen por presentar una distribución espacial que se adapta al medio geográfico en el que se ubican, ya que todos se asientan sobre la misma planicie o terraza natural; se encuentran cercanos a fuentes de agua permanente y presentan una densidad constructiva comparativamente baja en relación a los demás conjuntos. Es importante mencionar que en la mayoría de los casos no se localizaron subestructuras o rellenos, lo que permite sugerir que en esta zona no se realizaron grandes modificaciones constructivas.
Por otro lado, sabemos también mediante los trabajos recientes de análisis de materiales cerámicos provenientes de otros barrios cercanos al núcleo central, que existe un segundo asentamiento con material cerámico del preclásico, el cual se encuentra localizado al noreste del Núcleo Central, esta concentración de material del grupo Sierra Rojo se localizo en los Grupos Campamento, I y II (ubicados junto al río Otulúm), Grupo C (emplazado junto a los arroyos Murciélagos y Balunté) e incluso en el Juego de Pelota (ubicado junto al río Otulúm). En resumen, los datos presentados establecen la presencia de dos asentamientos independientes. A pesar de lo que menciona Lisa Lucero sobre la ubicación de las grandes capitales del periodo Clásico, en lugares carentes de grandes cuerpos de agua (por lo tanto
96
dependientes del agua de lluvia) con elites controladoras de este vital recurso en beneficio de la familia gobernante (Lucero, 1999), Palenque no se ajusta a esta perspectiva, puesto que todos y cada uno de los barrios fundadores de la ciudad, bordean alguna corriente permanente de agua o se ubican a menos de 50 mts de algún arroyo.
Mediante estos sondeos no podemos hablar de arquitectura monumental ligada a este periodo de la antigua ciudad, pero si de actividad humana permanente en la zona, además de por supuesto una arraigada tradición cerámica, una vez localizados los barrios con esta evidencia, el siguiente paso de la investigación (en un futuro cercano) será la de localizar contextos sellados y arquitectura monumental asociados al periodo preclásico, esto para establecer los orígenes de la dinastía en Palenque, pues aunque por diversas inscripciones retrospectivas sabemos que el inicio de la dinastía se relaciona con el primer gobernante K´uk´ B´alam I (431-435 d. C.) (Bernal Romero, 2003; Martin y Grube, 2000; Schele y Freidel, 1990; Schele y Mathews, 1999; San Román, 2005), existen textos jeroglíficos que de acuerdo a Guillermo Bernal, trazan los inicios de la dinastía palencana por lo menos 600 años antes del reinado de K´uk´ B´alam I. (González Cruz y Bernal Romero, 2004).
En uno de los recientes hallazgos realizados en Palenque en el año de 2002, el arqueólogo Arnoldo González Cruz localizó un tablero en el edificio XXI, emplazado en la Acrópolis Sur de Palenque; el texto jeroglífico transliterado por el epigrafista Guillermo Bernal, narra una escena en la que Pakal II toma el papel de un legendario y antiguo gobernante de la ciudad, según Bernal el texto glífico que identifica a Pakal II, personifica a Ch´away U Kokan Kan “el que toma la sangre coesencial, serpiente de la espina para
97
sangrar” reafirmando este nombre con el tocado que luce Pakal II (González Cruz y Bernal Romero 2004, 2006).
Figura 40. Tablero del Trono del Templo XXI. (foto de Michel Zabé).
El mismo texto especifica que Ch´away U Kokan Kan fue un gobernante en el año 252 a. C., además se especifica que en ese entonces el gobernante colocó por primera vez la imagen de los dioses (GI y GII) dentro de un templo; ofrendando un lagarto y una concha en un tercer templo, que seria la casa de GIII, por lo que este gobernante fue visualizado como el iniciador de los cultos a las deidades protectoras del linaje y la ciudad (González Cruz y Bernal Romero, 2004, 2006).
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Figura 41. Pakal II, personificado como Ch´aáj-? -. (Tomado de Bernal Romero, 2006).
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Por lo que no es tan descabellado pensar que este personaje haya existido en realidad, tal vez como la mencionan González Cruz y Bernal Romero, se trató de un líder político y religioso (pero también muy carismático como lo menciona Houston en el concepto de moral community) que lideró la fundación de la ciudad, su recuerdo se transmitió de generación en generación y de esta manera es incluido en los textos jeroglíficos de la ciudad (González Cruz y Bernal Romero, 2004; Houston, 2001).
Ahora bien, con la evidencia obtenida mediante el análisis pertinente de los materiales cerámicos, estamos ante la presencia de dos asentamientos independientes durante el periodo Preclásico, uno al oeste y otro al este, recordemos una definición básica de sinoikismo en el que es considerado como “proceso social mediante el cual varios asentamientos separados se unen y fundan una nueva ciudad o entidad política” (Smith, 2006), podríamos considerar a Palenque como un ejemplo de sinoikismo, en donde dos asentamientos se unen para formar uno solo y realizar la fundación “oficial” de la ciudad.
Incluyendo aspectos de formalidad (propuestos por Michael Smith) mediante este tipo de ofrendas o ritos religiosos realizados para inaugurar templos o edificios (tablero del trono del Templo XXI). Categoría también llamada por Smith como fundación religiosa formal (Smith, 2006).
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CAPITULO 4. LA EXPANSION DEL CLÁSICO TEMPRANO.
Investigaciones previas han sugerido que durante el Clásico Temprano Palenque aun no alcanzaba el estatus de una ciudad importante; el área de influencia del sitio se reducía solo a los asentamientos localizados en las cercanías y a no más de 5-10 kms de distancia, esto por la dificultad de transportar mercancía hacia un lugar no tan importante, además de que se hallaba condicionada por la topografía del lugar, por lo que esta distribución cerámica, tal vez no pudo superar los asentamientos localizados a lo largo del río Michol y Chacamax (Rands, 1967, 1996).
A su vez para esta época aun no hay una clara evidencia de expansión hacia algún punto en particular, como podemos observar la mayoría de las vajillas en Palenque fueron producidas localmente, por lo que según Rands, “el área sostenedora del sitio estaba distribuida en forma lineal a lo largo de la primera línea de sierras y se estima que no cubría mas de trescientos kilómetros cuadrados”. (Rands, 1967)
Para el Clásico Temprano (150-600 d. C.) están contempladas dos fases cerámicas en Palenque. Estas son: la fase cerámica Picota (150-350 d.C.) y Motiepá (350-600 d.C.). El análisis cerámico que a continuación se presenta fue realizado sumando los materiales pertenecientes a ambos periodos, considerando el comentario de Robert Rands (comunicación personal, 2003) sobre los criterios que utilizó para separar ambos periodos, mismos que actualmente están en revisión. Adicionalmente, la unión de ambos periodos nos permite comprender, en términos comparativos, los cambios que
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sucedieron en la ciudad relacionados con la fundación de la dinastía local y el desarrollo de Palenque como capital regional.
POZOS ESTRATIGRAFICOS CON MATERIAL DEL CLÁSICO TEMPRANO.
La presencia de la fase cerámica Picota está presente en 23 pozos de sondeo de un total de 97, lo que representa el 24% de la muestra total de los sondeos practicados, este material fue ubicado en los sondeos 5, 11, 16, 18, 19, 21, 22, 26, 33, 34, 38, 43, 60, 61, 65, 69, 75, 78, 79, 82, 84 y 86 (de este conteo fueron eliminados los pozos 7 y 13, por las razones explicadas en el capítulo anterior). Los 23 pozos con material cerámico Picota representan el 1.9% del total de la muestra.
Mientras que la fase cerámica Motiepá esta presente en 62 pozos, lo que representa un 64% de la muestra total, este material fue localizado en los sondeos 2, 3, 5, 6, 7, 8, 9, 11, 12, 13, 14, 16, 18, 20, 21, 22, 23, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33, 34, 36, 37, 38, 39, 42, 43, 45, 46, 50, 51, 58, 59, 60, 61, 63, 64, 65, 67, 68, 69, 70, 71, 72, 74, 75, 78, 79, 80, 82, 83, 84, 85, 86, 87, 91. Los 62 pozos con material cerámico Motiepá representan el 15.7% del total de la muestra.
En total los sondeos clasificados dentro del periodo Clásico Temprano suman 62 lo que representa el 64% de la muestra total y son lo siguientes: 2, 3, 5, 6, 7, 8, 9, 11, 12, 13, 14, 16, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33, 34, 36, 37, 38, 39, 42, 43, 45, 46, 50, 51, 58, 59, 60, 61, 63, 64, 65, 67, 68, 69, 70, 71, 72, 74, 75, 78, 79, 80, 82, 83, 84, 85, 86, 87, 91. En conjunto las dos fases cerámicas representan el 17.6% de la muestra total analizada.
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Los pozos se distribuyen de la siguiente manera: Barrio 1: Pozos 10, 12, 14, 16, 30, 36 (9.7% del total de los pozos con material cerámico Clásico Temprano) Barrio 2: Pozos 2, 5, 8, 22, 26, 27, 28 (11% del total de los pozos con material cerámico Clásico Temprano) Barrio 3: Pozos 23, 25, 29, 31 y 33 (7.9% del total de los pozos con material cerámico Clásico Temprano) Barrio 4: Pozos 37, 38, 39, 42 y 43 (7.9% del total de los pozos con material cerámico Clásico Temprano) Barrio 5: Pozos 7, 11, 13, 32, 34, 45 (9.7% del total de los pozos con material cerámico Preclásico) Barrio 6: Pozo 3, 6, 9, 19 (6.3% del total de los pozos con material cerámico Clásico Temprano) Barrio 7: Pozos 18, 20 y 21 (4.8% del total de los pozos con material cerámico Clásico Temprano) Barrio 8: Pozos 75 y 79 (3% del total de los pozos con material cerámico Clásico Temprano) Barrio 9: Pozos 59, 61, 63, 65, 67, 69, 71 y 83 (12.9% del total de los pozos con material cerámico Clásico Temprano) Núcleo Central: 46, 50, 51, 53, 58, 60, 64, 68, 70, 72, 74, 78, 80, 82, 84, 86, 91 (27% del total de los pozos con material cerámico Clásico Temprano) Los Barrios 2, 9 y Núcleo Central, presentan la mayor concentración de pozos estratigráficos con presencia de material cerámico perteneciente al Clásico Temprano, a
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continuación presentaremos la descripción de 4 pozos representativos de este periodo, con la finalidad de conocer la estratigrafía de la zona en cuestión.
La descripción y elaboración del texto de los pozos 64 y 78 provienen del informe parcial entregado por el Arqlgo. Javier López Mejía al Director del proyecto el Arqlgo. Roberto López Bravo.
Figura 42. Mapa de Palenque, mostrando los sectores con presencia de material Clásico Temprano (modificado de Barnhart, 2001).
SONDEOS.
A continuación presentamos 4 pozos de sondeo que son representativos del periodo Clásico Temprano, ya que contienen materiales cerámicos diagnósticos de este periodo.
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Para el pozo 75 se puede observar que justo debajo de la cista fechada para la fase Murciélagos-Balunté por las vasijas localizadas en el entierro numero 10, se ubicó material perteneciente al Grupo Águila Naranja.
En el pozo 78 capa III, mezclado con material del tipo Sierra Rojo, también fue posible recuperar fragmentos de tiestos del Grupo Balanza Negro. En el pozo 63, capa III al igual que el ejemplo anterior, mezclado con material cerámico del tipo Sierra Rojo, fue posible localizar bordes y ollas de cajetes diagnósticos de la fase Motiepá.
Mientras que en el pozo 64, capa IV, fue posible localizar bordes de ollas correspondientes a la fase Motiepá.
Pozo 75.
Pozo ubicado cercano a la estructura J4; se comenzó la excavación y se pudo observar que la primer capa, presentó una densidad baja de material arqueológico por lo que se avanzó sin dificultad y justo al comenzar la siguiente capa y nivel, se localizó un alineamiento de rocas que presentó un arreglo de cista y que estaban orientadas nortesur, se procedió a realizar el registro fotográfico y de dibujo y se comenzó a levantar las rocas que forman parte de la tapa, justo por debajo se pudo observar un entierro humano orientado norte-sur.
Entierro 10. Se trató de un individuo depositado en una cista muy bien elaborada con delimitaciones laterales y un fondo formado por una gran laja de una sola pieza de roca
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caliza, es un entierro primario que al parecer fue revuelto por alguna clase de roedor, pues la disposición de los restos óseos fue alterada de gran manera que restos de mandíbula aparecen tanto en el extremo norte como en el sur; consideramos que originalmente pudo haber guardado una posición en decúbito dorsal extendido; los restos óseos presentaron un estado medio de conservación y muchos de ellos están ya fracturados, lo más importante de este entierro y que nos habla de la importancia del individuo, es la gran cantidad de objetos colocados como ofrenda, pues contó con dos cajetes completos del tipo Yalcox pertenecientes a la fase cerámica Murciélagos, uno ubicado en el norte y otro en el sur; también se localizó fragmentos de navajillas prismáticas, un fragmento de punta de proyectil y unos implementos de hueso trabajado, los cuales resultan importantes en extremo por ser ejemplares muy poco conocidos dentro de los objetos arqueológicos de Palenque.
Se trató de dos fragmentos de hueso trabajado que en su parte distal presentan las representaciones de manos con detalles de muñequeras y que han sido relacionadas con los instrumentos utilizados por los escribas y que aparecen en muchas representaciones dentro del arte cortesano de los mayas y que recientemente han sido localizados fragmentos similares en excavaciones llevadas a cabo en Oxkintok, Yucatán (Schmidt, 2004).
Fragmentos también de agujas, fueron localizados dentro de la cista, por lo que mediante la rica ofrenda de este personaje, se puede ligar de alguna manera con la clase noble de la sociedad palencana y que jugo un papel importante dentro de los habitantes del grupo IV, pues por medio de los materiales recuperados podríamos ligarlo a la clase de los artesanos o escribas. 107
Estos ejemplos de artefactos se suman a los pocos hallados en contextos de excavaciones controladas y que mediante la epigrafía y la iconografía pueden sin duda ligarse de una manera inmediata a sus propietarios o usuarios.
Se continuó con el registro fotográfico y de dibujo y se prosiguió excavando con mucho cuidado para obtener todos los datos posibles de este entierro.
Una vez terminado el registro, se procedió a desmontar la cista para continuar con el trabajo de excavación y poder llegar a roca madre, por debajo, tuvimos un relleno arquitectónico mezclado con gran cantidad de material cerámico y con una mezcla de las dos primeras capas.
El material localizado debajo de la cista pertenece al tipo cerámico Águila Naranja y al tipo cerámico Dos Arroyos, adscritos a la fase cerámica Motiepá, lo cual remonta la existencia de este grupo a por lo menos el Clásico Temprano.
Fue durante la capa III nivel 3 (aproximadamente 140-150 cms) que se ubicó la sedimentación similar al tepetate y que constó de compactaciones de arena fina con inclusiones de mica, esta compactación como ya la hemos visto con anterioridad es un estrato estéril, por lo que se procedió a realizar el registro y a tapar el pozo.
La Capa I correspondió a la descripción 2.5 Y 2.5/1 negro, humus, materia orgánica en descomposición y con una densidad baja de material arqueológico.
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La Capa II, presentó la descripción 2.5 Y 4/2 café oscuro grisáceo, una arcilla de grano medio a fino, semicompacta, con algunas inclusiones de guijarros de caliza de diversos tamaños; contó con una alta densidad de material cerámico. La Capa III, correspondió a 10 YR 5/8; es un suelo arenoso, sin arcilla mezclada, con una consistencia muy compacta, con mica en su composición. El banco de nivel en este pozo se ubicó a 50 cm sobre la superficie.
Figura 43. Perfil este, Pozo 75 (dibujo del autor).
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Figura 44. Planta del Entierro 10 (dibujo del autor).
Figura 45. Foto del Entierro 10 (foto del autor).
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Figura 46. Foto de un fragmento del elemento 3, vasija del tipo Telchac Compuesto que formó parte de la ofrenda del Entierro 10 (foto del autor).
Figura 47. Foto de los elementos 1 y 6 respectivamente, fragmentos de espátulas y agujas fabricadas en hueso que formaron parte de la ofrenda del Entierro 10 (foto del autor).
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Figura 48. Foto de fin de excavación del Pozo 75 (foto del autor).
Pozo 78.
El pozo 78 se localizó muy cerca de la estructura NG2, dentro del Grupo Norte sobre la misma plataforma desde donde desplanta el Templo del Conde, a 20m al NW del pozo 74.
La Capa I fue una tierra de color café oscuro (10YR2/1) de consistencia arenosa, en donde sólo la esquina NE presentó contenido de piedra. El material arqueológico fue abundante, principalmente cerámica, obsidiana y algunos fragmentos de figurillas. La Capa II tuvo una consistencia arcillosa y de color café verdoso (2.5Y4/4), con un poco de contenido de grava que aumentó hacia el final de la capa.
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El material cerámico se encontró en baja cantidad y algunos fragmentos de figurilla. La Capa III se encontró por debajo de una pequeña capa de gravilla y se trató de tierra café claro de consistencia arcillosa y a diferencia de la capa anterior no presenta grava, sólo algunos fragmentos de piedra caliza, incluso en el sector norte del pozo se apreció una acumulación de este tipo de piedra. El material arqueológico fue principalmente cerámica, hueso, y fragmentos de carbón. La Capa III continuó con las mismas características a lo largo de aproximadamente 70cm, fue difícil apreciar un cambio radical en las características del estrato, sólo en el perfil W la tierra se oscureció y la piedra dejó de estar presente, lo que marcó el inicio de la Capa IV.
También existe otro tipo de material arqueológico distinto, incluso diagnóstico de fases tempranas del sitio, algunos tepalcates con engobe rojo pulidos de la superficie, en especial un cajete con decoración acanalada, y otro de color negro, muy parecido a los tipos Balanza Negro y Sierra Rojo, incluso su origen puede ser foráneo. Existe también la presencia de carbón y destaca la presencia también de una tenaza de cangrejo muy grande.
Cerca de los 3m de profundidad, se localizaron piedras de gran tamaño, que incluso se confundieron con roca madre, así, después de 3.50m de profundidad, fue difícil continuar con el acarreo de tierra y piedra hasta la superficie, por lo que se decidió dar por terminado el pozo, además de que la presencia de material de arqueológico es nula.
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Capa I Capa II
Capa III
Capa IV
PERFIL OESTE PCU 2004 Pozo 78 Excavó: JLM
0
50 cm.
Figura 49. Perfil Oeste del Pozo 78 (dibujo de Javier López Mejía).
POZO 63.
Pozo ubicado cerca de la estructura EC46, en esta parte se localizó escombro y material removido de la estructura cercana y en donde se realizó una recolección de superficie, ubicamos material cerámico y óseo, quizá proveniente de alguna tumba removida por algún roedor, pues no encontramos evidencia clara de algún pozo de saqueo.
Durante la primer y segunda capa tuvimos escasa presencia de material cerámico y observamos que la segunda capa se trató de un relleno constructivo con roca caliza de diferentes tamaños, variando desde bloques medianos hasta rocas pequeñas, mezcladas con una arcilla de color oscuro y de grano medio; al continuar excavando localizamos la capa III, que es una arcilla de grano fino y con una tonalidad que fue desde el claro hasta
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el oscuro y es durante la capa III nivel 2 (aprox. 120 cms de profundidad) que ubicamos material cerámico del grupo Sierra Rojo, correspondiente al Preclásico Tardío.
Al continuar trabajando pudimos observar en el siguiente nivel restos de lo que parecía ser piedra quemada o sometida a grandes periodos de calor, esto por la coloración y por la consistencia de las rocas, además de pequeñas concentraciones de carbón.
Continuó la ubicación de poco material cerámico también de fases posteriores como Motiepá (Clásico Temprano), lo cual, tentativamente nos habla de la temporalidad de este grupo.
El nivel final fue alcanzado en la capa III nivel 3 a una profundidad aproximada de 140 cms y en donde la roca madre se pudo observar .
La capa II y III consideramos que formaron parte de rellenos culturales para la construcción de estructuras en esta zona y fue realizado mediante el acarreo de rocas de diversos tamaños.
La Capa I, correspondió a 10 YR 2/1 negro, capa de material en descomposición, humus y de un color muy oscuro, no muy profunda es una capa en la cual se ubicó muy poco material arqueológico. La Capa II correspondió a 10 YR 4/2 café grisáceo oscuro; fue una capa que contuvo una mayor presencia de arcilla, compacta, de grano medio y que se mezcló con guijarros de caliza de diferentes tamaños es aquí donde tuvimos una mayor presencia de material.
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La Capa III correspondió 10 YR 4/2 café grisáceo oscuro, fue una arcilla más compacta, de grano fino y con las mismas inclusiones de caliza que se vieron en niveles anteriores.
Figura 50. Perfil del Pozo 63. (dibujo del autor).
Pozo 64.
El pozo 64 se localizó sobre una terraza, al norte de las terrazas ST12 y ST13 dentro del conjunto Terrazas Schele, La superficie fue muy irregular debido a la presencia de piedra de derrumbe, principalmente en el lado este del pozo y sobre la esquina SW, que muy probablemente provinieron de una pequeña estructura que se localizó en el límite este del pozo sin dibujar en el mapa.
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La superficie presentó alto contenido de hojarasca y raíces gruesas, además desecho moderno destaca la presencia de tres tarjetas de plástico.
La Capa I se caracterizó por la presencia de tierra arenosa de color café oscuro (10YR2/1) y el contenido de raíces, incluso, una muy gruesa cruzó el pozo de este a oeste. Esta capa se puedo considerar muy corta de alrededor de 10cm de ancho en algunas de sus secciones, debido al cambio de capa producido por la localización de piedra de derrumbe, principalmente en el sector norte del pozo. El material arqueológico fue abundante, principalmente en la sección sur del pozo, sobre la esquina SW, en el resto del pozo el material disminuye y destacó la presencia de piedra de derrumbe. Pudimos enumerar la presencia de cerámica, figurillas, obsidiana gris veteada y un colmillo de jabalí. La Capa II se reconoció por la acumulación de piedra de escombro principalmente en la sección norte del pozo. El tipo de estrato continuo siendo del mismo tipo, de tierra café oscuro de consistencia arenosa. El material arqueológico continuo en abundancia, principalmente en la sección sur, pudimos ubicar figurillas, obsidiana gris vetada, hueso de animal, un fragmento de cornamenta, cerámica con decoración, piedra de molienda, un pulidor, una hachuela de caliza tallada y tres caracoles. En la esquina NW a los 90cm de profundidad, se detectó lo que parece un aplanado de estuco sobre un firme de gravilla, muy probablemente los restos de un piso, incluso, al mismo nivel de profundidad se pudo detectar el firme, aunque sin la presencia de estuco. Sobre el fragmento de estuco en la esquina NW, se encontraron tres caracoles con el
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pedúnculo recortado, debido al deterioro de lo que pudiera tratarse de nivel de piso en el resto del pozo, es difícil establecer fragmentos de cerámica sobre piso, no obstante, la presencia de relleno más compacto de grava, marca el cambio de capa. En el perfil este del pozo se apreció un muro de al menos dos hiladas de piedra, en superficie se pudo observar la estructura que no fue dibujada en el mapa, es probable que las hiladas de piedra formen parte de esta estructura. La Capa III se trató de relleno de grava de tamaño medio, mezclada con tierra de café verdoso muy clara (2.5Y5/3) de estructura arenosa. En la esquina NE se apreció una acumulación de piedras de relleno de tamaño grande. Continuo la presencia de material arqueológico revuelto dentro del relleno, destacó la presencia de fragmentos de cerámica, figurillas, y una lasca de obsidiana; el material se encontró en mucha menor cantidad que en capas anteriores, sólo casi al final de esta capa, se detectó un incremento en la cantidad del material, destacó una mano de metate de basalto de grano fino muy bien pulido, un caracol con el pedúnculo cortado, hueso y algunas figurillas muy maltratadas. Esta capa puede considerarse amplia, ya que midió aproximadamente 60cm, sin cambio en las características del estrato. En la Capa IV se apreció un cambio en la coloración de la tierra, ya que viró a un color más claro (2.5Y6/3) y de consistencia más arenosa, incluso la grava cambia de tamaño medio a pequeño y en mayor cantidad, distribuido de manera homogénea, lo que hace suponer que se trató de un relleno artificial. El material arqueológico continuó saliendo en los primeros centímetros de esta capa, principalmente cerámica, obsidiana gris y fragmentos de piedra de molienda. El material diminuyó paulatinamente hasta desaparecer al final de la capa. Se detectó un nuevo cambio en la coloración de la tierra que se torna blanquizca, por la presencia de roca madre dentro del pozo a los 2.30m de profundidad.
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Capa I
Capa II Piso
Capa III
Capa IV
Roca Madre PERFIL NORTE PCU 2004 Pozo 64 Excavó: JLM
0
50 cm.
Figura 51. Perfil del Pozo 64 (dibujo de Javier López Mejía)
CONSIDERACIONES.
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Trabajos anteriores han sostenido la idea de que Palenque fue un pequeño asentamiento durante este periodo, con muy poca influencia en la zona y con un radio de acción muy limitado (Rands, 1965, 1967,1974), sin embargo, la cantidad y distribución de los materiales obtenidos en nuestros sondeos sugieren que el sitio experimento un crecimiento sostenido y realizó un intercambio activo con otras comunidades del Peten (San Román, 2005).
Lo anterior es evidente por la recuperación de tiestos pertenecientes a los grupos cerámicos Águila Naranja, Balanza y Polvero Negro. Es evidente un cambio en el patrón de ocupación de la ciudad, pues son pobladas las áreas inmediatas a los asentamientos originales (Preclásico Tardío), la mayor parte de los barrios están ocupados durante este periodo, solo quedan vacías las partes mas elevadas y las zonas bajas, esta fase colonizadora aprovecha la meseta y planicie natural ubicada entre ambos asentamientos y comienza a dirigirse a las partes elevadas de la zona, este patrón de urbanización se da de forma radial en anillos concéntricos y no de forma lineal como ha sido propuesto por diversos investigadores.
Figura 52. Fotografía del material cerámico del tipo Águila Naranja (foto del autor).
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Es durante este periodo que se unifican los dos asentamientos independientes localizados en el Preclásico y que deciden formar un solo centro poblacional, escogiendo el Núcleo Central como el epicentro de toda la actividad política realizada en la ciudad siguiendo el modelo de sinoikismo propuesto con anterioridad. Las subestructuras localizadas en el Palacio deben datar precisamente de esta época, por lo que la gran plaza de Palenque fue el centro de la ciudad desde el Clásico Temprano y no posteriormente como ha sido propuesto por algunos autores (López Jiménez, 2004).
La actividad constructiva es intensa y se realiza en todo el asentamiento, construyendo viviendas, templos y todo tipo de construcciones aptas para las actividades humanas.
Muy probablemente la canalización de los ríos y arroyos daten también de este periodo, pues la traza urbana así lo requiere para que construcciones posteriores eviten problemas de inundaciones, es poco probable pensar que los trabajos de canalización de agua, o de adecuación de espacios para viviendas tuvieran que esperar mas de 600 años para realizarse, pues una ciudad en constante crecimiento requiere de medidas y soluciones inmediatas para resolver problemas básicos de abasto de agua, espacios de vivienda, áreas de actividad, etcétera.
Las excavaciones realizadas en el grupo arquitectónico Escondido (Barrio 1 de este trabajo), permitieron analizar las propuestas previas sobre su temporalidad y función. Trabajos previos sugirieron que este conjunto fue levantado sobre una gran plataforma artificial, y que por su emplazamiento cercano a la plaza creada por el acueducto del río Picota debió funcionar como un conjunto palaciego de época temprana (Barnhart, 2001).
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Sin embargo, si bien el material recuperado nos remite a una ocupación Motiepá, la evidencia estratigráfica demostró que los edificios fueron construidos sobre una elevación natural del terreno, dejando la idea de que podía tratarse de una construcción artificial.
Figura 53. Mapa del Grupo Escondido en comparación con el Palacio (tomado de Barnhart, 2001).
Es notoria la compactación y el agrupamiento cada vez más evidente de los conjuntos arquitectónicos, se realizaron esfuerzos notables por nivelar y terracear las elevaciones y las laderas, esto con el fin de adecuar espacios habitacionales cada vez mas escasos debido a la explosión demográfica observada durante este periodo. Esto lo constatamos por la gran cantidad de rellenos formales, pisos de gravillas, subestructuras y otros elementos arquitectónicos que sirvieron para dar forma a la ciudad.
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Ya hemos descrito con anterioridad 4 casos específicos, pero también tenemos que añadir el pozo estratigráfico 74, donde también se localizaron materiales cerámicos pertenecientes al Clásico Temprano en las inmediaciones del Templo del Conde. El pozo 75, es otro claro ejemplo del contexto del Clásico Temprano, ya que presentó una cista con un entierro asociado a vasijas Murciélagos-Balunté (700-810 d. C.), pero justo por debajo de este entierro, localizamos material cerámico del tipo Águila Naranja, además de notar una secuencia de rellenos para nivelar la plaza del grupo IV, lugar donde se localizó el deposito funerario.
Los contextos estratigráficos se tornaron cada vez mas complejos conforme nos acercamos al núcleo central de Palenque, pues comenzamos a notar en las excavaciones algunos restos de pisos de estuco, firmes de gravilla, compactaciones de tierra y otros trabajos que formaron parte de los trabajos de ampliación, nivelación y terraceado necesarios para erigir las estructuras más importantes de la ciudad, como el Palacio y el Grupo Norte, y también zonas habitacionales fuera del Núcleo Central, como en los edificios ES 27, 33, 34 y 37. Un ejemplo de especial interés es el conjunto Xinil Pa´, ya que presenta una gran densidad constructiva, consta de conjuntos residenciales pequeños que presentan la característica de tener espacios internos (patios y plazas) muy privados, y que, por consiguiente, no son accesibles de una manera fácil a la gente que no perteneciera a este sector. Podemos observar que estas unidades habitacionales fueron ocupadas tal vez por una parte de la elite palencana, esto debido a la gran inversión tanto de mano de obra como de materiales constructivos utilizados en esta zona.
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MR45
MR 56 M R6
MR
41
MR53
MR57 M R58
M R42
MR47
MR52
MR54
MR 59
X P75
MR
MR38
MR49
51
MR
XP6
43
MR 44
MR55
MR40
MR61 X P2
MR
MR46 0
MR39
XP4
MR48
50
X P5 XP3
X P1
X P7
XP 9 XP8 X P38 XP 21
XP 10 XP14
XP11 XP1 2
X P17
XP2 3
X P24 XP22 cto acu edu
X P13 XP20 XP18
XP19
XP15 XP 16
XP25
PB36
XP2 6
XP32 XP27
XP2 8
XP29
XP33
XP67 XP 31 XP34
Xinil Pa
ca ja de agua
N
XP66
XP30
X P36
XP35 XP6 5
XP 68
X P46 X P72
X P69 XP37
XP59
X P70
XP 47
X P44
XP71
XP58 XP48
XP40
XP4 3
X P39
XP 64
X P49 X P45 XP41
XP52
X P57 X P42
XP51
X P50 XP63 X P54
XP55
X P60
XP56
X P53
X P61 XP7
XP74
3
XP62
Figura 54. Mapa del Grupo Xinil Pa´(Modificado de Barnhart, 2001).
Este es el periodo en que Palenque se afianza y consolida como la capital política de un señorío que dominaba un amplio territorio del sector noroccidental del área Maya. De acuerdo a la evidencia localizada por el PCU, la mayor parte de la ciudad ya se encontraba ocupada y el tamaño alcanzado durante este periodo, es aproximadamente el mismo que logró durante la época generalmente asumida de su máximo apogeo siglos después, lo cual será presentado en los próximos capítulos.
Adicionalmente, el crecimiento de la ciudad durante el Clásico Temprano que se ha presentado sustentado en evidencia cerámica, coincide con los textos epigráficos, mismos que señalan la fundación oficial de la ciudad ocurrida en el año 431 d. C.
Uno de los propósitos (a futuro) de esta investigación, es la documentación e investigación de los periodos iniciales de la ciudad y por supuesto también el interés en áreas aun inexploradas, consideramos que la importancia que alcanza Palenque durante el Clásico Tardío, radica tanto en el Preclásico como en el Clásico Temprano, son 124
momentos cruciales que definirán la forma y el tamaño del asentamiento. La historia temprana de Palenque constituye uno de los momentos clave dentro de la dinámica regional del área norte de Chiapas y sur de Tabasco.
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CAPITULO 5. EL CLÁSICO TARDÍO.
Durante décadas, Palenque ha sido considerado como uno de los ejemplos más claros y el reflejo de una tradición arquitectónica, epigráfica, artística y en general de un desarrollo cultural y apogeo alcanzado durante el periodo Clásico Tardío; Robert Rands señala que “El auge espectacular de Palenque durante el reinado de Pakal (615-683 d. C.) es bien conocido a partir de la arquitectura y la escultura del sitio” (Rands, 2003), muchos autores señalan incluso que durante periodos anteriores, Palenque era una villa o aldea sin una población o un área de ocupación lo suficientemente grande como para ser un centro de la importancia que alcanzó durante el gobierno de K´inich Janahb´ Pakal II (615-683 d. C.), (Bishop, 1994; Flores Jiménez, 2002; Liendo, 2000, 2002; Liendo y Vega, 2000; Márquez y Hernández, 2004; Rands, 2003; San Román, 2005a y 2005b ; Schele, 1974; Schele y Freidel, 1990).
K´inich Janahb´ Pakal II (615-683 d. C.) fue el gobernante más recordado en la antigua ciudad de Palenque, a juzgar por el uso de su imagen y persona como elemento fundamental en varias entronizaciones de gobernantes durante el periodo posterior a su muerte. K´inich Janahb´ Pakal II es representado en los tres tableros del Grupo de las Cruces, realizando diversos actos en compañía de su hijo y heredero Kan Balam II en el año 684 d. C. (Bernal Romero, 2003; Schele, 1974; Martin y Grube, 2000), así también, es testigo de la entronización de su segundo hijo K´inich K´an Joy Chitam II en el año 702 d. C. (Bernal Romero, 2003; Martin y Grube, 2000), y años mas tarde es también testigo y parte central de la entronización de su nieto K´inich Ahkal Mo´ Nahb´III y la 128
presentación de U Pakal K´inich Janahb´Pakal como heredero al trono en el año de 721 d. C. (González y Bernal, 2002), aun después de muerto, era parte activa de los ritos realizados por la elite palencana.
Figura 55. Tablero del Templo de la Cruz (Dibujo de Linda Schele).
Esta idea de Pakal el grande permanece aún en la mente de los investigadores cuando se refieren a Palenque, por lo tanto el gran auge y apogeo de la ciudad es directamente relacionado con este gobernante. Derivado de la información recabada por el PCU durante dos temporadas de campo, podemos presentar un escenario diferente ocurrido durante el periodo Clásico Tardío,
129
pues como mencionamos en el capitulo anterior, la ciudad ya tenia el tamaño que alcanzaría en su apogeo, consideremos entonces que la mayoría de las edificios solo sufrieron modificaciones, ampliaciones o remodelaciones, pues en realidad eran estructuras ya existentes.
La fase cerámica Otolúm, es representativa de este periodo cronológico en la ciudad y en su totalidad enmarca la vida de K´inich Janahb´ Pakal II, este periodo fue ajustado para cubrir aproximadamente 100 años, como Rands lo menciona: “Según los estudios cerámicos el periodo general de Pakal, comprendido entre los años 600 y 700 d. C. aproximadamente, corresponde a la fase Otolúm” (Rands, 2003).
La siguiente fase cerámica enmarcada dentro del periodo Clásico Tardío, es la fase Murciélagos que va del 683-750 d.C.; después de la muerte de Pakal II en el año de 683 d.C., Palenque continua su larga tradición constructora y el próximo gobernante Kan B´alam II, erigirá el Grupo de las Cruces en el año de 692 d. C., se prolonga la bonanza y la vida prospera en la ciudad, su esfera de interacción se amplia aun más, incorporando a sitios tan lejanos como La Mar o Anayte (Martin y Grube, 2000), el arte palencano se ve reflejado en la fabricación de los mejores ejemplares de portaincensarios, aunque hay evidencia de su manufactura desde el periodo Clásico Temprano (Cuevas García, 2005), la talla de tableros y monumentos se perfecciona y tenemos como muestra el Tablero de los Guerreros, localizado en el Templo XVII, o los tableros emplazados en el Grupo de las Cruces.
130
Figura 56. Tablero del Templo del Sol (dibujo de Linda Schele).
Figura 57. Portaincensario del Grupo de las Cruces (foto del autor). Kan B´alam II, muere en el año de 702 d.C. y lo sucede en el trono su hermano K´inich K´an Joy Chitam II, quien al igual que su antecesor, busca dejar su marca en la ciudad, por lo que realiza ampliaciones y remodelaciones al Palacio, construye la casa A-D
131
comisionando el llamado Tablero del Palacio en donde recibe el poder de manos de sus padres, que por cierto ya habían fallecido tiempo atrás.
Palenque sufre un gran revés y es capturado K´inich K´an Joy Chitam II por el gobernante K´inich B´aaknal Chaak de Toniná en el año 711 d.C., si es mantenido cautivo o sacrificado es aún incierto (Martin y Grube, 2000), lo cual deja un gran vacío de poder en la ciudad.
Figura 58. Monumento 122 de Toniná (foto del autor).
Es hasta diez años después cuando surge un nuevo gobernante, K´inich Ahkal Mo´Nahb´III, este gobernante es entronizado en 721 d. C., y Palenque es testigo de una revitalización constructiva en la Acrópolis Sur, en donde se comisionaron los finos tableros de los Templos XIX y XXI.
132
En estos tableros se narra una ceremonia llevada a acabo en el año 736 d.C., remembrando la entronización de K´inich Ahkal Mo´Nahb´III sucedida años antes en el 721 d.C., momentos importantes en la vida de la ciudad, ya que después de un vacío en el poder, Palenque recuperó su rol como capital regional.
El Tablero de los Esclavos nos provee de información en cuanto a la expansión de la ciudad, por medio de campañas guerreras, realizadas por Chak Suutz’, yajaw K’ahk’ de Palenque, en esta inscripción podemos observar lo siguiente: “El propio monumento registra sus victorias guerreras al oriente de Palenque (723-725 d. C.), cuando conquistó varias localidades, una de ellas llamada K'ihna', dependiente de Piedras Negras” (Bernal Romero y Venegas Durán, 2005).
Figura 59. Tablero de los Esclavos (dibujo de Linda Schele).
133
Lo que nos permite aseverar que durante el periodo Clásico Tardío, pero específicamente durante la fase cerámica Murciélagos (683-750 d.C.) Palenque alcanza su máximo apogeo y por consiguiente su población y su extensión territorial alcanzan niveles nunca antes vistos, reflejando la importancia que había adquirido en el sector noroccidental del area Maya. Así también podremos observar años después, su abandono inminente durante las fases cerámicas Balunté y Huipalé.
POZOS ESTRATIGRAFICOS CON MATERIAL CLÁSICO TARDIO.
La presencia de la fase cerámica Otolúm está presente en 69 pozos de sondeo de un total de 97, lo que representa el 71% de la muestra total de los sondeos practicados, este material fue ubicado en los sondeos 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 24, 27, 28, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39, 41, 42, 43, 44, 45, 46, 47, 50, 51, 56, 58, 59, 60, 61, 62, 63, 64, 65, 66, 67, 69, 70, 71, 72, 75, 76, 79, 80, 82, 83, 84, 85, 86, 87, 88, 91. Los materiales del periodo Otulúm son el 11.4% del total de la muestra analizada.
La presencia de la fase cerámica Murciélagos está presente en 83 pozos de sondeo de un total de 97, lo que representa el 86% de la muestra total de los sondeos practicados, este material fue ubicado en los sondeos 1,2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 12, 13, 14, 15, 16,
134
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Los pozos se distribuyen de la siguiente manera: Barrio 1: Pozos 10, 12, 14, 16, 36 (7.94% del total de los pozos con material cerámico Clásico Tardío) Barrio 2: Pozos 2, 4, 5, 8, 22, 24, 27, 28 (11.59% del total de los pozos con material cerámico Clásico Tardío) Barrio 3: Pozos 31, 33, 35 (4.35% del total de los pozos con material cerámico Clásico Tardío) Barrio 4: Pozos 37, 38, 39, 41, 42, 43, 44 (10.14% del total de los pozos con material cerámico Clásico Tardío) Barrio 5: Pozos 7, 11, 13, 32, 34, 45 (8.70% del total de los pozos con material cerámico Clásico Tardío) Barrio 6: Pozos 3, 6, 9, 15, 17, 19 (8.70 % del total de los pozos con material cerámico Clásico Tardío) Barrio 7: Pozos 18, 20 y 21 (4.35% del total de los pozos con material cerámico Clásico Tardío) Barrio 8: Pozos 73, 75 ,79 y 88 (4.87% del total de los pozos con material cerámico Clásico Tardío)
135
Barrio 9: Pozos 55, 57, 59, 61, 63, 65, 67, 69, 71 y 83 (12.19% del total de los pozos con material cerámico Clásico Tardío) Núcleo Central: 46, 47, 48, 49, 50, 51, 53, 54, 56, 58, 60, 62, 64, 66, 70, 72, 74, 76, 78, 80, 82, 84, 86, 89, 90, 91 (31.32% del total de los pozos con material cerámico Clásico Tardío)
Los Barrios 2, 4, 9 y Núcleo Central, presentan la mayor concentración de pozos estratigráficos con presencia de material cerámico perteneciente al Clásico Tardío, a continuación presentaremos la descripción de 4 pozos representativos de este periodo, con la finalidad de conocer la estratigrafía de la zona en cuestión. L E2 0
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J 23
JO 2
JO 3
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E 24
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J24
J2 1
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A2 7
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MR 58
MR 40
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X P2
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PB 24
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JO 43 JO 10
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L78
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L5 6 L 58
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3
JO 16
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JO 7
MR 56 L7 9
L 55
L6 0 P 65
P45 P6 1
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JO 34
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MR14
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MR 25
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JO17
JO 4 0
JO39
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L4
L 77 L54
L53
L 65
P 66
P6 2 ED 56
E D5 2 ED 47
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MR3
MR 5
MR 16 MR 19
MR 20 L75
L2
Grupo Limon
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E D4 6 ED 45
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MR 34
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MR 32 MR33
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MR 24
L 10
L12
L5
L33
L 37
L61
L6 2
P67 ED 55
ED 50 ED 2
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ED 38
ED 19
L 82
P64 ED 53
ED 29 ED 13
ED 6
ED 21 ED 20
MR
L29
L 32
L39 L40
ED 34 ED 8 ED 12 ED 14 ED 31
E D7
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ED 22
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ED 24
MR62
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MR 26
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L2 1
L7
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L 42
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L76
L1 4
L8 3
L28
L3 0
L3 4
L45 L 43 L 44
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L81
L 49 L4 8
L46
N6
N8
N4
ED 1
E D3 ED 4
ED 25
E D6 0
E D42
MR 21
MR64
L31
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L 52
L50 N7
N2
E D6 4
MR 63 MR 28
L13
MR
L16 L2 7 N 55 N 56
N3 N1
ED 57
E D32
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L 20
L1 5
L2 6
N 54
N 58 N5 9
N 14
ED 36
ED 43 E D9
ED 5
E D63
L 22
MR1
MR 2
L 17
L2 3
N 52
N 13
N 12
ED 58 ED 35 E D3 3
Escondido ED 62
JO 20
JO 21
JO18
L25
Z1 MC1 1
A 34
A 31 MC 19
M9
MR 23
Grupo Xaman
MC2 3 MC 22
MC 12
M1 0
G 13
G1 4
L19
N 71
N 51
N 19
N1 5
ED 59
Grupo Escondido
L18
N61
N 60
N53
N16
ED 16 ED 15
N 63
N 50
Grupo Nauyaka
N 17
G 15
G18
N 65
N 49
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N 70
N4 6
N 45
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N 18
ED 17
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N 48 N47 N21
ED 41 E D40
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A4 0
A 39
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G 16
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M44 M36
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M1 5
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N 37
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M20
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N7 4
N3 6
N 34
N 33
N 35 N
Grupo A ch'
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N 25
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150
Grupo Tok
200 TK
9
TK 1
TK 2
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Figura 60. Mapa de Palenque mostrando los barrios con presencia del material Clásico Tardío, mostrando especialmente la distribución de la fase cerámica Otolúm. (Modificado de Barnhart, 2001).
136
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J 22
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MR38
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A28
JO 29
JO 28
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JO15 JO 12
JO 31
MC6
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A 46
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JO 11
JO 30
JO 7
MR 57 MR 59 MR42
41
MR 61
JO27 J O 16
JO 13
J O36
JO 37
Grupo E
60
MR39 MR
L 74
P46 P 53 P2 9 P22 P21
P 38 P44
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L78
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E D48
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JO32
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L7 9 L55
L 57
L58
E D51
E D24
casa ocupado en 1999
P74
P76
L5 4
L 53 L 59
J O35
JO 33 JO3 8
MR 1 1
MR 14
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MR53
J O 25
JO 26
JO 34
MR9
MR17 MR31
Grupo Galindo
JO 24
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Murcielagos M C14
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0 J O 23
MR 10
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M4
MR 5
MR32 MR 33
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ED 42 E D64
P 75
P82
MR 3
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L8
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L 62 L 65 L 63
L64
P 66
P65
P4 5
M8 M6
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MR22
MR34
L77
P6 1 ED 47
E D37
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L 10
L1 2
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Grupo Limon
L 61
P62 ED5 6
E D52
E D45 E D2 2 E D21
L14
L9 L11
L1
L3 6 L 38
L82 P67
ED 53
E D2 9 E D7
ED 2
MR2 1
L2 9
L33
L37
L39 L 40
L7 6
L 21 L7
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L35
L 42
L4 1
N 10
ED 1
E D3
L1 6 L83
L28
L 34 L32
L43 L44
N5
N9 E D34 P 64
L 30
L48
L46
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N4
L81
L4 9
L 50 N7
N2 E D57
ED 32
ED 31 ED8 ED 12 E D14
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L31
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L 52
N5 6 N3 N1
ED 36
ED 43 E D9
ED 5
ED 61
MR 63 MR28
L 13
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L 26 L27
N5 8
N 12
E D5 8 E D35 E D3 3
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MR 64
N1 9
N13
ED 59
Grupo Escondido
Escondido
L2 2
L25
N54
N 15
E D16 ED 15
ED 62
MR2
L17 L23
N51 N 52
MC 13
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A 29 G G12
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JO 18
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JO 21 M9
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MC 23 MC2 2
A 48
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G 16 G 15 G 14
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M 13
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Grupo Motiepa
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N 61
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N41 N42
N 63
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M37
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N 67 N 70 N65
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N 26
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Cu e va To k Ta n
Figura 61. Mapa de Palenque mostrando los barrios con presencia del material Clásico Tardío, mostrando especialmente la distribución de la fase cerámica Murciélagos. (Modificado de Barnhart, 2001).
Pozo 47.
Este pozo fue ubicado al norte de la Estructura XXVI y cercano a la “Estela 3” de Barnhart, aprovechando la parte plana y muy cerca del borde de la terraza, evitando de alguna manera la gran cantidad de escombro proveniente del edificio. No fue realizado en la cercanía del edificio XXVI para no alterar la estabilidad de la estructura, así como el contexto de futuras excavaciones.
La primera capa (10 YR 2/1 black) estuvo formada por humus, materia orgánica en descomposición y presentó una densidad baja de material arqueológico, mezclada con una gran cantidad de roca caliza de tamaño mediano a pequeño, el material arqueológico
137
se encontró demasiado fragmentado y erosionado debido a la gran cantidad de humedad presente.
La capa II (2.5 Y 5/4 light olive brown) fue una arcilla de grano medio a fino, semicompacta, con algunas inclusiones de guijarros de caliza de diversos tamaños; contó con una mediana densidad de material cerámico. Y es durante esta capa que se llegó a roca madre, apareciendo sobre el perfil sur, por lo que se continuó excavando la sección norte, pues se observó la presencia de relleno en esa parte. A su vez, también se realizó una extensión o ampliación hacia el suroeste para tratar de determinar la naturaleza y función de una roca hallada en el perfil sur.
Localizamos muy poco material en la parte oeste del pozo, y pudimos observar un alineamiento de por lo menos 3 hiladas de roca, que asemejan un muro de contención, se procedió a su registro fotográfico y de dibujo; una vez realizado esto se continuó excavando y fue posible observar en la parte norte del pozo la roca madre, por lo que ya no se continuó bajando y se logró una profundidad de 2.23 mts.
Se realizó la ampliación suroeste de 1x1 mts,
para saber con alguna claridad el
funcionamiento de la roca hallada en el perfil sur; utilizando el mismo banco de nivel que para el pozo 47. Solo fue posible avanzar 40 cms de excavación debido al gran tamaño de los bloques utilizados como relleno, por lo que pudimos apreciar que esta roca funcionó como un muro de contención para la construcción de la terraza en la cual desplanta el Templo XXVI.
138
Figura 62. Perfil Este Pozo 47 (dibujo del autor).
Figura 63. Perfil sur del Pozo 47 (dibujo del autor).
139
Figura 64. Dibujo de Planta del Pozo 47 (dibujo del autor).
140
Figura 65. Fotografía del Perfil Este del Pozo 47 (foto del autor).
Pozo 51.
Pozo ubicado en el pequeño patio que forman las estructuras H4, H5, H6 y H7, estructuras de pequeñas dimensiones y altura. Presentó una gran cantidad de material arqueológico durante los dos primeros niveles de la Capa I (10YR 2/1 black humus), lo que sugiere que, debido a la distribución de las estructuras cercanas, este pudo haber sido un lugar en el que se concentró material de desecho o basurero, puesto que también se ubicó una gran cantidad de fragmentos de figurillas (alrededor de 25-30 fragmentos de figurillas), hueso, obsidiana y fragmentos de instrumentos de molienda.
141
Durante la capa II (10 YR 4/2) su notó la presencia de una arcilla con más fragmentos de roca caliza en su composición, por lo que podemos decir que se trató de un relleno para nivelar esta pequeña plaza. En esta capa se localizó un alineamiento de rocas, el cual se pensó podría ser la delimitación de una cista. Sin embargo, al retirar las piedras no se recuperaron materiales en la zona delimitada, además de que la roca madre ya era visible en la parte este del pozo. La roca madre fue localizada a una profundidad de 70 cms. en promedio.
Figura 66. Dibujo de Planta del Pozo 51 (dibujo del autor).
142
Figura 67. Dibujo del Perfil Sur del Pozo 51 (dibujo del autor).
Pozo 79.
Pozo ubicado en el patio formado por las estructuras JO 28,29 y 42, muy cercano a la carretera que se dirige al sitio arqueológico y que por no estar muy lejos del núcleo central se encuentra con grandes cantidades de desechos contemporáneos (plásticos, latas, elementos orgánicos, etc.,). La capa I (2.5 Y 2.5/1 negro, humus)
fue una
deposición muy fina y que solo alcanzó unos 10 cms de profundidad con muy poco material cerámico incluido. La capa II (5.5 Y 4/4 café verdoso) es un estrato en el que se localizó una cantidad mayor de material combinado con gran cantidad de roca caliza de diversos formatos, podemos decir que se trató de un relleno para nivelar esta pequeña plaza.
143
Durante la capa II nivel 3, ubicamos una concentración importante de material cerámico, que pertenece a las fases cerámicas Otulúm, Murciélagos y Balunté, mezclados estos materiales con roca caliza de pequeño formato. En el nivel 4 de la misma capa se observó un alineamiento de roca, bajo el cual se alcanzó un horizonte estéril, concluyendo la excavación del pozo.
144
Figura 68. Dibujo del Perfil Oeste y Planta del Pozo 51, respectivamente (dibujos del autor).
Pozo 87.
Pozo ubicado al norte de la estructura E22, muy cercana al río Motiepá. Al comenzar a excavar nos dimos cuenta de la gran cantidad de material cerámico proveniente de la capa I y que sólo presentó un espesor de 10 cms aproximadamente. En la capa II, pudimos notar una gran cantidad de material arqueológico y que se encontró mezclado con roca caliza de pequeño tamaño, al estar este estrato muy cercano a la roca madre notamos que se tornó más claro. La mayor parte del material cerámico pertenece a las fases cerámicas Otolúm y Murciélagos y sólo fue posible excavar a una profundidad de aproximadamente 37-45 cms.
145
La Capa I (2.5 Y 2.5/1 negro) presentó una composición de materia orgánica en descomposición, con una textura de arcilla granulosa no muy compacta, oscura, mezclada con roca caliza de tamaño mediano a pequeño y con una densidad media de material arqueológico. La Capa II (2.5 Y 4/4 olive brown, café claro) presentó una textura arcillosa de grano medio a fino, semicompacta, con algunas inclusiones de guijarros de caliza de diversos tamaños; además de que contó con una alta densidad de material cerámico.
Figura 69. Dibujo del Perfil Este del Pozo 87 (dibujo del autor).
146
CONSIDERACIONES. Los datos que se han presentado permiten sostener que la colonización de las partes elevadas inmediatas al Núcleo Central continuó durante la fase cerámica Otolúm. Adicionalmente el centro cívico-ceremonial de la ciudad fue orientado alrededor del Templo de las Inscripciones, el lugar donde sería emplazado el templo funerario de K´inich Janahb´ Pakal II (Ruz, 1973).
Se continuó con el acondicionamiento de terrazas para uso habitacional, lo que se refleja en la gran cantidad de rellenos arquitectónicos a lo largo del asentamiento, el material de relleno fue acarreado del sector intermedio (terraza natural) en la que ocurrió el asentamiento inicial (como se explicó en los capítulos anteriores), lo que explica la gran cantidad de material mezclado de periodos anteriores.
Las partes más elevadas donde se localizan el grupo Bosque Azul, Grupo H, los edificios XXIII, XXIV, XXV y XXVI, también fueron fechadas para esta época, dejando a un lado la idea de que pudieran ser un antecedente previo o un “centro ceremonial anterior” a la gran plaza formada por el Palacio y el Templo de las Inscripciones (López Jiménez, 2004).
Es innegable que durante el periodo Clásico Tardío, Palenque presenta un auge arquitectónico, con la construcción, ampliación y remodelación de algunos edificios dentro del Palacio, el Templo XIII, el Templo Olvidado, etc.; la evidencia epigráfica
147
sostiene que la dinastía gobernante alcanzó una serie de victorias militares en los años 659, 662, 723, 725 y 729 d. C., lo que podemos inferir llevó a un aumento poblacional y en general en el bienestar y comercio mantenido por Palenque con las comunidades y ciudades localizadas en la región, a pesar de que descienden los tipos cerámicos foráneos, la producción cerámica utiliza pastas locales y a su vez presenta innovaciones y un aumento significativo y sostenido, lo mismo sucede con las figurillas cerámicas.
Robert Rands asevera que Palenque era la unidad política más exitosa de la región Noroeste del área Maya, ya que incorporaba zonas anteriormente independientes a su esfera económica, ceremonial y política; esto por ser durante los Complejos cerámicos Otolúm y Murciélagos, cuando el sitio alcanzó la cúspide de la arquitectura monumental y de otras obras jerárquicas en la zona (Rands, 1996).
Sin embargo, es pertinente mencionar que los datos antes expuestos permiten sugerir que el verdadero auge de la ciudad solamente es alcanzado durante la fase cerámica Murciélagos (683-750 d. C.), que representa la parte final del periodo Clásico Tardío, a juzgar por la gran cantidad de material cerámico asociado a esta fase que ha sido recuperado durante las excavaciones del PCU. Es importante mencionar también que esta fase cerámica esta presente en el 86% de los sondeos, además de representar casi el 40% del total de los tiestos analizados.
Esta gran cantidad de material cerámico, nos proporciona los elementos necesarios para sugerir un gran aumento poblacional, que llevó a la ciudad a su último ciclo de 148
crecimiento, que no es igualado en ningún otro periodo; las siguientes fases cerámicas (Balunté y Huipalé) representan el abandono de la antigua ciudad.
Durante la fase Murciélagos, Palenque ha alcanzado el nivel máximo de su extensión territorial, su programa arquitectónico refleja su poderío, la talla de sus monumentos nos habla del refinamiento alcanzado por sus escultores, los temas tratados en los tableros, nos presentan un escenario en el cual la legitimización del poder por parte de la familia gobernante es cada vez más necesaria, y su apoyo por parte de funcionarios subalternos cada vez más evidente.
A pesar de la gran cantidad de conflictos bélicos en los que Palenque se vió envuelto, es claro ver que en la mayoría de ellos salió victorioso, continuando con su ciclo de crecimiento poblacional y territorial, por lo que las conquistas realizadas por Chak Suutz’, yajaw K’ahk’ de Palenque, alto jerarca militar quien cosechó una serie de victorias guerreras para Palenque en los años 723, 725 y 729 d. C., fueron fundamentales para afianzar la esfera de interacción controlada directamente por la familia gobernante.
Durante este periodo, la ciudad se tornó más compleja y densa, se aprovechan todos los espacios disponibles para utilizarlos como lugares habitacionales, los lugares previamente vacíos se comienzan a ocupar y es notorio el incremento en el uso de las laderas y partes elevadas para la construcción de edificios, como lo demuestran los numerosos sistemas de rellenos formales, nivelaciones, terrazas, muros de contención y otras adecuaciones practicadas al terreno.
149
La mayoría de los entierros, fueron fechados para este periodo, esto fue corroborado por las ofrendas asociadas directamente en los depósitos funerarios. Algunos de estos entierros presentan características que los hacen resaltar de los demás y que de alguna manera reflejan los patrones funerarios de Palenque; en un cráneo fue posible detectar deformación craneana de tipo tabular erecto y en otros dos ejemplares, está presente la mutilación dentaria.
Durante las excavaciones, fue posible recuperar una gran cantidad de fragmentos de figurillas, en muy raros casos están casi completas, los ejemplares mejor conservados, reflejan las creencias, costumbres y características de la población palencana.
Entre los fragmentos recuperados destacan rostros de deidades, nahuales o seres sobrenaturales, enanos, guerreros y animales de la vida cotidiana, además de que también fue posible localizar moldes para la fabricación de estas figurillas, lo que de alguna manera refleja la disponibilidad y la gran distribución que se mantenía al interior de la ciudad. Al parecer, las figurillas no eran consideradas un bien de lujo, pues su distribución se ve reflejada en la totalidad de los conjuntos arquitectónicos trabajados por el PCU Dentro de los objetos misceláneos, podemos nombrar fragmentos de cerámica con inscripciones jeroglíficas y que alguna vez formaron parte de vasos, uno de estos ejemplares fue
localizado en el pozo 16 practicado en el Grupo Picota, Entre los
materiales cerámicos rescatados en las excavaciones destacan dos fragmentos
150
correspondientes a dos vasos. Ambos proceden del Pozo 16, excavado en el conjunto Picota, y sobresalen del resto de los tiestos por su decoración esgrafiada. Uno de ellos presenta el cartucho u-lu, ul, “atole”, lo cual indica que el vaso sirvió para beber u ofrendar dicho alimento el otro tiesto resulta extremo interesante, pues muestra el nombre de K’an Joy Chitam, acompañado del título B’akab’ (Bernal Romero, comunicación personal). Es posible que haga referencia al segundo hijo de K’inich Janahb’ Pakal II, quien de acuerdo con las inscripciones palencanas nació en 664 d.C. y accedió al mando en 702 d. C.
La localización de este cartucho glífico es un dato aislado que no permite establecer la relación que Chitam II pudo tener con el conjunto en que fue excavado.
En la actualidad conocemos pocos ejemplos de cerámicas palencanas decoradas con inscripciones glíficas, y de éstos, la mayoría provienen de conjuntos habitacionales periféricos al área arquitectónica principal (como el Grupo B- Murciélagos, de donde procede el Vaso de la Serie Inicial, o el Grupo IV, donde se excavó un fragmento que muestran el título de B’akab’). La ausencia de “cerámicas glíficas” en el área habitacional de la dinastía (el Palacio) y en sus espacios funerarios sugiere que el linaje gobernante no hizo uso de ellas Es posible que la dinastía produjera algunas vasijas de este tipo con el fin de obsequiarlas a los jefes de los barrios de la ciudad, y ello quizá solamente durante un periodo específico de la historia palencana: el siglo VIII, época a la cual parecen pertenecer los ejemplares conocidos de cerámicas glíficas locales (López Bravo, et al 2003).
151
También, podemos nombrar fragmentos de caparazón de tortuga, que probablemente fueron restos de comida, un fragmento de costilla de manatí, trabajado a manera de instrumento musical, un diente fósil de tiburón, punzones de hueso trabajado y hasta unas pequeñas espátulas de hueso rematadas con manos humanas (recuperadas en un entierro fechado para la fase Murciélagos) y que son instrumentos que han sido ligados a las actividades realizadas por escribas y pintores, en escenas y representaciones de vasos y códices en gran cantidad de sitios del área maya, estas pequeñas espátulas también han sido reportadas en sitios como Oxkintok, Yucatán (Schmidt, 2004).
Como hemos visto con anterioridad, el auge alcanzado por Palenque se ve reflejado al final del periodo Clásico tardío durante la fase Murciélagos, especialmente durante el gobierno de K´inich Ahkal Mo´Nahb´III (721-736 d. C.), dirigente que revitaliza la Acrópolis Sur y también realiza adecuaciones en el Palacio, comisionando monumentos como la Lápida del Orador y la del Escriba.
U Pakal K´inich Janahb´Pakal II, será el próximo gobernante, aún no sabemos la fecha exacta de su acceso al trono, pero probablemente haya sido entre los años 736 y el 742 d. C.; son pocos los datos o monumentos comisionados por él, solo se han recuperado fragmentos de algunos tableros formando parte del escombro de algunos edificios; aunque forma parte activa en rituales en el año 736 d.C., quien comisiona estos monumentos es su antecesor y hermano K´inich Ahkal Mo´Nahb´III, como el tablero del trono del Templo XXI o la pilastra de estuco que adornaba el Templo XIX.
152
Como un velo oscuro, la información de los gobernantes posteriores se va desvaneciendo cada vez más, anunciando la inminente caída de la ciudad, los niveles poblacionales, el area ocupada y controlada por el linaje gobernante comienzan un dramático desplome, el cese en el programa arquitectónico y de monumentos conmemorativos es evidente, por lo que la ciudad comienza a sufrir un abandono gradual y su importancia como capital regional comienza a diluirse .
153
CAPITULO 6. EL CLASICO TERMINAL.
El termino "Clásico Terminal" o "Clásico Tardío Terminal" ha sido adoptado por algunos investigadores para definir o clasificar una transición entre los periodos Clásico y Posclásico, dejando de lado otros términos como “colapso”, “declive” o “caída”, permitiendo así una interpretación de una manera más neutral.
El periodo Clásico
Terminal ha sido fechado en las Tierras Bajas aproximadamente a comienzos de 800830 d.C., aunque es bien sabido que cada área geográfica tenía sus propias dinámicas, por lo que es comúnmente aceptado un intervalo de tiempo
más amplio,
aproximadamente de 750 a 1050 d.C.
Algunos investigadores se refieren a esta transición como una “fragmentación” en lugar de colapso o caída. Sin embargo como es mencionado por algunos otros investigadores “el término "fragmentación política" puede o no puede ser inapropiado, ya que depende del grado en el cual los estados Mayas son vistos como centralizados o descentralizados” (Rice, et al 2004:6)
En Palenque, poco sabemos de las actividades políticas de los gobernantes identificados para el Clásico Terminal, que en este estudio se considera iniciado en el año 750 d.C. K´inich K´uk´B´alam II accede al trono en el año 764 d.C. (Martin y Grube, 2000) y es el último en dejar registro epigráfico sobre su gobierno, pues comisiona el Tablero de los 96 154
glifos, pieza arqueológica que marca un nuevo estilo caligráfico en las inscripciones palencanas.
En este tablero se hace un recuento histórico sobre varios eventos de acceso al trono de los gobernantes de la ciudad, entre los cuales son nombrados K´inich Janahb´ Pakal II, K´inich K´an Joy Chitam II, K´inich Ahkal Mo´Nahb´III y el mismo K´uk´ B´alam II, celebrando su primer k´atun como gobernante en el año de 783 d.C.
El último gobernante en ser nombrado dentro de los recuentos dinásticos es el conocido como Wak Kimi Janahb´Pakal o Pakal III, del cual solo se tiene un registro epigráfico proveniente de una vasija de cerámica gris fino, localizada en un entierro modesto en el Grupo Murciélagos, un conjunto habitacional relativamente cercano al núcleo central. Como ha sido mencionado por algunos investigadores el uso del numeral con el día (Wak Kimi: 6 Muerte) sugiere una influencia del altiplano central mexicano, en donde es muy común el uso de este tipo de combinaciones.
Realmente hay muy poca información sobre los últimos años en el antiguo asentamiento, la epigrafía en esta ocasión, no provee más datos sobre el desvanecimiento de su población y el destino final del linaje gobernante, pero gracias al PCU, podemos conocer cuales fueron los sectores de la ciudad en ser abandonados y cuales permanecieron todavía habitados al final de la ocupación de Palenque, ocurrida al parecer años mas tarde, aproximadamente en el año 810 d.C.
155
El declive es evidente durante la fase cerámica Balunté (750-810 d.C.), pues comienza el abandono de varios sectores del asentamiento y su reducción en el área previamente ocupada es cada vez más evidente, la presencia de material cerámico proveniente de esta fase también comienza a decrecer, llegando a su punto mas bajo durante la siguiente fase cerámica, Huipalé (810-900?d.C.).
156
POZOS ESTRATIGRAFICOS CON MATERIAL CLÁSICO TARDIO TERMINAL.
La presencia de la fase cerámica Balunté está presente en 75 pozos de sondeo de un total de 97, lo que representa el 77% de la muestra total de los sondeos practicados, este material fue ubicado en los sondeos 1,2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 12, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39, 42, 43, 44, 45, 46, 47, 49, 51, 56, 58, 59, 60, 61, 62, 63, 64, 65, 67, 69, 70, 71, 72, 73, 74, 75, 76, 78, 79, 80, 82, 83, 84, 85, 86, 87, 88, 89, 90, 91. Balunté se ve reflejado en el 26.5% del total del material analizado por el PCU.
La presencia de la fase cerámica Huipalé está presente en 34 pozos de sondeo de un total de 97, lo que representa el 35% de la muestra total de los sondeos practicados, este material fue ubicado en los sondeos 2, 3, 6, 9, 10, 15, 16, 17, 18, 20, 21, 22, 24, 27, 28, 31, 32, 33, 34, 40, 42, 46, 51, 55, 59, 60, 63, 64, 65, 71, 75, 79, 85, 91. Por lo que respecta a Huipalé, únicamente representa el 1.7% del total del material analizado por el PCU.
En total los sondeos clasificados dentro del periodo Clásico Tardío-Terminal suman 77 lo que representa el 79% de la muestra total y son lo siguientes: 1,2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 12, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39, 40, 42, 43, 44, 45, 46, 47, 49, 51, 56, 58, 59, 60, 61, 62, 63, 64, 65, 67, 69, 70, 71, 72, 73, 74, 75, 76, 78, 79, 80, 82, 83, 84, 85, 86, 87, 88, 89, 90, 91. Las dos fases en conjunto representan el 28.3% del total del material analizado. Los pozos se distribuyen de la siguiente manera: 157
Barrio 1: Pozos 10, 12, 14, 16, 30, 36 (7.14% del total de los pozos con material cerámico Clásico Tardío Terminal) Barrio 2: Pozos 1, 2, 4, 5, 8, 22, 24, 26, 27, 28 (11.90% del total de los pozos con material cerámico Clásico Tardío Terminal) Barrio 3: Pozos
23, 25, 29, 31, 33, 35 (7.14% del total de los pozos con material
cerámico Clásico Tardío Terminal) Barrio 4: Pozos 37, 38, 39, 40, 42, 43, 44 (8.33% del total de los pozos con material cerámico Clásico Tardío) Barrio 5: Pozos 7, 13, 32, 34, 45 (5.95% del total de los pozos con material cerámico Tardío Terminal) Barrio 6: Pozos 3, 6, 9, 15, 17, 19 (7.14 % del total de los pozos con material cerámico Clásico Tardío Terminal) Barrio 7: Pozos 18, 20 y 21 (3.57% del total de los pozos con material cerámico Clásico Tardío Terminal) Barrio 8: Pozos 73, 75 ,79 y 88 (4.82% del total de los pozos con material cerámico Clásico Tardío Terminal) Barrio 9: Pozos 55, 57, 59, 61, 63, 65, 67, 69, 71 y 83 (11.90% del total de los pozos con material cerámico Clásico Tardío Terminal) Núcleo Central: 46, 47, 48, 49, 51, 53, 54, 56, 58, 60, 62, 64, 70, 72, 74, 76, 78, 80, 82, 84, 86, 89, 90, 91 (28.57% del total de los pozos con material cerámico Clásico Tardío Terminal).
158
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N8
E D32
ED 5
ED 61
L 31
L51
L5 2
L50 N7
N4
N 10
E D6 4
MR28
L 13
MR64
N 55 N 56
N3 N1 N2
E D57
MR27
L27
N 58 N 59
N 14
E D36
E D43 ED 9
ED 63
L1 5
L 26
N 19
N 13
N1 2
ED 58 ED 35 E D33
L 22
L25
N 54
N15
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N52
N 16
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ED 16 E D1 5
ED 62
L 20
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L 17
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MC 10 MC1 3
A30
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N 60
N 53
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N 71
N62
N 50
Grupo Nauyaka
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JO 20
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A49
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G 16 G 15
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G 17 G 18 L19
A 35
M1 3
M12
Grupo Motiepa
M19 N41 N42
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A 37 A 48
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M18
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N 67 N 70
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N 48 N 47
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N 74 N 40
N 33
N 35 N 27
N 44 N2 3
N21
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N 22
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Figura 70. Mapa de Palenque, mostrando el area con presencia de material cerámico perteneciente al periodo Clásico Tardío Terminal, específicamente la fase cerámica Balunté (Modificado de Barnhart, 2001).
Figura 71. Mapa de Palenque, mostrando el área con presencia de material cerámico perteneciente al periodo Clásico Tardío Terminal, específicamente la fase cerámica Huipalé (Modificado de Barnhart, 2001).
159
SONDEOS.
La presencia de material correspondiente a la fase cerámica Balunté esta presente en gran parte del asentamiento, a continuación presentaremos 2 unidades de excavación en los cuales se recuperó este tipo de material (pozo 59 y 65), mientras que para la fase Huipalé, realizaremos la descripción de dos unidades (pozo 79 y 85), esto con la finalidad de dar a conocer los contextos en los cuales fueron hallados estos materiales.
Pozo 59.
Este pozo fue ubicado en la plataforma marcada como ES3, muy cerca de la conjunción con la Estructura ES5.
En la capa I pudimos observar una gran cantidad de material arqueológico, principalmente cerámica, perteneciente a las fases Murciélagos y Balunté, por lo que se toman las precauciones necesarias, en la parte sur se localizamos una delimitación de rocas característica de los entierros en cista, por lo que se procedió a realizar el registro fotográfico y dibujo y posteriormente a levantar las rocas.
Una vez que se limpió y niveló, notamos con certeza que se trata de una cista en la que se depositaron restos humanos, este depósito contó con una tapa;
se trató de un
entierro primario, por lo que se dibujó y se realizó una ampliación hacia el sur para ubicar
160
el resto del entierro.
Se trazó la ampliación suroeste y se comenzó la excavación de las dos primeras capas para llegar al mismo nivel del entierro 8; al llegar al mismo nivel pudimos observar una tapa formada con rocas de diversos tamaños, una vez dibujada y fotografiada, se comenzó a remover estas rocas y notamos la disposición de los huesos largos y que al parecer pertenecieron a por lo menos dos individuos, se continuó con la excavación y se limpiaron para poder fotografiarlos y dibujarlos.
Entierro 8. Se trató de un entierro primario consistente en por lo menos dos individuos orientados norte-sur, depositados en una oquedad excavada sobre la roca madre y delimitada por una cista y tapa, fabricadas con fragmentos de roca caliza de diversos tamaños, los individuos se localizaron en posición decúbito dorsal extendido y contaron con dos pequeños platos de pasta fina como ofrenda; tanto los restos óseos como la ofrenda, se encontraban en un pésimo estado de conservación, además de que se localizó un cráneo extra, es decir, recuperamos 3 cráneos y solo dos individuos.
Debido al pésimo estado de la ofrenda no fue posible el poder recuperarla en un solo bloque, además de las lluvias ocurridas en los días previos imposibilitaron una completa recuperación, a pesar de las protecciones colocadas, el agua se filtro hacia la excavación, por lo que se afectó aun más su conservación.
La capa I (10 YR 2/1 Black), se trata de material en descomposición, humus y de un color muy oscuro. 161
La capa II (10 YR 4/2 dark grayish brown) fue una capa que contuvo una mayor presencia de arcilla, compacta, de grano medio y que se mezcló con guijarros de caliza de diferentes tamaños es aquí donde tuvimos una mayor presencia de material arqueológico y el entierro 8. La capa III (10 YR 5/4 yellowish brown) tuvo una composición de arcilla compactada, de grano fino, con una baja densidad de material. En este pozo el banco de nivel se situó a 50 cms sobre la superficie.
Figura 72. Dibujo de Planta del Pozo 59 (dibujo del autor).
162
Figura 73. Dibujo del perfil Norte del Pozo 59 (dibujo del autor).
Figura 74. Entierro 8 , Pozo 59 (dibujo del autor).
163
Figura 75. Fotografía del Entierro 9 del Pozo 59 (foto del autor).
Pozo 65.
Pozo ubicado cerca de la estructura EC45, evitando el escombro de la misma estructura; se localizó una cantidad moderada de material cerámico y en la capa I nivel 1 pudimos observar un alineamiento de rocas similar a los presentes en las cistas, por lo que se excavó un nivel más para determinar con certeza la procedencia y función de este alineamiento.
Al avanzar hacia la capa II, se localizó una gran cantidad de hueso, dientes, fragmentos de mandíbula y otros huesos, cercano a un hoyo de tuza (o algún otro roedor) y al no presentar ningún orden anatómico o disposición funeraria (entierro o tumba), los restos
164
solo fueron registrados como material óseo y no como un entierro, tenemos todos los registros fotográficos y de dibujos para presentar la disposición de los restos localizados, continuamos con la excavación teniendo la precaución de registrar todo el material arqueológico.
Se procedió a dibujar el alineamiento de las rocas y una vez realizado el registro se procedió a removerlas y justo debajo pudimos observar una cista perfectamente trabajada que sirvió como tumba, por lo que todo el material óseo encontrado fuera, perteneció a este deposito y que algún animal removió alterando el contexto.
En el perfil sur podemos observar que la cista continuó e intruyó hacia la estructura cercana, es claro también ver la tapa de la cista colapsada y muy pocos huesos dentro de la tumba, el resto fue localizado fuera del entierro y de esta manera se realizó el registro de dibujo.
Igualmente dentro de la cista fue posible recuperar gran cantidad de caracoles, material cerámico, obsidiana, un fragmento de figurilla, fragmento de tenazas de cangrejo y hueso.
Se realizaron dos recolecciones de material arqueológico, una proveniente de dentro de la tumba y otra del resto del pozo.
Se decidió no realizar una extensión del pozo para descubrir en su totalidad esta cista, debido a que esta misma intruye en la estructura, lo cual pondría en peligro su 165
estabilidad por la gran cantidad de escombro a remover y por supuesto por las observaciones emitidas por el Consejo de Arqueología en cuanto a la prohibición de excavar dentro de las estructuras, por lo cual no se procedió a continuar con esta ampliación, solo se continuó excavando lo que se ubicó dentro del pozo.
Una vez registrada esta cista, se procedió a desmontarla para continuar la excavación y debajo observamos la presencia de otra cista la cual esta justo dentro del pozo estratigráfico, la cual presentó una buena manufactura en su construcción, pues contó con una delimitación y una tapa muy bien hechas, además de que el depósito está excavado en la roca madre.
Otro elemento remarcable es el hallazgo en el perfil sur de una especie de nicho en donde fueron colocados un vaso y un plato a manera de ofrenda, sobre el lado exterior este de la primer cista, se realizó el registro correspondiente y se levantaron, el vaso se recuperó en su totalidad, pero el plato debido a su estado de conservación se fragmentó demasiado a pesar del esfuerzo realizado para recuperarlo en bloque. Ambos elementos corresponden a la fase cerámica Balunté.
Entierro 9. Se trató de un entierro primario de un individuo depositado en una cista fabricada con bloques y tapa de roca caliza, excavada sobre roca madre, en muy buen estado de conservación, el individuo se ubicó en decúbito dorsal extendido, orientado norte-sur, con un estado de conservación muy bueno, aunque los huesos se encontraban muy frágiles y al contacto se fragmentaban, se trató de recuperar con extremo cuidado la mayoría de la anatomía del individuo, esto por medio de vendas de yeso, por lo que se 166
pudo extraer en su totalidad la pelvis por este método, algunos huesos largos también fueron recuperados mediante vendas de yeso y el resto por métodos convencionales, el cráneo fue la parte del individuo que presentó el peor estado de conservación, pues se pudo observar que estaba demasiado fragmentado; contó con unos fragmentos de navajillas prismáticas y un fragmento de una orejera de jadeíta como ofrenda, estos implementos se depositaron cerca del cráneo del individuo.
Se continuó con la excavación para tratar de recuperar más material óseo o el resto de la ofrenda que le pudo haber sido colocada, pero no fue posible ubicar algo más por lo que se procedió a tapar el pozo.
La Capa I (2.5 Y 2.5/1 black) es en su mayoría materia orgánica en descomposición y con una densidad media de material arqueológico. La Capa II (2.5 Y 4/4 olive brown, café claro) fue una arcilla de grano medio a fino, semicompacta, con algunas inclusiones de guijarros de caliza de diversos tamaños; cuenta con una alta densidad de material cerámico. El banco de nivel se ubicó a 40 cms sobre superficie.
167
Figura 76. Dibujo de Planta del Pozo 65 (dibujo del autor).
Figura 77. Dibujo de Planta del Pozo 65, entierro 9 (dibujo del autor).
168
Figura 78. Dibujos de Planta y Perfil Este del Pozo 65, respectivamente (dibujos del autor).
169
Pozo 79.
Pozo ubicado en el patio formado por las estructuras JO 28, 29 y 42, muy cercano a la carretera que se dirige al sitio arqueológico.
Al comenzar pudimos notar que la capa I se trató de una deposición muy fina y que sólo alcanzó unos 10 cms de profundidad con muy poco material cerámico incluido, entre los cuales se pudo distinguir algunas formas diagnosticas correspondientes a las fases Balunté y Huipalé, inmediatamente pudimos notar que la capa II fue un estrato en el que se localizó una cantidad mayor de material mezclado con gran cantidad de roca caliza de diversos formatos, podríamos decir que se trató de un relleno para nivelar esta pequeña plaza.
Durante la capa II nivel 3, ubicamos una concentración importante de material cerámico, que pertenece a las fases cerámicas, Balunté y Huipalé, mezclados estos materiales con roca caliza de pequeño formato, la concentración cerámica ha sido en este nivel y capa.
Justo en el nivel 4 de la misma capa II, pudimos observar un alineamiento de rocas, el cual procedimos a registrar y se continuó excavando para descartar la posibilidad de algún muro o delimitación de alguna cista, una vez desechada la probabilidad, se logró llegar a una sedimentación similar al tepetate y que es un horizonte estéril, por lo que sólo se descubrió en su totalidad esta alineación y se levantó para comprobar que justo debajo de ella no apareciera ningún otro elemento arqueológico, lo cual se realizó y se
170
tapó el pozo.
La Capa I (2.5 Y 2.5/1 negro) se trata de materia orgánica en descomposición y con una densidad baja de material arqueológico. La capa II (2.5 Y 4/4 café verdoso) fue una arcilla de grano medio a fino, semicompacta, con algunas inclusiones de guijarros de caliza de diversos tamaños; contó con una baja densidad de material cerámico. La Capa III (10 YR 5/6); fue un suelo arenoso, sin arcilla mezclada, con una consistencia muy compacta, con mica en su composición. El banco de nivel en este pozo se ubicó a 50 cm. sobre la superficie.
Figura 79. Dibujos del perfil sur y planta del pozo 79, respectivamente. (dibujo del autor).
171
Figura 80. Dibujos del perfil sur y planta del pozo 79, respectivamente. (dibujo del autor).
172
Pozo 85.
Pozo ubicado frente al muro norte de la estructura E8, el cual se encontró casi intacto, a no ser por un árbol que ha crecido en su parte alta.
Se comenzó la excavación y la primer capa presentó una cantidad moderada de material arqueológico, entre los cuales se reconocieron formas cerámicas de la fase Huipalé, en el nivel 3, observamos un alineamiento de rocas en el perfil sur, por lo que se tomaron las medidas necesarias para descartar la posibilidad de cualquier elemento arqueológico relevante, una vez finalizado se procedió a levantarlo y pudimos observar con claridad que se trató del escombro proveniente de la estructura.
La cantidad de material continuó constante y a una profundidad aproximada de 80-84 cms se llegó a roca madre, por lo que sólo tuvimos una capa.
La Capa I (2.5 Y 2.5/1 negro, humus) en su mayor parte se trató de materia orgánica en descomposición, la textura fue una arcilla granulosa no muy compacta, oscura, mezclada con roca caliza de tamaño mediano a pequeño y con una densidad media de material arqueológico. El banco de nivel se ubicó a 50 cms sobre superficie.
173
Figura 81. Dibujo de Planta del Pozo 85 (dibujo del autor).
Figura 82. Dibujo del Perfil Sur del Pozo 85 (dibujo del autor).
174
CONSIDERACIONES.
El proceso de crecimiento visto en periodos anteriores sólo continuó hasta aproximadamente los comienzos del siglo VIII, época conocida hoy por el gran número de conflictos y problemas que experimentó la dinastía gobernante, pero que aparentemente no generaron serios problemas para la continuidad de la vida urbana, incluso Palenque salió airoso en una serie de contiendas contra los aliados de Piedras Negras, gracias a los esfuerzos de sus huestes guerreras lideradas por Chak Suutz’, yajaw K’ahk’ de Palenque.
Es durante la fase cerámica Balunté, que Palenque sufre una severa contracción del área ocupada previamente, notamos que las partes elevadas comienzan a ser abandonadas, así mismo se nota un descenso en el número de pobladores y por consiguiente en la producción artesanal y de alimentos también se ven reducidas; la construcción de monumentos que relaten eventos importantes en la ciudad se ha detenido por completo.
No conocemos construcciones, ampliaciones o remodelaciones atribuidas a este periodo, por lo que las tribulaciones sufridas por el linaje gobernante han sido tan importantes como para detener el complejo programa arquitectónico que se venia desarrollando solo unas décadas atrás.
La poca frecuencia de cerámica Anaranjado Fino, nos habla de los problemas para continuar con sus redes de intercambio por lo cual, se continúa con la producción local, 175
la cual también comienza a decrecer, las formas diagnósticas comienzan a escasear y no están presentes en todos los conjuntos y su cantidad es en algunos casos es de 2 a 1 con respecto a las formas diagnósticas de la fase Murciélagos.
Para la fase cerámica Huipalé el decremento en el área previamente ocupada sufre su caída más severa, sólo algunos sectores de la ciudad siguen ocupados como en los grupos arquitectónicos Picota, Escondido, Nauyaka, Xinil Pa´, Retiro de Moisés, Encantado, J, Campamento y una parte del Bosque Azul, continúan aún habitados.
El centro de la ciudad ha sido abandonado por completo, los lugares en los cuales se desarrollaba la vida dinástica de la ciudad no volverán a ser ocupados nunca, la destrucción intencional de monumentos es evidente, han sido recuperados algunos incensarios fabricados en roca caliza los cuales fueron mutilados para desfigurar los rostros de los personajes de nobleza que representaban.
Huipalé representa también la reocupación del sitio por grupos foráneos, como ha sido documentado por algunos investigadores como Arnoldo González Cruz y Guillermo Bernal, en el conjunto principal y en la Acrópolis Sur, estos grupos reutilizaron algunos edificios, modificándolos, cerrando crujías, desmantelando monumentos o tableros para utilizarlos como material constructivo o de relleno en muros e incluso introduciéndose en cámaras subterráneas para la obtención de ofrendas de jadeíta. Gracias a la evidencia obtenida por el PCU, sabemos claramente que los últimos sectores de la ciudad en continuar habitados tal vez hayan albergado a los pobladores
176
que reocuparon los edificios del núcleo central y realizaron toda esta actividad postdinástica.
Figura 83. Mapa de Palenque mostrando las áreas ocupadas durante la fase cerámica Huipalé (Modificado de Barnhart, 2001).
En el sitio de Piedras Negras sucede algo similar como ya hemos mencionado con anterioridad, durante la fase cerámica Chacalhaaz (aprox. 750-820 d.C.), sucede un gran crecimiento poblacional, con una rápida urbanización de la ciudad, mientras que para la siguiente fase cerámica Kumché (aprox. 825-900 d.C.) sucede un drástico abandono del asentamiento.
Los trabajos realizados en Piedras Negras han asociado alrededor de 118 estructuras y edificios con actividad durante la fase Chacalhaaz, mientras que para la siguiente fase, Kumché, solo han sido detectados 27 edificios. Los materiales arqueológicos asociados durante la fase Chacalhaaz, comprenden una gran variedad de formas cerámicas, así también, en esta fase fue posible localizar la
177
mayor cantidad de fragmentos de obsidiana, silex y figurillas por estructura como no había sido posible localizar en periodos anteriores.
Existe una gran diversidad en cuanto a la fabricación de figurillas, pues mediante las excavaciones llevadas a cabo fue posible recuperar representaciones de animales de todos tipos.
La lítica tallada y pulida, así como el hueso trabajado y los objetos cerámicos, presentan una gran cantidad de formas y funciones; las excavaciones llevadas a cabo en Piedras Negras han dado cuenta de un gran número de objetos como metates, manos de metate, hachas de piedra verde, percutores, cuentas de jadeíta, excéntricos, malacates, agujas de hueso, orejeras, etc.
En comparación, durante la fase Kumché todas las categorías de materiales arqueológicos han descendido a cantidades ínfimas, el único material que se mantiene estable es la cantidad de fragmentos de silex y que ha sido explicado como la utilización del material para la fabricaciones de armas defensivas (Nelson, 2006).
Palenque, al igual que la mayoría de las ciudades localizadas en el área inmediata, sufren de un abandono gradual propiciado por una cantidad de factores que aún no han sido consensuados entre los investigadores del área Maya, pero que incluyen una variedad de aspectos como el agotamiento de los suelos, épocas marcadas de sequía, desastres naturales e incluso la predación del medio circundante.
178
Los datos de la ciudad y la región sugieren un escenario complejo, mismos que pueden vincularse de manera directa con un abandono gradual de la ciudad por grupos que consideran prudente reubicarse en una zona con baja productividad agrícola pero cercana a los sitios del río Usumacinta.
Para el año 900 d. C, la ciudad cae completamente en el abandono y no se vuelve a saber nada de ella hasta bien entrado el siglo XVIII, los últimos habitantes dejan huellas a su paso por los diversos edificios, destruyendo y mutilando monumentos, Palenque no se recuperó jamás de los problemas por los cuales atravesó la dinastía gobernante, sus dirigentes no pudieron seguir cautivando a la población y ejerciendo ese control tan preciso sobre todos los aspectos de la vida cotidiana; sin los beneficios hacia la población en general, fueron incapaces de continuar con un sistema administrativo, político, religioso y militar que beneficiaba a un segmento muy reducido.
Palenque cae en un silencio absoluto y la selva vuelve a reclamar el territorio que antes ocupaba y cubre los edificios con un manto verde que sólo será retirado siglos después.
179
CONCLUSIONES.
Si bien Palenque ha sido objeto de diversas investigaciones desde hace 70 años, la mayor parte de estos trabajos se han dedicado a la liberación y consolidación de edificios del núcleo cívico-ceremonial, y comparativamente se ha hecho poco en términos de otro tipo de contextos. Ha sido hasta fechas muy recientes que se han realizado trabajos en unidades residenciales cercanas al núcleo central, así como el recorrido detallado del asentamiento y la elaboración de un mapa con las estructuras presentes en la totalidad del antiguo asentamiento.
En este tenor, la presente tesis ha iniciado un nuevo sistema de trabajo, dedicado a la comprensión del proceso de desarrollo urbano. Como ha sido presentado en los anteriores capítulos, el análisis de los materiales recuperados en los pozos excavados por el Proyecto Crecimiento Urbano de la antigua ciudad de Palenque, permiten visualizar por primera vez la dinámica de crecimiento de este importante asentamiento.
Como fue mostrado en el capitulo 3, los resultados de investigación han permitido notar la ocupación de Palenque durante el Preclásico Tardío. Gracias al material recuperado se detectó la existencia de dos focos de ocupación localizados uno al oeste cerca del río Picota y el otro al este cercano al Otulúm, justamente en el punto focal del futuro núcleo cívico-ceremonial.
En sus trabajos previos, Robert Rands (1967,2005) ya había notado que la mayor parte de la cerámica preclásica proviene de contextos mezclados, rellenos de plazas, 180
nivelaciones o redeposiciones de material. Sin embargo, la evidencia del PCU permitió conocer casos en donde el material fue obtenido en estratigrafías que no pertenecen a ninguna de las categorías antes mencionadas, por lo que ayudaran de gran manera en el entendimiento de los procesos culturales de este periodo.
Como ya ha sido mencionado en el capitulo 3, los barrios 1, 3, 4, 5 y 7 fueron los que concentraron la mayoría de los pozos estratigráficos con material preclásico, estos conjuntos arquitectónicos se caracterizan por estar construidos sobre una meseta plana bordeando el arroyo Picota, con abasto constante de agua todo el año.
Los Grupos Nauyaca, Limón y Retiro de Moisés presentan características muy distintas a otros en donde hemos ubicado concentraciones cerámicas de periodos posteriores (Clásico Temprano y Tardío), estos grupos arquitectónicos se distinguen por presentar una distribución espacial que se adapta al medio geográfico en el que se ubican, ya que todos se asientan sobre la misma planicie o terraza natural; se encuentran cercanos a fuentes de agua permanente y presentan una densidad constructiva comparativamente baja en relación a los demás conjuntos.
Es importante mencionar que en la mayoría de los casos no se localizaron subestructuras o rellenos, lo que permite sugerir que en esta zona no se realizaron grandes modificaciones constructivas.
En general el periodo Preclásico representa el 19% del total de la muestra de sondeos practicados, además de constituir el 3.1 % del total de tiestos analizados, 181
cabe
mencionar que durante este periodo cronológico, la antigua ciudad ocupó un área cercana a las 17 hectáreas.
Durante el periodo Clásico Temprano, como ya ha sido mencionado en el capitulo 4, los sondeos con presencia de material asignable a este periodo representan el 64% de la muestra, constituyendo el 17.6% de la muestra total de tiestos analizados.
Palenque creció hasta llegar a ocupar un área equivalente a las 64 hectáreas, cuadruplicando fácilmente el área ocupada durante el periodo anterior. Durante este periodo se observa una creciente adecuación de espacios para utilizarlos y construir mas viviendas para la población en constante crecimiento, la colonización comienza a dirigirse a las partes elevadas, de una manera radial y no lineal, la ciudad comienza a crecer en anillos concéntricos alrededor de los dos asentamientos existentes durante el periodo Preclásico y no crece de este-oeste (lineal) como ha sido propuesto hasta la actualidad, este crecimiento radial es posible observarlo a través de los trabajos de nivelación y terraceado con la finalidad de seguir ocupando las laderas con pendiente pronunciada, como Barnhart ha sugerido “ In total, over 16 linear kilometers of terraces have now been documented at Palenque. The important point to note here is that these hundreds of terraces were neither ritual nor agricultural in function. They were put in place to allow residential settlement of Palenque's hillsides and to protect structures on the plateau from soil erosion. Major city labor and material resources were spent to increase habitable land so that a sizable, non-elite population could live close by the center” (Barnhart, 2002, 2006).
182
Durante el Clásico Temprano el intercambio comercial de formas cerámicas ha crecido, muestra de ellos son los tiestos recuperados por el PCU correspondientes a tipos y pastas foráneas como los pertenecientes a los grupos Balanza Negro, Águila Naranja, Polvero Negro, Dos Arroyos y la utilización de bases anulares; las fases cerámicas Picota y Motiepá pertenecientes al Clásico Temprano, están muy bien representadas en las colecciones cerámicas del PCU.
Es durante el Clásico Temprano cuando se forjan y consolidan la mayoría de las dinastías de los sitios más importantes como Tikal, Copan, Calakmul, Yaxchilán y muchos otros sitios más, Palenque no es la excepción con el nombramiento de K´uk´ B´alam I (431-435 d. C.) como el fundador del linaje, aunque como ya ha sido explicado con anterioridad, hay algunos textos que trazan el inicio del linaje 600 años antes de K´uk´ B´alam I, hacia el 252 a.C.
Es pertinente mencionar que durante este periodo los dos asentamientos existentes durante el Preclásico Tardío, se unen para formar uno solo y como ya ha sido mencionado durante el capitulo 1, este proceso se llama sinoikismo, algunas definiciones del sinoikismo se refieren a este proceso como “la unión administrativa de varios poblados para formar un pueblo” (Kostof, 1991), “el proceso mediante el cual una ubicación central organizadora crece a partir de las necesidades de una población rural dispersa” (Carter, 1983), no olvidemos también que dentro del sinoikismo se reconocen dos variantes, la primera responde a la búsqueda y a la creación de un nuevo emplazamiento en un área previamente desocupada; mientras que en la segunda
183
variante, se selecciona una población existente para fundar la nueva ciudad (Smith, 2006). En el caso en discusión, es posible notar la decisión-probablemente política- de colocar el área cívico-ceremonial de la ciudad en el área ampliamente conocida en la actualidad.
Esta fundación formal de la ciudad tiene que ver con un aspecto muy importante, pues como ya ha sido mencionado en el capitulo 1, este tipo de acciones han sido documentadas en varios sitios arqueológicos dentro de Mesoamérica y fueron el resultado del interés de personas carismáticas, dotadas de personalidad, persuasión y autoridad especial, estos personajes (personificados en este caso por el gobernante o ajaw ) promovieron de cierta manera la migración para la fundación de nuevos asentamientos, reflejando una “estrategia real”; esta estrategia es una serie de variables políticas, culturales e históricas, aplicadas directamente por los gobernantes a sus subordinados, aliados y enemigos (Houston et al, 2001, 2003).
El gobernante construirá su residencia en el centro de la ciudad y la población se ira conformando a su alrededor, en una suerte de “comunidad moral” (moral community). Por lo tanto la creación y desarrollo de las ciudades mesoamericanas, son el reflejo de los deseos y ambiciones de los gobernantes en turno y por lo tanto el colapso o declive de las mismas obedece a la incapacidad de continuar “hechizando” a las poblaciones con su personalidad y carisma (Houston et al, 2001, 2003). Como aspecto de interés, es necesario recordar que la fundación oficial de la ciudad también durante este periodo, de acuerdo con el tablero del Templo XVII que marca el primer evento realizado en
184
Lakamha´, “lugar de aguas abundantes”, el apelativo que marcó a la ciudad desde el año de 480 d.C.
Actualmente sabemos mucho sobre el periodo Clásico Tardío de Palenque, ya que una gran cantidad de investigadores han hecho de Palenque el fruto de las acciones, ambiciones y logros de K´inich Janahb´ Pakal II, e incluso un gran número de estudiosos no visualizan el asentamiento como un centro importante antes del gobierno de Pakal II (Bishop, 1994; Flores Jiménez, 2002; Liendo, 2000, 2002; Liendo y Vega, 2000; Márquez y Hernández, 2004; Rands, 2003; San Román, 2005a y 2005b ; Schele, 1974; Schele y Freidel, 1990). Mediante los resultados obtenidos en la presente tesis es posible visualizar un escenario alternativo, con la ciudad teniendo un desarrollo sostenido durante los periodos Preclásico Tardío y Clásico Temprano y que alcanza su mayor tamaño a mediados y finales del Clásico Tardío (complejo Murciélagos), varias generaciones después de la muerte de Pakal II. podemos asegurar que Palenque fue la ciudad que llegó a ser gracias a los esfuerzos realizados durante el periodo Preclásico tardío y Clásico Temprano.
Durante el periodo Clásico Tardío como ya ha sido mencionado en el capitulo 5, se pudo constar que los sondeos con presencia de material asignable a la fase cerámica Otolúm representan el 71% de la muestra (en conjunto las fases cerámicas Otolúm y Murciélagos constituyen cerca del 87% de los sondeos), y formando el 11.4% de la muestra total de los tiestos analizados.
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Específicamente durante la fase cerámica Otolúm, Palenque creció hasta ocupar un área de 109 hectáreas, la ciudad continuó expandiéndose en todas direcciones. Si bien es cierto que durante el gobierno de K´inich Janahb´ Pakal II se realizaron una gran cantidad de obras de arquitectura monumental, la ciudad ya tenía un tamaño considerable, no creemos que a partir de su gobierno ocurra el despegue espectacular del que siempre se ha hablado.
Por otra parte la colonización se dirige hacia las partes elevadas y bajas de la meseta en la cual se asienta la antigua ciudad, la construcción de rellenos, nivelaciones y terraceados es cada vez más evidente, incluso se emplean materiales y tierra ubicada en la planicie sobre la cual se asentó la antigua ciudad, ésta meseta natural sobre la cual se construyó la mayor parte del asentamiento, fue la zona que proveyó gran parte del material usado para nivelar y terracear las laderas de las elevaciones inmediatas, mediante los sondeos nos fue posible observar en las partes elevadas, un gran número de rellenos arquitectónicos, los cuales contenían una gran cantidad de material cerámico mezclado de diversas fases sin ningún orden aparente, materiales que probablemente fueron trasladados en matrices de tierra desde la parte plana del asentamiento.
El núcleo central recibe gran atención y la mayor parte de las estructuras ya existentes desde el periodo Clásico Temprano, reciben una gran cantidad de ampliaciones y remodelaciones; la construcción del Templo de las Inscripciones, el Templo XIII así como también el Templo Olvidado son fechados para esta época.
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La fase cerámica Murciélagos representa el apogeo de la ciudad, pues como se pudo constatar con la evidencia obtenida por el PCU, los sondeos con presencia de material asignable a esta fase cerámica representan el 86% de la muestra, constituyendo el 39.7% de la muestra total de tiestos analizados. La ciudad ocupó durante esta fase alrededor de 192 hectáreas, llegando a su máximo crecimiento poblacional y de área ocupada, ningún otro periodo reflejará este crecimiento tan evidente.
La distribución de los materiales sugiere una ocupación en las partes altas y con gran pendiente, modificando la topografía local, mediante grandes rellenos, nivelaciones y terrazas artificiales, una labor emprendida seguramente por la dinastía gobernante en su afán por seguir colonizando y propiciando mayor cantidad de lugares habitables para su población en constante crecimiento.
Palenque alcanza una gran cantidad de victorias guerreras aproximadamente en el año 723 d.C. por lo que afianza aún más la esfera de interacción y provee de tributo y mano de obra para la bonanza que se vivió en el antiguo asentamiento por cerca de 25-30 años más, creemos firmemente que este desarrollo espectacular y el auge de la ciudad puede ser atribuible a K´inich Ahkal Mo´Nahb´III.
K´inich Ahkal Mo´Nahb´III, es el encargado de revitalizar la Acrópolis Sur, además de realizar una serie de construcciones importantes en un afán por emular a sus antecesores, por lo que al parecer comisiona los Templos XVIII, XVIIIa, XX-A, XIX, XXI,
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la torre del Palacio y algunas remodelaciones al Grupo IV, lugar donde vivió Chak Suutz’, yajaw K’ahk’ de Palenque, cercano colaborador de Ahkal Mo´Nahb´III.
La presencia de materiales cerámicos asignables a este periodo, reflejan la gran cantidad de pobladores ubicados en el asentamiento ya que su presencia está en casi la totalidad de los sondeos realizados, además de representar el 40% del total de todo el material analizado por el PCU.
Durante el periodo Clásico Tardío Terminal como ya ha sido mencionado en el capitulo 6, específicamente durante la fase cerámica Balunté, Palenque sufre una importante reducción en el área ocupada, pues ahora sólo ocupa 82 hectáreas en comparación con las 192 hectáreas de la fase anterior, con el consiguiente decremento poblacional y de disponibilidad de formas cerámicas diagnósticas al interior de la ciudad, Balunté representa el 26.5% del total del material cerámico analizado por el PCU y su presencia sólo es detectable en el 77% de los sondeos realizados.
Balunté también representa un silencio por parte de la familia gobernante, pues el cese en el programa arquitectónico y de erección de monumentos así lo demuestra, el ultimo gobernante del que tenemos noticia mediante un monumento importante es como ya hemos visto con anterioridad K´inich K´uk´B´alam II, quien comisiona el Tablero de los 96 Glifos, en donde hace un recuento sobre sus antecesores, después de él sólo conocemos a Wak Kimi Janahb´Pakal o Pakal III por medio de una vasija localizada en un modesto deposito funerario localizado en el Grupo Murciélagos.
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Por ultimo durante la fase cerámica Huipalé, los últimos habitantes de Palenque ocuparon un área de alrededor de 11 hectáreas, además de algunas reocupaciones ocasionales en edificios del área cívico-ceremonial y Acrópolis Sur, por lo que ésta fase representa una caída estrepitosa en el área previamente ocupada, por consiguiente la mayor parte de la población abandonó la ciudad, sólo algunos pobladores permanecieron en las inmediaciones del núcleo central, las formas cerámicas se redujeron a unas cuantas ollas y cazuelas y su cantidad por supuesto también disminuyó, pues sólo representan el 1.7% del total del material analizado por el PCU., su presencia sólo fue ubicada en el 35% de los sondeos practicados.
Huipalé representa el abandono de la ciudad y una supuesta reocupación del sitio por grupos foráneos; mediante la evidencia obtenida en las excavaciones realizadas, hemos notado una nula existencia de materiales cerámicos provenientes de las planicies tabasqueñas o lugares aledaños, por lo que consideramos que realmente la poca población que aún ocupaba la ciudad al final del siglo IX d. C., fueron los que dejaron algunas huellas de sus actividades y realizaron ciertos episodios de destrucción deliberada de monumentos, los cuales han sido documentados por el Hist. Guillermo Bernal en su tesis de maestría referente a las inscripciones del Templo XXI.
Lo que sucede al ser abandonada la ciudad, como en la mayoría de las capitales mayas del periodo Clásico, es un abandono gradual con algunos pobladores que reocuparon de manera aislada algunos edificios de la Acrópolis Sur, en especifico los Templos XIX y XXI, en donde realizaron algunas ofrendas, dividieron espacios internos de los edificios usando incluso fragmentos provenientes de algunos tableros mutilados, como el 189
fragmento del Tablero de los Guerreros localizado en un muro divisorio interno del Templo XXI, el cual extrajeron del Templo XVII a escasos 50 metros del primer edificio (Bernal Romero, 2006).
El núcleo central fue abandonado por completo, como hemos visto con anterioridad, sólo algunas actividades de destrucción de monumentos o algunos rituales postdinásticos se siguen llevando a cabo en algunos edificios de la ciudad, como hemos planteado en el capitulo 1, el concepto de moral community bien podría plantearse para el caso de Palenque, pues el cese de la actividad de la familia gobernante y su fallido intento por conservar el mismo sistema político, administrativo, religioso y de jerarquización, propició que la población al no sentirse identificada con sus gobernantes, abandonaran la ciudad en busca de mejores oportunidades de vida.
Ahora mediante la evidencia obtenida por el PCU, sabemos claramente que los últimos sectores de la ciudad en ser abandonados son algunas secciones de los grupos arquitectónicos Picota, Escondido, Nauyaka, Xinil Pa´, Retiro de Moisés, Encantado, J, Campamento y una parte del Bosque Azul. Estos últimos pobladores fueron tal vez los que reocuparon los edificios del núcleo central y realizaron toda la actividad de destrucción de monumentos.
Es indiscutible que la población descendió a niveles muy bajos, pues también la densidad de materiales arqueológicos nos plantea un escenario desolador, ya que en el periodo anterior es posible localizar fragmentos de cerámica correspondientes a la mayor parte de la vajilla utilitaria que estuvo a disposición de la mayoría de la sociedad 190
palencana como lo son platos, vasos, ollas, cajetes, cuencos y aún fue posible recuperar fragmentos correspondientes a portaincensarios, mientras que durante la fase Huipalé, las formas cerámicas se redujeron a algunas ollas, cajetes y cazuelas.
Regresando a una cuestión básica de la presente investigación ¿fue Palenque originalmente fundado alrededor del arroyo Picota?
Como hemos mencionado con anterioridad, en realidad durante el periodo Preclásico Tardío, existieron dos asentamientos principales, uno ubicado al oeste alrededor del arroyo Picota y otro ubicado entre el Grupo Norte y Grupo Campamento, ambos fueron contemporáneos y es durante el periodo Clásico Temprano que se unen para darle forma al antiguo asentamiento que conocemos hoy en día.
Con base en el la evidencia recuperada por el PCU, podemos aseverar que el poblamiento original de la ciudad se realizó en la parte oeste del sitio alrededor del río Picota y en un conjunto de 5 Barrios que bordean tanto el Picota como el Piedras Bolas; es necesario mencionar que en el centro del Barrio 3, existe un espacio abierto carente de estructuras de cualquier tipo y que probablemente haya funcionado como una plaza abierta para cualquier tipo de celebraciones o espacios de uso común.
De igual manera notamos en el sector este una gran cantidad de edificación que bordean el río Otolúm, dándole forma también a un área de tipo publica, justo al sur del Grupo Norte y Campamento, que pudieron haber servido al igual que el centro del Barrio 3 como espacios de uso común. 191
Realmente no podemos asignar solamente la fundación de la antigua ciudad de Palenque al área inmediata al río Picota, porque como hemos visto en el capitulo 4, la evidencia del poblamiento temprano del sitio también fue ubicada al este del asentamiento. Lo que nos trae a la segunda cuestión básica en la presente tesis ¿La expansión de la ciudad hacia el este, ésta relacionada con la fundación de la dinastía palencana y en su caso el máximo apogeo de la ciudad esta relacionado directamente con el gobierno de K´inich Janahb´ Pakal II?
Consideramos mediante la evidencia obtenida por el PCU, que la expansión de la ciudad hacia el este, responde a una necesidad por parte de la dinastía para ubicar la residencia del gobernante en lo que pasará a ser el centro simbólico (y no geográfico) del asentamiento, ya que los gobernantes eran identificados como el axis mundi de las ciudades, por lo que en el caso de Palenque, el situar la metrópoli en esta parte, responde a una manera más práctica y sencilla para la construcción de edificios de gran tamaño sin ningún tipo de restricción, ya que se situaron sobre la parte más amplia de la meseta, el espacio faltante fue suplido por una gran cantidad de rellenos arquitectónicos que les permitió modelar su espacio constructivo, además de por supuesto estar cercanos a una fuente de agua permanente como lo es el río Otulúm.
La primer expansión fue justamente después de la unión de los dos asentamientos existentes durante el periodo Preclásico Tardío, es durante el Clásico Temprano que Palenque se establece con una fundación formal de su dinastía con el registro epigráfico
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del primer gobernante K´uk´ B´alam I (431-435 d. C.), por lo que es altamente probable que esta unión y expansión de forma radial del asentamiento hacia el este, respondan a las crecientes necesidades de una dinastía en sus comienzos. Surge nuevamente el concepto de sinoikismo, pues como lo hemos visto con anterioridad, el primer gobernante K´uk´ B´alam I, tuvo que haber sido un personaje tan carismático que logró “hechizar” y convencer a una gran cantidad de habitantes para realizar las obras arquitectónicas necesarias para comenzar el surgimiento de Palenque como una gran ciudad y consolidar este crecimiento por las décadas por venir.
La segunda parte de este punto es aún más cuestionable, con base en los datos obtenidos por el PCU, mediante la distribución del material cerámico en 97 pozos de sondeo, podemos observar que el apogeo de la ciudad no ocurre durante el gobierno de Pakal II, puesto que la mayoría de las exploraciones practicadas en los conjuntos arquitectónicos demuestran que alrededor del 92% son pertenecientes a la fase cerámica Murciélagos-Balunté (683-810 d. C.) cuando el gobernante ya había fallecido.
Consideramos que el apogeo de la ciudad y cuando presenta su máxima extensión territorial y densidad demográfica, sucede durante el gobierno de K´inich Ahkal Mo´Nahb´III aproximadamente en 721-736 d.C., pues sumado a la evidencia de material cerámico de este periodo, tenemos una serie de monumentos que narran momentos y eventos importantes en la vida de la ciudad, como el registro de campañas militares victoriosas por parte de las huestes de Palenque.
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Palenque se afianzó como una capital durante este periodo y sus límites territoriales llegaron al máximo y años después comenzó su declive al final de la fase cerámica Balunté y comienzo de Huipalé, podemos notar un decremento notable en la presencia de material cerámico de estas dos fases en los sondeos realizados en la antigua ciudad.
Los resultados finales obtenidos durante dos temporadas de excavación y análisis de materiales nos hacen reflexionar sobre algunas de las más conocidas interpretaciones de Palenque, mismas que en su mayoría se sustentan en interpretaciones epigráficas y arquitectónicas. Por ejemplo, gracias al uso de técnicas y métodos arqueológicos, hemos podido conocer el área de ocupación original de la ciudad, la que no se restringe al sector oeste, sino que abarca también las etapas constructivas más tempranas de grupos arquitectónicos en el área cívico-ceremonial y zonas adyacentes.
Esperamos que estos datos permitan la realización de futuras investigaciones que aún quedan pendientes, como la distribución de bienes de consumo al interior de los diferentes conjuntos residenciales y la ubicación de contextos sellados y arquitectura correspondiente a los periodos Preclásico Tardío y Clásico Temprano (ca. 250 a.C.- 150 d.C.). Los resultados de esta tesis sugieren en que áreas podemos excavar para responder estas y otras cuestiones.
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Figura 84. Porcentajes del total de pozos con materiales por complejo cerámico y porcentajes del total de material cerámico analizado por complejo cerámico.
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Figura 85. Crecimiento del área ocupada en Palenque (hectáreas por complejo cerámico periodo).
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