Orígenes del liberalismo. Universidad, política, economía.

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Descripción

RICARDO ROBLEDO  IRENE CASTELLS MARÍA CRUZ ROMEO (eds.)

ORÍGENES DEL LIBERALISMO Universidad, política, economía

EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN Consejería de Cultura y Turismo

ACTA SALMANTICENSIA ESTUDIOS HISTÓRICOS & GEOGRÁFICOS 124 © Ediciones Universidad de Salamanca Junta de Castilla y León Consejería de Cultura y Turismo Ricardo Robledo Hernández Irene Castells Oliván María Cruz Romedo Mateo y los autores .ª edición: diciembre,  I.S.B.N.: --- I.S.B.N.: --- Depósito legal: S. 1671  Ediciones Universidad de Salamanca http://webeus.usal.es Correo electrónico: [email protected] Composición: Cícero S.L. Teléfono     Salamanca (España) Impreso en España - Printed in Spain Impresión y encuadernación: Gráficas Cervantes S.A. Teléfono     Salamanca (España) Todos los derechos reservados. Ni la totalidad ni parte de este libro pueden reproducirse ni transmitirse sin permiso escrito de Ediciones Universidad de Salamanca ♠ CEP. Servicio de Bibliotecas CONGRESO INTERNACIONAL ORÍGENES DEL LIBERALISMO : UNIVERSIDAD, POLÍTICA, ECONOMÍA (. Salamanca, España) Orígenes del liberalismo : universidad, política, economía / Ricardo Robledo, Irene Castells, María Cruz Romeo (eds.) — ª ed. — Salamanca : Ediciones Universidad de Salamanca,   p. ;  x  cm.— (Estudios históricos & geográficos ; ) . Liberalismo-Historia-Congresos. I. Robledo Hernández, Ricardo. II. Castells, Irene. III. Romeo Mateo, María Cruz.

() : .()””

Índice Presentación: Los liberalismos: una mirada desde la historia IRENE CASTELLS, MARÍA CRUZ ROMEO y RICARDO ROBLEDO ..........



PONENCIAS Universidad y liberalismo en España y América Latina MARIANO PESET .......................................................................... Tradición e Ilustración en la Universidad de Salamanca: sobre los orígenes intelectuales de los primeros liberales RICARDO ROBLEDO ...................................................................... Economía política y liberalismos en España. De Jovellanos a la Gloriosa SALVADOR ALMENAR ..................................................................... Las Luces y el derecho natural FLORENCE GAUTHIER ................................................................... Hombres y mujeres en el espacio público. De la Ilustración al liberalismo ISABEL MORANT .......................................................................... El liberalismo posrevolucionario: Francia e Inglaterra LUCIEN JAUME ............................................................................. Liberalismo y revolución en Alemania, siglos XVIII y XIX DIETER LANGEWIESCHE ................................................................ Modelos sociales del liberalismo español PEDRO RUIZ TORRES ................................................................... Las lecturas sociales del liberalismo y los inicios de la ciudadanía en España JESÚS MILLÁN ..............................................................................

        

MESAS DE DEBATE Guerra, revolución y liberalismo en los orígenes de la España contemporánea Moderador: ALBERTO GIL NOVALES Participantes: JEAN-RENÉ AYMES, ANTONIO MOLINER, EMILIO LA PARRA Participantes:LLUÍS ROURA, CLAUDE MORANGE ........................... La construcción de España: Estado y nación en el liberalismo decimonónico Moderadora: ANNA MARIA GARCIA ROVIRA Participantes: JAVIER FERNÁNDEZ SEBASTIÁN, MARIANO ESTEBAN, Participantes:JOSEP M.ª FRADERA Y XOSÉ MANOEL NÚÑEZ SEIXAS ...



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Constitucionalismo y afirmación de los nuevos Estados en Latinoamérica Moderador: JULIO SÁNCHEZ Participantes: JUAN CARLOS GARAVAGLIA, RAFAEL DOBADO, MIQUEL Participantes: IZARD, ROBERTO BREÑA ......................................... Crecimiento económico en el primer tercio del siglo XIX Moderador: RICARDO ROBLEDO Participantes: VICENTE PÉREZ MOREDA, ENRIQUE LLOPIS, JOSÉ RAParticipantes: MÓN MORENO, JAUME TORRAS Y FRANCISCO COMÍN ..

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

COLABORACIONES DE PROFESORES INVITADOS Liberalismo y democracia: el caso español JOAQUÍN VARELA SUANZES-CARPEGNA ........................................... ¿Reglamentar o reprimir la prostitución? Los proyectos del Trienio liberal JEAN-LOUIS GUEREÑA ..................................................................

 

COMUNICACIONES. INFORME DE LOS RELATORES Nacionalismo y política CARMEN GARCÍA MONERRIS.......................................................... Pensamiento económico VICENT LLOMBART ....................................................................... Universidad y liberalismo en Salamanca MIGUEL ÁNGEL PERFECTO Y LUIS ENRIQUE RODRÍGUEZ-SAN PEDRO ... El liberalismo político: imaginar una nueva sociedad IRENE CASTELLS Y MARÍA CRUZ ROMEO ........................................ Cuestiones de historia rural MANUEL GONZÁLEZ DE MOLINA ................................................... Práctica de cultura política y consolidación del Estado liberal MANUEL PÉREZ LEDESMA ............................................................. El liberalismo español y los liberales americanos JUAN CARLOS GARAVAGLIA ...........................................................

      

LISTA DE COMUNICACIONES ..........................................................

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BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................



ÍNDICE ONOMÁSTICO......................................................................

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Los liberalismos: una mirada desde la historia IRENE CASTELLS MARÍA CRUZ ROMEO RICARDO ROBLEDO

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PRINCIPIOS DEL MES de octubre de  se celebró en Salamanca el Congreso Internacional Orígenes del liberalismo. Universidad, Política, Economía. La oportunidad que brindaba la elección de Salamanca como Ciudad Europea de la Cultura  fue la ocasión para reflexionar, desde la aportación histórica que la universidad salmantina realizó a las corrientes ilustradas y revolucionarias de la España de finales del siglo XVIII y principios del XIX, sobre la génesis y las evoluciones del liberalismo decimonónico.

No ha sido ésta la primera vez que a fines del siglo XX y en los albores de una nueva centuria los especialistas en diversos campos de estudio han compartido visiones y análisis en torno a la dinámica liberal en la España del siglo XIX. Hace ahora diez años se celebró en Madrid un congreso sobre Antiguo Régimen y revolución liberal, que era al mismo tiempo un homenaje al profesor Miguel Artola, cuyo magisterio impartió también en la Universidad de Salamanca. Al igual que entonces pudo servir como justificación inicial la celebración de los quince años de la publicación de la obra de Miguel Artola con ese título, en junio de  se organizó en Barcelona otro encuentro de historiadores con motivo de los treinta años de la edición de otra obra central para las primeras configuraciones de la política liberal, La quiebra de la monarquía absoluta del profesor Josep Fontana. Poco antes, salió a la luz pública el libro homenaje a Alberto Gil Novales, cuyo estudio de Las sociedades patrióticas (-), que acababa de cumplir veinticinco años, fue pionero de los

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análisis en torno a los espacios de sociabilidad como ámbitos de participación ciudadana. El propio Alberto Gil Novales había organizado en Madrid, en abril de , otro congreso sobre la revolución liberal en España y América Latina. El reconocimiento hacia estos tres historiadores ha reavivado la discusión sobre el paso del Antiguo Régimen al sistema socioeconómico y político inspirado por el liberalismo. Esos debates han incidido no sólo en cuestiones fundamentales de todo orden consustanciales a la formación de la sociedad decimonónica, sino también en problemas que afectan a la propia génesis y definición histórica del discurso liberal. La palabra liberalismo tiene en la actualidad connotaciones diversas y controvertidas que pueden designar desde un sistema político, la democracia liberal, a un orden económico, el capitalismo, o incluso, y de modo más frecuente, la supuesta y paradójica convergencia de ambos aspectos, el político y económico. Estas últimas consideraciones, sin embargo, no corresponden a la realidad histórica, sino a la propia tradición liberal construida a lo largo del tiempo y que ha informado una cierta historiografía. Corresponden también a una línea de pensamiento, que se consolidó a partir de los años ochenta del siglo XX, para la cual la acción colectiva y voluntarista de la sociedad debía dejar paso al libre juego de las fuerzas del mercado. A esta visión se la califica (y se autocalifica), de manera desafortunada, como «liberal». Este término, por el contrario, no puede identificarse directa e históricamente con el capitalismo de la economía de mercado, ya que no fue siempre así, ni siquiera entre los liberales clásicos de la segunda mitad del siglo XVIII. Lo que éstos pretendían era un proyecto de sociedad que alcanzara un amplio espacio de libertad personal, económica, religiosa o de expresión; un espacio, en fin, mucho mayor que el que se había reivindicado en el pasado inmediato. A diferencia de lo que ocurrió a lo largo del siglo XIX, los primeros liberales pensaban alcanzar la libertad del individuo del viejo orden absolutista mediante la libertad de empresa y de trabajo, al tiempo que pretendían paliar los efectos desiguales inherentes al desarrollo del liberalismo económico —paro, hambre, especulación, guerra de conquista—. Cuando los liberales trataron de definir a finales del siglo XVIII su movimiento, lo presentaron como la antítesis del viejo orden al aspirar a crear una sociedad de ciudadanos, no de ciudadanas, libres e iguales. Precisamente por lo que acabamos de exponer, el objetivo del congreso era el de rastrear la emergencia y construcción histórica del liberalismo o, mejor dicho, de las diferentes maneras de pensar la libertad hasta que la palabra «liberal» se impuso en el vocabulario político en , durante las Cortes de Cádiz,  VV AA (),  vols.; ARTOLA, M. (); FONTANA, J. (); FUENTES, J. F. y ROURA, L. (eds.) (); GIL NOVALES, A. (); GIL NOVALES A. (ed.) ().

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para designar esta nueva corriente de ideas. Y lo hizo con el sentido inicial de la palabra «liberal», identificada como «generoso». Para respetar el espíritu de las diferentes intervenciones y debates del congreso, nos parece más adecuado hablar de liberalismos en plural. No sólo hay que distinguir el liberalismo económico del político, sino que hay que atender también a la diversidad de este último. La historiografía tampoco ha tenido suficientemente en cuenta el potencial emancipador de los liberalismos políticos, surgidos del tronco común de la Ilustración, de la filosofía de los derechos naturales del hombre y de la experiencia de la Revolución francesa de , una experiencia que legó al futuro, tanto a los que no renunciaban a esta herencia como a los que la rechazaban, opciones liberales diversas. En , liberalismo y democracia no se oponían radical y absolutamente. La tensión existente desde entonces entre la soberanía del pueblo, identificada como soberanía de la nación, y la realización plena de los derechos del hombre y del ciudadano manifestó la contradicción entre las dos visiones modernas de la emancipación: la plenitud de la autonomía del individuo como sujeto autónomo por un lado, y la afirmación de la soberanía de la nación como entidad indiscutible de la soberanía, por otro. Una nación, sin embargo, que los revolucionarios franceses no fundamentaron en la historia sino en los derechos naturales del hombre. La voluntad general rousseauniana expresaba el carácter impersonal y uniforme de la ley, que, por ello mismo, daba una garantía de equidad. Durante la última etapa de la revolución, liberales como Mme. De Staël y Benjamin Constant sentaron los fundamentos doctrinales para concebir el liberalismo y la democracia desde territorios distintos. La formación del liberalismo en la Francia de la Restauración se vio así marcada por esta dicotomía y por el desafío común a todo liberalismo político de tener que construir un Estado sólido a partir de la autodeterminación de los individuos y del respeto a sus derechos. El congreso de Salamanca proponía asimismo una reflexión histórica e historiográfica sobre los significados, plurales y cambiantes, del liberalismo español del siglo XIX desde una perspectiva comparada, europea y latinoamericana. El significado de las ideas liberales estuvo siempre moldeado por las diversas experiencias históricas. Paradójicamente, aunque el liberalismo tenía un alcance global, sus efectos se medían a escala nacional, regional y local. El estudio de los fundamentos político-ideológicos y los materiales culturales mediante los cuales se pensó la articulación del Estado-nación y la creación de la sociedad de los individuos en la España del siglo XIX requiere necesariamente una perspectiva que trascienda las fronteras. Por ello se priorizó el carácter interdisciplinar y comparativo del encuentro. En particular, el liberalismo francés, inglés y alemán han sido objeto de atención por sí mismos y por cuanto puedan iluminar tanto las especificidades del liberalismo español como las de una filosofía política y una economía política que no fueron nunca doctrinas perfectamente cerradas y unívocas sobre el individuo, la sociedad y el poder. En este sentido, la

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particularidad del discurso liberal se fundamenta muy directamente en su configuración a partir de unos contextos históricos determinados. No hay duda de que la investigación histórica desplegada en las últimas décadas ha abierto nuevos temas de estudio y nuevos problemas, centrados muchos de ellos en torno a la cultura política liberal, la historia del discurso, la historia de los conceptos o la historia filosófica de lo político. La prioridad concedida a lo político-cultural obedece, en muchos casos, a las propias derivaciones de una historia social enfrentada a las exigencias que impone la reflexión en torno a las experiencias de los sujetos sociales. Desde las consideraciones que en su día propusiera E. P. Thompson sobre esta categoría, los historiadores han explorado campos determinantes de la experiencia social. No se trata ahora de discutir los diversos planteamientos que las distintas historiografías han mantenido al respecto, sino de apuntar los nuevos intereses que laten en la comprensión de determinados procesos históricos. La cultura política liberal, en sus múltiples manifestaciones, como un magma de representaciones y como un sistema de identificaciones, ha constituido el espacio de discusión del Congreso de Salamanca. En el caso español, el liberalismo esbozado en la crisis constitucional de -, en expresión de José María Portillo, estuvo muy condicionado por el contexto de la invasión napoleónica, como se discutió en el encuentro. Ese liberalismo proponía un uso de la historiografía y una reflexión sobre el devenir de la nación que condicionaron los debates de las Cortes de Cádiz que alumbraron la Constitución de , susceptible de interpretaciones no idénticas, tanto por la mixtura de influencias doctrinales contenidas en ella como por la polisemia del lenguaje liberal. Las lecturas que esos diputados, varios de ellos vinculados a los círculos intelectuales surgidos de la Universidad de Salamanca, hicieron de la historia, de la nación y de los modelos constitucionales a su alcance marcarían un espacio de tensión entre los derechos individuales y los derechos de la nación, entre una perspectiva individualista y un enfoque «comunitario», que impregnaría las propuestas de reforma de la sociedad y del Estado. Los lectores encontrarán en el libro que ahora presentamos sugerencias y análisis distintos que, por ello mismo, iluminan aspectos del proceso de configuración del liberalismo que exigen nuevas investigaciones. Seguimos, pues, a vueltas con el liberalismo, con sus luces y sus sombras. Luces y sombras que, hay que insistir, no son tanto históricas como historiográficas. Como dijera en  Francisco Tomás y Valiente, profesor también de la Universidad de Salamanca, «no conocemos bien lo que ese poder asumido por la burguesía revolucionaria hizo en orden a la construcción del Estado liberal» (Tomás y Valiente,  Las obras básicas de referencia son, entre otras, BAKER, K., LUCAS, C. y FURET F. (-); POCOCK, J. G. A. (); SKINNER, Q. (); KOSELLECK, R. (); ROSANVALLON, P. (); también FERNÁNDEZ SEBASTIÁN, J. y FUENTES J. F. (dirs.) ().

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1994, p. 137). En este sentido, el congreso de Salamanca no fue pensado como un escenario de senderos ya conocidos. Por el contrario, hemos querido que fuera un impulso de futuros análisis y estudios interdisciplinares. Las lecturas que de ese primer liberalismo se hicieron en España y en América Latina parecen así reclamarlo. De ahí que se haya prestado una especial atención a las dinámicas sociales y los conflictos concretos que alumbraron ese liberalismo, las posibilidades de elaboración de identidades locales y regionales desde la particular creación del Estadonación español, la imbricación entre la esfera privada y el espacio público y las relaciones entre hombres y mujeres o a la influencia del modelo español en los Estados surgidos del fin del imperio en América. Tener en cuenta todo esto, por otra parte, permite considerar una serie de problemas que han orientado en los últimos años la historiografía del siglo XIX, en particular los referidos al desarrollo de la ciudadanía y a la identidad nacional. Parece sugerirse en ocasiones que el triunfo del liberalismo revolucionario en algunas sociedades de la Europa mediterránea condujo, a la larga, a un escaso desarrollo de la opinión pública, de la ciudadanía e, incluso, a una limitada identificación con el Estado nacional. Las intervenciones que ahora publicamos permiten discutir estas cuestiones de otra manera, sin el teleologismo que supone proyectar sobre todo el liberalismo la imagen conservadora de finales de la centuria. Las paradojas del liberalismo desde  son, en fin, las que nos obligan a pensar en lo que no sabemos. Y también a reconsiderar a la luz del presente algunos planteamientos. El siglo XXI se ha abierto con una gran incertidumbre cuando no indiferencia por el respeto de los derechos humanos fundamentales que nacieron asociados a los orígenes del liberalismo; un episodio más para ese paisaje histórico jalonado por el divorcio entre libertad económica y las aspiraciones de libertad o igualdad política. En , cuando las consecuencias de la Gran Guerra hacían socialmente muy costoso el retorno a políticas de liberalismo económico, Keynes desveló en «El final del laissez faire » los supuestos irreales en que se apoyaba la idea de los benéficos efectos derivados del principio de la libre competencia. El laissez faire había sido un «pretexto científico» que permitió conciliar el egoísmo (ventajas privadas) con el socialismo (bien público), una contradicción que surgió del filosofar del siglo XVIII y de la decadencia de la religión revelada. En la actualidad, sin embargo, simplismos como el del laissez faire o el de la supervivencia del más apto se han enseñoreado de diversos territorios mientras hay derechos humanos que se perciben como rémora del «progreso». De nuevo la afirmación de Keynes de que «un estudio de la historia de la opinión es un preámbulo necesario para la emancipación de la mente» recupera todo su sentido. Y este congreso ha pretendido colaborar modestamente en tal dirección. Se publican en este volumen las ponencias, las intervenciones en las mesas de debate, las relaciones de comunicaciones presentadas y las aportaciones de

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los profesores invitados al congreso que dirigió Ricardo Robledo. Justo es de agradecer al entonces rector, Ignacio Berdugo, la acogida dispensada a la celebración del congreso dentro del programa de actividades de Salamanca  auspiciado por la Universidad, decisión impulsada en parte por su sensibilidad hacia personajes como Ramón de Salas o Toribio Núñez. En la misma línea, tenemos que reconocer el esfuerzo para la edición del libro de Claude Morange a cargo del Servicio de Publicaciones de la Universidad de Salamanca. A su actual director, Mariano Esteban de Vega, tenemos que agradecerle el empeño para que la edición de este libro se hiciera lo más pronto y dignamente posible. La organización del congreso, además de las ayudas del Ministerio de Ciencia y Tecnología y de la Junta de Castilla y León, contó también con el respaldo y promoción de los Departamentos de Economía e Historia Económica y de Historia Medieval, Moderna y Contemporánea de la Universidad de Salamanca, del de Historia Moderna Contemporánea de la Universitat Autònoma de Barcelona y del Departamento de Historia Contemporánea de la Universitat de València. El comité de honor estuvo formado por Miguel Artola (Real Academia de la Historia), Josep Fontana (Universitat Pompeu Fabra), Carmen Iglesias (Real Academia de la Historia), José María Jover Zamora (Real Academia de la Historia), John Lynch (Universidad de Londres) y Ramón Villares, presidente en octubre de  de la Asociación de Historia Contemporánea. A todos ellos, lo mismo que a los presidentes de mesa José María Hernández, Antonio Morales y Ramón Villares, nuestro reconocimiento que hacemos extensivo a Mariano Esteban de Vega, Miguel A. Perfecto, Luis Enrique Rodríguez San Pedro, Julio Sánchez y Mª Pilar Brel por su colaboración desinteresada en el comité de organización. Para determinadas tareas se pudo contar además con la colaboración de Mª Dolores de la Calle, Esther Martínez Quinteiro, Luis E. Espinoza y Elisa Botella. Por último, pero —nunca mejor dicho— no en último lugar, Eugenia Torijano hizo posible la coordinación de ponentes, relatores, comunicantes y participantes en las mesas de debate. Severiano Hernández y Margarita Becedas dieron todas las facilidades para la reproducción de ilustraciones. El congreso «Orígenes del liberalismo» se preparó de forma muy anticipada, de modo que hay que lamentar alguna ausencia prematura. El director del mismo conserva una carta de marzo de  en la que Ernest Lluch se comprometía a intervenir con un «esbozo del pensamiento económico en relación con el pensamiento político», pero su asesinato por ETA el  de noviembre de  lo impidió. Tampoco pudo exponer su ponencia el profesor François-Xavier Guerra (Universidad de París I) que falleció en el mes de noviembre de  debido a una rápida enfermedad. Sólo nos resta agradecer a los que hicieron posible que la invitación a participar en el congreso tuviera tal capacidad de respuesta y desear que el congreso «Orígenes del liberalismo» se convierta en referente de investigaciones y de otras reuniones que sin duda seguirá suscitando el estudio de los liberalismos. Primavera de 2003

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