Origen y evolución de las lenguas

June 30, 2017 | Autor: C. González Crespán | Categoría: Lenguas Indoeuropeas Y Lingüística General
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Descripción

Origen y evolución de las lenguas. Las Lenguas del Paleolítico. La lengua neolítica. Des-encriptación de la lengua céltica Siendo el lenguaje verbal humano un proceso lógico, puede trazarse por deducción lógica su evolución desde el origen. La aparición de la lengua está asociada a hitos vinculados al desarrollo intelectual. Los hechos probados de la industria lítica, el dominio del fuego, el conocimiento y desarrollo de la agricultura, así como el invento de la rueda, son característicos de la inteligencia y llevan aparejados cambios en la semántica y sintaxis. Una especie se considera que tiene una lengua sólo si hay pruebas de ello.

La lengua céltica, hablada en la península Ibérica en la antigüedad, puede reconstruirse por deducción lógica difusa (fuzzy), a partir de los nombres de lugares o topónimos, utilizando las herramientas informáticas adecuadas. El rastreo hacia el pasado para conocer si una especie animal tuvo un lenguaje verbal requiere la determinación de hitos intelectuales asociados que permitan inferir la existencia de un lenguaje. Para que exista un lenguaje verbal debe haber información de un determinado nivel de complejidad que transmitir, que determina el nivel de lenguaje en que se encuentra una especie. Para comprender como fue el desarrollo del lenguaje, y como era la lengua céltica es necesario hacer antes una serie de consideraciones: 1) Desde los primeros homínidos, hace de entre 6.000.000 y 4.000.000 de años hasta la aparición del homo sapiens, hace entre 40.000 y 25.000 años, se produce la maduración de la corteza cerebral, el desarrollo de los órganos fonadores y de los haces nerviosos que los intercomunican. 2) El inicio del homo sapiens fue acompañado del surgimiento del pensamiento simbólico inteligente y el desarrollo de la capacidad de hablar para expresar ideas. Esto unido a la capacidad de entender a través del oído las ideas transmitidas por otros. 3) Antes de y a lo largo del Paleolítico el ser humano fue desarrollando adquisiciones semánticas, trasladando las ideas a la voz. La lengua del Paleolítico fue una lengua gutural sin

elaboraciones sintácticas complejas. En esta etapa los seres humanos estaban organizados en grupos errantes de cazadores-recolectores. Los nombres de lugares o topónimos no podían por tanto perdurar, puesto que el área de acción iba variando constantemente, y se perdían. 4) El asentamiento de los seres humanos en lugares fijos produjo una revolución sintáctica. Esta trajo el neolítico, el desarrollo de la agricultura y de la industria. Las elaboraciones verbales se hicieron más complejas, y se realizó el desarrollo de la sintaxis. Al establecerse en un lugar fijo el ser humano empezó a darle nombre a los sitios que habitaba y los topónimos se hicieron estables y perduraron generación tras generación. 5) La lengua vasca contiene elementos primordiales, consecuencia de que estuvo al margen de la irrupción de las lenguas indoeuropeas, al menos en gran medida. Esta lengua deja de ser una excepción entre las lenguas, y pasa a ser la regla, y nos permite acercarnos al origen de todas las lenguas. 6) Los romanos y griegos llamaban a los habitantes de la península Ibérica celtas, al igual que a los habitantes de las Galias. Somos celtas, por tanto, porque así nos llamaban griegos y romanos. 7) La lengua que se hablaba hace 20 siglos y antes, en lo que ahora conocemos como País vasco o Euskadi era el vascuence o eusquera antiguo. El hecho de que los romanos no mencionaran este pueblo, en general, con un nombre tal como eusquera o semejante, nos induce a pensar que no debían ser muy diferentes para ellos, incluso en su lengua, a los restantes pueblos de la península Ibérica y las Galias, a los que llamaban celtas. El término celta o céltico es, por tanto, de aplicación al pueblo vasco. 8) Los habitantes de Britania, entre ellas Irlanda, Gales y Escocia, eran llamadas por los griegos y romanos britanos, no celtas. La identificación de lenguas celtas y gaélicas es moderna. 9) La irrupción de las lenguas indoeuropeas es relativamente reciente, tal vez de la edad del bronce o del hierro, al menos en comparación con las lenguas precedentes del neolítico, que eran más antiguas. 10) No hay elementos, ni siquiera indicios de que las lenguas gaélicas hayan ejercido ninguna influencia, ni en Galicia, ni en Asturias, ni en el resto de la península Ibérica. La identificación de céltico y gaélico es propia de las ideas románticas, y de la mítica, pero no de la realidad. 11) Los topónimos, o nombres de lugares, son arcaicos, preceden en su origen a la lengua actual (incluso en el país vasco). Todos aquellos topónimos que carecen de sentido completo en la lengua hablada en un lugar determinado, fueron creados por otra lengua que la precedió. 12) La lengua vasca actual se ha alejado mucho de la lengua vasca antigua, recibiendo notables influencias indo-europeas (latín, castellano, inglés, francés…). 13) Los topónimos, o nombres de lugares, tienen una característica de solidez que los hace persistentes al cambio de lengua. 14) Los topónimos, o nombres de lugares son descripciones geográficas que se resuelven en frases cuyo contenido explica el lugar denominado.

15) La abundancia de topónimos constituye una fuente de información inagotable. 16) El principio de universalidad de la lengua céltica del neolítico establece que esta se extendió a todo el área de ocupación humana, avanzando desde el neolítico y siguiendo adelante con esta colonización. Sólo se salvaron de ella los pueblos que consiguieron mantenerse al margen de la colonización neolítica, y de la expansión de la agricultura, y continuaron con sus ideas de cazadores-recolectores errantes, y aislados. 17) Las modernas tecnologías está haciendo que todas las lenguas converjan en una misma lengua. Este proceso se viene desarrollando desde tiempos antiguos, pero se ha acentuado en los tiempos modernos con los avances de las tecnologías, y sistemas de comunicación e informáticos. El árbol de familia hasta los tiempos remotos. Retrogradando desde los tiempos actuales, donde encontramos a la especie única humana, encontramos elementos de nuestra especie hasta hace unos 40.000 años. Pero ¿Qué hay de nuestros abuelos No Sapiens? Los antecesores, erectus, pitecántropos, australopitecus, habilis, mamíferos cinodontos, reptiles con forma de mamíferos, anfibios, peces, bacterias… Un poco de historia. La secuenciación de los hechos. Hitos intelectuales asociados a cambios culturales y en el lenguaje. 1) La caza y la recolección. Estas actividades las desarrolló el ser humano desde el proceso de hominización, y a lo largo de todo el período de tiempo llamado Paleolítico, inferior, medio y superior. Se extendió hasta la actualidad en algunas culturas que permanecieron al margen de procesos posteriores (selva amazónica, selva ecuatorial africana y montañas del sureste de Asia). Previamente al proceso de hominización eran de uso común por nuestros antepasados no humanos. Son actividades que no diferencian al ser humano de otras especies animales, y que son vitales para la subsistencia, en ausencia de otras que las suplan. 2) La industria lítica requiere un asentamiento fijo, entendida como industria. Requirió un desarrollo y elaboración de complejidad creciente, acentuada como complementaria al desarrollo de la agricultura, por la elaboración de herramientas apropiadas para el cultivo. Aunque la utilización de instrumentos de piedra es antigua, correspondiendo al paleolítico su inicio, coincidiendo con el proceso de hominización. Está probado que otras especies próximas a la nuestra, como neandertales, homo habilis, etc., habían desarrollado una industria lítica, aunque a un nivel muy inferior. 3) La utilización y dominio del fuego. Requiere un avance intelectual que supera al de cualquier especie que no sea la humana en su uso. El adiestramiento de millones de años en el uso de las herramientas líticas, produjo la consiguiente habilidad adquirida en el uso de las extremidades anteriores. El razonamiento científico es necesario para establecer la relación de causalidad y efecto inherentes al fenómeno físico. Sólo especies con un determinado desarrollo intelectual pueden dominar su uso y aplicarlo en beneficio, y no en perjuicio. La línea es estrecha. 4) La ganadería y la domesticación. El ser humano entró en contacto con los animales que domesticó, como el perro, las ovejas, las cabras, los caballos, las vacas. Incluso le acompañaron

antes de que fijara su residencia en sitios estables. La labor de pastoreo no requiere el asentamiento fijo. La aparición de la ganadería no implica pues que los nombres que el hombre diera a los lugares perdurasen en el tiempo. Tampoco es una actividad que requiera grandes elaboraciones intelectuales sintácticas, al menos en una fase primaria. Incluso hay especies animales que practican el apoyo mutuo inter-especies. 5) La agricultura requiere el conocimiento científico y la intuición para comprender que una semilla de una planta al caer en la tierra germina con agua, abono y sol. Además de ello conlleva un proceso largo de maduración y crecimiento hasta obtener los frutos. Es necesario para su desarrollo el estar fijado de forma estable a un sitio, y además de ello, formar parte de un clan humano que domina un área, siendo capaz de evitar, incluso de forma militar, la intromisión de grupos hostiles que puedan dar al traste con los trabajos que requiere. Es, por lo tanto, determinante para que los nombres de lugares permanezcan estables en el tiempo. 6) La invención de la rueda. Lenguas indoeuropeas, el chino moderno, lenguas americanas y africanas. Un elemento giratorio utilizado para la eficiencia en el transporte. Su forma circular es característica de aplicación por su tangencia al plano terrestre, que no es, a su vez o sino otro círculo. La rueda no gira sobre un plano sino sobre el inmenso círculo terrestre. Círculo sobre círculo. Transfiriendo su alcance a mundos circulares, cualquier exo-planeta en el que descubramos vida, la eficiencia en el transporte, se alcanzará, al igual que en la Tierra con el uso de la rueda. El alcance intelectual para su invento requiere un estadio semejante, en cualquier planeta del universo, semejante al del nivel de sus inventores en la tierra (indoeuropeos y afines). Inicios de la industria lítica. Con las manos, pero también con los pies. Este acontecimiento marca el inicio de la hominización, asociada a los comienzos de la industria lítica, separando al ser humano de los antepasados comunes no humanos, que hasta ese momento compartía con los simios. Los inicios se produjeron hace quizá 6.000.000 de años, siendo el hito intelectual que da prueba de ellos la habilidad con las manos y con los pies de la práctica de la industria lítica, que persigue unos fines beneficiosos para la especie. Que los homínidos antecesores lejanos al ser humano manejaban con igual soltura las piedras con las manos que con los pies, da prueba el hecho de que los pies de los seres humanos están dotados de unas capacidades hábiles notables, pudiendo coger objetos e incluso pintar. La habilidad prensil en los pies también es compartida con simios arborícolas para agarrarse a las ramas de los árboles, y por tanto heredada por los humanos de unos antecesores comunes que tenían esa capacidad. No obstante la habilidad con los pies quedó relegada a un papel secundario al producirse la bipedestación, la marcha erguida, y el alejamiento de la cabeza del suelo. La revolución fonética. Primeros sonidos que pueden ser considerados palabras. El inicio de la industria lítica establece los fundamentos intelectuales que permiten suponer un desarrollo suficiente para tener algo que comunicar distinto de los chillidos de aviso y de afirmación. El aparato fonador tiene todavía un largo camino que recorrer. No obstante, con los rudimentos en la lengua, dientes, carrillos y garganta, y el desarrollo cerebral emparejado, nuestros antecesores comienzan a producir unos sonidos que transmiten ideas con el fin de

comunicárselas a sus semejantes. Aparecen los inicios de las vocales y consonantes, con las limitaciones que permite el escaso desarrollo del sistema fonador. El largo lapso de tiempo de entre 6.000.000 de años, hasta la llegada del paleolítico hace, tal vez unos 40.000, permite el refinamiento y desarrollo de los órganos fonadores, así como del cortex cerebral. El alargamiento del maxilar inferior, hasta alcanzar el prominente mentón de los seres humanos tal vez cumpla una función fonadora, con el fin de cubrir, con la ayuda de los músculos de la cara y de la boca, todo el espectro sonoro que incluyen los fonemas que constituyen el lenguaje. Esta etapa se caracteriza por la existencia de una lengua pre-gutural, con avances y mejoras tantos más cuanto más avanza el tiempo, hasta concluir con la conformación de los sistemas vocálico y consonántico. Los espacios entre vocales se van haciendo cada vez más acentuados, hasta separarlas por completo. Las consonantes, caracterizadas por acciones, en inicio, más viscerales que con fines de comunicación van acercándose al fin de la comunicación e interactuando con las vocales para la elaboración de mayores contenidos semánticos. Hasta hace entre 40 y 25.000 años. Pasan los años avanza la lengua. Lenguas pre-guturales. Con poco que pensar, dado que el nivel intelectual era bajo comparativamente, hay poca información que transmitir, el habla juega un papel reducido, pero va avanzando. La revolución semántica o gutural. El dominio del fuego y la aparición de las palabras. El lenguaje del paleolítico. Los comienzos de la especie humana se datan por la aparición de restos fósiles de individuos morfológicamente semejantes a los nuestros. En ocasiones asociados a industria lítica sólo atribuible, por su elaboración, a individuos de nuestra especie. Por lo general, las fechas se suponen hace entre 40 y 25.000 años. El proceso de hominización implica un salto cuantitativo en la inteligencia, que es lo que caracteriza a nuestra especie y la distingue de las otras especies. La generación voluntaria de fuego requiere una comprensión de un proceso que no es tan simple. Conlleva una habilidad manual que no está presente en ninguna otra especie. También requiere un proceso mental de gran complejidad, por ejemplo entender que se produce a partir de fuegos naturales provocados por rayos eléctricos de tormentas. Hay que entender que hay sustancias que arden, la madera y las hojas, si se acercan al fuego, y que hay otras como la piedra que no arden, pero que pueden ser útiles al golpearlas para hacer chispas que provocan fuego al incidir sobre las hojas secas. La comprensión primero de los procesos que rigen el fuego, equivale a la aplicación de la ciencia y su aplicación práctica después, y además a la técnica de la ingeniería. El salto trajo el característico sistema de comunicación verbal humano. Para realizar este es necesario tener una mente desarrollada e inteligente, capaz de realizar pensamiento simbólico y razonamientos lógicos, transmisibles a otros seres de la misma especie. En sus comienzos tuvo que ser un sistema mucho más simple que el actual, caracterizado por un lenguaje gutural de sonidos simples vocálicos, sin elaboraciones sintácticas complejas. Los primeros 20 o 30.000 años fueron de desarrollo inteligente creciente y adquisición de contenidos semánticos o significados. La no-lengua de los neandertales.

Los neandertales tuvieron una existencia de más de 200.000 años, hasta que se extinguieron, poco antes, o cuando se produjo el surgimiento de nuestra especie. Son muchos años para considerar que fuera una especie fracasada. Las causas de su extinción se desconocen. Tal vez haya una edad que hace que una especie en su conjunto desaparezca por edad, u otras causas. Por lo que se sabe no dejaron descendencia, aunque en algunas ocasiones se ha sugerido la posibilidad de que se hibridara con nuestra propia especie. Las relaciones entre ellos y los antecesores recientes del homo sapiens son objeto de discusiones. Con toda probabilidad ambas especies coexistieron durante ese largo período de tiempo, tal como coexisten los grandes predadores (leones y tigres), ocupando áreas y nichos distintos, prácticamente sin interaccionar, aunque en ocasiones pudieron ser competidoras, cuando había escasez de alimentos, y en otras, al contrario, incluso llegar a colaborar. Lo que es más probable, dado lo rudimentario de las herramientas a las que se les asocia, es que alcanzaran un nivel semejante al de los antecesores más cercanos al homo sapiens. Su sistema de comunicación verbal no debió pasar en todo caso de la lengua gutural en fases muy tempranas, a lo máximo, dado que por sus herramientas, cabe pensar que no hubieran alcanzado un nivel intelectual semejante al del homo sapiens. Tampoco llegaron al desarrollo intelectual necesario para la comprensión y generación de fuego. Su lengua no llegó, en absoluto, a fases avanzadas de desarrollo de la sintaxis, como lo prueba el hecho de que no desarrollaran la agricultura. Otro rasgo de nolengua en los neandertales es el escaso desarrollo de su maxilar inferior, sin mentón y retrasado. Su corta longitud respecto al maxilar superior indica una reducida capacidad para cubrir los espectros sonoros vocálicos y consonánticos, Sin embargo, estuvieron próximos, su lengua no llegó a desarrollarse por la intervención humana, se quedaron en las etapas iniciales, en la fase previa de no-lengua… todavía. La lana de los neandertales. Tampoco tenían ropas. Los restos de los neandertales se han encontrado siempre en latitudes septentrionales frías. Su constitución robusta es apropiada para vivir en climas más bien fríos. En un periodo de tiempo tan largo como el que vivieron se sucedieron épocas frías, templadas y cálidas, pero las zonas en que aparecieron sus restos se asocian con las zonas más frías de cada una de esas épocas. Sin embargo se les representa siempre sin pelo. No es lo natural. Los animales de climas fríos, como los mamuts, los osos o los gorilas de montaña, tienen un pelaje protector del frío. No cabe pensar que llevaran pieles de los animales cazados encima, ya que la elaboración de las prendas de vestir, aún de las más simples, requieren unos útiles y una inteligencia de la que carecían. Los neandertales tenían pues, que tener abundante pelo recubriendo toda su piel, para protegerse del frío de los climas de las zonas que habitaban. Las pruebas de la hibridación entre seres humanos y neandertales. Entre los equinos, los caballos se pueden hibridar con las burras, que son próximas desde el punto de vista genético dando como resultado un animal llamado burdégano. De acuerdo con el dicho, en este caso contrastable, que el hijo se parece a la madre, dado el reducido tamaño de la matriz de la burra en relación al de la yegua, la gestación da como resultado un animal de tamaño semejante al de su madre, la burra. Sin embargo, cuando se hibrida el burro con la yegua, el resultado se llama mula, de acuerdo con lo anterior, en razón del mayor tamaño de la matriz de la yegua, el animal resultante, es de un tamaño semejante al de su madre, la yegua.

Por lo tanto el híbrido goza de unas características intermedias entre una especie y otra, siendo mayor en tamaño el mulo o mula que el burdégano. Ahora bien, el animal producto del mestizaje es estéril, dado que el número de cromosomas de sus padres es distinto, 44 y 42, y teniendo el mixto 43. Estas diferencias se explican porque equinos y burros se desarrollaron en continentes distintos. Los casos de hibridación entre especies próximas son abundantes en la naturaleza, leones con tigres, caballos con cebras,… Igualmente el producto de estas uniones es infértil. Aplicando la regla común anterior a las especies próximas de humanos primitivos o antecesores cercanos y a los neandertales, que llamamos homo, tenemos que suponer que si la hibridación era viable, dependiendo a que especie de las dos pertenecían el macho y la hembra, por el tamaño del fruto en relación al de la matriz que lo aloja, daría como resultado un animal que compartiría características de ambos, pareciéndose en tamaño al de su madre, es decir si el padre fuera neandertal y la madre humana tendríamos un híbrido de neandertal y humano, que se parecería a los humanos, es decir, a su madre. Por el contrario, si fuera un híbrido de padre humano y madre neandertal, tendría parecido a su madre, neandertal. Pero con toda probabilidad no serían fértiles, y en todo caso, si lo fuera, no se ha encontrado la nueva especie que constituiría. Todo dependerá del número de cromosomas de una y otra especie, a no ser haya lagunas en la teoría de la evolución, y los híbridos inter-especies jueguen un papel más importante del que se le atribuye en la citada teoría. Especies ecuatoriales frente a especies septentrionales. La especie humana surgió en las cálidas latitudes ecuatoriales, tropicales o sub-tropicales de África. Son pruebas de ello que los restos más antiguos de la especie humana se encuentran en estas zonas. Los restos de los neandertales se encontraron exclusivamente en zonas de latitudes septentrionales. Para que una especie con características físicas de latitudes cálidas, como la humana, pueda colonizar latitudes más frías, se requiere un grado de adaptación, con la adquisición de determinados caracteres físicos, que requiere un largo tiempo. Estos son adquirir mayor tamaño o peso corporal, desarrollar una capa de grasa o pelo, adquirir un color más claro en la piel, características todas que le permitan sobrevivir en zonas frías. A la inversa, una especie con características físicas adaptadas para sobrevivir en zonas frías tendrá que cambiar, en parte, estas características para poder sobrevivir en latitudes de climas cálidos. Este proceso se llama diferenciación racial. Este fenómeno se da en todo tipo de especies. Entre los felinos hay leones y tigres que conviven en el mismo tiempo en la Tierra pero en distintas áreas y climas, siendo ambos grandes predadores competentes entre ellos, y de unas características físicas semejantes. Entre los equinos, los caballos son de latitudes templadas y las cebras de zonas cálidas. Durante un largo período de tiempo los antecesores del ser humano convivieron en la tierra con los neandertales, repartiéndose sus áreas de influencia sin grandes interacciones entre ellos, salvo en las zonas de latitudes medias, donde había contactos entre ambas especies. En épocas de climas fríos o glaciaciones ganaban terreno las especies de latitudes frías. En épocas de temperaturas cálidas, ganaban terreno las especies de latitudes cálidas. En ambos casos llegaban hasta la franja climática que le permitían colonizar sus características físicas.

Efecto del clima en el proceso de hominización Efecto de la radiación solar sobre los individuos de una especie, el clima. Latitudes septentrionales con menor radiación solar. Latitudes ecuatoriales con mayor radiación solar. Las zonas de latitudes intermedias templadas constituyen zonas de fricción inter-especies, en ocasiones con relaciones cooperativas, cuando no hay problemas de alimentos, y en ocasiones con relaciones conflictivas y con luchas, por causas de carencia de alimentos o incluso por otras causas. Las especies de latitudes septentrionales, en sus intentos de colonización de zonas más hacia al sur de sus zonas de origen, y las especies de latitudes ecuatoriales o tropicales, en su afán de ganar territorios hacia zonas más al norte se encuentran en múltiples puntos. El clima terrestre, determinado por la inclinación del eje de la tierra con respecto al plano de la eclíptica, juega un papel importante en la diferenciación de las especies. Las estaciones y el clima son su consecuencia. En un planeta sin esta característica tendría un clima uniformen, y un serio problema para llevar adelante la teoría de la evolución. Hibridación de especies que han recibido mayor radiación solar (ecuatoriales) con especies que han recibido menos radiación solar (septentrionales). El número de especies diferentes es máximo en la zona intertropical, es decir, entre el trópico de Cáncer, latitud 23,4° N, y el trópico de Capricornio, latitud 23,4° S. Esta zona se caracteriza por la alta incidencia, casi en vertical, de los rayos solares. El número de especies diferentes es mínimo en las zonas polares norte y sur, en las cuáles los rayos solares inciden con ángulos entre 66,6º y 113,4º (cuando están ocultos tras la tierra en el solsticio de invierno). Al norte de los trópicos hay franjas de baja pluviosidad que envuelven todo el planeta. En estas zonas se encuentran los mayores desiertos de la Tierra, en los cuáles la pluviosidad es mínima, como el Sáhara, Arábigo, Irán, Tíbet… La abundancia de agua también es determinante del número de especies. El agua presente en la atmósfera es función directa también de la radiación solar, siendo la principal fuente el mar, que cubre ¾ partes de la superficie terrestre, a mayor lejanía del mar, más continentalidad, menor humedad y cantidad de agua, y por tanto menor variabilidad de especies. No obstante esto depende de la circulación de vientos en la atmósfera, consecuencia de la acción solar y del efecto de rotación E – W de la Tierra alrededor de su eje. Así China se beneficia pese a su continentalidad de la circulación de vientos del sureste asiático, con las masas de aire tifónicas, que producen un gran aporte de lluvia y humedad. India y África del este se benefician de las corrientes de aire monzónica, también con gran aporte de lluvia y humedad estacionales. La característica diferencial de la inteligencia humana El equilibrio se rompió cuando el ser humano alcanzó el nivel intelectual suficiente, a comienzos del paleolítico, para dominar el fuego. Este conocimiento y su técnica permitió al homo sapiens adquirir la capacidad de habitar zonas más frías de les que le permitía su

condición física, relativamente poco robusta y su escasez de pelo. La especie de zonas cálidas pudo, sin necesidad de esperar milenios para adquirir las características físicas que le permitieran sobrevivir en zonas frías, aventurarse a penetrar, al calor de las hogueras en las noches, en las latitudes frías antes reservadas a los neandertales. Esto, unido a una ligera superioridad técnica lítica, y también ligeramente mayores capacidades tácticas y estratégicas, permitió ir expulsando a los neandertales de sus nichos tradicionales, lo que provocó poco a poco su arrinconamiento y posterior extinción. La presión demográfica del ser humano, gracias al dominio del fuego, causó la desaparición de los neandertales. El ser humano apareció en las cálidas sabanas del África ecuatorial y subtropical. Especie desprovista de pelo abundante, salvo que adopte las medidas necesarias, léase, cubrirse de ropa, contar con una hoguera de fuego que le de calor cerca, no podría vivir más que en climas cálidos, como aquellos africanos donde tuvo su origen. El dominio del fuego le permitió expandirse hacia climas más fríos. Esta ampliación de su área de acción debieron sentirla los neandertales, cuyas áreas de acción de climas más fríos iban siendo ocupadas por los homo sapiens, que pasaban las noches al calor de las hogueras, para protegerse del frío. La presión humana debió acabar con ellos. Primera especie, entre tantas, desaparecida por causa del hombre. ¿Porque los neandertales no se interesaron por adquirir el uso del fuego? Tal vez porque no lo necesitaban, dada la abundante lana que cubría sus cuerpos. Esta lana era también un impedimento para ir hacia latitudes más cálidas. Los osos polares no pueden vivir en áfrica, por su pelo abundante, color blanco y grasa. Los Neandertales de blanca lana eran algo así como los osos. Tras el conocimiento y aplicación del fuego, la expansión y las razas. La especie humana, una vez libre de la especie competidora, comenzó la expansión por todo el planeta. Con el paso del tiempo se fueron adquiriendo caracteres raciales propias par colonizar cada clima y entorno. Fue un proceso muy, debió durar todo el paleolítico. Sobre este punto hay que aclarar que los primeros homo sapiens debieron tener el color de la piel oscuro, pues esta es el color más lógico que correspondería a los primeros sapiens del África ecuatorial. Los individuos de latitudes nórdicas fueron por tanto perdiendo el color oscuro de la piel y haciéndose blancos. Esta diferenciación racial se mantendría durante el neolítico. Los dominadores neolíticos de agricultores fueron una casta que se superpuso al sustrato de nómadas. La edad de las especies Hay dos factores de especial importancia en esto de la evolución de las especies, uno es la edad media de los individuos que la componen, que sumada generación tras generación, nos edad la edad temporal de la especie. Las especies tienen un comienzo y un final, un nacimiento y una muerte. Pueden estar en estados de infancia, juventud, madurez o senectud. Las estrategias son múltiples. Si la vida de cada individual de la especie es corta, el número de generaciones aumenta, si la vida de cada individual de la especie es larga, número de generaciones de la especie disminuye, a igualdad en ambos casos de longitud de vida de la especie. La longitud de la vida de cada uno de los miembros es variada, dándose el caso de

especies muy longevas, como las tortugas, y además dentro de la taxonomía de los reptiles, que incorpora menos cambios o tecnologías, y son especies en esto de la evolución conservadoras. Hay especies más agresivas, como la humana, en la cual la vida media de los individuos ronda los 80 años hoy, aunque fue menor en otras épocas más duras. La revolución sintáctica. La agricultura y la aparición de la gramática. La lengua del neolítico. La prueba de un salto de nivel intelectual es el desarrollo de la agricultura. No es nada evidente el razonar que una semilla de una planta puede ser enterrada en tierra fértil, aportarle nutrientes y agua, y dejar que madure al sol durante meses. La práctica de esta actividad implica un salto intelectual muy importante, que sólo cabe asociarlo a un desarrollo de la comunicación verbal, con el incremento, por tanto, de complejidad por la aparición y extensión de las relaciones entre las palabras, o sintaxis, realizado con el fin de incrementar la comunicación entre los individuos. Se realiza asentamiento en un lugar fijo, y el efecto es la multiplicación exponencial del número de miembros de la especie. La agricultura fuerza la creación de una industria lítica característica. En cuanto a la duración de este proceso, debió ser muy lento, tal vez hace entre hace 12 y 6.000 años. A lo largo de este lapso de tiempo pudieron coexistir grupos humanos primitivos, en fase gutural, con otros en fase sintáctica, siendo los primeros poco a poco absorbidos por colonización de los segundos. Lenguas del paleolítico y del neolítico. Los nombres de los lugares Que fue desde los comienzos del neolítico, y no durante el paleolítico, cuando se fijaron los nombres de los lugares o topónimos es evidente. Los cazadores-recolectores del paleolítico, como homo sapiens tenían capacidad para darle nombre a los sitios, de otra manera no podrían organizar de una forma coordinada la caza y recolección, básicas para su sostenimiento. Otra cosa es que los nombres que le daban a los lugares perduraran en el tiempo. Como eran nómadas errantes sus lugares de actividad iban rotando con el paso del tiempo. Los nombres que daban a los lugares eran objeto del olvido. La llegada de bandas rivales en sustitución, consecuencia de los conflictos o de las variaciones en la abundancia de animales para cazar, hacían que los nombres fueran sustituidos por otros. Como había una interacción en ocasiones de colaboración entre clanes, debió haber una limitada influencia para que en algunos casos se conservaran determinadas raíces. Por otra parte el espectro semántico de significados de las cosas iba en aumento desde el comienzo del paleolítico y más atrás. El incremento de la complejidad de la lengua asociado, el desarrollo intelectual aparejado creciente, del cual encontramos pruebas en el conocimiento y aplicación del fuego, así como el desarrollo de la agricultura o la ganadería, llevaban aparejados mayores complejidades en la vida cotidiana y mayor actividad intelectual. El proceso fue muy lento, pero constante, o incluso con una cierta tendencia exponencial. El conocimiento y su crecimiento, hay pruebas de ello, se incrementa a un ritmo mayor desde comienzos del neolítico. El lenguaje, sobre todo en el paleolítico era, en lógica, simple, debido a que la cantidad de conceptos que transmitir era reducida. Los escasos fonemas existentes se empleaban para denominar a las cuatro, diez, veinte… a mayor tiempo mayor número de ideas, que transmitir.

Las variaciones de un sonido complejo formado por consonante y vocal, tenía igual significado con la misma consonante, considerando las cinco vocales, por las variedades dialectales. LA GRAMÁTICA DE LA LENGUA DEL NEOLÍTICO Los sistemas vocálicos del castellano y del eusquera. Los primeros sonidos verbales del Homo Sapiens. Ambos tienen cinco vocales, a, e, i, o, u, lo que representa, aproximadamente, a más de la mitad de las lenguas, que tienen las mismas. Requieren elementos fonadores simples, generadas con un solo golpe de voz sencillo. Fueron las primeras palabras pronunciadas por el ser humano para expresar sentimientos y dar nombre a las cosas comunicándose con sus semejantes. Cada una de las vocales puede tener distintos, múltiples y variados significados, alegría, sorpresa, miedo,… de acuerdo con el contexto, voz de llamada, mando, aviso. Asociada a un lenguaje gestual con los dedos, manos, expresiones de la cara o cabeza. No obstante hay diferencias, dependiendo de la zona del aparato fonador en que se generen. El orden en que se presentan a, e, i, o, u, se establece precisamente por la altura o profundidad del mismo tracto en que se genera el sonido correspondiente, siendo la “a” la más externa y la “u” la más interna, por tanto la “a” puede asociarse más lógicamente con acontecimientos exteriores y la “u”, que se produce con partes más internas del aparato fonador, a acontecimientos relacionados con el interior del organismo. Los sistemas consonánticos del castellano y del eusquera. Avanzando el tiempo en el Paleolítico. Las consonantes significaron un avance. Requieren la existencia de las vocales, con las que suenan juntas. Participan elementos más refinados del aparato fonador. Aparecen las sílabas. El espectro vocal se amplía. No obstante la cantidad de objetos que pueden ser denominados con una consonante y una vocal es limitada, aunque es posible dar nombre a más objetos que sólo con las vocales: La “B” (gusto => ingerir) y la “T” (disgusto => escupir). Siendo la “B” una consonante bilabial, producida en lo más externo de la boca, y del aparato fonador, se asocia a un sonido que es imagen del paso del agua al interior del organismo, una especie de “nihil obstat. La “T” una consonante oclusiva, producida por la expulsión del aire contenido entre los incisivos y la parte delantera superior de la lengua, por lo tanto, producida también por la parte más externa del aparato fonador, imagen del agua rechazada, vedado por la naturaleza el paso hacia el interior del organismo. Es fácil asociar la “B” al ruido producido por el agua dulce y bebible al entrar en el organismo B(L)B(L) … B(L). De la misma forma que la “T” refleja el chasquido de rechazo del agua no bebible, por ejemplo porque es salada y no debe entrar en el organismo, y es escupida. La asociación de vocales y consonantes da como resultado un lenguaje más complejo, con palabras más largas (las vocales por si solas, o las consonantes T y D se pueden considerar palabras en la medida que se asocien a contenidos semánticos), incrementándose el número de contenidos semánticos.

El murmullo del agua UR en vascuence significa agua. Esta palabra onomatopéyica es la expresión verbal del sonido que hace el agua al fluir. Tal vez no sea una casualidad que las palabras murmullo en castellano, murmur en vascuence, murmure en francés, o murmur en inglés, contengan esta raíz (Para seguir las deducciones lógicas de las siguientes palabras ver enlace) AR, ER - significa roca, Onomatopeya al exhalar el aire tras la realización de un esfuerzo tal como empujar la roca. El diccionario de euskera da la acepción macho, hombre, con lo cual se podría asimilar el significado con algo robusto, fuerte, prominente. BO, BE – oveja (onomatopeya del balido de la misma) CA, CO DA, DE, DO – extenso, ancho LA, LE, LI, LO, LU - alto GO, GA, GUE, GUI - alto, monte, pendiente, cuesta. Ejemplos GUIA (monte), NiñodaGUIa AN – valle (a semejanza de la parte baja (sic) de la espalda del cuerpo humano) UR – agua MA – cauce de río, El diccionario de euskera da ama como significado madre, asimilable. MU – vaca (onomatopeya del mugido del animal) VI – río BAI – mar o lago grande, aunque puede ser río. ÑO, ÑA – lejos, más lejos, más allá. PA – península (España) La formación de palabras más complejas (27.000 a.C.). Evolución de la gramática preneolítica (paleolítico superior). Más allá de las vocales y las consonantes, el lenguaje se fue haciendo más complejo por medio de la aglutinación de sonidos ante o pos-puestos a las palabras consonánticas anteriores. TUR – T-UR, siendo la T prefijada un sonido (onomatopeya) que le da la característica al agua de ser salada, es decir, no bebible. MARISMA, PLAYA. La pronunciación de la “T”, con la lengua y los dientes incisivos delanteros da un sonido de desagrado, como al escupir. Este fonema se generó a raíz de cuando se probaba el agua, al comprobar que no era buena, sabía distinto que el agua dulce de siempre y si se bebía en exceso, producía náuseas.

BUR – B-UR, la B prefijada le concede al agua la propiedad de bebible. FUENTE. El sonido de este fonema (onomatopeya) es bilabial (producido con los labios, parte delantera de la boca). Indica el libre paso del agua a través la boca, hacia la garganta hasta el estómago. TAR- T-AR. Prefijada la palabra AR (roca) con la T (sal o mar), tenemos como significado “roca marina”. Los ejemplos abundan TARifa, GibralTAR, GueTARia, GhéTARy. TAM – sonido de la madera al ser golpeada (onomatopeya). COR – sonido del corcho al romper (onomatopeya). Mayor complejidad, las plantas: ORRI (hoja), ARIZ (roble), ARCA (arce), IRO (helecho), … Todavía más complejidad, las desinencias, es decir, las conjunciones entre palabras: -R-, -R, R-, -N, N-, -N-. Los verbos: XI o XA, ver. Man gave names to all the animals … in the beginning.

MU (onomatopeya MUU…) – VACA. Chan do Cereixo - As Alpuxarras (Gondomar), donde hay un yacimiento humano del mesolítico.

BOs (Onomatopeya BOO.. o BEE…) Bo - oveja, Mu - vaca, que aparecen como acepción en los diccionarios de euskera. Son onomatopeyas que sirvieron a los primeros seres humanos con una fonética moderna para dar nombre a los animales. Las onomatopeyas jugaron un importante papel para ayudar al ser humano a distinguir las cosas y diferenciarlas unas de otras. No sólo a los animales, el sonido del corcho al romper COR (corcho en español, cork en inglés, la misma raíz en muchas lenguas), TAM, el sonido al ser golpeada la madera (tambor), y muchos otros sonidos dieron lugar a palabras, que luego fueron cambiando con las fonéticas de las lenguas indo-europeas y semejantes en épocas más recientes. AR – La roca Los ejemplos abundan en la península Ibérica: - Guetaria en Guipúzcoa. La raíz TAR del nombre se explica cómo T-AR, donde T es salado, luego marino y AR es roca, luego TAR es roca marina. La explicación que esto es así está en otras tres rocas peninsulares que de características morfológicas, topográficas y de ubicación semejantes, Ghetary, en Francia (en el istmo de la península Ibérica, aunque está al norte de los Pirineos), Gibraltar, y Tarifa en Cádiz. Las cuatro rocas marinas tienen la raíz TAR. Están en zonas de hablas de origen supuestamente dispar. Pues bien, la lógica induce a pensar que el nombre fue puesto por hablantes de la misma lengua. En los nombres de Guetaria o Getaria, Ghetary y Gibraltar hay otra coincidencia, que es la GUE-, o GI-, con un significado semejante a monte (ver estudio).

El nombre de Tarifa tiene coincidencias con el nombre del peñón de Ifach en Alicante, que es la raíz “IFA”. Existe en el municipio de Sotomayor (Soutomaior), en la provincia de Pontevedra, una aldea con un nombre insólito, ARANZA. Si se me permite la interpretación, el significado sería, desaglutinando las raíces del término Ar’An’Za, con sonido originalmente, suponiendo que los que le dieron nombre al lugar fueran los pastores euskeras, tal como Arancha o Arantza, que daría en consecuencia Ar=roca, An=valle y Za=tierra (como en gallego con el mismo sonido Cha o Chan), luego cambiando el orden de las raíces, tendríamos el significado “Tierra valle roca”, o tal vez “La tierra del valle de la roca”. A finales del siglo XIV existía en la zona, a pocos quilómetros, un castro pre-romano, cuyo nombre era Castrizán, o también Castriçán. La frontera entre los sonidos “za”, “ça”, “tza” y “cha” parece inexistente, variable según o las épocas, o tal vez reflejen la pronunciación de fonemas semejantes en distintos dialectos, o variedades locales, que incluso pueden variar con el paso del tiempo, pero con el mismo significado en todos los casos. En el municipio de Gondomar, también en la provincia de Pontevedra, en un lugar agreste por lo remoto que parece estar en el tiempo, aunque a menos de diez quilómetros de localidades tales como Gondomar o Bayona, encontramos un pueblecito de nombre As Alpuxarras. Si, exactamente como Las Alpujarras granadinas, ambas en zonas montañosas de difícil acceso, con unas características topográficas comunes. Aquí podríamos realizar un procedimiento semejante al anterior, aunque en este momento no me es fácil darle una solución. Citar la presencia de la raíz AR, roca. Estoy analizando el significado de AL, tal vez árabe de origen, aunque en el caso de Galicia es extraño, ya que, salvo alguna incursión de Almanzor, poca influencia tuvo la lengua árabe en la zona. PUX es una raíz que, por comparación con otras semejantes, tal vez signifique bosque, como Puxeiros. Más difícil interpretar, a día de hoy el significado final –RAS. El valle de Arán es un caso clásico de significado de raíz euskera lejos del país vasco. Denominación redundante pues “el valle” está contenido en la raíz –AN, con ese significado, teniendo la raíz AR- el significado que venimos explicando. ARAN=”Valle roca” GUI – el monte. Esta palabra se encuentra en multitud de sitios en la lengua moderna como raíz de topónimos. A Guía, donde el artículo “A” es redundante, ya que descompuesta la palabra e sus raíces, queda GUI-A, donde –A es el artículo, y el significado de GUI, monte, dando “El monte”. Guixar, lugar cercano al anterior, desde el que se “ve”, con las raíces Gui’x’ar, y el significado “Roca ve monte”. Esta raíz la encontramos en el GI- de Gibraltar, el Ge o Gue de Guetaria, Ghe de Guetary, y en multitud de caso con la raíz GUI- o GUE-. SEGOVIA y SHENZHENG

El asentamiento neolítico de Segovia está en lo alto de un tajo, zanja o cortado de un monte, el Alcázar. Shenzheng es una ciudad de China que se caracteriza por ser la ciudad de las zanjas, y ese es su significado en chino. En esta ciudad de China se han encontrado abundantes restos neolíticos. Es evidente que hay una vinculación entre el SE- de Segovia y el SHE- (con el mismo sonido) de Shenzheng. El origen de las ciudades. Siempre hay una fuente. La necesidad vital de primera magnitud para el ser humano, al igual que para cualquier otra especie, era disponer de agua próxima. Las fuentes naturales eran los sitios adecuados para que el hombre se asentara y fijara su residencia. Todas las ciudades de los asentamientos neolíticos tuvieron que resolver el problema, y en muchos casos el nombre del sitio original de la fuente ha perdurado, BER-LI-N (La fuente alta), BUR-GO-S (La fuente alta). El sufijo BUR-G germano tiene este origen: Strassbourg, Magdeburg. La pista de Siberia centro-oriental. El lago Baikal. No hay más que ver un mapa para comprobar la existencia de nombres con las raíces BAI-, UR, ERTZ-, … que hay en Siberia- Coincidencia que se da también con el nombre de nuestra península, Iberia. A nombres iguales, significados iguales. Ambos nombres coincidentes, en áreas de lenguas dispares, nos hace suponer que no fueron tan distintas las lenguas que los crearon. Del arcaísmo de ambos topónimos no es necesario dudar. Iberia no tiene significado en ninguna de las lenguas peninsulares, pero si es posible postular la existencia de raíces con la más antigua de nuestras lenguas. Las conexiones con China. De China, el sudeste asiático, y la India, poco conocemos los europeos. La antigua ciudad de Ur, en Mesopotamia. La rueda y la aparición de las lenguas indo-europeas. La prueba del arameo. Las inscripciones célticas ibéricas. Los bronces de botorrita. Una vez expuesto lo anterior, está claro que la clave para des-encriptar las inscripciones en lenguas celtibéricas es el vascuence. EKIN AR: Sol piedra. Hacia una nueva etimología. Traductor euskera-español Elhuyar

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