Organizaciones-Capítulo 11: Perspectiva institucional

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Capítulo 11

Perspectiva institucional Denis Sulmont Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

A partir de los años 80, la sociedad está más alerta al rol de las instituciones en el desempeño de las organizaciones y de la economía. Estudiosos como March y Olsen se refieren al redescubrimiento de las instituciones. El premio nóbel de Economía Douglas North considera que las reglas institucionales son básicas para el logro de la eficiencia económica. Asimismo, Peters y Waterman señalan a la cultura organizacional como factor de éxito de las empresas más destacadas. Fujuyama, por otro lado, presenta a la confianza como la variable cultural fundamental para la performance de diversos países. En este capítulo presentaremos los principales aportes respecto de la relación entre organización, institución y cultura. En primer lugar, examinaremos los enfoques más relevantes acerca de las instituciones; en segundo lugar revisaremos las teorías específicas que se enmarcan en la nueva economía institucional; luego, abordaremos la problemática de la cultura organizacional y finalmente, mencionaremos algunas pistas para el logro de acuerdos en las organizaciones. 1. 2. 3. 4. 5.

Las instituciones en la mirada de sociólogos y economistas El redescubrimiento de las instituciones Instituciones y desempeño económico (North) Teoría de la firma de Coase Las transacciones económicas y las instituciones del capitalismo (Williamson) 6. Los derechos de propiedad y la teoría de la agencia 7. La escuela francesa de las convenciones 8. El análisis socio-económico El tema de las instituciones ocupa un lugar importante en el análisis de las organizaciones. La relación entre institución y organización es tan estrecha que a menudo ambos términos se confunden. No obstante la hegemonía de las corrientes que privilegian la lógica del mercado y la elección racional del individuo, los analistas no pueden dejar de prestar atención al rol de las instituciones. En lo años 80, asistimos a un “redescubrimiento de las instituciones”por parte de economistas, historiadores, sociólogos y politicólogos. Surge lo que James March y Johan Olsen (1984) denominan un “nuevo institucionalismo”. Una de las expresiones de este redescubrimiento lo constituye la Nueva Economía Institucional (NEI), en la que destacan los trabajos de Douglass North sobre el papel de las instituciones en el desempeño económico, así como los de Oliver Williamson sobre las de transacciones económicas. En este contexto cabe mencionar los debates en torno a los contratos, los derechos de propiedad y la agencia. La perspectiva institucional

se ve enriquecida también por la teoría de la regulación y la teoría de las convenciones en Francia. Muchos de los temas tratados — relaciones contractuales, organización empresarial, funcionamiento de los mercados, comportamiento de los consumidores, etc.- han motivado una mayor relación entre la economía y otras disciplinas sociales, propiciando la llamada “socioeconomía” (Smelser, Swedberg, Granovetter, entre otros). ¿Qué son las instituciones? Tradicionalmente las instituciones designan el conjunto de reglas que gobiernan a las personas en la sociedad; para algunos las instituciones se derivan de la ley natural (Santo Tomás); para otros, surgen de un contrato social garantizado por un poder político (Hobbes, Locke, Rousseau). El concepto de institución alude a un conjunto de formas sociales y estructuras regidas por las leyes y las costumbres y reforzadas por símbolos y ritos. Las instituciones garantizan la reproducción de modelos establecidos de conducta en el tiempo; muchas de ellas perduran más allá de la vida de las personas. Las instituciones operan al interior de un marco cultural constituido por creencias, valores, patrones de conducta y costumbres. Existe una diferencia y una relación entre organización e institución. Las organizaciones funcionan dentro de un marco institucional y pueden también convertirse ellas mismas en instituciones. Por ejemplo, la universidad como organización es reconocida también como institución por el rol que cumple en la sociedad; al mismo tiempo responde a un ordenamiento legal. Como señala Phillip Seltznitz, (1957), algunas organizaciones cumplen un papel puramente instrumental, mientras que otras se transforman en instituciones por el valor que le reconocen sus propios miembros y la sociedad. Para este autor el verdadero líder es el que transforma una organización en institución. Desde el punto de vista legal se distingue entre las instituciones-órgano, entendidas como entidades, cuyo funcionamiento está regido por la ley y la costumbre (familia, ejército, universidad, etc.) y las instituciones-mecanismos, es decir el conjunto de reglas que rigen una situación jurídica dada (derecho de propiedad, contrato, creación de empresa, etc.). Esta última categoría establece los derechos y deberes garantizados por una autoridad política. Existen diversas perspectivas que intentan explicar el rol de las instituciones en la vida organizacional, algunos las definen como «hechos sociales» que delimitan la conducta de los individuos; por otro lado, otros consideran que las instituciones son el conjunto de reglas que rigen las transacciones económicas en un mercado; finalmente, existen analistas que hacen énfasis en el proceso de institucionalización, es decir, en la formación y consolidación de las instituciones. Nuevas corrientes institucionalistas En los años 80 aparecieron nuevas corrientes de análisis que argumentaban que los contextos institucionales dentro de los cuales actúan los

individuos influyen de manera importante sobre su comportamiento. Entre estas corrientes podemos distinguir tres perspectivas1: una económica (Williamson, North), una sociológica (Powel, Di Maggio, Scott, Meyer) y una política (March y Olsen). La perspectiva económica subraya la necesidad de tener reglas formales e informales para ordenar la actividad económica. Parte del supuesto de que los individuos y las organizaciones maximizan sus preferencias respondiendo a los incentivos que ofrece el ordenamiento institucional de la sociedad. Asimismo, considera que los agentes económicos son capaces de ordenar deliberadamente dichas reglas. Este enfoque se resume en el modo en que Douglas North diferencia y relaciona instituciones y organizaciones, tal como se aprecia en el cuadro siguiente: INSTITUCIONES Y ORGANIZACIONES Las instituciones son las reglas de juego de una sociedad o las restricciones inventadas por los seres humanos para estructurar la interacción entre los individuos. Dichas instituciones se componen de reglas formales (leyes, derechos consuetudinarios, regulaciones), las restricciones informales (convenciones, normas de comportamiento y códigos de conducta) y las características de imposición de ambos Las organizaciones son los jugadores: grupos de individuos unidos en torno de un propósito común para alcanzar determinados objetivos. Incluyen organismos políticos (partidos políticos, senado, municipalidad, entidad regulatoria); organismos económicos (empresas, sindicatos, fincas familiares, cooperativas); organismos sociales (iglesias, clubes, asociaciones deportivas) y organismos educacionales (escuelas, institutos superiores, centros de formación profesional). Conceptualmente lo que debemos diferenciar con claridad son las reglas y los jugadores. El propósito de las reglas es definir cómo se va a desarrollar el juego. El propósito del equipo dentro del conjunto de reglas es ganar el juego a través de una combinación de aptitudes, estrategia y coordinación mediante intervenciones limpias y a veces sucias. Elaboración propia en base a D. North, 1993.

11.1 LAS INSTITUCIONES EN LA MIRADA DE LA SOCIOGÍA Y LA ECONOMÍA Las instituciones han sido consideradas tradicionalmente como objeto de interés central del pensamiento político y jurídico, así como de la sociología. En el prólogo de La Introducción al Método Sociológico (1895), Durkheim define la sociología como “la ciencia de las instituciones, su génesis y su funcionamiento”. Las instituciones son “hechos sociales” que se imponen a los individuos. Muchas de ellas perduran más allá del ciclo vital de las personas. Son portadoras de las normas que rigen la vida social. Se sustentan en una 1

Recogemos esta clasificación del estudio introductoria de Rodolfo Vergara publicado en el libro de March y Olsen: El Redescubrimiento de las Instituciones, 1987.

serie de creencias y representaciones colectivas, transmitidas a través de ritos y símbolos. Contribuyen a la cohesión social. Desde un punto de vista diferente, Max Weber relaciona las instituciones a la problemática de la legitimidad de la acción social y de la autoridad. Las instituciones son las formas de acción, organización y poder reconocidas como válidas e importantes por los miembros de la sociedad. Hemos visto que Parsons se propuso integrar las perspectivas de Durkheim y Weber en un modelo de análisis estructural-funcionalista. Entre los aportes de la reflexión sociológica sobre las instituciones, cabe mencionar los siguientes: Otros sociólogos, como Peter Berger y Thomas Luckman buscan superar la dicotomía entre la sociedad y el individuo a partir de un enfoque constructivista. Las instituciones son la cristalización de modelos de conducta social construidos y reconstruidos permanentemente en el transcurso de la interacción social, y sometidos a la interpretación de los actores. Estos autores prestan una atención especial a lo procesos de institucionalización, entendidos como exteriorización, objetivación e interiorización de las pautas habituales de acción. La institucionalización permite establecer respuestas estandarizadas a un conjunto de situaciones típicas: Sin los hábitos la vida cotidiana sería imposible. La antropóloga británica Mary Douglas publicó en 1986 un libro titulado ¿Cómo piensan las instituciones? que revalora el enfoque holista de Durkheim, a partir del estudio de las actividades simbólicas y las categorías de pensamiento vigentes en determinadas sociedades. Como señala Phillip Seltznitz, (1957), algunas organizaciones cumplen un papel puramente instrumental, mientras que otras se transforman en instituciones por el valor que le reconocen sus propios miembros y la sociedad. Para este autor el verdadero líder es el que transforma una organización en institución. La perspectiva sociológica considera que las instituciones son productos culturales que conforman el marco de referencia que determina los comportamientos. Los individuos perciben el mundo y actúan a partir de los valores y el conocimiento que les proporcionan las instituciones. Desde esta perspectiva, los individuos y las organizaciones son sujetos pasivos que se adaptan a los cambios institucionales sin influir sobre ellos. El cambio institucional es el resultado de la interacción entre institución y medio ambiente; escapa al control de los sujetos. La perspectiva política considera que las normas culturales plasmadas en las instituciones influyen sobre los comportamientos individuales y contribuyen a la cohesión social, pero señala que los individuos y las organizaciones son agentes capaces de elegir entre distintas alternativas de comportamiento. Los agentes operan con cierto nivel de racionalidad y autonomía respecto del marco institucional al tomar decisiones de acuerdo con sus propios criterios. Esta perspectiva hace énfasis en la dimensión política debido a que considera que existen actores que intervienen en los procesos de cambio de las instituciones.

Antecedentes de la Nueva Economía Institucional a. Limitaciones de la microeconomía La microeconomía tradicional pone énfasis en los instrumentos de intercambio en el mercado desestimando la importancia que en este proceso tienen las instituciones como tales. De este modo, las empresas son tratadas como si fuesen agentes económicos individuales que toman decisiones basadas únicamente en las señales del mercado. Estos agentes no son analizados en su dimensión organizacional, sino más bien son reducidos a unidades abstractas. Cada unidad constituye así una «caja negra». Este enfoque presupone condiciones de competencia pura (libre intercambio de los productos, movilidad de la oferta y demanda y libre circulación y acceso a la información) y restringe la gestión organizacional a un asunto de análisis de la demanda, de precios y cálculo de costos. Una manera de superar las limitaciones del enfoque micro-económico la constituye la teoría de la empresa basada en la función de producción. Esta le asigna a la gestión empresarial la tarea de asegurar la combinación óptima de factores de producción (instalaciones, maquinaria, mano de obra, etc.) de acuerdo con los precios y la rentabilidad marginal de dichos factores. Los economistas Samuelson y Nordhaus (1994:127) sustentan el rol de la empresa a partir de tres razones fundamentales: • • •

Explotar las economías de escala. Obtener fondos. Organizar el proceso de producción.

Posteriormente la teoría económica incorpora en su análisis el punto de vista institucional a partir del concepto de los costos de transacción y da lugar a la Nueva Economía Institucional (NEI). El economista Kenneth Arrow asocia el concepto de costos de transacción al de los costos de administración del sistema económico. En una economía de equilibrio basta el sistema de precios como fuente de información. En una economía de desequilibrio hay que pagar el precio del acceso a la información. El valor de la información solo se conoce cuando uno la posee. La Nueva Economía Institucional abre la puerta de la economía a disciplinas como la sociología, la historia, el derecho y las ciencias políticas. Como fruto de dicha apertura surge como campo de estudio la socioeconomía que busca interpretar mejor los fenómenos económicos (mercados, empresas, empresarios, dinero, consumo, etc.) situándolos en un contexto social, cultural e institucional. b. Riesgo y transacción Como antecedentes de la NEI cabe resaltar el aporte de Frank Knight (1922) quien introduce el concepto de riesgo y azar moral (oportunismo), lo

cual significa que las personas no siempre aseguran el cumplimiento de los acuerdos. John Commons, por su parte, considera que la organización no es solo la respuesta a las características técnico-productivas (economía de escala, etc.), sino que tiene el propósito de analizar relaciones potencialmente conflictivas asegurando la continuidad de estas mediante estructuras de gobernación especializadas (gerencia, accionistas, etc.). Su enfoque toma como unidad de análisis la transacción. c. Teoría de la firma (Ronald Coase) Ronald Coase publicó en 1937 un artículo titulado «Teoría de la firma» que en su época pasó desapercibido, pero que suscitó gran interés algunas décadas después (en especial hacia 1991 año en que se le concedió el premio Nóbel de Economía). Mientras que la economía clásica considera a los mercados como el medio principal de coordinación de la actividad económica, Coase llama la atención sobre el hecho que ¡as empresas sustituyen frecuentemente al mercado en el desempeño de esta misma función. Desde su enfoque, mercado y empresa son dos formas de regulación de las transacciones económicas. En las empresas, las transacciones son administradas por una autoridad, lo cual implica costos. En el mercado, las transacciones se realizan entre agentes autónomos y se ajustan de acuerdo con la oferta y demanda, o cual implica también costos. La elección del modo de coordinación, sea empresa o mercado, depende de la estimación de los costos relativos incurridos en cada caso. La propuesta de Coase señala que las empresas constituyen una alternativa al mercado para coordinar las actividades económicas en la medida que su estructura, basada en relaciones jerárquicas, reduce los costos de transacción. Los límites del tamaño de una empresa se sitúan donde sus costos para organizar la transacción resultan igual a los costos que generaría el hacerlo a través del mercado. Por otro lado, los mercados, al igual que las empresas y los contratos, son instituciones regidas por reglas que estipulan derechos y deberes en las transacciones y apuntan a reducir los costos de transacción. d. Teoría del contrato La NEI subraya el rol de las normas legales como medio para asegurar el intercambio económico y las relaciones de trabajo. Teniendo en cuenta situaciones imprevistas, plantea ¡a conveniencia de leyes que no pretendan prescribir todo de antemano, sino que sirvan como guía normativa para facilitar la resolución de múltiples problemas particulares. En esta perspectiva, las leyes y los contratos deben ser un marco general dentro del cual operan un ordenamiento privado y un sistema de arbitraje para la resolución judicial de las disputas. El carácter “incompleto “ de las leyes y contratos le asigna mayor rol a los responsables jerárquicos en la resolución de os problemas contingentes. Diversos analistas destacan la necesidad de encontrar modalidades que eviten comportamientos inspirados en mala fe u oportunismos. Una de estas

modalidades consiste en propiciar contratos implícitos, es decir, acuerdos informales basados en relaciones de mutua confianza entre las partes2. Enfoque contractualista de Ohver Williamson La propuesta desarrollada por Olivier Williamson se basa en los aportes referidos a los costos de transacción de Coase y las reflexiones sobre las teorías jurídicas del contrato. Se plantean las siguientes preguntas: ¿por qué existen las organizaciones si se pueden hacer transacciones únicamente a través del mercado?, ¿en qué casos le conviene a una empresa aprovisionarse de insumos o servicios en el mercado y en qué casos le conviene producirlos ella misma (make or buy)?, ¿cómo pueden hacer las organizaciones para economizar costos de transacción?3 La respuesta de Williamson a estas preguntas retorna y desarrolla los aportes de Coase a partir de una comparación entre los costos de transacción en el mercado y los costos de transacción en los que incurren las estructuras de gobernación: contratación de personal de planta, costos de infraestructura, etc. El análisis del autor se basa en los supuestos de la conducta del hombre contractual la misma que responde a dos variables: la racionalidad y la orientación del interés propio. Apoyándose en las hipótesis del enfoque cognitivo de Sirnon, Williamson considera que en una relación contractual, la racionalidad no es absoluta o maxirnizadora, sino limitada o satisfactoria. Respecto de la búsqueda del interés propio el autor afirma que la conducta está marcada por el oportunismo, entendiendo por este concepto la búsqueda del interés personal que recurre a la astucia y a diversas formas de engaño mediante la revelación incompleta, deformada y falsificada de la información. El oportunismo adopta dos modalidades:

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El oportunismo ex ante que se presenta cuando hay engaño antes de celebrar un contrato (por ejemplo un vendedor proporciona información falsa sobre la calidad de sus productos o un trabajador se presenta ante un empleador con más capacidades de las que en realidad tiene). En este caso ocurre el fenómeno de selección adversa, es decir la incapacidad del decisor de elegir la opción más adecuada.



El oportunismo ex post, llamado también riesgo moral, que se produce en la fase de ejecución de un contrato; por ejemplo un

La teoría de las convenciones desarrolladas a partir de los años 80 por sociólogos y economistas (Luk Boltanski y Laurent Thévenot, entre otros) busca entender la lógica colectiva que permite entender los acuerdos. Esta perspectiva define la convención de un conjunto de principios básicos compartidos por todos los miembros de una organización y que legitiman su acción. 3 Para Williamson, ocurre una transacción cuando se transfiere un bien o un servicio a través de una interfaz (se termina una etapa de actividad y se inicia otra). Muchas interfaces generan fricciones.

equipo de investigación no cumple con las tareas a las que se comprometió. Williamson define tres factores importantes que influyen sobre las transacciones ya sea a través del mercado o a través de sistemas de gobernación: a.

La especificidad de los activos: un activo es específico cuando su valor en usos alternativos es menor que en el uso presente. Los dueños de dichos activos tienen interés en que la relación continúe ya que los gastos generados por estos no son recuperables al no tener otras aplicaciones.

b.

La incertidumbre: caracteriza a las transacciones más propensas al oportunismo o a la distorsión de la información que las rodea.

c.

La frecuencia de las transacciones: su importancia se debe a que los costos de la transacción se recuperan con mayor facilidad en actividades más recurrentes.

El autor llega a la conclusión que las transacciones que involucran activos más específicos y frecuentes, cuyos resultados son inciertos, tienden a incorporarse en una organización que el autor denomina sistemas de gobernación o estructuras jerárquicas. En cambio, las transacciones que no tienen estas características tienden a realizarse entre unidades organizacionales, es decir, a través del mercado. Cabe señalar que existen situaciones intermedias como los arreglos Inter-organizacionales. Finalmente, la propuesta de Williamson incorpora el tema de la transformación fundamental, la misma que explica de la siguiente manera: en un primer momento la competencia entre potenciales contratistas es real, pero en el momento de la renovación de los contratos esto cambia. La persona o empresa seleccionada con anterioridad tiene ventajas sobre los demás; es aquí donde surge el problema de hold-up: la competencia de muchos da lugar a una competencia de pocos, incluso a un intercambio bilateral. La solución al problema para Williamson es la integración vertical. Este tema abre una discusión interesante sobre los sistemas de sub contratación, las redes y otras formas de coordinación y cooperación Inter-organizacionales. 11.7 Derechos de propiedad y agencia La teoría de la Agencia se origina en el enfoque de los derechos de propiedad y luego se extiende a diversos tipos de relaciones contractuales como son las relaciones de trabajo y la subcontratación entre empresas. El enfoque de los derechos de propiedad considera a la empresa como un espacio de ejercicio de la propiedad en el que se celebran contratos. La empresa es un «nudo» de contratos. Las grandes empresas son organizaciones complejas que dan lugar a una separación entre los propietarios (accionistas) y los dirigentes (gerentes o managers). Ampliando el enfoque de los derechos de propiedad, Alchian y Demsetz (1972) y Jensen y Meckling (1976) formulan una teoría de la agencia cuyos principales supuestos son:

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La vida social se basa en un conjunto de contratos. Los comportamientos responden al interés por maximizar las utilidades individuales. La relación contractual se efectúa entre un titular (principal o mandante) y un agente. El titular es el comprador de determinados servicios y el agente es quien se compromete a proporcionárselos a cambio de una retribución. Este último recibe el mandato de realizar ciertas operaciones a cuenta del titular quien delega el ejercicio de algunos de sus poderes al agente. El contrato especifica las obligaciones y los beneficios de las partes. La relación titular-agente está alterada por problemas de fraudes, de información incompleta y en general de racionalidad limitada. Existe la posibilidad de un conflicto entre titular y agente llamado con flicto de agencia. El agente es tentado por comportamientos oportunistas que privilegia intereses (riesgo moral). El titular busca evitar este riesgo mediante: 1) mecanismos de control sobes 2) incentivos tales como una participación del agente de las ganancias del titular. Ambas formas tienen un costo, llamado costo de agencia. Los titulares y los agentes se emiten mutuamente señales destinadas a comportamientos.

En el caso de las empresas privadas, los accionistas delegan el ejercicio cc :a sus derechos a dirigentes no propietarios. La firma managerial (definida por la separación entre propiedad y gerencia) incurre en costos de agencia, a diferencia de la firma capitalista clásica en la que la propiedad y la dirección están integradas. El mercado financiero, en el que los accionistas pueden negociar sus títulos de propiedad, constituye un mecanismo eficaz para mantener una presión sobre los dirigentes a quienes han delegado la gestión de la empresa (los accionistas retiran su capital en caso de perder la confianza de la gestión del manager). El manager por su parte dirige al mercado financiero señales sobre la situación y la perspectiva de a empresa para motivar a los inversionistas. TEORÍA DE LAS CONVENCIONES La escuela francesa de las convenciones nació a partir del modelo de análisis de la economía y de las organizaciones propuesto por Luc Boltanski y Laurent Thévenot en un libro titulado: De la justification. Les économies des grandeurs, publicado en 1991. El enfoque de estos autores se sustenta en dos principios: •

Toda organización necesita para realizar un producto que las personas que participan a la producción se entiendan sobre ciertos principios y valores que guían sus conductas. Para ejemplo, para efectuar una encuesta de sondeo de opinión publica es necesario que las personas que la demandan y las personas encargadas de efectuarla se pongan de acuerdo sobre la población que pretende abarcar, los temas por tratar, el nivel de precisión de la información

requerida, los plazos de entrega de los resultados, etc. Todo ello implica una serie de debates y negociaciones y da lugar a”convenciones”, es decir a referentes comunes. •

Las convenciones suponen la movilización de principios y valores que justifican y legitiman la acción. En toda organización, estos principios y valores son múltiples. En el ejemplo mencionado, se juntan entre otros, principios de orden científico, económico y político.



Boltanski y Thévenot utilizan el concepto de “mundo” para designar cada uno de los modos de legitimidad que sirven de base a las convenciones. Distinguen seis tipos de mundo:



El “mundo doméstico”, que responde al modelo de una familia, donde prevalecen las relaciones de dependencia y de protección. Este modelo presente por ejemplo en las organizaciones donde la autoridad se asienta en relaciones paternalistas.



El “mundo cívico”, inspirado del contrato social, donde las personas están ligadas por la noción del interés general. Las relaciones sociales se rigen de acuerdo a principios de legalidad y representatividad. Las personas son importantes cuando actúan a favor del bien común. Por ejemplo, se habla de empresa “ciudadana” cuando su actuación responde a criterios de responsabilidad social.



El “mundo industrial”, dominado por los imperativos de la eficacia productiva, la organización y la programación. En este mundo, lo importante es aplicar métodos y técnicas eficientes. Se trata por ejemplo de! mundo de las fábricas y del trabajo industrial.



El “mundo mercantil”, compuesto de poseedores de bienes intercambiables, motivados por objetivos de utilidad y ganancia, y relacionados de acuerdo a la lógica del mercado responde a criterios de utilidad y ganancia. Las personas son importantes cuando son ricas.



El “mundo de la opinión”, inspirado por la lógica del honor y la distinción. En este mundo la gente importante son personajes famosos, líderes de opinión, “stars”. Las relaciones responden a una lógica de reconocimiento público, seducción e identificación.

El “mundo inspirado”, que remite a la creatividad y el acceso a valores transcendentales. La gente importante en este mundo son los grandes innovadores en el campo de las ideas, la ciencia, el arte, la religión, la política, etc.

APROXIMACIONES SOCIO-INSTITUCIONALES El ANÁLISIS SOCIETAL

El análisis societal examina los efectos de ciertas instituciones de la sociedad sobre las prácticas organizacionales. Se interesa en particular en el rol del Estado, el sistema educativo, las instituciones financieras, los sindicatos. El análisis societal se deriva de un estudio comparativo entre empresas en Francia y Alemania realizado por investigadores franceses (Maurice, Séller y Silvestre. 1982). El estudio se interesaba en las brechas salariales, el número y el rol de los capataces, etc. Para explicar las diferencias no basta mirar las políticas de las empresas, sino tomar en cuenta la incidencia de determinadas estructuras de relaciones sociales existentes a nivel de la sociedad (efecto societal). Ciertas caracteristicaza fundamentales de una empresa son consecuencia de relaciones sociales institucionalizadas. Estas relaciones son principalmente de tres tipos: Relación educativa, que produce competencias, orienta el desempeño laboral... Relación industrial: relaciones entre empleadores, sindicatos, Estado. Relación organizacional, que define una cierta división del trabajo, formaliza las estructuras, favorece o no la cooperación entre empresas Problema de la coherencia societal en cada país Crítica a las aproximaciones culturalistas. 11.8. Socioeconomía Como hemos visto, la Nueva Economía Institucional muestra la necesidad de una relación entre la economía y otras disciplinas. Como respuesta a esta perspectiva ha surgido una corriente de estudio llamada socioeconomía, corriente promovida por autores como Neil Smelser, Richard Swedberg y Mark Granovetter quienes consideran a Max Weber y Joseph Shumpeter como los pioneros de esta disciplina. En 1985, Granovetter, inspirado en los trabajos del historiador Carl Polayni, publicó un artículo llamado «Economical action and social structure: The problem of embeddedness». Granovetter usa el concepto embeddedness (inserción de los agentes económicos en las estructuras sociales) para criticar el análisis económico que ignora el hecho que los fenómenos económicos se encuentran insertos en un conjunto de relaciones sociales. De allí que el autor resalte la importancia de las redes sociales para el funcionamiento de la economía. La socioeconomía estudia los mercados (laboral, financiero, etc.) y señala las relaciones entre empresas y los comportamientos de los consumidores. ncorpora el tema de género, analizando el rol de la mujer en el mercado laboral y su acceso a responsabilidades en los procesos de dirección empresarial. Por otro lado, y tal como lo vimos en la propuesta de Williamson, esta disciplina estudia también la teoría de las organizaciones. Otros representantes de esta corriente, como los economistas Eccles y Stinchcombe, cuestionan la dicotomía existente entre mercado y jerarquías y proponen formas intermedias de coordinación flexibles que se acercan al concepto de redes interorganizacionales. Es relevante señalar que la socioeconomía se interesa por la cultura.

NOTAS Los nuevos institucionalismos nacieron precisamente del “intento de explicar las diferencias que frente a retos comunes se presentan en países distintos. Douglass North, por ejemplo, ha planteado cómo las diferencias institucionales entre Inglaterra y España determinaron que mientras en el primer país se crearon condiciones para el desarrollo del comercio complejo, en el segundo se mantuvieron barreras monopólicas que condujeron al estancamiento y la crisis de los siglos XVII y XVIII. El planteamiento de North intenta dar respuesta a la difícil cuestión de por qué unos entramados institucionales son eficientes para promover el desarrollo económico mientras que otros no lo son. En la búsqueda de una respuesta a la vinculación entre las instituciones y el desempeño de la economía, North articula una teoría de las instituciones que no sólo resulta útil para el análisis político, sino que genera una reflexión muy interesante en torno a los nexos entre régimen político y estructura económica. Se trata de una crítica tanto del enfoque a histórico de las teorías tradicionales de los grupos de interés como del análisis marxista.” (Romero, 1999:10)

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