Operación Palace: postproducción de una ficción

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Descripción

Operación Palace: postproducción de una ficción Carlota Jerez

Lenguajes del cine contemporáneo /Valeria Camporesi / mayo 2014/ /Máster en Arte Contemporáneo y Cultura Visual/ Museo Reina Sofía

El arte debe ocuparse de lo real, aunque poniendo en cuestión todas las concepciones de lo real. Transforma siempre la realidad en fachada, en representación, y en una construcción. pero también plantea la pregunta sobre el porqué de esa construcción. Mike Kelley

postproducción. 1. f. Fase posterior al rodaje de una película o a la realización de un producto audiovisual o radiofónico, en la que se llevan a cabo las operaciones que le dan su forma definitiva.

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postproducción /23-f /transición /évole /contradocumental /mockumentary /cliché /collage /Bourriaud /arte /cultura del uso/mashup

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I. Intro: Operación Palace o la postproducción de una ficción Con motivo del aniversario del golpe de Estado del 23-F y tras haber creado una gran expectación, el periodista catalán Jordi Évole produjo Operación Palace, 1 un falso documental de 1h de duración en la que se revela una trama espectacular sin precedentes: el 23-F habría sido una farsa televisiva dirigida por el emblemático director de cine español Jose Luis Garci, quien, poniéndose a las órdenes del Rey y de las altas esferas del Gobierno, habría creado una ficción mediática nunca antes destapada con el objetivo de afianzar la incipiente y débil democracia española. Como narra la voz en off del narrador, en el más fiel estilo thriller, la farsa habría sido una ardua decisión tomada a conciencia: "para desactivar la posibilidad de un real golpe de Estado, habría que construir un golpe de Estado controlado y abocado al fracaso".2 Además de tener el fin evidente de demandar transparencia y acceso a los documentos del 23-F, aún clasificados, para poder arrojar luz sobre la historia reciente en España, la falsa trama funciona como un escenario ficcional alternativo, una alegoría de la construcción de ficciones de todo tipo en el espacio mediático. Operación Palace constituye un sorprendente y radical trabajo de campo sobre la relación verdad/ficción en el espacio mediático/sociopolítico: Évole realiza un auténtico collage formal en el que hace un uso subversivo del formato 'documental' como producto televisivo acrítico. Mediante la postproducción del relato sesgado de la Transición y de la democracia española, relato que habitamos y del que somos prisioneros, Évole plantea un cuestionamiento profundo sobre el papel de la ciudadanía respecto del poder manipulador de los medios, así como de las propias formas de producción del documental tradicional como ideologizadas y dominantes. Aunque el término 'falso documental' (mockumentary) ha sido utilizado para designar un gran espectro de prácticas heterogéneas que utilizan la ficción en el campo audiovisual,3 las tácticas empleadas en Operación Palace insertadas dentro del contexto determinado de la Transición española como producto audiovisual permiten clasificar a la cinta con un término más específico: Operación Palace puede ser leída como un contradocumental o, según las claves del teórico francés Nicolás Bourriaud, como una 'postproducción' audiovisual que toma elementos establecidos en el ideario sociopolítico dominante como herramienta generadora de grietas y de nuevos medios de producción. La extrapolación al medio televisivo de estas tácticas subversivas, que Bourriaud teoriza en el ámbito artístico, supone un antes y un después en el tratamiento mediático del mito de la Transición española. 1

Jordi Évole, Operación Palace (2014), Salvados, 23/02/2014, Atresmedia Televisión Ibid., (00:08':00") 3 En el mundo audiovisual, el término 'mockumentary' se utiliza para designar aquellas técnicas cinematográficas que utilizan la herramienta documental para tratar temas ficticios. La aparición del 'mockumentary', cuyos antecedentes datan ya de la primera mitad del siglo XX de la mano de directores como Luis Buñuel o Orson Welles, ha sido determinante para cuestionar el estatus del documental tradicional como representaciones 'objetivas' de la realidad, con un mayor o menor grado de licencia poética. La emergencia de nuevas prácticas de información, manipulación y postproducción, posible en gran medida gracias a la era digital, han llevado a un cuestionamiento urgente sobre el estatus del documental como práctica objetiva. 2

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II. Operación Palace: la postproducción contradocumental como táctica subversiva Visto a posteriori, el principio de Operación Palace se delata ya como un mash-up4 de contenido posproducido: el escenario de la gala de los Óscar donde Garci recogió su primera estatuilla por Volver a empezar (1981) [fig.1] aparece ante el espectador sin explicación previa, anticipando también el 'escenario' en el que se convertirá el Parlamento español dentro del 'falso golpe' [fig. 2], así como la utilización del aparato cinematográfico como materia prima del collage. A continuación, los primeros testimonios señalan la fragilidad de la democracia española, cliché cada vez más asentado en el ideario colectivo contemporáneo. Una grave voz en off y una música de fondo de thriller comienzan a sonar: el espectador se zambulle en el escenario híbrido del documental dramatizado. Informe Semanal, el docudrama americano Crímenes Imperfectos (Law & Order), o el seguimiento del caso Ruth y José en El programa de Ana Rosa son invocados a la vez: la cinta habita desde el principio estilos y formas historizadas, manipulando a la vez los códigos del testimonio televisado, del documental amarillo, y de la 'conspiranoia', consiguiendo un efecto de máxima tensión. Acto seguido, el documental comienza a hacer uso de lo que será otro de sus recursos principales de su collage a lo largo de la trama: el cliché. La voz en off anuncia que 'unos documentos de la CIA y testimonios hasta ahora inéditos revelan los sorprendentes links entre Volver a empezar de Garci y el 23-F'.5 La combinación entre el cliché americano (que se desarrolla más tarde cuando un supuesto ex-agente de la CIA comienza a hablar de tácticas militares americanas que sirvieron de inspiración para Garci) y la figura del director español producen una mezcla explosiva. La mezcla, tan descabellada como bien hilada, anuncia ya el nexo indisociable entre realidad construida y ficción audiovisual que la cinta seguirá manipulando y explorando a lo largo de la hora que dura la ficción documental. [1]

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El término mash-up surgió para designar un género de música popular basado en un método de posproducción particular que consiste en la combinación de dos o más temas musicales en una especie de collage. El término ha sido rapidamente extrapolado al mundo digital audiovisual como término paraguas que designa un gran espectro de piezas audiovisuales producidas a partir de otros fragmentos. 5 Operación Palace, (00:08':00")

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Por otra parte, la deconstrucción del cliché autorial es una de las claves de Operación Palace. En la cinta, Évole utiliza una combinación de actores-cliché principales, personajes de gran credibilidad en el imaginario colectivo español (El Autor y gran director de cine Jose Luis Garci o el intachable y serio periodista Iñaki Gabilondo) y secundarios (los expertos y los académicos, los periodistas y políticos que estuvieron allí, el espía americano de la CIA, el director de cine catalán afrancesado, el militar idiota). A través de los diversos clichés, forzados a través del formato testimonial, se sostiene la ficción argumental. El cliché de Jose Luis Garci como el director de cine ocupa un lugar central en la trama. Su papel como artífice de la farsa queda justificado por su reputación ('[Lo escogimos a él porque] nadie sabe de cine tanto como Garci').6 Esta posición privilegiada permite al personaje-cliché de Garci hacer un mash-up de rocambolescas inspiraciones, referencias y declaraciones alrededor del falso golpe. Por ejemplo, al hablar de la salida de los guardias civiles tras la liberación por una ventana lateral, Garci comenta que 'la salida por la ventana de los parlamentarios es un claro homenaje a La ventana indiscreta.[...] Ya lo decía Billy Wilder: tú ves desde una ventana a alguien entrar en un portal y... es inquietante'. 7 . El tinte cómico que cobra la cinta es un efecto de la caricatura de las estructuras de poder entre Autor y consumidor pasivo con los que Évole testa los límites de la audiencia ante la autoridad de figuras-cliché incuestionables. Más adelante, se indican 'las claros guiños' que existen entre su largometraje Volver a empezar y el 'falso golpe', incluyendo fragmentos de la película y también se afirma que, 'mientras se retrasaba el discurso de madrugada del Rey, Garci demuestra su amplia cultura cinematográfica escogiendo la emisión de la película La princesa y el pirata, de David Butler',8 'bastante mala', según Garci, 'pero no necesitábamos una obra maestra'. Aquí también se incluyen fragmentos del metraje mientras uno de los testigos asegura que 'según Garci 'el pirata representaba a los golpistas, y la princesa representaba a la monarquía'. Además, Garci hace un comentario socarrón sobre 'las tetas a caballo' de la protagonista, Virginia Mayo, que aparece cantando. Una vez más, se trata de posproducir una serie de referencias de autoridad realizando un collage entre lo cómico y lo surrealista que testa los límites del espectador como agente pasivo receptor de un discurso-cliché. Por otra parte, la inclusión de metadiscursos que reflexionan sobre la ficción televisiva y la construcción mediática de la Transición es constante. Por ejemplo, Andreu Mayayo, catedrático de la UB, afirma que '[en aquel momento], lo que salía en televisión era la verdad, y lo que no, no existía'.9 De la misma forma, Felipe Alcaraz, entonces diputado del PC, afirma lo siguiente: "Los comunistas nos opusimos rotundamente [a la idea de un falso golpe] porque se intentaba asignar un protagonismo al Rey como héroe, como defensor, como el nuevo cid campeador de la democracia, y no estuvimos de acuerdo".10 El uso alegórico de la ficción construida es claro: a través del relato falso, se plantean una serie de cuestiones 'reales' de índole política sobre la parcialidad del relato oficial de 6

Operación Palace (00:49':00") Ibid., (00:52': 30") 8 Ibid., (00: 46': 00) 9 Ibid., (00: 22': 31") 10 Ibid., (00:14':14") 7

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la Transición, cuestiones que la audiencia es susceptible de ir asimilando mientras asimila también el falso relato. La barrera entre realidad y ficción queda así completamente difuminada, y el espectador crédulo no puede 'decidir sumergirse en la trama', es decir, aplicar los códigos de la suspensión de la incredulidad (suspension of disbelief) que operan normalmente en los relatos de ficción tradicional. La apropiación de las formas del documental normativo se produce, la ficción se vuelve real; el discurso penetra. Más adelante, Alcaraz hace la siguiente reflexión: "La idea de Santiago Carrillo [de que el falso golpe de Estado se desarrollase en el Parlamento] era lógica: puesto que la política tiene mucho de sociedad del espectáculo, era lógico que hubiese periodistas, luces, focos... una tramoya especial. Nadie iba a sospechar de ella puesto que estamos acostumbrados a todo lo que conlleva el espectáculo teatral de la política'.11 El mash-up de clichés, anécdotas, imágenes reales del 23-F, falsos documentos y metadiscurso crítico se encuentran insertos dentro de otro metadiscurso sobre la construcción de una pieza audiovisual (la de Garci en principio, aunque al final, se trata de la del propio Évole). Así, Évole manipula su rol como periodista y creador audiovisual y entra en el juego del hacer verdad/hacer ficción incluyéndose en la deconstrucción del cliché autorial. En última instancia, Évole como director también postproduce el cliché Jordi Évole como el gran reportero serio de izquierdas del gran programa 'Salvados'). El 'efecto realidad' del mash-up audiovisual de Operación Palace se desmorona al final del documental, cuando, tras diversas especulaciones ilustradas con burdos fotomontajes sobre una caja blanca que acompaña al rey 'en todas sus apariciones', la voz en off del narrador y un texto sobre fondo negro desvelan la farsa:

En el momento en el que se destapa la ficción, se produce una reactivación de la figura del espectador: estupefacto o no, el final de la ficción produce un golpe de realidad y un llamamiento a la acción: la versión oficial del 23-F, entre otras, deben ser cuestionadas. El momento en el que el falso documental se revela como tal se produce una transformación radical en su naturaleza discursiva: frente al documental clásico, cuya 11

Operación Palace, (00:22':21")

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estética ha sido apropiada y postproducida, Operación Palace se sitúa 'fuera de la esfera de la referencialidad 'objetiva' del documental',12 definiéndose frente a él y dirigiendo a la audiencia hacia el corazón del discurso. 13 En otras palabras, al final del falso documental, Évole evidencia la construcción de un escenario alternativo donde pensar el 23-F y donde pensar la construcción mediática de todo tipo de 'realidades': Operación Palace se convierte en un contradocumental.

III. Bourriaud y DJ Évole como remixador de la Transición "[En la cultura del uso], el remixador se ha vuelto más importante que el instrumentista, la fiesta rave más excitante que un recital. [...] El mix es una actitud, una postura moral, más que una receta. La postproducción del trabajo le permite al artista escapar de la posición interpretativa. En lugar de abocarse a un comentario crítico, es preciso experimentar". 14 Para Bourriaud, el término 'postproducción', de origen audiovisual, nombra al conjunto de procesos aplicado a todo material grabado o registrado que dota de nuevo significado a una serie de elementos ya dados. Bourriaud sostiene que, lejos de pretender ser una tábula rasa o 'lamentarse de todo lo que ha sido hecho', la obra de arte contemporánea debería servir como un vehículo para inventariar, seleccionar y postproducir la modernidad.15 En su obra Postproducción, Bourriaud agrupa una serie de prácticas artísticas que, aunque formalmente muy heterogéneas, tienen en común el hecho de recurrir a formas ya producidas. Así, afirma que, en la era de la 'cultura del uso',16 la pregunta artística ya no es "¿Qué es lo nuevo que se puede hacer?" sino "¿Qué se puede hacer con?" 17 Esta forma de hacer es precisamente la del collage estilístico de Operación Palace: la creación de una falso documental de estas características opera de forma alternativa y efectiva con un pasado histórico y televisado ya empaquetado. La producción de significado no está entonces orientada hacia la búsqueda de la verdad sino en inventar 'un nuevo protocolo de uso' del material existente, apropiarse de las formas dadas y habitarlas para remixarlas, produciendo un cuestionamiento total sobre la creación misma de verdades universales. La analogía entre la obra de arte descrita por Bourriaud y la producción audiovisual es clara: en ambos casos, su rol tradicional es el de receptáculo de visión del artista/autor. 12

Jane Roscoe, Craig Height, Faking It: Mock Documentary and the Subversion of Factuality, (Manchester: Manchester University Press) p. 41 13 Eric Schockmel, 'Hijacking Factuality: An Attempt at Mapping Out The Mockumentary', MA Dissertation, Communication Design/Digital Media (Londres: CSM College of Art and Design, 2007) [http://www.multimedialab.be/doc/theses/e_schockmel_2007.pdf] p. 16 14 Nicolas Bourriaud, Postproducción: la cultura como escenario: modos en los que el arte reprograma el mundo contemporáneo (Buenos Aires: Adriana Hidalgo, 2009) [Original: Postproduction, La culture comme scénario : comment l’art reprogramme le monde contemporain (París: Les presses du réel, 2004)] ] pp. 39, 106 15 Bourriaud, Postproducción, contraportada. 16 Ibid., p. 16 17 Ibid., p. 13

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Según este enfoque, el rol de Évole en Operación Palace se asimila al del artista/dj/mezclador del siglo XXI que, tomando tanto la Transición como el docudrama como productos culturales mainstream y disponibles, produce una serie de relaciones nuevas entre producto y audiencia, desactivando y cuestionando también, a través de los falsos testimonios de numerosas figuras de autoridad. La figura del Autor, aunque extinto en la teoría desde que Roland Barthes escribiera 'La muerte del autor' 18 en los años sesenta, sigue viva en numerosos ámbitos de la cultura de masas contemporánea. Bourriaud sostiene que, en la era de la globalización, las distinciones entre autor y público son cada vez más difusas y que arte contemporáneo no debe pretender ser una genial obra para ser contemplada, sino que debe ser material tanto reciclado como reciclable que permita reintepretar y reescribir la Modernidad, hallando modos alternativos de cuestionamiento. La trayectoria periodística de Évole es consistente con esta teoría: sus documentales suelen componerse de una amalgama de testimonios y de construcciones parciales que se contradicen entre sí, todos ellos hilados para ser leídos entre líneas. Su estrategia nunca pasa por destapar una verdad lineal, sino que deconstruye las ficciones ideológicas y discursivas a las que se enfrenta. La construcción final de sus documentales es un mosaico de voces disonantes donde suele dejar en evidencia a los poderosos. Sin embargo, también es cierto que esta forma alternativa de hacer periodismo puede verse en cierto modo socavada por la propia reputación de Salvados como un programa de periodismo 'serio' de izquierdas, productor del 'mito Évole': su figura es normalmente central en los reportajes, adoptando siempre el rol de incansable buscador de la verdad a través de detectar la mentira). Por otra parte, existe un riesgo de rechazo por parte de la audiencia: Particularmente el espectador puede sentirse interpelado en una suerte de ejercicio gamberro de pedagogía orquestado por Évole. Sin embargo, es posible argumentar que Operación Palace se socava a sí misma en tanto que 'la obra/hallazgo de Jordi Évole', debido a ser una ficción que acaba obligando al espectador a cuestionar el relato que Garci, de manera paralela al propio Évole, teje como Autor, y por consiguiente, su autoridad como director, entrando a formar parte del discurso subversivo propuesto en última instancia. Esta capacidad de 'socavarse a sí misma' es esencial para poder considerar Operación Palace como un medio de producción alternativo completamente opuesto a la generación de discursos parciales: la esencia de su discurso radica, como propone Bourriaud, en reescribir la modernidad a través del cuestionamiento continuo.

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En su mítico ensayo 'La muerte del autor', Barthes critica la concepción romántica del autor, según la cual el creador da forma a la inspiración configurando la obra. Esta idea romántica presupone que el autor ocupa el centro de la obra y el texto sólo puede ser leído o interpretado por el lector, que queda así relegado a un papel pasivo y secundario. Así, Barthes critica la metafísica de la presencia en el ámbito de la autoría, descentralizando el origen y desvinculando el texto del despotismo de una única autoridad que presuntamente controla el significado. La institución del autor, que durante siglos había regentado un cariz sagrado, pierde ahora su carácter de iniciado capaz de manipular una materia que nadie más puede moldear. Roland Barthes, 'La muerte del autor' [original: ‘La mort de l’auteur', Manteia, 5, 1968]

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IV. Conclusión. Regenerar: la modernidad como materia prima Toda lectura, como nos enseña la escuela de Yale, es un misreading, una lectura sesgada, y toda interpretación es, en alguna medida, ficcional. 19 Ante un mundo globalizado e hipercomunicado que está generando la muerte del periodismo y el documental clásico como dispositivos válidos de búsqueda de 'la verdad', es necesario generar herramientas que utilicen el conjunto de fragmentos parciales o ficciones de los que se compone el mundo con el fin de generar sentido. La Transición española y el fallido golpe de Estado del 23-F se han convertido en un oscuro relato ideologizado y precocinado cuya revisión resulta imposible desde el punto de vista legal: en este sentido, resulta urgente examinar y deconstruir sus contenidos y sus formas de producción. La deconstrucción radical del formato documental y del discurso autorial de Operación Palace nos permite redesignarlo como un contradocumental, una postproducción de estéticas y discursos sesgados cuyo cometido es reescribir la Transición, como hito de la modernidad, a través del cuestionamiento. En tanto que generador de comportamientos y de potenciales reutilizaciones, Operación Palace, como el uso de la obra de arte bourriaudiano, vendría a 'contradecir la cultura pasiva que opone las mercancías y sus consumidores, haciendo funcionar las formas dentro de las cuales se desarrollan nuestra existencia cotidiana y los objetos culturales que se ofrecen para nuestra apreciación'.20 Efectivamente, 'es el uso del mundo lo que permite crear nuevos relatos, mientras que su contemplación pasiva somete las producciones humanas al espectáculo comunitario.21 Operación Palace es la perfecta mise en pratique de la mítica afirmación de William Faulkner de que 'la mejor ficción es infinitamente más verdadera que cualquier tipo de periodismo, y los mejores periodistas siempre lo han sabido'. 22

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Eloy Fernandez Porta, Afterpop: la literatura de la implosión mediática (Barcelona: Anagrama, 2010) p. 2 Bourriaud, Postproducción, p. 17 21 ibid., p. 55 22 Citado en Hunter S. Thompson, 'Jacket Copy for Fear & Loathing in Las Vegas: A Savage Journey to the Heart of the American Dream', The Great Shark Hunt. Nueva York: Simon & Schuster, 1979) p. 19 20

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Bibliografía Barthes, Roland , 'La muerte del autor' [original: ‘La mort de l’auteur', Manteia, 5, 1968] Bourriaud, Nicolas, Postproducción: la cultura como escenario: modos en los que el arte reprograma el mundo contemporáneo (Buenos Aires: Adriana Hidalgo, 2009) [Original: Postproduction, La culture comme scénario : comment l’art reprogramme le monde contemporain (París: Les presses du réel, 2004)] Évole, Jordi, Operación Palace (2014), Salvados, 23/02/2014, Atresmedia Televisión Fernandez Porta, Eloy, Afterpop: la literatura de la implosión mediática (Barcelona: Anagrama, 2010) Roscoe, Jane, Craig Height, Faking It: Mock Documentary and the Subversion of Factuality, (Manchester: Manchester University Press) Schockmel, Eric, 'Hijacking Factuality: An Attempt at Mapping Out The Mockumentary', MA Dissertation, Communication Design/Digital Media (Londres: CSM College of Art and Design, 2007) [http://www.multimedialab.be/doc/theses/e_schockmel_2007.pdf] Thompson, Hunter S., 'Jacket Copy for Fear & Loathing in Las Vegas: A Savage Journey to the Heart of the American Dream', The Great Shark Hunt. Nueva York: Simon & Schuster, 1979)

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