OBSERVACIÓN PARTICIPANTE

OBSERVACIÓN PARTICIPANTE Nelson Rendón Giraldo Para realizar un acercamiento a lo que se ha llamado “la realidad social” y contribuir a la construcción de otros conocimientos hay muchas maneras. Algunos de esos caminos plantean a la realidad como una cosa fragmentable y manipulable en la que las partes parecen separadas y controladas por el investigador, quien puede mantener una relación alejada o desvinculada “con los objetos y sujetos de estudio, de quienes puede mostrarse como independiente y lejano. Del mismo modo, puede plantearse que sus hallazgos y conceptualizaciones son reglas generales aplicables en cualquier otro contexto social; allí donde el escenario social no es más que un laboratorio de experimentaciones en los que los instrumentos deben tender a lo perfecto y por tanto se aspira a que ellos no induzcan al error. Sin embargo, este paradigma positivista de la investigación social se pone en tiempos cercanos en jaque, toda vez que se ha comprendido que la capacidad explicativa de las teorías son subjetivas y requieren de condiciones idénticas para su reproducción, de modo tal que resultan poco significativas e inexactas para la contribución de planteamientos a las disciplinas que tienen a la persona como centro de deliberación. Allí surgen las técnicas de investigación participante, en las cuales, el investigador procura mantenerse cercano, más pendiente de sus sujetos de estudio y de los cuales, a partir de su consciente observación, puede comprender y proponer medidas para potenciar las fortalezas y al mismo tiempo transformar las debilidades. ¿QUÉ ES LA TÉCNICA? La observación participante es una técnica de investigación en ciencias sociales en la cual el investigador interactúa con los investigados con el fin de conocer su realidad y comprender los diversos aspectos propios de los individuos y las comunidades. Desde la observación participante como una de las estrategias que aporta la etnografía se hace posible la interacción entre el observador y los sujetos de observación, con la posibilidad de intercambiar saberes y vivencias, generando relaciones abiertas, basadas en el reconocimiento, la escucha, el diálogo y donde los sentidos del observador se abren a la presencia del otro, se recrean con el otro (Quiroz Trujillo, Velásquez Velásquez, García Chacón, & González Zabala, 2006, pág. 45).

¿CÓMO SE DESARROLLA? Para desarrollar la observación participante se debe determinar qué se va a observar, es decir, tomar decisiones sobre el sujeto, lugar, caso… a fin de delimitar las comprensiones que interesan a la investigación y que pueden dar respuestas más certeras. Por otra parte, deben constituirse los objetivos de la investigación, es decir, poner de manifiesto las motivaciones que conducen a la observación y los alcances deseados de la misma. Aquí es pertinente también determinar los medios para capturar y registrar los datos obtenidos de la observación, teniendo en cuenta que los mismos no pueden condicionar la investigación y los cuales han de socializarse siempre entre los actores involucrados en la técnica.

La observación ha de ser siempre detenida, cuidadosa, sin prejuicios ni condicionamientos individuales; sin embargo es necesario que el investigador tenga una postura crítica frente a lo que observa, de modo tal que conforme vaya registrando aquellos hechos y situaciones que encuentre relevantes se tenga un nivel de abstracción y de significación teórica. Por otro lado, la información capturada es solo un dato que por sí mismo no representa ni explica totalmente los fenómenos. El análisis de esos datos y su juiciosa interpretación consolidan el aporte y la pertinencia de los mismos, de modo tal que las conclusiones abstraídas del medio, y pasadas por la lente del investigador se materialicen en un informe con el que se presentan los hallazgos, apreciaciones y aprendizajes de la observación realizada. ELEMENTOS NECESARIOS PARA LLEVARLA A CABO Debe contarse con un debido proceso de socialización. El investigador debe despojarse de sus miedos y prejuicios con sus sujetos de investigación, de modo tal que se abran espacios relacionales lo más familiares posibles, pues cada uno de los actores de la investigación tendrá a otro por interlocutor válido. Debe pensarse de manera clara el lugar, la manera y los aspectos que han de tenerse en cuenta al momento de la observación. Si bien implica una sistematicidad y rigurosidad, ha de guardarse la suficiente flexibilidad de modo tal que el investigador se deje sorprender de aquellos otros aspectos que no se tenían en cuenta y que pueden convertirse en elementos analíticos relevantes. La Observación Participante “permite la interacción directa con los sujetos sociales para develar las intenciones, motivaciones que llevan a que lo sujetos a que se movilicen, se organicen, actúen y se comporte de manera determinada, en busca de la transformación de su realidad” (Bedoya & Villa, 2001, pág. 11). Por ello, ha de tenerse en cuenta que la Observación Participante busca poner a disposición de la comunidad observada todas aquellas interpretaciones, comprensiones y conocimientos de quien investiga y los sujetos de investigación “a partir de lo conocido, para proponer cambios, transformaciones individuales y sociales” (Quiroz Trujillo, Velásquez Velásquez, García Chacón, & González Zabala, 2006, pág. 103) BIBLIOGRAFÍA Bedoya, D., & Villa, M. (2001). Aportes de las disciplinas de las ciencias sociales y humanas a la profesión de Trabajo Social. Medellín: Trabajo de Grado. Departamento de Trabajo Social. Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Universidad de Antioquia. Quiroz Trujillo, A., Velásquez Velásquez, Á., García Chacón, B., & González Zabala, S. (2006). Técnicas Interactivas para la investigación social cualitativa. Medellín: Universidad de Antioquia.