Numismática islámica en la más temprana Mérida andalusí

July 17, 2017 | Autor: Rogelio Segovia | Categoría: Extremadura, Merida, Numismática andalusí
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Descripción

UNIÓN EUROPEA

Mérida, 18 - 19 de Octubre de 2013

Langres Poitiers REINO MEROVINGIO

TICO

Bordeaux

Gijón

NO A TLÁ N OCÉ A

IV Jornadas de Arqueología e Historia Medieval de la Frontera Inferior de al-Andalus. Vol. 2

PATROCINA

IV Jornadas de Arqueología e Historia Medieval de la Frontera Inferior de Al-Andalus

Pamplona

Astorga

IMPERIO BIZANTINO

Narbona Carcassonne

REIN O

REINO VISIGODO

Zaragoza

LOM BAR D

O

Coimbra Alcalá de Henares

Talavera Santarem Mérida

Toledo

Évora Córdoba Niebla Carmona Écija Sevilla Málaga Medina Sidonia Guadalete Jabal Tariq (Gibraltar) Tanger Ceuta

Orihuela MAR MEDITERRÁNEO

Kairuan Tahert

Oqbah Ibn Nafh (649-670) Oqbah Ibn Nafh (680-681)

CAMPAÑA MEDITERRÁNEO SUR

De Alejandría

Trípoli

Tariq (711) Musà (712-713) Abd al-Aziz (713)

CAMPAÑA MEDITERRÁNEO NORTE

Ibn Suhaym (724) Al Ghafiqi (732)

Fondo Europeo de Desarrollo Regional Una manera de hacer Europa

La Lusitania tras la presencia islámica (713-756 d.C./94-138 H)

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COLABORAN

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MÉRIDA CONSORCIO CIUDAD MONUMENTAL HISTÓRICO -ARTÍSTICA

Y ARQUEOLÓGICA

XIII centenario de la presencia árabe y bereber en la Lusitania

Frontera Inferior de al-Andalus

La Lusitania tras la presencia islámica (713-756 d.C./94-138 H) XIII centenario de la presencia árabe y bereber en la Lusitania

Bruno Franco Moreno Miguel Alba Santiago Feijoo

(Coord.)

Frontera Inferior de al-Andalus Vol. 2 IV Jornadas de Arqueología e Historia Medieval

UNIÓN EUROPEA Fondo Europeo de Desarrollo Regional Una manera de hacer Europa

MÉRIDA, 2015

Frontera inferior de al-Andalus: Actas III - IV Jornadas de Arqueología e Historia Medieval / Coordinadores: Bruno Franco Moreno, Miguel Alba y Santiago Feijoo. - Mérida: Grupo de investigación Junta de Extremadura HUM 024, CUPARQ (cultura patrimonio y arqueología) y Mérida, Consorcio de la Ciudad Monumental Histórico - Artística y Arqueológica, 2013. - 303 p.:il.; 24 cm. ISBN: 978-84-606-7077-3 IV Jornadas de Arqueología e Historia Medieval 2013. Esta publicación ha sido financiada con ayuda para el apoyo a los planes de actuación

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MÉRIDA CONSORCIO CIUDAD MONUMENTAL HISTÓRICO -ARTÍSTICA

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de los grupos inscritos en el catálogo de Grupos de Investigación de Extremadura.

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Y ARQUEOLÓGICA

© Grupo de investigación CUPARQ - HUM 024. Edita: Mérida Consorcio Ciudad Monumental Histórico - Artística y Arqueológica. Maquetación: Valentín Mateos. Impresión: Artes gráficas BOYSU.

ISBN: 978-84-606-7077-3 Depósito legal: BA-000230-2015

ÍNDICE Presentación........................................................................................................9-10 Bruno Franco Moreno, Miguel Alba y Santiago Feijoo El reino visigodo a comienzos del siglo VIII: debilidad interna y actitud ante la presencia islámica ............................... .............................................................11-28 Paulina López Pita El Islam y su expansión en Occidente: efectos tomados como causas.............29-52 Emilio González Ferrín La Lusitania en las fuentes textuales árabes..................................................53-72 María Jesús Viguera Molíns Le paysage humain du gharb al-Andalus aux premiers siècles de I’Islam andalusí .............................................................................................................73-94 Pierre Guichard La presencia islámica en el suroeste de la Península Ibérica .......................95-122 Susana Gómez Martínez Ribeira do Barranco 3: evidencias de una ocupación emiral en las proximidades de Beja ...........................................................................................................123-146 Beatriz Báez Garzón y Javier Larrazábal Galarza Las iglesias hispanas del siglo VIII d.C. .......................................................147-190 Luis Caballero Zoreda La numismática islámica en la más temprana Mérida andalusí ...............191-232 Rogelio Segovia Sopo

La marca Inferior al-Andalus

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Patrones de asentamiento en el territorio de Mārida (S.VIII-IX): transformación y evolución.....................................................................................................233-262 Bruno Franco Moreno El registro arqueológico de la Mérida del siglo VIII ...................................263-284 Miguel Alba Calzado Conclusiones..................................................................................................285-396 Miguel Ángel Hervás Herrera Relación de ponentes y Anexo.......................................................................297-303

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IV Jornadas de Arqueología Medieval

Bruno Franco, Miguel Alba y Santiago Feijoo

Presentación Con la publicación de este 2º Volumen que constituyeron las IV Jornadas de Arqueología e Historia medieval de la Frontera Inferior de al-Andalus, celebradas en Mérida los días 17 y 18 de octubre de 2013, tuvieron como temática la presencia islámica en Mérida y la provincia de la Lusitania, en conmemoración del XIII centenario de la entrada del contingente árabo-bereber a la región, queremos contribuir al debate suscitado por tal efeméride. Para ello contamos con la participación de historiadores, arqueólogos y filólogos, que desde sus respectivas disciplinas aportaron sus conocimientos en una etapa que todavía a fecha de hoy sigue suscitando un gran interés y no pocos acalorados debates. Aunque fueron hace dos años cuando se celebraron la mayoría de eventos científicos con motivo de la presencia islámica en la península ibérica ―con la entrada de las huestes bereberes encabezadas por Tārik ibn Ziŷāb en el 711― los acontecimientos que se repitieron un año más tarde en esta franja del oeste peninsular, aún siendo similares, tuvieron su particular desarrollo. Además de la participación de contingentes mayoritariamente formados por árabes y de una respuesta más contundente por parte de la población autóctona, como veremos en algunas de las ponencias, la historiografía salvo excepciones apenas ha aportado algún dato a este primer momento. Por todo ello la información extraída de las excavaciones arqueológicas desarrolladas en los últimos años se hace imprescindible, como medio de profundizar en cuestiones que desde el estudio de las fuentes resulta bastante confuso cuando no poco esclarecedor, sin olvidar la cada vez mayor importancia que han cobrado los estudios de numismática de esta etapa. Es notorio el incremento de publicaciones que han tenido lugar en las últimas décadas relacionadas con los dos primeros siglos de la historia de al-Andalus, no sólo en la aparición y traducción de nuevos textos, sino sobre todo en el avance que ha supuesto la información suministrada por la cultura material, gracias a las intervenciones arqueológicas practicadas tanto en el medio urbano como en el rural. Sin duda este binomio ha alcanzado cotas nunca experimentadas hace escasamente medio siglo en nuestro país, y no digamos ya en esta franja del oeste peninsular, que esperamos continúe por la misma senda para dilucidar un pasado que todavía ofrece bastantes incógnitas. Precisamente uno de los investigadores que más implicación ha tenido en conjugar ambas disciplinas nos dejó hace ahora dos años, el profesor Manuel Acién, que ha sido un referente en los estudios sobre el pasado andalusí, no sólo por su magisterio sino también por su categoría humana. Por todo ello desde la organización queremos rendir un emotivo recuerdo al que ha sido y será uno de los investigadores que más ha

La marca Inferior al-Andalus

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Presentación

aportado al conocimiento de los primeros momentos de la presencia islámica en nuestro país, sobre todo en el estudio de las relaciones sociales, la distribución espacial de los recién llegados y sus emplazamientos. Es innegable su aportación al esclarecimiento de la formación social islámica plasmados en los enfrentamientos mantenidos entre el viejo orden y el nuevo modelo a lo largo de la segunda mitad del siglo IX, que daría lugar a la postre a la creación del modelo de estado socialtributación con la instauración del califato de Córdoba. Esperamos que los resultados de este encuentro entre profesionales de dichas disciplinas y de la participación de todos los presentes interesados en esta materia, abran nuevas perspectivas y líneas de trabajo que puedan servir en un futuro para continuar con esta labor, que desde nuestro sentir diario resulta fascinante a la par que enriquecedor para el conocimiento de nuestro pasado y atisbar hechos que están por venir. A todos ellos, ponentes y asistentes, nuestro más sincero agradecimiento por su colaboración. Aunque finalmente no están reflejadas todas las contribuciones de los ponentes, en las consideraciones generales que figuran al final de la publicación, han sido recogidas de manera breve sus aportaciones. No obstante hemos añadido algunos artículos de las III Jornadas celebradas un año antes, que pensamos guardan una relación directa con el tema objeto de esta publicación, que añaden nuevas perspectivas desde el estudio de la arqueología de la arquitectura y de la cultura material plasmada en los recipientes cerámicos del primer siglo de la presencia islámica en la región Por último, y no por ello menos importante, queremos dar las gracias a la directora del Centro Asociado de la UNED en Mérida, la Doctora Irene Mañas, no sólo por cedernos las instalaciones, sino por su disposición para el buen desarrollo de este Curso cuyo público estuvo integrado mayoritariamente por alumnos del Centro y de esta Universidad. Agradecemos igualmente el interés y la colaboración prestada desde un primer momento por el Departamento de Historia Medieval de la UNED en la persona de su director D. Enrique Cantera Montenegro, y de la profesora Dña. Paulina López Pita. Agradecimiento que hacemos extensivo a los compañeros del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida, en particular del Grupo de Investigación CUPARQ. Este Curso tampoco se hubiera podido realizar sin la ayuda del Gobierno de Extremadura a los grupos de investigación, a través de la Dirección de Ciencia y Tecnología. Bruno Franco Moreno, Miguel Alba y Santiago Feijoo (Coordinadores)

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La numismática islámica en la más temprana Mérida andalusí.

ROGELIO SEGOVIA SOPO

Frontera Inferior de al-Andalus, pp. 191-232

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I. Introducción: la función histórica de la numismática andalusí. La investigación y los análisis numismáticos en torno a las producciones dinerarias andalusíes, aunque en las últimas décadas se han visto beneficiadas del trabajo de algunos estudiosos que han puesto en valor un campo de análisis algo desdeñado con anterioridad, no son lo abundantes que la problemática requiere. Los estudios en este campo son más que necesarios, pues existen piezas numismáticas en instituciones o en particulares, así como en referencias bibliográficas antiguas, que requieren de una catalogación precisa, una localización espacio-temporal conectada en lo posible a los acontecimientos históricos en las que se insertan, así como dar difusión a su testimonio material. No es nada baladí esta afirmación; con su difusión podemos aportar datos correctos en cuanto a la profundización y calado de la cultura andalusí en cualquier área geográfica pues, de hecho, hubo presencia efectiva de población islámica en prácticamente todas las poblaciones integradas en al-Andalus, población que portaba sus propias herramientas numismáticas de cambio. El asentamiento de una nueva población, que pretende dominar el abanico político y cultural del lugar tomado y apropiado, implica adaptarlo a los modos económicos que la nueva cultura importada ya desarrollaba, de tal modo que la moneda se convierte en herramienta de base para esa transformación, manteniendo o modificando lentamente los sistemas de producción económica existentes por otros nuevos o sustancialmente distintos. Sin duda, la población precedente consigue adaptarse con celeridad a la nueva visión política dominante al aceptar sus monedas, las cuales actuaron de motor de conversión de un modelo económico visigodo a un nuevo modelo comercial de intercambio y de control fiscal netamente islámico. En el caso que nos ocupa este estudio, el Mundo andalusí, un enorme período histórico aglutinador de distintas culturas musulmana dentro la vasta civilización islámica, logró personalizar cada uno de estos períodos mediante monedas estética y/o metrológicamente diferentes. El gran volumen de emisiones, así como la diversidad de las mismas en cuanto a aspecto físico y de pesos, hace evidente la existencia de un 1 extenso corpus de acuñaciones, corpus que, por otra parte, día a día se va engrosando . Los circuitos económico-monetarios andalusíes alcanzaron todas las áreas de asentamiento poblacional; la aparición de ejemplares numismáticos de las diversas épocas andalusíes en la Península Ibérica es una evidencia materialmente tangible y a la vez poco conocida en muchas ocasiones, de esta realidad, poniendo en evidencia la ausencia de estudios que saquen a la luz estos hallazgos mediante publicaciones especializadas. 1 FROCHOSO SÁNCHEZ, R. Las monedas califales de la ceca AI-Andalus y Madinat AI-Zahra, 316-403 H./9281013 J.C., Córdoba, Publicaciones de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y Obra Social y Cultural Cajasur, 1996, pp. 13.

Frontera Inferior de al-Andalus

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La numismática islámica en la más temprana Mérida andalusí.

Además, la importancia de las producciones de capital circulante, artículos de necesidad económica y fiscal, puede ser analizada desde varias perspectivas. Por una parte, el reconocimiento oficial de una pieza metálica con signos que la identifican como emisión legal (motivos, leyendas, peso, módulos, etc.). Estas emisiones, procedentes de un organismo público, cecas móviles de signo militar o comunidades ciudadanas, religiosas o de origen particular mercantil, permiten un 2 análisis formal de tipos, un inventario, de las mismas . A este principio es necesario considerar que, estas piezas poseen un valor intrínseco en función al material en que están troqueladas. Valor intrínseco en ocasiones supeditado a la jerarquización de equivalencias entre las distintas monedas, o con respecto a los productos o los servicios por las que serán intercambiadas. Este hecho implica su necesaria puesta en circulación y la posibilidad de otorgar un mismo valor de intercambio a monedas que intrínsecamente tengan valores dispares; caso de los feluses que son extremadamente variados en cuanto a su peso aunque, presumiblemente, son uniformes en cuanto a su valor “facial”. Y por otra parte, las acuñaciones numismáticas son datos sugerentes de una narración de los procesos históricos de un área, ya estemos analizando los procesos de conquista, de consolidación, de cambio o desaparición de un modelo político y económico concreto. La moneda nos ofrece una narración histórica establecida a partir de las emisiones numismáticas, a veces esencialmente distinta de la tradicional. Como ejemplo de esta afirmación proponemos indagar en el período que nos ocupa este estudio. La invasión islámica de Hispania se ha explicado por la historiografía antigua como respuesta a una llamada de ayuda de la “facción witizana” en su lucha contra la “facción rodriguista”. Esta base histórica real es incuestionable3, aunque con anterioridad ya pudieron existir deseos de invasión sin excusa4, pues el ejército invasor ya tenía preparada la conquista con cierta antelación al “pacto” con Witiza, al tener preparadas ciertas logísticas de conquista, como los feluses “nafaqa” que estudiaremos más adelante. También es bien cierto que una vez situadas las tropas

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Aunque no muy numerosos, los corpus numismáticos que se han realizado sobre la moneda andalusí son rigurosos y muy precisos. Además, todos ponen de relieve que estos catálogos no se publican cerrados, es decir definitivos, pues la producción decorativa en al-Andalus fue amplísima en todos y cada uno de los períodos que se divide la civilización musulmana medieval en la Península Ibérica, lo que implica la aparición continua de nuevos diseños en cuanto a motivos o distribución de las leyendas de anverso y reverso. En el apartado del análisis de algunas de las piezas localizadas haremos referencia a los catálogos consultados para su catalogación. 3 LÉVI-PROVENÇAL, E. España musulmana (711-1031 de J.C.). La Conquista, el Emirato, el Califato. Hª de España R. Menéndez Pidal, Madrid, Espasa-Calpe, 1950, edición de 2000, Tomo IV, pp. 3-59. 4 BARCELÓ, M. “Sobre algunos fulus contemporáneos a la conquista de Hispania por los árabe-musulmanes”, Boletín de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, 34, 1971-1972, pp. 33-42, especialmente página 41.

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musulmanas en suelo hispano, el cotidiano mantenimiento económico de las tropas en la península se realizó al modo islámico. Es decir, en su deseo de consolidar lo conquistado, implicaron no una adaptación del modelo monetario islámico al modelo monetario visigodo, sino todo lo contrario, se produjo un claro esfuerzo por mantener las tropas invasoras dentro de los modelos numismáticos norteafricanos, de donde procedían, y convertir los modelos económicos visigodos preexistentes en modelos económicos musulmanes5. En este sentido, la moneda actuó de vanguardia de ese mantenimiento cultural monetario de las tropas islámicas y de esa conversión de Hispania en al-Andalus. Las pruebas monetarias tangibles, las cuales hemos localizado ya descontextualizadas, halladas en ambientes arqueológicos, agrupadas en tesorillos, dispersas como piezas individuales o conservadas en monetarios públicos o privados…, poseen una gran riqueza informativa histórica que espera ser desentrañada. II. El espacio geográfico y temporal. Es común, en cuanto a los estudios de circulación monetaria, tratar de investigar la circulación de los ejemplares numismáticos de un espacio administrativo y político ya desaparecido superpuesto al presente, a pesar de que este espacio presente es profundamente diferente al modelo al que se quiere extrapolar temporalmente. Para ello es necesario conciliar fronteras a partir de referencias bibliográficas medievales o a través de “restos fósiles” de las mismas fronteras que han perdurado en los siguientes 6 períodos históricos . En nuestro caso esta problemática se supera al limitar considerablemente el área de estudio y el marco temporal, pues pretendemos situarnos únicamente en el área 7 geográfica de la ciudad de Mérida (Badajoz) y su ager más cercano y circundante .

5 CAHEN, C. El Islam, I. Desde los orígenes hasta el comienzo del Imperio otomano, Historia Universal, Siglo XXI, Madrid, 1970, pp. 18. 6 La conciliación de fronteras pasadas y presentes circunscritas a al-Andalus puede consultarse en el estudio VALLVÉ BERMEJO, J. La división territorial de la España musulmana, Madrid, 1986; y respecto al área extremeña andalusí puede analizarse en las obras PACHECO PANIAGUA, J.A. Extremadura en los geógrafos árabes, en Colección Historia, 10, Badajoz, Dip. Provincial, 1991; PÉREZ ÁLVAREZ, Mª A. Fuentes árabes de Extremadura, Cáceres, Universidad de Extremadura, 1992; CARDALLIAGUET QUIRANT, M. “La huella de los musulmanes en Extremadura: Una visión territorial”, Revista de Estudios Extremeños, L, nº I, 1994, pp. 11-22 y especialmente en VIGUERA MOLINS Mª-J. "Extremadura y al-Andalus", Actas de la I Jornada de Historia de Llerena, Llerena, 2000 pp. 17-42. La perduración de fronteras islámicas en períodos posteriores es un hecho que se puede inquirir en los períodos cristianos como se analiza en el estudio SEGOVIA SOPO, R. “La frontera cristiano-andalusí en el sur de Badajoz a través de la historia medieval de Xerixa (Jerez de los Caballeros)”, en VII Estudios de Frontera, “Islam y Cristiandad. S. XII-XVI”, «Homenaje a Mª-Jesús Viguera Molins», Alcalá la Real (Jaén), 2009, pp. 839-856.

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La Augusta Emerita romana, la Emerita visigoda, constituyó un lugar de referencia esencial para el avance de los ejércitos musulmanes invasores. Al tomar la capital de la que fue provincia Lusitania, las tropas islámicas aseguraban controlar una importante cabeza de puente desde donde proseguir su avance de invasión. Esto es porque Mérida, con el fin del Imperio romano y la llegada de los pueblos bárbaros continuó ejerciendo un papel rector análogo al que ejerció durante el período anterior, configurándose como una de las metrópolis más activas en el mundo visigodo en todos los órdenes, reforzando su jurisdicción, especialmente aquella ligada a la política y la 8 religión , convirtiéndose en metrópolis diocesana protagonista de concilios 9 provinciales . En cuanto al marco temporal, también hemos limitado sustancialmente el espacio cronológico de estudio, pues nos centramos en los primeros años de la conquista, los momentos en que las tropas musulmanas alcanzan la ciudad visigoda de Emerita y comienza el proceso de conversión de este espacio urbano cristiano a islámico, utilizando para ello también, y desde el primer momento, la obligatoriedad del uso de una moneda particular: la musulmana. En esta realidad, descubrimos ejemplares de acuñación norteafricana, otras posiblemente de acuñación volante o móvil de índole militar en las que se inscribe la leyenda SPAN como topónimo de acuñación, y finalmente otras de ubicación claramente hispano-musulmana al incluir entre sus leyendas, y como lugar de realización, la ceca al-Andalus; término que individualiza propiamente la Península Ibérica como lugar islámico. Esta transformación inscrita en las leyendas monetarias hemos de concebirla como proceso de evolución “sincrética” del topónimo Hispania en el nombre de la nueva provincia del Imperio islámico, actuando la moneda como parte activa de aculturación de la sociedad hispanovisigoda que había de adaptarse a la nueva entidad regidora. Limitarnos a un período temporal tan acotado conlleva el problema de encontrar pocos ejemplares susceptibles de identificarlos como elaborados en esos momentos.

7 El ager de Augusta Emerita es más amplio que el área de estudio que analizamos en el presente trabajo, pues nos limitamos a los hallazgos urbanos y periféricos que contiene el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida (MNAR) y conservados en algunas colecciones particulares, como después analizaremos. Para el espacio del ager emeritensis en su dimensión más amplia pueden consultarse varios trabajos recientes. CORDERO RUIZ, T. y FRANCO MORENO, B. “El territorio emeritense durante la Antigüedad Tardía y la Alta Edad Media”, en L. Caballero, P. Mateos y T. Cordero (eds.), Visigodos y Omeyas, V El territorio, CSIC-IAM, Mérida, pp. 147-170, o CORDERO RUIZ, T: El territorio emeritense durante la Antigüedad Tardía (siglos IV-VIII), Génesis y evolución del mundo rural lusitano, Anejos de AEspA LXVI, CSIC-IAM, Mérida, 2013. 8 CORDERO RUIZ, T. “Una nueva propuesta sobre el ager emeritensis durante el Imperio romano y la Antigüedad Tardía”, Zephyrus, LXV, Univ. Salamanca, 2010, pp. 149-165, especialmente 160 y ss. 9 CAMACHO MACÍAS, A. La antigua sede metropolitana de Mérida: proceso evolutivo de una Iglesia local, Anejos de Cuadernos Emeritenses, I, Asociación de Amigos del Museo Nacional de Arte Romano, Mérida, 2006; FRANCO MORENO, B. De Emerita a Mārida. El territorio (siglos VII-X), Editorial Académica Española, Leipzig, 2011, Tomo I, pp. 150-179.

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Sin embargo, precisamente en este problema radica la importancia del estudio que abordamos, pues en primer lugar no es nada extraño observar en los mapas de estudios sobre numismática andalusí grandes vacíos espaciales que pueden interpretarse como áreas donde no circulaba la moneda ante una supuesta ausencia de hallazgos monetarios. Ausencia que se hace patente si la investigación se limita únicamente a hallazgos contextualizados dentro de programadas excavaciones arqueológicas. Evidentemente, la realidad es diferente. La circulación monetaria fue una constante amplia en volumen y tipos durante toda la existencia de al-Andalus, y los hallazgos de monedas se han repetido a lo largo de los siglos, como muestran algunos estudios que 10 reúnen noticias al respecto . La escasez de noticias se explica porque en multitud de ocasiones las monedas musulmanas fueron despreciadas por el hecho de ser “incomprensibles” para la mayoría, se les tuvo recelos al haber sido emitidas desde una religión enemiga o invasora, o desaparecieron en crisoles por el material argénteo o áureo en que estaban realizadas. Por otra parte, el análisis numismático ya de piezas contextualizadas o fruto de hallazgos fortuitos permite situarlas en un eje cronológico que sirve de complemento auxiliar para entender el devenir histórico. Con independencia del volumen cuantitativo localizado hasta ahora, pues de seguro saldrán a la luz mediante publicaciones otros nuevos ejemplares que estando presentes materialmente permanecen silenciados por ausencia de su estudio, todos los pasos que se realicen en este sentido amplían enormemente los avances en cuanto al conocimiento que vamos adquiriendo en relación a la dispersión y circulación numismática en al-Andalus. Los mapas de localización de hallazgos van poblando amplias áreas de la península antes consideradas vacías y supuestamente ausentes de monedas andalusíes. Y en sentido opuesto, concentraciones de hallazgos no siempre implica la existencia de un mayor monto de monedas en ese espacio concreto, pues en ocasiones se debe a que en esa área se han desarrollado estudios que no han sido abordados en espacios colindantes al área de muestreo cuyos resultados han sido publicados11. Así por ejemplo, la evolución de las piezas numismáticas islámicas en los primeros años de la conquista es sumamente rápida en el tiempo, pero precisamente el que exista evolución, con piezas con caracteres latinos, latinos y árabes y finalmente árabes, habla de un intento por conciliar tanto la cultura, la economía y la población invasora con la población visigoda ya asentada que se regía por un modelo numismático diferente. Ello, finalmente, nos permite dar como conclusión que el modelo de invasión y conquista llevado a cabo por las tropas islámicas fue menos 10 MARCOS POUS, A. y VICENT ZARAGOZA, A.M. “Los tesorillos de monedas hispano-árabes del Museo Arqueológico de Córdoba”, III Jarique de Numismática Hispano-Árabe, Madrid, 1992, pp. 183-218. 11 SEGOVIA SOPO, R. “Aproximación a la circulación monetaria andalusí en la comarca de Llerena: los feluses del Emirato”, IV Jornadas de Historia en Llerena, Llerena, Sociedad Extremeña de Historia, 2003, pp. 79-107.

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catastrofista que aquel propuesto por las crónicas bizantinas o cristianas12. Es cierto que el proceso de ocupación y asentamiento no fue tan destructivo; los hallazgos arqueológicos urbanos están poniendo en evidencia en las últimas décadas esta realidad13, y el análisis numismático aquí presentado corrobora en la identificación de monedas también esta aseveración, pues la sucesión de tipos monetarios nos informa de una aculturación gradual, no muy extensa en el tiempo, pero que consiguió integrar plenamente un modelo visigodo que desapareció dentro del modelo islámico. III. Los materiales de investigación. La finalidad de nuestra labor radica en poner en valor y conocimiento la presencia de monedas islámicas en los primeros momentos de la ocupación por las tropas musulmanas de la ciudad de Mérida y sus campos aledaños. A partir de los registros numismáticos hallados, sin ser muy numerosos aún, permiten dar unos primeros pasos para entender los procesos de conquista y asentamiento y para establecer pautas de circulación monetaria andalusí en el área emeritense, el predominio de unas acuñaciones sobre otras, los contactos comerciales que se produjeron y sus posibles rutas, la existencia de acuñaciones foráneas, los emisores, los portadores, etc., a la vez que dar a conocer la existencia de un numerario que de otra forma permanecería ajeno a la investigación histórica y a la información cultural que aportan. Hemos buscado referencias bibliográficas antiguas en las que se cite la existencia de numerario andalusí y hemos catalogado algunas piezas procedentes de la zona espacial de estudio, para lo que hemos recurrido a los fondos del MNAR de Mérida y a colecciones particulares, desdeñando aquellas que, aunque bien conservadas o interesantes en su acuñación, no procedían específicamente de descubrimientos en esta ciudad. El entramado histórico-numismático es muy amplio en la Mārida

12 Son conocidas las referencias repetidas a este proceso destructor de conquista sugeridas a partir de la Crónica de Alfonso III: MOMMSEN, T. Chronica Minora, en MGH, Berlín, 1894, p. 356, https://archive.org/stream/chronicaminorasa11momm#page/356/mode/2up. 13 En el caso de Mérida los excepcionales trabajos de excavación desarrollados por el Consorcio de Arqueólogos de la Ciudad Monumental, Histórico-Artística y Arqueológica de Mérida han puesto en relieve los procesos constructivos de las distintas ciudades superpuestas a lo largo del tiempo. Los resultados de sus hallazgos y trabajos se han ido reuniendo hasta inicios de la crisis en la necesaria publicación “Mérida, Excavaciones Arqueológicas”, donde se analiza pormenorizadamente cada intervención. Citar todos y cada uno de estos trabajos es innecesario aquí, limitándonos a recomendar la consulta del estudio de ALBA, M. “Apuntes sobre el urbanismo y la vivienda de la ciudad islámica de Mérida”, Mérida, Excavaciones Arqueológicas en 2001, Memoria, 7, pp. 417-438, y reproducir una cita obtenida de la obra antes mencionada de Bruno FRANCO MORENO, donde en su página 147 del Tomo II indica que “La documentación arqueológica reunida nos informa que el casco viejo actual es heredero de la ciudad bajomedieval cristiana, y no tanto de la islámica, cuyo referente más fiable fue la retícula romana (…) A grandes rasgos existe continuidad del viario romano en época andalusí, pero no en el s. XIII momento en que se produce una ruptura importante con el caserío precedente pues la evidencia arqueológica indica que los inmuebles musulmanes fueron eliminados y rehechos con plantas y orientación diferentes”.

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andalusí, como hemos podido poner de relieve en otras publicaciones14. El corpus obtenido no es amplio pero sí muy significativo, pues presenta rasgos interesantes que requieren de un análisis pormenorizado para establecer una perfecta conexión entre material numismático y hechos históricos. Así, aunque poseemos la catalogación de un dinar de indicción de ceca africana, como después destallaremos, el conjunto más amplio de las monedas de este período, que hemos catalogado, se compone de emisiones broncíneas, o de cobre de cospel grueso; aquellas que genéricamente se han denominado como de “Tiempo de los Gobernadores”, por estar realizadas durante las primeras décadas del asentamiento islámico en la península y en la zona que nos ocupa. Los felus, fals o su plural fulus o feluses, de los que hoy podemos contar catalogadas numerosas variedades, presentan en sí multitud de incógnitas aún por desvelar. La diversidad de este tipo de numerario es amplísima. Este hecho ha llevado a considerar a algunos autores que son emisiones “locales” de circulación restringida, limitadas a los mercados circundantes a la factoría monetaria y, por consiguiente, susceptibles de establecer su lugar de acuñación15. Esta afirmación pudiera ser válida para algunas acuñaciones de felus, pero la realidad material demuestra que este aserto tiene diversos matices a aclarar. Muchos feluses muestran inscrito en una de sus caras como lugar de acuñación la ceca de “al-Andalus”, que ha de entenderse como toda la 16 Península Ibérica o como Córdoba . La primera opción marca un impreciso y no específico lugar de acuñación, mientras que la segunda implicaría que muchos tipos de felus, diversos todos ellos en módulos y pesos pero con el mismo valor, estarían realizados en talleres colindantes, propuesta que como poco parece no práctica. Por otro lado, la dispersión de estas piezas broncíneas es igualmente amplia, lo que desmiente la circulación restringida y sí establece vastos circuitos de intercambio y

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PALMA, F. y SEGOVIA SOPO, R. “Un tesorillo de moneda islámica aparecido en Morería (Mérida)”. Mérida. Excavaciones Arqueológicas en Mérida, 1999, nº 5. Consorcio Ciudad Monumental de Mérida, 2001, pp. 439-476; SEGOVIA SOPO; R. y VELÁZQUEZ JIMÉNEZ, A. “Un inédito tesorillo de moneda Emiral Independiente hallado en el Teatro Romano de Mérida”, en Ars metallica: monedas y medallas: Nules-Valencia, 25-27 de octubre de 2010, XIV Congreso Nacional de Numismática, Valencia-Nules, 2011, pp. 795-816; SEGOVIA SOPO, R. “Tesorillo de moneda califal y fatimí de la C/ Santa Julia de Mérida (Badajoz)”, en Ars metallica: monedas y medallas: NulesValencia, 25-27 de octubre de 2010, XIV Congreso Nacional de Numismática, Valencia-Nules, 2011, pp. 839-852; Ídem. “La fitna del Califato de Córdoba en Extremadura a través de sus manifestaciones numismáticas”, Frontera inferior de al-Andalus (Bruno Franco Moreno, Miguel Alba, Santiago Feijoo, coord), Mérida, 2011, pp. 253-274. 15 BARCELÓ, M. “Sobre algunos fulus…”, op. cit., pp. 33-42. 16 La identificación de la ceca “al-Andalus” como Córdoba es correcta durante el Emirato Independiente y el Califato, más no en el período Taifas, y dudosa durante el Emirato Dependiente. CODERA Y ZAIDÍN, F. “Çecas arábigoespañolas”, Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 3ª época, tomo IV, 2, Madrid, 1873, pp. 13; DELGADO Y HERNÁNDEZ, A. “Estudios de Numismática Arábigo-Hispana considerada como comprobante histórico de la dominación islámica de la Península”. Anticuaria Hispánica, 8, Madrid, Real Academia de la Historia, 1881 editado en 2001, pp. 115-116, anotación 216.

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utilización de estas piezas monetarias17. Al mismo tiempo, se detecta una variabilidad de volúmenes según el tipo de felus, lo que sí indica una mayor producción de unos modelos sobre otros, de unos talleres sobre otros, que podría indicar la mayor o menor actividad económica de unos talleres o de áreas de producción sobre otras. No siempre es posible llegar a todos los materiales, por lo que es evidente que este estudio es sesgado, es una aproximación en función a los materiales a los que hemos 18 accedido, de tal modo que el estudio no está cerrado . No obstante, y en la seguridad de que en cortos espacios de tiempos podamos conocer nuevos hallazgos que corroboren o modifiquen, en parte, los resultados que aquí ya presentamos, podemos indicar que iniciamos una senda que habrá de ser transitada para ampliar los conocimientos acerca de la circulación monetaria en los primeros momentos de la conquista de los territorios extremeños. IV. La acuñación monetaria andalusí en los primeros momentos de la conquista de Mérida. Ante la consolidación de la cultura islámica y su pronta expansión territorial, fue necesario crear una serie de emisiones monetarias que con rasgos de los imperios cercanos, sasánida y, sobre todo, bizantino, personalizase el nuevo Estado musulmán. Para ello, la nueva cultura introdujo leyendas árabes en modelos copiados de los imperios señalados y, como la religión domina sobre todos los ámbitos del creyente musulmán, la moneda se pobló progresivamente de oraciones y leyendas coránicas; de las que veremos ejemplos en las piezas registradas en el área de estudio. No podemos centrar este trabajo en la evolución de este numerario, analizado en otros estudios anteriores19. Sí recordaremos que la reforma monetaria fue fijada por el califa Abd alMalik ibn Marwan hacia el 77 H/696 d.C. imponiendo un sistema trimonetario, o trimetálico, basado en el dinar de oro, el dírham de plata y el fals o felus de bronce. Sistema crematístico que derivó de sus precedentes y contemporáneos bizantinos, sólido de oro, y sasánida, dracma de plata, con los que también guardaron una relación metrológica similar. 17

Para el caso extremeño consúltese las obras SEGOVIA SOPO, R. “Aproximación a la circulación monetaria andalusí…”, pp. 79-108; Ídem. “Testimonios numismáticos andalusíes en Villafranca de los Barros. Circulación monetaria en la Tierra de Barros durante la Alta Edad Media, I Jornadas de Historia de Almendralejo y Tierra de Barros, Almendralejo, 2010, pp. 389-409. 18 Queremos agradecer la ayuda prestada por D. Agustín Velázquez Jiménez para poder consultar y clasificar los fondos numismáticos andalusíes depositados en el MNAR de Mérida. 19 Obras genéricas como CODERA y ZAIDIN, F. Tratado de Numismática Arábigo-Española, Madrid, Librería M. Murillo, 1879; LAVOIX, H. Catalogue des monnaies musulmanes de la Bibliotheque Nationale, París, 1887-1891; DELGADO HERNÁNDEZ, A. "Estudios de numismática…”, op. cit.; MILES, G.C. The coinage of the Umayyad of Spain. 2 vols, The American Numismatic Society y The Hispanic Society of America, New York, 1950; MITCHINER, M.B. Oriental Coins and their Values: The world of Islam, Londres, 1977; y otras, además de algunas más concretas como WALKER, J. Catalogue of the Arab Byzantine and post Reform Umayyad Coins, Londres, 1956; BATES, M.L. “The Arab-Byzantine Bronze Coinage of Syria: An innovation by Abd al-Malik”, Colloquium in Memory of G.C. Miles, 1976, pp. 16-27, etc.

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Los feluses tuvieron su modelo de referencia en el follis bizantino, etimológicamente de origen griego, moneda de bronce del que deriva su nombre. Fue copiada en la sikka, o ceca, de Damasco con el rostro del emperador, en este caso del Califa, en el anverso, mientras en el reverso se seguía labrando una "M" típica de los bronces bizantinos, en alusión a su valor monetario, pues la "M" se identificaba con el 40, ya que un follis equivalía a 40 nummi. En el caso de los feluses islámicos es muy posible que este símbolo perdurase a modo de decoración más que marca de valor, pues ya antes de la conquista árabe de Siria, el uso del monetario bizantino en cobre o bronce había decaído hasta casi desaparecer. Tanto es así que las acuñaciones islámicas en bronce no tendrán la equivalencia de peso, módulo y grosor que sí está presente en dinares y dírhams. Anterior a Abd al-Malik, pero también posterior a su reforma, son comunes los feluses con una elaboración grosera y de muy variada metrología y leyendas20. La inmensa mayoría carente de fecha y ceca, siéndonos difícil establecer un origen cierto, o momento exacto de su labra, información de la que sí poseemos constancia en emisiones áureas y argénteas, pues la tiene inscrita en una de sus caras. Dinar es el nombre que daban los árabes a su moneda de oro. Término derivado etimológicamente de “denarius”. Aunque en época romana este nombre se asignase a la moneda de plata, también está presente en las fuentes escritas con el término aureo denarium para referirse a la moneda de oro21. Esta denominación perduró especialmente en el área oriental del Imperio, en el área bizantina, la que estuvo más en contacto con la Península arábiga y con el Próximo y Oriente Medio, donde se surgió, consolidó y comenzó a extenderse el Imperio islámico. La evolución de motivos decorativos de los áureos denarios musulmanes, los dinares, así como sus 22 pesos , están en conexión precisamente con los modelos tipológicos bizantinos. Nada vamos a indicar en relación a la moneda de plata árabe, del dírham, pues en el período que nos ocupa y en el lugar que tratamos no se realizaron estas monedas. En caso de hallar monedas de plata serían ejemplares labrados en cecas norteafricanas o del Próximo Oriente, pertenecientes al Califato de Damasco, y labradas con un tipo prácticamente idéntico en infinidad de Casas de Moneda según normas dictadas por el 23 Califa Abd al-Malik en su reforma monetaria del 79 H . No obstante, hasta el momento no hemos localizado ninguna de estas monedas en el ámbito espacial emeritense, por lo que dejaremos un análisis formal más preciso de estas monedas cuando tengamos ejemplares sobre los que basar dicho examen. 20 BATES, M. “History, Geography and Numismatics in the First Century of Islam Coinage”, Revue Suisse de Numismatique, 65, 1986, pp. 231-262. 21 PLINIO, Historia Natural, Libro 33-13. 22 DELGADO HERNÁNDEZ, A. "Estudios de numismática…”, op. cit., pp. 61-63. 23 MEDINA GÓMEZ, A. Monedas hispano-musulmanas, Toledo, Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos, Diputación Provincial de Toledo, 1992, pp. 78.

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El felus fue una moneda fiduciaria troquelada ante la necesidad de realizar transacciones comerciales de pequeña escala, por lo que es bastante plausible que lo importante de la moneda fuera que tuviera un valor reconocido por el Estado islámico, frente a otro numerario circulante (visigodo, bizantino e incluso romano), no siendo tan importante el que monedas de un mismo valor tuvieran distinto aspecto, módulo o grosor, si en su favor eran fácilmente reconocidas principalmente por el metal que la componía, denominándose como felus a toda moneda árabe de cobre del período temporal que analizamos24. Algunos investigadores creen que, por el contrario, el valor de cada tipo de felus era diferente según el área en el que se realizasen, 25 circunscribiendo su circulación a las proximidades de su lugar de emisión . Es una hipótesis interesante, que ya citábamos con anterioridad pues fue planteada por Miguel Barceló, pues podría delimitar con precisión unas áreas de comercio de otras. Sin embargo, los registros numismáticos localizados en Mérida informan de la existencia de variados tipos de felus que debieron convivir en un mismo espacio cronológico. De ser cierta la afirmación de que cada tipo de felus corresponde a una ceca distinta, la circulación de las mismas no se circunscribiría a un territorio cercano al de su fabricación, pues casi todos los tipos los hallamos en multitud de lugares26. No obstante, se podrán establecer volúmenes de emisión y establecer correspondencias con áreas geográficas cuando el número de estudios sobre los hallazgos de feluses así lo permitan. Otra vía de estudios en cuanto al uso y circulación de los feluses radica en que, conviviendo con otras monedas realizadas en otros metales, debieron existir equivalencias entre unas y otras. Nuevamente nos hallamos ante importantes lagunas que impiden establecer datos perfectamente documentados, y más aún durante los primeros años de invasión y establecimiento fiscal andalusí, pues las fuentes bibliográficas contemporáneas al respecto son prácticamente nulas, y tan sólo siglos después, ya en el periodo Nazarí de Granada, hallamos algunas fuentes que nos ilustran con mayor precisión al respecto. Similar a los feluses de los siglos VIII-X, los nazaríes del siglo XV fueron acuñados con libertad de pesos, corroborándose de nuevo que su valor procedía del asignado por el político y no por su peso o diámetro27. Pero en cuanto a su equivalencia con el resto de emisiones andalusí, siguiendo a 28 Álvarez Cienfuegos, que estudió un documento fiscal de 1490 , un felus correspondía al valor de 1/8 de dirham de plata, aunque las modificaciones en cuanto a las tasas de 24 En períodos posteriores, especialmente durante las Taifas, fueron comunes los dírhams realizados en cobre o con una cantidad ínfima de plata, aunque nunca fueron considerados como felús, siempre se designaron como dírhams a pesar de su casi ausencia de metal argénteo. 25 FROCHOSO SÁNCHEZ, R. Los feluses de al-Andalus, Madrid, Numismática Córdoba Ed., 2001, p. 8. 26 SEGOVIA SOPO, R. “Aproximación a la circulación monetaria andalusí en la comarca de Llerena…”, op. cit. 27 JIMÉNEZ PUERTAS, M. “La evolución del sistema monetario nazarí”, Gaceta Numismática, 150, 2003, p. 45. 28 ÁLVAREZ CIENFUEGOS, I. “La Hacienda de los nasries granadinos”, Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos, VIII, 1959, p. 122.

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cambio debieron cambiar debido a devaluaciones, calidad de las monedas de oro y plata, conflictos bélicos, mantenimiento de rutas comerciales, incrementos de recaudación fiscal, disponibilidad de mayor o menor cantidad de metales preciosos, 29 etc . En el ámbito nacional, encontramos feluses desde los primeros momentos de la invasión, en un principio de ceca Tánger e inmediatamente después de ceca alAndalus, realizándose una importante labor acuñadora en cuanto a cantidad y modelos, no así su técnica, pues la mayoría son toscos. Estas primeras monedas son las 30 31 denominadas “feluses de los Amires” , “feluses de invasión” , “feluses de 32 33 conquista” o “feluses de los gobernadores” pues, aunque la mayoría carece de fecha de acuñación, está demostrada su temprana cronología, comparándolos con aquellos estilísticamente muy similares pero que presentan ceca al-Andalus y fecha de acuñación 108 H (726 d.C.) y 110 H (728 d.C.). La dificultad de datar con precisión el resto de los feluses de estas características condujo al estudioso J. I. Sáenz Díez a 34 proponer la denominación de “feluses del Emirato Dependiente” . Realizar una revisión de los hallazgos de dinares de indicción y de los feluses de los primeros momentos de la conquista implicaría realizar un trabajo exclusivo sobre este 35 parecer, puesto que en las últimas décadas se ha procedido al estudio de estas piezas . V. LA NUMISMÁTICA ISLÁMICA EN LA MÁS TEMPRANA MÉRIDA ANDALUSÍ. V.I. DINAR SÓLIDO LATINO. Ya decíamos más atrás que no es extraño que encontremos en obras recientes sobre la numismática andalusí mapas en los que se muestre ausencia de manifestaciones de 29

La complejidad de pesos, mediadas y equivalencias ha sido estudiado en varias ocasiones destacando la obra PELLICER Y BRÚ, J. Al-Andalus: Las fuentes y la numismática. (Síntesis cronológico-metrológico de las acuñaciones del Califato de Córdoba), ANE, Barcelona, 1988. 30 CODERA y ZAIDIN, F. Tratado de numismática..., pp. 58-60, y RADA y DELGADO, J.D. de la. Catálogo de monedas arábigas españolas que se conservan en el Museo Arqueológico Nacional, Madrid, 1892, p. 5. 31 DOMÉNECH BELDA, C. “Circulación monetaria de época emiral en el País Valenciano; el problema de las primeras emisiones en cobre”, Actas IX Congreso Nacional de Numismática, Elche, 1994, 1995, pp. 281-302. 32 BARCELÓ, M. “Sobre algunos fulus contemporáneos a la conquista…”. 33 FROCHOSO SÁNCHEZ, R. Los feluses del periodo de los gobernadores omeyas en al-Andalus, Numisma, 237, enero-junio ,1996, pp. 259-289. 34 SÁENZ DÍEZ, J.I. "Feluses del Emirato Dependiente en el Museo Arqueológico Nacional", VII Congreso Nacional de Numismática, 1989, pp. 482. 35 Ya en nuestro estudio sobre los feluses de la Campiña Sur de la provincia de Badajoz realizamos un listado con los lugares que citaban haber hallado feluses. El listado citado es amplio, y baste recordar que esta publicación es del año 2003 para entender que en la actualidad el número de establecimientos que indican contener feluses es muchísimo más amplio.

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monedas andalusíes en el área extremeña. Aunque es una afirmación errónea, es comprensible pues se basan en las fuentes bibliográficas que sacan a la luz estas monedas. La escasez de estudios sobre este campo en el espacio geográfico de Extremadura se está corrigiendo con estudios que revisan los fondos antiguos de los Museos, las colecciones particulares, la puesta al día de los restos exhumados en sistemáticas excavaciones arqueológicas o la puesta al día de las nuevas investigaciones en foros históricos y arqueológicos como las Jornadas de Arqueología e Historia Medieval que periódicamente se están desarrollando en Mérida (Badajoz). Las noticias sobre hallazgos de monedas andalusí en suelo emeritenses se remontan hasta principios del s. XVII, momento en que se publica la obra de Bernabé Moreno de Vargas (Madrid, 1633), al citar textualmente que «en la fortaleza (…) se hallan 36 muchas monedas arábigas, y en mi poder están algunas» . La mención, a pesar de indicarnos un lugar preciso de aparición de moneda islámica, es bastante escueta, no solo porque no ofrece ningún dato sobre su lectura, debido a que este autor desconocía tanto la lengua árabe como a cualquier que pudiera transcribirle el contenido de las mismas, sino porque al no describir ningún rasgo de las mismas, material de acuñación, dimensiones o decoración, no podemos determinar que pertenezcan a los primeros momentos de la conquista, siendo probable que fuesen dírhams del Emirato Independiente o del Califato, a deducir por el lugar de hallazgo37. La siguiente obra a consultar en el tiempo es la de D. José-Ramón Mélida en su Catálogo Monumental de la Provincia de Badajoz, realizado entre 1907 y 1910, aunque publicado en 1925. En su revisión de los fondos monetarios del Gabinete Numismático del Museo de Mérida de principio del s. XX, contabilizó 23 ejemplares hispano-musulmanes38: 1 dírham del Emirato Dependiente del 119 H, 10 feluses del periodo de los Gobernadores, 1 dírham del 160 H, época del Emir 'Abd al-Raḥmān I, 3 dírhams del 201 H, época del Emir al-Hakam I, 2 feluses del Emirato Independiente, 2 dírhams califales acuñados durante el gobierno del Califa Hišām II (años 390 H y 391 H), tres de la época Taifa de Badajoz (1 dírham de vellón, que Mélida denomina felus,

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MORENO DE VARGAS, B.: Historia de la ciudad de Mérida. Madrid. Imprenta Taso, 1633; reedición 1981, p. 354. Señala que las monedas de las que habla fueron encontradas en al alcazaba, la cual fue construida en época de 'Abd alRaḥmān II en el 835 d.C., y su desconocimiento de la grafía árabe la vuelve a reconocer cuando habla de las lápidas que se disponen sobre su puerta, que hoy sabemos que conmemoran su fundación (CODERA, F.: Inscripción árabe del castillo de Mérida. B.R.A.H., XLI, 1902, pp. 138 y ss., PÉREZ ÁLVAREZ, Mª.A. Fuentes árabes de Extremadura…, p. 206 y VALDÉS FERNÁNDEZ, F. Arqueología islámica en la Baja Extremadura. Hª de la Baja Extremadura, 1986. Tomo I, p. 561; BARCELÓ, C. “Las inscripciones omeyas de la alcazaba de Mérida”, Arqueología y Territorio Medieval, 11-1, Universidad de Jaén, 2004, pp. 59-78). Por ello, Bernabé Moreno de Vargas se dolía no poder aportar “la luz que para la historia” dimana de las inscripciones inscritas en lápidas y monedas árabes. 38 MÉLIDA, J.R. Catálogo Monumental de España. Provincia de Badajoz (1907-1910). Madrid, 1926, Tomo II, pp. 66-67. 37

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de Yaḥyā al-Mansūr al-Aftas y 2 dírhams del mismo material de al-Mutawakkil), y “1 medio dírham” de época almorávide de Yūsuf. Llama poderosamente la atención la datación a un dírham acuñado en el 119 H, fecha situada en los primeros momentos de la conquista de Mérida por la tropas islámicas y susceptible, por tanto, de ser analizada en este estudio. No obstante, desistimos de incluirla como un ejemplar de los primeros tiempos de la conquista de Mérida al considerar que muy posiblemente es un error de lectura, y más bien debería datarse como moneda troquelada en el 219 H. El más que probable error de datación del sr. Mélida, o tipográfico de la imprenta en el momento de la fabricación de la magna obra, lo explicamos en otra publicación a cuya consulta remitimos39. Las fuentes sitúan cronológicamente la primera llegada de tropas islámicas a Mérida en la primavera del 713 d.C., tropas comandadas por el walī de Ifrīqiya, Mūsà ben Nusayr, como bien se relata en el fundamental estudio de Manuel Terrón para la 40 historia de la Extremadura andalusí , y más recientemente en la Tesis Doctoral de 41 Bruno Franco , que desvela la mayor parte de las incógnitas sobre la Mérida musulmana. En cuanto a acontecimientos históricos, el ejército árabe-beréber en avance de conquista hasta Mérida en el 713 d.C. estaba formado principalmente por gentes de origen árabe, contingente armado diferente de las tropas primeras capitaneadas por Tāriq, y llegadas en el 711 d.C., compuesta mayoritariamente por beréberes norteafricanos. La población aledaña a Mérida se desplazó, temerosa de la llegada de este ejército, hasta esta ciudad, refugiándose dentro de las murallas, apresurándose a reforzar la maltrecha y antigua muralla romana y a abastecerse de alimentos y armas para soportar un asedio. Sacaro, el alcayde visigodo, negó en un principio la rendición de la ciudad, proponiéndose agotar al enemigo basándose en la resistencia de sus defensas y en la firme intención de mantenerse libres de los nuevos conquistadores. Mūsà ben Nusayr hizo construir una máquina de asedio, la acercó a la muralla, consiguió arrancar un sillar y encontró que tras él había una masa compacta de argamasa que era imposible de desmontar por sus zapadores. Tras la destrucción de 39 SEGOVIA SOPO; R. y VELÁZQUEZ JIMÉNEZ, A. “Un inédito tesorillo de moneda Emiral Independiente hallado en el Teatro Romano de Mérida…”, pp. 799-800. 40 TERRÓN ALBARRÁN, M. “Historia política de la Baja Extremadura en el periodo islámico”, Historia de la Baja Extremadura, Badajoz, Tomo I, 1986, pp. 283-556; Ídem. Extremadura musulmana, 713-1248, Badajoz, 1991, pp.13-21. 41 FRANCO MORENO, B. De Emerita a Mārida…, Tomo II, pp. 7-22.

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esta máquina de guerra por una salida valiente de los defensores visigodos. Mūsa optó por esperar a que el tiempo y las necesidades interiores debilitaran la voluntad de los asediados. A mediados del mismo año (30 de junio/fiesta del fiar del 713 a.C./94 H), tras seis meses de sitio continuado se alcanzó un acuerdo de capitulación (sulḥān) Las cláusulas no ha llegado hasta nosotros, pero que con seguridad debieron ser muy similares a las firmadas por el hijo del gobernador y comandante del segundo ejército de avance, 'Abd al-'Azīz ben Mūsà, en el área murciana gobernada por Tudmīr, y que sí se ha conservado hasta la actualidad. En este acuerdo se establecía la existencia de propiedades denominadas “regias”, donde era posible llegar a acuerdos con las tropas atacantes para mantener el mismo status que gozaban antes de la invasión, manteniendo las propiedades y bienes de los habitantes de la zona ocupada, manteniendo autonomía local y libertad religiosa, y manteniendo una presión 42 tributaria similar a la ya establecida con el Estado visigodo . Por lo que respecta al dominio del resto de la provincia lusitana, fue 'Abd al-'Azīz quien lideró este avance militar. Proceso que fue continuado por sus sucesores de modo igualmente más pacífico que violento, adaptando los medios tributarios existentes a los musulmanes de nuevo cuño; adaptación que en ocasiones materializaba en la sustitución de la moneda visigoda por otra moneda islámica que, en proceso igualmente de transformación gradual, no fue de imposición directa y agresiva sino que se permitió un somero tiempo de “adaptación” con la emisión de los denominados “solidus musulmanes de oro” o “dinares latinos” de procedencia norteafricana, llegados en un primer momento como soldada de los ejércitos árabes43. Los caracteres de estos sólidos son variados. En África solía inscribirse en el centro de una de las caras la palabra “SIMILIS”, en alusión a su equivalencia con los sólidos 44 bizantinos de Cartago , mientras en una de sus orlas en leyenda latina se indicaba que su ceca de acuñación era AFRK, en alusión a África o Ifrīqiya, entendiendo por tal el al-Magrib cercano o al-Magrib al-Adnà que corresponde al territorio del actual Túnez 45 y oriente de Argelia . Tenemos constancia de que hubo una leve emisión de dinares sólidos andalusíes idénticos a los africanos con “similis” en una de sus áreas, únicamente sustituyendo la ceca AFRK por la de SPAN, en alusión a Hispania, caso del ejemplar conservado en el 42

Íbidem, Tomo II, p. 18. BARBERO, A. y VIGIL, M. La formación del Feudalismo en la Península Ibérica, Barcelona, Grijalbo, 1978, p. 205. 44 FROCHOSO SÁNCHEZ, R. Los feluses de al-Andalus…, p. 9. 45 MEDINA GÓMEZ, A. Monedas hispano-musulmanas…, p. 21. 43

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Museo Casa de la Moneda y estudiado por Anna Mª Balaguer46. No obstante, los ejemplos de dinares sólidos ya personalizados como hispanos, aunque análogos a los africanos, son fácilmente distinguibles pues se sustituye la palabra SIMILIS del centro de una de sus caras por una estrella de siete u ocho puntas, icono que parece identificar al occidente islámico al relacionar esta figura con la estrella Hespérides, que ha identificado el occidente desde la Antigüedad Clásica. En consonancia con los modelos africanos, se mantiene en la opuesta área central la leyenda incompleta de “INDICCIÓN” más la cifra IX, X, XI o XII, siguiendo un modo de datación de tiempos de Constantino el Grande (307-337 d.C.) constituida desde al año 312 d.C. por períodos o ciclos de 15 años a efectos tributarios. Las monedas transicionales que muestran esta datación de indicción se tallaron entre el 92-95 H (es decir 711-714 d.C., años de indicción que aparecen en estos sólidos dinares), lo que las enmarca al ciclo 26 tributario, que se establecía entre el 83 y el 98 H (702-717 d.C.), de tal modo que el año de dicción IX corresponde al año 92 H/711d.C, el X al 93H/712, el XI al 94H/713 y finalmente el año indicción XII se data en el año 95 H/714 d.C. En esta misma época se tallaron fracciones de dinar, monedas más pequeñas en módulo y peso y que sustituyen la cifra indicción por una columna sobre peldaños rematada por una esfera o por una barra recta, copiando los modelos bizantinos que se decoraban con una cruz sobre escalinata. Tras los dinares con leyendas latinas exclusivamente, a partir del 98 H/716 d.C., el proceso de transición optó por crear otro modelo numismático caracterizado por ser bilingüe latino/árabe, siendo acuñados primeramente en África. Generalmente, sus leyendas centrales están labradas en caracteres árabes (tawḥīd en una de sus áreas: “No hay Dios sino Allāh,” y la risala en la otra: “Muḥammad (es) el enviado de Allāh”, mientras que las leyendas de las orlas de ambas caras lo están en caracteres latinos siguiendo con más o menos perfección las leyendas reducidas o sigladas de: “In Nomine Dei Non Est Deus Nisi Deus. Et Solus”: “En el nombre de Dios, no Dios sino Dios, Y Solo”, por una parte y por la otra: “Novus Solidus Feritus In Africa Anno XCIII Nova Numeratione”: “Nuevo Sólido acuñado en Africa, año 94 de la era de la nueva numeración”47. Este nuevo diseño de transición es copiado en al-Andalus emitiéndose igualmente “dinares bilingües” aunque con rasgos diferenciadores que las distinguen 46 BALAGUER PRUNES, A.M. Las emisiones transicionales árabe-musulmanas de Hispania, Barcelona, ANECSIC, 1976, pp. 30-31. Estos dinares sólidos andalusíes con la palabra “similis” en una de sus caras, en lugar de la estrella, también don citado por MARTÍN ESCUDERO, F. El tesoro de Baena, Real Academia de la Historia, Madrid, 2005, p. 38. 47 DELGADO HERNÁNDEZ, A. “Estudios de numismática…”, p. 87, nº 11 y 12.

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rápidamente y a simple vista de las emisiones africanas. Así las andalusíes mantienen una de las áreas centrales ocupada por la leyenda religiosa del tawḥīd en árabe, pero se sustituye la risāla por la típica estrella hispano-árabe ya descrita de siete u ocho puntas en la cara contraria, al mismo tiempo que una de las orlas se mantiene en letras latinas sustituyendo la ceca “AFRO”, de África, por la de “SPAN”, que designa a la Península Ibérica con el nombre de Hispania y en la otra leyenda de orla se inscriben caracteres árabes con la fórmula: “Se acuñó este dinar en al-Andalus, año…”48. Acerca de estas monedas bilingües con designación de ceca en ambas lenguas, SAPAN/al-Andalus y debido a la falta de equivalencia entre las fechas en latín y en árabe, Isidro de las Cagigas propuso que pudieran ser monedas acuñadas por primera vez por y para el ejército sitiador de Mérida en el 94 H/71349, es decir emisiones monetarias específicas para el pago al ejército árabe inmovilizado ante las murallas emeritenses. Es evidente que los miembros de la milicia requerían de sus soldadas para mantener su poder adquisitivo durante todo el proceso de avances, estancia de seis meses ante Mérida y nuevo avance sobre un territorio en conquista, es posible que la llegada de numerario desde África no debió ser muy abundante, pues no es amplio el número de hallazgos de estas monedas transicionales de ceca africana. En consecuencia, la propuesta de Isidro de las Cagigas es arriesgada, más cuando no existen fuentes escritas que así lo corroboren y la fecha del 98 escrita en caracteres árabes dificulta considerar que estas monedas bilingües fueron las primeras monedas islámicas acuñadas sobre oro en suelo peninsular, por lo tanto de “ceca militar itinerante” produciendo su primer troquelado a las afueras precisamente de Mérida. A estas monedas áureas bilingües de doble ceca SPAN/al-Andalus siguen otras de leyendas exclusivamente en árabe que indica en una de sus orlas el origen de acuñación bajo el topónimo “al-Andalus”, con la fecha inicial del 102 H50/ 720-721 d.C., siguiendo el modelo llegado de África, cuya datación más temprana se sitúa en el año 100 H, Esta serie se realiza hasta el 127 H (744 d.C.), año en que finalizan 51 temporalmente las acuñaciones en oro. La moneda hallada en Mérida, conservada en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida con signatura MNARMFCE28030, corresponde a un dinar sólido realizado en el norte de África con inscripción de ceca “ÁFRC”.

48

Íbidem, op. cit., p. 88, nº 10 y 13. CAGIGAS, I. de las. “Al-Andalus; unos datos y una pregunta”, Al-Andalus, 4-1, Madrid-Granada, 1936, pp. 205214. 50 BALAGUER, A.M. y GINER, M.A. “Una moneda acuñada en el norte de África en el año 101 de la Hégira (719-720 d.C.)”, Gaceta Numismática, 48, pp. 31-32. 51 FROCHOSO SÁNCHEZ, R. El dírham andalusí en el Emirato de Córdoba, RAH-RAC, 2009, p. 28. 49

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Esta inscripción de ceca resulta extraña, pues la mayoría de las mondas de esta procedencia señala la casa de acuñación o Dar al-sikka en uno de sus márgenes mediante la leyenda “AFR” o “AFRK52” y no la fórmula “AFRC” como leemos en la moneda encontrada en Mérida53. La explicación tal vez se deba a que estamos ante una moneda algo diferente a las de su serie, pues en ella observamos otros aspectos que la personalizan del resto de emisiones de dinares sólidos africanos. Efectivamente, basta con revisar las obras de referencias para observar un dato especialmente llamativo en esta moneda respecto al resto de dinares sólidos acuñados en África. El estudio de John Walker de 1956 cita dinares sólidos latinos hasta la indición XII, fechados por lo tanto en el año 94-95 H (712-713 d.C.)54, y en la misma línea hallamos el estudio de Anna María Balaguer Prunes, que cataloga dinares africanos con leyenda latina con final cronológico en la indición XII55. No obstante, la lectura de nuestro ejemplar es muy fluida debido a un centrado muy digno y a una conservación bastante buena. Por ello, no tenemos dudas al leer con toda claridad en el centro del reverso la indición “XIII”, correspondiendo, por tanto, al año 96 H (714 d.C.). Aunque Michael L. Bates afirmó que “there are no African issues after year 9 until year 1256”, y así estaba consensuado hasta ahora, la aparición en subastas internacionales de unos pocos dinares del año indición XIII hace necesaria una Ejemplar 1.

MNAR_CE 28030 52

BALAGUER PRUNES, A.M. Las emisiones transicionales…, pp. 56, 87-88. Ya Francisco Codera daba a conocer una pieza con leyenda AFRC, pero correspondiente a un tercio de dinar, del tipo grada y columna coronada por esfera, perteneciente a la colección de Pascual de Gayangos, el cual es representado por dibujo, no por calco de la pieza para observar la leyenda, no citando además ningún ejemplar de tipo dinar para esta leyenda que observamos en el ejemplar emeritense. CODERA Y ZAIDÍN, F. Tratado de Numismática…, p. 39. Muy recientemente se ha escrito un artículo, aún en prensa, que aborda el estudio de estas monedas y que indica la aparición de sólidos con la sigla “AFRC”: JONSON, T. “The Earliest Dated Islamic Solidi of North Africa”, (en prensa). 54 WALKER, J. Catalogue of the Arab Byzantine…, p. 75. 55 BALAGUER PRUNES, A.M. Las emisiones transicionales…, p. 60. 56 BATES, M.L. “The Coinage of Spain under the Umayyad Caliphs of the East, 711-750”, en Actas III Jarique de Numismática Hispano-Árabe, Museo Arqueológico Nacional, Madrid, 13-16 Diciembre 1990, Madrid, 1992, p. 276. 53

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revisión de la fecha límite de acuñación indición XII57. Además, la posibilidad de que las monedas subastadas de este año XIII de acuñación fueran falsificaciones queda descartada precisamente por la pieza conservada en el MNAR de Mérida, la cual merece un estudio específico sobre la misma dada su excepcional rareza58. V.II. FELUSES. El sr. Mélida citó en su “Catálogo Monumental de la Provincia de Badajoz” la existencia de 10 feluses de la época de los Gobernadores a los que define como ilegibles, más un dirham al que da como cronología de realización el 119 H (737 d.C.), por lo tanto correspondería a una emisión temprana hallada en Mérida, aunque ya analizamos detalladamente en otra publicación su más que posible error de lectura y datación, como hemos indicado en la nota 39. Desgraciadamente, la información aportada en las fichas de estos feluses conservados en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida es demasiado escueta, no pudiendo determinar con precisión el lugar de hallazgo. Al menos, sí podemos indicar que la inmensa mayoría de ellos, a pesar de ser pocos los registros conservados, pertenecen a hallazgos en el espacio urbano emeritense, pues estos feluses fueron registrados hacia los años 40 del pasado siglo XX por el que fue director de este museo, Don José Álvarez Sáenz de Buruaga. Este insigne estudioso asumió la difícil tarea de dar entrada mediante fichas a multitud de piezas procedente de variados yacimientos arqueológicos o entregados por particulares. Muchas de estas piezas habían sido almacenados de modo inconveniente o procedían de las barracas de las excavaciones del teatro, del anfiteatro o la alcazaba, excavaciones desarrolladas de modo más o menos sistemático, y que aportaron multitud de piezas arqueológicas no suficientemente catalogadas en su momento. Efectivamente, muchos de los materiales obtenidos en los trabajos de excavación arqueológica anteriores a 1943, momento en que asume la responsabilidad del control arqueológico Don José Álvarez Sáenz de Buruaga, no se integraron de inmediato en el Museo, sino que, provisionalmente, se llevaron a dependencias situadas entre las ruinas de la alcazaba de Mérida, exactamente en el Conventual, o se construyeron casetas aledañas a las excavaciones en curso. Estas fueron medidas de urgencia necesarias, a la que hubo de recurrirse en algunas ocasiones debido a la recogida de un inmenso caudal

57 Casa Casas de Subastas Numismáticas “Baldwin's Auctions”, Londres, 9 de mayo de 2001, Lote 1587; “Áureo & Calicó Numismática”, 21 y 22 de octubre de 2003, lote 164, y “Áureo & Calicó Numismática”, 19 de diciembre de 2006, Lote 99. 58 El necesario estudio de la pieza en cuestión, así como las vicisitudes que sufrió hasta llegar a los fondos museísticos emeritenses, se encuentra ya muy adelantado, siendo los autores de su estudio quien firma este trabajo y Don Agustín Velázquez Jiménez, Conservador del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida.

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arqueológico y a la existencia por entonces de unas instalaciones museísticas 59 demasiado pequeñas . Estas monedas andalusíes de la primera época debieron estar contenidas en una caja de calzado que es citada en las fichas de ingreso del museo y en la que debió haber un maremágnum de objetos diversos, así como monedas de distintas épocas. Esto nos conduce a sopesar que los feluses que son citados por J.R. Mélida en su obra realizada entre 1907 y 1910 no deben necesariamente corresponder con los fondos de feluses custodiados en la actualidad en el Museo de Mérida, debido a los diversos avatares históricos que las piezas citadas por el sr. Mélida han sufrido hasta mediados del siglo XX. No obstante, y teniendo constancia de la presencia material de feluses de la primera época en la temprana Mérida andalusí, procedemos a describir y analizar los ejemplares de estas monedas conservadas en el mencionado museo. Ejemplar 2.

Colección particular.

Comenzamos el análisis de los feluses hallados en Mérida con una moneda conservada en una colección particular. Sus leyendas, sobre todo la inscrita en su anverso, nos informan que nos hallamos ante una moneda del Grupo XI del corpus de feluses de Rafael Frochoso Sánchez60. El reverso, parte que puede leerse con comodidad a pesar de estar descentrada la acuñación, se compone de dos líneas en las que se inscribe la risala o “Misión Profética de Mahoma”, extraída del Corán, en su Sura 61, versículo 9: “Muḥammad (es) el / enviado de Allāh”. Leyenda que es bordeada por una gráfila de gruesas ovas; orla que se observa ligeramente en su parte superior. La leyenda del anverso es la realmente interesante y mucho más escasa que la anterior, leyéndose con claridad prácticamente en toda su extensión: “Se contribuye al servicio de Allāh”. Las primeras palabras de esta frase del anverso, “nafaqa” (se contribuye), 59 SEGOVIA SOPO; R. y VELÁZQUEZ JIMÉNEZ, A. “Un inédito tesorillo de moneda Emiral Independiente hallado en el Teatro Romano de Mérida…”, p. 802 60 FROCHOSO SÁNCHEZ, R. Los feluses de al-Andalus…, pp. 29-31.

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da nombre a estas monedas de cobre, que son conocidas como las “monedas del impuesto” o “de la contribución”. Son muy escasos los feluses hallados en la Península Ibérica en la que se observen con nitidez esta leyenda; muy posiblemente porque su fabricación y circulación fueron muy efímeras. No obstante, son una buena prueba testimonial de las primeras piezas musulmanas de la invasión, en la que la inscripción de leyendas “tributarias” ha despertado el interés de los investigadores, que han puesto especial interés en dar a conocer los nuevos hallazgos relacionados con este tipo monetaria, unos documentados en excavaciones arqueológicas, otros conservados en Museos desde antiguo pero sí desapercibidos al no ser abordado su estudio, como es el caso que nos ocupa.ç La primera cita expresa a este modelo de feluses lo debemos al trabajo de John Walker61, que catalogó tres ejemplares. Después, Miquel Barceló decribió tres piezas que pertenecían a las colecciones Antonio Vives y Escudero, British Museum y 62 Rudolf Morgenstern , añadiendo poco después un nuevo ejemplar procedente de 63 Mola de Felanitx (Mallorca, Baleares) . Rafael Frochoso, en el comienzo de sus estudios sobre los feluses, cataloga otros siete feluses nafaqa procedentes del Museo Arqueológico Nacional, dos del Museo Arqueológico de Córdoba, uno de la colección 64 Tonegawa y cinco más de colecciones particulares . De nuevo M. Barceló, con J. Colino y Féliz Retamero, sacaron a la luz nuevos ejemplares “nafaqa” procedentes Sevilla (ocho) y uno de procedencia incierta65. La atención sobre estas monedas se expresa en nuevas publicaciones al poco de las ya citadas. Antonio Poiares demuestra la expansión de estos feluses por toda la Península Ibérica, hallando en Portugal, en los alrededores de Beja, cinco ejemplares más66. Este volumen de información fue sistematizado por Rafael Frochoso en su compendio que sobre los feluses realizó en el año 2001, incluyendo en sus registros otros procedentes de colecciones particulares, la mayoría procedente de hallazgos fortuitos 67 en la provincia de Córdoba, hasta alcanzar los 42 ejemplares . Registro ampliado con 61

WALKER, J. Catalogue of the Arab Byzantine…, p. 227, tipos P. 120, Th. 13 y P. 121. BARCELÓ, M. “Un fals de yihad encunyat a Tanya probablement abans del 92/711”, Acta Numismática, VII, 1977, pp. 187-189, 63 BARCELÓ, M. El sol que salió por Occidente. Estado sobre el Estado Omeya de al-Andalus. Universidad de Jaén. Jaén, 1997; Nueva edición a cargo de V. Martínez Enamorado, Valencia, 2010, pp. 222-223. 64 FROCHOSO SÁNCHEZ, R. “Los feluses del período de los Gobernadores Omeyas en al-Andalus”, Numisma, 237, enero-junio, 1996, pp. 259-289. 65 BARCELÓ, M., COLINO, J. y RETAMERO, F. “Nueve ejemplares más de fulus de la serie nafaqa”, Gaceta Numismática, 128, 1998, pp. 9-12. 66 POIARES DE CARVALHO, A. “Um achado de felos nos arredores de Beja”. Vipasca, Arqueología e Historia, nº 8. Unidade Arqueológica de Ajustrel, Portugal, 1999, pp. 95-112. 67 FROCHOSO SÁNCHEZ, R. Los feluses de al-Andalus…, p. 30. 62

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una moneda más al analizar las piezas numismáticas encontradas en las excavaciones 68 que Pedro Marfil Ruiz realizó en la Mezquita de Córdoba . En los últimos años, las publicaciones acerca de estas monedas van ampliando el número de piezas conocidas. Así, Virgilio Martínez Enamorado y Félix Retamero Serralvo, en la reedición del libro El sol que salió por occidente; estudios sobre el Estado Omeya en al-Andalus de Miquel Barceló, han sumado cuatro nuevos feluses de la “contribución” procedentes de Algeciras (Cádiz), Pocito Chico (Puerto de Santa María, Cádiz) y en los museos de 69 Villamartín (Cádiz) y Teba (Málaga) . Estos feluses “nafaqa”, también denominados “feluses de la invasión”, fueron probablemente acuñados en Tánger hacia el 92 H (710 d.C.), dentro de la logística que supuso la expedición del general Tāriq ibn Ziŷāb a Hispania, y destinadas o bien a las soldadas que recibieron los ejércitos que participaron en la conquista de la Península Ibérica70, o bien al impuesto que en el nombre de Allāh se repartía entre los soldados71. Por último, la frase del reverso “Muḥammad (es) el enviado de Allāh” implica un inexorable proceso de aculturación a través de la nueva moneda que llega y se expande por una Península Ibérica recién conquistada. Al repertorio de monedas de la invasión, de la contribución o “nafaqa”, hay que sumar este nuevo ejemplar hallado en Mérida, procedente de la orilla urbana colindante al río Guadiana. Su peso es de 2,29 grs., con un diámetro en torno a los 14,21 mm., con un grosor de 2,03 mm., y una posición horaria de cuños cifrado en un 10. Estas medidas se encuentran en la media ponderal que resulta de los estudios de Rafael Frochoso en su corpus sobre los feluses de al-Andalus, que establece una orla de mediadas entre los 12,5 y 19 mm., y pesos extremos comprendidos entre los 1,7 y 4,98 grs. Ejemplar 3.

MNAR_CE b38-m39 68 FROCHOSO SÁNCHEZ, R. “Las monedas encontradas en las Excavaciones de la Catedral de Córdoba”, Arte, Arqueología e Historia, nº. 16, 2009, págs. 195-204, especialmente 198-199. 69 BARCELÓ, M. El sol que salió por Occidente. Estado sobre el Estado Omeya…, op. cit. 70 BARCELÓ, M. “Sobre algunos fulus contemporáneos a la conquista de Hispania por los árabes musulmanes”, Boletín de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, nº XXXIV, 1972, pp. 33-42. 71 BALAGUER PRUNES, A.M. Las emisiones transicionales…, p. 22.

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Conservado en el Gabinete Numismático del MNAR de Mérida, con la sigla MNAR_CE b38-m39, este felús tiene el anverso casi frustro por desgaste. Sin embargo, la lectura de este anverso a partir de las grafías que se observan y la lectura clara de la leyenda contenida en su reverso nos conducen hasta uno de los feluses más comunes de al-Andalus. Ambas caras están limitadas por una gruesa orla de ovas. El anverso contiene la Profesión de Fe musulmana o tawḥīd: “No hay más Dios si/ no Allāh”, extracto coránico muy utilizado en las monedas más antiguas acuñadas en la Península Ibérica, anteriores a aquellos feluses que amplían la leyenda y la dividen en tres partes. El reverso se inscribe la Misión Profética de Mahoma, la risāla, escrita igualmente en dos líneas, muestra de su antigüedad: “Muḥammad (es) el / enviado de Allāh”. Estos rasgos arcaicos nos conducen a catalogarla dentro del tipo Walker 683-684-a y Frochoso II-a, uno de los ejemplares más extendidos por toda al-Andalus y que es diverso en cuanto a tamaños de sus módulos y pesos. Así, R. Frochoso ha establecido unos márgenes de diámetro entre los 12,5 y los 22 mm., y los pesos pueden oscilar entre los 0,97 y los 8 grs. El felús hallado en Mérida tiene un diámetro de 14,52 mm., y un peso de 2,63 grs. El mal estado de esta moneda localizada en la Mārida islámica no es extraño, cuanto más que un gran número de estas monedas, hasta un 27,5 % de las publicadas, presentan desgastes por una sobre impresión de los cuños en una o dos de sus caras, lo que no es óbice para que tratemos con uno de los tipos numismáticos más tempranos llegados con la conquista musulmana. Ejemplar 4.

MNAR_CE 27316 Este nuevo felús hallado en Mérida es un modelo tan común como sencillo en su diseño. Entre las monedas de cobre islámico de la primera época conservadas en el 72 MAN, el 52 % de ellos corresponde a este tipo de feluses . Corresponde al tipo Fr II-b, 72

FROCHOSO SÁNCHEZ, R. Los feluses de al-Andalus…, p. 21.

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Las leyendas religiosas de este felús se organizan del siguiente modo. El anverso posee parte de la “Profesión de Fe musulmana” organizada en dos líneas: “No hay Dios si / no Alá”, mientras el reverso se compone de la “Misión Profética de Mahoma” (Sura 61, versículo 9) dividido en dos líneas: “Muḥammad (es) el / enviado de Allāh”. Este felús MNAR_CE 19670 lo catalogamos bajo los modelos nº 5 Lám. II de Codera75, Vives 4476, Frochoso XVII-a77, Walker 75678. Destaca del mismo que incluye en sus áreas leyendas que especifican tanto la fecha de acuñación como la ceca de fabricación. Se trata, al igual que los feluses anteriores estudiados, de un tipo monetario en cobre muy común en la Península Ibérica, fácilmente identificable a simple vista por su llamativo diseño. Posee seis puntas en una estrella inscrita en el área central del anverso, y constituye un interesante ejemplo de las primeras emisiones en cobre/bronce realizadas en la Península Ibérica al incluir precisamente la ceca en un 79 lugar tan principal como es el área central del reverso . El área central del anverso está ocupada por una estrella de seis puntas. Esta estrella es un motivo típicamente andalusí, aunque otras monedas islámicas orientales en cobre también la poseen en el centro de una de sus áreas, siendo estas últimas monedas no 80 andalusíes muy escasas y raras . Como ya analizamos, la estrella fue el símbolo utilizado en los dinares-sólidos latinos que diferencian la producción de al-Andalus de las emisiones africanas, en el que se inscribió mayoritariamente la leyenda “similis”. Comentado fue que esta estrella “andalusí” ha sido interpretada por algunos autores como la estrella Hespérides; como cuerpo celeste que localiza el oeste y, por lo tanto, al espacio geográfico más occidental de la expansión islámica en Europa81. Estos espacios centrales en los que se han inscrito la estrella de seis puntas, y la ceca en dos líneas “al-A / ndalus”, están rodeados por una orla de ovas que la separan de las leyendas marginales. En relación a estas leyendas marginales. En el anverso se labra la Profesión de Fe compuesta por la tawḥīd: “No hay Dios sino Alá”, seguida de la risala: “Muḥammad (es) el enviado de Allāh”. En torno a la inscripción de la ceca “alA /ndalus”, dispuesta en dos líneas del reverso, como hemos indicado, la leyenda del 75

CODERA y ZAIDIN, F. Tratado de numismática..., p. 59. VIVES Y ESCUDERO, A. Monedas de las dinastías arábigo-españolas, Madrid, 1893, p. 7. 77 FROCHOSO SÁNCHEZ, R. Los feluses de al-Andalus…, p. 41. 78 WALKER, J. Catalogue of the Arab Byzantine…, p. 232. 79 DELGADO HERNÁNDEZ, A. "Estudios de numismática…”, pp. 95-96 y 420, Lámina 1. 80 Walker tipos 712 a 722. 81 DELGADO HERNÁNDEZ, A. "Estudios de numismática…”, p. 91; RODRÍGUEZ PÉREZ, R. “Iconografía y simbolismo en los feluses de al-Andalus”, Gaceta Numismática, 156, 2005, pp. 25-26. 76

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margen es la siguiente: “En el nombre de Dios fue acuñado este felús”, utilizando como base la gráfila de ovas que independiza el área central de la marginal. Aunque no se inscribe en ninguno de sus espacios fecha de acuñación, se relaciona, por su tipología formal, con las monedas de cobre de los años 108-110 H, es decir, por emisiones realizadas durante el gobierno del walí Yaḥyā ben Salama al-Kalbi, siendo este período en que se data su fabricación. Es uno de los feluses más comunes de la Península Ibérica, hallándose también en otros espacios geográficos extremeños82, a la vez que debemos presuponer que constituye una de las emisiones particulares de al-Andalus más tempranas, pues incluye en lugar preponderante esta ceca. Además, y como prueba de posible emisión antigua, no inscribe en ninguna de sus caras la fecha de realización, dato muy común en las emisiones argénteas y áureas del mismo período. Aunque muy uniforme en su diseño, a pesar de poder diferenciar algunas variantes a partir del número de rayos en su estrella central (seis, siete u ocho brazos estelares), la variedad estriba en los cospeles. Aunque los cuños son muy similares en anchura, medimos repetidamente en 24 mm. el espacio central entre la orla de ovas, el uso de cospeles de medidas heterogéneas, entre 16 y 21 mm. de diámetro, según estimaciones de las monedas conservadas en el Museo Arqueológico Nacional y estudiadas por Rafael Frochoso, explica que hallamos, por lo general, monedas donde casi siempre las leyendas marginales pueden leerse parcialmente al quedar parte de ellas fuera del cospel troquelado. En este mismo sentido, los pesos de estas monedas también son variados, oscilando entre los 3,43 y los 5,34 gramos. En clara consonancia con lo anteriormente descrito, los grosores son igualmente dispares en sus medidas, incluso en las misma moneda, prueba de una acuñación algo defectuosa que incluye en una misma moneda bordes gruesos y bordes de escaso espesor. Naturalmente, esta falta de pericia de los acuñadores se produce ante la necesidad de fabricar monedas en cantidades apreciables en un corto espacio de tiempo, priorizando el número de piezas acuñadas sobre la perfección de su factura. El felús de este tipo conservado en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida es mayor en peso y medida que los analizados en el Museo Arqueológico Nacional por Rafael Frochoso, pues su peso alcanza los 7,45 grs., el diámetro es de 21,67 mm., y completamos los datos de acuñación añadiendo que la posición horaria de los cuños se cifra en un 7. 82 SEGOVIA SOPO, R. “Aproximación a la circulación monetaria andalusí…”, pp. 96-97 (concretamente se han documentado felús de este tipo en Trasierra, cercana a las ruinas de Regina Turdulorum, y entre Cardenchosa y Los Rubios, cerca de Azuaga, también SEGOVIA SOPO, R. “Testimonios numismáticos andalusíes en Villafranca…”, pp. 389-409, especialmente pp. 397-399. No obstante, estos feluses, junto a otros de diferente tipología, son localizados de modo fortuito por toda Extremadura, aunque la falta de publicaciones hace que pasen desapercibidos a los investigadores.

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Walker 677-a y Miles 27. Siglado con el número MNAR_ CE 27316 corresponde a una moneda diseñada por una leyenda en dos líneas en su anverso: “No hay más Dios si/ no Allāh”, que corresponde a un fragmento de la Profesión de Fe musulmana. Fragmento coránico muy utilizado en las monedas más antiguas acuñadas en la Península Ibérica, al igual que los ejemplares nº 2 y 3 ya analizados; todos ellos anteriores a aquellos feluses que amplían la leyenda y la dividen en tres partes, como podremos comprobar en otro ejemplar monetario broncíneo hallado en Mérida. En el reverso se inscribe la Misión Profética de Mahoma, la risāla, escrita igualmente en dos líneas, muestra de su antigüedad: “Muḥammad (es) el / enviado de Allāh”, con una decoración central entre las dos líneas formada por un anillo, que nos permite catalogarla en los tipos concretos arriba señalados. La variedad de pesos y módulos está en consonancia con las toscas acuñaciones de los primeros momentos de la conquista, existiendo gran variabilidad en cuanto a estos dos factores metrológicos. Por ello, es fácil encontrar monedas de pequeño módulo que contiene parte del diseño de los cuños, pues gran parte de éste ha quedado fuera del cospel. Las leyendas descritas pueden tener una gráfila externa delimitadora, que suele reducirse a una o dos líneas de puntos u que, en ocasiones por falta de pericia del abridor, se asemeja más a una línea continua. De los valores obtenidos entre las monedas pesadas y medidas se obtiene como resultado que estas monedas tiene un peso que oscila entre los 1,24 y los 8,4 grs., con módulos dispares entre los 11,9 y los 21 mm. Nuestra moneda se halla entre estos amplios márgenes, pues pesa 1,39 grs. y mide 18,88 mm. La posición horaria de sus cuños nos da la cifra 7, aunque está demostrado que la premura en la factura de estas monedas soslayaba la fineza o la homogeneidad en la posición de anverso y reverso al recibir los golpes de acuñación. Es una moneda común en los espacios urbanos y rurales andalusíes, teniendo constancia de otro ejemplar similar en Villafranca de los Barros73. Ejemplar 5.

MNAR_CE 29858 73 SEGOVIA SOPO, R. “Testimonios numismáticos andalusíes en Villafranca de los Barros. Circulación monetaria en la Tierra de Barros durante la Alta Edad Media”, en Jornadas de Historia de Almendralejo y Tierra de Barros, nº I, 13 y 14 de octubre de 2009, Asamblea de Extremadura, 2010, pp. 400 y 405.

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El Museo Nacional de Arte Romano de Mérida también contiene un felús bajo la signatura MNAR_CE 29858, el cual catalogamos como similar al tipo Fr. II-c del Grupo I, definido como felús con gráfila externa de puntos gruesos; en nuestro ejemplar puede observarse parcialmente en la parte superior del reverso. Se diferencia de los modelos anteriores en que este tipo posee un adorno en el centro derecha del reverso, que es de difícil identificación al ser esquemático y diverso dentro de los feluses de este grupo. En concreto, y en relación a esta amplitud de motivos geométricos, el diseño del adorno en la moneda emeritense difiere de los presentados por Rafael Frochoso en su detallado estudio de los feluses andalusíes74, constituyendo, por lo tanto, un cuño que dentro del tipo II-c no está catalogado en sus detalles específicos. Este rasgo no es del todo extraño, pues en la numismática andalusí la aparición de nuevos cuños es una constante, como demuestra la localización de diseños nuevos que amplían los ya extensos corpus de monedas andalusíes en sus distintas épocas. En el felús MNAR_CE 29858 el adorno es similar a una “N” invertida con un trazo intermedio en la “V” que aparece a la izquierda. Metrológicamente estas monedas suelen ser de pequeño tamaño, inferiores incluso a los cuños, pues la mayoría de los ejemplares analizados poseen parte de sus leyendas fuera de cospel. Los valores medios obtenidos en el control de distintos ejemplares dan como resultado la abundancia de monedas de 2,96 grs de peso y 12,07 mm de diámetro. Nuestra moneda pesa 1,45 grs., peso bastante inferior a la media, y su diámetro es de 11,61 mm. Aunque menor a la media, su datos está dentro de las variables de estas monedas en las que incluso algunos ejemplares llegan a tener únicamente 11 mm. de módulo. Estos feluses de tipo II-c son, junto a los modelos Fr. XI-a “nafaqa”, Fr II-a y Fr II-b, ejemplos de las primeras acuñaciones realizadas por y para las tropas islámicas en Hispania procedentes del norte de África, pues dentro de este grupo, con estos cuños Fr II-c, se encuentran los escasos follis romanos reacuñados como feluses, de los que esperamos encontrar algún ejemplar en el futuro en tierras extremeñas. Ejemplar 6.

MNAR_CE 19670 74

FROCHOSO SÁNCHEZ, R. Los feluses de al-Andalus…, p. 22.

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Ejemplares 7 y 8.

MNAR_CE-b39-m28

MNAR_CE 29833

Estos nuevos felúses corresponden a monedas que incluyen en sus leyendas tanto la fecha de acuñación como la ceca de fabricación. Pertenecen al tipo Fr XIX-d, Vives 43, Miles 9b83, Walker 761 al 763, Codera Lámina II, nº 4. Destacan por varias razones. El anverso posee una leyenda central formada por la tawḥīd: “No hay Dios si / no Alá”, dividida en dos partes, con un motivo decorativo central entre las dos líneas descritas; motivo que merece ser analizado con rigor. Este anverso se completa con una leyenda marginal dispuesta en cuadrado formada por la leyenda “Fue acuñado este fals”, que se inicia en el ángulo superior derecho. Por su parte, el reverso se caracteriza por tener en su centro la risala: “Muḥammad (es) el / enviado de Allāh”, dividida en dos partes, leyenda que está bordeada por una leyenda marginal igualmente diseñada en cuadrado en la podemos leer “al-Andalus año de diez y cien”. Ambas caras de la moneda están finalmente orladas por una gráfila de ovas. Al especificarnos que la fecha de acuñación es el 110 H (728 d.C.), estamos ante una nueva emisión realizada durante el mandato como walí de Yaḥyā ben Salama al-Kalbi, gobenador entre el 107-110 H. Sin embargo, no debemos descartar la idea de considerar que es obra de su sucesor, Hudayfa ben al-Aḥwas al-Qaysi, gobernador en el 110 H, que pudo distinguir su propia producción monetaria en cobre de su antecesor mediante este nuevo tipo de felús. La decoración central del anverso es algo controvertida, pues en las fuentes consultadas únicamente se indica que es “una decoración realizada con una sucesión 83 MILES, G.C. The coinage of the Umayyad of Spain, 2 vols., The American Numismatic Society y The Hispanic Society of America, New York, 1950.

Frontera Inferior de al-Andalus

219

La numismática islámica en la más temprana Mérida andalusí.

de puntos y/o de líneas continuas84”, una “columna colocada encima de gradas85”, o incluso se le otorga el calificativo de “especie de trípode86”. El excelente trabajo de Ramón Rodríguez Pérez, titulado “Iconografía y simbolismo en los feluses de al87 Andalus” , no trata específicamente este motivo iconográfico, por lo que nos 88 atrevemos a lanzar una hipótesis acerca de este símbolo . Para comenzar, es necesario recordar que las monedas que contienen este grabado poseen como fecha de realización el 110 H (728 d.C.), situándolas en un período temprano de las acuñaciones indudablemente andalusíes, pues se inscribe con toda la claridad como ceca de acuñación este espacio geográfico peninsular. Es conocido que las primeras acuñaciones realizadas en el territorio ibérico se atrevieron a sortear dictámenes coránicos que aconsejaban la eliminación de toda representación que no 89 90 fuera geométrica o vegetal a lo sumo . Aunque escasas, y atribuidas a al-Andalus , se 91 92 93 conocen monedas con la labra de un ave , un pez , un escorpión y la cabeza de un 94 guerrero . Procedentes presumiblemente de otros talleres ajenos a la Península Ibérica se han localizado otros motivos antropo y zoomorfos igualmente en feluses de una primera época, que nos informa de los contactos culturales e iconográficos entre 95 todos los espacios islámicos en expansión . De entre la decoración de animales localizada en feluses andalusíes, nos interesa especialmente aquella que representa peces de perfil, que se asemejan a atunes o sábalos, e incluso a un esturión96. Todos ellos motivos iconográficos de fuerte raigambre entre la numismática ibérica e hispano-romana del sur peninsular: Gades,

84

FROCHOSO SÁNCHEZ, R. Los feluses de al-Andalus…, pp. 46-47. DELGADO HERNÁNDEZ, A. "Estudios de numismática…”, pp. 95 y 420, Lámina 1-13. CODERA y ZAIDIN, F. Tratado de numismática..., p. 59. 87 CODERA y ZAIDIN, F.Gaceta Numismática, 156, 2005, pp. 21-34. 88 Mientras trabajaba en esta línea de investigación una hipótesis similar ha sido publicada recientemente abordando la problemática de manera somera: GASC, S. “L'iconographie des monnaies transitionnelles d'al-Andalus”, Anales de Historia del Arte, vol. 22, Universidad Complutense de Madrid, 2012, pp. 161-170. 89 No existe en el Corán prohibición expresa a la representación humana o animal, a excepción de una interpretación de la llamada “Sura de la mesa servida”, que no prohíbe sino que aconseja alejarse del vino, los juegos de azar y los ídolos, al considerarlos obra de Satán (citado en Sureda, J. “Conceptos y principios del arte islámico. La cuestión de las imágenes”, Historia Universal del Arte, 3, Planeta Ed., Barcelona, 2002, p. 130). 90 WALKER, J. Catalogue of the Arab Byzantine…, plate XXV. 91 WALKER 730, Frochoso, XIV-b. 92 WALKER 675, 676, 686; Frochoso I-a y I-b 93 WALKER P. 117, en p. 226 y plate XXV. 94 WALKER th. 12, pp. 222-223. 95 Estas últimas realizadas en talleres de Oriente Medio: Walker 587-589 son jinetes; Walker 601 posee en el reverso un león, etc.; plate XXIV. Esta similitud de tipos decorativos también informan de las posibles monedas que transportaban los soldados musulmanes que invadieron la Península Ibérica, algunas de ellas procedentes de talleres tan lejanos como Baysan, según la clasificación y atribución dada por John Walker. 96 RODRÍGUEZ PÉREZ, R. “Iconografía y simbolismo…”, p. 29. 85

86

220

IV Jornadas de Arqueología e Historia Medieval

Rogelio Segovia Sopo

Cumbaria, Ilipense, Sisipo, Caura, Sexi, Asido Ketovio, Onuba o Aipora97. Los feluses que poseen un pez en una de sus áreas parece que están influidos por estas monedas de la Hispania antigua, manteniendo continuidad entre las nuevas monedas islámicas del nuevo poder con la tradición numismática de la zona, “monedas islámicas del pez” 98 que fueron introducidas y acuñadas por primera vez por mandato del general Tarīq . Los feluses con peces son muy escasos, pudiendo analizar esta realidad desde distintos puntos de vista. Por ejemplo, la acuñación pudo ser limitada, pero también es posible que fuesen rápidamente eliminadas de la circulación por tener decoración no conveniente a la ortodoxia coránica, y fundidas para elaborar nuevas monedas con adornos aceptados. En esta línea creo que surgen las monedas con la representación esquemática no identificada por muchos autores, constituyendo la decoración que caracteriza a los ejemplares nº 7 y 8 hallados en Mérida. La eliminación de la representación fiel de un pez pudo ser sustituida por la representación esquemática igualmente de un pescado que, aunque distorsionada por su aspecto sencillo, es fácilmente identificable con este ser vivo acuático. Verdaderamente, nos encontramos con una moneda que linda la legalidad impuesta por la reforma monetaria de 'Abd alMalik, y que afectó de modo severo a las acuñaciones de dinares ocho años antes. De ser cierta la identificación de esta figura esquemática con su precedente figurada, alcanzamos dos consecuencias. La primera es que la observancia oficial sobre las monedas de cobre era muy inferior a la ejercida sobre las monedas de plata y de oro, un hecho de fácil constatación al visualizar la abrumadora heterogeneidad de tipos, pesos y medidas de los feluses facturados en un corto espacio de tiempo solo en la Península Ibérica; y en segundo lugar, es posible que estas monedas adaptadas a la nueva norma monetaria, que suprimía toda decoración zoomorfa en las piezas numismáticas, fueran destinadas a su consumo por tropas que estaban acostumbradas al uso de monedas con el logotipo ictíneo, tropas que continuarían accediendo a la Península en el proceso de consolidación del territorio conquistado, manteniendo en circulación, con algunos retoques, aquellas piezas monetarias de origen norteafricano y andalusí más figurativas y no aceptadas por les leyes califales. Para finalizar indicamos algunos aspectos metrológicos de esta moneda siglada como MNAR 29833. Este felús posee un diámetro de 19,43 mm., muy en consonancia con la media de estas monedas, dispares en sus medidas, pues se han hallado pequeñas en 97 SAEZ BOLAÑOS, J.A y BLANCO VILLERO, J.M. Las monedas de la Bética romana, vol. I. Conventos Gaditanus, San Fernando, 1996 y vol. II. Conventos Hispalenses, San Fernando, 2001; ÁLVAREZ BURGOS, F. La moneda hispánica desde sus orígenes hasta el siglo V, Madrid, 2008. Esta similitud ya fue observada por Henry Lavoix en el siglo XIX (LAVOIX, H. Catalogue des monnaies musulmanes de la Bibliothèque Nationale, París, Bibliothèque Nationale, 1887), pero sorprendentemente su opinión fue desechada por considerarla “poco probable”: MILES, G.C. The coinage of the Umayyad…, p. 121. 98 NAVASCUÉS Y DE PALACIOS, J. “Estudios de numismática musulmana occidental”, Numario Hispánico, nº 13, MAN, pp. 49-56.

Frontera Inferior de al-Andalus

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La numismática islámica en la más temprana Mérida andalusí.

diámetro, cercano a 17 mm., y otras que superan los 21 mm. Su peso es de 4,83 grs., igualmente en la media de este tipo de felús. La posición de los cuños en el momento de su troquelado es 11 h. Ejemplar 9.

MNAR_CE 22045

El Gabinete Numismático del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida contiene entre sus bandejas una moneda siglada bajo la numeración 22045. Corresponde, al igual que las anteriores, a un felús de la época de los Gobernadores, aunque no estrictamente de los primeros momentos de la consolidación de la conquista de la Hispania visigoda, como veremos a continuación. Rafael Frochoso cataloga este tipo numismático dentro del Grupo XX, que engloba aquellas “Monedas con parte de las inscripciones no legibles”. Su diseño está formado por unas leyendas centrales en ambas caras, que son fácilmente legibles, bordeadas por otras leyendas marginales de difícil lectura. El centro de su reverso contiene la leyenda de la Profesión de Fe Musulmana o tawḥīd dispuesta en tres líneas: “No hay más Dios / que Alá, solo Él, / no hay compañero (otro Dios) con Él”, mientras que la leyenda del área central del reverso la inscripción es un fragmento de la Sura 112 del Corán: “Allāh es uno / Allāh es eterno / y no fue engendrado”. Aunque posiblemente las leyendas marginales informasen de la fecha de acuñación o de la ceca donde fue fabricado, el cospel es bastante más pequeño que los cuños abiertos, de tal modo que la mayor parte de las leyendas quedan fuera de una posible lectura. La disposición de las leyendas es diferente al resto de felús catalogados en este trabajo y los paralelos con estos es difícil de establecer. No obstante, el corpus de feluses del sr. Frochoso indica que estas monedas, a pesar de ser muy comunes en la Península Ibérica, poseen las inscripciones de las orlas de muy difícil lectura, por estar labrados con una epigrafía poco clara, estar fuera de cospel y muy desgastadas. Aventura que algunas poseen leyendas que se asemejan a fechas de acuñación, indicando la posibilidad de leer fechas de los años 122, 125, 128, 152 y 156, aunque sin ser concluyente en este sentido99. 99

Ibidem, pp. 48-49.

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En Beja apareció un tipo similar de felús estudiado por Antonio Poiares100. Con una leyenda de reveso similar al tipo que nos ocupa, que reproduce la Sura 112, su distribución la realiza al modo de los dinares surgidos de la reforma Omeya en el espacio Oriental del Imperio islámico, y que caracterizarán a partir de entonces a todos los dírhams del Emirato Omeya Independiente de al-Andalus. Un ejemplo de estos dinares de nueva leyenda del reverso puede verse en la obra que Antonio Medina 101 publicó sobre la moneda andalusí , y sin embargo posee fecha temprana del 92 H (710-711 d.C.), precisamente la misma fecha que Antonio Poiares lee en el felús hallado en los alrededores de Beja, lo que demuestra que estas monedas de cobre con estas leyendas particulares y de difícil lectura pudieron ser labradas en el territorio 102 peninsular también en los primeros momentos de la invasión . La moneda hallada en Mérida pesa 3,91 grs. y mide 16,38 mm. de diámetro, peso y medida en perfecta sintonía con la metrología registrada de este tipo monetario en la obra citada de R. Frochoso103. Ejemplares 10 y 11.

MNAR_CE-b39-m26

MNAR_CE 14191

Clasificamos dos feluses conservado en el MNAR de Mérida dentro del mismo tipo de acuñación. Uno de ellos está siglado con el número MNAR_CE-b39-m26, mientras que el otro posee como signatura MNAR_CE 14191. Pertenecen al Grupo XIII que R. Frochoso determina como “monedas únicamente con leyendas religiosas”. Este autor establece que por el diseño de su grafía no deben relacionarse con acuñaciones norteafricanas y sí considera que poseen un claro origen andalusí, a pesar de estas monedas no lleven inscrito en ninguna de sus áreas la ceca de elaboración. No obstante, justifica esta afirmación al asemejarlas a las monedas tipo Fr. XVIII-a, un tipo de pequeño módulo, con leyendas muy similares a estas monedas 100

POIARES DE CARVALHO, A. “Um achado de felos…”, nº 52. MEDINA GÓMEZ, A. Monedas hispano-musulmanas…, p. 71, ejemplar nº 9. 102 R. Frochoso otorga al felús estudiado por Antonio Poiares la sigla XV-b, pero no incluye en su tratado sobre feluses andalusíes fotografía alguna de este modelo. 103 FROCHOSO SÁNCHEZ, R. Los feluses de al-Andalus…, p. 49. 101

Frontera Inferior de al-Andalus

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La numismática islámica en la más temprana Mérida andalusí.

que nos ocupan y que ahora analizaremos, pero con el clarividente matiz del tipo 104 XVIII-a de llevar en el margen su ceca de acuñación en el modo de “al-Andalus”. El anverso de los feluses del Grupo XIII se caracteriza por tener una leyenda central formada por tres líneas en las que podemos leer la Profesión de Fe musulmana en la siguiente forma: “No hay más Dios / que Alá, solo Él, / no hay compañero (otro Dios) con Él”. El reverso está estructurado igualmente mediante una frase religiosa, en concreto la risala o “Misión Profética de Mahoma”, obtenida de la Sura 61, versículo 9, organizada en tres líneas: “Muḥammad (es) el / enviado de Allāh”. El peso del ejemplar MNAR_CE-b39-m26 es de 1,14 grs, constituyendo un ejemplo de menor peso de este tipo de moneda que, siendo abundante, es igualmente dispar en cuanto a pesos, catalogando monedas de pesos similares a nuestro ejemplar junto a otros de igual cuño pero de peso en torno a los 4,5 grs. El felús MNAR_CE 14191 tiene un peso de 2,05 grs. El módulo del primer ejemplar emeritense es de 13,35 mm.; peso que se sitúa un poco por debajo de la media de estas monedas que poseen comúnmente un diámetro alrededor de los 15 mm. Precisamente el felús MNAR_CE 14191 tiene una medida de 15,32 mm. La abundancia de variantes ha dado lugar a una catalogación más precisa de estos tipos de cuños de feluses en función a que presenta diversos motivos decorativos en alguna de sus áreas, preferentemente en el reverso. Los adornos más abundantes están compuestos por puntos, estrellas o aquellos que parecen semejarse a un matorral o a palmeras muy esquemáticas. El ejemplar MNAR_CE-b39-m26 posee un punto en la parte superior del área central del reverso, y otro en la parte inferior a la leyenda que domina este reverso, por lo que podemos especificar que corresponde al tipo Fr. XIIIa-2. La catalogación del felús MNAR_CE 14191 es más difícil de determinar pues su anverso está bastante dañado por concreciones adheridas, y el reveso posee parte del cuño fuera de cospel. Sin embargo, la ausencia de punto en la parte superior de la leyenda central del reverso y la presencia de un punto en el centro de las leyendas centrales nos conducen a sopesar que pueda tratarse de un felús tipo Fr. XIII-a-3. Según Rafael Frochoso Sánchez, estas monedas pudieran pertenecer al período final de la etapa de los “Gobernadores” o etapa temprana de conquista hasta el inicio de la Guerra Civil que condujo al Emirato Independiente, pues aunque conservan la tendencia por acuñar monedas con gruesos cospeles, las grafías son más evolucionadas, así como la distribución de las leyendas de anverso y reverso en tres líneas, muy semejantes a los dírhams de los emiratos Dependiente e Independiente. 104 Para comparar la moneda hallada en Mérida con el tipo Fr. XVIII-a consúltese el corpus de feluses ya indicado más arriba, especialmente sus pp 43 y 119; o el hallazgo de una ejemplar de felús de este último tipo en Villafranca de los Barros (Badajoz): SEGOVIA SOPO, R. “Testimonios numismáticos andalusíes en Villafranca…”, pp. 400-401 y 405

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VI. CONCLUSIONES. La escasez de estudios sobre la moneda andalusí en los espacios geográficos extremeños hace necesario el análisis y catalogación de todas aquellas piezas de las que se tenga constancia, pues la moneda es un elemento básico para entender los procesos políticos, económicos, sociales y culturales de una sociedad, y constituyen una herramienta de primer orden cuando se intenta indagar en los procesos de aculturación y la conversión de una sociedad en otra. En concreto, nos es útil para el estudio de la llegada de las tropas islámicas a Hispania para crear una nueva provincia musulmana conocida como al-Andalus. La moneda es espacio difusor de los nuevos poderes políticos, mostrando sus idiosincrasias a través de los metales que, destinadas a intercambios comerciales y fiscales, se superponen a entidades políticas anteriores a las que quiere superar. La moneda andalusí, por tanto, también es el medio por el cual podemos acercarnos a los canales económicos de intercambio, canales que se basan en las vías de comunicación, el entramado comercial o el desplazamiento de tropas, sobre todo en los períodos más tempranos de la conquista de Hispania como territorio islámico. A través de la moneda andalusí podemos rastrear precisamente la llegada de estas tropas, incluso el origen de las mismas, o la permanencia de unos modelos foráneos que desaparecen a favor de otros nuevos autóctonos que permiten asegurar la consolidación del territorio conquistado. Mérida, espacio y lugar de importancia esencial en este proceso de conquista, requería un estudio de los restos materiales numismáticos que hubiere de esta primera época de conquista musulmana. Los restos monetarios catalogados, por ahora, no son muy amplios, pero lo suficientemente importantes como para poder tener una visión clara de la llegada del ejército norteafricano y el proceso de asentamiento de nuevas gentes que portan una nueva cultura, y dentro de ella también una nueva moneda.

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La numismática islámica en la más temprana Mérida andalusí.

MONEDA ANDALUSÍ EN LOS MOMENTOS DE CONQUISTA DE LA CIUDAD DE MÉRIDA

Ref. Bibliográficas



Valor

Emisor

Año

Peso

Diám.

H

Ceca

Signatura

1

Dinar solido latino

`Abd al`Azḥz ben Mūsà

96 H 714 d.C.

4,25

14

12

África

MNAR_CE 28030

2

Felús

Mūsà ben Nusayr

92 H 710 d.C.

2,29

14,21

10

Tánger? Ceca móvil militar?

Col. Part

Walker P. 120121, Th 13. Fr. XI-a.

3

Felús

Mūsà ben Nusayr / Abd alAzĩz?

--

2,63

14,52

10

Al-Andalus Ceca móvil militar?

MNAR_CE b38-m39

Walker 683684-a Fr. II-a.

4

Felús

Mūsà ben Nusayr / Abd alAzĩz?

--

1,39

18,88

7

Al-Andalus Ceca móvil militar?

MNAR_CE 27316

Walker 677-a, Miles 27 Fr. II-a.

5

Felús

Mūsà ben Nusayr / Abd alAzĩz?

--

7

Al-Andalus MNAR_CE Ceca 29858 móvil militar?

6

Felús

Yaḥyā ben Salama alKalbi

108-110 H 726-728 d.c.

7,45

21,67

7

Al-Andalus

MNAR_CE 19670

Coderaq Lam. IInº5. Vives 44. Walker 756. Miles 28-29 Fr. XVII-a.

7

Felús

Hudayfa ben alAḥwas alQaysi

110 H 728 d.c.

4,83

19,43

11

Al-Andalus

MNAR_CE b39-m28

Vives 43. Miles 9b Walker 761-763. Fr. XIX-d.

8

Felús

Hudayfa ben alAḥwas alQaysi

110 H 728 d.c.

4,03

17,56

7

Al-Andalus

MNAR_CE 29833

Vives 43. Miles 9b Walker 761-763. Fr. XIX-d.

9

Felús

--

--

3,91

16,28

9

Al-Andalus

MNAR_CE 22045

Fr. XX

10

Felús

--

--

1,14

13,35

1

Al-Andalus

MNAR_CE b39-m26

Fr. XIII-a-2.

11

Felús

--

--

2,05

15,32

8

Al-Andalus

MNAR_CE 14191

Fr. XIII-a-3.

226

1,45

11,61

Fr. II-c

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