“Nuevos sentidos en torno a la participación política en el escenario post-neoliberal: militancia y trabajo social”, (pp. 83- 94). En Bonetto María Susana, Martínez Fabiana (Comp.) (2015) Militancia y Juventud. CEA- UNC. Córdoba.

May 22, 2017 | Autor: Matilde Ambort | Categoría: Análisis del Discurso, Politicas Sociales, Militancia Política, Neoliberalismo
Share Embed


Descripción

Nuevos sentidos en torno a la participación política en el escenario post-neoliberal: militancia y trabajo social.1

Introducción La propuesta de trabajo se inscribe en el proyecto “Nuevas articulaciones Estado, Democracia y Ciudadanía en Latinoamérica: la democracia argentina post crisis neoliberal y el reencantamiento de la política”.2 En el marco de tal espacio de investigación, desde el cual se analizan organizaciones políticas juveniles, en sus prácticas y discursos, conformados con posterioridad al 2003, se sigue el supuesto general de que la crisis neoliberal planteó un discurso que se erigió como contrahegemónico hacia el neoliberalismo imperante en la década del 90‟, y aparece plasmado en prácticas ciudadanas y de militancia, conformando un nuevo paradigma en torno a la política y a la ciudadanía. De esta manera, se plantea particularmente, analizar desde la discursividad de los representantes de organizaciones juveniles militantes de Córdoba, lo ateniente al “trabajo social” que realizan, analizando cómo tematizan tales actividades y a los sectores hacia quienes van dirigidas. Se pretende identificar aquí los tópicos subyacentes al discurso y la conformación de un “sentido militante” en relación a la militancia barrial y el trabajo con tal población realizados. Este discurso se enmarcaría en los lineamientos planteados a nivel estatal sobre las políticas sociales, poniendo en tensión los tópicos atribuidos al neoliberalismo, emergiendo nuevas tematizaciones sobre el trabajo, la promoción social, la participación, la solidaridad y la explicación de las situaciones de pobreza. El objetivo específico es describir y analizar la particularidad de la discursividad actual de las agrupaciones

políticas

juveniles,

en

función

de

la

conformación

de

un

discurso

"contrahegemónico", específicamente lo que atañe a lo que entienden por trabajo militante. La manera particular de presentar su trabajo conformaría parte del nuevo paradigma fundante-que ven en el 2001 un punto de quiebre- tanto de políticas estatales, como de militancia y ciudadanía. Los tópicos neoliberales parecen haber entrado en crisis, y resulta un interrogante cuáles son los nuevos núcleos de sentido vigentes en las prácticas militantes en lo ateniente a la construcción de lazos políticos y prácticas que proyectan políticas estatales.

1

Matilde Ambort, Licenciada en Sociología, Docente Universidad Nacional de Villa María, Doctoranda en Administración y Política Pública. Becaria Interna Doctoral CONICET. 2 Dirigido por la Dra. María Susana Bonetto, CEA, UNC.

De esta manera, el presente análisis describe los tópicos emergentes de determinadas organizaciones políticas de Córdoba. Se trata de agrupaciones vinculadas a la fuerza política kirchnerista. Si bien se encuentran trayectorias y vínculos diversos en relación al oficialismo, son recortadas como objeto de estudio, ya que su emergencia las sitúa en un “espacio-tiempo” político común en el que surgen nuevos sentidos sobre la acción política. En el sentido planteado por Arditi (2009), lo innovador de estas agrupaciones son los “giros” en relación al desafío al esquema liberal de la política. “Un escenario post-liberal está surgiendo a medida que los actores experimentan formatos y lugares de intercambio político paralelos a los de la esfera liberal de la representación electoral” (Arditi, 2009: 232). El planteo del autor permite situar la emergencia de estas agrupaciones juveniles, que plantean un fuerte distanciamiento simbólico con la manera de hacer política en los 90‟: desde la “no participación”, desde la “resistencia” o bien desde una forma “gerencial- clientelar” de ejercer política. Ante tal escenario, aparecen interrogantes vinculados a cómo se vivencian las prácticas de participación política, de “militancia” de estos nuevos actores; cómo se construyen discursivamente las prácticas de participación, con qué modos de trabajo social se identifican- de cuáles se distancian- estas nuevas agrupaciones. Particularmente, se trabaja aquí con los discursos de representantes de tres agrupaciones con características diversas, con estructuras provinciales y/o nacionales, diferentes grados articulación con programas e instituciones gubernamentales- una de ellas constituida como partido político 3. El elemento común que caracteriza a estas organizaciones es el trabajo “territorial” que realizan desde diferentes encuadres institucionales y organizacionales. Las categorías de análisis utilizadas han sido: aliados, adversarios, forma de participaciónorganización, trayectoria, rasgos identitarios del kirchnerismo, referentes históricos, referencias a la pobreza, vínculos con sectores empobrecidos y trabajo social militante. El análisis relacional de estas categorías, ha permitido configurar los tópicos emergentes, las dominancias de sentido que atraviesan los discursos en lo ateniente a la categoría que emergió de manera inductiva como más significativa: el trabajo social militante. En este sentido, si bien no hay demasiada referencia a la pobreza- explícitamente, como tal, a la responsabilidad del Estado ante tal problemática, sí se 3

Una primera aproximación al análisis de los discursos de las agrupaciones analizadas, específicamente la que se constituye como partido político, fue presentada en la ponencia “Nuevos sentidos en torno a la participación política en el escenario post-neoliberal”, en el “Perspectivas y debates actuales a 30 años de la democracia, I Congreso Internacional de Ciencias Sociales y Humanidades. VIII Interdisciplinarias de Humanidades y Ciencias Sociales” de CIFFyH, UNC. Córdoba, noviembre 2013.

encuentran referencias constantes a las "problemáticas del territorio", “el barrio”, “las localidades”. En las prácticas que se relatan como parte del trabajo social militante se vislumbra un destinatario que tiene ciertas necesidades a cubrir, hacia los cuales ellos se dirigen con sus proyectos. Por ej.: "bueno esta cosa de… la ida al barrio para la reunión, la ida al barrio para el día del niño, la ida al barrio para llevar verduras, la ida al barrio para juntarte con la cooperativa del barrio, que a su vez te genera un laburo con el centro vecinal." (A2)4 Significando las prácticas de trabajo militante Abordamos nuestras inquietudes a partir de un análisis discursivo desde el esquema conceptual planteado por Angenot (1998). Lo discursivo como objeto de análisis, se enmarcaría en la conformación de un sistema dehegemonía discursiva, en el cuál ciertos paradigmas argumentativos acerca del orden social, la política, lo justo/ injusto, puntualizados una tópicos particulares, plantean dominancias de sentido en un estado particular de tal discurso social. “Las ideas que predominan en un momento dado son, a la vez, el producto de una larga historia y (…) deben estar inscriptas en „contextos sucesivos‟, en medios e instituciones que las adaptan y hacen algo con ellas” (Angenot, 2010: 17.) El análisis general de los discursos, nos muestra que la tópica que define a estas agrupaciones y su accionar se configura en respuesta- y en confrontación- a la historia de la participación política, principalmente a la década del 90‟, recuperando- e identificándose conciertos “fetiches” simbólicos vinculados al trabajo con los sectores populares, que aluden a la historia previa del peronismo: Eva Perón, Arturo Jauretche, etc. Así la dimensión polémica- antagónica (Verón, 1987) del discurso político aparece fuertemente marcada en la construcción de las identidades de estas agrupaciones y sus prácticas. Se trata de esquemas ideológicos en pugna, de carácter conflictivo y cambiante, que se configuran en la tensión con los tópicos característicos del paradigma hegemónico anterior, el neoliberalismo, definiendo adversarios y sentidos opuestos a los propuestos como válidos. “La hegemonía es, fundamentalmente, un conjunto de mecanismos unificadores y reguladores que aseguran a la vez la división del trabajo discursivo y un grado de homogeneización de retóricas, tópicas y doxas transdiscursivas. Sin embargo, esos mecanismos imponen aceptabilidad sobre lo que se dice y se escribe, y estratifican grados y formas de legitimidad” (Angenot, 2010: 31). Como se argumentó anteriormente, se parte del supuesto de que el paradigma neoliberal ha entrado en crisis, y los discursos de estas agrupaciones emergentes post crisis 2001 evidencian la conformación de una nueva tópica común. 4

Con el fin de preservar el anonimato de los entrevistados, las citas de las entrevistas se referencian como A1, A2, y A3 en relación con las agrupaciones analizadas en el presente trabajo.

De esta manera, se enfocó el análisis en los núcleos de sentido planteados por la discursividad de estas organizaciones en particular, atendiendo a los tópicos que definen a la “participación política” y el “trabajo militante” vinculado a ésta. Comenzando por la tematización del trabajo militante, se observa un tópico discursivo central desde el que se articulan las diferentes dimensiones asociadas al trabajo de construcción política: la “territorialidad”. Lo territorial, referenciando al trabajo de recorrido de barrios, del interior, de las agrupaciones sociales, de “escuchar las necesidades de la gente”. Desde la categoría de “forma de participación- organización”, los tópicos emergentes aparecen siempre en contraposición a un tipo de trabajo “gerencial”, la “macropolítica”. Es desde esa entidad llamada de manera general “lo territorial” se realiza una construcción colectiva, comunitaria de las políticas públicas, es lo que le brinda el carácter de “popular” al modelo político actual, al cual se adhiere plenamente: “encuentros de tres mil personas donde íbamos a discutir que pasaba en nuestros lugares, cómo lo veíamos nosotros y de repente de ahí te salía una línea de política de Estado” (A1). El trabajo “concreto” en los barrios, en el territorio, en el interior, en base a las “necesidades de la gente” se reconoce como la “verdadera militancia”, en oposición al trabajo de discusión de coyuntura política o de movilización para manifestaciones: "La verdad que las reuniones de mucha discusión de rosca y todo eso me parece que no son muy productivas que digamos, me parece que cuando uno trabaja en una propuesta de laburo concreta es donde realmente se ve ¿no? Y es lo que sirve y lo que le sirve a la gente" (A3). En esta misma línea se relata la experiencia y organización en el territorio, para llegar a tener una presencia "organizada" (se habla de la cantidad de seccionales, departamentos, etc.), de la conformación de “mesas de conducción” y la importancia del reforzamiento de “líderes” que emerjan de ese contacto con la gente: lo que queremos es que haya compañeros en el territorio que se referencien, que puedan ser referente territoriales, que salgan de la construcción que tienen con los propios vecinos; no trabajamos con punteros, no trabajamos con personas que ya tengan alguna quintita armada por alguna organización, tratamos de que sea algo genuino y que nazca en ese laburo que nosotros vamos haciendo y cuando se perfila un líder lo fortalecemos (A3).

Tal figura de “líderes barriales” o bien “referentes” se confronta y plantea fuertes barreras simbólicas con la figura de “punteros políticos” ligados a esquemas políticos asociados a un tipo de relación “externa” basada en la búsqueda de votos a cambio de favores. Así, los diferentes espacios o áreas de trabajo que nombran las agrupaciones (por ejemplo, de “gestión”, de “formación”) se

vinculan a las problemáticas “rescatadas” y “canalizadas” de la experiencia territorial- regional. Desde allí se busca tener correlato en lo “técnico- político” canalizando necesidades hacia el Estado: Los compañeros estamos investigando, buscando cualquier proyecto o programa para laburar el territorio, vemos la factibilidad que tiene eso llevado a determinado lugar y empezamos la gestión, hacemos el proyecto, hacemos los pedidos, también para desligar a los compañeros de esa tarea que es más operativa pero la usamos para hacer política en el territorio. El mismo programa de verdura; implica llamarlo al de la cooperativa, ponerse de acuerdo, hablarlo al del flete; un grupo de compañeros avocados a buscar esas cosas, los responsables territoriales, hablar con la gente (A2).

En relación a la territorialidad y a cómo trabajar con las necesidades de la gente, uno de los tópicos que aparece como negativo es el “asistencialismo”, asociado a una modalidad clientelar atribuida a la forma de hacer política que se pretende superar: brindar favores y “asistencia” sin una participación comprometida con las demandas sociales. A esta modalidad oponen tópicos como la participación social, el empoderamiento de las organizaciones, la promoción de capacidades, la generación de mayor trabajo: “teníamos claro que lo que no íbamos a hacer era seguir gerenciando el hambre, o sea, que no íbamos a seguir entregando bolsones a mercenarios para que sigan haciendo política con la pobreza.” (A1). Se observa un distanciamiento crítico hacia las prácticas asociadas al clientelismo político, pero a su vez, no se desconoce la importancia de trabajar con las agrupaciones que eran intermediarias de tal vínculo en el pasado, enfatizando la necesidad de fortalecerlas y avanzar hacia un “nuevo paradigma de política social”, basado en la ampliación de derechos sociales e inclusión mediante el trabajo. Pasar de “planes asistenciales” a planes productivos, comunitarios, de promoción social. Así, cuando se tematiza esta nueva modalidad de trabajo social, no hay demasiadas referencias directas a las situaciones de pobreza como tal, sino que siempre se apunta las “necesidades del territorio”, las localidades pequeñas y los barrios. Las prácticas que se relatan como parte del trabajo social militante se vislumbra un destinatario que tiene ciertas necesidades, hacia las cuales se dirigen con sus proyectos: "bueno esta cosa de… la ida al barrio para la reunión, la ida al barrio para el día del niño, la ida al barrio para llevar verduras, la ida al barrio para juntarte con la cooperativa del barrio, que a su vez te genera un laburo con el centro vecinal." (A2). De este modo, lo territorial es tematizado como el espacio de disputa política, excediendo y distanciándose de las lógicas “tradicionales” de “afiliación” a partidos políticos o de

sindicalización. La militancia en el "barrio" como sector complejo, donde confluyen diferentes sectores y necesidades sociales lo que decidimos es que todo compañero que se suma: va al territorio… en este laburo en el territorio lo que hacemos es formar parte de los procesos de construcción colectiva con los vecinos. Nosotros vamos, apuntalamos, empoderamos, pero tratamos de trabajar todo sobre todo de las propuestas de los vecinos, no tratamos nosotros de ir a decirles que es lo que tienen que hacer, tratamos de que sea participativo, hablamos con ellos, tratamos que se salgan propuestas desde las necesidades de los vecinos en el barrio y a partir de eso tenemos un programa de trabajo con los vecinos, las iniciativas salen de ellos; nosotros lo que hacemos es tratar de encausarlos por lo que sea, cuando hay que laburar un proyecto o cuando hay que generar un programita para tratar de laburarlo, en eso nosotros apoyamos pero las propuestas salen de los vecinos nos dicen qué es lo que quieren hacer y nosotros tratamos de ayudar a que eso sea factible (A3)

Se aduce la necesidad de “llevar” el proyecto político hacia tal espacio. En este punto se observa cierto distanciamiento entre las “necesidades concretas” que expresa la gente de los barrios y lo que desde los espacios intelectuales de militancia se reconocen como los “problemas” a los cuales el modelo político debe dar respuesta: “En el territorio no se reconocen ciertas problemáticas como la democratización de la palabra, en relación a la ley de medios (…) El laburo estaba en este equilibrio entre nuestra propuesta política y lo que marca el territorio como necesidad problemática a atender." (A2). Otro distanciamiento que se resalta es el trabajo de “lo social” desde las organizaciones no gubernamentales (ONG´s), o “equipos técnicos que no tienen contacto con el territorio”. La “intervención técnica”, las ONG´s son tópicos claves del paradigma neoliberal de fundamentación de políticas sociales (Ambort, 2013), lo cual muestra un claro distanciamiento simbólico hacia este modus operandis. Específicamente, la agrupación que está conformada como partido político, también fundamenta su estructura desde el tópico de trabajo “territorial”, tematizado desde dos instancias organizacionales: la “corriente” y la conformación del “partido”. Al hacer referencia a la corriente, se sigue pensando en términos del trabajo territorial de participación popular, al “compromiso” de generar mayores condiciones de igualdad para el pueblo. En este sentido, hay una fuerte distinción entre el “ayer” y el “hoy” marcado por la posibilidad de transformar, actuando, ya no sólo desde la resistencia, sino desde la defensa de un “proyecto político”:

no sólo estar defendiendo este modelo sino estar pensando todo el tiempo como lo vamos a profundizar y cómo vamos a seguir generando derechos, inclusión, trabajo y ahí el desafío es mucho más grande porque necesitamos tener una estructura política, necesitamos tener referentes, necesitamos tener espacios de formación política, esas son claves para que desde ahí empecemos a pensar proyectos de gobernabilidad local, que estén…que tengan una correlatividad con un proyecto nacional, digo con un proyecto de país. (A1)

Observamos así una imbricación entre una lógica ligada a los movimientos sociales, con una lógica electoralista, que estructura la participación y logra institucionalizarla. El “partido” es tematizado como una herramienta de construcción política. Aquí también aparecen las marcas de distinción con la participación del llamado “peronismo neoliberal”: el peronismo convertido en un peronismo de derecha, en pleno auge del neoliberalismo en nuestro país y con un peronismo a la cabeza de eso. Entonces, pensábamos que ya estaba todo perdido, cuando apareció Néstor Kirchner nosotros pensábamos que ya estaba, que esto no iba a funcionar nunca. (A1)

El ascenso del kirchnerismo al poder, es tematizado como un hito, que marca fuertemente una reacción a lo que representó el modelo neoliberal: “discutir con esos liberales de mierda que hoy conducen el sentido, conducen los medios de comunicación y claro está re contra rechazado eso…” (A2). Se habilitaba un horizonte de transformación, pasando de un estado de descreimiento, hacia uno de reencantamiento de la participación, guiado por un ideario de justicia social. Aparecen así marcas, subjetivemas que hacen difuso lo axiológico y lo afectivo (Kerbrat- Orecchioni, 1993), el deber ser de la política aparece marcado por el afecto y adhesión a una nueva figura que motiva a la participación política como construcción. El político “negociador” como el “otro negativo” y el “militante” vinculado a un sentir y a un deber ser de la política como herramienta de transformación social. Así, la organización de la “estructura política” se fundamenta cómo necesidad para lograr resultados de peso institucional: “entonces ya estábamos pensando en cómo desde la organización podemos generar los espacios para que esas flores nuevas no sean salvajes sino que estén organizadas y lo que estamos haciendo ahora por ejemplo es tener una estructura, fortalecer la estructura de Córdoba capital en el territorio” (A1). La estructura política kirchnerista, es tematizada como medio político para lograr transformaciones sociales en pro de la justicia social. Se lo nomina como "proyecto", "proceso" a profundizar, desde el trabajo territorial, que es el espacio donde se “ubican”- discursivamente- estas agrupaciones.

La juventud el rol que tiene es la oportunidad de lograr el entramado de base, el entramado de base es lo que sostiene un proyecto político. Si vos no tenés entramado de base eso cambia un gobierno un periodo de 4 años y se cae todo lo que construiste. Yo creo que por esa energía que tenemos, por esas ganas de estar presente en territorio, porque somos los que estamos en los barrios y escuchamos a la gente y a los que nos da la posibilidad de generar organización territorial… creo que ese es nuestro rol independientemente que venimos refrescamos la política, interpelamos, que ese también es un rol importante que tiene la juventud, es como que siempre estamos interpelando y eso sirve para mover un poco la superestructura que era como muy estanca, creo que ese es nuestro rol, sobre todo esto, de construir desde la organizaciones libres del pueblo. (A3)

Desde esa posición de “contacto” con la gente, se legitima la articulación con programas e instancias estatales, se trata de “vehiculizar en el territorio los planes estatales caracterizados como “inclusivos”: pensiones no contributivas, asignación universal por hijo, plan fines, programa huertas, etc. Así, el kirchnerismo es vinculado con principios llamados "clásicos del peronismo" como la justicia social, la soberanía política, la independencia económica. Tales principios normativos se definen en contraposición con la figura de adversarios políticos y sus prácticas: los gobiernos militares, las corporaciones mediáticas, los grandes poderes mundiales, los sectores y políticas liberales. El Estado es tematizado como “socio” de las organizaciones sociales, como promotor y proveedor de herramientas de empoderamiento (infraestructura, créditos, capacitación para la generación de valor agregado, para la comercialización, exportación, etc.). Se plantea de manera normativa que el Estado debe “dar forma”, canalizar, articular y fomentar las necesidades sociales (entidad que abarca un amplio abanico de sectores): la industria, el sector privado, las organizaciones sociales, los pequeños productores, las pymes, la economía social, los poderes locales. Se observa una estrategia de distanciamiento simbólico con la tematización del Estado como mero “gerenciador” al “estilo neoliberal”. Se resignifica su “deber ser”- aludiendo a tópicos vinculados al keynesianismo, característicos de la fundamentación del paradigma desarrollista, previo al neoliberalismo, el “Estado” como “socio” de la sociedad.5 Líneas conclusivas de reflexión

5

Los discursos de las agrupaciones tematizan al Estado de manera positiva, en contraposición a un Estado neoliberal subsidiario de la economía de libre mercado atribuida al neoliberalismo.

De manera exploratoria y descriptiva, han sido delineados los tópicos emergentes en relación a lo que llamamos “trabajo militante” y “participación política” de los discursos de tres agrupaciones que emergen con posterioridad al 2003, año en el que Néstor Kirchner asume la presidencia. La conformación de un nuevo “paradigma” de participación y práctica política se observa en la particularidad de la discursividad en cuestión y en la construcción simbólica de las propias prácticas en oposición al “modelo político” atribuido al neoliberalismo. En este sentido, retomando a Angenot, enfatizamos esta característica discursiva aludiendo al concepto de hegemonía discursiva, como un “momento de readaptación de un estado hegemónico anterior” (Angenot, 2010). La tópica emergente de los discursos, aparece como componente de construcción de un discurso “contrahegemónico”, discutiendo, tensionando y criticando a las formas políticas atribuidas a un periodo histórico anterior: los 90`. La macropolítica, la forma “gerencial-clientelar” son tematizados de manera negativa. Se produce una renovación del repertorio de lo “decible”, lo “discutible”. Una nueva tópica aparece, un “… conjunto de los „lugares‟ (topoi) o presupuestos irreductibles del verosímil social, a los que todos los que intervienen en los debates se refieren para fundar sus divergencias y desacuerdos” (Angenot, 2010: 39): la territorialidad como modus operandis que da identidad al trabajo político de estas agrupaciones, más allá de los grados de articulación con el Estado, su organización como partido político, etc. Desde tal figura se valorizan las demandas del “pueblo”, tematizando el rol del Estado como articulador de éstas con políticas de promoción y empleo, como fuentes de expansión de derechos sociales. Ahora bien, estos nuevos núcleos de sentido que se diferencian constantemente con un pasado vinculado a la política como práctica “gerencista”- “clientelar”, se imbrican con elementos ligados a la forma de participación liberal, en el sentido planteado por Arditi al comienzo. Nos encontramos con elementos simbólicos innovadores para presentar la participación política, en lo que llamamos un escenario post-neoliberal, en el cuál se entrecruzan tópicos característicos del modelo liberal clásico y del Estado de bienestar: fortalecimiento de una economía nacional, del empleo, políticas de promoción, revalorización de las demandas territoriales- sin cuestionamiento a la propiedad privada, ni al capitalismo como modo de producción. Así, realizando un paralelismo a nivel regional, desde el planteo teórico aludido (Arditi, 2009) observamos cómo estas nuevas agrupaciones surgidas con posterioridad a la crisis neoliberal 6 han modelado su identidad, adversarios y objetivos, de acuerdo a factores cómo la experiencia histórica y cómo ésta es significada (la historia del propio partido) y su relación estratégica con un contexto cambiante que establece quiénes se considerarán enemigos y de quiénes se diferenciarán: en este caso el 6

El autor los tematiza como expresión de un “giro a la izquierda”.

neoliberalismo como la anulación de la participación política y lo que actualmente se considera “militancia”. Así, el Estado actual, es pensado como Estado popular, en contraposición del Estado neoliberal, con lo cual aparece dentro del área simbólica de los “aliados” saliendo del espacio de la oposición que ocupaba en la década de los 90‟. De manera general, excediendo los objetivos exploratorios del presente trabajo, se plantea el interrogante sobre la pugna y las resistencias simbólicas que enfrentan estos nuevos núcleos de sentido vinculados a “lo político”. Lo que llamamos “reencantamiento de la política”, vinculado localmente a la emergencia de nuevas agrupaciones, que reivindican la participación popular, la valorización de sus demandas y necesidades, su vínculo con un Estado activo- interventor desde un paradigma de derechos ciudadanos, con qué limitantes y contra-discursos se enfrenta de cara a la coyuntura socio-política actual.

Bibliografía: Ambort, Matilde (2013), “Nuevo paradigma argumentativo de políticas sociales: el caso de la Asignación Universal por Hijo”, 1ª Jornada de Sociología: la sociología frente a los nuevos paradigmas den la construcción social y política. Carrera de Sociología FCPyS. UNCuyo. Mendoza. Mayo 2013. ISSN 2314- 3541. ______________ (2011), “Fundamentos discursivos del Programa "Familias por la Inclusión Social Hegemonía discursiva neoliberal: ¿Continuidades o Rupturas?”, en Martínez Fabiana (comp.). Lecturas del Presente. Discurso, política y sociedad. Eduvim, Villa María. Angenot, Marc. (2010) El discurso social. Los límites históricos de lo pensable y lo decible. Buenos Aires, Siglo XXI. ______________ (1998) Interdiscursividades. De hegemonías y disidencias. Editorial Universidad Nacional de Córdoba. Córdoba. Arditi, Benjamín (2010). “Un dialogo con Benjamin Arditi. El desacuerdo y la política latinoamericana”, entrevista realizada por Alexander Amézquita, en Revista Iconos, Flacso, Quito, pp.131-139. ______________ (2009). “El giro a la izquierda en América Latina ¿Una política post – liberal?”, en Ciencias Sociales Unisinos. Set – Dic. Vol. 45, Nº 3, pp. 232- 245. Kerbrat- Orecchioni (1993), La Enunciación. De la subjetividad en el lenguaje, Edicial, Villa María. Verón, Eliseo (1987) “La palabra adversativa”, en Verón, Eliseo., El discurso político. Lenguajes y acontecimientos,Hachette, Buenos Aires.

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.