Nuevos castros en la Comarca del Bierzo (Folgoso de la Ribera, Torre del Bierzo y Molinaseca

July 18, 2017 | Autor: J. Vidal Encinas | Categoría: Prehistoric Archaeology, Roman Archaeology
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Descripción

NUEVOS CASTROS EN LA COMARCA DEL BIERZO (FOLGOSO DE LA RIBERA, TORRE DEL BIERZO y MOLINASECA) Julio Manuel Vidal Encinas En los últimos años se está acrecentando de una forma notable el repertorio de sitios castreños en la provincia de León 1 , un territorio en el que este tipo de evidencias está muy bien representado, con varios centenares, a todo lo largo, sobre todo, de su orla montañosa, tanto cantábrica, como en la correspondiente al Macizo GalaicoAstur; no en vano, estos sitios, por su claro protagonismo topográfico, siempre ligado a oteros o accidentes geográficos que facilitan sus claras aspiraciones defensivas y de dominio visual de los terrenos circundantes, los hallazgos más o menos casuales que en ellos se han producido y las leyendas o folklore que llevan asociado 2 , han sido siempre motivo de atención de los primeros estudiosos del Patrimonio Cultural antiguo de la provincia. De hecho uno de los primeros documentos gráficos que conocemos de un sitio arqueológico se refiere a un castro, el de Ardón, al borde del Esla, que es dibujado con bastante precisión en un documento que acompaña a un litigio del siglo XIX sobre límites territoriales 3 . En efecto, ya a principios del s. XX, cuando M. Gómez Moreno lleva a cabo el trabajo de campo para su Catálogo Monumental de la Provincia de León 4 , señala que ha reconocido en el Bierzo “...unos treinta...”, entre los que menciona, entre otros, dos inmediatos a Ponferrada, Columbrianos y San Andrés de Montejos, el primero, por cierto, víctima de las innumerables repoblaciones forestales de las que ha sido objeto el monte en el que se encuentra, el ‘Monte del Castro’, precisamente. En su Catálogo dedica Gómez Moreno un capítulo específico, dentro de los ‘Despoblados’, a Castro Ventosa, si bien, con gran intuición, atribuye a su impresionante recinto amurallado a los tiempos de suevos 16 - Argutorio 32 – II semestre 2014

o visigodos 5 . La mayoría de los que menciona pertenecen al Bierzo y no le duelen prendas al señalar que, “...valen menos que los de Aliste, en cuanto a conservación de sus reductos, y tampoco les acompañan, que yo sepa, hallazgos valiosos. Todos son de una monotonía e insignificancia ingratas, no logrando descollar sino por su elevación y tamaño algunos” 6 . Al sabio granadino, como vemos, no le quedó buen recuerdo de las visitas que realizó a algunos castros bercianos, pues, hay que reconocerlo, se encuentran, además de enriscados, invadidos por una impenetrable vegetación que hace que su prospección se convierta en algo, por momentos, difícil y desagradable, cuando no prácticamente imposible, pues, por su propio emplazamiento han sido generalmente ahorrados para los cultivos, de ahí su aspecto tan montaraz. En cualquier caso, lejos está de poder sostenerse - ni entonces ni, mucho menos, ahora -, el juicio de valor que en aquel párrafo se vierte, pues los castros del Bierzo, como cualesquiera otros, guardan importantísima información, tanto para comprender la naturaleza y características de los grupos humanos que los habitaron, como para intentar atisbar sus orígenes y posterior evolución al hilo de los acontecimientos derivados de su conquista con la llegada de Roma a estas tierras. Sin ir muy lejos, parece necesario recordar el hallazgo, no hace tantos años, del famoso ‘Edicto del Bierzo’, según su descubridor, en el castro de ‘La Corona-Los Castros’, en Matachana, al sur de la localidad de Bembibre, un epígrafe de capital importancia para interpretar y comprender lo que sucedió, precisamente, en la aludida última etapa castreña 7 . El Bierzo, además, probablemente albergue el mayor sitio castreño de la provincia, el

castro de Peña Piñera, en Sésamo (Vega de Espinareda), con una superficie -más de 10 ha- , y una longitud de su conjunto amurallado -superior a los 2 km-, que no tienen parangón entre los sitios castreños, no ya de la provincia, sino de todo el ámbito montañoso en el que se enmarca 8 . Pero, volviendo a la pequeña historia de estos sitios, tal y como se puede observar en su historiografía, no podemos olvidar al P. César Morán, pues fue el primero en atisbar la existencia de un castro o ciudadela bajo el cerro en el que se asienta el castillo de Ponferrada 9 , opinión que es puesta en duda por J.M. Luengo Martínez, por falta de hallazgos que lo corroboren, no así, sin embargo, su posible abolengo romano 10 . Este mismo autor también llevó a cabo una descripción de los dos castros más arriba mencionados, Columbrianos y San Andrés de Montejos, a comienzos de los años 50 11 . Pero el gran compilador del mundo castreño berciano ha sido, sin duda alguna, T. Mañanes Pérez, quien ha contribuido de forma decisiva a inventariar la mayor parte de este notable acervo patrimonial, especialmente, primero, en el marco de su Tesis Doctoral 12 y, luego, en trabajos que la complementaron 13 , inventarios que han sido utilizados repetidamente como fuente informativa imprescindible en trabajos posteriores, no en vano, como fruto de su colaboración con el equipo que elaboró la primera Carta Arqueológica de la provincia (1987), auspiciada por la Diputación Provincial 14 , la mayor parte de la información que obtuvo pasó a formar parte de dicho documento. T. Mañanes, además, realizó en los años 70 las primeras excavaciones en Castro Ventosa 15 , que fueron seguidas, en los años 80, por las realizadas por el equipo habitual de la Zona Arqueológica de Las Médulas, bajo la co-dirección de M.D. Fernández Posse, J. Fernández Manzano y F.J. Sánchez Palencia en los castros de ‘La Corona del Cerco’, en Borrenes, ‘El Castrelín’ en San Juan de Paluezas, ‘El Castro’ de Puente de Domingo Flórez y el ‘Cerro Pendón’, también en San Juan de Paluezas 16 . La Arqueología Castreña en el Bierzo tuvo, también, un importante episodio en el Valle de Fornela, cuando en la década de los años 90 del pasado siglo se llevaron a cabo excavaciones arqueológicas en un singular yacimiento que, a la postre, además, sería objeto de tareas de conservación y presentación al público, el ‘Castro de Chano’, en Peranzanes. Este sitio se viene considerando un ‘castro minero’, es decir, que sus obras principales de delimitación -los fosos o zanjas perimetrales-, se obtuvieron mediante la utilización de técnicas hidráulicas mineras que “…no parece ofrecer dudas al respecto de una asignación debida al impacto de Roma en la zona”. El castro de Chano se encuentra en un espigón cuyo subs-

trato geológico está formado por pizarras y areniscas de la Formación Agüeira (Ordovícico superior), y, en éste, así como en otros castros tenidos como ‘mineros’, sería muy interesante que algún día se describieran las ‘técnicas hidráulicas’ que permitieron labrar tales fosos, algo que, si nuestra información es correcta, no se ha descrito todavía suficientemente. En Chano se realizaron en su día varias campañas de excavación que no depararon cultura material alguna -destacan en especial dos tesorillos de denarios ibéricos-, que pueda relacionarse de forma fehaciente con la romana. Tampoco su cronología absoluta, obtenida mediante sendas dataciones C14 “…claramente prerromanas”, avalaría unos tiempos para el sitio como los propuestos, algo que, no obstante, induce a su excavador a la necesaria cautela a la hora de confirmar una atribución cronológica segura para este sitio. El director de los trabajos arqueológicos en Chano, J. Celis Sánchez, a partir, sobre todo, de la ‘Arqueología objetual’ -término que él mismo utiliza-, es quien hasta el momento ha trazado el panorama más completo sobre el mundo castreño en la provincia de León 17 y que, al hilo de unas Jornadas que tuvieron lugar en el año 2002 en Cacabelos sobre Castro Ventosa, tuvo expresión en una contribución en nuestra opinión imprescindible para conocer el mundo castreño en el Bierzo, en la que se encuentran las palabras que más arriba incorporamos textualmente 18 .

Situación del castro de “La Gándara”, en las proximidades de Folgoso de la Ribera.

En fin, ya para terminar con este preámbulo, por su inmersión en el territorio en el que se emplazan algunos de los nuevos castros que aquí daremos a conocer, el Valle del Boeza, es necesario referirse a los trabajos de Y. Álvarez González, que se llevaron a cabo en el marco de un proyecto de investigación que tenía a Las Médulas

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como eje central, y otras dos ramificaciones, además del Boeza: la Cuenca Noroccidental del Duero, dirigido por Almudena Orejas, y El CaurelValle de Quiroga, bajo la responsabilidad de Luis Francisco López. Los trabajos en el Boeza, aunque anunciados, sin embargo, creemos que nunca se llevaron a cabo, puesto que las publicaciones que se desprendieron de tal proyecto únicamente aludían al valle del Noceda, si nuestra información es correcta 19 . Años después, en 2001-2002, la empresa de Arqueología Terra Arqueos S.L., bajo la dirección de Y. Álvarez, llevó a cabo la revisión de la Carta Arqueológica de diversos municipios de la provincia, entre los que se incluían, entre otros, el de Folgoso de la Ribera, en el que se encuentran tres de los cuatro nuevos castros que aquí damos a conocer.

“La Gándara”, foso al norte del recinto castreño, cuyo escarpe o “corona”· se aprecia en la parte izquierda de la imagen.

El Valle del Boeza, en su tramo medio, cuando el río entra en la cuenca sedimentaria terciaria a la altura de Folgoso, es una zona particularmente densa en sitios castreños en la provincia; no en vano, entre esta localidad y Las Ventas de Albares -allí donde el río Tremor le vierte sus aguas-, a lo largo de unos 10 km aguas abajo, se han registrado en la Carta Arqueológica de la provincia 9 asentamientos de esta naturaleza, repartidos entre los municipios de Folgoso de la Ribera (8) y Torre del Bierzo (1), todos ellos dados a conocer por T. Mañanes, salvo uno, el ‘Castro de Villar’, al este de Folgoso, que se registró en la revisión de la Carta Arqueológica de 2002, aludida más arriba 20 . Los nuevos castros inventariados que aquí presentamos son los siguientes: En el municipio de Folgoso de la Ribera, dos: 1. ‘La Gándara’. Este sitio se encuentra a un kilómetro escaso y ligeramente al suroeste de la localidad de Folgoso, sobre el escarpe mioceno 18-

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que ha entallado el curso del río en su margen derecha. Equidista también de la localidad de Rozuelo, que se sitúa al noroeste. El asentamiento se encuentra en un espigón orientado al sur que domina el valle del Boeza, en una posición idéntica a la de otros sitios similares en la zona, ‘La Pombía o Pombiella’ (Villaviciosa de San MiguelFolgoso), el ‘Corón de ‘Valdemazán’ (La Ribera de Folgoso) o ‘Las Torcas’ (en Albares de la Ribera, Ayto. de Torre del Bierzo). El recinto está delimitado por fosos perimetrales, perceptibles sobre todo al Norte, que lo aíslan de la meseta o Gándara, y por el Este. No parece haber contado con muralla. Como aquéllos aparece ‘colgado’ a partir de la llanura terciaria localmente denominada ‘gándara’, terrenos que, aunque hoy muy abandonados de cultivos, de acuerdo con los fotogramas del llamado ‘Vuelo Americano’ (1956-1957), se dedicaban a cereales -centeno probablemente- y castaños. El sitio se encuentra a una altura absoluta comprendida entre las curvas de nivel de 800 y 850 m. El Boeza, por su parte, corre a 750 m de altitud y dista poco más de medio kilómetro en línea recta, por lo que, para acceder al sitio, es preciso salvar un desnivel de unos 100 m, que sería, por lo tanto, la altitud relativa de este castro con respecto al valle fluvial. La base geológica del emplazamiento se encuentra a caballo entre el Terciario (Mioceno), arenas, arcillas y gravas pertenecientes al Vindoboniense -erosionado por el curso del Boeza-, y el Cuaternario Antiguo, una terraza del Günz, que lo recubre en la meseta o Gándara. Debe ocupar una superficie de aproximadamente 1,9 ha. Aunque no se recogen materiales arqueológicos en superficie abogamos por una edad romana para este sitio.

Situación del castro de “Colmenales”, al norte de Rozuelo.

El castro de “Colmenales” en un fotograma del Ministerio de Agricultura, tomada en julñio de 1990, en el que se percibe muy bien el recinto amurallado.

se también la presencia de un foso situado en su parte más alta, tallado en el sustrato rocoso, que aísla al emplazamiento del cordal en el que se encuentra. No parece tener continuidad al pie del perímetro amurallado. La base geológica del emplazamiento se encuentra en el Silúrico Inferior y se trata de pizarras y cuarcitas pertenecientes al Llandoveryense Inferior y Medio. Este castro, espléndido en su emplazamiento y configuración defensiva, contrasta netamente con el anterior y no solo por estar provisto de una poderosa fortificación de piedra, ya que tiene también, en su parte más elevada, un derrumbe de forma tumular que parece estar escondiendo una torre o atalaya, una característica común a muchos de estos sitios castreños, tanto en estos parajes, como, por ejemplo, también en los de la Cabrera próxima. En nuestra opinión, las características de este sitio deben apuntar a un contexto claramente protohistórico, de la Edad del Hierro. En el municipio de Torre del Bierzo se ha podido registrar este nuevo sitio, el tercero de los que presentamos:

“Colmenales”. Derrumbe de la muralla en su tramo occidental.

2. ‘Colmenales’. El lugar se encuentra en un pequeño otero que, en forma de crestón, se cierne sobre la margen izquierda del Arroyo de Las Vegas, a algo más de un kilómetro al norte de la localidad de Rozuelo, en uno de sus montes de utilidad pública. Este arroyo desemboca en el Boeza a la altura de Bembibre. La altitud absoluta del castro es de 1035 m y, la distancia al arroyo de Las Vegas, a 950 m de altura, de unos 190 m, por lo que hay que superar para llegar al sitio algo más de 90 m, lo que le da un claro carácter arriscado en nuestra opinión. En el paraje existen varios afloramientos de pizarra y cuarcitas, que son aprovechados para levantar un recinto a base de muros de piedra en seco, de planta groseramente oval, que aprovecha los afloramientos. El recinto no llega a alcanzar una hectárea de superficie. El encintado se puede seguir, no sin dificultad, entre un espeso monte alto de robles, y se desarrolla especialmente hacia el sur. Su anchura debe alcanzar 3 m y, en algunos sitios, se puede observar perfectamente el paramento externo. Debe anotar-

3. ‘El Cuerno de La Gándara’. Se encuentra a 1,350 Km al noroeste de Albares de la Ribera, en la denominada meseta de ‘La Gándara’, en su mismo borde que desciende hacia el valle del Boeza, desarrollándose en la ladera que mira al Sureste, hacia Albares de la Ribera, entre un espeso monte de robles y urces. El monte alto y bajo en el que se encuentra hace un tanto dificultosa su localización. La altitud absoluta a la que se enclava es de 790 m y la relativa unos 122 m con relación al cauce del río Boeza, que discurre a un kilómetro de distancia en línea recta. Todas las características de su emplazamiento son idénticas a las de otros sitios ya mencionados cuando tratamos el primero de ellos, ‘La Gándara’.

Situación del “Cuerno de La Gándara”, al noroeste de la localidad de Albares de la Ribera.

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Foso en el “Cuerno de la Gándara”, que lo aisla de la meseta por el norte.

A 1,5 km al este se encuentra el castro de ‘Las Torcas’. El recinto está delimitado por fosos perimetrales, perceptibles sobre todo al Norte, que lo aíslan de la meseta o Gándara. La base geológica del emplazamiento se encuentra a caballo entre el Terciario (Mioceno), arenas, arcillas y gravas pertenecientes al Vindoboniense -erosionado por el curso del Boeza-, y el Cuaternario Antiguo, una terraza del Günz, que lo recubre en la meseta o Gándara. La superficie de este castro está en torno a 2 ha, si bien sus límites no se han podido determinar de forma fehaciente, pues los cultivos lo han desfigurado notablemente. Este sitio, creemos, que debe ponerse en relación con los castros o ‘coronas’ mineras de época romana.

El “Castillo de los Moros” en un fotograma del “Vuelo Americano”, de 1957, en el que se puede observar el encintado de su espléndida muralla, al pie de un roquedo.

Finalmente, el cuarto de los sitios castreños que presentamos se encuentra en el municipio de Molinaseca:

Paramento externo de la muralla en el “Castillo de los Moros”.

Situación del “Castillo de los Moros”, colgado sobre el arroyo de Carracedo-Prada, al sureste del Acebo.

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4. El ‘Castillo de los Moros’. El asentamiento se encuentra a unos 3 km al sureste de la localidad de El Acebo, en un otero a considerable altura, 1336 m, a cuyo sur discurre, a un kilómetro de distancia en línea recta, el encajado arroyo de Carracedo-Prada, que aporta su caudal al río Meruelo. Existe un importante desnivel entre el cauce de dicho arroyo y este castro, de más de 380 m, para una distancia que no llega al kilómetro, lo que da idea del fuerte desnivel que es necesario salvar, y, por lo tanto, el importante valor de la altura relativa que tiene este sitio, agreste y montano en plenos Montes de León, muy alejado de

terrenos de vega. El cerro está constituido por afloramientos rocosos que son aprovechados para levantar un recinto de planta sub-redondeada, que aprovecha tales roquedos. La base geológica del emplazamiento se encuentra a caballo entre el Cámbrico-Ordovícico y se trata de pizarras, cuarcitas y areniscas de la ‘Serie de los Cabos’.

Muralla en el “Castillo de los Moros”, en excelente estado de conservación.

Las características de este extraordinario castro, de algo menos de una hectárea de superficie, le emparentan claramente con el ya referido de ‘Colmenales’, pues también está provisto de una espléndida muralla de piedra en seco, de unos 3 m de anchura, que conserva muy bien su alzado en alguno de sus tramos. Por lo tanto la cronología que creemos puede tener este sitio sería de la Edad del Hierro. El ‘Castillo de los Moros’ también se encuentra en un monte de utilidad pública y presenta, como la inmensa mayoría de los sitios castreños, huellas de excavaciones furtivas, en este caso remociones para descubrir el paramento de la muralla y hoyos causados, seguramente, por las búsquedas con detectores de metales.

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Mencionamos, entre otras publicaciones, las siguientes: J. M. Vidal Encinas, 2000-2001: “Dos nuevos yacimientos castreños relacionados con la red hidráulica de Las Médulas” Lancia, 4, págs. 205-210; M. L. Serna Gancedo: “El posible asentamiento protohistórico del Monte Robadorio (Vega de Liébana)”. Actas de las V Jornadas de Acanto sobre Patrimonio Cultural de Cantabria (Potes, 2005), p. 22-28, en las que se dio a conocer el sitio castreño que se encuentra a mayor altitud – 2.219 m. (¡!) -, de la provincia de León, que se reparte a uno y otro lado de los municipios de Vega de Liébana (Cantabria) y Boca de Huérgano (León) en el ‘Alto del Naranco’, o ‘Robadorio’, cerca del Puerto de San Glorio. Este castro está dotado de una muralla de piedra de más de 100 m de longitud. Este yacimiento, sin duda excepcional, se incluyó también en la monografía de M.L. Serna Gancedo, A. Martínez Velasco y V. Fernández Acebo (Coords.), 2010: Castros y Castra en Cantabria. Fortificaciones desde los orígenes de la Edad del Hierro a las guerras con Roma. Acanto (Federación de Asociaciones para la Defensa del Patrimonio Cultural y Natural de Cantabria), p. 121-126; M.L. González y J. M. Vidal Encinas, 2011: “Tres nuevos yacimientos arqueológicos de tipo castreño en la comarca de Omaña (Ponjos, Valdesamario)”. Revista De Omaña, p. ; J. M. Vidal Encinas, 2014: “Los roquedos fortificados en las sierras de Teleno y Cabrera”. Argutorio: revista de la Asociación Cultural "Monte Irago", Año 16, Nº. 31, p. 34-41. 2 T. Mañanes Pérez y J.L. Alonso Ponga, 1981: “Leyendas de moros y tesoros en El Bierzo”. Revista de Folklore, núm. 8, pp. 9-13. 3 "Croquis de los términos situados entre los lugares de Ardón, Villalobar, Benazolve y Villavidel (León)." Archivo de la Real Chancillería de Valladolid. Código de referencia: ES.47186.ARCHV/5.6//PLANOS Y DIBUJOS,DESGLOSADOS,18 4 M. Gómez Moreno, 1925: Catálogo Monumental de la Provincia de León. Ed. Nebrija, León 1979 (Ed. Facsímil). 5 Gómez Moreno, op.cit., p. 57. 6 Gómez Moreno, op.cit., p. 2-3. 7 L. A. Grau Lobo y J. L. Hoyas Díez (coord.), 2001: El bronce de Bembibre: un edicto del emperador Augusto del año 15 a.C. Museo de León. Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura; también: F.J. Sánchez-Palencia y J. Mangas (coords.), 2000: El Edicto del Bierzo. Augusto y el Noroeste de Hispania. Ponferrada. Fundación Las Médulas. 8 Estas cualidades -que además se unen a la presencia de las pinturas rupestres esquemáticas de Peña Piñera-, hicieron que la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural de León propusiera a la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León su incoación como Bien de Interés Cultural, en su sesión de 29 de enero de 2014. 9 C. Morán, 1925: Por tierras de León: (historia, costumbres, monumentos, leyendas, filología y arte). Salamanca, p. 82. 10 J.M. Luengo, 1929: Monumentos militares leoneses. El Castillo de Ponferrada. León, p. 38 y ss.

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J.M. Luengo Martínez, “Los castros célticos de San Andrés de Montejos y Columbrianos”. Semanario Promesa Núm. 20-1. Ponferrada. 12 Tomás Mañanes, 1981: El Bierzo prerromano y romano. Fuentes y Estudios de Historia Leonesa, 27. Centro de Estudios e Investigación "San Isidoro" (C.S.I.C.). León. 13 T. Mañanes, 1987: Arqueología de la Cuenca Leonesa del Río Sil (Laciana, El Bierzo y La Cabrera). Universidad de Valladolid. 14 Los trabajos fueron coordinados por J.L. Avello Álvarez, de la Universidad de León. 15 T. Mañanes, 2003: “El Bierzo y Castro Ventosa (Cacabelos, León). Historia y Arqueología”. León y su Historia. Miscelánea Histórica, VIII, León, p. 9-137. 16 F. J. Sánchez-Palencia Ramos (Coord.), 2000: Las Médulas (León): un paisaje cultural en la "Asturia Augustana". Diputación de León, Instituto Leonés de Cultura. Este mismo arqueólogo también inició excavaciones en Castro Ventosa, en el marco de un ambicioso proyecto estratégico del CSIC para los años 2006-2009, dotado con 6 millones de euros: Paisajes culturales y naturales del Bierzo. Geoarqueología, paleoambiente y paleobiología (BierzoRojoVerdeNegro), del que, por el momento, se ha dado a conocer un estudio palinológico: L. López Merino, J. A. López Sáez, D. Abel Schaad, F. J. Sánchez-Palencia Ramos, G.-S. Reher Díez, 2008: “Dinámica antrópica en El Bierzo (León) desde época romana: estudio palinológico de Castro Ventosa”. Polen, 18, págs. 25-36. 17 J. Celis Sánchez, 1996: “Origen, desarrollo y cambio en la Edad del Hierro de las tierras leonesas”. Arqueoleón. Historia de León a través de la Arqueología. Junta de Castilla y León-Diputación de León, p. 41-67. 18 J. Celis Sánchez, 2003: “Notas sobre las etapas de la Cultura Castreña en El Bierzo”. Actas de las Jornadas sobre Castro Ventosa (Cacabelos-León, 4-6 Octubre de 2002), p. 13-33 (25); ídem, 2002: “La ocupación castreña en el Alto Valle del río Cúa: ‛El Castro’ de Chano. León”, p. 189-210 (204); y, del mismo autor, una visión más de conjunto sobre la Edad del Hierro, principalmente en la provincia de León, 2002: “El Bronce Final y la primera Edad del Hierro en el noroeste de la Meseta”, p. 97-126, ambos artículos en: Los poblados fortificados del noroeste de la Península Ibérica : formación y desarrollo de la cultura castreña : Coloquios de Arqueología en la cuenca del Navia: homenaje al Prof. Dr. José Manuel González y FernándezValles. M. Á. de Blas Cortina y Á. Villa Valdés (coords.). Ayuntamiento de Navia. 19 Y. Álvarez González, 1993: “El tránsito del mundo prerromano al romano en el Valle de Noceda”. Estudios Bercianos, 17, p. 75-84; ídem, 1993: “Excavaciones en el Valle de Noceda: los castros de la Forca y Ceruñales”. Estudios Bercianos, 18, p. 20-28; ídem, 1997: “Ocupación Castreña prerromana y romana en las cuencas del Noceda y del Boeza”. Estudios Bercianos, 23, p. 5-17, en la que, sin embargo, solo se hace referencia a sitios castreños de la Cuenca del Noceda (cf. Fig. 1, p. 7). Los sondeos en los años 90 en los

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castros de Noceda no tuvieron continuidad en tiempos posteriores. 20 Los castros son los siguientes. En Folgoso: ‘El Corón’, ‘El Castro’, el ‘Castro de Villar’ y ‘El Corón de la Pombiella o Pombía’. En Rozuelo, el ‘Aro de la Gándara o Corón’. En La Ribera de Folgoso, el ‘Corón de Valdolla’ -en parte compartido con Torre, pues la línea de demarcación municipal lo divide-, el ‘Corón de Valdemazán’ y ‘La Torca-Castro de ValderrománEl Taragudo’. Finalmente, en Torre del Bierzo, ‘Las Torcas’.

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