Nuevas Teorías Económicas: el Fin del Trabajo

August 21, 2017 | Autor: F. Álvarez Simán | Categoría: Teorias De Desarrollo Economico
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Descripción

Nuevas Teorías Económicas: el Fin del Trabajo

"Si le hubiera preguntado a la gente qué quería, me habrían dicho que un caballo más rápido"
Henry Ford

Fernando Álvarez Simán*

Los cinéfilos seguramente recuerdan al gran artista que fue Charles Chaplin y su maravillosa actuación en una de sus mejores cintas, "Tiempos Modernos" del año de 1936, película en la que denuncia las condiciones deshumanizadas de la producción en cadena y encuentra la semejanza entre la transición del cine mudo al sonoro, que a su modo de ver reduciría al mínimo la capacidad expresiva de los actores por la estridencia que el sonido le daría a la industria fílmica y el Taylorismo que buscaba en el marco de la revolución industrial, aprovechar al máximo el tiempo que los obreros pasaban en las fábricas maximizando la eficiencia de la mano de obra con el uso de maquinaria y dividiendo el trabajo en tareas y procesos específicos; dejando de lado la improvisación y la creatividad.

De esta manera para Chaplin el cine sonoro y la producción industrial que se multiplicaba exponencialmente ponían límites a las capacidades humanas que nunca deben de perder el ideal de soñar y de crear. Evidentemente que visto a la distancia de setenta y cinco años de esta obra maestra del séptimo arte, Chaplin tenía razón porque las máquinas industriales, mientras más modernas sean resultan más eficientes para la producción en serie, pero de igual manera ese nivel de modernidad determina en muchísimos casos el número de empleados de una empresa.

A primera vista esta modernidad en materia productiva podría ofrecernos algunos beneficios, como el abatimiento de los costos de producción de muchos bienes y por tanto el acceso a ellos de muchas capas sociales sin dejar de lado el avance logrado por los diferentes desarrollos tecnológicos alcanzados por la constante innovación. Pero también las técnicas modernizadoras de la producción han sido desde la revolución industrial, procesos muchos más complejos porque suponen un reacomodo en los niveles de empleo. Estos niveles de empleo primero afectaron al sector primario con la mecanización o por la aparición de la revolución verde; después al sector industrial con la producción en serie y actualmente está afectando al sector servicios por la generalización de la informática.

De esta manera, en un primer momento la migración del campo a la ciudad engrosó las filas de trabajadores de las recién abiertas fábricas y claro está los ciclos económicos, la sobreproducción, la absorción o desaparición de empresas determinaban los niveles de empleo, subempleo y desempleo que existían en regiones lo países, pero hoy los países al menos los llamados desarrollados mantienen sus relaciones económicas en lo que se conoce la sociedad posindustrial, que es un proceso de desarrollo económico posterior al logrado durante la revolución industrial, de tal manera que los países desarrollados han experimentado el cambio de una economía basada en la industria a otra basada en la prestación de los servicios. Por ejemplo, las economías de Estados Unidos y Canadá son típicas de una sociedad posindustrial ya que el sector servicios representa más del 68% del valor del Producto Interno Bruto.

Evidentemente la sociedad avanza tecnológicamente a niveles de desarrollo que generaciones anteriores jamás pensaron, pero diversos teóricos del desarrollo comenzaron a preguntarse ¿por qué no existe el empleo pleno?, ¿por qué la maquinaria no ha reemplazado de una vez por todas al hombre de los procesos de producción industrial? ¿Que determina la movilidad laboral de un sector económico a otro?

A partir de estas preguntas y de polemizar con algunos teóricos y académicos de las ciencias económicas sobre que el comercio intraindustrial permite que los empleos que se pierden en el primer mundo se creen en los países subdesarrollados, un economista norteamericano llamado Jeremy Rifkin señalaba que el trabajador más barato del mundo nunca será tan barato como la tecnología de punta que lo remplaza.

Rifkin nacido en Denver, Colorado hace 68 años es presidente de la Foundation on Economic Trends, con sede en Washington, una organización que se encarga de estudiar las tendencias económicas mundiales y que en el año 2005 escribe un "best seller" internacional titulado "The End of Work. The Decline of the Global Labor Force and the Dawn of the Post-Market Era", que se ha traducido al español como "El fin del trabajo. El declive de la fuerza del trabajo global y el nacimiento de la era posmercado"

El ensayo desmenuza la influencia de las nuevas tecnologías en los procesos de producción y las consecuencias de ello en el mercado de trabajo de los Estados Unidos de América. Hace un repaso histórico por el comportamiento del empleo y el desempleo desde el sector primario, la industria, los servicios y analiza también las distintas etapas en su país de la Revolución Industrial. Para Rifkin el mundo avanza hacia nuevos desarrollo tecnológicos que provocan nuevos procesos productivos, lo que tarde o temprano redundará en un desempleo estructural de grandes proporciones, de hecho el desempleo estructural también es conocido como de largo plazo o involuntario porque no disminuye ni desaparece mediante ajustes, ya que está determinado por las economías de escala o las grandes transformaciones tecnológicas.

El autor menciona el caso de la aparición de la pizcadora de algodón mecánica, que competía contra la mano de obra: a esta le llevaba solo una hora para pizcar mil libras, en cambio un trabajador en una hora solo podía pizcar veinte libras. Hoy en la comarca lagunera mexicana los periódicos locales reportan la dificultad de los productores algodoneros por encontrar quien los ayude en la pizca ya que reportan que prefieren irse a trabajar a las maquiladoras e inevitablemente los productores tienen que utilizar maquinaria para levantar sus cosechas. Otro ejemplo que ilustra las visiones de Rifkin son el futuro que les espera a los casi diez mil desempleados del programa espacial americano, de hecho la última misión del transbordador espacial Atlantis significó también el despido de científicos, técnicos especializados, altos directivos y hasta trabajadores de la limpieza. Rifkin continúa comentando en su obra que debido a la globalización, llegará un momento en que el desempleo estructural será global, en ese sentido muchos de sus seguidores opinan que la crisis económica mundial se acerca mucho a lo que vaticina en su obra, sobre todo por las dificultades que muchas naciones están encontrando para resolver los problemas del desempleo. Otros analistas refutan esta idea porque mencionan que los problemas en el empleo creados por la crisis mundial responden a crisis cíclicas que se resolverán cuando los gobiernos se pongan de acuerdo en el rescate del sistema financiero internacional. Pero quienes apoyan a Rifkin mencionan que una crisis económica nunca había afectado a tantos países.


Por eso a la par de el mundo que avanza, el fantasma del desempleo estructural se cierne sobre él, porque la reingeniería de los procesos productivos será más cotidiana y en esto tendrá que ver la robótica, la informática entre otras ciencias y tecnologías emergentes además de que las estructuras productivas serán muy horizontales ya que habrá pocos puestos directivos y ningún puesto intermedio. Del desempleo estructural vaticinado por Jeremy Rifkin nadie se salvará ni los simples obreros, ni los calificados, ni los trabajadores independientes y tampoco los altamente calificados. Para Rifkin el paro estructural no podrá ser explicado por las teorías económicas actuales ni remedios conocidos por lo que nuestra época está tocando a su fin. La clave está en que la economía producirá trabajo sin trabajadores y por lo tanto desaparece el circulo empleo-salario-consumo.

Entonces cual a corto plazo ¿cuáles serían las soluciones en la que debemos ir pensando para prepararnos en caso de que las visiones sobre el desarrollo futuro de Jeremy Rifkin sean las correctas? De manera evidente menciona primero la reducción de la jornada de trabajo para que el trabajador utilice su tiempo libre en actividades culturales, artísticas y sociales y en segundo lugar la generalización de un "ingreso anual garantizado" asumido por los gobiernos para que con la cantidad que se reciba, el individuo pueda cubrir sus necesidades vitales.

En el corto plazo estas dos medidas mejorarían la situación de las personas con bajo nivel adquisitivo, los trabajos que nadie quiere hacer serían mejor pagados, aumentaría el autoempleo y los grandes salarios estarían gravados con impuestos directos. Para Rifkin no hay marcha atrás, porque si en el pasado un sector absorbía el empleo que la tecnificación ocupaba en otro sector, esa transferencia ya no puede hacerse porque la tecnología está presente en el campo, la industria y los servicios. Concluye también que no prepararse para ello puede traer un auge de la delincuencia por el inevitable tiempo libre que tendrán las personas al automatizarse la producción.

A manera de conclusión de este articulo, puede decirse que con toda seguridad, las innovaciones tecnológicas, la mecanización productiva solo dejaran cabida a labores de poca especialización que requerirán trabajadores poco preparados. Nuestro reto como personas aún si son cuestionables o poco creíbles las visiones de Jeremy Rifkin es prepararnos y convertirnos en personas que tengamos capacidad de emprendimiento, que sepamos manejarnos en la sociedad de la información y que al futuro lo veamos lleno de retos por superar, por su parte los gobiernos deben de promover políticas públicas que garanticen el florecimiento de actividades que promuevan por ejemplo la economía verde, la biotecnología, que se logre una efectiva y justa distribución de la riqueza y sobre todo, que el desarrollo llegue a quienes no lo disfrutan todavía. Finalmente esa es la ruta que se deberá transitar en la educación superior si aspiramos a formar más aptos y mejores profesionales que se integren de manera digna e inteligente al sistema productivo, aportando su capacidad de emprendimientos.

Con la aparición del cine sonoro el vagabundo Charlot que tantas veces interpretó Charles Chaplin, según su creador perdía razón de ser, pero la tecnología permitió que quienes no fuimos sus contemporáneos disfrutáramos de su genialidad y también lo harán quienes están por venir, por eso a pesar de la mecanización el ser humano no debe perder la capacidad de soñar, emprender y crear.

* Profesor-Investigador. Universidad Autónoma de Chiapas







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