NUEVAS PERSPECTIVAS DE INVESTIGACIÓN SOBRE EL CONOCIMIENTO DE NUESTRO PATRIMONIO HISTÓRICO-CULTURAL. LAS OBRAS EFECTUADAS EN LA ERMITA DE VILLADIEGO EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX

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NUEVAS PERPESTIVAS DE INVESTIGACIÓN SOBRE EL CONOCIMIENTO DE NUESTRO
PATRIMONIO HISTÓRICO-CULTURAL. LAS OBRAS EFECTUADAS EN LA ERMITA DE
VILLADIEGO EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX.

Por todos es conocida la importancia incuestionable de nuestro
patrimonio local, y como la existencia de diversos paisajes y
monumentos representativos de nuestro entorno nos identifica y
caracterizan como población. Buena muestra de ello es la Iglesia
Parroquial de San Pedro Apóstol o conventual de San Luis del Monte; los
castillos de Peñaflor, Almenara y Toledillo; las ermitas de Villadiego,
de la Encarnación y de San Crispulo y San Restituto , así como
edificios civiles de tan notable factura como el antiguo pósito (hoy
biblioteca municipal) o la casa palacio de la Calle Juan Carlos I,
muestras todas ellas más que significativas de nuestro rico y abundante
patrimonio.
Un grupo de jóvenes investigadores locales, interesados en la
difusión, conservación y puesta en valor de nuestro patrimonio, hemos
apostado fuertemente por el conocimiento real de parte de estos
inmuebles, así como su devenir arquitectónico. Tras el estudio de su
historiografía, nos percatamos que la difusión actual que se hace a
menudo de estos edificios, a niveles turísticos o de publicaciones
patrimoniales, responde a los trabajos de investigación realizados
principalmente por investigadores externos a la población entre los
siglos XIX y XX. Estas publicaciones generales se limitan al análisis
estilístico, arquitectónico o arqueológico de ellos, sin tener muy en
cuenta la posible documentación existente en los diversos archivos
relacionados directamente con ellos, o en el rastreo de las posibles
huellas de su rico pasado histórico, conservado localmente en
determinadas piezas arqueológicas (inéditas por lo general) o la
imperturbable memoria oral de los mayores.
En esta historiografía se echa en falta la publicación de personas
cualificadas localmente (desde la segunda mitad del siglo XX son muchos
los licenciados en Historia atestiguados) que recopilen las incidencias
históricas, arqueológicas y antropológicas relativas a la población y a
sus principales monumentos arquitectónicos patrimoniales. Cabe destacar
como excepción el caso de la Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol,
que dispone de un extenso patrimonio documental en Sevilla así como en
el archivo parroquial local, motivo por el cual se han realizado
diversas investigaciones de cierto interés. Prácticamente el resto de
edificios monumentales de Peñaflor carecen de una investigación
profunda que arroje luz a sus orígenes y a su posterior evolución
histórica y arquitectónica (salvo honrosas excepciones).
Esta situación ha llevado a concebir un halo de misterio en torno a
las distintas hipótesis que actualmente los sustentan; y que se repite
en todas las publicaciones conocidas. Asi desconocemos si el germen
poblacional de Peñaflor radica en la cultura celta, fenicia, ibérica o
romana. La misma cuestión se plantea a la hora de catalogar el Higuerón
¿puerto fenicio, prerromano, romano o muralla de contención del
Guadalquivir?; la ermita de la Encarnación ¿antigua parroquia de San
Pedro de la Monclova o ermita barroca?... Todo un sinfín de incógnitas
de difícil interpretación desde el exterior, pero que las nuevas
generaciones interesadas en el conocimiento y preservación de nuestro
patrimonio local, estamos decididas a paliar a través de nuestros
trabajos de investigación, así como la ingente falta de conocimiento
real observada.
Una serie de documentos inéditos a los que hemos tenido acceso, así
como la exploración directa de la geografía de nuestros principales
yacimientos arqueológicos, nos da pie al siguiente artículo de
investigación local, reinterpretando parte de nuestro pasado
patrimonial histórico – cultural y el consabido conocimiento sobre
ellos.
LAS OBRAS DE RESTAURACIÓN EN LA ERMITA DE NTRA .SRA. DE VILLADIEGO EN
LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX. DEFINICIÓN DE SU ASPECTO ESTRUCTURAL Y
ARQUITECTÓNICO ACTUAL.

A pesar de que el aspecto general actual que presenta la ermita de
Ntra. Sra. de Villadiego se considera por diversos investigadores como
herencia y pervivencia de un pasado arquitectónico medieval del siglo
XIII (ligado a la Orden Militar de San Juan de Jerusalén), la realidad
es que el aspecto que presenta hoy día es fruto de las reformas
efectuadas durante la centuria pasada. Debemos retrotraernos a mediados
del siglo XX para entender la magnitud de las obras de restauración y
reorganización acometidas en esta fecha, con la inclusión de nuevas
dependencias así como el acortamiento y nuevo cerramiento perimetral
del patio delantero de la ermita. Su catalogación bajomedieval se
estima por la conservación de la torre medieval adyacente a la ermita,
muestra de este periodo son también las características observables
sobre su presbiterio de capilla mayor morisca con bóveda esquifada, o
la existencia de puertas y ventanas rematadas en arcos apuntados. Toda
una realidad que no contempla las posteriores intervenciones
arquitectónicas que han constituido el devenir histórico y religioso
del edificio a través de los siglos, así como su importancia
antropológica como centro de culto y peregrinación religiosa.
La ermita de Ntra. Sra. de Villadiego inicia el siglo XX con una
estructura arquitectónica general heredada de siglos anteriores, con
una fuerte impronta bajomedieval, pero matizada por las importantes
obras de restauración efectuadas durante el siglo XVIII que introdujo
elementos de decoración barrocos (tras su afectación por el terremoto
de Lisboa en 1755), y a principios del XIX en que fue necesaria la
renovación completa de toda la techumbre de la ermita (posiblemente por
no acometer las obras necesarias y pertinentes en la segunda mitad del
siglo anterior por el devastador terremoto). Circunstancia que permite
aventurar se trataba de un edificio singular con características de
cierta relevancia social y patrimonial localmente, a la vez que se
dejaba entrever una cierta decadencia y dejadez en su mantenimiento;
así se aprecia en las primeras fotografías existentes sobre la ermita a
principios del siglo XX. Estas junto con otras posteriores, nos dan una
idea muy aproximada de su realidad arquitectónica antes de las grandes
obras efectuadas en el siglo XX, objeto de este artículo.

Entre los años 1912 y 1917 se acometen importantes obras de
restauración en el interior de la ermita (financiadas a través de
tómbolas, rifas y donativos), que principalmente afectaron la estética
del presbiterio. Las obras de restauración surgen como iniciativa del
párroco D. Diego Algorta, persona culta que las dirigió con rigor
artístico y respeto arquitectónico, hasta su muerte en octubre de 1915.
En el transcurso de estos tres años se enfosca y blanquea todo el
interior de la ermita, se repone el enfoscado barroco con esgrafiado
del arco toral (originalmente en ladrillo visto), se eliminan las capas
de cal de la bóveda (esquifada en piedra) y de las pechinas (con arcos
apuntados en ladrillo), y se detectan dos grandes arcos apuntados en
ladrillo en el centro de las paredes laterales Norte y Sur del
presbiterio, que son cubiertos con el nuevo enfoscado y encalado de
estas paredes. Las similares características constructivas de estos
arcos laterales encontrados con el gran arco toral y la puerta de
entrada, pone en evidencia la comunicación original del presbiterio con
espacios colaterales de dependencias anejas para el culto. En 1913 se
alicata el presbiterio y altar central siguiendo criterios
bajomedievales acordes con su origen arquitectónico. Entre octubre de
1915 y mayo de 1917 (tras la muerte del anterior párroco) se ultiman
las obras de restauración bajo la dirección del nuevo párroco D. José
Álvarez Díaz, los cambios más llamativos corresponden a la instalación
de una reja neogótica (¿reutilizada?) que separa el presbiterio de la
nave central y la instalación, en estilo neogótico, del retablo
acristalado que contiene la imagen de Ntra. Sra. de Villadiego.
En 1920 se restaura y enfosca la fachada de la ermita, respetando el
arco ojival rematado en almenas de ladrillo decreciente de la puerta
principal de acceso (muy similares a los observados en la ermita de
Ntra. Sra. de Setefilla).
En 1934, siendo hermano mayor D. José María Parias y Parias, la
ermita se encuentra de nuevo en obras, y aunque desconocemos los
motivos reales de su necesidad, probablemente apuntan a la falta de
actuación en las obras anteriores sobre la techumbre del edificio,
afectada por la limitada longevidad de los materiales utilizados en su
infraestructura de sujeción (madera). Posiblemente las obras de
reparación consistieron en la sustitución de algunas vigas afectadas
por carcoma que sustentaban el entramado de "par y nudillo" de la
techumbre.
En el año 1942, una obra de acomodación del trazado de la carretera
A-432 a su paso por el Sur de la ermita de Villadiego afectará
directamente al patio delantero; la decisión gubernamental de
expropiación de parte del terreno de propiedad particular de la ermita,
obliga a la reducción sustancial de su tamaño y cambiar la antigua
puerta de entrada (situada al Sur próxima al antiguo camino de Sevilla)
por la actual puerta de acceso al Este (contigua a la nueva carretera
entre Córdoba y Sevilla). A la reducción de la cerca perimetral
anterior se le da la configuración que vemos hoy en día, cerrada con
los sillares pétreos (rectangulares y redondos) que se encontraban
embutidos en su interior (probablemente reutilizados de la antigua
"villae" romana y del castillo bajo-medieval). Se nivela y acondiciona
el terreno por su parte Norte y Noreste para practicar un acceso más
fácil desde la carretera a las carrozas en el día de la romería (con la
pérdida de estructuras arquitectónicas de la villa romana en su parte
Noroeste; como las observó Ponsich en 19791. Durante el transcurso de
estas obras también se construye la galería porticada de acogida de
peregrinos al Oeste del patio de entrada.
En el año 1961 cuando se acometen importantes obras en el patio
delantero de la ermita, con su nivelación y pavimentación terriza, y la
compra de una bomba de extracción de agua para la fuente.
En octubre del año 1965, ante el mal estado de la techumbre de la
ermita, la junta directiva de la hermandad se ve obligada a decidir la
permanencia de la imagen de Ntra. Sra. de Villadiego en la parroquia
por seguridad. El 28 de Enero de 1966, tras una gran tormenta y fuerte
vendaval la techumbre de la ermita cede y cae, un día después, en
cabildo extraordinario se aprueba la realización de un estudio completo
de la situación de la ermita, a la vez que se acuerda comenzar una
suscripción popular que ayude a las reparaciones necesarias, al tiempo
que otorgaba poderes al hermano mayor de la corporación (D. Antonio
Ruibérriz de Torres) para dirigir y gestionar las obras y establecer un
sistema de prioridades en la que se establecía en primera instancia la
reposición de la techumbre, la construcción al Oeste de la nueva casa
del santero con huerta posterior en segunda instancia; contemplaba el
proyecto como último objetivo dotar de luz eléctrica y acometidas de
agua corriente el edificio, a la par que se ajardinaba el patio
delantero de la ermita y los accesos. Dado el alto costo que supone la
traída de la luz eléctrica hasta el edificio, por la necesaria
construcción de torres y el trazado del cableado pertinente, retrasará
hasta el año 1981 este objetivo (tras conversaciones y convenios con la
Compañía Sevillana de Electricidad se acordó un presupuesto de 300.000
pesetas, según consta en la documentación conservada en el archivo de
la hermandad). Las obras son acometidas y realizadas bajo la dirección
del maestro de la villa D Antonio Linares López, como resultado de
estas obras destacamos dos hechos de especial relevancia como son la
puesta en valor de elementos arquitectónicos bajo-medievales
enmascarados bajo anteriores estructuras barrocas (bóveda esquifada y
trompas en ladrillo, que hoy podemos apreciar en el presbiterio), así
como la significante idea de dotación de agua corriente a través de la
fuente de la ermita, pues gracias a esta iniciativa y su caudal, se
favorece enormemente el abastecimiento de agua sobre las nuevas
poblaciones coloniales del Priorato (sobre el cortijo del "Priorato" en
Lora del Río) y Vegas de Almenara (sobre el cortijo de "Las Teresas" en
Peñaflor) en el año 1969. Durante el transcurso de las obras se
solicita la visita y el control del catedrático de Arte hispalense
natural de Peñaflor D. Antonio Sánchez Corbacho. Del mismo modo se
proyecta la construcción de nuevas ventanas para la iluminación natural
de la ermita en el muro Norte, la ampliación de la existente sobre el
muro Sur (cerradas con vidrieras emplomadas alusivas a la diversa
simbología de la hermandad y de la ermita: paloma mística o Espíritu
Santo, cáliz consagrado en recuerdo de que en sus inicios fue una
hermandad Sacramental, etc…). Hallazgo importante durante las obras fue
un ladrillo alusivo a una anterior restauración de la techumbre,
fechado en 1860. Nueves meses después del comienzo de las obras, estas
llegan a su fin en octubre de 1966, (gracias a los diversos donativos
recibidos y a la demanda de un préstamo bancario, que facilitan la
liquidez suficiente para finalizar los principales objetivos),
inaugurándose oficialmente con la venida de la de la imagen de Ntra.
Sra. de Villadiego a su ermita, contando con la presencia del cardenal
D. José María Bueno Monreal y el alcalde de Sevilla, D. Félix Moreno
de la Cova. Pese a las profundas transformaciones que la fisionomía de
la ermita había experimentado en esos últimos años esta sigue
evolucionado hasta llegar a su configuración actual, pues nuevas
transformaciones modificaran su aspecto exterior.
En 1970, en los terrenos contiguos a la nueva casa del santero y
propiedad de la ermita (Noreste del recinto) se lleva a cabo la
desecación de las antiguas charcas y pequeñas lagunas provenientes del
primitivo cauce del arroyo Almenara; al tiempo que se efectúa el
relleno y elevación del terreno para la construcción de una huerta
cedida temporalmente al santero. A la vez se realiza en los terrenos
próximos (también de titularidad de la ermita) un acceso Oeste al
recinto ceremonial y organizativo de la romería anual del 14 de agosto
para las carrozas participantes, ya que dado el auge de participación
de carrozas realizadas con tractor y remolque, obstaculizaban en
demasía la salida procesional de la romería por el principal acceso en
su Parte Este.
Nuevas obras de acomodación de la carretera comarcal A-437 entre
Córdoba y Sevilla a su paso por la ermita de Villadiego en 1987, da
lugar al reacondicionamiento de la fuente de la ermita unos metros más
arriba de su posición inicial, creando un nuevo frontal de fuente con
dos caños (e vez de Tres como antaño) y su ubicación en los terrenos
actuales, rodeada de espacios perimetrales superiores a su origen.

COCLUSIONES:
Como hemos visto, durante el siglo XX la ermita de Ntra. Sra. de
Villadiego ha sufrido un importante proceso de transformación a través
de diversas restauraciones y actuaciones arquitectónicas, que han
modificado sustancialmente su perímetro y estética. Los más destacables
son sin duda las realizadas sobre el presbiterio, el patio, puertas de
acceso a la ermita y apertura de ventanas en el muro Norte.
En el presbiterio se eliminan las capas de cal y enfoscado que
ocultaban el ladrillo visto de las pechinas que sustentan la bóveda
esquifada y del arco toral, se alicata a media altura con azulejo
mudéjar sevillano, y se reincorporan o ¿reinventan? los arcos ojivales
de acceso en sus muros Norte y Sur.
En el patio, la eliminación de las antiguas paredes de tierra
prensada en altura y sillares en su base y esquinas, como la reducción
del perímetro y su reorganización interior y su posterior
ajardinamiento, cambiaron profundamente la delimitación de la ermita y
su estética con la reutilización de elementos constructivos
arqueológicos, a lo que hay que unir las nuevas construcciones en su
lado Oeste de la galería arcada de acogida de peregrinos y la nueva
casa del santero.
En los espacios colaterales es de destacar los nuevos accesos a la
ermita a través de la carretera comarcal A- 432 desde el Oeste, la
creación de una gran explanada frente a la nueva puerta de acceso al
ermita, así como el cambio de ubicación, frontal y número de caños de
la fuente de la ermita, atribuida simbólicamente de toda una carga
exotérica sobre la fertilidad –beber de los tres caños anteriores era
sinónimo de encontrar novio para las mocitas casamenteras).
La más importante pérdida patrimonial en el transcurso de las obras
efectuadas en este siglo lo constituye, sin duda, la destrucción de la
antigua portada ojival bajo-medieval de acceso a la iglesia (en
ladrillo rojizo de similares características a los observado en la
ermita de Setefilla), y de la puerta neoclásica de acceso al Sur del
recinto perimetral de la ermita (de similares características a las de
la puerta de entrada al "Patinillo" en la actual calle Torno Iglesia,
según fotografías conservadas de la época); ambas desaparecidas en el
transcurso de las obras de 1942.
Debemos tener en cuenta que la ermita es una importante zona
arqueológica, con evidencias y aportación de materiales arqueológicos
prehistóricos, romanos (asentamiento humano en la edad del hierro y
villa romana), visigodos y de una alquería árabe, transformándose en
época bajo-medieval en un importante centro neurálgico de control
militar y religioso. Merece por tanto un estudio pormenorizado de su
realidad arqueológica y arquitectónica, que nos permita comprender la
importancia y evolución patrimonial que esta zona del Valle del
Guadalquivir atesora, al tiempo que se hace necesaria una correcta
divulgación de esta joya patrimonial de nuestro pueblo.

JUAN ANTONIO GARCÍA PLATA.

NOTAS:
1.- PONSICH 1979; no 72, p. 95. Las personas mayores de Peñaflor
recuerdan la "aparición de gran cantidad de herraduras y cascos de
caballos durante la obra, como en un enterramiento", al Oeste de la
ermita (comunicación oral de D. Juan Fernández Carrera, observador
directo de las apariciones de ese año), lo que podría indicar la
existencia de una hipotética fosa por efectos de una enfermedad
infecciosa o un enterramiento ritual.

DOCUMENTACIÓN Y BIBLIOGRAFÍA:
- ARCHIVO UNIVERSIDAD DE SEVILLA. FOTOTECA. Sec. Arquitectura, nº de
registro: 2-7089, 2-7091, 2-7094, 020532 y 020533.
- ARCHIVO HERMANDAD DE NUESTRA SRA. DE VILLADIEGO. Actas Capitulares.
Libro Nº 2 8 signaturas relativas a alos años correspondientes al siglo
XX).
- ANGULO IÑIGUEZ, D. (1.937) "Arquitectura mudéjar sevillana de los
siglos XIII, XIV y XV". Sevilla (reedición 1987), pp. 107-108.
- UN HERMANO DE LA HERMANDAD (1958): "Algo sobre nuestra ermita"; en
Revista Tradicionales Fiestas de Agosto. Peñaflor, s./p.
- HDAD. NTRA. SRA. VILLADIEGO (1978): "Algo sobre nuestra Ermita" en
Revista de Feria Peñaflor. Peñaflor, pp. 2-3.
- LÓPEZ MUÑOZ, J. F. "Torreón y Ermita de Villadiego. Descripción.
Historia. Documentación y Bibliografía"; en Castillos y arquitectura
militar medieval en Peñaflor. Peñaflor 2009. S/P.
- MELÉNDEZ GONZÁLEZ, P. L.: "Monumentos de Peñaflor. El Torreón de la
ermita de Villadiego", en Rev. Feria Peñaflor 1976, pp: 11-13.
"Arquitectura mudéjar en Peñaflor: la ermita de Villadiego" Rev. Feria
Peñaflor 2007; págs.: 56-58.
- SÁNCHEZ CASTRO, I., RUIBÉRRIZ DE TORRES, Mª .D.; "La Ermita", en
Almenara Nº 10. Peñaflor 1999, págs...: 7-10.

DOSSIER FOTOGRÁFICO:


Fotografías de 1927 y actual, donde se aprecian las primitivas paredes
perimetrales del patio delantero y la entrada ojival a la iglesia de la
ermita (desaparecidas durante las obras de 1942); y su aspecto
apreciable actual.


Fotografías de 1927 y actual del presbiterio, donde se aprecian las
principales diferencias de iluminación, eliminación del enfoscado sobre
el arco toral, separación con reja gótica de la nave principal y
añadido de los arcos colaterales ojivales de acceso a dependencias en
los muros Norte y Sur.

Fotografías de 1912 y actual, donde se aprecian la desaparecida puerta
de entrada al santuario de la ermita, ojival y almenada, y la actual
cuadrada rematada en espadaña con campana, realizada durante las obras
de 1942


Perspectivas fotográficas del actual patio con la galería porticada al
fondo, lado Oeste (obras realizadas en 1942).


Obras de 1962, arcos apuntados en las paredes laterales del
prebisterio y construcción de la nueva casa del santero al Oeste de la
ermita.


Obras de 1987, traslado y nueva construcción del frontal de la fuente.


Actual aspecto del presbiterio y de la puerta de entrada al recinto de
la ermita por su entrada Este
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