Nuevas noticias sobre Toribio Segura: alumno sui generis de Fernando Sor y profesor de guitarra de Caracas (1837-1850). Ponencia

June 8, 2017 | Autor: H. Quintana Moreno | Categoría: Cultural Musicology, Pedagogia musical, Historia De La Musica, Guitarra Clasica, Musicologia Histórica
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Descripción

Nuevas noticias sobre Toribio Segura: alumno sui generis de Fernando Sor y profesor de guitarra de Caracas (1837-1850). Por Hugo Quintana. 1. Antes de comenzar esta ponencia, queremos decir en honor a la verdad, que la amplia actividad realizada por el polifacético Toribio Segura en la Caracas de 1837 a 1850 está muy lejos de agotarse en la enseñanza de la guitarra, por lo que el presente resumen sólo se justifica por las limitaciones de tiempo de esta ponencia y por el hecho de que este pequeño estudio está destinado a un trabajo mayor sobre la guitarra en la Caracas del siglo XIX. 2. Según nos deja ver un aviso aparecido en el periódico El liberal, el español Toribio Segura llegó a Caracas en condición de violinista en los días inmediatamente anteriores al 3 de agosto de 1837. Arribaba justo después de haber hecho una gira por las islas del Caribe, pero antes de eso había residido en París, en Nueva York y en la Habana. 3. Un mes después de su llegada pidió ser incorporado a la Sociedad Filarmónica de la Ciudad, a la vez que proponía realizar con ella algunos conciertos. Todo salió se hizo público en la Gaceta de Venezuela del domingo de 3 de septiembre de 1837. 4. A mes siguiente se realizó el primer concierto con la Sociedad Filarmónica de la Ciudad, ocasión propicia para que estrenara su Gran marcha dedicada al General José Antonio Páez. 5. Esta obra, que aún se conserva en nuestros archivos, es también un detalle a considerar dentro de la labor de Toribio Segura como profesor de guitarra, cosa que veremos más adelante. 6. El segundo concierto se programó para el 29 de octubre de 1837, y por solicitud de la audiencia se repuso la Marcha triunfal dedicada a Páez, además de otra dedicada al expresidente de los Estados Unidos, igualmente compuesta por Segura. 7. Finalmente se realizó el tercero de los conciertos programados y, en esta oportunidad, se interpretó una marcha más de Toribio Segura, además de la 9na Sinfonía del venezolano Juan Meserón. 8. Tal y como lo hizo en La Habana, una vez finalizados sus primeros tres conciertos, comienza el inquieto Segura a proponer nuevas iniciativas a favor de la música. 9. La primera que nos reporta la prensa de la época es un proyecto para componer y publicar canciones con acompañamiento de fortepiano o guitarra, inspiradas en las expresiones locales de los caraqueños, lo que nos revela incluso las inquietudes

costumbritas de este artista. 10. Este proyecto fue llamado “periódico musical” por el semanario La bandera nacional y es esa la razón por la cual, el historiador de la música Alberto Calzavara dijo que la primera publicación musical caraqueña se llamaba “La mecha” (1984, p. 8), pero a nosotros nos parece que ese era tan sólo el nombre de la pieza que venía en la cuarta publicación periódica del proyecto. 11. A pesar de lo exitoso que –según decía la prensa- lucía el proyecto para esta cuarta entrega, los periódicos de la época no vuelven hacer referencia sobre el asunto. El nuevo proyecto de nuestro violinista – o de los caraqueños que lo querían conservar en su suelo- fue el de unos cuartetos musicales, que precisamente recibieron el nombre de Toribio Segura. 12. Estos cuartetos se mantuvieron vigentes en la prensa hasta bien entrado el año de 1841. 13. A principios de 1842, Segura sale de Caracas para realizar una nueva gira por las islas de El Caribe, y no regresará a Venezuela sino hasta finales de ese año, cuando se espera que forme parte de las ceremonias vinculadas a la repatriación de los restos del Libertados Simón Bolívar. Sin embargo, no encontramos más noticias sobre su participación en este evento. 14. El año de 1843 es, en cambio, el más rico de la vida musical caraqueña de Toribio Segura, y ello incluirá, en buena medida, a la guitarra. El asunto comienza con la publicación del programa de su primer concierto de ese año, el cual incluía el Concierto para Guitarra de Mauro Giuliani. 15. Ese recital no se realizó en la fecha pautada ni con el programa advertido, saliendo, entre otras piezas, (16) el mencionado concierto de Giuliani, pero no deja de ser significativo el que se anunciara. 17. Luego, el 12 de septiembre, aparece en el periódico El venezolano un extenso artículo titulado precisamente “La guitarra”, firmado por Toribio Segura. Este declara que la motivación para escribir el artículo, fue rendir un “justo tributo” al recién fallecido, Fernanco Sor, quien lo acogió en su casa de París, “por el espacio de un año”. A ello agrega: Aquella circunstancia me proporcionó adquirir el poco conocimiento que tengo de la guitarra, pues no se pasaba día que no lo oyera tocar: es muy cierto que no quiso darme lecciones a pesar de que varias veces se lo supliqué. Su respuesta era decirme “la mejor lección que yo puedo dar a u. es que me vea y oiga tocar”. Debiéndome pues someter a su voluntad, me propuse observar de cerca su sistema, y al componer yo algunas piezas para

este instrumento, las sometí a su examen, y obtenida su aprobación las publiqué en París1. 18. Más allá de Fernando Sor, en el artículo también se nos dice que Segura estaba transcribiendo para 12 guitarras la marcha que compuso al general Páez, lo que nos hace suponer que contaba, cuando menos, con once guitarristas, además de él, para interpretar la obra que, en efecto, está escrita para doce instrumentos melódicos más tímpani. 19. El artículo igualmente nos reporta que Segura se dedicaría a la enseñanza de la guitarra, (20 y 21) cosa que se reitera en dos artículos aparecidos en El venezolano de aquel año de 1843. 22. También hay que decir que las clases de guitarra de Segura tuvieron una suerte de relación con el Colegio Concepción, pues en un aviso relacionado con los exámenes finales de esa institución, se dice que las “Sritas. Ana Baralt, Margarita Sánderson y Benigna Palacio, dirigidas por el profesor Sr. Toribio Segura, ejecutaron una pieza en la guitarra” (El venezolano, 30 de marzo de 1844, f. 1v.). 23. El último aviso hasta ahora encontrado, relacionado con Segura y con la enseñanza de la guitarra, se llama “Escuela musical” y apareció en el periódico El liberal del 20 de noviembre de 1847. Es el mismo que hace dudar al Dr. Alejandro Bruzual sobre el papel de Toribio Segura como docente de guitarra, debido a los problemas de salud que se mencionan en el artículo (Bruzual, 2012, p. 329); pero a nosotros más bien nos hace pensar que, aún en las circunstancias más difíciles de su vida en Caracas, Segura se mantuvo dispuesto promoverse como profesor del instrumento. Segura vivió en la ciudad hasta 1850 y es perfectamente posible que hasta entonces se siguiera dando clases de guitarra.

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A esta “confesión de parte” –que el lector puede concebir como algo fantasiosa- tendremos que agregar que Segura debió llegar a la casa de Sor cuando ya era violinista, y también debe decirse que el fenómeno de violinistas venidos a guitarristas fue bastante común a principios del siglo XIX1. En este sentido debe saberse que hicieron también ambivalente carrera musical figuras eximias y contemporáneas a nuestro personaje (ya en el violín, ya en la guitarra), tales como: Nicoló Paganini (1782-1840), Francesco Molino (1768-1847), Fernando Carulli (1770-1841), Muro Giuliani (1781-1829) y Luigi Legnani (1790-1877). En todo caso, y para el momento en que Toribio Segura se promueve como profesor de guitarra en la prensa venezolana, ya habían pasado más de 25 años de su salida de Europa (recuérdese que llegó a Cuba en 1816), por lo que no le faltó tiempo para perfeccionarse en la interpretación del instrumento

24. Otra vez el Nuevo método de guitarra o lira…: Lo dicho aquí sobre Toribio Segura, nos impone que volvamos a hacer referencia a algo que describimos hace ya 21 años sobre un método de guitarra que se encuentra en la sección de libros antiguos de la “Biblioteca Nacional de Venezuela. Este libro fue editado en la ciudad de Caracas aproximadamente en la cuarta década del siglo XIX, según estima el personal de la mencionada institución” (Quintana, 1994, p. 277). El texto fue publicado por la imprenta de Tomás Antero, la misma imprenta que publicó las canciones periódicas de Segura en 1838. 25. Dado que el texto acusa como autor un pseudónimo, el Caballero de ***, nosotros en aquel entonces, abrimos la hipotética posibilidad de que el autor fuera Toribio Segura. 26. Nos animó a esa idea: […] no solo el hecho de que Segura haya sido guitarrista, sino que además hubiese tenido buenas relaciones con Tomás Antero, haya sido conocido músico de la época, y haya sido extranjero (el autor de nuestro método debió tener mucho conocimiento de cómo se organizaban los métodos de guitarra de la época)” (Quintana, 1994, p. 300). 27. Eso lo hicimos, incluso de forma reiterada en nuestro artículo, razón por la que no podemos comprender el que el Dr. Alejandro Bruzual (28) haya sostenido por más de doc años que nosotros partimos de la “hipótesis de un posible autor venezolano” (Bruzual, 2000, pp 428-429; 2005, P. 40; 2012, P. 32). 29. Esto ha sido muy lamentable, pues ha llevado a que un reconocido musicólogo, como el actual Presidente de la IASPM-AL, el Dr, Julio Mendívil, se haya hecho eco de la misma falsa idea (2013, p. 3). 30. También fuimos nosotros los primeros en hacer notar las insólitas similitudes entre el método venezolano y aquellos otros de los hermanos Meissonnier (Quintana, 1994, p. 305; y 1998, p. 200), (31) cosa que el Dr. Bruzual nunca ha reconocido en sus escritos sobre el asunto, a pesar de que ha dedicado varias páginas en suponer que el método caraqueño es una “traducción libre” de aquel otro de Jean Racine Meissonier (Bruzual, 2012, p. 29). 32. Afortunadamente, hoy contamos con una copia digital de aquel método francés de 1823 -el mismo que Bruzual da por perdido (p. 29)-, lo que nos permitió hacer un cotejo exacto del contenido de ambos métodos. Al respecto podemos decir con toda seguridad que el método caraqueño (teniendo muchas piezas en común con el francés), no es, en modo

alguno una traducción libre del de Jaen Racine Meissonier (1823). 33. El hecho más evidente que ilustra esta afirmación, es que nuestro método contiene partes (teóricas y prácticas) que no tiene el francés. 34. Admitida, sin embargo, la posibilidad de la traducción parcial de algunas secciones del método francés, el nombre de Toribio Segura también debe contar como posible traductor, (34) pues las fuentes de la época igualmente nos revelan que él ejercitó ese oficio. (35) Como cosa curiosa, el método del francés, que es también una compilación de muchos otros autores, cuenta entre sus piececitas con una atribuida a un tal Ségura. ¿Será alguna de aquellas piezas para guitarra que Segura dijo haber publicado en París?

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