Noticias de ataques y destrucciones en Orihuela durante el período andalusí (ss. VIII-XIII)

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NOTICIAS DE ATAQUES Y DESTRUCCIONES EN ORIHUELA DURANTE EL PERÍODO ANDALUSI (SS.VIII-XIII)

Francisco Franco-Sánchez C ated rátic o de E s t u d io s A r ab e s e I s l á m ic o s . U n iv e r s id a d de A l ic a n t e

IN T R O D U C C IÓ N En 1987 en nuestra M em o ria de Lic e n cia tura 1 aportam os un panorama casi exhaustivo acerca de los datos conocidos p o r entonces de la historia y del urbanism o de la ciudad de O rih u e la en el pe río d o musulmán, o andalusí. Fueron recogidos desde los datos la conquista -g e n e ra lm e n te centrados en los excepcionales te x to s y a contecim ientos en t o r n o al Tratado deT e o d o m iro del 7 1 3 -, hasta la anexión castellana en el 1265. Este trab a jo p o s te rio rm e n te fue editado en m icroflchas (Franco, 1989a) y durante m ucho tie m p o ha sido el más c o m p le to estudio editado sobre este tema. C on p o ste rio rid a d hemos vu e lto sobre el m ism o en diversas ocasiones (Franco, 1988; 1989b; 1991; 1998; 2000). Seguidamente, en vez de hablar de la continuidad del urbanism o musulmán, vamos a recoger las noticias que nos hablan p re ­ cisamente de destrucción. El o b je tiv o es v e r en qué medida estas noticias nos indican cambios trau m á tico s en determ inados m om e n to s en la tram a urbana de la ciudad.

I. LOS E LE M E N T O S E S E N C IA LE S DE LA T R A M A U R B A N A DE O R IH U E L A El urbanism o de O rih u e la musulmana está condicionado p o r una serie de elem entos ancestrales causados p o r la geografía y p o r el uso humano del espacio circundante a la Sierra de O rihuela, to d o lo cual ha co ndicionado severam ente su plano, hasta la actualidad (Franco, 1988; 1989a; 1991). El p rim e r hábitat se asienta en el c o n o cid o co m o Llano de San Miguel, en la explanada del actual Seminario Diocesano. Es una llanura sobre el río, cuyas murallas garantizaban seguridad fre n te a los caminos y sobre to d o fre n te a las periódicas crecidas del Segura. Esta ubicació n urbana prim era, data o riginariam ente de época ta rd o rro m a na ; aunque se hayan hallado diversas cerám i­ cas ibéricas aisladas, no se ha p o d ido establecer hasta la fecha un hábitat ib é rico pre vio en el lugar. En la p rim e ra etapa islámica tenem os datos cerám icos que co n firm a n el hábitat de esta llanura a m itad de altura del m on te . Desde el establecim iento del Llano de San Miguel se dom ina desde el a lto una serie de caminos que comunicaban especialmente el n o rte levantino con Cartagena. La im p orta n cia estratégica del p rim e r enclave de O rih u e la se debe, p o r tanto, a que c o n tro la un pasillo estrecho e n tre el m o n ­ te y el río, paso necesario en el cam ino e n tre Elche-C revillente-M urcia, si se quería e vita r cruza r el río Segura. Este obligado itin e ra rio - d e origen seguram ente ib é ric o - será el p o s te rio r determ in an te del traza d o de las calles principales. En el plano urbano de la últim a O rih u e la islámica la vía entraría en la población p o r la p u e rta de C re ville nte y saldría p o r la de Murcia. En t o r n o a la misma se fueron ce rra n d o las manzanas de casas y se iría fo rm a n d o y c e rra n d o el callejero islámico.

1Titulada Los espacios urbanos de la dudad de Orihuela en el período islámico, fue dirigida p o r Míkel de Epalza y su defensa se realizó en eí Á rea de Estudios Árabes

e Islámicos de la Universidad de Alicante el I I de mayo de 1987.

En el caso del plano urbano de O rih u e la además de la o r o ­

que tantas referencias escritas han dejado los histo ria d o res

grafía, la hidrografía fue igualmente d e term inante; el río Se­

musulmanes.2 Estos pueblos escandinavos a mediados del

gura, que circunda el m o n te de San Miguel en su parte baja

siglo VIII e m p re n diero n sistemáticas incursiones c o n tra el

e n co rse tó la expansión urbana y obligó a e x te n d e r el case­

flanco atlántico de la Península Ibérica, sufriendo las conse­

río p o r el estrecho llano del piedem onte, abrazando la falda

cuencias de sus depredaciones ta n to los pueblos cristianos

del m onte. El escarpado m on te inm ediato, la presencia del

del n o rte , c o m o los musulmanes del sur. Sus ataques iban

Segura y la vialidad son los condicionantes esenciales para

dirigidos c o n tra las poblaciones costeras, o penetraban ha­

c o m p re n d e r el sentido del trazado del urbanism o islámico

cia el in te rio r p o r vía fluvial (Tajo, Guadalquivir, Ebro...), para

de O rihuela.

de este m o d o caer sobre las poblaciones del in te rio r.A este

D e igual m odo, la presencia del río Segura co n d icio nó el abastecim iento de aguas en la ciudad. En un estudio a n te rio r

respecto son reveladoras las palabras del geógrafo al-Zuhrï (m. e n tre 5 4 9 /1 154 y 5 5 6 /1 161), quien afirm a

(1988) puse en evidencia que no fue necesario más que la

Estos tienen y salen a este m ar en grandes barcos, que

co n stru cció n de tres pequeños canales para llevar el agua

las gentes de al-Andalus conocen c o m o qaraqïr, que son

hasta los baños islámicos. En consecuencia, la ubicación de

grandes em barcaciones que navegan hacia adelante y

las mezquitas de la ciudad y los baños no se vie ro n co n d icio ­

hacia atrás, con altas velas. En ellos salían pueblos c o n o ­

nadas en m od o alguno p o r la presencia del agua, aparecien­

cidos p o r mayüs,3 dotados de agudeza y de gran valentía

do, p o r el c o n tra rio repartidas de un m o d o equidistante en

en la navegación del mar. C uando salían quedaban vacías

la ciudad. En las casas asentadas en el llano, el agua provenía

ante ellos las costas (de A l-Andalus) p o r te m o r a ellos.4

de un sinfín de pozos, excavados en cada casa. El nivel freá­

N o salían más que al p rincip io de cada seis o siete años,

tic o propiciado p o r la inm ediatez del río hacía que fuera

y no venían más que en grupos de cuarenta barcos o

necesario cavar menos de dos m etro s para hacer manar el

más, llegando incluso a cie n .Tomaban to d o lo que en­

agua. En conclusión: el fácil abastecim iento de agua no co n ­

contraban en el mar, haciendo prisioneros y cautivando

d icio n ó el plano en la O rih u e la inm ediata al río. En el castillo

(AI-ZuhrT, ed. Hadj-Sadok § 240; trad. Sáez, 71-2; Sáez,

de la parte s u p e rio r del m o n te y en el Llano de San Miguel

1987).

aparecen aljibes tallados en la piedra parcial o to ta lm e n te . El año 230/845 llegaron a las costas oeste y su r de A l-A n d a ­ Pues bien, fren te a estos datos de continuidad, conocidos

lus con una flo ta s u p e rio r a sesenta bajeles, desembarcaron

hasta la fecha, querem os añadir una serie de noticias que

en Lisboa y to m a ro n p o r sorpresa Sevilla, depredando las

nos rem iten a una posible discontinuidad y renovación en el

regiones de Cádiz y M edina Sidonia y saqueando y matando

plano urbano de O rihuela.

allí p o r donde pasaron (Roldán). Casi todas las naves n o r­ mandas fu e ro n destruidas p o r las tropas andalusíes y m u rie ­ ron unos dieciséis mil; ello no im pidió que, en su retirada,

2. EL A T A Q U E DE LOS N O R M A N D O S A O R IH U E L A E N 245 H ./8 5 9 E.C.

atacaran Niebla, el A lgarve y Lisboa. Esta amenaza ind u jo al

Im p o rta nte , p o r inusual y sintom ática en el s. IX ,es la noticia

cual les fue de gran ayuda en el siglo siguiente. Aunque las

del asalto n o rm a n do - o v ik in g o - al hisn de O rihuela, ya es­

tropas cordobesas los rechazaron, 'Abd Al-Rahmàn I I (206-

tu d ia do en o tr o lugar (Franco 1989b; 380-4). Se ha de in clu ir

238/822-852) p re firió entablar negociaciones a cam bio de la

en el m arco de las numerosas oleadas normandas, de las

paz. A lo largo de su reinado no volverán a aparecer.

e m ir a aum entar su flo ta y re fo rz a r las defensas costeras, lo

2 Las oleadas norm andas fueron estudiadas en el siglo pasado p o r R. D ozy en base a los datos aportados p o r las fuentes árabes especialmente. Recientem ente su estudio ha sido reeditado (1987). A éste habría que añadir los más recientes de Melvinger, 1955; Riosalido 1997. 3 Las fuentes árabes hablan de mayüs para refe rirse a estos pueblos norm andos (M elvinger). El té rm in o significa “ adoradores del fuego” y se aplicó prim eram e nte a los zoroastrianos persas (M orony). La explicación para tal deriva semántica viene dada p o r el problem a que se e ncon traron los musulmanes en la conquista del Irán: dado que los zoroastrianos eran la población m ayoritaria no podía declarárseles politeístas, puesto que ello hubiera significado que habría que haberlos m atado si no se convertían. En consecuencia, se les declara mayüs (que en realidad está em parentado con el siríaco magoshá y el griego Mayo‫) ؟‬, creándose un cu a rto esta tu to personal con ello, equiparándose los mayüs a una especie de dimmTes de segundo grado. D e este m odo se explica p o r qué no se ejecutó a los norm andos que se quedaron: c o m o eran de religión pagana se les equiparó con los mayüs; de hecho luego se les perm ite asentarse sin problem a en Al-A ndalus (Aguadé). Esta misma categoría de mayüs se aplicó a los vascones en el s .X , de lo que se deduce que no estaban cristianizados tam p oco (Epalza, 2007; 2008). 4 En el ms. de M allorca dice li t . « Cuando salían quedaban vacías ante ellos las costas de Al-Andalus, y se recogían todas las ciudades de la costa por temor a ellos».

NOTICIAS DEATAQUESY DESTRUCC IONES EN ORIHUELA D U R A N TE EL

'

(SS.VIII-^III)

M aestro con sus discípulos. Imagen parcial extraída de las Cantigas de Alfonso X el Sabio, cantiga n° 18 1, del códice de la Biblioteca del M onasterio de el Escorial.

Por el con tra rio , su sucesor Mubammad I (238-273/852-886),

vagaron p o r la costa de TudmTr, para te rm in a r llegando a

verá una ofensiva norm anda conjunta co n tra el n o rte del

la fortaleza de O rih u e la (hisn Awriyüla). P oste rio rm e nte

Magreb y el sur de Al-Andalus entre el 858 y 861. Hacia el

p a rtie ro n hacia el país de Francia (Ifranya), donde pasa­

2 4 4 /19 abril 858-7 abril 859, una gran flo ta de norm andos vio

ron el in vie rn o (Ibn Hayyan ed. MakkT, 1973:308).

rechazadas sendas tentativas de desembarco en el litoral gallego y en el G uadalquivir.Ante estas circunstancias, tras asalta r Algeciras,se dividieron en dos secciones: una se dirigió hacia las costas marroquíes, desembarcando en A rcila y N e k o r

Ibn 'Id á ri al-MarrákusT (m. ha. 71 1/13 12) en su recopilación h istórica copia el te x to a n te rio r de Ibn Hayyan, puesto que lo refiere de m od o casi idéntico:

(Al-Bakrl, 92, I I I ; Dozy, 1987: 24-27, 31-33) y la o tra dobló

Los mayüs, abandonando la desembocadura del río de

el Cabo de Gata y v iró en dirección hacia la C o ra de TudmTr.

Sevilla, fu e ro n a Algeciras, de la que se apoderaron in­

Por el curso fluvial del Segura ascendieron hacia la fortaleza

cendiando su m ezquita aljama. Luego pasaron a la o tra

de O rihu e la y la asaltaron. Ibn Hayyan (377-469/988-1076),

o rilla (del Magreb) y despojaron a sus poseedores. H e ­

el h isto ria d o r más antiguo que da fe de este asalto, escribió:

cho esto, v o lvie ro n hacia el lito ra l de al-Andalus, desem ­

Pasaron unos barcos de norm andos (ma^üs) desde el campo hasta que llegaron a la misma desem bocadura del río de Sevilla y sus alrededores. El t e r r o r fue con ellos p o r to d o s los caminos p o r donde pasaron. Se ‫ه‬pres ٧r ‫ة‬

barcando en la costa de Tudmír, para te rm in a r llegando a la fortaleza de O rih u e la (hisn Awriyüla). Después p a rtie ­ ron hacia Francia (Ifranya), donde invernaron (Ibn 'IdarT, II, 97; Dozy, 1987:31).

el e m ir Muhammad a salir c o n tra ellos con su e jé rcito

Por su parte, este es el relato del más ta rd ío enciclopedista

en direcció n a occidente y llam ó ai com bate la gente

egipcio al-Nuwayri (677-732/1279-1332):

c o n tra el enemigo en el camino. A c u d ie ro n a la lucha to d o s los que habían reto rn a do . El general (al-qa'id) del e jé rc ito del sultán co n tra ellos era 'Isa Ibn al-l^asan Ibn Abí ^ b a y d al-Hc¡y‫؛‬b. Partieron los barcos de los infieles (al-kafra) de Sevilla y se instalaron en Algeciras; to m a ro n la ciudad, la saquearon [y quem aron su m ezquita] aljama. Luego p a rtie ro n de tie rra s de A l-Andalus, buscando la

En el año 245/859 •60 salieron los mayüs en barcos hacia el país de A l-A n d a lu s. Llegaron a Sevilla, desem ­ barcaron en Algeciras e incendiaron su m ezquita ma­ yor. Después pasaron a las costas a la o tra o rilla (del M agreb). Pero p ro n to v o lv ie ro n a Al-A ndalus; pusieron en fuga a los habitantes de Tudmír y p e n e tra ro n en la fo rta le za de O rih u e la (hisn Awriyüla). Luego se d i­

o tra o rilla (del Magreb) y se instalaron [en él y saquea-

rig ie ro n a la costa de los cristianos (los francos) [...]

ron sus costas. Después re to rn a ro n al Sarq al-Andalus] y

(AI-NuwayrT, ár. 54, tra d . 47)

Los referidos te x to s árabes son h a rto similares. Parece ser

Tras asaltar O rih u e la v o lvie ro n al M editerráneo, donde

que en la costa levantina únicam ente e n co n tra ro n pro p icio

fu e ro n alcanzados p o r la flo ta cordobesa, que lo g ró aca­

el ataque a la fortaleza de O rih u e la .5 La táctica m ilita r que

bar con una buena p a rte de las embarcaciones normandas.

los norm andos empleaban era: el asalto a las ciudades cos­

P o ste rio rm e n te se reu n ie ro n de nuevo la rama que asoló

teras (en Asturias y Galicia, Lisboa, Algeciras, Cádiz, Arcila,

A l-A ndalus con la que se dedicó al pillaje en el n o rte de

N e k o r ...) y a las islas (Saltés, Baleares, Cam argue ...); subir

Á frica; la flo ta norm anda adquirió de este m od o nuevamen­

en sus barcas p o r los cursos navegables para llegar hasta

te una gran envergadura. C o n tin ua ro n su p e rip lo y fueron

poblaciones del in te rio r (así p o r el Tajo entran a Lisboa, p o r

a instalar su cam pam ento de invierno en la desem bocadu­

el G uadalquivir hasta Sevilla y sus castillos río arriba, p o r el

ra del Ródano; desde esta base p a rtie ro n numerosas ban­

T in to hasta Niebla, p o r el Sado a A lcá ce r do Sal, p o r el M iño

das dispersas que asolaron las Baleares, el lito ra l del Sarq

aTuy ...),o fo rm a r un cam pam ento en las desembocaduras

Al-A ndalus (incluida Valencia) los condados catalanes y la

de los ríos e internarse unos pocos k iló m e tro s 6 siguiendo

Provenza francesa, para acabar el viaje en el lito ra l italiano.

los valles fluviales hasta llegar a ciudades poco alejadas del

Desde la península Itálica regresaron a sus bases en el n o rte

lito ra l (ataques a Silves, a O csonoba — Faro— ...). Por ello

de Europa. N o v o lvie ro n a aparecer p o r A l-Andalus hasta

este asalto a O rih u e la parece que se sale de lo habitual en

un siglo después, reinando al-Hakam I I (350-366/961-976)

su m od o de actuar, puesto que p o r el Segura no fue posi­

(Dozy, 1987, 29-39:Vilar, 1976; 72-3).

ble llegar navegando hasta O rihuela, debido a que el cauce fluvial no ha variado esencialmente su nivel en el ú ltim o m ilenio.7

Según Ibn Hayyán la invasión norm anda fue antes del invier­ no, en que se re tira ro n a tie rra s de francos9 o sea, o c u rrió en o to ñ o . A l parecer — c o m o afirm a Ibn Hayyán— vagaron

Este ataque n o rm a n d o a O rih u e la te n d ría m ayor sen tid o

p o r la costa de la co ra de Tudmír; ante el peligro inm inen­

si pensamos que p u d iero n apro ve ch a r una c o y u n tu ra fa­

te que su presencia representaba, los habitantes de la mis­

vo ra b le . Tras vagar p o r las costas de TudmTr, sin que las

ma (piénsese los cercanos a las zonas costeras) huyeron a

fuentes señalen o tro s asaltos, en este o to ñ o del 859 p udie­

ponerse a buen recaudo del peligro, c o m o hicieran antes

ro n hallar una circunstancia positiva para su táctica, co m o

los sevillanos o los pobladores de las regiones p o r donde

po siblem ente un nivel del Segura más a lto de lo habitual,

pasaron. Huirían hacia el in te rio r, o a la m ontaña más cer­

con lo cual podrían haberse acercado hasta unos pocos

cana, quedándose solo algunos escasos soldados en el hisn,

kiló m e tro s , o hasta la misma ciudad de O rih u e la , para rea­

el re c in to am urallado con función de fortaleza habitada, que

lizar la rápida o p e ra ció n ofensiva que parece deducirse de

en este s. IX se ubicaría en un m uy poblado Llano de San

las fuentes árabes.8

Miguel.

5 Es c ie rto que los norm andos atacaron tam bién la ciudad f a l e n c i a , pero las circunstancias en que lo hicieron ‫ ؛‬ueron bien diversas: tras el asalto a © rih u e la fu e ro n a la desem bocadura del R‫> ؛‬dano y, to m a n d o com o base la isla de Camargue, durante más de un año se dedicaron a asolar sistem áticam ente el in te rio r / el sur de Francia / las costas del Sarq Al-A ndalus, las Baleares e Italia. N o tic ia de Sebastián de Salamanca citada p o r R. D o zy ( 1987:34). ‫ ؛‬G eneralm ente no más de ١٥-15 Km . Excepciones fueron la to m a de Pamplona o la de Santiago de C o m po stela . ‫ عا‬p rim era se enmarca d e n tro de la misma oleada de 8 5 8 -6 1; una vez con el cam pam ento en la desem bocadura del R؛‬dano,una de los m últiples grupos subió p o r el valle del Ebro hasta Pamplona, llegando a capturar al rey de N a v a rra ,G a rc ía ,h ijo de Iñigo,que hubo de pagar un fu e rte rescate p o r su lib e rta d ;e s ta noticia es verosím il, pues este m onarca navarro está datado en esta época p o r las fuentes latinas. O tr o caso fue el asalto a Santiago de C o m po stela en m arzo del 970; entrarían p o r el Tam bre o p o r el Ulla, en cuyo caso tendrían que haber m archado 1‫ ه‬y 15 km. respectivam ente. Estos m ovim ientos de los norm andos manifiestan el gran c o nocim iento geográfico y estratégico que dem ostraron en to d o m om ento. (Dozy, 1987:36-37, 47). ^Este hecho lo han dem ostrad o las excavaciones realizadas p o r Em ilio D iz en el verano de 1987 en la Plaza del Marqués de Rafal.A la Memoria de Excavaciones nos rem itim o s. Según la inform ación oral que nos p ro p o rc io n ó al respecto, aparecieron m ateriales del siglo X a 1,5-3 m. debajo del nivel del suelo actual. N o pudo profundizarse más porque lo im pidió el nivel freá tico del agua. Bajo el nivel fre á tic o actual se encuentran m ateriales aún más antiguos; esto quiere decir que desde el siglo X el nivel de la ciudad ha subido más de 3 m .,p e ro tam bién ha subido o tr o ta n to el nivel del río ,d e b id o a la sedim entación en el lecho de la vega fluvial. Por ello cabe afirm a r que en este ú ltim o m ile nio no ha variado sensiblem ente el nivel del Segura co m o para garantizar el que los norm andos llegaran p o r barco hasta la ciudad. ®Hace tie m p o analizamos las diversas noticias de época medieval que rem iten a la posibilidad de que el Segura fuera navegable en esta época.A unque hay algunas que parecen apuntar que sí, lo c ie rto es que no hay dato alguno contunde nte al respeto, con lo que se debe c o n c lu ir que no (Franco, 1989a: 18-21)

‫ و‬El gentílico ifrany y su to p ó n im o Ifran^a, son aplicados ta n to a la Cataluña de la Marca Hispánica hasta el s . x , co m o al t e r r ito r io de la actual Francia. Si se ven los mapas de la “ cartografía de al-BaljT” se apreciará hasta qué pun to llega esta confusión espacial (F ra nco,202013 ;5 ‫) ه‬. Sabemos p o r el obispo Prudencio que pasaron el in vierno en Provenza; tras in ternarse p o r el Ródano y asolar varías poblaciones establecieron su cam pam ento en la isla de Camaria, hoy de la Camargue, en la desem bocadura de este río (Dozy, 1987:33).

N OTICIAS DEATAQUESY DESTRUCCIONES EN ORIHUELA D U R A N T E EL PERÍODO ANDALUSÍ (SS.VIII-XIII)

N o son p ro lijos los te x to s en hablar de las consecuencias para la fortaleza del Llano de San Miguel de O rihuela. En c o ­ herencia con lo o c u rrid o en o tro s lugares habría saqueo y pillaje de una fortaleza prácticam ente vacía. Se podría aven­ tu ra r que hubo las destrucciones necesarias para e n tra r en la ciudad y no parece que atacaran la mezquita, pues las fuentes lo hubieran explicitado. En conclusión, este ataque p oco habría influido en la co n ­ figuración urbana de un hisn que en estas fechas del o to ñ o del 859 ya se habría desbordado p o r el piedem onte inm e­ dia to al río. Por entonces ya se habría com enzado a gestar en el llano fluvial un caserío im p o rta n te en to rn o a los dos ejes camineros que luego serán las calles de la madlna que unirían la p u e rta de C re ville n te con la de Elche.

COTAS

CON

VALORl

Planimetría del derrum b e del mihrab de la M il de las rábitas de G uardam ar del Segura; estado p revio a su reconstrucción (Aznar, 1989:38).

:١ ٠ ٠ ٠ ٠ ٢

3. A C E IF A D EL C A L IF A ABD AL-RAHMÁN I I I ALNÁSIR C O N T R A O R IH U E L A Y SUS REBELDES. Un te x to del Muqtabis V de Ib n Hayyán nos in fo rm a de un ataque califal a O rihuela. Es el siguiente: A ñ o 304 (5 ju lio 9 1 6 - 2 3 ju n io 917) [ . . . ] En el m ism o año envió tam bién al-Násir en o tra aceifa

Tria،

cora de Tudmír, la más antigua de sus ciudades y más inexpugnable de sus fortalezas (amna' ma'áqili-ha), que

Fotografía del yacim iento de las rábitas de G uardam ar del Segura,

había se rvido de refugio a los cristianos en los p rim e ­

tal y co m o estaba hacia mediados

ros tiem pos, p o r lo que habían puesto to d o su esfuerzo

de los años 1990. A b ajo a la izquierda se aprecian las rábitas

en fo rtific a rla y cuidar sus tierras, que abundaban en

M ili y M il. Esta M il ya presenta

plantaciones de peregrinos árboles y los más sabrosos

re co n stru id o su mihrüb.

frutales (Ibn Hayyán, vo l.V ar. 127-8, trad. 105).

al visir y caíd Ishaq Ibn Muhammad al-QurasT al-MarwanT

Sin e n tra r en el tra sfo n d o h istó ric o de la noticia, el te x to

co n tra los disidentes de las coras de TudmTr y Valencia,

afirm a que el visir enviado p o r el ya califa (desde el año

en previsión de que se alboro ta ra n al saber que el ejér­

300/912) al-Násir c o n q uistó el poderosam ente (al-'azíz)

c ito se había alejado hacia t e r r it o r io enemigo (dar al-

fu e rte , robusto, inaccesible, inexpugnable (al-mana'a) hisn/

harb). El visir Ishaq Ibn Muhammad hizo se n tir su paso

fortaleza de O rihuela, reite ra n d o más adelante que es “ la

p o r ambas coras con firm eza, hum illando a los enem i­

más inexpugnable de sus fortalezas (amna' m a'áqili-há)” .

gos que había en ellas y recaudando m ucho tr ib u to de

C o m o resultado de esta campaña m ilita r no se habla más

sus regiones; co n q uistó la bien fo rtifica d a fortaleza de

que del so m e tim ie n to de su rebelde se ñ o r local, quien no

O rihu e la (hisn Awriyüla al-'azíz al-mana'a), capital de la

debía haber pagado im puestos durante bastante tie m p o , ya

N O TIC IA $ DEATAQUESY DESTRUCCIONES EN ORIHUELA D U R A N T E EL PER ÍO D O A N D A LU S Í (SS.^II-^lll)

M aestro de religión, alfaquí, deba­ tiendo sobre la unicidad de Dios. D etalle parcial de la ilustración de la cantiga 187a del códice del M onasterio de el Escorial de las Cantigas de Alfonso X el Sabio.

‫محلا‬

$٧ dom inio

que además se dice que a resultas de la expecición, se aca­

Jayran el eslavo extendió

bó “ recaudando m ucho tr ib u to de sus regiones” .10 N o se

expulsó a los beréberes de O rihuela (madlnat Aw riy^a)

habla, p o r ta n to de destrucciones, sin a p o rta rse más datos

y el te rr ito rio de Tudrn^ se som etió a su obediencia en

o precisiones.

el año 403/1012 ■3. A continuación gobernó Alm ería y sus

p o r la zona levantina,

dependencias. Finalmente, el te rr ito rio de TudmTr le permaneció fiel hasta la m uerte (al-'U‫؛؛‬rí,ár. 16, trad.87).

4 LA F IT N A T A L -B A R B A R O G U E R R A C IV IL Q U E A C A B O C O N EL C A L IF A T O A N D A L U S I

O tro s autores hablan de que las tro c a s beréberes atacaron y conquistaron O rih u e la y allí se quedaron hasta que los

Se conoce c o m o fitnat al-barbar o “ fitn a de los beréberes”

echara J a y ^ n en 1012 3. C arecem os de o tro s datos al res-

a la guerra civil que com enzó con el asesinato de 'Abd al-

pecto, pero parece que no debió haber grandes d estruccio-

Rahman Sanyül o Sanchuelo, el hijo d e A lm a n z o ry que e n tre los años 10 0 9 -1 0 3 I asoló los te rr ito r io s de Al-Andalus, has­ ta que un g ru p o de notables cordobeses declararon abolido el califato en Al-Andalus. Se adjudica a los grupos m ilitares beréberes los desórdenes de to d o tip o que tu v ie ro n lugar

nes en el casco urbano, o al menos las noticias que tenem os no nos hablan de ello; más bien re m ite a ataques sobre las personas.Se asocia con e s ta “ fitria de los beréberes” el clima de desestabilización de la región que habría ocasionado la despoblación de las rábitas de G uardam ar del Segura.

d u ra n te esta g uerra en la que lucharon los tres grupos de p o d e r existentes en al-Andalus: nobleza árabe local, saqaliba o altos funcionarios del estado y m ilitares beréberes.

5. EL T E R R E M O T O P O S T E R IO R A 440

Es revelador al respecto un te x to que hallamos en la in­

H . / 1048*9 E.C. Q U E A S O L O T O O A LA V E G A

c om pleta y fragm entaria o b ra ge o grá fico -h istó rica del alme-

DEL R IO S EG O R A

riense Abü l-'Abb§s Ahmad Ibn 'Um ar Ibn Anas al-'Udri Ibn ad-Dalá'i (393-antes de 478 H ./I0 0 2 antes de 1085 e.C.):

Una noticia del referido al-'Udri viene a hablar com o ninguna o tra de una destrucción en la vega media y baja del río Segura

Cuando la fitna se extendió p o r al-Andalus, los beréberes

habida a comienzos del s.X i. Es un breve epígrafe,encabezado

se alzaron victoriosos en la cora de TudmTr. Más tarde,

p o r el añadido del títu lo que hiciera el e d ito r a l- A h w n de

10 El significado del impago del im puesto estipulado c o m o una rebeldía co n tra el estado, y tam bién co m o desobediencia de los preceptos del islam lo hemos explicado en diversos trabajos (Franco, 2 0 10).

“ N o ticia de te rre m o to s en la náhlya ciudad de Murcia y en

p o r tanto, que la devastació n fue e n orm e en Murcia, O r i-

O rihu e la ” . Este encabezamiento no aparece co m o tal en el

huela y en las diversas alquerías del valle del Segura.

m anuscrito de la obra, en el cual apenas hay unas pocas divi­ siones en epígrafes. El te x to árabe de la noticia es:

Estas son las consecuencias en las zonas habitadas. En el campo se apunta que "w a-ansaqat al-'ard, se a b rió y se trag ó

N o tic ia de te rre m o to s en la náhlya ciudad de M urcia y

la tie rra ” , cam biando el cu rso de las aguas subterráneas de

O rihuela.

to d a la región, cambiándose el nacim iento de manantiales, y

Esto fue que hubo una serie de te rre m o to s continuados, uno tras o tro , en la hawma de TudmTr, en la ciudad de O rihu e la y en la ciudad de M urcia y en el t e r r ito r io e n tre ellas. A q u é llo se p ro d u jo después del año 440 de la Hégira y p e rd u ró esta situación cerca de un año, re­ p roduciéndose numerosas veces cada día; no dejaron de aparecer esos te rre m o to s ni un sólo día ni una noche.

apareciendo o tro s surgim ientos de agua "ra'iha muntina con o lo r hediondo, p ú trid o , putrefacto, descom puesto” . Quizás esto ú ltim o haya que relacionarlo con una subida del nivel fre á tic o en una vega cuyos marjales, extensos en el s.VIII de la conquista, ya habían sido casi del to d o desecados y gana­ dos para la a g ricultura en gran parte gracias al sistema de riegos e x te n d id o desde el s IX en M urcia y O rih u e la (G u ­ tié rre z 1995; 1996a; 1996b). Esta subida del nivel freá tico de

Las casas se d e rru m b a ro n, los alm inares (al-sawám¡') se

las zonas más bajas propiciaría un nuevo estancam iento de

cayeron, así c o m o to d o s los edificios altos. La m ezquita

las aguas, y de ahí su p u trid e z e insalubridad.

m ayor de O rih u e la se d e rru m b ó ju n to con su m inarete. La tie rra se a b rió en to d o el té rm in o agrícola (náhlya)

Por esta descripción de los efectos de los sismos, se ha

de la vega (hawma). Se secaron m uchos manantiales, y

p ro p u e s to una intensidad de 7,5 a 8 en la escala de Richter.

surgieron fuentes que manaban agua hedionda (Al-'Udrí

Se ha asociado con estos sismos posteriores al año 440

ár. 8 trad. 69).

H ./I0 4 8 ■9 e.C. la caída de un mihráb y parte de un m uro de

Hem os de com enzar aclarando que la serie de te rre m o to s

la rabita (o mezquitilla) conocida com o Mil de las rábitas de

tu vo lugar “ después del año 440 H.” , año lunar musulmán

G uardam ar del Segura. Su excavador (Azuar, 19 8 9 :3 8 -4 1, 194;

que se co rre sp o nd e con la fecha cristiana e n tre el 16 ju n io

2 0 0 4 :2 3 1) asocia con esta destrucción el pu n to final del uso

1048 y el 4 ju n io 1049; es una fecha imprecisa, posiblem ente

o habitación en el com plejo de las rábitas.También indica que

porq u e ta m p o co el anónim o in fo rm a d o r de al-'Udri ubicara

unos 30 años antes ya se habría abandonado el lugar, segura­

con exactitud en el tie m p o lo a co ntecido durante un p e río ­

m ente co m o consecuencia de la fitna de los beréberes.

do prolo n g a d o,y que tra n sm itiría al a u to r posiblem ente más de una década después.

6. L A C O N Q U IS T A C R IS T IA N A DE O R IH U E L A En segundo lugar, cuando habla de la "náhlya de M urcia” se refiere al “ d is trito , té rm in o agrícola de M urcia” (G ro o m ,

Del p e río d o siguiente sabemos de las correrías del C id p o r

217), equivalente a lo que Míkel de Epalza de n om in ó “ espa­

la región de O rihu e la , de las diversas conquistas de a lm orá ­

cio p e riu rb a no ” de una ciudad (1985; 1991). La hawma es

vides y almohades del t e r r it o r io levantino, p e ro ninguna de

un vasto espacio, un área a b ie rta ," así es que se refie re a la

estas noticias hablan explícitam ente de destrucciones en la

vega media y baja del Segura co m o tal, te r r ito rio , que c o m o

ciudad de O rihuela.

queda claro en el te x to , se encuentra e n tre las dos ciudades de M urcia y O rihuela.

Tam poco parece que hubiera tales con m o tiv o de la anexión de O rih u e la al re in o de Castilla. En el s. X III O rih u e la se

En el ú ltim o párrafo se describe el alcance de este sismo

c o n v irtió en el refugio de cuantos se opusieron a los pactos

p o s te rio r al 10 4 8 -1049: C o m o consecuencia de los te m b lo ­

de Ibn Hüd con los castellanos. Estos hubieron de cercarla,

res las casas y edificios altos se vin ie ro n abajo. El te x to afir­

pero, c o n tra ria m e n te a los casos de Lorca, Muía o C artage­

ma que los alminares (al-sawám¡') de las diversas mezquitas,

na, O rih u e la no fue tom ada al asalto, sino p o r capitulación.

así c o m o los edificios altos tam bién cayeron. Se entiende,

Sin duda p o r ello A lfo n so X el Sabio la incluyó e n tre el gru-

“ T he high sea, th e main, deep w a te r; an open area o f sand de s e rt” (G room , 108), de lo cual deduzco que la “ open area” es el pro p io valle a b ie rto de la vega.

N © TIC IA S DEATAQUESY DESTRUC CIONES EN ORIHUELA D U R A N TE EL PER ÍO DO AN D A LU SÍ (SS.VIII-XIII)

po de las poblaciones entregadas en el pacto de Alcaraz. Sobre la fecha de la conquista castellana de O rihuela, el J. M. del Estal apunta que debió estar e n tre los años 1259-60 (fecha en ia que según el E. M olina la Wizára 'Isamiyya debió caer) y el 1265, fecha en que A lfo n so X el Sabio le concede a la ciudad de O rihu e la sus fueros y crea la figura del concejo re c to r (Estal 1984: 12-20). En conclusión, no hubo destrucciones asociadas a este cam­ bio de jurisdicción y de soberanía de la localidad.

7. C O N C L U S IO N E S P A R A EL E S T U D IO DEL U R B A N IS M O M U S U L M Á N DE O R IH U E L A . Se ha repasado lo que dicen los te x to s árabes acerca de los más notables acontecim ientos bélicos o de conquista referentes a la ciudad de O rih u e la en el p e río d o islámico. Curiosam ente el más tra u m á tic o para la tra m a urbana fue un a c o n te cim ie n to sísmico, no bélico. Referido con to d o detalie p o r p a rte del geógrafo e h is to ria d o r al-'Udrí, de esta noticia concluim os que este sismo - q u e estaría e n tre el grado 7,5 y el 8 en la escala de R ic h te r-c a m b ió to d o el panorama urbano y el paisaje de las vegas media y baja del río Segura. Su duración de un año y la d e strucción de to rre s y edificaciones altas, así co m o de las mezquitas de O rih u e la y de ‫؛‬as edificaciones de la región habrían venido a sumarse a la destrucción y desórdenes pro p io s de la fitria. Está claro que los cascos urbanos de M urcia y especialmente de O rihu e la y de localidades de la vega baja padecerían enorm e m e n te , lo m ism o que sus castillos y grandes fortalezas. En consecuencia, la configuración últim a que conocem os de to d o s ellos no se rem ontaría más allá de esta im precisa fecha de “ después del año 440 H.’\ p o s te rio r a 1048- 0 49 ‫ا‬.

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