Notas sobre Sonatas e Interludio para piano preparado de John Cage

June 29, 2017 | Autor: Miguel Crozzoli | Categoría: Composition (Music), John Cage
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Descripción

John Cage (5 de Septiembre, 1912 – 12 de Agosto, 1992) fue uno de los
compositores más reconocidos del siglo XX, aunque su posición como
compositor haya sido criticada ampliamente por sus contemporáneos,
especialmente en sus composiciones posteriores al año 1951, donde las
operaciones de probabilidad (chance operations) empiezan a jugar un rol
importante en el proceso de creación, más bien son el principio fundamental
de sus creaciones.

Todos sus estudios, trabajos y la finalidad de sus obras apuntan a su vida
como compositor; Cage dedicó su vida a la música, y la desarrolló basándose
en una posición filosófica, donde el fin es musical, no filosófico.

Hablamos sobre Sonatas e interludios, compuesta entre el año 1946 y 1948;
una obra que resume conceptos ligados a la tradición expresada de manera
poco convencional.
En Composition as Process Cage explica que la composición de Sonatas e
Interludios fue hecha de una manera en la cual se puede considerar el
método usado como improvisación. "Con ayuda del piano, escuchando
diferencias, escogiendo, escribiendo un borrador a lápiz, después copié
este fragmento, pero de nuevo lo copié a lápiz. Por último hice
cuidadosamente un manuscrito a tinta": el ciclo fue escrito tocando el
piano, escuchando y luego haciendo una elección. Las elecciones hechas
resultaban funcionar con la forma de la obra establecida.

Esta obra es un quiebre y un movimiento hacia delante en su concepto
compositivo, donde la creación es "el pasaje mismo en la vida de Cage", el
quiebre para el constante proceso de cambio que lo llevó a las posiciones
artísticas que lo hicieron ese compositor cuestionado y luego ampliamente
(y nuevamente) reconocido.

Estos conceptos de tradición que expresa la composición y se escuchan de
manera poco convencional, presentan una idea de tonalidad desdibujada por
el resultado de la sonoridad del piano preparado. Es así que escuchamos
patrones pentatónicos que melódicamente sugieren un centro tonal, y suaves
vestigios de una tonalidad en evidencia, pero la innovación y el cambió
sonoro del instrumento desalientan a la asociación concreta de estos
rasgos, terminan siendo solo rasgos sugeridos.

La armonía, a pesar de existir algún movimiento de acordes, es considerada
por Cage como una herramienta usada para la comercialización de la música
occidental, por lo que el foco de la obra esta en elementos más naturales
del sonido: altura, volumen, timbre y duración. Cage tiene una fuerte
crítica a la industria cultural. Afirma que esta industria contamina la
música, que en vez de expandirse hasta ser una con la naturaleza, se
expresa como todo lo contrario. Pretende que para cambiar la forma de
escuchar -realmente aprender a escuchar- hay que silenciar esta industria
que genera productos cada vez más codificados.

Las melodías, detrás de estos conceptos, se vuelven de gran interés y son
el punto más fuerte de la obra. Es así que su tratamiento refiere más a
esta invocación que muchos hacen sobre su tradición, y donde encontramos
usos melódicos como repetición, secuencias, inversiones, aumentación.

Peter Yates en un artículo de "Arts & Architecture" (1949) analiza estos
puntos en tanto al balance que logra la obra. Propone que los sonidos más
agudos tienden a la actividad, mientras que los sonidos más graves tienden
al reposo. El registro más agudo significa tensión y el grave es un lugar
de tonicización. La estructura de este balance se basa en el movimiento y
no movimiento entre el sonido y el silencio, entre el movimiento rápido de
muchos tonos en un nivel de sonido y el lento movimiento de sonidos
aislados en otro nivel, donde nunca pueden ser interpretados como acordes.
Esta descripción confirma la crítica que hace Cage a la industria cultural
en tanto a su uso la función armónica. Parece un paso previo a su idea de
que "cada sonido vibre por si mismo, y no por la teoría…".

Peggy Glanville-Hicks en una crítica en 1948 en una edición de "Musical
America" habla sobre el dramático poder de la pausa en la obra: en el
intento por evitar el punto de llegada, la textura de los sonidos en el
climax designados para entender al silencio como una joya. Bajo esta
necesidad, Cage crea el piano preparado. Y sin duda es esta necesidad, esta
imperiosa búsqueda que crea estos conceptos y que dan forma a la obra junto
al sonido especial del piano preparado, y a la vez es el piano preparado el
que refuerza estos conceptos fundándose en su sonido.

El piano preparado no es, según palabras del compositor, una crítica hacia
el instrumento. Es una investigación sobre nuevos recursos sonoros, es
desarrollo de la percusión en la música, percusión que involucra ruido, y
el ruido llevado al piano. No es una crítica hacia el instrumento, más bien
una ampliación del mismo: ampliación sonora, y ampliación sobre el concepto
del lugar del instrumento, consigue un amplio potencial melódico y de
efectos percusivos. Cage, en una entrevista de 1949 habla que la
preparación del piano afecta al instrumento de cuatro maneras: lo calla
(opaca), le cambia el timbre, lo divide en dos o tres sonidos, y acorta la
duración de los sonidos.

El piano como elemento célebre de composición es alterado, el máximo
elemento del compositor es modificado, ampliando sus capacidades sonoras,
pero modificando sustancialmente: ahora también es ruido, elemento sonoro
que recibe posiciones estéticas fuertes en cuanto a su capacidad musical.
Aun así Sonatas e interludios, en su reminiscencia de tradición, en esa
tradición expresada de manera poco convencional, es una obra maestra y es
celebrada como tal.

Su preparación para esta obra lleva más de tres horas y da como resultado
un instrumento percusivo de características líricas. Esta involucra el uso
de elementos como tornillos de varios tipos, quince piezas de caucho,
cuatro piezas de tuercas de plástico, y una goma de borrar; estos fueron
elegidos como uno elige conchas de mar al caminar por la playa, dirá Cage.
La preparación del piano (con todo lo que esto representa), nunca puede
quedar igual, y los pianos nunca son iguales. Esto genera un lugar de
indeterminación, nunca el piano preparado va a sonar igual, y por lo tanto
tampoco la obra que se toque con este instrumento. Cage ante este
descubrimiento, solo expone que si al intérprete le gusta tocar Sonatas e
interludios, que la toque como más le parezca. Siente gratificación de no
poder controlar el sonido que él había creado ("if you enjoy playing the
Sonatas and Interludes then do it so that it seems right to you"). Es otro
paso a la indeterminación, ideas que se desarrollan en el proceso y
ejecución de esta obra, ideas que forman la posición artística, basadas en
la filosofía Zen. Podemos volver a decir que Sonatas e Interludios es el
quiebre en "el pasaje de cambio en su vida".

Se hace referencia a Sonatas e interludios para piano preparado como una
composición intencionalmente expresiva (carácter emocional), debido a que
estas refieren a la teoría estética Hindú de Rasa. En esta teoría hay ocho
emociones/estados de ánimo que son los "flavours" de Rasa: cuatro de luz
(Erótico, Heroico, Maravilloso, Cómico), y cuatro de oscuridad (Odio,
Furia, Terrible, Patético). Existe un noveno estado de ánimo: la
Tranquilidad, donde la tendencia común de los otros ocho, es alcanzar a
este último estado. Esto fue aprendido del libro de Coomaraswamy, the dance
of Shiva, donde también remarca la unidad de los estados de ánimo con el
arte; regla que Cage expresa en su obra. Según comenta en una entrevista en
1949, en una función en el Carnagie Hall, que los últimos diez compases de
las cuatro últimas sonatas, representan tranquilidad. Donde las subidas y
bajadas emocionales representadas en la obra parecen tranquilizarse al
llegar al final, o mejor vale pensar que las ocho rasas se suceden
constantemente y al final, todas esas emociones, convergen en una gran
tranquilidad. Es también sabido que Cage adjudica a los pasajes con sonido
percusivo carácter oriental y a los sonidos más asociados a la campana
(metal) de carácter occidental. Este es otro punto de encuentro de la
tendencia estética que adopta Cage, donde esta obra es un camino de
transformación, la investigación de una filosofía que se construye fuera de
la invasión masiva de comunicación, de la enajenación de la escucha en la
música, donde esta pureza expresiva en la composición lo definen en la
meditación, en una música de fragilidad, delicadeza y sensibilidad (Peggy
Glanville-Hicks en 1948).

Los 20 movimientos que componen esta obra no fueron compuestos en
secuencia, sino que su organización es simétrica; cada 4 grupos de sonatas
esta separado por un interludio y el centro de la pieza está separado por
dos interludios. La duración de la música esta dada por una relación entre
los números que dan la estructura rítmica, a la que se refiere por micro-
macrocósmica. Produce simetría, en la que relaciona la estructura externa
de la pieza con la estructura interna, y la interna con la externa, de la
misma manera que los fractales se expresan en la matemática, y en muchas
estructuras naturales. El concepto de fractales es posterior a la creación
de Sonata e Interludio, pero básicamente expresa que las macroformas son en
su conformación interior (digamos su microforma) idénticas: su estructura
se repite en diferentes escalas. Esta estructura generada en Sonatas e
Interludios refleja el arte en la naturaleza, otro ítem en la enseñanza de
Coomaraswamy. Podemos pensar en el desarrollo de las obras de Cage, donde
la música es arreferencial: no representa nada que no sea ella misma en
términos de naturaleza; y donde el arte es la imitación de la naturaleza en
su manera de operar. Por estos motivos esta estructura simétrica, fractal,
es un paso de afirmación hacia este pensamiento.

"Las sonatas e interludios que componen esta estructura son una gran pieza
de voz tranquila. …En lugar de trabajar con la fuerza, con paciencia y
tranquilidad construyó esta gran pieza de pequeñas estructuras." (James
Pritchett: Writings on Cage & others).
Arte y naturaleza, junto a una definición artística en la filosofía Hindú y
Zen; parte de sus logros es la influencia de las corrientes filosóficas
orientales en el arte de la música occidental.

Sonatas e Interludios es una obra maestra que finaliza su primer periodo,
de gran complejidad; pero también es un paso al uso de las probabilidades y
de la indeterminación en sus procesos y objetivos compositivos. Un nuevo
concepto de sonoridad desarrollado a través del piano preparado, y la
profundización de los pensamientos filosóficos orientales, que dan lugar a
posiciones críticas, búsqueda de un propio lenguaje y al desarrollo de un
genio creativo como lo fue John Cage.


Bibliografía:
Edexcel publicación, SONATAS AND INTERLUDES I – III -JOHN CAGE
James Pritchett, John Cage and the prepared piano: a twelve-year history in
six parts
James Pritchett, Introduction to The music of John Cage
James Pritchett, Six views of the Sonatas and interludes
John Cage, Lectures and writings: Silence, Composition as Process.
Tim Ovens, The Sound collector – The Prepared Piano of John Cage
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