Notas breves sobre imágenes y censura

July 3, 2017 | Autor: Paulo Gutiérrez | Categoría: Censorship, Body Image, Pornography, Censura, Pornografia, Imágenes
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Descripción

Algunas notas breves sobre las imágenes y la censura. En las democracias liberales la censura no tiene lugar, porque el principio de la libertad de expresión es uno de los pilares del liberalismo contemporáneo. Pese a ello, son constantes las polémicas sobre si debe censurarse cierto tipo de habla (insultos racistas, sexistas y homófobos) o cierta clase de imágenes (principalmente, aunque no siempre, las pornográficas). Cada defensor de la libertad de expresión encuentra su contraparte en algunos agentes de grupos minoritarios o de quienes consideran ofensiva la circulación de imágenes que —pornográficas o no (¿cuál es la frontera?)—, hieren susceptibilidades. La pornografía, señala Coetzee 1 , se basa en tres principios: 1. Todos sin excepción tenemos derecho a la libre expresión; 2. Esta libertad no puede restringirse a menos que su ejercicio dañe a terceros; 3. La pornografía es una transacción privada entre proveedores y consumidores. En la historia reciente la principal afrenta contra las imágenes pornográficas vino de parte del feminismo norteamericano con Catharine MacKinnon, quien principalmente sostenía que había una relación directa entre el consumo de pornografía y los actos violentos contra las mujeres, y que el papel de la falsa consciencia jugaba un papel central cuando se negaba que la pornografía cosificara (tratara como objetos, como un medio para obtener un fin) a las mujeres mediante estas imágenes. El argumento usual frente a la crítica feminista es que nadie nos obliga a ver pornografía, y que si bien la pornografía puede ofender ciertas consciencias, la ofensa moral no es equivalente a daño físico o material. Por otra parte, las imágenes pornográficas no son las únicas que son censuradas, me gusta pensar por ejemplo en las imágenes de las películas de Annie Sprinkle, donde es penetrada por el muñón de una mujer amputada, gracias a lo cual fueron consignadas ante la autoridad norteamericana acusadas de obscenidad y sodomía. En esa misma lógica se encuentra el caso de Robert Mapplethorpe, quien pese a la belleza clásica de sus fotografías, sufrió la censura del Estado cuando clausuraron en 1990 su exposición en el Cincinnati Contemporary Arts Center; o la censura a las imágenes espectaculares de Jeff Koons en su serie Made in Heaven, que consistía en fotografías donde hacía el amor con su entonces esposa, la actriz porno IIona Staller, mejor conocida como la Cicciolina. En Europa las cosas no son distintas, la censura a las imágenes por parte de grupos religiosos desembocó en el atentado con dos bombas molotov, que no llegaron a explotar, contra el espacio de la Fresh Gallery en 2012, esto por exhibir las imágenes del fotógrafo y cineasta canadiense Bruce LaBruce, donde aparecían personajes de la vida cultural madrileña, ataviados con indumentaria y símbolos de la jerarquía eclesiástica católica. También en España, pero en 1980 —el franquismo gozando de cabal salud—, se prohibió la versión castellana del libro ¡A ver! de Will McBride y la psiquiatra alemana Helga Fleischhauer-Hardt, sobre imágenes de educación sexual para niños. 1

Coetzee, J.M. (2007) Contra la censura. Debate. Random House Mondadori. México D.F.

La exposición de Larry Clark, en el Museo de Arte Moderno de París, en el año 2010, trajo a cuenta nuevamente la tensión entre arte y pornografía, cuando el Ayuntamiento presionó para que la entrada al museo fuera únicamente para quien pudiera demostrar mayoría de edad. Las imágenes de Clark usualmente están vinculadas con el uso de drogas y armas en adolescentes, que, adicionalmente, tienen una implacable vida sexual, a la que Clark gusta de documentar. Los casos en México que me vienen a la memoria, son los performances de La Congelada de Uva, Rocío Boliver, quien trabaja principalmente explorando los límites del cuerpo, e incorpora fluidos y excremento en su producción de imágenes. Su participación en el Festival Cultural de Lagos de Moreno, Jalisco, en 2009, fue suspendida debido a que el Presidente Municipal lo consideró una “bajeza”. En Guadalajara, en el año 2000, dos individuos entraron al Museo del Periodismo para destruir la obra “La Patrona”, del caricaturista y pintor, Manuel López Ahumada, quien representó a un Juan Diego a lápiz, que mostraba en su ayate a una Marilyn Monroe desnuda, en donde se cualquiera esperaría a la virgen de Guadalupe. Las redes sociales tampoco escapan de la moral visual de algunos mexicanos, quienes denunciaron y casi consiguen clausurar la página de Facebook del MUNAL (Museo Nacional de Arte) por compartir imágenes de la exposición El hombre al desnudo. Frente a estos actos no queda sino reflexionar de forma permanente sobre la tentación de ciertos individuos o grupos por censurar. ¿Es acaso una nostalgia al autoritarismo? ¿es quizá un paternalismo mal entendido, que busca proteger el bien colectivo por encima de las decisiones individuales? Mientras continúe la censura a las imágenes, no queda sino reabrir el debate. Paulo Gutiérrez Guadalajara, Jalisco, junio de 2014.

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