Nota sobre la Antología de la poesía femenina latinoamericana en Canadá/ selección de Daniel Inostrosa, Montréal, El Unicornio verde, 92 páginas

June 14, 2017 | Autor: Jorge Etcheverry | Categoría: Poesía latinoamericana
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Descripción

Nota sobre la Antología de la poesía femenina latinoamericana en Canadá/ selección de Daniel Inostrosa, Montréal, El Unicornio verde, 92 páginas

Este libro, publicado en 1992, parece haber sido el primer, y creo que hasta ahora único, intento de hacer una antología abarcadora de las poetas hispanocanadienses. En este sentido se inscribe como un hito en la historia no tan solo de la poesía y literatura femeninas hispanocanadienses, sino de la literatura en español escrita en Canadá. Aunque es indudable que esta compilación tiene limitaciones, su importancia radica en la percepción del autor de que se estaba gestando una literatura con una identidad propia, pese a la heterogeneidad de los textos que la componen, percepción que guió la selección del antologador.
Una de las limitaciones más notorias, por ejemplo, tiene que ver con el acceso, o quizás la falta de conocimiento de parte del autor de otras poetas hispanocanadienses que estaban escribiendo y publicando en otras regiones del país en el momento de confeccionar el libro, ya que el radio de esta antología se reduce a Ontario y Quebec, a excepción de dos autoras de Vancouver. Esto obedece a una tendencia que se da en Canadá a antologías regionales, o que lo son en gran medida aunque sin proponérselo, debido a la extensa geografía del país y a la dispersión de los centros de población importantes. Pero también, en el caso de Quebec, esto se puede atribuir a un proceso de afirmación de una especificidad cultural al interior de Canadá. La Antología de la poesía femenina latinoamericana en Canadá, se produce en un período de inicio del reconocimiento de la literatura hispanocanadiense como una literatura específica, aunque la producción literaria y poética hispanocanadiense, o hispanoquebequense ya tenían por lo menos una década y media y la poesía se había plasmado en varios productos sólidos. Así la escritura poética de las mujeres latinoamericanas en Canadá incluidas en el libro aparece formando parte de una literatura de algún modo separada y distinta frente a las demás que comparten el espacio cultural de Canadá, concepción de base del planteamiento antológico de Inostrosa, que implica el reconocimiento de la existencia de textos y autores que de alguna manera forman un conjunto coherente o delimitable frente a los otros textos coetáneos que comparten el espacio cultural.
Esto, es decir la confección de antologías que delimitaran y representaran un ámbito general y panorámico de una literatura en un momento dado, o que trataran de hacerlo, había sido hasta entonces privativo del exilio chileno. La razón es que, a nivel hispanocanadiense, el exilio chileno estaba estructurado por el número y la interrelación entre los miembros de esta comunidad, incluidos sus escritores. Estos últimos se asumían y reconocían como parte de ese exilio. También hay que agregar el apoyo que recibían de la comunidad exilada, en un contexto en que la cultura se considera un elemento de solidaridad y difusión de la problemática chilena, lo que se enraíza en el papel de la cultura en el gobierno de la Unidad popular y la tradición de la izquerda chilena. Para finalizar con esta digresión, habría que agregar que los escritores chilenos llegan al país como un núcleo de autores ya constituido en el país de origen, que forman parte de una literatura ligada a una diáspora con la que se mantienen tempranos contactos.
El trabajo de Inostrosa, entonces, implica la existencia previa de una producción poética textual femenina en el país, que podía considerarse como una parte circunscrita al interior de la producción poética que se inscribe en la literatura latinoamericana en Canadá. La existencia de esta poesía y esta literatura ya quedan de manifiesto en la antología Enjambres, poesía latinoamericana en el Quebec, (Daniel Inostrosa y Jorge Etcheverry, Montreal, 1990.), que fue el primer intento de una antología de esta poesía en Quebec, porque ya no constituye tan solo una recopilación producto de un evento o llamado a colaborar, como había sido por ejemplo Literatura hispano-canadiense, ed. Diego Marín, Toronto, 1983, que de hecho no es una muestra representativa de la naciente literatura hispanocanadiense, sino más bien una compilación de los textos ganadores producto de un concurso.
En esos primeros años de los 90 ya se había alcanzado en Canadá una masa crítica de autores, textos, difusión y eventos que conformaban el perfil de una literatura hispanocanadiense antologable. Su primera manifestación se había hecho pública en un encuentro realizado por Alex Zisman en Toronto, en 1987, North-South Encounter que presentó en la Universidad de York a autores canadienses, latinoamericanos y a diversos autores hispanocanadienses que escribían en español y vivían en Canadá. A este encuentro, situado en la así llamada "corriente principal", se suma la publicación de Compañeros, An Anthology of Writings About Latin América, Edited by Hugh Hazelton and Gary Geddes (Cormorant Books, 1990), que aunque se centró en autores canadienses que escribían sobre Latinoamérica, incluyó a varios autores hispanocanadienses.
En la versión en francés de la antología de Inostrosa, Anthologie de la poésie féminine latino-américaine au Canada, 1992, la primera compilación, hasta donde sé, dedicada a la escritura de mujeres en esta nueva literatura, se agradece el apoyo financiero de Multiculturalisme et Citoyennetée Canada, en el marco de un programa que financiaba publicaciones en idiomas distintos a los dos oficiales, con el fin de promover la integración de las culturas neocanadienses, en la configuración de lo que se representaba como el "mosaico canadiense", distinto al "melting pot" estadounidense. El programa básicamente tenía un sesgo comunitario, es decir que los productos y proyectos se juzgaban en general por su rol en el desarrollo de la comunidad, de su relación con el medio canadiense, su contribución a la integración de la comunidad etnocultural en cuestión en la sociedad de corriente principal (mainstream) etc. Pero a su vez, este programa daba la posibilidad de conseguir ciertos fondos para publicaciones más específicamente literarias, dependiendo del criterio con que los editores solicitantes administraban esos fondos. De hecho e implícitamente, este programa instauraba un segundo nivel para estos libros, generalmente vistos más bien como la expresión de una comunidad producto de la inmigración, lo que en general contribuía a producir una literatura de nicho, o como expresara Vladimir Dimic, una "literature of lesser diffusion", (Canadian Literatures of Lesser Diffusion: Observations from a Systemic Standpoint, de MILAN V. DIMIĆ, September-December 1989, Volume 16, (Number 3).La literatura sin demandas implícitas o explícitas de su ligazón a, o expresión de, una comunidad y su relación con la sociedad anfitriona, era financiada por otros organismos, como el Consejo Canadiense de las Artes, por ejemplo.
Las autoras incluidas en la antología de Inostrosa de la poesía femenina latinoamericana en Canadá provienen de una amplia gama que por otro lado caracteriza a la literatura hispanocanadiense. Incluye por ejemplo a Yolanda Saldívar, poeta peruana que escribe o escribía en español y en quechua. El libro abarca entonces a autoras de diversa procedencia. Las hay originarias de Argentina, Uruguay, Perú, Chile, República Dominicana, Ecuador, Cuba, Colombia, El Salvador y Venezuela, aunque la muestra se inclina quizás hacia el lado de las chilenas, por las razones de la llegada de una comunidad exilada bastante numerosa y organizada con un sector considerable de intelligentsia. El autor concibe la poesía antologada como latinoamericana, no como latino o hispanocanadiense. Creemos que esto se debe a la presencia de exilios todavía recientes, de ahí la presencia en el nombre de "latinoamericana". ya que en ese momento es la literatura latinoamericana exilada lo que se percibe, básicamente la proveniente de los exilios chileno y salvadoreño. La noción o concepto de hispanocanadiense está todavía en gestación, pese a que ya está apareciendo en eventos y publicaciones. La poesía antologada reúne el nombre de figuras desde entonces ya reconocidas como claves en la poesía femenina que se ha pasado a llamar hispanocanadiense, así como a otras autoras fugaces, emigradas a otros países, o retornadas a su país originario. A la vez que el compilador afirma que el libro se trata de "una antología que recoge por primera vez el trabajo de poetas latinoamericanas en Canadá", dice más abajo, siempre en la introducción, que "es una gama abundante que nos promete la preservación de nuestras raíces y nuestra cultura". Algo que llama la atención es la impresión del editor de que esta cultura latinoamericana en Canadá podría ser algo nuevo, más allá de la suma de las partes nacionales que la componen, ya que "viniendo de diferentes lugares de América Latina, se amalgama para crear una nueva identidad, producto de una contribución heterogénea". Este tema relativo a una identidad cultural latinoamericana producto de otras identidades individuales nacionales, pareciera no haberse planteado o problematizado hasta entonces, así como los temas ligados de si esos exilios o migraciones irían a confluir en una identidad latinocanadiense o hispanocanadiense, o irían a mantener características nacionales distintivas, o de si ese proceso asumiría rasgos específicos en el caso de la literatura femenina en Canadá. En todo caso se menciona en esta corta nota introductoria que esta amalgama sirve "para crear trabajos que hablan por una nueva cultura" y se señala una función cognoscitiva de la literatura "el creciente entendimiento de nuestro lugar en la historia de nuestro nuevo país". Otra afirmación tiene que ver con que "la producción es tan diversa como su estilo", aunque habría que agregar que la forma poética tradicional marca casi toda la muestra, a excepción de la poesía en prosa de Yvonne América Truque, escritora de origen colombiano ya fallecida y cierta tendencia al caligrama de la poeta chilena Adriana Vidal.
En cuanto a su presentación material, esta antología es de una producción bastante modesta, aunque estéticamente cuidada, y se publica bajo el sello personal del autor, el Unicornio verde. Ya en esta publicación se advierte una tendencia a las microeditoriales que no se conciben necesariamente como un vehículo de publicación y difusión de libros mediante su comercialización, sino más bien como una extensión del proceso creativo de parte de los editores, que en general también son autores que de alguna manera se autopublican, contraviniendo así una sagrada norma del proceso del mercado, donde el libro es a la postre un artículo de consumo. El reconocimiento y aceptación de esto último es un fenómeno bastante reciente y todavía en ciernes en la literatura hispanocanadiense, que solo hace unos años ha visto el nacimiento de editoriales de sesgo comercial. La eclosión del mundo virtual potencialmente puede minimizar este aspecto comercial de la difusión literaria. En la antología de Inostrosa se encuentra presente un elemento que demuestra la continuidad de la literatura femenina hispanocanadiense. Se trata de la presencia desde esa fecha, 1992, de un núcleo de autoras —Margarita Feliciano, Lady Rojas y Carmen Rodríguez—, que han sido no tan solo figuras destacadas de esta literatura en tanto autoras, sino sus promotoras y en ocasiones sus críticas y editoras, elementos que comparten con muchos autores y agentes culturales de la literatura hispanocanadiense, de la que nunca han formado una entidad separada.
Si nos fijamos brevemente en ciertos aspectos temáticos, podemos ver que el autodescubrimiento o autoafirmación, la naturaleza, la reflexión moral aparecen en la poesía de Alejandra Bravo, con atisbos apocalípticos, que quizás sean producto de la mano humana, elemento temático que ha ido adquiriendo cada vez mayor relevancia en los tiempos actuales : "Pero el arco iris chilla,/ el cielo cae, y todo lo que/ queda/es la tundra/ahora yace ahí/desnuda de todo/excepto escombros" Cuando se cae el cielo o la última explosión, (p.7). Este apocalipsis pareciera que allí se sigue contextualizando en términos nucleares, que en ese momento era aún la posibilidad apocalíptica por excelencia, y no ambientales, como ha pasado a tematizarse actualmente. En la poesía de Nelly Davis Vallejos, se toca centralmente el tema del exilio, que en esos años tenía una fuerza definitoria central en la literatura en español escrita en Canadá, sobre todo la chilena. La experiencia del extrañamiento, tema ligado al exilio y consecuencia del mismo, se resume de manera sucinta y personal en el poema Exilada: "En el banquete del mundo/fui huésped inesperada" (p.15). Al exilio y el extrañamiento se liga el compromiso, como parte de una misma constelación ideológica* y vivencial, vigente en esa época: "Cuando el sol se levante/sobre la noche de nuestros muertos/acuérdate de mí" /Poema Acuérdate de mí (p.15), dedicado a Laura Allende. Ese exilio y extrañamiento, es un tema constante y aparece en estas autoras, en general y como se advertía en Nelly Vallejos, ligado al compromiso, como por ejemplo en la autora Patricia Lazcano, en el poema Canción para mi hijo. En los textos, la identidad aparece en general como resuelta en un inventario personal/existencial y/o la adscripción regional originaria y/o comprometida, y presenta cierta solidez y estabilidad. Sus parámetros están establecidos y la identidad encaja en ellos sin la problematización y fluidez que sufre en años posteriores y que culmina en el presente en una dialéctica de asunción y pérdida, afirmación y disolución de la misma, y que es uno de los temas recurrentes de toda literatura minoritaria, etnocultural, subordinada. En general en esta muestra, la presencia del tema de la identidad significa sin embargo la percepción de cierta fragilidad, patente en el mero hecho de que surja el tema. La reflexión o examen identitarios suelen ser menos frecuentes, directos e intensos en el caso masculino, por razones sociales históricas y culturales que hacen esa identidad más firme, ya que por ese entonces, la reivindicación femenina, o su proclamación o discurso, estaban menos generalizada. En esos años era posible que la poeta chilena exilada Nieves Fuenzalida, en Los terceros fragmentos del Clan, pudiera entregarse a una reflexión antropoética, reflexiva y hasta cierto punto distanciada, es decir, pudiera tematizar al hombre, o al género humano en general, sin las determinaciones culturales, genéricas, religiosas o étnicas que están pasando a convertirse casi en imperativos temáticos, junto con el tema de la aculturación, en las literaturas subordinadas, o "de menor difusión". La inclusión de elementos heterogéneos de las culturas anfitrionas, apropiadas en términos linguísticos como rasgos constitutivos de la identidad aparece en Llanto de tarde, de Patricia Lazcano, fenómeno que irá adquiriendo mayor relevancia en textos posteriores de la literatura femenina hispanoamericana, a medida que los hablantes pasan desde la situación de extrañamiento a la de una mayor inserción en la cultura y sociedad anfitrionas: La lluvia tombe sur my window/y me invita simplemente/to evoke your presence/ Only dans la melancolie de mis pensamientos/ I can see l'incomparable bonheur/junto a ti" (p. 34), pero en este poema, pese a la evocación y carencia del otro, no existe el mismo grado de desgarro o disociación cultural que creemos presente hoy en día en esta literatura, sino cierta aceptación. En los poemas de esta antología, la presencia del otro se da en general ligada a los temas del exilio, la nostalgia y el compromiso. La figura del compañero, o la contraparte masculina en el marco del compromiso, adquiere una visión lúcida enfocada sobre el poder, la revolución y el género en Maeve López, que advierte cómo las desigualdades y los estereotipos relativos al género aparecen operando en una utópica llegada el poder de los revolucionarios, tema que no parece haber tenido una continuidad destacada posteriormente, quizás porque el marco contextual ha ido anulando la opción y forma de un tal proyecto histórico de revolución socialista:
Se murieron los últimos muertos
y entre el humo y la pólvora
se reunieron hombres y mujeres en la plaza
con las armas en bandolera
se trataba no solo
de festejar la victoria
sino de organizar la vida nueva
los hombres construyeron con sus voces mundos transparentes
los hombres eligieron con cuidado
presidentes
ministros
generales
constructores de puentes y caminos
capitanes de naves
directores de escuela
inspectores de ferrocarriles
soldados que defendieran las fronteras
los hombres eligieron y eligieron hombres
hasta que no hubo más pastel que repartir
entonces se dieron cuenta de que quedaban en la plaza
mujeres de ojos brillantes con los fusiles en bandolera
y las mandaron a casa con discursos
a lavar a planchar y a dar las mamaderas
a los futuros hombres de la patria nueva…
Del poema Grito con espejo (págs.38-39)
Un elemento que no aparece destacado en esta muestra de hace 23 años es la problemática del cuerpo, tanto ontológica como social, que creemos característico de la literatura/poesía femenina posterior, no tan solo de la literatura femenina hispanocanadiense. Por otro lado, ya se anuncia en los poemas de Yolanda de América (Yolanda Saldívar) el tema de la cultura e idiomas aborígenes que habría de adquirir contemporáneamente gran relevancia no tan solo en Canadá, sino en los diversos países originarios de las autoras.
A manera de conclusión, nos parece que sería tan fructífero como necesario estudiar tanto el proceso de producción como las constelaciones ideológicas y axiológicas, ligadas al contexto, que estaban presentes en los textos en esa situación naciente o fundacional de la literatura femenina hispanocanadiense de inicios de la década de 1990, con el fin de establecer comparaciones con las actuales y así advertir los cambios en esa constelación ideológica en relación con su contexto social y cultural. También sería interesante examinar la inserción de la femenina hispanocanadiense en la literatura hispano canadiense en general, así como su especificidad respecto a ella.

*Término que corresponde más o menos al de "ideological cluster", en inglés, que sería en español más bien "grupo ideológico", pero que en este último idioma puede designar a un grupo de personas, no de elementos de una ideología. Aquí se utiliza la expresión para denotar los componentes semánticos básicos de una ideología, no necesariamente una estructura, que da una idea de orden, interrelación entre elementos, etc..





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