Nosotros y los otros: alteridad, diversidad, pluralidad

Dice Miguel Morey: “El hombre es el único animal que se acompaña. Y muy probablemente sea saber acompañarse todo cuanto de fundamental puede alcanzar el hombre. En todo caso, lo seguro es que sin este saber cualquier otro nada vale” Esta cita nos permite retomar la antigua idea del hombre como un animal social introduciendo un matiz interesante, puesto que se desliza este acompañarse, fundamental para la vida humana, no parece ser un rasgo natural de nuestra especie sino el producto de un aprendizaje. Esto nos da pie para pensar en las dificultades que entraña la disposición del ser humano para vivir en sociedad, en cuanto nos cuesta esta vida en común, en las complicaciones que se nos presentan en la praxis para llevar adelante esa vida en sociedad, en la que el vínculo con el otro se nos presenta siempre complejo y problemático, a veces amenazante, a veces enriquecedor, pero nunca sencillo. Por eso, para el más complejo de los seres vivientes la vida en sociedad es, a la vez, una necesidad y un desafío en la que el otro, el alter, constituye el inevitable contrapunto en cuyo espejo se configura nuestra identidad y nos enfrenta a la indeclinable tarea de construir una vida en común. Proponemos, por lo tanto, en este trabajo, indagar por la tensión entre “nosotros” y los “otros”, por la tensión entre identidad y diversidad entre las que se desenvuelve nuestra vida en sociedad, con el propósito de mostrar los límites de estas categorías que condicionan nuestras relaciones y preguntarnos por las posibilidades de construir un espacio en común.