Nobleza y Arquitectura: Granada en el siglo XVI. En Creación artística y mecenazgo en el desarrollo cultural del Mediterráneo en la Edad Moderna/ Rosario Camacho Martínez, Eduardo Asenjo Rubio y Belén Calderón Roca (coordinadores y editores) Universidad de Málaga, 2011.

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Descripción

En este libro se recogen las ponencias y comunicaciones presentadas al 1er Congreso Internacional celebrado en la Universidad de Málaga durante los días 9, 10 y 11 de diciembre de 2010 bajo el título Creación artística y mecenazgo en el desarrollo cultural del Mediterráneo en la Edad Moderna, actividad científica desarrollada en el marco de una Acción Complementaria (HAR 201009816-E.) concedida a través del Proyecto de Investigación I+D+I “Tradición e innovación. La recepción de los modelos italianos en la periferia mediterránea y su difusión. Andalucía durante la Edad Moderna” (HAR 2009-12095). Investigadora principal: Rosario Camacho Martínez.

Creación artística y mecenazgo en el desarrollo cultural del Mediterráneo en la Edad Moderna/ Rosario Camacho Martínez, Eduardo Asenjo Rubio y Belén Calderón Roca (coordinadores y editores) Universidad de Málaga, 2011.

Viñeta de la portada: Mediterráneo, cartas náuticas (1500-1600). B.N.E. Biblioteca Digital Hispánica. Diseño de edición: Belén Calderón Roca. Maquetación e impresión: Imagraf Impresores. C/ Nabuco (Pol. Ind. Alameda), 14 29006 Málaga Tel. 952 328597 Edita: Ministerio de Ciencia e Innovación y Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Málaga. Colaboran: Ministerio de Educación, Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de Málaga, Real Academia de Bellas Artes de San Telmo y Fundación Unicaja.

Impreso en Málaga. © Del texto y las fotografías: los autores. © De la edición: Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Málaga y Ministerio de Ciencia e Innovación.

ISBN: 978-84-694-3529-8 Depósito Legal: MA-1.292-2011

Índice Palabras preliminares. Rosario Camacho Martínez ..................................

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LINAJE Y PROMOCIÓN DE LAS ARTES Rosario Camacho Martínez. Beneficencia y mecenazgo entre Italia y Málaga: los Torres, arzobispos de Salerno y Monreale ................................... Mª Teresa López Beltrán. Los Torres de Málaga: Un ilustre linaje de ascendencia judía con proyección internacional ...................................................... Mª Mar Nicolás Martínez. Lujo, ostentación y poder. A propósito de la casa marquesal de los Vélez....................................................................................... Eduardo Asenjo Rubio. Promoción artística de Francisco de Solis Folch y Cardona, Cardenal en la Roma del Papa Clemente XIV, a través del patrimonio documental conservado en el Archivo Arzobispal de Sevilla ............... Pedro Rodríguez Oliva. El coleccionismo de antigüedades clásicas: La colección arqueológica de la familia Torres en Málaga..................................... Francisco J. Talavera Esteso. Críticas a los eclesiásticos malagueños en la égloga de Vilches ...................................................................................................... Wenceslao Soto Artuñedo. Los Torres: una saga de altos eclesiásticos. Palma Martínez Burgos. Mujeres de piedra. Mecenazgo funerario y modelos italianos en el panteón de hombres ilustres de Toledo .............................. David García Cueto. Arte y diplomacia en la embajada romana de don Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza, VII Duque del Infantado ........................ Anna Gianneti. Palazzi e ville nella Napoli del Cinquecento: strategie nobiliari e controllo spaziale ............................................................................................. Nuria Rodríguez Ortega. Del inventario a las galerías recreadas. Reflexiones en torno al manuscrito inédito “Relatione delle pitture migliori di Casa Mellini” (1681)................................................................................................. Marion Reder Gadow. Los inventarios postmortem como fuente para el estudio de la promoción artística en Málaga ........................................................

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Juan Antonio Sánchez López. Cesare Arbassia: entre Italia, Córdoba y Málaga ........................................................................................................................... Giosi Amirante. Fra Nuvolo, Francesco Antonio Picchiatti e Giovan Battista Nauclerio. Gli architetti dei Domenicani a Napoli tra Seicento e Settecento ................................................................................................................................ Felipe Serrano Estrella. Las relaciones artísticas entre España e Italia a través de los cabildos catedralicios en la Edad Moderna ................................... Javier Cuevas del Barrio. Mecenazgo arquitectónico y urbanístico en la Roma de Sixto V ..........................................................................................................

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INTERCAMBIOS ARTÍSTICOS Y CULTURALES Diego Maestri. Le difese costiere dello Stato Pontificio, nel secoli XVII e XVIII, tra Comacchio e il Delta del Po .................................................................. Pedro A. Galera Andreu. Modelos italianos de ornamentación en el primer renacimiento en Andalucía oriental................................................................ Teodoro Falcón Márquez. Mármoles de talleres genoveses en las casaspalacio de Andalucía occidental en el siglo XVI .................................................. Marco Rosario Nobile. Lo sguardo del sud: Andalusia e Sicilia e l’architettura del Classicismo .................................................................................... Rafael López Guzmán. Nobleza y arquitectura: Granada en el siglo XVI. Beatriz Blasco Esquivias. Diego Velázquez, pintor y arquitecto inventivo. El progreso de la arquitectura en la corte de Felipe IV. ................................ Juan María Montijano García. Los primeros patronos de Francesco Borromini ............................................................................................................................ Carmen González Román. La teoría artística italiana en los tratados de perspectiva españoles................................................................................................... Juan Manuel Martín García. Diplomacia y Cultura en la Edad Moderna: Italia, España y la difusión del Renacimiento ............................................... Igor Vera Vallejo. Artífices y promotores: la proyección del colegio jesuita de San Sebastián de Málaga ..................................................................................... Francisco Sanz Fernández. Piedra y ladrillo. Algunos ejemplos renacentistas a uno y otro lado del Mediterráneo a través de los tratados .................. Mª Encarnación Cabello Díaz. Intercambios de cultura popular: las cofradías del mar en Trapani y Málaga .....................................................................

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Nobleza y arquitectura: Granada en el siglo XVI Rafael López Guzmán Universidad de Granada Resumen: La nobleza granadina irá transformando la ciudad de Granada a lo largo del siglo XVI con la construcción de viviendas señoriales que visualizan la categoría social de los mismos. Estas edificaciones correrán paralelas a los debates estéticos del momento, siendo influidas por las nuevas corrientes renacentistas y manieristas pero contando, siempre, con los condicionamientos de la arquitectura y el urbanismo islámicos que se mantienen, a veces hasta la actualidad. Palabras clave: Palacios, Mudéjar, Nobleza granadina, Arquitectura doméstica, Renacimiento. Abstract: The Grenadine nobility will reshape the city of Grenada along the XVIth Century by building seigniorial houses that visualize the social status of their owners. Those buildings will be built in parallel to the aesthetic debates of that time, being influenced by the new Renaissance and Mannerist trends, but keeping always, at the same time, the influences and the conditionings of Islamic architecture and urbanism that remain in some cases even to the present moment. Key words: Palaces; Mudejar Style; Grenadine Nobility; Domestic Architecture; Renaissance.

La Toma de Granada en 1492 marca la fecha de inicio de un cambio cultural que irá desdibujando la ciudad islámica y definiendo una urbe de características castellanas, donde las propuestas estéticas imperantes en los reinos cristianos conformarán a lo largo del siglo XVI las alternativas visuales y formales del entramado callejero. Estos cambios serán paralelos a una configuración social novedosa donde conviven los musulmanes, convertidos en moriscos a partir de la Pragmática Real de 1502, y los recién llegados formando parte del grupo conquistador, así como los cargos administrativos del nuevo ordenamiento jurídico-político1. Entre los trabajos realizados sobre el paso de la Granada musulmana a la Granada cristiana y desde una óptica similar a la planteada en este texto, pueden consultarse: CAÑAVATE TORIBIO, Juan: 1

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En principio, la tónica sería la ocupación por parte de los nuevos vecinos de edificios musulmanes en paralelo a la redistribución social de la urbe impuesta por la normativa fechada en torno a 1495 de segregación pactada entre el alfaquí Mahomad el Pequeñí, en representación de los mudéjares de Granada, y don Hernando de Zafra2. Este documento3 se puede resumir en los siguientes acuerdos [Fig. 1]. Primero, que todos los mudéjares que no fuesen vecinos de Granada se fueran a vivir a sus lugares de origen, también lo harían los vecinos y labradores de la Vega de Granada con casas en la misma y, en consecuencia, las viviendas que tuvieran en la ciudad deberían venderlas a cristianos. En segundo lugar, se comprarían en el Albayzín mas de cuatrocientas casas que estaban vacías para vendérselas al mismo precio a los mudéjares que vivieran en otras zonas de la ciudad, vendiendo estos, a su vez, sus casas a cristianos. En tercer lugar, que se escogieran en torno a quinientos comerciantes y oficiales de distintos oficios para que se instalaran en la morería en torno a la mezquita mayor, Zacatín y las Plazas de Bibarrambla y de Bibalmazda4. Granada, de la madina nazarí a la ciudad cristiana. Granada, Editorial Universitaria, 2006; también con un carácter más genérico: BARRIOS ROZÚA, Juan Manuel: Granada, historia urbana. Granada, Comares, 2002; y, ISAC, Ángel: Historia Urbana de Granada. Granada, Diputación, 2007. 2 El documento fue publicado por: GASPAR REMIRO, Mariano: “Granada en poder de los Reyes Católicos. Primeros años de su dominación”, Revista del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino, I, Granada, 1911, págs. 234-235. Ha sido utilizado y reeditado por distintos autores. 3 “Primeramente que sus alteças manden que todos los mudéjares y albarranys que son los de fuera desta çibdad que han venido á ella después de la capitulación en que sus alteças por la capitulación no tienen obligación alguna salgan luego de la çiudad y se vayan á bevir á sus tierras. Yten que todos los naturales y labradores de las alquerías desta çibdad que en las alquerías tienen casas se vayan á bevir á ellas y las casas que en la çibdad tovieren las vendan á cristianos. Yten que se tomen en el albaysin en su preçio razonable mas de quatroçientas casas que ay vazias syn moradores y se den en este preçio á otros tantos labradores moros de la çibdad y las casas que estos moros de la çibdad dexan ansy mismo se apreçien en un preçio razonable y en este preçio se repidan por los vecinos caudalosos cristianos desta çibdad pagando lo que en ellas montaren. E esto paresçe que se debe mandar a condisyon que los vecinos cristianos que agora las compraren las ayan de dar á los vecinos xristianos que a esta çibdad vinieren a bevir pagando por ellas lo que les costaren con más la ganançia que justa sea. Yten que de mercaderes y tratantes e ofiçiales que se escojan en número de quynientos de los mejores y más provechosos entre los quales queden algunos buenos ofiçiales de carpintería e albañilería aunque sean mudéjares y se les de por morería apartada todo lo que entra desde la puerta de vivarranbla hasta la puerta de bivamazda que sale por la una parte del adarve y por la otra parte al hatabin y á la calle de Elvira y por la otra parte al çacatin y por la otra parte a la calle donde mora el corregidor y don alonso Venegas e pedro de çafra quedando para los xristianos la plaza de bivarranbla y todas las calles públicas de la ronda y del çacatin y hatabin y calle de Elvira y calle donde mora el corregidor y los ya dichos y que quede con los moros el algema mayor y que esta morería tenga las puertas que sus alguaciles sean servidos y que se les de una puerta que salga al alcayçeria y otra al alhondiga çaida”. Cfr. GALÁN SÁNCHEZ, Ángel y PEINADO SANTAELLA, Rafael: Hacienda regia y población en el Reino de Granada: La geografía morisca a comienzos del siglo XVI. Granada, Universidad, 1997, págs. 62-63. 4 Sobre el tema, Cfr. GALÁN SÁNCHEZ, Ángel: Los mudéjares del Reino de Granada. Granada, Universidad, 1991, pág. 149; y, GALÁN SÁNCHEZ, A. y PEINADO SANTAELLA, R. Op. cit., págs. 62-63.

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Este acuerdo significaba vaciar a Granada de aquellos agricultores que se habían refugiado en la misma durante la guerra y la creación de dos morerías circunscritas al Albayzín y a la zona central de la ciudad. Quedaría el resto de la medina para los nuevos pobladores a lo que se uniría el amplio solar de la Judería, desalojado en el mismo año de 1492, así como las viviendas que habrían vendido aquellos musulmanes que decidieron tras las Capitulaciones abandonar la ciudad5. Estos, muchos de ellos nobles, tendrían sus hogares en el denominado barrio de Axares6, entre las calles actuales de San Juan de los Reyes y Carrera del Darro7.

1. Morerías de Granada (Plano base, Antonio Orihuela).

Sobre esta esquemática configuración urbanística se producirá la ocupación de los edificios y solares vacantes por parte de los nuevos pobladores que habían participado en la guerra de Granada pendientes de unas expectativas de botín que no fueron atendidas. En la ciudad concurrieron, primero, aquellos que participaron en el final bélico que adquirieron prebendas, incluso nuevos títulos nobiliarios; también noble5 Sobre la realidad de esta primera ocupación, Cfr. LÓPEZ GUZMÁN, Rafael: “La arquitectura doméstica granadina en los inicios del siglo XVI”, en PASSINI, J. y IZQUIERDO BENITO, R. (Coord.): La ciudad medieval de Toledo: historia, arqueología y rehabilitación de la casa. Madrid, Universidad de Castilla-La Mancha, 2007. Págs. 17-34. 6 Esta denominación se mantiene durante el siglo XVI. Sirva de ejemplo un documento fechado en 1513 donde se habla de Juan Alhadary (antes Mazod) vecino de Granada en el barrio de los Axares. Cfr. 1513, febrero, 16. Archivo de Protocolos de Granada. Protocolo G-2. Juan de Rael. 1505-1514. Fol. 801. Por otro lado señalar que se trataba de un morisco que vive fuera de la morería. Sobre las viviendas de este barrio, cfr. AA.VV. Las casas moriscas del Bajo Albayzín. Granada, Ediciones Velocitynet, 2006. 7 La libertad de emigrar tras la caída de Granada estaba en contradicción con las necesidades económicas de la Corona, pero la dificultad de comenzar una nueva vida allende significaba que sólo aquellas familia pudientes pudieran abandonar Granada. Luego, el objetivo de los reyes era claro: facilitar la marcha de los grupos dirigentes granadinos, desarticulando así la sociedad de sus minorías rectoras y de los grupos menos afectos a la nueva situación política. En este sentido fue visto con buenos ojos que en octubre de 1493 el depuesto Boabdil decidiera instalarse en el Magreb. Cfr. HINOJOSA MONTALVO, José: Los mudéjares. La voz del Islam en la España cristiana. Teruel, Centro de Estudios Mudéjares, 2002, vol. I, págs. 58-59.

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za menor de los reinos cristianos y, por último, algunos de los aristócratas que configurarán el núcleo fuerte de los cortesanos de la Monarquía absoluta que se estaba conformando. Este grupo de nuevos pobladores ocupará viviendas musulmanas que, atendiendo a su rango social y a su capacidad económica, irán modificando y adaptando a sus necesidades de habitación y protocolo8. Son estos nuevos señores de la ciudad los responsables de la construcción de palacios renacentistas que definirán con sus fachadas la nueva imagen frente a la Granada islámica cuyas casas y palacios carecen de exterior representativo9. 2. Palacio de Hernando de Zafra. Portada.

Un caso paradigmático es el de Hernando de Zafra , Secretario de los Reyes Católicos, que en premio a su labor en la firma de las mencionadas Capitulaciones fue ennoblecido dándole como símbolo heráldico la Torre de Comares. Este personaje y su familia obtendrán solares en este barrio de Axares, por diferentes vías, suficientes para realizar un primer palacio [Fig. 2], dotar un convento con la consiguiente capilla funeraria en el presbiterio de su iglesia y, un segundo palacio, que construye el nieto del Secretario regio11. 10

Ahora bien, a nivel estético, estos cambios de propiedad y la intervenciones consiguientes no producen alternativas significativas, inicialmente, a la imagen islámica de la ciudad, si exceptuamos, el primer palacio de los Zafra y el de los Abrantes [Fig. 3], con portadas góticas, teniendo que esperar a la década de 1530 para co8

Sobre la arquitectura civil en Granada durante el quinientos, Cfr. LÓPEZ GUZMÁN, R. (Coord.): Arquitectura doméstica en la Granada Moderna. Granada, Fundación Albaicín, 2009. 9 Sobre la arquitectura palaciega granadina, Cfr. LÓPEZ GUZMÁN, Rafael: Los palacios del renacimiento. Granada, Diputación, 2005. 10 Sobre Hernando de Zafra, Cfr. MORENO OLMEDO, Mª Angustias: Heráldica y Genalogía granadinas. Granada, Universidad, 1976, págs. 124-127 11 Cfr. RAMOS LIZANA, Manuel: Museo Arqueológico y Etnológico de Granada. Sevilla, Consejería de Cultura, 2005, págs. 19-29.

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menzar a documentar la mayor parte de la serie de palacios del siglo XVI granadinos. Esa ocupación y transformación superficial ha permitido, en fechas recientes, que se hayan recuperado arquitecturas domésticas musulmanas como las existentes en las calles Zafra [Fig. 4], Horno del Oro o Cobertizo de Santa Inés12.

3. Palacio de Abrantes. Portada.

4. Casa de Zafra. Patio.

La idea de la vivienda palaciega estaba presente en la mentalidad de la época de forma evidente. Así, en las Ordenanzas de Sevilla, reeditadas en 1632, se especificaba dentro de los cometidos del gremio de albañiles la posibilidad de construir una casa común o una principal. Estructurándose la primera con “... un palacio (habitación) y portal, y otros miembros que el señor demandare...”13. Esta esquemática organización se amplia y clarifica al hablar de una casa principal que debe constar de: “... salas y quadras, y cámaras y recámaras, y portales y patio, y recebimiento y todas las otras pieças que el señor de la casa demandare...”14. 12

Sobre las viviendas islámicas que se perpetúan en el tiempo, cfr. ORIHUELA UZAL, Antonio: Casas y palacios nazaríes. Siglos XIII-XV. Barcelona, El Legado Andalusí, 1996. 13 Ordenanzas de Sevilla. Sevilla, Otaisa, 1975, fol. 150 r. 14 Ibidem.

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Aparte del mayor número de estancias la diferencia fundamental estriba en la aparición del patio que, si bien es frecuente en las construcciones granadinas, en los palacios adquiere unas dimensiones considerables y una regularización que monumentaliza el conjunto y otorga funciones específicas a las distintas crujías edificadas. En general, además del mayor espacio construido, la casa señorial se diferencia de la popular en la exposición de un plan regularizado frente a la impresión constante de añadidos en las segundas. Es decir, la vivienda nobiliaria se conforma con unos diseños coherentes que abarcarían la totalidad de, al menos, los elementos estructurales básicos; mientras que los organismos populares se verán sometidos a sucesivas intervenciones por su construcción, siempre precaria, y en continua renovación. Por otro lado, las edificaciones señoriales van a mostrar una fachada elaborada en un intento de exteriorizar la semántica de poder propia del quinientos. Para ello, se servirán de la heráldica como elemento principal. El empleo de blasones se generaliza, también, en otros ámbitos de la vivienda como pueden ser las columnas del patio, la caja de la escalera o la decoración de la techumbre de alguna habitación. Otra posible característica de índole nobiliaria será la aparición de jardín posterior o patio secundario, en torno al cual se sitúan las habitaciones de la servidumbre. En cuanto a materiales se recurrirá a la piedra de Sierra Elvira o al mármol, generalmente de la Sierra de Filabres en Almería, para las columnas del patio y la conformación de las fachadas. En el resto de alzados y paramentos es la mampostería de ladrillo y enlucidos de yeso y cal la base técnica y material. Las cubiertas se realizarán fundamentalmente en madera apareciendo una gran variedad de alfarjes con decoraciones de tradición mudéjar. No obstante, también hay que reseñar la utilización mas reducida de artesonados renacentistas. Ahora bien, las estancias principales se resuelven con armaduras mudéjares de diseños complejos de lazo, reservando el carácter clasicista a la decoración pictórica de grutescos y heráldicas que, en ocasiones, completan las significaciones de las cubiertas. A nivel de planta, los palacios granadinos siguen un mismo esquema siempre con patio central en torno al cual se distribuyen las estancias y al que se accede desde el exterior mediante un zaguán. Las variaciones estarán en relación con la presencia de pórticos en todos sus laterales o la ausencia en alguno de ellos. En ocasiones, como ya hemos señalado, se añade un jardín en la zona trasera. Las variaciones en planta se producirán por la reducción de elementos o la ampliación de los mismos en relación con el solar inicial y sus propios condicionamientos (imbricación con la

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línea de calle, esquinas y medianerías, desniveles del terreno, existencia de construcciones anteriores que son asimiladas). La fachada constituye para la vivienda urbana la imagen externa del habitante. Su evolución y estructuración estarán íntimamente unidas a los cambios y procesos estilísticos del quinientos; sin duda, se trata del elemento mas característico y preciso para datar una fábrica, o al menos, el momento álgido de la elaboración arquitectónica. Evidentemente la función, en sentido estricto, de la fachada deriva de encontrarse en su paramento la puerta de comunicación con el interior; el resto de los elementos son simplemente aditivos y sus soluciones atenderán a las pretensiones personales o sociológicas de los comitentes. Necesidades relacionadas con la ostentación y, por tanto, inherentes a las clases sociales mas elevadas y desahogadas económicamente. La evolución de las fachadas en el siglo XVI marca también el proceso estético y la conformación de un caserío cada vez más integrado y conjuntado en la definición del viario urbano. En un principio atendemos a la aparición de esquemas que se reducen simplemente a la portada con arcos conopiales de características góticas y con la heráldica como elemento central en lo simbólico, a veces, completada con algún tema decorativo de carácter vegetal o zoomorfo (el palacio de D. Hernando de Zafra y el Palacio de Abrantes, ya citados, son quizás los ejemplos mas significativos). Superado el goticismo de los primeros diseños vamos a contemplar la aparición de proyectos dispares que demuestran la falta de comprensión del léxico renacentista, pero usando los elementos decorativos que le son propios en composiciones ciertamente imaginativas. Estos proyectos realizados por el círculo de canteros formados en torno a Enrique Egas y las obras de los Reyes Católicos en Granada ( Juan García de Pradas, Juan de Marquina o Sebastián de Alcántara) tienen ejemplos en edificios señoriales como el denominado Colegio de Niñas Nobles (Palacio de los García de Ávila) o la Casa de Porras15. Mas adelante el diseño ornamental se amplia a toda la fachada, aunque sin responder a un plan sistemático. En general podemos decir que el eje que corresponde a la portada centra el programa y los vanos distribuidos asimétricamente por el resto de los paramentos participan tímidamente del mismo. El caso más significativo es la Casa de Castril, verdadero puzzle y, a la vez, recetario de formas posibles del primer renacimiento, siempre centrando la heráldica el programa decorativo. Las viviendas citadas están, todas ellas, reseñadas en: LÓPEZ GUZMÁN, Rafael: Tradición y Clasicismo en la Granada el siglo XVI. Arquitectura civil y urbanismo. Granada, Diputación, 1987.

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A este segundo periodo donde los diseños de fachada oscilan dentro de ese primer renacimiento, sucede la creación de modelos insertos en la órbita de Diego de Siloe16. El arquitecto de la catedral va a dominar la casi totalidad de la práctica artística de Granada y provincia en el segundo tercio del siglo XVI. De esta forma, en las obras donde no aparece su proyecto directamente las controla mediante tasaciones y visitas. De aquí su repercusión en diseños domésticos como la supuesta intervención en la casa de los Pinedas o la atribución que se le ha venido haciendo de la casa de los Condes de Castillejo17. También estaría dentro de este grupo la Casa del Padre Suárez. Diseños no excesivamente ornamentados pero de clara rigidez clasicista. En el último tercio del siglo, el diseño de las fachadas va a sufrir ciertas transformaciones tendentes a la reducción del ornato. Por un lado, hemos de destacar el aumento de huecos que toman diseños rústicos con presencia de almohadillado, influenciados por las realizaciones de Machuca en la Alhambra18 y, mas tardíamente, por la obra de la Cárcel de la ciudad. En segundo lugar, asistiremos a la influencia mínima, pero presente, de la proyectiva escurialense, concretada en Granada en el segundo cuerpo de la fachada oeste del Palacio de Carlos V realizada por Juan de Minjares. Finalmente, asistiremos, a la definición de la fachada como conjunto, visible esta idea en rígidos proyectos que conciben el paramento exterior como un todo salvando las limitaciones propias de la portada donde ya no se concentra, aunque es una pieza fundamental, el programa simbólico. Todo esto en relación muy directa con el triunfo urbano que significa la realización de la fachada de la Chancillería por el arquitecto Francisco del Castillo19. Por otro lado, el empleo de sillares almohadillados para concentrar y exteriorizar visualmente significados, sobrepasa los estrechos límites señoriales para extenderse a construcciones mas humildes como la situada en el número 2 de la placeta de Santa Inés Alta. Lo mismo sucede con la casa de los Migueletes, la casa nº 1 de la calle Navas y en el nº 10 de la de Loarte. Este esquema de portada se va a enriquecer conforme ascendemos en los estamentos sociales. Se repiten los esquemas de almohadillado, pero con la presen16

Cfr. GÓMEZ-MORENO MARTÍNEZ, Manuel: Diego de Siloe. Granada, Universidad, 1963. GALLEGO ROCA, Francisco Javier (Ed.): El Palacio de los Condes de Castillejo. Granada, Escuela Técnica Superior de Arquitectura, 2003. 18 Cfr. LÓPEZ GUZMÁN, Rafael y ESPINOSA SPÍNOLA, Gloria: Pedro Machuca. Granada, Comares, 2001. 19 Cfr. MORENO MENDOZA, Arsenio: Francisco del Castillo y la arquitectura manierista andaluza. Jaén, Fundación Pablo de Olavide, 1984; y, Los Castillo: un siglo de arquitectura en el Renacimiento andaluz. Granada, Universidad, 1989.

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cia de los blasones alusivos a los linajes de los comitentes. Esto sucede en el nº 6 de la calle Zafra o en el nº 3 de Escudo del Carmen. El diseño escurialense es visible en Granada principalmente a través de concretos motivos presentes en varias construcciones como el nº 6 de la Cuesta de Santa Inés, el nº 9 de la Carrera del Darro o el Palacio de Agreda [Fig. 5]. De este último apuntaba Concepción Félez: “...Si se acepta que el manierismo carece de ingenuidad y orienta sus formas ante todo por las del arte anterior, aquí hallamos una idea de pura estirpe escurialense en el conjunto arquitectónico”, y mas adelante concluye: “... Pero el esquema herreriano está animado de un colorido, por empleo de diferentes materiales, que habla de una sensibilidad distinta...”20.

5. Palacio de Agreda. Portada.

Esta sensibilidad distinta está marcada por la influencia de otros maestros en la arquitectura manierista andaluza que beben en las fuentes serlianas y que juegan con la luz a través del movimiento de los elementos constructivos y de la utilización de materiales diversos. Así será la propuesta de Francisco del Castillo para la fachada de la Chancillería cuyas repercusiones más importante en el ámbito civil son, sin duda, la casa nº 29 de la Carrera del Darro (Palacio de los Carvajales) [Fig. 6], el palacio de los Marqueses de Caicedo o, mas alejado pero atento al juego manierista, el Palacio de los Córdova [Fig. 7]. En estas últimas construcciones la fachada se concibe como un conjunto donde la portada queda resaltada, pero no se apropia del total de los significantes. Es quizás, el palacio de los marqueses de Cartagena [Fig. 8], junto a la Puerta de 20

FÉLEZ LUBELZA, Concepción: Portadas manieristas y barrocas granadinas. Granada, Caja de Ahorros, 1992.

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6. Palacio de los Carvajales. Fachada.

7. Palacio de los Córdova. Portada.

8. Palacio de los Marqueses de Cartagena. Fachada.

las Granadas que abre la Alhambra, el proyecto mas acabado y sobrio de fines del siglo XVI. En definitiva, el diseño de exteriores durante el quinientos evolucionará desde una concentración de significantes en la puerta de entrada hacia la ampliación, que comienza a extenderse al eje de la portada, para acabar englobando el total de la fachada. En cuanto a concepción estilística serán estos paramentos los que nos marquen con mas claridad las diferentes proyectivas que, comenzando en gótico se irán mezclando con elementos de procedencia italiana, que se matizarán en correctas trazas clasicistas, para acabar dominadas por el rústico y complicadas composiciones de huecos donde no son ajenas la plástica genérica de Francisco del Castillo y su concreto dibujo de la fachada de la Chancillería, aunque con la influencia, complementaria y no antagónica de modelos herrerianos importados por el prestigio escurialense.

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Con respecto a los patios señoriales, éstos, aparecen perfectamente regularizados y peristilados en sus cuatro laterales. Es posible, no obstante, que en la actualidad carezcan de alguno de ellos debido, en la mayor parte de los casos, a remodelaciones y destrucciones posteriores. Los pórticos inferiores se levantan con columnas que pueden ser, principalmente, de acanto poco resaltado (Colegio de Niñas Nobles [Fig. 9], Casa de Castril [Fig. 10], Casa de Agreda) o toscanas (Palacio de los Vargas21, Palacio de los Beneroso, Palacio de los Marqueses de Cartagena, Palacio de los Carvajales, Casa de los Pisas, Casa de los Porras, Palacio de los marqueses de Caicedo). Las primeras son casi siempre de mármol blanco y las segundas de piedra de Sierra Elvira. Sobre ellas se sitúan zapatas cuando los esquemas son adintelados o bien se voltean arcos de medio punto, deprimidos rectilíneos o rebajados.

9. Palacio de los García de Ávila. Patio.

10. Palacio de los Señores de Castril. Patio.

Sobre este palacio, Cfr. AA.VV. Palacio de los Vargas. Granada, Escuela Técnica Superior de Arquitectura, 2005.

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11. Palacio de los Beneroso. Patio.

El piso alto aparece repitiendo el esquema del bajo, aunque, en ocasiones, los arquerías son sustituidas por diseños adintelados. A veces, aparece un tercer nivel, generalmente solo en un lateral buscando la orientación sur que copia el sistema de la galería del nivel intermedio o se retranquea eliminando este elemento. Estos patios son de gran sobriedad en lo decorativo y solo puntualmente podemos encontrar algunos ornatos como las ménsulas que decoran las claves de los arcos del palacio de los marqueses de Caicedo, completando con cartelas de cueros recortados las enjutas. Son mas frecuentes las heráldicas en los ángulos del patio (Palacio de los Córdova), en las enjutas (Palacio de los Beneroso) o en los pedestales de las columnas del piso alto (Palacio de los marqueses de Casablanca). También pueden completarse con pilares, generalmente adosados al muro, que se convierten en lugares óptimos para la presencia heráldica (Casa de Porras, Palacio de los Carvajales o Palacio de los Beneroso) [Fig. 11]. La definición de la caja de escalera en el patio comunicando las dos alturas principales del edificio es una de las características mas señaladas de los palacios granadinos que sirven, incluso, para otorgar el calificativo de palacio a la vivienda que la contiene. Si en las construcciones de carácter mas doméstico y de tradición medieval la escalera tiene solo la función de comunicar alturas y su definición siempre esta acorde con el aprovechamiento del espacio y, por tanto, con propuestas irregulares; en el caso de los palacios, la escalera será el elemento de comunicación que permite la continuidad del patio en la galería alta y convierte su utilización en un ritual social al definir las funciones principales de las estancias de la parte alta sobre la portada y en la línea de fachada. Es por tanto una galería de comunicación vertical

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12. Casa de los Señores de Pisa. Escalera.

que otorga al visitante que la utiliza distinción e integración en el grupo familiar y, a su vez, es el marco idóneo de presentación y descenso de los miembros de la familia ante cualquier actividad a realizar en el patio. Tan importante llegó a ser la caja de la escalera que su definición arquitectónica sobresale en ocasiones la altura de la crujía donde está integrada y su diseño, normalmente de tipo claustral de tres vueltas, no escatima materiales costosos (columnas en entrada y salida, escalones de piedra) y se suele cubrir con importantes artesonados (Colegio de Niñas Nobles, Palacio de los Condes de Castillejo) o armaduras mudéjares con decoración de lazo tan complejo o mas que las habitaciones importantes del palacio (Palacio de Agreda, Casa de los Pisas [Fig. 12], Casa de Castril). En los comienzos del siglo XVII serán sustituidas las soluciones lignarias por bóvedas de mampostería (Palacio de los Vargas [Fig. 13] y Palacio de los Beneroso). Las transformaciones realizadas en el interior de las viviendas a lo largo de los siglos han hecho que no podamos percibir la funcionalidad de los distintos espacios. A las transformaciones propias de los cambios de uso en los conceptos de habitación se han añadido en el último siglo las restauraciones y consiguientes adapta-

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13. Palacio de los Vargas. Escalera.

ciones para otras instituciones como museos, colegios, archivos, hoteles, etc. Todo ello con la consiguiente pérdida de los bienes muebles que nos hubieran permitido el análisis de usos22. No obstante, en el libro de Habices de 1527, publicado por María del Carmen Villanueva23, se nos describe la configuración de algunas viviendas con la terminología de los diferentes espacios. Así, las casas se describen en torno a patio, al que se accede desde el zaguán, con palacios (salas) que se abren al mismo. Aquí, en la planta baja, pueden aparecer bodegas, caballerizas y establos. En el piso alto se sitúan las cámaras. Las necesarias y cocinas las encontramos en ambas alturas24. Hoy día son las cubiertas originales las que nos permiten, por su decoración y complejidad, situar las actividades mas importantes de la familia. Las correspondientes al piso bajo suelen ser siempre alfarjes que, a veces, llevan gramiles como elementos decorativos. En el piso superior, con su cualidad de principal, las 22

Sobre nuevos usos, Cfr. LÓPEZ GUZMÁN, Rafael: “Patrimonio destruido, cambios de uso y restauraciones”, en LÓPEZ GUZMÁN, R. (Coord.): Arquitectura doméstica en la Granada Moderna. Granada, Fundación Albaicín, 2009. Págs. 287-316. 23 VILLANUEVA RICO, María del Carmen: Casas, Mezquitas y Tiendas de los Habices de las iglesias de Granada. Madrid, Instituto Hispano-Árabe de Cultura, 1966. De la misma autora, Cfr. Habices de las mezquitas de la ciudad de Granada y sus alquerías. Madrid, Instituto Hispano-Árabe de Cultura, 1961. 24 Sobre este tema también es interesante consultar: GALERA MENDOZA, Esther y LÓPEZ GUZMÁN, Rafael: Arquitectura, Mercado y Ciudad. Granada a mediados del siglo XVI. Granada, Universidad, 2003.

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soluciones son mas complicadas combinándose la presencia de techumbres planas (alfarjes y artesonados) con riqueza decorativa y armaduras mudéjares con lazo [Fig. 14]. Estas habitaciones que tienen carácter lineal, comunicándose entre si y a través de las galerías, pueden, en ocasiones, definir portadas internas (siempre con carácter excepcional y de las que se conservan muy pocas -palacio de Hernando de Zafra, nº 11 de la Cuesta de la Victoria, Palacio de los Córdoba-). Quedan también algunos restos de hojas de puertas (Cuadra Dorada de la Casa de los Tiros) o ventanas (Casa de Castril) que permiten la jerarquización espacial interna de los palacios. Reseñar, por último, la excepcionalidad de los 14. Palacio de los Córdoba. Alfarje. muros con pintura mural del nº 9 de la calle Lavadero de Santa Inés, práctica artística relacionada con los programas imperiales del Peinador de la Reina y que debieron ser frecuentes en la Granada del siglo XVI como han evidenciado las catas realizadas en el Palacio de la Madraza25 y la recuperación de algunos paños importantes en la Casa de los Tiros.

Sobre la rehabilitación de la Madraza, cfr. LÓPEZ GUZMÁN, Rafael y DÍEZ JORGE, Mª. Elena (Coord.): La Madraza: pasado, presente y futuro. Granada, Universidad, 2007.

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