NO, MR. CHOMSKY, OTROS SON LOS BRUTOS.

September 18, 2017 | Autor: Jose Mejia | Categoría: Sociology of Religion, Immanuel Kant, Bible, Max Heindel
Share Embed


Descripción

LA EVOLUCION DE LA RELIGION Las del prestigioso lingüista, filósofo y activista norteamericano, Noam Chomsky, son frases de impacto en las mentes que muchos reputan como lúcidas y por tanto desprejuiciadas y orgullosamente ateas seculares, como el mismo autor de ellas. Sin embargo, leamos algunos razonamientos, a la luz del entendimiento místicoesotérico:

El hombre y sus religiones han evolucionado juntamente en igual grado. La más remota religión de cualquier raza ha sido siempre tan salvaje como el pueblo gobernado por ella, pero a medida que los pueblos se civilizaban, sus religiones se hacían más elevadas. La ley del cuerpo es posible que sea la supervivencia de los más aptos, pero la ley de la evolución del espíritu exige el sacrificio. Es evidente que todo lo que empuja al hombre hacia una más elevada norma de conducta respecto de los demás hombres, tiene que proceder de adentro. Nadie negará que semejante fuerza exista

aunque no sea siempre comprendida. El egoísmo es reemplazado lenta, pero seguramente por el altruismo. En el pecho de todo ser humano la fuerza altruista de Cristo obra como un fermento. Gradualmente transformará al salvaje en un hombre civilizado, y con el tiempo, a este último en un dios. Los grados del ascenso del hombre a Dios son cuatro. Primeramente, sin darse cuenta, el hombre fue sometido a la influencia de los altos Seres quienes guiaban su primitiva evolución. Cuando despierta a la conciencia del Mundo Físico y está en estado salvaje, se encuentra rodeado por otros hombres, los que debido a las circunstancias, se ven obligados a luchar por la vida, entre los cuales el poder es un derecho; entonces aprende a confiar en su propia fuerza para salvarse de las asechanzas de los animales y de los demás hombres. Pero percibe en torno suyo los poderes de la Naturaleza, y los teme, porque sabe que pueden matarlo y que es impotente para luchar con ellos. Entonces empieza a adorarlos, tratando de propiciarse a Dios a quien teme, por medio de sacrificios sangrientos. Después fue colocado bajo el gobierno de mensajeros divinos o reyes a los que él podía ver y cuyas órdenes tuvo que acatar. Comienza a considerar a Dios como el dador de todas las cosas, quien lo recompensará aquí y ahora si obedece su ley y lo castigará instantáneamente si la desobedece. Será un poderoso aliado contra sus enemigos, pero puede ser también un enemigo poderoso y por consiguiente le teme también. Y así lo adora y le sacrifica animales por miedo y avaricia. (Nótese que esto era necesario, dada la condición conciencial evolutiva de tan primitivos seres). Luego se le enseñó que debía someterse a las leyes de un Dios al que no podía ver, se le enseña a adorar a un Dios de amor y a sacrificarse por el mismo diariamente, toda su vida, pues se le recompensará en un estado futuro en el que debe tener fe, y cuyo estado no se lo describen claramente. Y finalmente, tiene que aprender a ser superior a las órdenes, a ser su propia ley, y por medio de la conquista de su propio ser, vivir en armonía con las leyes de la naturaleza, que son las leyes de Dios. El filósofo prusiano Immanuel Kant sentenciaba, en su mandato a priori o imperativo categórico, muy adherido a la verdad, a “obrar siempre de tal manera que la máxima de nuestras acciones sea erigida por nuestra voluntad a la categoría de ley universal de la naturaleza, ('Crítica de la Razón Pura') pero su cumplimiento demanda actos volitivos y libres “desde adentro” de poderoso sacrificio y disciplina personal para que nuestras acciones se eleven a dicha ontología

ecuménica, deben estar desprovistas de egoísmo y violencia y solo deben perseguir el bien común en desmedro de los impulsos o la fuerza que nace del cuerpo de deseos y de la mente concreta y que conduce al hombre a su propia supervivencia pero a favor de la otra, la altruista del Cristo, en un lento proceso que se inicia desde el ser primitivo y evoluciona paulatinamente hasta el dios inmanente en nosotros, en concomitancia armónica y unívoca con las leyes de la naturaleza que son las de Señor.

Es claro entonces que la religión de la raza era aquella que fue preciso desarrollar en primer lugar; ella fue dada al hombre por el Dios o el Espíritu de la Raza. Esta religión inculcaba cierto grado de altruismo por medio de sacrificios, por lo cual, sin embargo, el Espíritu de la Raza se convertía en protector y conservador de su pueblo. El Judaísmo, el Taoísmo, el Confucionismo y otras semejantes son religiones de raza. Los Espíritus de raza son arcángeles que están elaborando así una fase de su evolución. Los judíos cuya historia sangrienta y guerrera se relata en el Antiguo Testamento habían alcanzado el segundo de esos estados y estaban bajo la ley. La religión cristiana se va elevando por el tercer estado, si bien no se ha librado del todo del segundo. Todos nosotros estamos aún bajo leyes hechas por Dios y por el hombre para subyugar nuestros cuerpos de deseos por el miedo, pero para desarrollarnos espiritualmente desde ahora debemos sensibilizar nuestro cuerpo vital, esa especie de ascesis íntima que es solo posible por el amor total, no reconociendo absolutamente la ley que gobierna la naturaleza emocional. Con objeto de preparar ese estado futuro, los sacerdotes, quienes estaban más desarrollados que la gente ordinaria, se mantuvieron separados y aparte. Sabemos que en el Oriente solo cierta casta, los brahmanes, podían entrar en los templos y realizar los servicios religiosos. Entre los judíos solo los levitas podían aproximarse al santuario, y en otras naciones sucedía lo mismo. Los sacerdotes eran siempre una clase distinta, que no podían casarse con el resto del pueblo. Estaban separados y aparte en todo respecto. La milicia era la otra casta respetadísima y privilegiada. Las religiones de raza son religiones de separación, y todas inculcan tendencias egoístas a cuenta de otras razas, porque en este grado de desarrollo la humanidad aprende mejor sus lecciones por medio de la separación. El patriotismo que tanta sangre ha hecho derramar, aunado a estas religiones nacionales o

Jehovística, es el principio esencial del Espíritu de raza. Pero si la "unidad fundamental de cada uno con todos," y una era de amor se han de realizar alguna vez, las religiones de raza deben ser reemplazadas por una más universal, tal como la verdadera religión cristiana. Es notorio saber que 'los guías de la humanidad podían usar solamente la excitación cuando existía cierta lasitud entre el cuerpo vital y el denso. Así que eligieron a esos sacerdotes y los agrupaban en los templos, regulando toda su vida, su sexualidad, etc., en toda su extensión. Pero cuando Cristo se liberó del cuerpo de Jesús y difundió Su Ser por todo el mundo, el velo se rompió, simbolizando el hecho de que la necesidad de condiciones especiales había cesado de existir. Desde ese entonces el éter ha estado cambiando la tierra. Una creciente intensidad vibratoria permite la expresión de las cualidades altruistas. El comienzo de esa enorme vibración fue lo que produjo la oscuridad que siguió a la crucifixión. No era oscuridad en manera alguna, sino una luz intensa que cegó al pueblo hasta que las vibraciones fueron disminuyendo por la inmersión en el cuerpo denso, físico de la Tierra. Pocas horas después el radiante Espíritu Cristo había entrado en la Tierra suficientemente como para restablecer las condiciones normales. Pero gradualmente ese poder interno va elevándose, y las vibraciones etéricas están acelerándose, aumentando el altruismo y el crecimiento espiritual. Así que las condiciones actuales son tales que no hay necesidad alguna de una clase especial privilegiada, pero todos y cada uno deben aspirar a entrar en el sendero de la iniciación. Sin embargo, las antiguas condiciones mueren con dificultad; bajo el régimen de Jehová, el Espíritu de la Luna, la humanidad se separó en naciones, y con objeto de que él pudiera guiarlas se hizo necesario que algunas veces empleara una nación para castigar a otra, pues la humanidad no era entonces dirigible por el amor y solo obedecía al látigo del miedo. Antes de que la Gran Fraternidad Universal de Amor pueda formarse, será necesario deshacer esas naciones, pues si tenemos varios montones de ladrillos y queremos construir un gran edificio es necesario primero que separemos esos montones en ladrillos individuales, aprovechándolos así para formar el gran edificio. Por lo tanto, Cristo dijo: "yo no vengo a traer la paz, sino una espada."' 'Debemos sobrepasar el patriotismo y aprender a decir con esa gran alma, Tomás Paine: "El mundo es mi patria y hacer el bien mi religión." Hasta ese entonces habrá guerras, y cuantas más mejor,

porque entonces veremos más pronto su horror, lo que nos obligará a hacer la paz. En la Santa Noche, cuando nació Cristo, los ángeles cantaron una canción: "Paz en la Tierra y buena voluntad a los hombres." Más tarde el niño creció y dijo: "Yo no vengo a traer paz, sino una espada," y la religión cristiana ha sido la más sangrienta de todas las religiones humanas. Ha llevado la desolación y el dolor a todas partes donde ha ido; pero, aparte de todo eso, llegará un tiempo en el que la canción de los Ángeles se convertirá en una realidad y entonces se vivirán las palabras de Cristo sobre el amor al prójimo. Cuando la espada haya hecho su obra se transformará en un arado, y entonces ya no habrá más guerras, porque tampoco habrá más naciones.' Ref 1: Filosofía Rosacruz en Preguntas y Respuestas

Por otro lado, hay otros factores importantes y de mucha bgravitación que amerita considerar y que provienen de los Guías Luminosos de la humanidad que son los Ministros de Dios, lo que contradice la liviandad de las dos frases de Chomsky sobre la sabiduría divina:

Hubo varias religiones anteriores al cristianismo que enseñaban la reencarnación y la Ley de Consecuencia, pero con el advenimiento de Cristo ya no fue necesario para el progreso humano el que el hombre conociera la doctrina de la reencarnación. Por esta razón vemos que la religión cristiana, tal como es enseñada públicamente, no incluye esta doctrina, a pesar de que Cristo la enseñó a sus discípulos. El hombre estaba destinado a dominar el mundo material, y por este motivo debía olvidar durante algún tiempo el conocimiento de la reencarnación, el cual prevalece en el Oriente, y pensar más bien en la vida actual como UNICA vida terrestre, con el fin de que pueda concentrar todos sus esfuerzos sobre el progreso material.

' Por ello, desde un punto de vista oculto, el esfuerzo de proselitismo misionero, sea de Oriente a Occidente o viceversa, generalmente no es deseable, por ser contrario al paso de la evolución. El trabajo de los misioneros fomenta los intereses de civilización y cultura hasta cierto punto por el intercambio de ideas y métodos entre distintas razas, pero desde el punto de vista religioso solo, no da grandes resultados. Generalmente cuando un ego (un

espíritu humano) está preparado para una religión avanzada, reencarna en un país donde esta religión prevalece. Los grandes conductores de la humanidad que están encargados de nuestro desarrollo, nos prestan toda la ayuda necesaria. Existen razones excelentes por las cuales la Biblia, conteniendo las doctrinas cristiana y judía, ha sido dada a los pueblos de occidente. Era la Suprema Sabiduría la que nos dio esta religión doble, y ningún otro sistema es actualmente acomodado a nuestras necesidades especiales.

A medida que una clase de espíritus evoluciona, está progresando de una raza a otra. La evolución marcha de Oriente a Occidente. Nosotros, de las naciones occidentales, ocupábamos en cierta época cuerpos de hindúes. Más tarde abandonamos aquellos cuerpos y nos pusimos a construir los cuerpos de las razas posteriores. Durante este proceso hemos sensibilizados nuestros vehículos en alto grado, y el cuerpo de las razas occidentales está vibrando en un grado más elevado que el cuerpo del hindú. Por esta razón los ejercicios respiratorios que el hindú emplea para elevar el grado de sus vibraciones, son desastrosos para el aspirante occidental porque provocan una separación prematura de los éteres, lo que ocasiona a menudo tisis o locura.

La ciencia moderna ha sido una gran ayuda para dominar el mundo material... pero cuando se divorcia de la religión y se hace enteramente materialista, resulta temporalmente una amenaza para la humanidad. Hubo un tiempo cuando la religión, el arte y la ciencia estaban unidos y se enseñaban en los templos de los Misterios, hasta en los tiempos de la antigua Grecia. Pero como el nuestro es el plano de la separación y especialización, han sido separados intencionalmente durante cierto tiempo. A su debido tiempo serán unidas de nuevo, y entonces obtendremos perfecta satisfacción por medio del corazón, de la inteligencia y de los sentidos. El corazón gozará del aspecto devocional y ceremonial de la religión; la inteligencia hallará satisfacción en su aspecto científico y la parte estética de nuestra naturaleza quedará satisfecha por el empleo del arte variado en el servicio de los templos del porvenir.

Cuando el hombre haya espiritualizado su ser bajo la influencia de la futura religión científica y artísticamente, habrá también aprendido

el dominio sobre sí mismo y se habrá convertido en servidor altruista para todos los demás mortales. Entonces será un guardián seguro del PODER DEL PENSAMIENTO. Será capaz de formar ideas correctas, las cuales podrá cristalizar inmediatamente en cosas útiles. Esto se realizará por medio de la laringe, que pronunciará la PALABRA CREADORA. Todas las cosas de la naturaleza fueron al principio precipitadas en la existencia por esta PALABRA. (Juan 1:1-3). El sonido, o el pensamiento hablado, será nuestra próxima fuerza de manifestación, una fuerza que nos convertirá en hombres-dioses, cuando gracias a la enseñanza que actualmente recibimos, nos hayamos puesto en condiciones para emplear tan grande poder para el bien de todos, sin mirar a nuestro propio interés. La futura religión volverá a realizar en un grado superior, la conjunción maravillosa enseñada por los Hierofantes de los Templos de los Misterios de la antigua Grecia, es decir, la religión científica y artística a la vez. Creemos, con mucho optimismo que, a pesar de que la ciencia materialista moderna ha olvidado momentáneamente esta triada perfecta en beneficio del progreso material y desarrollo de las potencialidades del ser humano utilitario, ya hay signos evidentes de que la nueva religión científica y artística se está gestando lentamente a través de ciertos pioneros del saber, para beneficio del corazón anhelante y la verdadera ciencia está por entender que ya no puede estar divorciada de la Sabiduría Universal y por tanto, deberá producirse el matrimonio holista y estético entre el arte, la ciencia y la religión. Ref. 2: Curso Suplementario de la Filosofía Rosacruz

José Mejía 14-05-2014

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.