No dar nada por perdido para la historia. Entrevista con César Rendueles (Suplemento Correo Semanal del diario Última Hora)

No dar nada por perdido para la historia. Entrevista con César Rendueles (Suplemento Correo Semanal del diario Última Hora) Charles Quevedo / Sergio Cáceres

En una entrevista para el Correo Semanal, César Rendueles, filósofo español, reflexiona en torno al legado intelectual de Walter Benjamin. Rendueles es Doctor en Filosofía y profesor de sociología en la Universidad Carlos III de Madrid. Ha publicado numerosos ensayos sobre filosofía, ciencias sociales y crítica cultural, y ha dirigido varias películas documentales, como Antonio Gamoneda. Escritura y alquimia o Las vidas bárbaras. Estuvo en Asunción como organizador de la exposición “Walter Benjamin. Constelaciones”, habilitada en Centro Cultural de España Juan de Salazar, del 29 de Agosto al 16 de Septiembre de 2011.

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¿Por qué el pensamiento de Walter Benjamin adquiere actualidad?

Es un filósofo que estuvo muy olvidado por mucho tiempo. Durante varias décadas su pensamiento estuvo prácticamente perdido, lo leían apenas sus amigos, literalmente. Creo que es sintomática la recuperación que ha tenido en los últimos tiempos, ya que Benjamin de alguna forma anticipa procesos que ahora estamos viviendo con mucha intensidad. Procesos que tienen que ver con la aparición de medios de comunicación de masas muy potentes y que de alguna forma han alterado todo nuestro mundo simbólico. El interés que tiene Benjamin es que de alguna forma saca a la luz potencialidades de usos de esos nuevos medios que no son evidentes, no son obvios, en el contexto de las artes plásticas, la arquitectura y el cine, etc. La otra gran veta de sentido, donde se está recuperando a Benjamin es pues una comprensión de la historicidad, de la experiencia histórica, que en la época en que escribía no era muy evidente pero que hoy se ha generalizado, me refiero a esa experiencia del fin de los grandes relatos históricos. La noción de progreso es problemática, no es evidente que vayamos siempre a mejor. A veces si a veces no, pero es algo problemático. 

¿Podría decirse que la crítica de Benjamin a la idea del progreso es en cierta forma posmoderna?

Autores de la posmodernidad como Lyotard o Vattimo se inspiran muy directamente en Benjamin. Hay un constante intento de los posmodernos de apropiarse del discurso benjaminiano. Cierta verosimilitud, cierta legitimidad tiene ese intento. No obstante, estoy convencido de que Benjamín no es un posmoderno, es un ilustrado. Benjamin no está dispuesto a reducir la razón a un mito entre otros mitos. Benjamin es un ilustrado que quiere destruir los mitos que ha generado el capitalismo, y en ese sentido, no es aceptable asimilar a las corrientes posmodernas que en el fondo lo que han acabado haciendo es una gran celebración de la facticidad, del estado de cosas actual. Lo que en cambio Benjamin propone es nunca aceptar una cristalización del presente. 

¿Su capacidad para captar las grandes transformaciones históricas lo convierten en un pensador muy actual?

Si, Benjamín tiene una gran capacidad para descubrir positividades, aspectos positivos en procesos que a primera vista resultan muy negativos, por ejemplo en el consumo de masas, en los medios de comunicación de masas, en la experiencia urbana de las grandes metrópolis. Benjamin tiene una capacidad enorme para descubrir elementos muy positivos de cara a la transformación social, la transformación política. 

La recuperación de su filosofía de la historia es mas reciente, anteriormente la recepción de Benjamin estaba más centrada en los temas estéticos. ¿Eso tiene que ver con su crítica a la ideología del progreso?

La contribución de Benjamin ahí es crucial, transformó completamente las corrientes marxistas. El marxismo lo que había hecho era heredar la versión clásica de la historia basada en la idea de progreso, y sustituir la noción de progreso conservadora, liberal, ilustrada o como la queramos llamar del progreso, por la idea de la lucha de clases que avanza hacia la sociedad futura. Benjamin corta radicalmente con ese proceso. Actualmente la conciencia de que esa idea de progreso se ha agotado, no nos interpela ya, se ha generalizado mucho más. No solamente en las ideas filosóficas sino en la vida cotidiana de la gente. Eso tiene que ver, por ejemplo, con la crisis ecológica. En medio de una crisis ecológica generalizada es muy difícil pensar que siempre vamos a mejor. 

¿La crítica del presente de Benjamín se inspira a veces en valores de las culturas populares?

En los escritos estéticos, que tenían una gran conexión con los políticos, de alguna forma Benjamin entiende siempre que la obra de arte romántica es una especie de interrupción, una utilización tal vez espurea, fetichizada. Es diferente el caso de obras de arte tradicionales de las culturas populares, donde efectivamente había siempre un componente mágico, simbólico y estaban ligadas a una dimensión ritual, pero siempre integradas en un contexto comunitario de prácticas sociales. Cuando se corta con ese contexto comunitario de prácticas sociales más o menos asumidas, es cuando aparece la autonomía genial del creador. Y él entiende que la obra de arte postcapitalista puede de alguna forma recuperar esa herencia tradicional, pero transformándola hacia un contexto emancipado, libre por supuesto de aspectos más negativos, más conservadores de la tradición. Entonces hay un juego muy interesante. 

Benjamín exige al historiador pensar desde los vencidos, ¿Cuál es el sentido de esa exigencia?

Benjamin parte de una idea muy sencilla: no dar nada por perdido para la historia. Todos esos sujetos derrotados, olvidados por la corriente dominante de la historia tienen algo que aportar. La celebración de Benjamin no es una celebración de los vencidos. No tiene que ver con homenajes, no es nada de eso. Es recuperar esa memoria porque nos puede aportar algo para la emancipación contemporánea, porque eso no ha quedado perdido, tienen fuerza mesiánica de transformación. Para la corriente dominante de la historia eso es ruina ya. En cambio, de esas ruinas todavía podemos sacar fuerzas, ideas, conceptos que nos pueden iluminar.