Neuro-imágenes: ¿Transparencia u opacidad?

Bassols, M. (2012) Tu yo no es tuyo. Ed. Tres Haches.
Lacan, J. Radiophonie. Autres écrits, Paris, Seuil, 1970: 437.
Laurent, E. (2013) "Fin de una época". Revista Consecuencias.
http://www.lucidatreatment.com/blog/mental-health/new-brain-scan-distinguishes-bipolar-unipolar-depression/
http://psychcentral.com/news/2013/04/06/brain-scans-may-reveal-early-signs-of-schizophrenia/53511.html
http://www.uphs.upenn.edu/news/News_Releases/2013/12/verma/
http://harvardmagazine.com/2012/01/the-biology-of-right-and-wrong
Lacan, J. (1949) El estadio del espejo como formador de la función del yo tal como se revela en la experiencia psicoanalítica. Escritos I. Ed. Siglo XXI.
Miller, J.A. (1998) La imagen reina. Elucidación de Lacan. Ed. Paidós.
Brousse, M.H. (2012) « Corps sacralisé, corps ouverts ». Revue Quarto.
Wajcman, G. (2011). El ojo absoluto. B.A.: Manantial.
Bassols, M. (2012) Tu yo no es tuyo. Ed. Tres Haches.
Lacan, J. Radiophonie. Autres écrits, Paris, Seuil, 1970: 437.
Laurent, E. (2013) "Fin de una época". Revista Consecuencias.
http://www.lucidatreatment.com/blog/mental-health/new-brain-scan-distinguishes-bipolar-unipolar-depression/
http://psychcentral.com/news/2013/04/06/brain-scans-may-reveal-early-signs-of-schizophrenia/53511.html
http://www.uphs.upenn.edu/news/News_Releases/2013/12/verma/
http://harvardmagazine.com/2012/01/the-biology-of-right-and-wrong
Lacan, J. (1949) El estadio del espejo como formador de la función del yo tal como se revela en la experiencia psicoanalítica. Escritos I. Ed. Siglo XXI.
Miller, J.A. (1998) La imagen reina. Elucidación de Lacan. Ed. Paidós.
Brousse, M.H. (2012) « Corps sacralisé, corps ouverts ». Revue Quarto.
Wajcman, G. (2011). El ojo absoluto. B.A.: Manantial.


Eje: El malestar de la civilización.
Sub-eje: El ideal de transparencia absoluta vs. la opacidad del síntoma.
Título del trabajo: Neuro-imágenes: ¿transparencia u opacidad? / Neuro-imagens: ¿transparência ou opacidade?
Nombre del autor: Ximena Castro
Sede/Delegación/Grupo Asociado: NEL-CALI / Universidad Icesi, Cali-Colombia

Neuro-imágenes: ¿transparencia u opacidad?
Ximena Castro, NEL Cali
La hegemonía contemporánea de las "ciencias del cerebro" se debe en gran medida al provecho que los neurocientíficos han extraído de la pregnancia de las imágenes en el mundo humano. Desde los años 70 del siglo XX, el vertiginoso desarrollo de la cartografía cerebral, apoyado en la multiplicación de tecnologías de imagenología médica (TEP, TAC, IRM), ha reconfigurado radicalmente la relación mente-cuerpo. El hecho de ver el cerebro en funcionamiento ha posibilitado la constitución de una de las ideologías científicas más poderosas de nuestro tiempo: el cerebro, en tanto visible, se convierte en la prueba reina de que todas las funciones psíquicas estarían allí localizadas. Se ejemplifica así una de las definiciones que Lacan dio de la ciencia como "ideología de la supresión del sujeto".
Ignorantes frente al retorno de las rebatidas hipótesis de la frenología del siglo XIX, un grupo mayoritario de neurocientíficos se basa en la imagenología cerebral para sostener que "el cerebro es = a la mente" porque alberga funciones específicamente localizadas. El éxito actual de esta tesis es tal, que en el campo de la salud mental algunos hablan del fin de la clínica, en la medida que se promueve el uso exclusivo de la evidencia imagenológica en el diagnóstico de enfermedades mentales.
La literatura científica actual (en psicología, neurología y psiquiatría) está inundada de "papers" que muestran los resultados de investigaciones basadas en el uso de neuroimágenes; siendo las más comunes aquellas que localizan en el cerebro respuestas a las cuestiones más enigmáticas de la vida humana: la diferencia sexual, las disposiciones sociales y morales y la enfermedad mental. Velozmente, los resultados de estos estudios son traducidos a titulares de prensa, a su vez difundidos a nivel planetario, permeando eficazmente el sentido común: "Scan cerebral permite distinguir la depresión bipolar de la unipolar"; "Escáneres cerebrales revelan signos tempranos de esquizofrenia"; "Estudio basado en imágenes cerebrales explica diferencias entre hombres y mujeres"; "Escáneres cerebrales revelan bases de decisiones morales".
La imaginarización de la ciencia del cerebro ilustra la teoría lacaniana de lo imaginario como instancia de desconocimiento. La proliferación de imágenes cautivantes del cerebro nos sumerge en una suerte de ilusión de conocer mejor éste órgano y por ende nuestro ser: verse en estas imágenes equivale a ser transparente para sí mismo. Al tomar como objeto un órgano del cuerpo, la imagenología ha contribuido a entronizar el cerebro en el lugar de amo, pretendiendo suplantar al sujeto del inconsciente, y afirmando: el cerebro se activa luego existo. Con Lacan diríamos: allí donde el cerebro se activa, el sujeto no adviene.
Con Lacan sabemos que cuando del campo de lo visible se trata, conviene siempre buscar la castración. No podemos comprender el privilegio específico de la imagen del cuerpo en el ser hablante sin la suposición de una falta esencial que la imagen velaría. Las imágenes del cerebro, portadoras de certezas sobre la condición humana, velan la falta-en-ser, lo imposible de representar, la relación sexual que no existe. Si el soporte fundamental de la imagen del cuerpo es el Nombre-del-Padre, en un mundo donde los referentes simbólicos otrora ligados a la función paterna están en franco declive, estas imágenes adquieren un nuevo estatuto. Es como si el estallido del NdP implicase el estallido de la gestalt del cuerpo. Hoy el objeto de adoración no es más la forma bella del cuerpo, sino los órganos visibilizados por las ojos de la ciencia.
Capturados por las imágenes y atrapados en la ilusión de que son reveladoras de certezas, los neurocientíficos quizás ignoran que cada vez que se experimenta un plus-de-gozar-visual, la mirada como objeto pulsional puede surgir e imponerse sobre el sujeto. La gramática pulsional lacaniana nos enseña que ser mirado precede la actividad de ver. En efecto, las imágenes del cerebro velan la opacidad del ojo omnivoyeur de la ciencia que nos mira.


Neuro-imagens: ¿transparência ou opacidade?
Ximena Castro, NEL Cali
A hegemonia contemporânea das "ciências do cérebro" deve-se em boa medida ao aproveitamento que os neurocientistas têm extraído da pregnancia das imagens no mundo humano. Desde os anos 70 do século XX, o vertiginoso desenvolvimento da cartografia cerebral, apoiado na multiplicação de tecnologias de imagenologia médica (TEP, TAC, IRM), tem reconfigurado radicalmente a relação mente-corpo. O fato de ver o cérebro em funcionamento tem possibilitado a constituição de uma das ideologias científicas mais poderosas do nosso tempo: o cérebro, em tanto visível, transforma-se na prova principal de que todas as funções psíquicas ficariam ali localizadas. Exemplifica-se assim uma das definições que Lacan deu da ciência como "ideologia da supressão do sujeito" .
Ignorantes perante o retorno das rebatidas hipóteses da frenologia do século XIX, um grupo maioritário de neurocientistas se baseia na imagenologia cerebral para afirmar que "o cérebro é = a mente" porque contem funções especificamente localizadas. O sucesso atual desta tese é de tal magnitude, que no campo da saúde mental alguns falam do fim da clínica, na medida em que se promova o uso exclusivo da evidencia imagenologica no diagnóstico de doenças mentais.
A literatura científica atual (em psicologia, neurologia e psiquiatria) está cheia de "papers" que mostram os resultados de pesquisas baseadas no uso de neuroimagens; sendo as mais comuns àquelas que localizam no cérebro respostas ás questões mais enigmáticas da vida humana: a diferença sexual, as disposições sociais e morais e a doença mental. Rapidamente, os resultados destes estudos são traduzidos a titulares da mídia, pela sua vez difundidos ao nível planetário, permeando eficazmente o senso comum: "Scan cerebral permite distinguir a depressão bipolar da unipolar"; "Escâneres cerebrais revelam signos precoces de esquizofrenia" ; "Estudo baseado em imagens cerebrais explica diferenças entre homens e mulheres"; "Escâneres cerebrais revelam bases de decisões morais".
A imaginarização da ciência do cérebro ilustra a teoria lacaniana do imaginário como instancia de desconhecimento. A proliferação de imagens cativantes do cérebro nos mergulha numa sorte de ilusão de conhecer melhor este órgão e a partir de aí o nosso ser: ver-se nestas imagens equivale a ser transparente para si mesmo. Ao tomar como objeto um órgão do corpo, a imagenologia tem contribuído a entronizar o cérebro no lugar do amo, pretendendo substituir ao sujeito do inconsciente, e afirmando: o cérebro ativa-se, logo existo. Com Lacan diríamos: ali onde o cérebro ativa-se, o sujeito não advém.
Com Lacan sabemos que quando se trata do campo de visível, convém sempre procurar a castração. Não podemos compreender o privilégio específico da imagem do corpo no ser falante sem a suposição de uma falta essencial que a imagem velaria. As imagens do cérebro, portadoras de certezas sobre a condição humana, velam a falta-em-ser, o impossível de representar, a relação sexual que não existe. Si o suporte fundamental da imagem do corpo é o Nome-do-Pai, num mundo onde os referentes simbólicos antes vinculados á função paterna estão em franco declive, essas imagens adquirem um novo estatuto. É como si o estouro do NdP implicasse o estouro da gestalt do corpo. Hoje o objeto de adoração não é mais a forma bela do corpo, senão os órgãos visibilizados pelos olhos da ciência.
Capturados pelas imagens e cativos na ilusão de que são reveladores de certezas, os neurocientistas quica ignoram que cada vez que se experimenta um plus-de-gozar-visual, a mirada como objeto pulsional pode surgir e se impor sobre o sujeito. A gramática pulsional lacaniana nos ensina que ser mirado precede á atividade de ver. Em efeito, as imagens do cérebro velam a opacidade do olho omnivoyeur da ciência que nos mira.