Necesitamos extranjeros. Libaneses y coreanos en la sociedad yucateca

July 3, 2017 | Autor: C. Dávila Valdés | Categoría: Comparative History, International Migration, Representaciones Sociales
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Descripción

m i r a da s r e g i o n a l e s las regiones y la idea de nación en américa latina, siglos xix y x x

ensayos 9

centro peninsular en humanidades y ciencias sociales

miradas regionales las regiones y la idea de nación en américa latina, siglos xix y xx

Arturo tArAcenA ArriolA (editor) cArolinA depetris y AdAm t. sellen (compilAdores)

universidad nacional autónoma de méxico mérida, 2013

Índice introducción A rturo tArAcenA A rriolA . . . . . . . . . . . . . . . . .

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regiones, conflicto y migraciones la región ubicua. emigrados, redes militares y conspiraciones en rio grande do sul (1845-1852) m Ario etcHecHury BArrerA . . . . . . . . . . . . . . . .

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la montaña en guatemala: entre la rebelión y la defensa del estado, 1800-1871 JuAn cArlos sArAzúA pérez . . . . . . . . . . . . . . . .

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¿diversas visiones de nación?: disputas territoriales en la frontera sur de la península de yucatán rosA torrAs conAnglA . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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necesitamos extranjeros. libaneses y coreanos en la sociedad yucateca clAudiA dávilA vAldés . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103

regionalismos, fiestas nacionales e historiografía conciencia nacional, realidad regional. las celebraciones patrias en la gobernación rionegrina, durante las primeras décadas del siglo xx cielo zAidenwerg . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131

construcción de la identidad regional, regionalismo y nación en el cambio de siglo. una perspectiva comparativa, méxico-perú (1880-1930) guillemette m Artin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161 configuraciones de la utopía nacional yucateca en la literatura de viaje de Justo sierra o’reilly rominA espAñA pAredes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187 de héroes y olvidos. las figuras de Justo sierra o’reilly y santiago imán en las historiografías yucateca y mexicana A rturo tArAcenA A rriolA . . . . . . . . . . . . . . . . . 215

literatura, paisaje y patrimonio independencia de la independencia: la construcción de una literatura “nacional” yucateca a mediados del siglo xix cArolinA depetris . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 239 la influencia del romanticismo cristiano en la configuración estética del paisaje yucateco y su imaginario social AurA lozA álvArez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251 el museo de las migajas AdAm t. sellen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 273 carl hermann Berendt: una concepción científica en los estudios mayas del siglo xix lynnetH s. lowe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 295

ne c e sit a mo s e x t r a njero s. libaneses y coreanos en la sociedad y ucateca 1 c l A u d i A d áv i l A vA l d é s 2

introducción 3

al nacer, la inmensa mayoría de los humanos queda adscrita a un estado nacional sin haber tenido la oportunidad de escogerlo, de tal suerte que la etiqueta nacional es una de las más rígidas, ya que se puede cambiar de profesión libremente pero no de nacionalidad. para realizar tal cambio se necesita la autorización de un estado (noiriel 2001, 12). entonces, el sentimiento de pertenencia de los ciudadanos con los instrumentos propios de su estado es inducido a través de la familiarización; es decir, es un proceso en el que los individuos interiorizan las normas, las categorías y las estructuras del estado nacional al punto de convertirlas en un componente de la identidad personal (noiriel 2001, 135). en méxico se pueden distinguir claramente, durante el siglo xix, en medio de la consolidación del estado-nación, los esfuerzos para construir una identidad nacional mexicana. sin embargo, debido, entre otras cosas, a la diverpalabras clave: migraciones, libaneses, coreanos, yucatán, imaginario. Becaria posdoctoral del centro peninsular en humanidades y ciencias sociales de la unAm. 3 esta investigación forma parte del proyecto “la reinvención decimonónica de yucatán, 1810-1915”, financiado por conAcyt (cB-2008-01-101623), en el que participé como becaria posdoctoral. agradezco a José luis gutiérrez may su apoyo respecto a la información hemerográfica. 1 2

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sidad cultural, a la dinámica social y al sistema de intendencias heredado por los españoles, este proceso se combinó con la construcción de los regionalismos al interior del país (taracena 2010, 19). para el caso de la construcción del regionalismo en yucatán se trata de lo que taracena arriola denomina “dicotomía identitaria peninsular”, en la que el sentimiento de pertenencia se distingue en dos niveles, pues se puede ser a la vez “yucateco” y “mexicano” (taracena 2010, 19). Várguez pasos describe la identidad como un proceso en construcción en el que los individuos son los actores centrales. los individuos se reconocen entre sí a través de sus “relaciones, percepciones, representaciones simbólicas, acciones y organizaciones” y son capaces, a un tiempo, de identificar a aquellos que no comparten los mismos elementos (Várguez 2002, 832). efectivamente, una de las formas en las que más se hace patente la identidad de un individuo es cuando éste sale, de manera temporal o definitiva, de los límites territoriales que fueron destinados a su grupo nacional. su extrañeza le es señalada porque debe tener documentos oficiales que lo identifican como extranjero, pero sobre todo, porque su naturaleza física es diferente y su “habitus nacional” —su manera de hablar y sus formas— no corresponde al esquema dominante del lugar en el que se encuentra (noiriel 2001, 139). en una sociedad tan heterogénea como la yucateca, marcada por sus tintes pluriculturales, son varios los elementos que se han adoptado y abandonado en el camino. en este sentido algunos de los grupos étnicos nacionales y extranjeros en la región han conseguido aportar parte de sus elementos culturales y otros simplemente se han asimilado a los ya establecidos. en este estudio pondremos especial énfasis en el proceso simbólico por el que la sociedad regional yucateca construyó sus criterios de olvido y/o aceptación de dos grupos migratorios contemporáneos: libaneses y coreanos, tratando de no perder de vista las diferencias de su naturaleza física y cultural. desde el punto de vista de las representaciones sociales, me pregunto: ¿Qué percepción tiene una sociedad marcada por un

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sentimiento regionalista sobre los migrantes libaneses y coreanos que llegaron a yucatán a principios del siglo xx? ¿cómo son consideradas estas influencias externas dentro de un contexto polarizado en el que se distingue una reducida élite muy poderosa y un gran número de población maya en condiciones de pobreza? luego de hacer un breve repaso sobre la política migratoria en yucatán, me enfocaré en el análisis de las representaciones sociales, a partir de dos aspectos. el primero tiene que ver con la información presentada en la prensa yucateca de principios de siglo xx respecto a la llegada de migrantes extranjeros para trabajar como jornaleros en las haciendas henequeneras. para este análisis se debe tomar en cuenta que los medios de comunicación, en este caso la prensa escrita, “constituyen el origen y nutriente principal en la elaboración de las representaciones sociales, porque proporcionan información y puntos de discusión en la vida cotidiana” (y. cuevas 2011, 2). en el segundo análisis me interesó conocer lo que queda de estas dos migraciones en el imaginario colectivo de los yucatecos en la actualidad. para lograr tal fin se realizaron tres entrevistas semiestructuradas a tres personajes que son bastante representativos en varios sentidos. todos pertenecen al campo cultural yucateco: uno es director de la Biblioteca yucatanense, otro jefe del departamento editorial de la secretaría de cultura del estado y, el último, director de la Biblioteca carlos r. menéndez. uno de ellos pertenece a una de las familias de abolengo yucatecas con tradición de hacendados, los otros dos tienen la experiencia de haber vivido durante su infancia en el interior del estado. modAlidAdes migr Atori As

dentro del proceso de la construcción nacional durante el siglo xix, el estado mexicano planteó como uno de sus principales objetivos de política exterior favorecer la inmigración de extranjeros. se trataba de un proyecto migratorio que buscaba, por un lado, la llegada de europeos que ayudarían con el blanqueamiento de la raza indígena “inferior” y contribuiría a contrarres105

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tar el expansionismo norteamericano (pérez Viejo 2009, 147-185) y, por el otro, el arribo de población que aportaría al país la mano de obra necesaria para el proceso de modernización que debía de comenzar en este periodo. desde mediados del siglo xix, en yucatán comenzó a difundirse la idea de que la inmigración extranjera ayudaría al progreso en la región, aportando una fuerza de trabajo civilizadora, pero sobre todo, pacificadora, en un contexto en el que todavía se apreciaban las consecuencias de la guerra de castas. comienzan entonces los esfuerzos gubernamentales de colonización a través de una inmigración que sería organizada y reglamentada por el estado. se establecieron contactos para formar colonias agrícolas en las que el gobierno pagaba los gastos de transporte e instalación, además de que otorgaba concesiones tales como la exención de algunos impuestos. uno de los casos más emblemáticos de este tipo de migración en yucatán fue la colonia agrícola Villa carlota en santa elena y pustunich, que se estableció en 1866 (durán merk 2009). los esfuerzos en esta dirección se aprecian también en los años ochenta del siglo xix. en ese entonces existía una compañía yucateca de colonización que trataba de negociar con el gobierno federal un contrato de colonización en el estado de yucatán. se trataba de obtener una ley general que atendiera la solicitud de la compañía, así como de las que venían de otras entidades.4 de esa manera, para enero de 1882 se había autorizado la colonización a condición de que se ofreciera a cada familia una porción de tierra en propiedad después de algunos años de servicio, proyecto que no se consideró oneroso5 y que además no llegó a realizarse como estaba planeado. la política migratoria en la región no sólo buscaba poblar las zonas desocupadas a través de la colonización, sino que también se dio a la tarea de traer mano de obra para trabajar en el 4 centro de apoyo a la investigación histórica de yucatán (cAiHy), lViii 1880-007, “carta del 2 de octubre de 1881 del sr. peniche a los señores directores de la compañía yucateca de colonización”. 5 cAiHy, lViii 1880-009, “carta del 17 de enero de 1882 del sr. peniche a los sres. d. camilo cámara, d. Jacinto escalante y dr. José garcía morales”.

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cultivo del henequén. la importación de trabajadores a yucatán comenzaría en 1881 con la introducción de cinco familias de origen canario (Victoria 1987, 52). este tipo de migración, sobre todo la de origen asiático, sería alentada y hasta financiada por los grandes hacendados del grupo de olegario molina, quien fuera gobernador de yucatán de 1902 a 1907. en general, esta inmigración es la que sufre las formas más violentas y radicales de explotación que genera el capitalismo, pues se trataba normalmente de grupos compuestos por un porcentaje alto de jóvenes solteros, que tenían la idea de regresar a su patria y que fueron expuestos a los sufrimientos que implicaba el desarraigo y las difíciles condiciones de trabajo. aquí es precisamente donde se ubica la llegada de los coreanos en 1905. se trata de un grupo de 1 014 coreanos que fueron contratados desde su país de origen para trabajar por un período de cuatro años en las haciendas henequeneras en el interior del estado de yucatán. los rumores nacionales y hasta internacionales sobre las malas condiciones de estos trabajadores se difundieron a los pocos meses de su llegada (dávila 2010, 37-60). otro de los aspectos clave de la política migratoria nacional y, por supuesto, también regional de finales del siglo xix y principios del xx, fue la inmigración libre y espontánea en la que el gobierno no ejercía ningún tipo de intervención y mucho menos de gastos financieros. de hecho, esta modalidad fue insertada en la primera ley sobre migración que se promulgó en las postrimerías del porfiriato en 1908. se permitía la entrada de personas “de todas las nacionalidades y de todas las razas” del mundo. las restricciones de entrada estaban dirigidas sobre todo a las personas que padecieran determinadas enfermedades (yankelevich 2009, 190). este tipo de inmigración traería mejores resultados que los de la colonización, pues sin necesidad de que el estado interviniera, estos “inmigrantes libres introdujeron al país nuevas técnicas mineras, agrícolas, etcétera, así como nuevas industrias” (Victoria 1987, 50). en yucatán serán sobre todo los inmigrantes originarios del otrora imperio otomano los que más se van a destacar en esta modalidad migratoria y quienes mejor se van a insertar social y económicamente en la región. 107

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necesitA mos ex tr A nJeros y todos H ABl A mos Al respecto

en yucatán eran sobre todo el progreso en la agricultura, el desarrollo de los ferrocarriles y la falta de brazos disponibles, los motivos por los que se alentaba, aunque sin mucho éxito, la inmigración extranjera en todas sus modalidades. la contratación de jornaleros sería la modalidad que más ocuparía espacios en los medios impresos, pues encontramos una gran cantidad de artículos informativos y de opinión de la época en la que se insistía en la necesidad y en la posibilidad de la llegada de trabajadores extranjeros. todos estaban de acuerdo en que se debía traer mano de obra de otras partes del mundo. las diferencias se centraban, sobre todo, en cuál sería el mejor origen de la misma. entre los artículos del funcionario público y poeta Joaquín castillo peraza, publicados a finales del silgo xix, se argumentaba que el principal problema de la inmigración en el estado había sido la diferencia de clima, de idioma y de costumbres. castillo peraza se preguntaba, “¿pero esto cómo se subsana, si nuestro clima ardiente rechaza toda inmigración nacional o extranjera por bien que se le pague, por mejor que se le trate, y por más garantías que nuestras leyes tutelares les concedan?”. proponía, por tanto, un estudio formal de la migración para determinar quiénes podrían adaptarse mejor, sobre todo al clima de yucatán (1899, 46). en general, las revistas y los periódicos de la época eran propiedad de los hacendados. el director, el redactor y los colaboradores de los mismos eran quienes les daban el sesgo cultural e intelectual. Juan Francisco peón ancona los cataloga como periódicos culturales donde escribían verdaderos literatos (Juan Francisco peón ancona 14 sep. 2012, entrevista). la información se daba en gran medida en pequeñas notas sintéticas que no pasaban de uno o dos párrafos. sólo cuando se trataba de algo extraordinario se profundizaba más en la información y, a veces, hasta se hacía investigación periodística. abundaban las columnas de opinión, “ahí sí puedes encontrar sábanas de lo que pensaba la gente sobre equis tema”, comenta Faulo sánchez 108

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(19 sep. 2012, entrevista). también estaba presente la cuestión mercantil, pues en una misma página se podían anunciar más de diez cosas diferentes relacionadas con lo mismo. igualmente, se reproducían artículos informativos y de opinión de otros periódicos, y se hacía uso de las agencias de noticias para informar sobre todo lo que pasaba en europa y asia. sánchez argumenta que la sociedad yucateca de entonces se interesaba mucho en ese tipo de información (19 sep. 2012, entrevista). en especial notamos que en El Peninsular se publica una gran cantidad de notas sobre problemas rusos, chinos y japoneses. en cuanto a la información correspondiente con las migraciones de trabajadores extranjeros a yucatán encontramos al Eco del Comercio, periódico independiente que en palabras de El Peninsular, era propiedad de augusto l. peón, catalogado como uno de los principales hacendados del estado.6 gutiérrez may afirma que fue uno de los órganos que apoyó la idea de traer asiáticos a la región, pues en sus páginas resaltaba el buen desempeño de los orientales que hasta entonces se habían instalado y los calificaba como fuertes, obedientes y respetuosos (2011, 5). en la misma línea encontramos El Agricultor, órgano de la cámara agrícola de yucatán, que estaba destinado a velar por los intereses agrícolas del estado (cantón lópez 1946, 83). en sus notas se expresaban las necesidades de fomentar la inmigración para apoyar la industria henequenera, exaltando las cualidades de los asiáticos (gutiérrez may 2011, 7). en la Revista de Mérida7 encontramos entre 1904 y 1906 notas periodísticas que hablan sobre las supuestas llegadas de extranjeros a yucatán para trabajar en las labores del campo que nunca se llevarían a cabo. se decía, por ejemplo, que llegarían a la ciudad de mérida tres mil griegos que vendrían a laborar en las fincas de la península. se aseguraba que estos migrantes “no resentirán los rigores del clima, por ser nativos de las más cálidas comarcas “el eco del gobierno”, El Peninsular, marzo 6, 1905, 1. concebida en 1869 como un periódico de literatura y variedades, que al año de su creación tomaría un sesgo noticioso y mercantil, sin abandonar la sección literaria (cantón lópez 1946, 72). 6 7

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helénicas”.8 asimismo, se publicaba que la compañía colonizadora Japonesa de tokio se había comprometido a traer familias japonesas para trabajar en la agricultura.9 incluso, después de la llegada de los coreanos a mediados de 1905, se planteaba la posibilidad de traer campesinos italianos y portugueses. la nota argumentaba que los gastos de viaje y comisiones eran inferiores a los de otras inmigraciones extranjeras e incluso nacionales.10 la Revista de Mérida celebraba, igualmente, que se organizara la inmigración de braceros de otras partes del país.11 llegó a anunciar también la llegada de una “gran cantidad de inmigrantes de raza mongólica […] que vienen á poblar nuestro territorio animados por las favorables noticias que les han enviado sus connacionales en tierra yucateca”.12 sin embargo, a lo largo de los años revisados se puede apreciar que ésta puso especial énfasis en la información que correspondía a la relación de las migraciones asiáticas, en especial, de los coreanos con la fiebre amarilla, uno de los principales argumentos de los detractores de este tipo de inmigración. por su parte, El Peninsular13 era utilizado —según gutiérrez may— sobre todo por los seguidores de Francisco cantón, quienes se oponían a la inmigración asiática y constituían la contraparte del grupo “molinista” (gutiérrez may 2011, 8).14 en este “tres mil griegos para yucatán”, La Revista de Mérida, octubre 29, 1904, 2. “la colonización de yucatán, tabasco y chiapas, en vastos términos”, La Revista de Mérida, enero 27, 1905, 2. 10 “inmigrantes campesinos italianos y portugueses”, La Revista de Mérida, junio 9, 1905, 2. 11 “más inmigrantes”, La Revista de Mérida, junio 21, 1905, 1. 12 “inmigración asiática. llegada de ‘colíes’ á yucatán”, La Revista de Mérida, mayo 18, 1906, 2. 13 creado en 1904 y de tendencia liberal, su director y propietario fue José maría pino suárez. dejó de publicarse en 1907. 14 cabe aclarar que aún cuando Francisco cantón figurara como opositor de esta migración, recibió en su hacienda san enrique, en ticul, a treinta coreanos de acuerdo al informe que presentara el jefe político de ese partido en su oficio número 923 del 16 de noviembre de 1908 (archivo general del estado de yucatán (Agey). Fondo poder ejecutivo. sec. gobernación). a estos treinta coreanos habría que sumarle los veintitrés radicados en la hacienda de 8 9

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sentido, se insistía en que la llegada de los coreanos no había sido suficiente para paliar la necesidad de trabajadores en la península, por lo que se publicaban propuestas para encontrar la mejor manera de organizar inmigraciones, tomando en cuenta las experiencias anteriores y atendiendo aspectos como los que deberían venir y las condiciones de los contratos. “recordaba que con la inmigración de coreanos se gastó mucho dinero y se adelantaron fondos, lo cual siempre es expuesto y aún difícil para algunos hacendados; sabemos también, que ha habido algunas dificultades con los amarillos, por la cuestión del idioma, y esto se comprende, pues no es lo mismo encontrar un intérprete para ellos, que para un europeo, ¿por qué no preferir, ó cuando menos hacer un ensayo con la inmigración portuguesa é italiana que se nos ofrece?”15 El Peninsular argumentaba de igual manera, que “tanto física, como moralmente, la raza amarilla es una raza nociva e inferior á las europeas”.16 en las columnas del diario, como la de rafael hernández, se seguía insistiendo en que “el europeo, que mucho de culto, bueno y útil ha traído, trae y seguirá trayendo á nuestra tierra, será elemento sano y provechoso á nuestro cuerpo social” y, se catalogaba de verdaderos “retranqueros del progreso” a los chinos, coreanos y a “otras razas refractarias á nuestra civilización y costumbres” que consumen poco y no producen nada.17 en términos de mestizaje se aseguraba que “el cruzamiento de la raza asiática con la indígena de nuestros campos ha de ser en perjuicio de la raza mexicana”.18 sin embargo, en El Peninsular también se le daba cabida a la otra cara de la moneda, pues la necesidad de traer jornaleros para trabajar el henequén se presentaba ante los mismos hacendados con más fuerza que la necesidad de seleccionar el sosil, propiedad también de Francisco cantón, dato que encontramos en la revisión del Libro de entradas y salidas del Hospital O’Horán (1906-1907) (Agey, Fondo poder ejecutivo). 15 “un buen contrato de inmigración”, El Peninsular, junio 6, 1905, 1. 16 “un buen contrato de inmigración”, El Peninsular, junio 6, 1905, 1. 17 “comparemos i”, El Peninsular, junio 28, 1905, 2. 18 “la inmigración china”, El Peninsular, julio 13, 1905, 1. 111

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origen de los mismos. así encontramos en las mismas fechas otras notas en donde se aseguraba que los trabajadores de origen coreano habían resultado muy buenos para los trabajos en las fincas de yucatán, por lo que se anunciaba que pronto vendrían más inmigrantes de esta nacionalidad.19 es en el mismo periódico que la Junta de inmigración, que se encargaba de llevar a cabo la venida de jornaleros al estado, convocó a los hacendados interesados en contratar más trabajadores coreanos a inscribirse a finales de junio de 190520 en la oficina de su presidente, rafael peón losa.21 la Revista de Mérida la siguió de cerca la llegada de los coreanos a yucatán desde que salieron de seúl. aseguraba que esta primera expedición serviría “como prueba para ver si conviene seguir procurando esta inmigración”.22 se preocupó por ofrecerle al lector algunas pinceladas sobre corea y sus costumbres, como el hecho de que sus habitantes “no se cortan nunca los cabellos, porque, según dicen, esto constituiría un grave desaire 19 “más coreanos para yucatán”, El Peninsular, junio 22, 1905, 2; “la inmigración coreana”, diciembre 14, 1905, 3. 20 “inmigración Koreana”, El Peninsular, junio 23, 1905, 2. 21 efectivamente, antes de haber transcurrido dos meses de la llegada de este contingente y sin saber si éstos serían capaces de aclimatarse al trabajo en las haciendas, los hacendados que componían la Junta ya estaban planeando una segunda expedición de coreanos a yucatán, por lo que al mismo tiempo solicitaban al gobierno que los apoyara con la cantidad de cincuenta mil pesos para completar los gastos que tal empresa ocasionaría, los cuales se calculaban en ciento cuarenta mil pesos. sin embargo, las autoridades yucatecas antepusieron el destino de sus recursos económicos a la conclusión de diferentes obras materiales que se encontraba realizando. argumentaron que no era posible destinar dichos recursos sino hasta que estas obras fueran terminadas y sólo hasta entonces, a través de la ley de presupuesto, se asignaría la cantidad con la que el gobierno contribuiría al “aumento y fomento de la inmigración”. pero los deseos de los hacendados yucatecos de traer más coreanos al país se volvieron irrealizables, sobre todo por la prohibición que se hizo en corea para permitir la emigración de esta población a méxico (Agey, Fondo poder ejecutivo, secc. “gobernación. escrito de emilio J. Fajardo, r. peón y de h. de peón y de regil del 3 de julio de 1905 al gobernador del estado”). 22 “la inmigración de coreanos en yucatán”, La Revista de Mérida, enero 20, 1905, 3.

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para sus padres, á quienes profesan gran respeto”.23 se hablaba del “aspecto florido que presentan sus hermosas costas”, de sus montañas y valles angostos, de sus “estribaciones escarpadas de aspecto salvaje”.24 El Peninsular, por su parte, hablaba de que habrían de llegar en el Vapor hidalgo unos 1 200 coreanos. en una primera nota bastante escueta se decía que éstos irían a trabajar en las fincas de campo de rafael peón losa.25 dos días más tarde, el diario publicaba otras notas con información más detallada y precisa. en esta ocasión rafael peón era presentado como el contratista, mismo que se había dirigido al puerto de progreso para recibirlos. informaba que estos migrantes se habían trasladado en tren a la ciudad de mérida y que habían sido concentrados en el ex cuartel porfirio díaz en espera de que fueran repartidos en las haciendas del estado.26 enumeraba a los principales accionistas: eusebio escalante, rafael peón, emilio garcía Fajardo, eulalio casares, augusto l. peón, sres. peón de regil y hermanos, olegario molina y antonio Bolio. precisaba, igualmente, que se habían contratado veinticinco cocineros chinos para la preparación de los alimentos, los cuales consistieron en arroz, carne y pescados. la llegada de los coreanos llamó la atención de la población y este diario los describía de complexión robusta y porte humilde.27 antes de que la sociedad yucateca tuviera contacto directo con los coreanos ya contaba con toda una serie de información que le permitió ir formando juicios sobre estos migrantes, particularmente durante los primeros cuatro años de su residencia en territorio nacional. recordemos que durante este tiempo estuvieron obligados a permanecer en las haciendas. pero hay que entender que —como argumenta yazmín cuevas—, los medios de comunicación no trasmiten representaciones sociales de modo lineal sino que es el lector quien, a partir de su historia y con23 24 25 26 27

“los coreanos y el cabello”, La Revista de Mérida, mayo 1, 1905, 4. “la península de corea”, La Revista de Mérida, mayo 16, 1905, 2. “mil doscientos coreanos”, El Peninsular, mayo 13, 1905, 3. “mil diez y nueve coreanos”, El Peninsular, mayo 15, 1905, 3. “los coreanos”, El Peninsular, mayo 16, 1905, 3. 113

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texto, interpreta la información que obtiene de éstos y forma nuevas representaciones (2011, 5). los diarios también se encargaban de publicar información sobre algunos de los coreanos que transitaban —prófugos o con permiso— por la ciudad de mérida antes de que se diera por terminado el contrato con el que vinieron a trabajar a yucatán. en el Diario Yucateco28 encontramos el caso de Francis o chin, que estaba al servicio de José gonzález, administrador del timbre en la capital.29 el Diario Yucateco también informaba cuando las autoridades encontraban coreanos fuera de las haciendas y los recluían, esperando que los dueños de éstas los reclamaran. así, por ejemplo, encontramos aquellos que fueron detenidos en un hotel en maxcanú a principios de 1909 y que al no ser reclamados, los dejaron en libertad.30 sin embargo, en el mismo pueblo, nicolás chin, “á quien se supone prófugo de alguna finca” fue enviado a la Jefatura política de mérida.31 también se mencionaba a aquellos que cometieron faltas a la ley, como el caso de chang suni, quien luego de haber sido aprehendido necesitó de un intérprete para hacer su declaración.32 lo mismo encontramos información de coreanos heridos que fueron llevados al hospital, como Jahzin, el cual fue apuñalado en la ciudad de mérida33 o el coreanito, herido con una escopeta por un jornalero en la hacienda de Kakalná de la villa de peto y que su madre lo había traído a mérida para internarlo en el hospital o’horán sin haber dado aviso a las autoridades judiciales.34 teo-the-un, quien falleció en el momento en que era 28 Eco del Comercio fue una publicación editada desde 1880, propiedad de manuel heredia argüelles. en 1905 fue vendido a ricardo molina, quien en sociedad con José maría pino suárez, propietario de El Peninsular, le cambió el nombre, denominándolo Diario Yucateco (Bojórquez urzaiz 2006, 170-179). 29 “coreano pisoteado por un caballo”, Diario Yucateco, junio 22, 1908, 4. 30 “de maxcanú”, Diario Yucateco, enero 17, 1909, 5. 31 “coreano prófugo”, Diario Yucateco, abril 20, 1909, 2. 32 “atrevida hazaña de un coreano. delito descubierto por una lista de lavandería china”, Diario Yucateco, septiembre 17, 1909, 3. 33 “coreano herido”, Diario Yucateco, febrero 23, 1910, 2. 34 “un coreanito baleado en una hacienda”, Diario Yucateco, junio 12, 1909, 6.

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conducido al hospital para su curación.35 al igual que el Diario Yucateco, La Revista de Mérida también hacía este tipo de anuncios. publicó, por ejemplo, que el coreano de apellido ramírez36 robó 175 pesos a su patrona, dueña de un puesto de verduras en el mercado garcía rejón.37 además de estas imágenes, los lectores del Diario Yucateco en 1909, también podían leer columnas en las que se hablaba de que los coreanos constituían, aún después de haber terminado su contrato inicial, un importante contingente en las labores del campo. se habla de coreanos asimilados a las costumbres del campo, principalmente las que se refieren a la alimentación, el vestido, la vivienda y el idioma, aunque no se aclara si se refieren al maya o al español. además de que gozaban de buena salud a pesar de las inclemencias del clima yucateco. “siendo, por otra parte, inteligentes y hacendosos en el cumplimiento de sus deberes, han satisfecho con más ó menos éxito las obligaciones por ellos contraídas.”38 cuatro años habían pasado desde que llegaron los coreanos y en los diarios meridanos se seguía planteando la necesidad de traer más migraciones extranjeras, aunque la cuestión del origen seguía generando diferencias de opinión. tanto en La Revista de Mérida como en el Diario Yucateco, con algunos años de diferencia, se publicaban artículos de opinión de luis cuevas promoviendo la inmigración extranjera para el aumento de la densidad de población. aseguraba en La Revista de Mérida que el trabajo bien remunerado provocaría una mayor afluencia de inmigrantes y que no era posible asignarles como base los jornales de “murió en el camino”, Diario Yucateco, mayo 28, 1911, 5. una de las características de la asimilación de algunos coreanos fue la castellanización progresiva de sus nombres y apellidos. este proceso tiene lugar a partir de 1909, cuando empezaron a salir de las haciendas. esto explica por qué es posible encontrar, a los pocos años de su llegada, coreanos de apellido ramírez en una nota periodística (dávila 2010, 27-28). 37 “robo cometido por un coreano”, La Revista de Mérida, septiembre 8, 1909, 2. 38 “la inmigración a yucatán y la acción oficial”, Diario Yucateco, agosto 27, 1909, 1. 35

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la raza indígena, cuyas “limitadas necesidades, pude cubrirlas con un pequeño salario” (l. cuevas 1911, 1). dos años más tarde, seguía insistiendo en el Diario Yucateco sobre la importancia de la inmigración y resaltaba la necesidad de que ésta fuera extranjera, pues “quitar elementos de trabajo á otras entidades Federativas para traerlos á la nuestra no sería equitativo, ni prudente” (l. cuevas 1911, 2). sin embargo, cuevas tenía una visión contraria a la que el Diario Yucateco había presentado dos años antes, pues rechazaba la idea de que la inmigración amarilla fuera la más adecuada. ahora, celebraba que el proyecto de traer javaneses y más coreanos hubiese fracasado y expresaba su deseo para que ocurriera lo mismo con la inmigración de chinos (l. cuevas 1911, 1). proponía seguir el modelo de argentina y de los estados unidos, “las inmigraciones baratas tienen que ser forzosamente malas” y continuaba su explicación argumentando que se debía traer “familias de habla castellana, de principios religiosos y de reconocida moralidad; familias de habla cuyos elementos sean inmunes á la terrible fiebre amarilla, familias en fin, que al ponerse en contacto con la raza indígena puedan contribuir á elevar su nivel moral, pero nunca á rebajarlo” (l. cuevas 1911, 5). como podemos observar, el tema de la inmigración de jornaleros extranjeros resultaba recurrente en los principales diarios de la región, pero no se hablaba de esos otros migrantes, sobre todo los del antiguo imperio otomano, que llegaban paulatina, libre y espontáneamente a la península. migrantes que, debido a sus actividades económicas relacionadas con el comercio y a diferencia de los coreanos, tuvieron mucho más contacto con la sociedad yucateca, tanto de la ciudad de mérida como de los pueblos, por lo que la formación de un imaginario colectivo con respecto a ellos tuvo rutas diferentes. en lo que respecta a los medios de comunicación escritos, notamos que no es que alguien hable de tales migrantes, sino que son ellos mismos quienes se hacen visibles y se dirigen a la sociedad anunciando sus tiendas y productos. se trata muchas veces de anuncios que van dirigidos a un público con recursos financieros y culturales como lo eran los lectores de los periódicos y de las revistas literarias. se trata 116

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de una presencia mediática que se convertiría en presencia social porque se dirigían a un público con un cierto capital simbólico. un público al que se le ofrecía la posibilidad de adquirir productos selectos como paraguas de seda o trajes a la medida; es decir, un público dispuesto a pagar por ellos. esto, sin duda, los fue colocando, frente a la sociedad yucateca, en una mejor posición que los coreanos. por mencionar sólo algunos ejemplos y para observar que este proceso tuvo lugar desde épocas muy tempranas del siglo xx o, sea, cuando los libaneses todavía no alcanzaban ese poder económico que los caracterizaría décadas después, encontramos en El Peninsular de junio de 1905, los anuncios de Jacobo simón sobre una “gran rebaja en los precios” en su tienda la competidora, describiendo detalladamente los productos que ahí se podían encontrar: calzado, camisetas, camisas, vestidos, encajes, toallas, telas, filipinas, medias, pañuelos, anillos etcétera. El Peninsular describe a sus propietarios como “activos y entretenidos comerciantes”. este establecimiento es “uno de los más importantes con que cuenta la colonia oriental en esta ciudad”.39 nicolás mena anuncia, igualmente, durante varios días de septiembre de 1905, el traslado de su establecimiento la mina de oro, en donde vendía calzado, telas, perfumes, polvos y jabones.40 la llegada de productos nuevos también era motivo de anuncios como el de nicolás simón, quien informaba sobre la llegada de los recién desempacados abrigos para niños en su establecimiento la importadora.41 en La Campana. Bisemanario de caricaturas y variedades, salomón Farah, que “no engaña á nadie y siempre se empeña en tener todo lo bueno”, anunció durante varios años su establecimiento la puntualidad.42 en algunas de sus ofertas se incluía una figura de mujer con un vestido muy elegante, evidenciando que podían ser proveedores de esa moda europea tan deseada por los yucatecos de clases medias y altas de la época. “la competidora”, El Peninsular, junio 7 y 9, 1905. “la mina de oro”, El Peninsular, septiembre 23, 25, 29, 1905. 41 “la importadora”, El Peninsular, febrero 22 y 23, 1905. 42 “la puntualidad”, La Campana. Bisemanario de Caricaturas y Variedades, mayo 17 y junio 17, 1911. 39

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lo liBA nés y lo coreA no en l A sociedAd y ucAtecA

por medio del estudio de las representaciones sociales se pueden “identificar los juicios, las valoraciones y las acciones que emprenden los sujetos en la vida cotidiana”, lo que ayuda a la construcción de un sentido común y de una identidad social (y. cuevas 2011, 16). en el trabajo de Fortuny y cáseres podemos leer que el contacto de los libaneses con la sociedad yucateca, en especial en la ciudad de mérida, resultó ser en un principio lleno de fricciones, puesto que se trataba de inmigrantes no deseados, que se articularon en las capas sociales más bajas, por lo que fueron marginados económica, social y políticamente (cáceres y Fortuny 1977, 92). sin embargo, a través del tiempo la inmigración de libaneses dejaría “una enorme huella” en los yucatecos, producto según Juan Francisco peón ancona, de una fuerte personalidad, “donde el árabe se imponía”. comenta que hay comidas árabes que “los yucatecos casi decimos que son nuestras como el kibi” (14 sep. 2012, entrevista) también está el caso de las cremas, mismas que se han hasta mestizado, por ejemplo la del chile xcatik. ¿cómo fue entonces el proceso en el que la sociedad yucateca pasó del rechazo a la aceptación de los libaneses al grado de reconocerles importancia en la construcción de la identidad yucateca? en efecto, Várguez pasos reconoce que por su irrupción en la economía y sociedad, este grupo “influye en la identidad de ciertos sectores sociales de este estado. en este momento, según el autor, cualquier análisis sobre la composición de la “identidad del yucateco” debe tomar en cuenta los elementos aportados por los sirio-libaneses” (2002, 831). en los trabajos de luis alfonso ramírez carrillo (1994, 451-486; 2000, 145-166) podemos ciertamente observar que no es posible de hablar de élites yucatecas sin tomarlos en cuenta. peón ancona cuenta haber tenido durante su vida mucha convivencia con este grupo étnico y lo describe como “gente buena”. nos dice que a los viejos que habían llegado a principios de siglo “a veces no se les entendía a pesar de que ya tenían cuarenta años acá” y que esa manera tan peculiar de hablar el español era 118

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producto de bromas y hasta tema en algunas de las representaciones del teatro regional yucateco (14 sep. 2012, entrevista). por lo que comenta Jorge cortés ancona, la sociedad yucateca habla mucho del mundo libanés. dice que se les reconoce incluso fisionómicamente y se refiere a alguna compañera que tuvo: “era muy llamativa, muy exuberante” (14 sep. 2012, entrevista). efectivamente, al poco tiempo de su llegada, los libaneses comenzaron a distinguirse en el imaginario yucateco por ser gente muy trabajadora. “mientras nosotros pasábamos el tiempo ahí jugando beisbol o futbol —cuenta Faulo sáchez— ellos estaban en sus tiendas trabajando […] no tenían esa libertad que nosotros teníamos del ocio” (19 sep. 2012, entrevista). se dieron a conocer por haber llenado el centro de la capital y de algunos pueblos del interior con sus negocios comerciales, porque como le decía su padre a Jorge cortés ancona: “todo turco tiene que tener una tienda, aunque no venda nada, aunque tenga allá tres o cuatro cositas, pero tiene que tener una tienda” (14 sep. 2012, entrevista). en este mismo sentido, peón ancona recuerda que “las principales tiendas de telas en mi infancia y en mi primera juventud eran de libaneses” (14 sep. 2012, entrevista). el papá de Jorge cortés ancona le contaba que al principio todos eran pobres, sin embargo “a base de trabajo” lograron un franco ascenso económico (14 sep. 2012, entrevista), lo que con el tiempo les permitiría una inserción social con los yucatecos de las clases medias y altas. en los pueblos también se destacaron por ser de los ricos, Faulo sánchez nos explica que en motul eso les permitió tener cierto prestigio social, lo que les fue facilitando las relaciones interétnicas. “don dito abraham era padrino de medio motul” (19 sep. 2012, entrevista). para el caso de la capital del estado, peón ancona nos explica que “poco a poco la sociedad de mérida, que era una sociedad muy exclusiva, muy difícil de ingresar a ella, los comenzó a aceptar” (14 sep. 2012, entrevista). en general se trató de un proceso que les tomaría algunas décadas. nuestros entrevistados coinciden en decir que en la ciudad de mérida la inserción social de los libaneses se consolidaría con la emblemática unión de la “casta divina” con la “casta beduina” 119

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de las familias casares y macari en los años cuarenta del siglo xx. la inserción se daría a tal grado que “las familias antiguas de mérida, todas estamos llenas de sobrinos libaneses”, dice peón ancona (14 sep. 2012, entrevista). a los entrevistados les resulta fácil y familiar referirse a las diferentes familias libanesas, hablaban de los Jorge, los dajer, los mansur, los abraham, los Kuri, los abud, etcétera. para Juan Francisco peón ancona, un aspecto clave de la inserción y, por supuesto, del asenso social libanés fue la educación de las siguientes generaciones. nos explica que en general eran migrantes que venían del interior del líbano, de una clase social baja, que fueron adquiriendo cierta educación en su nueva tierra y que se fueron “culturizando” en un sentido amplio, porque además de la preparación profesional también se preocupaban de tomar clases de piano, ballet, etcétera. este proceso lo notaron incluso los yucatecos del interior del estado (14 sep. 2012, entrevista). Faulo sánchez cuenta que, en motul, los hijos de los libaneses fueron los primeros en irse a estudiar la preparatoria a mérida (19 sep. 2012, entrevista). en términos de Bourdieu se trata de la reconversión del capital económico en capital escolar que con el tiempo les permitiría también capitalizarse cultural y socialmente. aparte de trabajadores, los libaneses también se dieron a conocer entre los yucatecos por ser usureros y por la práctica del contrabando. los de “confianza” podían ingresar en la trastienda para elegir entre telas, casimires, licores, laterías, productos, que según Jorge cortés ancona eran para clientes “de clase media para arriba” (14 sep. 2012, entrevista). los yucatecos también los relacionan con el juego clandestino llamado “la bolita”, por lo que este informante los describe como ludópatas, lo que para la sociedad regional constituyó “una contradicción, porque si son extremadamente cuidadosos de su dinero, ¿cómo era posible que también fueran derrochadores?” (14 sep. 2012, entrevista). Faulo sánchez cuenta que “perdían fortunas por esa afición que tenían al juego” (19 sep. 2012, entrevista). según ramírez carrillo, “la corrupción es intrínseca al proceso de acumulación de capital”, si bien la mayor parte de los libaneses no se ha dedicado a activi120

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dades ilegales, sí una buena parte de ellos ha estado relacionada con ellas (2002, 146-147). peón ancona nos dice, refiriéndose a los coreanos, que hay migrantes que no destacan, que no imponen su cultura de manera significativa (14 sep. 2012, entrevista). en general, observamos que en nuestros entrevistados no queda mucho de los coreanos, les resulta difícil reconocer algo de su cultura. incluso les tomó años en saber que el nombre de la cantina chemulpo del barrio de santiago en la ciudad de mérida, fue tomado de un puerto de corea, por lo que de alguna manera se relacionaba con esta inmigración. no saben con exactitud qué hacían ni el ámbito en el que se desenvolvieron luego de que se terminó el contrato con el que llegaron a yucatán. además de que les resulta bastante difícil identificarlos pues en el imaginario regional el coreano es igual al chino. en algunas de nuestras entrevistas nos resultó difícil traer al interlocutor hacia el tema de la inmigración coreana, puesto que se desviaban hacia los relatos relacionados con los chinos. el papá de Jorge cortés ancona le contaba que conoció en su niñez a un coreano que tenía una tienda en el centro de la ciudad de mérida y siempre aclaraba que no era chino sino coreano, hasta que se resignó a que le dijeran chino. en este sentido, cortés ancona nos explica que los yucatecos no podían entender qué diferencia había entre un chino y un coreano. “le decían chino al fin de cuentas por los rasgos, no por el origen, no por la nacionalidad. la gente no podía saber qué diferencia había, que son dos culturas distintas, que hablan idiomas distintos. nada de eso podía ser relevante” (14 sep. 2012, entrevista). por su parte, peón ancona tiene la idea de que “los coreanos se incorporaron enseguida con los naturales, con los mayas” y que los pueblos de yucatán están llenos de descendientes de coreanos, “que ahorita ya lo coreano les queda en su árbol genealógico por allá, lejitos”, pero que descendientes de coreanos hay muchísimos (14 sep. 2012, entrevista). aunque Jorge cortés ancona no pudo ubicar ninguno en tizimín, Faulo sánchez sí nos habló de la familia Kim, que vivía en motul, aunque dice que sus integrantes no se asumían como descendientes de corea121

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nos, “eran motuleños, eran yucatecos” (19 sep. 2012, entrevista), quizás expresando un deseo de integración. sánchez los conoció en su paso por la primaria y secundaria. recuerda a una muchacha “de ojos rasgados, chaparrita”, características a las que él y sus compañeros no le ponían mucha importancia (19 sep. 2012, entrevista). peón ancona los cataloga en un nivel social bajo, “nunca un coreano se casó con alguien conocido de mérida”. para él, la diferencia principal con los libaneses es que éstos últimos se preocuparon por sobresalir (14 sep. 2012, entrevista). Jorge cortés ancona coincide al decir que los coreanos no son tan visibles, pues se mezclaron más con la población y que “casi todos se han mantenido en un nivel de medio a bajo”. los únicos coreanos que ubica son los que se destacaron en el beisbol como crescencio park y sus propios alumnos, por ejemplo, Javier corona —quien es uno de los pocos descendientes de coreanos que se ha preocupado por rescatar la historia de esta migración— y una muchacha de apellido cervera chans, pero no le es posible ubicar a aquéllos de las primeras generaciones en ningún ámbito profesional. asimismo, nos dice que la de los coreanos fue una inmigración que vino por engaños, prácticamente como esclavos, para trabajar con una planta que no conocían, el henequén. en general, eran apreciados por los hacendados debido a ser trabajadores y fuertes (14 sep. 2012, entrevista). ninguno de nuestros tres entrevistados conoce platillo alguno de la cocina coreana. Jorge cortés ancona cuenta la experiencia de alguna alumna yucateca que, cuando se la ofrecieron, no la pudo comer. define la comida coreana como sabores muy extraños y en combinaciones que no son usuales, por lo que “es algo que nunca pegó” (14 sep. 2012, entrevista). consider Aciones finAles

hasta aquí hemos podido observar la huella que dejaron en yucatán dos migraciones que llegaron con modalidades migratorias diferentes para desempeñarse en actividades económicas 122

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también diferentes. las imágenes tan ambivalentes presentadas por los diarios de principal circulación en la península a principios del siglo xx sobre la inmigración de trabajadores coreanos, terminaron por difuminarse en el tiempo. al finalizar el contrato en 1909, muchos de ellos comenzaron a salir de yucatán y los que se quedaron iniciaron un proceso de mestizaje con la población maya, aunque castellanizando sus nombres y apellidos por razones de integración y de documentación. así se fue dando su asimilación cultural y su casi desaparición en medio del mundo maya. al contrario, la imagen de los libaneses en los diarios les permitiría ir consolidando su presencia social en yucatán, al anunciarse ante los lectores como proveedores de productos dirigidos a las clases medias y altas de la sociedad, demostrando estar en contacto con la moda europea. en cuanto al análisis del imaginario colectivo de estas dos migraciones, ciertamente nuestras entrevistas se limitaron al campo cultural en la medida en que se trata de personajes que de alguna manera conocen los procesos históricos de la región, los cuales evidentemente incluyen las migraciones extranjeras. sin embargo, podemos adelantar, derivado de nuestras investigaciones en otras localidades (como el municipio de motul), que las percepciones sobre los libaneses y coreanos aquí presentadas, se extienden mucho más allá del campo cultural emeritense. es decir, el imaginario de las personas sobre los pueblos del interior no difiere mucho de las que obtuvimos en la capital yucateca (dávila 2012). en cuanto a los coreanos, nuestros tres entrevistados coincidieron en decir que es muy poco lo que saben y señalan que su inmigración se confunde con la de los chinos. los relatos que nos hicieron sobre los libaneses resultaron ser, por el contrario, muy vastos. a los ojos de los yucatecos, la experiencia de integración de los libaneses fue radicalmente distinta a la de los coreanos, pues los primeros sí se interesaron y además fueron capaces de potenciar su capital económico, social y cultural, lo que les permitió el ascenso social, al punto de incorporar en sus vidas ciertos rasgos del habitus de las clases altas locales. con el

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tiempo, la reconversión de su capital social y su origen libanés se tornaron en una ventaja en las relaciones sociales, pues lograron incluso algo impensable para los fuereños: enlaces matrimoniales con las élites peninsulares.

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