Narrar el pasado en \'El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia\'

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Descripción

Literatura hispanoamericana contemporánea Dr. Bieke Willem


¿Cómo narrar el pasado?
El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia es la respuesta a sus propias preguntas


Al final de El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia, la voz narrativa se pregunta "¿cómo narrar la historia de mis padres?", "¿cómo recordarla?" y "¿qué lugar ocupar en esa historia?". Estos mismos interrogantes son importantes en numerosas expresiones artísticas de la generación de los llamados 'hijos' argentinos. Sin embargo, en el texto que analizaremos, el narrador literalmente expresa las preguntas en la obra con la cual intenta resolverlas. Este característico, la reflexión metaliteraria, es el hilo conductor que afecta todo El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia, tanto en su contenido como en su forma; que sea el género autobiográfico, el proceso de recordar el pasado o la manera de procesar los traumas del pasado, el narrador no deja de problematizar su propio texto. En lo que sigue, intentaremos explicar cómo se construye la obra de Pron y por qué se expresa de tal forma. Nuestro estudio no analizará algunos aspectos literarios y psicológicos sueltos, pero se construirá desde la base psicológica de la historia hasta la cima expresiva-artística de la forma del texto.
Comenzaremos por el análisis del trauma que ha subido el narrador, y lo ligaremos al pasado de sus padres. Así, relacionaremos el texto con el término posmemoria de Hirsch, y comentaremos los efectos psicológicos típicos de tal sensación en el narrador. La segunda parte de nuestro estudio parte de la posmemoria, y relacionará los sufrimientos postraumáticos del protagonista con las reflexiones sobre la redacción de una novela. El narrador problematiza constantemente la redacción de este libro, que tiene que escribir para procesar el pasado de su padre y sí mismo. Finalmente, parece que el libro El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia mismo es la novela de la cual habla el narrador, y que este libro mismo es la respuesta a sus preguntas metaliterarias. Así, analizaremos la perspectiva narrativa, las maneras de recordar y el tratamiento del género literario dentro del texto y veremos que la forma de la obra y las maneras de recordar el pasado son problematizados constantemente, como lo habría querido el narrador del libro mismo. De este modo, las tres preguntas del narrador (supra) son contestadas en y por el propio texto en lo cual figuran.

Trauma y posmemoria
En El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia, el narrador sufre un trauma que a primera vista tiene nada de extraño. En primer lugar, el traumatizado normalmente no recuerda el evento extremo, como es el caso con el narrador: su niñez, eclipsada por un ambiente de amenaza y angustia, parece ser un largo trauma, y el narrador sólo recuerda algunos momentos insignificantes. Lo que no recuerda es la sensación constante de incertidumbre, que también estaba presente en la casa, dónde pasaba mucho tiempo. El narrador explícitamente cuenta que "no recordaba ni quería recordar qué maldita cosa era una casa" y cuando retorna de Alemania, se siente unheimlich y "no sent[ió] que aquélla fuera [su] casa, esa vieja sensación de que un sitio determinado es tu hogar se había esfumado para siempre". Físicamente y mentalmente, el narrador se había alejado de su pasado y su casa, y de su trauma en general. Lo que distingue el caso de El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia de un trauma en el sentido original, es que el narrador parece haber tomado activamente la decisión de olvidar, y que el olvido del trauma no es una reacción instintiva de su mente y cuerpo; el narrador olvida porque se droga con pastillas.
Pese a los intentos de olvidar, los efectos de la herida mental persiguen inconscientemente al traumatizado: por ejemplo, como niño, el narrador tenía que andar en dirección opuesta al tráfico, y como adulto en Alemania sigue haciéndolo. Además de tales comportamientos inocentes, el efecto más radical del trauma y del olvido forzado de éste es la transformación del narrador en un ser ansioso y despersonalizado: "si la niebla que eran las pastillas se disipara por un momento para que yo pudiera saber quién era [...]" No quiere recordar, pero el trauma y sus efectos inevitablemente le acompañan: "contra todo intento por mi parte de eliminarlo", "la consecuencia de lo vivido era el miedo" y no "podía vivir por completo en el presente".
Finalmente, una vez que "las pastillas habían comenzado a acabarse y yo había descubierto entre sus papeles [de mi padre] la historia de los desaparecidos", el trauma, "ese fondo de terror que yo había deseado olvidado por completo", regresa. En este momento, el narrador toma consciencia de su pasado doloroso, lo que causa un segundo trauma: cae enfermo y sueña sobre sus miedos infantiles. Por ejemplo, en algunos de los sueños se torturan monos, lo que se explica por sus asistencias a matanzas de animales, que su padre jugaba necesaria para acostumbrarlo al terror.

El trauma del narrador se liga al pasado de su padre, que también está traumatizado por lo que había vivido: los padres habían luchado para desencadenar una revolución, pero perdieron la lucha, lo que los transformaba en personas vencidas y ansiosas, mientras que numerosos de sus amigos fueren secuestrados y matados. El narrador sufre de los mismos sufrimientos de pérdida y angustia, como una herencia psicológica. Este fenómeno se deja describir por el término posmemoria de M. Hirsch: según esta teoría, los descendientes de los que vivieron el evento traumático también heredan, entre otros, los efectos postraumáticos de sus ascendientes. En este caso, los padres vivieron el trauma que es la derrota de la revolución, y los hijos, con sus padres, suben los efectos postraumáticos, dado que han crecido en una atmósfera de decepción y angustia. Los efectos postraumáticos pueden, nuevamente, transformarse en un trauma para los que no vivieron el trauma original.

El narrador entiende que sufre tales efectos postraumáticos y quiere esforzarse a recordar, para finalmente procesar el trauma. Sin embargo, parece que las recuerdos que pasan por su mente no sólo son los suyos, sino que también heredó algunos de su padres.
También recordé la muerte de uno de los compañeros de mis padres, sobre que ellos me habían contado en una ocasión; eso había sucedido en enero de 1976 y había llevado a mi madre a esconderse [...]
O, para exprimirlo en las palabras del padre mismo, "la memoria se lleva en la sangre". Esta característica es clave en la posmemoria: la sociedad en que crecieron los hijos estaba llena de narrativas y imágenes sobre las experiencias poderosas y traumáticas de sus padres, pero estas experiencias eran tan fuertes y monumentales que, para los descendientes, parecen constituir recuerdos en sí mismos. Así, "[their] own belated stories [of the descendants] are displaced by the powerful stories of the previous generation". Otro efecto de la dominación de tales 'powerful stories' es la ignorancia de los hijos sobre su lugar y importancia en la historia traumática. En El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia, la generación previa había luchado heroicamente para una revolución, y la generación siguiente, como paralizada, se siente éticamente inferior: el padre del narrador, por ejemplo, había subrayado la frase "He peleado hasta el fin el bien combate, concluí mi carrera: conservé la fe"; por su parte, el narrador "también hubiera querido ese epitafio para [él]", pero piensa:
no había peleado realmente, y tampoco habían peleado los otros de mi edad; algo o alguien nos había infligido ya una derrota y nosotros bebíamos o tomábamos pastillas [...] como una forma de apresurarnos hacia un final tal vez indigno pero liberador en cualquier caso.
Se pregunta
qué podía ofrecer mi generación que pudiera ponerse a la misma altura de la desaparición gozosa y del afán de justicia de la generación que la precedió, la de nuestros padres. ¿No era terrible el imperativo ético que esa generación puso sin quererlo sobre nosotros?
La generación del narrador se siente vencida sin haber luchado. Esta sensación abatida que había caracterizado la niñez de toda una generación de hijos le impiden a vivir plenamente. Los hijos están atrasados por los efectos postraumáticos de traumas que no son suyos, y eclipsados por una lucha de sus padres que será inevitablemente superior a cualquier logro en sus propias existencias. La obra de Pron evoca muy bien estos dos pesos.

Para procesar el trauma y acabar con sus efectos, es necesario el "working-through": el enfermo tiene que recontextualizar el acontecimiento límite en su pasado, otorgarse una nueva identidad que incluye el evento trágico. Sin embargo, para los descendientes que "no vivieron directamente" el trauma, como vimos supra, es imposible recordar el acontecimiento. Por eso, necesitan formas originales y desviadas para recordar y contar su historia. Estas formas son sus trabajos de posmemoria: hablando de su pasado, que sobre todo es un pasado de la generación previa, pueden aliviar sus dolores. Como veremos en la parte B., El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia es tal obra.

¿Cómo recordar? ¿Cómo escribir?
El padre, como su hijo, sufre los efectos postraumáticos de un pasado trágico. Este pasado es parcialmente el mismo de su hijo, dado que no sólo incluye la revolución fallada, sino también la angustia en la sociedad argentina después de 1974. Hijo y padre son parecidos entre sí: ambos tienen mala memoria y ambos caen enfermo después del regreso de los recuerdos al trauma. Están "unidos en la derrota" de la revolución y en los efectos postraumáticos que ésta produjo en sus cuerpos. Para el 'working-through', el procedimiento de procesar el dolor, el padre estaba preparando la redacción de una novela sobre su pasado con textos y fotos, pero nunca la había podido iniciar. Cuando lo descubre el narrador, decide que quiere "llevar a cabo la tarea por sí mismo", y escribir la novela de su padre, lo que esencialmente es lo mismo que recordar y procesar el pasado de su padre, pero también de sí mismo, dado que en fondo, comparten el mismo trauma.
La pregunta central del narrador, a partir de esta decisión, es la siguiente: "¿de qué forma tengo que escribir esta novela, la novela del pasado de mi padre y mí mismo?" La respuesta parece ser la obra El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia misma: es un testimonio autobiográfico del narrador que cuenta cómo descubrió el pasado de su padre y de sí mismo, que se pregunta acerca de las maneras de recordar y escribir sobre esto, y que, reflexionando sobre maneras de escribir sobre su padre, escribe exactamente un texto sobre su padre. En otras palabras: el texto que el narrador quiere redactar sobre su padre y sí mismo, con los recuerdos vagos y los comentarios metaliterarios sobre cómo podría escribir sobre estos recuerdos, es el texto mismo del narrador. La obra, en algún sentido, es un self-fullfilling prophecy: la obsesión de recordar y procesar el pasado por la escritura se transforma en un texto concreto sobre estos dos temas. Así, la escritura terapéutica es paradójica: el traumatizado no deja de problematizar la escritura de su libro, pero al haciéndolo, escribe su texto.

Tiene como consecuencia que el texto se vuelve complicado, lleno de mise-en-abîmes y reflexiones metaliterarias. Sobre todo es el caso en cuanto a la forma del texto y las maneras de recordar: el narrador quiere crear, por razones que discutimos infra, un texto inestable que pone en duda las convenciones literarias, y el resultado, El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia, responde a esta (y su propia) exigencia. En lo que sigue, discutiremos la perspectiva narrativa en relación con las dudas metaliterarias y las maneras de recordar que propone y problematiza el narrador.

El género autobiográfico y las maneras de recordar
La obra de Pron se presenta como un testimonio autobiográfico que es el texto que el narrador habría querido redactar: un libro sobre el pasado de sí mismo y su padre, que ataca convenciones literarias y exige un esfuerzo del lector. En el relato, el narrador no deja de problematizar el propio género autobiográfico. Según el pacto autobiográfico de Philippe Lejeune, el autor-narrador-protagonista afirma automáticamente la existencia de una relación de fidelidad entre la realidad y los hechos narrados, pero en El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia el narrador sigue poniendo énfasis en el inverso, en la posible infidelidad de la relación entre vida y literatura. Los ejemplos abundan: "aunque quizá esto no haya sucedido realmente y todo haya sido un error o un engaño inducido por las pastillas [...]", o, al ver una foto de la iglesia de El Trébol:
mi padre alguna vez me había contado que mi bisabuelo paterno había subido a la antigua torre de la iglesia, que había sido dañada en un terremoto [...] para limpiarla de escombros con la finalidad de que pudiera ser reconstruida [...] pero en ese momento no pude recordar si mi padre me había contado la historia o si ésta era inventada, una extrapolación de un símil imaginario entre la delgadez de la torre y la de mi abuelo paterno [...]
La incertidumbre contínua se liga a la inestabilidad de los recuerdos, un tema que no es nuevo en los trabajos que problematizan el poder de la memoria. En El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia, además de las numerosas dudas sobre la fidelidad y la valor subjetivo de los recuerdos, el olvido de la memoria también se representa mediante la ausencia de ciertas cifras en la numeración de los fragmentos consecutivos. Así, el autor puede evocar la pérdida de recuerdos sin tener que llamarlos – lo que sería ilógica en un testimonio que se basa en recordar.
Esa actitud escéptica en cuanto a la memoria deja sin respuesta a la pregunta del narrador, '¿cómo recordar'? En diferentes momentos del relato, el protagonista propone maneras alternativas para responder a la pregunta. Cuando retorna a casa, todavía no tiene memoria de su pasado traumático, y busca maneras de "no olvidar" esta vez lo vivido. El narrador hace un inventario de todo lo que ve en la casa: en un lenguaje objetivo y descriptivo, enumera los títulos presentes en la biblioteca de sus padres. Recorre a una semejante estrategia cuando ayuda a su madre a cocinar y coge un bolígrafo para describir el "momento de felicidad compartida" para no olvidarlo, pero "todo lo que pude hacer fue apuntar la receta".
Por los intentos 'neutrales' de no olvidar, el protagonista parece a su padre que, recogiendo maniáticamente documentos oficiales y artículos que se repiten, quiere perpetuar la memoria a Alicia Burdisso. Paradójicamente, su obsesión lo impide recordar su trauma:
Era como si mi padre hubiera deseado descomponer el crimen en un puñado de datos insignificantes, en un montón de documentales notariales, descripciones técnicas y registros oficiales cuya acumulación le hiciere olvidar por un instante que la suma de todo ellos conducía a un hecho trágico, la desaparición y la muerte de un hombre [...] y que eso iba a hacerle pensar en la simetría entre la muerte de ese hombre y la de su hermana [...]
Además, los documentos oficiales, que deberían reflejar objetivamente la realidad para preservarla, son sujetos a las mismas desventajas que la memoria subjetiva: los artículos se contradicen y muchas partes son marcadas como [tachado] o [sic]. En general, parece que la debilidad principal de las formas neutrales y cuantitativas de recordar es la ausencia de una verdadera reflexión sobre el pasado. Se lo nota muy bien en el fragmento de la receta, dónde la lengua procidemental sólo preserva la realidad superficial, pero no admite la evocación afectiva del 'momento de feliz compartida'. El pasaje sobre la copia digital de una fotografía Alicia lo resume perfectamente: la obsesión de recordar objetiva y cuantitativamente causa finalmente el olvido.
Si [la copia] es ampliada una y otra vez, como lo ha hecho mi padre, el rostro de la mujer se descompone en una multitud de pequeños cuadrados grises, hasta que la mujer, literalmente, y detrás de esos puntos, desaparece.
Así, el narrador abiertamente problematiza la fidelidad de un testimonio subjetivo y retrospectivo (véase supra), pero estima aún más bajo los procedimientos objetivos de recordar.

La autoficción
La obra continuamente pone en duda la fidelidad del testimonio retrospectivo. En cuanto al otro lado del pacto autobiográfico, el pacto referencial, se recomienda precaución. Los datos biográficos – la nacionalidad, la edad, la profesión, la enfermedad del padre – corresponden perfectamente a la realidad y la identidad del escritor, Patricio Pron. Lo confirma en entrevistas y en el epílogo: la historia contada en la obra corresponde a la historia ocurida en su realidad. Sin embargo, parece mejor considerar a la historia real de Pron como el punto de partida o la inspiración de su texto, y que hay una diferencia más nítida entre el narrador y el autor de El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia. No hablamos, por eso, del 'autor-narrador-protagonista' de Philippe Lejeune.
Una obra como la de Pron, es decir, que se basa en un fondo biográfico real, pero que problematiza la relación con la realidad y el narrador, es una obra de autoficción:
Aunque la autoficción es un relato que se presenta como novela, es decir como ficción, o sin determinación genérica, se caracteriza por tener una apariencia autobiográfica, ratificada por la identidad nominal de autor, narrador y personaje.
Una obra de autoficción no se deja clasificar como un texto que pertenece a uno de los dos extremos literarios – un testimonio autobiográfico que es verdadero porque refiere a acontecimientos reales, o una narrativa ficticia y verosímil que no refiere a una realidad, pero dónde lo contado es creíble. Ya vimos que la obra de Pron rompe con las convenciones del primer grupo, el de los testimonios autobiográficos, sobre todo por su actitud relativista acerca de recordar y, más generalmente, acerca de 'la verdad' subjetiva. El autor además juega con el principio de verosimilitud que caracteriza el otro extremo, las obras de ficción. El fragmento siguiente es clave:
Como quiera que sea, aquel encuentro, que ocurrió realmente y que, por tanto, fue verdadero, puede leerse aquí sencillamente como una invención, como algo falso, puesto que, en primer lugar, en aquellos momentos yo estaba lo suficientemente confundido, y tan claramente preocupado que podía y puedo desconfiar de mis sentidos, [...]
En esta parte del fragmento, el narrador retoma el tema de de la infidelidad del relato: no deliberadamente inventa escenas y hechos, pero la memoria y los sentidos no son fiables. Por consiguiente, lo contado no necesariamente es lo que verdaderamente ocurrió, y lo contado puede considerarse como algo falso o ficticio. Su testimonio, por consiguiente, no automáticamente es verdadero.
[...] y, en segundo lugar, porque aquel encuentro, y casi todo lo que sucedió después, lo que yo vengo a contar, fue verdadero pero no necesariamente verosímil.
Si la memoria y los sentidos no se han equivocado, la historia sí puede ser verdadera y el lazo entre realidad y literatura no es ambigua. No obstante, la realidad verdadera a la que refiere la historia, "lo que yo vengo a contar", es increíble, y por eso no verosímil; en otras palabras,
"lo verdadero en literatura es sólo lo verosímil, y entre lo verosímil y lo verdadero hay una distancia enorme". Ataca la realidad misma: ésta sí es verdadera, pero a veces inverosímil, increíble. De esta manera, Pron no sólo pone en duda las relaciones entre los diferentes géneros dentro de la literatura como en la primera parte del fragmento, también rompe el muro "entre la escritura y la experiencia", lo que según Gasparini es típico de la autoficción.
Finalmente, un elemento radicalmente nuevo bajo esta perspectiva es la adición de Pron en el epílogo:
Mi padre creyó importante [...] hacer algunas observaciones con la finalidad de dar su visión de los eventos narrados y reparar ciertos errores; el texto que reúne esas observaciones, [...] se encuentra disponible bajo el vínculo [...]
Definitivamente el mundo externo y el texto se relacionan, porque la obra, llena de incertidumbre referencial, se prolonga en el mundo real, dónde el padre de Patricio Pron puede modificar la obra con especificaciones de su realidad.

Estas vacilaciones se ligan a la pregunta inicial, 'cómo escribir sobre mi padre': en primer lugar, el autor quiere romper con las convenciones literarias, como su padre lo había hecho con las convenciones sociales y políticas. En segundo lugar, como hemos argumentado en los párrafos supra, el narrador quiere confrontar el lector con los lazos entre la literatura y la realidad a la que refiere. Quiere evitar que
el lector pueda devolverse a sí mismo al mundo real con la convicción de que los crímenes […] permanecen encerrados entre las cubiertas de un libro y que el mundo de fuera del libro […] no debe ser cuestionado.
Y en tercer lugar, 'escribir sobre mi padre' implica también escribir sobre sí mismo. Cuando el hijo recuerda a su propio pasado, también recuerda el pasado de su padre: el narrador ha heredado su memoria. Por esto, la forma adecuada de escribir es el testimonio autobiográfico. Si la obra y la memoria son imperfectas, en que el narrador insiste constantemente, el padre mismo puede añadir y corrigir. Así, El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia es la novela de Patricio Pron, pero también de su padre.

Conclusión
Queda claro que El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia no se deja analizar fácilmente. La infidelidad entre texto y realidad, los comentarios metaliterarios y la forma heterogénea admiten diferentes interpretaciones; nosotros partimos claramente de la posmemoria, pero otras perspectivas pueden aclarar otros aspectos del texto.
Así, queremos notar que no pudimos analizar profundamente el fondo político de la obra. Por ejemplo, el narrador se pregunta abiertamente cómo podría crear un texto que respectaría la mentalidad idealista de su padre. El reflejo en el texto parece ser un fondo sutil que critica la desigualdad en la Argentina contemporánea, debida a las decisiones liberales tomadas en los años noventa. Por ejemplo, cuando el narrador ve un programa en que sólo los pobres son subtitulados, "yo me quedé pensando por un momento acerca de qué país era ése en el que los pobres debían ser subtitulados, como si hablasen una lengua extranjera". Otros estudios podrían interesarse en las largas descripciones de la clima política de los años setenta, o en la posibilidad de interpretar la decadencia de la familia Pron como un caso metonímico o alegórico que se extiende a la derrota de todo un país. A primera vista, parece que la obra de Pron no despolitiza la historia argentina, lo que contradiría las críticas de Beatriz Sarlo, pero lo que también podría demostrar que El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia no es típico en la lista de libros de posmemoria.
Incitamos otros lectores a continuar a estudiar el texto, dado que indudablemente se esconden numerosas capas, interpretaciones y referencias en El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia que no notamos. Las nuevas percepciones podrían abrir la posibilidad de una literatura de posmemoria nueva, una literatura subjetiva que, por alegoría o metonimia, se enfoca también en la historia y el futuro de la política argentina o que, como la obra de Pron, invita a reaccionar y corregir.

Sam Ooghe

Bibliografía

Alberca, M., "¿Existe la autoficción hispanoamericana?", Cuadernos del cilha, 7.8 (2005-2006): 115-127.

Gasparini, P., "La autonarración", Casas, Madrid, 2012: 177-209.

Hirsch, M., "Surviving images: Holocaust photographs and the work of postmemory.", The Yale Journal of Criticism, 14.1 (2001): 5-37.

Pron, P., "El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia", Mondadori, Barcelona, 2011.

Sabogal, W.M., "No hemos sabido administrar la esperanza", elpais.com, 2011, consultado el 22/11/2015, URL: http://elpais.com/diario/2011/07/02/babelia/1309565541_850215.html.

Tala, P., Migración, retorno y lenguaje en la narrativa latinoamericana de hoy: El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia de Patricio Pron, Literatura y Lingüística, 26 (2012): 115-133.
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P. Pron, El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia, Mondadori, Barcelona, 2011, p. 170.
Ibid., p. 16.
Ibid., p. 28.
Ibid., p. 39. Cursivas añadidas.
Ibid., p. 173-174.
Ibid., p. 145.
El trauma del padre se analiza más profundamente en la segunda parte del estudio.
"Postmemory most specifically describes the relationship of children of survivors of cultural or collective trauma to the experiences of their parents, […]". Hirsch, M., "Surviving images: Holocaust photographs and the work of postmemory.", The Yale Journal of Criticism, 14.1 (2001): 9.
Pron, P., op. cit., p. 20.
Hirsch, M., op. cit., p. 9.
Ibid., p. 39.
Ibid., p. 180.
El término cabe en la teoría de Dominique LaCapra.
Por la gran complejidad y la abundancia de dudas metaliterarias en el texto mismo, queremos notar que nuestras observaciones no son absolutas; el autor claramente exige un esfuerzo mental del lector, como el narrador también menciona, hablando del libro que quiere redactar: "un puzle inacabado que obliga al lector a buscar las piezas contiguas y después continuar buscando piezas hasta desentrañar la imágen" (Pron, op. cit., p. 143). Inevitablemente, el esfuerzo mental también implica una cierta libertad de interpretación.
Pron, P., op. cit., p. 39.
Ibid., p. 144.
Ibid., p. 25.
Ibid., p. 82.
P. ej.: en Ramírez Hoffman, el infame de Roberto Bolaño y Recuerdos de la guerra de Rafael Gumucio.
Pron, P., op. cit., p. 34.
Ibid., p. 40.
Ibid., p. 120-121.
Ibid., p. 140.
Sabogal, W.M., "No hemos sabido administrar la esperanza", elpais.com, 2011, consultado el 22/11/2015, URL: http://elpais.com/diario/2011/07/02/babelia/1309565541_850215.html.
Alberca, M., "¿Existe la autoficción hispanoamericana?", Cuadernos del cilha, 7.8 (2005-2006): 115-127.
Pron P., op. cit., p. 26.
Ibid., p. 27.
P. Gasparini, 'La autonarración', Casas, Madrid, 2012: p. 193.
Pron, P., op. cit., p. 198.
Tala, P., Migración, retorno y lenguaje en la narrativa latinoamericana de hoy: El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia de Patricio Pron, Literatura y Lingüística, 26 (2012): 131.
Ibid., p. 143-144.
Sarlo juga que el aumento de obras de posmemoria, que son subjetivas y íntimas, implica el olvido del fondo político de los traumas. Los textos despolitizarían la historia.
En su epílogo, Pron escribe que pretende provocar reacciones con su libro. Pron, P., op. cit., p. 198.

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