Narcoperiodismo. El oficio moral de informar Octubre 2011. N. 226

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NARCOPERIODISMO EL OFICIO MORTAL DE INFORMAR J

A.S.M.

escubren t rei nta y seis cadáveres en una casa de la muerte y el forense pide a los periódicos que no publiquen su nombre ni su cara . Una información omite el nombre de un banco que colabora con una banda de secuestradores. Un sa cerdot e da un sermón y da nombres de personas relacionadas con la industria de la droga; los periódicos reproducen el sermón pero no los nombres. Un diario anuncia que reclutará estudiantes y que ofrecerá una buena remuneración, pero en realidad se trata de an uncios pagados por narcos que buscan conductores que transporten cargamentos a Estados Unidos. Se amenaza a los periodistas con plantar droga en sus casas si informan de las extorsiones a la población . Son los gajes del oficio con los que hoy puede toparse un periodista m exica no, descritos con maestría en Ciudad del crimen (Debate), de Charles Bowden. La ciudad a la que se refiere el título es Ciudad Juárez, la misma en la que el editor de un diario local estima que su publicación informa de apenas el 15 por cient o de lo que sucede . En esta capital del caos es donde el periodist a est ado unidense nos ofrece in situ su impagable crónica del infierno en que se ha convertido la vida para todos sus habita ntes, sin dist inción de clase, edad o profesión. El autor nos habla de dos Méxicos : el que retrata la prensa de Est ados Unidos, un lugar donde el Gobierno de Felipe Calderón libra una valiente guerra cont ra el mundo de la droga, un lugar con periódicos, t ribunales y leyes; y el México rea l, donde todos quieren sacar tajada del dine ro de la droga, y donde a los periodistas o se les asesina o se les soborna.

O

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Octubre 2011

Bowden explica que si un periodista gana 100 dólares a la semana, todos los lunes llega un hombre que representa a la Policía, al Gobierno, a los pa rt idos políticos y a los jefes de la droga y le da "el sobre',' una suma para cada reportero que triplica o cuadriplica su salario. "Los periódicos mexicanos bailan alrededor de la verdad porque, primero, los corruptos que son ricos y poderosos controlan lo que puede publicarse, y, segundo, cualquier pe-

En el México real todos quieren sacar tajadá del dinero de la droga, y a los periodistas o se les asesina o se les soborna riodista con la honestidad suficiente para publicar la verdad se muere',' sosti ene con rotundidad . Con un goteo narrativo que no cesa, en pocas líneas Bowden describe cada asesinato en t oda su arbit rariedad , crudeza e impunidad. La prensa mexicana refleja el silencio y la desprotección que se ha adueñado de unos ciudadanos capaces de no reclamar los cadáveres de sus fam iliares por m iedo a las represalias. No menos incalculable es el valor de las crón icas sobre el terreno que la periodista Judith Torrea ha ido colgando en su blog desde f ina les de 2009, recopiladas en el libro ganador del Ortega y Gasset de Periodismo 2010, Juárez en la sombra (Agui la r) La mexicana nacida en Navarra abandonó el glamour y la situación cómoda que disfrutaba en Manhattan para contar lo que sucede en su Juaritos con una cercanía sólo al alcance de quien vivió en la ciudad fronteriza durante

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nueve años y siente la llamada del compromiso, los gritos de dolor de la ciudad que, según afirma orgu ll osa , le enseñó a v ivir. "A lo único a lo que tengo m iedo en la vida es a no hacer lo que sien to que debo hacer'; afirma en el primer capítulo de un libro que continúa con la actualización permanente de su rincón de independencia en Internet, juarezenlasombra.blogspot.com .

Tod os están e n el ajo En el terreno de la ficción, cabe destacar la obra más reciente que el mexicano Luis Humberto C rosthwa it~. considerado el precursor de. la narconovela -etiqueta de la que reniega- , presentó en España en el marco de la Semana Negra de Gijón . En Tijuana. Crimen y olvido (Tusquets), Crosthwaite se vale de la técnica period ística y de elementos narrativos de la f icción policíaca para reconst ruir el rompecabezas de la desaparición de una pareja de period istas que se nos presenta como verídica. La frust ración a la que le llevan los muchos interrogan tes de su investigación se va apoderando del autor, que desca rga toda su impotencia en el personaje de un siniestro ex policía, encarnación de los males de un país en el que todos están en el ajo: el ejército (fina nciado por Estados Unidos), el Gobierno, la Policía, los cárteles y las bandas. "Ahorita, la única respuest a en México es que no hay respuestas'; declaraba Crosthwaite a LEER . El mismo día que presentaba su li bro se denunciaba la desaparición de la periodista veracruzana del diario Notiver Yolanda O rdaz . La periodista aparecería decapitada dos días después, el 26 de julio. La muerte el 25 de agosto de Millán Salazar, director y editor del diario digital A Discusión, eleva a 72 el número de periodistas asesinados desde el año 2000. @

YAKUZAS SIN FRONTERAS A.S.M.

al y como señala el texto de presentación con el que arranca Yakuza, el magnífico filme de Sydney Pollack, la kana japonesa para la palabra que denom ina con perverso orgullo al crimen organizado nipón contiene los números ocho (ya), nueve (ku) y tres (za), la peor mano en el juego de naipes Oicho-Kabu. Los autores de Crimen.org (Ariel, 2010) distinguen dos relatos sobre su origen. Ambos datan del período Tokugawa, dominador de Japón entre 1603 y 1867. Según el primero, los yakuza provendrían de los Bakuto y los Tekya, dos clanes de la era feudal compuestos por jugadores profesionales y vendedores ambulantes. La otra versión los vincula con la unif icación del país en el siglo XVI I que provocó la desmilitarización de medio millón de samuráis, que vagaron como ronin (mercenarios, samuráis sin amo) y acabaron por unirse a otros marginados de la sociedad, traficantes, jugadores profesionales y violentos. Su orie~tació n política ultranacional ista, conse rvadora y anticomunista les ha permitido una relación estrecha con los políticos conservadores, en el poder casi de forma ininterrumpida desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Aunque tradicionalmente se ha vinculado a la yakuza con delitos como la prostitución, el tráfico de drogas, el juego y la extorsión, el grupo ha ido ampliando el espectro de sus actividades criminales al blanqueo de dinero, la corrupción política o la especulación inmobiliaria . Participan activamente en la trata sexual de mujeres procedentes de Ch ina, el Sudeste asiático, Rusia, Fili pina s y Latinoamérica. Los boryokudan (violentos) operan a nivel internacional y su presencia destaca en Estados Unidos (Hawai y California), Australia y toda Asia . El origen humilde y el hecho de presentarse como los va ledores de l bushido o cód igo de

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honor samurái ha permitido a la yakuza gozar de un prestigio social que la distingue de otro tipo de crimen organizado. El escritor Manabu Miyazaki, hijo de un ex jefe de la yakuza de Kioto y autor de un centenar de libros sobre la yakuza, aseguraba, después de que la organización criminal prestara ayuda a los damnificados del terremot o del 11 de marzo, que los integrantes de esta mafia "son marginados de la sociedad que han sufrido y sólo están intentando ayudar a otros que tienen problemas''. Otros, como el periodista Tomohiki Suzuki, ven en esta solidaridad una artimaña que les haga ga nar inmunidad fren te a la Policía y que les permita posicionarse en la carrera por los contratos de la reconstrucción. Amenazas de muerte

"En t iempos de crisis no hay yakuza ni civiles ni extranjeros'; explicaba tras la tragedia un jefe yakuza a Jake Adelstein, periodista estadounidense experto en la Mafia y autor del alabado Tokyo Vice. An american reporter on the Po/ice beat in Japan (Vintage, 2010). Esta investigación de los bajos fondos de Tokio, fruto de sus más de diez años de reportero para el periódico Yom iuri Shinbun, le ha valido varias amenazas de muerte a Adelstein, primer gaijin (extranjero) estadounidense en trabajar para un periódico japonés como reportero en lengua japonesa. El libro fue editado en inglés (no se prevé por el momento ninguna edición en español) después de que fuera rechazado por las editoriales japonesas. El periodista

Presentarse como valedora del código de honor samurái ha permitido a la ''yakuza" gozar de cierto prestigio social 25

pronto presenta rá su segundo t rabajo sobre el tema, The last yakuza. A lifetime in the japanese underworld, la biografía de un jefe yakuza con la que el autor ana li zará el auge y la caída del hampa nipona en los últ imos t reinta años . La decadencia yakuza es un hecho. La Policía japonesa cifraba en 185.000 los boryodukan en el año 1963, un número que ha caído hasta los 80 .000 de la actua lidad. La lucha contra la impunidad comenzó en 1992, cuando Japón aprobó una ley que cast igaba a las empresas que mantuvieran lazos con la organización y se creó el Centro Nacional de Eliminación de los Sindicatos del Crimen, que ofrecía asesoramiento a las empresas a f in de evitar mezclarse con la organización criminal. En 2008 el Parlamento nipón aprobó un endureci miento de la ley contra los grupos violentos, y ese mismo año varios individuos denunciaron a los mafiosos ante la ley, ent re ellos ocho personas que fueron víctimas de un atraco de la yakuza, en un acto hast a entonces inédito en Japón. La ruptura del valor yakuza tradicional, "Katagi ni Meiwaku wo kakenai" (" No molestamos a los ciudadanos comunes") por el Kodo-kai, una facción especialmente violenta de l sindicato del crimen más poderoso, el Yamaguchi-gumi, ha sido clave en el cambio de la percepción social del crim en organizado japonés. A fi nales del año pasado, la Pol icía arrestó a KiyoshiTakahashi, presunto líder de Kodokai y considerado como el jefe de la Yamaguchi-gumi. La firme actuación del jefe de Policía Ta kaharu Ando está siendo clave en la guerra contra un grupo criminal que hasta hace bien poco estaba completamente integrado en la vida pública, y que tenía la consideración según la ONU de un "ejército popular de autodefensa contra agresores y saqueadores'.' @

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