Musica y Atencion efectos del entrenamiento Medinay Barraza2015

June 15, 2017 | Autor: David Medina | Categoría: Music, Education, Attention, Psicología
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Descripción

UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN FACULTAD DE ARTES Y EDUCACIÓN FÍSICA DEPARTAMENTO DE MÚSICA

MEMORIA DE TÍTULO:

ATENCIÓN A LA MÚSICA: EFECTO DE LA PRACTICA MUSICAL SOBRE LA EFICIENCIA DE PROCESOS ATENCIONALES

MEMORIA PARA OPTAR AL TITULO DE PROFESOR EN EDUCACIÓN MUSICAL

AUTOR

: DAVID MEDINA OLLARZÚ

PROFESOR GUIA: CRISTHIAN URIBE VALLADARES CO-TUTOR : PAULO BARRAZA RODRIGUEZ

SANTIAGO, MARZO DE 2015

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AGRADECIMIENTOS

Quisiera entregar mi más profundo y sincero agradecimiento a todos aquellos que hicieron un aporte para el logro de esta investigación. Principalmente agradezco a Paulo, por entender que somos personas antes que títulos, por su eterna paciencia y su ayuda desinteresada, un maestro que supo respetar el proceso. Al Profesor, Dr. en Teoría e historia del arte, mención musicología, Cristhian Uribe Valladares, por presentarme al Profesor, Dr. en Psicología Paulo Barraza Rodríguez, y darme el pase y su apoyo para iniciar este proyecto. A los 41 participantes del estudio, quienes a cambio de las gracias entregaron tiempo de su vida sin siquiera conocerme. Al Conservatorio de la U. Austral, en particular a su director Wladimir Carrasco y a Victor Cumién, quien facilitó amablemente los laboratorios de la UACH. A Patricio Saavedra, quien facilitó amablemente el laboratorio de la UMCE. A los que creyeron que me pasé estos dos años de vago y a los que creen que es necesario tener un Magister para generar conocimiento, aquí un tapabocas. Sin todos ellos, nada de lo aquí presente hubiese sido posible, son el alma de este trabajo. Finalmente, agradecer al Universo por la curiosidad, por la existencia en el presente y por seguir descubriendo los sucesos del futuro, y al amor universal que me permitió caminar junto a toda esta gente en pos de desenmarañar parte de los secretos de nuestros universos internos. El que busca encuentra, el que la sigue la consigue.

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INDICE

Resumen

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Introducción

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1.- Antecedentes Teóricos y Empíricos 1.1.- ¿Puede la práctica musical modificar el cerebro e influir sobre el desarrollo de funciones cognitivas?

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1.1.1.- Práctica musical y cambios cerebrales estructurales

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1.1.2.- Práctica musical y su efecto sobre funciones cognitivas

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1.2.- ¿Qué es la atención?

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1.3.- Redes Atencionales: características tipológicas y anatómicas

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1.3.1.- Red de Alerta

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1.3.2.- Red de Orientación

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1.3.2.- Red de Control Ejecutivo

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2.- Objetivos e Hipótesis

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2.1.- Pregunta de Investigación

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2.2.- Objetivos

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2.3.- Hipótesis

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3.- Metodología

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3.1.- Diseño

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3.2.- Participantes

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3.3.- Estímulos

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3.4.- Procedimiento

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3.5.- Adquisición de datos

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3.6.- Análisis de datos

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3.7.- Análisis Estadístico 4.- Resultados

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4.1.- Porcentaje de Acierto y Tiempos de Respuesta

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4.2.- Eficiencia de Redes Atencionales

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4.3.- Análisis de correlación entre redes atencionales para cada grupo

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5.- Discusión

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5.1.- Más rápidos, igualmente precisos: Efectos de la práctica musical en los tiempos de respuesta y porcentaje de aciertos

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5.2.- Distracción bajo control: Efecto de la práctica musical sobre la red atencional de control ejecutivo

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5.3.- Preparación para la acción: Efecto de la práctica musical sobre la red atencional de alerta

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5.4.- Atentos y orientados: correlación entre red atencional de alerta y red atencional de orientación

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5.5.- Música, Atención y Educación: rompiendo el mito de un saber prescindible

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5.6.- Limitaciones

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6.- Conclusiones

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Referencias

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Anexos

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RESUMEN Los hallazgos en neurociencia han revelado que el entrenamiento musical modifica el cerebro. Específicamente, se ha observado que el cerebro de los músicos posee regiones cerebrales perceptuales y motoras más desarrolladas que una persona sin entrenamiento musical. Además, se ha reportado que la práctica musical mejora el rendimiento de diversas funciones cognitivas como la memoria y procesamiento viso-espacial, entre otras. No obstante los interesantes beneficios de la música en la cognición humana, aún se desconoce si el entrenamiento musical tiene efecto sobre la atención, una función cognitiva clave para el aprendizaje. El objetivo de esta investigación es aportar evidencia en relación a cuál es el efecto que tiene la práctica musical sobre tres subsistemas atencionales, a saber, las redes atencionales de alerta, orientación y control ejecutivo. Para esto se comparó a músicos pianistas profesionales adultos con profesionales no-músicos, mientras realizaba una tarea cognitiva, especialmente diseñada para evaluar por separado las tres redes atencionales antes mencionadas. Se hipotetizó que los músicos tendrían una red atencional de control ejecutivo más eficiente que los sujetos del grupo control, y además que serían más rápidos contestando la tarea. Los resultados confirmaron las hipótesis demostrando que los músicos tienen un mayor control inhibitorio sobre estímulos distractores que los sujetos del grupo control, lo que se traduce en una mejor focalización de la atención sobre la tarea en ambientes con estímulos intervinientes irrelevantes. Además los músicos fueron más rápidos en responder, sin por ello perder precisión en sus respuestas, lo cual indica en términos generales que los músicos poseen un procesamiento atencionales más eficientes que los sujetos del grupo control. Adicionalmente, se encontró que los músicos, en comparación a los sujetos control, tienen un mejor nivel de alerta atencional, cuando son alertados por claves horizontales paralelas. Este hallazgo inesperado resulta interesante por cuanto podría ser un indicador de cómo la experiencia musical en la lectura de partituras tiene un efecto concreto sobre el estado de alerta atencional de pianistas. Se concluye que la práctica musical tiene un afecto sobre la eficiencia de las redes atencionales. Se espera que los hallazgos de esta investigación puedan ser un aporte en el ámbito educacional, por cuanto constituyen un argumento empírico para el desarrollo de programas de entrenamiento musical tendientes al mejoramiento de la atención en contextos educativos. 7

INTRODUCCIÓN

“Nada afecta tanto al cerebro como la música” – Stefan Koelsch –

La música es una de las pocas prácticas humanas que puede modificar profunda y permanentemente, en cortos periodos de entrenamiento, nuestro sistema nervioso. Las personas que han estudiado música o instrumentos musicales han desarrollado habilidades cognitivas que difícilmente se podrían obtener con otras disciplinas. Esto se explica en parte por la integración de diversas funciones cognitivas durante la práctica musical. Por ejemplo, cuando se interpreta o estudia un instrumento se realizan muchas tareas en forma simultánea, a saber, destreza para mover los dedos por el instrumento con precisión y fuerza, oír al resto de los músicos y/o a uno mismo, identificar las secciones sonoras, leer una partitura o improvisar, etc. Todas estas tareas implican habilidades percepto-motoras de alto nivel que se deben integrar de forma transitoria en el tiempo. Junto a lo anterior, un creciente número de estudios han reportado que la práctica musical también potencia habilidades como la memoria verbal (Jakobson et al., 2008), procesamiento viso-espacial (Stoesz et al., 2007), control inhibitorio (Bialystok & DePape, 2009), entre otras. De particular interés para la educación, también se ha observado que la práctica musical favorece el desarrollo de habilidades matemáticas (Schmithorst & Holland, 2004), de lectura (Moreno et al., 2009) y pensamiento creativo (Gibson et al., 2009). No obstante los numerosos beneficios que tiene la música sobre el desarrollo cognitivo, aún no existe clara evidencia de si acaso la práctica musical tiene efectos sobre la atención, una función cognitiva fundamental tanto para el aprendizaje en general, y por extensión para la educación. Tradicionalmente la atención es entendida como un mecanismo cognitivo que nos permite captar, focalizar, orientarnos y realizar esfuerzo cognitivo sobre los estímulos que son relevantes para resolver una tarea, descartando al mismo tiempo aquellos irrelevantes (Gazzaniga & Heatherton, 2002). Actualmente se sabe que la atención no es una sola función, sino que está subdividida en diferentes tipos. Posner & Petersen (1990) proponen que existen tres tipos de subsistemas atencionales, independientes pero relacionados funcionalmente, estos son: Alerta, Orientación y Control Ejecutivo. La red de alerta estaría 8

encargada de “ponernos atentos” ante los estímulos del medio, la red de orientación “nos enfocaría” sobre aquello estímulos que nos llaman la atención, y la red de control ejecutivo “filtraría” los estímulos del medio para mantenernos atentos sobre los importantes ignorando los distractores. Considerando las funciones que cumplen estas redes atencionales, se puede establecer que estas son fundamentales para el aprendizaje y la educación, por lo tanto cualquier acción que pudiera mejorar el operar de estas redes tendría un beneficio adicional en procesos de aprendizaje en contextos educativos (Tang & Posner, 2009). El presente trabajo de tesis se enfoca en estudiar de manera conductual cuáles son los efectos que la práctica musical pudiera tener sobre estas redes atencionales, para posteriormente discutir los resultados a la luz de sus alcances en educación. En términos metodológicos, se evaluará la eficiencia del procesamiento atencional de un grupo de pianistas adultos con estudios profesionales en conservatorio, en comparación a un grupo de adultos profesionales no-músicos. Para evaluar el procesamiento atencional, se utilizará una tarea cognitiva que permite estudiar por separado los efectos de la práctica musical sobre la red atencional de alerta, orientación y control ejecutivo. Se hipotetiza que los músicos profesionales tendrán un mejor rendimiento en tareas que involucren el uso eficiente de la red atencional de control ejecutivo, además de ser más rápidos y acertados en sus respuestas durante el experimento. Los hallazgos de esta investigación resultan relevantes tanto en el plano teórico como práctico. En términos de conocimiento teórico/empírico, no existen antecedentes previos que vinculen el estudio de las redes atencionales de alerta, orientación y control ejecutivo con la práctica musical. En consecuencia, esta investigación puede aportar nueva evidencia acerca de cómo el entrenamiento musical sistemático afecta los procesos atencionales, además de apoyar toda una línea de estudios que propone a la música como un modelo de neuroplasticidad (Münte et al., 2002). En términos prácticos, se espera que los hallazgos obtenidos con esta investigación sean un fuerte argumento en contra de la visión instalada en la educación chilena, acerca de la música como un saber prescindible. Demostrar científicamente que el entrenamiento musical tiene un efecto positivo en procesos atencionales, resulta crucial para abrir el debate acerca del rol de la educación musical en la educación formal y sus potenciales aplicaciones. 9

El presente trabajo de tesis se ha estructurado de la siguiente manera: En el capítulo uno se presentan los antecedentes teóricos que fundamentan el problema de investigación. Se exponen algunos hallazgos desde las neurociencias cognitivas acerca de cómo la práctica musical modifica estructuras y funciones cerebrales, además de analizar el correlato neuronal de la atención expresada en las subredes de alerta, orientación y control ejecutivo. Cabe destacar que los hallazgos experimentales que se presentarán a continuación, no son una lista exhaustiva de lo que actualmente existe en el campo, sino más bien son una muestra representativa de las tendencias en relación con el tema. En el capítulo dos se describe la pregunta, objetivos e hipótesis de investigación. El capítulo tres presenta la metodología empleada en el experimento. Se destaca el uso de la tarea denominada “Test de Redes Atencionales” (ANT, sigla en inglés) (Fan et al., 2002), para evaluar conductualmente las tres subredes atencionales antes descritas. En el capítulo cuatro se presentan los resultados experimentales. En capítulo cinco de realiza una discusión de los resultados a la luz de los hallazgos experimentales existentes. Finalmente en el capítulo seis se muestran las conclusiones generales de la presente investigación.

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CAPÍTULO I: ANTECEDENTES TEÓRICOS Y EMPÍRICOS

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1. ANTECEDENTES TEÓRICOS Y EMPÍRICOS

1.1 ¿Puede la práctica musical modificar el cerebro e influir sobre el desarrollo de funciones cognitivas?

1.1.1 Práctica musical y cambios cerebrales estructurales

Numerosos estudios han demostrado que la práctica musical sistemática modifica, de forma permanente, estructuras cerebrales. Gaser & Schlaug (2003) compararon la estructura cerebral de pianistas profesionales con personas sin entrenamiento musical. Sus resultados revelaron que los músicos tenían un mayor tamaño de regiones cerebrales motoras, auditivas y viso-espaciales (Fig. 1).

Figura 1. Diferencias cerebrales entre músicos profesionales y no-músicos. En rojo se marcan las áreas motoras y auditivas que mostraron ser diferentes entre músicos y no-músicos (Extraído de Gaser & Schlaug, 2003).

En cuanto a la especificidad de los cambios en áreas auditivas, Schneider et al., (2002) encontraron que existe un mayor tamaño del área auditiva primaria (Fig. 2) en los músicos profesionales en comparación con adultos no-músicos. Interesantemente, este aumento de tamaño también correlacionó con el puntaje obtenido por los sujetos en una tarea de discriminación de tonos, siendo los músicos más finos al distinguir pequeñas desafinaciones en melodías cortas. 12

Figura 2. Representación del área auditiva primaria (azul) y secundaria (verde) (Recuperado y modificado de http://www.cns.nyu.edu/~david/courses/perception/lecturenotes/localization/localization.html).

En línea con lo anterior, Bermudez et al., (2009) encontraron que, en comparación con adultos no-músicos, los músicos profesionales (con y sin oído absoluto) presentaban un aumento en el tamaño de las cortezas auditivas secundarias (Fig. 2), con una mayor representación en el hemisferio derecho. Se observó también que lo músicos presentaban áreas de la corteza frontal más desarrolladas que los no-músicos, como la corteza prefrontal dorsolateral (Fig. 3), región del cerebro que se asocia habitualmente con funciones ejecutivas como la memoria de trabajo.

Figura 3. Representación de la corteza prefrontal dorsolateral (Recuperado y modificado de http://www.psych-it.com.au/Psychlopedia/article.asp?id=191).

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Junto a las regiones auditivas, las áreas motoras también se ven fuertemente estimuladas por el entrenamiento musical instrumental. Elbert et al., (1995) estudiaron la representación cerebral de los dedos en instrumentistas de cuerdas (violinistas, cellistas y guitarristas) versus no-músicos. Su estudió reveló que los cuerdistas poseían una mayor representación cerebral de los dedos de su mano izquierda en la corteza motora primaria (Fig. 4), con excepción del dedo pulgar que no tiene rol activo en la ejecución.

Figura 4. Representación del área motora primaria. En detalle regiones especializadas para dedos, pulgar, labios y lengua (Recuperado y modificado de http://opentextbc.ca/introductiontopsychology/chapter/3-2-ourbrains-control-our-thoughts-feelings-and-behavior/.).

Amunts et al., (1997) compararon las áreas motoras primarias de las manos, determinadas por la longitud del surco precentral, entre músicos profesionales pianistas y no-músicos. A través de resonancia magnética se pudo observar que los músicos presentaban una mayor longitud en ambos lados del surco, incluso mayor en el hemisferio derecho, resultando con ello una menor asimetría inter-hemisférica. También Kleber et al., (2010) realizaron una comparación de estructuras cerebrales entre músicos cantantes y nomúsicos, encontrando que los primeros tienen mayores representaciones de laringe y boca en la corteza somatosensorial. Esto demuestra que la plasticidad inducida por el entrenamiento musical es altamente específica y dependiente de la actividad que se realiza. En cuanto al procesamiento viso-espacial, Hutchinson et al., (2003) observaron que, comparado a adultos no-músicos, pianistas clásicos profesionales presentaban un 14

significativo aumento del volumen de materia gris en la región parietal superior (Fig. 5), área del cerebro que juega un importante rol en la integración multimodal de información sensorial visual, auditiva y somatosensorial.

Figura 5. Representación en amarillo del lobo parietal superior, área asociada a la integración multisensorial (Recuperado y modificado de http://en.wikipedia.org/wiki/Superior_parietal_lobule).

También se ha observado que la práctica musical puede modificar regiones vinculadas con el lenguaje. Sluming et al., (2002) realizaron un estudio en el que comparó estructuras cerebrales en músicos de la “British symphony orchestra” (cuerdistas y vientistas) versus personas no-músicos. En este estudio se comparó el área de Broca (Fig. 6), región del cerebro asociada típicamente con aspectos motores del lenguaje hablado. Los resultados revelaron que los músicos de la orquesta sinfónica presentaban una mayor densidad y volumen de materia gris en el área de Broca.

Figura 6. Representación en azul del área de Broca, área asociada principalmente al lenguaje expresivo (Recuperado de http://www.freezingblue.com/iphone/flashcards/printPreview.cgi?cardsetID=149871).

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Los resultados presentados hasta aquí revelan cómo la práctica musical sistemática, conducida por años, modifica profundamente el tamaño de diferentes estructuras cerebrales. Este cambio de tamaño de estructuras cerebrales resulta relevante dado que se traduce en una mayor densidad en la conectividad neural de estas regiones, y consecuentemente en un funcionamiento más eficiente. Dada la importancia de estos hallazgos, actualmente se realizan estudios para determinar cuál es el período mínimo de entrenamiento musical necesario para generar cambios a nivel cerebral, con el objetivo de desarrollar programas de entrenamiento musical en contextos educativos. Al respecto, Lappe et al., (2008) demostraron que solo 2 semanas de práctica musical bastan para generar modificación a nivel cerebral. Específicamente, en su estudio tomó dos grupos de adultos no-músicos y entrenó musicalmente a uno de ellos por dos semanas. Específicamente, un grupo fue entrenado con integración sensorio-motora, es decir, les enseñaba a tocar una secuencia en el piano, mientras que el otro grupo solo los entrenaba auditivamente, es decir, escuchaban y hacían juicios sobre la música interpretada por el primer grupo. A ambos grupos se le realizaron pruebas de neuroimagen antes y después del entrenamiento. El estudio reveló diferencias significativas entre grupos, indicando que la representación musical en la corteza auditiva de los sujetos sometidos a la práctica audio-motora mejoró en comparación a los sujetos que recibieron solo entrenamiento auditivo. Finalmente, es importante señalar que los cambios estructurales parecen ser mucho más fuertes y notorios cuando el entrenamiento musical ha comenzado a edades tempranas. Al respecto, Schlaug et al., (1995a) comparó el volumen del cuerpo calloso de músicos y no-músicos, observando que los músicos tenían en general mayor volumen de la región anterior del cuerpo calloso (Fig. 7). Esta diferencia de tamaño era notablemente significativa cuando se trataba de músicos que habían iniciado sus estudios antes de los 7 años de edad. La medida del cuerpo calloso es un buen indicador de la coordinación interhemisférica, ya que es una medida de la cantidad de conexiones que cruzan la línea media de un hemisferio al otro (Ruiz & González, 2005).

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Figura 7. Corte de cerebro donde se puede observar el cuerpo calloso uniendo ambos hemisferios (Recuperado de http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/esp_imagepages/8753.htm).

Los estudios revisados en esta sección demuestran que la práctica musical modifica, de forma permanente, estructuras cerebrales relacionadas con el instrumento que se ejecute. Esto revela la especificidad de los cambios generados por el entrenamiento musical sobre la conectividad cerebral. Además, se ha establecido que no se necesita demasiado tiempo de entrenamiento para empezar a generar cambios, ya que bastarían dos semanas de práctica sistemática para notar modificaciones. A continuación se analizará el efecto que la práctica musical tiene a nivel funcional, indagando analizando el efecto que tiene sobre funciones cognitivas tan relevantes como percepción, memoria y funciones ejecutivas.

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1.1.2 Práctica musical y su efecto sobre funciones cognitivas

Las funciones cognitivas son un conjunto de operaciones mentales que nos permiten interactuar de forma efectiva en el mundo (Gazzaniga, Russel & Senior, 2009). Ejemplos de funciones cognitivas son la atención, percepción, memoria y lenguaje. La integración entre diferentes funciones cognitivas resulta fundamental durante la practica musical. Por ejemplo, un músico necesita leer, tocar, oír e interpretar la música en forma simultánea durante la ejecución de una pieza instrumental. Dado que la práctica musical involucra esta compleja integración entre funciones cognitivas, resulta relevante determinar si acaso la práctica musical mejora el operar de alguna estas funciones. Al respecto, diversos estudios han demostrado que la práctica musical mejora el procesamiento de estímulos auditivos musicales. Por ejemplo, los músicos son mejores en el reconocimiento de melodías presentadas en transposición (Halpern, Bartlett & Downling, 1995), en un tempo inusual (Andrews et al., 1998) o en determinar cuántas notas suenan simultáneamente en un acorde (Burton, Morton, & Abbes, 1989). En línea con lo anterior, Tervaniemi et al., (2005) encontraron que los músicos entrenados son capaces de discriminar diferencias sutiles de afinación entre dos notas. En su estudio comparó a músicos profesionales con personas no-músicos, los cuales realizaron una tarea auditiva donde se les presentaban 4 frecuencias distintas, a saber, un estándar de 528Hz (correspondiente a un C5 de la afinación occidental estándar), una desviación pequeña de 532Hz, desviación media de 539Hz (alrededor de un cuarto de tono) y desviación amplia de 550Hz (alrededor de un semitono). A los participantes se les pidió apretar un botón cada vez que sintieran una diferencia de frecuencia en los estímulos. En comparación con los nomúsicos, se encontró que los músicos tuvieron mayores tasas de acierto y mejores tiempos de reacción al reconocer desviaciones pequeñas y medianas, mientras que para diferencias grandes ambos grupos obtuvieron puntajes similares (Tabla 1).

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Nota.- Desviaciones frecuenciales pequeñas (532Hz), medianas (539Hz) y grandes (550Hz) (Modificada de Tervaniemi et al., 2005).

Interesantemente, estas mejoras funcionales auditivas para estímulos musicales parecen afectar también el procesamiento de estímulos auditivos lingüísticos. Al respecto, Schön, Magne & Besson (2004) realizaron comparaciones entre músicos y no-músicos adultos frente a una tarea donde debían discriminar si el final de una frase musical y una frase hablada presentaba una desafinación o incongruencia respecto de un estándar. Para esto se presentaban frases musicales y frases habladas, la cuales podían ser congruentes, incongruente débil (desafinación final de 1/5 de tono o 35% en la frase hablada) o incongruente fuerte (desafinación final de medio tono o 120% de desviación respecto del original). Cabe destacar que este estudios se ha realizado con adultos músicos y no-músicos en su lengua vernácula (Schön, Magne & Besson, 2004) y en un idioma extranjero (Marques et al., 2007). En ambos casos los músicos fueron muy superiores distinguiendo las desafinaciones débiles, tanto para las frases musicales como habladas. En cuanto a las frases congruentes y con incongruencia fuerte no se observaron diferencia entre ambos grupos. Estos resultados sugieren que la práctica musical mejora el procesamiento de estímulos auditivos lingüísticos. Los autores sugieren que esta mejora podría incluso favorecer el aprendizaje de una segunda lengua. En cuanto al desarrollo de otras habilidades cognitivas como el procesamiento visoespacial, Stoesz et al., (2007) encontraron que los músicos tienen un mejor rendimiento en la reproducción gráfica de figuras complejas (Fig. 8) en comparación a un grupo de adultos no-músicos, lo cual indicaría que la práctica musical favorece el desarrollo de habilidades viso-espaciales y de producción creativa.

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Figura 8. A) Producción gráfica de músicos y no-músicos para la condición figuras posibles e imposibles. La primera fila muestra el modelo, la segunda fila el dibujo realizado por un músico y la tercera fila el dibujo de una persona no-músico. B) Porcentajes de precisión promedio entre músicos y no músicos en la tarea de copiar figuras posibles/imposibles. Se observa que los músicos fueron más precisos que los no-músicos en la producción gráfica de figuras imposibles (Modificado de Stoesz et al, 2007).

La habilidad cognitiva de memoria también ha mostrado verse influida por la práctica musical. Sin embargo, los resultados son controversiales dado que existe evidencia que muestra un efecto de la práctica musical solo sobre memoria auditiva, mientras que otros muestran que el entrenamiento musical afecta tanto a la memoria auditiva como visual. Por ejemplo, Cohen et al., (2011) realizaron experimentos comparando la memoria auditiva y visual de músicos con personas sin entrenamiento musical, solicitándoles a ambos grupos reconocer y recordar algunas canciones que les eran familiares, otras no familiares, sonidos ambientales y discursos hablados. Los músicos mostraron tener mucho mejores resultados en el test de memoria auditiva, pudiendo recordar y evocar sus recuerdos sonoros más y mejor que los no-músicos, sin embargo, al realizar un experimento similar para medir memoria visual, no se encontraron diferencias significativas entre los grupos (Fig. 9).

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Figura 9. Rendimiento de músicos y no-músicos en tareas de memoria auditiva y visual. Se observa que los músicos tuvieron mejor rendimiento en la tarea de memoria auditiva que los no-músicos. No se observaron diferencias entre grupos en la tarea de memoria visual. * = p
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